Libros clásicos de geografía y viajes (índice en el primer post)

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Abordajes sangrientos, pillajes, orgías, torturas: ¿Por qué el filibusterismo ha podido alimentar tantos relatos, tantas películas, tantas canciones, tantos mitos? Quizá porque, en él y en una parte oscura de nosotros mismos, nos reconocemos. Con Oro, sangre y sueños, Michel Le Bris renueva radicalmente la visión del filibusterismo. Por eso, en este libro se cuenta, como nunca se había hecho, la historia de los orígenes de la piratería.

Novelista, especialista de Stevenson, Michel Le Bris defiende la idea de una literatura viajera, abierta sobre el mundo, es el creador del festival Étonnants voyageurs (Viajeros sorprendentes) y autor de La fiebre del oro.

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Una voz anticonvencional

La voz de Augiéras es una voz que rechaza las leyes, las costumbres y las opiniones de la llamada gente normal. Aboga por el amor físico como método de purificación del alma. Y arremete contra la vieja Europa, buscando en el Sur un Hombre Nuevo perteneciente a una Nueva Civilización orientada a las estrellas.


Isaki Lacuesta borra y añade. En su película nos entrega a un Augiéras que ya no es un francés que con 20 años recorre el Sáhara argelino, sino un muchacho negro que vive en Mali y que deserta de la milicia. Sus aventuras a partir de entonces se alimentan de los textos de Augiéras, pero en las manos de Isaki adquieren una pulsión más cotidiana, más casual, diría que menos mística; pero con una alegría natural, infantil y salvaje que se muestra especialmente en sus surrealistas escenas de cama; tanto con la prostituta, como muy especialmente en el exótico mundo de los albinos africanos.

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Cees Nooteboom nos lleva a conocer su condición de nómada, en una serie de viajes a través del tiempo por Gambia, Malí, el Sahara, Bolivia y México.

Éste es un libro dedicado a los viajeros, a quienes entienden el viaje no como una huida sino como un modo de conocerse a sí mismos; a quienes creen que a viajar se aprende, como se aprende a leer, a amar, a morir. El destino, o los recursos que cada uno tiene para alcanzarlo, no es lo importante; lo que cuenta es la disposición, la mirada de aproximación al otro, al mundo que está fuera de nosotros.

«Sigo construyendo mi hotel, ese inexistente edificio que sólo existe en mi cabeza, el hotel del mundo próximo y lejano, de la ciudad y del silencio, del frío y del calor.»
Cees Nooteboom

Los conocedores de Dickens han señalado la importancia de este viaje que marcó tanto su vida como su obra, fue un punto de inflexión decisivo.

Cuando se embarca en 1842 con su esposa hacia el Nuevo Mundo, el autor de Oliver Twist no ha cumplido treinta años pero resulta ser ya un escritor celebrado a ambos lados del Atlántico. Su periplo lo llevará a todos los lugares emblemáticos de la joven América - Boston, Nueva York, Filadelfia (la evocación dantesca de la cárcel del lugar es una página memorable), Washington, los Estados del Sur, la subida del Mississippi, el Niágara.... Pero nada de lo que ve responde a lo que esperaba. Esperaba visitar el país de la justicia, de la igualdad, de la democracia. Descubre una sociedad esclavista, brutal, codiciosa - y, sobre todo, de un conformismo que lo aterroriza.

La ironía natural del escritor, a medida que avanzamos en su compañía, se vuelve rápidamente sombría. El relato, feroz, de esta decepción, llega así, como en filigrana, a convertirse en un verdadero alegato contra los espejismos del progreso: tema nuevo en él y que retomará pronto, con la misma amargura, en un gran libro venidero, Martin Chuzzlewitt, publicado entre 1843 y 1844.

Rayo escribió:Empiece por todo lo que pille de Alexander Humboldt.
Padre de la geografía moderna.

