RONDA 5 (3ª ed.) DEL CONCURSO PLAZOLETERO DE MICRORRELATOS. A LAS 21:00 CHAPAMOS

NORMAS DEL CONCURSO

LAS REGLAS DE ESTE JUEGO SON:

Clasificación por podiums de la III EDICIÓN:

Clasificación por puntos totales de la III EDICIÓN:

RELATOS A CONCURSO:



1.- Mi amigo Grun
Nunca sale de casa los dias que no llueve
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa si no quiere.
Nunca sale de casa ni le molesta el ombligo.
Nunca sale de casa y empieza a oler mal.
Nunca sale de casa y me apena , es mi amigo.
Nunca sale de casa y me duele.
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa …………gasterópodo maldito.


2.- ¡Mierda!
Nunca sale de casa el hombre que dice mierda.
No es miedo ni agorafobia, sino un sentimiento más parecido al asco. Cultiva su misantropía desde su ventana, escrutándonos, juzgando nuestras existencias anodinas, nuestros amores blandos, nuestro afecto sororal. Nuestro fingimiento. Él es el hombre que dice mierda.
A veces hace intento de pronunciar un vocablo que acote sus pensamientos, que verbalice su repugnancia, pero sólo uno sale de su boca. Si escribiera un ensayo social, este sería una sucesión ininterrumpida de una misma palabra. Él es el hombre que dice mierda.
Se le atraviesa la humanidad en la garganta, la basca en el estómago. Espécimen único en el mundo, observad: no ostenta ninguna ilusión. ¡Ninguna! Él es el hombre que dice mierda.
¿Quien busque el infinito que cierre los ojos? ¿Cómo cerrarlos?, se pregunta desde su atalaya el hombre que nunca sale de casa.
Y dice mierda.
La grita.
Él.


3.- La última de la calle Filipinas
Nunca sale de casa, pero siempre se entera de todo. La vieja del visillo controla la vida del barrio con la precisión y meticulosidad de un espía soviético. Su fémur roto le impide salir a la calle pero gracias al andador puede salvar la distancia entre ventanas. Dan a dos calles y, desde ellas, controla idas, venidas, llegadas extemporáneas, nuevos visitantes. Su fiel camarilla le va dando partes de lo que se cuece en plazas y calles cada vez que suben a saludar. Durante estos últimos días la vieja del visillo se aplica a su labor con mayor ahínco. Duerme menos para abarcar un mayor arco horario; ha acabado añadiendo el wasap a sus armas de cotilleo... La vieja del visillo sabe que ya le queda poco tiempo. Y ella es la última guardiana celosa de un arte que se pierde. Las nuevas generaciones, refunfuña, no chafardean como antes.


4.- Souvenirs
Nunca sale de casa ajena sin algo en los bolsillos. Ya de muy pequeño volvía de los cumpleaños en casa de sus amigos con un airgam boy o un comansi de tapadillo, recuerdos hurtados de amistad infantil. Se enamoró de docenas de chicas y en otras tantas casas dejó proyectos de suegros sin cucharillas de plata, ceniceros de propaganda y relojes del abuelo.  
Regresaba de barbacoas con pastillas de encendido en la ingle, de consultas médicas con termómetros en el sobaco y del ateneo con medallas conmemorativas bajo la bufanda.
Pero con el tiempo las invitaciones menguaron, hasta devenir inexistentes. Y hoy sólo sale de casa para ir a comer donde su madre. Su casa de niño, en la que la buena mujer deja unas monedas sobre el mueble del recibidor y figuritas del chino en los estantes y finge alegrarse de verle y no ver sus bolsillos al irse.


5.- Anna Leigh
Nunca sale de casa, como ella al final-decían los vecinos del pueblo. En su juventud, despertaban no pocas envidias por su complicidad y el cariño que se profesaban. Pero un día, él se largó en busca de sus sueños. Prometió que pronto volvería cargado de dinero y construirían una casa junto al gran roble de las afueras. Durante cuatro años estuvo tocando en bares que apestaban a desencanto y fracaso, hasta que tuvo bastante de eso. Entonces, aceptó su papel: el papel del hombre vulgar que en el fondo siempre había sido. Constantemente  pensaba en ella, imaginaba que sería feliz casada con un hombre bueno y sencillo. Pero eso no fue lo que sucedió: ella esperó hasta que la tristeza acabó por consumirla.
Algunas noches, un escalofrío recorre su cuerpo y despierta sobresaltado. Ella yace a su lado, suplicándole entre sollozos que por favor no la deje sola.


6.- El guardaespaldas
Nunca sale de casa sin ella. Fue el regalo que don Emilio le hizo en el hospital.
-Llévala siempre contigo -le dijo- no quiero que corras más riesgos.
Aquella mañana salió temprano, quería ver a Puri antes del trabajito que le esperaba.
-Esta noche no tengo plan -apuntó con cuidado.
Puri asintió con un guiño.
-Te esperaré aquí hasta que vuelvas.
Don Emilio le esperaba en el almacén que también hacía las veces de hangar para camiones.
-Vamos Lito -le apremió- hay trabajo. ¿Llevas encima mi regalo?
-No me separo de ella Don Emilio -constató palmeteando su riñonada izquierda.
Pero no era el día de suerte de Braulio. Mientras descargaba los sacos de cemento, un fallo en los frenos del trailer hizo que éste lo arrastrara hasta aplastarlo contra la pared.
La faja último modelo, regalo de don Emilio, no pudo salvar ni su espalda ni su vida.


7.- En un mundo tan vacío
Nunca sale de casa desde que conoció a su primer chico. Desnuda, descubriéndole la piel, llora a veces de pena, otras veces de alegría, y sueña que quizá, en un mundo tan vacío, esto sea suficiente para conformarse.
Él le advierte que solamente siente atracción física. Por eso, ella no confía mucho en él, aunque tampoco ella cree estar enamorada. Nada está claro, pero en un mundo tan vacío, supone que eso valdrá.
Algún día tendrá que salir a la calle y deslizarse por ese mundo, y creer en algo o en todo, pero hasta que ese momento llegue, se alimentará de la lujuria (como dice él) y de su cariño. Se despedirán para siempre, y en un mundo tan vacío, comprenderá que estar con alguien significa algo o todo.


8.- La Peste
Nunca sale de casa antes del anochecer. Siempre va a la fundición abandonada, donde se encuentra con el resto. La conspiración requiere cautela. Un calor pegajoso lo impregna todo, como la corrupción que lubrica los resortes que mueven esta cloaca infestada de ratas. Durante el día las ratas blancas entregan su energía recorriendo el laberinto, condicionadas por el queso que encuentran al final como recompensa. Por la noche salen las ratas negras, que se manejan al amparo de las sombras más oscuras. Su pedazo de queso es mayor que el de las ratas blancas, aunque igual de rancio, ya que todo es parte de las sobras de los gestores de la cloaca, los parásitos que succionan de las arterias de la ciudad. El mal está tan extendido que solo un mal de orden superior podrá purgarlo. Ellas, las ratas negras, lo gestan entre las paredes de la vieja fábrica.


9.- El silencio de un secreto
Nunca sale de casa y los vecinos evitan la puerta. Le teme a los teléfonos, al deporte y al gobierno. También teme haber cometido algún crimen, aunque no lo recuerda, para el que ya han reservado un severo y humillante castigo. Su corazón corre a toda prisa, vive en un susto permanente. Se oculta bajo una sábana y repara en algo que dijo hace diez años, también en algo que le dijeron hace cinco; ya no duerme. Vueltas y más vueltas. Es cuestión de tiempo que lo descubran ¡Culpable!, ¡Culpable! Arrastra sus cadenas casa arriba y casa abajo. Acompaña su condena con amargos reproches mientras los vecinos tiemblan de miedo. Lo cierto es que nadie le busca, nadie le llama y la casa lleva décadas vacía. Bajo la sábana no hay siquiera un nombre, un código, una letra, un rostro: nada, nadie; tan sólo el silencio de un secreto.


