RONDA 20, SEGUNDA EDICIÓN DEL INIGUALABLE CONCURSO DE MICRORRELATOS AZKENEROS. VOTACIONES HASTA LAS 20:30, GALA 21:30

sapir escribió:

Rhonda escribió:

borogis escribió:Tenemos una impugnación a las clasificaciones, he puesto a todo el equipo a trabajar en los procesos para gestionarla. Estad localizados que en cualquier momento os pueden visitar los vampiros para pasar un control antidoping.

Seguiremos informando

Mierda, espero que no me detecten el nivel de Voll-Damms en sangre

Si se detecta en algún microrrelatista bajos niveles de alcohol en la sangre será un claro indicio de tongo.

Modo yomis y sapiro on.

Rhonda escribió:

sapir escribió:

Rhonda escribió:

borogis escribió:Tenemos una impugnación a las clasificaciones, he puesto a todo el equipo a trabajar en los procesos para gestionarla. Estad localizados que en cualquier momento os pueden visitar los vampiros para pasar un control antidoping.

Seguiremos informando

Mierda, espero que no me detecten el nivel de Voll-Damms en sangre

Si se detecta en algún microrrelatista bajos niveles de alcohol en la sangre será un claro indicio de tongo.

Modo yomis y sapiro on.

Habrá que recargar la nevera, pues

sijord escribió:¿No hay gala paralela en el hilo del underground?

DON escribió:El Sr Sapiro no ha entendido mi magnífico relato.

sapir escribió:

DON escribió:El Sr Sapiro no ha entendido mi magnífico relato.

Es muy posible. No he entendido casi ninguno.

sijord escribió:¿No hay gala paralela en el hilo del underground?

Eloy escribió:15.- Está ocurriendo de nuevo 

Nadie había entrado allí en años pero, aunque parezca mentira, no hay ni una sola mota de polvo. Las imponentes cortinas rojas de terciopelo y los cómodos sillones negros de escay descansan impolutos sobre el mareante suelo blanquinegro. Y todo lo que allí veo son recuerdos de un futuro pasado, escenas que ocurrieron hace tiempo pero que se me muestran ahora como si de luz de estrellas se tratara. Han pasado 25 años y, a pesar de los gritos, sigo ansioso por mi cita con Laura.

DON escribió:

sapir escribió:

DON escribió:El Sr Sapiro no ha entendido mi magnífico relato.

Es muy posible. No he entendido casi ninguno.

Y encima lo reconoce públicamente. Bravo.

Stoneheart escribió:Sapir me ha quitado lo de Stanislaw Lem.

borogis escribió:El error impugnado ha sido en principio corregido. Si hay algún problema más me váis diciendo.

El error se viene arrastrando desde la ronda 8. A ver si estamos más atentos que cuanto más atrás más difícil de buscar y corregir errores.

Tenemos además problemas de trazabilidad con la Ronda 4 que hubo cierto caos, la ronda 7 que no pude preparar formulario, la ronda 8 que si hubo pero se reutilizó en la ronda 10 y se perdieron los resultados del formulario de la 8. Al final supongo que todo se podrá recuperar remontando los respectivos hilos pero es más lío.

en vacaciones a ver si tengo un rato para asear un poco el asunto y me curro un histórico de clasificaciones. No prometo nada.

CLASIFICACIÓN POR PODIUMS

ELOY 80
DON 58
FRESX 50
BOROGIS 47
CRIMI 41
ELSAN 30
PERSEIDE 25
RHONDA 22
NOMEKO 21
STONEHEART 20
BOFU 18
ELLIS 18
PECK 17
MUGU 17
RUDI 13
STONER 13
KUPAK 10
SIRCONRAD 8
TACITUS 8
DARTHMERCURY 8
SUGARBUG 8
MANOF 7
NESKA 7
SILVER 7
JOMRT 7
SOPORTE 6
M_SEÑOR 6
YOMI 6
METALBERT 6
COCH 5
AZRAEL 5
SIJORD 3
MUSHOBLUES 1
JACKINTHEBOX 1

