RONDA 20, SEGUNDA EDICIÓN DEL INIGUALABLE CONCURSO DE MICRORRELATOS AZKENEROS. VOTACIONES HASTA LAS 20:30, GALA 21:30

FRASE DE LA SEMANA:


Nadie había entrado allí en años

Las reglas del juego:

PUEDEN CONSULTAR LOS RELATOS DE RONDAS ANTERIORES AQUÍ:

https://docs.google.com/document/d/1jB5odLgZy0AhOo0xPpbUOefot-Ps7D2nrKfKS25i7v4/edit?pref=2&pli=1

Clasificación por podiums:

Clasificación por puntos totales:

1.- La Vella y la Bestia... 
Nadie había entrado allí en años, las paredes que antes eran humedas, ahora estaban secas, mugrientas y desprendían olor a rancio... La entrada, parecía sacada del séptimo círculo del infierno de Dante... 
Me cago en la puta... La farlopa la hizo empeorar de cojones en muy poco tiempo... Y pensar que hace cuatro años sus brillantes piernas me ponían palote... Me cago en la puta... Bah, me la chupa... Un polvo es un polvo... ¡Y A TOMAR POR CULO!
 
 
2.- Negra sombra
Nadie había entrado allí en años. ¿Qué pasaría por su cabeza? Tinín era un guerrero vencido, una hoja al viento, sin voluntad. De gesto adusto e indescifrable, carente de emociones… Contestaba con monosílabos, voz apagada y neutra, escoltada siempre por su frondoso bigote. El mundo le mandó al arcén del olvido después del brote psicótico y él se hizo impermeable a cualquier estímulo. Ni su hermano se dignaba a saludarle cuando le hacía gasto.  Veinte años desde que se echó a la calle, dalle en mano, a amedrentar al vecindario. ¿Tanto dolor causó?, ¿acaso su sentencia no prescribía? Así no se trata a un familiar pero tampoco a un cliente. 
Un día la radio disparó el canto quejumbroso de Luz Casal, hurgando en su epidermis, dermis e hipodermis y en esos ojos vacíos de merluza muerta, afloró una lágrima y por fin encadenó cuatro palabras seguidas…  
“¿Qué canción es esta?”
 
 
3.- El corazón no entiende de estadísticas
Nadie había entrado allí en años. Cuando su mujer le dejó se aprovisionó de comida y se encerró en su taller. Entonces, un día salió portando un extraño objeto, apuntó al cielo encapotado y disipó las nubes. Había creado el reductor probabilístico.
Iba paseando cuando vio a su ex y su novio sentados en una terraza. Sin pensárselo un instante les apuntó con el reductor probabilístico a nivel milagroso. Un husky que pasaba por allí empezó a aullar la segunda parte de colmillo blanco, la mesa y el toldo del café empezaron a hablar de sus cosas, pero su exmujer seguía haciéndole carantoñas a su pareja. 
Entonces comprendió cual había sido el problema entre ellos: la cabezonería. Cuando a ambos se le metía algo en la cabeza no había probabilidades de sacárselo.
Desesperado, se apuntó con el reductor y disparó. Lo que sucedió a continuación tenemos pocas probabilidades de saberlo…
 
 
4.- Nada especial 
Nadie había entrado allí en años. Y ahora, un vez finalizado el acto, le parecía que no había merecido la pena. 
Había reservado habitación en una pensión, y se había puesto allí el escueto vestido y el maquillaje comprado por Internet. Pidió una copa en un bar; aunque no se atrevió a tocarla más que con la punta de los dedos, girándola y recolocándola una y otra vez sobre el mostrador. El nerviosismo que exudaba hizo de cebo para un proyecto de galán que no había llegado a afeitar aún sus primeros pelos, y la noche terminó como tenía que terminar: con crujir de muelles y recuento de estrellas en el cielorraso de la habitación. 
Todo para nada.
Visto lo visto, lo mejor sería volver al convento. No creía que le pusieran ninguna pega. Total, tampoco había entrado nadie allí en años.
 
