Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
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Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
recuerdo como si fuera ayer la primera vez que pisé Cuba... no os voy a contar aquel fin de semana por que no viene al caso, pero Cuba es de esos lugares que te hacen sentir que el mundo puede ser diferente... no he vivido allí, pero he estado algunas veces... de hecho, hasta tuve una novia cubana... es un país tan cinematográfico, que considero que merece la frase de esta semana... además, soy muy fan de su música, de su comida, y del extraño mestizaje que ofrece... en breves minutos tendréis frase... finalizando el humilde banner...
LA FRASE DE ESTA SEMANA ES:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón…
minutos musicales
RELATOS A CONCURSO:
1. Saint-Tropez
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en mi cabeza. Bueno, el Plymouth descapotable también lo conduzco en mi cabeza. Ahí dentro soy una sofisticada espía de belleza exótica que conduce ágil por las sinuosas carreteras de la Riviera. El azul del mar restalla debajo de mí, la brisa estival agita mis cabellos. Me dirijo a una importante misión a la residencia del cónsul norteamericano. Allí, en la noche fragante, una fantástica orquesta cubana descarga su ritmo frenético en el deslumbrante jardín. Conoceré a un atractivo ingeniero. Nos sentiremos irresistiblemente atraídos y pasaremos extenuantes jornadas de lujuria en Saint Tropez. Hasta que descubra que mi amado es, en realidad, el contrincante soviético que estaba buscando y la lealtad hacia mi país y mi pasión desbocada se verán enfrentadas...
Y así paso las horas muertas en esta mierdosa delegación de Hacienda a la que me han destinado.
2. Sonidos de Cuba
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, “Siboney”. La camisa de flores y el canotier me confieren un aspecto inmejorable. Contemplo, en la acera, a dos bellezas de piel trigueña junto a las que me detengo. Les dedico una de mis mejores sonrisas. Ambas me la devuelven, mostrando unos preciosos dientes blancos. Observan, divertidas, al macaco que viaja conmigo en el asiento del copiloto y le ofrecen un trozo de coco, que mi compañero acepta con agrado. Ambas ríen con ganas, y les invito a montar en el asiento de atrás. Se miran entre sí y, entre sonrisas, acceden. Arranco el auto mientras se acomodan, y comenzamos una distendida charla. Quedo callado bruscamente al escuchar los gemidos ahogados procedentes del maletero. Ellas no parecen haberse percatado. Subo el volumen de la radio al máximo para silenciarlos y, al son de "Tres lindas cubanas", nos adentramos en la espesura.
3. Volver a Extremadura
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y la brisa despeina a la mulata sentada en el asiento del copiloto. La verdad es que dejarlo todo y venir a Cuba ha sido todo un acierto. La vida en Extremadura era un infierno. Nunca debí haberme casado con Maricarmen, la odio, a ella y todo lo que representa: el pueblo, el trabajo y esa tartana de Clio. Llevo veinte años haciéndolo. Pero ya no importa, todo queda atrás cuando siento esos labios. Ya saboreo lo que me espera esta noche aunque de momento me basta con conducir esta maravilla. Vaya, parece que toca repostar.
Salgo de la gasolinera. El coche no está. Ella tampoco. Noto como el pulso se agita, me niego a creerlo, vuelvo a mirar. No están. Me han robado el coche y la noche.
Esto con Maricarmen y el Clio no pasaba.
4. Cansado de andar con prisa
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
5. Cambio de registro
-Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón…
-Joder, Kako, desde que probaste el bizcocho escribes unas cosas más sofisticadas...
6. En los garajes de la memoria
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón por encima de ronroneo del V8. Adoro este coche, he sentido siempre una inexplicable inclinación fetichista hacia este modelo. Voy camino de casa de mi tía, ella ha sido lo más parecido a una madre desde que la mía falleció cuando yo tenía tres años. Mi padre, planeó entonces nuestro exilio en pos de un futuro mejor. Durante estos años he estado recibiendo algunas cartas suyas, traídas por alguien de su círculo cercano que había recorrido con éxito las noventa millas que separan Cuba de tierras americanas. Hasta hace poco me he negado a leerlas, imagino que la rabia y el sentimiento de abandono es normal en estos casos. Ayer dejaron otra carta, venía acompañada de una foto que me hizo sonreír: una en blanco y negro en la que mi padre me sostiene en brazos delante de un Plymouth.
7. Promesas
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, recorriendo la carretera costera y discutiendo qué hacer con el botín del último gran golpe. Entonces vemos a la policía persiguiéndonos con la sirena y las luces destellando.
-¡Acelera Carlos!- grita Luis. Tomo lo más deprisa que puedo las cerradas curvas de la carretera, pero la policía está a punto de alcanzarnos.
-¡Coged las pistolas!- les grito, y disparamos mientras las balas de la policía rozan nuestras cabezas. Afortunadamente, alcanzamos las ruedas del coche policial y podemos dejarlo atrás.
-¡Carlitos, a cenar!, y los demás, cada uno a su casa, ¡venga!
Todos corren a sus casas y Carlitos, de pie ante el viejo y oxidado Plymouth de su abuelo, se promete a sí mismo que un día lo reparará y que recorrerán juntos el mundo. Mientras el chico regresa a casa y sin que nadie lo vea, el coche sonríe.
8. Vampiro en La Habana
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón mil veces escuchado. Pronto saldrá el sol y con él llegará mi noche, así que enfilo la Avenida del Malecón y dejo que el salitre se mezcle con la sangre todavía fresca en mis encías.
