Locura, esquizofrenia, transtorno mental...

deniztek escribió:5:13..

deniztek escribió:Me he puesto el de The Darkness..

unsanetool16 escribió:

deniztek escribió:Me he puesto el de The Darkness..

Estarás loco de PLACER.

káiser escribió:¿La depresión es una construcción social? ¿La esquizofrenia es un constructo?

CARRIL!!!

salakov escribió:La depresión es un constructo social lo mismo que la gripe.

Talmente.

salakov escribió:La depresión es un constructo social lo mismo que la gripe.

Talmente.

Kupak escribió:El creerse el centro de una aventura en el que el protagonista eres tú, tú, tú.

Fantasma de Cuervo escribió:No sé si éste es el hilo pero a mí me diagnosticaron TEA (autismo) de grado 1. Antes se llamaba asperger pero quitaron el término porque parecía que había autistas funcionales: asperger y los profundos. Es curioso que siempre pensé que el autismo solo eran niños, genios científicos, niños que miran al techo y no a la gente y personas que se están moviendo todo el rato para delante y detrás. Cuando me explicaron lo que es realmente, me voló la cabeza. Todas esas rarezas, tics que siempre he tenido, esa personalidad complicada y asocial, resulta que entra perfectamente en los rasgos de TEA.

A ver,. no cambia nada porque lo que soy, lo soy con nombre o no. Tampoco hay medicación para que de repente desaparezca pero da cierta paz darle nombre y ver que hay más casos similares

Fantasma de Cuervo escribió:Bueno, sí y no. El autismo se nace con él genéticamente. Si eres autista, lo eres siempre. Otra cosa es que los rasgos de ese autismo sean más o menos intensos por épocas. No mezclar que en el estado de ánimo de las personas hay bajadas y subidas

Yo soy grado 1 y se notan ya bastante. Es algo más profundo que mi estado de ánimo cambiante. Son cosas muy específicas, rarezas y rasgos que aunque he aprendido a controlar, están todo el rato ahí actuando

Silke_ escribió:Toda persona que tiene una enfermedad mental debería poderlo contar sin quedar estigmatizado.

Sutter Cane escribió:

Silke_ escribió:Toda persona que tiene una enfermedad mental debería poderlo contar sin quedar estigmatizado.

 

Además, que en muchos casos no esta claro ni que sea una enfermedad.  

Un amigo que es psiquiatra dice siempre... ¿si tu te rompes una pierna dices que tienes una enfermedad? No, tienes una lesión. Pues eso es , por ejemplo (según él ) la esquizofrenia.

Sutter Cane escribió:

Silke_ escribió:Toda persona que tiene una enfermedad mental debería poderlo contar sin quedar estigmatizado.

 

Además, que en muchos casos no esta claro ni que sea una enfermedad.  

Un amigo que es psiquiatra dice siempre... ¿si tu te rompes una pierna dices que tienes una enfermedad? No, tienes una lesión. Pues eso es , por ejemplo (según él ) la esquizofrenia.

Stoner escribió:

Sutter Cane escribió:

Silke_ escribió:Toda persona que tiene una enfermedad mental debería poderlo contar sin quedar estigmatizado.

 

Además, que en muchos casos no esta claro ni que sea una enfermedad.  

Un amigo que es psiquiatra dice siempre... ¿si tu te rompes una pierna dices que tienes una enfermedad? No, tienes una lesión. Pues eso es , por ejemplo (según él ) la esquizofrenia.

bueno, un brote todavía, pero tener una esquizofrenia que es una enfermedad crónica, pues una lesión... es una jodienda de la ostia

Axlferrari escribió:

Sutter Cane escribió:

Silke_ escribió:Toda persona que tiene una enfermedad mental debería poderlo contar sin quedar estigmatizado.

 

Además, que en muchos casos no esta claro ni que sea una enfermedad.  