 
5.- Habeas Corpus
-Nadie había entrado allí en años, Señoría.
-¿Y usted como lo sabe?
-Las telarañas...
-Señoría, es irrelevante...
-Letrado, yo diré qué es irrrelevante y qué no. Acusado...
-Diga, Señoría...
-Continúe con su relato, pero redúzcalo a 150 palabras.
-No entiendo, Señoría...
-Manías mías... prosiga.
-Como le decía, el lugar llevaba mucho tiempo abandonado.
- ¿Cómo logró orientarse allí adentro?
- ¿Perdón?
-Los hechos sucedieron pasada la medianoche.
-Siempre llevo conmigo una linterna...
- ... por lo que pueda pasar, claro. Señoría, este sujeto...
- Este sujeto está contestando a mis preguntas, letrado. Cá-lle-se.
- La linterna. Gracias a ella pude moverme entre aquel amasijo de cajas, estanterías caídas, papeles... todo estaba lleno de polvo. Y comencé a estornudar.
- Vaya por Dios, es usted alérgico.
-Le quedan 21 palabras. 
-¿Perdón?
-Si transcribe todo esto le quedan ahora ocho palabras. Aprovéchelas.
-La playstation que me llevé ni siquiera funcionaba. Señoría.
 
 
6.- Gran Vía 25, Madrid. Febrero de 2205
Nadie había entrado allí en años, por lo tanto era un misterio lo que íbamos a encontrar. David giró la manivela y la puerta se abrió chirriando, sin embargo cuanto más se abría menos escuchábamos su sonido, pues una música ensordecedora tapaba cualquier atisbo de silencio. Dimos un par de pasos y la puerta se cerró a nuestras espaldas. De pronto caímos en la cuenta de que estanterías repletas de discos polvorientos nos rodeaban. Al fondo un viejo, con pinta de haber vivido épocas mejores, nos miraba con una amplia sonrisa mientras agitaba su cabeza. Al llegar hasta donde se encontraba unas pegatinas en el mostrador lo explicaban todo. Madrid Rock. El anciano nos entregó las llaves y se desvaneció frente a nosotros, entonces David y yo nos mirábamos con la certeza de haber encontrado el tesoro del que todo el mundo hablaba desde hacía doscientos años. 
 
 
7.- Mutismo selectivo
Nadie había entrado allí en años. Su madre le había prohibido terminantemente subir al desván. A los tres años de edad su padre había fallecido. Y desde entonces sufría de mutismo selectivo. Estaba casi siempre callado y con la mirada perdida. Un día hizo caso omiso de la prohibición y subió al desván. Allí encontró guardados en un baúl unas hojas impresas con muchos relatos. Eran todos muy breves, a lo sumo 150 palabras. Pero todos ellos consiguieron despertar su interés. Tras varias horas de intensa lectura bajó al salón con los relatos fuertemente abrazados al pecho. Y por primera vez en años pudo hablar: 
-Mama, ¿fue papa quién escribió todos estos relatos?
Tardó unos momentos en poder reaccionar. Pero, sin poder contener las lágrimas, acabó abrazando fuertemente a su hijo. 
 
 
8.- AB
Nadie había entrado allí en años. Éramos incapaces siquiera de acercarnos. La cabaña del abuelo, la que usabas de estudio, donde pasabas encerrado tantas horas... Pero un día tu madre y yo decidimos que necesitábamos regresar.
Todo estaba lleno de polvo y moho. Tus dibujos –cientos- cubrían las paredes, eran formidables y aterradores, mirarlos fue difícil. Tu madre cogió un pequeño retrato del hijo del vecino. “Qué bonito”- murmuró. En un tablón había pegada una foto que nos hicimos en la Costa Brava cuando eras pequeño. Sonreímos. 
Habían pasado tres años y ya no nos cabía más duelo. Estábamos exhaustos, cansados de seguir lamentando que hubieras decidido dejarnos. Esta vez quisimos celebrar los veinticinco años que pudimos estar contigo. Nos sentamos en unas cajas, sacamos la botella de vino que habíamos traído. La luz del atardecer se filtraba por las rendijas y brindamos por ti.


