Twitter, o el infierno de la posmodernidad
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Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Alberto Garzón Espinosa – Consejo Científico de ATTAC España
No sé si los lectores tenéis twitter, una herramienta que pretende poner en contacto a todos los usuarios de la red mediante comunicaciones breves de no más de 140 caracteres. Una especie de servicio gratuito (aceptemos esto con reservas) para el envío instantáneo de telegramas virtuales. La tesis que hoy traigo aquí es, sencillamente, que Twitter -y no sólo Twitter- nos idiotiza.
Para aquellos que confunden el botijo con el agua anticiparé que no estoy llamando tontos a los usuarios de twitter. De hecho, el que esto escribe tiene allí cuatro cuentas y, de aceptar tan atrevida e insolente insinuación, tendríamos que concluir que queriéndolo o no sería cuatro veces tonto. Y está en el dominio de la lógica que no estoy por la labor de aceptar tal hipótesis.
Twitter entra dentro de ese concepto de web llamado mágicamente 2.0. y que tiene detrás a un montón de teóricos y activistas que, entre charlas y conferencias de divagación filosófico-primaria, ganan un montón de pasta. La idea de web 2.0 en principio no nos aclara nada. Pero si Twitter pertenece a algo es sin duda al mundo posmodernista. La cuestión entonces empieza a parecer un juego de muñecas rusas, pues nadie tiene claro tampoco qué es el posmodernismo. Ni siquiera los que lo defienden.
La mejor definición que encontré de posmodernismo la leí de un arquitecto. Él estableció las diferencias entre el modernismo y el posmodernismo de la siguiente forma: “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva”. Y aunque a primera vista parece una elucubración provista de retórica y de nada más, una vez indagas descubres que es la mejor forma de analizar el cambio social que tuvo lugar en los años ochenta. Permítanme que me explique pues reconozco que ya hay encima de la mesa demasiadas variables. Vayamos despejándolas.
En los años ochenta el mundo cambia. Las estructuras económicas de la economía mundial cambian, y con ellas cambia también la forma en la que se relacionan las personas entre sí. Las nuevas tecnologías son aprovechadas entonces para exprimir las posibilidades de una nueva configuración económica. El mundo parece transformarse por entero y no sólo por la emergencia de las llamadas TICS (tecnologías de la información y la comunicación) que permiten un contacto entre dos puntos que es más inmediato de lo nunca se hubiera imaginado, sino porque incluso las formas de vida/trabajo se transforman.
En efecto, los trabajos estables dan paso a los trabajados flexibles, temporales y precarios. El trabajador moderno era un aburrido con un trabajo para toda la vida, con una actividad rutinaria (normalmente asociada a las cadenas de montaje de algún tipo). El trabajador posmoderno es un sujeto ágil, flexible, adaptativo, capaz de enfrentar cualquier problema y sujeto a los designios del mercado. Este segundo trabajador ya no trabaja en un mismo sitio toda la vida sino que tiene que desplazarse de un sitio para otro, para formarse y para ascender. Siempre está formándose y siempre está ascendiendo. Es un trabajador de la sociedad del conocimiento.
Todo cambia, lenta pero progresivamente, y ese virus del cambio se inocula en todas las partes del tejido social. Incluso los arquitectos huyen de la modernidad. En efecto, ya no molan los edificios al estilo soviético, tan homogéneo y serio. Ahora se llevan las formas curvas, la diferencia, la identidad de cada creativo. Porque ahora ser normal es una estupidez; ahora hay que ser guay. Por eso rechazamos lo normal, lo moderno. No podemos consentir la estandarización.
Por extensión el virus se inserta en nuestra mente y nos carcome hasta destruirnos por dentro. Ya no toleramos el compromiso ni ningún tipo de estabilidad. Eso es típico de la pandilla de vagos que nunca quieren aprender, esos modernos. Nosotros, los posmodernos, somos flexibles, nos adaptamos. Somos personas viajadas, conocemos mundo, tenemos idiomas, habilidades adaptativas y siempre damos la bienvenida al cambio. El cambio es nuestra razón de ser.
Por esa razón lo sustantivo no tiene nada que hacer frente a lo adaptativo. Para qué aprender filosofía, historia y literatura si eso no sirve de nada. En el mundo posmoderno lo que importa es lo adaptativo, es decir y traducido al cristiano, lo que se adapta a la máquina de dar beneficios a alguien. Por eso en el manifiesto original del Plan Bolonia había una llamada explícita a fomentar una sociedad del conocimiento, una sociedad posmoderna. Y una sociedad posmoderna se construye formando posmodernos, es decir, formando analfabetos funcionales.
Y así llegamos a las relaciones sociales. Recuerden: el compromiso es basura, como la guerra es la paz en el 1984 de George Orwell. Entonces el amor, de pareja o de amigos, ya no puede ser moderno. Tiene que ser necesariamente posmoderno. No puede ser de compromiso, tiene que ser flexible. Ya no puede ser estable, tiene que ser temporal. Ya no puede ser profundo, tiene que ser superficial. Esas parejas, ahora abuelitos, que tuvieron un amor en toda la vida… ¡menudo coñazo! Ahora llevamos el amor en contacto. ¿Amor en profundidad? ¿Y tener que contarnos y compartir nuestras emociones más hondas? No, por dios. Aquí se lleva ahora el amor superficial. El amor líquido de Z. Bauman. El amor en contacto, el amor en conexión.
Las parejas tienen miedo al compromiso, y no me estoy refiriendo aquí al sagrado ritual católico sino al simple y llano sentimiento de pertenencia en comunidad. Comunidad es compartir y compartir… es malo. Los posmodernos son, también, individualistas. Para adaptarse hace falta no establecer vínculos de origen. Son los marineros del siglo XXI, con un falso compromiso en cada puerto.
