MÚSICA CLÁSICA

Refrescospepito escribió:


La Sinfonía de Gorecki la escuché por primera vez en los años noventa por la Orquesta Sinfónica de Tenerife en un recinto extrañísimo: un antiguo y gigantesco tanque contenedor de petróleo, que se había sometido a un intenso proceso de limpieza para poder ser usado con fines culturales. Las resonancias tenebrosas de la música del polaco unido al extraño y tétrico (y congelado) lugar más las imágenes del holocausto nazi que estaban poniendo, te ponían la piel de gallina. Y el pestazo a petróleo era mareante: a día de hoy sigue oliendo.
De todas maneras, y en frío, no es una partitura que me guste mucho.

                        

CONCIERTO EXTRAORDINARIO DE LA ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA EN CONMEMORACIÓN DEL XXV ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN DEL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID.

Joaquín Achúcarro, piano.
ONE
Director: Miguel Harth-Bedoya.

Programa:
Maurice Ravel (1875-1937):Rapsodia española (1907)
Manuel de Falla (1876-1946): Noches en los jardines de España (1909-1916)
Manuel Martínez Burgos (1970): Before Silence (2011)
Nikolái Rimski Kórsakov (1844-1908): Capricho español, op. 34 (1887).

Excepcional concierto el  viernes pasado el de la Orquesta Nacional de España que conmemoraba el XXV aniversario del Auditorio Nacional de Madrid.
Y para celebrarlo, nada mejor que contar con un auténtico lujo, el pianista vasco Joaquín Achúcarro, genio del pianismo español de la segunda mitad del siglo XX, un caballero de más de ochenta años que sigue sentándose al piano y atreverse con obras como la magnánima Noche en los jardines de España de Falla.
La interpretación de Achúcarro fue fabulosa, de una ejecución casi perfecta, con hondura y sabiduría (la ha tocado más de cien veces en directo) y una elegancia absolutamente sobrecogedora.
El pianista bilbaíno terminó con un Nocturno de Scriabin, para la mano izquierda, que fue un portento de técnica, sentimiento y sensibilidad. Un diez por el, al que tendré la fortuna de ver de nuevo en el teatro de la Zarzuela de Madrid con nada menos que el Cuarto Concierto para Piano y Orquesta de Beethoven.

El resto del programa de la ONE, lleno de piezas inspiradas en España, o en la España idílica de finales del siglo XIX/principios del XX, recogía otras obras de no demasiada enjundia de Ravel y Rimsky-Korsakov, de todas maneras, muy agradables de escuchar y que enardecen al respetable con sus alegres melodías y sus reconocibles temas.

La obra nueva era una reinterpretación (¡milagro!) de una pieza del español Manuel Benítez Burgos estrenada hace dos años.
Soy un gran admirador de la música clásica del siglo XX y del presente, por lo que todas esas "arritmias" y "abstracciones" propias de la música de entre siglos no me son ajenas, aunque esta partitura, si bien muy difícil y enrevesada, con gran protagonismo de los instrumentos de percusión, especialmente en xilófono y el vibráfono, no acabó de llegarme. Creo que correrá la suerte de miles de composiciones de este jaez: el olvido.



Yo le doy al concierto un

skydog escribió:

No conozco esta obra.
Me pondré con ella.
Gracias, tío.

Refrescospepito escribió:

CONCIERTO EXTRAORDINARIO DE LA ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA EN CONMEMORACIÓN DEL XXV ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN DEL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID.

Joaquín Achúcarro, piano.
ONE
Director: Miguel Harth-Bedoya.

Programa:
Maurice Ravel (1875-1937):Rapsodia española (1907)
Manuel de Falla (1876-1946): Noches en los jardines de España (1909-1916)
Manuel Martínez Burgos (1970): Before Silence (2011)
Nikolái Rimski Kórsakov (1844-1908): Capricho español, op. 34 (1887).

Excepcional concierto el  viernes pasado el de la Orquesta Nacional de España que conmemoraba el XXV aniversario del Auditorio Nacional de Madrid.
Y para celebrarlo, nada mejor que contar con un auténtico lujo, el pianista vasco Joaquín Achúcarro, genio del pianismo español de la segunda mitad del siglo XX, un caballero de más de ochenta años que sigue sentándose al piano y atreverse con obras como la magnánima Noche en los jardines de España de Falla.
La interpretación de Achúcarro fue fabulosa, de una ejecución casi perfecta, con hondura y sabiduría (la ha tocado más de cien veces en directo) y una elegancia absolutamente sobrecogedora.
El pianista bilbaíno terminó con un Nocturno de Scriabin, para la mano izquierda, que fue un portento de técnica, sentimiento y sensibilidad. Un diez por el, al que tendré la fortuna de ver de nuevo en el teatro de la Zarzuela de Madrid con nada menos que el Cuarto Concierto para Piano y Orquesta de Beethoven.

