RONDA 11 - III EDICIÓN DEL PAVOROSO CONCURSO DE MICRORRELATOS AZKENEROS - Cerramos a las 21 votaciones

* Podéis elegir el nombre que gustéis o dejar "nombre"  




NORMAS DEL CONCURSO

LAS REGLAS DE ESTE JUEGO SON:

Clasificación por podiums de la III EDICIÓN:

Clasificación por puntos totales de la III EDICIÓN:

RELATOS A CONCURSO:

01 - LA MUERTE DE SABBATATH
Sadus apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. De fondo, la embaucadora y épica música de Myrkur lo ponía todavía más cachondo. Hacía rato que su polla destilaba sudor y deseos de muerte. Mientras tanto, Sabbatath imploraba desnuda sobre la ensangrentada alfombra persa. Muchas antes habían muerto a manos del sádico Sadus. Y Sabbatath no iba a ser la excepción. Temía por su vida, y lloraba despavorida mientras chupaba desganada aquel enorme miembro. ¡Sadus, maldito hijodeputa! Aquel sótano destilaba macabro hedor, ampulosa decadencia; mientras The Ruins of Beverast inundaban con su hermoso sonido cada sucio recoveco de aquel viejo castillo del siglo XIX. Sadus reventó su esfínter, arrancó su delicado y sedoso pelo como si estuviera segando en los campos de Satán, descuartizó sus hermosos pechos de ansiada víctima; mientras su vagina se contraía cual molusco que anhela salvación, protección, cobijo… libertad.


02 - Chinaski
Hank apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Su vida había sido una sucesión de ambas cosas: alcohol y tabaco. Bares, peleas y prostíbulos baratos en la ciudad donde hasta la luz esconde suciedad. Dando tumbos, salió a la calle para vomitar. La ciudad de los Ángeles le recibió feliz como un bastardo el día del padre. ¿Qué era él: un factótum del autor o viceversa, el autor había construido su imagen derrotista gracias a él? Dudando de su fisicidad, de cuánto tenía de persona o de alter-ego, Hank se limpió los restos de comida de la boca. Encendió otro cigarro para quitarse el sabor. Un perro ladró a lo lejos y su eco quejumbroso resonó en la noche. Le dolía la cabeza.
¿Charles-Hank-Bukowski-Chinaski?
¿Cuál era su nombre? ¿Quién era él, personaje o autor? Aquel día Charles regresó a su cuchitril intranquilo, preocupado por haberse convertido en una caricatura.


03 - Sin título
El comisario apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo cerca de la clavícula del sospechoso, cuyo grito apagó el sonido de su propia carne ardiendo. Hacía mucho que había desistido en su empeño de no gritar.

—Y bien —dijo el comisario—, ¿hoy tampoco vas a contarme nada de provecho? ¿Me vas a hacer perder otra tarde? ¿Sabes cuántos días llevan mis hijas pidiéndome que las lleve al circo?

Ya conocía la trampa que encerraba esa última frase.

El sospechoso cerró los ojos, se seccionó la lengua de un fuerte mordisco y escupió un trozo de músculo ensangrentado sobre la cara del comisario, que reculó con repugnancia.

El dolor, comparado con las risas que había recibido como respuesta el primer día, cuando, buscando a un ser humano tras el uniforme, preguntó al comisario cómo pensaba explicar esto a sus hijas, tampoco fue para tanto.


04 - Sonriendo
Elena apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo, también el último de la cajetilla. No volvería a beber ni volvería a fumar. Le hubiera gustado que esa despedida tuviera una trascendencia especial, como esas escenas cinematográficas en las que sabes que el personaje va a emprender un camino decisivo. Ella, simplemente, iba a encerrarse en el hospital con su padre, a acompañarlo el tiempo que hiciese falta hasta que muriese. No había ninguna épica entre los tubos y los aparatos de la habitación; sus vidas habían sido sencillas y probablemente más apacibles que las de muchos. Sostuvo la mano de su padre un rato mientras le leía el periódico. Hueles a tabaco, dijo él, dame un cigarro. Llevaba quince años sin fumar.

Salió un momento al bar de enfrente como una autómata.

Luego fumaron a hurtadillas sonriendo.


