RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Un nuevo relato para el café...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
14.- El viaje
El reloj del vagabundo se paró y entonces lo supo, dejó su hatillo en el suelo y sacó un fajo de billetes, fue al pueblo a comprar una cabaña cercana y unos cuantos castaños, trabajó duro ese invierno y los años siguientes, se convirtió en recolector, en cazador, en agricultor.
Conoció mujer y tuvo descendencia. En el décimo aniversario de la llegada a la comarca, sus amigos le regalaron un reloj, funcionaba.
Preparó su hatillo con gran dolor de su corazón.
Su mujer y sus hijos también los prepararon.
El reloj del vagabundo se paró y entonces lo supo, dejó su hatillo en el suelo y sacó un fajo de billetes, fue al pueblo a comprar una cabaña cercana y unos cuantos castaños, trabajó duro ese invierno y los años siguientes, se convirtió en recolector, en cazador, en agricultor.
Conoció mujer y tuvo descendencia. En el décimo aniversario de la llegada a la comarca, sus amigos le regalaron un reloj, funcionaba.
Preparó su hatillo con gran dolor de su corazón.
Su mujer y sus hijos también los prepararon.
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Faltan mínimo diez participantes.
Esperaré a mediodía para empezar con las amenazas...
Esperaré a mediodía para empezar con las amenazas...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
15.- Vida y/o muerte
El reloj del vagabundo se paró justo en el momento en que el desconocido pronosticó que sucedería. Desconcertado, intentó recordar qué era lo que ese loco le había encomendado a cambio de un puñado de rupias. ¿Salvar a la humanidad? Menudo imbécil. Suponiéndolo cierto, ¿qué importaba? Pensaba en el suicidio frecuentemente, pero el recuerdo de la persona que había sido se lo impedía. Esos antiguos valores le llevaron a cumplir su promesa y cruzar el distrito hasta la primera parada. Bajo aquel puente, en el bidón, encontró la mochila. Mientras caminaba no dejaba de imaginar su contenido, si realmente sería mortal de necesidad. Notaba, tras tanto tiempo, esa cálida sensación de resultar útil...
Encontró el portalón cerrado y, como le habían indicado, golpeó tres veces. Comenzó a abrirse lentamente, liberando una luz que perfiló su figura. Sus ojos se recuperaron para descubrir un recinto aséptico donde sólo identificó...una camilla.
El reloj del vagabundo se paró justo en el momento en que el desconocido pronosticó que sucedería. Desconcertado, intentó recordar qué era lo que ese loco le había encomendado a cambio de un puñado de rupias. ¿Salvar a la humanidad? Menudo imbécil. Suponiéndolo cierto, ¿qué importaba? Pensaba en el suicidio frecuentemente, pero el recuerdo de la persona que había sido se lo impedía. Esos antiguos valores le llevaron a cumplir su promesa y cruzar el distrito hasta la primera parada. Bajo aquel puente, en el bidón, encontró la mochila. Mientras caminaba no dejaba de imaginar su contenido, si realmente sería mortal de necesidad. Notaba, tras tanto tiempo, esa cálida sensación de resultar útil...
Encontró el portalón cerrado y, como le habían indicado, golpeó tres veces. Comenzó a abrirse lentamente, liberando una luz que perfiló su figura. Sus ojos se recuperaron para descubrir un recinto aséptico donde sólo identificó...una camilla.
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
RELATOS A CONCURSO
1.- Verwirrung
El reloj del vagabundo se paró; a la vez, caía la mordaza del oprimido. Todas las esquinas tornaron curvas; todos los venenos, agua dulce. De las paredes de hormigón brotaron perlas donde antes había aluminosis. El nácar sustituyó al gris, el espliego a la polución. Jóvenes sucios entonaban alabanzas al dios deshacedor de todo: «¡gracias, Dios, por no existir! ¡gracias, Dios, por dejarnos en paz!». Militares muriendo del susto, policías mendigando trabajo, jueces curando sus estigmas, imagínatelo, ¡qué felices todos! Daban ganas de reírse hasta sin ganas. Desde las parábolas de las antiguas esquinas, redondeadas, orbiculares, hiperbólicas, las prostitutas regalaban sus besos. En el nuevo mundo dudar era obligatorio, incluso se instauró el carácter preceptivo de dudar de la duda, ¡de dudar incluso del propio carácter preceptivo de dudar de la duda! En el nuevo mundo, et in arcadia ego, de hecho todo estaba permitido menos una cosa: JUZGAR.
Gran comienzo, tiene un toque Celinesco desde mi punto de vista este relato. A mí también me repatea la gente que va constantemente vestida con el traje de juez, aunque ahora yo esté juzgando vuestros relatos
2.- Huevos fritos a la cerilla cocinados a baja temperatura
El reloj del vagabundo se paró al escuchar el chisporroteo del aceite.
Sentado en aquella mesa con un hombre tan extraño como él pero con las estrías de sus palmas rectas.
Le pareció ver una pequeña luz verde a lo alto del restaurante, quizá una puerta a otra dimensión.
Los olores le recordaron otros tiempos, otro lugar ... sonrisas amables, abrazos y ojos confiados.
No necesitaba ojos en la nuca para saber que otro tipo de córvidos le miraban esa noche.
Le daba igual, ese hombre extraño haría de esos 20 minutos los más felices.
De la manera más simple.
¿Y después de eso?.
Eso ya es otra historia, pero no la filmará Capra, no le gustan Dickens ni Andersen.
¿Alusión a Steinbeck? es inevitable hablando de vagabundos. Me gustó mucho Tortilla Flat
3.- ¿Llegó la hora?
El reloj del vagabundo se paró a las 20:05, al mismo tiempo que su corazón, en la celda donde dormía la mona después de una de sus habituales y escandalosas borracheras que tenían harto al dueño del pub. Al sargento Murphy lo que le llamó la atención fue que ese borrachín tuviera un reloj. Y encima uno de los caros. Para colmo, al cadáver se le había quedado una sonrisita que lo estaba sacando de quicio. Le quitó el reloj, lo puso en hora y se lo llevó a su despacho por si alguien lo reclamaba. Lo olvidó hasta el accidente del tren de Londres de las 13.16, justo a la hora en la que el reloj volvió a pararse. No era un tipo supersticioso, pero por si acaso decidió regalárselo a su suegra.
Muy ocurrente, aunque me recuerda al chiste del animal extrañísimo que va seguido de una multitud... ¿qué animal es?, no tengo ni idea pero ha matado a mi suegra. -te lo compro... Ponte a la cola
4.- El miserable
El reloj del vagabundo se paró. Y recordó cuando se lo arrebató. Y regresaron a él todas aquellas decadentes imágenes de hurtos y violencia gratuita. Aquella pobre indigente a la que apaleó hasta dejar semi inconsciente. Aquellos jovencitos de la calle oscura que tuvieron que entregarle sus mugrientos juguetes. Robar por robar. Humillar por humillar. Abusar por abusar. Sabía que era una gran mierda con un corazón dentro; un corazón que imploraba detenerse.
Conservó todos aquellos objetos hasta que ocuparon más que su propia conciencia.
Una mañana se levantó temprano. Llovía. El viento zarandeaba tejados y árboles; danzaban los columpios y los periódicos susurraban remolinos de papel.
Abrió la bolsa y lanzó los objetos al mar desde un apartado acantilado: relojes, peonzas; unas desgastadas gafas. Pobre Raúl.
El océano rugía, levantando al cielo enormes lenguas de gélida agua. Cuánta belleza. Hasta que una de ellas se lo llevó.
Me encanta el deje poético y las frases de este
5.- Una segunda oportunidad
El reloj del vagabundo se paró de pronto. Trató de ponerlo en marcha con unos golpecitos de su dedo contra la esfera, pero no funcionó. Estaba estropeado. Eso explicaba por qué se lo había regalado un desconocido esa misma mañana. Mientras trataba de repararlo, levantó la mirada y se detuvo en seco ante lo que vio: el mundo se había detenido. A su lado, las personas que transitaban por la calle parecían estatuas de cera. No era posible, el reloj no podía… Giró las manecillas hacia atrás, y comprobó que todo retrocedía. Desconocía quién y por qué le había otorgado ese poder, pero tenía que aprovecharlo. Podía regresar al instante que quisiera, y cambiar las decisiones que le habían llevado a esa vida. Tras meditarlo, supo lo que tenía que hacer. Colocó el reloj en el suelo y lo rompió con el tacón. Y así, el mundo retomó su camino.
Relato mágico y efectivo. He de decir que tuve exactamente la misma idea. Por tanto estamos ante un genio al igual que yo
6.- La trágica sonrisa del destino
El reloj del vagabundo se paró durante la noche más inoportuna. No despertó a tiempo aunque tenía todo preparado; el traje que encontró en una maleta del contenedor, planchado con vapor de las rendijas del metro, y guardado en la caja de un aspirador.
Lo llevaría a la estación para buscar a su hijo, que pasaba un día en la ciudad; contarle que había surgido una urgencia laboral y debía irse, manteniendo así la farsa de los últimos seis meses, pero al menos consiguiendo el abrazo por el que suspiraba hacía demasiado tiempo.
Hoy era tarde. Había pasado ese tren.
Llamó desde una cabina y saltó el buzón:
—Lo siento, me ha surgido un imprevisto, nos veremos en tu próximo viaje.
Resopló aliviado pensando que tenía otra prórroga.
Minutos después lloraba desconsoladamente frente a un escaparate con televisores.
Atentado en Atocha.
No sentía merecer más que su hijo otra oportunidad.
Este es trágico sobremanera...hace llorar a la pena
7.- Rotonde astrocalendaire
El reloj del vagabundo se paró. O se estropeó. El caso es que empezó a vociferar: “¡Mi reloj no va, no va!”, desesperado. Me acerqué a ver qué le ocurría. El viejo me caía bien, siempre le daba cigarrillos. “¿Qué no va, Aurelio?”. Me mostró la roñosa muñeca, en que relucía un maravilloso Cartier antiguo de esfera astronómica. Aurelio sollozaba con tal sentimiento que me ofrecí a acompañarle al relojero, sin preguntarle.