La red social real, el tejido social que caracteriza cualquier comunidad de seres humanos, comienza a difuminarse y los lazos que antes eran firmes ahora son volátiles y pasajeros. La primera víctima es, como en Platoon, la inocencia, pero también la solidaridad. La solidaridad, que es compartir, se sustituye por la caridad, que es dar. Aquí, ya lo vemos, la doctrina católica sí ha ganado la partida. La red social real, el corazón de cualquier sociedad, va mutando y duplicándose en la red virtual. Una red que ya es plenamente posmoderna. Una red de contactos superfluos, de intercambio no de conocimiento o sabiduría sino de información cocinada, breve y simple. Una red virtual de evasión, de construcción alternativa de la realidad y de la identidad propia.
La red virtual se convierte en el espejo en el que todo el mundo quiere mirarse. Y al final uno se confunde e identifica realidad con virtualidad. En internet no hay ricos ni pobres. Ocurre como en los centros comerciales, en los que sólo se diferencia cada uno por su capacidad de comprar. Pero no hay clases sociales ni racismo. En internet todos somos iguales y todos podemos hacer lo mismo. O eso creemos. El único objetivo es formar nuestra identidad. Distinguirnos de los demás. No identificarnos. La identificación lleva a la fraternidad y no está el horno para bollos después de 1789. La distinción, por el contrario, lleva a la competencia. Y eso sí que es posmoderno. Distingámonos pues.
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La paradoja es que todo el mundo quiere un iPhone pero todo el mundo lo quiere personalizado. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por ti –ni tú por él-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Los situacionistas de mayo del 68 nos lo advirtieron: ¡os importa más el parecer que el ser! Ellos llamaban sociedad del consumo y de la imagen a lo que venía a ser una simple reversión del capitalismo para sobrevivir. El capitalismo necesitaba mayor consumo y la gente no estaba dispuesta a comprar más de lo mismo. El capitalismo se las ingenió entonces para modificar nuestras preferencias y para inculcarnos el amor a la diversificación. Ingeniosa palabra. ¡Hasta a mí me suena bien! Y lo consiguió gracias a la propaganda, ahora llamada publicidad para evitar que nos diéramos cuenta de que nos estaban timando.
Twitter, como Facebook, Tuenti y la infinidad de herramientas 2.0, es un sistema sincero. Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Hay mucha gente que cree que esta crisis actual no es sólo económica sino también ecológica, política, social y de valores. Yo soy de ellos también. Por eso es necesario volver a reconfigurar nuestros valores de acuerdo a la sociedad que queremos, y viceversa.
Pero que nadie se confunda si ha visto en este escrito una crítica a internet. Si ha sido así que vuelva a empezar a leerlo pero con más tranquilidad y dejando los prejuicios a un lado. Lo que yo critico aquí es el concepto de sociedad del conocimiento o sociedad posmoderna, donde los analfabetos tradicionales se han sustituido por analfabetos funcionales y donde el ser humano está reprogramado como mero apéndice, desechable y de corta vida útil, del sistema económico capitalista.
Un chico de 23 años que sabe leer y hacer derivadas de cualquier orden no es una persona culta. Ese chico puede ser perfectamente un analfabeto funcional porque es incapaz de comprender un texto, como este, en el que hay conceptos e ideas que se le escapan a su formación. Un problema que no es responsabilidad suya sino del propio sistema que no le necesita a él en tanto que persona sino en tanto que medio para un único fin: los beneficios.
Por eso encontramos solución a la paradoja que quizás a algún lector le habrá parecido encontrar. En efecto, este texto está en internet y fue publicado en un blog. Pero es sustancialmente diferente al resto de contenidos que hay en internet. Es, a fin de cuentas, un intento de recuperar internet y otras herramientas como medios para la construcción de una sociedad diferente. Más humana. Porque algunos replicantes son más humanos que algunos amigos que tenemos.
No sé si los lectores tenéis twitter, una herramienta que pretende poner en contacto a todos los usuarios de la red mediante comunicaciones breves de no más de 140 caracteres. Una especie de servicio gratuito (aceptemos esto con reservas) para el envío instantáneo de telegramas virtuales. La tesis que hoy traigo aquí es, sencillamente, que Twitter -y no sólo Twitter- nos idiotiza.
Para aquellos que confunden el botijo con el agua anticiparé que no estoy llamando tontos a los usuarios de twitter. De hecho, el que esto escribe tiene allí cuatro cuentas y, de aceptar tan atrevida e insolente insinuación, tendríamos que concluir que queriéndolo o no sería cuatro veces tonto. Y está en el dominio de la lógica que no estoy por la labor de aceptar tal hipótesis.
Twitter entra dentro de ese concepto de web llamado mágicamente 2.0. y que tiene detrás a un montón de teóricos y activistas que, entre charlas y conferencias de divagación filosófico-primaria, ganan un montón de pasta. La idea de web 2.0 en principio no nos aclara nada. Pero si Twitter pertenece a algo es sin duda al mundo posmodernista. La cuestión entonces empieza a parecer un juego de muñecas rusas, pues nadie tiene claro tampoco qué es el posmodernismo. Ni siquiera los que lo defienden.
La mejor definición que encontré de posmodernismo la leí de un arquitecto. Él estableció las diferencias entre el modernismo y el posmodernismo de la siguiente forma: “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva”. Y aunque a primera vista parece una elucubración provista de retórica y de nada más, una vez indagas descubres que es la mejor forma de analizar el cambio social que tuvo lugar en los años ochenta. Permítanme que me explique pues reconozco que ya hay encima de la mesa demasiadas variables. Vayamos despejándolas.
