RONDA 38 del colosal concurso de MICRORRELATOS. Votaciones hasta las 21:00!!!

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LA FRASE PARA ESTA RONDA ES:



Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies.




RECORDATORIO: No publiquen directamente. Envíen al signore Eloy sus relatos por mensaje privado.

Sr Kupak: Me tomo en serio que aquí algunos ofrecen algo de ellos a los demás. Ni más ni menos.

SENTIR MICRORELATISTA, por SR STONER:

PUEDEN VER LOS RELATOS DE TODAS LAS RONDAS ORDENADOS POR AUTOR EN ESTE LINK (A MENOS QUE ESE AUTOR SEA UN VAGO REDOMADO CÓMO MR. MERCURY, o MR. DON O SERVIDOR. LOS AÑADIRÉ UN DÍA DE ESTOS, AUNQUE NO PUEDO PROMETERLO...)

https://docs.google.com/document/d/1jB5odLgZy0AhOo0xPpbUOefot-Ps7D2nrKfKS25i7v4/edit?usp=sharing

NORMAS INVIOLABLES BAJO PENA DE MUERTE O SUSTO (LIBRE ELECCIÓN) :

Spoiler:

1.- Las correcciones

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies de página. Su primer cliente, eligió la tarifa “Premium” de su nuevo oficio.

Desde hace tiempo, venía observando que muchos de sus amigos adinerados disponían de fabulosas bibliotecas. Pero los libros estaban impolutos, y tenían una función meramente decorativa. A partir de ahora, se desvivirían por prestarlos...

Como muchos de ustedes habrán adivinado, nuestro amigo se dedicaba al honorable oficio y arte de manosear libros.

Había establecido tres tipos de tarifas:

-Una barata, en la que doblaría algunas esquinas de páginas importantes.

-Otra intermedia, en la que subrayaría las frases más llamativas.

-Otra Premium, en la que dañaría la cubierta del libro aparentando mucho uso, y escribiría correcciones al autor a pie de página.

Puede que todo esto parezca alocado, pero yo pienso que es maravilloso ayudar a la gente a parecer más culta.



2.- Socializar

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Había que salir de algún modo, el tiempo estaba cumplido y lo esperaban. Además, estaba cansado. Había llegado a la conclusión de que la soledad es buena sí, que ayuda a conocerse, a tener claro lo que se quiere, pero demasiada privacidad aburre. Así que aun sabiéndose poseedor de recuerdos ancestrales, de sabiduría infinita y conectado al origen de la vida por una fina hebra de ADN; aun teniendo comida y aposento gratis, decidió salir y ya que tenía que hacerlo por algún sitio, empezó por los pies.
En la sala alguien dijo alterado: atentos, este canalla parece que cambió de planes, viene de nalgas, procede cesárea.



3.- El autómata

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Intentó mover mentalmente su dedo pulgar del pie derecho… fue inútil. Los otros cuatro habían decidido ser solidarios también es ese fatal trance. Con el izquierdo no obtuvo mejores resultados. Pasó a las falanges de la mano… “Joder, aquí no responde ni Dios” y quiso dar un golpetazo sobre la cama, no pudo.  Parecía una broma del destino. Eliseo, el único cartero que hacía el reparto a la carrera. Aquella lagartija escurridiza y veloz formaba ahora parte del museo de animales disecados.
Estaba totalmente embebido en sus negros pensamientos cuando entró la enfermera. La vista de Eliseo se fue de espeleología por aquel escote juguetón y sin querer, notó como una especie de grúa mecánica levantándose por debajo de su ombligo… “Señorita, acabo de dar el primer paso en mi larga rehabilitación, gracias”



4.- Su lugar en la historia

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. El encargo era una completa locura. Iba a ser la estatua más grande jamás construida. Solo en terminar de construir los pies ya se habían gastado la mayor parte del presupuesto. No pasaba nada, estaba pensado así desde el principio. Las administraciones públicas corrieron raudas al rescate.

Años después, tras nuevas e innumerables inyecciones de dinero público, el proyecto pudo ser finalizado. La efigie dominaba la ciudad se mirara desde dónde se mirara. Y el promotor de tal monumento al ego pudo por fin contemplar desde su despacho en la Castellana la estatua en toda su magnificencia. Rodeada de los cuatro rascacielos era una visión imponente. Y sintió que por fin se le había hecho justicia y ya tenía su lugar en la historia.




