Lista de mejores libros del año según Blisstopic

DEL 20 AL 1. Vamos con los siete primeros:



Entre mis obsesiones intermitentes figura la genealogía White Trash de la literatura americana, el rastro de la basura blanca. En este sentido, el malcarado Harry Crews, autor de freak shows magistrales como “Cuerpo” o “El Cantante de Gospel” (ambas también en Acuarela), es una pieza tan clave como, por ejemplo, Donald Ray Pollock. Aquí descubrimos cómo quedó atrapado en ese agujero hediondo del que no pudo escapar, y como sobrellevó la peor de las tragedias, entre otras lindezas. Un libro de verdad, demoledor. Philipp Engel



Un Eduardo Halfon de carne y tinta (o de papel y hueso, tanto monta) arriba a Jerusalén para asistir al matrimonio de su hermana con un judío ultraortodoxo. Su carácter de judío laxo criado entre Guatemala y Estados Unidos, su ascendencia en parte árabe y en parte polaca, amén del reencuentro con una azafata amiga de que le muerdan los pezones se traducen en una certera reflexión sobre la familia y la identidad, la fe y el fanatismo, principalmente la duda como estandarte vital. Milo J. Krmpotic’



Bernardo Atxaga regresó de Nevada con un diario en el que el tiempo y el espacio se disolvían, en el que los caprichos de la mente establecían conexiones inesperadas entre experiencias novedosas y recuerdos anidados en el corazón. “Días de Nevada” es una suma poética y rítmica de historias y reflexiones, vivencias y emociones que, activadas por una estancia del escritor en Reno entre 2007 y 2008, emborronan las fronteras entre consignación rigurosa, memoria idealizada y fabulación pura para acabar conformando una emotiva exploración de aquello que nos hace más humanos: la capacidad de que dentro nuestro cohabiten vivos y muertos, pasado y presente, todas las gradaciones de la bondad y la maldad. Antonio Lozano



Durante el primer semestre llegó a las librerías “Mi séquito silencioso”. Vaso roto publicó en español un poemario absolutamente narrativo en el que los versos describen acciones y escenarios ligeramente decadentes, cotidianos, ofreciendo al lector un panorama de sinsentidos y pérdidas iluminadas con colores desvaídos. El libro de Simic, editado originalmente en 2005, es un ejemplo precioso de cómo la poesía puede ser ficción y narración más allá de la épica, componiendo escenas y sensaciones muy cercanas a las narraciones de Richard Ford o John Cheever. David Aliaga



Un solo vistazo al logo del Círculo, la gran empresa donde trabaja Mae Holland, la principal protagonista de esta historia, ya estremece un poco. Esa trama de líneas que se enretejen circundando una "c" central es una plasmación, resplandeciente y siniestra al tiempo, de la ramificación creciente y claustrofóbica de las redes sociales llevadas a su último extremo. El Círculo es el gran portal, un sistema operativo que engloba identidades virtuales en un todo común, donde la vida de todo ciudadano está interconectada y expuesta, y la medida del rendimiento de sus trabajadores se contabiliza en número de seguidores, tasas de conversión, pantallazos vitales. Esta distopía se plantifica en un campus-ciudad ideal, Sant Vicenzo, una suerte de Silicon Valley con un complejo espléndido y lujoso de edificios sofisticados, parques y campos, cafeterías y bibliotecas, que hierve de fiestas, conciertos, charlas, y actividades al aire libre. A través de la creciente dominación que ejerce el Círculo sobre Mae, y de las disonancias en su relación con Annie, la antigua compañera de instituto que ha devenido élite de la empresa, con su ex, Mercer, sus padres, y Kalden, un misterioso personaje que emerge de las sombras, Eggers marca los tempos para llevar a Mae al centro del Círculo, y convertir una historia de aspiraciones personales en un tenso suspense sobre la identidad, la privacidad y las aberraciones virtuales totalitarias, en un futuro imaginado que podría sernos cercano. Un futuro que trae a la cabeza films como "La muerte en directo" y, evidentemente, relatos como "1984"; un futuro que, como en la cita de Steinbeck, no tiene límites ni fronteras, ni deja lugar para almacenar la felicidad. Albert Fernández