El resto del programa de la ONE, lleno de piezas inspiradas en España, o en la España idílica de finales del siglo XIX/principios del XX, recogía otras obras de no demasiada enjundia de Ravel y Rimsky-Korsakov, de todas maneras, muy agradables de escuchar y que enardecen al respetable con sus alegres melodías y sus reconocibles temas.

La obra nueva era una reinterpretación (¡milagro!) de una pieza del español Manuel Benítez Burgos estrenada hace dos años.
Soy un gran admirador de la música clásica del siglo XX y del presente, por lo que todas esas "arritmias" y "abstracciones" propias de la música de entre siglos no me son ajenas, aunque esta partitura, si bien muy difícil y enrevesada, con gran protagonismo de los instrumentos de percusión, especialmente en xilófono y el vibráfono, no acabó de llegarme. Creo que correrá la suerte de miles de composiciones de este jaez: el olvido.



Yo le doy al concierto un

Buena crónica, Refrescos. No comparto ese entusiasmo por la música del siglo que nos precede, pero bueno. Nadie es perfecto.

No paras tío. Y eso me gusta.

Refrescospepito escribió:

skydog escribió:

No conozco esta obra.
Me pondré con ella.
Gracias, tío.

Yo la descubrí ayer, no creas. Pero me tiene absolutamente fascinado.

Refrescospepito escribió:

skydog escribió:

No conozco esta obra.
Me pondré con ella.
Gracias, tío.

Wow, yeah, estupenda obra, tío, la acabo de escuchar.
Yo conocía solo Nixon en China, y me había gustado mucho, pero eso es una ópera, Harmonielehre es un verdadero poema sinfónico, deudor de ese resplandeciente tradición sinfónica norteamericana de la segunda mitad del siglo XX: Grofé, Copland o el mismísimo Berstein.
Genial obra.

Refrescospepito escribió:

Refrescospepito escribió:

skydog escribió:

No conozco esta obra.
Me pondré con ella.
Gracias, tío.

Wow, yeah, estupenda obra, tío, la acabo de escuchar.
Yo conocía solo Nixon en China, y me había gustado mucho, pero eso es una ópera, Harmonielehre es un verdadero poema sinfónico, deudor de ese resplandeciente tradición sinfónica norteamericana de la segunda mitad del siglo XX: Grofé, Copland o el mismísimo Berstein.
Genial obra.

Genial descripción. A mí me tiene embobado esa mezcla de minimalismo y pasajes potentes, y es de una complejidad armónica maravillosa.

skydog escribió:

Refrescospepito escribió:

Refrescospepito escribió:

skydog escribió:

No conozco esta obra.
Me pondré con ella.
Gracias, tío.

Wow, yeah, estupenda obra, tío, la acabo de escuchar.
Yo conocía solo Nixon en China, y me había gustado mucho, pero eso es una ópera, Harmonielehre es un verdadero poema sinfónico, deudor de ese resplandeciente tradición sinfónica norteamericana de la segunda mitad del siglo XX: Grofé, Copland o el mismísimo Berstein.
Genial obra.

Genial descripción. A mí me tiene embobado esa mezcla de minimalismo y pasajes potentes, y es de una complejidad armónica maravillosa.

Maravilloso  

La introducción (sexteto de cuerda) de la ópera Capriccio, de Richard Strauss, que, a la sazón, sale en un momento (más o menos) clave de mi novela, y que quiere decir algo...

skydog escribió:

Jaja, muy bueno, Skydog.
¿Has leído El ruido eterno de Alex Ross?

BEETHOVEN:
Obertura Egmont
Fantasía coral para piano y orquesta
Concierto para piano y orquesta nº 4.

Joaquín Achúcarro, piano.
Coro del Teatro de la Zarzuela dirigido por Antonio Fuaró
Orquesta de la Comunidad de Madrid
Director: José Ramón Encinar.

Teatro de la Zarzuela, Madrid
28 de noviembre de 2013
12 euros (y en general. Ay, mi espalda).


Pues tras el extraordinario concierto ofrecido por Achúcarro hace una semana en el Auditorio Nacional, hoy le tocó el turno a otros de los templos de la música clásica, el Teatro de la Zarzuela, disfrutar de este sobresaliente pianista octogenario, verdadera leyenda viva del pianismo español y mundial.

