LOS 1001 DISCOS DE LOS COJONES, el lunes Pearl de Janis Joplin y Gentlemen Take Polaroids de Japan.

pinkpanther escribió:

Pendejo escribió:Tiene altibajos

Otra vez provocando................

taliban!

He dicho que me gusta. Lo estoy oyendo por primera vez esta semana. Hay alguna cancion con la que aún no conecto del todo.

Una pena no haberlo descubierto en el 89.

watts escribió:Mugu, Starsailor... Todos...

Unanimidad sin fisuras?

Annie?

Totalmente.
Aunque me sorprende que casi parece que se menosprecie Nothing´s en comparación con Ritual, y ahí sí que no. Los dos son algo fuera de lo normal. Como dos caras de una misma moneda.

El concierto de Leganés que cita Xailor...yo no estuve, pero compré en una tienducha una cinta grabada con la retransmisión del concierto que hicieron por Radio3, con comentarios de Paco Pérez Bryan o Carlos Pina, no recuerdo quién era...Farrell con la voz rota, "my voice is no more...pero my heart está...aquí...", pero aquello era mágico, sus parrafadas entre canciones, la violonchelista "muy bonita señorita" en Then she did...todo, la de veces que escuché esa cinta y me imaginaba en mi cabeza el concierto...qué envidia haber estado allí

Starsailor escribió:

watts escribió:Mugu, Starsailor... Todos...

Unanimidad sin fisuras?

Annie?

Totalmente.
Aunque me sorprende que casi parece que se menosprecie Nothing´s en comparación con Ritual, y ahí sí que no. Los dos son algo fuera de lo normal. Como dos caras de una misma moneda.

El concierto de Leganés que cita Xailor...yo no estuve, pero compré en una tienducha una cinta grabada con la retransmisión del concierto que hicieron por Radio3, con comentarios de Paco Pérez Bryan o Carlos Pina, no recuerdo quién era...Farrell con la voz rota, "my voice is no more...pero my heart está...aquí...", pero aquello era mágico, sus parrafadas entre canciones, la violonchelista "muy bonita señorita" en Then she did...todo, la de veces que escuché esa cinta y me imaginaba en mi cabeza el concierto...qué envidia haber estado allí

No, si ya te había leído, estaba haciendo recuento...

Falta Annie y Stereo. Y Kupak está Out...

Bueno, ante tanta unanimidad, pasamos a otra cosa?

elbrujo69 escribió:Bueno, ante tanta unanimidad, pasamos a otra cosa?

Menos mal que el lunes llevan Japan y lo vamos a tener movidito...

Desgraciadamente, yo llegué unos meses tardes a la banda de mi vida: en junio del 92. Ese fue uno de los veranos más alienados de mi vida, y lo pasé yendo cada tarde, cuando abría la biblioteca de mi barrio, a por tres o cuatro Popular 1 que leía compulsivamente a lo largo de la tarde para volver a por más al día siguiente. Ahí fue donde leí hablar por primera vez de Jane's, así como de tantas otras bandas, pero no tuve oportunidad de escucharlos hasta una de esas tardes, mientras escuchaba Radio Bronka, una radio libre de Barcelona que sigue todavía en activo. Era la época de la ley Corcuera y estaban emitiendo un programa en el que básicamente ponían a caldo la ley con la participación de algunos oyentes exaltados y malhablados, y entre charleta y charleta pinchaban algún tema y en uno de esos incisos pincharon Stop, la canción, más que ninguna otra en aquella época, que ya es decir, que le dio la vuelta a mi mundo como a un calcetín. Inmediatamente, cuando acabó la canción, me abalancé sin pensar sobre el teléfono y marqué el número que no paraban de repetir por antena mientras ponía a grabar la emisión en la doble pletina de mi radio Raheem. Sin demora, mi llamada entró en antena y me cuestionaron sobre la ley Corcuera. Yo me limité a decir algo en la habitual vena punk de Pedro Pico y Pico Vena, Corcuera cabrón, hijo puta, o alguna lindeza similar. Entonces el tipo me preguntó, muy cabroncete él, que sí, que muy bien, pero ¿por qué? Entonces tuve que admitir que no tenía ni puta idea, que yo solo llamaba para rogarles que volvieran a pasar la canción que acababa de sonar, de la cual yo no había alcanzado a identificar ni el título ni el autor. Gentil, el tipo me informó de que la banda eran Jane's Addiction y la canción Stop, agradeció mi participación y radió de nuevo Stop, que yo estaba grabando y que debí de escuchar decenas de veces esa tarde.

El día siguiente le pedí dos mil pesetas a mi abuelo, mi padrino, que en paz descanse, moriría un año más tarde, y él, tras hacerme prometer que no me lo gastaría en drogas, me las dio. Fue imposible dar aquella tarde con el Nothing's Shocking, que era el disco que yo quería, y hube de contentarme con llevarme a casa el Ritual, que al fin y al cabo era el que contenía Stop, esa canción que no me podía sacar de la cabeza de ninguna de las maneras, que me parecía un mundo en sí misma, una ventana enorme a un mundo nuevo del que yo lo desconocía todo, un mundo que de pronto daba sentido a las cosas, dotaba a mi vida de un sentido de la maravilla del que había carecido, como si en mitad de la noche acabara de ser testigo de la aparición de la nave de Encuentros en la tercera fase. Recuerdo escuchar el disco por primera vez y, básicamente, no entender nada. Yo venía del heavy y del thrash metal y del punk patrio; de Guns, los Cult y Skid Row en los meses precedentes, y nada me había preparado para algo como aquello, fue como saltarse varios pasos en la escala evolutiva.

Es curioso que no recuerde, aparte de Stop, el siguiente clic en mi cabeza, y que mi memoria me muestre ya en la soledad de mi cuarto escuchando Classic Girl sin parar, perdido durante días en Three Days, comprando el debut y, finalmente, aquellas navidades del 92, por fin, el Nothing's Shocking, ya totalmente entregado, receptivo, cambiado. Pinchar Up the beach, acaso, junto a Plainsong, la intro definitiva, y contemplar atónito mi mundo en deconstrucción. ¿De dónde salían esas melodías de voz (en un fanzine leí una descripción que me pareció muy acertada: melodías de teleñeco en ácido), esos riffs de guitarra tan agresivos, tan enfermos y tan desgajados, que no sonaban a nada, de dónde esos solos que aparecían como de la nada, cómo podía uno escuchar una canción de aquel disco y percibir que cada instrumento se labraba su propio camino, con independencia pero en total armonía con el resto, cómo, cómo cojones aquello podía ser tan, tan épico sin haber ni rastro de power metal, qué cojones era aquello? ¿Cómo era posible tanto misterio, tantas preguntas sin respuesta? ¿Cómo podían aquellas fotos ser tan inquietantes, tan excitantes, tan reveladoras, cómo podía tener Perry un look tan demencial, tan intrigante?