El relojero se pasmó al ver semejante belleza en un brazo tan innoble. Lo examinó amorosamente; anunció que el mecanismo parecía obturado y que estaría listo en dos días. El vagabundo se negó a dejarlo. “¡Me lo quiere robar!”, bramaba. Y de ahí se largó, con su reloj parado.
Tres días después Aurelio apareció muerto a navajazos. Su magnífico Cartier se había volatilizado. La policía archivó el caso como “reyerta entre mendigos”. Desde entonces, no saludo al relojero.
hijo puta el relojero, más lágrimas Estáis jodiendo a Steinbeck en su tumba
8.- Eclesiastés Cap.3
El reloj del vagabundo se paró, aunque el reloj de su vida se detuvo muchos años atrás. Todo comenzó en las cuencas mineras tras la guerra. Don Matías y el resto de señoritos cogieron por norma subir borrachos a la mina, una vez allí pedían a los presos numerarse. Él, era uno de ellos y fue el primero al que pidieron un número al azar. Aunque intuía que algo malo iba a suceder, jamás pensó que llegarían tan lejos. A partir de ese día, también se convirtió en norma que cada preso en un acto de dignidad y generosidad enunciara su propio número justo antes de ser fusilado junto a un montón de escoria.
El Eclesiastés dice que hay un momento para la risa y el dolor, también para la curación y la muerte. Él sobrevivió al no decir su número, pero su vida ya nunca tuvo sentido.
Suena a historia de posguerra, hay cosas a las que no merece la pena sobrevivir...
9.- Vidas en la España del siglo XXI
El reloj del vagabundo se paró un minuto antes de lo habitual. Manuel había conseguido limpiar su casa al aire libre en sesenta segundos menos. Sacudir sus dos mantas mugrientas, ordenar los libros de la mochila, tirar de la nevera portátil lo que estuviera en mal estado, barrer con un periódico sus cinco metros, tirar el orín, asearse, vestirse y perfumarse.No encontraba la razón de ese minuto de ventaja que había robado.
Paco le regaló un café y una tostada con aceite como todos los días. Aún había gente buena.
Una vez desayunado y arreglado se fue directo a las puertas del Tribunal de Justicia. Cómo llevaba haciendo catorce años. Con la carta del Ere en una mano y la foto de su hija en la otra.
Llegó un minuto antes de lo habitual.
El tiempo le había regalado sesenta segundos de ventaja para encontrar una nueva vida.
Bonito relato, sin ser nada pretencioso creo que hace de eso su principal virtud
10.- Los relojes vacíos
El reloj del vagabundo se paró y las horas se escaparon por la correa: “¡Ahora nos toca ver mundo!” Eran las 6:12.
Las alarmas dejaron de sonar. Los teléfonos enviaban mensajes que el remitente aún no había escrito, llamadas del próximo lunes, pésames por familiares que tenías al lado. Un microondas calentó un burrito durante 0:30 siglos. Llegaron cartas perdidas hacía décadas: Einstein recibió una del Jefe Seattle, el Cid un SMS de Aznar. En Wisconsin una mujer dio a luz a su bisabuela. Eran las 6:12.
Acaso el mundo fuera feliz en aquel presente eterno que nadie sabe cuánto duró. Pero un día —exactamente a las 6:12— el vagabundo cayó muerto. El tiempo volvió de golpe al reloj: mujeres que amanecieron con 18 años se acostaron con 90. Ramsés resucitó en Andorra. Reventaron los taxímetros.
Desconfiad de los vagabundos, pero aún más de los relojes.
Derroche de imaginación, muy divertido y con un gran broche final
11.- A la hora señalada
El reloj del vagabundo se paró al tiempo que el de la torre daba doce campanadas. Tan ( ) Tan...Cabía una vida en cada silencio.
Pascual detuvo sus pasos con parsimonia, acarició las dormidas manecillas acostumbradas, como él, a la intemperie, y la vio: una joven de sonrisa invertida arrastraba un pesado baúl camino de ninguna parte.
Le ofreció ayuda y destino. Avanzaron entre la muchedumbre, ella desgranó una triste historia de miseria, celos, abandono...El cruzar de miradas marcó el inicio de otros horizontes, hartos ya de pisar el mismo suelo una y mil veces.
De pronto miró el reloj, chasqueó la lengua y, al disponerse a dar cuerda al perezoso mecanismo, deparó en ambas manecillas unidas. Decidido a no obligarlas a rodar camino de ningún sitio, miró a la joven de sonrisa invertida, le cogió la mano y soñó que también para ellos eran las doce.
Muy bien escrito y también con deje poético. Lo de la hora señalada me suena a algo Lorquiano ¿no?
12.- Hope Street Vol. 2
El reloj del vagabundo se paró, así que decidió regalárselo el siguiente día al joven que pasaba siempre a las 7:43.
Esa noche casi no durmió, pues al no funcionar el reloj tenía miedo de que se le pasase la hora, pero no fue así. Con los primeros rayos de luz vio como el muchacho entraba en la calle y se dirigió a él:
- Perdona joven, ¿Podría darme dinero para cambiar la pila del reloj?
- Sabes perfectamente mi nombre. ¿Cómo me reconociste tras dieciocho años?
- Si vieses un foto mía con veinticion años pensarías que eras tú mismo.
- ¿Por qué te marchaste?
- Preferí vivir feliz y pobre que mantenido y muerto por dentro. Tú sí la necesitabas.
- Ten, tres euros. Ponle la pila que estaré aquí a las 18:25. Hoy cenarás en mi casa.
Tras ello, se abrazaron y les pareció haber estado siempre juntos.
Bonita historia amigo, ¿Compró la pila o un par de litros de birra ?
13.- Cadenas
El reloj del vagabundo se paró, y entonces se deshizo el nudo que llevaba en el estómago desde hace años.
Él siempre había llevado un reloj en la muñeca, desde que tenía uso de razón. Años, meses, horas, minutos, segundos. El reloj era el último recuerdo de su vida anterior. El reloj fue su guía. También fue su grillete.
Ahora ya no recordaba cómo había llegado a aquella situación, y tampoco le importaba. Con la parada del reloj desapareció el poco orgullo que le quedaba, la culpa, la vergüenza, los remordimientos.
Le embargó una sensación de inconsciencia e inhibición.
El vagabundo se levantó del banco donde estaba sentado y se chocó con un transeúnte que caminaba acelerado mirando su reloj. El transeúnte miró al vagabundo con lástima. El vagabundo devolvió la mirada sonriendo, con condescendencia.
Me gusta la idea del reloj que nos encadena al tiempo, muy original en enfoque
14.- El viaje
El reloj del vagabundo se paró y entonces lo supo, dejó su hatillo en el suelo y sacó un fajo de billetes, fue al pueblo a comprar una cabaña cercana y unos cuantos castaños, trabajó duro ese invierno y los años siguientes, se convirtió en recolector, en cazador, en agricultor.
Conoció mujer y tuvo descendencia. En el décimo aniversario de la llegada a la comarca, sus amigos le regalaron un reloj, funcionaba.
Preparó su hatillo con gran dolor de su corazón.
Su mujer y sus hijos también los prepararon.
A este también le veo un toque Steinbeckiano de alguna manera. Es un mierda tener que vivir aunque sea unos días a la semana lejos de lo que consideras tu hogar, no digo nada de verte obligado a dejarlo....
15.- Vida y/o muerte
El reloj del vagabundo se paró justo en el momento en que el desconocido pronosticó que sucedería. Desconcertado, intentó recordar qué era lo que ese loco le había encomendado a cambio de un puñado de rupias. ¿Salvar a la humanidad? Menudo imbécil. Suponiéndolo cierto, ¿qué importaba? Pensaba en el suicidio frecuentemente, pero el recuerdo de la persona que había sido se lo impedía. Esos antiguos valores le llevaron a cumplir su promesa y cruzar el distrito hasta la primera parada. Bajo aquel puente, en el bidón, encontró la mochila. Mientras caminaba no dejaba de imaginar su contenido, si realmente sería mortal de necesidad. Notaba, tras tanto tiempo, esa cálida sensación de resultar útil...
Encontró el portalón cerrado y, como le habían indicado, golpeó tres veces. Comenzó a abrirse lentamente, liberando una luz que perfiló su figura. Sus ojos se recuperaron para descubrir un recinto aséptico donde sólo identificó...una camilla.
Este es bastante inquietante, aunque no logro descifrarlo del todo. Pero tiene algo que me gusta
1.- Verwirrung
El reloj del vagabundo se paró; a la vez, caía la mordaza del oprimido. Todas las esquinas tornaron curvas; todos los venenos, agua dulce. De las paredes de hormigón brotaron perlas donde antes había aluminosis. El nácar sustituyó al gris, el espliego a la polución. Jóvenes sucios entonaban alabanzas al dios deshacedor de todo: «¡gracias, Dios, por no existir! ¡gracias, Dios, por dejarnos en paz!». Militares muriendo del susto, policías mendigando trabajo, jueces curando sus estigmas, imagínatelo, ¡qué felices todos! Daban ganas de reírse hasta sin ganas. Desde las parábolas de las antiguas esquinas, redondeadas, orbiculares, hiperbólicas, las prostitutas regalaban sus besos. En el nuevo mundo dudar era obligatorio, incluso se instauró el carácter preceptivo de dudar de la duda, ¡de dudar incluso del propio carácter preceptivo de dudar de la duda! En el nuevo mundo, et in arcadia ego, de hecho todo estaba permitido menos una cosa: JUZGAR.
Gran comienzo, tiene un toque Celinesco desde mi punto de vista este relato. A mí también me repatea la gente que va constantemente vestida con el traje de juez, aunque ahora yo esté juzgando vuestros relatos
2.- Huevos fritos a la cerilla cocinados a baja temperatura
El reloj del vagabundo se paró al escuchar el chisporroteo del aceite.