En los años ochenta el mundo cambia. Las estructuras económicas de la economía mundial cambian, y con ellas cambia también la forma en la que se relacionan las personas entre sí. Las nuevas tecnologías son aprovechadas entonces para exprimir las posibilidades de una nueva configuración económica. El mundo parece transformarse por entero y no sólo por la emergencia de las llamadas TICS (tecnologías de la información y la comunicación) que permiten un contacto entre dos puntos que es más inmediato de lo nunca se hubiera imaginado, sino porque incluso las formas de vida/trabajo se transforman.
En efecto, los trabajos estables dan paso a los trabajados flexibles, temporales y precarios. El trabajador moderno era un aburrido con un trabajo para toda la vida, con una actividad rutinaria (normalmente asociada a las cadenas de montaje de algún tipo). El trabajador posmoderno es un sujeto ágil, flexible, adaptativo, capaz de enfrentar cualquier problema y sujeto a los designios del mercado. Este segundo trabajador ya no trabaja en un mismo sitio toda la vida sino que tiene que desplazarse de un sitio para otro, para formarse y para ascender. Siempre está formándose y siempre está ascendiendo. Es un trabajador de la sociedad del conocimiento.
Todo cambia, lenta pero progresivamente, y ese virus del cambio se inocula en todas las partes del tejido social. Incluso los arquitectos huyen de la modernidad. En efecto, ya no molan los edificios al estilo soviético, tan homogéneo y serio. Ahora se llevan las formas curvas, la diferencia, la identidad de cada creativo. Porque ahora ser normal es una estupidez; ahora hay que ser guay. Por eso rechazamos lo normal, lo moderno. No podemos consentir la estandarización.
Por extensión el virus se inserta en nuestra mente y nos carcome hasta destruirnos por dentro. Ya no toleramos el compromiso ni ningún tipo de estabilidad. Eso es típico de la pandilla de vagos que nunca quieren aprender, esos modernos. Nosotros, los posmodernos, somos flexibles, nos adaptamos. Somos personas viajadas, conocemos mundo, tenemos idiomas, habilidades adaptativas y siempre damos la bienvenida al cambio. El cambio es nuestra razón de ser.
Por esa razón lo sustantivo no tiene nada que hacer frente a lo adaptativo. Para qué aprender filosofía, historia y literatura si eso no sirve de nada. En el mundo posmoderno lo que importa es lo adaptativo, es decir y traducido al cristiano, lo que se adapta a la máquina de dar beneficios a alguien. Por eso en el manifiesto original del Plan Bolonia había una llamada explícita a fomentar una sociedad del conocimiento, una sociedad posmoderna. Y una sociedad posmoderna se construye formando posmodernos, es decir, formando analfabetos funcionales.
Y así llegamos a las relaciones sociales. Recuerden: el compromiso es basura, como la guerra es la paz en el 1984 de George Orwell. Entonces el amor, de pareja o de amigos, ya no puede ser moderno. Tiene que ser necesariamente posmoderno. No puede ser de compromiso, tiene que ser flexible. Ya no puede ser estable, tiene que ser temporal. Ya no puede ser profundo, tiene que ser superficial. Esas parejas, ahora abuelitos, que tuvieron un amor en toda la vida… ¡menudo coñazo! Ahora llevamos el amor en contacto. ¿Amor en profundidad? ¿Y tener que contarnos y compartir nuestras emociones más hondas? No, por dios. Aquí se lleva ahora el amor superficial. El amor líquido de Z. Bauman. El amor en contacto, el amor en conexión.
Las parejas tienen miedo al compromiso, y no me estoy refiriendo aquí al sagrado ritual católico sino al simple y llano sentimiento de pertenencia en comunidad. Comunidad es compartir y compartir… es malo. Los posmodernos son, también, individualistas. Para adaptarse hace falta no establecer vínculos de origen. Son los marineros del siglo XXI, con un falso compromiso en cada puerto.
La red social real, el tejido social que caracteriza cualquier comunidad de seres humanos, comienza a difuminarse y los lazos que antes eran firmes ahora son volátiles y pasajeros. La primera víctima es, como en Platoon, la inocencia, pero también la solidaridad. La solidaridad, que es compartir, se sustituye por la caridad, que es dar. Aquí, ya lo vemos, la doctrina católica sí ha ganado la partida. La red social real, el corazón de cualquier sociedad, va mutando y duplicándose en la red virtual. Una red que ya es plenamente posmoderna. Una red de contactos superfluos, de intercambio no de conocimiento o sabiduría sino de información cocinada, breve y simple. Una red virtual de evasión, de construcción alternativa de la realidad y de la identidad propia.
La red virtual se convierte en el espejo en el que todo el mundo quiere mirarse. Y al final uno se confunde e identifica realidad con virtualidad. En internet no hay ricos ni pobres. Ocurre como en los centros comerciales, en los que sólo se diferencia cada uno por su capacidad de comprar. Pero no hay clases sociales ni racismo. En internet todos somos iguales y todos podemos hacer lo mismo. O eso creemos. El único objetivo es formar nuestra identidad. Distinguirnos de los demás. No identificarnos. La identificación lleva a la fraternidad y no está el horno para bollos después de 1789. La distinción, por el contrario, lleva a la competencia. Y eso sí que es posmoderno. Distingámonos pues.
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La paradoja es que todo el mundo quiere un iPhone pero todo el mundo lo quiere personalizado. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por ti –ni tú por él-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Los situacionistas de mayo del 68 nos lo advirtieron: ¡os importa más el parecer que el ser! Ellos llamaban sociedad del consumo y de la imagen a lo que venía a ser una simple reversión del capitalismo para sobrevivir. El capitalismo necesitaba mayor consumo y la gente no estaba dispuesta a comprar más de lo mismo. El capitalismo se las ingenió entonces para modificar nuestras preferencias y para inculcarnos el amor a la diversificación. Ingeniosa palabra. ¡Hasta a mí me suena bien! Y lo consiguió gracias a la propaganda, ahora llamada publicidad para evitar que nos diéramos cuenta de que nos estaban timando.
Twitter, como Facebook, Tuenti y la infinidad de herramientas 2.0, es un sistema sincero. Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Hay mucha gente que cree que esta crisis actual no es sólo económica sino también ecológica, política, social y de valores. Yo soy de ellos también. Por eso es necesario volver a reconfigurar nuestros valores de acuerdo a la sociedad que queremos, y viceversa.
Pero que nadie se confunda si ha visto en este escrito una crítica a internet. Si ha sido así que vuelva a empezar a leerlo pero con más tranquilidad y dejando los prejuicios a un lado. Lo que yo critico aquí es el concepto de sociedad del conocimiento o sociedad posmoderna, donde los analfabetos tradicionales se han sustituido por analfabetos funcionales y donde el ser humano está reprogramado como mero apéndice, desechable y de corta vida útil, del sistema económico capitalista.
Un chico de 23 años que sabe leer y hacer derivadas de cualquier orden no es una persona culta. Ese chico puede ser perfectamente un analfabeto funcional porque es incapaz de comprender un texto, como este, en el que hay conceptos e ideas que se le escapan a su formación. Un problema que no es responsabilidad suya sino del propio sistema que no le necesita a él en tanto que persona sino en tanto que medio para un único fin: los beneficios.
Por eso encontramos solución a la paradoja que quizás a algún lector le habrá parecido encontrar. En efecto, este texto está en internet y fue publicado en un blog. Pero es sustancialmente diferente al resto de contenidos que hay en internet. Es, a fin de cuentas, un intento de recuperar internet y otras herramientas como medios para la construcción de una sociedad diferente. Más humana. Porque algunos replicantes son más humanos que algunos amigos que tenemos.
Lonnie- Mensajes : 10921
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Aunque en algunos puntos me parece excesivamente crítico, en general tiene mucha razón. Lo que pasa es que no sé si comentar esto en un foro resulta posmoderno y nos cargamos la esencia del texto
W- Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 10/12/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Pues yo no veo como puede idiotizarte twitter. Salvo que alguien esté leyendo lo que escribe todo el mundo.
Lo normal es usarlo igual que usas un lector de noticias. Osea que sólo recibes aquello a lo que te suscribes.
Como lector yo lo uso para enterarme de las novedades que afectan a programas que utilizo o de ciertas herramientas que me interesan. La única excepción a esa regla es Andrés Iniesta y más como cosa curiosa porque el tio no postea más de dos veces por semana.
Como escritor apenas lo uso directamente, aunque si en modo automático. Osea que escribo muy poco pero sin embargo mi twitter algunos días emite bastantes mensajes. Si subo un vídeo a Youtube o Vimeo mi twitter se hace eco de ello de forma totalmente automática, y lo mismo pasa cuando subo un DVD o posteo algo en el blog o (desde hace un par de días) en el tumblr, o cuando escribo algo en facebook.
Usado en condiciones es una herramienta muy interesante y práctica.
Lo normal es usarlo igual que usas un lector de noticias. Osea que sólo recibes aquello a lo que te suscribes.
Como lector yo lo uso para enterarme de las novedades que afectan a programas que utilizo o de ciertas herramientas que me interesan. La única excepción a esa regla es Andrés Iniesta y más como cosa curiosa porque el tio no postea más de dos veces por semana.
Como escritor apenas lo uso directamente, aunque si en modo automático. Osea que escribo muy poco pero sin embargo mi twitter algunos días emite bastantes mensajes. Si subo un vídeo a Youtube o Vimeo mi twitter se hace eco de ello de forma totalmente automática, y lo mismo pasa cuando subo un DVD o posteo algo en el blog o (desde hace un par de días) en el tumblr, o cuando escribo algo en facebook.
Usado en condiciones es una herramienta muy interesante y práctica.
Txomin Sorrigueta- Mensajes : 20293
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Completamente de acuerdo con lo que dice.
Es cierto que las herramientas no son más que eso: herramientas, y que de nosotros depende el uso que las demos; pero también es cierto que la implementación masiva de un tipo de herramientas, modifica nuestros hábitos lo queramos o no.
Por supuesto que es cojonudo que exista el móvil y los msm, los grandes titulares en los periódicos, el mando a distancia de la tele, video o cadena de música, los take-away, y tantas otras cosas que agilizan nuestra vida diaria. Pero también es cierto que nos estamos acostumbrando a ser personas que afrontan el día intentando restarle minutos a cada cosa que hacemos.
Y al final, ojeamos el periódico leyendo sólo los titulares, contestamos a mensajes con una escueta frase, somos incapaces de ver un programa de tv entero sin hacer zapping, los discos o no los escuchamos enteros o los oímos haciendo otras cosas, y posts como este terminan perdidos a las pocas horas de escribirse, porque nos cuesta leer tanta letra junta y sin ningún gif que nos entretenga (lo he rescatado de la página 2).
¿Nos estamos idiotizando? No sé, pero está claro que nos estamos volviendo superficiales
Es cierto que las herramientas no son más que eso: herramientas, y que de nosotros depende el uso que las demos; pero también es cierto que la implementación masiva de un tipo de herramientas, modifica nuestros hábitos lo queramos o no.
Por supuesto que es cojonudo que exista el móvil y los msm, los grandes titulares en los periódicos, el mando a distancia de la tele, video o cadena de música, los take-away, y tantas otras cosas que agilizan nuestra vida diaria. Pero también es cierto que nos estamos acostumbrando a ser personas que afrontan el día intentando restarle minutos a cada cosa que hacemos.
Y al final, ojeamos el periódico leyendo sólo los titulares, contestamos a mensajes con una escueta frase, somos incapaces de ver un programa de tv entero sin hacer zapping, los discos o no los escuchamos enteros o los oímos haciendo otras cosas, y posts como este terminan perdidos a las pocas horas de escribirse, porque nos cuesta leer tanta letra junta y sin ningún gif que nos entretenga (lo he rescatado de la página 2).