10.- El corazón de la ciudad
Nunca sale de su apartamento interior, ubicado en pleno centro, y se pasa el día junto a un bolígrafo rojo y un cuaderno. Si me preguntas por qué hace esto, te diré que la respuesta no es sencilla: a falta de una vida, la abandonó hace más de seis mil cuatrocientos cuadernos al entender cual era su destino, se dedica a dársela a todos los habitantes de esta ciudad. ¿Si hubiera alguien capaz de crear millones de acciones en un sólo momento podría ponerlas por escrito en ese mismo instante? ¿Qué quieres que te diga? Igual que los coches transitan y las personas caminan, él escribe sin despegar el bolígrafo del cuaderno. La letra se retuerce: se hace fea. A estas alturas nada se entiende. La tinta es roja; piensa en sangre. Aguanta la respiración.
Un mississippi, dos mississippis, tres mississippis.... treinta mississippis. Ahora respira. ¿Lo notas? ¿Sigues sin creerme?


11.- La bruja
Nunca sale de casa. Nunca cierra la puerta. Nunca limpia el porche. Nunca repara la verja.
Es su hija, Elena, quien sale a cazar. Quien trabaja la miserable huerta. Quien recoge extraños paquetes en la oficina de correos.  Y nunca sonríe. Nunca aparece en las fiestas.
Nunca dicen su nombre. Nadie se para ante la casa. Nadie nunca ha osado entrar. Y nunca, nunca cesa el humo de la chimenea.
Nunca sale de casa. Salvo hoy. Estaba en el porche, inmóvil, mirándome. Mis piernas se han paralizado al pasar frente a la valla.
-Ya vienen- me ha dicho sin mover los labios -corre a por los niños. Escóndelos a todos.
Elena  ha salido en ese momento decidida, tensa, con dos escopetas. Ni siquiera me ha visto. Ha ido hacia el puente, a la entrada del pueblo. Parecía sonreír. Como si fuese a una fiesta.


12.- Netogehaijin
Nunca sale de casa desde aquél día. Kazuo lo recordaba a la perfección. Había decidido pedir la mano a Katsumi pero había sido rechazado. Jamás pudo superar la vergüenza que le supuso su negativa. Primero pidió permiso para trabajar desde casa. Luego fue distanciándose poco a poco de sus amigos hasta que acabaron desapareciendo de su vida. Con la familia resultó más complicado hacerlo pero al final también lo consiguió. Al principio consiguió mantener su trabajo, y empleaba el resto del tiempo en leer y ver películas. Pero al final llegó un momento en el acabó dedicándole todo su tiempo a consumir porno por internet. Un día Kazuo descubrió por azar un correo electrónico de Katsumi. Y cuando lo leyó se maldijo a si mismo por ser tan estúpido:
“Kazuo, yo no soy la persona adecuada para ti. Es Ayanami la mujer que realmente te ama con todas sus fuerzas….”


13.- La Eternidad y un día
Nunca sale de casa, vive encerrada con sus dos hermanas y se dedican a sus menesteres. Nona, la más pequeña es la que comienza a hilar, con su rueca, los hilos. Décima es la que decide el largo de cada hilo. Y ella, Morta, la mayor de las tres, finalmente corta el hilo. Escriben en el muro de bronce el devenir de cada ser humano. Nadie puede borrarlo. Ha sido así desde el inicio de los tiempos.
Pero Décima ha empezado a ver extrañas cosas en el muro. Comentándolo con Nona han visto que cada día que pasa Nona tiene menos trabajo mientras Morta sigue su ritmo de faena habitual. Deducen que la profecía se está cumpliendo y deciden actuar. Cuando Morta se quiere dar cuenta de lo que sucede es demasiado tarde. Corta su propio hilo.


