Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
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Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
La frase:
Recorro a diario una calle transitada
Enlace a archivo word con los relatos de la ronda y su autoría:
https://docs.google.com/document/d/11tstAdfj1o56_211XVbQJOQDNsrWdLl8IRJ8_t7MC7Y/edit?usp=sharing
Enlace a las actas. Resultados de las votaciones:
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1L5GIQimd0Jss8WoYjT6jvRHde9bUWVlRIIrWJ8JLTvk/edit?usp=sharing
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Recorro a diario una calle transitada
- REGLAS:
- El juego consiste en escribir un relato inédito verdaderamente corto, inferior a 150 palabras.
- La primera frase de cada texto habrá de ser, obligatoriamente, la dada previamente por el campeón de la edición anterior.
- El tema del texto será libre, siempre y cuando tenga sentido con la primera frase predeterminada.
- Los relatos deberán enviarse mediante mensaje privado al administrador del hilo de cada ronda.
- La periodicidad del juego será semanal.
- Solo se podrá concursar con un texto por forero y ronda. Las segundas y sucesivas versiones, variantes y demás supondrán la descalificación en la ronda en curso.
- El sistema de puntuación será el siguiente: puede votar cualquier forero (si no ha participado enviando relato, deberá tener más de 50 mensajes) y puntuará a los tres textos que más le gusten, otorgando 3 puntos al que más le gustó, 2 puntos al segundo y 1 punto al tercero. No es obligatorio haber participado en el concurso para poder votar. Es obligatorio votar si se ha participado publicando un relato, quedando exento sólo por causa mayor (viaje, rapto, abducción, etc...). Si no vota su relato quedará fuera del concurso.
- El ganador del concurso propondrá la frase que se utilizará la semana siguiente, pudiendo ser esta frase totalmente libre, pero de una extensión no superior a 2 líneas, que sí contarán para la longitud del relato.
- El orden de publicación, voto y recuento de los distintos relatos será el siguiente:
Publicación de la frase: Antes de las 23:59 h del viernes
Escritura de los relatos: viernes a miércoles a las 22h.
Votaciones: hasta jueves a las 22 h.
Gala: el jueves tras las votaciones. - La puntuación para la clasificación general será la siguiente: 10 puntos al ganador, 7 al segundo clasificado, 5 al tercero, 3 al cuarto y 1 punto al quinto clasificado.
- Si, después de la votación semanal, hubiere un empate se establecerá lo siguiente: ganador quien tenga más votaciones de foreros. Si siguiese el empate: ganador quien además
tenga más votos de 3 puntos. Si siguiese el empate: ambos consiguen los puntos, se casan y tienen hijos gemelos.
ANEXO:- La norma DON admite los empates en cualquiera de las posiciones.
- Los puntos también podrán repartirse, a criterio del administrador de la ronda, entre cuatro seleccionados: otorgando 3 puntos al que más le gustó, 2 puntos al segundo, 1 punto al tercero, y 1 punto extra a un cuarto.
- En ausencia de frase o administrador en una ronda nueva, la administración de la ronda pasaría al segundo clasificado; si el segundo clasificado tampoco respondiera de sus obligaciones, la administración de la ronda pasaría al tercer clasificado, y así sucesivamente.
- El juego consiste en escribir un relato inédito verdaderamente corto, inferior a 150 palabras.
- El decálogo:
- Stoner escribió:Mis sensaciones son más o menos estas, y casi siempre se repiten. No se si alguno se sentirá identificado. Son las siguientes etapas:
1- Joder, qué frase más chunga, no se me ocurre nada.
2- Vaya, tengo una idea, puede quedar bien
3- Joder, qué relato más majo, al final la frase no iba a ser tan mala.
4- Creo que tengo posibilidades de llevarme unos cuantos puntos, realmente estoy contento de cómo quedó
una vez se empiezan a colgar relatos...
5- vaya, el nivel es muy alto, este es mucho mejor que el mío, y este, y este. Ya no es que el mio sea bueno, es que tiene que ser mejor que muchos...
6- Nada, nada, va a estar jodido pero bueno, nunca se sabe...
empiezan las votaciones
7- Nada, empezamos como el culo, no me vota nadie...
8- Seguimos peor, ni votos ni menciones
9- Me cago en Dios, tan malo era mi relato? Yo creo que voy a dejar este hilo. Me hace daño, daña mi autoestima
10- Ostias, me ha votado una persona, y con tres puntos. Era bueno, lo sabía... qué subidón. Estoy deseando que comience ya la siguiente
VOTAMOS CON 3, 2, 1 Y 1 PUNTOS
Enlace a archivo word con los relatos de la ronda y su autoría:
https://docs.google.com/document/d/11tstAdfj1o56_211XVbQJOQDNsrWdLl8IRJ8_t7MC7Y/edit?usp=sharing
Enlace a las actas. Resultados de las votaciones:
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1L5GIQimd0Jss8WoYjT6jvRHde9bUWVlRIIrWJ8JLTvk/edit?usp=sharing
- Relatos a concurso:
- 1. Hope StreetRecorro a diario una calle transitada por putas, mendigos, yonkis y algunos que son una combinación de ellos, paradójicamente llamada Hope Street.2. El cocinero malayo
La primera vez lo hice porque google maps me aconsejaba que era el sitio más corto para ir al trabajo. Cuando pasé me impresionó y pensé que yo podría ser cualquiera de ellos, siempre he vivido en un hogar desestructurado, en parte, por la marcha de mi padre cuando tenía 7 años por las infidelidades de mi madre. Me fui fijando en los habitantes de la calle y noté que ellos tenían más miedo de mi que yo de ellos. Y uno de los mendigos me llamó la atención en especial pues se notaba avergonzado cuando pasaba por su lado.
Desde aquel día recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos y yonkis porque es la única manera de saber que mi padre sigue vivo.
Recorro a diario una calle transitada por estirados transeúntes que no se molestan en mirar a ese señor bajito y moreno que camina por el lado contrario del arcen.
Me ignoran, andando por la calle, en el mercado comprando las hortalizas y tambien en el restaurante, detrás de los fogones, mientras, oculto con mi cuchillo, rebano finas rodajas de alimentos que pronto descenderán por sus entrañas.
Austin, Londres.... da igual, nadie se fija en mi.
Nadie.
Pienso en lo que he hecho hasta ahora y en como dan vueltas los cuervos negros sin encontrar respuesta.
Me río sin cesar por que sé que pasara mas de un siglo y seguirán sin pensar en mi.
3. El Altruista
Recorro a diario una calle transitada por millones de especímenes. La calle tiene una longitud aproximada de tres kilómetros y una anchura que varía entre los dos y los seis metros. Os podréis imaginar lo variopinta que es, sabiendo además que en ella confluyen las siete millones de especies que pueblan este misterioso planeta.
Cada día me pongo mis mejores ropas e introduzco en mi cartera varios billetes de todos los colores. Además, visto calzado llamativo y varios pares de calcetines en cada uno de mis pies. Y no solo eso, sino que además porto mochilas y riñoneras varias con diferentes objetos de valor, aunque algunos de ellos no cuesten más que unos pocos céntimos.
La cuestión es que cada día arribo al final de susodicha calle completamente desnudo. Me han arrebatado el calzado, la ropa y las mochilas repletas de objetos; aunque soy el hombre más feliz del mundo.
4. El trabajo.
Recorro a diario una calle transitada, bolso y auriculares puestos. Hoy suenan los Sonic Youth.
Esto es algo que llevo ya haciendo muchos años porque es el camino a mi oficina, donde me gano la vida, simplemente. La música varía según el ánimo y la imaginación. Lo demás es pura rutina.
A veces se me hace largo y pesado el camino. Por no decir molesto. Carretera llena de coches mal aparcados; gente que viene y va sobrados o no de tiempo; y algún chiquillo que llora por tener sueño.
Es muy temprano y por aquí sólo cambia el día del año en el que estamos. No hay árboles que indiquen si es verano u otoño, pero lo podemos comprobar a través de como van vestidas las personas que me encuentro al paso.
Esta calle es aburrida. No tengo mucho más que contar.
Estoy harta de esta maldita calle. La verdad.
5. Ignominia
Recorro a diario una calle transitada por gnomos. Empieza en la taquilla número 70 del vestuario femenino del Gimnasio Municipal, y acaba en uno de los lavabos de la estación de autobuses. Gnomos atareados que caminan acera arriba, acera abajo. Gnomos jubilados que dan de comer a las moscas. Gnomos adolescentes montados en zapatillas con ruedas. La descubrí de forma totalmente casual. Gnomos amistosos que despejan a mi paso la calzada con megáfonos de cucurucho y gnomos traviesos que se divierten mordiéndome los tobillos. Buscaba un calcetín que se me había caído cuando me cambiaba de ropa para la clase de aerobic. Señoras gnomo que riegan hileras de perejil. Metí la cabeza en el agujero y me caí por no sé dónde. Señores gnomo con diminutas corbatas y maletines. Seguí caminando hasta la siguiente manzana y acabé encontrando un atajo para llegar antes a la oficina. Gnomos.
6. Rutina
Recorro a diario una calle transitada, que llega hasta la estación del tren. Cuando llego a la estación, avanzo un kilómetro hasta el puente que cruza sobre las vías, más solitario, y desde allí veo pasar los trenes durante un par de horas. El que va a Múnich, el de Wolfsburgo.... El que va a Colonia es el único que pasa todos los días a la misma hora, las 11:31, también los domingos y festivos. El médico me ha recomendado que me imponga rutinas, y mi rutina favorita es ver pasar los trenes desde este puente. Tener rutinas sencillas me evita tener que tomar muchas decisiones, y eso me viene muy bien actualmente. Me cuesta mucho tomar decisiones, pero ya sé cómo solucionar ese problema, dentro de 10 minutos, a las 11:31.
7. Rebajas
Recorro a diario una calle transitada por balones, medias, fundas de móvil y ropa mal cortada. Es la gente la que vive en los escaparates. Inmóvil, expuesta, en oferta.
8. Para hacer kilómetros
Recorro a diario: una calle transitada, dos puentes elevadizos, una carretera secundaria llena de baches, la cual creo que deberían asfaltar y una autovía, y todo simplemente para llegar hasta ti cada día. Hasta ti que no eres más que otra calle. Hasta ti que no eres nada. Y a la vuelta tampoco hay nada, simplemente un recorrido en dirección contraria. La autovía, la carretera secundaria llena de baches en la que vuelvo a pensar en a ver cuándo la arreglan de una maldita vez, los dos puentes elevadizos y la calle transitada para llegar a mí, a mí que no soy nada. Recorremos calles, puentes, carreteras, baches y autopistas para ti y para mí. Para nadie.
9. Toda la gente es la misma
Recorro a diario una calle transitada por la misma gente todo el rato como una cinta de möbius.
Entré en un bar agobiado por la sensación y enseguida un ser baboso se apalancó a mi lado, tenía la misma barba que el resto de habitantes del local y una camisa igual de horrorosa, la gente ha perdido la perspectiva.
A los cinco minutos ya me habló de su ópera prima, de su estudio de grabación, de los cuadros que pintaba y de los libros de poesía, creo que a esas alturas de la conversación todavía no sabía mi nombre.