Eloy escribió:18.- Dieciséis mineros muertos

Nadie había entrado allí en años y ahora el portón del pozo Maria Luisa estaba tapado con dos viejos contenedores volcados. Estaba tan dejado que se había lodado de hierbajos de los que colgaban pequeñas bayas color rojo sangre. 
Aquel día todo estaba lleno de coronas de flores y de caras largas. Las madres, hermanas, novias y mujeres lloraban mientras los hombres se pasaban un pedrusco de carbón con el que se embadurnaban la cara a modo de homenaje.
El abuelo no paraba de llorar en silencio y cuando le llegó aquel risco negro su cara se llenó de relejes muy oscuros de los que parecían brotar ríos de color carne. Poco después, cuando todos empezaron a entonar el Santa Barbara Bendita, esos hilillos se hicieron más profundos hasta que sus dos manos manchadas, que por aquel entonces parecían de gigante, terminaron por sepultar aquel lastimero paisaje.

Ellis escribió:Veo el culo de StoneHearst acercándose...

Eloy escribió:1.- La Vella y la Bestia... 

Nadie había entrado allí en años, las paredes que antes eran humedas, ahora estaban secas, mugrientas y desprendían olor a rancio... La entrada, parecía sacada del séptimo círculo del infierno de Dante... 
Me cago en la puta... La farlopa la hizo empeorar de cojones en muy poco tiempo... Y pensar que hace cuatro años sus brillantes piernas me ponían palote... Me cago en la puta... Bah, me la chupa... Un polvo es un polvo... ¡Y A TOMAR POR CULO!

Eloy escribió:2.- Negra sombra

Nadie había entrado allí en años. ¿Qué pasaría por su cabeza? Tinín era un guerrero vencido, una hoja al viento, sin voluntad. De gesto adusto e indescifrable, carente de emociones… Contestaba con monosílabos, voz apagada y neutra, escoltada siempre por su frondoso bigote. El mundo le mandó al arcén del olvido después del brote psicótico y él se hizo impermeable a cualquier estímulo. Ni su hermano se dignaba a saludarle cuando le hacía gasto.  Veinte años desde que se echó a la calle, dalle en mano, a amedrentar al vecindario. ¿Tanto dolor causó?, ¿acaso su sentencia no prescribía? Así no se trata a un familiar pero tampoco a un cliente. 
Un día la radio disparó el canto quejumbroso de Luz Casal, hurgando en su epidermis, dermis e hipodermis y en esos ojos vacíos de merluza muerta, afloró una lágrima y por fin encadenó cuatro palabras seguidas…  
“¿Qué canción es esta?”

Eloy escribió:3.- El corazón no entiende de estadísticas

Nadie había entrado allí en años. Cuando su mujer le dejó se aprovisionó de comida y se encerró en su taller. Entonces, un día salió portando un extraño objeto, apuntó al cielo encapotado y disipó las nubes. Había creado el reductor probabilístico.
Iba paseando cuando vio a su ex y su novio sentados en una terraza. Sin pensárselo un instante les apuntó con el reductor probabilístico a nivel milagroso. Un husky que pasaba por allí empezó a aullar la segunda parte de colmillo blanco, la mesa y el toldo del café empezaron a hablar de sus cosas, pero su exmujer seguía haciéndole carantoñas a su pareja. 
Entonces comprendió cual había sido el problema entre ellos: la cabezonería. Cuando a ambos se le metía algo en la cabeza no había probabilidades de sacárselo.
Desesperado, se apuntó con el reductor y disparó. Lo que sucedió a continuación tenemos pocas probabilidades de saberlo…