Sentado en aquella mesa con un hombre tan extraño como él pero con las estrías de sus palmas rectas.
Le pareció ver una pequeña luz verde a lo alto del restaurante, quizá una puerta a otra dimensión.
Los olores le recordaron otros tiempos, otro lugar ... sonrisas amables, abrazos y ojos confiados.
No necesitaba ojos en la nuca para saber que otro tipo de córvidos le miraban esa noche.
Le daba igual, ese hombre extraño haría de esos 20 minutos los más felices.
De la manera más simple.
¿Y después de eso?.
Eso ya es otra historia, pero no la filmará Capra, no le gustan Dickens ni Andersen.
¿Alusión a Steinbeck? es inevitable hablando de vagabundos. Me gustó mucho Tortilla Flat
3.- ¿Llegó la hora?
El reloj del vagabundo se paró a las 20:05, al mismo tiempo que su corazón, en la celda donde dormía la mona después de una de sus habituales y escandalosas borracheras que tenían harto al dueño del pub. Al sargento Murphy lo que le llamó la atención fue que ese borrachín tuviera un reloj. Y encima uno de los caros. Para colmo, al cadáver se le había quedado una sonrisita que lo estaba sacando de quicio. Le quitó el reloj, lo puso en hora y se lo llevó a su despacho por si alguien lo reclamaba. Lo olvidó hasta el accidente del tren de Londres de las 13.16, justo a la hora en la que el reloj volvió a pararse. No era un tipo supersticioso, pero por si acaso decidió regalárselo a su suegra.
Muy ocurrente, aunque me recuerda al chiste del animal extrañísimo que va seguido de una multitud... ¿qué animal es?, no tengo ni idea pero ha matado a mi suegra. -te lo compro... Ponte a la cola
4.- El miserable
El reloj del vagabundo se paró. Y recordó cuando se lo arrebató. Y regresaron a él todas aquellas decadentes imágenes de hurtos y violencia gratuita. Aquella pobre indigente a la que apaleó hasta dejar semi inconsciente. Aquellos jovencitos de la calle oscura que tuvieron que entregarle sus mugrientos juguetes. Robar por robar. Humillar por humillar. Abusar por abusar. Sabía que era una gran mierda con un corazón dentro; un corazón que imploraba detenerse.
Conservó todos aquellos objetos hasta que ocuparon más que su propia conciencia.
Una mañana se levantó temprano. Llovía. El viento zarandeaba tejados y árboles; danzaban los columpios y los periódicos susurraban remolinos de papel.
Abrió la bolsa y lanzó los objetos al mar desde un apartado acantilado: relojes, peonzas; unas desgastadas gafas. Pobre Raúl.
El océano rugía, levantando al cielo enormes lenguas de gélida agua. Cuánta belleza. Hasta que una de ellas se lo llevó.
Me encanta el deje poético y las frases de este
5.- Una segunda oportunidad
El reloj del vagabundo se paró de pronto. Trató de ponerlo en marcha con unos golpecitos de su dedo contra la esfera, pero no funcionó. Estaba estropeado. Eso explicaba por qué se lo había regalado un desconocido esa misma mañana. Mientras trataba de repararlo, levantó la mirada y se detuvo en seco ante lo que vio: el mundo se había detenido. A su lado, las personas que transitaban por la calle parecían estatuas de cera. No era posible, el reloj no podía… Giró las manecillas hacia atrás, y comprobó que todo retrocedía. Desconocía quién y por qué le había otorgado ese poder, pero tenía que aprovecharlo. Podía regresar al instante que quisiera, y cambiar las decisiones que le habían llevado a esa vida. Tras meditarlo, supo lo que tenía que hacer. Colocó el reloj en el suelo y lo rompió con el tacón. Y así, el mundo retomó su camino.
Relato mágico y efectivo. He de decir que tuve exactamente la misma idea. Por tanto estamos ante un genio al igual que yo
6.- La trágica sonrisa del destino
El reloj del vagabundo se paró durante la noche más inoportuna. No despertó a tiempo aunque tenía todo preparado; el traje que encontró en una maleta del contenedor, planchado con vapor de las rendijas del metro, y guardado en la caja de un aspirador.
Lo llevaría a la estación para buscar a su hijo, que pasaba un día en la ciudad; contarle que había surgido una urgencia laboral y debía irse, manteniendo así la farsa de los últimos seis meses, pero al menos consiguiendo el abrazo por el que suspiraba hacía demasiado tiempo.
Hoy era tarde. Había pasado ese tren.
Llamó desde una cabina y saltó el buzón:
—Lo siento, me ha surgido un imprevisto, nos veremos en tu próximo viaje.
Resopló aliviado pensando que tenía otra prórroga.
Minutos después lloraba desconsoladamente frente a un escaparate con televisores.
Atentado en Atocha.
No sentía merecer más que su hijo otra oportunidad.
Este es trágico sobremanera...hace llorar a la pena
7.- Rotonde astrocalendaire
El reloj del vagabundo se paró. O se estropeó. El caso es que empezó a vociferar: “¡Mi reloj no va, no va!”, desesperado. Me acerqué a ver qué le ocurría. El viejo me caía bien, siempre le daba cigarrillos. “¿Qué no va, Aurelio?”. Me mostró la roñosa muñeca, en que relucía un maravilloso Cartier antiguo de esfera astronómica. Aurelio sollozaba con tal sentimiento que me ofrecí a acompañarle al relojero, sin preguntarle.
El relojero se pasmó al ver semejante belleza en un brazo tan innoble. Lo examinó amorosamente; anunció que el mecanismo parecía obturado y que estaría listo en dos días. El vagabundo se negó a dejarlo. “¡Me lo quiere robar!”, bramaba. Y de ahí se largó, con su reloj parado.
Tres días después Aurelio apareció muerto a navajazos. Su magnífico Cartier se había volatilizado. La policía archivó el caso como “reyerta entre mendigos”. Desde entonces, no saludo al relojero.
hijo puta el relojero, más lágrimas Estáis jodiendo a Steinbeck en su tumba
8.- Eclesiastés Cap.3
El reloj del vagabundo se paró, aunque el reloj de su vida se detuvo muchos años atrás. Todo comenzó en las cuencas mineras tras la guerra. Don Matías y el resto de señoritos cogieron por norma subir borrachos a la mina, una vez allí pedían a los presos numerarse. Él, era uno de ellos y fue el primero al que pidieron un número al azar. Aunque intuía que algo malo iba a suceder, jamás pensó que llegarían tan lejos. A partir de ese día, también se convirtió en norma que cada preso en un acto de dignidad y generosidad enunciara su propio número justo antes de ser fusilado junto a un montón de escoria.
El Eclesiastés dice que hay un momento para la risa y el dolor, también para la curación y la muerte. Él sobrevivió al no decir su número, pero su vida ya nunca tuvo sentido.
Suena a historia de posguerra, hay cosas a las que no merece la pena sobrevivir...
9.- Vidas en la España del siglo XXI
El reloj del vagabundo se paró un minuto antes de lo habitual. Manuel había conseguido limpiar su casa al aire libre en sesenta segundos menos. Sacudir sus dos mantas mugrientas, ordenar los libros de la mochila, tirar de la nevera portátil lo que estuviera en mal estado, barrer con un periódico sus cinco metros, tirar el orín, asearse, vestirse y perfumarse.No encontraba la razón de ese minuto de ventaja que había robado.
Paco le regaló un café y una tostada con aceite como todos los días. Aún había gente buena.
Una vez desayunado y arreglado se fue directo a las puertas del Tribunal de Justicia. Cómo llevaba haciendo catorce años. Con la carta del Ere en una mano y la foto de su hija en la otra.
Llegó un minuto antes de lo habitual.
El tiempo le había regalado sesenta segundos de ventaja para encontrar una nueva vida.
Bonito relato, sin ser nada pretencioso creo que hace de eso su principal virtud
10.- Los relojes vacíos
El reloj del vagabundo se paró y las horas se escaparon por la correa: “¡Ahora nos toca ver mundo!” Eran las 6:12.
Las alarmas dejaron de sonar. Los teléfonos enviaban mensajes que el remitente aún no había escrito, llamadas del próximo lunes, pésames por familiares que tenías al lado. Un microondas calentó un burrito durante 0:30 siglos. Llegaron cartas perdidas hacía décadas: Einstein recibió una del Jefe Seattle, el Cid un SMS de Aznar. En Wisconsin una mujer dio a luz a su bisabuela. Eran las 6:12.
Acaso el mundo fuera feliz en aquel presente eterno que nadie sabe cuánto duró. Pero un día —exactamente a las 6:12— el vagabundo cayó muerto. El tiempo volvió de golpe al reloj: mujeres que amanecieron con 18 años se acostaron con 90. Ramsés resucitó en Andorra. Reventaron los taxímetros.
Desconfiad de los vagabundos, pero aún más de los relojes.
Derroche de imaginación, muy divertido y con un gran broche final
11.- A la hora señalada
El reloj del vagabundo se paró al tiempo que el de la torre daba doce campanadas. Tan ( ) Tan...Cabía una vida en cada silencio.
Pascual detuvo sus pasos con parsimonia, acarició las dormidas manecillas acostumbradas, como él, a la intemperie, y la vio: una joven de sonrisa invertida arrastraba un pesado baúl camino de ninguna parte.
Le ofreció ayuda y destino. Avanzaron entre la muchedumbre, ella desgranó una triste historia de miseria, celos, abandono...El cruzar de miradas marcó el inicio de otros horizontes, hartos ya de pisar el mismo suelo una y mil veces.
De pronto miró el reloj, chasqueó la lengua y, al disponerse a dar cuerda al perezoso mecanismo, deparó en ambas manecillas unidas. Decidido a no obligarlas a rodar camino de ningún sitio, miró a la joven de sonrisa invertida, le cogió la mano y soñó que también para ellos eran las doce.
Muy bien escrito y también con deje poético. Lo de la hora señalada me suena a algo Lorquiano ¿no?