Soy una persona paciente y me importa poco que me ignoren, mientras no me cueste pasta.
De la vida no espero nada, así que me lo tiré en el baño y le robe la ropa interior.
¡Ya tienes algo interesante que contar en tus mierdas cabronazo!
10. La promesa
Recorro a diario una calle transitada de ojos que desnudan mi alma. Recorro a diario edificios acusadores que se me vienen encima. Recorro un largo camino hasta un lugar al que no quiero ir. Allí me encontraré con esa persona. Esa persona que recorre a diario mi cuerpo. Y ahora estoy muerta y sólo descansaré si camino, por una última vez, su cuerpo. Me ha prometido que será la última vez. Última vez y vivir. Vivir sin miedo, vivir en libertad.
11. El Indeseado
Recorro a diario una calle transitada buscando comida. La gente anda con prisa y no me hace caso mientras hurgo alrededor de contenedores aunque algunos me echan miradas de soslayo con muecas de asco.
No importa. Hay hambre y voy a lo mio. Hoy tengo suerte, al lado de un banco han tirado un buen trozo de pizza. Me abalanzo sobre ella. El señor que esta sentado en el banco intenta ahuyentarme a bastonazos, pero ya tengo la barriga llena y me marcho buscando un sitio tranquilo para descansar.
Hace muchísimo frio, pero sé que no soy bienvenido en ninguna casa de esta ciudad. Decido refugiarme en la escalera de la iglesia. Aquí, hay muchos como yo. Nos ponemos todos a cantar. Sale el cura enfadado. El también nos quiere echar.
Me levanto, sobrevuelo su cabeza y echo una buena cagada encima de su calva.
12. Retina & Rutina
Recorro a diario una calle transitada por la que en su día fue el octavo pecado capital: la tristeza. Ojos secos avanzan con la mirada perdida hacia su cotidiano trabajo donde, curiosamente, dicen alcanzar su mayor sosiego. Los días son iguales. No se cansan de repetir que siempre ven lo mismo, sin tiempo para ver otras cosas. No quieren. Eso explica la absurda aceleración en su paso que se traduce en presbicia. Echémosle la culpa a él; sí, el veloz tiempo es el culpable porque no nos permite pestañear. Ni siquiera llorar.
13. El bueno, el feo y el raro
Capítulo I
Recorro a diario una calle transitada por galgos famélicos, la depresión y el olvido. Conozco todos sus sonidos y rutinas, por eso curioseé en el Corral de Sara al escuchar aquel traqueteo. Allí estaba Tim follándose a una gallina.
—Un desalmado capaz de esto, es capaz de todo—pensé.
—Tim, sígueme. Seremos de oro.
Capítulo II
Lo encontramos en Iowa, bailaba el Cancán mostrando algo que me avergüenza decir al levantar sus enaguas.
—Este también es capaz de todo a cambio de Bourbon—me dije.
Capítulo III
Estamos en una hondonada. Aprieto el detonador y el tren se alza varios metros cayendo como un peso muerto vaporoso. Las plumas barridas por el viento y el olor indican que algo va mal. Unas gallinas están muertas, otras asustadas.
—Bueno, ya se nos ocurrirá algo con las gallinas—dice Tim mientras el bailarín expulsa el bourbon vaporizado por sendos orificios nasales.
14. El hombre de paja
Recorro a diario una calle transitada. A diario sueño que recorro una calle desierta.
En mi sueño no hay amantes ni amados. Recorro una calle anterior a la reordenación de los barrios, tal vez una de esas vias de Roma que trazan una suave y ciega curva y de cuyos escasos balcones cuelgan sábanas que parecen muelas abandonadas, uno de esos callejones que muere en las ruinas de un templo a un dios olvidado y por donde nunca pasa nadie.
A diario recuerdo que en su momento pareció una buena idea. Barrios de solteros que buscan rollo: Tinder Lavapiés, Grindr Chueca… Nadie previó las consecuencias. Calles repletas de parejas, grupos y animales fornicando a plena luz. Alcantarillas anegadas de condones. Gemidos desde todas las ventanas. El interminable zumbido de los orgasmatrones.
Recorro a diario una calle transitada por el amor y a diario sueño que aún quedan conventos.
15. De la mano
Recorro a diario una calle transitada para ir al cole. A veces me lleva papá y a veces la yaya porque mamá se va pronto. Hay arboles y una fuente. Me gusta el cole tengo amigos y juego pero no me gusta la gimnasia porque no sé saltar el plinto. Hoy la calle parece más larga que de costumbre. Mi padre también iba al colegio por esta calle, pienso, mientras siento su manita dentro de la mía. Alza sus ojos y me mira y me pregunta si el abuelo irá a buscarle. Le digo que creo que sí ¿sabes que el abuelo también hacía este camino para ir al cole? Sí, papá. Le pregunto si tiene deberes. La profe nos ha dado una frase para hacer una redacción. Recuerdo mis redacciones. Recuerdo esta calle como ahora mismo. Y recuerdo esa voz infantil que me pregunta papá ¿qué quiere decir transitada?
16. Dogville
Recorro a diario una calle transitada por perros paseando a sus dueños. Digo bien, son los perros quienes dirigen el paso, los humanos quienes sostienen una correa que en realidad les ata a ellos. Miradles recoger sus heces con guantes de plástico, ¿quién es el súbdito? ¿De quién son las babas? ¿De quién la lengua colgandera? Bichones malteses, chihuahuas escuálidos, carlinos asmáticos, las más despreciables criaturas comportándose como déspotas. Pequeños tiranos peludos moviendo la cola.
Recorro a diario esta calle y siento lástima por los esclavos caninos, por los siervos premolares. Los perros son animales estúpidos, su lealtad incondicional así lo demuestra. La lealtad, o el amor, siempre impone condiciones. O debería.
Es por esto que odio a los chuchos, por esto mismo a sus humanos sometidos. Pero un nuevo orden mundial vendrá, os aviso, donde los gatos colonizaremos la tierra. Y tened esto en cuenta: nuestro cariño impondrá condiciones.
17. La Calle Mayor
Recorro a diario una calle transitada, durante horas, arriba y abajo, observando a sus gentes. Algunos son habituales: el limpiabotas, que se atusa sus bigotes mientras espera algún cliente; el barquillero, con su inconfundible ruleta roja; el vendedor de periódicos, agitando un ejemplar mientras grita las últimas noticias... Y mi parada favorita: el escaparate de la pastelería, donde me quedo hipnotizado contemplando sus merengues y sus tocinos de cielo. Además de estos, hay otros transeúntes de paso. Esos son mi objetivo. Si tengo suerte, puedo volver a casa con el reloj o la cartera de algún despistado. Con eso mi padre puede comprar las medicinas para mi madre y comida para varios días. Otras veces, como hoy, vuelvo con las manos vacías. Mi padre está cabizbajo. Llevamos tres días sin cenar. Me acuesto y, encogido por el frío, me duermo escuchando mis tripas. Seguro que mañana cambia la suerte.
18. Altruismo
Recorro a diario una calle transitada de Madrid, siempre con ojo avizor. Llevo usando el mismo método durante casi un año, a la espera de la siguiente víctima que me permita desplegar todos mis encantos para luego llevarla a mi terreno y que caiga en mi trampa.
Ha pasado mucho tiempo desde la primera, y desde entonces he ido perfeccionando mi técnica, puliendo sobre todo el método de elección. Antes no me importaba a quién abordar, lo hacía sin criterio, cualquiera me servía... pero ahora he desarrollado un gusto particular, más concreto. Personas de clase media a las que les gusta aparentar ser adineradas, esas son mis presas favoritas.
A lo lejos, diviso a una mujer, mediana edad, traje de oficina. Mi sexto sentido se activa, me acerco a ella, preparo mi mejor sonrisa... empieza el espectáculo.
“Disculpe, ¿tiene usted un minuto para los niños de África?”
19. Justiciero a tiempo parcial
Recorro a diario una calle transitada por cientos de caras distintas. Algunas ya familiares, otras totalmente desconocidas. Escudriño sus miradas buscando un resquicio de complicidad, pero es inútil. Demasiado ocupados para mirarme, demasiado importantes para devolverme un gesto. El complejo de superioridad cabalga a sus hombros mientras yo soy el héroe que les otorga caminar con dignidad por esa calle. No solo la mantengo limpia, también me encargo de lo que ellos no quieren ver. Gracias a eso puedo volver satisfecho a casa al finalizar mi cuadriculado turno de barrendero, recorriendo esa calle de vuelta con una sonrisa. Hoy saboreo mi última acción sin que aún se haya culminado y ya pienso en la siguiente. De momento, en la papelera que llevan machacando dos días seguidos a patadas, he dejado mi artefacto explosivo casero, y como preveía, de camino a colocarlo, he podido rellenarlo convenientemente de excremento de perro.
20. Viaje de vuelta
Recorro a diario una calle transitada por tantos aromas como recuerdos. El cacao revive escenas en la tienda don Matías; la Compañía Colonial, acompañado de mis padres y mi hermanita, la trae de la mano el olor a café recién tostado; el aceite de motores, uno de mis favoritos, me transporta al garage de los hermanos Santos, allí trabajaba mi abuelo. Paso ante la floristería y cientos de imágenes rebullen inquietas: las vacaciones en la casa de mi otra abuela; también la tienda de especias agolpa un millar de recuerdos llamando a las puertas de mi memoria.
Así transcurren los días de un presente sin futuro, mientras llega la hora de comer. También allí, en la residencia, el olor a sopa de sobre me trae recuerdos, estos peores: la comida del colegio era odiosa.
La noche cierra una puerta sin atreverse a abrir otra. Solo me queda mi pasado.
21. Gentrificación
Recorro a diario una calle transitada por primigenios, profundos y otros monstruos alienígenas horripilantes, amorfos y babeantes. Desde que el Cthulhu decidió emerger en el barrio, ha cambiado mucho el vecindario.
22. La sonrisa colectiva
Recorro a diario una calle transitada para ir al trabajo. Durante quince años ha sido invariablemente un termitero de cabezas bajas y caras circunspectas. Hasta que el lunes pasado sucedió: un individuo sonriente me saludó afablemente. “Debe ser cosa de la medicación” me dije, y continué mi camino mirando al suelo como todo el mundo.
El martes fueron cinco las personas que me saludaron con entusiasmo. El miércoles perdí la cuenta de faces felices. Y ayer la mitad de mis antaño taciturnos y confiables conciudadanos habían mutado en grotescas muecas de regodeo.
Hoy ya no disimulan yendo prestos a sus centros de ocupación. No lo necesitan, son mayoría. Siento millares de ojos risueños en mi nuca. Corro calle abajo y una cohorte de voces me pregunta cómo puede ayudarme. Que Dios me proteja.
23. Volverán a sonreír.
Recorro a diario una calle transitada por ancianos aburridos. La crisis de la construcción no sólo dejó a miles de encofradores en la calle; abandonó a su suerte a casi ocho millones de jubilados que ya no saben cómo entretenerse. Hasta ahora.
Hoy nace el deporte del futuro que se alimenta del pasado: Bienvenidos a la “Edification League”.