5.- Wichita Vortex Sutra

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. El aire soplaba en la polvorienta llanura, la lona de la carpa se inflaba y desinflaba y la ropa volaba sin dueño fuera del tendedero. Quitó el polvo y la tierra de los pequeños pies desnudos, los enjugó con un trapo, los bendijo y los besó. Tras la espalda del predicador la tormenta avanzaba. El cielo se tocaba con la tierra haciendo saltar chispas y formando remolinos eléctricos, hasta que se desgarró como una vieja tela muy usada. El niño balanceaba los pies sentado en su taburete. Llovía con gran ruido, ruedas, dentaduras postizas, fotografías, zapatos de domingo, retratos, sombreros, botellines y gramófonos se estrellaban contra el suelo. Pronto les llegó un caudal de objetos que avanzaban en desorden. El predicador rescató un pequeño caballo de madera del arroyo. Está lloviendo tiempo, pensó, mientras el niño le sonreía.



6.- Hecho un pincel

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Necesitaba unos buenos zapatos, y los Aubercy le parecieron los idóneos.
El traje de Dormeuil fue su siguiente elección: la tela Vanquish II era perfecta para la ocasión, y combinaba de maravilla con su camisa de Hawes & Curtis.
Nada mejor que una corbata de Hermes para acrecentar su elegancia, rematada por el sombrero panamá de Montecristi, y ya estaba casi preparado.
Miró su Tourbillon 24 Secondes Vision de Greubel Forsey. Ya era la hora.
Subió a su Pontiac Solstice y salió del garaje, rumbo al Hellfest.



7.- La momia

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Lo hizo tal y como sus maestros embalsamadores le habían enseñado: primero los lavó y luego los untó con varios aceites vegetales que había preparado el día anterior a base de resina y ungüentos. Tenía también los amuletos preparados para la ocasión. Y cuando se dispuso a cubrir dichas extremidades con las vendas protectoras, Ramses le dijo: “Para, para, cojones, que sólo estaba echándome una siesta!”.



8.- True Love Waits

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Le olían mal y ya no quiso seguir subiendo.



9.- Sucesos Acuánticos

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies, pero los sucesos ocurrieron rápida y trágicamente, no pudo controlarlos como los controlaba en el pasado, desde la sombra, con una cerveza bien fría; ahora todo pasaba demasiado deprisa para su gusto.
De nada habían servido las largas charlas de preparación en invierno, de nada el falso autoconvencimiento de "seguro que a la altura de las rodillas paramos".
Fue llegar a la playa y lanzarse al mar y el padre hidrófugo, yo, detrás.



10.- Jacinto, enfermero diplomado

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies (ciento cincuenta y seis). Siguió con los ojos (doscientos justos, iris variados). Trescientos catorce torsos (doscientos cuarenta y cinco lisos, sesenta y nueve con pechos). Piernas sueltas, ochenta y tres. Piernas completas con glúteos, veintiocho (doce con braguitas, dieciséis sin). Setenta y dos pelucas, tres docenas morenas y otras tantas, rubias.
Como cada año cuando tocaba inventario en la clínica de muñecas, terminó el día agotado y con una incómoda sensación de hinchazón en los testículos. Demasiado plástico desnudo, demasiados cuerpos suaves y blandos de una sentada. Por suerte mamá le habría preparado la cena y planchado el pijama, como siempre. Y además en la mesilla de noche le esperaba el último catálogo de Famosa, recién editado, para sustituir a la mujer que sabía que nunca podría tener.



11.-En faena

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Uno nunca sabe cuánto debe aplicarse en los preliminares.



12.- Ese extraño sentimiento

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Así es cómo se vestían los hombres de verdad. Los calcetines se resistían cosa mala, primero uno luego, mucho más, el segundo. Conseguido. Lo de los calzoncillos fue algo más fácil, con eso ya había practicado varias veces. El pantalón, como unos calzoncillos grandes, o sea, sencillo pero un pelín más laborioso. Con la camiseta le entró el pánico, cuatro entradas-salidas. Menos mal que de diferente tamaño, no debía fallar. El nerviosismo en su cara fue ocultado precisamente por la camiseta, y cuando su cabeza asomó sonreía. Un brazo, el otro. Bien. Con la camisa sólo tenía que atinar la mangas y "tachán"... hecho. Se quedó parado sonriendo y mirando a sus papás. Sorprendido vio que mamá derramaba algunas lágrimas, sonriendo. “Se nos hace mayor tan rápidamente”. Hasta años más tarde no comprendería ese extraño sentimiento.