9.- Terapia
Nadie había entrado allí en años, ni tan siquiera él. Era un lugar exquisito, bien iluminado, limpio y confortable pero por algún extraño motivo él prefería revolcarse en el lodo y la mugre. Hasta hoy. De hecho había pasado tanto tiempo que apenas reconocía el lugar. Pero tras la terapia de electroshock del doctor Cameron había conseguido traspasar el umbral que separaba la oscuridad de la luz. Podía dejar atrás su viscosa existencia, olvidar la vejación, el dolor, el sufrimiento, la ansiedad y la depresión. Mientras deambulaba por el redescubierto, resplandeciente y espacioso recoveco de su cerebro, la esperanza, por un momento y de forma atroz, se apoderó de él. Llegó a pensar que podría ser libre. Pero de ese lugar, del sanatorio mental de San Rafael, nadie había salido en años.


10.- Pueblo de guerra
Nadie había entrado allí en años y se iba alargando el horizonte sobre él. Ningún escudo pudo proteger la luz que deshizo el día y la oscuridad se extendió sobre sus calles al ritmo que marcaban las automáticas. Ninguna espada sirvió para hacer sangrar aquel cielo inflamado, que observaba impasible cómo todo se derramaba bajo él, atractivo para ávidos de placeres frívolos y oscuros, que no tuvieron piedad. Pocos sabían que detrás de esas nubes y cielo hinchado, se encontraba la noche más delicada, la única cosa que no pudieron arrebatarle. Quienes se quedaron, recordaban pero no la volvieron a sentir. Suerte de los que no lo supieron nunca y pudieron seguir disfrutando. 
La vida fue escapándose, así como el horizonte, obligándolo a vivir en el infierno del olvido. Cerrando las puertas, para que nadie nunca pudiera volver a entrar ni ver el cielo más bonito visto jamás.


11.- Tiempos nuevos
Nadie había entrado allí en años. Él regresaba en busca de respuestas. Había cambios, pero no tantos como para no reconocer que estaba en casa. Primero fue a ver  las fotos. Tenía la imperiosa necesidad de ver crecer a sus hijos, de ver a su mujer envejecer. Luego revisó los documentos. El rastro de su familia se perdía en una ruina mayor que la del edificio que algún día fue su hogar.
Era demasiado joven para morir. Invirtieron todo por una promesa de vida eterna, de un futuro mejor, en un mundo mejor en el que su enfermedad tuviese cura. Pagaron el tratamiento de criogenización con sus vidas, ahogados por las deudas. A cambio él despertó sano y recibió el adiestramiento básico para los tiempos actuales.
Cogió las fotos y salió solo al mundo extraño, a los tiempos nuevos cuyas reglas aún no entendía.


12.- Dímelo tú
Nadie había entrado allí en años, quizás décadas. Eso fue lo primero que captó su interés. ¿Por qué un establecimiento querría jactarse de tan flagrante negligencia? Un cartel realmente extraño. No sólo por su desesperada inscripción; la tipografía, colorida y de trazos infantiles, resultaba inapropiada hasta para el observador menos versado en las seductoras argucias del grafismo. 
Lo segundo fue el nombre del local: Albricias para los desinformados.
La puerta se abrió con suavidad y en absoluto silencio, justificando la imprecisión del anuncio exterior. Un angosto pasillo, cercado por estanterías de barato aglomerado, le esperaba. No había productos en exposición; una palabra, impresa en la misma pueril tipografía, se repetía a lo largo del pasillo en incontables folios plastificados. Sincopado.
Recorrió cuatro pasillos más, siempre acosado por sincopado, hasta que encontró a el encargado. La encargada. 
-¿María?
-Ya era hora, querido. ¿Qué puedo ofrecerte?
-¿Cómo que... ¿Qué está pasando aquí?


