RONDA 11 Temporada 5 del desquiciado Concurso de MICRORRELATOS (Ronda homenaje a Daniel Johnston) Kupak ganador.

Frase: Vivo/Vivía/Vivíamos/... en una/la ciudad...

El comienzo de la frase debe ser una forma verbal del verbo vivir. Se podrá elegir entre una y la.

Ejemplos:
Vivía en una ciudad llamada...
Vivo en la ciudad más...
Vivíamos en una ciudad con...
Hemos vivido en la ciudad que fue...

Reglas:

REGISTRO HISTÓRICO:

ACTAS DE ESTA EDICION, HASTA LA GALA ACTUAL:

CLASIFICACIÓN V EDICIÓN:

Relatos a concurso

1. Invisibles

Vivo en la ciudad con el viejo Capitán como única compañía. No sé qué es más difícil, si sobrevivir en la calle, muriéndonos de frío en invierno y de calor en verano, o comprobar cómo la gente pasa impasible ante nosotros. Sí, cometí mis errores en el pasado y sigo pagando por ellos, pero ya no soy el que era antes. Solo pedimos una pequeña ayuda.
Por las tardes hago una cola para entrar al comedor social. Capitán, como no puede entrar, me espera en la calle escondido. Mientras me guardo en los bolsillos un poco de pan duro, uno de los compañeros se queja de la comida.

―Al menos está caliente ―le digo yo un poco molesto

Aquella noche, buscando donde dormir, Capitán olfatea algo. El cuerpo carbonizado de un compañero entre unos contenedores. Entre lágrimas, mientras Capitán lame el cadáver, pienso: “Seremos invisibles, pero no somos deshechos joder”.

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2. El Misántropo

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3. Variaciones Goldberg

- Vivía en la ciudad, era un tipo tranquilo, muy agradable. Le interesaba todo el tema de Bach y el barroco. Lo de la polifonía, el contrapunto, los cánones y esas historias. Cuando yo le conocí iba a dejar el trabajo en la RENFE para irse a Leipzig. Quería estudiar las variaciones Goldberg con un musicólogo checo o polaco o algo así.
- ¿Y qué fue de él?
- Se lo comió un cocodrilo en Australia.
- Joder.

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4. Urbanita

Vivo en una ciudad maravillosa. Desde el año pasado tenemos red 5g y la conexión a internet va como un rayo. Puedo comer cualquier tipo de cocina con las aplicaciones de Just Eat y Deliveroo. Hago la compra con Carrefour On Line y consigo todo los que necesito en Amazon. Y si me apetece cualquier chorrada, la pido por Glovo y me la traen en media hora. Cuando quiero echar un polvo, hay mucha gente para elegir en el Tinder y luego quedar en mi casa, y si no consigo hacer match, pues siempre puedo entrar en Porn Hub y tocarme un poco. Mi sala favorita de conciertos ha empezado a emitir los bolos en streaming, así que no me pierdo una banda. Con todas estas facilidades, llevo 4 meses sin salir a la calle. Y es que me encanta mi ciudad, es fantástica, tiene todo lo que quiero.

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5. Donde tú vivas

Viviré en la ciudad donde tú vivas, para que notes mi ausencia. En el mismo barrio, el mismo portal, si pudiera en la misma casa. Pese a sus poéticas intenciones, el sueldo de Anselmo solo le permitió alquilar una habitación a cincuenta kilómetros de Maribel.  Cuando finamente logró prosperar, se mudó a la ciudad y consiguió el piso que ella dejó libre al regresar a Chile.

Empezó a ver sus huellas en los platos, a olerla en los pliegues de las cortinas, a notar su calor en las sábanas. Se le hizo insoportable tener que ir a trabajar y abandonarla. Empezó a salir de casa solo para hacer las compras indispensables.

El correo trajo la primera notificación de impago del alquiler. Con la segunda aporrearon la puerta, al no hallar respuesta la colaran por debajo. En la tercera una patrulla de policía profanó el templo sin contemplaciones.