13.- Artificial

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. La rabia le ayudaba a soportar el dolor que producía el contacto del metal con la piel y la carne. De todas maneras, tal y como sospechaba pero no quería creer, al traspasar la delgada capa de músculo, la hoja se encontró con un material que nada tenía que ver con el hueso con el que quisiera haberse encontrado. En su lugar había un recubrimiento de metal que probablemente escondía miles de cables y microchips. Ahí ya no dolía nada.

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por el cuarto de los niños. Escoba en mano, se dispuso a abrir la puerta. Entonces recordó que había olvidado esconder la caja que envolvía a...a Kevin. "No es el sustituto de nadie", le había dicho a su marido mientras volvían ansiosos a su casa para ponerlo en marcha.



14.-  La Estatua Del Aprendiz y La Cara Del Maestro

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies hasta que terminó de cincelar el más pequeño matiz de la talla que la noche anterior se le había presentado en sueños.

Su maestro, tras regresar de su búsqueda de inspiración y destreza en Florencia, cayó extasiado ante la imagen que tanto había ansiado tallar, pensando que era la revelación que necesitaba, hasta que la rabia le sacó de su ensueño al descubrir que estaba contemplando una estatua cincelada por su discípulo. La envidia le llevó a descargar, de forma letal, su mazo sobre la cabeza del aprendiz.

Tras condenar a muerte al maestro, el Rey de Escocia decidió que la talla del aprendiz presidiera su catedral ordenando, a su vez, grabar la cara del maestro frente a ella para que estuviera condenado a mirar, por toda la eternidad, la obra que jamás fue capaz de cincelar.



15.- Hüman Dürüm

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. No le costó demasiado separar el tobillo del empeine. Un golpe seco con el hacha y la tibia quedó totalmente a la vista.

No podían quedar trozos mayores de un palmo, así que tuvo que partir en dos o tres los huesos largos. Desgraciadamente el serrucho no estaba bien afilado, así que la tarea le llevo más tiempo del esperado. Decidió salir un momento a comprar un Kebab.

Esperando su turno, observó al encargado manejar el cuchillo eléctrico con gran destreza, y en su cara se dibujó una sonrisa. La cena le costó casi mil euros.

De vuelta al almacén, saboreando los trozos de ternera, se percató de la mancha de sangre que cruzaba la carretera y se juró a si mismo que la próxima vez empezaría por la cabeza.



16.- El combate de sumo

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies y es que no hay cosa más fea que un pie. Guzmán solo trataba de ridiculizarla y como no era más listo que un mapache pensó que exhibiendo la deformación que Marisa tenía por extremidad, más cercana a la pezuña de una yegua que al pie de una damisela, le provocaría un estallido de ira.
Así estaban las cosas cuando Guzmán, disimuladamente, arrojó una pequeña moneda al suelo tras la cual se agacho presto y rápido a recogerla y de paso soltar el zapato plano liso de Marisa en una ignominia sin tapujos. Hasta que se chocó con el canto de la mesa en pleno frontispicio cayendo de bruces sobre la grupa de Mariaelena que provocó un efecto dominó hasta convertir la reunión en una batalla de sumo donde todos se asían de donde podían para acabar postrados.



17.- Rallador de queso

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Separó el dedo pequeño del pie izquierdo y encajó la gruesa hoja de las tijeras de cocina. Apretó con fuerza.¡¡CRACK!! El crujido le recordó a cuando cortaba un pollo a l’ast por la mitad. Se incorporó de la silla y recogió el pequeño dedo del suelo. Lo miró fijamente a la luz de la ventana. Con las tijeras todavía en la mano, recortó la uña. Mejor… – murmuró.
Lo tiró al fregadero y le dio al botón del triturador. Antes que se acabara de destrozar lo paró y miró el desagüe. Enganchados entre las cuchillas había trocitos de carne y piel y prácticamente el hueso entero, casi intacto. Esa imagen le dio una idea. Abrió el armario y sacó el rallador de queso.