12.- Hope Street Vol. 2
El reloj del vagabundo se paró, así que decidió regalárselo el siguiente día al joven que pasaba siempre a las 7:43.
Esa noche casi no durmió, pues al no funcionar el reloj tenía miedo de que se le pasase la hora, pero no fue así. Con los primeros rayos de luz vio como el muchacho entraba en la calle y se dirigió a él:
- Perdona joven, ¿Podría darme dinero para cambiar la pila del reloj?
- Sabes perfectamente mi nombre. ¿Cómo me reconociste tras dieciocho años?
- Si vieses un foto mía con veinticion años pensarías que eras tú mismo.
- ¿Por qué te marchaste?
- Preferí vivir feliz y pobre que mantenido y muerto por dentro. Tú sí la necesitabas.
- Ten, tres euros. Ponle la pila que estaré aquí a las 18:25. Hoy cenarás en mi casa.
Tras ello, se abrazaron y les pareció haber estado siempre juntos.
Bonita historia amigo, ¿Compró la pila o un par de litros de birra ?
13.- Cadenas
El reloj del vagabundo se paró, y entonces se deshizo el nudo que llevaba en el estómago desde hace años.
Él siempre había llevado un reloj en la muñeca, desde que tenía uso de razón. Años, meses, horas, minutos, segundos. El reloj era el último recuerdo de su vida anterior. El reloj fue su guía. También fue su grillete.
Ahora ya no recordaba cómo había llegado a aquella situación, y tampoco le importaba. Con la parada del reloj desapareció el poco orgullo que le quedaba, la culpa, la vergüenza, los remordimientos.
Le embargó una sensación de inconsciencia e inhibición.
El vagabundo se levantó del banco donde estaba sentado y se chocó con un transeúnte que caminaba acelerado mirando su reloj. El transeúnte miró al vagabundo con lástima. El vagabundo devolvió la mirada sonriendo, con condescendencia.
Me gusta la idea del reloj que nos encadena al tiempo, muy original en enfoque
14.- El viaje
El reloj del vagabundo se paró y entonces lo supo, dejó su hatillo en el suelo y sacó un fajo de billetes, fue al pueblo a comprar una cabaña cercana y unos cuantos castaños, trabajó duro ese invierno y los años siguientes, se convirtió en recolector, en cazador, en agricultor.
Conoció mujer y tuvo descendencia. En el décimo aniversario de la llegada a la comarca, sus amigos le regalaron un reloj, funcionaba.
Preparó su hatillo con gran dolor de su corazón.
Su mujer y sus hijos también los prepararon.
A este también le veo un toque Steinbeckiano de alguna manera. Es un mierda tener que vivir aunque sea unos días a la semana lejos de lo que consideras tu hogar, no digo nada de verte obligado a dejarlo....
15.- Vida y/o muerte
El reloj del vagabundo se paró justo en el momento en que el desconocido pronosticó que sucedería. Desconcertado, intentó recordar qué era lo que ese loco le había encomendado a cambio de un puñado de rupias. ¿Salvar a la humanidad? Menudo imbécil. Suponiéndolo cierto, ¿qué importaba? Pensaba en el suicidio frecuentemente, pero el recuerdo de la persona que había sido se lo impedía. Esos antiguos valores le llevaron a cumplir su promesa y cruzar el distrito hasta la primera parada. Bajo aquel puente, en el bidón, encontró la mochila. Mientras caminaba no dejaba de imaginar su contenido, si realmente sería mortal de necesidad. Notaba, tras tanto tiempo, esa cálida sensación de resultar útil...
Encontró el portalón cerrado y, como le habían indicado, golpeó tres veces. Comenzó a abrirse lentamente, liberando una luz que perfiló su figura. Sus ojos se recuperaron para descubrir un recinto aséptico donde sólo identificó...una camilla.
Este es bastante inquietante, aunque no logro descifrarlo del todo. Pero tiene algo que me gusta
Criminal pentatónico- Mensajes : 7951
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Bravo Crimi!!
Eloy- Mensajes : 85501
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Oso ondo, Crimi!
Pero una cosa...
Pero una cosa...
- Spoiler:
salakov- Mensajes : 52352
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Crimishow!!!!!!!!!!!!
Toro- Mensajes : 28503
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
salakov escribió:Oso ondo, Crimi!
Pero una cosa...
- Spoiler:
Pues no llevo mal eso... Vivo casi en el campo y eliminaba o exiliaba a montones de ellas hasta que me compré una jeringa que debe contener algo peor que el polonio...
Criminal pentatónico- Mensajes : 7951
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Stoneheart escribió:El vagabundo es lo que pasa. Al menos a mí. Con el reloj que se para seguro que me saldrían cosas pero el vagabundo me está jodiendo todo el córtex. Hay palabras inmunes al calzador pero está se lleva la palma.Yomis escribió:Ronda con sólo mi chou y algo de Hank, tres páginas, la peña pasando...
Qué pasa aquí?
ADMINISTRACIÓN TOCANDOSE LA HUEVADA.
Anímate, los retos están para superarlos
Eloy- Mensajes : 85501
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
16.- Valentine's Day
El reloj del vagabundo se paró a las 19:27. Es destacable la coincidencia: a esa misma hora recibió el disparo. El policía que recibe esa información piensa en un reloj que funciona con el pulso en lugar de con una pila. Su reflexión es interrumpida con detalles sobre el resto de víctimas que podrían ser enumerados según los objetos encontrados junto a los cadáveres:
Una cazadora del equipo de fútbol del instituto. Un colgante con el nombre "Judy" grabado. Una mochila amarilla llena de agujeros de bala. Una pistola.
Identificado el cuerpo del tiroteador, el policía se desplazará hasta la casa en la que vivía con su madre. Esta les hará pasar a un destartalado salón presidido por una gran cruz ante la que la mujer se arrodillará, abrirá los brazos y llorará, de la misma forma en la que se reiría un loco, tras enterarse de lo sucedido.
El reloj del vagabundo se paró a las 19:27. Es destacable la coincidencia: a esa misma hora recibió el disparo. El policía que recibe esa información piensa en un reloj que funciona con el pulso en lugar de con una pila. Su reflexión es interrumpida con detalles sobre el resto de víctimas que podrían ser enumerados según los objetos encontrados junto a los cadáveres:
Una cazadora del equipo de fútbol del instituto. Un colgante con el nombre "Judy" grabado. Una mochila amarilla llena de agujeros de bala. Una pistola.
Identificado el cuerpo del tiroteador, el policía se desplazará hasta la casa en la que vivía con su madre. Esta les hará pasar a un destartalado salón presidido por una gran cruz ante la que la mujer se arrodillará, abrirá los brazos y llorará, de la misma forma en la que se reiría un loco, tras enterarse de lo sucedido.
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Toro esta ronda me toca a mí el formulario...
Eloy luego te lo paso
Saludos a todos que os tengo últimamente demasiao abandonaos...
Eloy luego te lo paso
Saludos a todos que os tengo últimamente demasiao abandonaos...
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
borogis escribió:Toro esta ronda me toca a mí el formulario...
Eloy luego te lo paso
Saludos a todos que os tengo últimamente demasiao abandonaos...
hao...
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:
1.- Verwirrung
El reloj del vagabundo se paró; a la vez, caía la mordaza del oprimido. Todas las esquinas tornaron curvas; todos los venenos, agua dulce. De las paredes de hormigón brotaron perlas donde antes había aluminosis. El nácar sustituyó al gris, el espliego a la polución. Jóvenes sucios entonaban alabanzas al dios deshacedor de todo: «¡gracias, Dios, por no existir! ¡gracias, Dios, por dejarnos en paz!». Militares muriendo del susto, policías mendigando trabajo, jueces curando sus estigmas, imagínatelo, ¡qué felices todos! Daban ganas de reírse hasta sin ganas. Desde las parábolas de las antiguas esquinas, redondeadas, orbiculares, hiperbólicas, las prostitutas regalaban sus besos. En el nuevo mundo dudar era obligatorio, incluso se instauró el carácter preceptivo de dudar de la duda, ¡de dudar incluso del propio carácter preceptivo de dudar de la duda! En el nuevo mundo, et in arcadia ego, de hecho todo estaba permitido menos una cosa: JUZGAR.
Un relato con tintes salakovianos. A mi es que a pesar de todo, me gusta como escribe y te engancha al relato. El mundo que plantea quizás sea incluso mejor que en el que vivimos. Un acierto no haber plasmado el típico mundo post-apocalíptico
2.- Huevos fritos a la cerilla cocinados a baja temperatura
El reloj del vagabundo se paró al escuchar el chisporroteo del aceite.
Sentado en aquella mesa con un hombre tan extraño como él pero con las estrías de sus palmas rectas.
Le pareció ver una pequeña luz verde a lo alto del restaurante, quizá una puerta a otra dimensión.
Los olores le recordaron otros tiempos, otro lugar ... sonrisas amables, abrazos y ojos confiados.
No necesitaba ojos en la nuca para saber que otro tipo de córvidos le miraban esa noche.
Le daba igual, ese hombre extraño haría de esos 20 minutos los más felices.
De la manera más simple.
¿Y después de eso?.
Eso ya es otra historia, pero no la filmará Capra, no le gustan Dickens ni Andersen.
El relato me gusta, pero para mi, el final perfecto hubiese sido nombrar a Thomas para que pensemos en "El SIlencio De Los Corderos" y nos imaginemos lo uqe ocurrirá tras la cena
3.- ¿Llegó la hora?
El reloj del vagabundo se paró a las 20:05, al mismo tiempo que su corazón, en la celda donde dormía la mona después de una de sus habituales y escandalosas borracheras que tenían harto al dueño del pub. Al sargento Murphy lo que le llamó la atención fue que ese borrachín tuviera un reloj. Y encima uno de los caros. Para colmo, al cadáver se le había quedado una sonrisita que lo estaba sacando de quicio. Le quitó el reloj, lo puso en hora y se lo llevó a su despacho por si alguien lo reclamaba. Lo olvidó hasta el accidente del tren de Londres de las 13.16, justo a la hora en la que el reloj volvió a pararse. No era un tipo supersticioso, pero por si acaso decidió regalárselo a su suegra.
