RONDA 9.4 DEL POLÉMICO Y CABAÑOSO CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA. RECEPCIÓN HASTA JUEVES 9:00.

por Zzzz 08.09.23 19:28

Tengo gobierno de coalición con Rhonda y por tanto, vosotros hilo y frase (esta gracias a mi padre)

CONSTRUYÓ UNA CABAÑA A OCULTAS DE SU MUJER

—La frase no cuenta para las 150 palabras.
—Se podrá sustituir mujer por marido.

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Los pagos de Toro.

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por Zzzz 08.09.23 19:28

Relatos a concurso

1.- Su cabaña (su de ella)

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Una cabaña metafórica, se sobrentiende. Era minúscula y cuadrada y la había pintado entera de blanco. De haber tenido entidad física, hubiera sido fácil confundirla con un terrón de azúcar. Distaba mucho de ser un palacio, pero a ella se lo parecía. Incluso había puesto un jarrón con lirios en la mesita del salón.
Cuando su marido hablaba de política, cuando se quejaba de que las croquetas no sabían a jamón o cuando se le subía encima y emitía gruñidos de marmota tísica, la mujer se refugiaba en la quietud de su cabaña.
Una tarde, al entrar en ella, se encontró a su marido roncando en su sillón favorito con los pies encima de la mesa. Había volcado el jarrón de los lirios, que comenzaban a marchitarse desparramados por el suelo.
Salió y cerró la puerta sin hacer ruido. Después, se dirigió al garaje para buscar un bidón de gasolina.

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2.- La familia Hernández Negrón

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Ya desde niña Ursulina Hernández Negrón sabía que estaba destinada a casarse con el hombre con el que su familia decidiera que tenía que pasar el resto de su existencia. La familia Hernández Negrón era la más rica de la comarca pero también era la de más rancio abolengo de la zona. Las mujeres tenían que casarse y someterse con la persona que les hubiesen elegido para acabar viviendo unas vidas de lujo pero también de miserias, de humillaciones, de vejaciones. Pero Ursulina ya desde niña iba a escondidas a la cabaña que estaba oculta en el bosque dentro de las tierras de la familia. Imaginaba que esa cabaña la había construido ella misma a ocultas de su familia y de su futuro marido. Y jugaba a soñar con un futuro mejor en el que no estuviera destinada a esa vida tan injusta para ellas.

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3.- La pilila de Peter Pan

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer en lo alto de un árbol. Dentro de ella, Minervino daba rienda suelta a su niño interior: se columpiaba de las ramas, jugaba con playmobils, merendaba generosos bocadillos de chocolate. Harto de reproches conyugales —«tienes cincuenta malditos años, ¡suelta el Gusiluz!»—, Minervino pasaba tardes enteras golpeando canicas, haciendo girar peonzas, levantando castillos de Lego. Pero no contento con esto, Minervino quiso viajar más atrás y experimentar la niñez primera. Semidesnudo y lleno de babas, infantil y tambaleante sobre los tablones de madera, comenzó a usar pañales, a caminar en tacatá, a encajar figuras geométricas en agujeros. ¡Con qué placer se defecaba encima! ¡De qué manera glotona bebía leche materna de un biberón! Minervino se mostraba ingenuo y dichoso, feliz como únicamente los niños saben serlo, pero todavía anhelaba decrecer más. Cuentan que la última noche en la cabaña lloró hasta el amanecer sin que nadie consolase su llanto. Entonces, desapareció.

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4.- Recambio

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer en el bosque. Durante la noche, mientras ella dormía, se adentró y comenzó el ritual. Trazó la estrella de cinco puntas en el suelo, encendió las velas, tomó el libro y recitó las palabras. Una espiral de humo se formó en el centro del pentagrama y apareció la bestia. Conteniendo el aliento, cerró el libro, con temor a que le atacara. El monstruo se acercó a 4 patas, gruñendo y mostrando los colmillos, amenazador. Repentinamente, se giró y salió corriendo, derribando la puerta.
El hombre suspiró aliviado. Tras unos minutos, recuperó la respiración y salió de la cabaña. Cogió el coche y recorrió la carretera en la madrugada.
Entró en casa. Su mujer yacía en el suelo descuartizada, la sangre salpicaba toda la habitación. La criatura, con el aspecto de su mujer, le sonrió con la sangre fluyendo de su boca. El hombre le sonrió también y corrió a abrazarla.