¿Nos estamos idiotizando? No sé, pero está claro que nos estamos volviendo superficiales
Up Your Ass Tray- Mensajes : 4918
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Quien no tenga tiempo para leerlo entero, que se quede con estos renglones:
Alberto Garzón Espinosa – Consejo Científico de ATTAC España
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La paradoja es que todo el mundo quiere un iPhone pero todo el mundo lo quiere personalizado. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por ti –ni tú por él-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Alberto Garzón Espinosa – Consejo Científico de ATTAC España
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La paradoja es que todo el mundo quiere un iPhone pero todo el mundo lo quiere personalizado. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por ti –ni tú por él-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Up Your Ass Tray- Mensajes : 4918
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
twitter sister al ARF!!!!
wakam- Mensajes : 81208
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Ahora lo que mola es Pinterest
Invitado_Z- Mensajes : 18075
Fecha de inscripción : 13/04/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Joder!!! Algunos os currais los titulos de los topics que da gusto. Mi mas sincera enhorabuena a su creador.
pantxo- Mensajes : 50064
Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Zulander escribió:Ahora lo que mola es Pinterest
¿y eso de que va?
TIENENOMBRESMIL- Mensajes : 25975
Fecha de inscripción : 08/05/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
TIENENOMBRESMIL escribió:Zulander escribió:Ahora lo que mola es Pinterest
¿y eso de que va?
Un twitter de fotos?
_________________
Blas- Admin
- Mensajes : 40139
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
to lo que tu quieras... yo uso twitter y punto, no se si estoy traumatizado o algo pero realmente me da igual......
este tipo de "escritos" me parecen absurdos la verdad
este tipo de "escritos" me parecen absurdos la verdad
Bufalu- Mensajes : 1360
Fecha de inscripción : 04/09/2011
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
ese texto bien lo podría haber firmado un servidor en mi etapa de doctorando... mismas preocupaciones, misma formación, mismo punto de vista... y me atrevería decir parecidas lecturas detrás...
no obstante, también creo que a su analisis le falta otra vuelta de tuerca más...
no obstante, también creo que a su analisis le falta otra vuelta de tuerca más...
morley- Mensajes : 34174
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
No estoy de acuerdo, señala con el dedo a Twitter (así como otras redes sociales) por una serie de cosas que también hubieran sido igual de criticables en otras épocas en las que no existían estos medios.
A ver, que la gente use twitter para escribir mucho y decir poco, es muy previsible. Dale a un borracho un megáfono y se pondrá a gritar banalidades por él, porque es un medio que le ayuda a hacerlo.
La culpa no es del medio, si no de la persona que hace uso de ello. Y twitter es un medio muy bueno para compartir información, como bien se ha demostrado en ocasiones "serias".
Es más probable que se acabe la pirateria cerrando megaupload que se acabe la idiotez colectiva cerrando las redes sociales.
{USERNA[i][/]ME}
A ver, que la gente use twitter para escribir mucho y decir poco, es muy previsible. Dale a un borracho un megáfono y se pondrá a gritar banalidades por él, porque es un medio que le ayuda a hacerlo.
La culpa no es del medio, si no de la persona que hace uso de ello. Y twitter es un medio muy bueno para compartir información, como bien se ha demostrado en ocasiones "serias".
Es más probable que se acabe la pirateria cerrando megaupload que se acabe la idiotez colectiva cerrando las redes sociales.
{USERNA[i][/]ME}
Última edición por bastiduxxx el Dom 5 Feb - 22:37, editado 2 veces
katrastrov- Mensajes : 32317
Fecha de inscripción : 01/02/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Mi respuesta no va del todo al artículo, que puedo suscribir lo que dice, si no a alguna respuesta de por ahí arriba..
katrastrov- Mensajes : 32317
Fecha de inscripción : 01/02/2009
Invitado_Z- Mensajes : 18075
Fecha de inscripción : 13/04/2009
morley- Mensajes : 34174
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Estoy de acuerdo. Las redes sociales me parecen una idiotez. Son la comercialización pura y simplificada de cosas que ya existían en internet y venden una realidad distorsionada de las relaciones sociales.
¿140 carácteres? ¿Me gusta?
Yo escribo 140 carácteres en un abrir y cerra de ojos y no me gustan la mayoría de las cosas que veo.
¿140 carácteres? ¿Me gusta?
Yo escribo 140 carácteres en un abrir y cerra de ojos y no me gustan la mayoría de las cosas que veo.
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
yo tengo facebook y twitter
el facebook lo uso y me mola
el twitter no uso porque me parece una puta mierda
el facebook lo uso y me mola
el twitter no uso porque me parece una puta mierda
señor rosa- Mensajes : 24643
Fecha de inscripción : 13/04/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
señor rosa escribió:yo tengo facebook y twitter
el facebook lo uso y me mola
el twitter no uso porque me parece una puta mierda
¿y pa que lo tienes?
TIENENOMBRESMIL- Mensajes : 25975
Fecha de inscripción : 08/05/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
porque queria ver como ibaTIENENOMBRESMIL escribió:señor rosa escribió:yo tengo facebook y twitter
el facebook lo uso y me mola
el twitter no uso porque me parece una puta mierda
¿y pa que lo tienes?
supongo que se podra eliminar la cuenta pero me ha dado pereza ponerme a ello
señor rosa- Mensajes : 24643
Fecha de inscripción : 13/04/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Identificar posmodernidad y neoliberalismo como lo hace este tío es mucho suponer de cristo; buena parte de los teóricos posmodernos son de izquierdas y seguro que no estarían de acuerdo con ese punto. En realidad la posmodernidad está bastante claro de que va (relativismo puro y duro, sin concesiones al viejo objetivismo y realzamiento de la importancia del lenguaje en los estudios humanistas). A partir de ahí ponerle un adjetivo u otro, suponerle unos valores concretos, es algo que depende más del punto de vista del escribiente de turno que otra cosa. Está claro que los principios que rigen la vida económica y política de occidente en las últimas 3 décadas son más de derechas que lo que hubo tras la 2GM. Pero eso no tiene que ver con la posmodernidad.
