MI DIARIO SECRETO
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borope
asdasdash
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MI DIARIO SECRETO
22 de julio de 1984
Querido diario:
Me llamo Laura Palmer, y hace tres minutos que he cumplido oficialmente doce años. ¡Es 22
de julio de 1984 y ha sido un día estupendo! Fuiste el último regalo que abrí y no veía la hora de
subir a mi cuarto para empezar a contártelo todo sobre mí y mi familia. Tú serás en quien yo
más confíe. Prometo contarte todo lo que ocurra, todo lo que sienta, todo lo que desee. Y
absolutamente todo lo que pienso. Existen ciertas cosas que no puedo contarle a nadie. Pero
prometo contártelas a ti.
En fin, que esta mañana cuando bajé a desayunar, vi que mamá había colgado guirnaldas
por toda la casa. Papá llegó incluso a ponerse un sombrerito de papel y durante un rato estuvo
tocando un silbato. ¡Creí que Donna y yo no pararíamos nunca de reírnos!
Ah, Donna es mi mejor amiga, la mejor en todo el mundo. Se apellida Hayward, y su padre,
el doctor Hayward, me trajo al mundo hace doce años. No puedo creer que por fin haya llegado
este día. En la mesa, mamá se echó a llorar y dijo que cuando menos se lo espere yo ya me habré
hecho mujer. Sí, ya. Seguro que pasarán años antes de que me venga la regla, lo sé. Está loca si
se cree que me haré mayor enseguida, ¡sobre todo si para mi cumpleaños sigue regalándome
animales de peluche!
Hoy todo ha sido tal y como yo quería; sólo estaban Donna, mamá y papá. Y Júpiter, mi gato,
claro está. Desayunamos crepés de manzana, que son mis preferidas, con un montón de
tostadas y miel de arce.
Donna me regaló la blusa que vi en el escaparate de los Almacenes Horne, y sé que la
compró con sus pagas semanales, porque estuvo ahorrándolas durante mucho tiempo, y no quiso
decirme para qué. ¡Es la blusa más bonita del mundo! Es blanca y sedosa, y tiene rositas bordadas
por todas partes, pero no tantas como para que parezca recargada. Es perfecta. Cuando sea el
cumpleaños de Donna también le voy a regalar algo súper especial.
Mi prima Madeline, Maddy para abreviar, vendrá mañana a visitarnos y se quedará una semana
entera. Ella, Donna y yo vamos a construir un fuerte en el bosque y acamparemos allí si mamá nos
deja. Sé que papá nos dará permiso. A él le gusta el bosque tanto como a mí. Una noche, soñé que
papá nos llevaba a vivir a una casa en pleno bosque, y que delante de la ventana de mi dormitorio
había un árbol enorme en el que anidaban dos pájaros cantores.
Querido diario, vuelvo dentro de un ratito, papá me ha pedido que baje. ¡Dice que tiene una
sorpresa! ¡Te lo contaré todo en cuanto vuelva!
Con todo mi cariño, Laura
* * *
22 de julio de 1984, más tarde
Querido diario:
¡Jamás adivinarás lo que acaba de ocurrir! Bajé y papá nos pidió a mamá y a mí que subiésemos
al coche y que no hiciéramos preguntas hasta que llegásemos adonde íbamos a ir. Pero mamá se pasó
todo el trayecto haciendo preguntas. A mí no me importó nada, porque pensé que a lo mejor de
ese modo a papá se le escaparía algún dato, pero no fue así. Yo me quedé callada para no echar a
perder la sorpresa. Cuando paramos en los establos de Broken Circle, lo adiviné. ¡Papá me ha
comprado un pony! Querido diario, no sabes lo hermoso que es, mucho más hermoso de lo que
jamás hubiera soñado. Es de color rojo canela y marrón oscuro, y tiene unos ojos dulces y
enormes. Mamá no se lo podía creer cuando lo vio, y empezó a preguntarle a papá cómo había
logrado salirse con la suya sin que nadie se enterara. Papá dijo que si ella lo hubiera sabido, habría
echado a perder la sorpresa, y tiene razón. A mamá casi le dio un ataque al corazón cuando vio que
me metía debajo de las patas del pony para averiguar si era macho o hembra. De un solo vistazo
supe que era macho. Jamás había visto una de ese tamaño. Mamá no conoce a su niña tan bien
como ella cree, ¿eh?