Buena cuña de humor al final en un micro que parecía un thriller, bravo
4.- El miserable
El reloj del vagabundo se paró. Y recordó cuando se lo arrebató. Y regresaron a él todas aquellas decadentes imágenes de hurtos y violencia gratuita. Aquella pobre indigente a la que apaleó hasta dejar semi inconsciente. Aquellos jovencitos de la calle oscura que tuvieron que entregarle sus mugrientos juguetes. Robar por robar. Humillar por humillar. Abusar por abusar. Sabía que era una gran mierda con un corazón dentro; un corazón que imploraba detenerse.
Conservó todos aquellos objetos hasta que ocuparon más que su propia conciencia.
Una mañana se levantó temprano. Llovía. El viento zarandeaba tejados y árboles; danzaban los columpios y los periódicos susurraban remolinos de papel.
Abrió la bolsa y lanzó los objetos al mar desde un apartado acantilado: relojes, peonzas; unas desgastadas gafas. Pobre Raúl.
El océano rugía, levantando al cielo enormes lenguas de gélida agua. Cuánta belleza. Hasta que una de ellas se lo llevó.
Nada tiene más poder que la propia naturaleza, además que en este relato también entra en juego el kharma. Los fans del Doctor Music lo puntuarán seguro, yo quizás también
5.- Una segunda oportunidad
El reloj del vagabundo se paró de pronto. Trató de ponerlo en marcha con unos golpecitos de su dedo contra la esfera, pero no funcionó. Estaba estropeado. Eso explicaba por qué se lo había regalado un desconocido esa misma mañana. Mientras trataba de repararlo, levantó la mirada y se detuvo en seco ante lo que vio: el mundo se había detenido. A su lado, las personas que transitaban por la calle parecían estatuas de cera. No era posible, el reloj no podía… Giró las manecillas hacia atrás, y comprobó que todo retrocedía. Desconocía quién y por qué le había otorgado ese poder, pero tenía que aprovecharlo. Podía regresar al instante que quisiera, y cambiar las decisiones que le habían llevado a esa vida. Tras meditarlo, supo lo que tenía que hacer. Colocó el reloj en el suelo y lo rompió con el tacón. Y así, el mundo retomó su camino.
Bravo por este mendigo que no aprovecho y entró en tiendas a por cosas que quisiera o desnudó a una mujer lujurioso o robó un coche... No,hizo que la vida siguiera su curso
6.- La trágica sonrisa del destino
El reloj del vagabundo se paró durante la noche más inoportuna. No despertó a tiempo aunque tenía todo preparado; el traje que encontró en una maleta del contenedor, planchado con vapor de las rendijas del metro, y guardado en la caja de un aspirador.
Lo llevaría a la estación para buscar a su hijo, que pasaba un día en la ciudad; contarle que había surgido una urgencia laboral y debía irse, manteniendo así la farsa de los últimos seis meses, pero al menos consiguiendo el abrazo por el que suspiraba hacía demasiado tiempo.
Hoy era tarde. Había pasado ese tren.
Llamó desde una cabina y saltó el buzón:
—Lo siento, me ha surgido un imprevisto, nos veremos en tu próximo viaje.
Resopló aliviado pensando que tenía otra prórroga.
Minutos después lloraba desconsoladamente frente a un escaparate con televisores.
Atentado en Atocha.
No sentía merecer más que su hijo otra oportunidad.
El sufrimiento de perder a un hijo debe de ser descorazonador, y lo que era un alivio pasa a ser una tortura
7.- Rotonde astrocalendaire
El reloj del vagabundo se paró. O se estropeó. El caso es que empezó a vociferar: “¡Mi reloj no va, no va!”, desesperado. Me acerqué a ver qué le ocurría. El viejo me caía bien, siempre le daba cigarrillos. “¿Qué no va, Aurelio?”. Me mostró la roñosa muñeca, en que relucía un maravilloso Cartier antiguo de esfera astronómica. Aurelio sollozaba con tal sentimiento que me ofrecí a acompañarle al relojero, sin preguntarle.
El relojero se pasmó al ver semejante belleza en un brazo tan innoble. Lo examinó amorosamente; anunció que el mecanismo parecía obturado y que estaría listo en dos días. El vagabundo se negó a dejarlo. “¡Me lo quiere robar!”, bramaba. Y de ahí se largó, con su reloj parado.
Tres días después Aurelio apareció muerto a navajazos. Su magnífico Cartier se había volatilizado. La policía archivó el caso como “reyerta entre mendigos”. Desde entonces, no saludo al relojero.
Bueno, creo que todos queremos coger al relojero y darle una paliza, ¿no?
8.- Eclesiastés Cap.3
El reloj del vagabundo se paró, aunque el reloj de su vida se detuvo muchos años atrás. Todo comenzó en las cuencas mineras tras la guerra. Don Matías y el resto de señoritos cogieron por norma subir borrachos a la mina, una vez allí pedían a los presos numerarse. Él, era uno de ellos y fue el primero al que pidieron un número al azar. Aunque intuía que algo malo iba a suceder, jamás pensó que llegarían tan lejos. A partir de ese día, también se convirtió en norma que cada preso en un acto de dignidad y generosidad enunciara su propio número justo antes de ser fusilado junto a un montón de escoria.
El Eclesiastés dice que hay un momento para la risa y el dolor, también para la curación y la muerte. Él sobrevivió al no decir su número, pero su vida ya nunca tuvo sentido.
Relato que evoca a la guerra civil, muy bueno y valiente (aunque para mi es calzador )
9.- Vidas en la España del siglo XXI
El reloj del vagabundo se paró un minuto antes de lo habitual. Manuel había conseguido limpiar su casa al aire libre en sesenta segundos menos. Sacudir sus dos mantas mugrientas, ordenar los libros de la mochila, tirar de la nevera portátil lo que estuviera en mal estado, barrer con un periódico sus cinco metros, tirar el orín, asearse, vestirse y perfumarse.No encontraba la razón de ese minuto de ventaja que había robado.
Paco le regaló un café y una tostada con aceite como todos los días. Aún había gente buena.
Una vez desayunado y arreglado se fue directo a las puertas del Tribunal de Justicia. Cómo llevaba haciendo catorce años. Con la carta del Ere en una mano y la foto de su hija en la otra.
Llegó un minuto antes de lo habitual.
El tiempo le había regalado sesenta segundos de ventaja para encontrar una nueva vida.
Este relato me provoca una tristeza por culpa de que en realidad, ese minuto seguramente no le sea válido en el sentido de que nadie le dará un trabajo en ese minuto, ni una cantidad de dinero descomunal (por desgracia para Manuel). También destacar la carta de ERE y la foto de la hija, porque creo que esa estrategia pedigüeña ha pasado a ser tan común que ya no nos crea remordimiento de no aportar
10.- Los relojes vacíos
El reloj del vagabundo se paró y las horas se escaparon por la correa: “¡Ahora nos toca ver mundo!” Eran las 6:12.
Las alarmas dejaron de sonar. Los teléfonos enviaban mensajes que el remitente aún no había escrito, llamadas del próximo lunes, pésames por familiares que tenías al lado. Un microondas calentó un burrito durante 0:30 siglos. Llegaron cartas perdidas hacía décadas: Einstein recibió una del Jefe Seattle, el Cid un SMS de Aznar. En Wisconsin una mujer dio a luz a su bisabuela. Eran las 6:12.
Acaso el mundo fuera feliz en aquel presente eterno que nadie sabe cuánto duró. Pero un día —exactamente a las 6:12— el vagabundo cayó muerto. El tiempo volvió de golpe al reloj: mujeres que amanecieron con 18 años se acostaron con 90. Ramsés resucitó en Andorra. Reventaron los taxímetros.
Desconfiad de los vagabundos, pero aún más de los relojes.
Este relato con LSD ganaría más. Me gusta el relato pero no le acabo de ver el sentido
11.- A la hora señalada
El reloj del vagabundo se paró al tiempo que el de la torre daba doce campanadas. Tan ( ) Tan...Cabía una vida en cada silencio.
Pascual detuvo sus pasos con parsimonia, acarició las dormidas manecillas acostumbradas, como él, a la intemperie, y la vio: una joven de sonrisa invertida arrastraba un pesado baúl camino de ninguna parte.
Le ofreció ayuda y destino. Avanzaron entre la muchedumbre, ella desgranó una triste historia de miseria, celos, abandono...El cruzar de miradas marcó el inicio de otros horizontes, hartos ya de pisar el mismo suelo una y mil veces.
De pronto miró el reloj, chasqueó la lengua y, al disponerse a dar cuerda al perezoso mecanismo, deparó en ambas manecillas unidas. Decidido a no obligarlas a rodar camino de ningún sitio, miró a la joven de sonrisa invertida, le cogió la mano y soñó que también para ellos eran las doce.
Es bonito que aunque tu situación no sea común, siempre habrá alguien que la entienda. Esa es la persona con quien quedarse. Bien por Pascual y la joven
12.- Hope Street Vol. 2
El reloj del vagabundo se paró, así que decidió regalárselo el siguiente día al joven que pasaba siempre a las 7:43.
Esa noche casi no durmió, pues al no funcionar el reloj tenía miedo de que se le pasase la hora, pero no fue así. Con los primeros rayos de luz vio como el muchacho entraba en la calle y se dirigió a él:
- Perdona joven, ¿Podría darme dinero para cambiar la pila del reloj?
- Sabes perfectamente mi nombre. ¿Cómo me reconociste tras dieciocho años?
- Si vieses un foto mía con veinticion años pensarías que eras tú mismo.
- ¿Por qué te marchaste?
- Preferí vivir feliz y pobre que mantenido y muerto por dentro. Tú sí la necesitabas.
- Ten, tres euros. Ponle la pila que estaré aquí a las 18:25. Hoy cenarás en mi casa.
Tras ello, se abrazaron y les pareció haber estado siempre juntos.