Un accidente de tráfico en su juventud marcará la vida de Gabriel. Desde entonces vivirá obsesionado por la primera mujer, prefigurada por la que falleció en el accidente: extraña, alta, morena... y sin ombligo. Los capítulos siguen una cuenta regresiva que arranca en el 90 (nueve son los círculos del Infierno en la “Divina comedia”) y que llevará al protagonista al territorio del desequilibrio mental, la droga, la automutilación. El otro hemisferio se abre con una nueva cuenta de 90 capítulos, en este caso progresiva, donde desde un espacio límbico una mujer, María Levi, relata su historia, que culminará en el ascenso a una montaña (el Conocimiento en Dante) con un final abierto preñado de sugerencias y posibilidades. Lírica, simbolismo, indagación y, contra todo pronóstico, una trama que adopta las formas y los modos de un vórtice de alta eficiencia narrativa. Santiago García Tirado



Los relatos de Edward Bunker hierven de fiebre y rabia, muestran una tez gastada y lacónica, pasean en círculos en torno a rutinas y repeticiones. Casi diez años después de la muerte del autor, Sajalín vuelve a darnos una alegría editando este volumen de seis cuentos, trazos cruentos que derivan de los tiempos de encierro del (luego) actor y escritor en la prisión de San Quintín. "Huida del corredor de la muerte" es un compendio de inervaciones puramente bunkerianas, donde encontramos a Troy Cameron, el protagonista de su novela "Perro come perro", camino a la cámara de gas; a un joven negro a merced de la falta de escrúpulos del sistema penitenciario, y a otros tantos personajes de color desgarrados por el odio racista, el aliento de venganza, las ansías de libertad y fuga. Nadie como Bunker, cuya biografía en sí es ya un duro relato, para arañarnos con su realismo de piedra, para retratar el maltrato a las minorías y los pormenores del delincuente en sus tiempos. Nadie como Mr. Blue para arrastrarnos con su prosa nerviosa y sin fisuras, y hacer que acabemos dando con nuestros huesos contra el frío suelo de una celda. Albert Fernández

Siete más y la mayoría me suenan a chino mandarín:



Juan Carlos Márquez ha revitalizado la ciencia ficción española con “Los últimos”, uno de los mejores libros de género que se han publicado en este país. Esta novela, calificada como post-apocalíptica, mezcla algunos ingredientes clásicos de la ci-fi y el terror (no-muertos, catástrofe nuclear, naves espaciales…) con un sentido del humor socarrón, un fondo de reflexión sobre la condición humana y una notable habilidad narrativa. La suma no admite discusión: es un libro excelente. David Aliaga



Supongamos que las relaciones que se establecen en el seno de la familia obedecen, en realidad, a procesos positivamente observables y verificables. Piénsenlo y vean si esa posibilidad no nos colocaría de hecho ante la más terrible de las ciencias. Jon Bilbao, no tan pretencioso en su intento, hace en este libro una serie de catas en la complicada vida familiar y da a la imprenta diez cuentos que son un catálogo de los espantos que esconde la cotidianidad del hogar. Santiago García Tirado



No sé qué pasará el día que desaparezca James Salter, que ya tiene 88 años, aunque goza de buena salud, aparentemente, para durar algunos más. Me acompaña desde que lo descubrí con la seminal “Juego y distracción”, y “Todo lo que hay”, que podría ser la réplica de ficción a sus poéticas memorias, “Quemar los días”, tiene eso de amargo regusto a balance final. Novela total, Gran Novela Americana, “Todo lo que hay” es, para mí, el libro más imprescindible del año editorial. Elegante, inteligente y, por momentos, rabiosamente divertido, sólo me gustaría que no fuera una despedida. Pero si lo acaba siendo, no podría imaginar otra mejor. Philipp Engel



