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borogis escribió:No suelo darle más explicaciones a los relatos cuando se cierra la ronda pero esta vez quiero hacerlo ya que es una ronda especial y un relato muy especial para mí.

La carnicería está basada en hechos reales.

De hecho Concha la carnicera es nada más y nada menos que mi bisabuela.

La semana pasada con 92 años se murió mi abuela Esperanza, hija de Concha y que heredó su oficio de carnicera. Parece ser que no sólo heredó la carnicería si no también la generosidad de mi bisabuela. Espe la carnicera era muy querida en el pueblo. En la huelgas mineras o cuando alguna familia pasaba momentos complicados nunca faltaba qué echarse al plato: fiaba o directamente no cobraba o echaba de más a los que se llevaban poco porque no había para más, costumbre que al parecer aprendió de su madre Concha. Así que esa parte de la generosidad de Concha es real.

Pues bien. Mi abuela tenía una una caja fuerte donde guardaba papeles: testamento, escritura de la casa y papelorios varios. Esta semana conseguí abrirla (sin saber la combinación, esa es otra historia...). Dentro había una cartera con belarminos, billetes de curso legal que imprimió el Consejo Soberano de Asturias y León que proclamó la independencia e imprimió sus propios billetes conocidos popularmente como belarminos durante la guerra civil. Cuando se los enseñé a mi madre me contó que efectivamente a Concha se la habían jugado en una venta con los belarminos. El tipo que le pagó lo hizo la noche antes de que los belarminos dejaran de ser moneda de curso legal. Cosa que Concha desconocía pero que el tipo, (Pín en el microrrelato:desconozco el nombre real) sí sabía que iba a ocurrir. Supongo que la fecha no sería justo cuando el Consejo cayó en manos de los sublevados pero eso me valía para enmarcar y clarificar la historia con pocas palabras.

Hasta ahí la parte real. La parte ficticia es la de la venganza ejecutada parte del minero fugado al monte.

Me ha costado mucho ajustarme a las 149 palabras. Se me ha tenido que quedar en el tintero en forma de elipsis que Pín sabía lo de los belarminos, que Concha le contaba a Elisa lo que le había pasado y esta le contaba a su marido cuánto había hecho Concha por su familia y la jugarreta de Pín.

Tampoco sé si la venta fue una vaca o qué. Pero el nombre de la vaca Lola, es un homenaje a mi bisabuela Soledad, que de pequeños nos deleitaba con sus historias de cómo huía de la Guardia Civil cabalgando a su yegua Lola cuando volvía de robar carbón de las minas de monte para calentar a sus hijos, con su marido fugado al monte.

Así que estoy muy feliz de la acogida del relato, que pretendía ser un pequeño homenaje a mi abuela Esperanza y a toda la saga de mujeres de mi familia, todas ellas grandísimas mujeres.

Siento el rollo pero tenía que soltarlo.



Os dejo con unas fotos que encontré en casa de mi abuela el otro día:



La casa de mi abuela donde estaba la carnicería. Sigue en pie y tiene más de 100 años. Desconozco la fecha de la foto.






Mi bisabuela Concha y mis abuelos a la puerta de la carnicería






Concha y Esperanza. Carniceras. Madre e Hija. Bisabuela y Abuela






Esperanza. Ejerciendo.

Stoner escribió:MR Karmen ha cogido el testigo de Ciclóncosmico como votante asiduo mio

DON escribió: