EL ERUCTO DEL BISONTE - Rock Canario

El Eructo del Bisonte se formó en 1976 en Santa Cruz de Tenerife, España, compuesto por Dany Pacheco, guitarra, voz y piano, Tomás Pacheco, guitarra y voz, Oscar Santana, bajo y voz, y Carlos Real, batería. Su música es rock and roll a la vieja usanza con claras influencias de los clásicos del género, algún que otro guiño al rockabilly y el Pop y grupos como Rolling Stones o Tequila en sus oídos. Buen trabajo instrumental , directo y sin virguerías, con una sección rítmica precisa y sin mucho espacio para los ritmos o estructuras complejas, los solos o las improvisasiones. La melodiosa y agradable voz de Dany Pacheco canta con limpieza en un grupo con tablas y oficio que destaca por su gran calidad compositiva y sus letras. Su disco homónimo, “El Eructo del Bisonte”, se gestó entre 1977 y 1978 y se grabó a comienzos de 1978. Este fue su primer y único disco, en él se incluían temas clásicos de la banda como "Kiosco de la Paz", "Mar de nubes", "Rock&Roll nada más", "Labios de tu cara azul" y "El hombre mosca". En 1980 cambian su nombre por otro menos confuso con respecto a su estilo musical, Palmera, y cambian de dirección muscial hacia un estilo más comercial y más orientado hacia el Pop Rock, y graban dos LP's. En 1981 editaron el primero, "Palmera", que incluía entre otras canciones que llagaron a ser emitidas asiduamente por las radios de todo el país, "Luci", "El Café", "Que quieren", "Te dijo eso", etc, y en 1982 el segundo, "Las llaves de la moto", en donde se incluiría el mayor éxito del grupo, la canción "Las llaves de la moto", además de otras como "¡Qué pena!", "Gritando junto a ti", "De niña estaba mejor" o "Ábreme la puerta". Poco tiempo después el grupo se disolvería, volviendo a los escenarios tan solo en dos ocasiones especiales en la década de 1990. Durante la existencia de Palmera, el grupo tuvo distintos baterías, Fran Gallo, Alex, Paco Urbano, Pepe, Ramón, etc. que dieron cobertura al armazón del grupo formado por Dany, Tomás y Oscar.
En 1990 Dany Pacheco, eñ líder y genio del grupo, retomó su carrera discográfica en solitario, editando un LP y pocos años después un single.



"EL ERUCTO DEL BISONTE - Su Historia" (por Julián Molero)


En la segunda mitad de los 70 florecen en el archipiélago canario una serie de interesantes bandas, que en principio parecen competir entre ellas por encontrar el nombre más atrabiliario: Teclados Fritos y El Eructo del Bisonte son las que más van a destacar, dejándonos trabajos estimables marcados por su adoración por el rock de toda la vida. El Eructo del Bisonte se forma hacia 1976 en el barrio de La Paz de Santa Cruz de Tenerife y pronto se convierten en el grupo más seguido de la isla con frecuentes actuaciones en su ciudad y en la cercana La Laguna. Su estilo directo, sus buenas guitarras, unas composiciones de calidad que en algunos casos hacían referencia a lugares de su isla les ganan rápidamente un puesto de honor en los gustos musicales de sus paisanos. Ellos son Oscar Santana (bajo y voz), Carlos Real (batería), Tomás Pacheco (guitarra) y el líder de la banda y su hermano, Dany Pacheco (voz, guitarra y teclados). Su buen hacer va a trascender las islas y en 1978 Movieplay va a interesarse en ellos. Viajan a Madrid para grabar en los estudios Sonoland, bajo las órdenes del productor Gustavo Ramudo y el ingeniero de sonido de la casa, Pepín Fernández. De aquellas grabaciones nacerá a finales de aquel año su único y homónimo LP. Interesantes canciones como “El kiosko de La Paz”, “Rock and roll nada más” o “El hombre mosca”, que sería también editada en formato single. Aprovechan su estancia en la capital para realizar algunas actuaciones y peregrinar por las emisoras de radio. El disco no va a funcionar, salvo en su tierra, y El Eructo del Bisonte decide en 1980 adoptar una música más facilona y cambiar de paso alguno de sus componentes. Desde entonces se harán llamar Palmera y conseguirán colocar alguna canción en el competido hit parade de los primeros años 80. En la siguiente década, Daniel Pacheco también publicaría algunos discos en solitario. Hoy, El Eructo del Bisonte, es uno de los grupos canarios más recordados y el adjetivo de pioneros va unido de forma indisoluble a su rebuscado nombre. Para la historia ha quedado su fácil rock and roll y sus temas bien construidos que poco o nada tenían que envidiar en ningún aspecto a temas de bandas con mucho más nombre. No es ningún disparate encuadrarlos dentro de la new wave, término que apenas estaba acuñado cuando el cuarteto tinerfeño grabó su único LP bajo este nombre.


"El Eructo del Bisonte, el álbum" (por Julián Molero)

Rock sin complicaciones hecho en las Canarias con claras influencias de los clásicos del género, algún que otro guiño al rockabilly y los triunfantes discos de Tequila en sus oídos. Buena factura instrumental sustentada por una sección rítmica precisa y sin concesiones a solos, virguerías o cambios. Sobre ella, solos de guitarra bastante tópicos y, en ocasiones teclados manejados con ductilidad y buen gusto. La agradable voz de Dany Pacheco cantando con limpieza y afinación. En suma, una eficiente banda de rock con oficio, pero sin demasiado brillo. Podemos dividir los once temas del disco en tres grupos bastante diferenciados. Uno dedicado al rock and roll a la vieja usanza con canciones como “Cardiaco” y su buen solo de guitarra; “El hombre mosca , puro rockabilly al estilo Bulldog, con melodía tópica, letra ocurrente y guitarra machacona; “La Rocola” , dedicada a las viejas melodías de los juke box y única canción que autoría ajena; la vibrante “Rock and roll nada más” con ese piano de toda la vida dirigiendo las operaciones rítmicas . En un segundo grupo, encontramos muestras de rock más evolucionado, cercano de alguna manera, al rock progresivo con voces más forzadas y solos de guitarra pasada por una colección de pedales. “Cambio libros por papel de liar” o el intrigante blues “Memorias” pueden ser un claro ejemplo de este segundo estilo.
Finalmente, encontramos lo que tópicamente podemos denominar canciones lentas. Son las más personales de la banda, que aquí usa en mayor medida los teclados y trabaja las segundas voces de forma cuidada. “Labios de tu cara azul” es una balada deliciosa muy bien cantada por Danny con unos interesantes teclados que parecen ejercer de abanico, abriendo y cerrando el tema con sus intervenciones. En la misma cuerda se mueve la aburrida “Mar de nubes”. Pero la canción más representativa y personal del disco es “Kiosko de la Paz”, dedicada a su barrio y a su tierra, en la que se reivindica un vocabulario canario y una orgullosa insularidad. Todo ello semiarropado por una muy sencilla instrumentación que acentúa la tristona intranquilidad que destila la canción.