13.- Última voluntad 
Nadie había entrado allí en años pero la lectura de sus últimas voluntades estaba clara, “quiero que me entierren en el delorean, luego ya me las apaño yo”.
Años coleccionando recuerdos de todas sus películas con triste final crematorio, “quémenlo todo, menos el coche, que será enterrado conmigo”
No había tenido un final fácil, al parkinson se le había unido una demencia brutal que era incómoda a todos los que le rodeaban pero él creía firmemente que en un futuro…
No es fácil conseguir los permisos para que te entierren con un coche pero aquí estamos, buen viaje Sr Fox.


14.- Los huesos y la memoria
Nadie había entrado allí en años, y los goznes de la compuerta así lo atestiguaban. Lógico, por otro lado. ¿Quién quiere entrar en una tumba? 
No obstante nuestras órdenes eran claras así que nos las arreglamos para, tras varias horas de trabajo, acceder al interior. Me introduje el primero por el angosto pasaje que daba acceso al espacio principal y allí los vi. Frente a mi, sin rastro de sus uniformes, hasta siete esqueletos conté, flotando ingrávidamente en una danza ralentizada, irreal, como en un baile de ultratumba. No sentí miedo, empero, sólo una lástima infinita. 
Media hora más tarde, con la caja recuperada y aleteando junto a mi equipo hacia la superficie, volví la cabeza para observar una última vez aquella tumba metálica, abrigada por líquenes y conchas, hasta que el periscopio se hizo borroso y con él, el recuerdo de otra guerra en los huesos de los hombres...


15.- Está ocurriendo de nuevo 
Nadie había entrado allí en años pero, aunque parezca mentira, no hay ni una sola mota de polvo. Las imponentes cortinas rojas de terciopelo y los cómodos sillones negros de escay descansan impolutos sobre el mareante suelo blanquinegro. Y todo lo que allí veo son recuerdos de un futuro pasado, escenas que ocurrieron hace tiempo pero que se me muestran ahora como si de luz de estrellas se tratara. Han pasado 25 años y, a pesar de los gritos, sigo ansioso por mi cita con Laura.


16.- Diamante
CCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCU
O Nadie había entrado allí en años, siglos.   U
O El experimento de nuestros antepasados U
O estaba impoluto a día de hoy.                  U
O Ni el reactor de polvo cósmico , ni la gota U
O de azufre líquido.... ni tan siquiera la pila  U
O abisal de diente de dragón había dañado   U
O lo mas mínimo el cubo.                            U
O Un cubo de un metro cuadrado, incoloro,  U
O translucido, de poco peso y sometido a     U
O todo tipo de cambios de temperaturas.     U
O Seguía igual, inalterable. Presente.           U
O Tras dos mil años teníamos cada vez        U
O más claro que el diamante era el material U
O más duro jamás creado.                           U
O Y sólo teníamos ese maldito cubo de un    U
O metro cuadrado inalterable.                     U
O El fín de la especie humana se acerca.      U
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBU


 
17.- El futuro
Nadie había entrado allí en años. Era una vieja biblioteca atestada de libros polvorientos y desvencijados. El peso del olvido había astillado las mesas e inundado de polvo la estancia. El futuro había llegado, y con él la inmediatez y la velocidad; nadie tenía tiempo para los placeres lentos, por muy profundo que calaran. Los coches vuelan, los robots son casi humanos y los niños no saben cómo se pasan las páginas de un libro. Pero hoy uno de ellos está entrando, con miedo, a esta especie de mundo fantástico del que le ha hablado su abuelo, que le ha explicado qué son los libros y cómo se leen. Agarra uno con una mezcla de respeto y emoción, como si estuviera haciendo algo prohibido. Lo abre y empieza a leerlo. Se salva. 
El futuro es superficial y frío, pero hoy todo está bien porque un niño ha empezado a leer. 
 