05 - Terrones
Susana apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo mirando el terrón en la taza.
Suspiró al oír denegada su condicional por decimoséptima vez.
Miró con tristeza el azucarillo y su mente viajó a aquel verano del 69…
Carlos introduciendo aquel dulce terrón en sus deseosos labios ,el precioso pelo negro de Leslie brillando mientras bailaba descalza al son del álbum blanco ,el tejano revolcándose por la hierba , el rictus de severa madre superiora de Patricia y el olor del viejo Ford del 59 camino a casa de aquél rico pederasta judío…
Recuerdos de adolescentes trillizas con sus desenfadados vestidos azules riendo inconscientes y desafiantes al tribunal.
Podía sentir cómo el cáncer crecía dentro de ella disolviendo su materia como el café disolvía aquel terrón , pronto llegaria la oscuridad.
Una vida malgastada y añoranza por no haber sido tan lista como la niñata melindrosa de Linda.


06 - Un buen asiento
Julián apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Había sentido por primera vez su mirada fría y directa a sus ojos. Notó las ganas de estrangularle, el deseo infinito de que un mal bicho se cerniera sobre él. Puro odio. Le miraba con la fijeza de un asesino, como si de sus pupilas salieran rayos. Julián no dudó, que si pudiera, ahora mismo le mataría. No le conocía de nada y sin embargo le odiaba. ¿Por qué? No tardó en enterarse. En cuanto le vio despegar el culo del asiento se abalanzó sobre él como una leona hambrienta. ¿Todo ese odio era por ocupar su sitio preferido en la cafetería? Mientras salía, volvió un segundo la cabeza. Parecía apaciguada, como si hubiera dado caza ya a la presa.


07 - Human waste
Jack apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo en el cenicero que el viejo Stan le había dejado en la barra. La confianza, ya se sabe. Todos ellos, local incluido, habían vivido días mejores. La cocina, a oscuras. El linóleo, de un sospechoso tono crema. Botellas polvorientas delante del espejo...

Aquí era dónde se escondían de una sociedad que iba demasiado rápido, se reciclaba, reseteaba constantemente, y que los había dejado fuera del camino. Aquí se juntaban, rememorando viejos tiempos en las fábricas, en los campos, cuando se ganaban el sueldo con sudor y esfuerzo. Aquí se reconfortaban entre humo y tragos.

Recorrió con la mirada el resto de la barra, las mesas en penumbra, mujeres y hombres sin rostro. Esta miseria era lo único que, paradójicamente, les mantenía con vida. No suponían ya ninguna amenaza. La última generación de humanos auténticos, convertidos en experimento sociológico de Skynet


08 - Miedo
Arvydas apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Se pasó un buen rato en el bar pensando lo siniestra que le parece la mantis religiosa (más si cabe) cuando devora al macho tras el apareamiento. No se le antoja muy previsor ante este hecho cuando la está mirando frente a frente. Se los imagina callados, sin que ninguno emita voz alguna. Quizá el macho nunca ha pensado en romper el silencio, tener una charla después del acto, algo que lo salve. Así concluye su reflexión de hoy, caminando, un tanto ebrio, hacia su casa.

09 - Bloodyclip
Kurt apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo antes de comenzar su trabajo. Miró al centro de la sala, donde se encontraba Jeremy, completamente maniatado y amordazado.
Se acercó y se puso de cuclillas frente a él, mostrando una amplia sonrisa en su cara. Se lamió la mano y le dio dos suaves bofetadas en la mejilla.
Entonces se aproximó al radio cassette que se encontraba encima de la robusta mesa de mármol, junto a una pequeña cámara de vídeo. Pulsó el play y comenzó a grabar.
La canción de Pearl Jam sonó durante todo el proceso de descuartización, siguiendo, como siempre, el ritmo de la misma con cortes limpios y precisos.
Guardó los trozos en la cámara frigorífica y echó un vistazo al tracklist junto a la radio.

1.-Michelle
2.-Johnny
3.-Layla
4.-Jeremy
5.-Angie
6.-Alejandro
7.-Noelia
8.-Clint

Y tú, ¿cómo te llamas?.


10 - Cuestión de principios
Aarón apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. La rubia platino cuya piel parecía enormemente pálida a la luz de la vela, lo maldijo por ser tan testarudo. Cerró sus ojos: visiones de un coche al ralentí en un garaje, carbonarcosis arrastrando todo su dolor mientras lentamente se sumergía en el sueño eterno.
-Olvida tus principios y te irá mucho mejor-le solían decir.
-Eso es como decir que follaré más si dejo que me den por el culo-contestaba siempre.
No, no lo doblegarían. Más pronto que tarde llegaría el momento de rendir cuentas, pero no llegaría cabizbajo y vencido a las puertas del cielo. Tal como Hunter S. Thompson preconizaba, se imaginó que más bien llegaba derrapando, al volante de un enorme Packard humeante. Entonces con una sonrisa dibujada en su rostro se levantó a duras penas, encendió un cigarro y se sirvió otra copa.