Recuerdo volver tras la primera cita con la que sería mi novia durante tres años y medio, absolutamente exaltado, con las hormonas en rebelión y las venas encharcadas en adrenalina, llegar a casa, encontrármela vacía y sentir la necesidad de poner algo en mi vida, en aquel momento, en la pletina, que estuviera a la altura del desparrame emocional que sentía, y pinchar Had a dad y cantarla a voz en grito y bailarla como un invertebrado, sin respeto alguno por mi ahora tan castigada y resentida columna. Relaciono a Jane's, como a los Peppers, como a FNM, como a Bowie, la Velvet o a los Stooges, pero muy especialmente a Jane's, con muchos de esos momentos en los que sientes que no hay un mañana porque tu presente abarca tanto, tanto espacio que cualquier otra cosa resulta casi inimaginable, sencillamente, no cabe. Perdí la cabeza con esta banda como con ninguna. Me grabé una cinta de 60 con Jane's Says, versión debut, repetida una vez detrás de otra, porque tenía la impresión, como con I would for you, como con el binomio Simpathy- Rock'n'roll, como con Summertime Rolls, de que en aquella canción residía, oculto entre las notas, un mantra que verdaderamente me llevaba a un lugar mejor, un lugar irreal que las palabras no alcanzaban a describir.

Y en fin, podría llenar folios hablando de recuerdos ligados a Jane's, como le sucede a cualquier enfermo con la banda de su vida, pero así, como polvo rápido y sin recapacitar demasiado, eyacular este texto me ha aliviado en algo.

Aprovecho la ocasión para agradecer a los habituales a este hilo el tiempo invertido y los buenos ratos pasados desde la barrera en el último año y pico, especialmente a xailor, watts y Gálvez, que escriben siempre textos que me emocionan.

watts escribió:

elbrujo69 escribió:Bueno, ante tanta unanimidad, pasamos a otra cosa?

Menos mal que el lunes llevan Japan y lo vamos a tener movidito...

Moltisanti escribió:Porque en este disco se vive. Se vive dentro de él. Jamás olvidaré cómo lo descubrí, ni por quién lo descubrí. Se llamaba Fernando Fernández, un compañero asturiano que había llegado al colegio en alguno de los primeros cursos de la EGB. Él, al igual que el hijo de Luis Figuerola, fueron los que me introdujeron con perversas cintas de cromo en el rock que desde entonces siempre he considerado mío. Lo he contado decenas de veces. Recuerdo que Fernando me dejó dos cintas al mismo tiempo, 1990. Habían llegado justo después de Killers/Highway to hell, y de Billion Dollar Babies/Pump, y de Lies. Y justo después de Appetite. Me dejó Dr. Feelgood y Ritual de lo Habitual, en cinta original ambas. Me fue muy complicado escuchar Dr. Feelgood después de escuchar Ritual. De hecho, apenas sí recuerdo haberle prestado atención. Todo mi ser vivía dentro de Ritual. Había medio pasado la fiebre de Appetite, y desde luego estaba muy lejos, muy muy lejos de comprender y mucho menos admirar mínimamente lo que sonaba en el disco de los Crüe. Años más tarde, aunque no el mejor, sí me parece el más rotundo, el que mejor suena, y de hecho me gusta bastante. Pero cómo hacerle caso a semejante medianía (no lo es) cuando tienes al lado el cd de Ritual de lo Habitual. Nunca olvidaré la primera vez que escuché Highway to hell, The ides of March, Wratchild, Young Lust, Touch too much, Reckless life, Jungle, F.I.N.E. o Generation Landslide, o I love the dead.

Pero ¿la primera vez que escuchas "Stop"? Venga, no jodas. Eso no tiene parangón. La puta cadena Philiphs de mi vieja casi sale volando por los aires. Nunca hasta entonces había escuchado algo tan volátil, tan poderoso, tan anfetamínico, tan pervertido. Y eso que creía haber tocado techo con toda la rabia contenida en Appetite for destruction. Ritual de lo Habitual iba un paso más allá en la creación del monstruo enfermo por el rock. Ritual de lo Habitual no lo sintetizaba, sino que lo expandía, lo perfeccionaba en su deformidad, en sus ideaciones, en su mitomanía, en la ruptura con lo cotidiano.

Desde entonces, Ritual de lo Habitual significa volver a ser un niño y volver a no querer saber nada de la inercia del día a día; significa romper con la rutina una vez más, olvidar que hay una sociedad y un orden. Ritual es mi caos personal, es mi locura personal, porque si suena, si Bourbon lo homenajean, si suena en un concierto, si por casualidad encuentro los huevos para volver a pincharlo, vuelve a meterme dentro de él como si fuese Josie Packard en el puto pomo del cajón del gran hotel del norte. Me meto en su interior y no puedo salir. Ese sonido, esas canciones, me llaman como si fuesen el mal. Ese al que no le puedes decir que no.

Si joder!!!!

Starsailor escribió:

watts escribió:Mugu, Starsailor... Todos...

Unanimidad sin fisuras?

Annie?

Totalmente.
Aunque me sorprende que casi parece que se menosprecie Nothing´s en comparación con Ritual, y ahí sí que no. Los dos son algo fuera de lo normal. Como dos caras de una misma moneda.

El concierto de Leganés que cita Xailor...yo no estuve, pero compré en una tienducha una cinta grabada con la retransmisión del concierto que hicieron por Radio3, con comentarios de Paco Pérez Bryan o Carlos Pina, no recuerdo quién era...Farrell con la voz rota, "my voice is no more...pero my heart está...aquí...", pero aquello era mágico, sus parrafadas entre canciones, la violonchelista "muy bonita señorita" en Then she did...todo, la de veces que escuché esa cinta y me imaginaba en mi cabeza el concierto...qué envidia haber estado allí

Yo prefiero el Nothings, pero vamos, los tengo prácticamente al mismo nivel.

favorite 77 escribió:¿Cómo era posible tanto misterio, tantas preguntas sin respuesta? ¿Cómo podían aquellas fotos ser tan inquietantes, tan excitantes, tan reveladoras, cómo podía tener Perry un look tan demencial, tan intrigante?

Ah...Jane´s y el Popu...que digan lo que quieran,  sin esa revista en la primera mitad de los 90 las cosas habrían sido distintas...una sola foto de Farrell y un texto sobre la banda sin haber escuchado nunca nada de ellos ya valía para morirte de ganas por hacerlo; lo mismo pasaría con Reznor unos pocos años después.

Que grande eres nota.
Pero que grande.

favorite 77 escribió:

Spoiler:

Aprovecho la ocasión para agradecer a los habituales a este hilo el tiempo invertido y los buenos ratos pasados desde la barrera en el último año y pico, especialmente a xailor, watts y Gálvez, que escriben siempre textos que me emocionan.

Menudo regreso, tío...

Me alegro de leerte después de tanto tiempo...
Nos vemos en el MC, hay quedada con Farrell...

Starsailor escribió:

favorite 77 escribió:¿Cómo era posible tanto misterio, tantas preguntas sin respuesta? ¿Cómo podían aquellas fotos ser tan inquietantes, tan excitantes, tan reveladoras, cómo podía tener Perry un look tan demencial, tan intrigante?

Ah...Jane´s y el Popu...que digan lo que quieran,  sin esa revista en la primera mitad de los 90 las cosas habrían sido distintas...una sola foto de Farrell y un texto sobre la banda sin haber escuchado nunca nada de ellos ya valía para morirte de ganas por hacerlo; lo mismo pasaría con Reznor unos pocos años después.

Desde luego. Había reseñas que te metían en el veneno en la sangre sin haber escuchado una nota siquiera. Tener 16 años a principios de los 90 y el Popu en las manos es casi lo diametralmente opuesto a tener cuarenta en 2016 y toda una red de datos a tu disposición.

Ah, el misterio...

Ah, la juventud...

Ah...

PLdG escribió:Que grande eres nota.
Pero que grande.

Gracias, Gálvez. El sentimiento, ya lo sabes, es recíproco.

watts escribió:Me alegro de leerte después de tanto tiempo...
Nos vemos en el MC, hay quedada con Farrell...

Y yo me alegro de seguir leyéndote a ti. Me gustaría escribrir más a menudo, pero las circunstancias no me lo permiten. No quieras saber la cantidad de reseñas que he escrito en mi cabeza mientras os leía en este hilo, lo mucho que me hubiera gustado decir la mía, entregaros algo a cambio, durante estos últimos años. Pero, en fin...

Al Mad Cool no iré, watts. Tengo que ser sincero: no quiero ver en directo a los Jane's actuales, con ese Farrell facialmente irreconocible que se me antoja la perfecta antítesis del genio del pasado. Creo que me dolería, que me dejaría cicatriz, que, para disfrutar de verdad, tendría que abstraerme demasiado. Tengo un problema: soy tan enfermo con Jane's, he rastreado y localizado tantos piratas en video de finales de los 80, tengo aquellos Jane's, aquel Farrell, tan descomunalmente mitificados, que la versión actual de la banda es un jarro de agua fría para todo este romanticismo de enfermo que tanto celo pongo en conservar. Los vi en la gira del Strays, y por entonces ya andaban un poco en el filo, aunque Farrell seguía siendo Farrell en la mayor parte de los sentidos, pero, esencialmente, lo reconocías instantaneamente al mirarle, conservaba los rasgos intactos. Que Farrell, aquel tipo volado y marciano de hace veinticinco años, se haya hecho la cirugía estética e inyectado botox en la cara es como amar la Navidad y que los reyes magos violen a tu madre. No me gusta su cara, no me gusta cómo se mueve ahora en el escenario ni cómo ataca las canciones. En fin, no quiero destrempar a nadie que tenga legítima ilusión por asistir a ese concierto. De todos modos, no te creas, una parte de mí sigue susurrándome al oído cuando bajo la guardia: ¿pero cómo, cómo vas a dejar de ir?

favorite 77 escribió:

watts escribió:Me alegro de leerte después de tanto tiempo...
Nos vemos en el MC, hay quedada con Farrell...

Y yo me alegro de seguir leyéndote a ti. Me gustaría escribrir más a menudo, pero las circunstancias no me lo permiten. No quieras saber la cantidad de reseñas que he escrito en mi cabeza mientras os leía en este hilo, lo mucho que me hubiera gustado decir la mía, entregaros algo a cambio, durante estos últimos años. Pero, en fin...

Al Mad Cool no iré, watts. Tengo que ser sincero: no quiero ver en directo a los Jane's actuales, con ese Farrell facialmente irreconocible que se me antoja la perfecta antítesis del genio del pasado. Creo que me dolería, que me dejaría cicatriz, que, para disfrutar de verdad, tendría que abstraerme demasiado. Tengo un problema: soy tan enfermo con Jane's, he rastreado y localizado tantos piratas en video de finales de los 80, tengo aquellos Jane's, aquel Farrell, tan descomunalmente mitificados, que la versión actual de la banda es un jarro de agua fría para todo este romanticismo de enfermo que tanto celo pongo en conservar. Los vi en la gira del Strays, y por entonces ya andaban un poco en el filo, aunque Farrell seguía siendo Farrell en la mayor parte de los sentidos, pero, esencialmente, lo reconocías instantaneamente al mirarle, conservaba los rasgos intactos. Que Farrell, aquel tipo volado y marciano de hace veinticinco años, se haya hecho la cirugía estética e inyectado botox en la cara es como amar la Navidad y que los reyes magos violen a tu madre. No me gusta su cara, no me gusta cómo se mueve ahora en el escenario ni cómo ataca las canciones. En fin, no quiero destrempar a nadie que tenga legítima ilusión por asistir a ese concierto. De todos modos, no te creas, una parte de mí sigue susurrándome al oído cuando bajo la guardia: ¿pero cómo, cómo vas a dejar de ir?

Yo hasta ayer no tenía demasiada de en ese concierto. Hay dos cosas que voy a ver este verano que me generan desconfianza a puñados. Una es esto y la otra el abuelo Wilson haciendo el Pet Sounds. El otro día le decía a mrs watts: seguramente sea una mierda, pero cuando suenen los primeros arpegios de Wouldn't it be Nice voy a llorar. Lo sé. Y ahora sé que con Jane's cuando acabe el discursito en pseudocastellano y suene el riff de Stop! me va a recorrer todo el cuerpo un cosquilleo... Y además, es posible que me pierda ese momento porque también quiero ver a Michael Kiwanuka... Un sinvivir...


Uff... Escribir reseñas en la cabeza, un mal que, supongo, tenemos todos los que frecuentamos este hilo. Siempre quedan mejor en la cabeza, cuando las pasas al papel pierdes ese hilo tan maravilloso que resuena en tu cerebro mientras las piensas...

Un abrazo, de casi vecinos que nunca fuimos...

Es que además, Nota, me acordaba de ti el otro día escuchando Adolescent Sex de Japan, porque creo que tú eras uno de sus valedores...

Leyendo los grandísimos textos que llevo leyendo todo el día sobre este maravilloso álbum, no puedo evitar trasladarme a aquellos momentos de primera escucha. Creo que ha sido pyscho o molti o xailor o los tres los que han mencionado "el click", ese momento en el que te preguntas qué cojones es eso que está sonando, esa desconcertante locura que golpea tu cerebro. Es única.

Esta mañana me he puesto el disco en el coche y cuando ha sonado "Stop" me he sentido como Benzema saliendo de Valdebebas para coger la M40.

Curtis Loew escribió:Leyendo los grandísimos textos que llevo leyendo todo el día sobre este maravilloso álbum, no puedo evitar trasladarme a aquellos momentos de primera escucha. Creo que ha sido pyscho o molti o xailor o los tres los que han mencionado "el click", ese momento en el que te preguntas qué cojones es eso que está sonando, esa desconcertante locura que golpea tu cerebro. Es única.

Esta mañana me he puesto el disco en el coche y cuando ha sonado "Stop" me he sentido como Benzema saliendo de Valdebebas para coger la M40.

yo lo he cargado en el teléfono y me lo llevo mañana pal monte. Igual acabo algo mas tarado de lo normal, pero a gusto oyesssss.

tarde vinilistica

Del Ritual al Mother’s Milk.

Pendejo escribió:tarde vinilistica

Del Ritual al Mother’s Milk.

Años luz entre ambos...

watts escribió:

Pendejo escribió:tarde vinilistica

Del Ritual al Mother’s Milk.

Años luz entre ambos...

En que sentido.?

Estilo o calidad?

Moltisanti escribió:En dedicatoria a xailor que aun no tiene mi libro, y también para curtis por lo mismo, y para los que sí lo tienen como watts o cable, voy a hacer algo que no me gusta hacer pero que no me queda más remedio que hacer en este día de exaltación de la ida de olla colectiva que supone hablar de este disco, escuchar este disco, vivir en este puto disco. Porque lo de las primeras all-star (o Martens, me la pelan), lo del pelo de rubio, lo de considerar a Guns/Jane's dos caras de la misma moneda, sólo me empuja a hacer lo que voy a hacer.

Copipastear lo que puse en su día en mi puto libro.

Hala.

******************

"Más allá de sus pasotes, la excitación que despertaban en 1988 era brutal. Eran un grupo destinado a estar permanentemente de moda. La banda desprendía vibraciones poderosas en sus espectáculos, como así lo atestiguan las grabaciones existentes de conciertos de la época. Eran músicos técnicamente superdotados, estéticamente rompedores y cuya existencia parecía fraguada al borde del abismo. El uso de drogas duras hacía de cada paso que daban un momento de inusitada inquietud, como recuerda César Martín en Popular 1. Y fue precisamente ese impulso extremo, casi suicida, el que les llevó a componer el magistral Ritual de lo Habitual (1990), su último disco. Repleto de funk rock, baladas psicodélicas y experimentos hipnóticos, salió a la venta el 21 de agosto de 1990 en el sello Warner Bros. El álbum abría la década de forma inmejorable, con aquellas palabras pronunciadas en castellano por una chica californiana, que advertían a los padres del poderoso influjo que ejercían sobre sus hijos, “aunque les querían”, dando paso a la explosión de “Stop!”, acaso su canción más famosa junto a “Jane Says”. El disco, presidido por crípticas letras sobre el desasosiego y la frustración, contenía dos partes bien diferenciadas, una primera más rockera e impulsiva, donde inmediatamente después del choque inicial aparecía “No one’s leaving”, anfetamínica pieza seguida de “Ain’t no right”, otro viaje espacial a ritmo de funk metal. La segunda parte, más ambiental y progresiva, contenía tres himnos, “Three days”, “Then she did…” y “Of course”, de los cuales dos de ellos superaban los nueve minutos de duración. “Three Days” era su gran hito sonoro: una canción con constantes cambios de ritmo, espectacular en su virtuosismo, con Farrell recitando su elegía sobre una memorable línea de bajo de Avery, surgiendo delicadas las guitarras del omnipresente Dave Navarro para ir subiendo en un sensacional crescendo que logra generar idéntica catarsis a la de piezas como “Stairway to heaven” de Led Zeppelin. Dedicada a una amiga de Farrell llamada Xiola Bleu, muerta por sobredosis de heroína en 1987 a los 19 años, la canción habla sobre un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia Casey y Xiola en Los Ángeles. El lado psicótico y excesivo del disco estaba representado en todo su esplendor, sin olvidar el desahogo que suponía “Then She Did...”, que narraba el suicidio de la madre de Farrell cuando éste tenía cuatro años. El final con “Classic Girl” era una tercera parte en sí misma, con aquel sonido acústico de ambiente sórdido y celestial. En su momento, dos versiones de la carátula del CD salieron a la venta: una con dos mujeres y un hombre desnudos, escultura realizada por Perry Farrell; la otra con el nombre de la banda, el del disco y la enmienda de libertad de expresión de la Constitución de los Estados Unidos sobre fondo blanco, portada creada para poner el disco a la venta en tiendas donde se prohíbe la venta de artículos relacionados con desnudos.

La gira del álbum incluyó una visita a España, con Farrell en un estado de ánimo más atemperado, una vez canalizado su estatus de estrella del rock desde el descontrol inicial a una figura excéntrica que portaba a todas horas consigo una botella de vino. La prensa venía presagiando su final desde mediados de 1989, cuando Farrell ingresó en un centro de rehabilitación y Navarro reconoció no recordar apenas nada de la grabación del disco debido a su adicción a la heroína, y en efecto el tour de Ritual de lo Habitual supuso su canto del cisne. “En aquella gira de trece meses comprendimos que ya no nos soportábamos”, dijo Farrell. En aquellos días creó el Festival itinerante de Lollapalooza, que viajó por Norteamérica durante el verano de 1991 con un elenco de lo más interesante, formado por Jane’s, Nine Inch Nails, Butthole Surfers, Fishbone, The Rollins Band, The Violent Femmes, Siouxie & The Banshees y los raperos extremistas Body Count junto a Ice T. El eclecticismo y la rotundidad presidían el primero de los carteles íntegramente formados por bandas de rock alternativo a comienzos de la década. En aquel momento, “Stop!” y “Been caught stealing” eran hit singles multitudinarios y sus videos aparecían a todas horas en la MTV, y pese a que la revista Rolling Stone le había dado un suspenso a Ritual cuando salió a la venta, ahora les veneraban. Sin embargo, durante el primer concierto de inauguración del festival, Farrell y Navarro comenzaron a darse de hostias después de haber chocado violentamente en un momento de la interpretación, y la banda desapareció del escenario a toda prisa, volviendo para tocar un bis, pero la pelea no cesó y Navarro terminó por lanzar su guitarra al público. Aunque aquella bronca supuso el fin del grupo, aunque la banda cumplió con cada uno de los 25 shows que tenían contratados, porque Farrell “prefería cantar sin mirar a la cara a ese gilipollas antes que deberle millones de dólares a una jodida promotora”."

Pues muchas gracias por la dedicatoria.
Sabía que habías escrito un libro, pero pensé que sería de fútbol. "Memorias de un culé comunista en el Madrid Fascista", algo así.
Dime como lo consigo.
Aunque hasta dentro de dos años, más o menos, tengo las lecturas restringidas a prospectos médicos infantiles.
Gran texto!!

watts escribió:

Pendejo escribió:tarde vinilistica

Del Ritual al Mother’s Milk.

Años luz entre ambos...

No tantos.
Otra banda a la que el paso de los años no le está haciendo justicia.
Podrían tirarse los próximos veinte años tocando en Playback de teloneros de Bruno Mars, que nada podrá apagar jamás el fulgor de los Peppers de "Mother's Milk" y "Blood Sugar Sex Magik"

Hola Nota, un placer leerte, saca tiempo de vez en cuando para hacer alguna crónica, joder!!

Un abrazo a todos, me vuelvo a mi "Ritual de lo Habitual", hay que hacer la cena.

Curtis Loew escribió:Leyendo los grandísimos textos que llevo leyendo todo el día sobre este maravilloso álbum, no puedo evitar trasladarme a aquellos momentos de primera escucha. Creo que ha sido pyscho o molti o xailor o los tres los que han mencionado "el click", ese momento en el que te preguntas qué cojones es eso que está sonando, esa desconcertante locura que golpea tu cerebro. Es única.

Esta mañana me he puesto el disco en el coche y cuando ha sonado "Stop" me he sentido como Benzema saliendo de Valdebebas para coger la M40.

xailor escribió:

Moltisanti escribió:En dedicatoria a xailor que aun no tiene mi libro, y también para curtis por lo mismo, y para los que sí lo tienen como watts o cable, voy a hacer algo que no me gusta hacer pero que no me queda más remedio que hacer en este día de exaltación de la ida de olla colectiva que supone hablar de este disco, escuchar este disco, vivir en este puto disco. Porque lo de las primeras all-star (o Martens, me la pelan), lo del pelo de rubio, lo de considerar a Guns/Jane's dos caras de la misma moneda, sólo me empuja a hacer lo que voy a hacer.

Copipastear lo que puse en su día en mi puto libro.

Hala.