18.- Vaya semanita

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies y terminó por la cabeza. El barro estaba fresco y sus gafas quedaron opacas. Utilizó el vaho de su boca para limpiarlas y al momento, ¡oooh!
-Pero ¿qué cojones...?
-Tengo hambre
-¿Qué mierda es esta? -dijo ignorándole- Angelitooooo -gritó
Angelito apareció al momento.
-Vaya artefacto, jefe. Feo, feo.
-Tengo hambre
-Anda, llévalo al huerto de frutales y que coma. Que no toque el manzano, está verde.
-Vamos pringao -apremió Angelito palmeando con fuerza su espalda -Coño, le he arrancado una costilla
-Bufffffff  -resopló el artista
La costilla cobró forma humana, mucho más turgente, eso sí.
-Guau, jefe.
-Venga Angelito, al huerto.
Una semana más tarde, las diarreas eran continuas: ¡las manzanas verdes!
-Angelitoooooo, a la puta calle esos dos. Se están ciscando en los rosales, guarros.
-Se nos ha ido de las manos, jefe. Buena nos espera.



19,- Tacones lejanos.

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Como siempre se empezaba,  las manitas atrás y a mirar para abajo.
Cuando alcé la vista y me encontré a siete japos vestidas de lunares lo flipé.
Naroishi de Utrera tenía soltura, La Ninja de los Peines taconeaba mejor que yo.
Y Tataki Pastori se marcó una bulería inolvidable.



20.- El Rey Tatuado

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Metódicamente, fue fotografiando los símbolos que cubrían la piel de aquel cuerpo infantil.

La excitación reinaba en la comunidad científica desde la aparición del niño tatuado en la excavación del Yucatán. Parecía un cadáver reciente, pero el carbono 14 lo situaba antes de los primeros mayas. Lo más inaudito era que presentaba actividad cerebral espaciada pero constante. Las autoridades mantenían la investigación en secreto.

Estudiando los monigotes tatuados formados por las fotografías, logró desentrañar partes del código. Trataban sobre el advenimiento de un poderoso rey que sometería a los pueblos.

Un día reparó que le faltaba una zona del costado. Volvió al centro de investigación para fotografiarla pero el cuerpo había desaparecido. Se rumoreaba que encontraron a la enfermera de guardia muerta de un ataque al corazón, con la cara deformada en un rictus de horror.



21.- Sólo piedra

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Los cinceló en la roca y siguió piernas arriba. La soñadora elasticidad de la caricia de la piedra le hizo continuar hasta el ombligo -con esfuerzo, luchando contra unas articulaciones que parecían oponerse a cada uno de los movimientos del escultor- hasta que el calor que sintió al tomar la curva de sus pechos lo resarció de todo mal.

Para cuando dio forma a los rasgos de su rostro, él apenas podía mover ya los brazos. Sólo entonces se dio cuenta de que había esculpido a Beatriz, y de que ella lo miraba desde su cuerpo yaciente con la misma sorpresa con la que él la observaba a ella.

Una vida de encuentros y desencuentros, contenida en una mirada.

Hasta que ella susurró su nombre y él terminó de convertirse en piedra.



22.- Iteración

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Es lo más cerca que puedo estar de ella, se dijo. Ya no la soportaba. Ella, quizá deliberadamente, ignoraba esa repulsión paulatina, de enfermedad terminal. Él se concentró en los pies. Pequeños, fuertes, de antigua bailarina. Las pantorrillas esbeltas, impecables. La línea del piramidal equilibrada, de una belleza casi obscena. El hueso de la cadera a la distancia perfecta de la clavícula, resaltando la armonía de los glúteos y la espalda. Y el sexo brillante, hinchado, despidiendo una fragancia reconocible, de preludio.

Toleró al principio ese aroma con frialdad. Después, enseguida, su cerebro lo apareó con el olor del óleo. Todas esas veces en el estudio intentando encontrar el color exacto de su piel. Separó las nalgas y la penetró desesperadamente. Estaba enjaulado en aquel cuerpo.

Rendido, planeó por enésima vez cómo dejarla.



23.- De uno que una vez se leyó una contraportada de un libro de Christina Peri Rosi.

