Ha muerto Lou Reed
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Re: Ha muerto Lou Reed
yo tampoco le veo problema algunoSteve Trumbo escribió:Pues tras varias escuchas durante esta semana ni mucho menos me ha disgustado The Bells. Ni mucho menos. Esa extrañeza, esa decadencia...Ese disco tiene algo.
Re: Ha muerto Lou Reed
Stoner escribió:yo tampoco le veo problema algunoSteve Trumbo escribió:Pues tras varias escuchas durante esta semana ni mucho menos me ha disgustado The Bells. Ni mucho menos. Esa extrañeza, esa decadencia...Ese disco tiene algo.
Re: Ha muerto Lou Reed
Coinicido contigo, un clásico, cuando me lo compré y lo escuché por primera vez, me sorprendió un huevo, no esperaba algo tan bueno y con tanto punch. No podía dejar de oirlo. Combina partes muy calmadas y otras muy ruidosas y revueltas, fluyendo de una forma muy natural. Me encanta. Canciones como waves of fear tienen un punto muy perturbador.deniztek escribió:Es que es increíble el disco éste..ese inicio (insuperable) con dos cancionazas impresionantes como "my house" o "women", burradas (ruidaco cuasi white light/white heat) como "the blue mask" o "waves of fear", "average guy" que es puro Lou, ese cierre con "heavenly arms"...para mí es un disco casi perfecto. y un milagro porque en cierto modo suena ochentero con ese bajo y tal pero le da mil patadas a esa alerta de ochenterismo en base a lo buenísimo que es y en algun momento anticipa incluso el sonido del new york..Devon Miles escribió:tremendo discazodeniztek escribió:yo tampoco guardo mal recuerdo...y el mistrial y el legendary hearts también me gustan. aunque no sean de sus mejores discos ni de lejos.Devon Miles escribió:New sensations, ahí viene por ejemplo I love you Suzanne. Sonido ochentero, pero no guardo mal recuerdo del disco.deniztek escribió:joder, no caigo en cual es el segundo por la derecha (al lado del mistrial)Stoner escribió:Espero que esta cajita me haga la tarde más llevadera en el curro
el blue mask sí que es de mis favoritos.
live in italy es un pedazo directo.
Devon Miles- Mensajes : 13260
Fecha de inscripción : 19/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Devon Miles escribió:Coinicido contigo, un clásico, cuando me lo compré y lo escuché por primera vez, me sorprendió un huevo, no esperaba algo tan bueno y con tanto punch. No podía dejar de oirlo. Combina partes muy calmadas y otras muy ruidosas y revueltas, fluyendo de una forma muy natural. Me encanta. Canciones como waves of fear tienen un punto muy perturbador.deniztek escribió:Es que es increíble el disco éste..ese inicio (insuperable) con dos cancionazas impresionantes como "my house" o "women", burradas (ruidaco cuasi white light/white heat) como "the blue mask" o "waves of fear", "average guy" que es puro Lou, ese cierre con "heavenly arms"...para mí es un disco casi perfecto. y un milagro porque en cierto modo suena ochentero con ese bajo y tal pero le da mil patadas a esa alerta de ochenterismo en base a lo buenísimo que es y en algun momento anticipa incluso el sonido del new york..Devon Miles escribió:tremendo discazodeniztek escribió:yo tampoco guardo mal recuerdo...y el mistrial y el legendary hearts también me gustan. aunque no sean de sus mejores discos ni de lejos.Devon Miles escribió:New sensations, ahí viene por ejemplo I love you Suzanne. Sonido ochentero, pero no guardo mal recuerdo del disco.deniztek escribió:joder, no caigo en cual es el segundo por la derecha (al lado del mistrial)Stoner escribió:Espero que esta cajita me haga la tarde más llevadera en el curro
el blue mask sí que es de mis favoritos.
live in italy es un pedazo directo.
Ahora mismo está atronando la homónima!
Re: Ha muerto Lou Reed
A mí me quedan algunos por oir todavía. the bells me lo compré también no hace mucho, hará casi 1 año, y como todos los que he escuchado de él,tiene una personalidad muy diferenciada....en el peor de los casos, algo siempre aporta . éste, the bells, no lo tengo tan escuchado como otros, tiene unas atmósferas jazzisticas decadentes que van atrapando, pero no es de los mejores.Steve Trumbo escribió:Pues tras varias escuchas durante esta semana ni mucho menos me ha disgustado The Bells. Ni mucho menos. Esa extrañeza, esa decadencia...Ese disco tiene algo.
The Blue Mask o Coney Island Baby son otra cosa, por ejemplo, recomendabilísimos.
Devon Miles- Mensajes : 13260
Fecha de inscripción : 19/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
yo también me lo he terminado poniendo, tremendo. Qué pedazo guitarrista Robert Quine. Y en este caso, al contrario que en el de Bowie, donde no termino de verlo, el recurso de la portada semi-repetida me parece muy acertado, dándole el azul y negro al Frankenstein glam de transformer un punto más oscuro e inquietante, en línea con el tono general del disco.deniztek escribió:Devon Miles escribió:Coinicido contigo, un clásico, cuando me lo compré y lo escuché por primera vez, me sorprendió un huevo, no esperaba algo tan bueno y con tanto punch. No podía dejar de oirlo. Combina partes muy calmadas y otras muy ruidosas y revueltas, fluyendo de una forma muy natural. Me encanta. Canciones como waves of fear tienen un punto muy perturbador.deniztek escribió:Es que es increíble el disco éste..ese inicio (insuperable) con dos cancionazas impresionantes como "my house" o "women", burradas (ruidaco cuasi white light/white heat) como "the blue mask" o "waves of fear", "average guy" que es puro Lou, ese cierre con "heavenly arms"...para mí es un disco casi perfecto. y un milagro porque en cierto modo suena ochentero con ese bajo y tal pero le da mil patadas a esa alerta de ochenterismo en base a lo buenísimo que es y en algun momento anticipa incluso el sonido del new york..Devon Miles escribió:tremendo discazodeniztek escribió:yo tampoco guardo mal recuerdo...y el mistrial y el legendary hearts también me gustan. aunque no sean de sus mejores discos ni de lejos.Devon Miles escribió:New sensations, ahí viene por ejemplo I love you Suzanne. Sonido ochentero, pero no guardo mal recuerdo del disco.deniztek escribió:joder, no caigo en cual es el segundo por la derecha (al lado del mistrial)Stoner escribió:Espero que esta cajita me haga la tarde más llevadera en el curro
el blue mask sí que es de mis favoritos.
live in italy es un pedazo directo.
Ahora mismo está atronando la homónima!
Ahora con the gun, cómo va reptando el tema
Devon Miles- Mensajes : 13260
Fecha de inscripción : 19/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Descomunal. Apoteosico, Intensamente excitante, no se, mil y un adjetivos identicos y siempre me quedaré corto. Tengo los dos en lp y en cd pero sin duda el que más escucho es una copia en cd que me grabé de los dos Lp. Siempre de tirón e incluso dos veces...................Moltisanti escribió:Pues escribiré un par de folios sobre Lou y los plantaré aquí. Gracias.Devon Miles escribió:pinkpanther escribió:Me encantaría leerlo.Moltisanti escribió:Dejando a un lado las obviedades (nombrar los cuatro discos de Velvet Underground, Transformer y Berlín sería reiterativo, sin olvidar Rock and Roll Animal, acaso el mejor directo de la historia) o, mejor dicho, semejantes clásicos de la historia del rock, y entrando en el siempre más agradecido terreno de la subjetividad, recomendaría efusivamente a mi querido Trumbo y a quien no conozca a Lou Reed los siguientes discos:
1. New York (jodidamente épico)
2. Lou Reed Live (el hermano pobre del Rock and Roll Animal, en mi opinión igual de incendiario que aquel)
3. Magic and loss (desesperada crónica de la muerte de un amigo, alegato absoluto contra el cáncer y mucho mejor musicalmente de lo que la crítica dice)
4. The Blue Mask (aunque sólo sea porque toca Robert Quine, quien tiene una historia bastante curiosa con Lou desde los años 60)
5. Live in Italy (extraño set list, escandalosamente bueno).
6. Street Hassle (aquí en el foro había un gran fan de ese disco que ya no está entre nosotros y que hay que mencionar siempre en su honor)
7. Songs for Drella (homenaje de Lou y John Cale a su supuesto mentor Andy Warhol, disco minimalista con canciones curiosas y un tono musical de lo más original).
