Bayas de Goji

+55
inmortus
Justin Time
Rocket
Pato=¿homicidio?
Barbie Conciertos
DarthMercury
Eloy
Sugerio
Rizzy
Rasputin
mugu
elbrujo69
javi clemente
Perimaggot
Goletti
red_mosquito
freakedu
Baldrick
deniztek
Sugar Bug
dantes
o'tuerto
Trumbo
vandelay
Malkobitch
Joseba
Nombredeusuario
parquerecienacuchillado
®Lucy Lynskey
R'as Kal Bhul
Iron Worm
Marcial Garañón
Criminal pentatónico
locovereas
Charlie don't surf
celtasnake
Supernaut
katrastrov
Murdock
Angela
icarus
TIENENOMBRESMIL
Kirchhoff
KIM_BACALAO
wakam
Sutter Cane
Nashville
Slovako
sonic buzzard
crancranc
R.O.C.K.E.R
Ricky´s Appetite
loaded
rebellion
Zeppo
59 participantes

Página 20 de 20. Precedente  1 ... 11 ... 18, 19, 20

Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 18:40

Danimolón escribió:Que les den por el culo a las putas bayas. Mientras tanto, el post de las setas mágicas muerto de asco, ¿y vosotros rockeais? Lo dicho, a la mierda.

Las conoces,las has probado,has investigado sobre ellas,has escuchado testimonios reales de personas que las han tomado durante años,las has analizado en un laboratorio,cuando hagas estas cosas podras pasar por aqui para hablar con propiedad..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Rizzy Dom 11 Sep - 19:01

led zepp escribió:
Danimolón escribió:Que les den por el culo a las putas bayas. Mientras tanto, el post de las setas mágicas muerto de asco, ¿y vosotros rockeais? Lo dicho, a la mierda.

Las conoces,las has probado,has investigado sobre ellas,has escuchado testimonios reales de personas que las han tomado durante años,las has analizado en un laboratorio,cuando hagas estas cosas podras pasar por aqui para hablar con propiedad..

goji - Bayas de Goji - Página 20 1291718452318ilegales
Rizzy
Rizzy

Mensajes : 41524
Fecha de inscripción : 10/10/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 19:16

Rizzy escribió:
led zepp escribió:
Danimolón escribió:Que les den por el culo a las putas bayas. Mientras tanto, el post de las setas mágicas muerto de asco, ¿y vosotros rockeais? Lo dicho, a la mierda.

Las conoces,las has probado,has investigado sobre ellas,has escuchado testimonios reales de personas que las han tomado durante años,las has analizado en un laboratorio,cuando hagas estas cosas podras pasar por aqui para hablar con propiedad..

goji - Bayas de Goji - Página 20 1291718452318ilegales

El primero de Ilegales.. cheers music
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Dani Dom 11 Sep - 19:22

¿Qué será lo próximo, la leche de soja?
Dani
Dani

Mensajes : 44294
Fecha de inscripción : 12/08/2010

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:29

Danimolón escribió:¿Qué será lo próximo, la leche de soja?

No,sus propiedades estan por debajo del Goji..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por o'tuerto Dom 11 Sep - 20:30

led zepp escribió:
Danimolón escribió:¿Qué será lo próximo, la leche de soja?

No,sus propiedades estan por debajo del Goji..

goji - Bayas de Goji - Página 20 2d1qvk6
o'tuerto
o'tuerto

Mensajes : 24283
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por o'tuerto Dom 11 Sep - 20:31

... y además sabe a ardilla muerta.
o'tuerto
o'tuerto

Mensajes : 24283
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:33

o'tuerto escribió:... y además sabe a ardilla muerta.

Laughing Cool
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Rizzy Dom 11 Sep - 20:33

led zepp escribió:
Danimolón escribió:¿Qué será lo próximo, la leche de soja?

No,sus propiedades estan por debajo del Goji..

nonon

Leche > Bayas

goji - Bayas de Goji - Página 20 Tetasr
Rizzy
Rizzy

Mensajes : 41524
Fecha de inscripción : 10/10/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por o'tuerto Dom 11 Sep - 20:36

Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?
o'tuerto
o'tuerto

Mensajes : 24283
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:38

o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Si,si las dejas un rato se vuelven crujientes.. Rico
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Rizzy Dom 11 Sep - 20:39

o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito
Rizzy
Rizzy

Mensajes : 41524
Fecha de inscripción : 10/10/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:39

Rizzy escribió:
led zepp escribió:
Danimolón escribió:¿Qué será lo próximo, la leche de soja?