Volvamos al pony. Decidí llamarlo Troy, como el pony que sale en el álbum de fotos de la señora
Larkin. Zippy, que trabaja en los establos, dijo que me hará una placa donde ponga Troy bien grande,
y que la colgará justo delante para que todo el mundo lea el nombre cuando vea a mi pony. Troy
todavía es muy joven para montarlo, pero dentro de dos meses podré cabalgar con él por los
campos. Hoy lo paseé un poco y le di zanahorias (papá las llevaba en el maletero) y un terrón de
azúcar que me dio Zippy. A Troy le encantó todo. Antes de dejarlo, le hablé bajito en su oreja
caliente y suave, y le dije que mañana nos veríamos y que lo escribiría todo sobre él, aquí, en mi
diario. ¡No veo la hora de enseñárselo a Donna! ¡Ah, casi se me olvidaba, Maddy también lo verá!
Cuando volvíamos de los establos, papá dijo que Troy y yo cumplimos años el mismo día,
porque cuando se regala un pony a una persona que lo va a querer, lo han de compartir todo. ¡Así
que feliz cumpleaños para ti también, Troy!
Me alegra no saber de dónde viene, porque de este modo, es como si el cielo me lo hubiese
enviado para mí sola.
2
En fin, querido diario, que mañana será un gran día y esta noche voy a dormir muy bien.
Soñaré con Troy y en todo el tiempo que pasaremos juntos. Soy la chica más afortunada del mundo.
Con todo mi cariño, Laura
P.D.: Espero que esta noche BOB no venga.
* * *
23 de julio de 1984
Querido diario:
Es muy tarde y no puedo dormir. He tenido una pesadilla tras otra y al final he decidido que no
voy a dormir más. Supongo que mañana, cuando Maddy llegue, estará cansada del viaje y querrá
dormir la siesta, así que yo también voy a aprovechar para recuperarme. A lo mejor duermo
cuando es de día, así mis sueños no serán tan negros.
Tuve uno realmente horrendo. Me desperté llorando, y me dio miedo de que si mamá me oía
viniera a verme, porque ahora mismo quiero estar sola y ella no lo entendería. Cuando no puedo
dormir o cuando tengo pesadillas como esta noche, siempre viene y me canta «El vals de
Matilda». No es que no quiera que me cante, pero es que en el sueño aparecía un hombre extraño que
me cantaba esa misma canción con la voz de mamá, y fue tal el miedo que me dio que me quedé
paralizada.
En el sueño yo caminaba por el bosque, cerca de Pearl Lakes, y soplaba un viento muy fuerte,
pero sólo a mi alrededor. El viento era caliente. Y a unos metros de donde yo estaba apareció este
hombre extraño de pelo largo y unas manos enormes y callosas. Eran muy ásperas y las tendía
hacia mí mientras cantaba. La barba no le volaba al viento, porque el viento sólo soplaba
alrededor de mi cuerpo. Tenía las puntas de los dedos negras como el carbón, y las movía en
círculos a medida que sus manos se iban acercando a mí. Yo caminaba hacia él, aunque no quería
hacerlo porque el hombre me daba mucho miedo.
«Tengo a tu gato», me dijo. Y Júpiter salió corriendo detrás de él y se metió en el bosque como
si fuese una motila blanca sobre una hoja de papel negro. El hombre seguía cantando y yo trataba de
decirle que quería irme a casa y que quería que Júpiter se fuera conmigo, pero no podía hablar. Entonces
él elevó las manos en el aire, muy, pero que muy arriba, como si estuviera creciendo mucho,
y a medida que sus manos subían, sentí que el viento que soplaba alrededor de mi cuerpo paraba
y todo quedaba en silencio. Creí que iba a dejar que me fuese porque podía leerme el
pensamiento, al menos ésa era la sensación que me daba. Y entonces, cuando él paró el viento con
sus manos de ese modo, creí que me dejaba en libertad, que dejaba que me fuese a casa.
En ese momento, tuve que bajar la vista porque sentí un calor entre las piernas. No era un calor
agradable, sino que me quemaba. Me quemaba tanto que tuve que abrirme de piernas para que se
me enfriasen. Para que no me quemaran tanto. Y entonces las piernas empezaron a separárseme
solas, como si se me fueran a salir del cuerpo, y pensé, me voy a morir y no sé cómo van a darse
cuenta de que traté de mantener las piernas cerradas, pero no pude porque me quemaban. Y
entonces, el hombre me miró y sonrió con una sonrisa asquerosa, y se puso a cantar con la voz de
mamá: «Matilda, vendrás a bailar el vals conmigo...». Intenté hablarle otra vez, pero no pude, y traté
de moverme, pero tampoco pude, y entonces me dijo: «.Laura, estás en casa». Y ahí fue cuando me
desperté.
Algunas veces, cuando sueño, me siento atrapada en mi sueño y tengo mucho miedo. Pero
ahora, cuando leo lo que acabo de escribir, no me parece tan aterrador. Si a partir de ahora
escribo todos mis sueños, a lo mejor ya no me darán tanto miedo.
Una noche, el año pasado, tuve una pesadilla tan horrible que al día siguiente, en el colegio, no
pude hacer nada. Donna creyó que me estaba volviendo majara porque, cuando estábamos en la
clase, cada vez que me llamaba o me ponía la mano en el hombro para pasarme una nota, yo pegaba
un bote. No me estaba volviendo majara, como Nadine Hurley, claro que no, pero sentía como si
todavía me encontrara dentro de un sueño. Del sueño no me acuerdo muy bien; de lo único que
me acuerdo es que en el sueño yo estaba metida en un verdadero lío porque no había pasado un
examen de lo más raro, en el que tenía que ayudar a un cierto número de personas a cruzar un río
en barca, y no podía hacerlo, porque lo que yo quería era nadar o algo por el estilo, y entonces
esas personas enviaban a alguien a por mí, para que me manoseara de una forma muy fea. Y no
me acuerdo de nada más, supongo que no se pierde nada.
Estoy harta de esperar para hacerme mayor. Algún día me ocurrirá y seré la única persona que
pueda hacerme sentir bien o mal por lo que haga.
Mañana seguiré contándote cosas. Ahora estoy bastante cansada.
Laura
* * *
23 de julio de 1984
Querido diario:
Mi prima Maddy llegará de un momento a otro. Papá se fue solo a buscarla a la estación,
porque mamá no dejó que me despertara. He dormido hasta hace un cuarto de hora. No soñé
nada, pero mamá dice que me oyó llamarla a gritos, ¡y que después ululé como un búho! Me da
una vergüenza que no veas. Dice que entró en mi cuarto y que me encontró medio dormida pero
yo... volví a ulular, y dice que después me eché a reír, me di media vuelta y volví a dormirme.
Espero que no se lo cuente a nadie. Siempre va por ahí contándole estas cosas a la gente cuando
tenemos alguna cena con los Hayward. Y empieza siempre con la frasecita: «Laura ha hecho una cosa
de lo más extraña...». Y entonces ya sé lo que viene después.
Igual que aquella noche, cuando fue y dijo delante de todo el mundo que soy sonámbula y que
un día, cuando se iba a la cama, aparecí yo en la cocina. Me quité toda la ropa, la metí en el horno y
me volví a la cama. Ahora, cada vez que estoy en casa de los Hayward, y con Donna echamos una
mano en la cocina, cuando me acerco al horno, la señora Hayward me pregunta en broma si me doy
cuenta de que un horno es un horno y no una lavadora.
La noche que mamá contó aquello había bebido, por eso la perdono, pero si llega a contarle a
alguien que he ululado, me moriría. Me parece que jamás llegará el día en que los padres dejen de
poner en ridículo a sus hijos. Los míos no son una excepción.
Quizá si lograra dejar de hacer estupideces cuando duermo, mi madre no tendría nada que
contarle a la gente.
Hasta dentro de un rato.
Laura (Uuh, uuh)
PRÓXIMA ENTRADA 27 DE JULIO
Querido diario:
Me llamo Laura Palmer, y hace tres minutos que he cumplido oficialmente doce años. ¡Es 22
de julio de 1984 y ha sido un día estupendo! Fuiste el último regalo que abrí y no veía la hora de
subir a mi cuarto para empezar a contártelo todo sobre mí y mi familia. Tú serás en quien yo
más confíe. Prometo contarte todo lo que ocurra, todo lo que sienta, todo lo que desee. Y
absolutamente todo lo que pienso. Existen ciertas cosas que no puedo contarle a nadie. Pero
prometo contártelas a ti.
