El topic de LA NARRATIVA INGLESA (1900-1950)

Sirva este extracto de Wikipedia como referencia:

La narrativa modernista I, escritores europeos

Dos nombres surgen de inmediato en este capítulo: James Joyce y Virginia Woolf. La segunda es una de las figuras claves del Círculo de Bloomsbury, que tiene su origen en las amistades fraguadas por algunos de sus componentes masculinos en la universidad de Cambridge, que comenzaron a reunirse en el hogar de los Stephen (apellido de soltera de Virginia Woolf), en la londinense Gordon Square. Aunque los componentes de este grupo abarcaban también otro tipo de intelectuales, los escritores eran: Lytton Strachey, E. M. Forster, Virginia Woolf, y su marido, Leonard Woolf. No hay una temática común al círculo de Bloomsbury, excluyendo quizá la tolerancia al agnosticismo, la oposición a la guerra, una sexualidad libre y la previsión del desmantelamiento del imperio colonial británico. Sus integrantes trabajaban de forma independiente, así, por ejemplo, Virginia Woolf desarrolló ensayos feministas, y novelas que exploraban el mundo interior de los protagonistas mediante la técnica del monólogo interior (Stream of conciousness), como Al faro o La señora Dalloway. Mientras que su marido, Leonard Woolf, Clive Bell y E. M. Forster se centraron en escritos políticos, la lucha de clases y escritos de tintes antimperialistas. Entre estos últimos cabe destacar Pasaje a la India, de E. M. Forster, que muestra la tensión racial en la India en la época previa al desmantelamiento del Raj Británico. De forma más controvertida, D. H. Lawrence fue primero un protegido de Bloomsbury, del cual más tarde se desvinculó. La novela de Lawrence, al igual que la de Forster, muestra una sexualidad más abierta que la de muchos de sus contemporáneos y antecesores, tocando también otros temas como la lucha de clases, según se aprecia en sus obras El amante de Lady Chatterley y la autobiográfica Hijos y amantes.

Se considera a James Joyce, junto a Marcel Proust y Virginia Woolf, como una de las figuras clave en el desarrollo de la novela modernista. Su novela Ulises cuenta las experiencias y pensamientos de su protagonista, Leopold Bloom, en Dublín, durante un solo día, un día cualquiera, cuya narración se extiende a lo largo de 900 páginas (en su traducción española). Ya desde el título alude a La Odisea, con cuyo paralelismo, más o menos explícito, juega toda la obra. La novela exhibe una técnica prosística caudalosa, variada y fuertemente experimental que, desde su publicación, ha cautivado la atención de una larga lista de escritores y críticos especializados.

También podemos reconocer a Samuel Beckett, como parte de este movimiento, siendo su triologia (Molloy, Malone muere y El Innombrable (novela) ejemplos representativos, siendo novelas netamente experimentales, con historias y tramas narradas sólo a través del monologo interno.

Ya más adelante encontramos la crítica al totalitarismo en novelas como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, o 1984, de George Orwell, obras que también encuentran cabida en el modernismo anglosajón.

Este molará también.

No me resisto a arrancar con una novela muy divertida del padre de Martin Amis, Kingsley Amis “Lucky Jim” (aquí “La suerte de Jim”, aunque no es lo mismo). Estupenda.

No controlo sus libros de poesía como Cecil Day-Lewis (sí, padre de Daniel Day-Lewis), pero las novelas policiacas con el seudónimo de Nicholas Blake son crema.

Mirad el primer post...

A mi me encanta Gilberto Cheetos.

¿Qué tal este?

Barchi escribió:

A mi me encanta Gilberto Cheetos.

Es que este está fuera de categoría.

Creo que esto me gustaría...

Barchi escribió:

¿Qué tal este?

¿Y este?

He registrado mis catacumbas    y he encontrado de una colección heredada Dublineses de Joyce, El topo y El espía que surgió del frío de Le Carré, El poder y la gloria de Greene y Contrapunto de Huxley.

En agosto me leeré este:

De Virginia Woolf me leí La señora Dalloway y Orlando. El primero me encantó, de los libros más fascinantes que conozco, el segundo está muy bien y es muy curioso pero no me enganchó tanto. Pendiente de leer Al faro.

De Le Carré me gustó mucho El Topo pero me decepcionó la secuela. Creo que hay más libros del personaje pero la segunda parte me quitó las ganas de más.