Una pareja, el último pueblo de España sin conexión a internet, una novela por acometer y una serie de caminatas que alumbran un pequeño misterio… sin olvidar el fantasma de vidas y novias pasadas, la sombra de las ansiedades presentes y la oscuridad de un futuro sin literatura (pero quizá sí industria editorial: ahí la paradoja). El blanco sobre negro se torna paisaje agreste y Olmos firma una castiza declaración de principios, de pasiones, de sacrificio personal. La escritura como forma de vida, la vida como forma de escritura. Milo J. Krmpotic’



Durante tres años de posesión creativa el escritor noruego Karl Ove Knausgård volcó sus demonios y su más cruda intimidad, al tiempo que clarividentes disquisiciones sobre la propia creación literaria y el arte en general, en 3.600 páginas a las que provocadoramente denominó “Mi lucha”. Hoy es la sensación literaria en Europa y el mundo anglosajón, pero le ha costado el exilio, broncas familiares y una conciencia maltrecha. Tras el tomo inaugural, “La muerte del padre” –centrado en el alcoholismo de su progenitor–, nos llegó “Un hombre enamorado”, dominada por su tempestuosa relación con su segunda mujer y la siempre desafiante llegada de la paternidad. Un volcán de emociones y una agudeza crítica superlativa. Antonio Lozano



Dos tramas, dos narraciones paralelas que aparentemente nunca se cruzarán son el reto que propone Agustín Fernández Mallo en “Limbo”. La primera narra el viaje de una pareja que debe cruzar los Estados Unidos siguiendo la pista de una arcana “Música del fin”; la otra es un proyecto de búsqueda de nuevas formas musicales que llevará a los protagonistas a encerrarse en un château al norte de Francia. Lectura compleja, desconcertante y llena de soluciones novedosas para la que será bueno que el lector se alíe con el Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Santiago García Tirado



Entre sus obras más contraculturales y su World Fantasy Award por “Doctor Rat” –algunos años antes, pues, de novelizar films como “Superman II” o “E.T. El extraterrestre”–, William Kotzwinkle escribió esta pieza breve, casi relato antes que nouvelle, acerca del matrimonio, la maternidad y algún elemento más que no mentaremos para no estropearle la trama a nadie. Tan sencilla como impactante, tan contenida como lírica, brillantemente traducida aquí por Enrique de Hériz, “El nadador en el mar secreto” es sombra y pese a ello no renuncia jamás a la luz: una milagrosa rareza. Milo J. Krmpotic’

Vamos con la cabeza de la clasificación:



El joven Theo Decker aprovecha la confusión generada por un atentado en el Metropolitan Museum de Nueva York para sustraer del mismo el cuadro que da título a la novela, pintado por el maestro holandés Carel Fabritius en 1654. Al modo de lo que le ocurría al Gollum con el anillo en la saga de Tolkien, su ilícita posesión procura a un tiempo exaltación desbordante y angustia infinita ante el temor de su pérdida. Trae apareada una bendición y un castigo de una simetría perfecta. Que Donna Tartt reflexione sobre obras de arte inmortales al tiempo que va construyendo una quizás sea el mayor goce que brinde “El jilguero”. Antonio Lozano



En estos tiempos en los que la gastada frase “Una novela sobre los misterios insondables de la condición humana” aparece endosada a absolutamente todas las cubiertas de los libros, “Los vivos y los muertos” pertenece a la raza de historias que te convencen de que aún queda esperanza en el mundo, de que la ansiedad de trascendencia no es solo un meme barato que se ha viralizado en internet, de que todavía hay una luz al final del túnel, aunque en realidad solo sean los faros delanteros de un camión sin frenos que se llama La Novela Verdadera, que te pasará por encima y te dejará medio muerto, como a un animalito aplastado en la carretera, para que aprendas a observar de nuevo todo con otros ojos, te levantes y vuelvas a vivir de nuevo. Ana Llurba



“La estrella de Ratner” es la constatación de que al lector puede gustarle una novela que apenas entiende. Brillante en lo rítmico, excelente en la composición de escenas, hilarante cuando se propone divertir… La maestría de DeLillo salva el gran escollo de que la mitad del contenido de esta comedia de ciencia ficción haga referencia a conceptos matemáticos que trascienden los conocimientos básicos de suma, resta, multiplicación y división que manejamos la mayoría de mortales. Para quien escribe, lo mejor del año editorial en España junto con “Al límite”, de Pynchon. David Aliaga