Apenas he podido escribir sobre Lou desde que murió. Y tendría mucho que decir. Fue muy importante para mí. Y siempre hacía algo que me interesaba. Sí, incluso en el amorfo disco con Metallica había cosas que me gustaron...
Le echo mucho de menos, y llevaba tiempo echándole de menos, con aquello de los discos de meditación y demás.
Además lo que has puesto (menos los directos, que no he escuchado) coincide mucho con lo que pienso. Pero yo también echo mucho en falta una referencia a Coney Island Baby, disco balsámico y especial donde los haya.
Explicado lo de Coney.
En cuanto a los directos, especialmente Lou Reed Live. Lo de ese disco no tiene nombre, de verdad. Es mi inicio favorito de un directo junto al "Thunder Road" del 1975-85 de Springsteen. La manera en la que tocan tanto ahí como en el "Rock and roll animal" Dick Wagner y Steve Hunter creo que no tiene parangón. De verdad, no tiene parangón. Hablamos de un cronista vampírico, callejero y ambiguo acompañado de dos hachas monumentales, dos guitarristas verdaderamente sensacionales... no sé, tío. Cómprate este disco ya.
Del inmenso trabajo a las seis cuerdas que hicieron Hunter y Wagner ya se ha dicho todo y nunca ha sido suficiente. Ellos y algunos más me dieron el empujón definitivo para tocar la guitarra........... Pero y del bajo, ¡¡¡ Kpoco se ensalza lo enorme que suena a lo largo de los dos discos !!!!!!!!!! Prakash John es el hombre, UN MONSTRUO. ................ Sobre LOU REED, paso de hablar, solamente es escucharlo y me río de los memos que dicen que el tio LOU no sabía cantar
beriboogie- Mensajes : 5617
Fecha de inscripción : 11/11/2010
Re: Ha muerto Lou Reed
me acabo de comprar Street Hassle
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 10/02/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Un disco que se me pasó poner en la lista y que es curiosísimo es el "Set the twilight reeling".
Esa rocosidad siempre me encantó.
Esa rocosidad siempre me encantó.
Moltisanti- Mensajes : 48182
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Este hombre ha grabado discos imprescindibles: los de la Velvet Underground, Transformer, New York, Set the twilight reeling, Ecstasy...
Me encantaba su rollo de superviviente del lado de salvaje de la vida, de poeta maldito, de "newyorker" cínico y chulesco...
Una gran pérdida para el rock´n´roll.
De sus temas menos conocidos a mi este me parece una barbaridad:
RIP
Me encantaba su rollo de superviviente del lado de salvaje de la vida, de poeta maldito, de "newyorker" cínico y chulesco...
Una gran pérdida para el rock´n´roll.
De sus temas menos conocidos a mi este me parece una barbaridad:
RIP
Fronkonstin- Mensajes : 1645
Fecha de inscripción : 24/05/2009
Re: Ha muerto Lou Reed
La primera vez que escuché a Lou Reed fue en televisión. Grabando vídeos en algún canal, me topé con “Dirty Boulevard”. Tenía 14 años. Me impactaron aquellas imágenes de desesperación extrema filmadas en un blanco y negro azulado. Y estaba aquel tipo embutido en cuero, con gafas redondas, que me haría caer en sus redes con una serie de coincidencias maravillosas. Una canción en una cinta, inédita en su discografía (“Voices of freedom”), un concierto inencontrable de la presentación de “New York” en las primeras emisiones de la primeriza Canal Plus, en abierto, donde se le veía sentado en un pequeño bar-teatro maravilloso, fumando tranquilo, increpando con ironía y suavidad al público (“Ahora vamos a tocar una canción que sale en una banda sonora de una película… ¿queréis saber qué película es? –Silencio- Ah ok, pues no lo digo… esta canción se llama “Busload of faith”), hablando de su música con la duda del perfeccionista compulsivo e inseguro que sabe que lo que tiene bajo el brazo forma parte de una ignominia monstruosa y lo enseña con orgullo y devoción (“el guitarrista va a imitar los sonidos del océano… así es como sonamos, para bien o para mal”, antes de “Last great american whale”)… vi ese concierto infinitas veces, y me resultaba curioso escuchar a mi padre decir que aquel rockero era su favorito, porque carecía de aquello que le resultaba artificioso a mi viejo en el rock. Las luces, la pompa, el espectáculo.
Reed formaba parte de ese rollo espartano e intelectual que siempre he asociado a mi padre. Lou Reed llegó a mi adolescencia a través de un video sencillo, de una colección de canciones grabadas en cintas de cromo, de conciertos grabados cuando la televisión de pago empezaba y aun se emitía en abierto. Reed era siempre lo contrario de los tiempos. O mejor dicho, era el hombre con el que cambiaban los tiempos. Mis tiempos.
Después llegó 3º de BUP. Aquel fue un año importante. Fue el año que descubrí los primeros amores dolorosos, aquellos “amores rotos sin estrenar” que cantaba el que fue para mí mi Lou Reed español, Ramón Higueras, integrante de una banda desconocida e ignorada llamada Los Sentidos. Aquella canción que hablaba de Lou se llamaba “Mi Generación”. Era un tema que sonaba en Siroco, que nadie conocía, y que trataba, como las grandes odas, del curioso e inevitable binomio que siempre ha definido mi vida y la de mis allegados. Aquello de anhelos y frustraciones. “¿Dónde está mi generación? ¿Dónde han dejado su rastro? Tal vez fueron los Stones, Bowie, Reed o Nacha Pop; pero voy a buscar la huella que dejaron al pasar, volver a recordar amores rotos sin estrenar…”
Llegó el viaje en primavera a La Almoraima, aquel viaje de iniciación y desconcierto, de hachís y Velvet Underground. Por este orden, “The Velvet Underground”, “Loaded”, “The Velvet Underground & Nico”. El incendiario e inescuchable “White Light White Heat” llegaría más adelante… pero aquellos discos, en especial los dos primeros (cronológicamente en la discografía de “la” Velvet, el tercero y el cuarto, ya sin John Cale y con Doug Yule), fueron un cataclismo. Me cambiaron. Me definieron. Musical y vitalmente. No podía creer la fluidez deconstruida, la suavidad endurecida, el desenfreno contenido con el que aquella colección de canciones se presentaban ante mí. Era una sorpresa constante. Un martirio agradable. “Beginning to see the light”, “Candy Says”, “Pale Blue Eyes”, “Cool it down”, “New Age”, “I found a reason”… era todo amor. Era el amor que sentía por una chica que nunca fue mía. Era el desconcierto y la pasión indefinidas, indescifrables, llenas de dudas, de razones, de sinrazones, de desolación. Escuchaba y disfrutaba a Lou en soledad, encerrado en mil sentimientos encontrados. Rabia, ira, frustración, incomprensión, marginación, se agolpaban en la puerta de un chaval que hasta entonces siempre había sido un niño feliz, sensible, vehemente, apasionado, libre. No entendía y no hacía por entender qué era toda aquella serie de errores que cometía con una entrega absoluta. Las drogas, la infidelidad, las mentiras, la tristeza. Todo aquello que sentía y en lo que militaba, todo estaba presidido por la música de Lou Reed.