Para tocar el Concierto nº 4 de Beethoven desde el punto de vista de un concertista y hacerlo medianamente bien ya hay que se  Superman, pero hacerlo con más de ochenta años y con esa hondura, sabiduría y destreza técnica, aparte de ser casi un milagro es, sobre todo, una heroicidad. Olé los huevos del pianista bilbaíno.

No voy a extenderme mucho por no aburrir a las vacas, solo diré que estoy muy acostumbrado a oír en directo este concierto de Beethoven y nunca lo escuché de manera tan maestra.

La Obertura y la Fantasía sonaron estupendamente. El coro parecía bien templado y coordinado, con voces estupendas aunque, al ser tan corta su actuación, apenas tengo más elementos de juicio.
Y la orquesta, magnífica, estupendamente  bien dirigida por un maestro de la dirección como es José Ramón Encinar.

Hacía como quince años que no iba al teatro de la Zarzuela. En aquella ocasión, 1998, me deslumbró este gran templo de la música y, ahora, me ha vuelto a noquear, por su esplendidez, este gran teatro sin embargo muy poco conocido, aunque lo recordaba de otra forma, y a pesar de la incómoda posición en la que yo estaba (tercer piso fila 1 butaca 1: no lo recomiendo).

Refrescospepito escribió:

skydog escribió:

Jaja, muy bueno, Skydog.
¿Has leído El ruido eterno de Alex Ross?

No, ni idea. ¿Está relacionado?

El otro dia vi este libro. alguien lo ha catado?

nadie?

Prokofiev's "Peter and Wolf" narrated by David Bowie



buenos días...

clint eastwood escribió:El otro dia vi este libro. alguien lo ha catado?

Yo no lo he catado pero conozco la historia de Craft y Stravinsky.
En el Babelia ponían este libro muy muy bien.
Tarde o temprano me haré con él, pues me encanta Stravinsky, y sé que el autor de este libro estuvo pegado culo del maestro durante años, por lo que nadie mejor que él para ilustrar los últimos años del autor de "Historia de un soldado".

Ha muerto, con ochenta y un años, el italiano Claudio Abbado, un genio de la dirección orquestal al que tuve la fortuna de ver hace veinte años en el Festival de Música de Canarias.

Buena interpretación de este, mi concierto para piano favorito de Mozart.
La vida puede ser buena.
Haz lo que quieras.

Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

El otro dia estuve escuchando las cantatas de Bach,maravillosas!!!!!..

led zepp escribió:El otro dia estuve escuchando las cantatas de Bach,maravillosas!!!!!..

Coño, Zeppo, bienvenido.   

Refrescospepito escribió:

led zepp escribió:El otro dia estuve escuchando las cantatas de Bach,maravillosas!!!!!..

Coño, Zeppo, bienvenido.   

Dantes sabe qué soy muy fan de la música clásica,no en vano tengo mas de 200 discos.. 

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Redemption Day escribió:

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Para mi las mejores obras de la historia están encuadradas en este estilo..

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Para mi las mejores obras de la historia están encuadradas en este estilo..

Yo no sabría elegir. Quitando la contemporánea, la del S. XX ( que no me llama nada ), me parece que cada período tiene sus particularidades y que no se puede descartar ninguno.

Redemption Day escribió:

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Para mi las mejores obras de la historia están encuadradas en este estilo..

Yo no sabría elegir. Quitando la contemporánea, la del S. XX ( que no me llama nada ), me parece que cada período tiene sus particularidades y que no se puede descartar ninguno.

El romanticismo es espectacular,con Liszt,Chopin,Satie etc.. 

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Para mi las mejores obras de la historia están encuadradas en este estilo..

Yo no sabría elegir. Quitando la contemporánea, la del S. XX ( que no me llama nada ), me parece que cada período tiene sus particularidades y que no se puede descartar ninguno.

El romanticismo es espectacular,con Liszt,Chopin,Satie etc.. 

Buff, con él no puedo. En embargo, Wagner por ejemplo siempre me ha encantado.
Puedes recomendarme algún renacentista?

Redemption Day escribió:

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

led zepp escribió:

Redemption Day escribió:

Refrescospepito escribió:

Redemption Day escribió:Alguien me puede recomendar alguna obra barroca en tonalidad menor?

No sé mucho de tonalidades, pero estos días he estado escuchando el Concierto para Oboe de Bellini en re menor.

      Esto era justamente lo que estaba buscando, no controlo demasiado del barroco y buscaba conocer artistas.

Para mi las mejores obras de la historia están encuadradas en este estilo..

Yo no sabría elegir. Quitando la contemporánea, la del S. XX ( que no me llama nada ), me parece que cada período tiene sus particularidades y que no se puede descartar ninguno.