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5.- Cabañaaaaaaaaaa

Construyo una cabaña ~~a espaldas~~ a ocultas de su mujer.
En uso moderno, una cabaña es una vivienda sencilla, típicamente ubicada en áreas rurales o semirrurales.

Originalmente en la Edad Media, las cabañas albergaron a trabajadores agrícolas y a sus familias. Así, las cabañas eran unidades campesinas más pequeñas. En un período temprano, una referencia documental a una cabaña significaría habitualmente no una vivienda independiente pequeña como hoy sino una vivienda y una granja completas (no obstante, pequeñas).
Dicho esto.
A tomar por culo con la bicicleta.
Me voy a dar una ducha con ácido.

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6.- El llanto de la desolación

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer. Las paredes eran de piel humana y las columnas viejos fémures amarillentos por el paso del tiempo. Todo era tétrico en aquel ambiente de muerte. El aprendizaje fue lento y doloroso. Extirpar las partes de su cuerpo fue lo más costoso. La idea era convertirse en la propia cabaña, aislándose de la propia existencia para construir un mundo onírico en el que el sufrimiento fuera la única norma para la supervivencia. Como concepto general el AMOR debía erradicarse, así como todos aquellos valores propios del Cristianismo. Los viernes atravesaba aquella puerta de blancos colmillos para entregarse de lleno al desmembramiento físico. La piel y los huesos fueron lo más sencillo. La carne costó algo más. En lo más precioso del proceso fue consciente de la importancia de aquella inusual liberación. Y la perfección arribó cuando observó cómo sus ojos le acechaban desde la techumbre de la propia cabaña.

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7.- Un plan sin fisuras

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer. Aquello sería su paraíso en la tierra, donde llevaría a sus Tinder sorpresa.
Se relamía pensando en los botes de leche condensada que harían falta para satisfacer sus andanzas venideras. Y en esas estaba, en su primera visita a la cabaña ya rematada y amueblada —por llamarlo de alguna manera— cuando escuchó el crujir de la cabaña. No había viento, nada. Y crujía como si fuera a partirse por la mitad.
Así iba a ser imposible concentrarse en satisfacer a tantos chochitos que estaban por llegar. Se le ocurrió poner unas cámaras estratégicamente situadas que grabaran todo lo que ocurría sobre aquel colchón en forma de concha de vieira. Si era capaz de captar los crujidos mezclados con los gemidos, podría forrarse con el porno. Lo sube a tik tok para hacerlo viral y a triunfar: Psycoporno bajo el sicomoro.
Aunque, pensándolo bien, su mujer era cinturón negro de tik tok.

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8.- La cabaña y el secreto

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer. Cada tarde, después del laburo, marchaba a aquella parte alejada del bosque y le dedicaba tiempo a su cabaña. Después, ya en casa, ideaba mil excusas “estuve tomando tragos con Ernesto, no más” o “fui a arreglar el carro querida”.

Escamoteaba la plata del jornal para añadirle detalles: unas cortinas color menta, una vieja cafetera italiana, lirios para el jardín…¿pero dónde carajo estará la dichosa campanita de timbre?

Llegado el día vendó los ojos a su esposa y la condujo a aquella parte alejada del bosque. Cuando retiró el pañuelo, sus ojos se tornaron flores, el prodigio de una sonrisa asomó a sus labios y el rostro se le iluminó con la cálida y dulce luz de lo que es rotundamente chévere.

Ella se dio la vuelta, le miró a los ojos, rodeó sus manos rotas de trabajar, y posó en ellas la campanita de timbre, tan linda ella…

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9.- Malicia.

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Ella se lo pidió después de su primer encuentro, un polvo rápido en el asiento trasero del coche, cuando sentía por él esa pulsión, ese fuego ya extinto. Son curiosos los vaivenes del deseo, el mismo impulso que te arrastra hacia alguien más tarde te impele a alejarte de él.
Antes de salir de casa le dejó a su marido una nota indicándole el lugar donde podía encontrarla.

Estaba fumando en la cama cuando vio las luces del coche. No despertó a su amante. Su marido entró en la cabaña y se abalanzó sobre él. Ella siguió fumando mientras observaba la pelea. ¿Por qué los había enfrentado? ¿Qué pretendía conseguir? No lo sabía, pero verlos rodar por el suelo, enzarzados, uno vestido y el otro desnudo, le pareció divertido.
Oyó un golpe seco y vio que un diente salía volando.
Se sirvió una copa y siguió contemplando el espectáculo.