Lo primero a tener en cuenta es el volumen 1
- HOPE STREET:
1. Hope Street
Recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos, yonkis y algunos que son una combinación de ellos, paradójicamente llamada Hope Street.
La primera vez lo hice porque google maps me aconsejaba que era el sitio más corto para ir al trabajo. Cuando pasé me impresionó y pensé que yo podría ser cualquiera de ellos, siempre he vivido en un hogar desestructurado, en parte, por la marcha de mi padre cuando tenía 7 años por las infidelidades de mi madre. Me fui fijando en los habitantes de la calle y noté que ellos tenían más miedo de mi que yo de ellos. Y uno de los mendigos me llamó la atención en especial pues se notaba avergonzado cuando pasaba por su lado.
Desde aquel día recorro a diario una calle transitada por putas, mendigos y yonkis porque es la única manera de saber que mi padre sigue vivo.
A partir de ahí, me gusta como el padre al final consigue relacionarse con el hijo hijo a pesar de tanto tiempo y como el hijo necesita al padre. Tiene mejor final para ellos que el relato 6
13.- Cadenas
El reloj del vagabundo se paró, y entonces se deshizo el nudo que llevaba en el estómago desde hace años.
Él siempre había llevado un reloj en la muñeca, desde que tenía uso de razón. Años, meses, horas, minutos, segundos. El reloj era el último recuerdo de su vida anterior. El reloj fue su guía. También fue su grillete.
Ahora ya no recordaba cómo había llegado a aquella situación, y tampoco le importaba. Con la parada del reloj desapareció el poco orgullo que le quedaba, la culpa, la vergüenza, los remordimientos.
Le embargó una sensación de inconsciencia e inhibición.
El vagabundo se levantó del banco donde estaba sentado y se chocó con un transeúnte que caminaba acelerado mirando su reloj. El transeúnte miró al vagabundo con lástima. El vagabundo devolvió la mirada sonriendo, con condescendencia.
Siempre tenemos una venda en los ojos, de esas que cuando te las quitas te quitas un peso y ves que no eres el único que la lleva. Me gusta
14.- El viaje
El reloj del vagabundo se paró y entonces lo supo, dejó su hatillo en el suelo y sacó un fajo de billetes, fue al pueblo a comprar una cabaña cercana y unos cuantos castaños, trabajó duro ese invierno y los años siguientes, se convirtió en recolector, en cazador, en agricultor.
Conoció mujer y tuvo descendencia. En el décimo aniversario de la llegada a la comarca, sus amigos le regalaron un reloj, funcionaba.
Preparó su hatillo con gran dolor de su corazón.
Su mujer y sus hijos también los prepararon.
Este relato me encanta, me parece buenísimo, pero no entiendo porque cuando el reloj funciona se marcha y cuando se para se queda, y me da mucha rabia, porque quiero saberlo
15.- Vida y/o muerte
El reloj del vagabundo se paró justo en el momento en que el desconocido pronosticó que sucedería. Desconcertado, intentó recordar qué era lo que ese loco le había encomendado a cambio de un puñado de rupias. ¿Salvar a la humanidad? Menudo imbécil. Suponiéndolo cierto, ¿qué importaba? Pensaba en el suicidio frecuentemente, pero el recuerdo de la persona que había sido se lo impedía. Esos antiguos valores le llevaron a cumplir su promesa y cruzar el distrito hasta la primera parada. Bajo aquel puente, en el bidón, encontró la mochila. Mientras caminaba no dejaba de imaginar su contenido, si realmente sería mortal de necesidad. Notaba, tras tanto tiempo, esa cálida sensación de resultar útil...
Encontró el portalón cerrado y, como le habían indicado, golpeó tres veces. Comenzó a abrirse lentamente, liberando una luz que perfiló su figura. Sus ojos se recuperaron para descubrir un recinto aséptico donde sólo identificó...una camilla.
Esto lo quiero entender como que intenta suicidarse pero al final acaba despertando por reanimación en el hospital
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:16.- Valentine's Day
El reloj del vagabundo se paró a las 19:27. Es destacable la coincidencia: a esa misma hora recibió el disparo. El policía que recibe esa información piensa en un reloj que funciona con el pulso en lugar de con una pila. Su reflexión es interrumpida con detalles sobre el resto de víctimas que podrían ser enumerados según los objetos encontrados junto a los cadáveres:
Una cazadora del equipo de fútbol del instituto. Un colgante con el nombre "Judy" grabado. Una mochila amarilla llena de agujeros de bala. Una pistola.
Identificado el cuerpo del tiroteador, el policía se desplazará hasta la casa en la que vivía con su madre. Esta les hará pasar a un destartalado salón presidido por una gran cruz ante la que la mujer se arrodillará, abrirá los brazos y llorará, de la misma forma en la que se reiría un loco, tras enterarse de lo sucedido.
No cojo el ritmo porque los tiempos verbales no son los mismos y me pierdo en la historia, lo siento
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
17.- El día en el que decidió mandarlo todo a la mierda
El reloj del vagabundo se paró pero le dio igual. Ya hacía mucho tiempo que el paso del tiempo le daba igual. Cuando rememoraba el día en el que mandó todo a la mierda no podía evitar sentir cierto orgullo. Sus años como marine del ejército de EEUU habían acabado por pulverizar y reventar su alma. Tras tanta muerte y destrucción sin sentido la podredumbre moral había acabado por consumirle por completo. Hasta que decidió desertar y vivir como un nómada. Era considerado un cobarde, un traidor, un paria pero le daba igual. No tenía nada pero no echaba de menos tenerlo. Iba de ciudad en ciudad sin rumbo, ganándose la vida como músico callejero. Y nunca había sido tan feliz como desde el día en el decidió abandonarlo todo.
El reloj del vagabundo se paró pero le dio igual. Ya hacía mucho tiempo que el paso del tiempo le daba igual. Cuando rememoraba el día en el que mandó todo a la mierda no podía evitar sentir cierto orgullo. Sus años como marine del ejército de EEUU habían acabado por pulverizar y reventar su alma. Tras tanta muerte y destrucción sin sentido la podredumbre moral había acabado por consumirle por completo. Hasta que decidió desertar y vivir como un nómada. Era considerado un cobarde, un traidor, un paria pero le daba igual. No tenía nada pero no echaba de menos tenerlo. Iba de ciudad en ciudad sin rumbo, ganándose la vida como músico callejero. Y nunca había sido tan feliz como desde el día en el decidió abandonarlo todo.
Eloy- Mensajes : 85501
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:17.- El día en el que decidió mandarlo todo a la mierda
El reloj del vagabundo se paró pero le dio igual. Ya hacía mucho tiempo que el paso del tiempo le daba igual. Cuando rememoraba el día en el que mandó todo a la mierda no podía evitar sentir cierto orgullo. Sus años como marine del ejército de EEUU habían acabado por pulverizar y reventar su alma. Tras tanta muerte y destrucción sin sentido la podredumbre moral había acabado por consumirle por completo. Hasta que decidió desertar y vivir como un nómada. Era considerado un cobarde, un traidor, un paria pero le daba igual. No tenía nada pero no echaba de menos tenerlo. Iba de ciudad en ciudad sin rumbo, ganándose la vida como músico callejero. Y nunca había sido tan feliz como desde el día en el decidió abandonarlo todo.
Claro que sí, felicidad ante todo
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
18.- Pulpsycho
El reloj de El Vagabundo se paró hace tiempo según comenta él mismo. Allí, claro, todos compartían la misma condición pero él era “El” Vagabundo, el único que dictaba ley. Todos lo aceptaban. Butch reconoció el reloj el primer día. Ese reloj dorado Lancet era el que su padre había escondido en su culo durante cinco años en Vietnam, el que le entregó el capitán Koons cuando era niño, el que Fabienne había olvidado cuando tenía que recoger las cosas. El maldito reloj que le había llevado hasta ahí.
Esperó a la noche en que El Vagabundo le permitió compartir cartones. Después de ser amado por detrás, escuchando gruñidos salpicando vino barato, El Vagabundo le acercó el reloj: "Sé a qué has venido. Reconociste el reloj pero no a…" “¿¡Marsellus!?” Butch entonces empuñó el…
− “¿Y seguro que esta segunda parte reactivará mi carrera?”- Pregunta Bruce a su agente.
El reloj de El Vagabundo se paró hace tiempo según comenta él mismo. Allí, claro, todos compartían la misma condición pero él era “El” Vagabundo, el único que dictaba ley. Todos lo aceptaban. Butch reconoció el reloj el primer día. Ese reloj dorado Lancet era el que su padre había escondido en su culo durante cinco años en Vietnam, el que le entregó el capitán Koons cuando era niño, el que Fabienne había olvidado cuando tenía que recoger las cosas. El maldito reloj que le había llevado hasta ahí.
Esperó a la noche en que El Vagabundo le permitió compartir cartones. Después de ser amado por detrás, escuchando gruñidos salpicando vino barato, El Vagabundo le acercó el reloj: "Sé a qué has venido. Reconociste el reloj pero no a…" “¿¡Marsellus!?” Butch entonces empuñó el…
− “¿Y seguro que esta segunda parte reactivará mi carrera?”- Pregunta Bruce a su agente.
Eloy- Mensajes : 85501
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
19.- Engranajes
El reloj del vagabundo se paró a las once, como cada noche. Con un gesto maquinal empezó a darle cuerda cuando escuchó un crujido. Al instante supo que algo en su interior se había roto, así que se acostó sin el confortable tic tac de su viejo amigo junto al oído.
Y por primera vez en siglos escuchó el silencio de la noche rasgado por todo aquello que hasta entonces había mantenido oculto. A su desvelo llegó el desprecio de gentes en mil lugares ululando, croando en la oscuridad. Oyó reptar el repudio de un padre y crepitar el llanto de una mujer y sintió el estruendo de todas las puertas del mundo cerrándose.
Y recordando que una vez creyó en algo rezó para ver llegar el alba y, en el próximo pueblo, encontrar quien supiera reparar los engranajes de su reloj y con ellos, los de su cabeza.