No,sus propiedades estan por debajo del Goji..

nonon

Leche > Bayas

goji - Bayas de Goji - Página 20 Tetasr

Evil or Very Mad Laughing
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por o'tuerto Dom 11 Sep - 20:41

Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito

Pizza en el horno, cerveza en la nevera. Eso sí que es bueno, joder.
o'tuerto
o'tuerto

Mensajes : 24283
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:42

o'tuerto escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito

Pizza en el horno, cerveza en la nevera. Eso sí que es bueno, joder.

Sin olvidar la panceta Barbarum.. Cool
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Rizzy Dom 11 Sep - 20:47

led zepp escribió:
o'tuerto escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito

Pizza en el horno, cerveza en la nevera. Eso sí que es bueno, joder.

Sin olvidar la panceta Barbarum.. Cool

goji - Bayas de Goji - Página 20 Pizza-panceta-800w

Pizza de panceta > ∞ > Cagarrutas de Goji
Rizzy
Rizzy

Mensajes : 41524
Fecha de inscripción : 10/10/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Dom 11 Sep - 20:49

Rizzy escribió:
led zepp escribió:
o'tuerto escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito

Pizza en el horno, cerveza en la nevera. Eso sí que es bueno, joder.

Sin olvidar la panceta Barbarum.. Cool

goji - Bayas de Goji - Página 20 Pizza-panceta-800w

Pizza de panceta > ∞ > Cagarrutas de Goji

1 Rico
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Dom 11 Sep - 21:20

Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito


Arrow

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Kirchhoff Dom 11 Sep - 21:26

deniztek escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito


Arrow

Que asco
Kirchhoff
Kirchhoff

Mensajes : 12646
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Eloy Dom 11 Sep - 21:28

the_saturday_boy escribió:
deniztek escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito


Arrow

Que asco


Puro scat...
Eloy
Eloy

Mensajes : 85503
Fecha de inscripción : 24/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Lun 12 Sep - 0:02

the_saturday_boy escribió:
deniztek escribió:
Rizzy escribió:
o'tuerto escribió:Tambien cristalizan las bayas en yogures de leche de soja?

Google -> Imágenes -> bayas goji leche soja:

goji - Bayas de Goji - Página 20 B0eee72dd501d89d6750b79a9ba739cao

Suspect qué puto asco!!! Vomito


Arrow

Que asco

A mi la soja me da asco,pero las bayas no.. Smile
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por sonic buzzard Lun 12 Sep - 6:47

Rizzy escribió:
led zepp escribió:Me han llegado 2 kilos y no los tiro ni de coña

goji - Bayas de Goji - Página 20 Gojimontana

Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
sonic buzzard
sonic buzzard

Mensajes : 31953
Fecha de inscripción : 25/03/2008

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Lun 12 Sep - 8:10

sonic buzzard escribió:
Rizzy escribió:
led zepp escribió:Me han llegado 2 kilos y no los tiro ni de coña

goji - Bayas de Goji - Página 20 Gojimontana

Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing

cheers Laughing
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Sugar Bug Miér 14 Sep - 14:16

http://www.gastronomiaycia.com/2011/09/14/que-son-las-superfrutas/


Las SUPERFRUTAS




goji - Bayas de Goji - Página 20 Superfrutas

El término super es un elemento compositivo prefijo que se emplea en el lenguaje coloquial para definir algo magnífico, excelente, superior… es por lo tanto aplicable a todo aquello que por algún aspecto, destaque sobre lo demás. Lo llevamos al campo de la alimentación y nos encontramos con términos como superalimentos o superfrutas, que han pasado de ser una expresión de magnificencia popular a instaurarse en el vocabulario de profesionales de la nutrición, agricultores, productores, comerciantes, medios de comunicación…

Antes de definir qué son las superfrutas y qué de cierto hay en ello, es interesante saber que este término fue instaurado recientemente como estrategia de marketing de la industria alimentaria. Como nos explican aquí, en el año 2005 empezó a hablarse de superfrutas para aportar valor a los productos de consumo en los que se incluían las frutas que concentran mayor cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc.