14.- La gran evasión
Nunca sale de casa. No desde que el trabajo a distancia, la compra online, el generador de energía y el pack premium de Sword & Spell VR llegaron a su vida. Había dejado de ser un tipo apocado y enclenque para convertirse en el Gran Fhaladian, mago nigromante de nivel 83. En la taberna virtual del Trasgo Ahogado es una celebridad por sus desternillantes chanzas de enanos y las hechiceras se lo rifan para cazar tesoros juntos. Dejar su mundo para comer, orinar o ducharse le resulta algo tremendamente incómodo y desagradable.
Pero ni el mejor hechizo del Gran Fhaladian puede reparar un generador roto. Y sin energía no es posible pedir ayuda al exterior: tiene que salir. Al llegar al pueblo las calles están llenas de júbilo y una mujer lo abraza. ¡La guerra ha terminado! Fhaladian no se atreve a preguntar contra quién habían combatido.


15.- Táctica y estrategia
Nunca sale de casa, le han hecho la envolvente muchas veces y no piensa volver a picar. Es un juego sencillo pero siendo el más pequeño de los hermanos parte con cierta desventaja, sabe que el tiempo juega a su favor; los mayores no aguantarán mucho tiempo jugando al escondite.


16.- Delirius causa
Nunca sale de casa y mucho menos de aquella habitación. Sus paseos son mentales y siempre acompañado de esas cuatro paredes.  Todo se remonta al momento en que salieron por esa puerta, despidiéndose con un: En nada volvemos. Pero no volvieron, al menos a su habitación. Después de lo sucedido no hizo nada para volver a su vida normal, ni tampoco tuvo el más mínimo interés para ver si habían vuelto. Antes de salir de su habitación la hubiese volado por los aires. Sentía que la culpa era de los que se fueron, como si lo hubiesen abandonado. Pero nadie lo había abandonado. La vida, fuera de allí, seguía corriente. Él, resignado, considerado olvidado. No entendía cómo se habrían atrevido a volver sin llamar a su puerta. Esa opción no existía, ni existe en su delirio y por eso nunca sale.


17.- La voz pasiva
Nunca sale de casa porque es un sujeto paciente.


18.- Yuxtapuestos
Nunca sale de casa. La he observado incontables otoños mientras las hojas caen y revolotean. Siempre se ha dicho que es la más hermosa del barrio, para mí lo será siempre. Toca el piano como los dioses, lo he comprobado, le encanta Chopin. Nuevo talento, no me sorprende. Más allá de lo contemplativo, comienza mi dolor, no quiero irme, no puedo dejar de estar. El tiempo transcurre, la sigo observando, presencio como se hunde en la amargura, sus padres desean que salga adelante y con razón. No es justo. Cuatro estaciones pasan lento con el dolor a cuestas, el tiempo no cuenta, sigo observando, escuchando, protegiendo.
En cierta primavera, la besa en el portal, su cara sonríe, sus ojos brillan, huele a flores por doquier, nuevo comienzo para ella. Para mí, es hora de marchar, esta vez del todo, en paz, hacia otra realidad. Nos veremos, pero aún no.


19.- Pensamiento mágico
Nunca sale de casa sin su pañuelo verde. Siempre lo lleva escondido para no llamar la atención, porque no le apetece dar explicaciones.
Se diría que no es más que un trozo de tela. De hecho, si le preguntan qué ha hecho exactamente ese pañuelo para haberse convertido en su compañero inseparable, no sabrá contestar. En cambio, la primera vez que se lo olvidó en casa, se quedó en blanco en un examen. La segunda, un atracador le robó la cartera. Y la tercera, el accidente.
Mientras espera el autobús, sin saber que ésta es la cuarta vez, repasa mentalmente todos y cada uno de los detalles a tener en cuenta durante la entrevista a la que está a punto de acudir. Ese puesto tiene que ser suyo.
En la sala de espera, el otro candidato se tranquiliza haciendo nudos en las puntas de su pañuelo amarillo.