Ya que tenía que empezar por algún sitio,
decidió empezar por los pies.
Y dedicó seis versos irreverentes,
llenos de pinta-uñas, cosquillas y masajes,
a como se mordía la punta de la lengua
ensayando, descalza, pasos de claqué.
Pensó: más tarde escribiré un soneto
a como sus pies encuentran
siempre
los míos bajo las sábanas.
Y a como me manda mensajes,
cifrados, privados, nuestros, suyos, míos,
unos instantes antes de dormir.
Y se puso a escribir
poniendo cerco a metáforas gastadas
y a medias de colores. Y no lo lograba.
Y volvía
una y otra vez,
arrastrando los pies,
a las columnas de mármol, al fragil alabastro,
a los lugares comunes
de miles de poetadolescentes enamorados.

Ya que tenía que empezar por algún sitio,
decidió empezar por los pies.

Y se dio cuenta
de que seguía enamorado



24.- Omnimpotencia

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Le quedaron huesudos y el resto del cuerpo siguió un tosco patrón de líneas rectas y recias. Hizo un segundo intento con material sobrante y esta vez logró una figura curvilínea más cercana a su imagen y semejanza, aunque las imperfecciones eran obvias.

Seis días llevaba intentando terminar la tarea y dudaba que su esfuerzo pasara del suficiente raspado. Se imaginó los otros trabajos escolares aderezados con seres telepáticos, cuerpos celestes poliédricos en grácil ballet cósmico y planetas de refulgente fuego helado... Sintió la vergüenza tiñendo sus mejillas. Pero todavía contaba con un largo día de trabajo hasta la evaluación.

Al alba del séptimo día entreabrió un ojo y se enroscó de nuevo en las sábanas. “El próximo semestre ya mejoraré nota” murmuró con modorra. Nada podía fallar en su nuevo proyecto 'Caín y Abel'.



25.- Feliz relación parasitaria

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies, pero la colonización se prolongó durante décadas. Los cálculos que nuestros científicos llevaron a cabo para elegir la epidermis humana como única alternativa habitable para la supervivencia de nuestra civilización, no habían tenido en cuenta los síntomas que nuestra presencia provocaba y que... inevitablemente nos delataron.

Pequeños asteriscos de color violeta comenzaron a brotar en la piel de sus pies y saltaron todas las alarmas identificándonos como una enfermedad. Nos atacaron con antibióticos causando malformaciones en muchos miembros de nuestras tropas. Mientras nuestro planeta se moría, no encontrábamos la forma de demostrar que tan solo buscábamos un hogar.

Cuando la colonización empezó a ser total en muchos humanos, descubrieron que nuestra infección les hacía inmunes a una anomalía llamada cáncer que acababa con sus vidas. Los asteriscos violetas se pusieron de moda y nosotros tuvimos un futuro.



26.- Pakonstein

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Porque su monstruo inhumano, la creación con la que doblegaría naciones y sobrecogería a la humanidad, estaría apegado al suelo. Sería terrorífico, pero cabal. Lamentablemente, solo había logrado sustraer unos piececillos de la talla 37. El resto de sus excursiones a la facultad de medicina no fueron mejores: brazos raquíticos, piernas tísicas... O él era el científico loco con más mala pata o solo donaban sus cuerpos a la ciencia los veganos famélicos. Su criatura no iba a asustar ni a las viejas. Para rematar, la única cabeza en buen estado que pudo birlar era de un yonki con carita de buena gente. Aun así, no se arredró. Descargó la electricidad y el monstruo despertó a la vida. Éste miró arrobadamente a su creador, desplegó una sonrisa de lo más encantadora y le preguntó: “¿Tienes un euro?”.



27.- El rostro

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Es extraño comenzar a recordar a alguien por esa zona, pero le daba pánico admitir que, después de más de media vida juntos, ya no se acordaba de su cara.



28.- La Dra. Auscult

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies, aunque fuera médica de cabecera. Su paciente decía tener dolores por todo el cuerpo, cada vez mayores. Gritaba y se retorcía. Aturdida, la doctora consiguió palpar toda su estructura ósea inferior que parecía estar en orden, pero él aullaba cada vez con más fuerza y se sacudía desnudo encima de la camilla. No quiso pedir ayuda a enfermeros ni otros médicos. Revisó, como pudo, ligamentos y músculos; todos bien. Llegó a las caderas, las tocó. Entonces empezaron las convulsiones y a la vez, gritos insoportables. Estaba a punto de caerse al suelo, pero ella logró mantenerlo encima y ante tanto movimiento optó por meterse su gran falo en la boca. Algo remitió el sufrimiento. Aun así, no desapareció del todo; las lágrimas recorrían su cara. La doctora no quiso dejar sin resolver el caso de su primer paciente, así que se quitó las bragas y lo cabalgó hasta aliviar su dolor.