11 - Business as usual
R.M. apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. La luz de la tarde se filtraba a través de la cortina, cortando en láminas el humo y el polvo que flotaban en su despacho, en perpetua penumbra. Se sirvió otro vaso, encendió otro cigarrillo y echó un vistazo al fichero. Ni un solo caso en dos meses. De seguir así, sus deudas a los dados debería saldarlas con algo más que un par de falanges rotas.
Al momento levantó la mirada, hasta entonces oculta bajo el Stetson. Una rubia despampanante acababa de entrar por la puerta. La clase de mujer que puede llevar a un hombre a la perdición con un simple contoneo de caderas.
Aquí tienes, Míchun, dijo la señora Matilde. El jefe quiere todos los balances cuadrados antes del viernes.
Míchun abrió el dossier con curiosidad. Un marido rico, una desaparición, una jugosa prima del seguro en juego…


12- Pequeñas cosas
Margaret apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo mientras miraba desafiante al camarero. Al entrar la había mirado con desdén, luego abiertamente con desprecio. Se obligó a estar unos minutos más. Sentía el murmullo a su espalda, risas burlonas, algún silbido, nada que no esperase. Se pasó la mano por el pelo, ahora muy corto. Su madre había llorado tanto al verla...¿quién va a querer casarse contigo así? su padre estaba furioso y arrepentido de haber permitido que siguiera estudiando. Demasiado tarde. Se colocó los guantes y el sombrero ,se ajustó cuidadosamente la cinta tricolor y salió a la calle. Ya está. Claro que sólo era un whisky y un cigarrillo en un bar, pero ahora sabía la importancia de estos pequeños detalles. Somos imparables, somos la mitad de la humanidad, pronto podremos votar, podremos ser lo que queramos, el mundo también es nuestro. Se sentía volar. Sonrió mientras iba al encuentro de sus hermanas.


13 - Una de esas
Max apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo en el cenicero. Se levantó del taburete, cogió su chaqueta y se disponía a salir cuando vio que su copa volvía a estar llena. Sorprendido, buscó con la mirada al camarero, pero estaba hablando con un cliente al otro lado de la barra. Instintivamente miró el cenicero y allí estaba su cigarrillo, entero, recién encendido. Miró a uno y otro lado, pero no había nadie a su alrededor. Tras unos segundos de indecisión, Max volvió a colgar la chaqueta y se sentó en el taburete. Cogió el cigarrillo del cenicero y le dio un largo sorbo a su gin fizz. Aquella tenía pinta de ser una de esas noches.


14 - Seconal
Estela apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo con una sola mano, recorriendo el camino más largo: como si fuera un mago.  Tiene manos de niña, pensé aunque puede que lo dijera en alto porque en ese momento empezó a mirárselas. Al levantar la vista, se topó con mi media sonrisa: media boca riendo y media boca seria.

Es lo peor de ti, me dijo, tu media sonrisa. Puedes saber si alguien miente por la forma en que sonríe pero contigo es imposible. Después de que dijera eso empecé a reírme de la forma más sincera que pude, mirando al vaso que Estela acababa de utilizar para que dejara de tener dudas. Ella lo intentó pero comenzó a toser, también de forma sincera. Después de que se calmará llegó el silencio hasta que por fin cerró los ojos y llegó la paz.


15 - Cuarto día en Praga
Ana apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Sentada en la barra esperó a Kalim. Recorrió con la mirada las botellas de la pared, la luminosa máquina de tabaco, los pasos de la pareja que en la pista de baile. Intentó recordar algo fresco, íntimo, compartido. Kalim volvió por el pasillo, Ana se levantó, recogieron los abrigos y salieron del local. Era noche cerrada y Ana sintió frío. Encendió otro cigarro. Kalim andaba con la mirada en el suelo, las manos en los bolsillos. Mañana era su última noche en Praga, tenían tickets para el teatro de Milena Jelinek.


16 - Corazón ultraligero
Víctor apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Éste rebajaba su ansiedad y aquél le infundía el valor que necesitaba para subir al avión. Se acomodó y dedicó un escueto buenas tardes a su vecino.
De niño volaba allí donde quisiera, aliviando sus ínfulas aventureras con la única ayuda de una mente despierta. Más adelante, voló de la mano de Marga hasta que aquel accidente le arrancó las alas.
Trató de disimular, sin conseguirlo, el temblor de sus manos al desenvolver un caramelo, el único entretenimiento que le proporcionaba cierta dulzura. Pero no había caramelos para el corazón.
Rememoró a Marga y una incipiente erección lo ruborizó. Aunque para su revoltoso amigo si podía encontrar alivio y dulzura, lo mantenía castigado por irreverente.
Una mano se posó en su antebrazo derecho sacándolo de su ensimismamiento.
—Comandante, ¿se encuentra bien? Iniciamos descenso.
—Sí, todo bien —sentenció—. Volaba sin motor.