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10.- Mountain Men

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer, del pueblo, de la comunidad, de la iglesia, en un claro del bosque que sólo él conocía. Allí podría encontrarse con otros hombres del condado. Hombres como él, a los que encontraba a través de internet. Diría que iba a cazar. O a pescar. Cosas que odiaba desde siempre, aunque disimulara, como todo lo demás. Uno no es un hombre de verdad si no caza, no pesca y no sigue los férreos dictados de Dios. Estuvo pensando en cómo excusaría sus salidas, posiblemente cada vez más recurrentes. Imaginó explicaciones plausibles.
También pensó por un momento si no era más fácil decir la verdad. Dejar a su mujer. Vivir su vida. Pero se acordó de la iglesia, de Dios, de la estricta comunidad. Imposible. ¿Irse del pueblo? ¿Dónde iría? Solo conocía esto… La cabaña mejor. Y no se dio cuenta de que se escurría una lágrima mientras remataba el último listón.

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11.- Elige tu propia desventura.

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer porque…

a) No quería que el perro durmiera más noches a la intemperie.
b) Debía ocultar que le habían despedido de la fábrica.

Si decides cuidar al cánido y mantener una discusión con tu esposa sobre el bienestar animal, pasa al hilo: https://www.foroazkenarock.com/t57933-que-pensais-de-los-perros
Si decides ganar tiempo y desahogarte mientras buscas un nuevo trabajo, te recomiendo visitar el siguiente topic: https://www.foroazkenarock.com/t68701-asco-al-trabajotopic-desahogo-inside

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12.- Toxic Wars

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer. Merche se olía algo, poseía un don holmesiano para saber todo lo que hacía su marido. Cierto es que él no ponía mucho esmero en sus mentiras, como si esperase que fuese ella quien diera el paso definitivo y le mandase a la mierda de una vez.

Quería una cabaña para convertirla en el templo de madera que albergara todos los placeres que no podía dar rienda suelta en su casa. Una PlayStation, pósters de mujeres que harían las delicias de cualquier taller mecánico con los que poder darse auto amor, un buen surtido de salchichas precocinadas... Y porros, muchos porros.

Merche apareció al segundo día, dejándole un día de disfrute varonil. Se sentó junto a un Paco emporrado, sacó de su bolso un mando de la consola y lo conectó, activando así el modo multijugador.

La guerra había empezado.

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13.- De la bombilla al aeropuerto

Construyó una cabaña a ocultas de su marido por no herir su orgullo. Eran demasiadas veces teniendo que escucharle; Mejor cambio yo la bombilla que es mi responsabilidad. No te pongas a arreglar tú la ducha. Déjame montarlo a mí, que los muebles de Ikea no son fáciles…
A medida que la construía se sentía mejor, más realizada, era más rápida. En un mes era habitable, y tras pernoctar un par de noches de viaje de su marido, se propuso alicatar el baño. Después decidió poner suelo radiante. Echaba de menos la terraza, así que levantó dos alturas más para poner una con piscina infinita. Pletórica, hizo una galería comercial adosada. Después, el alcantarillado. Con todas sus ganas y energías acumuladas durante años explotando, empezó la carretera.
Al de un año, contemplando el museo, los puentes y, sobre todo, el aeropuerto, se dio cuenta de que realmente lo que estaba construyendo era todo un nuevo mundo sin él.

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14.- Un crimen indoloro.

Construyó una cabaña —a ocultas de su mujer— cuando comprendió que Claudia se había casado con él sólo por su dinero. Allí, enmascarado, practicaba sado con esclavas que conocía en un chat especializado. Las humillaba y castigaba hasta que, llevadas al límite, todas pronunciaban la palabra de seguridad —“Alburquerque”— y abandonaban la sesión jurándose no volver, si bien ninguna alertó sobre aquel depravado.
Una tarde, Lupercio se sorprendió al ver que la esclava de turno era la propia Claudia.
—¡Grandísima puta! —pensó asqueado, aunque satisfecho, pues podría descargar la ira directamente contra su fetiche.
La sesión se salió del guion cuando ella, prematuramente, dijo “Alburquerque” y pidió un descanso, que él le concedió reticente. Claudia cogió entonces su bolso, sacó un revólver y le disparó seis tiros a bocajarro.
Luego se vistió y abandonó la escena del crimen, pensando en denunciar al día siguiente la desaparición de su marido, quien con seguridad no dormiría en casa esa noche.