Imagino mis enrojecidos ojos en el retrovisor y siento los recuerdos agolparse, indistinguibles, como los créditos interminables de una película vivida entre tinieblas. Es esta noche cubana que peno y disfruto desde siglos atrás, siempre al lado de esas pieles mulatas que bailan, sudan y aman. Siempre al albur de un beso robado y una yugular desnuda. Hasta que finalmente aparco tras la abandonada ciudadela que ahora alberga mi sueño diurno, echando un último vistazo a la lejana bahía y sus luces; y pienso, como cada noche, que si existe un lugar en el que pueda soportarse la condena a no morir jamás, es esta isla.
9 .Volar
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Recorro calles desiertas pues todo el mundo ha ido a escuchar el discurso del comandante.
Circulo junto al mar y puedo oír las olas rompiendo cerca de la carretera. Me pregunto por qué vienen a morir aquí, por qué no toman la dirección contraria.
Contemplo el vuelo de las gaviotas y las envidio. Siento que soy un exiliado pero no de mi tierra, de la cual no he salido nunca, sino de mi tiempo. He nacido demasiado pronto. O demasiado tarde, no estoy seguro.
Me llega un rumor de gente y empiezo a distinguir su voz: casi he llegado al lugar del discurso. A pesar de todo, estoy disfrutando de la música y de mi Plymouth. Se conduce bastante bien teniendo en cuenta que tiene tantos años y que va cargado de explosivos.
10. Cierra los ojos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1.954 mientras suena un danzón: Siglo XX de la Orquesta Romeu. Las notas se entremezclan con el llanto de la pequeña Zoe, otra noche más que mis vecinos, Iván y Tatiana la habrán dejado al cuidado de su abuela Celia, sorda como una tapia.
Una fétida vaharada se libera entre las sábanas, arrugadas por el miedo, convirtiendo mi respiración en una náusea: son las interioridades de mi Raúl, las únicas que es capaz de compartir conmigo cada noche. Una sirena sacude la noche alejándose en la oscuridad mientras me repliego sobre mí misma cerrando los ojos en busca de Mario, a quien dejé apoyado en la puerta de mi convertible azul. Vuelvo a caer en sus brazos y en los de Siglo XX de Romeu, mucho más evocador que el XXI, al que me enfrentaré por la mañana.
11. Sancho Panza Belicoso
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón matancero. Intento garabatos con el humo de mi último Sancho Panza Belicoso, pero la brisa que entra por la ventanilla los emborrona. Notas de madera y café tostado me devuelven a la isla y a él. Aquella noche bailamos a escondidas al son de “Hoy estás quizás más lejos” de Pablo cuando se me declaró, juguetón. Le rechacé, claro. Por la mañana me fui de su cama mientras aún dormía. Me llevé al exilio la afición a fumar puros y la tristeza.
Dicen que muchas cosas han cambiado allí. Ahora quizá podríamos pasear de la mano por el barrio chino, tras la Puerta de los dragones. O bailar juntos en bares de moda.
Al llegar, el portero comenta algo sobre lo gris del cielo de Miami hoy, y que mi esposa me ha conseguido otra caja de habanos.
Entro en casa.
12. El “Cuñao”.
“…conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y entonces…”…seguía ladrando el necio, cuando desconecté.
Y es que a esas alturas de las Navidades mi límite de paciencia ya había sido rebasado con creces, y la mirada de los mil metros estaba tatuada en mi cara. No lo aguantaba más. Sabía de todo; desde alta gastronomía hasta nanorrobótica, aunque sus especialidades eran fútbol y meteorología.
Andaba yo de campaña contra el postre después de otra tremenda comilona, así que no me percaté de la situación; el resto de la familia había salido de la habitación para ir a ver los regalos y sólo estábamos él y yo en la estancia. Me pilló desprevenido, con la guardia baja, totalmente vulnerable. Cuando levanté mi cara del plato tenía su horrible rostro pegado al mío y exclamó: “pues esta tarde llueve. Te lo digo yo”.
No había salvación para mí.
13. Amores cubanos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón camino de la villa que mi socio indiano tiene a bien prestarme en mis frecuentes visitas, no por amistad, sino por interés, pues tras esas muecas que cree sonrisas de complicidad veo una marca blanca de mi mismo.
Allí me espera un fin de semana de placer y lujuria con la bella Odalys, mi mulatita preferida. Apenas veinte años, casi como la menor de mis hijas. ¿Qué os voy a contar? En el maletero, como siempre, un par de vestidos fuera de temporada, unos pares de zapatos de mercadillo y toneladas de promesas.
Vosotros diréis menudo cabrón, y yo os digo me importa una mierda, hipócritas. Todos desearíais poder estar en mi lugar ahora mismo, conduciendo un Plymouth Belvedere 1954 con una mano en el volante y la otra sobre la cabeza en vaivén de la bella Odalys.
14. Acuarela Rojo-Plymouth
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón alegre. Rectifico con mis ojos el brillo del mar, dejo atrás playas de arena blanca, en mi fantasía siempre igual. Pronto llegaré a Cienfuegos, donde en la Plaza José Martí aguardará ella. Hoy, ¿cómo la compondré? Morena sin ser mulata, ojos negros, labios de chocolate... solo imaginarla provoca mi erección. Soy consciente de la duermevela de mi cuerpo real —hojaldrado, ulceroso, en coma inducido hace un lustro—, pero esta representación entre lo virtual y el sueño lúcido satisface mis ansias de inmortalidad. Aquí siempre seré joven, vigoroso, feliz: mi universo mental soberano, esta realidad algorítmica plegándose ante mi voluntad.