Equipos federados en FP construcción se enfrentarán en las diferentes jornadas de liga: chalé adosado en las afueras, nave industrial con parking, edificio de oficinas… Miles de ancianos deseosos de opinar sobre la mezcla de hormigón o la disposición del ladrillo cara vista llenarán a diario el Obródromo de cada ciudad. Los jóvenes parados se harán jugadores profesionales de edificación, los inmigrantes serán recibidos con los brazos abiertos como paletas de bajo coste y los arquitectos volverán a trabajar en lo suyo.
Y sobre todo: los jubilados volverán a sonreír.
24. Premios Darwin 2018.
Recorro a diario una calle transitada por innumerables despojos humanos. Tengo que atravesarla para llegar al hotel en el que trabajo. Mi turno en la recepción empieza a las 00:00 horas. Y a esa hora ya van todos borrachos o drogados. En realidad eso es lo de menos, lo importante es que son unos infra seres con nula educación o respeto por los demás. Es raro el día que ese tipo de engendros no la montan en el hotel. Habitaciones destrozadas, peleas con otros turistas o incluso palizas o intentos de violación con el personal del hotel. Cada día pienso que no voy a aguantar más, pero de vez en cuando el Darwinismo Social nos da alguna alegría. Esta noche he sido yo el que ha ganado la porra en la que participan todos los empleados del hotel. He acertado el nombre de la primera víctima de balconing de la temporada.
25. Protagonista secundario
Recorro a diario una calle transitada por los personajes que inventaste. Interactúo con alguno pese a mis reticencias. Accedo al mismo edificio de apartamentos donde me cruzo con Héctor. Su breve conversación me indica el número de tu apartamento. Lo sé hace tiempo pero me gusta conversar. Compruebo que el ascensor está averiado y comienzo a subir las escaleras. Pienso qué me deparará el encuentro a pesar de que en el fondo lo sé. Cuando llego toco con los nudillos y la puerta cede. Termino de abrirla y te veo tumbada en el suelo con el frasco de pastillas. Repito lo que me enseñaste: agua fría, vómitos, paños mojados. Te tumbo en la cama. He llegado a tiempo. Como siempre.
Algún día cambiarás la historia, eres la creadora. Yo sólo el protagonista que ideaste para salvarte. Entonces no volveremos a vernos y quedaré atrapado entre estas páginas. Como debe ser.
26. une centaine de mètres au dessus du sol.
Recorro a diario una calle transitada por cientos de cucarachas. Y hace relativamente poco ví un chacal perdido y famélico.
Hace tiempo ya que los grandes animales del zoo dejaron las calles para volver a las montañas, a las praderas, a sitios menos hostiles.
Sólo yo, el último imbécil, sigo caminando por este desierto de asfalto intentando abrir las puertas de todos los edificios. Y todas se soldaron a la estructura durante aquella radiación cósmica. Debo ser uno de los pocos humanos que en aquel momento no llevaba nada metálico en el cuerpo ni estaba en contacto con nada.
Escribo, con letras gigantescas, tristes poemas en las calles que nadie leerá nunca, ni siquiera yo. Ya ni siquiera intento subir a las azoteas. No quiero releerme. No quiero buscar -ya para qué- le putain mot juste.
27. Subrutina
Recorro a diario una calle transitada por bañistas. Hombres y mujeres, señalados unos por sus fracciones disonantes y otros por sus manguitos, sumergidos en las corrientes de alquitrán. Nadan, yacen, mezclando sed con cremas hidratantes, repitiendo juegos y salpicándose adoquines, mientras las horas, indiferentes, ruedan sobre ellos. Son las sirenas del contrasentido, ya risueñas, ya somnolientas, y siempre en medio.
Como todos los días, camino apresurado hasta que termina la calle y empieza la ciudad. Hostigado por la frivolidad de sus chapoteos, ansío descubrir, en mis pasos, que sé adónde voy y que tengo adónde ir.
28. La vida en el alambre
Recorro a diario una calle transitada desde arriba. Puedo ver todo cenitalmente.
La suerte me vino a visitar cuando recibí la herencia de Tio Honorio. Dos manzanas enfrentadas en mitad de la Gran Via.
Lo demas fué coser y cantar, un alambre y una barra de hierro.
En un piso de la Manzana Norte tengo lo necesario para sobrevivir (cama y nevera) y en un piso de la Manzana Sur lo necesario para vivir (discos y libros).
Con mi modo de desplazarme paso de vivir a sobrevivir alternativamente. Mira al alambre. Equilibrio.
29. Bella rutina
Recorro a diario una calle transitada a la que un día fui a dar por accidente. Desde entonces mis pasos se burlan de mí: no importa el camino que siga, siempre me hacen regresar. No es molesto. Me gusta esta calle. Los edificios parecen tener un tiempo diferente al nuestro y es bonito observar esa pareja de ancianos que se miman para entrar o salir, algo torpes, del autobús. Eso siempre me hace sonreír.
Hoy me ha parecido un buen día para hablar de los que están aquí. Hay un cartero y un policía y un señor que compra fruta. Y muchos oficinistas. Y algunas prisas. No me canso. Siempre descubro una flor nueva, o una grieta que no estaba, o que… de mi pareja de ancianos ya solo queda él.
Aunque la haya visto tanto… siempre miro más. Creo que de eso se trata ¿sabes? De mirar más.
30. ¿Vendrías conmigo?
Recorro a diario una calle transitada por vivos. Siempre es de noche y la luz de la Luna hace que la mayoría de rostros sean tan pálidos y bellos como el mío. ¿Ser hermoso es estar casi muerto?
Me hago preguntas retóricas entre colmillos afilados. Los tenemos por una razón y las dudas son sólo una excusa: si quieres parecer humano pon una interrogación a cada frase que pase por tu cabeza.
"Si te ofreciera la inmortalidad, ¿vendrías conmigo?" Ríes y tu rostro se sonroja. Es tu último sí camuflado por la canción que en ese momento suena. Quizás, quizás, quizás.
Minutos después el tiempo ya no importa. Acerco mi boca a tu cuello, mientras pongo una mano sobre tus ojos, para decirte sin poner en duda ya nada: los ángeles buscan la luz, las bestias buscamos la oscuridad.
31. Óbolo
Recorro a diario una calle transitada. Hay vecinos y comerciantes, tabernas y forasteros, buhoneros y maleantes. Serpenteo entre el bullicio y me busco la vida procurando no llamar la atención. Voy por libre, cuidando no molestar a quienes manejan el negocio de la calle. No me va mal, pero desde que tengo el óbolo creo que me observan y no pinta bien. Lo encontré en el bolso de un viajante griego. Es antiguo, con grabados que no entiendo, y pesa, así que tiene que valer. Lo llevo siempre conmigo e indago para intentar colocarlo bien. Hice alguna pregunta para saber qué metal era y la enseñé, pero me arrepiento. No quiero perderlo ni que me lo quiten. El pescadero comentó que andan dos tipos preguntando por una moneda vieja. Recorro a diario una calle transitada por rumores y ojos inquisidores, pero no dejaré que me lo levanten.
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Última edición por Neska el Jue 2 Ago 2018 - 15:49, editado 52 veces
Neska- Moderadora
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Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
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1. Hope Street
Recorro a diario una calle transitada por estirados transeúntes que no se molestan en mirar a ese señor bajito y moreno que camina por el lado contrario del arcen.
Me ignoran, andando por la calle, en el mercado comprando las hortalizas y tambien en el restaurante, detrás de los fogones, mientras, oculto con mi cuchillo, rebano finas rodajas de alimentos que pronto descenderán por sus entrañas.
Austin, Londres.... da igual, nadie se fija en mi.
Nadie.
Pienso en lo que he hecho hasta ahora y en como dan vueltas los cuervos negros sin encontrar respuesta.
Me río sin cesar por que sé que pasara mas de un siglo y seguirán sin pensar en mi.
3. El Altruista
Recorro a diario una calle transitada por millones de especímenes. La calle tiene una longitud aproximada de tres kilómetros y una anchura que varía entre los dos y los seis metros. Os podréis imaginar lo variopinta que es, sabiendo además que en ella confluyen las siete millones de especies que pueblan este misterioso planeta.
Cada día me pongo mis mejores ropas e introduzco en mi cartera varios billetes de todos los colores. Además, visto calzado llamativo y varios pares de calcetines en cada uno de mis pies. Y no solo eso, sino que además porto mochilas y riñoneras varias con diferentes objetos de valor, aunque algunos de ellos no cuesten más que unos pocos céntimos.
La cuestión es que cada día arribo al final de susodicha calle completamente desnudo. Me han arrebatado el calzado, la ropa y las mochilas repletas de objetos; aunque soy el hombre más feliz del mundo.
4. El trabajo.
Recorro a diario una calle transitada, bolso y auriculares puestos. Hoy suenan los Sonic Youth.
Esto es algo que llevo ya haciendo muchos años porque es el camino a mi oficina, donde me gano la vida, simplemente. La música varía según el ánimo y la imaginación. Lo demás es pura rutina.
A veces se me hace largo y pesado el camino. Por no decir molesto. Carretera llena de coches mal aparcados; gente que viene y va sobrados o no de tiempo; y algún chiquillo que llora por tener sueño.
Es muy temprano y por aquí sólo cambia el día del año en el que estamos. No hay árboles que indiquen si es verano u otoño, pero lo podemos comprobar a través de como van vestidas las personas que me encuentro al paso.
Esta calle es aburrida. No tengo mucho más que contar.
Estoy harta de esta maldita calle. La verdad.
5. Ignominia
Recorro a diario una calle transitada por gnomos. Empieza en la taquilla número 70 del vestuario femenino del Gimnasio Municipal, y acaba en uno de los lavabos de la estación de autobuses. Gnomos atareados que caminan acera arriba, acera abajo. Gnomos jubilados que dan de comer a las moscas. Gnomos adolescentes montados en zapatillas con ruedas. La descubrí de forma totalmente casual. Gnomos amistosos que despejan a mi paso la calzada con megáfonos de cucurucho y gnomos traviesos que se divierten mordiéndome los tobillos. Buscaba un calcetín que se me había caído cuando me cambiaba de ropa para la clase de aerobic. Señoras gnomo que riegan hileras de perejil. Metí la cabeza en el agujero y me caí por no sé dónde. Señores gnomo con diminutas corbatas y maletines. Seguí caminando hasta la siguiente manzana y acabé encontrando un atajo para llegar antes a la oficina. Gnomos.
6. Rutina
Recorro a diario una calle transitada, que llega hasta la estación del tren. Cuando llego a la estación, avanzo un kilómetro hasta el puente que cruza sobre las vías, más solitario, y desde allí veo pasar los trenes durante un par de horas. El que va a Múnich, el de Wolfsburgo.... El que va a Colonia es el único que pasa todos los días a la misma hora, las 11:31, también los domingos y festivos. El médico me ha recomendado que me imponga rutinas, y mi rutina favorita es ver pasar los trenes desde este puente. Tener rutinas sencillas me evita tener que tomar muchas decisiones, y eso me viene muy bien actualmente. Me cuesta mucho tomar decisiones, pero ya sé cómo solucionar ese problema, dentro de 10 minutos, a las 11:31.
7. Rebajas
Recorro a diario una calle transitada por balones, medias, fundas de móvil y ropa mal cortada. Es la gente la que vive en los escaparates. Inmóvil, expuesta, en oferta.