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15.- Pillado

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer, forense. Dejaba el móvil y reloj inteligente en la taquilla del gimnasio, pedía un taxi al recepcionista. En la estación cogía el cercanías y en el parquin de la pequeña estación de destino, una bici de montaña que había comprado ahorrando muy discretamente. Todos los sábados una furgoneta de reparto le dejaba material que solicitaba desde el trabajo y que pagaba a cuenta de la empresa, a cuyo contable no le importaba restarlo directamente del ingreso al banco mientras le cediese su carné de socio del fútbol de tarde en tarde. Y en el elaborado engaño agotó toda su meticulosidad y su talento porque como constructor era un chapuzas inconmensurable: el incendio que provocó al soldar una tubería acabó con 400 hectáreas de roble autóctono y con un 46% de su piel.

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16.- Secretos de matrimonio

Construyó una cabaña a escondidas de su mujer y se inventó unas clases de tenis (o tal vez era judo) cuando quiso pasar allí más tiempo. Fue distanciándose de ella como pasan estas cosas: sin querer, o sin quererlo demasiado. Disfrutaba cada vez más de la cabaña y menos de la vida conyugal. Ella se preocupó al principio, luego se fue acostumbrando y finalmente se despreocupó totalmente. Él se decía a sí mismo que las actividades etílicas y narcóticas a las que se entregaba tenían un mero valor recreativo, que no eran una huida hacia Nosesabedonde. Comenzó a invitar a amigotes. Y a las amiguitas de los amigotes. Las francachelas se restringieron a los viernes, como medida profiláctica contra el tedio.
Uno de ellos coincidió con el cumpleaños de su mujer; cayó en la cuenta en plena farra. Que ella no hubiese dicho nada lo decía todo. Y qué decir, enganchada como estaba a los milagros de Tinder.

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17.- La casa sin piojos

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Los malditos eucaliptos finalmente habían tenido un digno destino que no fuese la destrucción. Cuatro paredes austeras en medio del bosque de Moal. Un oasis rodeado de hayedos y riachuelos que despedazaba una rutina diaria sofocante. Nora necesitaba su lugar en el mundo para escribir. Un lugar secreto en el que no fuese madre, esposa o hija. Necesitaba el silencio para crear. Para vomitar todo lo retenido en su vientre. En aquel cubículo sus manos flotaban sobre las teclas de su portátil. Las ramas de los árboles le susurraban párrafos enteros. Escribía para depurar, rapiñaba sus mierdas en papel para no digerirlas más. Como una cabellera recién desparasitada de piojos. Así se sentía, liberada. Tenía claro el comienzo de su próxima novela: “Tengo deberes conmigo misma”.

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18.- Una vida a ocultas.

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer, consiguió otro trabajo a ocultas de su familia, tuvo hijos a ocultas de sí mismo, se murió a ocultas del gobierno y aquí está, tocándose los huevos a dos manos, el abuelo en la cabaña, tan feliz.

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19.- Ese absurdo objeto del deseo

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer en el alcornocal de sus padres. Siendo justos, la construyó una cuadrilla de paisanos, pero como suyos eran el dinero empleado y la inquebrantable voluntad de hacerla realidad desde niño, se sentía su creador. Y si bien sabía que la necesitaba, una vez satisfecho su deseo, no supo para qué demonios la necesitaba. A veces, soñaba con llevar encapuchada a su mujer y jugar a impetuoso galán para avivar la pasión perdida; pero casi podía oírla llamándole majadero al descubrir la sorpresa. Otras veces, imaginaba escapándose a una soledad sin cobertura telefónica mientras gozoso volvía a fantasear con su mujer. Esta vez preocupada por su desaparición o celosa de una amante inexistente; pero para qué engañarse, seguramente no notaría su ausencia antes de que volviese derrotado por la falta de comodidades. Algún día... tal vez. Mientras tanto, la cabaña permanecía abandonada en el alcornocal criando arañas, fantasmal, nunca vivida.

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20.- Escribiré tu nombre

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer cuando aún se decían Te quiero.

Una vez construida, cada viernes visitaba la cabaña acompañado de alguien a quien nadie echara de menos. Luego, la misma rutina de siempre: enterrar el cuerpo, escribir un nombre en una de las paredes de la cabaña y volver a casa junto a su mujer.

Viernes tras viernes, los años pasaron, más nombres fueron escritos en la pared de la cabaña de madera, hasta que lo que él sabía que tenía que ocurrir ocurrió. Con toda la calma del mundo, saludó a su mujer, como si la hubiera estado esperando, y le dijo, he guardado un espacio en blanco para ti, mientras señalaba a la pared de la cabaña.