En fin, que esta mañana cuando bajé a desayunar, vi que mamá había colgado guirnaldas
por toda la casa. Papá llegó incluso a ponerse un sombrerito de papel y durante un rato estuvo
tocando un silbato. ¡Creí que Donna y yo no pararíamos nunca de reírnos!
Ah, Donna es mi mejor amiga, la mejor en todo el mundo. Se apellida Hayward, y su padre,
el doctor Hayward, me trajo al mundo hace doce años. No puedo creer que por fin haya llegado
este día. En la mesa, mamá se echó a llorar y dijo que cuando menos se lo espere yo ya me habré
hecho mujer. Sí, ya. Seguro que pasarán años antes de que me venga la regla, lo sé. Está loca si
se cree que me haré mayor enseguida, ¡sobre todo si para mi cumpleaños sigue regalándome
animales de peluche!
Hoy todo ha sido tal y como yo quería; sólo estaban Donna, mamá y papá. Y Júpiter, mi gato,
claro está. Desayunamos crepés de manzana, que son mis preferidas, con un montón de
tostadas y miel de arce.
Donna me regaló la blusa que vi en el escaparate de los Almacenes Horne, y sé que la
compró con sus pagas semanales, porque estuvo ahorrándolas durante mucho tiempo, y no quiso
decirme para qué. ¡Es la blusa más bonita del mundo! Es blanca y sedosa, y tiene rositas bordadas
por todas partes, pero no tantas como para que parezca recargada. Es perfecta. Cuando sea el
cumpleaños de Donna también le voy a regalar algo súper especial.
Mi prima Madeline, Maddy para abreviar, vendrá mañana a visitarnos y se quedará una semana
entera. Ella, Donna y yo vamos a construir un fuerte en el bosque y acamparemos allí si mamá nos
deja. Sé que papá nos dará permiso. A él le gusta el bosque tanto como a mí. Una noche, soñé que
papá nos llevaba a vivir a una casa en pleno bosque, y que delante de la ventana de mi dormitorio
había un árbol enorme en el que anidaban dos pájaros cantores.
Querido diario, vuelvo dentro de un ratito, papá me ha pedido que baje. ¡Dice que tiene una
sorpresa! ¡Te lo contaré todo en cuanto vuelva!
Con todo mi cariño, Laura
* * *
22 de julio de 1984, más tarde
Querido diario:
¡Jamás adivinarás lo que acaba de ocurrir! Bajé y papá nos pidió a mamá y a mí que subiésemos
al coche y que no hiciéramos preguntas hasta que llegásemos adonde íbamos a ir. Pero mamá se pasó
todo el trayecto haciendo preguntas. A mí no me importó nada, porque pensé que a lo mejor de
ese modo a papá se le escaparía algún dato, pero no fue así. Yo me quedé callada para no echar a
perder la sorpresa. Cuando paramos en los establos de Broken Circle, lo adiviné. ¡Papá me ha
comprado un pony! Querido diario, no sabes lo hermoso que es, mucho más hermoso de lo que
jamás hubiera soñado. Es de color rojo canela y marrón oscuro, y tiene unos ojos dulces y
enormes. Mamá no se lo podía creer cuando lo vio, y empezó a preguntarle a papá cómo había
logrado salirse con la suya sin que nadie se enterara. Papá dijo que si ella lo hubiera sabido, habría
echado a perder la sorpresa, y tiene razón. A mamá casi le dio un ataque al corazón cuando vio que
me metía debajo de las patas del pony para averiguar si era macho o hembra. De un solo vistazo
supe que era macho. Jamás había visto una de ese tamaño. Mamá no conoce a su niña tan bien
como ella cree, ¿eh?