Pasaron los años y sus discos fueron llegando en cadena, como una cascada. Por unas cosas o por otras siempre acababa haciéndome con “otro disco de Lou Reed”. Primero fueron aquellos directos, el “Rock and roll animal” y su hermano pobre, “Lou Reed Live”. Pronto llegó “New York”. Nunca fui mucho de Berlín: nunca entendí aquella frialdad tan hermosa. Con los años, acabaría gustándome. Tampoco fui mucho de “Transformer”, aunque ahora lo entiendo como parte de una de las cosas que más me gustaban de Lou, y que paradójicamente siempre he admirado en otro de mis fetiches, el hombre antes conocido como Axl Rose. Esa asombrosa capacidad de beber de muchas fuentes. “Transformer” simboliza la capacidad de Reed de mutar, de absorber, de trasplantar. En este caso, de un maestro (que siempre me gustó menos que Lou) como David Bowie. Esas canciones maravillosamente deslavazadas, que en directo se convertían en un armazón prodigioso, hoy las contemplo como pasos lógicos en su carrera, pero desperdigados a lo largo de mi vida. Siempre he entendido “Vicious” y “Satellite of love” como una unidad, como una sola roca. El muro que Reed nos entrega, ayudado por Dick Wagner y Steve Hunter, en “Lou Reed Live”. No conozco muchos inicios de concierto mejores. Menudas dos bombas encadenadas.
Cito siempre “Rock and roll animal” como mi disco en vivo predilecto, junto al “Live 1975-85” de Springsteen. En realidad, no tienen mucho que ver. Uno tiene menos canciones y cubre un periodo de tiempo similar pero mutando las canciones hasta el paroxismo. El otro es triple (quíntuple en formato LP) y saciado. Ambos son monstruosos. En realidad, aunque separados por mil circunstancias, los dos eran inseguros y ensimismados. Bruce acabó siendo ídolo de masas, algo que ha terminado por resultarme molesto, y algo que Lou jamás podría haber sido.
Lou Reed era un tipo que conseguía hacerme entender que toda esa ira en las letras, toda esa violencia, eran consecuencia directa de una sensibilidad atormentada que justificaba plenamente sus mil y un caras, todos aquellos revestimientos, las tomas donde simulaba pincharse ante la audiencia, el cambio en el color de su pelo, su ambigüedad sexual. Reed era mucho más que eso, pero en el fondo para mí era un compañero, un referente y, esencialmente, un escritor de canciones. Nunca me importaron sus declaraciones, que por lo demás releo a día de hoy y encuentro siempre entrañables. Me pasa como a tantos, que creía que no me caía demasiado bien y sin embargo resultaba que era esencial, indiscutible, un guía innegable. Su pasión, su desenfreno, sus secretos. Aquellas cosas que decía que Candy o Caroline decían, aquella misoginia enternecedora, esos alegatos por la libertad de elección, las definiciones de sensaciones tan imposibles de describir. “Heroin”, o el viaje. “Sweet Jane”, o la rutina. “Rock and roll”, o el rock and roll. Dijo Lennon que el rock se llamaría Chuck Berry si no se hubiese llamado rock and roll. Yo creo que el rock se llamaría Lou Reed si se hubiese fabricado siempre en la calle, y no en casa.
Reed era el hombre que escribía las notas de un disco en directo (“Perfect Night: Live in London”) hablando de lo mucho que le impresionó un amplificador que le fabricó un tipo para enchufar la guitarra acústica. Era un sabio, un artesano de la canción, como mi añorado Antonio Vega. Siempre encontré que compartían muchas cosas, además de la más obvia.
Aunque en Lou decían que era leyenda urbana. Bien, nunca me lo creí. Que fuera leyenda urbana es tan absurdo como decir que Lou era sólo un hombre. Reed era un ser experimental, pero no con la droga. Reed era un ser experimental con el amor, con el sexo, con la androginia, con la canción, con el público, con la guitarra, con el color, con la palabra.
Descubrí casi de forma paralela a los discos de Velvet Underground aquel maravilloso directo que sacó en 1993 tras la reunión de la Velvet para una gira. Tenía amigos en aquella época que les vieron, junto a Chris Isaak entre otros, en aquel festival durante el Xacobeo 93. Me contaron que fue mítico. Nunca le vi en directo, y es una espina que no he conseguido quitarme. Aunque vi aquel concierto de Canal Plus junto a mi viejo mil veces. Me gustaba. Era como ver a mi viejo hecho rock. Lou Reed era la cabeza del rock. Era lo que el rock no es y debió ser. Era rock sin focos. Rock sin esperpento.
Entre sus discos, que ya cité el otro día, encuentro “New York” una inspiración, “Magic and loss” un tratado, “Songs for Drella” un enternecedor invento. Todos ellos son homenajes. Me encantan los homenajes. Reed se tributaba a sí mismo y a los demás, porque era egocéntrico y complicado, y también generoso y desprendido. Reed era el hombre que se había encerrado a grabar “Afterhours” con Maureen Tucker cuando en el estudio todos se reían de ella, de su fealdad y de su forma inocente de cantar. Él la cogió y consiguió sacar de ella aquel momento único en la historia del rock. Desnudo, sencillo, apasionante. Él era la banda sonora de todas aquellas cosas que me pasaban. Porque todo pasaba con 16 años. Todo pasaba. Nada se quedaba. Todo era rápido, doloroso, incomprensible. Todo era como es a los 16 años. Y además estaba Lou, que lo hacía todo mucho más complicado. Todo se convertía en insoportable cuando escuchaba a Lou. Y precisamente por eso me gustaba tanto.
“Cuando te veo venir sólo tengo ganas de correr”, cantaba en “Vicious”. Y veía a mis amigos lejos, y a aquella chica aun más lejos. Y Ramón, el cantante de Los Sentidos, había vivido en Portobello Road, conocido al amor de su vida y compartido un viejo colchón, y se había enganchado a la heroína y había contraído el SIDA y componía canciones maravillosas. Y Antonio Vega me cantaba del Madrid que estaba empezando a conocer en profundidad. La Malasaña del 93, créeme, no tenía bongos ni rastas. Ey, nada en contra. Sin ofensa. Simplemente, no los tenía Y Lou Reed se metía en “Take no Prisoners” con negros, blancos, azules y amarillos ¿no? En cierto sentido, y esto es algo que los que me conocen ya saben y respetan e incluso diría que les hace cierta gracia, siempre me he sentido desplazado. Demasiado rojo para los fachas y demasiado retrógrado para mi círculo rojo. Demasiado misógino para las chicas de Femen y sin embargo admirador secreto de Lara Álvarez, a quien respeto y admiro y me la follaría por todos lados porque tiene unas tetas preciosas. Ey, nadie dijo que fuera fácil. Siempre nadando a contracorriente, peleando a la contra incluso sin haber leído el libro de Bukowski. Amas y eres malinterpretado, te expresas y te acusan de portar fuegos artificiales, preguntas y llamas y te dicen que eres un interesado. Egoísta, radical, vagamente superficial, rojo pero te gustan el fútbol y los toros, rock pero con el pelo corto. En el fondo, no me interesa siquiera saber si me explico. Sé que me explico, pero me trae por culo si se me entiende.
Lou.
Cuánto te echo de menos.