El motor ronronea, el danzón de la radio deja paso a Just like heaven. Bendito cielo que impide oxidarse el rojo-Plymouth. Bienvenida arcadia de la eterna juventud donde ayer asemejará a mañana. Sin conflictos ni dolor. Sin ojalás.
Y sin embargo.
15. Summer of '69
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, camino del desguace. Odio el ritmo, pero la emisora se quedó atascada en esa frecuencia cuando salía con mi primera novia, con la que compartí cientos de kilómetros. Intento camuflar con la música el traqueteo del motor, que ya no se molesta en esconder que está en las últimas.
El sonido de los frenos es ya muy estridente, pero siempre me recuerda a aquella vez que tuve que pisar a fondo para no atropellar a Toby, aquel beagle que dejó roída la tapicería de atrás la noche que fuimos a ver Easy Rider al autocine.
Los amortiguadores también sufrieron, en aquellos tiempos este coche era el único lugar donde podíamos intimar a espaldas de nuestros padres.
Perdido en mis recuerdos, me pasé la salida para llegar al desguace... y me encontré tarareando al ritmo de la música, destino perdición.
16. Blitzkrieg Bop
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón con la mulata de turno que he conocido hoy en el club. Ahora mismo no sabría si se llama Cristina, Wendy o Laura Elisa. Me pide permiso para cambiar la radio y al resintonizar suenan unos acordes muy reconocibles a lo que me dice:
-Uy, "Hey! Ho! Let's Go!". No la soporto.
-Se llama Blitzkrieg Bop.
Es ahí cuando me doy cuenta de que hacía mucho que no quería esto. Que quiero ser feliz. Que la mujer sentada en el asiento del copiloto sea todos los días la misma y que atrás haya dos críos llamándome papá y peleándose porque uno quiere poner The Beatles y el otro Primal Scream. Que pueda quedarme en casa sólo y no llorar porque en unas horas llegarán ellos. En definitiva, tengo que romper el postureo y empezar a vivir.
17. Notas del Agente 638
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en Radio Habana. ¡Faílde!
Disfraz: guayabera, habano en boca y sombrero Panamá.
Tapadera: comerciante de bolígrafos, Plumas Siboney, ¡escribirá como un rey!
Compañera: «Celina» (Agente 637).
Misión: seducir y matar al Comandante.
Método: bolígrafo envenenado.
Misión secundaria (secreta): seducir a Celina (¡dentro Danzón!). «¿Bailamos?»
Obstáculos:
Lunes: Celina oye una rumba en un solar y desaparece chancleteando.
Martes: La añoro. Calor, humedad. Habano mojado, infumable.
Miércoles: El Plymouth tose y revienta en pleno malecón. Se forma tremendo bochinche.
Jueves: La añoro.
Viernes: Se me vuela el Panamá. Cuando se seca el habano, me roban el mechero.
Sábado: Comitiva de tartanas y cafeteras. Diviso a Fidel. ¡Comandante, comandante! Lo abrazo, le entrego la pluma. La agarra del revés y suelta el veneno sobre el discurso (¡*@#!). Me arrestan.
Domingo: La añoro. Escribo a la CIA: «Abort mission!»
Lunes: Responden. «Fuck off!»
Martes: La añoro.
18. De Cine
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Las chicas del malecón me miran, ¡Qué bellas son! ¡Qué bellas y decadentemente listas! Mi camisa pseudo hípster ayuda. ¡Vaya si lo hace! Hago ver que fumo, mientras diviso El Morro al fondo, y recuerdo a aquella morena de ojos azabaches, y sus chocolateadas curvas brincando sobre mi cuerpazo fibrado unas noches atrás. ¡Qué triste es la remembranza cuando ansías recuperarla! ¿Acaso vivimos de latigazos pretéritos que nos recuerdan quienes somos, o quizá quienes fuimos? ¡Qué sé yo!
Me encamino hacia La Zorra y el Cuervo. Esta noche tocan mis chicas, el genuino y colorista septeto habanero de Los Cayos. Todas estudiaron, todas quisieron ser Omara; todas lamentarán haberse acostado conmigo. Soy su perdición, pero adoran mi arma, mi azote, mi aliento en sus cogotes mientras las penetro…
- ¡Ernesto, joder! ¡Quieres bajar del puto coche!
- Voy – cabizbajo.
19. La molienda.
Conduzco mi Plymouth Belvedere de 1954 mientras suena un danzón por la radio. Me dirijo a la plantación Osvaldo Reynoso. Allí apareció otro cuerpo anoche y el lugar empieza a oler a podrido: es el tercer cadáver este mes. Nadie quiere saber nada, apartan la mirada y cualquier esfuerzo por sacarles una palabra resulta inútil. En el lugar del hallazgo, igual que ya sucediera, encuentro sangre, plumas, y restos de santería junto a un cuerpo mutilado y sin cara. Como estos flojos no quieren ni verlo, cuanto menos tocarlo, yo mismo lo cargo en el maletero. Al acabar me seco la frente y enciendo un habano; el humo se dispersa y observo que los desgraciados vuelven a doblar el lomo en el cafetal. Pienso en si cesarán las protestas, en si habré de colocarles otro muertito; pero también pienso en el Cadillac Eldorado que Don Osvaldo ha prometido.
20. 1 de enero de 1959.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La vieja Cuba que he conocido está a punto de desaparecer. Subo al avión que me llevará a la España de Franco, y mientras tarareo Las alturas de Simpson de Miguel Faílde, no puedo evitar alegrarme por el exilio dorado que me espera.
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
VOTACIONES
LA FRASE DE ESTA SEMANA ES:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón…
- REGLAS DEL CONCURSO:
El juego consiste en escribir un relato inédito verdaderamente corto, inferior a 150 palabras.