17 - El prusés
Blas apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo, la cosa se estaba descontrolando, la academia había quedado con los soundistas para darse de hostias, directamente nada de retórica. De nada sirvieron los baneos temporales y la petición de cordura (el estado, no el grupo). Los microrrelatistas escribían largos textos defendiendo una y otra parte, pero nadie los leía. La sección laca no apoyaba a nadie, su lucha era otra y para los heavys ochenteros todo era una mierda.
Pero ya lo tenía decidido, después del tetasgate y de lo sufrido, Blas no quería volver a pasar por otra similar. Hoy cerraba el foro.


18 - Dr. Jekyll, supongo
Mr. Hyde apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo en el pecho de una cualquiera. La noche americana descendía sobre Los Angeles. En un hotel, la luz del pasillo iluminó la desnudez de los cuerpos abandonados al sueño. El Dr. Jekyll salió aseado y bien peinado. Tenía un aspecto realmente pulcro. Recogió un perro abandonado en la calle que subió a escondidas hasta su Corvette rojo. Sin pasar de treinta, y respetando todos los semáforos, llegó hasta su apartamento. Una cascada de placer corrió por su espalda al regar las plantas. No era suficiente. Necesitaba más. Horneó un bizcocho. Se calzó unas pantuflas. Escuchó la radio. Casi perdió el conocimiento. Sin tiempo, abandonó aquel cuchitril de corrupción moral a hurtadillas, como un criminal. Al llegar al hotel orinó en el pasillo. Apartó a una fulana de la cama y se encendió una pipa de crack; qué asco de vida.


19 - Espiral de violencia matemática
Lucía apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. El café le supo más dulce que nunca. Abrió el maletero y sacó la escopeta. 0,1,1,2,3,5,8... No podía ser casualidad. Entró en la recepción.  Saludó a su amiga, la recepcionista. Un disparo fue la señal de salida. La secretaria de dirección, la elegida. Pobre. Una patada en la puerta, el despacho del jefe. Otra certera detonación hizo estallar medio cerebro putrefacto tiempo ha. Dos comerciales que la miraban siempre con altiva condescendencia, recibieron su plomo con poca entereza. Tres acomodados y obesos seres del departamento técnico soltaron sus cortezas de cerdo y sus bebidas energéticas para recibir con las manos abiertas la salvación eterna. Cinco alimañas de programación dejaron su privilegiado cerebro en suspensión para acoger su merecido. Ocho consultores...
-Tú, el móvil!!
-¿Qué?
-El móvil, coño.
Ni su compañero de mesa sabía su nombre. Eso no cambiaría nunca. ¿O sí?


20 - El Don
El enmascarado carmesí apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Tenía otra rutinaria noche de heroicidades por delante. Nació con el Don: veía a través del alma de cada uno de los habitantes de la ciudad. Le bastaba observar la negrura en su interior para saber de lo que eran capaces. Los carteristas acababan cubiertos de cardenales. Los atracadores caían inconscientes al suelo. Los violadores aullaban con las extremidades rotas. Pero todavía no había visto al monstruo.

El sospechoso compró ácido fluorhídrico en la esquina de la quinta con la tercera. Le siguió hasta su madriguera y al irrumpir en ella vio los restos de la niña de cuatro años. El hombre suplicó, gritó, lloró, sangró, se desgarró y agonizó. Nada le detuvo. Al volver a casa, el héroe se quitó el pomposo traje escarlata y vio como el alma de un nuevo monstruo quedaba al descubierto.

21 - Desamor

Apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo y
comenzó a contarme
que cuando anochece le inunda una tristeza que parece de otro mundo y quisiera
echarse a llorar de bruces
mientras la luz es sustituida por un sucedáneo eléctrico que radiografía la miseria humana;
que nunca coge el teléfono
porque no confía en si mismo, en lo que pueda decir, en los hechos que ha vivido ni en su manera de contárselos a nadie;
que sestea por la tarde, delante del televisor apagado, rememorando
versos que leyó en su juventud y aprendió con devoción y escribió en libretas
de hojas cuadriculadas que aún conserva
y a veces desearía tener al lado una mujer dulce que nunca nunca nunca le abandonase
sin tratar de arreglarlo.
porque uno nunca está preparado, dijo,
y además sabe demasiadas cosas
y luego se calló, mirándome sin verme,
apuntando al futuro con su desesperanza,
tierno.

