mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
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Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Perimaggot escribió:espero que funcione, Polaris... la verdad es que no tengo ni idea de cómo van estas cosas. Parece que aquí hay un hueval de referencias
- Spoiler:
http://fileshunt.com/rapidshare.php?file=johnny+winter+pdf
hay que registrarse y me da yuyu
polaris- Mensajes : 16837
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Esputo Acido escribió:
Es que el Blues es tan sencillo que cualquiera puede hacer un buen papel Bluseando
el papel de algunos de estos puede llegar a ser incluso blueseabundo
Polaris, mira en spotify, que por lo visto está
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Ya que habláis de Winter, éste es absolutamente esencial. Es la grabación de la gira en directo de estos tres mounstros del blues en 1977. Estuvo 30 años sin editarse en CD y se reeditó por su treinta aniversario. Johnny toca, canta y produce. Disco de cabecera.
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
joder, ese no lo he catado, Murdock, me pongo a buscarlo como alma que lleva el diablo
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Hazte con él. Está a un precio muy razonable. Yo lo adquirí en su momento por 8.95 €
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
sí, la verdad es que lo bueno que tiene el blues es que sueles encontrar grandes discos a precios más que razonables
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Supongo que habra salido ya....
elreycarmesi- Mensajes : 4126
Fecha de inscripción : 24/04/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Venga....yo meto estos...
Oktober- Mensajes : 4369
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
auténtica joya!!!...uno de mis favoritos.
Emi- Mensajes : 8504
Fecha de inscripción : 21/05/2009
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elreycarmesi escribió:Supongo que habra salido ya....
discazo imprescindible
añado estos otros:
tan bueno como el anterior, pero con Peter Green en lugar de Clapton
buenísimo disco en el que Mayall lo toca casi todo.
y estos dos, que me parecen impresionantes, aunque no todo lo que hay en ellos es blues
Mi disco favorito de John Mayall, con clapton, peter green, mick taylor... una cosa alucinante
en realidad este son dos discos, pero en españa salieron en edición doble. BLUES FROM LAURELL CANYON y BAREWIRES. Dos discazos que parecen uno, una colección de temazos que repasan todas las influencias de Mayall.
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
http://rapidshare.com/files/144548420/Skip_James_-_Today___1968_.rar
Copio y pego:
"Rara vez un músico de blues debutó con algo semejante. Nehemiah James, nacido en una plantación cercana a Bentonia, Mississippi, en 1902, apodado Skip por su nerviosa habilidad para el baile (según unas fuentes) y por su incapacidad para permanecer demasiado tiempo en un mismo sitio (según otras) respondía al perfil clásico de bluesman y su biografía, hasta esa fecha y a grandes rasgos, resulta tan singular y violentamente contradictoria como pueda serlo la de cualquiera de los miles de músicos negros que se dedicaban a vagar por el Delta en aquella época de depresión. Su padre, predicador baptista y fabricante ilegal de alcohol, abandonó a la familia para seguir en exclusiva al Señor cuando Skip contaba cinco años; aunque nunca dejó de verlo completamente tuvo que acostumbrarse a su ausencia, y en su madurez no dudaría en ir tras él y seguir sus pasos. Pero eso sería mucho más tarde, cuando su música ya había dejado una profunda huella en la historia del blues. Según él mismo contó alguna vez fue el escuchar a Green McCloud tocar “Drunken Spree” lo que lo motivó a ser músico. Con una guitarra de dos dólares y cincuenta centavos que le compró su madre se dedicó a seguirlo por las calles de Bentonia, “como un perro faldero”, a la vez que recibía lecciones de piano de su prima Alma Williams, profesora en una escuela local. Tras el fracasado intento de su madre por reconciliarse con su padre Skip se fue de casa durante un año, para regresar, incorporarse de nuevo a la escuela y marcharse otra vez en 1919. En los años siguientes alternaría peregrinos trabajos en el ferrocarril y en la construcción de carreteras, en serrerías, granjas y plantaciones de la zona con una vida concentrada en el blues, entre Bentonia y las ciudades y pueblos de los alrededores, “huyendo de las mujeres y persiguiéndolas”. Es en este periplo errático donde más tarde se situarán algunas de las historias más oscuras de su biografía, las que lo dibujan como pianista en burdeles, contrabandista de alcohol durante la Prohibición y proxeneta, un tipo taciturno y ostentoso que siempre escondía una pistola y que no dudó en utilizarla en más de un caso. Su encuentro en Arkansas con el pianista Will Crabtree, una versión más experimentada de sí mismo, sería en cualquier caso decisivo para su formación como músico. En algún momento hacia finales de los años 20 se casó con la hija de dieciseis años de un predicador local y puso en marcha un pequeño club donde pensó organizar actuaciones y tocar él mismo; tras una pelea con varios clientes en la que terminó vaciando el cargador de su pistola en el techo, cerró el negocio y se marchó a otro lugar, para descubrir al cabo que su joven esposa se entendía con uno de sus amigos músicos.
Contradiciendo su fama de personaje violento, Skip prefirió desaparecer del cuadro (más tarde confirmaría esta historia, añadiendo que “me destrozaron, pero yo no tenía nada que hacer allí, me fui”). Es, por supuesto, la anécdota de “Devil got my woman”, «el más doliente blues jamás compuesto sobre una relación rota», como fue descrito alguna vez (irónicamente su autor lo escribió antes de que esto sucediese, lo cual podría darnos verdaderas pistas sobre su carácter y sobre su destino), y la de muchos de sus blues, por entonces cada vez más conocidos en la zona del Delta.
La historia de su encuentro con H.C. Speir es sobradamente conocida a estas alturas. Dueño de una tienda de discos y de un pequeño estudio de grabación en Jackson, treinta cinco millas al este de Bentonia, el papel de Speir en la historia del blues ha de considerarse tan fundamental como el de Sam Phillips respecto al rock’n’roll veinte años más tarde: exceptuando a Mississippi John Hurt no hubo prácticamente ningún bluesman local que no pasara por sus manos. Existe cierta corriente que tiende a describirlo como alguien cuyo principal interés fue siempre surtir de discos las alacenas de su pequeña tienda. Los viejos 78 rpm eran el único modo de poder escuchar música negra en otro lugar que no fueran las mismas calles, repletas por lo demás de músicos (Speir literalmente los recogía de allí); existía un público negro, casi exclusivamente femenino, compuesto por las afortunadas que trabajando en las plantaciones o sirviendo en las casas de los blancos ricos podían permitirse un gramófono, auténtico signo de distinción en una comunidad azotada por la miseria. Speir vio el negocio pero cuesta creer que su empeño en localizar músicos se fundara sólo en una cuestión económica. Estrechamente relacionado con los ejecutivos de ARC y OKah, de quienes recibía un porcentaje fijo, su trabajo consistía en someter a los músicos a una audición y en caso de detectar cuatro o cinco temas grabables remitirlos a la gran ciudad, con un billete de tren a gastos pagados. Fue así en el caso de Charley Patton en 1929, quien llevaba ejerciendo su magisterio por los pueblos del Delta y el sur de Memphis desde 1910 (lo cual demuestra también que las grabaciones no dan una idea exacta del desarrollo y expansión del blues), y así fue también en el caso de Bo Carter, Tommy Johnson, Robert Johnson y Skip James. Speir había estado buscando a Skip durante algunas semanas para aprovechar unas audiciones organizadas por OKeh en el King Edward Hotel. Por alguna razón, su hombre permaneció desaparecido en algún lugar y fue varias semanas después, en febrero de 1931, cuando se presentó de motu propio en el 111 de la calle Farish. Allí tocó “Devil got my woman” ante un pragmático Speir, más atento por comprobar que su autor tuviera suficientes temas, y pocas semanas después se hallaba en Grafton, Wisconsin, registrando las 18 canciones que compondrían su repertorio clásico, uno de los legados seminales del blues.
En ese momento Skip James, con 29 años, era un músico consumado tanto en lo que respecta al piano como a la seis cuerdas –y no se conocen muchos que dominaran tan perfectamente ambos instrumentos-, dueño de un estilo inconfundible y característico de lo que se ha dado en llamar sonido Bentonia. Hoy se sabe que perteneció a la escuela de un guitarrista local no grabado, Henry Stuckey, tan aislado como él mismo, a su vez músico acompañante de aquel McCloud que lo deslumbró a los siete años. Stuckey le enseñó las técnicas y afinaciones que aprendió de los soldados negros, presumiblemente de las Bahamas, cuando estuvo en Francia durante la I Guerra Mundial. Skip cultivó a partir de ahí un característico sonido en tonalidad menor, diferente de lo que era habitual por entonces entre los músicos de blues. Más vibrante en sus piezas al piano (con las que anticipó a Thelonious Monk), y también más distendido, era quizá a la guitarra en donde Skip James obtenía mejores resultados y en donde se ha forjado su leyenda, mostrándose cautivador y asombrosamente versátil, haciendo uso de una técnica deslumbrantemente rápida en unas canciones (“I’m glad” suena tan feroz como cualquier cosa de Robert Johnson), retrayéndose en otras hacia su natural tono melancólico, levantando complejas estructuras o creando una ominosa atmósfera casi cinematográfica –en términos actuales- como en el caso de “Hard Time Killing Floor”, “Cypress Grove” o “Cherry Ball Blues”.
Hoscos, poderosos, conducidos por su inconfundible voz en falsetto, sus blues -indistintamente ya de que tocase la guitarra o el piano- deben ser vistos como una extensión orgánica de su indómita, elusiva naturaleza, plasmada con una técnica de la que tomarían buena nota gigantes de la talla de John Lee Hooker, Jimi Hendrix o el mismo Robert Johnson. La relación entre ambos, más allá de sus no documentados contactos personales, puede ser objeto de especulación. Sin duda Johnson conocía la obra de James –realizó una personal adaptación de “22-20 Blues”, subiendo el calibre a “32-20 Blues”- así como la labor de Speir, y se sabe que su mayor deseo como músico por esas fechas era ser grabado. Sin embargo esperó más de cinco años, hasta noviembre de 1936, para presentarse en la tienda de éste, perfeccionando mientras tanto sus blues y radicalizándolos hasta límites de introspección rayanos en lo obsesivo, desde luego deudores, en buena parte, de los suyos.
En Skip James –desde siempre un hombre profundamente religioso, con dificultad se hubiese permitido las licencias casi pornográficas de “Travelling Riverside Blues” por ejemplo- había sin embargo una extraña dulzura en el tono, irresistiblemente natural, entre raptos de melancolía y fatalismo, accesos místicos y un clima de tensión que pudo haber hecho presagiar lo que vino a continuación: tras registrar los dieciocho cortes y frustrado a medias el intento de promocionar “Hard Time Killing Floor Blues”, una de sus canciones más sombrías y auténtica banda sonora de la Depresión, las ilusiones de James se vinieron abajo cuando la Paramount detuvo su actividad debido a las secuelas de la debacle de Wall Street, y Skip James desapareció del mapa durante treinta años.