El romanticismo es espectacular,con Liszt,Chopin,Satie etc.. 

Buff, con él no puedo. En embargo, Wagner por ejemplo siempre me ha encantado.
Puedes recomendarme algún renacentista?

Con Wagner me pasa lo contrario qué a tí no aguanto tanta música superlativa y redundante,a mi por ejemplo me encanta Brahms es la tercera gran B alemana tras Bach y Beethoven..

Vaya guapo Orfeo y Eurídice de Gluck que nos metimos para el cuerpo ayer en el Auditorio Nacional, madre mía, flipada en colores.

La interpretación del contratenor Bejun Mehta, en el papel de Orfeo,  en plan castrato fue sobrecogedora.

Hacía un montón que no veía un espectáculo de este tipo y se gozó a lo bestia.

Como soy un auténtico ignorante en la materia, pensaba que mi euforia podría ser, únicamente, debido a este motivo.

Por eso me ha alegrado constatar en El País de hoy que el crítico al que le supongo mucho más conocimiento que a mi, comparte mi entusiasmo tras la gran velada de ayer en el Auditorio.

Zascandil escribió:Vaya guapo Orfeo y Eurídice de Gluck que nos metimos para el cuerpo ayer en el Auditorio Nacional, madre mía, flipada en colores.

La interpretación del contratenor Bejun Mehta, en el papel de Orfeo,  en plan castrato fue sobrecogedora.

Hacía un montón que no veía un espectáculo de este tipo y se gozó a lo bestia.

Como soy un auténtico ignorante en la materia, pensaba que mi euforia podría ser, únicamente, debido a este motivo.

Por eso me ha alegrado constatar en El País de hoy que el crítico al que le supongo mucho más conocimiento que a mi, comparte mi entusiasmo tras la gran velada de ayer en el Auditorio.

Cojones, Zas, no tenía ni idea de que hubieras ido a ver el Orfeo, ¡y en el Auditorio!
Me imagino que habrá sido en versión concierto y, no sé, pero ¿fueron instrumentos originales?

El Orfeo es considerada la primera ópera de verdad, y la música y el tema de la misma son alucinantes. Parece mentira los puentes que tiende esta música, todavía antigua, casi barroca, con la atonalidad y el serialismo del siglo XX.

Enhorabuena, me alegro de que te haya gustado y que en el futuro te animes a ir a más conciertos de música clásica.

Refrescospepito escribió:

Zascandil escribió:Vaya guapo Orfeo y Eurídice de Gluck que nos metimos para el cuerpo ayer en el Auditorio Nacional, madre mía, flipada en colores.

La interpretación del contratenor Bejun Mehta, en el papel de Orfeo,  en plan castrato fue sobrecogedora.

Hacía un montón que no veía un espectáculo de este tipo y se gozó a lo bestia.

Como soy un auténtico ignorante en la materia, pensaba que mi euforia podría ser, únicamente, debido a este motivo.

Por eso me ha alegrado constatar en El País de hoy que el crítico al que le supongo mucho más conocimiento que a mi, comparte mi entusiasmo tras la gran velada de ayer en el Auditorio.

Cojones, Zas, no tenía ni idea de que hubieras ido a ver el Orfeo, ¡y en el Auditorio!
Me imagino que habrá sido en versión concierto y, no sé, pero ¿fueron instrumentos originales?

El Orfeo es considerada la primera ópera de verdad, y la música y el tema de la misma son alucinantes. Parece mentira los puentes que tiende esta música, todavía antigua, casi barroca, con la atonalidad y el serialismo del siglo XX.

Enhorabuena, me alegro de que te haya gustado y que en el futuro te animes a ir a más conciertos de música clásica.

Pues sí, Refres, una pasada. No te había comentado nada el otro día por puro olvido. Los instrumentos eran actuales, yo creo y la versión pues concierto, imagino, con los cantantes por ahí pululando.

Mira, he encontrado la crónica en El País del día después, por si te apetece leerla.

¡Y habla muy bien de nosotros, el público!   


http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/02/16/madrid/1392581205_972098.html

Como bien dices, a ver si hay pronto una nueva oportunidad porque lo de aquel dia fue un pasote.

Refrescospepito escribió:

Quiero dejar constancia de la sobresaliente música que Víctor Reyes compuso para la película española Grand Piano, estrenada el año pasado, un excelente largometraje, por cierto.

Reyes ha compuesto todo un concierto para piano y orquesta, un concierto a lo grande, en la tradición romántica y tardo-romántica, heredero de Tchaikovsky, Rachmaninof y tantos maestros más.
Impresionante.

Aquí, ahora, los movimientos dos y tres.

