RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
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Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Perseide escribió:Como millenial me ofende el tono en el que se habla de los millenals en este hilo.
¡Qué grande!
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Perseide escribió:Como millenial me ofende el tono en el que se habla de los millenals en este hilo.
El resto de millenials no tienen porque darse por aludidos cuando nos metemos contigo.
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Veo discriminacion hacia mi persona.sapir escribió:Perseide escribió:Como millenial me ofende el tono en el que se habla de los millenals en este hilo.
El resto de millenials no tienen porque darse por aludidos cuando nos metemos contigo.
Perseide hagamos plataforma visible de que los millenials tambien somos personas
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
"Los millenials también son personas".
Qué no inventaréis...
Qué no inventaréis...
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Se que los millenials han destruido tu (nuestro) BBK, pero estamos los que tambien preferimos a Wilco, Primal Scream o Youth Groupsalakov escribió:"Los millenials también son personas".
Qué no inventaréis...
HE DICHO
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52138
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
RegSound escribió:Veo discriminacion hacia mi persona.sapir escribió:Perseide escribió:Como millenial me ofende el tono en el que se habla de los millenals en este hilo.
El resto de millenials no tienen porque darse por aludidos cuando nos metemos contigo.
Perseide hagamos plataforma visible de que los millenials tambien somos personas
Y la envidia que dais al resto por vuestra edad y que se callan que? Eh!? Algun peaje tendra que tener no?
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 13/05/2010
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Es un hombre, una mujer o un millenial?
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:
Jajajajajajajajajajaja
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Mi padre siempre dice que somos la Generación F.
F de Flojos.
F de Flojos.
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
salakov escribió:¿Es un hombre, una mujer o un millenial?
“Un motivo para odiar y ser odiado”
Y a mi que todo esto cada vez se me parece mas al tipico escudo de odio que tiene que poner la persona ultrasensible por miedo a ser vulnerado...
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:salakov escribió:
- Spoiler:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Oh, qué bonito: Bratislava, el zoo, los niños y sus lágrimas…
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Fantástico el carácter indómito del oso, un canto a la libertad.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Relato familiar lleno de encanto y candor.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Historia que transita a través de varias generaciones, fantástico.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Qué original, un oso amaestrado y querido como un hijo propio. Animalismo encantador.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Grandísimo giro, convertir al úrsido en un conocido escritor de éxito.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Como en “Coco”, una preciosa canción retrotrayendo recuerdos del pasado.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Licantropía osezna, qué bien hilado. Bravo.
+: Por fin un poco de atención a los contenidos, se echaba en falta
-: Ha sonado cada una de las criticas como las costuras de un traje que compraste hace 10 años... forzado
Jajajaj, chow de chow, meta-chow... nah, a sakalov se le ve más en su salsa cuando hace comentarios de tildes y comas, no le sale el feeling , no le divierte o le divierte despreciarlo.
Kupak- Mensajes : 29331
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Mientras los seres humanos tienen el carbono como elemento principal de su cuerpo, Sala tiene el odio
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Salakov, Pérez Reverte y Javier Marías.
El trío calavera.
El trío calavera.
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Perseide escribió:Salakov, Pérez Reverte y Javier Marías.
El trío calavera.
Pues mi apuesta para su relato de esta semana era el de perez reverte.. pero el salmon cazado me llena de dudas
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Añadido a la pista de que en su critica latiguera es el unico relato en el qhe se ha centrado en su contenido...
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Añadido a la pista de que en su critica latiguera es el unico relato en el qhe se ha centrado en su contenido...
Salakov es el Moriarty del microrrelatismo.
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:salakov escribió:La cuestión es, ¿a través de cuál de las dos críticas se puede sacar algo en claro, crecer, mejorar?
Pues eso.
De la unica en la que has dicho lo que piensas de verdad
Las dos sin muchas ganas diría yo.
Kupak- Mensajes : 29331
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Yo sólo quería rebajar los niveles de glucosa antes de que entrarais en coma diabético.
Es la mía una labor ingrata, pero alguien tiene que hacerlo.
