MICRORRELATOS. Ronda 3.29. YOMIS GANADOR

Toro escribió:19.- Glue

Se detuvo el tiempo al inspirar de aquel bote pero todavía soy capaz de contar: "Uno, dos, tres ,..., cien mil". Cuando abro los ojos, estamos en el mismo instante pero sumergidos en agua. Quiero decir que ahora el tiempo sí que avanza pero todo transcurre muuuy deespaaaciooo, eso es. Muuuy deespaaaciooo. Es lo que ocurre cuando te sumerges. Es lo que ocurre cuando inspiras. Las vocales se multiplican, se hacen eternas, y las sonrisas pierden sus límites, se hacen inmensas.

Tocas mis labios mientras me llamas "Chico líquido" pero mi sonrisa se escurre entre tus dedos. Ando sin límites, me río sin límites, y de mi boca salen burbujas que ascienden, muuuy deespaaaciooo, hacia la superficie. Miramos hacia arriba y levantamos nuestras manos blancas, nuestras uñas azules. Vemos como desciende la marea. Vemos caer vocales y lo que antes iba muuuy deespaaaciooo ahora sólo va despacio. Y ni eso...

Kupak escribió:

DON escribió:

Toro escribió:12.- Un latido de luz intermitente en el horizonte

El tiempo se detuvo un fugaz instante, al ver resplandecer en el horizonte las luces estroboscópicas que parpadeaban sobre mi ciudad. El sonido de las bandas sonoras me devolvió a la realidad mientras reprimía las lágrimas. Estuve fuera mucho tiempo, trabajando en las minas del norte, lanzando redes sobre un mar bravo y traicionero. Vi resquebrajarse por dentro a hombres a los que creía mucho más duros que yo. Aunque traté de desterrar mis recuerdos y no mirar atrás nunca gocé de auténtica alegría, sintiendo perpetuamente un vacío a la izquierda en mi pecho. Con el coche parado en la cuneta, miro el horizonte y salvo por el fugaz instante de destello es imposible saber donde terminan las montañas y comienza el cielo. Muchos hombres odian este páramo yermo, a mí me obligaron a largarme, aunque ahora comprendo que mi corazón nunca se llegó a marchar, lejos de esta ciudad.

Relato con personaje errante. Yo diría que está apunto de confesar algo, o bien de su vida o de otros.
Pero el clásico movimiento cinemático en circulo lo encierra dentro de las reflexiones ante el camino solitario.
Y luego ya no hay más palabras ni queda tiempo para más.
El protagonista del relato Nº 1 le diría que la vida continua incluso en esa cuneta.
Gustará. Buen trabajo.

Me encantan tus anotaciones don DON, añade cinética al momento cinemático, bóveda y núcleo sobre cìrculo, dimensión extra.

DON escribió:

Toro escribió:13.- Jesús

Se detuvo el tiempo como ocurría cada vez que estornudaba. Esta vez le había tocado en la cola del supermercado, por lo que las únicas pérdidas que hubo que lamentar fueron unos cuantos mariscos descongelados. Algún listo había aprovechado la ocasión para mangar unas cuantas manzanas, de las cuales él no iba reclamar beneficio alguno porque, si empezaba así, acabaría recibiendo ofertas de bandas de criminales armados y brokers de Wall Street, y no tenía ninguna intención de dar semejante rumbo a su vida.

Era un hombre de principios. Nunca había cedido a la tentación de aspirar pimienta para retrasar una cita. En cambio, no dudaba en taparse la nariz para evitar accidentes de tráfico.

Por desgracia, nadie podía impedir que dos personas estornudaran a la vez en las mismas coordenadas del espacio-tiempo, lo cual le convertiría eventualmente en homicida involuntario por asfixia.

Si dos personas estornudan en el mismo plano espacio temporal rompen el continuo cinemático, esto es sabido por todos.
El relato es divertido, es sencillo, no sermonea; solo quiere pasearnos un rato por la calles suspendidas en el tiempo. Vemos las manzanas y el peinado de los brokers.
Gustará.

Toro escribió:20.- Hice lo que tenía que hacer

Se detuvo el tiempo cuando más prisa tenía. ¿Qué hora podría ser? Atravesé la casa con triste paso, desde la cocina al dormitorio. Abrí el cajón, arrastrándolo con las manos por debajo de la vieja mesa ya que la llave desapareció hace tiempo. Encontré lo que buscaba. Regresé a la cocina y mantuve el objeto unos segundos en la boca. Me subí a la silla y agarré el reloj de pared. Cambié la pila vieja por la pila nueva. La aguja fina se puso de nuevo en movimiento. Valiéndome de la ruleta, ajusté la hora del artefacto a la que marcaba mi móvil. Volví a colocar el reloj aunque me costó un rato hacer coincidir el clavo en el agujero. Llegué tarde al trabajo.

DON escribió:

Toro escribió:19.- Glue

Se detuvo el tiempo al inspirar de aquel bote pero todavía soy capaz de contar: "Uno, dos, tres ,..., cien mil". Cuando abro los ojos, estamos en el mismo instante pero sumergidos en agua. Quiero decir que ahora el tiempo sí que avanza pero todo transcurre muuuy deespaaaciooo, eso es. Muuuy deespaaaciooo. Es lo que ocurre cuando te sumerges. Es lo que ocurre cuando inspiras. Las vocales se multiplican, se hacen eternas, y las sonrisas pierden sus límites, se hacen inmensas.