Refrescospepito escribió:

Y esto es de la película Ciudadano Kane, y otra partitura excelsa, la del genial Bernard Hermann, que compuso este aria para la imaginaria ópera Salammbo.

El aria es tan magnífica que ha pasado a ser un favorito de toda prima donna que se precie.

Aquí pongo la versión de la peli para que recuerden en qué momento salía.

Prebióticos y probióticos: música clásica predigerida para hipsters:
¿Llevas dos manguitas, chaquetón de mezclilla y pantalón pitillo con las piernas juntas por la rodilla? Si además llevas barba de capuchino y no sabes abrocharte la rebequita, eres un hipster como la copa de un pino.

Eso quiere decir que admiras a los grupos patosos del britpop y a las orquestas ligeras de los 50. Defiendes el reggaeton, haces tus pinitos electrónicos con el Ableton Live y en ocasiones hasta pinchas. Eres vegano, no votas y tus gafas de pasta tienen forma de pera porque las Wayfarer las lleva todo el mundo. ¿Música clásica? ¡Puag! Progres oyendo a Mahler y marujas, a Andrea Bocelli: dos tribus urbanas que te inspiran la tirria más profunda.

Tú te lo pierdes porque bajo el epígrafe música clásica se esconden muchos siglos de historias y conflictos interesantísimos y toneladas de melodías, conceptos y armonías que pueden revivir a un muerto, que han iniciado revoluciones, han hecho evolucionar el pensamiento y han afectado las vidas de hombres y mujeres a lo largo de los siglos.

Tal vez la música les proporcionaba algo de felicidad en tiempos en los que pulgas y parásitos les hacían la vida imposible, los dolores se eternizaban sin una aspirina para calmarlos y el hobby familiar más barato y divertido eran las ejecuciones públicas. En contraste con la dura y sucia vida cotidiana, la música era extremadamente bella, compleja y delicada.


Por eso no ha sido nunca olvidada. De hecho, se llama clásica a la música europea de los últimos seis siglos. Se suele incluir la música medieval y los listos aceptan las músicas clásicas de otras culturas: árabe, india, etc. Nadie se ocupaba de preservar en partitura la música de la calle, de los campesinos, de los pescadores, de los bailes, de los niños, etc., que se ha perdido y sólo nos ha llegado –a menudo censurada o, al menos, blanqueada– a través de crónicas y referencias literarias, recopilaciones, apropiaciones o investigaciones etnomusicológicas.

Händel, Haydn, Mozart, Beethoven, Wagner, y quien se tercie, trabajaron para reyes y cortes o para la Iglesia, es decir: para los poderosos. Muchas veces dependían de ellos para sobrevivir y para poder crear. Casi todos tuvieron vidas de perros y muchas de sus biografías han inspirado películas inolvidables.

"Fueron los más rebeldes y adelantados de su época; algunos de ellos, los mas geniales y transgresores", dice Ana Curra, una de las personalidades más queridas del rock hispano. El Requiem de Mozart, las Variaciones Goldberg de J. S. Bach, la Fantasía D940 para piano a cuatro manos de Schubert, el Piano Concierto nº 2 de Rachmaninov y La danza del fuego de El amor brujo de Falla son sus favoritos. Pianista y profesora de conservatorio, divide su vida musical entre Chopin y el punk rock y asegura: "Con esta lista de obras y genios, es imposible que no sucumbas".

Repulsa y redención

Con los años y los siglos, los salones y las academias convirtieron la música de estos creadores en algo limpio, frío, perfecto y, ¿por qué no?, repelente para muchos. "Me disgusta que mucha gente vea la música clásica como una manera de relajarse", dice Dorian Word, pianista de formación clásica, cantautor y performer de origen costarricense, recientemente en gira por nuestro país. "Escuchen a Wagner, Bela Bartók o Chopin. Si no se les cae el corazón a los pies, es que no les entienden".

"El 85% de la música que se programa pertenece al siglo XIX. Y estamos ya en el XXI. Desde un punto de vista conceptual, parece casi normal que el personal no se interese tanto por músicas compuestas hace dos siglos", dice José Manuel Costa, director de Vía límite, espacio dedicado a la experimentación musical más radical en Radio Clásica.

Con la mejor de las intenciones, los responsables de la difusión de los clásicos eligen empapuzarnos a base de polcas, romanzas de zarzuela y valses vieneses: las piezas más fáciles y pegadizas del repertorio clásico en ocasiones indigestas para los oídos más avezados del siglo XXI acostumbrados al minimalismo, el exotismo, la emotividad, la brutalidad y también a la complicación armónica de muchas músicas populares y comerciales.