22 - Autoindulgencia

Miquel apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Se palpó la senyera cuidadosamente doblada en el bolsillo de la cazadora. Se sentía mal. Esa mañana había ido a su colegio a votar el referéndum pero, en cuanto vio la lechera de la policía, dio media vuelta. Sentado en la terraza, silenció el móvil. Los grupos de wasap hervían.
Joanna, la camarera brasileña salió y sonrió.
-Señor Miquel, ¿quiere altra* cosa?
-Un quinto, por favor.
-Pero hábleme en catalán, que vui* aprender.
Miquel sonrió y siguió a Joanna con la mirada mientras desaparecía dentro del bar. Sus amigotes siempre comentaban con lascivia sus atributos físicos. Pero a él le perdían esos ojos de cervatilla.
Miró el móvil. Había más colegios abiertos. Podía probar a ir a votar a cualquiera. O podía pasarse toda la mañana ahí, mirando a Joanna.
-Ai, Miquel- suspiró-Que n’ets de covard. I de romàntic.

* otra
*vui (vull): quiero
* Ay Miquel, mira que eres cobarde. Y romántico.


23 - La insoportable levedad del streaming.

Aquel youtuber venido a menos apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo electrónico.
- Juro por mi cuenta de Twitter que esta es última lata de Monster.
Sentado frente​ a un ordenador público en una biblioteca, Antonio Contreras de Medina-Sidonia sentía como una puñalada en el alma cada subscriptor que perdía. Los nuevos algoritmos de monetización y tendencias de YouTube habían bajado sus ingresos hasta el nivel de una propina de abuela.
Por lo menos en Tor seguía pudiendo encontrar los planos de una parabellum para una impresora 3d...


24 - Sacrificios.
Marek apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Se acordaba de su familia en todo momento, de sus amigos, de sus no amigos, de su casi-mujer. Más allá de lo soportable y lo racional, merodeaba lo que había que hacer. Él era un traidor para su pueblo. Justo precio para tan alto cometido. Las masacres y la imposibilidad de servir mejor a su patria le habían llevado a ser un espía al servicio del partido nazi.

En la pequeña habitación en la que sobrevivía y con Trois Gymnopédies de Satie impregnando el ambiente, observaba a través de la ventana a la sociedad alemana, felices en su burbuja nacionalista, orgullosa y raquítica en sentido común.

Antes de colgarse y de la llegada de las SS, el espía polaco, otrora pianista, poeta y amante, esbozaba una leve sonrisa en el rostro, todo cuanto sabía estaba ya a disposición del mando aliado.

De momento frase pendiente, mucho curro, cosa rara  y como  no tenía frase pensada habrá que esperar un poco.

Pero no quería privaros de la magnífica banderola de DON!!!!

Qué bonica la banderola

Oh, Tom....

Qué desamparo...

VAmso quitando temas pendientes: Clasificaciones...

Silver asalta la segunda plaza de la clasificación por podiums por solo un punto. Ojo con DON agazapado en cuarta plaza que puede dar un zarpazo en cualquier momento y ponerse segundo......

CLASIFICACIÓN POR PODIUMS TRAS RONDA 10

Eloy 50
Silver 34
Elsan 33
DON 28
Borogis 20
Criminal Pentatónico 17
Koikila 16
MSeñor 15
Stoneheart 13
Salakov 12
Nomeko7 12
Motorelvez 11
Rhonda 11
Felixthecat 10
Darth 8
Hank 7
Fargo 6
Metalbert 5
Mugu 4
Sugar Bug 3
Musho 3
jom 3
MAnof 3
Godofredo 1
Fargo 1
Bofu 1

Mirad, mirad adónde me habéis mandado.



Con Nomeko.

Silver se aupa a la tercera plaza. Eloy sigue firme comandando cómodamente ambas clasificaciones a pesar del descanso que se ha tomado esta jornada aunque no se puede dormir porque Elsa anda al acecho. 5 microrelatistas ya con más de 100 puntos. La lucha por la segunda plaza está en un puño...

CLASIFICACIÓN PUNTOS TOTALES TRAS RONDA 10

Eloy 131
Elsan 116
Silver 105
Borogis 104
DON 102
Criminal 82
Nomeko7 78
Fargo 72
Salakov 72
Rhonda 69
M señor 66
Stoneheart 65
Felix the cat 62
Darth 56
Hank 49
Koikila 48
Eric Sachs 44
Manof 44
Mugu 44
Yomis 42
Motorelvez 37
jom 34
Sapir 27
Sugar bug 26
Bofu 24
Sirconrad 24
Ellis 16
Godofredo 14
Búho Lunático 12
Metalbert 12
Musho 12
Alflames 8
Kupak 8
batuque 7
Soporte 5
M Karmen 3
Edgar 1
Le Bicho 1

Veo el trasero de Crimi
Vergogna!!!

salakov escribió:Mirad, mirad adónde me habéis mandado.