Antes de que Nic Pizzolatto fuera el showrunner de “True Detective”, Nic Pizzolatto era el autor de “Galveston”. Y “Galveston” quizá no sea “True Detective” antes de “True Detective”, pero, sobre una base más realista y tradicional (en términos de noir pero también de algún gran tema norteamericano), sí presenta sus paralelismos con la serie: la búsqueda de redención por parte de un personaje ambiguo, una naturaleza que estalla sobre paisajes de Texas y Luisiana… Un notable, intenso y desolador debut. Milo J. Krmpotic’



David Vann apunta siempre al pecho. El escritor de Alaska dirige su cañón a las entrañas, y lanza un aldabonazo tras otro, a base de renglones como perdigones, para horadarnos la sien página a página. En su última novela, este natural de la isla de Adak nos lleva a través de cañadas y páramos, paredes de roca, lechos de barro, yermos de hojarasca, revolcaderos y senderos en el bosque, hasta Goat Mountain, un lugar que define a una familia, el territorio por donde se mueven tres generaciones de cazadores, abuelo, padre e hijo, acompañados de un amigo de toda la vida, que preferiría no haber emprendido nunca la jornada de caza de ciervos de 1978 que aquí se cuenta. Con el paisaje como elemento magnificador de la tragedia, a través del uso cíclico y repetido de ciertos términos, describiendo cada especie arbustiva, cada resalto en el camino, cada pequeña criatura del entorno, el escritor alimenta un sustrato de ficción donde inserir otros elementos, reflexiones furtivas acerca de la violencia y la naturaleza, atravesando un ambiente que, brille el sol o se cierre la noche, adquiere crecientes tintes pesadillescos. Así percute un escritor que dirige su mira siempre al fondo del estómago, y suelta el drama a bocajarro. Y nosotros nos encogemos entre escalofríos, apretamos los dientes y queremos aplaudirle, porque nadie nos cuenta tan bien como él aquello de que el hombre es un monstruo para el hombre. Albert Fernández

And the winner is:



A.M. Homes se erigió en reina de los suburbios con “Música para corazones incendiados”, que sigue siendo, a nuestro parecer, su mejor novela, y con “Ojalá nos perdonen” regresa, una vez más, al mundo de sus admirados Cheever & Yates –Westchester, concretamente–, para recrearse sardónicamente, desde una perspectiva ultracontemporánea, con los usos y costumbres de la clase adinerada, con no poco sexo y sin pelos en la lengua (sic). Pero el referente homesiano que mayor presencia tiene en esta extraña aventura no es otro que Don DeLillo, que primero es confundido con un vagabundo (¡sic!), y luego parece manifestarse reiteradamente bajo la gorra del desconocido del ascensor, o como el firmante de una carta anónima en la que habla de “la niebla tóxica de la historia”. No en vano, Harry Silver, el protagonista de esta novela escrita en presente, como el diario mental de un año particularmente intenso, es un profesor universitario especializado en Nixon que recuerda, inevitablemente, al Jack Gladney de “Ruido de fondo” (Seix Barral), y su cátedra de estudios hitlerianos. Sólo que aquí, contrariamente al clásico de DeLillo, el asunto no queda en anécdota colateral. Si entonces echamos en falta que DeLillo aprovechase todas las posibilidades que le brindaba la intertextualidad nazi, Homes se emplea a fondo, y con enorme éxito, en la simbiosis del protagonista con la materia prima de su principal obsesión. Philipp Engel

http://www.blisstopic.com/index.php/libros/articulos/item/3466-los-mejores-libros-de-2014-lista

Joder, soy un ansias.... Ha sido leer el topic y entrarme ganas de comprarme todos ahora mismo... solo tengo Galveston y un par más...

La verdad es que tienen muy buena pinta, aunque no conozco a la mitad de los autores.

Sólo piloto el de  Nic Pizzolatto y el de Karl Ove Knausgård

Buenísima pinta. Muchos de ellos descargables por los diferentes caminos del señor.