20.- Soledad ya no vive sola
Nunca sale de casa, no puede. Nunca grita buscando ayuda, no basta. Nunca reza pidiendo salvación, no cree.
Soledad vive encerrada. Apartamento pequeño, una habitación. 
Comparte domicilio con su marido Tomás, religioso, de casta antigua que daña al débil. De buen porte y hechizante labia años atrás, ahora dejado, de habla fuerte y mano suelta.
El autoproclamado gran macho, estéril, traslada su desdicha sobre la mujer, sugiriendo estar contaminado por su agnosticismo. 
Tardes en el bar, noches moradas, domingos de prostíbulo.
Recibieron un regalo inesperado. Hijo ilegítimo, sin sangre conocida. María, que bien cobra por no usar protección, aseguró su paternidad. Tomás aceptó de buen grado, contento por su curación. 
Dos semanas ha durado, hasta que del ruido se cansó.
Soledad carga con el bastardo, sufre sus llantos, cubre sus gastos. 
Cuatro letras y una sonrisa su mundo han cambiado.
Soledad al fin es feliz, Soledad ya no vive sola.


21.- Eternal Dandy
Nunca sale de casa sin su rosa roja en la mascota.
Traje gris,chaleco negro, camisa abotonada.
Zapatos de charol, pajarita fluorescente, afeitado impoluto.
Colonia de guerra, patrico de chino, pañuelo de tela.
Había perdido la cuenta de cuantas solteronas habían caido a sus encantos.
Chueca abajo vá caminando, perdiéndose entre el gentío.
Dando clases de como caminar, posar, brillar y amar.


22.- Globalización
Nunca salia de casa sin avisarlo en Twitter. Colgaba su outfit en Instagram y arrancaba runtastic para controlar su gasto energético y su localización. De vez en cuando un snapchat si pasaba algo remarcable.
Usaba grinder para... Usaba grinder. Compraba en Amazon y por WhatsApp le habían chivado de un ultramarinos con servicio online (el nieto de una abuela del barrio o algo similar).
El 27 de marzo de 2043 un loco con un ordenador hizo caer Internet.
Juan Casademont Figueredo se sintió desnudo, vacío, bajo de azúcar...
Edwina el Khalifi Davis no supo llegar a su casa...
Michael van der Ploeg Oliveira nunca volvió a encontrar a su família...
Millones de almas en pena poblaron, de repente, el mundo civilizado.
En lo más profundo de las favelas empezó a oler a poder.


23.- Después
Nunca sale de casa sin un pañuelo de tela en el bolsillo. Con pantalones cortos y con pantalones largos; de tela vaquera, de pana y de tergal. Llevaba uno en su primera comunión y otro el día de su boda. Los ha usado para limpiarse la boca y la nariz, las heridas, el sudor, las lágrimas, la saliva, los restos de esperma y la suciedad; para saludar de lejos, para mostrarlo como una señal acordada, para jugar al pañuelito, para envolver cosas frágiles, para sujetar objetos, para limpiar y frotar, para proteger del sol la cabeza, para reducir un esguince de muñeca o de tobillo, para taparse la cara, para hacer de servilleta o de babero, para taponar grifos y tuberías. Ahora tiene ochenta y siete años, tres infartos y un pie en el estribo. Y lo enterrarán con un pañuelo. Por si le hace falta después.

Nunca sale de casa sin su cuchillo, el abuelo.

Ahí estamos.

Gracias a DON como siempre por la banderola.

Creo que la frase da juego por sí sola, o con varias preposiciones a continuación.

Nomeko7 escribió:

¿Ha habido frase parecida?

Eloy escribió:Ahí estamos.

Gracias a DON como siempre por la banderola.

Creo que la frase da juego por sí sola, o con varias preposiciones a continuación.

Nunca sale de casa según si sobre tris-tras por detrás

Eloy escribió:

Nomeko7 escribió:

¿Ha habido frase parecida?

No, la frase me ha recordado a esta canción. No tengo cascos, pensaba que era la original...

Nomeko7 escribió:

Eloy escribió:

Nomeko7 escribió:

¿Ha habido frase parecida?