******************

"Más allá de sus pasotes, la excitación que despertaban en 1988 era brutal. Eran un grupo destinado a estar permanentemente de moda. La banda desprendía vibraciones poderosas en sus espectáculos, como así lo atestiguan las grabaciones existentes de conciertos de la época. Eran músicos técnicamente superdotados, estéticamente rompedores y cuya existencia parecía fraguada al borde del abismo. El uso de drogas duras hacía de cada paso que daban un momento de inusitada inquietud, como recuerda César Martín en Popular 1. Y fue precisamente ese impulso extremo, casi suicida, el que les llevó a componer el magistral Ritual de lo Habitual (1990), su último disco. Repleto de funk rock, baladas psicodélicas y experimentos hipnóticos, salió a la venta el 21 de agosto de 1990 en el sello Warner Bros. El álbum abría la década de forma inmejorable, con aquellas palabras pronunciadas en castellano por una chica californiana, que advertían a los padres del poderoso influjo que ejercían sobre sus hijos, “aunque les querían”, dando paso a la explosión de “Stop!”, acaso su canción más famosa junto a “Jane Says”. El disco, presidido por crípticas letras sobre el desasosiego y la frustración, contenía dos partes bien diferenciadas, una primera más rockera e impulsiva, donde inmediatamente después del choque inicial aparecía “No one’s leaving”, anfetamínica pieza seguida de “Ain’t no right”, otro viaje espacial a ritmo de funk metal. La segunda parte, más ambiental y progresiva, contenía tres himnos, “Three days”, “Then she did…” y “Of course”, de los cuales dos de ellos superaban los nueve minutos de duración. “Three Days” era su gran hito sonoro: una canción con constantes cambios de ritmo, espectacular en su virtuosismo, con Farrell recitando su elegía sobre una memorable línea de bajo de Avery, surgiendo delicadas las guitarras del omnipresente Dave Navarro para ir subiendo en un sensacional crescendo que logra generar idéntica catarsis a la de piezas como “Stairway to heaven” de Led Zeppelin. Dedicada a una amiga de Farrell llamada Xiola Bleu, muerta por sobredosis de heroína en 1987 a los 19 años, la canción habla sobre un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia Casey y Xiola en Los Ángeles. El lado psicótico y excesivo del disco estaba representado en todo su esplendor, sin olvidar el desahogo que suponía “Then She Did...”, que narraba el suicidio de la madre de Farrell cuando éste tenía cuatro años. El final con “Classic Girl” era una tercera parte en sí misma, con aquel sonido acústico de ambiente sórdido y celestial. En su momento, dos versiones de la carátula del CD salieron a la venta: una con dos mujeres y un hombre desnudos, escultura realizada por Perry Farrell; la otra con el nombre de la banda, el del disco y la enmienda de libertad de expresión de la Constitución de los Estados Unidos sobre fondo blanco, portada creada para poner el disco a la venta en tiendas donde se prohíbe la venta de artículos relacionados con desnudos.

La gira del álbum incluyó una visita a España, con Farrell en un estado de ánimo más atemperado, una vez canalizado su estatus de estrella del rock desde el descontrol inicial a una figura excéntrica que portaba a todas horas consigo una botella de vino. La prensa venía presagiando su final desde mediados de 1989, cuando Farrell ingresó en un centro de rehabilitación y Navarro reconoció no recordar apenas nada de la grabación del disco debido a su adicción a la heroína, y en efecto el tour de Ritual de lo Habitual supuso su canto del cisne. “En aquella gira de trece meses comprendimos que ya no nos soportábamos”, dijo Farrell. En aquellos días creó el Festival itinerante de Lollapalooza, que viajó por Norteamérica durante el verano de 1991 con un elenco de lo más interesante, formado por Jane’s, Nine Inch Nails, Butthole Surfers, Fishbone, The Rollins Band, The Violent Femmes, Siouxie & The Banshees y los raperos extremistas Body Count junto a Ice T. El eclecticismo y la rotundidad presidían el primero de los carteles íntegramente formados por bandas de rock alternativo a comienzos de la década. En aquel momento, “Stop!” y “Been caught stealing” eran hit singles multitudinarios y sus videos aparecían a todas horas en la MTV, y pese a que la revista Rolling Stone le había dado un suspenso a Ritual cuando salió a la venta, ahora les veneraban. Sin embargo, durante el primer concierto de inauguración del festival, Farrell y Navarro comenzaron a darse de hostias después de haber chocado violentamente en un momento de la interpretación, y la banda desapareció del escenario a toda prisa, volviendo para tocar un bis, pero la pelea no cesó y Navarro terminó por lanzar su guitarra al público. Aunque aquella bronca supuso el fin del grupo, aunque la banda cumplió con cada uno de los 25 shows que tenían contratados, porque Farrell “prefería cantar sin mirar a la cara a ese gilipollas antes que deberle millones de dólares a una jodida promotora”."

Pues muchas gracias por la dedicatoria.
Sabía que habías escrito un libro, pero pensé que sería de fútbol. "Memorias de un culé comunista en el Madrid Fascista", algo así.
Dime como lo consigo.
Aunque hasta dentro de dos años, más o menos, tengo las lecturas restringidas a prospectos médicos infantiles.
Gran texto!!

Escríbeme a mlsacristan@gmail.com y hablamos.

En cuanto a lo de hacer la cena y dejar de escribir en el foro y leer prospectos médicos infantiles, te diré una frase que me digo a mí mismo y le digo mucho a pinkpanther cada vez que viene buscando mi teta para lloriquear por lo mismo.

Haber echado un parchís.

xailor escribió:

watts escribió:

Pendejo escribió:tarde vinilistica

Del Ritual al Mother’s Milk.

Años luz entre ambos...

No tantos.
Otra banda a la que el paso de los años no le está haciendo justicia.
Podrían tirarse los próximos veinte años tocando en Playback de teloneros de Bruno Mars, que nada podrá apagar jamás el fulgor de los Peppers de "Mother's Milk" y "Blood Sugar Sex Magik"

Para mí hay mucha diferencia entre Ritual y Mother's milk.

Ojo. "No tanta" si el que entra en el terreno de juego es Blood Sugar. No hay tanta entre Blood Sugar Sex Magik y Nothing's shocking. Y entre Ritual y Nothing's, para mí sí hay diferencia. No mucha. En fin, estamos hablando de unas pocas pisadas, de huellas más grandes que otras.

Blood Sugar es un discazo de proporciones cósmicas. Mucho cuidado.

Yo siempre fui más de RHCP que de JA. Siendo ambos grandes. La de horas que pase jugando al Monky Island con los Peppers de BSO

De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

BSSM>RdlH>MM>NS

watts escribió:De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

Tú hoy quieres que haya gresca ante el consenso total y no sabes cómo.

Conste que estoy de acuerdo. BSSM y punto.

watts escribió:De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

¿Has visto el documental Funky Monks sobre la grabación del álbum? Es en b/n, con el cerdo de Rubin pululando por ahí, todos pasadísimos... muy curioso.

https://www.dailymotion.com/video/x3b4dxi

Curtis Loew escribió:

watts escribió:De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

Tú hoy quieres que haya gresca ante el consenso total y no sabes cómo.  

Conste que estoy de acuerdo. BSSM y punto.

Mmmmm yo me atrevería a aseverar que en mi libro hago elogio y derribo de One Hot Minute.

Y me atrevería a asegurar que si lo escucháis hoy en día igual encontráis no una, sino varias cosas que os agradan y os sorprenden bastante.

Vamos, a mí me pasó.

Vi por ahí heroína, Iggy Pop, trazas de Jane's, singles potentes, vi ideas. En ese disco cuando lo escucho me doy cuenta de que, por frankenstein que sea, ahí estaba pasando algo...

elbrujo69 escribió:

Curtis Loew escribió:Leyendo los grandísimos textos que llevo leyendo todo el día sobre este maravilloso álbum, no puedo evitar trasladarme a aquellos momentos de primera escucha. Creo que ha sido pyscho o molti o xailor o los tres los que han mencionado "el click", ese momento en el que te preguntas qué cojones es eso que está sonando, esa desconcertante locura que golpea tu cerebro. Es única.