La música popular, quizás como reflejo de las crisis que atravesamos, se ha ido volviendo más y más violenta: metal, hard core, hip hop, tecno bailable... ¿Y la música clásica? "La intensidad de sensaciones es completamente distinta. Pero sí existen obras en la música clásica, naturalmente del siglo XX hasta nuestros días, que inciden en la violencia", explica José Luis Pérez de Arteaga, crítico, musicólogo y uno de los expertos más respetados de la clásica.

"La consagración de la primavera de Stravinsky, cuya audición rara vez deja indiferente a persona alguna, El paso de acero de Prokófiev, La fundición de acero de Mosólov, la Sinfonía nº 11, El año 1905 de Shostakóvich... Como se puede ver, todas las obras citadas pertenecen a autores rusos, pero no son los únicos casos –especifica Pérez de Arteaga–. Se pueden mencionar Parade de Satie, con el empleo de máquinas de escribir y sirenas, o Arcana de Varèse, con su espectacular dispositivo de percusión. Todas estas piezas poseen un elemento rítmico significativo, determinante. Podemos ampliar el espectro con autores americanos de épocas diferentes, como George Gershwin y Leonard Bernstein".

Las plataformas salvadoras

Hasta que en el siglo XX no aparecen las tecnologías –cine, radio, TV, disco, vídeo, internet, DVD– que preservan y difunden la música, lo que ahora consideramos grandes clásicos se estrenaron y se interpretaron sin que los espectadores tuvieran posibilidad de escucharlos previamente. La clásica es música para impresionar a la primera escucha y para ser recordada eternamente sin discos, iPods, videoclips y sin necesidad de que la machaquen 40 veces al día las radiofórmulas.

Los que dicen que se aburren con la música clásica, no es que, como sus gafas, estén hechos de otra pasta. En muchas ocasiones escuchamos grabaciones mediocres, conciertos desafortunados e intérpretes de cuarta fila, pero la mística elitista construida alrededor de lo clásico inspira en el espectador un sentimiento reflejo de culpa: "Yo no entiendo". "Yo me aburro".

"La música clásica nos rodea y es más familiar de lo que parece. La música clásica está presente en jingles publicitarios, bandas sonoras, música de ambiente, etc. Si pones la Pequeña serenata nocturna de Mozart o la Gymnopédie nº 1 de Satie a un joven, no las va a encontrar extrañas porque son parte de los llamados 'clásicos populares'", dice Antonio Galvañ, AKA Parade, cantautor de alta intensidad, y, como Curra, profesora de conservatorio: otro de los escasos músicos clásicos de nuestra cultura pop.

"No hay nada que entender, sólo sentir y dejarse llevar", indica Vicente J. Martín, director de cine y novelista. "No hay necesidad de ser un erudito. Como en todo buen viaje, la recompensa es disfrutar del camino y poder conocer lugares inesperados que nos cautiven".

Pérez de Arteaga ofrece una razón incontestable para el esfuerzo de escuchar unas músicas que han emocionado y estimulado a los corazones y los cerebros de millones de personas a través de los siglos y de las fronteras. "¿Qué me ha aportado a mí la música en general y la clásica en particular? La música te amplia horizontes, te descubre cosas nuevas, te obliga a hacerte preguntas, te hace ser curioso, y en última instancia te incita a estudiar, y no sólo música, sino muchas otras materias que se interrelacionan con ella. ¿Se resumiría todo ello en una frase en parte tópica, que la música te enriquece a nivel personal? Pues aunque la expresión sea manida, es cierta".

Volvemos con el cineasta: "En mi caso entré en la música clásica por piezas que había escuchado en películas. Y quizás por las propias bandas sonoras, que no dejan de ser música sinfónica". Sus recomendaciones: Aire para la cuerda de sol de Bach, Cavalleria rusticana de Mascagni, Sarabande de Händel, Vals Nº 2 de la Suite Jazz Nº 2 de Dimitri Shostakóvich, Música nocturna de las calles de Madrid de Boccherini, Adagio para cuerdas de Samuel Barber, Adagietto de la 5° Sinfonía de Gustav Mahler, Gymnopédie de Satie, Obertura 1812 de Tchaikovsky ("ideal para los tiempos que corren"). Todas ellas aparecen en películas".

Bandas sonoras para amar

También Pérez de Artega recomienda "nombres que provienen del clásico pero que han recreado un lenguaje sonoro cinematográfico nuevo, como John Williams, en cabeza, o Jerry Goldsmith y Elmer Bernstein (sin parentesco con Leonard). Las bandas sonoras de Hans Zimmer, con su combinación de sintetizadores y sonidos orquestales, han creado escuela, en la que se podría ubicar a Ramin Djawadi (persa), a Atli Örvarsson (islandés), a Mark Griskey y Steve Jablonsky (americanos) o a Klaus Badelt (alemán).