 
18.- Dieciséis mineros muertos
Nadie había entrado allí en años y ahora el portón del pozo Maria Luisa estaba tapado con dos viejos contenedores volcados. Estaba tan dejado que se había lodado de hierbajos de los que colgaban pequeñas bayas color rojo sangre. 
Aquel día todo estaba lleno de coronas de flores y de caras largas. Las madres, hermanas, novias y mujeres lloraban mientras los hombres se pasaban un pedrusco de carbón con el que se embadurnaban la cara a modo de homenaje.
El abuelo no paraba de llorar en silencio y cuando le llegó aquel risco negro su cara se llenó de relejes muy oscuros de los que parecían brotar ríos de color carne. Poco después, cuando todos empezaron a entonar el Santa Barbara Bendita, esos hilillos se hicieron más profundos hasta que sus dos manos manchadas, que por aquel entonces parecían de gigante, terminaron por sepultar aquel lastimero paisaje.


19.- Sí le habían escrito, coronel
Nadie había entrado allí en años. El viejo coronel jamás imaginó en una segunda revolución, mucho menos en sobrevivirla. Mientras atravesaba la polvorienta oficina abandonada, los recuerdos se acumulaban atropelladamente en su cabeza. Recordaba a Agustín y al maldito gallo de pelea, a su compadre Sabas tomándose la pastillita dulce, recordaba el terrible asma que se llevó a su mujer hacía ya seis octubres.
Puso la mano en el pomo de la puerta trasera y la abrió lentamente. La luz entró en la estancia por primera vez en más de un lustro. Bajo un grueso manto de polvo se acumulaban paquetes envueltos en un gastado papel marrón, decenas de cajas de diferentes formas y tamaños y grandes cajones de madera repletos de cartas. El viejo coronel se arrodilló con esfuerzo frente a un cajón y leyó con dificultad: correo oficial – pensiones, no entregar.
Hijos de puta, murmuró entre sollozos.


20.- Rufus
Nadie había entrado allí en años excepto los gemelos, que lo hacían a escondidas. En el interior Rufus les esperaba, les susurraba durante horas y antes de que los echaran de menos los enviaba de vuelta a casa. La nochebuena de 1982 iba a ser especial en muchos aspectos. La feliz pareja esperaba otro hijo. Cuando el marido alzó la copa para anunciar la buena nueva Rufus se irguió sobre sus cuartos traseros. Todos rieron porque los gemelos siempre andaban enseñándole al viejo perro pastor alemán nuevos trucos. La madre preñada de felicidad lo acariciaba cuando Rufus, tras escupir una madeja de escorpiones negros en su regazo, hundió los colmillos en su vientre hasta sacarle las tripas. ¡Veinticinco de diciembre! ¡Veinticincooo de diciembre! gritaron al unísono los gemelos entre carcajadas, a lo que Rufus, con las entrañas colgando del hocico, contestó con su ancestral y cavernosa voz, Fun Fun Fun.


21.- Volver
Nadie había entrado allí en años pero era hora de volver. El genio de la lámpara llevaba tiempo fuera, inadvertido entre la multitud, libre del acoso de los frotadores de metal. Y aunque había sabido complacerse con el anonimato y el descanso ahora tenía un objetivo secreto, íntimo: volver a la lámpara y retorcer hasta lo imposible cualquier petición que le realizasen para poder castigar a los humanos; egoístas, torpes, traidores. Cuando el primer incauto osó desear hacerse millonario de manera imprecisa y urgente, millones de células multiplicándose sin parar reventaron la delicada carne mortal.
Bienvenido a casa, se dijo con orgullo.