Esta mañana me he puesto el disco en el coche y cuando ha sonado "Stop" me he sentido como Benzema saliendo de Valdebebas para coger la M40.

yo lo he cargado en el teléfono y me lo llevo mañana pal monte. Igual acabo algo mas tarado de lo normal, pero a gusto oyesssss.

Ten cuidado que con esa banda sonora te acabas tirando a una cabra.

Moltisanti escribió:

Curtis Loew escribió:

watts escribió:De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

Tú hoy quieres que haya gresca ante el consenso total y no sabes cómo.  

Conste que estoy de acuerdo. BSSM y punto.

Mmmmm yo me atrevería a aseverar que en mi libro hago elogio y derribo de One Hot Minute.

Y me atrevería a asegurar que si lo escucháis hoy en día igual encontráis no una, sino varias cosas que os agradan y os sorprenden bastante.

Vamos, a mí me pasó.

Vi por ahí heroína, Iggy Pop, trazas de Jane's, singles potentes, vi ideas. En ese disco cuando lo escucho me doy cuenta de que, por frankenstein que sea, ahí estaba pasando algo...

No está mal ese disco...a trozos. Siempre tuve la sensación de que se quedaba a medio camino de todo aunque tiene algún gran tema, ciertamente.

Al tener menos tiempo para escuchar música hay una selección natural. Es inevitable.

Moltisanti escribió:En dedicatoria a xailor que aun no tiene mi libro, y también para curtis por lo mismo, y para los que sí lo tienen como watts o cable, voy a hacer algo que no me gusta hacer pero que no me queda más remedio que hacer en este día de exaltación de la ida de olla colectiva que supone hablar de este disco, escuchar este disco, vivir en este puto disco. Porque lo de las primeras all-star (o Martens, me la pelan), lo del pelo de rubio, lo de considerar a Guns/Jane's dos caras de la misma moneda, sólo me empuja a hacer lo que voy a hacer.

Copipastear lo que puse en su día en mi puto libro.

Hala.

******************

"Más allá de sus pasotes, la excitación que despertaban en 1988 era brutal. Eran un grupo destinado a estar permanentemente de moda. La banda desprendía vibraciones poderosas en sus espectáculos, como así lo atestiguan las grabaciones existentes de conciertos de la época. Eran músicos técnicamente superdotados, estéticamente rompedores y cuya existencia parecía fraguada al borde del abismo. El uso de drogas duras hacía de cada paso que daban un momento de inusitada inquietud, como recuerda César Martín en Popular 1. Y fue precisamente ese impulso extremo, casi suicida, el que les llevó a componer el magistral Ritual de lo Habitual (1990), su último disco. Repleto de funk rock, baladas psicodélicas y experimentos hipnóticos, salió a la venta el 21 de agosto de 1990 en el sello Warner Bros. El álbum abría la década de forma inmejorable, con aquellas palabras pronunciadas en castellano por una chica californiana, que advertían a los padres del poderoso influjo que ejercían sobre sus hijos, “aunque les querían”, dando paso a la explosión de “Stop!”, acaso su canción más famosa junto a “Jane Says”. El disco, presidido por crípticas letras sobre el desasosiego y la frustración, contenía dos partes bien diferenciadas, una primera más rockera e impulsiva, donde inmediatamente después del choque inicial aparecía “No one’s leaving”, anfetamínica pieza seguida de “Ain’t no right”, otro viaje espacial a ritmo de funk metal. La segunda parte, más ambiental y progresiva, contenía tres himnos, “Three days”, “Then she did…” y “Of course”, de los cuales dos de ellos superaban los nueve minutos de duración. “Three Days” era su gran hito sonoro: una canción con constantes cambios de ritmo, espectacular en su virtuosismo, con Farrell recitando su elegía sobre una memorable línea de bajo de Avery, surgiendo delicadas las guitarras del omnipresente Dave Navarro para ir subiendo en un sensacional crescendo que logra generar idéntica catarsis a la de piezas como “Stairway to heaven” de Led Zeppelin. Dedicada a una amiga de Farrell llamada Xiola Bleu, muerta por sobredosis de heroína en 1987 a los 19 años, la canción habla sobre un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia Casey y Xiola en Los Ángeles. El lado psicótico y excesivo del disco estaba representado en todo su esplendor, sin olvidar el desahogo que suponía “Then She Did...”, que narraba el suicidio de la madre de Farrell cuando éste tenía cuatro años. El final con “Classic Girl” era una tercera parte en sí misma, con aquel sonido acústico de ambiente sórdido y celestial. En su momento, dos versiones de la carátula del CD salieron a la venta: una con dos mujeres y un hombre desnudos, escultura realizada por Perry Farrell; la otra con el nombre de la banda, el del disco y la enmienda de libertad de expresión de la Constitución de los Estados Unidos sobre fondo blanco, portada creada para poner el disco a la venta en tiendas donde se prohíbe la venta de artículos relacionados con desnudos.

La gira del álbum incluyó una visita a España, con Farrell en un estado de ánimo más atemperado, una vez canalizado su estatus de estrella del rock desde el descontrol inicial a una figura excéntrica que portaba a todas horas consigo una botella de vino. La prensa venía presagiando su final desde mediados de 1989, cuando Farrell ingresó en un centro de rehabilitación y Navarro reconoció no recordar apenas nada de la grabación del disco debido a su adicción a la heroína, y en efecto el tour de Ritual de lo Habitual supuso su canto del cisne. “En aquella gira de trece meses comprendimos que ya no nos soportábamos”, dijo Farrell. En aquellos días creó el Festival itinerante de Lollapalooza, que viajó por Norteamérica durante el verano de 1991 con un elenco de lo más interesante, formado por Jane’s, Nine Inch Nails, Butthole Surfers, Fishbone, The Rollins Band, The Violent Femmes, Siouxie & The Banshees y los raperos extremistas Body Count junto a Ice T. El eclecticismo y la rotundidad presidían el primero de los carteles íntegramente formados por bandas de rock alternativo a comienzos de la década. En aquel momento, “Stop!” y “Been caught stealing” eran hit singles multitudinarios y sus videos aparecían a todas horas en la MTV, y pese a que la revista Rolling Stone le había dado un suspenso a Ritual cuando salió a la venta, ahora les veneraban. Sin embargo, durante el primer concierto de inauguración del festival, Farrell y Navarro comenzaron a darse de hostias después de haber chocado violentamente en un momento de la interpretación, y la banda desapareció del escenario a toda prisa, volviendo para tocar un bis, pero la pelea no cesó y Navarro terminó por lanzar su guitarra al público. Aunque aquella bronca supuso el fin del grupo, aunque la banda cumplió con cada uno de los 25 shows que tenían contratados, porque Farrell “prefería cantar sin mirar a la cara a ese gilipollas antes que deberle millones de dólares a una jodida promotora”."

Acabas de venderme un libro. El lunes te escribo para cerrar la transacción.