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6. Insomnia

Vivo en la ciudad más habitada del planeta, o eso me han contado siempre.
Pero en mis trece años de vida, solo habré conocido unas cien personas, de las que quedaremos vivas treinta. Casi todas en este mismo pasillo y algunas de otras plantas del hospital.
No imagino cómo debe ser conocer mucha más gente.
A veces pienso en cuánta gente conoceré antes de morir. Pero días como hoy, tras enterrar a Leo, me planteo que sería mejor que no viniera nadie nuevo. Mi segundo compañero este mismo mes. Algún día me tocará a mí.
Quizá últimamente pienso demasiado en la muerte, igual porque tampoco me han explicado claramente que nos pasa. Dicen que algo de la sangre, aunque creo que es algún problema con el sueño, porque desde hace meses prácticamente no duermo.
Los amigos que he tenido que enterrar son los que me mantienen despierta por la noche.

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7. La metamorfosis de Kafka (la f es muda)

Vivíamos en una ciudad tan dulce que incluso respirar provocaba glucosuria. Casas de chocolate, rematadas en tejados de caramelo a cuatro almíbares, formaban un perfecto rectángulo rodeado de un río de natillas por el que navegar a bordo de galletas a vela. Velas de mazapán. Confites de anís empedraban las calles recorridas arriba y abajo por brioches tocados de inmensos fideos de chocolate que silbaban dulces melodías al ondear libres.
Éramos la envidia de los alrededores, orgullosos al fin y temerosos al cabo. No supimos cuidarla. Primero unas lametadas, luego algún mordisco a escondidas, más tarde, en las noches de luna nueva, salíamos invisibles a colmar nuestras ansias, hasta que una mañana cualquiera, anocheció del todo.
Aquello de lo que más orgullosos nos sentíamos desapareció en nuestros estómagos, que fueron convirtiendo aquel maná en desechos. Con nuestros excrementos construimos la ciudad donde vivimos ahora, con los tejados a cuatro mierdas.

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8. Blue, glue, blue

“Vivimos en una ciudad con mar y nos divertimos tirando piedras a los ferris”, dijo la chica. Yo no entendí nada, pero el chico con el que ella iba se puso a reír.

Ya en mi piso, en mi ciudad sin mar, me ofrecieron esnifar una especie de pegamento que la chica sacó de un neceser rojo. Luego, todo fueron ojos grandes y acuosos. Ojos rojos como en las fotos.

No puedo decir que folláramos, estábamos enredados en juegos diferentes. Ellos se lo tomaban muy en serio y yo muy a guasa. Fuimos niños que se pelean medio en serio medio en broma.

A la mañana siguiente, la chica abrió la ventana, se puso las manos en la cabeza y dijo que aquello había sido más triste que visitar un zoo. Yo no entendí nada. El chico con el que ella iba se tapó los ojos con las dos manos.

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9. Conexión

Vives en la ciudad. Aquí las personas se acercan tanto que pueden olerse, pero no se hablan, ni se tocan. El aire es gris, y está saturado de imágenes y sonidos imperceptibles, que se licúan y precipitan en pantallas brillantes  y auriculares sin cables; cada uno ignora su vacío y vive ahí, sólo con sus ojos y sus oídos, su feliz vida incorpórea. Pasando pantallas. Poniendo filtros. Escuchando lo que cree que escoge. Felicitando cumpleaños a fotografías. Chateando con un australiano, a quien nunca besará. Levantas la vista. Ves las carcasas de otras personas, pero sabes que ninguna mirará, nadie contestará, aunque grites. Mueves espasmódicamente el pulgar, buscando memes que reenviar al grupo “Compis de Facultad” y esperas ansiosa que alguien ponga una carita sonriente o un corazón que entierre esa súbita angustia, y sonríes, porque entretanto llega una notificación de cuarenta nuevos “me gusta” a tu último selfie.

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10. Jon Nieve Merengada

Vivo en la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Tiene mérito porque no soy hijo de Zidane.

Creo.