El reloj del vagabundo se paró a las once, como cada noche. Con un gesto maquinal empezó a darle cuerda cuando escuchó un crujido. Al instante supo que algo en su interior se había roto, así que se acostó sin el confortable tic tac de su viejo amigo junto al oído.
Y por primera vez en siglos escuchó el silencio de la noche rasgado por todo aquello que hasta entonces había mantenido oculto. A su desvelo llegó el desprecio de gentes en mil lugares ululando, croando en la oscuridad. Oyó reptar el repudio de un padre y crepitar el llanto de una mujer y sintió el estruendo de todas las puertas del mundo cerrándose.
Y recordando que una vez creyó en algo rezó para ver llegar el alba y, en el próximo pueblo, encontrar quien supiera reparar los engranajes de su reloj y con ellos, los de su cabeza.
Eloy- Mensajes : 85501
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
20.- Cartografía de lo inevitable
El reloj del vagabundo se paró durante el viaje; estaba echado en una tumbona descolorida y una copista se inclinó despacio para anotar ese incidente, luego quedó en silencio durante la vigilia, esperando otras señales. Excepto ellos, todos se pudrían al desplazarse en el tiempo. El cuerpo sufría y también la mente. Cada detalle quedaba registrado. Se tatuaban rutas, se dibujaban mapas que con gran erudición mostraban la compleja geometría de los sueños, y en cuyos márgenes abundaban letanías — hasta aquel momento— intraducibles. Los errantes, los viajeros ambulantes, muchas veces se perdían en la nube y retornaban sin encontrar nada, otras en establos o en cajeros, a pesar de dormir duro ya no regresaban. Pero en una playa desierta se amontonaban los recuerdos. Y en la calima de la tarde, flotando sobre un esquife, el vagabundo se preguntaba qué hora sería.
El reloj del vagabundo se paró durante el viaje; estaba echado en una tumbona descolorida y una copista se inclinó despacio para anotar ese incidente, luego quedó en silencio durante la vigilia, esperando otras señales. Excepto ellos, todos se pudrían al desplazarse en el tiempo. El cuerpo sufría y también la mente. Cada detalle quedaba registrado. Se tatuaban rutas, se dibujaban mapas que con gran erudición mostraban la compleja geometría de los sueños, y en cuyos márgenes abundaban letanías — hasta aquel momento— intraducibles. Los errantes, los viajeros ambulantes, muchas veces se perdían en la nube y retornaban sin encontrar nada, otras en establos o en cajeros, a pesar de dormir duro ya no regresaban. Pero en una playa desierta se amontonaban los recuerdos. Y en la calima de la tarde, flotando sobre un esquife, el vagabundo se preguntaba qué hora sería.
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
borogis escribió:Toro esta ronda me toca a mí el formulario...
Eloy luego te lo paso
Saludos a todos que os tengo últimamente demasiao abandonaos...
Perfecto Boro, gracias
Toro- Mensajes : 28503
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
RegShow!!!!
Toro- Mensajes : 28503
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
borogis escribió:Toro esta ronda me toca a mí el formulario...
Eloy luego te lo paso
Saludos a todos que os tengo últimamente demasiao abandonaos...
Thankxx!!!
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Veinte y subiendo...
Venga un último esfuerzo!!
Venga un último esfuerzo!!
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
20 ya!! y qué difícil va a ser votar. Muy poéticos, bien escritos, a ver si el premio ole tus güebos queda desierto
Koikila- Mensajes : 46207
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:18.- Pulpsycho
El reloj de El Vagabundo se paró hace tiempo según comenta él mismo. Allí, claro, todos compartían la misma condición pero él era “El” Vagabundo, el único que dictaba ley. Todos lo aceptaban. Butch reconoció el reloj el primer día. Ese reloj dorado Lancet era el que su padre había escondido en su culo durante cinco años en Vietnam, el que le entregó el capitán Koons cuando era niño, el que Fabienne había olvidado cuando tenía que recoger las cosas. El maldito reloj que le había llevado hasta ahí.
Esperó a la noche en que El Vagabundo le permitió compartir cartones. Después de ser amado por detrás, escuchando gruñidos salpicando vino barato, El Vagabundo le acercó el reloj: "Sé a qué has venido. Reconociste el reloj pero no a…" “¿¡Marsellus!?” Butch entonces empuñó el…
− “¿Y seguro que esta segunda parte reactivará mi carrera?”- Pregunta Bruce a su agente.
Ese reloj estaba en el cangurito!!
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RegSound- Moderador
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Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:19.- Engranajes
El reloj del vagabundo se paró a las once, como cada noche. Con un gesto maquinal empezó a darle cuerda cuando escuchó un crujido. Al instante supo que algo en su interior se había roto, así que se acostó sin el confortable tic tac de su viejo amigo junto al oído.
Y por primera vez en siglos escuchó el silencio de la noche rasgado por todo aquello que hasta entonces había mantenido oculto. A su desvelo llegó el desprecio de gentes en mil lugares ululando, croando en la oscuridad. Oyó reptar el repudio de un padre y crepitar el llanto de una mujer y sintió el estruendo de todas las puertas del mundo cerrándose.
Y recordando que una vez creyó en algo rezó para ver llegar el alba y, en el próximo pueblo, encontrar quien supiera reparar los engranajes de su reloj y con ellos, los de su cabeza.
Muy bonito. Igual que los niños necesitan su luz para dormir, él necesitaba su tic-tac
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:20.- Cartografía de lo inevitable
El reloj del vagabundo se paró durante el viaje; estaba echado en una tumbona descolorida y una copista se inclinó despacio para anotar ese incidente, luego quedó en silencio durante la vigilia, esperando otras señales. Excepto ellos, todos se pudrían al desplazarse en el tiempo. El cuerpo sufría y también la mente. Cada detalle quedaba registrado. Se tatuaban rutas, se dibujaban mapas que con gran erudición mostraban la compleja geometría de los sueños, y en cuyos márgenes abundaban letanías — hasta aquel momento— intraducibles. Los errantes, los viajeros ambulantes, muchas veces se perdían en la nube y retornaban sin encontrar nada, otras en establos o en cajeros, a pesar de dormir duro ya no regresaban. Pero en una playa desierta se amontonaban los recuerdos. Y en la calima de la tarde, flotando sobre un esquife, el vagabundo se preguntaba qué hora sería.
Muchas veces es así, que lo que te apetece es desconectar sin más
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Grande Reg.
Muy buenos shows, como siempre!!
¿Ves yomis? Hoy era el día
Muy buenos shows, como siempre!!
¿Ves yomis? Hoy era el día
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Criminal pentatónico escribió:RELATOS A CONCURSO
13.- Cadenas
El reloj del vagabundo se paró, y entonces se deshizo el nudo que llevaba en el estómago desde hace años.
Él siempre había llevado un reloj en la muñeca, desde que tenía uso de razón. Años, meses, horas, minutos, segundos. El reloj era el último recuerdo de su vida anterior. El reloj fue su guía. También fue su grillete.
Ahora ya no recordaba cómo había llegado a aquella situación, y tampoco le importaba. Con la parada del reloj desapareció el poco orgullo que le quedaba, la culpa, la vergüenza, los remordimientos.
Le embargó una sensación de inconsciencia e inhibición.
El vagabundo se levantó del banco donde estaba sentado y se chocó con un transeúnte que caminaba acelerado mirando su reloj. El transeúnte miró al vagabundo con lástima. El vagabundo devolvió la mirada sonriendo, con condescendencia.
Me gusta la idea del reloj que nos encadena al tiempo, muy original en enfoque
El relato es muy bonito, estoy de acuerdo. Pero quería darte más sobre esa idea del "reloj que nos encadena", crimi, Salakov dirá "¡¡¡¡¡quién nó conóce a Cortázar!!!" (con triple exclamación y tildes todo desparramadas), pero ahí te va.
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Por cierto, sabios foreros, tengo siempre en la cabeza la imagen tan bella del relo que al quitar la correa deja dos puntitos de sangre, como un vampiro, y no recuerdo de quién era, ¿alguien puede ayudarme? Creí que venía también de Cortázar pero no lo encuentro...
Me indentifico mucho con todo esto porque nunca he soportado llevar reloj y nunca lo he llevado: me incomoda en la muñeca. Sin reloj y sin móvil, siempre me siento libre del tiempo. Las personas que me tienen que esperar no piensan exactamente lo mismo, claro.
Salud,
z
David Z.- Mensajes : 14651
Fecha de inscripción : 05/10/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Yo tengo la muñeca pequeña y todos los relojes bonicos que me han regalado me venían grandes. Tampoco lo soportaría, durante los festivales siempre sueño que me arranco la pulsera.
Ah, bueno. Para el gimnasio uso un casio f91.
Ah, bueno. Para el gimnasio uso un casio f91.
Nomeko7- Mensajes : 38240
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
No hay Bullchou? Ni arquichou?
Yomis- Mensajes : 37833
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Y Roborcito lindo se fué por donde vino
Yomis- Mensajes : 37833
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
En el toroshow confío esta noche.
Arquishow es impredecible
Arquishow es impredecible
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52134
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
No me puedo creer que a falta de dos horas no lleguemos a los veinticinco.
Veo falta de arrestos. Ha habido frases mucho más chungas.
Aún confío...
Veo falta de arrestos. Ha habido frases mucho más chungas.
Aún confío...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
RegSound escribió:En el toroshow confío esta noche.
Arquishow es impredecible
Estoy bastante liado, esta vez no voy a poder
Ecthelion- Mensajes : 49419
Fecha de inscripción : 21/03/2012
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
FDC.
El Cangurito
El Reloj del vagabundo se paro cuando se lo metio en el culo mientras lo detenian.
Algun dia perteneceria a su hijo, orden de alejamiento o no.
Que pena, todo perdido, como las tildes de este texto.
El Cangurito
El Reloj del vagabundo se paro cuando se lo metio en el culo mientras lo detenian.