Hasta finales de la II Guerra Mundial la grabación y distribución de discos de blues y jazz estuvo mayormente en manos de las grandes discográficas y no sería hasta esa fecha que comenzaron a surgir sellos minoritarios, algunos dirigidos por negros. El crack del 29 hizo gemir hasta los últimos clavos del buque, pero en cierto modo que la carrera de Skip James acusase este período de sequía hasta el punto de desaparecer de la circulación no es sólo coyuntural; podemos suponer que también responde a su naturaleza. Y si en 1932 apenas se grabaron discos, lo cierto es que tanto el Delta como Memphis o Texas bullían de músicos llamados a convertirse en legendarios, y la migración a las ciudades del Norte, río arriba, apenas acababa de comenzar. En este mismo sentido la súbita claudicación de Skip James fue sólo definitiva en lo tocante al blues. Gayle Dean Wardlow cuenta cómo algunos años después el propio Speir persuadió de nuevo a Skip para grabar en Memphis, y hasta llegó a arrastrarlo al estudio. Malhumorado y sombrío, Skip se negó a tocar otra cosa que no fueran viejos espirituales: “En aquella época o servías a Dios o servías al diablo –comenta Wardlow-, y si tú tocabas blues y llevabas el estilo de vida de un bluesman, entonces servías al diablo y tu destino obvio era quemarte en el Inferno. La gente religiosa no quería tener nada que ver con el blues. Skip dejó de tocarlo y volvió al seno de la Iglesia, eso es todo”.
Después de ese incidente viajó hasta Plano, Texas, en busca de su padre, para dedicarse a predicar y a tocar en iglesias y congregaciones religiosas a lo largo de la siguiente década (llegaría a convertirse en ministro baptista) regresando a Bentonia tras la muerte de su madre, en los años cincuenta. Sería a mediados de los sesenta, con el revival blues y folk que tuvo en el Festival de Newport uno de sus puntos culminantes, cuando a Skip James se le brindó otra vez la oportunidad de registrar nuevos temas y regrabar los clásicos, de una forma difícilmente viable treinta años atrás. Skip, que ya fue escasamente retribuido por sus sesiones en los años 30, nunca dejaría de ser pobre, y finalmente los cuatro mil dólares en royalties que le reportó la versión que hicieron Cream de su “I’m Glad” le servirían para costearse los gastos del hospital de County y de sus propios funerales, cuando el cáncer acabó con su vida en 1969. Tal vez no pueda reprochársele su natural desconfianza. Los músicos que habían crecido admirándole (por ejemplo Henry Vestine de Canned Heat y los Mothers of Invention, uno de sus descubridores, el mismo Bob Dylan) y los chicos bohemios de Greenwich Village que se deleitaban explayándose en las excelencias de Leadbelly y organizando sus conciertos, naturalmente también las discográficas, se encontraron así con un panorama difícil cuando dieron con él: un cuasi anciano de rostro apergaminado, conductor de tractores en una granja, desilusionado, pobre de solemnidad y tan elusivo como en su juventud –si no más- que declaraba no recordar mucho de aquellas míticas sesiones con Speir; aunque sí guardaba memoria, en cambio, de las ocasiones en que siendo un músico callejero la gente le pedía que por favor dejara de tocar, porque acabaría hundiéndolos más que la propia Depresión.
Por qué Skip James decidió abandonar su retiro y volver al mundo de la música (lo que él llamaba “the music racket”) puede ser un enigma o no serlo. Tal vez lo tentó la ocasión de ganar algún dinero, o simplemente el tocar de nuevo sus canciones. Quizá echó un vistazo a su alrededor y llegó a la conclusión de que, después de todo, este mundo no tenía redención posible, y poco podían añadir o quitar sus pequeños blues al asunto. Lo que está claro es que la fatalidad se precipitó de nuevo sobre él cuando aceptó recibir a sus admiradores, tocar en donde le proponían (universidades, clubs privados y festivales) y, finalmente, abrir las puertas de su casa a un improvisado biógrafo, Stephen Calt, uno de los muchos jóvenes blancos que se relacionó con él en esta época.
Fue, en cierto modo, como invitar al diablo a su propia casa. Tras cuatro años de relación epistolar y una larga serie de encuentros y entrevistas personales, Calt se descolgaría con un cruento estudio biográfico sobre Skip, el único del que tengo conocimiento (“I’d rather be the devil: Skip James and the Blues”, publicado con posterioridad a su muerte) donde arranca maldiciendo el día en que se le ocurrió presentarse ante él. A lo largo de 386 profusas páginas se encarniza con el que se supone que alguna vez fue su ídolo, sugiriendo varios asesinatos y una juventud confinada entre rejas, trazando el perfil psicológico de un perturbado y explayándose con extraño rencor en un personaje que, por utilizar sus propias palabras, “expresaba toda su inmensa y profunda rabia con voz queda”. Calt, vitriólico en todos sus comentarios, dibuja también de paso un desmitificador cuadro de esa época de revival y “justicia final”, quizá no muy alejado de la verdad si uno decide mirar únicamente hacia un lado (cita por ejemplo a un ejecutivo de una discográfica al comentar que “mentalmente, aquello llegó a ser como una plantación... todo el mundo quería tener su propio negro”).
Ya lo dijo Tom Waits, transfigurado en airado predicador bíblico: allí donde estén los buitres encontrarás el cadáver. A partir de ese momento y con semejante precedente el de Skip acabaría por convertirse en el objetivo de un sin número de intelectuales blancos con estudios de psicología, historiadores del blues sensacionalistas y otros perros de presa; carnaza a la que no se ha dejado de morder en aras de esa enfermedad moderna que es el Diagnóstico. Lo cierto es que Skip James fue un músico de intensa singularidad y a la vez un típico ejemplo de bluesman, con las clásicas obsesiones (misantropía, fatalismo, epifanías) y sus canciones y sus textos ejemplifican el género en todos los sentidos. Por qué se eligió a él como «mesías de los condenados» y no a cualquier otro no es difícil de imaginar. Al contrario que Robert Johnson por ejemplo, que hasta su temprana muerte supo rodearse de un poético e impermeable halo de misterio –y cuyos blues resultan tan confesionales y llaman tanto la atención en este sentido como los de Skip- éste fue en esencia un tipo sin más máscara que la suya propia. Como declaró una vez: “Es sólo mi música.. no puedo cantar las canciones de otra gente. No me sale la voz para cantarlas. No puedo”. La exhaustiva serie de análisis de su vida y obra han permitido desenterrar episodios de violencia y oscuridad más o menos verídicos, en realidad puntuales (no se conoce, por ejemplo, ninguna agresión o maltrato hacia ninguna mujer a pesar de los intentos de Calt por demostrar lo contrario, y una de sus últimas canciones, “Lorenzo Blues”, es un cálido homenaje a su esposa); sin embargo ha sido proclive a los diagnósticos más pintorescos y la imagen que terminan ofreciéndonos, por decir algo, es la de un distorsionado cruce entre déspotas legendarios del estilo de Chuck Berry y el Lee Marvin rastrero y cruel que arroja café hirviendo a la cara de Gloria Grahame en “Los Sobornados” de Fritz Lang.
Realmente el hecho no es nuevo y tampoco debiera llamarnos la atención. Son incontables los creadores –se llamen William Blake, John Lennon o Skip James- engullidos por su propio mito, y por lo que a nosotros respecta es un precio relativamente bajo por el privilegio de su resurrección. Las sesiones que grabó en esta época ciertamente se ajustan a un modelo más ortodoxo de blues, menos sorprendente, y carecen en conjunto de la vibración y del fervor de su estilo original. Pero continúan siendo maravillosas, a la altura del mejor material de John Lee Hooker por ejemplo.
Editadas bajo diversos títulos, muestran a un Skip James resignado y a la vez más relajado en las nuevas piezas (“Worried blues”, en el estilo mushmouth de Jimmy Reed, “Crow Jane”, “All night long”) junto a relecturas de clásicos no precisamente desdeñables. La de “Cherry Ball Blues” sin ir más lejos, con sus angustiosos breaks finales, es simplemente espeluznante, la demostración de que el fuego que lo animó en su juventud no se había extinguido después de todo.
Su aparición el festival de Newport en 1964 ante un público cien por cien blanco y junto a un plantel de los que quitan el habla (Son House, Bukka White, Mississippi John Hurt y Howlin’ Wolf entre otros) consolidó su imagen de tipo raro y enigmático, un extranjero incluso entre sus propios hermanos de generación. Un testigo lo describe así: “Skip James parecía alguien fuera de lugar en compañía del resto de los artistas, formando parte de la celebración y al mismo tiempo manteniéndose llamativamente al margen. No sólo por su actitud, sino también por su música. Incluso Howlin’ Wolf parecía un poco intimidado ante él. Su versión de “Devil got my woman” sonó tenebrosa e hipnótica, se acerque o no a lo que era capaz de hacer con ella hace treinta años. “Worried Blues”, con la que cerró su actuación, parece más ajustada a lo que quizá James cree que espera su nuevo público, recordando tal vez la falta de éxito de su estilo original”
Tom Jacobson, otro de los jóvenes blancos que lo conoció en sus últimos años, indignado ante lo que llegaría a escribirse sobre él, nos ofrece también una imagen muy diferente a la del tipo amargo y neurótico, casi infernal en su miseria, que nos pinta Calt en su definitivamente pasada de vueltas biografía. Lo hace con afecto, recordando entre otras cosas su ingenuo entusiasmo cuando lo llevó a visitar el zoo de Chicago, su solicitud a responder a todas las preguntas típicas de fan, y la ocasión en que le envió un puñado de dólares por correo al saberle en uno de sus habituales aprietos económicos, algunas semanas más tarde, y obtuvo a cambio un agradecimiento realmente desproporcionado que duró hasta el fin de sus días. “Yes, I’m a good man –le respondió James por carta- but I’m a poor man, you understand...”.