La primera frase de cada texto habrá de ser, obligatoriamente, la dada previamente por el campeón de la edición anterior.
El tema del texto será libre, siempre y cuando tenga sentido con la primera frase predeterminada.
Los relatos deberán enviarse mediante mensaje privado al administrador del hilo de cada ronda.
La periodicidad del juego será semanal.
Solo se podrá concursar con un texto por forero y ronda. Las segundas y sucesivas versiones, variantes y demás supondrán la descalificación en la ronda en curso.
El sistema de puntuación será el siguiente: puede votar cualquier forero (si no ha participado enviando relato, deberá tener más de 50 mensajes) y puntuará a los tres textos que más le gusten, otorgando 3 puntos al que más le gustó, 2 puntos al segundo y 1 punto al tercero. No es obligatorio haber participado en el concurso para poder votar. Es obligatorio votar si se ha participado publicando un relato, quedando exento sólo por causa mayor (viaje, rapto, abducción, etc...). Si no vota su relato quedará fuera del concurso.
El ganador del concurso propondrá la frase que se utilizará la semana siguiente, pudiendo ser esta frase totalmente libre, pero de una extensión no superior a 2 líneas, que sí contarán para la longitud del relato.
El orden de publicación, voto y recuento de los distintos relatos será el siguiente:
Publicación de la frase: Antes de las 23:59 h del viernes
Escritura de los relatos: viernes a miércoles a las 22h.
Votaciones: hasta jueves a las 22 h.
Gala: el jueves tras las votaciones.
La puntuación para la clasificación general será la siguiente: 10 puntos al ganador, 7 al segundo clasificado, 5 al tercero, 3 al cuarto y 1 punto al quinto clasificado.
Si, después de la votación semanal, hubiere un empate se establecerá lo siguiente: ganador quien tenga más votaciones de foreros. Si siguiese el empate: ganador quien además
tenga más votos de 3 puntos. Si siguiese el empate: ambos consiguen los puntos, se casan y tienen hijos gemelos.
- REGISTRO HISTÓRICO:
AÑO 2015-2016
¿?
AÑO 2016-2017
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1H_nYaDi-PxRMfg19Ma2_6uc-XmZhS-hOnjNasizg4i4/edit#gid=0
AÑO 2017-2018
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Jj8Ggd2nH2kjBkr5JfBUq_fXfd3fpbovCGp48DbfnBk/edit#gid=1255203592
- ACTAS DE ESTA EDICION, HASTA LA GALA ACTUAL:
1.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1L5GIQimd0Jss8WoYjT6jvRHde9bUWVlRIIrWJ8JLTvk/edit?usp=sharing
2.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1YP3_cSvGC88BQ-5VaAGcOfbZVzKu639GaX2-MJ2SFyA/edit#gid=1857149122
3.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1-X_Ph9m6W8ow6pTymvRj4DEqpMFqsHY8KLwV_mycan8/edit?usp=sharing
4.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1yL3FwBAD_9E03v04Te6YiZ56QZk87DFBy9z4Uie6tXs/edit?usp=sharing
5.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Zuv42iAqAbuTruMzNcKZTgexKdqvCdqHYh_PNuCxAMo/edit?usp=sharing
6.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1bmcss9W_CmsviSAAR-dJsiPqa_xdLR0HbzKVt-juncA/edit#gid=1495893693
7.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1MgIaMEW-Yw7nfL1zSnVQ1hL4RVUaTGNP1sP1R_gCQ3U/edit?usp=sharing
8.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1XglCHoRIYP3t1IrbkvrQisnoqAHYDe4fkMPiT-Fv-Qk/edit?usp=sharing
9.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/15GAbKp4zsWKVbYpd5LmaMBYVI4v6jy23hwV5SAs38v8/edit#gid=1345893978
10.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1CQkP5AUdiYUvrBnqu7q1uXDsSXDTtg3okuMryu_nzSw/edit#gid=1242895749
11.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1BmMjO6RDT8fkmPxTcp6wp3WSyQzQYbccRYQxMHGp2tA/edit
12.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1cGp8HuK1j9d0ninfmmW5r8chywaT6AhkgiIbNcUQbGc/edit?usp=sharing
13.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Zj04IzhHewcrsD9Apph2kp9bwQruEtonIUPYi_bQTw8/edit#gid=2007567136
14.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1cPa3F0ObZYP43e8wTeShFzDagueVoEbmWTnXuQKnmJE
15.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1oCgXNQ6tsyL4X8R5J9ATRu7UALx7d4w1jpllMw9Sz1M/edit?usp=sharing
16.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Sx9eqxje4_DXjhLvw-yiTLxPCUGUT0itpskiuw4sGsw/edit#gid=478710969
17.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1EV3F04bJLD9vcoMcDMbM_AevRbbRESnonkZq9IT82eI/edit#gid=1437154880
18.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1zC9QJMQDz_LtUGR2d9yTmZm1LghfelTZ-ykmdpG9T98/edit#gid=1638420797
- CLASIFICACIÓN IV EDICIÓN:
- https://docs.google.com/spreadsheets/d/1XglCHoRIYP3t1IrbkvrQisnoqAHYDe4fkMPiT-Fv-Qk/edit
minutos musicales
RELATOS A CONCURSO:
1. Saint-Tropez
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en mi cabeza. Bueno, el Plymouth descapotable también lo conduzco en mi cabeza. Ahí dentro soy una sofisticada espía de belleza exótica que conduce ágil por las sinuosas carreteras de la Riviera. El azul del mar restalla debajo de mí, la brisa estival agita mis cabellos. Me dirijo a una importante misión a la residencia del cónsul norteamericano. Allí, en la noche fragante, una fantástica orquesta cubana descarga su ritmo frenético en el deslumbrante jardín. Conoceré a un atractivo ingeniero. Nos sentiremos irresistiblemente atraídos y pasaremos extenuantes jornadas de lujuria en Saint Tropez. Hasta que descubra que mi amado es, en realidad, el contrincante soviético que estaba buscando y la lealtad hacia mi país y mi pasión desbocada se verán enfrentadas...
Y así paso las horas muertas en esta mierdosa delegación de Hacienda a la que me han destinado.
2. Sonidos de Cuba
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, “Siboney”. La camisa de flores y el canotier me confieren un aspecto inmejorable. Contemplo, en la acera, a dos bellezas de piel trigueña junto a las que me detengo. Les dedico una de mis mejores sonrisas. Ambas me la devuelven, mostrando unos preciosos dientes blancos. Observan, divertidas, al macaco que viaja conmigo en el asiento del copiloto y le ofrecen un trozo de coco, que mi compañero acepta con agrado. Ambas ríen con ganas, y les invito a montar en el asiento de atrás. Se miran entre sí y, entre sonrisas, acceden. Arranco el auto mientras se acomodan, y comenzamos una distendida charla. Quedo callado bruscamente al escuchar los gemidos ahogados procedentes del maletero. Ellas no parecen haberse percatado. Subo el volumen de la radio al máximo para silenciarlos y, al son de "Tres lindas cubanas", nos adentramos en la espesura.
3. Volver a Extremadura
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y la brisa despeina a la mulata sentada en el asiento del copiloto. La verdad es que dejarlo todo y venir a Cuba ha sido todo un acierto. La vida en Extremadura era un infierno. Nunca debí haberme casado con Maricarmen, la odio, a ella y todo lo que representa: el pueblo, el trabajo y esa tartana de Clio. Llevo veinte años haciéndolo. Pero ya no importa, todo queda atrás cuando siento esos labios. Ya saboreo lo que me espera esta noche aunque de momento me basta con conducir esta maravilla. Vaya, parece que toca repostar.
Salgo de la gasolinera. El coche no está. Ella tampoco. Noto como el pulso se agita, me niego a creerlo, vuelvo a mirar. No están. Me han robado el coche y la noche.
Esto con Maricarmen y el Clio no pasaba.
4. Cansado de andar con prisa
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
5. Cambio de registro
-Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón…
-Joder, Kako, desde que probaste el bizcocho escribes unas cosas más sofisticadas...
6. En los garajes de la memoria
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón por encima de ronroneo del V8. Adoro este coche, he sentido siempre una inexplicable inclinación fetichista hacia este modelo. Voy camino de casa de mi tía, ella ha sido lo más parecido a una madre desde que la mía falleció cuando yo tenía tres años. Mi padre, planeó entonces nuestro exilio en pos de un futuro mejor. Durante estos años he estado recibiendo algunas cartas suyas, traídas por alguien de su círculo cercano que había recorrido con éxito las noventa millas que separan Cuba de tierras americanas. Hasta hace poco me he negado a leerlas, imagino que la rabia y el sentimiento de abandono es normal en estos casos. Ayer dejaron otra carta, venía acompañada de una foto que me hizo sonreír: una en blanco y negro en la que mi padre me sostiene en brazos delante de un Plymouth.
7. Promesas
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, recorriendo la carretera costera y discutiendo qué hacer con el botín del último gran golpe. Entonces vemos a la policía persiguiéndonos con la sirena y las luces destellando.
-¡Acelera Carlos!- grita Luis. Tomo lo más deprisa que puedo las cerradas curvas de la carretera, pero la policía está a punto de alcanzarnos.
-¡Coged las pistolas!- les grito, y disparamos mientras las balas de la policía rozan nuestras cabezas. Afortunadamente, alcanzamos las ruedas del coche policial y podemos dejarlo atrás.
-¡Carlitos, a cenar!, y los demás, cada uno a su casa, ¡venga!
Todos corren a sus casas y Carlitos, de pie ante el viejo y oxidado Plymouth de su abuelo, se promete a sí mismo que un día lo reparará y que recorrerán juntos el mundo. Mientras el chico regresa a casa y sin que nadie lo vea, el coche sonríe.
8. Vampiro en La Habana
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón mil veces escuchado. Pronto saldrá el sol y con él llegará mi noche, así que enfilo la Avenida del Malecón y dejo que el salitre se mezcle con la sangre todavía fresca en mis encías.
Imagino mis enrojecidos ojos en el retrovisor y siento los recuerdos agolparse, indistinguibles, como los créditos interminables de una película vivida entre tinieblas. Es esta noche cubana que peno y disfruto desde siglos atrás, siempre al lado de esas pieles mulatas que bailan, sudan y aman. Siempre al albur de un beso robado y una yugular desnuda. Hasta que finalmente aparco tras la abandonada ciudadela que ahora alberga mi sueño diurno, echando un último vistazo a la lejana bahía y sus luces; y pienso, como cada noche, que si existe un lugar en el que pueda soportarse la condena a no morir jamás, es esta isla.
9 .Volar
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Recorro calles desiertas pues todo el mundo ha ido a escuchar el discurso del comandante.
Circulo junto al mar y puedo oír las olas rompiendo cerca de la carretera. Me pregunto por qué vienen a morir aquí, por qué no toman la dirección contraria.
Contemplo el vuelo de las gaviotas y las envidio. Siento que soy un exiliado pero no de mi tierra, de la cual no he salido nunca, sino de mi tiempo. He nacido demasiado pronto. O demasiado tarde, no estoy seguro.