22.- Lluvias de Abril
Nadie había entrado allí en años. Es el sitio donde solíamos venir juntos de la mano, donde se oyen cantar cosas del pasado. Nadie.
Mírame; ¿ahora lo entiendes? No tengo dos dedos de frente, lo sé, pero siempre dije que no por rugir más se es más fiero. Mírame. Mírame bien.
Te amo lo mismo que te odio. Soy un animal bipolar, el culpable de todos tus males. Algún día volveré a ese bosque y en el claro, te repetiré hasta la extenuación que me dejes en paz tras yacer contigo.


23 Los cigarros del faráon
Nadie había entrado allí en años. Aún diría más, en siglos. Encendió la tea despacio y disfrutó de la magnífica vista que contemplaban sus ojos: la tumba de Kih-Oskh. Admiró la lujosa máscara mortuoria, hizo tintinear entre sus dedos unas piezas de oro y se dirigió a lo que le interesaba. En un gran cofre, un fardo que desenvolvió con delicadeza. Se le iluminó la sonrisa y lo cogió. Solía llevarse un recuerdo de cada visita, vio una pequeña figura y decidió que sería esa. Un halcón, milenario, muy ligero, fabricado sin duda del material del que están hechos los sueños. Salió cuidadosamente colocando un nuevo precinto, réplica idéntica del que había. Esa noche Tarik el egipcio –bueno, allí era simplemente Tarik- se fumó un puro de tabaco añejo en su terraza con vistas al Nilo. Tiempo después fingió gran sorpresa al entrar allí de nuevo acompañando a Carter.


24.-Dickens (al modo de Roberto)
Nadie había entrado allí en años pares ni en meses que contuvieran la letra erre. Las viejas supersticiones de los marisqueiros eran superiores a la lógica schrodingeriana.
- ¡Non é un inferno de semideus austríaca vai vir á miña casa para tocar miñas bolas!
Desde el mismo instante en que la humanidad olvidó las religiones antiguas y abrazó la ciencia y el cartesianismo como guías vitales, Ervin Schrodinger había sido catapultado, gracias al odio generalizado que desarrollaron los seguidores de la física cuántica, a la categoria de semidios.
Y eso, a Braix Castro, tercer Arcipreste da Costa da Morte, no pareció gustarle nunca.
Y por eso, el marisco es más caro en Navidad y en casa vamos a comer pollo, hijo mío.


25.- TVE
Nadie había entrado allí en años. Manuela pasó de pesar unos perfectos 55 Kg's a sobrepasar el triple.
La culpa era de los comerciales populistas, esos enviados de Satanás que muestran deliciosos anuncios de placentero chocolate Valor, irresistible helado Häagen-Dazs...mmmmmm.
Vivía en un pequeño apartamento abarrotado de envoltorios de sabrosa sopa de sobre Maggi vete a saber de cuándo. Solo comía preparados Gallina Blanca.
Únicamente recibía visita de un bondadoso sacerdote de la Sagrada Iglesia Católica que se interesó por su situación, pero nunca se le permitió pasar a promulgar la palabra del Señor.
Un día, cuando fue a visitarla, no contestó. La robusta puerta de Leroy Merlin estaba abierta. Entró cuidadosamente y vio todo reluciente y con un fino olor a Don Limpio. Miró los ultradefinidos colores del televisor SONY y lo entendió todo. Se habían puesto de moda los comerciales de gimnasios Go Fit y cereales Special K.

Bueno, ya tenemos frase, que espero sea del agrado de la mayoría.

Creo que da para distintos tipos de relatos, la he dejado lo más genérica posible.