Tocas mis labios mientras me llamas "Chico líquido" pero mi sonrisa se escurre entre tus dedos. Ando sin límites, me río sin límites, y de mi boca salen burbujas que ascienden, muuuy deespaaaciooo, hacia la superficie. Miramos hacia arriba y levantamos nuestras manos blancas, nuestras uñas azules. Vemos como desciende la marea. Vemos caer vocales y lo que antes iba muuuy deespaaaciooo ahora sólo va despacio. Y ni eso...

"Chico líquido" es título de canción indie, así en una primera impresión.
Pero la historia es muy alocada y sicodélica,
está llena de distorsiones cinemáticas,
una marea lisérgica balancea el relato.
Muy logrado. Gustará porque aquí se flipan mucho.

DON escribió:

Toro escribió:20.- Hice lo que tenía que hacer

Se detuvo el tiempo cuando más prisa tenía. ¿Qué hora podría ser? Atravesé la casa con triste paso, desde la cocina al dormitorio. Abrí el cajón, arrastrándolo con las manos por debajo de la vieja mesa ya que la llave desapareció hace tiempo. Encontré lo que buscaba. Regresé a la cocina y mantuve el objeto unos segundos en la boca. Me subí a la silla y agarré el reloj de pared. Cambié la pila vieja por la pila nueva. La aguja fina se puso de nuevo en movimiento. Valiéndome de la ruleta, ajusté la hora del artefacto a la que marcaba mi móvil. Volví a colocar el reloj aunque me costó un rato hacer coincidir el clavo en el agujero. Llegué tarde al trabajo.

Qué bueno. Me encanta.
El ingenio de un microrrelato se parece escandalosamente a esto.
Está todo en su sitio.
Gustará, es evidente.

salakov escribió:20 relatos está bien, pero esperemos que los tardanos eleven ese número.

Toro escribió:

salakov escribió:20 relatos está bien, pero esperemos que los tardanos eleven ese número.

Quedan unas cuantas horas para que pueda subir el número.
Gusta Subirá.

salakov escribió:

Toro escribió:

salakov escribió:20 relatos está bien, pero esperemos que los tardanos eleven ese número.

Quedan unas cuantas horas para que pueda subir el número.
Gusta Subirá.

Parrillada de humor.

Hank escribió:Dead bull with the life from the low
I'll be massive conquistador
Give me soul and show me the door
Metal heavy, soft at the core
Gimme toro, gimme some more
Gimme toro, gimme some more
Pressurize, neutralize
Deep fried, gimme some more!

Toro escribió:21.- El retrato
El tiempo se detuvo en el momento en que ella salió del cuadro.
Kiyoshi llevaba obsesionado con él desde que lo adquirió en una pequeña tienda de antigüedades en el distrito de Shibuya. El cuadro representaba a una mujer con los brazos extendidos, de la cual, Kiyoshi, se había enamorado al instante, hasta el extremo de enfermar. Según indicaciones del anciano vendedor, para sobreponerse al hechizo del cuadro, debía elegir un nombre de mujer y repetirlo mientras contemplaba el cuadro. Algo que Kiyoshi hizo de forma obsesiva. Eligió “Mitsuki”.
De esta forma, con el tiempo pausado, Mitsuki se acercó a Kiyoshi. Se fundieron en un abrazo mientras Mitsuki le susurró “huye”. Cuando Kiyoshi quiso reaccionar el tiempo reanudó su devenir habitual. Menos para él. Y para Mitsuki. No tardó el anciano vendedor en recoger el cuadro que ahora representaba a una Futa-kuchi-onna devorando con su segunda boca a un joven.

Nomeko7 escribió:Bueno, qué pasa

m señor escribió:Terrible.campaña en casa por el relato de Eloy....(el Sr) y el relato de DON (la sra)
Si alguno logra convencer al otro el ganador sumará 6 puntos...  
me

Toro escribió:

m señor escribió:Terrible.campaña en casa por el relato de Eloy....(el Sr) y el relato de DON (la sra)
Si alguno logra convencer al otro el ganador sumará 6 puntos...  
me

Pues leyendo los shows, diria que la campanada la va a dar trumbo

DON escribió:

Toro escribió:21.- El retrato
El tiempo se detuvo en el momento en que ella salió del cuadro.
Kiyoshi llevaba obsesionado con él desde que lo adquirió en una pequeña tienda de antigüedades en el distrito de Shibuya. El cuadro representaba a una mujer con los brazos extendidos, de la cual, Kiyoshi, se había enamorado al instante, hasta el extremo de enfermar. Según indicaciones del anciano vendedor, para sobreponerse al hechizo del cuadro, debía elegir un nombre de mujer y repetirlo mientras contemplaba el cuadro. Algo que Kiyoshi hizo de forma obsesiva. Eligió “Mitsuki”.
De esta forma, con el tiempo pausado, Mitsuki se acercó a Kiyoshi. Se fundieron en un abrazo mientras Mitsuki le susurró “huye”. Cuando Kiyoshi quiso reaccionar el tiempo reanudó su devenir habitual. Menos para él. Y para Mitsuki. No tardó el anciano vendedor en recoger el cuadro que ahora representaba a una Futa-kuchi-onna devorando con su segunda boca a un joven.

Microrrelato con personaje y cuadro es igual a buen relato.
Así ha sido siempre y así sigue siendo.
La mujer con dos bocas devorando a un joven es terrorífica, tanto es así que se come la historia que la precede.