Escritos durante la primera mitad del siglo XX, estos textos dan fe del natural inquieto y curioso de Stefan Zweig, quien siempre pensó que viajar debía ser una aventura, un salto al vacío azaroso e incierto de lo desconocido, una vía de escape de una vida que, cada vez más, se había visto automatizada y reglada, desprovista de cualquier tipo de sobresalto. De Sevilla a Salzburgo, pasando por Brujas, Arles, Amberes y los jardines y huertos ingleses, así como el mítico Hotel Schwert o la Feria gastronómica de Dijon, estos escritos devienen una crónica sentimental del viejo continente, un viaje por su geografía, que anticipa la alargada sombra de la Segunda Guerra Mundial.

En 1925, Stefan Zweig escribió un ensayo que tituló «Die Monotonisierung der Welt», que podría traducirse, a falta del sustantivo español correspondiente, como «El mundo se vuelve monótono». Con esa capacidad de sismógrafo de los cambios sociales que tienen algunos escritores, Zweig advertía ya en aquel período de entreguerras de un fenómeno incipiente, pero que no ha hecho más que acentuarse desde entonces.

Se refería el autor de ese maravilloso libro que es El mundo de ayer a la impresión que le habían producido los viajes que había emprendido en los últimos años: «todo se uniformiza, todo se nivela (...) y se disipa el fino aroma de lo especial en las (distintas) culturas», escribía Zweig.

¿Qué se puede hacer cuando uno está en arresto domiciliario sino viajar con la mente? Xavier de Maistre, como consecuencia de un duelo, se halló en esta penosa tesitura, que le permitió escribir Viaje alrededor de mi habitación (publicado sin nombre de autor en 1794 e inmediato éxito de ventas). Confinado entre cuatro paredes y con la sola compañía de su criado y de su perro, Maistre supo sacar partido de su infortunio redactando esta pequeña odisea, consistente en recorrer «todas las líneas posibles en geometría» de su cuarto, plantarse delante del espejo ―el más certero de los retratos―, hacer que se disputen entre sí «el alma» y «la bestia» que todos llevamos dentro, filosofar con Platón y, sobre todo, soñar despierto. Este excéntrico viaje ―que muchos emparentan con Laurence Sterne―, ha sido admirado por grandes escritores, y Proust lo situó en su panteón literario.

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Este es el relato de un viaje paradójico. El filósofo Bruce Bégout aceptó el reto de pasar una semana inmergido en aeropuertos internacionales, desde Roissy a Bangkok, pasando por Estambul, Amman y Amsterdam, con una sola limitación: nunca salir del aeropuerto. Nos entrega el retrato de este espacio emblemático de la modernidad, centrifugadora de emociones y de razones, megaestructura monumental, lugar de paso, de consumo y de socialización, en busca de indicios del mundo en evolución.

Klarkash-Ton escribió:Dejo por aquí un par que he leído últimamente:



"Las cinco repúblicas de Asia Central (Turkmenistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), emancipadas de la antigua Unión Sovietica en 1991, constituyen un territorio de vívidos contrastes, donde la pobreza de los pueblos nómadas convive con las excentricidades de unos regímenes dictatoriales, y los paisajes más alucinantes de la antigua ruta de la seda se solapan con las ruinas de la utopía comunista. La viajera y periodista Erika Fatland recorre estas inhóspitas tierras y nos transmite aspectos insólitos de su milenaria historia, la dura cotidianidad de sus gentes, sometidas a disparatadas políticas económicas y sociales, y la belleza de unas regiones por las que antaño cabalgó Gengis Kan y que aún sienten nostalgia de su pasado sovietico."