No, la frase me ha recordado a esta canción. No tengo cascos, pensaba que era la original...

Ah vale, es que yo tampco puedo escuchar nada de internete aquí en el curro...

Sugar Bug escribió:

Eloy escribió:Ahí estamos.

Gracias a DON como siempre por la banderola.

Creo que la frase da juego por sí sola, o con varias preposiciones a continuación.

Nunca sale de casa según si sobre tris-tras por detrás

Sí que da juego sí.

¿alguna idea?

silver escribió:Sí que da juego sí.

¿alguna  idea?

Docenas

Sapir, viejalvisillo pide segunda parte

silver escribió:Sí que da juego sí.

¿alguna  idea?

Una por cada objeto existente en el mundo

Rhonda escribió:Sapir, viejalvisillo pide segunda parte

Visto el resultado de la primera parte no creo que me fuera a salir El padrino II.

-Nunca sale de casa, mamá, es un aburrido
-No haberte echado de novio al caracol, tonta.


Si a alguien le he jodido la idea, le queda la tortuga, el mejillón, la almej...y mejor lo dejamos

-Nunca sale de casa.
-¿Quién?
-El de la Tomasa.

Para tocar un poco lo que no suena... Microrelatos o microrrelatos?

Stoneheart escribió:Para tocar un poco lo que no suena... Microrelatos o microrrelatos?

Dos erres plis

Nomeko7 escribió:-Nunca sale de casa.
-¿Quién?
-El de la Tomasa.

Y menos ahora, que se ha hecho youtuber de Isis, perdón, de esos

Clasificaciones actualizadas

CLASIFICACIÓN POR PODIUMS

Eloy 20
Elsan 16
Motorelvez 11
Silver 10
Salakov 8
Stoneheart 8
Borogis 8
Rhonda 7
Darth 7
Hank 7
Felixthecat 7
Nomeko7 6
Metalbert 5
Fargo 5
MSeñor 5
DON 4
jom 3
Sugar Bug 3
Mugu 1
Godofredo 1

CLASIFICACIÓN PUNTOS TOTALES

Elsan 59
Eloy 55
Borogis 45
Motorelvez 37
Hank 35
Fargo 32
Nomeko7 32
Silver 31
Salakov 27
Darth 26
Felix the cat 26
Criminal 25
Stoneheart 25
M señor 23
Mugu 22
Rhonda 22
Yomis 21
DON 20
jom 17
Sugar bug 15
Godofredo 14
Sapir 14
Sirconrad 14
Eric Sachs 13
Búho Lunático 12
Manof 12
Metalbert 12
Ellis 10
Alflames 8
batuque 7
M Karmen 2
Edgar 1
Kupak 1
Le Bicho 1
jonnik 0

Histórico edición III

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Jj8Ggd2nH2kjBkr5JfBUq_fXfd3fpbovCGp48DbfnBk/edit?usp=sharing

Buena frase por cierto...

Frase muy muy abierta.

Bravo Eloy.

borogis escribió:Clasificaciones actualizadas

thankxx

Yomis escribió:Bravo Eloy.

gracie!

Qué grande... volviste a ganar

Juraría que ya hubo una frase similar

Es igual. Me gusta mucho. Ahora que mis vacaciones terminan a ver si me reengancho, que aún no he estrenado la tercera edición.

Estamos estrujándonos las meninges, mestre

Rhonda escribió:Estamos estrujándonos las meninges, mestre....

es cierto, pero en el tópic de las 1001 películas

silver escribió:

Rhonda escribió:Estamos estrujándonos las meninges, mestre....

es cierto, pero en el tópic de las 1001 películas  

La culpa es de Blas, que nos confunde y nos arrastra al camino de la perdición

silver escribió:

Rhonda escribió:Estamos estrujándonos las meninges, mestre....

es cierto, pero en el tópic de las 1001 películas  

¿Cuál es la frase esta semana?

¿En la última ronda no participó Don?

Espero que sea por tema vacacional, gran pérdida....

enga amos pallá...