Efectivamente, las superfrutas no son frutas de gran tamaño, sino de frutas que reúnen unas cualidades nutricionales especiales en beneficio de la salud. Podemos imaginar que entre los profesionales de la salud, normalmente se ha hablado de superalimentos cuando éstos se han considerado especialmente nutritivos e interesantes para incluir en la dieta habitual, pero nada como el poder del marketing para instaurar tendencias.

Hay que decir que el término superfrutas no está avalado científicamente, no hay suficientes estudios y conclusiones que respalden los beneficios de todos los que hoy en día se conocen como super alimentos, de hecho, en la Unión Europea está prohibido el uso de esta descripción en la comercialización de productos si no está respaldado con el aval de una investigación científica leal. Recordemos también lo que os comentamos en el post El arroz negro es rico en antioxidantes, parece que hay una ferviente búsqueda de virtudes en los alimentos para subir posiciones en la lista de super alimentos, dado el aumento del interés de población por alimentarse de forma saludable, esto se traduciría en mayores ventas.

Hay escritos, documentos e incluso libros que hablan de las superfrutas, y no siempre son las mismas, por un lado depende de la profesión del autor, si es científico, productor, empresario… también depende del país de residencia, pues hay una especial atención por las frutas exóticas que son tratadas como superiores nutricionalmente (quizá es que anteriormente eran desconocidas), mientras otras frutas populares con similares beneficios no son tan valoradas.

Seguramente si os preguntamos qué frutas consideráis como ‘super’, una de las que pensaréis son los arándanos, son muchos los estudios que se han realizado en torno a estas bayas, en los que se han declarado sus beneficios para la salud por sus propiedades antioxidantes principalmente. Ahora encontramos todo tipo de productos comerciales con arándanos, zumos, bebidas energéticas, suplementos dietéticos, alimentos funcionales…

Algo similar ha sucedido con las bayas de goji o con las granadas, se han hecho populares en todo el mundo frutas como el açai, el mangostán, el noni o la guayaba, han ganado valor las uvas, los kiwis, la papaya… Los principales parámetros que se valoran para otorgar a una fruta la categoría super, con un valor extra en sus propiedades nutricionales son, entre otros, que tengan una importante concentración de nutrientes, que destaquen por su contenido en antioxidantes, que cuente con avales científicos contrastados, investigaciones clínicas de sus beneficios reales… pero ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Está demostrado que todos los excesos son malos (véase el peligro de una ingesta excesiva de agua, Hiperhidratación o intoxicación por consumo de agua), y precisamente la población no está especializada en nutrición. Los expertos en salud recomiendan una alimentación variada y equilibrada para que el organismo reciba los nutrientes necesarios, y alertan sobre los riesgos del abuso de super frutas o super alimentos. Valoremos las declaraciones de Agustín López Munguía del Insituto de Biotecnología de la UNAM, ‘comer en exceso superfrutas puede ser contraproducente, demasiados antioxidantes podrían afectar a las funciones regulatorias o neutralizar mecanismos de defensa que dependen de oxidantes naturales’.

Tengamos en cuenta también que muchas de estas superfrutas proceden de la importación, son productos perecederos, su precio es elevado… no nos dejemos llevar por la moda de los super alimentos y del ‘super consumo’ que puede llevar al desequilibrio nutricional.

Sugar Bug
Sugar Bug

Mensajes : 112106
Fecha de inscripción : 26/02/2010

https://www.julioiglesias.com/

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Kei Miér 14 Sep - 14:17

Hola, veo que este topic lleva 50 páginas. Me haceis un resumen??
Kei
Kei

Mensajes : 23513
Fecha de inscripción : 29/11/2008

http://blogbreakerspain.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Sugar Bug Miér 14 Sep - 14:19

Kei escribió:Hola, veo que este topic lleva 50 páginas. Me haceis un resumen??

si me comes el goji te voy a llenar la cara de bayas.

y eso es bueno para ti.
Sugar Bug
Sugar Bug

Mensajes : 112106
Fecha de inscripción : 26/02/2010

https://www.julioiglesias.com/

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Kei Miér 14 Sep - 14:21

Sugar Bug escribió:
Kei escribió:Hola, veo que este topic lleva 50 páginas. Me haceis un resumen??

si me comes el goji te voy a llenar la cara de bayas.

y eso es bueno para ti.