"Alexander W. Kinglake, cuya obra Eothen permanece como un clásico de la literatura de viajes anglosajona, nació en Taunton (Inglaterra) en 1809 y murió el día de Año Nuevo de 1890. A los veinticinco años, tras obtener el título de abogado, decide emprender un viaje a la aventura por el «otro mundo», el incógnito y peligroso mundo del Islam: Turquía, Grecia, Chipre, Palestina, Galilea y Egipto, escenarios de las fabulosas leyendas de la Antigüedad y de los poemas homéricos que tanto le habían fascinado de niño. «Saborear la fresca brisa de la mañana, encabezar o preceder la magnífica caravana hasta el crepúsculo, a través de bosques y desfiladeros, por valles y llanuras desoladas»; estas experiencias compensan la dureza del viaje. Eothen, título cuyo sentido sigue siendo un misterio, es una obra imprescindible en la literatura de viajes, plagada de anécdotas sorprendentes y reminiscencias del pagano mundo antiguo."





"Visiones y emociones de un itinerario rico en ciudades y pueblos que conservan todo el prestigio de sus tradiciones y leyendas encierra esta obra, en cuya amenidad no decae ni un solo instante. En Venecia, y en una noche plácida y tibia, principia el vertiginoso periplo hacia tierras de 'naturaleza más exóticas: Constantinopla, Chipre, Bagdad, Persia'. Viajero experto y sonriente, el autor ya sabe, al iniciar su aventura, que en Turquía los consulados cambian todos los años, que los consulados musulmanes cierran los viernes, que para obtener el visado egipcio es necesario enseñar el billete del ferrocarril y que, en cambio, se obtiene el permiso iraniano con sólo mostrar un certificado de una cuenta de banco".





"There is a Britain that exists outside of the official histories and guidebooks – places that lie on the margins, left behind. A Britain in the cracks of the urban façade where unexpected life can flourish. Welcome to UNOFFICIAL BRITAIN. This is a land of industrial estates and electricity pylons, of motorway service stations and haunted council houses, of roundabouts and flyovers. Places where modern life speeds past but where people and stories nevertheless collect. Places where human dramas play out: stories of love, violence, fear, boredom and artistic expression. Places of ghost sightings, first kisses, experiments with drugs, refuges for the homeless, hangouts for the outcasts. Struck by the power of these stories and experiences, Gareth E. Rees set out to explore these spaces and the essential part they have played in the history and geography of our isles.Though mundane and disregarded, they can be as powerfully influential in our lives, and imaginations, as any picture postcard tourist destination. This is Unofficial Britain, a personal journey along the edges of a landscape brimming with mystery, folklore and myth.





"En 1953, con solo veinticuatro años, Nicolas Bouvier emprende, junto al dibujante Thierry Vernet, un viaje por Yugoslavia, Grecia, Turquía, Irán y Pakistán a bordo de un diminuto Fiat Topolino. A lo largo de su expedición, que se alarga diecisiete meses, ambos recogen sus impresiones y experiencias —Bouvier las escribe y Vernet las ilustra—, en un intento de fijarlas y de retratar las costumbres de las gentes que habitan los diversos países por las que discurre su aventura, que tiene su punto y final en Afganistán".

Por señalar algo más que la sinopsis de cada uno de ellos, Sovietistán lo recomiendo muy encarecidamente (creo que, a su vez, yo me lo apunté tras verlo comentado por loaded), idem con Unofficial Britain si os va el rollo de urban wyrd/paganismo británico de hormigón. Eothen se me hizo un tanto árido -desde luego era mucho mejor en mi cabeza- y, para tratarse de regiones similares cuando no idénticas, Monjes y bandidos es mejor libro de viajes en ese sentido (con un poco de suerte, lo encontraréis por 2, 3 ó 5€ en alguna librería de viejo). El de Bouvier, en realidad, no lo he terminado, ya que se me está solapando con otras lecturas más densas, pero lo renovaré en la biblioteca puesto que incluye varias de mis afinidades geográficas además de algo con lo que conecto particularmente: viajes largos por carretera.