Me gusta la frase. Espero que esta ronda volvamos a tener 30 relatos o más.

leo ¿el fary no había entrado allí en años?
m

m señor escribió:leo ¿el fary no había entrado allí en años?
m

Eloy escribió:

m señor escribió:leo ¿el fary no había entrado allí en años?
m

¿quien yo?...sois el resto que no tenéis sentido del humor.....
m

Más bien esto...

sapir escribió:Más bien esto...

muy del fary si señor...
m

Nadie había entrado allí en años. Sobre él corrían por el lugar las más increíbles leyendas, se cuenta que era tan feo que su madre en vez del pecho le daba la espalda. Con un nudo en el pecho cruzó el recibidor, todo estaba oscuro y silencioso, entonces un ruido de chupetones llegó desde el salón. Por las rendijas de la persiana se colaban haces luminosos que dejaban entrever el horrible perfil de un hombre sentado en una silla de anea que solo vestía unos calzoncillos raídos y que tenía un saco de limones acomodado entre las piernas. Entro a la habitación y se quedó mirándolo de la misma manera que la Santísima Teresa de Calcuta miraría a Jesucristo jugando a una tragaperras...quitó entonces su limón de la boca y preguntó: ¿tocas la batería?, ¿hacemos un dúo?

Criminal pentatónico escribió:Nadie había entrado allí en años. Sobre él corrían por el lugar las más increíbles leyendas, se cuenta que era tan feo que su madre en vez del pecho le daba la espalda. Con un nudo en el pecho cruzó el recibidor, todo estaba oscuro y silencioso, entonces un ruido de chupetones llegó desde el salón. Por las rendijas de la persiana se colaban haces luminosos que dejaban entrever el horrible perfil de un hombre sentado en una silla de anea que solo vestía unos calzoncillos raídos y que tenía un saco de limones acomodado entre las piernas. Entro a la habitación y se quedó mirándolo de la misma manera que la Santísima Teresa de Calcuta miraría a Jesucristo jugando a una tragaperras...quitó entonces su limón de la boca y preguntó: ¿tocas la batería?, ¿hacemos un dúo?

Y se llamaron Bella&sebestia
m

Bravo.


Si en vez de haces luminosos, hubieran sido heces luminosas, lo cuadramos!!!

Nadie había entrado allí en años, en la piscina carmesí... excepto un abuelo. Y su cuchillo.

Criminal pentatónico escribió:Nadie había entrado allí en años. Sobre él corrían por el lugar las más increíbles leyendas, se cuenta que era tan feo que su madre en vez del pecho le daba la espalda. Con un nudo en el pecho cruzó el recibidor, todo estaba oscuro y silencioso, entonces un ruido de chupetones llegó desde el salón. Por las rendijas de la persiana se colaban haces luminosos que dejaban entrever el horrible perfil de un hombre sentado en una silla de anea que solo vestía unos calzoncillos raídos y que tenía un saco de limones acomodado entre las piernas. Entro a la habitación y se quedó mirándolo de la misma manera que la Santísima Teresa de Calcuta miraría a Jesucristo jugando a una tragaperras...quitó entonces su limón de la boca y preguntó: ¿tocas la batería?, ¿hacemos un dúo?

PS:

Spoiler:

Criminal pentatónico escribió:Nadie había entrado allí en años. Sobre él corrían por el lugar las más increíbles leyendas, se cuenta que era tan feo que su madre en vez del pecho le daba la espalda. Con un nudo en el pecho cruzó el recibidor, todo estaba oscuro y silencioso, entonces un ruido de chupetones llegó desde el salón. Por las rendijas de la persiana se colaban haces luminosos que dejaban entrever el horrible perfil de un hombre sentado en una silla de anea que solo vestía unos calzoncillos raídos y que tenía un saco de limones acomodado entre las piernas. Entro a la habitación y se quedó mirándolo de la misma manera que la Santísima Teresa de Calcuta miraría a Jesucristo jugando a una tragaperras...quitó entonces su limón de la boca y preguntó: ¿tocas la batería?, ¿hacemos un dúo?

Me gusta la frase

Ojala participe hank

metalbert escribió:Ojala participe hank

Algo que empiece así:

Nadie había entrado allí en años. El fragor de aquella vagina podia sentirse a kilometros...

Me mola mucho la frase. A ver si saco tiempo para participar esta semana

borogis escribió:Me mola mucho la frase. A ver si saco tiempo para participar esta semana

Ranking, ranking!!!!!