Con Nomeko.

No mires la de puntos totales...

Ya tenéis frase, muy abierta

silver escribió:Ya tenéis frase, muy abierta

Haaaaaannnkkkkk

Soy demasiado ñoña para esa frase, a ver si se me ocurre algo

Koikila escribió:

silver escribió:Ya tenéis frase, muy abierta

Haaaaaannnkkkkk

os vais a cagar...

Hank escribió:

Koikila escribió:

silver escribió:Ya tenéis frase, muy abierta

Haaaaaannnkkkkk

os vais a cagar...

Ayyy, con lo que me cuesta a mí poner nombres... (mimimimi)

Esta es la ronda de Sugar.

Maravillosa banderola, DON, merci.


Estaré vigilando los calzadores y los repudiaré  en silencio (me sabe mal denunciaros antes de los votos, suficiente que escribís). De las haches se encarga salakitos. 

Lov u.

Frase estupendérrima.

4.4 puntos de media.
Vamos mejorando.

Quiero ver mi  bandeja rebosar de humo y alcohol

algo ya ha llegado

silver escribió:Quiero ver mi  bandeja rebosar de humo y alcohol

algo ya ha llegado

¿y corrosivo ácido?

Me está costando un huevo la frase.

Ya he parido 2 mierdas, y ninguna me acaba de satisfacer...

salakov escribió:Me está costando un huevo la frase.

Ya he parido 2 mierdas, y ninguna me acaba de satisfacer...

yo he escrito uno que se llama 'Salejandro Salanz'... te lo dedico...

A ver, compártelo...

salakov escribió:A ver, compártelo...

Salejandro Salanz

Salanz apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo; sabía que su carrera musical estaba acabada. ¿Cómo se le ocurrió olvidarse de sus discos de Captain Beefheart y escribir semejante mierda comercial? Solo pensó en el éxito, en el dinero, y en la decadencia que todo ello suponía. Salanz grabó un primer disco que vendió millones de copias, y se convirtió en el ser más infeliz del planeta tierra. Adulado, perseguido, encumbrado; acabó muerto en la habitación más apestosa del Sur de la ciudad.

Neska escribió:La banda LOPD.

Nombre apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Apellido se puso de pie tras él, guardándole las espaldas. Dirección les esperaba fuera, al volante y con el motor arrancado. Teléfono acarició la culata de su revólver. Un tiro en la nuca y serían libres para siempre. Que te den por culo, puto SPAM.

Joder neska...es cojonudo....ya podías haberlo mandado...me gustan esos micros.
m

Buena frase.... Luego leo el final de la gala....
m

salakov escribió:

Hank escribió:

salakov escribió:A ver, compártelo...

Salejandro Salanz

Salanz apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo; sabía que su carrera musical estaba acabada. ¿Cómo se le ocurrió olvidarse de sus discos de Captain Beefheart y escribir semejante mierda comercial? Solo pensó en el éxito, en el dinero, y en la decadencia que todo ello suponía. Salanz grabó un primer disco que vendió millones de copias, y se convirtió en el ser más infeliz del planeta tierra. Adulado, perseguido, encumbrado; acabó muerto en la habitación más apestosa del Sur de la ciudad.

tan mediocre como el que lo inspira...

m señor escribió:

Neska escribió:La banda LOPD.

Nombre apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Apellido se puso de pie tras él, guardándole las espaldas. Dirección les esperaba fuera, al volante y con el motor arrancado. Teléfono acarició la culata de su revólver. Un tiro en la nuca y serían libres para siempre. Que te den por culo, puto SPAM.

Joder neska...es cojonudo....ya podías haberlo mandado...me gustan esos micros.
m

Neska escribió:La banda LOPD.

Nombre apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Apellido se puso de pie tras él, guardándole las espaldas. Dirección les esperaba fuera, al volante y con el motor arrancado. Teléfono acarició la culata de su revólver. Un tiro en la nuca y serían libres para siempre. Que te den por culo, puto SPAM.

mu chulo... besos

Saludos a todos.

DON escribió:Saludos a todos.

muchas gracias x tus 3 puntos de ayer; no lo esperaba...

Mis 2 heces.

