[FOTOS] Blue Cheer @ www.denaflows.com

Creada la galería correspondiente a

Blue Cheer

con fotos tomadas en el Festival Jet Lag BIO de Bilbao el 22 de diciembre (2008).

En vuestra web amiga: http://www.denaflows.com

Y también en flickr:
http://www.flickr.com/photos/denaflows/sets/72157611466465417/

Un saludo. Marcial Garañón

Una pena que el sonido fuera tan malo

cojonudas fotos, tío!!!!

sleepy vampire escribió:Una pena que el sonido fuera tan malo

Sí que sonó guarrete pero no impidió el disfrute. Estuvo bastante bien.

¡gracias Peri!

Otro saludo. Marcial Garañón

marcialg2000 escribió:

sleepy vampire escribió:Una pena que el sonido fuera tan malo

Sí que sonó guarrete pero no impidió el disfrute. Estuvo bastante bien.

¡gracias Peri!

Otro saludo. Marcial Garañón

Es que es imposible no disfrutarles muchísimo, pero con un sonido decente podía haber sido de orgasmo

Sonaron grasientos de cojones vaya!
Execelentes fotos Marcial como siempre.

sono de puta pena, de verguenza

el sitio era nuevo y blue cheer no son precisamente el grupo más fácil para que el concierto sonase bien pero creo que el sonido fue mejorando y pasó de muy malo a pasable a lo largo del concert

ellos unos fenómenos, por supuesto, vais a gozar los que les veáis en salas en abril-mayo

Pa mi gusto los ultimos 20 minutos un toston de aupa!!

la crónica de nuestro guru espiritual oscar cubillo:


Ciegos y sordos
Los roqueros hippies californianos Blue Cheer atronaron en el festival Jet Lag (22 de diciembre)
23.12.08 - Oscar Cubillo

El lunes acudimos con escasas esperanzas a ver a los históricos de la serie B del rock Blue Cheer, los cuales nos resultaron demasiado indigestos en el reciente Azkena Rock Festival vitoriano. En esta ocasión, los resistentes del rock de los 60 actuaban como representantes de la ciudad de San Francisco en el festival Jet Lag, una idea del ayuntamiento de Bilbao para gastar el dinero de los contribuyentes en tiempos de crisis de un modo en el que no percibimos el keynesianismo por ningún lado. Arribamos al recinto, una nave industrial sita en Sarriko, y nos pareció todo fantasmagórico y alienante. “Una cochambre, pero me gusta”, juzgó Carlos el arquitecto, hermano de Alfredo, el dandy de Indautxu, quien a su vez observó: “Es un festival para la juventud y sólo se ven carrozas”.
Pues en tal ubicación tan fría, poco acogedora y cutre repetimos bolo de Blue Cheer con intención de largarnos pronto y no escribir del asunto si no nos convencían. Pero se salieron, se sobraron, empezando por el volumen atronador, despiadado y cortante. En hora y veinte minutos (no concedieron bis a pesar de las peticiones) borraron la imagen espesa y pagada de sí mismos que ofrecieron en Vitoria gracias a un catálogo de heavy-blues referencia actual del stoner rock. Hubo mucha tralla y ambientación oscura, desde la forma de cantar de su líder, Dickie Peterson (bajo y micro), quien al entonar a voz en grito remitía a Nazareth, cuando se suavizaba a Ozzy Osbourne y a Jim Morrison cuando chillaba como colocado de ácido (de ahí viene el nombre de Blue Cheer, ¿eh?).
El único borrón
El baterista, Paul Whaley, también era el original, ha regresado a la alineación y la amplificación exageraba su pegada. Dickie dijo que va con él desde hace 42 años y que le conoce mejor que a su propia esposa. Y el blues lo aportaba a paletadas de carbón en una locomotora Andrew ‘Duck’ MacDonald, quien volaba como Hendrix o Stevie Ray Vaughan, y al final, en la última pieza, ‘Doctor Please’ (la del solo de batería, buf...), se estiró demasiado en los punteos a lo Frank Marino/Robin Trower y no le importó romper una cuerda, pues le sucedió al solo el líder con su bajo y él cambió de guitarra para poder seguir alardeando, dando la brasa, en el momento más censurable, por estirado, de la cita. El único borrón.
Blue Cheer vencieron y convencieron a base de vatios, pedales varios, actitud chuleta y sustrato setentero. El hacha lucía una camiseta de nuestros favoritos Blood Of The Sun y el líder otra de los también preferidos Pirates, y así de durezas arrasaron el local industrial convirtiéndolo en una entrada al infierno, pues nos estaban castigando con volumen mefistofélico y, además, al acabar cada tema nos iluminaban los focos con tal vileza, esto, viveza, que el arquitecto soltó: “Nos vamos a quedar sordos y ciegos”.
Entre los diez temas cupieron bastantes versiones llevadas a su terreno, o sea el sulfúrico, en el que apisonaban a seguidores como Nebula o Monster Magnet. Cayeron un ‘Rock Me Baby’ de B.B. King brutalizado, el ‘Parchman Farm’ de Mose Allison triturando los átomos jazz, ‘The Hunter’ de Albert King con más energía que la aplicada por Free, o el ‘Summertime Blues’ de Eddie Cochran en penúltimo lugar, cuando Dickie, un viejo motero hippie pasado de vueltas, pidió coros a la peña. Como casi nadie de los 300 que a esas alturas quedaríamos en el bolo se aplicó, el divo se mosqueó y no se rebajó a dar un bis. Bah... muerte a los bises.