Algun dia perteneceria a su hijo, orden de alejamiento o no.
Que pena, todo perdido, como las tildes de este texto.
Eric Sachs- Mensajes : 70621
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
uno más, bravo por los valientes
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
21.- 6 de junio de 1926
El reloj del vagabundo se paró. Sin más. Siglos de precisión y perseverancia humana parados. Un sin más tan profundo y denso que nunca nadie se dio cuenta.
Ni siquiera el vagabundo sabía que tenía un reloj en el fondo de su maletín.
Y, de repente, murió.
Y, días después, el vagabundo. Atropellado por un tranvía mientras en su cabeza se proyectaban miles de maravillas.
Y durante cuatro días, entre dos adoquines, una pequeña rueda dentada brilló, para nadie, entre Gran Via y Bailén.
El reloj del vagabundo se paró. Sin más. Siglos de precisión y perseverancia humana parados. Un sin más tan profundo y denso que nunca nadie se dio cuenta.
Ni siquiera el vagabundo sabía que tenía un reloj en el fondo de su maletín.
Y, de repente, murió.
Y, días después, el vagabundo. Atropellado por un tranvía mientras en su cabeza se proyectaban miles de maravillas.
Y durante cuatro días, entre dos adoquines, una pequeña rueda dentada brilló, para nadie, entre Gran Via y Bailén.
Última edición por Eloy el Miér 7 Nov 2018 - 21:51, editado 1 vez
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
22.- Salto en el tiempo
El reloj del vagabundo se paró en el momento que su cuerpo se estrellaba contra el suelo. Me acerqué rápidamente, pero ya estaba muerto.
Un papel sobresalía de su chaqueta: «Para que funcione el mecanismo de salto en el tiempo sólo tiene que girar las agujas y tendrá la oportunidad de enmendar su vida». ¿Sería verdad? ¿Una máquina del tiempo? ¿Por qué saltó entonces?
Me quedé la nota y el reloj y probé suerte. Moví las agujas, pero no se activó nada.
Obsesionado, cada día probaba diversas posiciones de las agujas sin lograr que funcionara. Estaba convencido de que aquel artefacto era especial, por lo que invertí mis ahorros en analizarlo en relojerías de gran renombre y centros de investigación.
Siempre con resultados inconclusos, mi dinero disminuía mientras las sonrisas burlonas aumentaban.
Desesperado, ya no me quedaba nada salvo aquel reloj. Así que me acerqué a la cornisa y salté.
El reloj del vagabundo se paró en el momento que su cuerpo se estrellaba contra el suelo. Me acerqué rápidamente, pero ya estaba muerto.
Un papel sobresalía de su chaqueta: «Para que funcione el mecanismo de salto en el tiempo sólo tiene que girar las agujas y tendrá la oportunidad de enmendar su vida». ¿Sería verdad? ¿Una máquina del tiempo? ¿Por qué saltó entonces?
Me quedé la nota y el reloj y probé suerte. Moví las agujas, pero no se activó nada.
Obsesionado, cada día probaba diversas posiciones de las agujas sin lograr que funcionara. Estaba convencido de que aquel artefacto era especial, por lo que invertí mis ahorros en analizarlo en relojerías de gran renombre y centros de investigación.
Siempre con resultados inconclusos, mi dinero disminuía mientras las sonrisas burlonas aumentaban.
Desesperado, ya no me quedaba nada salvo aquel reloj. Así que me acerqué a la cornisa y salté.
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Queda una hora (o un poco más)
No desfallezcan...
No desfallezcan...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:21.- 6 de junio de 1926
El reloj del vagabundo se paró. Sin más. Siglos de precisión y perseverancia humana parados. Un sin más tan profundo y denso que nunca nadie se dio cuenta.
Ni siquiera el vagabundo sabía que tenía un reloj en el fondo de su maletín.
Y, de repente, murió.
Y, días después, el vagabundo. Atropellado por un tranvía mientras en su cabeza se proyectaban miles de maravillas.
Y durante cuatro días, entre dos adoquines, una pequeña rueda dentada brilló, para nadie, entre Consell de Cent y Bailén.
Ay, qué bonito el homenaje a Gaudí
Koikila- Mensajes : 46207
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:21.- 6 de junio de 1926
El reloj del vagabundo se paró. Sin más. Siglos de precisión y perseverancia humana parados. Un sin más tan profundo y denso que nunca nadie se dio cuenta.
Ni siquiera el vagabundo sabía que tenía un reloj en el fondo de su maletín.
Y, de repente, murió.
Y, días después, el vagabundo. Atropellado por un tranvía mientras en su cabeza se proyectaban miles de maravillas.
Y durante cuatro días, entre dos adoquines, una pequeña rueda dentada brilló, para nadie, entre Consell de Cent y Bailén.
Como bien apunta Koi, gran homenaje a Gaudí
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Eloy escribió:22.- Salto en el tiempo
El reloj del vagabundo se paró en el momento que su cuerpo se estrellaba contra el suelo. Me acerqué rápidamente, pero ya estaba muerto.
Un papel sobresalía de su chaqueta: «Para que funcione el mecanismo de salto en el tiempo sólo tiene que girar las agujas y tendrá la oportunidad de enmendar su vida». ¿Sería verdad? ¿Una máquina del tiempo? ¿Por qué saltó entonces?
Me quedé la nota y el reloj y probé suerte. Moví las agujas, pero no se activó nada.
Obsesionado, cada día probaba diversas posiciones de las agujas sin lograr que funcionara. Estaba convencido de que aquel artefacto era especial, por lo que invertí mis ahorros en analizarlo en relojerías de gran renombre y centros de investigación.
Siempre con resultados inconclusos, mi dinero disminuía mientras las sonrisas burlonas aumentaban.
Desesperado, ya no me quedaba nada salvo aquel reloj. Así que me acerqué a la cornisa y salté.
Este relato hubiese sido mi 3 si especificase totalmente que él era el vagabundo (que es lo que intuyo)
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
RegSound escribió:Eloy escribió:22.- Salto en el tiempo
El reloj del vagabundo se paró en el momento que su cuerpo se estrellaba contra el suelo. Me acerqué rápidamente, pero ya estaba muerto.
Un papel sobresalía de su chaqueta: «Para que funcione el mecanismo de salto en el tiempo sólo tiene que girar las agujas y tendrá la oportunidad de enmendar su vida». ¿Sería verdad? ¿Una máquina del tiempo? ¿Por qué saltó entonces?
Me quedé la nota y el reloj y probé suerte. Moví las agujas, pero no se activó nada.
Obsesionado, cada día probaba diversas posiciones de las agujas sin lograr que funcionara. Estaba convencido de que aquel artefacto era especial, por lo que invertí mis ahorros en analizarlo en relojerías de gran renombre y centros de investigación.
Siempre con resultados inconclusos, mi dinero disminuía mientras las sonrisas burlonas aumentaban.
Desesperado, ya no me quedaba nada salvo aquel reloj. Así que me acerqué a la cornisa y salté.
Este relato hubiese sido mi 3 si especificase totalmente que él era el vagabundo (que es lo que intuyo)
Yo veo ahí al vagabundo, este es muy original
Me gusta también mucho.
Esta ronda voy a estar muy orgullosa de mi rosco, menudo nivel!!
Koikila- Mensajes : 46207
Fecha de inscripción : 29/07/2009
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
A mí me encantan los relojes. Siempre llevo alguno encima, menos en la ducha
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
Si alguien se anima ampliamos hasta que me venza el sueño...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
David Z. escribió:Criminal pentatónico escribió:RELATOS A CONCURSO
13.- Cadenas
El reloj del vagabundo se paró, y entonces se deshizo el nudo que llevaba en el estómago desde hace años.
Él siempre había llevado un reloj en la muñeca, desde que tenía uso de razón. Años, meses, horas, minutos, segundos. El reloj era el último recuerdo de su vida anterior. El reloj fue su guía. También fue su grillete.
Ahora ya no recordaba cómo había llegado a aquella situación, y tampoco le importaba. Con la parada del reloj desapareció el poco orgullo que le quedaba, la culpa, la vergüenza, los remordimientos.
Le embargó una sensación de inconsciencia e inhibición.
El vagabundo se levantó del banco donde estaba sentado y se chocó con un transeúnte que caminaba acelerado mirando su reloj. El transeúnte miró al vagabundo con lástima. El vagabundo devolvió la mirada sonriendo, con condescendencia.
Me gusta la idea del reloj que nos encadena al tiempo, muy original en enfoque
El relato es muy bonito, estoy de acuerdo. Pero quería darte más sobre esa idea del "reloj que nos encadena", crimi, Salakov dirá "¡¡¡¡¡quién nó conóce a Cortázar!!!" (con triple exclamación y tildes todo desparramadas), pero ahí te va.Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Por cierto, sabios foreros, tengo siempre en la cabeza la imagen tan bella del relo que al quitar la correa deja dos puntitos de sangre, como un vampiro, y no recuerdo de quién era, ¿alguien puede ayudarme? Creí que venía también de Cortázar pero no lo encuentro...
Me indentifico mucho con todo esto porque nunca he soportado llevar reloj y nunca lo he llevado: me incomoda en la muñeca. Sin reloj y sin móvil, siempre me siento libre del tiempo. Las personas que me tienen que esperar no piensan exactamente lo mismo, claro.
Salud,
z
No lo conocía, es muy interesante y me ha gustado mucho ese texto muchas gracias amigo!
Criminal pentatónico- Mensajes : 7951
Fecha de inscripción : 09/09/2009
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
agrádame sobremanera comprobar que con la frase de Eloy no habido más cojones que prescindir de calzador, el deporte favorito de esta comunidad. En general os pongo notable alto. Mis felicitaciones. Oh, sí, sí.
Gracias por los chows, son :love:
Gracias por los chows, son :love:
Elsanbenito- Mensajes : 7162
Fecha de inscripción : 26/08/2010
Re: RONDA 15 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA - Votaciones hasta las 21.30, gala a las 21.45
No se vayan todavía, aun hay más...
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 24/03/2008
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