Necesario epitafio, tal vez, ante alguien a quien simplemente no tiene sentido juzgar de ninguna de las maneras. Para nosotros Skip James seguirá siendo un músico de misteriosa y rara pureza, indestructible al paso de los años. Tal vez por eso, porque los diamantes simplemente acaban desenterrándose tarde o temprano, su vigencia parece hoy mayor que nunca. Primero fue Beck quien versionó “Devil got my woman” en su EP “Jack Ass”. Poco después los hermanos Coen, chicos más listos todavía, escogerían su “Hard Time Killing Floor” en la versión de Chris Thomas King para el soundtrack de su peregrina “O Brother”, un gesto que se repetiría con “Ghost World”, la adaptación al cine del comic de Daniel Clowes, respecto a “Devil” de nuevo. Recientemente, es Win Wenders quien lo ha llevado a Cannes dedicándole uno de los capítulos de “The Soul of a Man”, la esperada serie de films documentales producidos por Scorsese que pretenden honrar la memoria de los músicos que establecieron los cimientos culturales de América. "
Copio y pego:
"Rara vez un músico de blues debutó con algo semejante. Nehemiah James, nacido en una plantación cercana a Bentonia, Mississippi, en 1902, apodado Skip por su nerviosa habilidad para el baile (según unas fuentes) y por su incapacidad para permanecer demasiado tiempo en un mismo sitio (según otras) respondía al perfil clásico de bluesman y su biografía, hasta esa fecha y a grandes rasgos, resulta tan singular y violentamente contradictoria como pueda serlo la de cualquiera de los miles de músicos negros que se dedicaban a vagar por el Delta en aquella época de depresión. Su padre, predicador baptista y fabricante ilegal de alcohol, abandonó a la familia para seguir en exclusiva al Señor cuando Skip contaba cinco años; aunque nunca dejó de verlo completamente tuvo que acostumbrarse a su ausencia, y en su madurez no dudaría en ir tras él y seguir sus pasos. Pero eso sería mucho más tarde, cuando su música ya había dejado una profunda huella en la historia del blues. Según él mismo contó alguna vez fue el escuchar a Green McCloud tocar “Drunken Spree” lo que lo motivó a ser músico. Con una guitarra de dos dólares y cincuenta centavos que le compró su madre se dedicó a seguirlo por las calles de Bentonia, “como un perro faldero”, a la vez que recibía lecciones de piano de su prima Alma Williams, profesora en una escuela local. Tras el fracasado intento de su madre por reconciliarse con su padre Skip se fue de casa durante un año, para regresar, incorporarse de nuevo a la escuela y marcharse otra vez en 1919. En los años siguientes alternaría peregrinos trabajos en el ferrocarril y en la construcción de carreteras, en serrerías, granjas y plantaciones de la zona con una vida concentrada en el blues, entre Bentonia y las ciudades y pueblos de los alrededores, “huyendo de las mujeres y persiguiéndolas”. Es en este periplo errático donde más tarde se situarán algunas de las historias más oscuras de su biografía, las que lo dibujan como pianista en burdeles, contrabandista de alcohol durante la Prohibición y proxeneta, un tipo taciturno y ostentoso que siempre escondía una pistola y que no dudó en utilizarla en más de un caso. Su encuentro en Arkansas con el pianista Will Crabtree, una versión más experimentada de sí mismo, sería en cualquier caso decisivo para su formación como músico. En algún momento hacia finales de los años 20 se casó con la hija de dieciseis años de un predicador local y puso en marcha un pequeño club donde pensó organizar actuaciones y tocar él mismo; tras una pelea con varios clientes en la que terminó vaciando el cargador de su pistola en el techo, cerró el negocio y se marchó a otro lugar, para descubrir al cabo que su joven esposa se entendía con uno de sus amigos músicos.
Contradiciendo su fama de personaje violento, Skip prefirió desaparecer del cuadro (más tarde confirmaría esta historia, añadiendo que “me destrozaron, pero yo no tenía nada que hacer allí, me fui”). Es, por supuesto, la anécdota de “Devil got my woman”, «el más doliente blues jamás compuesto sobre una relación rota», como fue descrito alguna vez (irónicamente su autor lo escribió antes de que esto sucediese, lo cual podría darnos verdaderas pistas sobre su carácter y sobre su destino), y la de muchos de sus blues, por entonces cada vez más conocidos en la zona del Delta.
La historia de su encuentro con H.C. Speir es sobradamente conocida a estas alturas. Dueño de una tienda de discos y de un pequeño estudio de grabación en Jackson, treinta cinco millas al este de Bentonia, el papel de Speir en la historia del blues ha de considerarse tan fundamental como el de Sam Phillips respecto al rock’n’roll veinte años más tarde: exceptuando a Mississippi John Hurt no hubo prácticamente ningún bluesman local que no pasara por sus manos. Existe cierta corriente que tiende a describirlo como alguien cuyo principal interés fue siempre surtir de discos las alacenas de su pequeña tienda. Los viejos 78 rpm eran el único modo de poder escuchar música negra en otro lugar que no fueran las mismas calles, repletas por lo demás de músicos (Speir literalmente los recogía de allí); existía un público negro, casi exclusivamente femenino, compuesto por las afortunadas que trabajando en las plantaciones o sirviendo en las casas de los blancos ricos podían permitirse un gramófono, auténtico signo de distinción en una comunidad azotada por la miseria. Speir vio el negocio pero cuesta creer que su empeño en localizar músicos se fundara sólo en una cuestión económica. Estrechamente relacionado con los ejecutivos de ARC y OKah, de quienes recibía un porcentaje fijo, su trabajo consistía en someter a los músicos a una audición y en caso de detectar cuatro o cinco temas grabables remitirlos a la gran ciudad, con un billete de tren a gastos pagados. Fue así en el caso de Charley Patton en 1929, quien llevaba ejerciendo su magisterio por los pueblos del Delta y el sur de Memphis desde 1910 (lo cual demuestra también que las grabaciones no dan una idea exacta del desarrollo y expansión del blues), y así fue también en el caso de Bo Carter, Tommy Johnson, Robert Johnson y Skip James. Speir había estado buscando a Skip durante algunas semanas para aprovechar unas audiciones organizadas por OKeh en el King Edward Hotel. Por alguna razón, su hombre permaneció desaparecido en algún lugar y fue varias semanas después, en febrero de 1931, cuando se presentó de motu propio en el 111 de la calle Farish. Allí tocó “Devil got my woman” ante un pragmático Speir, más atento por comprobar que su autor tuviera suficientes temas, y pocas semanas después se hallaba en Grafton, Wisconsin, registrando las 18 canciones que compondrían su repertorio clásico, uno de los legados seminales del blues.
En ese momento Skip James, con 29 años, era un músico consumado tanto en lo que respecta al piano como a la seis cuerdas –y no se conocen muchos que dominaran tan perfectamente ambos instrumentos-, dueño de un estilo inconfundible y característico de lo que se ha dado en llamar sonido Bentonia. Hoy se sabe que perteneció a la escuela de un guitarrista local no grabado, Henry Stuckey, tan aislado como él mismo, a su vez músico acompañante de aquel McCloud que lo deslumbró a los siete años. Stuckey le enseñó las técnicas y afinaciones que aprendió de los soldados negros, presumiblemente de las Bahamas, cuando estuvo en Francia durante la I Guerra Mundial. Skip cultivó a partir de ahí un característico sonido en tonalidad menor, diferente de lo que era habitual por entonces entre los músicos de blues. Más vibrante en sus piezas al piano (con las que anticipó a Thelonious Monk), y también más distendido, era quizá a la guitarra en donde Skip James obtenía mejores resultados y en donde se ha forjado su leyenda, mostrándose cautivador y asombrosamente versátil, haciendo uso de una técnica deslumbrantemente rápida en unas canciones (“I’m glad” suena tan feroz como cualquier cosa de Robert Johnson), retrayéndose en otras hacia su natural tono melancólico, levantando complejas estructuras o creando una ominosa atmósfera casi cinematográfica –en términos actuales- como en el caso de “Hard Time Killing Floor”, “Cypress Grove” o “Cherry Ball Blues”.
Hoscos, poderosos, conducidos por su inconfundible voz en falsetto, sus blues -indistintamente ya de que tocase la guitarra o el piano- deben ser vistos como una extensión orgánica de su indómita, elusiva naturaleza, plasmada con una técnica de la que tomarían buena nota gigantes de la talla de John Lee Hooker, Jimi Hendrix o el mismo Robert Johnson. La relación entre ambos, más allá de sus no documentados contactos personales, puede ser objeto de especulación. Sin duda Johnson conocía la obra de James –realizó una personal adaptación de “22-20 Blues”, subiendo el calibre a “32-20 Blues”- así como la labor de Speir, y se sabe que su mayor deseo como músico por esas fechas era ser grabado. Sin embargo esperó más de cinco años, hasta noviembre de 1936, para presentarse en la tienda de éste, perfeccionando mientras tanto sus blues y radicalizándolos hasta límites de introspección rayanos en lo obsesivo, desde luego deudores, en buena parte, de los suyos.
En Skip James –desde siempre un hombre profundamente religioso, con dificultad se hubiese permitido las licencias casi pornográficas de “Travelling Riverside Blues” por ejemplo- había sin embargo una extraña dulzura en el tono, irresistiblemente natural, entre raptos de melancolía y fatalismo, accesos místicos y un clima de tensión que pudo haber hecho presagiar lo que vino a continuación: tras registrar los dieciocho cortes y frustrado a medias el intento de promocionar “Hard Time Killing Floor Blues”, una de sus canciones más sombrías y auténtica banda sonora de la Depresión, las ilusiones de James se vinieron abajo cuando la Paramount detuvo su actividad debido a las secuelas de la debacle de Wall Street, y Skip James desapareció del mapa durante treinta años.
Hasta finales de la II Guerra Mundial la grabación y distribución de discos de blues y jazz estuvo mayormente en manos de las grandes discográficas y no sería hasta esa fecha que comenzaron a surgir sellos minoritarios, algunos dirigidos por negros. El crack del 29 hizo gemir hasta los últimos clavos del buque, pero en cierto modo que la carrera de Skip James acusase este período de sequía hasta el punto de desaparecer de la circulación no es sólo coyuntural; podemos suponer que también responde a su naturaleza. Y si en 1932 apenas se grabaron discos, lo cierto es que tanto el Delta como Memphis o Texas bullían de músicos llamados a convertirse en legendarios, y la migración a las ciudades del Norte, río arriba, apenas acababa de comenzar. En este mismo sentido la súbita claudicación de Skip James fue sólo definitiva en lo tocante al blues. Gayle Dean Wardlow cuenta cómo algunos años después el propio Speir persuadió de nuevo a Skip para grabar en Memphis, y hasta llegó a arrastrarlo al estudio. Malhumorado y sombrío, Skip se negó a tocar otra cosa que no fueran viejos espirituales: “En aquella época o servías a Dios o servías al diablo –comenta Wardlow-, y si tú tocabas blues y llevabas el estilo de vida de un bluesman, entonces servías al diablo y tu destino obvio era quemarte en el Inferno. La gente religiosa no quería tener nada que ver con el blues. Skip dejó de tocarlo y volvió al seno de la Iglesia, eso es todo”.