1.- Mi amigo Grun

Nunca sale de casa los dias que no llueve
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa si no quiere.
Nunca sale de casa ni le molesta el ombligo.
Nunca sale de casa y empieza a oler mal.
Nunca sale de casa y me apena , es mi amigo.
Nunca sale de casa y me duele.
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa …………gasterópodo maldito.

2.- ¡Mierda!

Nunca sale de casa el hombre que dice mierda.
No es miedo ni agorafobia, sino un sentimiento más parecido al asco. Cultiva su misantropía desde su ventana, escrutándonos, juzgando nuestras existencias anodinas, nuestros amores blandos, nuestro afecto sororal. Nuestro fingimiento. Él es el hombre que dice mierda.
A veces hace intento de pronunciar un vocablo que acote sus pensamientos, que verbalice su repugnancia, pero sólo uno sale de su boca. Si escribiera un ensayo social, este sería una sucesión ininterrumpida de una misma palabra. Él es el hombre que dice mierda.
Se le atraviesa la humanidad en la garganta, la basca en el estómago. Espécimen único en el mundo, observad: no ostenta ninguna ilusión. ¡Ninguna! Él es el hombre que dice mierda.
¿Quien busque el infinito que cierre los ojos? ¿Cómo cerrarlos?, se pregunta desde su atalaya el hombre que nunca sale de casa.
Y dice mierda.
La grita.
Él.

3.- La última de la calle Filipinas

Nunca sale de casa, pero siempre se entera de todo. La vieja del visillo controla la vida del barrio con la precisión y meticulosidad de un espía soviético. Su fémur roto le impide salir a la calle pero gracias al andador puede salvar la distancia entre ventanas. Dan a dos calles y, desde ellas, controla idas, venidas, llegadas extemporáneas, nuevos visitantes. Su fiel camarilla le va dando partes de lo que se cuece en plazas y calles cada vez que suben a saludar. Durante estos últimos días la vieja del visillo se aplica a su labor con mayor ahínco. Duerme menos para abarcar un mayor arco horario; ha acabado añadiendo el wasap a sus armas de cotilleo... La vieja del visillo sabe que ya le queda poco tiempo. Y ella es la última guardiana celosa de un arte que se pierde. Las nuevas generaciones, refunfuña, no chafardean como antes.

4.- Souvenirs

Nunca sale de casa ajena sin algo en los bolsillos. Ya de muy pequeño volvía de los cumpleaños en casa de sus amigos con un airgam boy o un comansi de tapadillo, recuerdos hurtados de amistad infantil. Se enamoró de docenas de chicas y en otras tantas casas dejó proyectos de suegros sin cucharillas de plata, ceniceros de propaganda y relojes del abuelo.  
Regresaba de barbacoas con pastillas de encendido en la ingle, de consultas médicas con termómetros en el sobaco y del ateneo con medallas conmemorativas bajo la bufanda.
Pero con el tiempo las invitaciones menguaron, hasta devenir inexistentes. Y hoy sólo sale de casa para ir a comer donde su madre. Su casa de niño, en la que la buena mujer deja unas monedas sobre el mueble del recibidor y figuritas del chino en los estantes y finge alegrarse de verle y no ver sus bolsillos al irse.

Gasterópodo. Otro termino que entra al triscadefóbico universo microrrelatil.

Nomeko7 escribió:Gasterópodo. Otro termino que entra al triscadefóbico universo microrrelatil.

Es un palabro estupendo.

5.- Anna Leigh

Nunca sale de casa, como ella al final-decían los vecinos del pueblo. En su juventud, despertaban no pocas envidias por su complicidad y el cariño que se profesaban. Pero un día, él se largó en busca de sus sueños. Prometió que pronto volvería cargado de dinero y construirían una casa junto al gran roble de las afueras. Durante cuatro años estuvo tocando en bares que apestaban a desencanto y fracaso, hasta que tuvo bastante de eso. Entonces, aceptó su papel: el papel del hombre vulgar que en el fondo siempre había sido. Constantemente pensaba en ella, imaginaba que sería feliz casada con un hombre bueno y sencillo. Pero eso no fue lo que sucedió: ella esperó hasta que la tristeza acabó por consumirla.
Algunas noches, un escalofrío recorre su cuerpo y despierta sobresaltado. Ella yace a su lado, suplicándole entre sollozos que por favor no la deje sola.