8. Para hacer kilómetros
Recorro a diario: una calle transitada, dos puentes elevadizos, una carretera secundaria llena de baches, la cual creo que deberían asfaltar y una autovía, y todo simplemente para llegar hasta ti cada día. Hasta ti que no eres más que otra calle. Hasta ti que no eres nada. Y a la vuelta tampoco hay nada, simplemente un recorrido en dirección contraria. La autovía, la carretera secundaria llena de baches en la que vuelvo a pensar en a ver cuándo la arreglan de una maldita vez, los dos puentes elevadizos y la calle transitada para llegar a mí, a mí que no soy nada. Recorremos calles, puentes, carreteras, baches y autopistas para ti y para mí. Para nadie.
9. Toda la gente es la misma
Recorro a diario una calle transitada por la misma gente todo el rato como una cinta de möbius.
Entré en un bar agobiado por la sensación y enseguida un ser baboso se apalancó a mi lado, tenía la misma barba que el resto de habitantes del local y una camisa igual de horrorosa, la gente ha perdido la perspectiva.
A los cinco minutos ya me habló de su ópera prima, de su estudio de grabación, de los cuadros que pintaba y de los libros de poesía, creo que a esas alturas de la conversación todavía no sabía mi nombre.
Soy una persona paciente y me importa poco que me ignoren, mientras no me cueste pasta.
De la vida no espero nada, así que me lo tiré en el baño y le robe la ropa interior.
¡Ya tienes algo interesante que contar en tus mierdas cabronazo!
10. La promesa
Recorro a diario una calle transitada de ojos que desnudan mi alma. Recorro a diario edificios acusadores que se me vienen encima. Recorro un largo camino hasta un lugar al que no quiero ir. Allí me encontraré con esa persona. Esa persona que recorre a diario mi cuerpo. Y ahora estoy muerta y sólo descansaré si camino, por una última vez, su cuerpo. Me ha prometido que será la última vez. Última vez y vivir. Vivir sin miedo, vivir en libertad.
11. El Indeseado
Recorro a diario una calle transitada buscando comida. La gente anda con prisa y no me hace caso mientras hurgo alrededor de contenedores aunque algunos me echan miradas de soslayo con muecas de asco.
No importa. Hay hambre y voy a lo mio. Hoy tengo suerte, al lado de un banco han tirado un buen trozo de pizza. Me abalanzo sobre ella. El señor que esta sentado en el banco intenta ahuyentarme a bastonazos, pero ya tengo la barriga llena y me marcho buscando un sitio tranquilo para descansar.
Hace muchísimo frio, pero sé que no soy bienvenido en ninguna casa de esta ciudad. Decido refugiarme en la escalera de la iglesia. Aquí, hay muchos como yo. Nos ponemos todos a cantar. Sale el cura enfadado. El también nos quiere echar.
Me levanto, sobrevuelo su cabeza y echo una buena cagada encima de su calva.
12. Retina & Rutina
Recorro a diario una calle transitada por la que en su día fue el octavo pecado capital: la tristeza. Ojos secos avanzan con la mirada perdida hacia su cotidiano trabajo donde, curiosamente, dicen alcanzar su mayor sosiego. Los días son iguales. No se cansan de repetir que siempre ven lo mismo, sin tiempo para ver otras cosas. No quieren. Eso explica la absurda aceleración en su paso que se traduce en presbicia. Echémosle la culpa a él; sí, el veloz tiempo es el culpable porque no nos permite pestañear. Ni siquiera llorar.
13. El bueno, el feo y el raro
Capítulo I
Recorro a diario una calle transitada por galgos famélicos, la depresión y el olvido. Conozco todos sus sonidos y rutinas, por eso curioseé en el Corral de Sara al escuchar aquel traqueteo. Allí estaba Tim follándose a una gallina.
—Un desalmado capaz de esto, es capaz de todo—pensé.
—Tim, sígueme. Seremos de oro.
Capítulo II
Lo encontramos en Iowa, bailaba el Cancán mostrando algo que me avergüenza decir al levantar sus enaguas.
—Este también es capaz de todo a cambio de Bourbon—me dije.
Capítulo III
Estamos en una hondonada. Aprieto el detonador y el tren se alza varios metros cayendo como un peso muerto vaporoso. Las plumas barridas por el viento y el olor indican que algo va mal. Unas gallinas están muertas, otras asustadas.
—Bueno, ya se nos ocurrirá algo con las gallinas—dice Tim mientras el bailarín expulsa el bourbon vaporizado por sendos orificios nasales.
14. El hombre de paja
Recorro a diario una calle transitada. A diario sueño que recorro una calle desierta.
En mi sueño no hay amantes ni amados. Recorro una calle anterior a la reordenación de los barrios, tal vez una de esas vias de Roma que trazan una suave y ciega curva y de cuyos escasos balcones cuelgan sábanas que parecen muelas abandonadas, uno de esos callejones que muere en las ruinas de un templo a un dios olvidado y por donde nunca pasa nadie.
A diario recuerdo que en su momento pareció una buena idea. Barrios de solteros que buscan rollo: Tinder Lavapiés, Grindr Chueca… Nadie previó las consecuencias. Calles repletas de parejas, grupos y animales fornicando a plena luz. Alcantarillas anegadas de condones. Gemidos desde todas las ventanas. El interminable zumbido de los orgasmatrones.
Recorro a diario una calle transitada por el amor y a diario sueño que aún quedan conventos.
15. De la mano
Recorro a diario una calle transitada para ir al cole. A veces me lleva papá y a veces la yaya porque mamá se va pronto. Hay arboles y una fuente. Me gusta el cole tengo amigos y juego pero no me gusta la gimnasia porque no sé saltar el plinto. Hoy la calle parece más larga que de costumbre. Mi padre también iba al colegio por esta calle, pienso, mientras siento su manita dentro de la mía. Alza sus ojos y me mira y me pregunta si el abuelo irá a buscarle. Le digo que creo que sí ¿sabes que el abuelo también hacía este camino para ir al cole? Sí, papá. Le pregunto si tiene deberes. La profe nos ha dado una frase para hacer una redacción. Recuerdo mis redacciones. Recuerdo esta calle como ahora mismo. Y recuerdo esa voz infantil que me pregunta papá ¿qué quiere decir transitada?
16. Dogville
Recorro a diario una calle transitada por perros paseando a sus dueños. Digo bien, son los perros quienes dirigen el paso, los humanos quienes sostienen una correa que en realidad les ata a ellos. Miradles recoger sus heces con guantes de plástico, ¿quién es el súbdito? ¿De quién son las babas? ¿De quién la lengua colgandera? Bichones malteses, chihuahuas escuálidos, carlinos asmáticos, las más despreciables criaturas comportándose como déspotas. Pequeños tiranos peludos moviendo la cola.
Recorro a diario esta calle y siento lástima por los esclavos caninos, por los siervos premolares. Los perros son animales estúpidos, su lealtad incondicional así lo demuestra. La lealtad, o el amor, siempre impone condiciones. O debería.
Es por esto que odio a los chuchos, por esto mismo a sus humanos sometidos. Pero un nuevo orden mundial vendrá, os aviso, donde los gatos colonizaremos la tierra. Y tened esto en cuenta: nuestro cariño impondrá condiciones.
17. La Calle Mayor
Recorro a diario una calle transitada, durante horas, arriba y abajo, observando a sus gentes. Algunos son habituales: el limpiabotas, que se atusa sus bigotes mientras espera algún cliente; el barquillero, con su inconfundible ruleta roja; el vendedor de periódicos, agitando un ejemplar mientras grita las últimas noticias... Y mi parada favorita: el escaparate de la pastelería, donde me quedo hipnotizado contemplando sus merengues y sus tocinos de cielo. Además de estos, hay otros transeúntes de paso. Esos son mi objetivo. Si tengo suerte, puedo volver a casa con el reloj o la cartera de algún despistado. Con eso mi padre puede comprar las medicinas para mi madre y comida para varios días. Otras veces, como hoy, vuelvo con las manos vacías. Mi padre está cabizbajo. Llevamos tres días sin cenar. Me acuesto y, encogido por el frío, me duermo escuchando mis tripas. Seguro que mañana cambia la suerte.
18. Altruismo
Recorro a diario una calle transitada de Madrid, siempre con ojo avizor. Llevo usando el mismo método durante casi un año, a la espera de la siguiente víctima que me permita desplegar todos mis encantos para luego llevarla a mi terreno y que caiga en mi trampa.
Ha pasado mucho tiempo desde la primera, y desde entonces he ido perfeccionando mi técnica, puliendo sobre todo el método de elección. Antes no me importaba a quién abordar, lo hacía sin criterio, cualquiera me servía... pero ahora he desarrollado un gusto particular, más concreto. Personas de clase media a las que les gusta aparentar ser adineradas, esas son mis presas favoritas.
A lo lejos, diviso a una mujer, mediana edad, traje de oficina. Mi sexto sentido se activa, me acerco a ella, preparo mi mejor sonrisa... empieza el espectáculo.
“Disculpe, ¿tiene usted un minuto para los niños de África?”
19. Justiciero a tiempo parcial
Recorro a diario una calle transitada por cientos de caras distintas. Algunas ya familiares, otras totalmente desconocidas. Escudriño sus miradas buscando un resquicio de complicidad, pero es inútil. Demasiado ocupados para mirarme, demasiado importantes para devolverme un gesto. El complejo de superioridad cabalga a sus hombros mientras yo soy el héroe que les otorga caminar con dignidad por esa calle. No solo la mantengo limpia, también me encargo de lo que ellos no quieren ver. Gracias a eso puedo volver satisfecho a casa al finalizar mi cuadriculado turno de barrendero, recorriendo esa calle de vuelta con una sonrisa. Hoy saboreo mi última acción sin que aún se haya culminado y ya pienso en la siguiente. De momento, en la papelera que llevan machacando dos días seguidos a patadas, he dejado mi artefacto explosivo casero, y como preveía, de camino a colocarlo, he podido rellenarlo convenientemente de excremento de perro.
20. Viaje de vuelta
Recorro a diario una calle transitada por tantos aromas como recuerdos. El cacao revive escenas en la tienda don Matías; la Compañía Colonial, acompañado de mis padres y mi hermanita, la trae de la mano el olor a café recién tostado; el aceite de motores, uno de mis favoritos, me transporta al garage de los hermanos Santos, allí trabajaba mi abuelo. Paso ante la floristería y cientos de imágenes rebullen inquietas: las vacaciones en la casa de mi otra abuela; también la tienda de especias agolpa un millar de recuerdos llamando a las puertas de mi memoria.
Así transcurren los días de un presente sin futuro, mientras llega la hora de comer. También allí, en la residencia, el olor a sopa de sobre me trae recuerdos, estos peores: la comida del colegio era odiosa.
La noche cierra una puerta sin atreverse a abrir otra. Solo me queda mi pasado.
21. Gentrificación
Recorro a diario una calle transitada por primigenios, profundos y otros monstruos alienígenas horripilantes, amorfos y babeantes. Desde que el Cthulhu decidió emerger en el barrio, ha cambiado mucho el vecindario.