Eloy escribió:

borogis escribió:Me mola mucho la frase. A ver si saco tiempo para participar esta semana

Ranking, ranking!!!!!

Espero tenerlo para mañana, tal vez hoy...

Si es por lo tuyo creo que llevas el mallot amarillo de la general y el  verde de la regularidad.

Damiá se lleva el de lunares rojos de la montaña

Perseide el blanco de mejor joven

Así de memoria...

no están las clasificaciones?

Y los puntos que hemos dado esta última ronda?

Stoner escribió:

Y los puntos que hemos dado esta última ronda?

en el topic de la ronda

pues no lo vi

el excel me refiero

Stoner escribió:el excel me refiero

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1xwRd9BVtA2SRmHBhpdNHJaf-16T9I5Ag8Ka2EjHxgBw

Primer relato recibido, ya sólo quedan 29.


Esto marcha...

Eloy escribió:Primer relato recibido, ya sólo quedan 29.


Esto marcha...

bueno, el tuyo lo tienes escrito de hace tiempo también...

metalbert escribió:

Eloy escribió:Primer relato recibido, ya sólo quedan 29.


Esto marcha...

bueno, el tuyo lo tienes escrito de hace tiempo también...

Sí, hace años no te jode...

Ahora en serio, no sé si alguno de los participantes de esta nuestra comunidad (jaja) tiene relatos en cartera (bueno, DON aparte  ), pero los únicos cuentos que guardo en una carpeta son unos folios de juventud tan bisoños que sólo los conservo como testimonio de esa inocencia adolescente por la cual la escritura casi automática le parecía a uno lo más de lo más...

Demasiados relatos de Bukowski mal digeridos...

Yo voy reciclando los.primeros micros del concurso que escribi,lo amoldo a la frase, los calzo y ya.

YOMISMO escribió:Yo voy reciclando los.primeros micros del concurso que escribi,lo amoldo a la frase, los calzo y ya.

Voy a revisarme los estatutos porque esto no puede ser legal...

Yo voy a empezar a coger relatos ganadores de otras rondas, copiarlos y cambiarles la frase inicial.

Todo vuelve a la normalidad.

Stoneheart escribió:Todo vuelve a la normalidad.

Un poco de orden, ya tocaba...

Ya te digo. Tanto estudiante administrando...

Y microrrelatistas tajándose el día en que se publica la frase... un sindiós.

Stoneheart escribió:Y microrrelatistas tajándose el día en que se publica la frase... un sindiós.

Chusma. 


Ya están desalojaos...

Eloy escribió:

Stoneheart escribió:Y microrrelatistas tajándose el día en que se publica la frase... un sindiós.

Chusma. 


Ya están desalojaos...

Ya era hora!

Sugar Bug escribió:

Eloy escribió:

Stoneheart escribió:Y microrrelatistas tajándose el día en que se publica la frase... un sindiós.

Chusma. 


Ya están desalojaos...

Ya era hora!

Tú calla y a escribir, camarón...

Volviendo al tema cítricos ¿no os parece a ustedes que esta temporada otoño invierno de naranja y mandarina está siendo bastante floja?

Pues a mí las mandarinas me están gustando. Y te lo dice una persona que come como tres al día.

Perseide escribió:Pues a mí las mandarinas me están gustando. Y te lo dice una persona que come como tres al día.

Espera, que busco el comentario que pusiste hace meses sobre este tema.

Perseide escribió:¿No os da asco cuando peláis mandarinas y la piel está como muy pegada al gajo y os salpica el jugo de la mandarina y os pringa las manos? A mí a raudales.

Yata...

Perseide escribió:

¿Ya le has cocinado pollo al ajillo a alguna chica más?

sapir escribió:

Perseide escribió:

¿Ya le has cocinado pollo al ajillo a alguna chica más?

Qué cabrón JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
No me acuerdo de contarlo.

La respuesta es no, evidentemente. Lo hice solo una vez y dudo que vuelva a hacerlo