Eloy escribió:1.- Mi amigo Grun

Nunca sale de casa los dias que no llueve
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa si no quiere.
Nunca sale de casa ni le molesta el ombligo.
Nunca sale de casa y empieza a oler mal.
Nunca sale de casa y me apena , es mi amigo.
Nunca sale de casa y me duele.
Nunca sale de casa sin su abrigo.
Nunca sale de casa …………gasterópodo maldito.

Cargol treu banya... Gloria Fuertes seal of approval

Eloy escribió:2.- ¡Mierda!

Nunca sale de casa el hombre que dice mierda.
No es miedo ni agorafobia, sino un sentimiento más parecido al asco. Cultiva su misantropía desde su ventana, escrutándonos, juzgando nuestras existencias anodinas, nuestros amores blandos, nuestro afecto sororal. Nuestro fingimiento. Él es el hombre que dice mierda.
A veces hace intento de pronunciar un vocablo que acote sus pensamientos, que verbalice su repugnancia, pero sólo uno sale de su boca. Si escribiera un ensayo social, este sería una sucesión ininterrumpida de una misma palabra. Él es el hombre que dice mierda.
Se le atraviesa la humanidad en la garganta, la basca en el estómago. Espécimen único en el mundo, observad: no ostenta ninguna ilusión. ¡Ninguna! Él es el hombre que dice mierda.
¿Quien busque el infinito que cierre los ojos? ¿Cómo cerrarlos?, se pregunta desde su atalaya el hombre que nunca sale de casa.
Y dice mierda.
La grita.
Él.

Aguda misantropía de inquebrantables principios.

Eloy escribió:3.- La última de la calle Filipinas

Nunca sale de casa, pero siempre se entera de todo. La vieja del visillo controla la vida del barrio con la precisión y meticulosidad de un espía soviético. Su fémur roto le impide salir a la calle pero gracias al andador puede salvar la distancia entre ventanas. Dan a dos calles y, desde ellas, controla idas, venidas, llegadas extemporáneas, nuevos visitantes. Su fiel camarilla le va dando partes de lo que se cuece en plazas y calles cada vez que suben a saludar. Durante estos últimos días la vieja del visillo se aplica a su labor con mayor ahínco. Duerme menos para abarcar un mayor arco horario; ha acabado añadiendo el wasap a sus armas de cotilleo... La vieja del visillo sabe que ya le queda poco tiempo. Y ella es la última guardiana celosa de un arte que se pierde. Las nuevas generaciones, refunfuña, no chafardean como antes.

Sapir me ha hecho caso!

Las buenas costumbres que no se pierdan, sobre todo

Eloy escribió:4.- Souvenirs

Nunca sale de casa ajena sin algo en los bolsillos. Ya de muy pequeño volvía de los cumpleaños en casa de sus amigos con un airgam boy o un comansi de tapadillo, recuerdos hurtados de amistad infantil. Se enamoró de docenas de chicas y en otras tantas casas dejó proyectos de suegros sin cucharillas de plata, ceniceros de propaganda y relojes del abuelo.  
Regresaba de barbacoas con pastillas de encendido en la ingle, de consultas médicas con termómetros en el sobaco y del ateneo con medallas conmemorativas bajo la bufanda.
Pero con el tiempo las invitaciones menguaron, hasta devenir inexistentes. Y hoy sólo sale de casa para ir a comer donde su madre. Su casa de niño, en la que la buena mujer deja unas monedas sobre el mueble del recibidor y figuritas del chino en los estantes y finge alegrarse de verle y no ver sus bolsillos al irse.

Evocador neorrealismo cleptómano.