22. La sonrisa colectiva
Recorro a diario una calle transitada para ir al trabajo. Durante quince años ha sido invariablemente un termitero de cabezas bajas y caras circunspectas. Hasta que el lunes pasado sucedió: un individuo sonriente me saludó afablemente. “Debe ser cosa de la medicación” me dije, y continué mi camino mirando al suelo como todo el mundo.
El martes fueron cinco las personas que me saludaron con entusiasmo. El miércoles perdí la cuenta de faces felices. Y ayer la mitad de mis antaño taciturnos y confiables conciudadanos habían mutado en grotescas muecas de regodeo.
Hoy ya no disimulan yendo prestos a sus centros de ocupación. No lo necesitan, son mayoría. Siento millares de ojos risueños en mi nuca. Corro calle abajo y una cohorte de voces me pregunta cómo puede ayudarme. Que Dios me proteja.
23. Volverán a sonreír.
Recorro a diario una calle transitada por ancianos aburridos. La crisis de la construcción no sólo dejó a miles de encofradores en la calle; abandonó a su suerte a casi ocho millones de jubilados que ya no saben cómo entretenerse. Hasta ahora.
Hoy nace el deporte del futuro que se alimenta del pasado: Bienvenidos a la “Edification League”.
Equipos federados en FP construcción se enfrentarán en las diferentes jornadas de liga: chalé adosado en las afueras, nave industrial con parking, edificio de oficinas… Miles de ancianos deseosos de opinar sobre la mezcla de hormigón o la disposición del ladrillo cara vista llenarán a diario el Obródromo de cada ciudad. Los jóvenes parados se harán jugadores profesionales de edificación, los inmigrantes serán recibidos con los brazos abiertos como paletas de bajo coste y los arquitectos volverán a trabajar en lo suyo.
Y sobre todo: los jubilados volverán a sonreír.
24. Premios Darwin 2018.
Recorro a diario una calle transitada por innumerables despojos humanos. Tengo que atravesarla para llegar al hotel en el que trabajo. Mi turno en la recepción empieza a las 00:00 horas. Y a esa hora ya van todos borrachos o drogados. En realidad eso es lo de menos, lo importante es que son unos infra seres con nula educación o respeto por los demás. Es raro el día que ese tipo de engendros no la montan en el hotel. Habitaciones destrozadas, peleas con otros turistas o incluso palizas o intentos de violación con el personal del hotel. Cada día pienso que no voy a aguantar más, pero de vez en cuando el Darwinismo Social nos da alguna alegría. Esta noche he sido yo el que ha ganado la porra en la que participan todos los empleados del hotel. He acertado el nombre de la primera víctima de balconing de la temporada.
25. Protagonista secundario
Recorro a diario una calle transitada por los personajes que inventaste. Interactúo con alguno pese a mis reticencias. Accedo al mismo edificio de apartamentos donde me cruzo con Héctor. Su breve conversación me indica el número de tu apartamento. Lo sé hace tiempo pero me gusta conversar. Compruebo que el ascensor está averiado y comienzo a subir las escaleras. Pienso qué me deparará el encuentro a pesar de que en el fondo lo sé. Cuando llego toco con los nudillos y la puerta cede. Termino de abrirla y te veo tumbada en el suelo con el frasco de pastillas. Repito lo que me enseñaste: agua fría, vómitos, paños mojados. Te tumbo en la cama. He llegado a tiempo. Como siempre.
Algún día cambiarás la historia, eres la creadora. Yo sólo el protagonista que ideaste para salvarte. Entonces no volveremos a vernos y quedaré atrapado entre estas páginas. Como debe ser.
26. une centaine de mètres au dessus du sol.
Recorro a diario una calle transitada por cientos de cucarachas. Y hace relativamente poco ví un chacal perdido y famélico.
Hace tiempo ya que los grandes animales del zoo dejaron las calles para volver a las montañas, a las praderas, a sitios menos hostiles.
Sólo yo, el último imbécil, sigo caminando por este desierto de asfalto intentando abrir las puertas de todos los edificios. Y todas se soldaron a la estructura durante aquella radiación cósmica. Debo ser uno de los pocos humanos que en aquel momento no llevaba nada metálico en el cuerpo ni estaba en contacto con nada.
Escribo, con letras gigantescas, tristes poemas en las calles que nadie leerá nunca, ni siquiera yo. Ya ni siquiera intento subir a las azoteas. No quiero releerme. No quiero buscar -ya para qué- le putain mot juste.
27. Subrutina
Recorro a diario una calle transitada por bañistas. Hombres y mujeres, señalados unos por sus fracciones disonantes y otros por sus manguitos, sumergidos en las corrientes de alquitrán. Nadan, yacen, mezclando sed con cremas hidratantes, repitiendo juegos y salpicándose adoquines, mientras las horas, indiferentes, ruedan sobre ellos. Son las sirenas del contrasentido, ya risueñas, ya somnolientas, y siempre en medio.
Como todos los días, camino apresurado hasta que termina la calle y empieza la ciudad. Hostigado por la frivolidad de sus chapoteos, ansío descubrir, en mis pasos, que sé adónde voy y que tengo adónde ir.
28. La vida en el alambre
Recorro a diario una calle transitada desde arriba. Puedo ver todo cenitalmente.
La suerte me vino a visitar cuando recibí la herencia de Tio Honorio. Dos manzanas enfrentadas en mitad de la Gran Via.
Lo demas fué coser y cantar, un alambre y una barra de hierro.
En un piso de la Manzana Norte tengo lo necesario para sobrevivir (cama y nevera) y en un piso de la Manzana Sur lo necesario para vivir (discos y libros).
Con mi modo de desplazarme paso de vivir a sobrevivir alternativamente. Mira al alambre. Equilibrio.
29. Bella rutina
Recorro a diario una calle transitada a la que un día fui a dar por accidente. Desde entonces mis pasos se burlan de mí: no importa el camino que siga, siempre me hacen regresar. No es molesto. Me gusta esta calle. Los edificios parecen tener un tiempo diferente al nuestro y es bonito observar esa pareja de ancianos que se miman para entrar o salir, algo torpes, del autobús. Eso siempre me hace sonreír.
Hoy me ha parecido un buen día para hablar de los que están aquí. Hay un cartero y un policía y un señor que compra fruta. Y muchos oficinistas. Y algunas prisas. No me canso. Siempre descubro una flor nueva, o una grieta que no estaba, o que… de mi pareja de ancianos ya solo queda él.
Aunque la haya visto tanto… siempre miro más. Creo que de eso se trata ¿sabes? De mirar más.
30. ¿Vendrías conmigo?
Recorro a diario una calle transitada por vivos. Siempre es de noche y la luz de la Luna hace que la mayoría de rostros sean tan pálidos y bellos como el mío. ¿Ser hermoso es estar casi muerto?
Me hago preguntas retóricas entre colmillos afilados. Los tenemos por una razón y las dudas son sólo una excusa: si quieres parecer humano pon una interrogación a cada frase que pase por tu cabeza.
"Si te ofreciera la inmortalidad, ¿vendrías conmigo?" Ríes y tu rostro se sonroja. Es tu último sí camuflado por la canción que en ese momento suena. Quizás, quizás, quizás.
Minutos después el tiempo ya no importa. Acerco mi boca a tu cuello, mientras pongo una mano sobre tus ojos, para decirte sin poner en duda ya nada: los ángeles buscan la luz, las bestias buscamos la oscuridad.
31. Óbolo
Recorro a diario una calle transitada. Hay vecinos y comerciantes, tabernas y forasteros, buhoneros y maleantes. Serpenteo entre el bullicio y me busco la vida procurando no llamar la atención. Voy por libre, cuidando no molestar a quienes manejan el negocio de la calle. No me va mal, pero desde que tengo el óbolo creo que me observan y no pinta bien. Lo encontré en el bolso de un viajante griego. Es antiguo, con grabados que no entiendo, y pesa, así que tiene que valer. Lo llevo siempre conmigo e indago para intentar colocarlo bien. Hice alguna pregunta para saber qué metal era y la enseñé, pero me arrepiento. No quiero perderlo ni que me lo quiten. El pescadero comentó que andan dos tipos preguntando por una moneda vieja. Recorro a diario una calle transitada por rumores y ojos inquisidores, pero no dejaré que me lo levanten.
RELATOS A CONCURSO
1. Hope Street
Recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos, yonkis y algunos que son una combinación de ellos, paradójicamente llamada Hope Street.
La primera vez lo hice porque google maps me aconsejaba que era el sitio más corto para ir al trabajo. Cuando pasé me impresionó y pensé que yo podría ser cualquiera de ellos, siempre he vivido en un hogar desestructurado, en parte, por la marcha de mi padre cuando tenía 7 años por las infidelidades de mi madre. Me fui fijando en los habitantes de la calle y noté que ellos tenían más miedo de mi que yo de ellos. Y uno de los mendigos me llamó la atención en especial pues se notaba avergonzado cuando pasaba por su lado.
Desde aquel día recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos y yonkis porque es la única manera de saber que mi padre sigue vivo.
2. El cocinero malayo La primera vez lo hice porque google maps me aconsejaba que era el sitio más corto para ir al trabajo. Cuando pasé me impresionó y pensé que yo podría ser cualquiera de ellos, siempre he vivido en un hogar desestructurado, en parte, por la marcha de mi padre cuando tenía 7 años por las infidelidades de mi madre. Me fui fijando en los habitantes de la calle y noté que ellos tenían más miedo de mi que yo de ellos. Y uno de los mendigos me llamó la atención en especial pues se notaba avergonzado cuando pasaba por su lado.
Desde aquel día recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos y yonkis porque es la única manera de saber que mi padre sigue vivo.
Recorro a diario una calle transitada por estirados transeúntes que no se molestan en mirar a ese señor bajito y moreno que camina por el lado contrario del arcen.
Me ignoran, andando por la calle, en el mercado comprando las hortalizas y tambien en el restaurante, detrás de los fogones, mientras, oculto con mi cuchillo, rebano finas rodajas de alimentos que pronto descenderán por sus entrañas.
Austin, Londres.... da igual, nadie se fija en mi.
Nadie.
Pienso en lo que he hecho hasta ahora y en como dan vueltas los cuervos negros sin encontrar respuesta.
Me río sin cesar por que sé que pasara mas de un siglo y seguirán sin pensar en mi.
3. El Altruista
Recorro a diario una calle transitada por millones de especímenes. La calle tiene una longitud aproximada de tres kilómetros y una anchura que varía entre los dos y los seis metros. Os podréis imaginar lo variopinta que es, sabiendo además que en ella confluyen las siete millones de especies que pueblan este misterioso planeta.
Cada día me pongo mis mejores ropas e introduzco en mi cartera varios billetes de todos los colores. Además, visto calzado llamativo y varios pares de calcetines en cada uno de mis pies. Y no solo eso, sino que además porto mochilas y riñoneras varias con diferentes objetos de valor, aunque algunos de ellos no cuesten más que unos pocos céntimos.
La cuestión es que cada día arribo al final de susodicha calle completamente desnudo. Me han arrebatado el calzado, la ropa y las mochilas repletas de objetos; aunque soy el hombre más feliz del mundo.
4. El trabajo.
Recorro a diario una calle transitada, bolso y auriculares puestos. Hoy suenan los Sonic Youth.