es bueno lo de comerte el goji o lo de las bayas en la cara?? confused
Kei
Kei

Mensajes : 23513
Fecha de inscripción : 29/11/2008

http://blogbreakerspain.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Miér 14 Sep - 14:24

Kei escribió:
Sugar Bug escribió:
Kei escribió:Hola, veo que este topic lleva 50 páginas. Me haceis un resumen??

si me comes el goji te voy a llenar la cara de bayas.

y eso es bueno para ti.

es bueno lo de comerte el goji o lo de las bayas en la cara?? confused

Tomalas Kei no hacen daño..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Miér 14 Sep - 14:28

Sugar Bug escribió:http://www.gastronomiaycia.com/2011/09/14/que-son-las-superfrutas/


Las SUPERFRUTAS




goji - Bayas de Goji - Página 20 Superfrutas

El término super es un elemento compositivo prefijo que se emplea en el lenguaje coloquial para definir algo magnífico, excelente, superior… es por lo tanto aplicable a todo aquello que por algún aspecto, destaque sobre lo demás. Lo llevamos al campo de la alimentación y nos encontramos con términos como superalimentos o superfrutas, que han pasado de ser una expresión de magnificencia popular a instaurarse en el vocabulario de profesionales de la nutrición, agricultores, productores, comerciantes, medios de comunicación…

Antes de definir qué son las superfrutas y qué de cierto hay en ello, es interesante saber que este término fue instaurado recientemente como estrategia de marketing de la industria alimentaria. Como nos explican aquí, en el año 2005 empezó a hablarse de superfrutas para aportar valor a los productos de consumo en los que se incluían las frutas que concentran mayor cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc.

Efectivamente, las superfrutas no son frutas de gran tamaño, sino de frutas que reúnen unas cualidades nutricionales especiales en beneficio de la salud. Podemos imaginar que entre los profesionales de la salud, normalmente se ha hablado de superalimentos cuando éstos se han considerado especialmente nutritivos e interesantes para incluir en la dieta habitual, pero nada como el poder del marketing para instaurar tendencias.

Hay que decir que el término superfrutas no está avalado científicamente, no hay suficientes estudios y conclusiones que respalden los beneficios de todos los que hoy en día se conocen como super alimentos, de hecho, en la Unión Europea está prohibido el uso de esta descripción en la comercialización de productos si no está respaldado con el aval de una investigación científica leal. Recordemos también lo que os comentamos en el post El arroz negro es rico en antioxidantes, parece que hay una ferviente búsqueda de virtudes en los alimentos para subir posiciones en la lista de super alimentos, dado el aumento del interés de población por alimentarse de forma saludable, esto se traduciría en mayores ventas.

Hay escritos, documentos e incluso libros que hablan de las superfrutas, y no siempre son las mismas, por un lado depende de la profesión del autor, si es científico, productor, empresario… también depende del país de residencia, pues hay una especial atención por las frutas exóticas que son tratadas como superiores nutricionalmente (quizá es que anteriormente eran desconocidas), mientras otras frutas populares con similares beneficios no son tan valoradas.

Seguramente si os preguntamos qué frutas consideráis como ‘super’, una de las que pensaréis son los arándanos, son muchos los estudios que se han realizado en torno a estas bayas, en los que se han declarado sus beneficios para la salud por sus propiedades antioxidantes principalmente. Ahora encontramos todo tipo de productos comerciales con arándanos, zumos, bebidas energéticas, suplementos dietéticos, alimentos funcionales…

Algo similar ha sucedido con las bayas de goji o con las granadas, se han hecho populares en todo el mundo frutas como el açai, el mangostán, el noni o la guayaba, han ganado valor las uvas, los kiwis, la papaya… Los principales parámetros que se valoran para otorgar a una fruta la categoría super, con un valor extra en sus propiedades nutricionales son, entre otros, que tengan una importante concentración de nutrientes, que destaquen por su contenido en antioxidantes, que cuente con avales científicos contrastados, investigaciones clínicas de sus beneficios reales… pero ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Está demostrado que todos los excesos son malos (véase el peligro de una ingesta excesiva de agua, Hiperhidratación o intoxicación por consumo de agua), y precisamente la población no está especializada en nutrición. Los expertos en salud recomiendan una alimentación variada y equilibrada para que el organismo reciba los nutrientes necesarios, y alertan sobre los riesgos del abuso de super frutas o super alimentos. Valoremos las declaraciones de Agustín López Munguía del Insituto de Biotecnología de la UNAM, ‘comer en exceso superfrutas puede ser contraproducente, demasiados antioxidantes podrían afectar a las funciones regulatorias o neutralizar mecanismos de defensa que dependen de oxidantes naturales’.