(las comparto para vencer la tentación de utilizarlas finalmente, y obligarme a parir algo mejor)

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Santa Claus llegó a la ciudad

Jordi apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. El aire olía a revancha:
—Así que, según afirma usted —ironizó—, todo es un malentendido.
—Sí, por supuesto, sí –balbució el acusado, su cuerpo de botijo enfatizando su torpeza.
— Pues como yo lo veo, señor, aquí pintan bastos para usted —y enumeró—: allanamiento de morada desde la chimenea, en posesión de multitud de artículos sin acreditar, indocumentado, de nacionalidad desconocida. Por lo que a mí respecta usted no es sino otro sin papeles más. Un ladrón en mi casa, señor mío.
—Pero… pero… —tartamudeó la víctima desde el suelo—, ¡soy Santa Claus!
—No te esfuerces.
Mientras le pateaba la cabeza, Jordi rememoró. Santa Claus, decía el maldito. Pues claro que era él, como si no le hubiera reconocido. Por muchos años que viviera, Jordi jamás perdonaría aquella Enciclopedia Didáctica que recibió el año que pidió el Scalextric.


Última víctima del Histrión

El Histrión apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. La víctima había agotado seis minutos en hipar, gimotear, pedir clemencia, por favor, por compasión, no me mates. Lo habitual.
— Si me haces reír—repitió El Histrión—, te perdono la vida. Ese es el trato. Te quedan cuatro minutos.
La víctima fue entonces que decidió tranquilizarse, repasar la situación: estaba obligado a hacer reír a ese psicópata, pero ¿cómo? ¿Con muecas? Sería ridículo intentarlo. ¿Con algún chiste afortunado? No recordaba ninguno. ¿Cómo?
—Dos minutos —acució El Histrión.
Por la cabeza de la víctima seguían sucediéndose opciones. ¿Quizá un pedo provocaría su risa? Dudaba de lo escatológico. ¡Dios mío!, se le acababa el tiempo.
—Un minuto.
Nada que hacer, los segundos avanzaban. El Histrión levantó su pistola.
—¿Sabes? —confesó la víctima, rendida—. Yo pensé que iba a ser alguien importante...
Una mueca se dibujó en la cara del asesino.

Neska escribió:La banda LOPD.

Nombre apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Apellido se puso de pie tras él, guardándole las espaldas. Dirección les esperaba fuera, al volante y con el motor arrancado. Teléfono acarició la culata de su revólver. Un tiro en la nuca y serían libres para siempre. Que te den por culo, puto SPAM.

salakov escribió:
Mis 2 heces.

(las comparto para vencer la tentación de utilizarlas finalmente, y obligarme a parir algo mejor)

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Santa Claus llegó a la ciudad

Jordi apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. El aire olía a revancha:
—Así que, según afirma usted —ironizó—, todo es un malentendido.
—Sí, por supuesto, sí  –balbució el acusado, su cuerpo de botijo enfatizando su torpeza.
— Pues como yo lo veo, señor, aquí pintan bastos para usted —y enumeró—: allanamiento de morada desde la chimenea, en posesión de multitud de artículos sin acreditar, indocumentado, de nacionalidad desconocida. Por lo que a mí respecta usted no es sino otro sin papeles más. Un ladrón en mi casa, señor mío.
—Pero… pero… —tartamudeó la víctima desde el suelo—, ¡soy Santa Claus!
—No te esfuerces.
Mientras le pateaba la cabeza, Jordi rememoró. Santa Claus, decía el maldito. Pues claro que era él, como si no le hubiera reconocido. Por muchos años que viviera, Jordi jamás perdonaría aquella Enciclopedia Didáctica que recibió el año que pidió el Scalextric.


Última víctima del Histrión

El Histrión apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. La víctima había agotado seis minutos en hipar, gimotear, pedir clemencia, por favor, por compasión, no me mates. Lo habitual.
— Si me haces reír—repitió El Histrión—, te perdono la vida. Ese es el trato. Te quedan cuatro minutos.
La víctima fue entonces que decidió tranquilizarse, repasar la situación: estaba obligado a hacer reír a ese psicópata, pero ¿cómo? ¿Con muecas? Sería ridículo intentarlo. ¿Con algún chiste afortunado? No recordaba ninguno. ¿Cómo?
—Dos minutos —acució El Histrión.
Por la cabeza de la víctima seguían sucediéndose opciones. ¿Quizá un pedo provocaría su risa? Dudaba de lo escatológico. ¡Dios mío!, se le acababa el tiempo.
—Un minuto.
Nada que hacer, los segundos avanzaban. El Histrión levantó su pistola.
—¿Sabes? —confesó la víctima, rendida—. Yo pensé que iba a ser alguien importante...
Una mueca se dibujó en la cara del asesino.