29.-De buena educación

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. En otra ocasión, se hubiese negado a llamarlos así, pero contradecir a los anfitriones no era de buena educación. Había de manzana, de chocolate, de calabaza… Empezó a servirse un trozo, mientras los anglicismos inundaban el ambiente. Consiguió filtrarlos hasta que escuchó esa maldita palabra. El pie acabó de sombrero del insolente runner. Tras esto, nuestro protagonista abandonó el brunch, no sin antes despedirse de los anfitriones, como dicta la buena educación.



30.-Dos por uno.

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Maldijo agosto y las suplencias de novatos incompetentes al ver dos etiquetas asomando bajo la sábana. Comenzó por la que colgaba del pie derecho, con el identificador F/789 correspondiente a Emily Watson, el resto incompleto. Carraspeó irritado. Del dedo gordo del pie izquierdo, colgaba el identificador F/790 correspondiente a Ann Watson, causa de la muerte: homicidio. Se disponía a buscar al responsable cuando se percató del contraste de la perfecta pedicura del pie derecho frente a la maraña de pelillos que decoraban el dedito gordo izquierdo. Levantó la sabana descubriendo el torso. Un sinfín de líneas tatuadas lo cruzaban marcando fronteras y señalando calendarios de higiene y mantenimiento.
Una mano surgió bajo la sábana, aferrándole la bata y una voz le suplicó: -"sepárame de esta guarra".

¡Ay!

¡Me gusta! 

Neska escribió:¡Me gusta! 

Al menos una opinión positiva antes de la avalancha de lamadrequeteparió

Anda ya, Eloy. ..

Ellis escribió:Anda ya, Eloy. ..

No esperaba menos...

lamadrequeteparió


como me mola la frase!!!!

Sugar Bug escribió:lamadrequeteparió

Moooooola

Veo la segunda parte del relato del rallador.

sapir escribió:Veo la segunda parte del relato del rallador.

Una precuela...
Yo veo fetichismo...

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Pero el rallador ya estaba muy oxidado y no cortaba nada, así que con la mano que le quedaba alcanzó la Minipimer...
Umm que gustito, esto es otra cosa!

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies.
- Estos son de oso, estos de abuelo, estos de adolescente yanki...

Girándose hacia el pasillo de maternidad, la enfermera jefe gritó: ¿Se puede saber donde coño está epigmenio????

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies.

...por los.....por los pies, verdad?.......sí, no?

Un hombre de verdad se viste por los pies.

sapir escribió:

El servicio de alojamiento de imágenes parece estar ofuscado. Hay un gurú meditando. A la noche intentaré entregarle al signore Eloy su chapita conmemorativa.

DON escribió:El servicio de alojamiento de imágenes parece estar ofuscado. Hay un gurú meditando. A la noche intentaré entregarle al signore Eloy su chapita conmemorativa.

Es usted un caballero que se viste por los pies, Sr.Don.

Yo tambien, excepto cuando me pongo vestido que lo hago por la cabeza.

Rhonda escribió:

Sugar Bug escribió:lamadrequeteparió

Ya he recibido el primer relato.


Dejad de quejaros y a currar, llorones...

DON escribió:El servicio de alojamiento de imágenes parece estar ofuscado. Hay un gurú meditando. A la noche intentaré entregarle al signore Eloy su chapita conmemorativa.

No hay prisa...

Gran oportunidad para que Rhonda y Metalbert continúen sus relatos de las rondas 37 y 36 respectivamente...

Venga ya, la frase se puede usar de modos muy distintos.

Ahora no lo veis, pero un día os daréis cuenta de que fue para estimular vuestra creatividad...

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Luego continuó por el abuelo y acabó por el cuchillo.

Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Luego continuó por las rodillas hasta que al abuelo se le cayó el cuchillo pero se le levantó la .

Stoneheart escribió:Ya que tenía que empezar por algún sitio, empezó por los pies. Luego continuó por el abuelo y acabó por el cuchillo.

Tongo! Impugno!