Tengamos en cuenta también que muchas de estas superfrutas proceden de la importación, son productos perecederos, su precio es elevado… no nos dejemos llevar por la moda de los super alimentos y del ‘super consumo’ que puede llevar al desequilibrio nutricional.


De ahi que haya que respetar las cantidades-20 a 40 bayas diarias..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 14:42

led zepp escribió:
Sugar Bug escribió:http://www.gastronomiaycia.com/2011/09/14/que-son-las-superfrutas/


Las SUPERFRUTAS




goji - Bayas de Goji - Página 20 Superfrutas

El término super es un elemento compositivo prefijo que se emplea en el lenguaje coloquial para definir algo magnífico, excelente, superior… es por lo tanto aplicable a todo aquello que por algún aspecto, destaque sobre lo demás. Lo llevamos al campo de la alimentación y nos encontramos con términos como superalimentos o superfrutas, que han pasado de ser una expresión de magnificencia popular a instaurarse en el vocabulario de profesionales de la nutrición, agricultores, productores, comerciantes, medios de comunicación…

Antes de definir qué son las superfrutas y qué de cierto hay en ello, es interesante saber que este término fue instaurado recientemente como estrategia de marketing de la industria alimentaria. Como nos explican aquí, en el año 2005 empezó a hablarse de superfrutas para aportar valor a los productos de consumo en los que se incluían las frutas que concentran mayor cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc.

Efectivamente, las superfrutas no son frutas de gran tamaño, sino de frutas que reúnen unas cualidades nutricionales especiales en beneficio de la salud. Podemos imaginar que entre los profesionales de la salud, normalmente se ha hablado de superalimentos cuando éstos se han considerado especialmente nutritivos e interesantes para incluir en la dieta habitual, pero nada como el poder del marketing para instaurar tendencias.

Hay que decir que el término superfrutas no está avalado científicamente, no hay suficientes estudios y conclusiones que respalden los beneficios de todos los que hoy en día se conocen como super alimentos, de hecho, en la Unión Europea está prohibido el uso de esta descripción en la comercialización de productos si no está respaldado con el aval de una investigación científica leal. Recordemos también lo que os comentamos en el post El arroz negro es rico en antioxidantes, parece que hay una ferviente búsqueda de virtudes en los alimentos para subir posiciones en la lista de super alimentos, dado el aumento del interés de población por alimentarse de forma saludable, esto se traduciría en mayores ventas.

Hay escritos, documentos e incluso libros que hablan de las superfrutas, y no siempre son las mismas, por un lado depende de la profesión del autor, si es científico, productor, empresario… también depende del país de residencia, pues hay una especial atención por las frutas exóticas que son tratadas como superiores nutricionalmente (quizá es que anteriormente eran desconocidas), mientras otras frutas populares con similares beneficios no son tan valoradas.

Seguramente si os preguntamos qué frutas consideráis como ‘super’, una de las que pensaréis son los arándanos, son muchos los estudios que se han realizado en torno a estas bayas, en los que se han declarado sus beneficios para la salud por sus propiedades antioxidantes principalmente. Ahora encontramos todo tipo de productos comerciales con arándanos, zumos, bebidas energéticas, suplementos dietéticos, alimentos funcionales…

Algo similar ha sucedido con las bayas de goji o con las granadas, se han hecho populares en todo el mundo frutas como el açai, el mangostán, el noni o la guayaba, han ganado valor las uvas, los kiwis, la papaya… Los principales parámetros que se valoran para otorgar a una fruta la categoría super, con un valor extra en sus propiedades nutricionales son, entre otros, que tengan una importante concentración de nutrientes, que destaquen por su contenido en antioxidantes, que cuente con avales científicos contrastados, investigaciones clínicas de sus beneficios reales… pero ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Está demostrado que todos los excesos son malos (véase el peligro de una ingesta excesiva de agua, Hiperhidratación o intoxicación por consumo de agua), y precisamente la población no está especializada en nutrición. Los expertos en salud recomiendan una alimentación variada y equilibrada para que el organismo reciba los nutrientes necesarios, y alertan sobre los riesgos del abuso de super frutas o super alimentos. Valoremos las declaraciones de Agustín López Munguía del Insituto de Biotecnología de la UNAM, ‘comer en exceso superfrutas puede ser contraproducente, demasiados antioxidantes podrían afectar a las funciones regulatorias o neutralizar mecanismos de defensa que dependen de oxidantes naturales’.