Pero pero... ambos me parecen muy buenos. Sois máquinas que escupen microrrelatos como si nada... con lo que me cuesta escribir algo medianamente decente

salakov escribió:

silver escribió:Quiero ver mi  bandeja rebosar de humo y alcohol

algo ya ha llegado

Prefiero mil veces leer un libro de Murakami que verle la jeta al tipo éste
Me ha gustado el de Jordi y el de Neska, teníais que haberlos enviado a concurso

borogis escribió:Silver se aupa a la tercera plaza. Eloy sigue firme comandando cómodamente ambas clasificaciones a pesar del descanso que se ha tomado esta jornada aunque no se puede dormir porque Elsa anda al acecho. 5 microrelatistas ya con más de 100 puntos. La lucha por la segunda plaza está en un puño...

CLASIFICACIÓN PUNTOS TOTALES TRAS RONDA 10

Eloy 131
Elsan 116
Silver 105
Borogis 104
DON 102
Criminal 82
Nomeko7 78
Fargo 72
Salakov 72
Rhonda 69
M señor 66
Stoneheart 65
Felix the cat 62
Darth 56
Hank 49
Koikila 48
Eric Sachs 44
Manof 44
Mugu 44
Yomis 42
Motorelvez 37
jom 34
Sapir 27
Sugar bug 26
Bofu 24
Sirconrad 24
Ellis 16
Godofredo 14
Búho Lunático 12
Metalbert 12
Musho 12
Alflames 8
Kupak 8
batuque 7
Soporte 5
M Karmen 3
Edgar 1
Le Bicho 1

soy más underground que edgar! ole mi underground!

Charlie Ribear and the infinite saddnes

El oso apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Una mirada, ya ritual y triste, a la fotografía de un bosque grapada tras la cortina. Un salto mínimo y una sonrisa que nacía, dos veces al día, con el primer golpe de riñón.
EL monociclo avanzó triste por la pista central.

Sugar Bug escribió:Charlie Ribear and the infinite saddnes  

El oso apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo. Una mirada, ya ritual y triste, a la fotografía de un bosque grapada tras la cortina. Un salto mínimo y una sonrisa que nacía, dos veces al día, con el primer golpe de riñón.
EL monociclo avanzó triste por la pista central.

Joer te deja sensación de corredor de la muerte

Cada vez que escribís un relato bueno y lo dejáis fuera de concurso, muere un gatito.

Stoneheart escribió:Cada vez que escribís un relato bueno y lo dejáis fuera de concurso, muere un gatito.

Yo he llegado a la conclusión de que mola también, quieres poner un micro sin que participe en el marasmo del concurso completo... o eso o tienes ideas para enviar uno aún mejor, en cuyo caso eres un poco cabroncete

Escribir micros del oso o el abuelo es muy gratificante.

Para mi es más fácil escribir en un universo ya conocido que crear uno nuevo.

Sugar Bug escribió:Escribir micros del oso o el abuelo es muy gratificante.

Para mi es más fácil escribir en un universo ya conocido que crear uno nuevo.

Uno vengará por dos

Arthur Retton apuró el último sorbo y apagó el cigarrillo tras recibir aquella llamada de comisaría: al fin conocían el paradero de El Negro Jones. Subió en su coche y se dirigió a la dirección indicada. Sin embargo, la visita de Retton nada tenía que ver con desmontar la red de narcotráfico más importante de Nebraska. No. Retton quería venganza. Hubiera sido demasiado fácil arrestar a Andy Whistle como camello de poca monta, pero insuficiente: apenas unas horas a la sombra y una fianza que podría pagar sobradamente. Consciente de que Whistle tenía deudas con Jones… cuando el comisario sorprendió al negro en aquel burdel gay, tiró su placa y su revolver y le dijo: Tenemos que hablar.

Por recordar... Whistle no solo se tiró a Mary Lou y grabó el material para difundirlo por la red, os recuerdo que en la última entrega Sugar nos desvela que también se tiró a Molly, la mujer de Retton, madre de Mary. Por otro lado, Whistle seguía debiendo pasta a El Negro Jones, que dicho sea de paso, nunca me moló que fuera gay (suena muy a Omar Little y Omar es y debe seguir siendo único). La historia del Negro Jones daría para mucho y aún nos falta saber también qué deparó la vida a la familia Retton. En mi imaginería particular Retton se divorcia y Mary-lou redirige su camino hacia la rectitud, pero es el comisario el que más pierde, hasta su placa. Y la familia Fantpay, rica e influyente en la región os recuerdo, también tendría mucho que decir tras la muerte/asesinato de su hijo Gregg. Claro que todo esto... aún está por escribir.

Caramba! Va a ser que tengo mono de volver a ponerme a escribir