Volvamos al pony. Decidí llamarlo Troy, como el pony que sale en el álbum de fotos de la señora
Larkin. Zippy, que trabaja en los establos, dijo que me hará una placa donde ponga Troy bien grande,
y que la colgará justo delante para que todo el mundo lea el nombre cuando vea a mi pony. Troy
todavía es muy joven para montarlo, pero dentro de dos meses podré cabalgar con él por los
campos. Hoy lo paseé un poco y le di zanahorias (papá las llevaba en el maletero) y un terrón de
azúcar que me dio Zippy. A Troy le encantó todo. Antes de dejarlo, le hablé bajito en su oreja
caliente y suave, y le dije que mañana nos veríamos y que lo escribiría todo sobre él, aquí, en mi
diario. ¡No veo la hora de enseñárselo a Donna! ¡Ah, casi se me olvidaba, Maddy también lo verá!
Cuando volvíamos de los establos, papá dijo que Troy y yo cumplimos años el mismo día,
porque cuando se regala un pony a una persona que lo va a querer, lo han de compartir todo. ¡Así
que feliz cumpleaños para ti también, Troy!
Me alegra no saber de dónde viene, porque de este modo, es como si el cielo me lo hubiese
enviado para mí sola.
2
En fin, querido diario, que mañana será un gran día y esta noche voy a dormir muy bien.
Soñaré con Troy y en todo el tiempo que pasaremos juntos. Soy la chica más afortunada del mundo.
Con todo mi cariño, Laura
P.D.: Espero que esta noche BOB no venga.
* * *
23 de julio de 1984
Querido diario:
Es muy tarde y no puedo dormir. He tenido una pesadilla tras otra y al final he decidido que no
voy a dormir más. Supongo que mañana, cuando Maddy llegue, estará cansada del viaje y querrá
dormir la siesta, así que yo también voy a aprovechar para recuperarme. A lo mejor duermo
cuando es de día, así mis sueños no serán tan negros.
Tuve uno realmente horrendo. Me desperté llorando, y me dio miedo de que si mamá me oía
viniera a verme, porque ahora mismo quiero estar sola y ella no lo entendería. Cuando no puedo
dormir o cuando tengo pesadillas como esta noche, siempre viene y me canta «El vals de
Matilda». No es que no quiera que me cante, pero es que en el sueño aparecía un hombre extraño que
me cantaba esa misma canción con la voz de mamá, y fue tal el miedo que me dio que me quedé
paralizada.
En el sueño yo caminaba por el bosque, cerca de Pearl Lakes, y soplaba un viento muy fuerte,
pero sólo a mi alrededor. El viento era caliente. Y a unos metros de donde yo estaba apareció este
hombre extraño de pelo largo y unas manos enormes y callosas. Eran muy ásperas y las tendía
hacia mí mientras cantaba. La barba no le volaba al viento, porque el viento sólo soplaba
alrededor de mi cuerpo. Tenía las puntas de los dedos negras como el carbón, y las movía en
círculos a medida que sus manos se iban acercando a mí. Yo caminaba hacia él, aunque no quería
hacerlo porque el hombre me daba mucho miedo.
«Tengo a tu gato», me dijo. Y Júpiter salió corriendo detrás de él y se metió en el bosque como
si fuese una motila blanca sobre una hoja de papel negro. El hombre seguía cantando y yo trataba de
decirle que quería irme a casa y que quería que Júpiter se fuera conmigo, pero no podía hablar. Entonces
él elevó las manos en el aire, muy, pero que muy arriba, como si estuviera creciendo mucho,
y a medida que sus manos subían, sentí que el viento que soplaba alrededor de mi cuerpo paraba
y todo quedaba en silencio. Creí que iba a dejar que me fuese porque podía leerme el
pensamiento, al menos ésa era la sensación que me daba. Y entonces, cuando él paró el viento con
sus manos de ese modo, creí que me dejaba en libertad, que dejaba que me fuese a casa.
En ese momento, tuve que bajar la vista porque sentí un calor entre las piernas. No era un calor
agradable, sino que me quemaba. Me quemaba tanto que tuve que abrirme de piernas para que se
me enfriasen. Para que no me quemaran tanto. Y entonces las piernas empezaron a separárseme
solas, como si se me fueran a salir del cuerpo, y pensé, me voy a morir y no sé cómo van a darse
cuenta de que traté de mantener las piernas cerradas, pero no pude porque me quemaban. Y
entonces, el hombre me miró y sonrió con una sonrisa asquerosa, y se puso a cantar con la voz de
mamá: «Matilda, vendrás a bailar el vals conmigo...». Intenté hablarle otra vez, pero no pude, y traté
de moverme, pero tampoco pude, y entonces me dijo: «.Laura, estás en casa». Y ahí fue cuando me
desperté.