Yo también tengo cuenta en Twitter, pero ni uno solo de mis conocidos la tiene también, así que es como quien no la tiene. De hecho, las pocas veces que le hecho un vistazo a mi perfil no entiendo lo que sale ahí y porqué lo hace.
Yo también tengo cuenta en Twitter, pero ni uno solo de mis conocidos la tiene también, así que es como quien no la tiene. De hecho, las pocas veces que le hecho un vistazo a mi perfil no entiendo lo que sale ahí y porqué lo hace.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
twitter también funciona pa insultar, desaogarse y tal..... principalmente
Bufalu- Mensajes : 1360
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
señor rosa escribió:porque queria ver como ibaTIENENOMBRESMIL escribió:señor rosa escribió:yo tengo facebook y twitter
el facebook lo uso y me mola
el twitter no uso porque me parece una puta mierda
¿y pa que lo tienes?
supongo que se podra eliminar la cuenta pero me ha dado pereza ponerme a ello
Yo sólo lo uso para preguntarle cosas a Alfonso Santiago
rebellion- Mensajes : 51025
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Zulander escribió:
Lo de G+ es tremendo
rebellion- Mensajes : 51025
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Bufalu escribió:twitter también funciona pa insultar, desaogarse y tal..... principalmente
https://twitter.com/#!/castanobufon
Rock till I die- Mensajes : 7995
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Lonnie escribió:Alberto Garzón Espinosa – Consejo Científico de ATTAC España
No sé si los lectores tenéis twitter, una herramienta que pretende poner en contacto a todos los usuarios de la red mediante comunicaciones breves de no más de 140 caracteres. Una especie de servicio gratuito (aceptemos esto con reservas) para el envío instantáneo de telegramas virtuales. La tesis que hoy traigo aquí es, sencillamente, que Twitter -y no sólo Twitter- nos idiotiza.
Para aquellos que confunden el botijo con el agua anticiparé que no estoy llamando tontos a los usuarios de twitter. De hecho, el que esto escribe tiene allí cuatro cuentas y, de aceptar tan atrevida e insolente insinuación, tendríamos que concluir que queriéndolo o no sería cuatro veces tonto. Y está en el dominio de la lógica que no estoy por la labor de aceptar tal hipótesis.
Twitter entra dentro de ese concepto de web llamado mágicamente 2.0. y que tiene detrás a un montón de teóricos y activistas que, entre charlas y conferencias de divagación filosófico-primaria, ganan un montón de pasta. La idea de web 2.0 en principio no nos aclara nada. Pero si Twitter pertenece a algo es sin duda al mundo posmodernista. La cuestión entonces empieza a parecer un juego de muñecas rusas, pues nadie tiene claro tampoco qué es el posmodernismo. Ni siquiera los que lo defienden.
La mejor definición que encontré de posmodernismo la leí de un arquitecto. Él estableció las diferencias entre el modernismo y el posmodernismo de la siguiente forma: “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva”. Y aunque a primera vista parece una elucubración provista de retórica y de nada más, una vez indagas descubres que es la mejor forma de analizar el cambio social que tuvo lugar en los años ochenta. Permítanme que me explique pues reconozco que ya hay encima de la mesa demasiadas variables. Vayamos despejándolas.
En los años ochenta el mundo cambia. Las estructuras económicas de la economía mundial cambian, y con ellas cambia también la forma en la que se relacionan las personas entre sí. Las nuevas tecnologías son aprovechadas entonces para exprimir las posibilidades de una nueva configuración económica. El mundo parece transformarse por entero y no sólo por la emergencia de las llamadas TICS (tecnologías de la información y la comunicación) que permiten un contacto entre dos puntos que es más inmediato de lo nunca se hubiera imaginado, sino porque incluso las formas de vida/trabajo se transforman.
En efecto, los trabajos estables dan paso a los trabajados flexibles, temporales y precarios. El trabajador moderno era un aburrido con un trabajo para toda la vida, con una actividad rutinaria (normalmente asociada a las cadenas de montaje de algún tipo). El trabajador posmoderno es un sujeto ágil, flexible, adaptativo, capaz de enfrentar cualquier problema y sujeto a los designios del mercado. Este segundo trabajador ya no trabaja en un mismo sitio toda la vida sino que tiene que desplazarse de un sitio para otro, para formarse y para ascender. Siempre está formándose y siempre está ascendiendo. Es un trabajador de la sociedad del conocimiento.
Todo cambia, lenta pero progresivamente, y ese virus del cambio se inocula en todas las partes del tejido social. Incluso los arquitectos huyen de la modernidad. En efecto, ya no molan los edificios al estilo soviético, tan homogéneo y serio. Ahora se llevan las formas curvas, la diferencia, la identidad de cada creativo. Porque ahora ser normal es una estupidez; ahora hay que ser guay. Por eso rechazamos lo normal, lo moderno. No podemos consentir la estandarización.
Por extensión el virus se inserta en nuestra mente y nos carcome hasta destruirnos por dentro. Ya no toleramos el compromiso ni ningún tipo de estabilidad. Eso es típico de la pandilla de vagos que nunca quieren aprender, esos modernos. Nosotros, los posmodernos, somos flexibles, nos adaptamos. Somos personas viajadas, conocemos mundo, tenemos idiomas, habilidades adaptativas y siempre damos la bienvenida al cambio. El cambio es nuestra razón de ser.