Hank escribió:

Klarkash-Ton escribió:Dejo por aquí un par que he leído últimamente:

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Por señalar algo más que la sinopsis de cada uno de ellos, Sovietistán lo recomiendo muy encarecidamente (creo que, a su vez, yo me lo apunté tras verlo comentado por loaded), idem con Unofficial Britain si os va el rollo de urban wyrd/paganismo británico de hormigón. Eothen se me hizo un tanto árido -desde luego era mucho mejor en mi cabeza- y, para tratarse de regiones similares cuando no idénticas, Monjes y bandidos es mejor libro de viajes en ese sentido (con un poco de suerte, lo encontraréis por 2, 3 ó 5€ en alguna librería de viejo). El de Bouvier, en realidad, no lo he terminado, ya que se me está solapando con otras lecturas más densas, pero lo renovaré en la biblioteca puesto que incluye varias de mis afinidades geográficas además de algo con lo que conecto particularmente: viajes largos por carretera.

¿un par?

yo veo cinco...

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En los 50 pasó varias temporadas en Tossa de Mar, un pueblo que disfrazó con el nombre de Farol en su libro Voces del viejo mar, hasta que la llegada del turismo le acabó expulsando. En el relato titulado Ibiza escribe Lewis: "Pasé cinco veranos seguidos en España, emigrando cada año más al sur, antes de la invasión turística de los países del norte, que en 1954 había provocado la construcción de 32 hoteles en mi pueblo predilecto de la Costa Brava". Lewis nos describe aquella idílica Ibiza. Por desgracia, la avalancha del turismo acabó con aquel mundo, pero siempre nos quedarán los libros de Norman Lewis para recordar cómo era aquel paraíso que no supimos conservar.

Una obra maestra de etnografía no científica. El libro describe la vida de dos pueblos vecinos, uno de pescadores y otro de agricultores, en Cataluña, cerca de Figueres, en 1945. El autor estuvo allí unos años y participó en las actividades pesqueras. Hace presente este mundo, tan cercano y ya tan lejano, arcaico, ritualizado, pobre y generoso, con una inmensa poesía, que no debe nada a las búsquedas formales de escritura, y todo a su mirada sencilla, acogedora, sin prejuicios. Describe una realidad a la vez singular, lejana, desaparecida. Lo leí de vacaciones, en un pueblo pesquero catalán, y era el libro correcto en el lugar correcto.

Obra de gran interés, su amenidad y la confianza que inspira su sentido práctico y veracidad hacen de este viaje quizá la más completa visión alcanzada por un extranjero recorriendo España y Portugal en el siglo XV. Los lapsos históricos en los que incurre el autor solo han de atribuirse a malas informaciones y a incomprensión, puesto que ignoraba el castellano. Ante los Reyes Católicos justificó su viaje diciendo que en su país parecía increíble la transformación de España en tan poco tiempo, que de la discordia y la ruina se pasase a la paz y la prosperidad de ese momento; y que, con el beneplácito de la corte de Maximiliano, había adquirido la empresa de comprobar tales prodigios. En cuanto a sus entrevistas con Juan II de Portugal, versaron sobre conquistas en África y empresas comerciales, si bien sorprende que no se interesara por los temas relativos a las Indias Occidentales, ya descubiertas.

Cela sintió siempre especial predilección por Viaje a la Alcarria (1948), que consideraba su libro «más sencillo, más inmediato y directo», y que constituye un modelo insuperable de prosa castellana. Con él renovó el género de la literatura de viajes, ejerciendo una prolongada influencia sobre los escritores españoles de las siguientes generaciones. Casi cuarenta años después, en la cima de su popularidad, el autor aceptó el reto de repetir el viaje, esta vez en condiciones muy distintas, a bordo de un lujoso Rolls Royce. De allí surgió Nuevo viaje a la Alcarria (1986), escrito en su estilo de madurez, con ánimo abiertamente lúdico y jocoso.

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¿Qué es "Península Pentagonal"?

Al parecer este libro se publicó por primera vez en los años 20 con el nombre de Unromantic Spain, aunque Praz no lo consideró absolutamente terminado hasta su publicación en 1955 en Italia. En esta nueva revisión, el autor eliminó del texto original todos aquellos párrafos malsonantes o agresivos que dedicó a España en su primer viaje.