Ciertos músicos del pop/rock, como Trent Reznor y Atticus Ross, han creado aplaudidas bandas sonoras ( La red social, nominada al Oscar, o la versión americana de Los hombres que no amaban a las mujeres) a partir de elementos completamente roqueros y electrónicos".

"Y, desde luego, la música de los videojuegos, de importancia creciente. Por ejemplo, Remember me de Olivier Derivière, que combina rock duro con los sonidos de la orquesta sinfónica y en ciertos momentos la transformación electrónica de todos ellos. O el caso de Jeremy Soule –con o sin su hermano Julian–, responsable del célebre videojuego Prey, que combina lo sinfónico con lo electrónico, y de la saga de videojuegos The Elder Scroll, uno de los hitos de la música en este apartado.

También Brian Tyler, autor de bandas sonoras de Hollywood y de varios de los juegos de la serie Call of Duty, donde el rock más rompedor se alía con lo sinfónico-coral, o Jack Niklen, de la serie Galleon Game. O la serie Fable de Russell Shaw. Y, desde luego, el español Óscar Araujo, autor musical de todo el ciclo de videojuegos Castlevania. En todos estos autores, y no son los únicos, hay un uso "percutivo" de la sinfónico que puede atraer a oyentes en principio ajenos a todo lo clásico".



Fernando Galicia Poblet está preparando su tesis doctoral sobre el metal español de los ochenta para la facultad de Historia y Ciencias de la Música de la Universidad Complutense. "Existe rechazo pero no por la música clásica sino hacia el elitismo en torno a ella –expone–. Debemos diferenciar entre lo que es la música clásica y lo que intentan hacernos creer que es. Algunos se la han apropiado como cosa de ricos, pero lo que transmite es y será universal".

"La ópera era el equivalente al concierto de rock –añade–. Se llevaban el bocata y el vino, como al fútbol. Las oberturas se inventaron para que la gente se diera cuenta de que iban a empezar y se callara. ¡Imagina el jaleo que había en los teatros!".

"Por muy bella que sea un aria de Puccini, el público joven va a asociarla a ricos emperifollados escuchando a una diva gruesa lanzando gorgoritos: lo adulto, el sistema, todo contra lo que hay que luchar. No lo ves como algo propio, sino como la música de la gente contra la que te estás rebelando a esa edad", opina Parade. "La música es algo que nos identifica, que dice a los demás algo sobre nosotros –comenta Vicente J. Martín–. Decir que te gusta la música clásica –y lo mismo ocurre con el jazz o el rock progresivo– es ponerte la etiqueta de soso y aburrido". Un estigma social que puede resultar angustioso para el adolescente o el hipster.

"No existe una playlist ideal de música clásica para el seguidor de estilos populares modernos –señala Galicia–. Hay tanta música clásica que es prácticamente imposible no encontrar al menos una obra que nos guste. Soy fan de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak o de la Sinfonía Nº 25 de Mozart, con una fuerza tremenda. La visión de la música que tenía Beethoven es totalmente moderna y Bach fue un revolucionario de la técnica compositiva. En el plano intimista: los Nocturnos de Chopin o la Fantasía Elegíaca de Fernando Sor".

"Como guitarrista no puedo pasar por alto a Francisco Tárrega y merece una mención especial la sonata Claro de Luna de Beethoven –continúa Galicia–. En otro plano, aconsejaría escuchar canto gregoriano y música renacentista con Palestrina a la cabeza. Conceptos como la modalidad, utilizada en cierta forma por el rock en general, aparecen ahí y, no tratándose de armonía convencional, produce una sensación muy diferente y enriquecedora que te ayuda a comprender bastante lo que se hace ahora".

¿Electrónica y clásica? Por supuesto

Las recomendaciones musicales de José Manuel Costa empiezan por la electrónica: Kontakte de Stockhausen, The Expanding Universe de Laurie Spiegel y la Trilogie de la Mort de Eliane Radigue. Nos lleva después al minimalismo: Music for 18 Musicians de Steve Reich, A Rainbow in Curved Air de Terry Riley o Four Violins de Tony Conrad; y a la música concreta: La Roue Ferris de Bernard Parmegiani, L'Escalier des aveugles de Luc Ferrari y la Symphonie Magnétophnique de Else Marie Pade.

Tabula Rasa de Arvo Pärt, The Bewitched de Harry Partch o Rothko Chapel de Morton Feldman representa la música orquestal contemporánea para el crítico. "Es buena música –resume– y, la mayor parte, perfectamente accesible".