Tengamos en cuenta también que muchas de estas superfrutas proceden de la importación, son productos perecederos, su precio es elevado… no nos dejemos llevar por la moda de los super alimentos y del ‘super consumo’ que puede llevar al desequilibrio nutricional.


De ahi que haya que respetar las cantidades-20 a 40 bayas diarias..

qué pena que tengan un gusto de mierda... Laughing

(me acabo de jamar una nectarina que estaba cojonuda :Iroks: )

provocador...tú lo que quieres es llegar a la página 50.

cheers

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 14:43

el yogurt con unos arándanos, unas frambuesas o unas grosellas. éso sí que está rico, amigo zepp.

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Sugar Bug Miér 14 Sep - 14:44

50!!!!
Sugar Bug
Sugar Bug

Mensajes : 112106
Fecha de inscripción : 26/02/2010

https://www.julioiglesias.com/

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 14:44

Sugar Bug escribió:50!!!!


cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers cheers BananaGuitar

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 14:46

yogur, según la real academia de la lengua ejpañola.

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Criminal pentatónico Miér 14 Sep - 14:51

Sugar Bug escribió:50!!!!

Sin duda el post revelación del año
Criminal pentatónico
Criminal pentatónico

Mensajes : 7951
Fecha de inscripción : 09/09/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Miér 14 Sep - 14:54

deniztek escribió:
led zepp escribió:
Sugar Bug escribió:http://www.gastronomiaycia.com/2011/09/14/que-son-las-superfrutas/


Las SUPERFRUTAS




goji - Bayas de Goji - Página 20 Superfrutas

El término super es un elemento compositivo prefijo que se emplea en el lenguaje coloquial para definir algo magnífico, excelente, superior… es por lo tanto aplicable a todo aquello que por algún aspecto, destaque sobre lo demás. Lo llevamos al campo de la alimentación y nos encontramos con términos como superalimentos o superfrutas, que han pasado de ser una expresión de magnificencia popular a instaurarse en el vocabulario de profesionales de la nutrición, agricultores, productores, comerciantes, medios de comunicación…

Antes de definir qué son las superfrutas y qué de cierto hay en ello, es interesante saber que este término fue instaurado recientemente como estrategia de marketing de la industria alimentaria. Como nos explican aquí, en el año 2005 empezó a hablarse de superfrutas para aportar valor a los productos de consumo en los que se incluían las frutas que concentran mayor cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc.

Efectivamente, las superfrutas no son frutas de gran tamaño, sino de frutas que reúnen unas cualidades nutricionales especiales en beneficio de la salud. Podemos imaginar que entre los profesionales de la salud, normalmente se ha hablado de superalimentos cuando éstos se han considerado especialmente nutritivos e interesantes para incluir en la dieta habitual, pero nada como el poder del marketing para instaurar tendencias.

Hay que decir que el término superfrutas no está avalado científicamente, no hay suficientes estudios y conclusiones que respalden los beneficios de todos los que hoy en día se conocen como super alimentos, de hecho, en la Unión Europea está prohibido el uso de esta descripción en la comercialización de productos si no está respaldado con el aval de una investigación científica leal. Recordemos también lo que os comentamos en el post El arroz negro es rico en antioxidantes, parece que hay una ferviente búsqueda de virtudes en los alimentos para subir posiciones en la lista de super alimentos, dado el aumento del interés de población por alimentarse de forma saludable, esto se traduciría en mayores ventas.

Hay escritos, documentos e incluso libros que hablan de las superfrutas, y no siempre son las mismas, por un lado depende de la profesión del autor, si es científico, productor, empresario… también depende del país de residencia, pues hay una especial atención por las frutas exóticas que son tratadas como superiores nutricionalmente (quizá es que anteriormente eran desconocidas), mientras otras frutas populares con similares beneficios no son tan valoradas.