Algunas veces, cuando sueño, me siento atrapada en mi sueño y tengo mucho miedo. Pero
ahora, cuando leo lo que acabo de escribir, no me parece tan aterrador. Si a partir de ahora
escribo todos mis sueños, a lo mejor ya no me darán tanto miedo.
Una noche, el año pasado, tuve una pesadilla tan horrible que al día siguiente, en el colegio, no
pude hacer nada. Donna creyó que me estaba volviendo majara porque, cuando estábamos en la
clase, cada vez que me llamaba o me ponía la mano en el hombro para pasarme una nota, yo pegaba
un bote. No me estaba volviendo majara, como Nadine Hurley, claro que no, pero sentía como si
todavía me encontrara dentro de un sueño. Del sueño no me acuerdo muy bien; de lo único que
me acuerdo es que en el sueño yo estaba metida en un verdadero lío porque no había pasado un
examen de lo más raro, en el que tenía que ayudar a un cierto número de personas a cruzar un río
en barca, y no podía hacerlo, porque lo que yo quería era nadar o algo por el estilo, y entonces
esas personas enviaban a alguien a por mí, para que me manoseara de una forma muy fea. Y no
me acuerdo de nada más, supongo que no se pierde nada.
Estoy harta de esperar para hacerme mayor. Algún día me ocurrirá y seré la única persona que
pueda hacerme sentir bien o mal por lo que haga.
Mañana seguiré contándote cosas. Ahora estoy bastante cansada.
Laura
* * *
23 de julio de 1984
Querido diario:
Mi prima Maddy llegará de un momento a otro. Papá se fue solo a buscarla a la estación,
porque mamá no dejó que me despertara. He dormido hasta hace un cuarto de hora. No soñé
nada, pero mamá dice que me oyó llamarla a gritos, ¡y que después ululé como un búho! Me da
una vergüenza que no veas. Dice que entró en mi cuarto y que me encontró medio dormida pero
yo... volví a ulular, y dice que después me eché a reír, me di media vuelta y volví a dormirme.
Espero que no se lo cuente a nadie. Siempre va por ahí contándole estas cosas a la gente cuando
tenemos alguna cena con los Hayward. Y empieza siempre con la frasecita: «Laura ha hecho una cosa
de lo más extraña...». Y entonces ya sé lo que viene después.
Igual que aquella noche, cuando fue y dijo delante de todo el mundo que soy sonámbula y que
un día, cuando se iba a la cama, aparecí yo en la cocina. Me quité toda la ropa, la metí en el horno y
me volví a la cama. Ahora, cada vez que estoy en casa de los Hayward, y con Donna echamos una
mano en la cocina, cuando me acerco al horno, la señora Hayward me pregunta en broma si me doy
cuenta de que un horno es un horno y no una lavadora.
La noche que mamá contó aquello había bebido, por eso la perdono, pero si llega a contarle a
alguien que he ululado, me moriría. Me parece que jamás llegará el día en que los padres dejen de
poner en ridículo a sus hijos. Los míos no son una excepción.
Quizá si lograra dejar de hacer estupideces cuando duermo, mi madre no tendría nada que
contarle a la gente.
Hasta dentro de un rato.
Laura (Uuh, uuh)
PRÓXIMA ENTRADA 27 DE JULIO
asdasdash- Mensajes : 4464
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: MI DIARIO SECRETO
Laura Palmer era cinco meses mayor que yo, que curioso....
borope- Mensajes : 12997
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: MI DIARIO SECRETO
y las bolsas de plástico le quedaban mucho mejor...borope escribió:Laura Palmer era cinco meses mayor que yo, que curioso....
Re: MI DIARIO SECRETO
Le Bichô escribió:y las bolsas de plástico le quedaban mucho mejor...borope escribió:Laura Palmer era cinco meses mayor que yo, que curioso....
Depende. Yo me pongo unas que me quedan de puta madre.
borope- Mensajes : 12997
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: MI DIARIO SECRETO
borope escribió:Le Bichô escribió:y las bolsas de plástico le quedaban mucho mejor...borope escribió:Laura Palmer era cinco meses mayor que yo, que curioso....