Gustará.

m señor escribió:Terrible.campaña en casa por el relato de Eloy....(el Sr) y el relato de DON (la sra)
Si alguno logra convencer al otro el ganador sumará 6 puntos...  
me

Kupak escribió:

DON escribió:

Toro escribió:19.- Glue

Se detuvo el tiempo al inspirar de aquel bote pero todavía soy capaz de contar: "Uno, dos, tres ,..., cien mil". Cuando abro los ojos, estamos en el mismo instante pero sumergidos en agua. Quiero decir que ahora el tiempo sí que avanza pero todo transcurre muuuy deespaaaciooo, eso es. Muuuy deespaaaciooo. Es lo que ocurre cuando te sumerges. Es lo que ocurre cuando inspiras. Las vocales se multiplican, se hacen eternas, y las sonrisas pierden sus límites, se hacen inmensas.

Tocas mis labios mientras me llamas "Chico líquido" pero mi sonrisa se escurre entre tus dedos. Ando sin límites, me río sin límites, y de mi boca salen burbujas que ascienden, muuuy deespaaaciooo, hacia la superficie. Miramos hacia arriba y levantamos nuestras manos blancas, nuestras uñas azules. Vemos como desciende la marea. Vemos caer vocales y lo que antes iba muuuy deespaaaciooo ahora sólo va despacio. Y ni eso...

"Chico líquido" es título de canción indie, así en una primera impresión.
Pero la historia es muy alocada y sicodélica,
está llena de distorsiones cinemáticas,
una marea lisérgica balancea el relato.
Muy logrado. Gustará porque aquí se flipan mucho.

Lisérgico, acuático, y respiratorio... relajante, como Le grand bleu.

Toro escribió:14.- Reencuentro

Se detuvo el tiempo, y él, al cruzar el umbral. La habitación se mostraba sin trazas de haber sido siquiera limpiada en todos estos años. Su cabello pareció oscurecerse, su piel estirarse, su espalda tensarse irguiendo su cuerpo con orgullo; sus ojos, legañosos hoy, tornaron limpios para ver una escena mil veces soñada. Soñada en pesadillas saturadas de sudor húmedo y caliente. Tan húmedo y tan caliente como la sangre que manaba del cuerpo de Ava, mi madre por un instante.
Y él, siempre él, me declaró culpable de su muerte: juicio, veredicto y castigo: la muerte.
Tres pares de ojos se buscan en la perenne habitacion, cada uno desde su particular universo, sin encontrar ni un porqué ni solución alguna que los consuele.

Toro escribió:15.- Blue Gardenia

Se detuvo el tiempo para él, sucedía cada vez que la chica se marchaba. Raymond la seguía con la mirada hasta que la melena rosa desaparecía tras una gruesa cortina de lluvia. Era siempre la misma chica, aunque la unidad no recordaba nada porque tras cada servicio se borraba el registro de actividades; ella era tan artificial como las tormentas programadas para descargar por la noche.

Crystal dejaba la gabardina empapada dentro de un armario al llegar al Blue Gardenia, y el resto de cosas, incluida la peluca, las depositaba en un pequeño prisma que desaparecía tras la pared; se introducía luego dentro de una vaina ovalada que se inundaba con fluido blanco y que la encerraba herméticamente. Su visión entorpecía mientras restos de memoria se diluían junto con las impurezas. El recuerdo que más se resistía a desaparecer era el de Raymond, al hacerlo el tiempo se detenía para ella.

Toro escribió:16.- La decisión.
Se detuvo el tiempo por un instante, mi sombra se quedó anclada en un punto fijo en la acera, yo queria ir a por el pan, quería  llegar a por la barra rústica antes de que se acabara a la una del mediodía. Pero no se movia, me senté en el banco frente al parque, miraba al sol que seguía en el mismo sitio y buscaba como siempre mi reflejo, pero no estaba. Mi sombra esperaba desafiante, volví a su lado.
- de acuerdo, soy celiaco, cambiaré alguna cosa...

Toro escribió:


17.- Seguir viendo en 15 segundos.

Se detuvo el tiempo por tercera vez aquella mañana. El teniente Santipetri, encerrado en la cárcel de su cuerpo, mantenía la consciencia. Diríase que su mente vivía en otro plano. Un universo interior muy rico, dijeron siempre sus psicólogos.
Algo extraño pasaba y no sabía qué. El tiempo se paraba y, por lo que sabía, sólo él quedaba consciente.
Se detuvo el tiempo por cuarta vez aquella mañana, El teniente Santipetri, encerrado en la cárcel de su cuerpo…
Se detuvo el tiempo por quinta vez aquella mañana. El teniente Santipetri, encerrado en…
Se detuvo el tiempo y por el rabillo del ojo una sombra. Escurridiza. Un metro treinta aproximadamente. Gianluca Santipetri, el único niño a bordo. Un mestizo de Gallifrey.
- ¡Gianluca! ¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo? ¿Otra vez te has enganchado a la serie esa del Netflix?

Toro escribió:
18.- STOP

Se detuvo el tiempo y por fin pude cumplir todos mis sueños. Atrás quedaron el estrés y la agonía, y también las prisas y el querer hacer mil cosas a la vez. Finalmente, pude cogerte de la mano y pasear por nuestros más anhelados sueños, repletos de algodón de azúcar y noches de desenfreno; pude mirarte a los ojos y sentir que estaba vivo. Nuestros besos dejaron de ser imperceptibles descargas eléctricas para convertirse en hermosos rituales de amor. La música de Willie Nelson sonaba en nuestra habitación mientras recorría tu cuerpo en busca de aquellos recovecos nunca antes explorados, ansiando sensaciones nunca antes experimentadas. No importaba el hecho de que iba a morir en pocas semanas; quería que los últimos días de mi vida fueran tan intensos y reales, que se antojaran como una existencia incuestionablemente completa.