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11. La ciudad interior


Vivo en una ciudad extraña. Casi siempre la rodea una espesa niebla y sus límites se contraen o expanden caprichosamente. En aquellos días en que la niebla se disipa nunca sabes que vas a encontrar bordeándola: un desierto, un mar oscuro o unas majestuosas montañas. Algunas veces tengo compañía, personas que acaban haciendo aquello que temo o que por contra llevan a cabo mis designios y deseos. Pero siendo sincero, lo que más me gusta es recorrer solo sus calles. Entro en las casas y un mueble determinado llama mi atención, al abrirlo siempre encuentro algo: líneas garabateadas, sucesiones de acordes tabulados, fotos de instantes agradables o de otros que deseé olvidar. A veces, un sonido me expulsa de la ciudad y al abrir los ojos encuentro la luz del camión de la basura parpadeando en mi pared. Después cierro los ojos y vuelvo de nuevo a mi ciudad.[/quote]

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12. A tomar por culo (de lejos)

Viviría en una ciudad en la otra punta del mundo, sin saber siquiera dónde está España.
Ser uno de esos que sitúan este país en sudamérica y que nos parecen tan garrulos.
Garrulo pero forrado, a poder ser. En Silicon Valley.
Aunque bueno, ahora sí lo sabría. Desgraciadamente.

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13. Los amantes del Círculo Polar 2

Vivo en la ciudad de Rovaniemi, donde Medem rodó LADCP. Me obsesiona esa película, creo que habla de mí de una forma más elocuente que mi propia vida. Me llamo Anna y me exilié aquí cuando Biel me dejó. O tal vez lo dejé yo, no sé, es complicado. Mi madre dice que el problema con las relaciones es que no nos quieren como queremos que nos quieran. Creo que tiene razón. Reflexiono sobre esto rodeada de bosques, líquenes, cucurbitáceas... En Finlandia el verde es oscuro, casi gris. En Finlandia tampoco anochece. Así pues, bajo el sol de medianoche, fantaseo con su regreso. Que Biel me busca entre la niebla. Que su voluntad somete al frío. Que nunca ha podido olvidarme. Ensayo frente al espejo los gestos para el reencuentro —estupor, alegría, turbación—, frunciendo mucho el ceño como Najwa Nimri. Incluso tengo elegido el autobús al que me arrojaré.

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14. El precio del pan

Vivía en una ciudad tan pequeña que casi cabía en su maleta. Duros fueron los inicios cuando llegó al diminuto barrio de Tahonal —a las afueras, claro—. Tan pronto intentaba departir con vecinos sobre lo caro de la hogaza, o la escasa miga del vienés, huían ensordecidos por su vozarrón de gigantesa. Menos mal que un inventor local le construyó un macrófono enchufado a unos bajavoces. ¡Qué alivio! Al fin podía despotricar también por el latrocinio chapatil, o el escándalo del integral sin sal. Sucedió que una tarde el hijo del panadero del barrio se sentó sobre el descomunal juanete izquierdo de la grandullona. El descarado zagal olía a levadura y brioche. Se miraron. Ella carraspeó.
—En verdad el candeal es harina de otro costal— dijo, y jamás volvió a quejarse por el precio del pan de Tahonal, en aquella ciudad tan pequeña que casi cabía en su maleta.

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15. Antes

Viven en una ciudad que guarda dentro de una cajita. Sus diminutas vidas están ancladas en la época en que ella creía que era feliz, y transcurren a imagen y semejanza de sus recuerdos. Amanecen cuando ella levanta la tapa y deja que la luz del presente ilumine los edificios del pasado: es la ciudad más hermosa del mundo. Ella no quiere que la caja se contamine de palabras, canciones y experiencias que no tienen lugar en su interior, pero al mismo tiempo desea pasar las horas con ellos, con los que conoce y con los que no. Querría encoger hasta llegar al tamaño de una almendra, entrar y dejar que la tapa se cerrara para siempre… pero entonces se encontraría con la basura que puebla los rincones, con las peleas en las puertas de los bares y con la verdadera condición humana sin edulcorar.