Entender la melancólica y sentimental canción irlandesa que entona el marinero al principio de Tristán e Isolda no cuesta ningún esfuerzo ni al más tarugo. La supuestamente complicada Wozzeck de Alban Berg termina con la irritante cantinela infantil cuando los niños cuentan al hijo de la protagonista que su madre está muerta junto al arroyo, absurda y cruel como a veces pueden ser los niños, que deja tan mal cuerpo como las canciones de Charles Manson o Daniel Johnston.

Los cuatro minutos del amanecer del Peer Gynt musical de Grieg nos hacen revivir la claridad mortecina de la primera hora como si lo estuviéramos viendo, los colores se definen gradualmente cuando el sol asciende en el horizonte, y, casi, casi notamos en la piel el frescor de la mañana y el rastro de humedad que ha dejado la noche... El 'aria de las joyas' del Fausto de Gounod, con sus trinos, gorgoritos y su necia alegría, nos expresa perfectamente la frivolidad y la cursilería de la casquivana Margarita lo mismo que la de su más célebre intérprete, la cargante Bianca Castafiore..., delicias y emociones al alcance de cualquiera en un clic de YouTube o de Spotify.

"En esta era de la locura por las píldoras, habría que recetar un medicamento que ayude a mejor apreciar todo tipo de música. Y si es alucinógeno, mucho mejor –se burla el muy punk Dorian Wood–. Les recomendaría que escuchen puro Wagner. Las cabezas se les reventarían y sería muy bonito verlo desde lejos".
http://www.eldiario.es/cultura/musica/Prebioticos-probioticos-Musica-predigerida-hipsters_0_235176562.html

Muchísimas gracias, Country Joe, por tu aportación.    

Es un trabajo muy interesante.

Pero no estoy de acuerdo con muchas cosas.

En primer lugar, quisiera saber si tú eres el que escribió este texto.

En segundo lugar, no puede alguien titular un artículo Prebióticos y probióticos: música clásica predigerida para hipsters y nombrar a Ana Curra (a la que he visto en directo dos veces) y a Galvañ/Parade (al que he visto una vez), de verdad te lo digo.

dejo podcast de la colaboración de una amiga en radio clásica

http://www.rtve.es/alacarta/audios/musica-antigua/musica-antigua-dresdecon-clara-sanmarti-04-03-14/2428450/


muy entretenido

Patricia Godes es la autora, linkeo abajo del artículo
tiene algunas cosas, sí, pero es un gran artículo que no podía por menos que compartir.

Por cierto, bonito hilo!!! topics como éste hacen grande un foro de rock.

CountryJoe escribió:Por cierto, bonito hilo!!! topics como éste hacen grande un foro de rock.

Muchas gracias, compañero.   
Espero verte más veces por aquí, escribiendo y poniendo música, porque, normalmente, feedback, cero. Estoy más solo que una papa.

  

Rayo escribió:dejo podcast de la colaboración de una amiga en radio clásica

http://www.rtve.es/alacarta/audios/musica-antigua/musica-antigua-dresdecon-clara-sanmarti-04-03-14/2428450/


muy entretenido

Gracias, Rayo, camarada.   
La música antigua y la del siglo XXI tiene tantas conexiones que es asombroso compararlas.
Es como esas pinturas rupestres de los albores de la humanidad: las "sinapsis" mantenidas con la pintura abstracta es de caerse al suelo y no levantarse.

Escucharé ese ejemplo musical que has puesto.

Me han recomendado el libro de Alex Ross: http://www.elargonauta.com/libros/el-ruido-eterno-escuchar-al-siglo-xx-a-traves-de-su-musica/978-84-322-0913-0/
alguna otra recomendación saludable?

CountryJoe escribió:Me han recomendado el libro de Alex Ross: http://www.elargonauta.com/libros/el-ruido-eterno-escuchar-al-siglo-xx-a-traves-de-su-musica/978-84-322-0913-0/
alguna otra recomendación saludable?

Este libro, que es una obra maestra, lo leí dos veces; una, de corrido, otra, escuchando todos y cada uno de los ejemplos de las obras que no conocía, que era mayoría.

Mi consejo es que, si no estás muy versado en la música clásica ni la oyes habitualmente ni estás familiarizado con la música del siglo XX, ni intentes leerlo, no solo no entenderás nada sino que aborrecerás esa música para siempre.

Si aún así, quieres intentarlo, léelo despacio y escuchando los ejemplos: tienes para tres o cuatro meses.
Después de haberlo leído, me cuentas.

Es estupendo que te interese la música. No soy ningún erudito pero, si te puedo servir de ayuda, cuenta conmigo.