Después de ese incidente viajó hasta Plano, Texas, en busca de su padre, para dedicarse a predicar y a tocar en iglesias y congregaciones religiosas a lo largo de la siguiente década (llegaría a convertirse en ministro baptista) regresando a Bentonia tras la muerte de su madre, en los años cincuenta. Sería a mediados de los sesenta, con el revival blues y folk que tuvo en el Festival de Newport uno de sus puntos culminantes, cuando a Skip James se le brindó otra vez la oportunidad de registrar nuevos temas y regrabar los clásicos, de una forma difícilmente viable treinta años atrás. Skip, que ya fue escasamente retribuido por sus sesiones en los años 30, nunca dejaría de ser pobre, y finalmente los cuatro mil dólares en royalties que le reportó la versión que hicieron Cream de su “I’m Glad” le servirían para costearse los gastos del hospital de County y de sus propios funerales, cuando el cáncer acabó con su vida en 1969. Tal vez no pueda reprochársele su natural desconfianza. Los músicos que habían crecido admirándole (por ejemplo Henry Vestine de Canned Heat y los Mothers of Invention, uno de sus descubridores, el mismo Bob Dylan) y los chicos bohemios de Greenwich Village que se deleitaban explayándose en las excelencias de Leadbelly y organizando sus conciertos, naturalmente también las discográficas, se encontraron así con un panorama difícil cuando dieron con él: un cuasi anciano de rostro apergaminado, conductor de tractores en una granja, desilusionado, pobre de solemnidad y tan elusivo como en su juventud –si no más- que declaraba no recordar mucho de aquellas míticas sesiones con Speir; aunque sí guardaba memoria, en cambio, de las ocasiones en que siendo un músico callejero la gente le pedía que por favor dejara de tocar, porque acabaría hundiéndolos más que la propia Depresión.
Por qué Skip James decidió abandonar su retiro y volver al mundo de la música (lo que él llamaba “the music racket”) puede ser un enigma o no serlo. Tal vez lo tentó la ocasión de ganar algún dinero, o simplemente el tocar de nuevo sus canciones. Quizá echó un vistazo a su alrededor y llegó a la conclusión de que, después de todo, este mundo no tenía redención posible, y poco podían añadir o quitar sus pequeños blues al asunto. Lo que está claro es que la fatalidad se precipitó de nuevo sobre él cuando aceptó recibir a sus admiradores, tocar en donde le proponían (universidades, clubs privados y festivales) y, finalmente, abrir las puertas de su casa a un improvisado biógrafo, Stephen Calt, uno de los muchos jóvenes blancos que se relacionó con él en esta época.
Fue, en cierto modo, como invitar al diablo a su propia casa. Tras cuatro años de relación epistolar y una larga serie de encuentros y entrevistas personales, Calt se descolgaría con un cruento estudio biográfico sobre Skip, el único del que tengo conocimiento (“I’d rather be the devil: Skip James and the Blues”, publicado con posterioridad a su muerte) donde arranca maldiciendo el día en que se le ocurrió presentarse ante él. A lo largo de 386 profusas páginas se encarniza con el que se supone que alguna vez fue su ídolo, sugiriendo varios asesinatos y una juventud confinada entre rejas, trazando el perfil psicológico de un perturbado y explayándose con extraño rencor en un personaje que, por utilizar sus propias palabras, “expresaba toda su inmensa y profunda rabia con voz queda”. Calt, vitriólico en todos sus comentarios, dibuja también de paso un desmitificador cuadro de esa época de revival y “justicia final”, quizá no muy alejado de la verdad si uno decide mirar únicamente hacia un lado (cita por ejemplo a un ejecutivo de una discográfica al comentar que “mentalmente, aquello llegó a ser como una plantación... todo el mundo quería tener su propio negro”).
Ya lo dijo Tom Waits, transfigurado en airado predicador bíblico: allí donde estén los buitres encontrarás el cadáver. A partir de ese momento y con semejante precedente el de Skip acabaría por convertirse en el objetivo de un sin número de intelectuales blancos con estudios de psicología, historiadores del blues sensacionalistas y otros perros de presa; carnaza a la que no se ha dejado de morder en aras de esa enfermedad moderna que es el Diagnóstico. Lo cierto es que Skip James fue un músico de intensa singularidad y a la vez un típico ejemplo de bluesman, con las clásicas obsesiones (misantropía, fatalismo, epifanías) y sus canciones y sus textos ejemplifican el género en todos los sentidos. Por qué se eligió a él como «mesías de los condenados» y no a cualquier otro no es difícil de imaginar. Al contrario que Robert Johnson por ejemplo, que hasta su temprana muerte supo rodearse de un poético e impermeable halo de misterio –y cuyos blues resultan tan confesionales y llaman tanto la atención en este sentido como los de Skip- éste fue en esencia un tipo sin más máscara que la suya propia. Como declaró una vez: “Es sólo mi música.. no puedo cantar las canciones de otra gente. No me sale la voz para cantarlas. No puedo”. La exhaustiva serie de análisis de su vida y obra han permitido desenterrar episodios de violencia y oscuridad más o menos verídicos, en realidad puntuales (no se conoce, por ejemplo, ninguna agresión o maltrato hacia ninguna mujer a pesar de los intentos de Calt por demostrar lo contrario, y una de sus últimas canciones, “Lorenzo Blues”, es un cálido homenaje a su esposa); sin embargo ha sido proclive a los diagnósticos más pintorescos y la imagen que terminan ofreciéndonos, por decir algo, es la de un distorsionado cruce entre déspotas legendarios del estilo de Chuck Berry y el Lee Marvin rastrero y cruel que arroja café hirviendo a la cara de Gloria Grahame en “Los Sobornados” de Fritz Lang.
Realmente el hecho no es nuevo y tampoco debiera llamarnos la atención. Son incontables los creadores –se llamen William Blake, John Lennon o Skip James- engullidos por su propio mito, y por lo que a nosotros respecta es un precio relativamente bajo por el privilegio de su resurrección. Las sesiones que grabó en esta época ciertamente se ajustan a un modelo más ortodoxo de blues, menos sorprendente, y carecen en conjunto de la vibración y del fervor de su estilo original. Pero continúan siendo maravillosas, a la altura del mejor material de John Lee Hooker por ejemplo.
Editadas bajo diversos títulos, muestran a un Skip James resignado y a la vez más relajado en las nuevas piezas (“Worried blues”, en el estilo mushmouth de Jimmy Reed, “Crow Jane”, “All night long”) junto a relecturas de clásicos no precisamente desdeñables. La de “Cherry Ball Blues” sin ir más lejos, con sus angustiosos breaks finales, es simplemente espeluznante, la demostración de que el fuego que lo animó en su juventud no se había extinguido después de todo.
Su aparición el festival de Newport en 1964 ante un público cien por cien blanco y junto a un plantel de los que quitan el habla (Son House, Bukka White, Mississippi John Hurt y Howlin’ Wolf entre otros) consolidó su imagen de tipo raro y enigmático, un extranjero incluso entre sus propios hermanos de generación. Un testigo lo describe así: “Skip James parecía alguien fuera de lugar en compañía del resto de los artistas, formando parte de la celebración y al mismo tiempo manteniéndose llamativamente al margen. No sólo por su actitud, sino también por su música. Incluso Howlin’ Wolf parecía un poco intimidado ante él. Su versión de “Devil got my woman” sonó tenebrosa e hipnótica, se acerque o no a lo que era capaz de hacer con ella hace treinta años. “Worried Blues”, con la que cerró su actuación, parece más ajustada a lo que quizá James cree que espera su nuevo público, recordando tal vez la falta de éxito de su estilo original”
Tom Jacobson, otro de los jóvenes blancos que lo conoció en sus últimos años, indignado ante lo que llegaría a escribirse sobre él, nos ofrece también una imagen muy diferente a la del tipo amargo y neurótico, casi infernal en su miseria, que nos pinta Calt en su definitivamente pasada de vueltas biografía. Lo hace con afecto, recordando entre otras cosas su ingenuo entusiasmo cuando lo llevó a visitar el zoo de Chicago, su solicitud a responder a todas las preguntas típicas de fan, y la ocasión en que le envió un puñado de dólares por correo al saberle en uno de sus habituales aprietos económicos, algunas semanas más tarde, y obtuvo a cambio un agradecimiento realmente desproporcionado que duró hasta el fin de sus días. “Yes, I’m a good man –le respondió James por carta- but I’m a poor man, you understand...”.
Necesario epitafio, tal vez, ante alguien a quien simplemente no tiene sentido juzgar de ninguna de las maneras. Para nosotros Skip James seguirá siendo un músico de misteriosa y rara pureza, indestructible al paso de los años. Tal vez por eso, porque los diamantes simplemente acaban desenterrándose tarde o temprano, su vigencia parece hoy mayor que nunca. Primero fue Beck quien versionó “Devil got my woman” en su EP “Jack Ass”. Poco después los hermanos Coen, chicos más listos todavía, escogerían su “Hard Time Killing Floor” en la versión de Chris Thomas King para el soundtrack de su peregrina “O Brother”, un gesto que se repetiría con “Ghost World”, la adaptación al cine del comic de Daniel Clowes, respecto a “Devil” de nuevo. Recientemente, es Win Wenders quien lo ha llevado a Cannes dedicándole uno de los capítulos de “The Soul of a Man”, la esperada serie de films documentales producidos por Scorsese que pretenden honrar la memoria de los músicos que establecieron los cimientos culturales de América. "
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
qué grande, Skip James!!!!
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
blues puro y duroPerimaggot escribió:qué grande, Skip James!!!!
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:blues puro y duroPerimaggot escribió:qué grande, Skip James!!!!
y tan duro, menudos tíos, estos bluesmen jejejeje
un regalito, señor Brujo
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Añado The Complete Blind Wille Johnson
asdasdash- Mensajes : 4464
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
si no habéis escuchado esto, no sabéis lo que os estáis perdiendo. Robadlo si es necesario, pero LO NECESITÁIS
el gran albert king acompañado por booker t. & the mgs. y los the mar keys, haciendo versiones de clásicos de Elvis, pero llevadas al terreno del blues. Pura magia, os lo aseguro
el gran albert king acompañado por booker t. & the mgs. y los the mar keys, haciendo versiones de clásicos de Elvis, pero llevadas al terreno del blues. Pura magia, os lo aseguro
Última edición por Perimaggot el Miér Feb 24 2010, 16:11, editado 1 vez
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Perimaggot escribió:elbrujo69 escribió:blues puro y duroPerimaggot escribió:qué grande, Skip James!!!!
y tan duro, menudos tíos, estos bluesmen jejejeje
un regalito, señor Brujo
- Spoiler:
- http://rapidshare.com/files/135707822/1993_-_Live_July_93_Los_Angeles__Con_Deacon_Jones_.rar.html
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Añado la vertiente bluesy del sello Motown: Luther Allison. Una voz prodigiosa que aunó lo mejor de ambos géneros. Su debut es brutal.