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16. Una historia de violencia

Vivían en una ciudad demasiado grande y peligrosa. Tardó un instante en arrepentirse de no acompañarla esa noche. ¿Qué hombre dejaba que su mujer vagase por esas calles, escenario de tantas noticias de sucesos?
Una llamada balsámica, nadie al aparato. Cogió su chaqueta y salió a buscarla. Recorrió, sin éxito, los pocos locales que frecuentaban. "Debería haber mostrado interés por sus amigos". Derrotado, volvió y esperó, acumulando mensajes sin respuesta.

Suena el teléfono...la adrenalina se dispara. "Número desconocido"

— ¿Diga?
— ¿Mr. Plumber?
— Sí.
— Aquí el agente Colby, ¿hablo con la pareja de Mary Harbock?
— Sí...
— Le llamo porque ha zido objeto de un intento de atraco y..., bueno..., ha mandado al hozpital al atracador, a zu cómplice, a un paramédico y a mi compañero. Necezitamoz que ze perzone en comizaría puezto que ze encuentra enajenada y no podemoz azegurar la integridad de la celda.

"Si es que soy idiota..."

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17. Equivocación terraplanista

Vivía en una ciudad tan al este que ya se consideraba el oeste.

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18. Una ciudad casi perfecta.

Vivíamos en una ciudad casi perfecta. Tras varias décadas de desarrollo los planes urbanísticos del ayuntamiento habían dado sus frutos. Casi sin paro, buenos salarios y un sistema de sanidad que es la envidia del mundo. Pero ahora tenemos que vivir en una inmunda y mísera cuidad del extrarradio.  Delincuencia, paro, drogas, alcoholismo, violencia, y un largo etc. Esa perfección está destinada solo a los que pueden permitírsela.

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19. Familia desahuciada

Vivíamos en una ciudad provincial, tranquila y segura hasta que llegaron ellos.
El padre era un hombre de éxito que había amasado una fortuna desproporcionada al inventar el "palo-selfie", un prodigio del ingenio.
La madre era la hija favorita de un conocido político ultra-conservador acusado de crímenes contra la humanidad.
El hijo era un árbitro dado a pitar penaltis dudosos siempre a favor del equipo con mayor presupuesto.
La hija iba engrosando su cuenta bancaria a medida que iba cambiando la sede social, el nombre y los trabajadores de su empresa de I+D. En su tiempo libre ejercía de "coach" para motivar a emprendedores, algunos eran ex-trabajadores de su empresa de múltiples denominaciones.
Al poco tiempo de llegar a la ciudad tuvieron que marcharse a toda prisa.
Era imposible vivir con tanta miseria espiritual.

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20. Siguiendo las pistas de Perri Meison

Vivíamos en una ciudad demasiado grande, la capital del reino, pero había mucha gente que molestaba sin apenas conocerte y no podía sacar a pasear a Bobby tranquilo, así que nos mudamos a una ciudad de provincia, pero resultó no ser tan pequeña como imaginaba, nos trasladamos a un pueblo costero pero se llenaba de turistas en verano, y Bobby no podía utilizar la playa a su antojo, así que decidimos vivir en un pueblo de interior en la meseta, pero todo el mundo te conoce y tienes que ser sociable, así que nos mudamos a una casa apartada de montaña, me compré el terreno y me independice del estado, así fue como fundé el único país de un solo habitante y cuyo ministro total es un perro.

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21. Hoy no, mañana sí

Vive en una ciudad de edificios bajos, aislado del enjambre de piernas, del trasiego de largas zancadas y miradas cortas, de sus cada vez más escasos gracias y sin recibir de nada alguno.
Reside en un barrio de casas encaladas, entorpecido su caminar por una lenta descarga, de decenas de palés con innumerables cajas, etiquetadas de marcas blancas. Pide la vez en un colmado, y tras dar las gracias y las buenas tardes, pan y embutido deja fiados.
Habita en un austero piso, un perchero y un sombrero, y bajo éste, unas pocas monedas en el suelo.