Praz intentaba romper con esa imagen romántica de España propiciada por autores como Theophile Gautier, Prosper Merimée, Musset, Victor Hugo o Washington Irving: un país pintoresco, habitado por mujeres como la Carmen de Merimée, seductores infatigables como Don Juan, hidalgos locos como Don Quijote, místicos y pícaros, corridas de toros, flamenco y Semana Santa. Esa imagen pintoresca terminaba, según Mario Praz, perjudicando a España ya que los turistas llegaban al país con una imagen distorsionada del país que finalmente se trasformaba en desilusión.

Al concepto "pintoresco" Mario Praz opone el de "monotonía": sus paisajes, sus edificios más emblemáticos (La Alhambra, El Escorial), sus costumbres, los espectáculos públicos (La Semana Santa en Sevilla, las corridas de toros), sus autores más reputados (Calderón, Lope de Vega, la poesía mística), su gastronomía, sus ciudades más "románticas" (Sevilla, Segovia)… todo, absolutamente todo le parece reiterativo, siempre igual, indigesto o aburrido.

Praz define al español como un sujeto que no se cansa de ver asesinado uno tras otro hasta ocho toros en un misma corrida, ni de ver desfilar durante horas y horas las parecidísimas hermandades de Semana Santa (sic), aunque también nos considera "gente positiva y mucho menos romántica que las solteronas inglesas y que los empleados de banca en vacaciones."

Sólo recordar que este libro fue escrito en los años 20 (y revisado en la década de los 50), pero que en muchas cosas (desgraciadamente) no hemos cambiado demasiado.

Axlferrari escribió:
Mario Praz, Península pentagonal (La España antirromántica)

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Reseña : https://www.anikaentrelibros.com/peninsula-pentagonal--la-espana-antirromantica-

¿Qué es "Península Pentagonal"?

Al parecer este libro se publicó por primera vez en los años 20 con el nombre de Unromantic Spain, aunque Praz no lo consideró absolutamente terminado hasta su publicación en 1955 en Italia. En esta nueva revisión, el autor eliminó del texto original todos aquellos párrafos malsonantes o agresivos que dedicó a España en su primer viaje.

Praz intentaba romper con esa imagen romántica de España propiciada por autores como Theophile Gautier, Prosper Merimée, Musset, Victor Hugo o Washington Irving: un país pintoresco, habitado por mujeres como la Carmen de Merimée, seductores infatigables como Don Juan, hidalgos locos como Don Quijote, místicos y pícaros, corridas de toros, flamenco y Semana Santa. Esa imagen pintoresca terminaba, según Mario Praz, perjudicando a España ya que los turistas llegaban al país con una imagen distorsionada del país que finalmente se trasformaba en desilusión.

Al concepto "pintoresco" Mario Praz opone el de "monotonía": sus paisajes, sus edificios más emblemáticos (La Alhambra, El Escorial), sus costumbres, los espectáculos públicos (La Semana Santa en Sevilla, las corridas de toros), sus autores más reputados (Calderón, Lope de Vega, la poesía mística), su gastronomía, sus ciudades más "románticas" (Sevilla, Segovia)… todo, absolutamente todo le parece reiterativo, siempre igual, indigesto o aburrido.

Praz define al español como un sujeto que no se cansa de ver asesinado uno tras otro hasta ocho toros en un misma corrida, ni de ver desfilar durante horas y horas las parecidísimas hermandades de Semana Santa (sic), aunque también nos considera "gente positiva y mucho menos romántica que las solteronas inglesas y que los empleados de banca en vacaciones."

Sólo recordar que este libro fue escrito en los años 20 (y revisado en la década de los 50), pero que en muchas cosas (desgraciadamente) no hemos cambiado demasiado.

Klarkash-Ton escribió:
Con la sinopsis, me ha venido a la cabeza el Al sur de Granada de Gerald Brenan. Puede estar bien echarle un vistazo.