Me llega un rumor de gente y empiezo a distinguir su voz: casi he llegado al lugar del discurso. A pesar de todo, estoy disfrutando de la música y de mi Plymouth. Se conduce bastante bien teniendo en cuenta que tiene tantos años y que va cargado de explosivos.
10. Cierra los ojos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1.954 mientras suena un danzón: Siglo XX de la Orquesta Romeu. Las notas se entremezclan con el llanto de la pequeña Zoe, otra noche más que mis vecinos, Iván y Tatiana la habrán dejado al cuidado de su abuela Celia, sorda como una tapia.
Una fétida vaharada se libera entre las sábanas, arrugadas por el miedo, convirtiendo mi respiración en una náusea: son las interioridades de mi Raúl, las únicas que es capaz de compartir conmigo cada noche. Una sirena sacude la noche alejándose en la oscuridad mientras me repliego sobre mí misma cerrando los ojos en busca de Mario, a quien dejé apoyado en la puerta de mi convertible azul. Vuelvo a caer en sus brazos y en los de Siglo XX de Romeu, mucho más evocador que el XXI, al que me enfrentaré por la mañana.
11. Sancho Panza Belicoso
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón matancero. Intento garabatos con el humo de mi último Sancho Panza Belicoso, pero la brisa que entra por la ventanilla los emborrona. Notas de madera y café tostado me devuelven a la isla y a él. Aquella noche bailamos a escondidas al son de “Hoy estás quizás más lejos” de Pablo cuando se me declaró, juguetón. Le rechacé, claro. Por la mañana me fui de su cama mientras aún dormía. Me llevé al exilio la afición a fumar puros y la tristeza.
Dicen que muchas cosas han cambiado allí. Ahora quizá podríamos pasear de la mano por el barrio chino, tras la Puerta de los dragones. O bailar juntos en bares de moda.
Al llegar, el portero comenta algo sobre lo gris del cielo de Miami hoy, y que mi esposa me ha conseguido otra caja de habanos.
Entro en casa.
12. El “Cuñao”.
“…conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y entonces…”…seguía ladrando el necio, cuando desconecté.
Y es que a esas alturas de las Navidades mi límite de paciencia ya había sido rebasado con creces, y la mirada de los mil metros estaba tatuada en mi cara. No lo aguantaba más. Sabía de todo; desde alta gastronomía hasta nanorrobótica, aunque sus especialidades eran fútbol y meteorología.
Andaba yo de campaña contra el postre después de otra tremenda comilona, así que no me percaté de la situación; el resto de la familia había salido de la habitación para ir a ver los regalos y sólo estábamos él y yo en la estancia. Me pilló desprevenido, con la guardia baja, totalmente vulnerable. Cuando levanté mi cara del plato tenía su horrible rostro pegado al mío y exclamó: “pues esta tarde llueve. Te lo digo yo”.
No había salvación para mí.
13. Amores cubanos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón camino de la villa que mi socio indiano tiene a bien prestarme en mis frecuentes visitas, no por amistad, sino por interés, pues tras esas muecas que cree sonrisas de complicidad veo una marca blanca de mi mismo.
Allí me espera un fin de semana de placer y lujuria con la bella Odalys, mi mulatita preferida. Apenas veinte años, casi como la menor de mis hijas. ¿Qué os voy a contar? En el maletero, como siempre, un par de vestidos fuera de temporada, unos pares de zapatos de mercadillo y toneladas de promesas.
Vosotros diréis menudo cabrón, y yo os digo me importa una mierda, hipócritas. Todos desearíais poder estar en mi lugar ahora mismo, conduciendo un Plymouth Belvedere 1954 con una mano en el volante y la otra sobre la cabeza en vaivén de la bella Odalys.
14. Acuarela Rojo-Plymouth
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón alegre. Rectifico con mis ojos el brillo del mar, dejo atrás playas de arena blanca, en mi fantasía siempre igual. Pronto llegaré a Cienfuegos, donde en la Plaza José Martí aguardará ella. Hoy, ¿cómo la compondré? Morena sin ser mulata, ojos negros, labios de chocolate... solo imaginarla provoca mi erección. Soy consciente de la duermevela de mi cuerpo real —hojaldrado, ulceroso, en coma inducido hace un lustro—, pero esta representación entre lo virtual y el sueño lúcido satisface mis ansias de inmortalidad. Aquí siempre seré joven, vigoroso, feliz: mi universo mental soberano, esta realidad algorítmica plegándose ante mi voluntad.
El motor ronronea, el danzón de la radio deja paso a Just like heaven. Bendito cielo que impide oxidarse el rojo-Plymouth. Bienvenida arcadia de la eterna juventud donde ayer asemejará a mañana. Sin conflictos ni dolor. Sin ojalás.
Y sin embargo.
15. Summer of '69
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, camino del desguace. Odio el ritmo, pero la emisora se quedó atascada en esa frecuencia cuando salía con mi primera novia, con la que compartí cientos de kilómetros. Intento camuflar con la música el traqueteo del motor, que ya no se molesta en esconder que está en las últimas.
El sonido de los frenos es ya muy estridente, pero siempre me recuerda a aquella vez que tuve que pisar a fondo para no atropellar a Toby, aquel beagle que dejó roída la tapicería de atrás la noche que fuimos a ver Easy Rider al autocine.
Los amortiguadores también sufrieron, en aquellos tiempos este coche era el único lugar donde podíamos intimar a espaldas de nuestros padres.
Perdido en mis recuerdos, me pasé la salida para llegar al desguace... y me encontré tarareando al ritmo de la música, destino perdición.