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21.- Nostálgicos de la paja

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer, porque buscaba emoción, lujuria y discreción, así que en pleno bosque emuló las chozas que construía en sus tiempos de boy scout, y se llevó a la lúbrica Peggy, harta de su marido. El furor acumulado provocó que en la primera cópula la frágil estructura de paja subiera y bajara, al ritmo de los gemidos huracanados que exhalaba la muchacha, y con el orgasmo, quedó destruida. Ante tal contratiempo, dedicó un domingo de derby a cortar troncos y edificar un refugio de madera, que estrenaron el mismo día. Avanzaron al sexo violento, estilo muai tai; recibiendo y dando empellones húmedos contra las paredes, que cedieron…No quedaba otra que edificar una cabaña de piedra. A la semana siguiente tenía su sólido refugio construido. Su amante, entusiasmada, llevó un televisor, cortinas, plantas y una foto de sus padres. Vegetan juntos, anestesiados por las series, atrapados por la piedra.

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22.- ¿Acaso le había amado en algún momento?

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer, con los maderos que encontró. Decidió usarla como taller. Crear por su cuenta era mucho más satisfactorio que para su empresa. Dejó el trabajo y tiró de sus ahorros, su mujer no tenía que enterarse. Consiguiendo chatarra y aunando sus conocimientos de física, siguieron pasando los días. Pero no fue hasta que un antiguo compañero le consiguió ciertos elementos que dio con la clave para cambiar la suerte de la humanidad.

Aquel día fue su mujer quién le instó a probar un nuevo sendero en el bosque, esos maderos no estaban por casualidad. Ella sabía de su potencial, por lo que con un poco de perspicacia consiguió lo que necesitaba de él, sólo tenía que esperar. Fueron varios meses, pero allí estaba ella escuchando el descubrimiento de su marido: la posibilidad de crear agujeros de gusano para trasladarse a otros planetas.

Mientras, dos agentes esperaban su señal para secuestrarle.

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23.- Sueños de altura

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer. Se conocieron una mañana en la biblioteca y esa tarde la llevó a un salón de bodas, ya quería reservar fecha. Ella alucinó, pero en vez de huir fue pragmática (llevaba 147 días de abstinencia sexual, comprobó de memoria) y se lo folló allí mismo, en el baño.
El pragmatismo trajo embarazo, hipoteca, boda y una vida feliz. Él soñaba, ella ejecutaba metódicamente la vida común. Cada descabellado plan que él tramaba con ilusión era combatido, reprobado y desechado por la lógica y el razonamiento de ella. Tenían ahorros, veraneaban con los suegros. Les iba bien.

Esta vez sería distinto. No abandonaría su sueño de tener una cabaña en un árbol: aunque había fingido ceder, ella no tendría nada que decir. Sería perfecta. Ensambló con mimo lo que parecía una vulgar caseta de jardín. Luego trenzó una escala, hizo un agujero en las tablas del suelo y plantó una nuez.

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24.- MY WIFE, MY LIFE.

Construyó una cabaña a ocultas de su marido, con la ayuda de su familia. Hasta ese momento, se pasó la vida esquivándole todo lo que podía.

Déspota que la utilizaba para criar a las hijas mientras él evolucionaba como artista y su fama subía como la espuma.

Cuando aún compartían lecho, existía la imposición, por parte de él, de fornicar todos los viernes. Así, sus hijas, y ella, se salvaban de la tormenta de insultos, gritos y portazos que se desencadenaba si, por alguna circunstancia, ella ni podía ni quería abrirse de piernas.

Todos los viernes, cuando nos despedíamos, ella se iba a casa cabizbaja, llorando y con dolor de estómago.

Hoy, él ya no le toca ni un pelo porque ella vive tranquila en su cabaña. Y sí se alegra, sí, de que, debido al Covid, su salud quedase tan resentida que, si antes daba asco mirarle, hoy en día da hasta pena.

por Zzzz 08.09.23 19:29

Votaciones fatales.

por sapir 08.09.23 19:34

por salakov 08.09.23 19:42

Vale.

por Eduardo Montenegro 08.09.23 19:46

Frase mañanera!!

por sapir 08.09.23 19:47

por CocH. 08.09.23 20:38

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer en Alburqueque.

por Rhonda 08.09.23 20:55

por Balachina 08.09.23 20:56

por Sugar Bug 08.09.23 21:04

FdC

El oso.