Eloy escribió:4.- Nada especial 

Nadie había entrado allí en años. Y ahora, un vez finalizado el acto, le parecía que no había merecido la pena. 
Había reservado habitación en una pensión, y se había puesto allí el escueto vestido y el maquillaje comprado por Internet. Pidió una copa en un bar; aunque no se atrevió a tocarla más que con la punta de los dedos, girándola y recolocándola una y otra vez sobre el mostrador. El nerviosismo que exudaba hizo de cebo para un proyecto de galán que no había llegado a afeitar aún sus primeros pelos, y la noche terminó como tenía que terminar: con crujir de muelles y recuento de estrellas en el cielorraso de la habitación. 
Todo para nada.
Visto lo visto, lo mejor sería volver al convento. No creía que le pusieran ninguna pega. Total, tampoco había entrado nadie allí en años.

Eloy escribió:5.- Habeas Corpus

-Nadie había entrado allí en años, Señoría.
-¿Y usted como lo sabe?
-Las telarañas...
-Señoría, es irrelevante...
-Letrado, yo diré qué es irrrelevante y qué no. Acusado...
-Diga, Señoría...
-Continúe con su relato, pero redúzcalo a 150 palabras.
-No entiendo, Señoría...
-Manías mías... prosiga.
-Como le decía, el lugar llevaba mucho tiempo abandonado.
- ¿Cómo logró orientarse allí adentro?
- ¿Perdón?
-Los hechos sucedieron pasada la medianoche.
-Siempre llevo conmigo una linterna...
- ... por lo que pueda pasar, claro. Señoría, este sujeto...
- Este sujeto está contestando a mis preguntas, letrado. Cá-lle-se.
- La linterna. Gracias a ella pude moverme entre aquel amasijo de cajas, estanterías caídas, papeles... todo estaba lleno de polvo. Y comencé a estornudar.
- Vaya por Dios, es usted alérgico.
-Le quedan 21 palabras. 
-¿Perdón?
-Si transcribe todo esto le quedan ahora ocho palabras. Aprovéchelas.
-La playstation que me llevé ni siquiera funcionaba. Señoría.

Eloy escribió:6.- Gran Vía 25, Madrid. Febrero de 2205

Nadie había entrado allí en años, por lo tanto era un misterio lo que íbamos a encontrar. David giró la manivela y la puerta se abrió chirriando, sin embargo cuanto más se abría menos escuchábamos su sonido, pues una música ensordecedora tapaba cualquier atisbo de silencio. Dimos un par de pasos y la puerta se cerró a nuestras espaldas. De pronto caímos en la cuenta de que estanterías repletas de discos polvorientos nos rodeaban. Al fondo un viejo, con pinta de haber vivido épocas mejores, nos miraba con una amplia sonrisa mientras agitaba su cabeza. Al llegar hasta donde se encontraba unas pegatinas en el mostrador lo explicaban todo. Madrid Rock. El anciano nos entregó las llaves y se desvaneció frente a nosotros, entonces David y yo nos mirábamos con la certeza de haber encontrado el tesoro del que todo el mundo hablaba desde hacía doscientos años. 

Eloy escribió:7.- Mutismo selectivo

Nadie había entrado allí en años. Su madre le había prohibido terminantemente subir al desván. A los tres años de edad su padre había fallecido. Y desde entonces sufría de mutismo selectivo. Estaba casi siempre callado y con la mirada perdida. Un día hizo caso omiso de la prohibición y subió al desván. Allí encontró guardados en un baúl unas hojas impresas con muchos relatos. Eran todos muy breves, a lo sumo 150 palabras. Pero todos ellos consiguieron despertar su interés. Tras varias horas de intensa lectura bajó al salón con los relatos fuertemente abrazados al pecho. Y por primera vez en años pudo hablar: 
-Mama, ¿fue papa quién escribió todos estos relatos?
Tardó unos momentos en poder reaccionar. Pero, sin poder contener las lágrimas, acabó abrazando fuertemente a su hijo. 