Grande nomeko

Eloy escribió:Venga ya, la frase se puede usar de modos muy distintos.

Ahora no lo veis, pero un día os daréis cuenta de que fue para estimular vuestra creatividad...

que barbaridad

Y que nadie se queja, oye...

No quiero escribir sobre carnivoros, pero me estan obligando las voces de la cabeza.......yo les digo que la ultima vez que homenajeamos una cancion de animalfantasma saqué un cero, pero las voces me dicen......empieza por los pies con esos díscolos votantes.......por los pies.
m

Bueno, yo dejo esto por aquí.

thank you DON!!

solo diré una cosa

"Joder Eloy".... Era necesario?

Stoner escribió:solo diré una cosa

"Joder Eloy".... Era necesario?

Tenía que empezar por algún sitio...


No sé, para mi una de la gracia de las frases de inicio es que te obliguen a adecuarte a ellas en cierto modo, no que cualquier relato que tengas en mente se pueda adaptar a la misma. Eso no quiere decir que no me gusten las frases más abiertas, pero coño, no creo que sea la primera frase un poco complicadilla que se ha propuesto en el concurso...



De hecho la frase no es mía, me la propusieron (bueno, algo muy parecido) y me gustó.



Y en confianza, no tengo ni puta idea a día de hoy sobre qué voy a escribir, se me han ocurrido dos o tres ideas a cual más majadera, pero me gusta ese proceso mental de darle vueltas una y otra vez. ¿Por qué empezo y a qué? ¿los pies de qué o quién? etc.

si, pero uno puede llegar a agobiarse pensando que no sale ninguna idea decente que no sea una astracanada de tomo y lomo

Stoner escribió:si, pero uno puede llegar a agobiarse pensando que no sale ninguna idea decente que no sea una astracanada de tomo y lomo

Hombre, este concurso sin astracanadas perdería gran parte de su encanto.

Joder que hace cuatro días se propuso el capitán mosca en el restaurante chino y salieron relatos marcianos pero muy chulos, y nadie se quejó tanto de la frase.





Que se queje vinagrellis ya lo tengo asumido, pero el resto sed más positivos coñe...


Además Neska, borogis y hasta Sugar han dicho que les molaba.
Gente con más criterio que esa no vas a encontrar...

El capitán mosca sin duda me parece la más jodida de todas las rondas, también me quejé.

En ese sentido, esta creo que le va siguiendo la estela...

Vinagrellis...

Stoner escribió:El capitán mosca sin duda me parece la más jodida de todas las rondas, también me quejé.

En ese sentido, esta creo que le va siguiendo la estela...

Vinagrellis...

Venga Stoner, no te quejes y escarba en tu intelecto, tú puedes

He tenido una idea

Hablando del Capitán Mosca, hoy Jabois escribe sobre Algora, de El Niño gusano. Ya pertenece al universo microrrelatil.

http://google.es/search?q=/elpais/2016/05/06/opinion/1462560426_004639.html

Nomeko7 escribió:Hablando del Capitán Mosca, hoy Jabois escribe sobre Algora, de El Niño gusano. Ya pertenece al universo microrrelatil.

http://google.es/search?q=/elpais/2016/05/06/opinion/1462560426_004639.html

Enorme Jabois. Como siempre.

Stoner escribió:He tenido una idea  

Eureka Stoner!

sapir escribió:

Nomeko7 escribió:Hablando del Capitán Mosca, hoy Jabois escribe sobre Algora, de El Niño gusano. Ya pertenece al universo microrrelatil.

http://google.es/search?q=/elpais/2016/05/06/opinion/1462560426_004639.html

Enorme Jabois. Como siempre.

La costa brava me gustaba y sabía de Nixon. No de Algora...

La duda de siempre... ¿El "." es obligatorio?

Nomeko7 escribió:

sapir escribió:

Nomeko7 escribió:Hablando del Capitán Mosca, hoy Jabois escribe sobre Algora, de El Niño gusano. Ya pertenece al universo microrrelatil.

http://google.es/search?q=/elpais/2016/05/06/opinion/1462560426_004639.html

Enorme Jabois. Como siempre.

La costa brava me gustaba y sabía de Nixon. No de Algora...

El Niño Gusano >>>> el resto de cosas en las que estuvo involucrado Algora.

Un amago de idea lucha encarnizadamente por abrirse paso en mi mente.