Porque en gran parte, te debo ser como soy. Es una putada ser como soy. Es una putada que me hayas enseñado cómo soy. Es jodido no tenerte. No he leído ni una palabra aun sobre tu muerte. Al día siguiente, estaba en Coruña (encorbatado, sorbiendo un zumo de piña porque pretendo adelgazar, pero pegándole al vino cuatro horas después porque no sé decir que no a ciertas cosas) en una cafetería y vi que El País dedicaba ciento cincuenta páginas a tu muerte. Incluido un artículo de Ray Loriga. No escribía Boyero, pero sí Diego Manrique. Robé aquel periódico por varias razones, entre otras la más sencilla de que no sabía si iba a poder comprarlo a lo largo del día. Algo más enrevesada es que no me gusta leer en internet artículos que no sean de baloncesto o paranoias personales de gente a la que no conozco demasiado pero a los que aprecio en un foro de rock llamado La Plazoleta. Prácticamente inexplicable es que me salió de los huevos robar aquel periódico porque el camarero, que era un poco jipi, me miró raro cuando le dije que no quería de tapa callos, sino un trozo de tortilla. Apenas comí en todo el día. Sólo bebí vino y por la noche whisky solo. Y volví a fumarme un canuto. Hacía años, joder.
Me enteré de la muerte de Lou escuchando al acostarme un programa de fútbol. Tócate los cojones. De boca de Paco González, que me cae mal, pero que puso “Sweet Jane” en la versión del Rock and roll animal, aunque la cortó a los tres minutos porque no había tiempo para más. Estaba la habitación oscura, estaba mi mujer al lado. Me quedé tan triste que no pude decir nada. Me acurruqué incluso un poco, pero solo. Me sentí terriblemente solo en aquel momento. Después, a la mañana siguiente, de viaje de trabajo, compartí sensaciones con un amigo a través de whatsapp. Me parece horroroso todo. Me parecen lamentables una parte importante de las cosas que uso o hago durante el día. O de vez en cuando. No miro casi el Facebook porque lo utilicé para promocionar mi grupo, me jode el whatsapp porque tecleo demasiado rápido y tengo dedos como pollas para escribir con ese teclado tan minúsculo, me toca la polla recibir ochenta emails por día, y el teléfono me castiga el cerebro y los nervios. Mi viejo era mucho más sabio. Ignoraba la tecnología y amaba la lectura y el contubernio, las amistades, andar por la mañana varios kilómetros, comer con ansia y disfrutar de lo que hacía. Y no parar de darle vueltas a la cabeza.
Hoy me apetece decir la verdad porque siempre me han gustado las mentiras. Me parecen mucho más arriesgadas y apasionantes. Aunque no me salen a menudo, me resultan una práctica maravillosa. Recuerdo que tenía un amigo que me decía que él soltaba por costumbre una media de diez o quince mentiras diarias. Mentiras sin importancia, piadosas, mentirijillas. Pero le resultaba excitante. Yo no soy así, pero sí soy conspirador y me conmueve el contubernio. Todos los días grito un poco. Todos los días leo un poco. Todos los días escucho un disco. Todos los días le doy un beso a mi mujer (o varios) y a mi hijo. Todos los días comparto impresiones con amigos. Sigo viviendo de las cosas que me excitan. Las vibraciones cordiales comunes. Los partos. Las leyendas urbanas. La suciedad. Las cosas que odio. Las cosas que respeto. El país que desprecio. La gente que quiero.
Siempre me han gustado las mentiras, Lou. Por eso robé aquel periódico. Por eso no lo he leído aun, porque quiero mentirme y no quiero leer que has muerto. Aunque sé que mi admiración/desprecio por Ray Loriga me va a hacer disfrutar de su artículo, y sé que mi admiración/desprecio por Diego Manrique me va a hacer disfrutar de sus palabras. Sé que me va a gustar ver tus fotos, y las mentiras que se dicen sobre ti. Tengo el periódico que robé aquí al lado y aun no he podido abrirlo. Porque una parte de mí cree que va a morir por leer que has muerto.
No he leído nada en internet sobre su muerte, excepto lo dicho en el foro de rock La Plazoleta, donde un amigo que no es fan de Lou ha escuchado ahora “The Bells” tras su muerte. Es un amigo peculiar, y si le tuviese delante le hubiese abroncado por reengancharse con Lou por ahí y nos hubiésemos fumado un trócolo escuchando “Magic and loss”, o “Set the twilight reeling”, o “Coney Island Baby” (vale Iñigo, ahora que eres padre creo que es momento de decirte que te quiero, porque me sale del rabo decírtelo, y que desde que eres padre te quiero más, aunque no sé cuándo te voy a volver a ver). Quizás ese sería un buen momento para desenterrar algún viejo disco de “la” Velvet, y cuando ya estuviésemos completamente colocados, escuchar un poco el disco con Metallica. Menudo final, Lou. Sólo un chalado de mierda como tú podía terminar con ese espantoso final. Escuché aquel disco cinco veces, y lo disfruté, coño. Era un castigo indescifrable, un monstruo inaccesible, un pecado de virtud y facultades ocultas bajo un muro asqueroso de distorsión y metal de tercera. Y sin embargo, ahí estaba Lou. Y estaban sus textos. Y estaba su forma de cantar/hablar. Y algunas melodías, joder, algunas melodías me gustaban. Así de sencillo. Me gustaban. Como me gustan algunas canciones de Coldplay o el disco “Beautiful World” de Take That, solo que al revés. Igual que el chicle con sabor a melón o un beso con sabor a sudor. O los canelones. O el final de los Soprano. Es igual, no me lo expliques, no intentes que te lo explique. No lo entenderías. Lou era orgulloso e impertinente. Esa gallardía, esa altanería, ese donaire, siempre fueron conmigo. El inmenso, inexplicable y maravilloso placer de no tener que explicar que una cosa te gusta porque te gusta, coño, porque te importa de poco a nada lo que opinen de ti, aunque te importe, porque eres dueño de tu contradicción y de tu estupidez, porque lo defiendes y te gusta defenderlo, porque crees en ello, porque estás solo y te gusta estarlo en ese argumento. Es tu argumento. Es tu movida. Lo sientes, lo tienes dentro. Te gusta y lo dices. Aunque suene raro. Aunque crean que lo dices por soltar una boutade. No, no… no. Es un tema de principio, de base. No crees en la sinceridad de “te lo digo porque soy sincero, te jodo vivo, pero ¡ey! Te lo digo sinceramente”. Crees en la sinceridad de “me gustan Coldplay, sí. No, gracias, no quiero la chapita. No, no, ni tampoco la bandera. En todo caso, la del arco iris, que es republicana”.
He leído una sola cosa sobre la muerte de Lou. Ha sido en el magazine de El Mundo, y ha sido una cita de Patti Smith. “Recientemente, lo había visto en la ciudad con su esposa, Laurie, y había sentido que estaba enfermo. Un cansancio ensombrecía su brillo habitual. Cuando Lou dijo adiós, sus ojos oscuros parecían contener una tristeza infinita y benevolente”, escribió. Patti le admiraba y parece que le veía igual que le veo yo. “Lou era un hombre complicado, animaba nuestros esfuerzos, entonces cambiaba y me provocaba como un colegial maquiavélico. Llevó la sensibilidad de las artes y las letras a su música. Fue el poeta de Nueva York de nuestra generación, defendiendo a los inadaptados como (Walt) Whitman había defendido a sus trabajadores y (Federico García) Lorca a sus perseguidos”. Luego, descubrió que el 27 de octubre era la fecha “de los cumpleaños de Dylan Thomas y de Sylvia Plath. Lou había elegido el día perfecto para zarpar, el día de los poetas, el domingo por la mañana, el mundo detrás de él”.