Toro escribió:19.- Glue

Se detuvo el tiempo al inspirar de aquel bote pero todavía soy capaz de contar: "Uno, dos, tres ,..., cien mil". Cuando abro los ojos, estamos en el mismo instante pero sumergidos en agua. Quiero decir que ahora el tiempo sí que avanza pero todo transcurre muuuy deespaaaciooo, eso es. Muuuy deespaaaciooo. Es lo que ocurre cuando te sumerges. Es lo que ocurre cuando inspiras. Las vocales se multiplican, se hacen eternas, y las sonrisas pierden sus límites, se hacen inmensas.

Tocas mis labios mientras me llamas "Chico líquido" pero mi sonrisa se escurre entre tus dedos. Ando sin límites, me río sin límites, y de mi boca salen burbujas que ascienden, muuuy deespaaaciooo, hacia la superficie. Miramos hacia arriba y levantamos nuestras manos blancas, nuestras uñas azules. Vemos como desciende la marea. Vemos caer vocales y lo que antes iba muuuy deespaaaciooo ahora sólo va despacio. Y ni eso...

Toro escribió:20.- Hice lo que tenía que hacer

Se detuvo el tiempo cuando más prisa tenía. ¿Qué hora podría ser? Atravesé la casa con triste paso, desde la cocina al dormitorio. Abrí el cajón, arrastrándolo con las manos por debajo de la vieja mesa ya que la llave desapareció hace tiempo. Encontré lo que buscaba. Regresé a la cocina y mantuve el objeto unos segundos en la boca. Me subí a la silla y agarré el reloj de pared. Cambié la pila vieja por la pila nueva. La aguja fina se puso de nuevo en movimiento. Valiéndome de la ruleta, ajusté la hora del artefacto a la que marcaba mi móvil. Volví a colocar el reloj aunque me costó un rato hacer coincidir el clavo en el agujero. Llegué tarde al trabajo.

Toro escribió:21.- El retrato
El tiempo se detuvo en el momento en que ella salió del cuadro.
Kiyoshi llevaba obsesionado con él desde que lo adquirió en una pequeña tienda de antigüedades en el distrito de Shibuya. El cuadro representaba a una mujer con los brazos extendidos, de la cual, Kiyoshi, se había enamorado al instante, hasta el extremo de enfermar. Según indicaciones del anciano vendedor, para sobreponerse al hechizo del cuadro, debía elegir un nombre de mujer y repetirlo mientras contemplaba el cuadro. Algo que Kiyoshi hizo de forma obsesiva. Eligió “Mitsuki”.
De esta forma, con el tiempo pausado, Mitsuki se acercó a Kiyoshi. Se fundieron en un abrazo mientras Mitsuki le susurró “huye”. Cuando Kiyoshi quiso reaccionar el tiempo reanudó su devenir habitual. Menos para él. Y para Mitsuki. No tardó el anciano vendedor en recoger el cuadro que ahora representaba a una Futa-kuchi-onna devorando con su segunda boca a un joven.

Toro escribió:22.- Tarde de verano.

Se detuvo el tiempo. La pantalla digital de la lavadora se había apagado. Poco a poco, fué sacando todas las prendas y besandolas una por una. El plan estaba saliendo perfecto.
Ni un rastro de sangre en ninguna prenda.
Las tendió en el patio y esperó a que se secaran. El sol radiante y la ligera brisa hicieron su trabajo en sólo veinte minutos.
Vistió a los tres cadáveres con las ropas y los dejó en el sofa sentados. Cambió de canal y puso el programa que tantas veces habían visto los cuatro juntos.
Arrancó el coche y puso camino al Norte.
Paró en una estación de servicio a las cinco horas de viaje. En la televisión de la cantina aparecían imágenes de su casa y varios furgones policiales.
Pagó el café y se marchó. Rumbo al Norte.

Toro escribió:Vamos con el último:

23.- El día en el que los Ellos, los Manos, los Gurbos  y los Cascarudos dejaron de ser solo  una ficción para convertirse en una terrible realidad.  

Se detuvo el tiempo  por unos instantes  en la mente de Héctor German Oesterheld. Desde su celda pudo escuchar como venían a por él. Esta vez estaba seguro de que ya no iban a torturarlo más. Esta vez iban a ejecutarle. Abrieron la puerta y le sacaron a rastras. Mientras era arrastrado hacia su muerte, no pudo evitar llorar al recordar las torturas y posterior asesinato de sus cuatro hijas: Diana, Beatriz, Estela y Marina. Su único crimen había sido precisamente ese, ser sus hijas. El suyo solo ser fiel a sus ideas, y tenerlas siempre presentes en todas sus obras.  Cuando por fin llegaron al sitio en el que iban a ejecutarle, Héctor pensó con amargura que ojalá se hubiera materializado en la realidad Juan Salvo, y no los malditos antagonistas de su obra.