16. Blitzkrieg Bop
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón con la mulata de turno que he conocido hoy en el club. Ahora mismo no sabría si se llama Cristina, Wendy o Laura Elisa. Me pide permiso para cambiar la radio y al resintonizar suenan unos acordes muy reconocibles a lo que me dice:
-Uy, "Hey! Ho! Let's Go!". No la soporto.
-Se llama Blitzkrieg Bop.
Es ahí cuando me doy cuenta de que hacía mucho que no quería esto. Que quiero ser feliz. Que la mujer sentada en el asiento del copiloto sea todos los días la misma y que atrás haya dos críos llamándome papá y peleándose porque uno quiere poner The Beatles y el otro Primal Scream. Que pueda quedarme en casa sólo y no llorar porque en unas horas llegarán ellos. En definitiva, tengo que romper el postureo y empezar a vivir.
17. Notas del Agente 638
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en Radio Habana. ¡Faílde!
Disfraz: guayabera, habano en boca y sombrero Panamá.
Tapadera: comerciante de bolígrafos, Plumas Siboney, ¡escribirá como un rey!
Compañera: «Celina» (Agente 637).
Misión: seducir y matar al Comandante.
Método: bolígrafo envenenado.
Misión secundaria (secreta): seducir a Celina (¡dentro Danzón!). «¿Bailamos?»
Obstáculos:
Lunes: Celina oye una rumba en un solar y desaparece chancleteando.
Martes: La añoro. Calor, humedad. Habano mojado, infumable.
Miércoles: El Plymouth tose y revienta en pleno malecón. Se forma tremendo bochinche.
Jueves: La añoro.
Viernes: Se me vuela el Panamá. Cuando se seca el habano, me roban el mechero.
Sábado: Comitiva de tartanas y cafeteras. Diviso a Fidel. ¡Comandante, comandante! Lo abrazo, le entrego la pluma. La agarra del revés y suelta el veneno sobre el discurso (¡*@#!). Me arrestan.
Domingo: La añoro. Escribo a la CIA: «Abort mission!»
Lunes: Responden. «Fuck off!»
Martes: La añoro.
18. De Cine
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Las chicas del malecón me miran, ¡Qué bellas son! ¡Qué bellas y decadentemente listas! Mi camisa pseudo hípster ayuda. ¡Vaya si lo hace! Hago ver que fumo, mientras diviso El Morro al fondo, y recuerdo a aquella morena de ojos azabaches, y sus chocolateadas curvas brincando sobre mi cuerpazo fibrado unas noches atrás. ¡Qué triste es la remembranza cuando ansías recuperarla! ¿Acaso vivimos de latigazos pretéritos que nos recuerdan quienes somos, o quizá quienes fuimos? ¡Qué sé yo!
Me encamino hacia La Zorra y el Cuervo. Esta noche tocan mis chicas, el genuino y colorista septeto habanero de Los Cayos. Todas estudiaron, todas quisieron ser Omara; todas lamentarán haberse acostado conmigo. Soy su perdición, pero adoran mi arma, mi azote, mi aliento en sus cogotes mientras las penetro…
- ¡Ernesto, joder! ¡Quieres bajar del puto coche!
- Voy – cabizbajo.
19. La molienda.
Conduzco mi Plymouth Belvedere de 1954 mientras suena un danzón por la radio. Me dirijo a la plantación Osvaldo Reynoso. Allí apareció otro cuerpo anoche y el lugar empieza a oler a podrido: es el tercer cadáver este mes. Nadie quiere saber nada, apartan la mirada y cualquier esfuerzo por sacarles una palabra resulta inútil. En el lugar del hallazgo, igual que ya sucediera, encuentro sangre, plumas, y restos de santería junto a un cuerpo mutilado y sin cara. Como estos flojos no quieren ni verlo, cuanto menos tocarlo, yo mismo lo cargo en el maletero. Al acabar me seco la frente y enciendo un habano; el humo se dispersa y observo que los desgraciados vuelven a doblar el lomo en el cafetal. Pienso en si cesarán las protestas, en si habré de colocarles otro muertito; pero también pienso en el Cadillac Eldorado que Don Osvaldo ha prometido.
20. 1 de enero de 1959.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La vieja Cuba que he conocido está a punto de desaparecer. Subo al avión que me llevará a la España de Franco, y mientras tarareo Las alturas de Simpson de Miguel Faílde, no puedo evitar alegrarme por el exilio dorado que me espera.
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
VOTACIONES
Última edición por Hank el 06.12.18 23:34, editado 45 veces
Eloy- Mensajes : 85505
Fecha de inscripción : 24/03/2008
m señor- Mensajes : 46865
Fecha de inscripción : 27/02/2013
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
pa que veas que te quiero
y a tu señora también, ya que siempre me vota...
y que me vote una mujer vale doble...
y a tu señora también, ya que siempre me vota...
y que me vote una mujer vale doble...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
he encontrado un especial arevalo en youtube para inspirarme
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Troy Mc Clure escribió:he encontrado un especial arevalo en youtube para inspirarme
pues mira que era malo el tipo...
así no vas a ganar la Ronda
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
hasta que alguien no suelte lo de administración lamentable no publico la frase...
espero que guste a Saladito
espero que guste a Saladito
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
¿Se ha acabado ya la puta salsa? ¡Administración lamentable!
Autista- Mensajes : 15026
Fecha de inscripción : 28/11/2018
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Autista escribió:¿Se ha acabado ya la puta salsa? ¡Administración lamentable!
de salsa, nada, hermano, que de hecho a mí no me gusta... en Cuba hay mucho más que salsa...
igual que en México hay mucho más que chile...
que siga sonando el son... por siempre, mi helmano...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Autista escribió:¿Se ha acabado ya la puta salsa? ¡Administración lamentable!