Esto es lo único que he leído sobre la muerte de Lou, y por ahora no quiero leer más. Quiero ver el concierto que le filmó Schnabel y beber y drogarme y estar solo. Y quiero escuchar “Lou Reed Live” porque quiero volver a esa oda triste, a ese principio inquietante, ese teclado neurótico, esas frases soltadas como escupitajos hermosos. Porque Lou cantaba impulsivo y feo, y a la vez era perfecto, poético, tan despiezado como bello. Era profunda y miserablemente humano. Era, si quieres, como lo que siento por ti. Un compendio de cosas inexplicables que las juntas y sale lo que hace que me estalle el pecho. Sigo sin poderlo soportar. Sigo sintiéndome como Ramón. Sigo sintiéndome afín, solo y de pie, sigo sin haber soñado anoche, sigo en mi laberinto emocional. Sigue gustándome el dibujo libre y la Gran Vía cruzar, de lado a lado, sin parar. Sigo viendo un paisaje descomunal en cada rincón donde me siento a, simplemente, contemplar. Sigo inmerso en mi radiografía permanente, en mi recuerdo eterno, en la extrañeza de vivir sin mis padres. Sigo queriendo a mis viejos amigos, a los que no veo, con los que estoy cabreado porque no les veo. Sigo queriendo a los amigos con los que hablo de Lou Reed, de fútbol, de chicas, de Chris Robinson, de la muerte del rock, de los Chicago Bulls. Sigo queriendo a mi amigo vasco, y a mi amigo de Móstoles que ahora tiene un huevo y medio. Sigo queriendo emborracharme porque echo de menos demasiadas cosas. Sigo queriendo escribir aunque sepa que a estas alturas ya no me estará leyendo nadie. Y sigo sintiendo que cuanto más me implico en las cosas, peor me salen.
Me pasa un poco como a Lou Reed, ¿no crees?
Reed formaba parte de ese rollo espartano e intelectual que siempre he asociado a mi padre. Lou Reed llegó a mi adolescencia a través de un video sencillo, de una colección de canciones grabadas en cintas de cromo, de conciertos grabados cuando la televisión de pago empezaba y aun se emitía en abierto. Reed era siempre lo contrario de los tiempos. O mejor dicho, era el hombre con el que cambiaban los tiempos. Mis tiempos.
Después llegó 3º de BUP. Aquel fue un año importante. Fue el año que descubrí los primeros amores dolorosos, aquellos “amores rotos sin estrenar” que cantaba el que fue para mí mi Lou Reed español, Ramón Higueras, integrante de una banda desconocida e ignorada llamada Los Sentidos. Aquella canción que hablaba de Lou se llamaba “Mi Generación”. Era un tema que sonaba en Siroco, que nadie conocía, y que trataba, como las grandes odas, del curioso e inevitable binomio que siempre ha definido mi vida y la de mis allegados. Aquello de anhelos y frustraciones. “¿Dónde está mi generación? ¿Dónde han dejado su rastro? Tal vez fueron los Stones, Bowie, Reed o Nacha Pop; pero voy a buscar la huella que dejaron al pasar, volver a recordar amores rotos sin estrenar…”
Llegó el viaje en primavera a La Almoraima, aquel viaje de iniciación y desconcierto, de hachís y Velvet Underground. Por este orden, “The Velvet Underground”, “Loaded”, “The Velvet Underground & Nico”. El incendiario e inescuchable “White Light White Heat” llegaría más adelante… pero aquellos discos, en especial los dos primeros (cronológicamente en la discografía de “la” Velvet, el tercero y el cuarto, ya sin John Cale y con Doug Yule), fueron un cataclismo. Me cambiaron. Me definieron. Musical y vitalmente. No podía creer la fluidez deconstruida, la suavidad endurecida, el desenfreno contenido con el que aquella colección de canciones se presentaban ante mí. Era una sorpresa constante. Un martirio agradable. “Beginning to see the light”, “Candy Says”, “Pale Blue Eyes”, “Cool it down”, “New Age”, “I found a reason”… era todo amor. Era el amor que sentía por una chica que nunca fue mía. Era el desconcierto y la pasión indefinidas, indescifrables, llenas de dudas, de razones, de sinrazones, de desolación. Escuchaba y disfrutaba a Lou en soledad, encerrado en mil sentimientos encontrados. Rabia, ira, frustración, incomprensión, marginación, se agolpaban en la puerta de un chaval que hasta entonces siempre había sido un niño feliz, sensible, vehemente, apasionado, libre. No entendía y no hacía por entender qué era toda aquella serie de errores que cometía con una entrega absoluta. Las drogas, la infidelidad, las mentiras, la tristeza. Todo aquello que sentía y en lo que militaba, todo estaba presidido por la música de Lou Reed.
Pasaron los años y sus discos fueron llegando en cadena, como una cascada. Por unas cosas o por otras siempre acababa haciéndome con “otro disco de Lou Reed”. Primero fueron aquellos directos, el “Rock and roll animal” y su hermano pobre, “Lou Reed Live”. Pronto llegó “New York”. Nunca fui mucho de Berlín: nunca entendí aquella frialdad tan hermosa. Con los años, acabaría gustándome. Tampoco fui mucho de “Transformer”, aunque ahora lo entiendo como parte de una de las cosas que más me gustaban de Lou, y que paradójicamente siempre he admirado en otro de mis fetiches, el hombre antes conocido como Axl Rose. Esa asombrosa capacidad de beber de muchas fuentes. “Transformer” simboliza la capacidad de Reed de mutar, de absorber, de trasplantar. En este caso, de un maestro (que siempre me gustó menos que Lou) como David Bowie. Esas canciones maravillosamente deslavazadas, que en directo se convertían en un armazón prodigioso, hoy las contemplo como pasos lógicos en su carrera, pero desperdigados a lo largo de mi vida. Siempre he entendido “Vicious” y “Satellite of love” como una unidad, como una sola roca. El muro que Reed nos entrega, ayudado por Dick Wagner y Steve Hunter, en “Lou Reed Live”. No conozco muchos inicios de concierto mejores. Menudas dos bombas encadenadas.
Cito siempre “Rock and roll animal” como mi disco en vivo predilecto, junto al “Live 1975-85” de Springsteen. En realidad, no tienen mucho que ver. Uno tiene menos canciones y cubre un periodo de tiempo similar pero mutando las canciones hasta el paroxismo. El otro es triple (quíntuple en formato LP) y saciado. Ambos son monstruosos. En realidad, aunque separados por mil circunstancias, los dos eran inseguros y ensimismados. Bruce acabó siendo ídolo de masas, algo que ha terminado por resultarme molesto, y algo que Lou jamás podría haber sido.
Lou Reed era un tipo que conseguía hacerme entender que toda esa ira en las letras, toda esa violencia, eran consecuencia directa de una sensibilidad atormentada que justificaba plenamente sus mil y un caras, todos aquellos revestimientos, las tomas donde simulaba pincharse ante la audiencia, el cambio en el color de su pelo, su ambigüedad sexual. Reed era mucho más que eso, pero en el fondo para mí era un compañero, un referente y, esencialmente, un escritor de canciones. Nunca me importaron sus declaraciones, que por lo demás releo a día de hoy y encuentro siempre entrañables. Me pasa como a tantos, que creía que no me caía demasiado bien y sin embargo resultaba que era esencial, indiscutible, un guía innegable. Su pasión, su desenfreno, sus secretos. Aquellas cosas que decía que Candy o Caroline decían, aquella misoginia enternecedora, esos alegatos por la libertad de elección, las definiciones de sensaciones tan imposibles de describir. “Heroin”, o el viaje. “Sweet Jane”, o la rutina. “Rock and roll”, o el rock and roll. Dijo Lennon que el rock se llamaría Chuck Berry si no se hubiese llamado rock and roll. Yo creo que el rock se llamaría Lou Reed si se hubiese fabricado siempre en la calle, y no en casa.
Reed era el hombre que escribía las notas de un disco en directo (“Perfect Night: Live in London”) hablando de lo mucho que le impresionó un amplificador que le fabricó un tipo para enchufar la guitarra acústica. Era un sabio, un artesano de la canción, como mi añorado Antonio Vega. Siempre encontré que compartían muchas cosas, además de la más obvia.
Aunque en Lou decían que era leyenda urbana. Bien, nunca me lo creí. Que fuera leyenda urbana es tan absurdo como decir que Lou era sólo un hombre. Reed era un ser experimental, pero no con la droga. Reed era un ser experimental con el amor, con el sexo, con la androginia, con la canción, con el público, con la guitarra, con el color, con la palabra.