Esto es algo que llevo ya haciendo muchos años porque es el camino a mi oficina, donde me gano la vida, simplemente. La música varía según el ánimo y la imaginación. Lo demás es pura rutina.
A veces se me hace largo y pesado el camino. Por no decir molesto. Carretera llena de coches mal aparcados; gente que viene y va sobrados o no de tiempo; y algún chiquillo que llora por tener sueño.
Es muy temprano y por aquí sólo cambia el día del año en el que estamos. No hay árboles que indiquen si es verano u otoño, pero lo podemos comprobar a través de como van vestidas las personas que me encuentro al paso.
Esta calle es aburrida. No tengo mucho más que contar.
Estoy harta de esta maldita calle. La verdad.
5. Ignominia
Recorro a diario una calle transitada por gnomos. Empieza en la taquilla número 70 del vestuario femenino del Gimnasio Municipal, y acaba en uno de los lavabos de la estación de autobuses. Gnomos atareados que caminan acera arriba, acera abajo. Gnomos jubilados que dan de comer a las moscas. Gnomos adolescentes montados en zapatillas con ruedas. La descubrí de forma totalmente casual. Gnomos amistosos que despejan a mi paso la calzada con megáfonos de cucurucho y gnomos traviesos que se divierten mordiéndome los tobillos. Buscaba un calcetín que se me había caído cuando me cambiaba de ropa para la clase de aerobic. Señoras gnomo que riegan hileras de perejil. Metí la cabeza en el agujero y me caí por no sé dónde. Señores gnomo con diminutas corbatas y maletines. Seguí caminando hasta la siguiente manzana y acabé encontrando un atajo para llegar antes a la oficina. Gnomos.
6. Rutina
Recorro a diario una calle transitada, que llega hasta la estación del tren. Cuando llego a la estación, avanzo un kilómetro hasta el puente que cruza sobre las vías, más solitario, y desde allí veo pasar los trenes durante un par de horas. El que va a Múnich, el de Wolfsburgo.... El que va a Colonia es el único que pasa todos los días a la misma hora, las 11:31, también los domingos y festivos. El médico me ha recomendado que me imponga rutinas, y mi rutina favorita es ver pasar los trenes desde este puente. Tener rutinas sencillas me evita tener que tomar muchas decisiones, y eso me viene muy bien actualmente. Me cuesta mucho tomar decisiones, pero ya sé cómo solucionar ese problema, dentro de 10 minutos, a las 11:31.
7. Rebajas
Recorro a diario una calle transitada por balones, medias, fundas de móvil y ropa mal cortada. Es la gente la que vive en los escaparates. Inmóvil, expuesta, en oferta.
8. Para hacer kilómetros
Recorro a diario: una calle transitada, dos puentes elevadizos, una carretera secundaria llena de baches, la cual creo que deberían asfaltar y una autovía, y todo simplemente para llegar hasta ti cada día. Hasta ti que no eres más que otra calle. Hasta ti que no eres nada. Y a la vuelta tampoco hay nada, simplemente un recorrido en dirección contraria. La autovía, la carretera secundaria llena de baches en la que vuelvo a pensar en a ver cuándo la arreglan de una maldita vez, los dos puentes elevadizos y la calle transitada para llegar a mí, a mí que no soy nada. Recorremos calles, puentes, carreteras, baches y autopistas para ti y para mí. Para nadie.
9. Toda la gente es la misma
Recorro a diario una calle transitada por la misma gente todo el rato como una cinta de möbius.
Entré en un bar agobiado por la sensación y enseguida un ser baboso se apalancó a mi lado, tenía la misma barba que el resto de habitantes del local y una camisa igual de horrorosa, la gente ha perdido la perspectiva.
A los cinco minutos ya me habló de su ópera prima, de su estudio de grabación, de los cuadros que pintaba y de los libros de poesía, creo que a esas alturas de la conversación todavía no sabía mi nombre.
Soy una persona paciente y me importa poco que me ignoren, mientras no me cueste pasta.
De la vida no espero nada, así que me lo tiré en el baño y le robe la ropa interior.
¡Ya tienes algo interesante que contar en tus mierdas cabronazo!
10. La promesa
Recorro a diario una calle transitada de ojos que desnudan mi alma. Recorro a diario edificios acusadores que se me vienen encima. Recorro un largo camino hasta un lugar al que no quiero ir. Allí me encontraré con esa persona. Esa persona que recorre a diario mi cuerpo. Y ahora estoy muerta y sólo descansaré si camino, por una última vez, su cuerpo. Me ha prometido que será la última vez. Última vez y vivir. Vivir sin miedo, vivir en libertad.
11. El Indeseado
Recorro a diario una calle transitada buscando comida. La gente anda con prisa y no me hace caso mientras hurgo alrededor de contenedores aunque algunos me echan miradas de soslayo con muecas de asco.
No importa. Hay hambre y voy a lo mio. Hoy tengo suerte, al lado de un banco han tirado un buen trozo de pizza. Me abalanzo sobre ella. El señor que esta sentado en el banco intenta ahuyentarme a bastonazos, pero ya tengo la barriga llena y me marcho buscando un sitio tranquilo para descansar.
Hace muchísimo frio, pero sé que no soy bienvenido en ninguna casa de esta ciudad. Decido refugiarme en la escalera de la iglesia. Aquí, hay muchos como yo. Nos ponemos todos a cantar. Sale el cura enfadado. El también nos quiere echar.
Me levanto, sobrevuelo su cabeza y echo una buena cagada encima de su calva.
12. Retina & Rutina
Recorro a diario una calle transitada por la que en su día fue el octavo pecado capital: la tristeza. Ojos secos avanzan con la mirada perdida hacia su cotidiano trabajo donde, curiosamente, dicen alcanzar su mayor sosiego. Los días son iguales. No se cansan de repetir que siempre ven lo mismo, sin tiempo para ver otras cosas. No quieren. Eso explica la absurda aceleración en su paso que se traduce en presbicia. Echémosle la culpa a él; sí, el veloz tiempo es el culpable porque no nos permite pestañear. Ni siquiera llorar.
13. El bueno, el feo y el raro
Capítulo I
Recorro a diario una calle transitada por galgos famélicos, la depresión y el olvido. Conozco todos sus sonidos y rutinas, por eso curioseé en el Corral de Sara al escuchar aquel traqueteo. Allí estaba Tim follándose a una gallina.
—Un desalmado capaz de esto, es capaz de todo—pensé.
—Tim, sígueme. Seremos de oro.
Capítulo II
Lo encontramos en Iowa, bailaba el Cancán mostrando algo que me avergüenza decir al levantar sus enaguas.
—Este también es capaz de todo a cambio de Bourbon—me dije.
Capítulo III
Estamos en una hondonada. Aprieto el detonador y el tren se alza varios metros cayendo como un peso muerto vaporoso. Las plumas barridas por el viento y el olor indican que algo va mal. Unas gallinas están muertas, otras asustadas.
—Bueno, ya se nos ocurrirá algo con las gallinas—dice Tim mientras el bailarín expulsa el bourbon vaporizado por sendos orificios nasales.
14. El hombre de paja
Recorro a diario una calle transitada. A diario sueño que recorro una calle desierta.
En mi sueño no hay amantes ni amados. Recorro una calle anterior a la reordenación de los barrios, tal vez una de esas vias de Roma que trazan una suave y ciega curva y de cuyos escasos balcones cuelgan sábanas que parecen muelas abandonadas, uno de esos callejones que muere en las ruinas de un templo a un dios olvidado y por donde nunca pasa nadie.
A diario recuerdo que en su momento pareció una buena idea. Barrios de solteros que buscan rollo: Tinder Lavapiés, Grindr Chueca… Nadie previó las consecuencias. Calles repletas de parejas, grupos y animales fornicando a plena luz. Alcantarillas anegadas de condones. Gemidos desde todas las ventanas. El interminable zumbido de los orgasmatrones.
Recorro a diario una calle transitada por el amor y a diario sueño que aún quedan conventos.
15. De la mano
Recorro a diario una calle transitada para ir al cole. A veces me lleva papá y a veces la yaya porque mamá se va pronto. Hay arboles y una fuente. Me gusta el cole tengo amigos y juego pero no me gusta la gimnasia porque no sé saltar el plinto. Hoy la calle parece más larga que de costumbre. Mi padre también iba al colegio por esta calle, pienso, mientras siento su manita dentro de la mía. Alza sus ojos y me mira y me pregunta si el abuelo irá a buscarle. Le digo que creo que sí ¿sabes que el abuelo también hacía este camino para ir al cole? Sí, papá. Le pregunto si tiene deberes. La profe nos ha dado una frase para hacer una redacción. Recuerdo mis redacciones. Recuerdo esta calle como ahora mismo. Y recuerdo esa voz infantil que me pregunta papá ¿qué quiere decir transitada?
16. Dogville
Recorro a diario una calle transitada por perros paseando a sus dueños. Digo bien, son los perros quienes dirigen el paso, los humanos quienes sostienen una correa que en realidad les ata a ellos. Miradles recoger sus heces con guantes de plástico, ¿quién es el súbdito? ¿De quién son las babas? ¿De quién la lengua colgandera? Bichones malteses, chihuahuas escuálidos, carlinos asmáticos, las más despreciables criaturas comportándose como déspotas. Pequeños tiranos peludos moviendo la cola.
Recorro a diario esta calle y siento lástima por los esclavos caninos, por los siervos premolares. Los perros son animales estúpidos, su lealtad incondicional así lo demuestra. La lealtad, o el amor, siempre impone condiciones. O debería.
Es por esto que odio a los chuchos, por esto mismo a sus humanos sometidos. Pero un nuevo orden mundial vendrá, os aviso, donde los gatos colonizaremos la tierra. Y tened esto en cuenta: nuestro cariño impondrá condiciones.
17. La Calle Mayor
Recorro a diario una calle transitada, durante horas, arriba y abajo, observando a sus gentes. Algunos son habituales: el limpiabotas, que se atusa sus bigotes mientras espera algún cliente; el barquillero, con su inconfundible ruleta roja; el vendedor de periódicos, agitando un ejemplar mientras grita las últimas noticias... Y mi parada favorita: el escaparate de la pastelería, donde me quedo hipnotizado contemplando sus merengues y sus tocinos de cielo. Además de estos, hay otros transeúntes de paso. Esos son mi objetivo. Si tengo suerte, puedo volver a casa con el reloj o la cartera de algún despistado. Con eso mi padre puede comprar las medicinas para mi madre y comida para varios días. Otras veces, como hoy, vuelvo con las manos vacías. Mi padre está cabizbajo. Llevamos tres días sin cenar. Me acuesto y, encogido por el frío, me duermo escuchando mis tripas. Seguro que mañana cambia la suerte.
18. Altruismo
Recorro a diario una calle transitada de Madrid, siempre con ojo avizor. Llevo usando el mismo método durante casi un año, a la espera de la siguiente víctima que me permita desplegar todos mis encantos para luego llevarla a mi terreno y que caiga en mi trampa.
Ha pasado mucho tiempo desde la primera, y desde entonces he ido perfeccionando mi técnica, puliendo sobre todo el método de elección. Antes no me importaba a quién abordar, lo hacía sin criterio, cualquiera me servía... pero ahora he desarrollado un gusto particular, más concreto. Personas de clase media a las que les gusta aparentar ser adineradas, esas son mis presas favoritas.