Toro escribió:

Microrrelatos & Valoraciones & Shows

1.- La vida siempre continúa

Se detuvo el tiempo atascado en una inspiración, el silencio de la profundidad, un edificio de cinco pisos de océano pacífico sobre mi cabeza, el azul infinito rodeandolo todo.
Emergen las sombras, soñadas, primero dos, siempre hay una avanzadilla, se me componen inmensos, no se inmutan, prosiguen, es buena señal, más abajo comienza a aparecer el resto, alrededor de una centena de sombras adquieren definición, se acercan, a menos de diez metros sus miradas me rozan por dentro, sus musculosos cuerpos avanzan sin apenas esfuerzo, me miran como lo que soy, un extraño en su hogar, no les estorbo, no soy una amenaza incluso cuando ocupo su espacio vital, podrían destrozarme antes de que exhalara mi aire, tengo más, aún 120 bares, no debo interrumpirlos con mis ajenas burbujas.
Una escuela de martillos transita pegada a mi, prehistóricos, me enseñan que la vida continúa aunque el tiempo se detenga.

Toro
DON




2.- Reloj no marques las horas.

Se detuvo el tiempo a las 17:15. Llego tarde a las cita y ella no está, si es que realmente ha venido… Casi prefiero pensar que no se ha presentado a saber que pasó esperando una hora. Cojo el móvil y la llamo, qué menos que disculparme y ver si el destrozo no es tan grande como para probar suerte otra tarde. En ese momento la veo de frente mientras escucho por duplicado ¿Quién es? Cuelgo y señalo mi posición de manera instintiva a pesar de que su sonrisa indica que ya me ha visto.

- Carlos, disculpa pero es que se me ha parado el reloj a las 15:15 y vengo a la carrera, ¿llevas mucho tiempo esperándome?
- Creo que 30 años…

Toro
DON
Kupak



3.- American Gothic

Se detuvo el tiempo mientras los flashes  centelleaban  a diestra y siniestra,Dios ¡que  placer!.
Todos aquellos que  un día se habían mofado   yacían con sus muecas desencajadas en el foso.
Había llegado  el momento  de acometer todas  esas  ideas y sueños anhelados... tanto tiempo.
Sabía que me criticarían, me acusarían de ignorante, homófobo, racista, capitalista.......sexista.
Sí , lo soy, pero a los votantes les ha dado igual , mi  campaña  ha sido demoledora.....asesina.
Ahora  río  yo, ahora llega la hora de la venganza, nadie me parara, nunca, jamás.... en la vida.
Llorarán las mujeres, rabiarán los liberales, morirán los pobres y  todo firmado con una sonrisa.
Solo soy un pedazo de  bacon, el primer  tocino presidente de los estados unidos... de america.

Sapir
niko_l3v
Toro
DON



4.- La jugada

Se detuvo el tiempo cuando el cronómetro marcaba 0.32 segundos para terminar el partido. Se había jugado el triple con 2 abajo, pero había recibido falta personal en el tiro, así que tendría 3 tiros libres.
En su cabeza ya se veía héroe, pues el encestar los tres lo hacían ganador del torneo y su porcentaje era de un 92,7% en tiros libres.
Miró a su capitán con confianza, agarró la pelota, la acarició como si fuese su hijo, miró a canasta y lanzó. Entró limpia, acariciando la red. Giró la cabeza y miró al banquillo esbozando una sonrisa.
Para el segundo misma metodología. Lanzó, la pelota bailó en el aro y se salió. Sus compañeros lo animaban y en su cabeza sonaba "no te preocupes, el de ahora va adentro y en la prórroga ganamos".
El árbitro le cedió la pelota. Cerró los ojos, besó la pelota, abrió los ojos, lloró y tiró su último tiro libre sabiendo que no habría prórroga porque nunca había podido vencer a la presión.

Toro
DON
Godo
Kupak




5.- Cronotopo

Se detuvo el tiempo y el Gran Burgomaestre del Reloj emitió un bufido. Con paso cansado, descendió por las cataratas de clepsidra, avanzó a través los engranajes de platino, se columpió desde el péndulo de Minkowski. Todo parecía funcionar bien, incluso se oía el característico y tremente tic-tac del continuo espacio-tiempo. ¿Qué podía fallar, pues? Volvió a repasar las ecuaciones diferenciales, las conjeturas pseudoeuclídeas, los cálculos relativos a la relatividad. Nada en los primeros, tampoco en los segundos y los terceros.
Arreglar el Reloj Universal —finalmente desviaciones en las parábolas de Riemann— fue una complicada tarea que, estimada en tiempo newtoniano-lineal, le llevó al Gran Burgomaestre el equivalente a diez mil trescientos catorce años, veintidós horas y doce minutos.
…
Los humanos, durante ese lapso estatuas de cera paralizadas en su última pose preavería, retomaron su vida ignorantes de los milenios de inmovilismo. Nada había cambiado. Nada.
Y sin embargo.

Toro
DON
Kupak




6.- La casa junto al lago

Se detuvo el tiempo y solo el coche rojo se acercaba por el camino al cobertizo.
Se detuvo el aire y el coche paró frente al banco donde apoyo mi guitarra.
El motor se apaga, atardecer, freno de mano.
Clavo mis ojos en la portezuela.
Gafas de sol en la guantera, se abre la puerta.
La misma sonrisa tranquila y radiante, la misma blusa azul de hace diez años.
Te abracé, nos abrazamos, nos envolvió el verano, aquel verano.

Godo
Toro
DON




7.-The honest men

Se detuvo el tiempo y el árbitro de la contienda marcó el final del combate.