Construyó una cabaña a ocultas de su mujer.

por Balachina 08.09.23 22:26

sapir escribió:

RONDA 9.4 DEL POLÉMICO Y CABAÑOSO CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA. RECEPCIÓN HASTA JUEVES 9:00. Murderballads

por Eduardo Montenegro 08.09.23 22:47

por salakov 08.09.23 23:38

¡Pasad buen finde, microrrelatenses!

por sapir 08.09.23 23:49

por Zzzz 08.09.23 23:54

Atentos, que tenemos un primer relato tempranero. Empezamos fuerte.

por Zzzz 08.09.23 23:57

1.- Su cabaña (su de ella)

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Una cabaña metafórica, se sobrentiende. Era minúscula y cuadrada y la había pintado entera de blanco. De haber tenido entidad física, hubiera sido fácil confundirla con un terrón de azúcar. Distaba mucho de ser un palacio, pero a ella se lo parecía. Incluso había puesto un jarrón con lirios en la mesita del salón.
Cuando su marido hablaba de política, cuando se quejaba de que las croquetas no sabían a jamón o cuando se le subía encima y emitía gruñidos de marmota tísica, la mujer se refugiaba en la quietud de su cabaña.
Una tarde, al entrar en ella, se encontró a su marido roncando en su sillón favorito con los pies encima de la mesa. Había volcado el jarrón de los lirios, que comenzaban a marchitarse desparramados por el suelo.
Salió y cerró la puerta sin hacer ruido. Después, se dirigió al garaje para buscar un bidón de gasolina.

por Toro 09.09.23 0:25

Cabeceras actualizadas!!!

cheers

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ACTAS DE ESTA EDICION, PREVIAS A LA RONDA ACTUAL:

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por Toro 09.09.23 0:26

Entiendo que soy al único al que le choca la expresión "a ocultas"...

por Felix the cat 09.09.23 0:53

Toro escribió:Entiendo que soy al único al que le choca la expresión "a ocultas"...

Suena raro, sí. En la web de la RAE no aparece, sí en algún otro diccionario online. scratch

por Zzzz 09.09.23 0:59

Toro escribió:Entiendo que soy al único al que le choca la expresión "a ocultas"...

¿No habéis hecho nada a ocultas de vuestros padres?

¿Cómo se dice por esos lares?

por Rhonda 09.09.23 1:01

A escondidas

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:02

Toro escribió:Entiendo que soy al único al que le choca la expresión "a ocultas"...

Me sumo a eso , o mi simi i isi . Shocked

Por aquí suena mejor un "a espaldas" o "a escondidas". Pero se entiende, y si optas por la poesía rima con multas, así que palante.
No apedrearemos al toledano, pobrecito, bastante tiene con no vivir en la cornisa cantábrica.

por Zzzz 09.09.23 1:13

Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

por Zzzz 09.09.23 1:14

A espaldas seguramente sí sea sinónimo de a ocultas o viceversa.

por Zzzz 09.09.23 1:15

Jodíos niños...

por Toro 09.09.23 1:20

Rhonda escribió:A escondidas

por Toro 09.09.23 1:21

Zzzz escribió:Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

Hombre... no sé... entonces la cabaña es metafórica o realmente a escondidas la está haciendo, más físico que una cabaña pocas cosas habrá y me imagino que tendrá que esconderse para hacerla... Laughing

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:22

Zzzz escribió:Jodíos niños...

Era de esperar. Sí hubieras puesto "sin que su mujer se coscara ni un poquito siquiera porque no lo dijo en casa para que ella no se enterara", no te lloverían las críticas.

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:23

Toro escribió:
Zzzz escribió:Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

Hombre... no sé... entonces la cabaña es metafórica o realmente a escondidas la está haciendo, más físico que una cabaña pocas cosas habrá y me imagino que tendrá que esconderse para hacerla...

por Esmeralda 09.09.23 1:27

Eduardo Montenegro escribió:
Toro escribió:Entiendo que soy al único al que le choca la expresión "a ocultas"...

Me sumo a eso , o mi simi i isi .

Por aquí suena mejor un "a espaldas" o "a escondidas". Pero se entiende, y si optas por la poesía rima con multas, así que palante.
No apedrearemos al toledano, pobrecito, bastante tiene con no vivir en la cornisa cantábrica.

Me chirría a ocultas, muuucho

Es a escondidas

por Zzzz 09.09.23 1:29

Toro escribió:
Zzzz escribió:Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

Hombre... no sé... entonces la cabaña es metafórica o realmente a escondidas la está haciendo, más físico que una cabaña pocas cosas habrá y me imagino que tendrá que esconderse para hacerla...