Descubrí casi de forma paralela a los discos de Velvet Underground aquel maravilloso directo que sacó en 1993 tras la reunión de la Velvet para una gira. Tenía amigos en aquella época que les vieron, junto a Chris Isaak entre otros, en aquel festival durante el Xacobeo 93. Me contaron que fue mítico. Nunca le vi en directo, y es una espina que no he conseguido quitarme. Aunque vi aquel concierto de Canal Plus junto a mi viejo mil veces. Me gustaba. Era como ver a mi viejo hecho rock. Lou Reed era la cabeza del rock. Era lo que el rock no es y debió ser. Era rock sin focos. Rock sin esperpento.
Entre sus discos, que ya cité el otro día, encuentro “New York” una inspiración, “Magic and loss” un tratado, “Songs for Drella” un enternecedor invento. Todos ellos son homenajes. Me encantan los homenajes. Reed se tributaba a sí mismo y a los demás, porque era egocéntrico y complicado, y también generoso y desprendido. Reed era el hombre que se había encerrado a grabar “Afterhours” con Maureen Tucker cuando en el estudio todos se reían de ella, de su fealdad y de su forma inocente de cantar. Él la cogió y consiguió sacar de ella aquel momento único en la historia del rock. Desnudo, sencillo, apasionante. Él era la banda sonora de todas aquellas cosas que me pasaban. Porque todo pasaba con 16 años. Todo pasaba. Nada se quedaba. Todo era rápido, doloroso, incomprensible. Todo era como es a los 16 años. Y además estaba Lou, que lo hacía todo mucho más complicado. Todo se convertía en insoportable cuando escuchaba a Lou. Y precisamente por eso me gustaba tanto.
“Cuando te veo venir sólo tengo ganas de correr”, cantaba en “Vicious”. Y veía a mis amigos lejos, y a aquella chica aun más lejos. Y Ramón, el cantante de Los Sentidos, había vivido en Portobello Road, conocido al amor de su vida y compartido un viejo colchón, y se había enganchado a la heroína y había contraído el SIDA y componía canciones maravillosas. Y Antonio Vega me cantaba del Madrid que estaba empezando a conocer en profundidad. La Malasaña del 93, créeme, no tenía bongos ni rastas. Ey, nada en contra. Sin ofensa. Simplemente, no los tenía Y Lou Reed se metía en “Take no Prisoners” con negros, blancos, azules y amarillos ¿no? En cierto sentido, y esto es algo que los que me conocen ya saben y respetan e incluso diría que les hace cierta gracia, siempre me he sentido desplazado. Demasiado rojo para los fachas y demasiado retrógrado para mi círculo rojo. Demasiado misógino para las chicas de Femen y sin embargo admirador secreto de Lara Álvarez, a quien respeto y admiro y me la follaría por todos lados porque tiene unas tetas preciosas. Ey, nadie dijo que fuera fácil. Siempre nadando a contracorriente, peleando a la contra incluso sin haber leído el libro de Bukowski. Amas y eres malinterpretado, te expresas y te acusan de portar fuegos artificiales, preguntas y llamas y te dicen que eres un interesado. Egoísta, radical, vagamente superficial, rojo pero te gustan el fútbol y los toros, rock pero con el pelo corto. En el fondo, no me interesa siquiera saber si me explico. Sé que me explico, pero me trae por culo si se me entiende.
Lou.
Cuánto te echo de menos.
Porque en gran parte, te debo ser como soy. Es una putada ser como soy. Es una putada que me hayas enseñado cómo soy. Es jodido no tenerte. No he leído ni una palabra aun sobre tu muerte. Al día siguiente, estaba en Coruña (encorbatado, sorbiendo un zumo de piña porque pretendo adelgazar, pero pegándole al vino cuatro horas después porque no sé decir que no a ciertas cosas) en una cafetería y vi que El País dedicaba ciento cincuenta páginas a tu muerte. Incluido un artículo de Ray Loriga. No escribía Boyero, pero sí Diego Manrique. Robé aquel periódico por varias razones, entre otras la más sencilla de que no sabía si iba a poder comprarlo a lo largo del día. Algo más enrevesada es que no me gusta leer en internet artículos que no sean de baloncesto o paranoias personales de gente a la que no conozco demasiado pero a los que aprecio en un foro de rock llamado La Plazoleta. Prácticamente inexplicable es que me salió de los huevos robar aquel periódico porque el camarero, que era un poco jipi, me miró raro cuando le dije que no quería de tapa callos, sino un trozo de tortilla. Apenas comí en todo el día. Sólo bebí vino y por la noche whisky solo. Y volví a fumarme un canuto. Hacía años, joder.
Me enteré de la muerte de Lou escuchando al acostarme un programa de fútbol. Tócate los cojones. De boca de Paco González, que me cae mal, pero que puso “Sweet Jane” en la versión del Rock and roll animal, aunque la cortó a los tres minutos porque no había tiempo para más. Estaba la habitación oscura, estaba mi mujer al lado. Me quedé tan triste que no pude decir nada. Me acurruqué incluso un poco, pero solo. Me sentí terriblemente solo en aquel momento. Después, a la mañana siguiente, de viaje de trabajo, compartí sensaciones con un amigo a través de whatsapp. Me parece horroroso todo. Me parecen lamentables una parte importante de las cosas que uso o hago durante el día. O de vez en cuando. No miro casi el Facebook porque lo utilicé para promocionar mi grupo, me jode el whatsapp porque tecleo demasiado rápido y tengo dedos como pollas para escribir con ese teclado tan minúsculo, me toca la polla recibir ochenta emails por día, y el teléfono me castiga el cerebro y los nervios. Mi viejo era mucho más sabio. Ignoraba la tecnología y amaba la lectura y el contubernio, las amistades, andar por la mañana varios kilómetros, comer con ansia y disfrutar de lo que hacía. Y no parar de darle vueltas a la cabeza.
Hoy me apetece decir la verdad porque siempre me han gustado las mentiras. Me parecen mucho más arriesgadas y apasionantes. Aunque no me salen a menudo, me resultan una práctica maravillosa. Recuerdo que tenía un amigo que me decía que él soltaba por costumbre una media de diez o quince mentiras diarias. Mentiras sin importancia, piadosas, mentirijillas. Pero le resultaba excitante. Yo no soy así, pero sí soy conspirador y me conmueve el contubernio. Todos los días grito un poco. Todos los días leo un poco. Todos los días escucho un disco. Todos los días le doy un beso a mi mujer (o varios) y a mi hijo. Todos los días comparto impresiones con amigos. Sigo viviendo de las cosas que me excitan. Las vibraciones cordiales comunes. Los partos. Las leyendas urbanas. La suciedad. Las cosas que odio. Las cosas que respeto. El país que desprecio. La gente que quiero.
Siempre me han gustado las mentiras, Lou. Por eso robé aquel periódico. Por eso no lo he leído aun, porque quiero mentirme y no quiero leer que has muerto. Aunque sé que mi admiración/desprecio por Ray Loriga me va a hacer disfrutar de su artículo, y sé que mi admiración/desprecio por Diego Manrique me va a hacer disfrutar de sus palabras. Sé que me va a gustar ver tus fotos, y las mentiras que se dicen sobre ti. Tengo el periódico que robé aquí al lado y aun no he podido abrirlo. Porque una parte de mí cree que va a morir por leer que has muerto.