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Murdock escribió:Añado la vertiente bluesy del sello Motown: Luther Allison. Una voz prodigiosa que aunó lo mejor de ambos géneros. Su debut es brutal.
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
K bueno es ese disco, la virgen
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:Murdock escribió:Añado la vertiente bluesy del sello Motown: Luther Allison. Una voz prodigiosa que aunó lo mejor de ambos géneros. Su debut es brutal.
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
K bueno es ese disco, la virgen
Bueno de cojones.
El Pappo toca de puta madre, pero el blues en castellano me parece un sinsentido.
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
como el rock?Murdock escribió:elbrujo69 escribió:Murdock escribió:Añado la vertiente bluesy del sello Motown: Luther Allison. Una voz prodigiosa que aunó lo mejor de ambos géneros. Su debut es brutal.
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
K bueno es ese disco, la virgen
Bueno de cojones.
El Pappo toca de puta madre, pero el blues en castellano me parece un sinsentido.
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
- Spoiler:
- http://rapidshare.com/files/242449590/JoMayallPlaJMay.rar
primer disco de este barbaro, k junto a Alexis Korner, dieron un empujon gordo al blues y a los bluesmen negros de USA
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:como el rock?Murdock escribió:elbrujo69 escribió:Murdock escribió:Añado la vertiente bluesy del sello Motown: Luther Allison. Una voz prodigiosa que aunó lo mejor de ambos géneros. Su debut es brutal.
Atención a ésta versión de Howlin' Wolf:
K bueno es ese disco, la virgen
Bueno de cojones.
El Pappo toca de puta madre, pero el blues en castellano me parece un sinsentido.
Como el flamenco en inglés
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Tampoco se ha hablado de este grande redescubierto a finales de los 60 (como Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros) por la chavalada blanca inglesa que reivindicaron de nuevo el blues.
Este disco me la pone de cemento armado.
Este vídeo es acojonante:
Este disco me la pone de cemento armado.
Este vídeo es acojonante:
Murdock- Mensajes : 15437
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
nos ha jodioMurdock escribió:Tampoco se ha hablado de este grande redescubierto a finales de los 60 (como Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros) por la chavalada blanca inglesa que reivindicaron de nuevo el blues.
Este disco me la pone de cemento armado.
pon el enlace! Bueno, ya lo pongo yo
- Spoiler:
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Grandisimo armonicista, un crack.
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Murdock escribió:Tampoco se ha hablado de este grande redescubierto a finales de los 60 (como Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros) por la chavalada blanca inglesa que reivindicaron de nuevo el blues.
Este disco me la pone de cemento armado.
Este vídeo es acojonante:
Seguramente entre mis 3 discos favoritos de blues!!!!!!!!!
Gregorio- Mensajes : 9896
Fecha de inscripción : 02/04/2009
coolfurillo- Mensajes : 39203
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
John Mayaal and the Bluesbreakers Feat. Eric Clapton.
si con ese disco no se desarrolla gusto por el blues, no se desarrollará nunca.
si con ese disco no se desarrolla gusto por el blues, no se desarrollará nunca.
bluebeetle- Mensajes : 710
Fecha de inscripción : 07/06/2009
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
este disco es una jodida obra maestra. No tenerlo, si te gusta el blues, es pecado mortal
Perimaggot- Mensajes : 35025
Fecha de inscripción : 20/05/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
A ver si me ayudais soy un poco novato en esto del blues, lo poco que suelo oir con cierta asiduidad es johhny winter, john mayall y en otros extremos eric sardinas. A ver que mas me recomendais partiendo de esos dos grupos que me gustan.
Lastfm me da demasiadas opciones y no se por donde tirar. De lo que he oido a primera escucha me ha llamado la atencion walter trout o coco montoya (recomendaciones de eric sardinas).
Lastfm me da demasiadas opciones y no se por donde tirar. De lo que he oido a primera escucha me ha llamado la atencion walter trout o coco montoya (recomendaciones de eric sardinas).
walkforwalk- Mensajes : 1115
Fecha de inscripción : 24/06/2010
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Henry Sloan (enero de 1870 - ?) fue un músico afroamericano, una de las primeras figuras en la historia de Delta Blues. Se conoce muy poco con seguridad sobre su vida, entre aquellos a los que ha tutelado en blues está Charlie Patton. Se mudó a Chicago, poco después de la Primera Guerra Mundial, no hay grabaciones suyas.
Según el investigador David Evans,1 Sloan nació en Mississippi en 1870, y en 1900 estaba viviendo en la misma comunidad de las familias de Patton y Chatmon cerca de Bolton, Mississippi. Se trasladó a la plantación de Indianola Dockery aproximadamente al mismo tiempo que los Pattons, entre 1901 y 1904. Patton recibió clases de Sloan, y tocó con él durante varios años. Dos de los acompañantes posteriores de Patton, Tommy Johnson y Son House, afirmaban que Patton era tenaz en cada paso como lo fue Sloan.2
Una posibilidad indemostrable es que Sloan era el misterioso vagabundo observado por el músico W.C. Handy tocando guitarra en la estación de tren Tutwiler en 1903. Handy escribió en su autobiografía ser despertado por "... un negro flaco, flojo. Había empezado a tocar la guitarra a mi lado mientras estaba dormido. Sus ropas eran harapos, los dedos de sus pies se asomaban entre los agujeros de sus zapatos. Su rostro llevaba la tristeza de los años. ¡Como tocaba!, él presionaba un cuchillo sobre las cuerdas de la guitarra. ... El efecto fue inolvidable ... el cantante repetía la línea "Goin' where the Southern cross the Dog" tres veces, acompañándose asi mismo con una guitarra con la música más extraña que había escuchado."
Texto extraido de la wikipedia
Según el investigador David Evans,1 Sloan nació en Mississippi en 1870, y en 1900 estaba viviendo en la misma comunidad de las familias de Patton y Chatmon cerca de Bolton, Mississippi. Se trasladó a la plantación de Indianola Dockery aproximadamente al mismo tiempo que los Pattons, entre 1901 y 1904. Patton recibió clases de Sloan, y tocó con él durante varios años. Dos de los acompañantes posteriores de Patton, Tommy Johnson y Son House, afirmaban que Patton era tenaz en cada paso como lo fue Sloan.2
Una posibilidad indemostrable es que Sloan era el misterioso vagabundo observado por el músico W.C. Handy tocando guitarra en la estación de tren Tutwiler en 1903. Handy escribió en su autobiografía ser despertado por "... un negro flaco, flojo. Había empezado a tocar la guitarra a mi lado mientras estaba dormido. Sus ropas eran harapos, los dedos de sus pies se asomaban entre los agujeros de sus zapatos. Su rostro llevaba la tristeza de los años. ¡Como tocaba!, él presionaba un cuchillo sobre las cuerdas de la guitarra. ... El efecto fue inolvidable ... el cantante repetía la línea "Goin' where the Southern cross the Dog" tres veces, acompañándose asi mismo con una guitarra con la música más extraña que había escuchado."
Texto extraido de la wikipedia
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Charlie Patton, más conocido como Charley Patton (1 de mayo de 1891 - 28 de abril de 1934) fue un músico estadounidense de delta blues. Es considerado como "El padre del delta blues" y uno de los artistas más antiguos de la música popular estadounidense. En algunas fuentes, incluyendo varios de sus discos y su propia tumba, aparece incorrectamente nombrado con el nombre de Charley, a pesar de que el músico utilizó siempre el nombre de Charlie.
Charlie Patton fue uno de los primeros artistas conocidos del género musical delta blues; nació en Hinds County, Misisipi, pasando la mayor parte de su vida en Sunflower County, localidad situada en el Delta del Misisipi. Nació en 1891, aunque hay dudas acerca de este dato. En 1900, su familia se trasladó al norte de la legendaria plantación de algodón de Dockery Plantation, lugar en el que también habitaron músicos como John Lee Hooker, Howlin' Wolf y Robert Johnson.
En Dockery, Charlie conoció a Henry Sloan, el cual interpretaba música con un estilo diferente al habitual en aquel periodo, estilo que podría reconocerse hoy en día como blues temprano. Charlie pasó un tiempo con Henry Sloan hasta convertirse en compositor e intérprete de blues, a los 19 años, con su primera composición "Pony Blues".
Fue muy popular a lo largo de todo el territorio de Estados Unidos recibiendo invitaciones para interpretar música en plantaciones y tabernas; en dichas interpretaciones, solía mezclar elementos de espectáculo, tocando con la guitarra en sus rodillas y detrás del cuello, al igual que harían, años más tarde, artistas como Jimi Hendrix. A pesar de la baja estatura de Patton, se rumoreaba que el sonido de su voz (dañada por el whisky y el tabaco) podía escucharse a cientos de metros de distancia sin ningún tipo de amplificación; precisamente, su voz profunda y grave influenció la forma de cantar de uno de sus alumnos, Howlin' Wolf. Otro protegido suyo, también muy influenciado por su estilo, fue un joven Big Joe Williams, al que apodó Poor Joe.
En 1933, Patton se trasladó con su espósa y su socio musical Bertha Lee a Holly Ridge, Misisipi. Falleció el 28 de abril de 1934, debido a una cardiopatía, en la plantación Heathman-Dedham, cercana a Indianola, Misisipi, siendo enterrado en Holly Ridge.
Aparentemente, sólo existe una fotografía de Charlie Patton, aunque se discute su autenticidad; dicha fotografía pertenece al coleccionista John Tefteller.
Existe, así mismo, un debate acerca de cual era la raza de Charlie Patton: a pesar de que era afroamericano, como todos los artistas de blues de aquel periodo, debido a su complexión delgada se ha rumoreado que podría haber sido, entre otras teorías, mexicano o cheroqui.