A mi mother´s milk y one hot minute me parecen dos discazos como la copa de un pino. El blood sugar es el blood sugar, pero quien no disfrute de esos dos en especial, tienen mas discos disfrutables, creo que se pierde mucho.

favorite 77 escribió:Desgraciadamente, yo llegué unos meses tardes a la banda de mi vida: en junio del 92. Ese fue uno de los veranos más alienados de mi vida, y lo pasé yendo cada tarde, cuando abría la biblioteca de mi barrio, a por tres o cuatro Popular 1 que leía compulsivamente a lo largo de la tarde para volver a por más al día siguiente. Ahí fue donde leí hablar por primera vez de Jane's, así como de tantas otras bandas, pero no tuve oportunidad de escucharlos hasta una de esas tardes, mientras escuchaba Radio Bronka, una radio libre de Barcelona que sigue todavía en activo. Era la época de la ley Corcuera y estaban emitiendo un programa en el que básicamente ponían a caldo la ley con la participación de algunos oyentes exaltados y malhablados, y entre charleta y charleta pinchaban algún tema y en uno de esos incisos pincharon Stop, la canción, más que ninguna otra en aquella época, que ya es decir, que le dio la vuelta a mi mundo como a un calcetín. Inmediatamente, cuando acabó la canción, me abalancé sin pensar sobre el teléfono y marqué el número que no paraban de repetir por antena mientras ponía a grabar la emisión en la doble pletina de mi radio Raheem. Sin demora, mi llamada entró en antena y me cuestionaron sobre la ley Corcuera. Yo me limité a decir algo en la habitual vena punk de Pedro Pico y Pico Vena, Corcuera cabrón, hijo puta, o alguna lindeza similar. Entonces el tipo me preguntó, muy cabroncete él, que sí, que muy bien, pero ¿por qué? Entonces tuve que admitir que no tenía ni puta idea, que yo solo llamaba para rogarles que volvieran a pasar la canción que acababa de sonar, de la cual yo no había alcanzado a identificar ni el título ni el autor. Gentil, el tipo me informó de que la banda eran Jane's Addiction y la canción Stop, agradeció mi participación y radió de nuevo Stop, que yo estaba grabando y que debí de escuchar decenas de veces esa tarde.

El día siguiente le pedí dos mil pesetas a mi abuelo, mi padrino, que en paz descanse, moriría un año más tarde, y él, tras hacerme prometer que no me lo gastaría en drogas, me las dio. Fue imposible dar aquella tarde con el Nothing's Shocking, que era el disco que yo quería, y hube de contentarme con llevarme a casa el Ritual, que al fin y al cabo era el que contenía Stop, esa canción que no me podía sacar de la cabeza de ninguna de las maneras, que me parecía un mundo en sí misma, una ventana enorme a un mundo nuevo del que yo lo desconocía todo, un mundo que de pronto daba sentido a las cosas, dotaba a mi vida de un sentido de la maravilla del que había carecido, como si en mitad de la noche acabara de ser testigo de la aparición de la nave de Encuentros en la tercera fase. Recuerdo escuchar el disco por primera vez y, básicamente, no entender nada. Yo venía del heavy y del thrash metal y del punk patrio; de Guns, los Cult y Skid Row en los meses precedentes, y nada me había preparado para algo como aquello, fue como saltarse varios pasos en la escala evolutiva.

Es curioso que no recuerde, aparte de Stop, el siguiente clic en mi cabeza, y que mi memoria me muestre ya en la soledad de mi cuarto escuchando Classic Girl sin parar, perdido durante días en Three Days, comprando el debut y, finalmente, aquellas navidades del 92, por fin, el Nothing's Shocking, ya totalmente entregado, receptivo, cambiado. Pinchar Up the beach, acaso, junto a Plainsong, la intro definitiva, y contemplar atónito mi mundo en deconstrucción. ¿De dónde salían esas melodías de voz (en un fanzine leí una descripción que me pareció muy acertada: melodías de teleñeco en ácido), esos riffs de guitarra tan agresivos, tan enfermos y tan desgajados, que no sonaban a nada, de dónde esos solos que aparecían como de la nada, cómo podía uno escuchar una canción de aquel disco y percibir que cada instrumento se labraba su propio camino, con independencia pero en total armonía con el resto, cómo, cómo cojones aquello podía ser tan, tan épico sin haber ni rastro de power metal, qué cojones era aquello? ¿Cómo era posible tanto misterio, tantas preguntas sin respuesta? ¿Cómo podían aquellas fotos ser tan inquietantes, tan excitantes, tan reveladoras, cómo podía tener Perry un look tan demencial, tan intrigante?









Recuerdo volver tras la primera cita con la que sería mi novia durante tres años y medio, absolutamente exaltado, con las hormonas en rebelión y las venas encharcadas en adrenalina, llegar a casa, encontrármela vacía y sentir la necesidad de poner algo en mi vida, en aquel momento, en la pletina, que estuviera a la altura del desparrame emocional que sentía, y pinchar Had a dad y cantarla a voz en grito y bailarla como un invertebrado, sin respeto alguno por mi ahora tan castigada y resentida columna. Relaciono a Jane's, como a los Peppers, como a FNM, como a Bowie, la Velvet o a los Stooges, pero muy especialmente a Jane's, con muchos de esos momentos en los que sientes que no hay un mañana porque tu presente abarca tanto, tanto espacio que cualquier otra cosa resulta casi inimaginable, sencillamente, no cabe. Perdí la cabeza con esta banda como con ninguna. Me grabé una cinta de 60 con Jane's Says, versión debut, repetida una vez detrás de otra, porque tenía la impresión, como con I would for you, como con el binomio Simpathy- Rock'n'roll, como con Summertime Rolls, de que en aquella canción residía, oculto entre las notas, un mantra que verdaderamente me llevaba a un lugar mejor, un lugar irreal que las palabras no alcanzaban a describir.

Y en fin, podría llenar folios hablando de recuerdos ligados a Jane's, como le sucede a cualquier enfermo con la banda de su vida, pero así, como polvo rápido y sin recapacitar demasiado, eyacular este texto me ha aliviado en algo.

Aprovecho la ocasión para agradecer a los habituales a este hilo el tiempo invertido y los buenos ratos pasados desde la barrera en el último año y pico, especialmente a xailor, watts y Gálvez, que escriben siempre textos que me emocionan.

Que grande eres Nota, que grande.

Me encantaría leer todos los folios que escribieras hablando sobre Jane´s, pocas cosas me interesaría leer mas ahora mismo.

Curtis Loew escribió:

Moltisanti escribió:

Curtis Loew escribió:

watts escribió:De acuerdo con Molti. Yo he descubierto que para mi RHCP son un grupo de un solo disco. Alucinante e irrepetible. Algún día volveré a escuchar el Mother's Milk, que lo recuerdo bueno, pero para qué, si tengo el BSSM...

Tú hoy quieres que haya gresca ante el consenso total y no sabes cómo.  

Conste que estoy de acuerdo. BSSM y punto.

Mmmmm yo me atrevería a aseverar que en mi libro hago elogio y derribo de One Hot Minute.

Y me atrevería a asegurar que si lo escucháis hoy en día igual encontráis no una, sino varias cosas que os agradan y os sorprenden bastante.

Vamos, a mí me pasó.

Vi por ahí heroína, Iggy Pop, trazas de Jane's, singles potentes, vi ideas. En ese disco cuando lo escucho me doy cuenta de que, por frankenstein que sea, ahí estaba pasando algo...

No está mal ese disco...a trozos. Siempre tuve la sensación de que se quedaba a medio camino de todo aunque tiene algún gran tema, ciertamente.

Al tener menos tiempo para escuchar música hay una selección natural. Es inevitable.

Lo es. Es inevitable.

También apostaría a que One Hot Minute, o al menos su mitad buena, me sigue pareciendo mejor que el 99% de las cosas de rock que se publican hoy día.