Es la mía una labor ingrata, pero alguien tiene que hacerlo.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Supongo que hubiese sido mejor la libertad que el zoo, pero al menos se muestra preocupación por él
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Historia del auténtico macho alfa que cuenta sus proezas aunque no sean tales, bonita idea
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Entiendo el concepto del relato, pero tengo que releerlo alguna que otra vez por el sistema de puntos que emplea
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
De este relato me gusta como cuenta una historia en la que el oso es prescindible, lo que muestra una gran imaginación
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Me gusta el cariño que se le coge al oso, pero como padre que soy se me hace difícil que sea más que a un hijo
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Imaginación enorme, si fuese ilustrado sería un muy buen cuento infantil
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Este relato me ha llamado mucho la atención, quizás porque trabajo con gente con Alzheimer
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Si se pasa por lo alto el detalle de la imposibilidad de que se consiga fecundar un óvulo humano con un espermatozoide del oso, me gusta por como muestra el complejo de inferioridad del padre
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
RegSound escribió:
- Spoiler:
Sugar Bug escribió:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Supongo que hubiese sido mejor la libertad que el zoo, pero al menos se muestra preocupación por él
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Historia del auténtico macho alfa que cuenta sus proezas aunque no sean tales, bonita idea
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Entiendo el concepto del relato, pero tengo que releerlo alguna que otra vez por el sistema de puntos que emplea
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
De este relato me gusta como cuenta una historia en la que el oso es prescindible, lo que muestra una gran imaginación
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Me gusta el cariño que se le coge al oso, pero como padre que soy se me hace difícil que sea más que a un hijo
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Imaginación enorme, si fuese ilustrado sería un muy buen cuento infantil
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Este relato me ha llamado mucho la atención, quizás porque trabajo con gente con Alzheimer
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Si se pasa por lo alto el detalle de la imposibilidad de que se consiga fecundar un óvulo humano con un espermatozoide del oso, me gusta por como muestra el complejo de inferioridad del padre
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:salakov escribió:¿Es un hombre, una mujer o un millenial?
“Un motivo para odiar y ser odiado”
Y a mi que todo esto cada vez se me parece mas al tipico escudo de odio que tiene que poner la persona ultrasensible por miedo a ser vulnerado...
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salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
salakov escribió:Yo sólo quería rebajar los niveles de glucosa antes de que entrarais en coma diabético.
Es la mía una labor ingrata, pero alguien tiene que hacerlo.
Sumo a futbolero, ácrata y desconstruccionista un "con sentido del deber"... puede ser o bueno o muy malo, depende.
Kupak- Mensajes : 29331
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:RegSound escribió:
- Spoiler:
Sugar Bug escribió:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Supongo que hubiese sido mejor la libertad que el zoo, pero al menos se muestra preocupación por él
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Historia del auténtico macho alfa que cuenta sus proezas aunque no sean tales, bonita idea
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Entiendo el concepto del relato, pero tengo que releerlo alguna que otra vez por el sistema de puntos que emplea
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
De este relato me gusta como cuenta una historia en la que el oso es prescindible, lo que muestra una gran imaginación
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Me gusta el cariño que se le coge al oso, pero como padre que soy se me hace difícil que sea más que a un hijo
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Imaginación enorme, si fuese ilustrado sería un muy buen cuento infantil
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Este relato me ha llamado mucho la atención, quizás porque trabajo con gente con Alzheimer
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Si se pasa por lo alto el detalle de la imposibilidad de que se consiga fecundar un óvulo humano con un espermatozoide del oso, me gusta por como muestra el complejo de inferioridad del padre
(+) Chow en el que se ve a la persona y tiene buena pinta. Dice lo que quiere decir sin añadidos.
(-) No se me ocurre ahora mismo.
Kupak- Mensajes : 29331
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Victoria moral (hasta que llegue Salakov)Kupak escribió:sapir escribió:RegSound escribió:
- Spoiler:
Sugar Bug escribió:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Supongo que hubiese sido mejor la libertad que el zoo, pero al menos se muestra preocupación por él
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Historia del auténtico macho alfa que cuenta sus proezas aunque no sean tales, bonita idea
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Entiendo el concepto del relato, pero tengo que releerlo alguna que otra vez por el sistema de puntos que emplea
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
De este relato me gusta como cuenta una historia en la que el oso es prescindible, lo que muestra una gran imaginación
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Me gusta el cariño que se le coge al oso, pero como padre que soy se me hace difícil que sea más que a un hijo
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Imaginación enorme, si fuese ilustrado sería un muy buen cuento infantil
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Este relato me ha llamado mucho la atención, quizás porque trabajo con gente con Alzheimer
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Si se pasa por lo alto el detalle de la imposibilidad de que se consiga fecundar un óvulo humano con un espermatozoide del oso, me gusta por como muestra el complejo de inferioridad del padre
(+) Chow en el que se ve a la persona y tiene buena pinta. Dice lo que quiere decir sin añadidos.