1 Pony Blues Patton, Traditional 3:02
2 A Spoonful Blues Patton 3:12
3 Down the Dirt Road Blues Patton 3:00
4 Prayer of Death, Pt. 1 3:07
5 Prayer of Death, Pt. 2 2:53
6 Screamin' and Hollerin' the Blues 3:10
7 Banty Rooster Blues Patton 3:05
8 Tom Rushen Blues Patton 3:08
9 It Won't Be Long Patton 3:29
10 Shake It and Break It (But Don't Let It Fall, Mama) 3:09
11 Pea Vine Blues Patton 3:06
12 Mississippi Boll Weevil Blues 3:11
13 Lord, I'm Discouraged Patton 3:10
14 I'm Goin' Home Patton 3:08
15 Snatch It and Grab It 3:08
16 A Rag Blues 3:02 performed by: Walter Hawkins
17 How Come Mama Blues 3:09 Performed by: Walter Hawkins
18 Voice Throwin' Blues 3:02 Performed by: Walter Hawkins
19 Hammer Blues: Take 1 3:20
20 I Shall Not Be Moved Parth 2:44
21 High Water Everywhere, Pt. 1 3:01
22 High Water Everywhere, Pt. 2 3:01
23 I Shall Not Be Moved Parth 3:06
24 Rattlesnake Blues Patton 2:48
25 Going to Move to Alabama Patton 3:02
26 Hammer Blues: Take 2 3:17
27 Joe Kirby Patton 3:10
28 Frankie and Albert Traditional 3:12
29 Magnolia Blues Patton 2:58
30 Devil Sent the Rain Blues Patton 3:05
31 Runnin' Wild Blues Patton 2:58
32 Some Happy Day Patton 3:11
33 Mean Black Moan Patton 3:19
34 Green River Blues Patton 3:09
35 That's My Man 3:41 Performed by: Johnson, Edith North
36 Honey Dripper Blues: No.2 3:12 performed by: Johnson, Edith North
37 Eight Hour Woman 2:49 Performed by: Johnson, Edith North
38 Nickel's Worth of Liver Blues: No. 2 2:39 Performed by: Johnson, Edith North
39 Some of These Days I'll Be Gone 2:52
40 Elder Green Blues: Take 2 3:02
41 Jim Lee: Pt. 1 3:06
42 Jim Lee: Pt. 2 3:03
43 Mean Black Cat Blues Patton 2:55
44 Jesus Is A-Dying (Bed Maker) 2:54
45 Elder Green Blues: Take 2 3:04
46 When Your Way Gets Dark Patton 3:09
47 Some of These Days I'll Be Gone: Take 2 3:10
48 Heart Like Railroad Steel 2:51
49 Circle Round the Moon Patton 2:34
50 You're Gonna Need Somebody When You Die Patton 2:52
51 Be True, Be True Blues 3:03 Performed by: Henry Sims
52 Farrell Blues Sims 3:08 Performed by: Henry Sims
53 Tell Me Man Blues 3:15 Performed by: Henry Sims
54 Come Back Corrina 3:09 Performed by: Henry Sims
55 Some Summer Day Patton 3:05
56 Bird Nest Bound Patton 3:13
57 Future Blues Brown 3:02 performed by: Willie Brown
58 M and O Blues Brown 3:11 performed by: Willie Brown
59 Walkin' Blues House, Johnson 2:58 Composed by: House, Johnson
Performed by: Son House
60 My Black Mama, Pt. 1 House 3:09 performed by: Son House
61 My Black Mama: Pt. 2 3:16 performed by: Son House
62 Preachin' the Blues: Pt. 1 3:06 Performed by: Son House
63 Preachin' the Blues: Pt. 2 2:55 Performed by: Son House
64 Dry Spell Blues, Pt. 1 3:13 Performed by: Son House
65 Dry Spell Blues, Pt. 2 3:18 Performed by: Son House
66 All Night Long Blues [Take 1] Johnson 3:13 Performed by: Louise Johnson
67 On the Wall Johnson 3:06 Performed by: Louise Johnson
68 All Night Long Blues [Take 2] Johnson 3:04 Performed by: Louise Johnson
69 By the Moon and Stars 2:54 Performed by: Louise Johnson
70 Long Ways from Home Johnson 3:28 Performed by: Louise Johnson
71 Dry Well Blues Patton 3:23
72 Moon Going Down Patton 3:18
73 We All Gonna Face the Rising Sun 3:41 Performed by: Delta Big Four
74 Moaner Let's Go Down in the Valley 3:02 Performed by: Delta Big Four
75 Jesus Got His Arms Around Me 3:11 Performed by: Delta Big Four
76 God Won't Forsake His Own 3:24 Performed by: Delta Big Four
77 I'll Be Here 3:11 Performed by: Delta Big Four
78 Where Was Eve Sleeping? 3:18 Performed by: Delta Big Four
79 I Know My Time Ain't Long 3:15 Performed by: Delta Big Four
80 Watch and Pray 3:04 Performed by: Delta Big Four
81 High Sheriff Blues Patton, White 3:14
82 Stone Pony Blues Patton 2:56
83 Jersey Bull Blues Patton 3:12
84 Hang It on the Wall Patton 2:47
85 34 Blues Patton 2:59
86 Love My Stuff Patton 2:59
87 Poor Me Patton 3:01
88 Revenue Man Blues Patton 2:46
89 Troubled 'Bout My Mother 2:58 Performed by: Patton, Bertha Lee
90 Oh Death Patton 2:54 Performed by: Patton, Bertha Lee
91 Yellow Bee 2:56 Performed by: Bertha Lee
92 Mind Reader Blues Lee, Patton 2:55 Performed by: Bertha Lee
Charlie Patton fue uno de los primeros artistas conocidos del género musical delta blues; nació en Hinds County, Misisipi, pasando la mayor parte de su vida en Sunflower County, localidad situada en el Delta del Misisipi. Nació en 1891, aunque hay dudas acerca de este dato. En 1900, su familia se trasladó al norte de la legendaria plantación de algodón de Dockery Plantation, lugar en el que también habitaron músicos como John Lee Hooker, Howlin' Wolf y Robert Johnson.
En Dockery, Charlie conoció a Henry Sloan, el cual interpretaba música con un estilo diferente al habitual en aquel periodo, estilo que podría reconocerse hoy en día como blues temprano. Charlie pasó un tiempo con Henry Sloan hasta convertirse en compositor e intérprete de blues, a los 19 años, con su primera composición "Pony Blues".
Fue muy popular a lo largo de todo el territorio de Estados Unidos recibiendo invitaciones para interpretar música en plantaciones y tabernas; en dichas interpretaciones, solía mezclar elementos de espectáculo, tocando con la guitarra en sus rodillas y detrás del cuello, al igual que harían, años más tarde, artistas como Jimi Hendrix. A pesar de la baja estatura de Patton, se rumoreaba que el sonido de su voz (dañada por el whisky y el tabaco) podía escucharse a cientos de metros de distancia sin ningún tipo de amplificación; precisamente, su voz profunda y grave influenció la forma de cantar de uno de sus alumnos, Howlin' Wolf. Otro protegido suyo, también muy influenciado por su estilo, fue un joven Big Joe Williams, al que apodó Poor Joe.
En 1933, Patton se trasladó con su espósa y su socio musical Bertha Lee a Holly Ridge, Misisipi. Falleció el 28 de abril de 1934, debido a una cardiopatía, en la plantación Heathman-Dedham, cercana a Indianola, Misisipi, siendo enterrado en Holly Ridge.
Aparentemente, sólo existe una fotografía de Charlie Patton, aunque se discute su autenticidad; dicha fotografía pertenece al coleccionista John Tefteller.
Existe, así mismo, un debate acerca de cual era la raza de Charlie Patton: a pesar de que era afroamericano, como todos los artistas de blues de aquel periodo, debido a su complexión delgada se ha rumoreado que podría haber sido, entre otras teorías, mexicano o cheroqui.
1 Pony Blues Patton, Traditional 3:02
2 A Spoonful Blues Patton 3:12
3 Down the Dirt Road Blues Patton 3:00
4 Prayer of Death, Pt. 1 3:07
5 Prayer of Death, Pt. 2 2:53
6 Screamin' and Hollerin' the Blues 3:10
7 Banty Rooster Blues Patton 3:05
8 Tom Rushen Blues Patton 3:08
9 It Won't Be Long Patton 3:29
10 Shake It and Break It (But Don't Let It Fall, Mama) 3:09
11 Pea Vine Blues Patton 3:06
12 Mississippi Boll Weevil Blues 3:11
13 Lord, I'm Discouraged Patton 3:10
14 I'm Goin' Home Patton 3:08
15 Snatch It and Grab It 3:08
16 A Rag Blues 3:02 performed by: Walter Hawkins
17 How Come Mama Blues 3:09 Performed by: Walter Hawkins
18 Voice Throwin' Blues 3:02 Performed by: Walter Hawkins
19 Hammer Blues: Take 1 3:20
20 I Shall Not Be Moved Parth 2:44
21 High Water Everywhere, Pt. 1 3:01
22 High Water Everywhere, Pt. 2 3:01
23 I Shall Not Be Moved Parth 3:06
24 Rattlesnake Blues Patton 2:48
25 Going to Move to Alabama Patton 3:02
26 Hammer Blues: Take 2 3:17
27 Joe Kirby Patton 3:10
28 Frankie and Albert Traditional 3:12
29 Magnolia Blues Patton 2:58
30 Devil Sent the Rain Blues Patton 3:05
31 Runnin' Wild Blues Patton 2:58
32 Some Happy Day Patton 3:11
33 Mean Black Moan Patton 3:19
34 Green River Blues Patton 3:09
35 That's My Man 3:41 Performed by: Johnson, Edith North
36 Honey Dripper Blues: No.2 3:12 performed by: Johnson, Edith North
37 Eight Hour Woman 2:49 Performed by: Johnson, Edith North
38 Nickel's Worth of Liver Blues: No. 2 2:39 Performed by: Johnson, Edith North
39 Some of These Days I'll Be Gone 2:52
40 Elder Green Blues: Take 2 3:02
41 Jim Lee: Pt. 1 3:06
42 Jim Lee: Pt. 2 3:03
43 Mean Black Cat Blues Patton 2:55
44 Jesus Is A-Dying (Bed Maker) 2:54
45 Elder Green Blues: Take 2 3:04
46 When Your Way Gets Dark Patton 3:09
47 Some of These Days I'll Be Gone: Take 2 3:10
48 Heart Like Railroad Steel 2:51
49 Circle Round the Moon Patton 2:34
50 You're Gonna Need Somebody When You Die Patton 2:52
51 Be True, Be True Blues 3:03 Performed by: Henry Sims
52 Farrell Blues Sims 3:08 Performed by: Henry Sims
53 Tell Me Man Blues 3:15 Performed by: Henry Sims
54 Come Back Corrina 3:09 Performed by: Henry Sims
55 Some Summer Day Patton 3:05
56 Bird Nest Bound Patton 3:13
57 Future Blues Brown 3:02 performed by: Willie Brown
58 M and O Blues Brown 3:11 performed by: Willie Brown
59 Walkin' Blues House, Johnson 2:58 Composed by: House, Johnson
Performed by: Son House
60 My Black Mama, Pt. 1 House 3:09 performed by: Son House
61 My Black Mama: Pt. 2 3:16 performed by: Son House
62 Preachin' the Blues: Pt. 1 3:06 Performed by: Son House
63 Preachin' the Blues: Pt. 2 2:55 Performed by: Son House
64 Dry Spell Blues, Pt. 1 3:13 Performed by: Son House
65 Dry Spell Blues, Pt. 2 3:18 Performed by: Son House
66 All Night Long Blues [Take 1] Johnson 3:13 Performed by: Louise Johnson
67 On the Wall Johnson 3:06 Performed by: Louise Johnson
68 All Night Long Blues [Take 2] Johnson 3:04 Performed by: Louise Johnson
69 By the Moon and Stars 2:54 Performed by: Louise Johnson
70 Long Ways from Home Johnson 3:28 Performed by: Louise Johnson
71 Dry Well Blues Patton 3:23
72 Moon Going Down Patton 3:18
73 We All Gonna Face the Rising Sun 3:41 Performed by: Delta Big Four
74 Moaner Let's Go Down in the Valley 3:02 Performed by: Delta Big Four
75 Jesus Got His Arms Around Me 3:11 Performed by: Delta Big Four
76 God Won't Forsake His Own 3:24 Performed by: Delta Big Four
77 I'll Be Here 3:11 Performed by: Delta Big Four
78 Where Was Eve Sleeping? 3:18 Performed by: Delta Big Four
79 I Know My Time Ain't Long 3:15 Performed by: Delta Big Four
80 Watch and Pray 3:04 Performed by: Delta Big Four
81 High Sheriff Blues Patton, White 3:14
82 Stone Pony Blues Patton 2:56
83 Jersey Bull Blues Patton 3:12
84 Hang It on the Wall Patton 2:47
85 34 Blues Patton 2:59
86 Love My Stuff Patton 2:59
87 Poor Me Patton 3:01
88 Revenue Man Blues Patton 2:46
89 Troubled 'Bout My Mother 2:58 Performed by: Patton, Bertha Lee
90 Oh Death Patton 2:54 Performed by: Patton, Bertha Lee
91 Yellow Bee 2:56 Performed by: Bertha Lee
92 Mind Reader Blues Lee, Patton 2:55 Performed by: Bertha Lee
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elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Eddie James House, Jr. (21 de marzo de 1902 – 19 de octubre de 1988), más conocido como Son House, fue un guitarrista y cantante estadounidense de blues.