Eloy escribió:8.- AB

Nadie había entrado allí en años. Éramos incapaces siquiera de acercarnos. La cabaña del abuelo, la que usabas de estudio, donde pasabas encerrado tantas horas... Pero un día tu madre y yo decidimos que necesitábamos regresar.
Todo estaba lleno de polvo y moho. Tus dibujos –cientos- cubrían las paredes, eran formidables y aterradores, mirarlos fue difícil. Tu madre cogió un pequeño retrato del hijo del vecino. “Qué bonito”- murmuró. En un tablón había pegada una foto que nos hicimos en la Costa Brava cuando eras pequeño. Sonreímos.
Habían pasado tres años y ya no nos cabía más duelo. Estábamos exhaustos, cansados de seguir lamentando que hubieras decidido dejarnos. Esta vez quisimos celebrar los veinticinco años que pudimos estar contigo. Nos sentamos en unas cajas, sacamos la botella de vino que habíamos traído. La luz del atardecer se filtraba por las rendijas y brindamos por ti.

Eloy escribió:9.- Terapia

Nadie había entrado allí en años, ni tan siquiera él. Era un lugar exquisito, bien iluminado, limpio y confortable pero por algún extraño motivo él prefería revolcarse en el lodo y la mugre. Hasta hoy. De hecho había pasado tanto tiempo que apenas reconocía el lugar. Pero tras la terapia de electroshock del doctor Cameron había conseguido traspasar el umbral que separaba la oscuridad de la luz. Podía dejar atrás su viscosa existencia, olvidar la vejación, el dolor, el sufrimiento, la ansiedad y la depresión. Mientras deambulaba por el redescubierto, resplandeciente y espacioso recoveco de su cerebro, la esperanza, por un momento y de forma atroz, se apoderó de él. Llegó a pensar que podría ser libre. Pero de ese lugar, del sanatorio mental de San Rafael, nadie había salido en años.

Eloy escribió:10.- Pueblo de guerra

Nadie había entrado allí en años y se iba alargando el horizonte sobre él. Ningún escudo pudo proteger la luz que deshizo el día y la oscuridad se extendió sobre sus calles al ritmo que marcaban las automáticas. Ninguna espada sirvió para hacer sangrar aquel cielo inflamado, que observaba impasible cómo todo se derramaba bajo él, atractivo para ávidos de placeres frívolos y oscuros, que no tuvieron piedad. Pocos sabían que detrás de esas nubes y cielo hinchado, se encontraba la noche más delicada, la única cosa que no pudieron arrebatarle. Quienes se quedaron, recordaban pero no la volvieron a sentir. Suerte de los que no lo supieron nunca y pudieron seguir disfrutando. 
La vida fue escapándose, así como el horizonte, obligándolo a vivir en el infierno del olvido. Cerrando las puertas, para que nadie nunca pudiera volver a entrar ni ver el cielo más bonito visto jamas.

Eloy escribió:11.- Tiempos nuevos

Nadie había entrado allí en años. Él regresaba en busca de respuestas. Había cambios, pero no tantos como para no reconocer que estaba en casa. Primero fue a ver  las fotos. Tenía la imperiosa necesidad de ver crecer a sus hijos, de ver a su mujer envejecer. Luego revisó los documentos. El rastro de su familia se perdía en una ruina mayor que la del edificio que algún día fue su hogar.
Era demasiado joven para morir. Invirtieron todo por una promesa de vida eterna, de un futuro mejor, en un mundo mejor en el que su enfermedad tuviese cura. Pagaron el tratamiento de criogenización con sus vidas, ahogados por las deudas. A cambio él despertó sano y recibió el adiestramiento básico para los tiempos actuales.
Cogió las fotos y salió solo al mundo extraño, a los tiempos nuevos cuyas reglas aún no entendía.