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La historia del rey Zibeline nos lleva tras los pasos de August Benyovszky, uno de los aventureros más famosos de su tiempo. Este aristócrata polaco, nacido en 1746, tuvo una vida excepcional: fue soldado, convicto fugado, navegante, líder expedicionario, explorador y, finalmente, rey de Madagascar. August creció en el sombrío castillo de su padre, criado por un tutor francés imbuido de las ideas de la Ilustración. Capturado por los cosacos mientras lucha por la libertad de Polonia, es enviado a Siberia. Allí conoce a Aphanasie, una apasionada joven ansiosa por escapar de la soledad de Kamchatka. Los dos amantes logran huir, comenzando una serie de aventuras extraordinarias que los llevan a Alaska, Japón, China, Francia, Madagascar y Estados Unidos.
Jean-Christophe Rufin (premio Goncourt 2001) nos transporta a otros mundos, otros tiempos, explorando con inimitable talento todas las contradicciones de los hombres.

Between soaring mountains, across arid deserts, parched plains and valleys of fruit orchards and olive groves, down glittering coastlines and along viaducts towering above plunging ravines… there is no better way to see Spain than by train.

Tom Chesshyre hits the tracks to take in the country through carriage windows on a series of clattering rides beyond the popular image of “holiday Spain” (although he stops by in Benidorm and Torremolinos too). From hidden spots in Catalonia, through the plains of Aragon and across the north coast to Santiago de Compostela, Chesshyre continues his journey via Madrid, the wilds of Extremadura, dusty mining towns, the cathedrals and palaces of Valencia and Granada, and finally to Seville, Andalusia’s beguiling (and hot) capital.

Encounters? Plenty. Mishaps? A lot. Happy Spanish days? All the way.

De Disneylandia al Mont-Saint-Michel, de Center Parcs a los castillos de Baviera, de París a Nueva York, la ronda del turismo no para de dar vueltas. Con los ojos puestos en la cámara, los turistas transforman en imágenes un mundo invadido por las imágenes. Lo que pone en movimiento a estos turistas, sin embargo, es quizás la nostalgia del viaje de descubrimiento que nunca más haremos y que podría habernos abierto el espacio del encuentro y de los otros, un viaje que se ha revelado un callejón sin salida, y amenaza hoy con terminar en el estereotipo generalizado de la ficción urbana.

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Erika Fatland nos conduce en esta obra a las alturas vertiginosas del legendario Himalaya, la vasta cordillera que serpentea a través de cinco países en los que el islam, el budismo y el hinduismo se mezclan con ancestrales creencias chamánicas. Innumerables lenguas y culturas muy distintas entre sí cohabitan en los recónditos valles del llamado techo del mundo. Las asombrosas historias en torno al monte Everest se conjugan con la espiritualidad de los monasterios budistas, las leyendas sobre el yeti o la fascinante y misteriosa Shangri-La.

Como en sus anteriores libros, la autora va ante todo al encuentro de las gentes que pueblan los países que conforman el Himalaya actual, desde Bután a Pakistán, pasando por India, China o Nepal. Sus historias personales nos hablan de tradiciones centenarias y política moderna, de guerra y cambio climático, de la durísima lucha cotidiana por la supervivencia en un medio tan hermoso como hostil, de costumbres atávicas y superpotencias económicas que ya viven en el futuro.

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Axlferrari escribió:

Axlferrari escribió:Extraordinaria epopeya la de Shackleton.

A mi me gustan Jean Malaurie y Knud Rasmussen (este último lo descubrí hace poco tiempo a través de sus relatos de vida con los inuit).

Jean Malaurie cumplió cien años ayer !

https://twitter.com/laBnF/status/1605876173950566400?s=20&t=g18LhkQd4j006NtYCIDCIg

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https://twitter.com/paris_normandie/status/1605820550735069184?s=20&t=g18LhkQd4j006NtYCIDCIg

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