Si la hace él con sus manos es a escondidas, aunque a mí a "escondidas de" no me suena nada bien. Si la manda hacer, poca cosa física hay.

Jodío niño...

por Esmeralda 09.09.23 1:30

Localismos toledanos

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:31

por Zzzz 09.09.23 1:33

A ver si a Krahe le hacéis más caso. Jodíos niños...

Me gustas, Democracia, porque estás como ausente
con tu disfraz parlamentario,
con tus listas cerradas, tu Rey, tan prominente,
por no decir extraordinario,
tus escaños marcados a ocultas de la gente,
a la luz del lingote y del rosario.

Me gustas, ya te digo, pero a veces querría
tenerte algo más presente
y tocarte, palparte y echarte fantasía,
te toco poco últimamente.
Pero, en fin, ahí estás, mucho peor sería
que te esfumaras como antiguamente.

Los sesos rebozados de delfín
que Franco se zampaba en el Azor
nos muestran hasta qué grado era ruin
el frígido y cristiano dictador.

Fue un tiempo de pololos, tinieblas y torturas...
volvamos al aquí y ahora
donde tú, Democracia, ya sé que me procuras
alguna ley conciliadora,
pero caes a menudo en sucias imposturas,
fealdades que el buen gusto deplora.

Como el marco legal siempre le queda chico,
y a eso el rico es muy sensible,
si tirando, aflojando, empleando un tiempo y pico,
se hace un embudo más flexible,
que tú apañes la ley a medida del rico
al fin y al cabo es muy comprensible.

¿Pero qué hay del que tiene poca voz,
privado de ejercer tantos derechos,
porqué al nudista pones albornoz,
qué hay de los raros, qué hay de los maltrechos?

Y tus representantes selectos, Democracia,
tus güelfos y tus gibelinos,
cada día que pasa me hacen menos gracia,
sus chistes son para pollinos.
A enmendar tus carencias te veo muy reacia
y están mis sentimientos muy cansinos.

Y como ya me aburre decir continuamente
"eso no estaba en el programa"
no cuentes con que vaya hacia ti cuatrianualmente,
no compartamos más la cama,
vamos a separarnos civilizadamente.
Y sigue tú viviendo de tu fama.

Cuando veas mi imagen taciturna
por las cívicas sendas de la vida
verás que no me acercan a tu urna.
No alarguemos ya más la despedida.

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:33

Esmeralda escribió:Localismos toledanos

El duque de Albuquerque diría "privando de tal información a su santa esposa ".

por Hank 09.09.23 1:35

Zzzz escribió:1.- Su cabaña (su de ella)

Construyó una cabaña a ocultas de su marido. Una cabaña metafórica, se sobrentiende. Era minúscula y cuadrada y la había pintado entera de blanco. De haber tenido entidad física, hubiera sido fácil confundirla con un terrón de azúcar. Distaba mucho de ser un palacio, pero a ella se lo parecía. Incluso había puesto un jarrón con lirios en la mesita del salón.
Cuando su marido hablaba de política, cuando se quejaba de que las croquetas no sabían a jamón o cuando se le subía encima y emitía gruñidos de marmota tísica, la mujer se refugiaba en la quietud de su cabaña.
Una tarde, al entrar en ella, se encontró a su marido roncando en su sillón favorito con los pies encima de la mesa. Había volcado el jarrón de los lirios, que comenzaban a marchitarse desparramados por el suelo.
Salió y cerró la puerta sin hacer ruido. Después, se dirigió al garaje para buscar un bidón de gasolina.

Qué maravilla de relato...

Precioso homenaje a nuestro espacio personal

por Zzzz 09.09.23 1:36

No se os puede sacar de lo que leéis en el Marca.

por Nomeko7 09.09.23 1:36

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:37

Krahe lo puso por la métrica.

En su lecho de muerte sus últimas palabras fueron para pedir disculpas por escribirlo así. Y para pedir un Ducados.

por Nomeko7 09.09.23 1:38

A mí "A ocultas" no me suena raro.

por Zzzz 09.09.23 1:39

Nomeko7 escribió:A mí "A ocultas" no me suena raro.

Menos mal que hay gente cabal, instruida y de Cuenca.

por Nomeko7 09.09.23 1:39

Eduardo Montenegro escribió:Krahe lo puso por la métrica.

En su lecho de muerte sus últimas palabras fueron para pedir disculpas por escribirlo así. Y para pedir un Ducados.