Sean McReady era un luchador honrado, humilde y con una familia que le amaba. Su pequeña hija de 8 años esperaba cada noche en la puerta para darle la enhorabuena y ponerle tiritas en las "pupas". Su mujer, siempre fiel, aguantaba sus repetidas quejas cuando perdía.

Ron Smith vive solo, bebe solo y lucha solo. Nadie le espera en casa. El dinero lo suele gastar en alcohol y putas. Si ganase, seguramente se metería unos chutes, se compraría una nueva mansión, quién sabe.

El árbitro alzó el brazo del irlandés.

Pasaron los meses y volvió a posarse sobre el cuadrilátero.

Sean McReady vive solo, bebe solo y lucha solo. Nadie le espera en casa desde que su mujer, harta de ojos morados, se marchó. Su cuerpo ya no lo cubren tiritas, solo vendas mal puestas.

Toro
DON
Kupak




8.- Mensaje en una botella.

Se detuvo el tiempo en el absurdo espacio entre tu boca y la mía. El reloj de mi alma se paró para siempre con sus manecillas marcando las ocho horas, cuarenta y dos minutos, treinta y cinco segundos. Diste un paso atrás y entre los dos nacieron océanos, ríos, montañas y desiertos, con tu mirada –lejana- atravesando mi terror transparente e infinito.
- Nunca va a pasar, ¿lo sabes, verdad?, aún le quiero.
Desde entonces vago inmóvil en este mortecino purgatorio, atorado en la certeza de lo irremediable, condenado a las yermas tierras de lo que pudo ser.
Y quiero que sepas que jamás me arrepentiré de haberte conocido, que deseo con toda mi alma que seas feliz, que te querré siempre. Todas esas cosas que nunca te dije, que nunca te diré.

Toro
DON




9.- Insumisos

Se detuvo el tiempo, para nosotros, años atrás. O mejor dicho, lo detuvimos. Insumisos frente a la inmediatez y las prisas, cual conductores expertos ante el ámbar redujimos la marcha paulatinamente, hasta acabar deteniendo nuestro propio tiempo.
No fuimos conscientes, al principio, de no estar solos. Todo a nuestro alrededor seguía avanzando a velocidad de vértigo cuando -de forma casi simultánea- empezamos a buscarnos. Y nos encontramos. En las butacas de las bibliotecas y en los cafés sin wifi; en los paseos sin rumbo, en las siestas del parque, en las sobremesas que se recuerdan.
Éramos –somos- los remites de cartas manuscritas, las muñecas sin esfera, la música en dos caras.
No somos muchos, apenas unos cientos, pero ahora cada año nos reunimos en un lugar secreto. Mirando las montañas, desembalamos cuidadosamente el tiempo que detuvimos, y nos lo regalamos unos a otros como el obsequio más valioso del mundo.

Toro
m señor
DON



10.- Trabajo de campo

Se detuvo el tiempo en cuanto vi esa calavera humana al retirarme la venda. Tras ese instante interminable, continué desde mi silla, explorando esa mesa con un reloj de arena labrado en madera, cenizas, cristales que parecen sal, restos de huesos, piedras, unos mendrugos con un vaso de agua, un gallo tallado, y dos botes de contenido indistinguible. Las paredes negras reflejan la débil luz de una pequeña vela colgada.
Me acerco, veo polvo amarillo con fuerte olor y un liquido metálico que parece mercurio. Aprecio letras en las paredes; "Si la mera curiosidad te ha traído aquí, vete", "Naciste para morir", "VITRIOL".

Recibo mas indicaciones:
- Descubre tu pierna derecha hasta la rodilla, despréndete de todo objeto metálico, y ponte esta soga al cuello, los hermanos nos esperan.

Sentí el sudor helado, y me vendaron los ojos. Con la respiración entrecortada, solo deseaba que la cámara espía fuera inapreciable.

Toro
DON



11.- Vivir el presente.

Se detuvo el tiempo de golpe y el frenazo nos estampó a todos contra nuestros deseos. Además se certificó rápidamente que los viajes hacia el tiempo futuro ya no tenían éxito; el tope de la evolución éramos nosotros, que nos quedamos sabiendo exactamente lo mismo y oliendo exactamente a lo mismo que hacía un instante, con la misma sonrisa o la misma furia. Detalles domésticos, sonidos cotidianos... todos quedaron suspendidos.

El tiempo, igual de bruscamente que antes, empezó a crecer por atrás, por el pasado, ensanchándose tanto que llegaron a convivir dinosaurios y cerdos, trilobites y  neandertales y una familia de un Luis XIV que no conoció la guillotina; todas las combinaciones imaginables fueron posibles. Nos quedamos recibiendo los relatos de acontecimientos magníficos y a las nuevas especies, al principio con entusiasmo y luego no, luego no se cabía.

Toro
m señor
DON
Kupak


12.- Un latido de luz intermitente en el horizonte

El tiempo se detuvo un fugaz instante, al ver resplandecer en el horizonte las luces estroboscópicas que parpadeaban sobre mi ciudad. El sonido de las bandas sonoras me devolvió a la realidad mientras reprimía las lágrimas. Estuve fuera mucho tiempo, trabajando en las minas del norte, lanzando redes sobre un mar bravo y traicionero. Vi resquebrajarse por dentro a hombres a los que creía mucho más duros que yo. Aunque traté de desterrar mis recuerdos y no mirar atrás nunca gocé de auténtica alegría, sintiendo perpetuamente un vacío a la izquierda en mi pecho. Con el coche parado en la cuneta, miro el horizonte y salvo por el fugaz instante de destello es imposible saber donde terminan las montañas y comienza el cielo. Muchos hombres odian este páramo yermo, a mí me obligaron a largarme, aunque ahora comprendo que mi corazón nunca se llegó a marchar, lejos de esta ciudad.