Un amigo que es psiquiatra dice siempre... ¿si tu te rompes una pierna dices que tienes una enfermedad? No, tienes una lesión. Pues eso es , por ejemplo (según él ) la esquizofrenia.

Ahí está el meollo de la cuestión. En este texto muy crítico con la "Razón", Michel Bounan explica que la "locura" era el estado natural del ser humano y que lo que llamamos "Razón" es un producto de la civilización mercantil :

"La locura no sólo era universal, sino que era muy venerada. La gran histeria de Pitia, el delirio místico de San Bernardo o la epilepsia temporal del profeta del Islam eran considerados en su época como las disposiciones más envidiables de que podía gozar el ser humano. Por lo tanto, es impropio acusar a nuestra civilización de engendrar o favorecer cualquier tipo de locura, ya que, por el contrario, parece haber reducido considerablemente su extensión y ha conseguido deshonrar a quienes la padecen.

Lo que llamamos Razón, que sirve como una especie de definición de la locura, es sin duda uno de los mayores logros de nuestra civilización mercantil. Ha triunfado con ella; es la forma mental que conviene a esta civilización.

La locura, antaño tan extendida y tan respetada, es totalmente perjudicial para el buen funcionamiento de una organización comercial. ¿Cómo gestionar nuestro tiempo de trabajo y organizar nuestro espacio vital cuando sospechamos una presencia indistinta pero inquietante más allá del tejido superficial del espacio, entre las mallas distendidas del tiempo? ¿Cómo ocuparse correctamente de nuestros asuntos cuando nos vemos obligados constantemente a realizar ritos conjuratorios para ahuyentar nuestros propios demonios, que suponemos universales? ¿Cómo asumir con firmeza tu papel de actor social cuando todo parece teatro, falsedad y fabulación? ¿Cómo participar en una simple reunión profesional cuando todos los participantes parecen cómplices de una conspiración inextricable? ¿Cómo examinar siquiera una mercancía banal cuando la mente extraviada organiza en percepciones aberrantes sensaciones elementales que un comerciante debe ordenar según sus sanas ocupaciones ?

No es de extrañar, pues, que esta Razón, de la que estamos tan orgullosos, haya acompañado siempre el éxito de la civilización mercantil; y ya en la antigüedad grecorromana, las ciudades comerciales de la cuenca mediterránea habían difundido su aroma. Sabemos que esta misma Razón fue venerada cuando nuestra civilización triunfó políticamente en Europa. Y desde entonces luchó con la misma tenacidad contra todos los que no se sometían a ella. Por primera vez, a finales del siglo XVIII, ciertas formas de sentir, juzgar o actuar fueron consideradas oficialmente como trastornos mecánicos, del mismo modo que un hombro dislocado. Sobre todo, quienes eran juzgados dementes se encontraban con el rechazo de la comunidad civil. Lo que podían decir o hacer ya no tenía ningún valor social en la nueva organización republicana. El "loco" queda excluido de la libertad, la igualdad y la fraternidad que acaban de proclamarse.

A lo largo del siglo XIX, sin embargo, el ostracismo psiquiátrico no pudo aplicarse con todo su rigor científico en las zonas rurales más recónditas. Allí, el tonto del pueblo no era un oligofrénico, la anciana que deambulaba por las calles no era víctima de la enfermedad de Alzheimer y los niños que veían a la Santísima Virgen no eran delirantes precoces. Incluso a veces eran mimados por comunidades pueblerinas atentas y respetuosas. Pero hoy, gracias a la divulgación científica, que todo el mundo puede conocer fácilmente, la psiquiatría se ha universalizado. Acusar a alguien de «fóbico», «paranoico», «mitómano» o «místico» es una forma de excluirlo del diálogo, convirtiendo en fundamentalmente inepto cualquier cosa que diga o haga."

Extracto del capítulo IV de "Sin valor de mercado" (Michel Bounan) : Debord-Encore: SANS VALEUR MARCHANDE