Por esa razón lo sustantivo no tiene nada que hacer frente a lo adaptativo. Para qué aprender filosofía, historia y literatura si eso no sirve de nada. En el mundo posmoderno lo que importa es lo adaptativo, es decir y traducido al cristiano, lo que se adapta a la máquina de dar beneficios a alguien. Por eso en el manifiesto original del Plan Bolonia había una llamada explícita a fomentar una sociedad del conocimiento, una sociedad posmoderna. Y una sociedad posmoderna se construye formando posmodernos, es decir, formando analfabetos funcionales.
Y así llegamos a las relaciones sociales. Recuerden: el compromiso es basura, como la guerra es la paz en el 1984 de George Orwell. Entonces el amor, de pareja o de amigos, ya no puede ser moderno. Tiene que ser necesariamente posmoderno. No puede ser de compromiso, tiene que ser flexible. Ya no puede ser estable, tiene que ser temporal. Ya no puede ser profundo, tiene que ser superficial. Esas parejas, ahora abuelitos, que tuvieron un amor en toda la vida… ¡menudo coñazo! Ahora llevamos el amor en contacto. ¿Amor en profundidad? ¿Y tener que contarnos y compartir nuestras emociones más hondas? No, por dios. Aquí se lleva ahora el amor superficial. El amor líquido de Z. Bauman. El amor en contacto, el amor en conexión.
Las parejas tienen miedo al compromiso, y no me estoy refiriendo aquí al sagrado ritual católico sino al simple y llano sentimiento de pertenencia en comunidad. Comunidad es compartir y compartir… es malo. Los posmodernos son, también, individualistas. Para adaptarse hace falta no establecer vínculos de origen. Son los marineros del siglo XXI, con un falso compromiso en cada puerto.
La red social real, el tejido social que caracteriza cualquier comunidad de seres humanos, comienza a difuminarse y los lazos que antes eran firmes ahora son volátiles y pasajeros. La primera víctima es, como en Platoon, la inocencia, pero también la solidaridad. La solidaridad, que es compartir, se sustituye por la caridad, que es dar. Aquí, ya lo vemos, la doctrina católica sí ha ganado la partida. La red social real, el corazón de cualquier sociedad, va mutando y duplicándose en la red virtual. Una red que ya es plenamente posmoderna. Una red de contactos superfluos, de intercambio no de conocimiento o sabiduría sino de información cocinada, breve y simple. Una red virtual de evasión, de construcción alternativa de la realidad y de la identidad propia.
La red virtual se convierte en el espejo en el que todo el mundo quiere mirarse. Y al final uno se confunde e identifica realidad con virtualidad. En internet no hay ricos ni pobres. Ocurre como en los centros comerciales, en los que sólo se diferencia cada uno por su capacidad de comprar. Pero no hay clases sociales ni racismo. En internet todos somos iguales y todos podemos hacer lo mismo. O eso creemos. El único objetivo es formar nuestra identidad. Distinguirnos de los demás. No identificarnos. La identificación lleva a la fraternidad y no está el horno para bollos después de 1789. La distinción, por el contrario, lleva a la competencia. Y eso sí que es posmoderno. Distingámonos pues.
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La paradoja es que todo el mundo quiere un iPhone pero todo el mundo lo quiere personalizado. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por ti –ni tú por él-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Los situacionistas de mayo del 68 nos lo advirtieron: ¡os importa más el parecer que el ser! Ellos llamaban sociedad del consumo y de la imagen a lo que venía a ser una simple reversión del capitalismo para sobrevivir. El capitalismo necesitaba mayor consumo y la gente no estaba dispuesta a comprar más de lo mismo. El capitalismo se las ingenió entonces para modificar nuestras preferencias y para inculcarnos el amor a la diversificación. Ingeniosa palabra. ¡Hasta a mí me suena bien! Y lo consiguió gracias a la propaganda, ahora llamada publicidad para evitar que nos diéramos cuenta de que nos estaban timando.
Twitter, como Facebook, Tuenti y la infinidad de herramientas 2.0, es un sistema sincero. Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Hay mucha gente que cree que esta crisis actual no es sólo económica sino también ecológica, política, social y de valores. Yo soy de ellos también. Por eso es necesario volver a reconfigurar nuestros valores de acuerdo a la sociedad que queremos, y viceversa.
Pero que nadie se confunda si ha visto en este escrito una crítica a internet. Si ha sido así que vuelva a empezar a leerlo pero con más tranquilidad y dejando los prejuicios a un lado. Lo que yo critico aquí es el concepto de sociedad del conocimiento o sociedad posmoderna, donde los analfabetos tradicionales se han sustituido por analfabetos funcionales y donde el ser humano está reprogramado como mero apéndice, desechable y de corta vida útil, del sistema económico capitalista.
Un chico de 23 años que sabe leer y hacer derivadas de cualquier orden no es una persona culta. Ese chico puede ser perfectamente un analfabeto funcional porque es incapaz de comprender un texto, como este, en el que hay conceptos e ideas que se le escapan a su formación. Un problema que no es responsabilidad suya sino del propio sistema que no le necesita a él en tanto que persona sino en tanto que medio para un único fin: los beneficios.
Por eso encontramos solución a la paradoja que quizás a algún lector le habrá parecido encontrar. En efecto, este texto está en internet y fue publicado en un blog. Pero es sustancialmente diferente al resto de contenidos que hay en internet. Es, a fin de cuentas, un intento de recuperar internet y otras herramientas como medios para la construcción de una sociedad diferente. Más humana. Porque algunos replicantes son más humanos que algunos amigos que tenemos.