Toro
DON
Kupak



13.- Jesús

Se detuvo el tiempo como ocurría cada vez que estornudaba. Esta vez le había tocado en la cola del supermercado, por lo que las únicas pérdidas que hubo que lamentar fueron unos cuantos mariscos descongelados. Algún listo había aprovechado la ocasión para mangar unas cuantas manzanas, de las cuales él no iba reclamar beneficio alguno porque, si empezaba así, acabaría recibiendo ofertas de bandas de criminales armados y brokers de Wall Street, y no tenía ninguna intención de dar semejante rumbo a su vida.

Era un hombre de principios. Nunca había cedido a la tentación de aspirar pimienta para retrasar una cita. En cambio, no dudaba en taparse la nariz para evitar accidentes de tráfico.

Por desgracia, nadie podía impedir que dos personas estornudaran a la vez en las mismas coordenadas del espacio-tiempo, lo cual le convertiría eventualmente en homicida involuntario por asfixia.

Toro
m señor
DON
Kupak



14.- Reencuentro

Se detuvo el tiempo, y él, al cruzar el umbral. La habitación se mostraba sin trazas de haber sido siquiera limpiada en todos estos años. Su cabello pareció oscurecerse, su piel estirarse, su espalda tensarse irguiendo su cuerpo con orgullo; sus ojos, legañosos hoy, tornaron limpios para ver una escena mil veces soñada. Soñada en pesadillas saturadas de sudor húmedo y caliente. Tan húmedo y tan caliente como la sangre que manaba del cuerpo de Ava, mi madre por un instante.
Y él, siempre él, me declaró culpable de su muerte: juicio, veredicto y castigo: la muerte.
Tres pares de ojos se buscan en la perenne habitacion, cada uno desde su particular universo, sin encontrar ni un porqué ni solución alguna que los consuele.

DON
Toro



15.- Blue Gardenia

Se detuvo el tiempo para él, sucedía cada vez que la chica se marchaba. Raymond la seguía con la mirada hasta que la melena rosa desaparecía tras una gruesa cortina de lluvia. Era siempre la misma chica, aunque la unidad no recordaba nada porque tras cada servicio se borraba el registro de actividades; ella era tan artificial como las tormentas programadas para descargar por la noche.

Crystal dejaba la gabardina empapada dentro de un armario al llegar al Blue Gardenia, y el resto de cosas, incluida la peluca, las depositaba en un pequeño prisma que desaparecía tras la pared; se introducía luego dentro de una vaina ovalada que se inundaba con fluido blanco y que la encerraba herméticamente. Su visión entorpecía mientras restos de memoria se diluían junto con las impurezas. El recuerdo que más se resistía a desaparecer era el de Raymond, al hacerlo el tiempo se detenía para ella.

m señor
DON
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16.- La decisión.

Se detuvo el tiempo por un instante, mi sombra se quedó anclada en un punto fijo en la acera, yo queria ir a por el pan, quería  llegar a por la barra rústica antes de que se acabara a la una del mediodía. Pero no se movia, me senté en el banco frente al parque, miraba al sol que seguía en el mismo sitio y buscaba como siempre mi reflejo, pero no estaba. Mi sombra esperaba desafiante, volví a su lado.
- de acuerdo, soy celiaco, cambiaré alguna cosa...

DON
Toro



17.- Seguir viendo en 15 segundos.

Se detuvo el tiempo por tercera vez aquella mañana. El teniente Santipetri, encerrado en la cárcel de su cuerpo, mantenía la consciencia. Diríase que su mente vivía en otro plano. Un universo interior muy rico, dijeron siempre sus psicólogos.
Algo extraño pasaba y no sabía qué. El tiempo se paraba y, por lo que sabía, sólo él quedaba consciente.
Se detuvo el tiempo por cuarta vez aquella mañana, El teniente Santipetri, encerrado en la cárcel de su cuerpo…
Se detuvo el tiempo por quinta vez aquella mañana. El teniente Santipetri, encerrado en…
Se detuvo el tiempo y por el rabillo del ojo una sombra. Escurridiza. Un metro treinta aproximadamente. Gianluca Santipetri, el único niño a bordo. Un mestizo de Gallifrey.
- ¡Gianluca! ¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo? ¿Otra vez te has enganchado a la serie esa del Netflix?

DON
Toro



18.- STOP

Se detuvo el tiempo y por fin pude cumplir todos mis sueños. Atrás quedaron el estrés y la agonía, y también las prisas y el querer hacer mil cosas a la vez. Finalmente, pude cogerte de la mano y pasear por nuestros más anhelados sueños, repletos de algodón de azúcar y noches de desenfreno; pude mirarte a los ojos y sentir que estaba vivo. Nuestros besos dejaron de ser imperceptibles descargas eléctricas para convertirse en hermosos rituales de amor. La música de Willie Nelson sonaba en nuestra habitación mientras recorría tu cuerpo en busca de aquellos recovecos nunca antes explorados, ansiando sensaciones nunca antes experimentadas. No importaba el hecho de que iba a morir en pocas semanas; quería que los últimos días de mi vida fueran tan intensos y reales, que se antojaran como una existencia incuestionablemente completa.