Seguramente si os preguntamos qué frutas consideráis como ‘super’, una de las que pensaréis son los arándanos, son muchos los estudios que se han realizado en torno a estas bayas, en los que se han declarado sus beneficios para la salud por sus propiedades antioxidantes principalmente. Ahora encontramos todo tipo de productos comerciales con arándanos, zumos, bebidas energéticas, suplementos dietéticos, alimentos funcionales…

Algo similar ha sucedido con las bayas de goji o con las granadas, se han hecho populares en todo el mundo frutas como el açai, el mangostán, el noni o la guayaba, han ganado valor las uvas, los kiwis, la papaya… Los principales parámetros que se valoran para otorgar a una fruta la categoría super, con un valor extra en sus propiedades nutricionales son, entre otros, que tengan una importante concentración de nutrientes, que destaquen por su contenido en antioxidantes, que cuente con avales científicos contrastados, investigaciones clínicas de sus beneficios reales… pero ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Está demostrado que todos los excesos son malos (véase el peligro de una ingesta excesiva de agua, Hiperhidratación o intoxicación por consumo de agua), y precisamente la población no está especializada en nutrición. Los expertos en salud recomiendan una alimentación variada y equilibrada para que el organismo reciba los nutrientes necesarios, y alertan sobre los riesgos del abuso de super frutas o super alimentos. Valoremos las declaraciones de Agustín López Munguía del Insituto de Biotecnología de la UNAM, ‘comer en exceso superfrutas puede ser contraproducente, demasiados antioxidantes podrían afectar a las funciones regulatorias o neutralizar mecanismos de defensa que dependen de oxidantes naturales’.

Tengamos en cuenta también que muchas de estas superfrutas proceden de la importación, son productos perecederos, su precio es elevado… no nos dejemos llevar por la moda de los super alimentos y del ‘super consumo’ que puede llevar al desequilibrio nutricional.


De ahi que haya que respetar las cantidades-20 a 40 bayas diarias..

qué pena que tengan un gusto de mierda... Laughing

(me acabo de jamar una nectarina que estaba cojonuda :Iroks: ) Laughing

provocador...tú lo que quieres es llegar a la página 50.

cheers

Demasiado tarde..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Zeppo Miér 14 Sep - 14:55

deniztek escribió:el yogurt con unos arándanos, unas frambuesas o unas grosellas. éso sí que está rico, amigo zepp.

Y tambien con Bayas.. cheers
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99592
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Supernaut Miér 14 Sep - 15:02

A por el doblete.
Supernaut
Supernaut

Mensajes : 7716
Fecha de inscripción : 19/01/2009

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 15:05

led zepp escribió:
deniztek escribió:el yogurt con unos arándanos, unas frambuesas o unas grosellas. éso sí que está rico, amigo zepp.

Y tambien con Bayas.. cheers

no.

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por deniztek Miér 14 Sep - 15:16

led zepp escribió:
deniztek escribió:
led zepp escribió:
Sugar Bug escribió:http://www.gastronomiaycia.com/2011/09/14/que-son-las-superfrutas/


Las SUPERFRUTAS




goji - Bayas de Goji - Página 20 Superfrutas

El término super es un elemento compositivo prefijo que se emplea en el lenguaje coloquial para definir algo magnífico, excelente, superior… es por lo tanto aplicable a todo aquello que por algún aspecto, destaque sobre lo demás. Lo llevamos al campo de la alimentación y nos encontramos con términos como superalimentos o superfrutas, que han pasado de ser una expresión de magnificencia popular a instaurarse en el vocabulario de profesionales de la nutrición, agricultores, productores, comerciantes, medios de comunicación…

Antes de definir qué son las superfrutas y qué de cierto hay en ello, es interesante saber que este término fue instaurado recientemente como estrategia de marketing de la industria alimentaria. Como nos explican aquí, en el año 2005 empezó a hablarse de superfrutas para aportar valor a los productos de consumo en los que se incluían las frutas que concentran mayor cantidad de nutrientes, antioxidantes, etc.

Efectivamente, las superfrutas no son frutas de gran tamaño, sino de frutas que reúnen unas cualidades nutricionales especiales en beneficio de la salud. Podemos imaginar que entre los profesionales de la salud, normalmente se ha hablado de superalimentos cuando éstos se han considerado especialmente nutritivos e interesantes para incluir en la dieta habitual, pero nada como el poder del marketing para instaurar tendencias.