(-) No se me ocurre ahora mismo.
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52138
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
Lo que sea, tampoco sé lo que es un ácrata.
Kupak- Mensajes : 29331
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Kupak escribió:salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
Lo que sea, tampoco sé lo que es un ácrata.
https://es.wikipedia.org/wiki/Deconstrucci%C3%B3n
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
RegSound escribió:Victoria moral (hasta que llegue Salakov)Kupak escribió:sapir escribió:RegSound escribió:
- Spoiler:
Sugar Bug escribió:
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Supongo que hubiese sido mejor la libertad que el zoo, pero al menos se muestra preocupación por él
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Historia del auténtico macho alfa que cuenta sus proezas aunque no sean tales, bonita idea
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Entiendo el concepto del relato, pero tengo que releerlo alguna que otra vez por el sistema de puntos que emplea
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
De este relato me gusta como cuenta una historia en la que el oso es prescindible, lo que muestra una gran imaginación
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Me gusta el cariño que se le coge al oso, pero como padre que soy se me hace difícil que sea más que a un hijo
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Imaginación enorme, si fuese ilustrado sería un muy buen cuento infantil
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Este relato me ha llamado mucho la atención, quizás porque trabajo con gente con Alzheimer
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Si se pasa por lo alto el detalle de la imposibilidad de que se consiga fecundar un óvulo humano con un espermatozoide del oso, me gusta por como muestra el complejo de inferioridad del padre
(+) Chow en el que se ve a la persona y tiene buena pinta. Dice lo que quiere decir sin añadidos.
(-) No se me ocurre ahora mismo.
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Kupak escribió:salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
Lo que sea, tampoco sé lo que es un ácrata.
Pues creo que lo eres.
https://es.wikipedia.org/wiki/Acracia
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Y leído, no soy deconstruccionista.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
lo que hace el bilbao con el futbol.
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Kupak escribió:salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
Lo que sea, tampoco sé lo que es un ácrata.
los microbichos que hay en los colchones!
que pareceís millenial, coño!
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:salakov escribió:¿Qué cosa es un descontruccionista?
Me estoy empezando a ofender cual millenial...
lo que hace el bilbao con el futbol.
Bien tirado.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Nanocrítica = Una palabra. Una palabra para describir el relato, qué te ha transmitido. Si es la primera palabra que te pasa por la cabeza, mejor.
Procedo.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Última edición por Sugar Bug el Lun 12 Mar 2018 - 12:22, editado 1 vez
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Drama.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Ácrata.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Familia.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Western.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Edipo.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Anteojos.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Peluche.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Dientes.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Drama.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
Ácrata.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Familia.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Western.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Edipo.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Anteojos.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Peluche.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
Dientes.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Mi nanocrítica a todos: Pomelo.
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Perseide escribió:Mi nanocrítica a todos: Pomelo.
No tienes ni puta idea.
La palabra es: Equidistante.
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Por favor, que alguien haga un relato con Peter Garrett salvando a un koala que se lleva los tres puntos de Salakas
Koikila- Mensajes : 46209
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Koikila escribió:Por favor, que alguien haga un relato con Peter Garrett salvando a un koala que se lleva los tres puntos de Salakas
Por favor.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Sabéis que los koalas son super agresivos?
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Y superachuchables.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del viente (corregirlo antes de que diga algo Salaka) de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Si la madre esta basada en Beths Drapper tiene todos mis respetos
_________________
RegSound- Moderador
- Mensajes : 52138
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del viente de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Afectado.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Magnífico el final. Me ha gustado aunque sea bastante triste.
Última edición por sapir el Lun 12 Mar 2018 - 12:25, editado 1 vez
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Koikila escribió:Por favor, que alguien haga un relato con Peter Garrett salvando a un koala que se lleva los tres puntos de Salakas
- Spoiler:
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
RegSound escribió:Sugar Bug escribió:
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del viente (corregirlo antes de que diga algo Salaka) de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Si la madre esta basada en Beths Drapper tiene todos mis respetos
sapir- Mensajes : 135954
Fecha de inscripción : 18/10/2011
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