Depende. Yo me pongo unas que me quedan de puta madre.
las del eroski visten mucho...
ostia, deja vu
El Puto Fary- Mensajes : 21998
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: MI DIARIO SECRETO
25 de diciembre de 1967.
Probando, probando.
Aquí Dale Cooper, trece años. Residencia actual en el número 1127 de la
avenida Hillcrest, Filadelfia, Pensilvania. Se trata de una casa verde con toldos
amarillos de aluminio que papá compró en Sears para impedir que la tela del sofá se
destiñese. Mido un metro cincuenta y siete, tengo el cabello oscuro, en el salto de altura
alcanzo el metro treinta y cinco. Supongo que de un momento a otro pegaré una de esas
estiradas que me llevará a mi altura ideal: el metro ochenta. No tengo hermanas, sólo un
hermano mayor que se llama Emmet y está en la universidad. Mi cuarto mide tres
metros por tres sesenta y tiene dos ventanas. Tengo un escritorio, una cama, un baúl
para la ropa, y una alfombra que me tejió mi madre con el dibujo de un ciervo. Sólo
quienes conocen la contraseña pueden entrar en mi cuarto. La cambio todas las
semanas. Esta semana es Pasaje Oscuro. Encima de mi cama, en la pared, tengo mi
posesión más importante, un póster de Jimmy Stewart en la película La historia del FBI
que sólo yo puedo tocar. Estoy grabando en una Norelco B2000, de doble carrete, que
me regalaron para Navidad. A papá le regalé una botella de Old Spice y un par de Totes,
y a mamá un juego de espátulas antiadherentes.
Voy al séptimo grado de la Escuela de los Amigos de Germantown, dirigida por
cuáqueros. Papá dice que no somos cuáqueros, pero que si tuviéramos un religión, los
tendría en cuenta en primer término, además de los unitarios, por lo que hacen con sus
mentes. Papá es lo que él llama un libre pensador. Anoche nos hizo dar vueltas
alrededor del abeto que hay en el jardín mientras llevábamos unas velas, porque según
él, las iglesias nos han robado la Navidad. Mamá dice de él que es un perezoso con
Dios, porque cuando era niño tuvo una mala experiencia en la iglesia. Es propietario de
la Imprenta de Offset Cooper que está en Germantown Road. Sobre la puerta de entrada
de la imprenta hay una foto de Benjamín Franklin, uno de los héroes de papá. Anoche,
cuando me entregaron la grabadora, papá me puso el micrófono en la mano, me miró
muy serio y dijo que aquél era el futuro y que él y todo lo que él representa eran
dinosaurios. Le pregunté a mamá qué había querido decirme y me contestó que la culpa
la tenía el ponche de leche y huevo. Después, papá nos leyó una página de Las uvas de
la ira y así acabaron las Navidades.
La grabadora se está calentando. Voy a pararla.
Probando, probando.
Aquí Dale Cooper, trece años. Residencia actual en el número 1127 de la
avenida Hillcrest, Filadelfia, Pensilvania. Se trata de una casa verde con toldos
amarillos de aluminio que papá compró en Sears para impedir que la tela del sofá se
destiñese. Mido un metro cincuenta y siete, tengo el cabello oscuro, en el salto de altura
alcanzo el metro treinta y cinco. Supongo que de un momento a otro pegaré una de esas
estiradas que me llevará a mi altura ideal: el metro ochenta. No tengo hermanas, sólo un
hermano mayor que se llama Emmet y está en la universidad. Mi cuarto mide tres
metros por tres sesenta y tiene dos ventanas. Tengo un escritorio, una cama, un baúl
para la ropa, y una alfombra que me tejió mi madre con el dibujo de un ciervo. Sólo
quienes conocen la contraseña pueden entrar en mi cuarto. La cambio todas las
semanas. Esta semana es Pasaje Oscuro. Encima de mi cama, en la pared, tengo mi
posesión más importante, un póster de Jimmy Stewart en la película La historia del FBI
que sólo yo puedo tocar. Estoy grabando en una Norelco B2000, de doble carrete, que
me regalaron para Navidad. A papá le regalé una botella de Old Spice y un par de Totes,
y a mamá un juego de espátulas antiadherentes.