Tras asesinar a un hombre, en supuesta defensa propia, pasó un tiempo en la Prisión del Estado de Misisipi, durante los años 1928 y 1929.
House nació en Riverton, localidad cercana a Clarksdale, Misisipi, siendo el hermano mediano de 17. A los ocho años de edad, y tras la separación de sus padres, se trasladó a Tallulah, Luisiana, junto a su madre. Durante su adolescencia, quiso convertirse en un predicador bautista, iniciándose a los quince años. Inspirado por el trabajo de Willie Wilson, House se vio atraído por el blues, a pesar de la oposición de la Iglesia acerca de este estilo musical por los pecados que lo rodeaban, comenzando a tocar la guitarra a mediados de la década de 1920. Trabajó hasta 1942 en Robinsonville, Misisipi, con músicos como Charley Patton, Willie Brown, Robert Johnson, Fiddlin' Joe Martin y Leroy Williams.
Son House realizó grabaciones en 1930 para la compañía discográfica Paramount Records y para Alan Lomax (perteneciente a la Biblioteca del Congreso) en 1941 y 1942. Posteriormente desapareció de la escena musical hasta la década de 1960 (periodo caracterizado por el resurgir del country blues), cuando, tras una búsqueda iniciada por Nick Perls, Dick Waterman y Phil Spiro en la región del Delta del Misisipi, fue "redescubierto" en 1964 en Rochester, Nueva York, localidad en la que vivía desde 1943; House estaba retirado de la escena musical y trabajaba para la New York Central Railroad, siendo completamente ajeno al entusiamo internacional que reinaba por la reeedición de sus primeras grabaciones. Debido a ello, inició una serie de giras musicales por Estados Unidos y Europa, realizado grabaciones para la compañía CBS. Al igual que Mississippi John Hurt, actuó en el Newport Folk Festival en 1964, en el New York Folk Festival de 1965, en la gira europea del verano de 1970 junto a Skip James y Bukka White y en el Festival de Jazz de Montreux de ese mismo año.
El estilo musical innovador de House se caracteriza por utilizar ritmos fuertes, marcados y repetitivos, junto a una forma de cantar que recuerda los lamentos de las chain gang (grupos de prisioneros). House influenció ampliamente a Muddy Waters y Robert Johnson, siendo este último el que llevaría la música de House a otras audiencias; fue precisamente House quien, en una conversación con admiradores en la década de 1960, expandió la leyenda de que Johnson había vendido su alma al diablo a cambio de poder tocar la guitarra de forma magistral.
Lista de Temas:
01 - Death Letter
02 - Pearline
03 - Louise McGee
04 - John The Revelator
05 - Empire State Express
06 - Preachin' Blues
07 - Grinnin' In Your Face
08 - Sundown
09 - Levee Camp Moan
10 - Pony Blues
11 - Downhearted Blues
Tras asesinar a un hombre, en supuesta defensa propia, pasó un tiempo en la Prisión del Estado de Misisipi, durante los años 1928 y 1929.
House nació en Riverton, localidad cercana a Clarksdale, Misisipi, siendo el hermano mediano de 17. A los ocho años de edad, y tras la separación de sus padres, se trasladó a Tallulah, Luisiana, junto a su madre. Durante su adolescencia, quiso convertirse en un predicador bautista, iniciándose a los quince años. Inspirado por el trabajo de Willie Wilson, House se vio atraído por el blues, a pesar de la oposición de la Iglesia acerca de este estilo musical por los pecados que lo rodeaban, comenzando a tocar la guitarra a mediados de la década de 1920. Trabajó hasta 1942 en Robinsonville, Misisipi, con músicos como Charley Patton, Willie Brown, Robert Johnson, Fiddlin' Joe Martin y Leroy Williams.
Son House realizó grabaciones en 1930 para la compañía discográfica Paramount Records y para Alan Lomax (perteneciente a la Biblioteca del Congreso) en 1941 y 1942. Posteriormente desapareció de la escena musical hasta la década de 1960 (periodo caracterizado por el resurgir del country blues), cuando, tras una búsqueda iniciada por Nick Perls, Dick Waterman y Phil Spiro en la región del Delta del Misisipi, fue "redescubierto" en 1964 en Rochester, Nueva York, localidad en la que vivía desde 1943; House estaba retirado de la escena musical y trabajaba para la New York Central Railroad, siendo completamente ajeno al entusiamo internacional que reinaba por la reeedición de sus primeras grabaciones. Debido a ello, inició una serie de giras musicales por Estados Unidos y Europa, realizado grabaciones para la compañía CBS. Al igual que Mississippi John Hurt, actuó en el Newport Folk Festival en 1964, en el New York Folk Festival de 1965, en la gira europea del verano de 1970 junto a Skip James y Bukka White y en el Festival de Jazz de Montreux de ese mismo año.
El estilo musical innovador de House se caracteriza por utilizar ritmos fuertes, marcados y repetitivos, junto a una forma de cantar que recuerda los lamentos de las chain gang (grupos de prisioneros). House influenció ampliamente a Muddy Waters y Robert Johnson, siendo este último el que llevaría la música de House a otras audiencias; fue precisamente House quien, en una conversación con admiradores en la década de 1960, expandió la leyenda de que Johnson había vendido su alma al diablo a cambio de poder tocar la guitarra de forma magistral.
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Lista de Temas:
01 - Death Letter
02 - Pearline
03 - Louise McGee
04 - John The Revelator
05 - Empire State Express
06 - Preachin' Blues
07 - Grinnin' In Your Face
08 - Sundown
09 - Levee Camp Moan
10 - Pony Blues
11 - Downhearted Blues
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Nació en la población de Hazlehurst, estado de Misisipi, Estados Unidos el 8 de mayo de 1911 (aunque probablemente este año sea erróneo), su madre era Julie Ann Majors (Julie Dodds), hija de esclavos que tuvo a su hijo con un jornalero que pasó en esa ocasión por el poblado llamado Noah Jonhson tras separarse momentáneamente de su esposo Charles Dodds Jr., un carpintero que gozaba de prosperidad, tiempo después ella regresó con Charles (ahora apellidado Spencer) pero su relación no duró mucho. Johnson creció con el apellido Spencer, sin saber que Charles no era su padre biológico, y la familia se estableció para 1918 en Robinsonville, años más tarde su madre le confiesa a Robert que es hijo de Noah Johnson, por lo que pasa a adoptar el apellido de su verdadero padre.5 Desde pequeño Johnson mostró interés por la música, primero por el arpa y luego por la armónica. Fue enviado al colegio pero no demostró demasiado interés por el estudio, abandonándolo bajo la excusa de un problema en la vista en 1927.
En febrero de 1929 contrajo matrimonio con Virginia Travis, de 16 años. Poco después ella quedó embarazada y finalmente murió en el parto junto con su criatura en abril de 1930. Johnson se casó por segunda vez con Esther Lockwood, madre de Robert Lockwood Jr., que más tarde se convertiría también en intérprete de blues, siguiendo las huellas de su padrastro.
Después de varios años actuando por todo el sur de EE. UU., tuvo la oportunidad de dejar registradas sus 29 legendarias canciones. Son 42 grabaciones (13 de los temas fueron grabados 2 veces), registrados en dos sesiones de grabación: la primera en San Antonio (Texas), los días 23, 26 y 27 de noviembre de 1936; la segunda en Dallas (Texas), el 19 y el 20 de junio de 1937.
Su muerte ocurrió en circunstancias extrañas. Se cuenta que fue envenenado con whisky por un marido celoso, dueño de un bar en el que Johnson actuaba. Algunos dicen que murió de neumonía, otros que de sífilis. Su certificado de defunción apunta que falleció el 16 de agosto de 1938, en Greenwood, estado de Misisipi y que no hubo autopsia.
Sólo dos fotos se conservan de Robert Johnson. En una aparece sentado. Camisa blanca, tirantes. Largos dedos negros dibujan un acorde en la guitarra. Mira fijo a la cámara. En sus labios un cigarro. En la otra posa también con su guitarra, vestido de traje, con sombrero. Relajado, sonriente. Alguna vez se afirmó que aparecía en tres segundos de algún antiguo filme. Luego descubrieron que no era él. En la misma cinta se puede ver el cartel de una película rodada dos años después de su muerte.
Cuenta una conocida leyenda que Robert Johnson vendió su alma al diablo en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale (Misisipi), a cambio de interpretar el blues mejor que nadie.
Bien fuera un pacto o las numerosas horas de estudio, la técnica depurada de Robert Johnson, unida a su voz un tanto fantasmal, se muestran magníficos en un buen número de temas continuamente revisados en el mundo del blues. Muchos de los que conocieron a Robert Johnson personalmente no dejaban de sorprenderse del talento de este joven músico. Los que viajaron y tocaron con él cuentan que podía mantener una conversación en una reunión llena de gente con la radio sonando de fondo sin prestarle aparentemente demasiada atención y al día siguiente tocar nota por nota cada una de las canciones que se habían emitido.