De Conrad ya hablé en el otro topic, mi favorito es El agente secreto aunque Lord Jim también es cojonudo.

Me gustó mucho Kim de Kipling y tengo pendiente leer más libros suyos.

Joyce... ya pasé por ello y nunca más

No controlo mucho pero ahí va mi aportación

Virginia Wolf
No me gusta, he leído "Las olas" y "Orlando" y no me quedaron muchas ganas de repetir

James Joyce
Quitando el intragable "Ulises", las otras dos obras que he leído de Joyce me gustaron mucho: "Dublineses", un libro de relatos (John Huston hizo una adaptación cinematográfica de uno de ellos, "Los muertos") muy sobrio y directo, lejos del carácter experimental de su obra más conocida, y "Retrato del artista adolescente", una novela semi-autobiográfica que me entusiasmó.

Samuel Beckett
"Watt" y "Esperando a Godot". Interesante aunque muy raruno, puede resultar indigesto, como Joyce.

Aldous Huxley
He leído muy poco pero me ha gustado: la mítica "Un mundo feliz" y la bastante compleja (con rollos psicológicos y místicos de por medio) aunque muy lograda "Ciego en Gaza"

George Orwell
Dos libros imprescindibles: "Homenaje a Catalunya", me impactó mucho cuando lo leí (era bastante jovencito) porque desconocía absolutamente ese episodio de la Guerra Civil, y "1984", obra opresiva y deprimente, la mejor novela distópica (junto con "Un mundo feliz") que se ha hecho nunca.

John Cowper Powys (1872-1963) es un autor excepcional que no ha sido traducido en castellano, por alguna razón desconocida. Autor de una importante Autobiografía, es famoso por novelas como Wolf Solent, A Glastonbury romance y Owen Glendower.


John Cowper Powys, el gran narrador desconocido

https://www.ladiscreta.com/2019/07/16/john-cowper-powys-el-gran-narrador-desconocido/


Otro texto de introducción a su obra :

Es a partir de la publicación en 1929 de Wolf Solent que se construye su reputación de novelista, tanto en el plano crítico como comercial. Wolf Solent es generalmente considerada como la primera de las «novelas de Wessex», serie de la que también forman parte Los encantamientos de Glastonbury (1932), Weymouth Sands (1934) y Maiden Castle (1936). El marco geográfico de estas novelas (los condados de Dorset y Somerset) las sitúa en un contexto personal propio de Powys, y también se hace eco de las novelas de Thomas Hardy.

Estas novelas, que siguen siendo las más conocidas y estudiadas, son seguidas por otra serie, inspirada más claramente por el País de Gales y las reminiscencias de las antiguas mitologías: Owen Glendower (1941) y Porius (1951).

Estas dos novelas, parte histórica, parte mítica, se adentran cada vez más en el pasado. Owen Glendower sigue a una multitud de personajes, entre ellos el joven Rhisiart comprometido en la lucha por la independencia de Gales frente a Inglaterra, en plena Guerra de los Cien Años. Porius narra el complicado destino del príncipe Porius, un galés que lucha en el seno de una alianza de diversos pueblos contra las invasiones sajonas, en los confines del siglo V, siguiendo los pasos del rey Arturo. El druida Myrddin (Merlín), personaje importante de la novela, encarna el contacto entre el hombre y la magia del mundo. Estas dos novelas, escritas durante y poco después de la Segunda Guerra Mundial, llevan la huella del conflicto, juegan con los paralelismos históricos, y cuestionan una vez más el lugar del individuo en el caos de la Historia, el misterio del mundo.

La escritura de Powys describe estados de conciencia elevados que surgen de una revelación mística, o de la experiencia de un placer o sufrimiento extremos. Powys también ha escrito obras de filosofía y crítica literaria, incluyendo uno de los primeros homenajes a Dorothy Richardson. También es conocido por su compromiso contra la vivisección.

Sus novelas se caracterizan por su longitud y cantidad de personajes. Powys muestra un apego al ocultismo y una visión animista del mundo que, entre otras cosas, confiere a los objetos inanimados, como el sol en Los encantamientos de Glastonbury, un alma y un punto de vista. El encanto de sus libros no llega a algunos lectores, mientras que otros están profundamente conmovidos.