No he leído nada en internet sobre su muerte, excepto lo dicho en el foro de rock La Plazoleta, donde un amigo que no es fan de Lou ha escuchado ahora “The Bells” tras su muerte. Es un amigo peculiar, y si le tuviese delante le hubiese abroncado por reengancharse con Lou por ahí y nos hubiésemos fumado un trócolo escuchando “Magic and loss”, o “Set the twilight reeling”, o “Coney Island Baby” (vale Iñigo, ahora que eres padre creo que es momento de decirte que te quiero, porque me sale del rabo decírtelo, y que desde que eres padre te quiero más, aunque no sé cuándo te voy a volver a ver). Quizás ese sería un buen momento para desenterrar algún viejo disco de “la” Velvet, y cuando ya estuviésemos completamente colocados, escuchar un poco el disco con Metallica. Menudo final, Lou. Sólo un chalado de mierda como tú podía terminar con ese espantoso final. Escuché aquel disco cinco veces, y lo disfruté, coño. Era un castigo indescifrable, un monstruo inaccesible, un pecado de virtud y facultades ocultas bajo un muro asqueroso de distorsión y metal de tercera. Y sin embargo, ahí estaba Lou. Y estaban sus textos. Y estaba su forma de cantar/hablar. Y algunas melodías, joder, algunas melodías me gustaban. Así de sencillo. Me gustaban. Como me gustan algunas canciones de Coldplay o el disco “Beautiful World” de Take That, solo que al revés. Igual que el chicle con sabor a melón o un beso con sabor a sudor. O los canelones. O el final de los Soprano. Es igual, no me lo expliques, no intentes que te lo explique. No lo entenderías. Lou era orgulloso e impertinente. Esa gallardía, esa altanería, ese donaire, siempre fueron conmigo. El inmenso, inexplicable y maravilloso placer de no tener que explicar que una cosa te gusta porque te gusta, coño, porque te importa de poco a nada lo que opinen de ti, aunque te importe, porque eres dueño de tu contradicción y de tu estupidez, porque lo defiendes y te gusta defenderlo, porque crees en ello, porque estás solo y te gusta estarlo en ese argumento. Es tu argumento. Es tu movida. Lo sientes, lo tienes dentro. Te gusta y lo dices. Aunque suene raro. Aunque crean que lo dices por soltar una boutade. No, no… no. Es un tema de principio, de base. No crees en la sinceridad de “te lo digo porque soy sincero, te jodo vivo, pero ¡ey! Te lo digo sinceramente”. Crees en la sinceridad de “me gustan Coldplay, sí. No, gracias, no quiero la chapita. No, no, ni tampoco la bandera. En todo caso, la del arco iris, que es republicana”.
He leído una sola cosa sobre la muerte de Lou. Ha sido en el magazine de El Mundo, y ha sido una cita de Patti Smith. “Recientemente, lo había visto en la ciudad con su esposa, Laurie, y había sentido que estaba enfermo. Un cansancio ensombrecía su brillo habitual. Cuando Lou dijo adiós, sus ojos oscuros parecían contener una tristeza infinita y benevolente”, escribió. Patti le admiraba y parece que le veía igual que le veo yo. “Lou era un hombre complicado, animaba nuestros esfuerzos, entonces cambiaba y me provocaba como un colegial maquiavélico. Llevó la sensibilidad de las artes y las letras a su música. Fue el poeta de Nueva York de nuestra generación, defendiendo a los inadaptados como (Walt) Whitman había defendido a sus trabajadores y (Federico García) Lorca a sus perseguidos”. Luego, descubrió que el 27 de octubre era la fecha “de los cumpleaños de Dylan Thomas y de Sylvia Plath. Lou había elegido el día perfecto para zarpar, el día de los poetas, el domingo por la mañana, el mundo detrás de él”.
Esto es lo único que he leído sobre la muerte de Lou, y por ahora no quiero leer más. Quiero ver el concierto que le filmó Schnabel y beber y drogarme y estar solo. Y quiero escuchar “Lou Reed Live” porque quiero volver a esa oda triste, a ese principio inquietante, ese teclado neurótico, esas frases soltadas como escupitajos hermosos. Porque Lou cantaba impulsivo y feo, y a la vez era perfecto, poético, tan despiezado como bello. Era profunda y miserablemente humano. Era, si quieres, como lo que siento por ti. Un compendio de cosas inexplicables que las juntas y sale lo que hace que me estalle el pecho. Sigo sin poderlo soportar. Sigo sintiéndome como Ramón. Sigo sintiéndome afín, solo y de pie, sigo sin haber soñado anoche, sigo en mi laberinto emocional. Sigue gustándome el dibujo libre y la Gran Vía cruzar, de lado a lado, sin parar. Sigo viendo un paisaje descomunal en cada rincón donde me siento a, simplemente, contemplar. Sigo inmerso en mi radiografía permanente, en mi recuerdo eterno, en la extrañeza de vivir sin mis padres. Sigo queriendo a mis viejos amigos, a los que no veo, con los que estoy cabreado porque no les veo. Sigo queriendo a los amigos con los que hablo de Lou Reed, de fútbol, de chicas, de Chris Robinson, de la muerte del rock, de los Chicago Bulls. Sigo queriendo a mi amigo vasco, y a mi amigo de Móstoles que ahora tiene un huevo y medio. Sigo queriendo emborracharme porque echo de menos demasiadas cosas. Sigo queriendo escribir aunque sepa que a estas alturas ya no me estará leyendo nadie. Y sigo sintiendo que cuanto más me implico en las cosas, peor me salen.
Me pasa un poco como a Lou Reed, ¿no crees?
Última edición por Moltisanti el Vie 8 Nov 2013 - 19:21, editado 1 vez
Moltisanti- Mensajes : 48182
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Que grande Molti.
Gracias por compartir esas palabras con nosotros, muy grandes.
Gracias por compartir esas palabras con nosotros, muy grandes.
pinkpanther- Mensajes : 99330
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Ando corrigiendo las faltas de ortografía porque lo he escrito tocado del ala y sin revisar. Me pasa un poco eso de que cuanto más me implico en las cosas...
Moltisanti- Mensajes : 48182
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
ENORME MOLTI.
ENORME.
BRAVO, JODER.
ENORME.
BRAVO, JODER.
Javier Maroto- Mensajes : 29170
Fecha de inscripción : 04/08/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Cuando Molti es grande, es el más grande.
elway- Mensajes : 34129
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Me cago en mi puta vida.
javi clemente- Mensajes : 122037
Fecha de inscripción : 08/05/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Un día abriré el topic sobre el libro de Molti, se lo prometí.
elway- Mensajes : 34129
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Moltiputa, ¿y mi libro?
javi clemente- Mensajes : 122037
Fecha de inscripción : 08/05/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
¡Muy grande Molti,no toques nada,ni una puta coma,joder!!!
dantes- Mensajes : 3602
Fecha de inscripción : 17/03/2011
Re: Ha muerto Lou Reed
Lo he leído dos veces.
Muy conmovedor.
Muy conmovedor.
jojomojo- Mensajes : 21008
Fecha de inscripción : 10/06/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Molti te podría decir mil cosas y nunca me acercaría minimamente al inmenso placer que siento leyendote mientras suena atronador esa dupla Vicious-Satellite of love del "LOu Reed Live". Trillones de gracias por compartir con nos. algo tan Gigantesco, me descubro ante ud.
beriboogie- Mensajes : 5617
Fecha de inscripción : 11/11/2010
Re: Ha muerto Lou Reed
Cagoendios Moltipollas ....
Goletti- Mensajes : 7651
Fecha de inscripción : 17/12/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Te lo envié...javi clemente escribió:Moltiputa, ¿y mi libro?
Revisa tu email y yo reviso el mío. Y revisa el mp por si me diste mal el email y hay por ahí un hijoputa leyendo una mierda que ni le suena...
Moltisanti- Mensajes : 48182
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Mi email está lleno de spam, pero ni rastro de tu obra, amigo.Moltisanti escribió:Te lo envié...javi clemente escribió:Moltiputa, ¿y mi libro?