Hay tres constantes en las letras de Johnson: lo efímero de las relaciones humanas, el vagabundeo incesante y los terrores irracionales.
Yendo un paso más allá de la simple evolución folklórica, las letras de sus canciones conforman un imaginería personal en que se mezclan motivos religiosos, sexuales y festivos que impactan al oyente gracias a una singular precisión poética. En sus canciones emerge un universo personal de expresión y creatividad, no la mera reiteración de clichés tradicionales. Su inimitable estilo vocal, salpicado de escalofriantes falsetes, su generoso sentido de la libertad interpretativa (se han conservado algunas tomas alternativas de sus canciones, que muestran versiones radicalmente distintas de una misma canción en cuestión de minutos, como en el caso de Come on in my kitchen) han hecho de él una isla aparte en la historia del blues.
La técnica guitarrística de Robert Johnson se basa en una evolución del estilo sincopado de Son House.
Puede considerarse a Robert Johnson, junto a Blind Willie Johnson, como el gran maestro de la guitarra slide (o bottleneck, técnica consistente en pisar las cuerdas sobre el mástil no con los dedos de la mano izquierda, sino frotándolas con un tubo de metal o cuello de botella —bottleneck—, obteniendo un sonido punzante y sinuoso típico de la música afroamericana primitiva).
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En febrero de 1929 contrajo matrimonio con Virginia Travis, de 16 años. Poco después ella quedó embarazada y finalmente murió en el parto junto con su criatura en abril de 1930. Johnson se casó por segunda vez con Esther Lockwood, madre de Robert Lockwood Jr., que más tarde se convertiría también en intérprete de blues, siguiendo las huellas de su padrastro.
Después de varios años actuando por todo el sur de EE. UU., tuvo la oportunidad de dejar registradas sus 29 legendarias canciones. Son 42 grabaciones (13 de los temas fueron grabados 2 veces), registrados en dos sesiones de grabación: la primera en San Antonio (Texas), los días 23, 26 y 27 de noviembre de 1936; la segunda en Dallas (Texas), el 19 y el 20 de junio de 1937.
Su muerte ocurrió en circunstancias extrañas. Se cuenta que fue envenenado con whisky por un marido celoso, dueño de un bar en el que Johnson actuaba. Algunos dicen que murió de neumonía, otros que de sífilis. Su certificado de defunción apunta que falleció el 16 de agosto de 1938, en Greenwood, estado de Misisipi y que no hubo autopsia.
Sólo dos fotos se conservan de Robert Johnson. En una aparece sentado. Camisa blanca, tirantes. Largos dedos negros dibujan un acorde en la guitarra. Mira fijo a la cámara. En sus labios un cigarro. En la otra posa también con su guitarra, vestido de traje, con sombrero. Relajado, sonriente. Alguna vez se afirmó que aparecía en tres segundos de algún antiguo filme. Luego descubrieron que no era él. En la misma cinta se puede ver el cartel de una película rodada dos años después de su muerte.
Cuenta una conocida leyenda que Robert Johnson vendió su alma al diablo en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale (Misisipi), a cambio de interpretar el blues mejor que nadie.
Bien fuera un pacto o las numerosas horas de estudio, la técnica depurada de Robert Johnson, unida a su voz un tanto fantasmal, se muestran magníficos en un buen número de temas continuamente revisados en el mundo del blues. Muchos de los que conocieron a Robert Johnson personalmente no dejaban de sorprenderse del talento de este joven músico. Los que viajaron y tocaron con él cuentan que podía mantener una conversación en una reunión llena de gente con la radio sonando de fondo sin prestarle aparentemente demasiada atención y al día siguiente tocar nota por nota cada una de las canciones que se habían emitido.
Hay tres constantes en las letras de Johnson: lo efímero de las relaciones humanas, el vagabundeo incesante y los terrores irracionales.
Yendo un paso más allá de la simple evolución folklórica, las letras de sus canciones conforman un imaginería personal en que se mezclan motivos religiosos, sexuales y festivos que impactan al oyente gracias a una singular precisión poética. En sus canciones emerge un universo personal de expresión y creatividad, no la mera reiteración de clichés tradicionales. Su inimitable estilo vocal, salpicado de escalofriantes falsetes, su generoso sentido de la libertad interpretativa (se han conservado algunas tomas alternativas de sus canciones, que muestran versiones radicalmente distintas de una misma canción en cuestión de minutos, como en el caso de Come on in my kitchen) han hecho de él una isla aparte en la historia del blues.
La técnica guitarrística de Robert Johnson se basa en una evolución del estilo sincopado de Son House.
Puede considerarse a Robert Johnson, junto a Blind Willie Johnson, como el gran maestro de la guitarra slide (o bottleneck, técnica consistente en pisar las cuerdas sobre el mástil no con los dedos de la mano izquierda, sino frotándolas con un tubo de metal o cuello de botella —bottleneck—, obteniendo un sonido punzante y sinuoso típico de la música afroamericana primitiva).
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elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Murdock escribió:Tampoco se ha hablado de este grande redescubierto a finales de los 60 (como Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros) por la chavalada blanca inglesa que reivindicaron de nuevo el blues.
imprescindible
polaris- Mensajes : 16837
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
ya se ha hablado por aqui de este figura?
polaris- Mensajes : 16837
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:
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primer disco de este barbaro, k junto a Alexis Korner, dieron un empujon gordo al blues y a los bluesmen negros de USA
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Rasputin- Mensajes : 18135
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Rasputin escribió:elbrujo69 escribió:
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Dumbie- Mensajes : 36296
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
DUMBHEAD escribió:Rasputin escribió:elbrujo69 escribió:
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Gracias
Rasputin- Mensajes : 18135
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:nos ha jodioMurdock escribió:Tampoco se ha hablado de este grande redescubierto a finales de los 60 (como Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros) por la chavalada blanca inglesa que reivindicaron de nuevo el blues.
Este disco me la pone de cemento armado.
pon el enlace! Bueno, ya lo pongo yo
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Grandisimo armonicista, un crack.
Pass? please, que grande el Help me que hizo Van morrison de este hombre.
jotaerrebilbao- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 18/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Jodido el tema. Eso es como decir que quieres un disco de Rock. Te entra desde Miguel Rios hasta...
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
pantxo- Mensajes : 50140
Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
DUMBHEAD escribió:Rasputin escribió:elbrujo69 escribió:
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joputa
elbrujo69- Mensajes : 35545
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
pantxo escribió:Jodido el tema. Eso es como decir que quieres un disco de Rock. Te entra desde Miguel Rios hasta...
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
ya te vale colega, hasta Bob Marley va a ser blues ahora.
Nashville- Mensajes : 19749
Fecha de inscripción : 18/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Nashville escribió:pantxo escribió:Jodido el tema. Eso es como decir que quieres un disco de Rock. Te entra desde Miguel Rios hasta...
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
ya te vale colega, hasta Bob Marley va a ser blues ahora.
Con un purista hemos topado pues...
pantxo- Mensajes : 50140
Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
pantxo escribió:Nashville escribió:pantxo escribió:Jodido el tema. Eso es como decir que quieres un disco de Rock. Te entra desde Miguel Rios hasta...
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
ya te vale colega, hasta Bob Marley va a ser blues ahora.
Con un purista hemos topado pues...
No hombre, soy de todo menos un purista, de hecho no trago a los puristas del circuito bluesero de Sevilla, que los hay y muchos y muy pedantes.
Me explico, el blues es un estilo musical con unas características muy marcadas (compases, escalas, entonaciones, etc). Dentro del mismo estilo hay muchas vertientes dependiendo del lugar donde surja o se practique (el blues del delta, Chicago, Texas...) a partir de ahí hay artistas que incorporan elementos blues en su música.
Yo a Clapton no lo consideraría nunca un artista blues, sino un artista muy influenciado por ese estilo y que lo practica a veces, pero diferencia mucho los discos donde lo hace. Que haya luego otros artistas que canten algun que otro blues no los convierte en representantes del estilo y desde luego Miguel Ríos
En cambio el rock, engloba tal cantidad de música que no puede decirse que tenga reglas específicas como si tienen el Blues, el Reggae o nuestro Flamenco.
Nashville- Mensajes : 19749
Fecha de inscripción : 18/06/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
elbrujo69 escribió:DUMBHEAD escribió:Rasputin escribió:elbrujo69 escribió:
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primer disco de este barbaro, k junto a Alexis Korner, dieron un empujon gordo al blues y a los bluesmen negros de USA
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Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Yo no se poner portadas ni nada de eso, soy un torpe, pero, por poner una cosa un poco diferente, a mi me encanta uno de Johnny Copeland que grabó en Costa de Marfil, con la mezcla de sonidos que ello supone. Normalmente no soy muy amigo de estos experimentos, pero en este caso el resultado, para mi gusto, fue excepcional. "Bringin´it all back home" se ti8tula el disco.
adalberto- Mensajes : 462
Fecha de inscripción : 12/01/2009
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Nashville escribió:pantxo escribió:Nashville escribió:pantxo escribió:Jodido el tema. Eso es como decir que quieres un disco de Rock. Te entra desde Miguel Rios hasta...
Este entra facil si se esta iniciando en el tema. Si es mas experta, te han dado ya muchas buenas recomendaciones.
ya te vale colega, hasta Bob Marley va a ser blues ahora.
Con un purista hemos topado pues...
No hombre, soy de todo menos un purista, de hecho no trago a los puristas del circuito bluesero de Sevilla, que los hay y muchos y muy pedantes.
Me explico, el blues es un estilo musical con unas características muy marcadas (compases, escalas, entonaciones, etc). Dentro del mismo estilo hay muchas vertientes dependiendo del lugar donde surja o se practique (el blues del delta, Chicago, Texas...) a partir de ahí hay artistas que incorporan elementos blues en su música.
Yo a Clapton no lo consideraría nunca un artista blues, sino un artista muy influenciado por ese estilo y que lo practica a veces, pero diferencia mucho los discos donde lo hace. Que haya luego otros artistas que canten algun que otro blues no los convierte en representantes del estilo y desde luego Miguel Ríos
En cambio el rock, engloba tal cantidad de música que no puede decirse que tenga reglas específicas como si tienen el Blues, el Reggae o nuestro Flamenco.
Tomo nota barbudo...
No me he sumergido en exceso en este mundo y mis diferenciaciones van desde blues negro hasta blanco. Y por supuesto a manolenta le meto en el segundo saco. Conoces el disco? Supongo que si, que te parece?
pantxo- Mensajes : 50140
Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: mejor disco de blues ¡¡¡¡¡ayuda!!!!!
Uno no muy antiguo, 2006, y a cargo de uno de los grandes.
http://corazonderockroll.blogspot.com/2010/12/guitar-shorty-we-people.html
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manel.- Mensajes : 26730
Fecha de inscripción : 25/03/2008
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