DON
Toro



19.- Glue

Se detuvo el tiempo al inspirar de aquel bote pero todavía soy capaz de contar: "Uno, dos, tres ,..., cien mil". Cuando abro los ojos, estamos en el mismo instante pero sumergidos en agua. Quiero decir que ahora el tiempo sí que avanza pero todo transcurre muuuy deespaaaciooo, eso es. Muuuy deespaaaciooo. Es lo que ocurre cuando te sumerges. Es lo que ocurre cuando inspiras. Las vocales se multiplican, se hacen eternas, y las sonrisas pierden sus límites, se hacen inmensas.

Tocas mis labios mientras me llamas "Chico líquido" pero mi sonrisa se escurre entre tus dedos. Ando sin límites, me río sin límites, y de mi boca salen burbujas que ascienden, muuuy deespaaaciooo, hacia la superficie. Miramos hacia arriba y levantamos nuestras manos blancas, nuestras uñas azules. Vemos como desciende la marea. Vemos caer vocales y lo que antes iba muuuy deespaaaciooo ahora sólo va despacio. Y ni eso...

Kupak
DON
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Kupak
Toro



20.- Hice lo que tenía que hacer

Se detuvo el tiempo cuando más prisa tenía. ¿Qué hora podría ser? Atravesé la casa con triste paso, desde la cocina al dormitorio. Abrí el cajón, arrastrándolo con las manos por debajo de la vieja mesa ya que la llave desapareció hace tiempo. Encontré lo que buscaba. Regresé a la cocina y mantuve el objeto unos segundos en la boca. Me subí a la silla y agarré el reloj de pared. Cambié la pila vieja por la pila nueva. La aguja fina se puso de nuevo en movimiento. Valiéndome de la ruleta, ajusté la hora del artefacto a la que marcaba mi móvil. Volví a colocar el reloj aunque me costó un rato hacer coincidir el clavo en el agujero. Llegué tarde al trabajo.

DON
Kupak
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21.- El retrato

El tiempo se detuvo en el momento en que ella salió del cuadro.
Kiyoshi llevaba obsesionado con él desde que lo adquirió en una pequeña tienda de antigüedades en el distrito de Shibuya. El cuadro representaba a una mujer con los brazos extendidos, de la cual, Kiyoshi, se había enamorado al instante, hasta el extremo de enfermar. Según indicaciones del anciano vendedor, para sobreponerse al hechizo del cuadro, debía elegir un nombre de mujer y repetirlo mientras contemplaba el cuadro. Algo que Kiyoshi hizo de forma obsesiva. Eligió “Mitsuki”.
De esta forma, con el tiempo pausado, Mitsuki se acercó a Kiyoshi. Se fundieron en un abrazo mientras Mitsuki le susurró “huye”. Cuando Kiyoshi quiso reaccionar el tiempo reanudó su devenir habitual. Menos para él. Y para Mitsuki. No tardó el anciano vendedor en recoger el cuadro que ahora representaba a una Futa-kuchi-onna devorando con su segunda boca a un joven.

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22.- Tarde de verano.

Se detuvo el tiempo. La pantalla digital de la lavadora se había apagado. Poco a poco, fué sacando todas las prendas y besandolas una por una. El plan estaba saliendo perfecto.
Ni un rastro de sangre en ninguna prenda.
Las tendió en el patio y esperó a que se secaran. El sol radiante y la ligera brisa hicieron su trabajo en sólo veinte minutos.
Vistió a los tres cadáveres con las ropas y los dejó en el sofa sentados. Cambió de canal y puso el programa que tantas veces habían visto los cuatro juntos.
Arrancó el coche y puso camino al Norte.
Paró en una estación de servicio a las cinco horas de viaje. En la televisión de la cantina aparecían imágenes de su casa y varios furgones policiales.
Pagó el café y se marchó. Rumbo al Norte.


Toro



23.- El día en el que los Ellos, los Manos, los Gurbos  y los Cascarudos dejaron de ser solo  una ficción para convertirse en una terrible realidad.  

Se detuvo el tiempo  por unos instantes  en la mente de Héctor German Oesterheld. Desde su celda pudo escuchar como venían a por él. Esta vez estaba seguro de que ya no iban a torturarlo más. Esta vez iban a ejecutarle. Abrieron la puerta y le sacaron a rastras. Mientras era arrastrado hacia su muerte, no pudo evitar llorar al recordar las torturas y posterior asesinato de sus cuatro hijas: Diana, Beatriz, Estela y Marina. Su único crimen había sido precisamente ese, ser sus hijas. El suyo solo ser fiel a sus ideas, y tenerlas siempre presentes en todas sus obras.  Cuando por fin llegaron al sitio en el que iban a ejecutarle, Héctor pensó con amargura que ojalá se hubiera materializado en la realidad Juan Salvo, y no los malditos antagonistas de su obra.



Toro

RegSound escribió:

Toro escribió:

Spoiler:

Este mensaje es un currazo enorme que se merece todos mis respetos



Enhorabuena Toro

P.D: la gala al ser un poco nocturna creo que no podre vivirla en directo, porque mañana he de madrugar más de lo que mandan los cánones, perdón

Godofredo escribió:Administración superlativa.

RegSound escribió:

Godofredo escribió:Administración superlativa.

Si ya lo corrobora Salakov podemos estar ante un momento histórico

Sugar Bug escribió:Administración demagógica! Buscando el aplauso facilón.