TorokElTroll- Mensajes : 383
Fecha de inscripción : 12/11/2011
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
sobre este mismo particular me han publicado hoy un artículo, espero que no demasiado críptico jejejejeje
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/la-revolucion-en-140-caracteres-y-27-tweets-_636089.html
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/la-revolucion-en-140-caracteres-y-27-tweets-_636089.html
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Que grande MikelNhao
http://blogs.elpais.com/defensor-del-lector/2012/04/bulo-en-twitter.html
Su blog http://www.mikelnhao.com/
http://blogs.elpais.com/defensor-del-lector/2012/04/bulo-en-twitter.html
Los internautas de Twitter y este diario han sido víctimas esta noche de un bulo en la citada red social sobre un supuesto conflicto armado en Portugal fabricado por usuarios de la misma. @MikelNhao mandó un tuit a las 00.31 diciendo: “Estoy boquiabierto con lo que está pasando en Portugal. La violencia nunca puede ser el camino. Espero que se retome la cordura”. Este mensaje lo retuiteó @FacuDiazT, quien siguió con el embuste. Se reproducía una falsa imagen de un tuit aparentemente publicado por este diario en el que se aseguraba: “Los corresponsales de Associated Press en Portugal hablan del estallido de una guerra civil. Las informaciones son confusas”. También circuló por Twitter una falsa portada digital de este diario con el rumor. A las 00.38, @FacuDiazT colgó el falso tuit. A las 00.40 se preguntaba por qué el diario había borrado tan rápido el supuesto tuit. “En la televisión tampoco dicen nada”, remachaba. Inmediatamente se crearon etiquetas que se convirtieron en Trending Topics. La reacción inicial de otros tuiteros fue de preocupación. Pronto aparecieron bromas de todo tipo, mientras algunos alertaban sobre el infundio y la facilidad con que éste se había convertido en Trending Topic. El eco que algunos blogueros dieron al embuste impulsó su difusión. Uno de los autores de la manipulación informativa tiene en una página de otro sitio de Internet recreaciones falsas de portadas impresas de otro medio español sobre otros asuntos. A las 2.21, MikelNao escribía: “Lo bueno de Twitter es que ahora nosotros también nos podemos inventar noticias como hace la prensa”. @FacuDiazT posteaba: "Se las va cargar @MikelNhao. Me ha obligado, yo soy inmigrante no entiendo muy bien idioma vuestro". Y a las 3.42, colgaba otro mensaje: “Amiguetes, antes de ir a dormir, una cosita: Twitter no es prensa. Ya está, era para despejar la duda que tienen algunos”. Y se despedía en catalán. “Bona nit”.
Hasta ahí un resumen de lo sucedido esta noche, un ejemplo más de como internautas sin escrúpulos pueden diseminar con una facilidad pasmosa un engaño, falsificar cabeceras informativas y propagar una mentira que crea la alarma en unos y desata un lamentable jolgorio.
Esta mañana, lectores del diario se han dirigido a este defensor relatando lo sucedido. Una remitente escribe: “espero que tomen medidas contra la difamación y manipulación que se ha realizado bajo vuestro nombre”. El diario ha trasladado lo sucedido al departamento jurídico para evaluar las medidas a tomar.
Su blog http://www.mikelnhao.com/
Invitado_Z- Mensajes : 18075
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JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
https://twitter.com/pmanglano/status/851794045286395904
JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Muy fan de las chorradas de Percy en Twitter
Koikila- Mensajes : 46156
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Hacerme un favor, los que tengan twitter que le den al corazoncillo de este tweet:
https://twitter.com/gabiruizps/status/933051857009807360
https://twitter.com/gabiruizps/status/933051857009807360
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Blas- Admin
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JE_DD- Mensajes : 26612
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Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Blas escribió:Hacerme un favor, los que tengan twitter que le den al corazoncillo de este tweet:
https://twitter.com/gabiruizps/status/933051857009807360
no veo yo los twitters estos en el foro...
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
uno cualquiera escribió:Identificar posmodernidad y neoliberalismo como lo hace este tío es mucho suponer de cristo; buena parte de los teóricos posmodernos son de izquierdas y seguro que no estarían de acuerdo con ese punto. En realidad la posmodernidad está bastante claro de que va (relativismo puro y duro, sin concesiones al viejo objetivismo y realzamiento de la importancia del lenguaje en los estudios humanistas). A partir de ahí ponerle un adjetivo u otro, suponerle unos valores concretos, es algo que depende más del punto de vista del escribiente de turno que otra cosa. Está claro que los principios que rigen la vida económica y política de occidente en las últimas 3 décadas son más de derechas que lo que hubo tras la 2GM. Pero eso no tiene que ver con la posmodernidad.
Yo también tengo cuenta en Twitter, pero ni uno solo de mis conocidos la tiene también, así que es como quien no la tiene. De hecho, las pocas veces que le hecho un vistazo a mi perfil no entiendo lo que sale ahí y porqué lo hace.
Bueh, que coñazo. Alguien puede hacerme un resumen?
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
http://derechomercantilespana.blogspot.com.es/2018/05/me-he-ido-de-twitter-por-soez-y.html
https://twitter.com/Elisa_CastilloN/status/993247423354023936
JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: Twitter, o el infierno de la posmodernidad
Menos mal que tenemos Twitter (o Ivoox) si no pensaríamos como un contertulio de Espejo Público o de Ana Rosi, esto es, corrupto. El gran problema de Twitter es que es demasiado democrático, la gente opina (y no son todos cuñados, que es lo que muchos quieren hacer ver y les interesa ). Los poderes fácticos, municipales, provinciales y nacionales ya no campan a sus anchas. Se les afean las conductas, se les discute. Y eso no gusta, claro.
Lo más triste es que nosotros, la chusma, elijamos (podrido)Sistema por cualquier excusa de mierda, antes que libertad.
Lo más triste es que nosotros, la chusma, elijamos (podrido)Sistema por cualquier excusa de mierda, antes que libertad.
JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
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