Eloy escribió:12.- Dímelo tú

Nadie había entrado allí en años, quizás décadas. Eso fue lo primero que captó su interés. ¿Por qué un establecimiento querría jactarse de tan flagrante negligencia? Un cartel realmente extraño. No sólo por su desesperada inscripción; la tipografía, colorida y de trazos infantiles, resultaba inapropiada hasta para el observador menos versado en las seductoras argucias del grafismo. 
Lo segundo fue el nombre del local: Albricias para los desinformados.
La puerta se abrió con suavidad y en absoluto silencio, justificando la imprecisión del anuncio exterior. Un angosto pasillo, cercado por estanterías de barato aglomerado, le esperaba. No había productos en exposición; una palabra, impresa en la misma pueril tipografía, se repetía a lo largo del pasillo en incontables folios plastificados. Sincopado.
Recorrió cuatro pasillos más, siempre acosado por sincopado, hasta que encontró a el encargado. La encargada. 
-¿María?
-Ya era hora, querido. ¿Qué puedo ofrecerte?
-¿Cómo que... ¿Qué está pasando aquí?

Eloy escribió:13.- Última voluntad

Nadie había entrado allí en años pero la lectura de sus últimas voluntades estaba clara, “quiero que me entierren en el delorean, luego ya me las apaño yo”.
Años coleccionando recuerdos de todas sus películas con triste final crematorio, “quémenlo todo, menos el coche, que será enterrado conmigo”
No había tenido un final fácil, al parkinson se le había unido una demencia brutal que era incómoda a todos los que le rodeaban pero él creía firmemente que en un futuro…
No es fácil conseguir los permisos para que te entierren con un coche pero aquí estamos, buen viaje Sr Fox.

Eloy escribió:14.- Los huesos y la memoria

Nadie había entrado allí en años, y los goznes de la compuerta así lo atestiguaban. Lógico, por otro lado. ¿Quién quiere entrar en una tumba? 
No obstante nuestras órdenes eran claras así que nos las arreglamos para, tras varias horas de trabajo, acceder al interior. Me introduje el primero por el angosto pasaje que daba acceso al espacio principal y allí los vi. Frente a mi, sin rastro de sus uniformes, hasta siete esqueletos conté, flotando ingrávidamente  en una danza ralentizada, irreal, como en un baile de ultratumba. No sentí miedo, empero, sólo una lástima infinita. 
Media hora más tarde, con la caja recuperada y aleteando junto a mi equipo hacia la superficie, volví la cabeza para observar una última vez aquella tumba metálica, abrigada por líquenes y conchas, hasta que el periscopio se hizo borroso y con él, el recuerdo de otra guerra en los huesos de los hombres...

Eloy escribió:15.- Está ocurriendo de nuevo 

Nadie había entrado allí en años pero, aunque parezca mentira, no hay ni una sola mota de polvo. Las imponentes cortinas rojas de terciopelo y los cómodos sillones negros de escay descansan impolutos sobre el mareante suelo blanquinegro. Y todo lo que allí veo son recuerdos de un futuro pasado, escenas que ocurrieron hace tiempo pero que se me muestran ahora como si de luz de estrellas se tratara. Han pasado 25 años y, a pesar de los gritos, sigo ansioso por mi cita con Laura.

Eloy escribió:16.- Diamante.

CCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCU
O Nadie había entrado allí en años, siglos.   U
O El experimento de nuestros antepasados U
O estaba impoluto a día de hoy.                  U
O Ni el reactor de polvo cósmico , ni la gota U
O de azufre líquido.... ni tan siquiera la pila  U
O abisal de diente de dragón había dañado   U
O lo mas mínimo el cubo.                            U
O Un cubo de un metro cuadrado, incoloro,  U
O translucido, de poco peso y sometido a     U
O todo tipo de cambios de temperaturas.     U
O Seguía igual, inalterable. Presente.           U
O Tras dos mil años teníamos cada vez        U
O más claro que el diamante era el material U
O más duro jamás creado.                           U
O Y sólo teníamos ese maldito cubo de un    U
O metro cuadrado inalterable.                     U
O El fín de la especie humana se acerca.      U
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBU

Eloy escribió:17.- El futuro

Nadie había entrado allí en años. Era una vieja biblioteca atestada de libros polvorientos y desvencijados. El peso del olvido había astillado las mesas e inundado de polvo la estancia. El futuro había llegado, y con él la inmediatez y la velocidad; nadie tenía tiempo para los placeres lentos, por muy profundo que calaran. Los coches vuelan, los robots son casi humanos y los niños no saben cómo se pasan las páginas de un libro. Pero hoy uno de ellos está entrando, con miedo, a esta especie de mundo fantástico del que le ha hablado su abuelo, que le ha explicado qué son los libros y cómo se leen. Agarra uno con una mezcla de respeto y emoción, como si estuviera haciendo algo prohibido. Lo abre y empieza a leerlo. Se salva. 
El futuro es superficial y frío, pero hoy todo está bien porque un niño ha empezado a leer. 

Eloy escribió:18.- Dieciséis mineros muertos

Nadie había entrado allí en años y ahora el portón del pozo Maria Luisa estaba tapado con dos viejos contenedores volcados. Estaba tan dejado que se había lodado de hierbajos de los que colgaban pequeñas bayas color rojo sangre. 
Aquel día todo estaba lleno de coronas de flores y de caras largas. Las madres, hermanas, novias y mujeres lloraban mientras los hombres se pasaban un pedrusco de carbón con el que se embadurnaban la cara a modo de homenaje.
El abuelo no paraba de llorar en silencio y cuando le llegó aquel risco negro su cara se llenó de relejes muy oscuros de los que parecían brotar ríos de color carne. Poco después, cuando todos empezaron a entonar el Santa Barbara Bendita, esos hilillos se hicieron más profundos hasta que sus dos manos manchadas, que por aquel entonces parecían de gigante, terminaron por sepultar aquel lastimero paisaje.

Stoneheart escribió:

Eloy escribió:3.- El corazón no entiende de estadísticas

Nadie había entrado allí en años. Cuando su mujer le dejó se aprovisionó de comida y se encerró en su taller. Entonces, un día salió portando un extraño objeto, apuntó al cielo encapotado y disipó las nubes. Había creado el reductor probabilístico.
Iba paseando cuando vio a su ex y su novio sentados en una terraza. Sin pensárselo un instante les apuntó con el reductor probabilístico a nivel milagroso. Un husky que pasaba por allí empezó a aullar la segunda parte de colmillo blanco, la mesa y el toldo del café empezaron a hablar de sus cosas, pero su exmujer seguía haciéndole carantoñas a su pareja. 
Entonces comprendió cual había sido el problema entre ellos: la cabezonería. Cuando a ambos se le metía algo en la cabeza no había probabilidades de sacárselo.
Desesperado, se apuntó con el reductor y disparó. Lo que sucedió a continuación tenemos pocas probabilidades de saberlo…

Rhonda escribió:Ohhh... voy a leérmelos con gif

Stoneheart escribió:

Eloy escribió:14.- Los huesos y la memoria

Nadie había entrado allí en años, y los goznes de la compuerta así lo atestiguaban. Lógico, por otro lado. ¿Quién quiere entrar en una tumba? 
No obstante nuestras órdenes eran claras así que nos las arreglamos para, tras varias horas de trabajo, acceder al interior. Me introduje el primero por el angosto pasaje que daba acceso al espacio principal y allí los vi. Frente a mi, sin rastro de sus uniformes, hasta siete esqueletos conté, flotando ingrávidamente  en una danza ralentizada, irreal, como en un baile de ultratumba. No sentí miedo, empero, sólo una lástima infinita. 
Media hora más tarde, con la caja recuperada y aleteando junto a mi equipo hacia la superficie, volví la cabeza para observar una última vez aquella tumba metálica, abrigada por líquenes y conchas, hasta que el periscopio se hizo borroso y con él, el recuerdo de otra guerra en los huesos de los hombres...