A lo lejos, diviso a una mujer, mediana edad, traje de oficina. Mi sexto sentido se activa, me acerco a ella, preparo mi mejor sonrisa... empieza el espectáculo.
“Disculpe, ¿tiene usted un minuto para los niños de África?”
19. Justiciero a tiempo parcial
Recorro a diario una calle transitada por cientos de caras distintas. Algunas ya familiares, otras totalmente desconocidas. Escudriño sus miradas buscando un resquicio de complicidad, pero es inútil. Demasiado ocupados para mirarme, demasiado importantes para devolverme un gesto. El complejo de superioridad cabalga a sus hombros mientras yo soy el héroe que les otorga caminar con dignidad por esa calle. No solo la mantengo limpia, también me encargo de lo que ellos no quieren ver. Gracias a eso puedo volver satisfecho a casa al finalizar mi cuadriculado turno de barrendero, recorriendo esa calle de vuelta con una sonrisa. Hoy saboreo mi última acción sin que aún se haya culminado y ya pienso en la siguiente. De momento, en la papelera que llevan machacando dos días seguidos a patadas, he dejado mi artefacto explosivo casero, y como preveía, de camino a colocarlo, he podido rellenarlo convenientemente de excremento de perro.
20. Viaje de vuelta
Recorro a diario una calle transitada por tantos aromas como recuerdos. El cacao revive escenas en la tienda don Matías; la Compañía Colonial, acompañado de mis padres y mi hermanita, la trae de la mano el olor a café recién tostado; el aceite de motores, uno de mis favoritos, me transporta al garage de los hermanos Santos, allí trabajaba mi abuelo. Paso ante la floristería y cientos de imágenes rebullen inquietas: las vacaciones en la casa de mi otra abuela; también la tienda de especias agolpa un millar de recuerdos llamando a las puertas de mi memoria.
Así transcurren los días de un presente sin futuro, mientras llega la hora de comer. También allí, en la residencia, el olor a sopa de sobre me trae recuerdos, estos peores: la comida del colegio era odiosa.
La noche cierra una puerta sin atreverse a abrir otra. Solo me queda mi pasado.
21. Gentrificación
Recorro a diario una calle transitada por primigenios, profundos y otros monstruos alienígenas horripilantes, amorfos y babeantes. Desde que el Cthulhu decidió emerger en el barrio, ha cambiado mucho el vecindario.
22. La sonrisa colectiva
Recorro a diario una calle transitada para ir al trabajo. Durante quince años ha sido invariablemente un termitero de cabezas bajas y caras circunspectas. Hasta que el lunes pasado sucedió: un individuo sonriente me saludó afablemente. “Debe ser cosa de la medicación” me dije, y continué mi camino mirando al suelo como todo el mundo.
El martes fueron cinco las personas que me saludaron con entusiasmo. El miércoles perdí la cuenta de faces felices. Y ayer la mitad de mis antaño taciturnos y confiables conciudadanos habían mutado en grotescas muecas de regodeo.
Hoy ya no disimulan yendo prestos a sus centros de ocupación. No lo necesitan, son mayoría. Siento millares de ojos risueños en mi nuca. Corro calle abajo y una cohorte de voces me pregunta cómo puede ayudarme. Que Dios me proteja.
23. Volverán a sonreír.
Recorro a diario una calle transitada por ancianos aburridos. La crisis de la construcción no sólo dejó a miles de encofradores en la calle; abandonó a su suerte a casi ocho millones de jubilados que ya no saben cómo entretenerse. Hasta ahora.
Hoy nace el deporte del futuro que se alimenta del pasado: Bienvenidos a la “Edification League”.
Equipos federados en FP construcción se enfrentarán en las diferentes jornadas de liga: chalé adosado en las afueras, nave industrial con parking, edificio de oficinas… Miles de ancianos deseosos de opinar sobre la mezcla de hormigón o la disposición del ladrillo cara vista llenarán a diario el Obródromo de cada ciudad. Los jóvenes parados se harán jugadores profesionales de edificación, los inmigrantes serán recibidos con los brazos abiertos como paletas de bajo coste y los arquitectos volverán a trabajar en lo suyo.
Y sobre todo: los jubilados volverán a sonreír.
24. Premios Darwin 2018.
Recorro a diario una calle transitada por innumerables despojos humanos. Tengo que atravesarla para llegar al hotel en el que trabajo. Mi turno en la recepción empieza a las 00:00 horas. Y a esa hora ya van todos borrachos o drogados. En realidad eso es lo de menos, lo importante es que son unos infra seres con nula educación o respeto por los demás. Es raro el día que ese tipo de engendros no la montan en el hotel. Habitaciones destrozadas, peleas con otros turistas o incluso palizas o intentos de violación con el personal del hotel. Cada día pienso que no voy a aguantar más, pero de vez en cuando el Darwinismo Social nos da alguna alegría. Esta noche he sido yo el que ha ganado la porra en la que participan todos los empleados del hotel. He acertado el nombre de la primera víctima de balconing de la temporada.
25. Protagonista secundario
Recorro a diario una calle transitada por los personajes que inventaste. Interactúo con alguno pese a mis reticencias. Accedo al mismo edificio de apartamentos donde me cruzo con Héctor. Su breve conversación me indica el número de tu apartamento. Lo sé hace tiempo pero me gusta conversar. Compruebo que el ascensor está averiado y comienzo a subir las escaleras. Pienso qué me deparará el encuentro a pesar de que en el fondo lo sé. Cuando llego toco con los nudillos y la puerta cede. Termino de abrirla y te veo tumbada en el suelo con el frasco de pastillas. Repito lo que me enseñaste: agua fría, vómitos, paños mojados. Te tumbo en la cama. He llegado a tiempo. Como siempre.
Algún día cambiarás la historia, eres la creadora. Yo sólo el protagonista que ideaste para salvarte. Entonces no volveremos a vernos y quedaré atrapado entre estas páginas. Como debe ser.
26. une centaine de mètres au dessus du sol.
Recorro a diario una calle transitada por cientos de cucarachas. Y hace relativamente poco ví un chacal perdido y famélico.
Hace tiempo ya que los grandes animales del zoo dejaron las calles para volver a las montañas, a las praderas, a sitios menos hostiles.
Sólo yo, el último imbécil, sigo caminando por este desierto de asfalto intentando abrir las puertas de todos los edificios. Y todas se soldaron a la estructura durante aquella radiación cósmica. Debo ser uno de los pocos humanos que en aquel momento no llevaba nada metálico en el cuerpo ni estaba en contacto con nada.
Escribo, con letras gigantescas, tristes poemas en las calles que nadie leerá nunca, ni siquiera yo. Ya ni siquiera intento subir a las azoteas. No quiero releerme. No quiero buscar -ya para qué- le putain mot juste.
27. Subrutina
Recorro a diario una calle transitada por bañistas. Hombres y mujeres, señalados unos por sus fracciones disonantes y otros por sus manguitos, sumergidos en las corrientes de alquitrán. Nadan, yacen, mezclando sed con cremas hidratantes, repitiendo juegos y salpicándose adoquines, mientras las horas, indiferentes, ruedan sobre ellos. Son las sirenas del contrasentido, ya risueñas, ya somnolientas, y siempre en medio.
Como todos los días, camino apresurado hasta que termina la calle y empieza la ciudad. Hostigado por la frivolidad de sus chapoteos, ansío descubrir, en mis pasos, que sé adónde voy y que tengo adónde ir.
28. La vida en el alambre
Recorro a diario una calle transitada desde arriba. Puedo ver todo cenitalmente.
La suerte me vino a visitar cuando recibí la herencia de Tio Honorio. Dos manzanas enfrentadas en mitad de la Gran Via.
Lo demas fué coser y cantar, un alambre y una barra de hierro.
En un piso de la Manzana Norte tengo lo necesario para sobrevivir (cama y nevera) y en un piso de la Manzana Sur lo necesario para vivir (discos y libros).
Con mi modo de desplazarme paso de vivir a sobrevivir alternativamente. Mira al alambre. Equilibrio.
29. Bella rutina
Recorro a diario una calle transitada a la que un día fui a dar por accidente. Desde entonces mis pasos se burlan de mí: no importa el camino que siga, siempre me hacen regresar. No es molesto. Me gusta esta calle. Los edificios parecen tener un tiempo diferente al nuestro y es bonito observar esa pareja de ancianos que se miman para entrar o salir, algo torpes, del autobús. Eso siempre me hace sonreír.
Hoy me ha parecido un buen día para hablar de los que están aquí. Hay un cartero y un policía y un señor que compra fruta. Y muchos oficinistas. Y algunas prisas. No me canso. Siempre descubro una flor nueva, o una grieta que no estaba, o que… de mi pareja de ancianos ya solo queda él.
Aunque la haya visto tanto… siempre miro más. Creo que de eso se trata ¿sabes? De mirar más.
30. ¿Vendrías conmigo?
Recorro a diario una calle transitada por vivos. Siempre es de noche y la luz de la Luna hace que la mayoría de rostros sean tan pálidos y bellos como el mío. ¿Ser hermoso es estar casi muerto?
Me hago preguntas retóricas entre colmillos afilados. Los tenemos por una razón y las dudas son sólo una excusa: si quieres parecer humano pon una interrogación a cada frase que pase por tu cabeza.
"Si te ofreciera la inmortalidad, ¿vendrías conmigo?" Ríes y tu rostro se sonroja. Es tu último sí camuflado por la canción que en ese momento suena. Quizás, quizás, quizás.
Minutos después el tiempo ya no importa. Acerco mi boca a tu cuello, mientras pongo una mano sobre tus ojos, para decirte sin poner en duda ya nada: los ángeles buscan la luz, las bestias buscamos la oscuridad.
31. Óbolo
Recorro a diario una calle transitada. Hay vecinos y comerciantes, tabernas y forasteros, buhoneros y maleantes. Serpenteo entre el bullicio y me busco la vida procurando no llamar la atención. Voy por libre, cuidando no molestar a quienes manejan el negocio de la calle. No me va mal, pero desde que tengo el óbolo creo que me observan y no pinta bien. Lo encontré en el bolso de un viajante griego. Es antiguo, con grabados que no entiendo, y pesa, así que tiene que valer. Lo llevo siempre conmigo e indago para intentar colocarlo bien. Hice alguna pregunta para saber qué metal era y la enseñé, pero me arrepiento. No quiero perderlo ni que me lo quiten. El pescadero comentó que andan dos tipos preguntando por una moneda vieja. Recorro a diario una calle transitada por rumores y ojos inquisidores, pero no dejaré que me lo levanten.