Revisa tu email y yo reviso el mío. Y revisa el mp por si me diste mal el email y hay por ahí un hijoputa leyendo una mierda que ni le suena...
javi clemente- Mensajes : 122037
Fecha de inscripción : 08/05/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Extraordinario, Molti. Me quito mi, imaginario, sombrero y te saludo.
Logan- Mensajes : 18360
Fecha de inscripción : 19/02/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Espectacular exhibición de talento y de, aun más importante, sentimiento, Molti! no sé qué decir, me da hasta envidia cuando alguien escribe algo así en el foro pero más que nada respeto y admiración
(¿qué libro es ése?)
(¿qué libro es ése?)
Re: Ha muerto Lou Reed
Tengo que reconocer que antes de que entre en mi casa un disco del cabezón de Reed sería capaz de votar a ERC pero con esa apología he estado apunto de picar. Muchísimo mejor que algunos juntaletras de determinados medios musicales de este país
Ministro Camboyano- Mensajes : 2601
Fecha de inscripción : 16/08/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Molti, aparte de felicitarte por el texto... hay cosas que no se pueden explicar, y tú las explicas... yo también sentí algo tan curioso y raro como una pena profunda por alguien que ni es amigo, ni familiar, ni compañero de trabajo... etc, pero que me ha acompañado tantas veces en mi vida, que forma parte de ella, y esa sensación de soledad, seguramente para que tu pareja no te vea débil, para que no te vea sufrir por algo que ella no entendería... a la mía le gusta Lou Reed, es uno de los que coincidimos, y no se la movió ni un pelo cuando se lo dije, ella no se implica tanto... yo soy más delicado, y claro, la música no es un hobby simplemente para mi, es carne, es religión...
a lo que voy... aparte de esto... lo del Xacobeo 93... o estoy equivocado o ha pasado tanto tiempo que mezclas cosas o tus amigos te tomaron el pelo, porque estuve yo y la Velvet se cayeron del cartel, no tocaron
a lo que voy... aparte de esto... lo del Xacobeo 93... o estoy equivocado o ha pasado tanto tiempo que mezclas cosas o tus amigos te tomaron el pelo, porque estuve yo y la Velvet se cayeron del cartel, no tocaron
Re: Ha muerto Lou Reed
Excelente texto Molti. Me ha emocionado mucho.
atila- Mensajes : 30996
Fecha de inscripción : 20/07/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
acabo de leer esto...
manuel, qué cabronazo eres...
manuel, qué cabronazo eres...
cablehogue- Mensajes : 40446
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Precioso...cablehogue escribió:acabo de leer esto...
manuel, qué cabronazo eres...
Mr. Encías- Mensajes : 16416
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Tremendo texto, muy emocionante. Olé tus cojones por poner algo así a la vista de todos.
Al final va ser verdad eso de que muchos creíamos que no nos caía demasiado bien, y ahora viene la sorpresa y el vacío, con una intensidad que yo al menos no calculaba, con su pérdida.
Aquí los enlaces citados por Molti, están interesantes:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/10/27/actualidad/1382912759_763627.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/10/27/actualidad/1382909601_150107.html
Al final va ser verdad eso de que muchos creíamos que no nos caía demasiado bien, y ahora viene la sorpresa y el vacío, con una intensidad que yo al menos no calculaba, con su pérdida.
Aquí los enlaces citados por Molti, están interesantes:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/10/27/actualidad/1382912759_763627.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/10/27/actualidad/1382909601_150107.html
Devon Miles- Mensajes : 13260
Fecha de inscripción : 19/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Tienes toda la razón, y ambas opciones son factibles: que haya mezclado cosas, y que aquellos colegas me tomaran el pelo. Era algo que hacían con frecuencia, la verdad.Stoner escribió:
a lo que voy... aparte de esto... lo del Xacobeo 93... o estoy equivocado o ha pasado tanto tiempo que mezclas cosas o tus amigos te tomaron el pelo, porque estuve yo y la Velvet se cayeron del cartel, no tocaron
Moltisanti- Mensajes : 48182
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
La magnitud de internet.
De estar en la sala de espera escuchando rumores y rezando que sean falsos, al funeral, cuyos asistentes van tomando la palabra y comparten lo que ha supuesto para ellos este hombre:
Los que aman incluso sus tropiezos, los que se quedan en el wild side, los que le han descubierto hace dos días volándoles la cabeza, los que entran a putear por que sí, los que no pueden ni hablar en ese momento.
A Lou le habría encantado, todo.
Debe ser agradable desparecer
flotar en un vaho
...desaparecer... lo llevas claro tío.
De estar en la sala de espera escuchando rumores y rezando que sean falsos, al funeral, cuyos asistentes van tomando la palabra y comparten lo que ha supuesto para ellos este hombre:
Los que aman incluso sus tropiezos, los que se quedan en el wild side, los que le han descubierto hace dos días volándoles la cabeza, los que entran a putear por que sí, los que no pueden ni hablar en ese momento.
A Lou le habría encantado, todo.
Debe ser agradable desparecer
flotar en un vaho
...desaparecer... lo llevas claro tío.
Ausente- Mensajes : 771
Fecha de inscripción : 21/07/2011
Re: Ha muerto Lou Reed
Primero fue Old Logan con su estupenda revisión del "Murder Ballads" en nuestro especial "Asesinos":
http://www.mediafire.com/download/a0n2k4487a3l860/Factor+Cr%C3%ADtico6-Asesinos.pdf
Y, ahora, tenemos el gusto de publicar en forma de artículo el texto de Molti. Quienes no lo hayáis leído en su momento, ahora tenéis la oportunidad de hacerlo bien maquetado y demás:
http://www.factorcritico.es/2013/12/lou-reed-homenaje/
Salud.
http://www.mediafire.com/download/a0n2k4487a3l860/Factor+Cr%C3%ADtico6-Asesinos.pdf
Y, ahora, tenemos el gusto de publicar en forma de artículo el texto de Molti. Quienes no lo hayáis leído en su momento, ahora tenéis la oportunidad de hacerlo bien maquetado y demás:
http://www.factorcritico.es/2013/12/lou-reed-homenaje/
Salud.
Stone- Mensajes : 2090
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
John Fogerty? que está vivo!Stoner escribió:Hoy hace un mes que nos dejó este genio...
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 10/02/2012
Re: Ha muerto Lou Reed
Stone escribió:Primero fue Old Logan con su estupenda revisión del "Murder Ballads" en nuestro especial "Asesinos":
http://www.mediafire.com/download/a0n2k4487a3l860/Factor+Cr%C3%ADtico6-Asesinos.pdf
Y, ahora, tenemos el gusto de publicar en forma de artículo el texto de Molti. Quienes no lo hayáis leído en su momento, ahora tenéis la oportunidad de hacerlo bien maquetado y demás:
http://www.factorcritico.es/2013/12/lou-reed-homenaje/
Salud.
Emocionante. Joder tras el tiempo transcurrido no contaba con que Lou estuviera de nuevo a ras de piel. En realidad es una gilipollez, porque siempre lo estará. Pero chapeau.
Gracias.
Sikander- Mensajes : 6373
Fecha de inscripción : 14/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Stoner escribió:Hoy hace un mes que nos dejó este genio...
tres meses...
cablehogue- Mensajes : 40446
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
cablehogue escribió:Stoner escribió:Hoy hace un mes que nos dejó este genio...
tres meses...
claro, qué fallo
Re: Ha muerto Lou Reed
uM escribió:un año ya...
Se le echa de menos. Grande Lou, gracias y RIP.
Sikander- Mensajes : 6373
Fecha de inscripción : 14/04/2008
Re: Ha muerto Lou Reed
Disco homenaje en euskera. http://www.eitb.com/es/cultura/musica/videos/detalle/2675052/lou-reed-mila-eskerdisco-homenaje-al-rockero-cantando-sus-canciones-euskera/
pantxo- Mensajes : 50324
Fecha de inscripción : 22/09/2008
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