Voy al séptimo grado de la Escuela de los Amigos de Germantown, dirigida por
cuáqueros. Papá dice que no somos cuáqueros, pero que si tuviéramos un religión, los
tendría en cuenta en primer término, además de los unitarios, por lo que hacen con sus
mentes. Papá es lo que él llama un libre pensador. Anoche nos hizo dar vueltas
alrededor del abeto que hay en el jardín mientras llevábamos unas velas, porque según
él, las iglesias nos han robado la Navidad. Mamá dice de él que es un perezoso con
Dios, porque cuando era niño tuvo una mala experiencia en la iglesia. Es propietario de
la Imprenta de Offset Cooper que está en Germantown Road. Sobre la puerta de entrada
de la imprenta hay una foto de Benjamín Franklin, uno de los héroes de papá. Anoche,
cuando me entregaron la grabadora, papá me puso el micrófono en la mano, me miró
muy serio y dijo que aquél era el futuro y que él y todo lo que él representa eran
dinosaurios. Le pregunté a mamá qué había querido decirme y me contestó que la culpa
la tenía el ponche de leche y huevo. Después, papá nos leyó una página de Las uvas de
la ira y así acabaron las Navidades.
La grabadora se está calentando. Voy a pararla.
Re: MI DIARIO SECRETO
Yo tengo el diario de Laura. El original (sí, sí, el auténtico de verdad de la buena). Lo compré en una librería en la época en que se emitía la serie en Teta 5, tu pantalla amiga.
wakam- Mensajes : 81290
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: MI DIARIO SECRETO
Fulanazo escribió:25 de diciembre de 1967.
Probando, probando.
Aquí Dale Cooper, trece años. Residencia actual en el número 1127 de la
avenida Hillcrest, Filadelfia, Pensilvania. Se trata de una casa verde con toldos
amarillos de aluminio que papá compró en Sears para impedir que la tela del sofá se
destiñese. Mido un metro cincuenta y siete, tengo el cabello oscuro, en el salto de altura
alcanzo el metro treinta y cinco. Supongo que de un momento a otro pegaré una de esas
estiradas que me llevará a mi altura ideal: el metro ochenta. No tengo hermanas, sólo un
hermano mayor que se llama Emmet y está en la universidad. Mi cuarto mide tres
metros por tres sesenta y tiene dos ventanas. Tengo un escritorio, una cama, un baúl
para la ropa, y una alfombra que me tejió mi madre con el dibujo de un ciervo. Sólo
quienes conocen la contraseña pueden entrar en mi cuarto. La cambio todas las
semanas. Esta semana es Pasaje Oscuro. Encima de mi cama, en la pared, tengo mi
posesión más importante, un póster de Jimmy Stewart en la película La historia del FBI
que sólo yo puedo tocar. Estoy grabando en una Norelco B2000, de doble carrete, que
me regalaron para Navidad. A papá le regalé una botella de Old Spice y un par de Totes,
y a mamá un juego de espátulas antiadherentes.
Voy al séptimo grado de la Escuela de los Amigos de Germantown, dirigida por
cuáqueros. Papá dice que no somos cuáqueros, pero que si tuviéramos un religión, los
tendría en cuenta en primer término, además de los unitarios, por lo que hacen con sus
mentes. Papá es lo que él llama un libre pensador. Anoche nos hizo dar vueltas
alrededor del abeto que hay en el jardín mientras llevábamos unas velas, porque según
él, las iglesias nos han robado la Navidad. Mamá dice de él que es un perezoso con
Dios, porque cuando era niño tuvo una mala experiencia en la iglesia. Es propietario de
la Imprenta de Offset Cooper que está en Germantown Road. Sobre la puerta de entrada
de la imprenta hay una foto de Benjamín Franklin, uno de los héroes de papá. Anoche,
cuando me entregaron la grabadora, papá me puso el micrófono en la mano, me miró
muy serio y dijo que aquél era el futuro y que él y todo lo que él representa eran
dinosaurios. Le pregunté a mamá qué había querido decirme y me contestó que la culpa
la tenía el ponche de leche y huevo. Después, papá nos leyó una página de Las uvas de
la ira y así acabaron las Navidades.
La grabadora se está calentando. Voy a pararla.
El tópic acabará el 15 de diciembre de 2011
asdasdash- Mensajes : 4464
Fecha de inscripción : 24/03/2008
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