Y ojo que cada viernes me meto en all music para los all featured releases y su puta madre y... nada. Oye, que nada. Que no veo que nadie saque un Black Love, un Dust, un Grace, un Vitalogy. Mira que por sus pintas y por los sellos que les respaldan parece que sí, pero... nada, tú. Que no.

borogis escribió:

Moltisanti escribió:En dedicatoria a xailor que aun no tiene mi libro, y también para curtis por lo mismo, y para los que sí lo tienen como watts o cable, voy a hacer algo que no me gusta hacer pero que no me queda más remedio que hacer en este día de exaltación de la ida de olla colectiva que supone hablar de este disco, escuchar este disco, vivir en este puto disco. Porque lo de las primeras all-star (o Martens, me la pelan), lo del pelo de rubio, lo de considerar a Guns/Jane's dos caras de la misma moneda, sólo me empuja a hacer lo que voy a hacer.

Copipastear lo que puse en su día en mi puto libro.

Hala.

******************

"Más allá de sus pasotes, la excitación que despertaban en 1988 era brutal. Eran un grupo destinado a estar permanentemente de moda. La banda desprendía vibraciones poderosas en sus espectáculos, como así lo atestiguan las grabaciones existentes de conciertos de la época. Eran músicos técnicamente superdotados, estéticamente rompedores y cuya existencia parecía fraguada al borde del abismo. El uso de drogas duras hacía de cada paso que daban un momento de inusitada inquietud, como recuerda César Martín en Popular 1. Y fue precisamente ese impulso extremo, casi suicida, el que les llevó a componer el magistral Ritual de lo Habitual (1990), su último disco. Repleto de funk rock, baladas psicodélicas y experimentos hipnóticos, salió a la venta el 21 de agosto de 1990 en el sello Warner Bros. El álbum abría la década de forma inmejorable, con aquellas palabras pronunciadas en castellano por una chica californiana, que advertían a los padres del poderoso influjo que ejercían sobre sus hijos, “aunque les querían”, dando paso a la explosión de “Stop!”, acaso su canción más famosa junto a “Jane Says”. El disco, presidido por crípticas letras sobre el desasosiego y la frustración, contenía dos partes bien diferenciadas, una primera más rockera e impulsiva, donde inmediatamente después del choque inicial aparecía “No one’s leaving”, anfetamínica pieza seguida de “Ain’t no right”, otro viaje espacial a ritmo de funk metal. La segunda parte, más ambiental y progresiva, contenía tres himnos, “Three days”, “Then she did…” y “Of course”, de los cuales dos de ellos superaban los nueve minutos de duración. “Three Days” era su gran hito sonoro: una canción con constantes cambios de ritmo, espectacular en su virtuosismo, con Farrell recitando su elegía sobre una memorable línea de bajo de Avery, surgiendo delicadas las guitarras del omnipresente Dave Navarro para ir subiendo en un sensacional crescendo que logra generar idéntica catarsis a la de piezas como “Stairway to heaven” de Led Zeppelin. Dedicada a una amiga de Farrell llamada Xiola Bleu, muerta por sobredosis de heroína en 1987 a los 19 años, la canción habla sobre un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia Casey y Xiola en Los Ángeles. El lado psicótico y excesivo del disco estaba representado en todo su esplendor, sin olvidar el desahogo que suponía “Then She Did...”, que narraba el suicidio de la madre de Farrell cuando éste tenía cuatro años. El final con “Classic Girl” era una tercera parte en sí misma, con aquel sonido acústico de ambiente sórdido y celestial. En su momento, dos versiones de la carátula del CD salieron a la venta: una con dos mujeres y un hombre desnudos, escultura realizada por Perry Farrell; la otra con el nombre de la banda, el del disco y la enmienda de libertad de expresión de la Constitución de los Estados Unidos sobre fondo blanco, portada creada para poner el disco a la venta en tiendas donde se prohíbe la venta de artículos relacionados con desnudos.

La gira del álbum incluyó una visita a España, con Farrell en un estado de ánimo más atemperado, una vez canalizado su estatus de estrella del rock desde el descontrol inicial a una figura excéntrica que portaba a todas horas consigo una botella de vino. La prensa venía presagiando su final desde mediados de 1989, cuando Farrell ingresó en un centro de rehabilitación y Navarro reconoció no recordar apenas nada de la grabación del disco debido a su adicción a la heroína, y en efecto el tour de Ritual de lo Habitual supuso su canto del cisne. “En aquella gira de trece meses comprendimos que ya no nos soportábamos”, dijo Farrell. En aquellos días creó el Festival itinerante de Lollapalooza, que viajó por Norteamérica durante el verano de 1991 con un elenco de lo más interesante, formado por Jane’s, Nine Inch Nails, Butthole Surfers, Fishbone, The Rollins Band, The Violent Femmes, Siouxie & The Banshees y los raperos extremistas Body Count junto a Ice T. El eclecticismo y la rotundidad presidían el primero de los carteles íntegramente formados por bandas de rock alternativo a comienzos de la década. En aquel momento, “Stop!” y “Been caught stealing” eran hit singles multitudinarios y sus videos aparecían a todas horas en la MTV, y pese a que la revista Rolling Stone le había dado un suspenso a Ritual cuando salió a la venta, ahora les veneraban. Sin embargo, durante el primer concierto de inauguración del festival, Farrell y Navarro comenzaron a darse de hostias después de haber chocado violentamente en un momento de la interpretación, y la banda desapareció del escenario a toda prisa, volviendo para tocar un bis, pero la pelea no cesó y Navarro terminó por lanzar su guitarra al público. Aunque aquella bronca supuso el fin del grupo, aunque la banda cumplió con cada uno de los 25 shows que tenían contratados, porque Farrell “prefería cantar sin mirar a la cara a ese gilipollas antes que deberle millones de dólares a una jodida promotora”."

Acabas de venderme un libro. El lunes te escribo para cerrar la transacción.

Toma ya, Umbral, chúpate esa, cabrón.

Ah no, calla, que el hijoputa está muerto...

Fuera coñas. Gracias borogis. Ahí tienes mi email.

Que placer da leeros a todos. Con aparicion estelar del Notario y todo.

Poco mas que añadir, El Ritual es uno de mis discos favoritos. Obra Maestra sin fisuras.

sonic buzzard escribió:Que placer da leeros a todos. Con aparicion estelar del Notario y todo.

Poco mas que añadir, El Ritual es uno de mis discos favoritos. Obra Maestra sin fisuras.

Ha sido un día especial hoy.

Cada vez me siento más implicado en el puto topic. Puto watts, puto gálvez, puto cable.

El peor cable. Es el que tiene la culpa. Fue mi Pep y yo su Thiago. Jodido cable.

Pendejo escribió:BSSM>RdlH>MM>NS

RdlH>>> OHM=NS> BSSM>> JA>>>>>>>>>MM

De los RHCP creo que el Freaky Styley y Californication son discazos tambien.

sonic buzzard escribió:

Pendejo escribió:BSSM>RdlH>MM>NS

RdlH>>> OHM=NS> BSSM>> JA>>>>>>>>>MM

De los RHCP creo que el Freaky Styley y Californication son discazos tambien.

No estoy de acuerdo con tu orden, pero me parece atrevido, me gusta.

Californication es algo. Discazo no. Pero es algo más que lo que dice el topicazo.

Aunque echo mucho de menos en ese disco el trabajo de Frusciante siendo Frusciante.

Recuerdo ver el estreno de "Warped" en 40TV (que tiempos aquellos...) y pensar que estábamos ante el grupo más grande de nuestro tiempo, que aquello iba a ser algo que le contaríamos a nuestros nietos. Y después me llegó el disco y quería agarrarme a él... pero pasó el tiempo y fue uno de esos que no superó el paso del cassette al CD/vinilo/bits...