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22. Emporio

Vivimos en la ciudad de los melancólicos, Longing Town, una temporada. Papá creyó que sería el lugar ideal para enriquecerse con su distribuidora  de antidepresivos. Allá el cielo estaba siempre encapotado; una luz crepuscular bañaba todo. Los árboles de las calles estaban perennemente despojados de hojas, enmarcaban caserones augustos y cansados. Los amantes se citaban en parques mustios y se limitaban a mirarse con contenida añoranza. Y en los bares sólo servían alcohol y canciones de Billie Holiday. Nos arruinamos. Los melancólicos querían seguir siendo melancólicos y vivir en su perpetua bruma existencialista. Así que mamá – que siempre fue más lista que papá – indagó y nos señaló Sunny Beach City como nuestro próximo destino; nos mostró fotos de interminables playas bañadas por un sol deslumbrante, plagadas de cuerpos bronceados y amplias sonrisas. Fue allí dónde amasamos nuestra fortuna.

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23. La ciudad de los prodigios

Vivía en una ciudad.

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24. Suicidas

Vivíamos en una ciudad blanda rodeada de niebla fría y sabíamos que nuestra muerte no era el final. Compartíamos la idea de estar ahí para volver a empezar sin cargas, pero hemos acabado en el psiquiátrico.

Todos teníamos cicatrices o secuelas: en las muñecas o en la sien; los valientes tenían los cráneos o las costillas aplastadas; muchos, colores cerúleos de digestiones imposibles. Llegaban también con marcas del volante en el pecho, con pinchazos en los brazos, o con huellas de ferrocarriles atravesándoles el cuerpo. Yo tenía mi agujero en el cráneo pero conservaba el bigotito y el flequillo.

Nos dijeron una mañana que si atravesábamos la niebla, retornaríamos, pero lo organizaron mal. Ahora pinto girasoles y al pelirrojo de oreja y media lo internaron conmigo por empezar a decir cosas raras en Munich.

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25. Opio
Vivo en una ciudad
Dónde preguntar esconde
Temor a conocer el dolor
O a llorar por

Hay un camino
Y es muy fácil llegar
Lo difícil es salir
Y no volver a entrar

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Venga, hombre!

Viva (en) Las Vegas

tacitus escribió:Viva (en) Las Vegas

mmm, es un vacío legal.
Tacitus!

Nomeko7 escribió:Venga, hombre!

Pues ya están llegando micros

Pues ponlos

Seguramente era un farolillo

Loza escribió:Pues ponlos

Sujétame la cerveza...

1. Invisibles

Vivo en la ciudad con el viejo Capitán como única compañía. No sé qué es más difícil, si sobrevivir en la calle, muriéndonos de frío en invierno y de calor en verano, o comprobar cómo la gente pasa impasible ante nosotros. Sí, cometí mis errores en el pasado y sigo pagando por ellos, pero ya no soy el que era antes. Solo pedimos una pequeña ayuda.
Por las tardes hago una cola para entrar al comedor social. Capitán, como no puede entrar, me espera en la calle escondido. Mientras me guardo en los bolsillos un poco de pan duro, uno de los compañeros se queja de la comida.

―Al menos está caliente ―le digo yo un poco molesto

Aquella noche, buscando donde dormir, Capitán olfatea algo. El cuerpo carbonizado de un compañero entre unos contenedores. Entre lágrimas, mientras Capitán lame el cadáver, pienso: “Seremos invisibles, pero no somos deshechos joder”.

"Deshechos" con h intercalada.

Pues empezamos bien, coño, joder...

salakov escribió:"Deshechos" con h intercalada.

Pues empezamos bien, coño, joder...

Tiene doble interpretación. En plan contrahecho. Me gusta.

Ha habido precedentes de administradores/correctores. No es el caso.

¡Administración lamentable!

salakov escribió:Ha habido precedentes de administradores/correctores. No es el caso.

¡Administración lamentable!

Administración lamentable liberal.

Nomeko7 escribió:

salakov escribió:Ha habido precedentes de administradores/correctores. No es el caso.

¡Administración lamentable!

Administración lamentable liberal.