Hay que decir que el término superfrutas no está avalado científicamente, no hay suficientes estudios y conclusiones que respalden los beneficios de todos los que hoy en día se conocen como super alimentos, de hecho, en la Unión Europea está prohibido el uso de esta descripción en la comercialización de productos si no está respaldado con el aval de una investigación científica leal. Recordemos también lo que os comentamos en el post El arroz negro es rico en antioxidantes, parece que hay una ferviente búsqueda de virtudes en los alimentos para subir posiciones en la lista de super alimentos, dado el aumento del interés de población por alimentarse de forma saludable, esto se traduciría en mayores ventas.

Hay escritos, documentos e incluso libros que hablan de las superfrutas, y no siempre son las mismas, por un lado depende de la profesión del autor, si es científico, productor, empresario… también depende del país de residencia, pues hay una especial atención por las frutas exóticas que son tratadas como superiores nutricionalmente (quizá es que anteriormente eran desconocidas), mientras otras frutas populares con similares beneficios no son tan valoradas.

Seguramente si os preguntamos qué frutas consideráis como ‘super’, una de las que pensaréis son los arándanos, son muchos los estudios que se han realizado en torno a estas bayas, en los que se han declarado sus beneficios para la salud por sus propiedades antioxidantes principalmente. Ahora encontramos todo tipo de productos comerciales con arándanos, zumos, bebidas energéticas, suplementos dietéticos, alimentos funcionales…

Algo similar ha sucedido con las bayas de goji o con las granadas, se han hecho populares en todo el mundo frutas como el açai, el mangostán, el noni o la guayaba, han ganado valor las uvas, los kiwis, la papaya… Los principales parámetros que se valoran para otorgar a una fruta la categoría super, con un valor extra en sus propiedades nutricionales son, entre otros, que tengan una importante concentración de nutrientes, que destaquen por su contenido en antioxidantes, que cuente con avales científicos contrastados, investigaciones clínicas de sus beneficios reales… pero ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Está demostrado que todos los excesos son malos (véase el peligro de una ingesta excesiva de agua, Hiperhidratación o intoxicación por consumo de agua), y precisamente la población no está especializada en nutrición. Los expertos en salud recomiendan una alimentación variada y equilibrada para que el organismo reciba los nutrientes necesarios, y alertan sobre los riesgos del abuso de super frutas o super alimentos. Valoremos las declaraciones de Agustín López Munguía del Insituto de Biotecnología de la UNAM, ‘comer en exceso superfrutas puede ser contraproducente, demasiados antioxidantes podrían afectar a las funciones regulatorias o neutralizar mecanismos de defensa que dependen de oxidantes naturales’.

Tengamos en cuenta también que muchas de estas superfrutas proceden de la importación, son productos perecederos, su precio es elevado… no nos dejemos llevar por la moda de los super alimentos y del ‘super consumo’ que puede llevar al desequilibrio nutricional.


De ahi que haya que respetar las cantidades-20 a 40 bayas diarias..

qué pena que tengan un gusto de mierda... Laughing

(me acabo de jamar una nectarina que estaba cojonuda :Iroks: ) Laughing

provocador...tú lo que quieres es llegar a la página 50.

cheers

Demasiado tarde..


Laughing Laughing (ejem...yo he inaugurado esa página 50 cheers)

por mi parte, todo son parabienes.

opino que es un topic magnífico y ha tenido momentos muy divertidos. a algunos nos gusta hablar de música y también soltar paridas de vez en cuando, me parece inofensivo.

se abre el telón y aparece un borracho en el metro. se cierra el telón...¿cómo se llama la banda? drunken


Última edición por deniztek el Miér 14 Sep - 15:19, editado 1 vez

deniztek

Mensajes : 125751
Fecha de inscripción : 12/08/2009

https://www.youtube.com/@pabloimireia?si=mF2gQIkvviU4XQ5L

Volver arriba Ir abajo

goji - Bayas de Goji - Página 20 Empty Re: Bayas de Goji

Mensaje por Bufalu Miér 14 Sep - 15:18

Pero están ricas de sabor???

-------

https://www.foroazkenarock.com/viewtopic.forum?t=30831
Bufalu
Bufalu

Mensajes : 1360
Fecha de inscripción : 04/09/2011

Volver arriba Ir abajo

Página 20 de 20. Precedente  1 ... 11 ... 18, 19, 20

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.