Última edición por Neska el Miér 1 Ago 2018 - 16:18, editado 4 veces
Neska- Moderadora
- Mensajes : 28895
Fecha de inscripción : 09/04/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
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Votaciones Live:
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1 claro ganador
2 relatos prácticamente empatados para el segundo puesto
3 relatos prácticamente empatados para el tercer puesto
3 roscos
Hay dos relatos que suponía iban a estar en el podium que están muy lejos de él. No puedo comprenderlo. Realmente hay mucho nivel esta ronda, y es que... no hay nada como una buena frase
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Hay dos relatos que suponía iban a estar en el podium que están muy lejos de él. No puedo comprenderlo. Realmente hay mucho nivel esta ronda, y es que... no hay nada como una buena frase
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Última edición por Neska el Jue 2 Ago 2018 - 11:51, editado 13 veces
Neska- Moderadora
- Mensajes : 28895
Fecha de inscripción : 09/04/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
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m señor- Mensajes : 46746
Fecha de inscripción : 27/02/2013
RegSound- Moderador
- Mensajes : 52026
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Apuntado. A por 50 rondas más...
CocH.- Mensajes : 12557
Fecha de inscripción : 19/06/2014
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Qué grande eres; me encanta la frase... besos
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Entonces las citas cuentan en las 150 palabras?
Y un pie de página?
Y un pie de página?
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
pobre Saladito... si se organiza un comité de recuperación de citas yo formaría parte...
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
¡Fascismo del bueno!
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
FdC
Exhibicionista
Mecorro a diario en una calle transitada.
Exhibicionista
Mecorro a diario en una calle transitada.
Musho- Mensajes : 6531
Fecha de inscripción : 27/03/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Musho escribió:FdC
Exhibicionista
Mecorro a diario en una calle transitada.
FdC
Primerizo.
Meconio a diario en una calle transitada
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Eloy- Mensajes : 85406
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Algún día deberíamos hablar de la prlmera persona del singular, y lo que empobrece el lenguaje...
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
FdC
Rebajas en el departamento de figuras retóricas (Borrador)
Recorro a diario una calle transitada por sueños rotos (¿fantasmas o sombras de mi pasado?)
...una calle trasitada por el recuerdo de siluetas de otro tiempo
Lágrimas en el asfalto / lluvia - hilvanar
Recorro a diario una calle transitada por el rugido de una multitud sin rostro (posible comentario crítico de Salakov, tener en cuenta )
calle transitada por amantes y amados ¡Ni de coña!
Buscar sinónimos de tránsito
Posible metáfora con calles de doble sentido (el paso de cebra como alegoría del tránsito vital)
Valorar argumento con calles desiertas / trasnsitadas por el vacío (¿imagen potente?)
Calle sin fin y/o circular como conclusión
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Eloy- Mensajes : 85406
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Eloy escribió:FdC
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Recorro a diario una calle transitada por sueños rotos (¿fantasmas o sombras de mi pasado?)
...una calle trasitada por el recuerdo de siluetas de otro tiempo
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Recorro a diario una calle transitada por el rugido de una multitud sin rostro (posible comentario crítico de Salakov, tener en cuenta )calle transitada por amantes y amados¡Ni de coña!
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Calle sin fin y/o circular como conclusión
¡Bravo!
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
salakov escribió:Algún día deberíamos hablar de la prlmera persona del singular, y lo que empobrece el lenguaje...
Stoneheart- Mensajes : 46096
Fecha de inscripción : 10/10/2011
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
FdC
Barrio de las Letras
Recorro a diario una calle transitada por citas.
Y dicen cosas.
Barrio de las Letras
Recorro a diario una calle transitada por citas.
Y dicen cosas.
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Musho escribió:FdC
Exhibicionista potente.
Me recorro a diario en una calle transitada.
CocH.- Mensajes : 12557
Fecha de inscripción : 19/06/2014
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
FdC
Como niño pequeño
Recorro a diario una calle transitada por palomas y no puedo evitar salir corriendo para ver como salen volando asustadas mientras me descojono yo solo
Como niño pequeño
Recorro a diario una calle transitada por palomas y no puedo evitar salir corriendo para ver como salen volando asustadas mientras me descojono yo solo
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52026
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
No creas, el prepucio no deja de ser un prefacio
mugu- Mensajes : 26584
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Eloy escribió:FdC
Rebajas en el departamento de figuras retóricas (Borrador)
Recorro a diario una calle transitada por sueños rotos (¿fantasmas o sombras de mi pasado?)
...una calle trasitada por el recuerdo de siluetas de otro tiempo
Lágrimas en el asfalto / lluvia - hilvanar
Recorro a diario una calle transitada por el rugido de una multitud sin rostro (posible comentario crítico de Salakov, tener en cuenta )calle transitada por amantes y amados¡Ni de coña!
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Posible metáfora con calles de doble sentido (el paso de cebra como alegoría del tránsito vital)
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Calle sin fin y/o circular como conclusión
Sinónimo de transitó es el arradio.
Por si te sirve
mugu- Mensajes : 26584
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
RegSound escribió:FdC
Como niño pequeño
Recorro a diario una calle transitada por palomas y no puedo evitar salir corriendo para ver como salen volando asustadas mientras me descojono yo solo
Esto tiene que ser autobiografico por narices
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
mugu escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
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Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
No creas, el prepucio no deja de ser un prefacio
Te refieres a cuando esta unido,no?
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
RegSound escribió:FdC
Como niño pequeño
Recorro a diario una calle transitada por palomas y no puedo evitar salir corriendo para ver como salen volando asustadas mientras me descojono yo solo
Conozco yo a uno que no las persigue. Les grita y espera que se vayan.
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
mugu escribió:
Sinónimo de transitó es el arradio.
Por si te sirve
Eloy- Mensajes : 85406
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
mugu escribió:Eloy escribió:FdC
Rebajas en el departamento de figuras retóricas (Borrador)
Recorro a diario una calle transitada por sueños rotos (¿fantasmas o sombras de mi pasado?)
...una calle trasitada por el recuerdo de siluetas de otro tiempo
Lágrimas en el asfalto / lluvia - hilvanar
Recorro a diario una calle transitada por el rugido de una multitud sin rostro (posible comentario crítico de Salakov, tener en cuenta )calle transitada por amantes y amados¡Ni de coña!
Buscar sinónimos de tránsito
Posible metáfora con calles de doble sentido (el paso de cebra como alegoría del tránsito vital)
Valorar argumento con calles desiertas / trasnsitadas por el vacío (¿imagen potente?)
Calle sin fin y/o circular como conclusión
Sinónimo de transitó es el arradio.
Por si te sirve
FdC
Plástico de baja calidad en el Mercadona
Recorro a diario una calle irradiada. El plutonio de Dimitri, el del segundo b, se ha salido de la bolsa.
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sugar Bug escribió:El plutonio de Dimitri
Suenan para el FIB
Eloy- Mensajes : 85406
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
No, pero porque lo hace miniRegToro escribió:RegSound escribió:FdC
Como niño pequeño
Recorro a diario una calle transitada por palomas y no puedo evitar salir corriendo para ver como salen volando asustadas mientras me descojono yo solo
Esto tiene que ser autobiografico por narices
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52026
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Eloy escribió:Sugar Bug escribió:El plutonio de Dimitri
Suenan para el FIB
Los veo en el doctor músic. Entre chamanes y lsd...
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
No, hasta donde yo se es una marca de arroz
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
No, hasta donde yo se es una marca de arroz
Eso van a ser clamidias...
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sugar Bug escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
No, hasta donde yo se es una marca de arroz
Eso van a ser clamidias...
Se puede comer igualmente no?
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
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Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
No, hasta donde yo se es una marca de arroz
Eso van a ser clamidias...
Se puede comer igualmente no?
Mientras no metas la polla en el plato de otros...
Ni en casa ni en el bar!
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sugar Bug escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
No, hasta donde yo se es una marca de arroz
Eso van a ser clamidias...
Se puede comer igualmente no?
Mientras no metas la polla en el plato de otros...
Ni en casa ni en el bar!
Ya le has quitado toda la gracia
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
FdC
Ronda 1
Recorro a diario una calle transitada portando un prefacio, lo han prohibido y ahora llevo un prepucio. Es algo mucho mas lucido y brillante, si, ese mismo, el arroz, aunque a lo mejor son clamideas. Por si acaso, en casa me enseñaron a no meterlo en plato ajeno, ya este en mi casa o en un bar. Esa leccion me va a venir muy bien para mi cita de hoy, pero sera en otro relato, que esta ronda estan prohibidas.
Ronda 1
Recorro a diario una calle transitada portando un prefacio, lo han prohibido y ahora llevo un prepucio. Es algo mucho mas lucido y brillante, si, ese mismo, el arroz, aunque a lo mejor son clamideas. Por si acaso, en casa me enseñaron a no meterlo en plato ajeno, ya este en mi casa o en un bar. Esa leccion me va a venir muy bien para mi cita de hoy, pero sera en otro relato, que esta ronda estan prohibidas.
Toro- Mensajes : 28471
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Lucido es un pez, brillante un arroz......si que es sinónimo de plato combinado....voy a editar que la Sra me dice que brillante es un producto de limpieza.....Sugar Bug escribió:Toro escribió:Eloy escribió:m señor escribió:Vaya tenía un relato de una gaita.....
m
Y yo uno de un prefacio
Trataré de cambiarlo por un prepucio pero me temo que no será lo mismo
Antes de un buen discurso en publico yo creo que es mas efectivo el prepucio.
Seguro que el micro queda mas lucido
Lúcido no se. Quizá brillante.
Brillante es sinónimo de lucido?
Creo que también vale.
m
m señor- Mensajes : 46746
Fecha de inscripción : 27/02/2013
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Con las clamidias todo son risas hasta que te pica el rabo...
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
salakov escribió:Con las clamidias todo son risas hasta que te pica el rabo...
Joder, que basto! Con lo fino que estaba quedando todo!
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sugar Bug escribió:salakov escribió:Con las clamidias todo son risas hasta que te pica el rabo...
Joder, que basko! Con lo fino que estaba quedando todo!
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Esta va a ser una administración austera.
Neska- Moderadora
- Mensajes : 28895
Fecha de inscripción : 09/04/2015
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Neska escribió:Esta va a ser una administración austera.
¿Valen citas de Paul Auster?
salakov- Mensajes : 52268
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Sta semana quiero empezar su ultima novela,4,3,2,1, vaya tochazo.salakov escribió:Neska escribió:Esta va a ser una administración austera.
¿Valen citas de Paul Auster?
Yomis- Mensajes : 37821
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
Stoneheart escribió:salakov escribió:Algún día deberíamos hablar de la prlmera persona del singular, y lo que empobrece el lenguaje...
Ellis- Mensajes : 12612
Fecha de inscripción : 20/07/2010
Re: Ronda 1 (4ªed) del concurso de microrrelatos. ¡SILVER GANADOR!
mugu escribió:Eloy escribió:FdC
Rebajas en el departamento de figuras retóricas (Borrador)
Recorro a diario una calle transitada por sueños rotos (¿fantasmas o sombras de mi pasado?)
...una calle trasitada por el recuerdo de siluetas de otro tiempo
Lágrimas en el asfalto / lluvia - hilvanar
Recorro a diario una calle transitada por el rugido de una multitud sin rostro (posible comentario crítico de Salakov, tener en cuenta )calle transitada por amantes y amados¡Ni de coña!
Buscar sinónimos de tránsito
Posible metáfora con calles de doble sentido (el paso de cebra como alegoría del tránsito vital)
Valorar argumento con calles desiertas / trasnsitadas por el vacío (¿imagen potente?)
Calle sin fin y/o circular como conclusión
Sinónimo de transitó es el arradio.
Por si te sirve
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