Una vez meé al lado de Krahe, en el Galileo.

por DON 09.09.23 1:41

Buena tarde, literateros.

Yo venía a consultar mi clasificación por rondas , por podioses, y por buñuelos de aire y de calabaza. ¿Estoy bien situado? ¿He dejado atrás al pelotón? No sé. Ya me cuentan. Adioses

por Toro 09.09.23 1:42

Zzzz escribió:
Toro escribió:
Zzzz escribió:Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

Hombre... no sé... entonces la cabaña es metafórica o realmente a escondidas la está haciendo, más físico que una cabaña pocas cosas habrá y me imagino que tendrá que esconderse para hacerla...

Si la hace él con sus manos es a escondidas, aunque a mí a "escondidas de" no me suena nada bien. Si la manda hacer, poca cosa física hay.

Jodío niño...

Llama al constructor delante de ella? Laughing

por Eduardo Montenegro 09.09.23 1:56

Nomeko7 escribió:
Eduardo Montenegro escribió:Krahe lo puso por la métrica.

En su lecho de muerte sus últimas palabras fueron para pedir disculpas por escribirlo así. Y para pedir un Ducados.
Una vez meé al lado de Krahe, en el Galileo.

Yo le esperé a la salida del teatro después de un concierto. Éramos media docena de fans, nos atendió a todos (fotos, firmas, chascarrillos...), supermajo, y luego dijo: "Venga, esto ya está, ahora vayamos a tomar unas cervezas, la noche es joven". Y yo me tuve que disculpar y perderme una noche seguro inolvidable, porque a la mañana siguiente tenía analítica y sesión de quimioterapia. Sad

por Aurora 09.09.23 1:56

Hola. "A ocultas" suena un poco mucho regular. Si es o no correcto, no lo sé.

por Zzzz 09.09.23 2:02

Toro escribió:
Zzzz escribió:
Toro escribió:
Zzzz escribió:Pero para mí a escondidas implica algo físico, uno se mete al baño a hacerse una paja a escondidas. Sin embargo a ocultas es ocultar algo sin que implique esconderse él, como comprar una muñeca hinchable a ocultas de su mujer.

No sé si me he explicado bien.

Hombre... no sé... entonces la cabaña es metafórica o realmente a escondidas la está haciendo, más físico que una cabaña pocas cosas habrá y me imagino que tendrá que esconderse para hacerla...

Si la hace él con sus manos es a escondidas, aunque a mí a "escondidas de" no me suena nada bien. Si la manda hacer, poca cosa física hay.

Jodío niño...

Llama al constructor delante de ella?

A ocultas es que le oculta que está haciendo una cabaña. Puede ser para darle una sorpresa o porque tiene algo que ocultar. Vamos, que no ha estado comentando con la mujer lo bien que estaría hacerse una cabaña. Que no esté delante en la llamada es lo de menos.

¡Demonios! ¿Por qué caigo en la trampa de Toro?

RONDA 9.4 DEL POLÉMICO Y CABAÑOSO CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA. RECEPCIÓN HASTA JUEVES 9:00. Giphy

RONDA 9.4 DEL POLÉMICO Y CABAÑOSO CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA. RECEPCIÓN HASTA JUEVES 9:00. Giphy

por Zzzz 09.09.23 2:04

Eduardo Montenegro escribió:
Nomeko7 escribió:
Eduardo Montenegro escribió:Krahe lo puso por la métrica.

En su lecho de muerte sus últimas palabras fueron para pedir disculpas por escribirlo así. Y para pedir un Ducados.
Una vez meé al lado de Krahe, en el Galileo.

Yo le esperé a la salida del teatro después de un concierto. Éramos media docena de fans, nos atendió a todos (fotos, firmas, chascarrillos...), supermajo, y luego dijo: "Venga, esto ya está, ahora vayamos a tomar unas cervezas, la noche es joven". Y yo me tuve que disculpar y perderme una noche seguro inolvidable, porque a la mañana siguiente tenía analítica y sesión de quimioterapia.

Qué putada.

Yo le vi una vez en Toledo, pero aquí no estuvo muy majo, daba toda la sensación de querer acabar e irse echando virutas.

por Zzzz 09.09.23 2:05

DON escribió:Buena tarde, literateros.

Yo venía a consultar mi clasificación por rondas , por podioses, y por buñuelos de aire y de calabaza. ¿Estoy bien situado? ¿He dejado atrás al pelotón? No sé. Ya me cuentan. Adioses

Estás encabezando la clasificación de literatos etéreos. Que no es moco de pavo.