Administración lamentable transversal errejoner.

protestando un viernes am

salakov lamentable!

Una semana sin dar el Negro-Poeta, ¡una puta semana!, y me os relajáis.

Hay que mantener la tensión.

no os habeis acostado o qué?

[quote="Troy Mc Clure"]no os habeis acostado o qué?[/quote

Igual ese es el problema

salakov escribió:"Deshechos" con h intercalada.

Pues empezamos bien, coño, joder...

No buitrees tanto las faltas de ortografía

Troy Mc Clure escribió:no os habeis acostado o qué?

Loza con sala dices?

Toro escribió:

Troy Mc Clure escribió:no os habeis acostado o qué?

Loza con sala dices?

Intentó seducirme haciendo malabarismos con un cigarro, pero me mantuve firme e incorruptible.

Además de que a mí no me gusta la gente con pantalones amarillos.

cuantas exigencias

salakov escribió:

Me has pillado. Pensé en un homenaje a Daniel Johnston. La versión original comienza con un I was living in a devil town...

Troy Mc Clure escribió:cuantas exigencias

Lo de los pantalones amarillos no me parece una exigencia, me parece un mínimo de dignidad

Vivía en una ciudad vieja y sucia

Se han puesto de moda las frases flexivas, ¿no? Me parece bien.

Muchas gracias por los mensajes de bienvenida. Disculpad que ayer tuve un día ajetreado y no pude votar.

Zoetrope escribió:Muchas gracias por los mensajes de bienvenida. Disculpad que ayer tuve un día ajetreado y no pude votar.

En otra ocasión podrás... pero nos regalaste relato al menos

Cabeceras actualizadas, por si te hace, Moneko...

Reglas:

REGISTRO HISTÓRICO:

ACTAS DE ESTA EDICION, HASTA LA GALA ACTUAL:

CLASIFICACIÓN V EDICIÓN:

Toro escribió:Cabeceras actualizadas, por si te hace, Moneko...

Reglas:

REGISTRO HISTÓRICO:

ACTAS DE ESTA EDICION, HASTA LA GALA ACTUAL:

CLASIFICACIÓN V EDICIÓN:

Gracias.

Me gusta la frase...

RegSound escribió:

Troy Mc Clure escribió:cuantas exigencias

Lo de los pantalones amarillos no me parece una exigencia, me parece un mínimo de dignidad

ni siquiera eran amarillos, panda de daltónicos

Toro escribió:

Zoetrope escribió:Muchas gracias por los mensajes de bienvenida. Disculpad que ayer tuve un día ajetreado y no pude votar.

En otra ocasión podrás... pero nos regalaste relato al menos

Loza escribió:

RegSound escribió:

Troy Mc Clure escribió:cuantas exigencias

Lo de los pantalones amarillos no me parece una exigencia, me parece un mínimo de dignidad

ni siquiera eran amarillos, panda de daltónicos

Todo pantalón que no sea de color azul vaquero o negro no muestra dignidad

Eric, sal del cuerpo de reg. Primer aviso.

Tarjeta amarilla a Reg por hacer sachsing.

Nomeko7 escribió:Tarjeta amarilla a Reg por hacer sachsing.

Ah, se ha arreglado. El comité te quita la amarilla.

Nomeko7 escribió:

Nomeko7 escribió:Tarjeta amarilla a Reg por hacer sachsing.

Ah, se ha arreglado. El comité te quita la amarilla.  

Como el poeta-negro

sapir escribió:Eric, sal del cuerpo de reg. Primer aviso.

No sé a que te refieres

RegSound escribió:

Nomeko7 escribió:

Nomeko7 escribió:Tarjeta amarilla a Reg por hacer sachsing.

Ah, se ha arreglado. El comité te quita la amarilla.  

Como el poeta-negro

RegSound escribió:

sapir escribió:Eric, sal del cuerpo de reg. Primer aviso.

No sé a que te refieres

FdC

Nomeko

Vivo en la ciudad de Carapolla.

FdC

Sapir

Vivo en la ciudad de Carapolla.

Yo también.