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Venga, hombre
https://twitter.com/ArtPicsChannel/status/1068412586054557696
https://twitter.com/ArtPicsChannel/status/1068412586054557696
tacitus- Mensajes : 42228
Fecha de inscripción : 17/05/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Frase abierta, admite casi cualquier temática...
Eloy- Mensajes : 85505
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Interesante frase. Posible rosco incoming, pero habrá que intentarlo. En marcha, nunca mejor dicho
Shackleton- Mensajes : 1251
Fecha de inscripción : 22/10/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
La hostia!
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón, hasta que no aguanto más el soniquete de los huevos y acelero hacia el acantilado buscando la paz.
Autista- Mensajes : 15026
Fecha de inscripción : 28/11/2018
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Venga, hombre!
Nomeko7- Mensajes : 38249
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Eloy escribió:Frase abierta, admite casi cualquier temática...
bien cierto... la intención es que sea relato caribeño, pero no tiene por qué...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
"Plymouth Belvedere 1954 " deberia contar como una sola palabra.
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Sugar Bug escribió:"Plymouth Belvedere 1954 " deberia contar como una sola palabra.
son 3 palabras, hermano... no empecemos con las pegas...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
o lo que diga Saladito...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
FdC
Como conocí a vuestra abuela.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón…
Como conocí a vuestra abuela.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón…
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:Sugar Bug escribió:"Plymouth Belvedere 1954 " deberia contar como una sola palabra.
son 3 palabras, hermano... no empecemos con las pegas...
Pegas del creador de "- Un durum grande, mixto, con todo. Y un poco de picante.
- ¿Algo más? - preguntó sin levantar la mirada"...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Sugar Bug escribió:Hank escribió:Sugar Bug escribió:"Plymouth Belvedere 1954 " deberia contar como una sola palabra.
son 3 palabras, hermano... no empecemos con las pegas...
Pegas del creador de "- Un durum grande, mixto, con todo. Y un poco de picante.
- ¿Algo más? - preguntó sin levantar la mirada"...
estás inspirado hoy, Sugar...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Pillo sitio
Ihsahn- Mensajes : 2969
Fecha de inscripción : 21/09/2017
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Ihsahn escribió:Pillo sitio
bienvenido, hermano... un placer que participes en nuestro querido concurso...
espero que lleguemos a los 30 relatos de nuevo...
por lo que podéis empezar a soñar con Olguín, con alguna película o con el puesto de desguaces de vuestro barrio...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Como autista no quiere salsa, cuarto del tres!!!!
Gósalo!!!
Gósalo!!!
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Sugar Bug escribió:Como autista no quiere salsa, cuarto del tres!!!!
Gósalo!!!
Autista- Mensajes : 15026
Fecha de inscripción : 28/11/2018
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Sitio!
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RegSound- Moderador
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Se nos une Ihsahn!Ihsahn escribió:Pillo sitio
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RegSound- Moderador
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
qué significa danzón?
empezamos bien
empezamos bien
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Troy Mc Clure escribió:qué significa danzón?
empezamos bien
es un género musical, busca un poco en Internet... menudo foro de rockeros... jajajaja
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
RegSound escribió:Se nos une Ihsahn!Ihsahn escribió:Pillo sitio
sí, el martes noche le amenazamos...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
danzón
nombre masculino
1.
Baile de origen cubano semejante a la habanera.
2.
Música de este baile.
nombre masculino
1.
Baile de origen cubano semejante a la habanera.
2.
Música de este baile.
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
y uno de los mejores 'danzones' que he escuchado en vida... esta canción me parte literalmente en dos:
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
La frase sin duda es un descojono
m señor- Mensajes : 46865
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
m señor escribió:La frase sin duda es un descojono
imagino que para el que no ama Cuba sí...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
para mí es una frase totalmente evocadora, por lo que espero algunos relatos intimistas...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
cada uno con sus fetichismos...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Vaya puta frase
Quería hablar de la falta de respeto de muchos microrelatistas últimamente hacia los que escribimos tarde (no los leo, no los tengo en cuenta para puntuar, que lo envíen antes, bla, bla, bla...) que sí, que ahora será broma, pero me parece una falta de respeto tremenda. Además no es algo puntual de uno o dos, ni siquiera una vez o dos.
Las normas están para algo. Y si hay gente que tiene el tiempo suficiente para escribir el mismo día de la frase me parece perfecto, hay gente que no. Si hay gente que tiene una tremenda habilidad en escribir micros como churros, oye, cojonudo, otros no.
Cansado de eso, y con esta frase -lo siento Hank- yo me tomo unas vacaciones
Quería hablar de la falta de respeto de muchos microrelatistas últimamente hacia los que escribimos tarde (no los leo, no los tengo en cuenta para puntuar, que lo envíen antes, bla, bla, bla...) que sí, que ahora será broma, pero me parece una falta de respeto tremenda. Además no es algo puntual de uno o dos, ni siquiera una vez o dos.
Las normas están para algo. Y si hay gente que tiene el tiempo suficiente para escribir el mismo día de la frase me parece perfecto, hay gente que no. Si hay gente que tiene una tremenda habilidad en escribir micros como churros, oye, cojonudo, otros no.
Cansado de eso, y con esta frase -lo siento Hank- yo me tomo unas vacaciones
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silver- Mensajes : 46499
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Saqué Cuba a colación hace dos relatos
Aprovecharé mi estancia cubana reSiente para escribir un relato sabroSón
Mientras tanto, El cuarto de Tula, que me encanta
¡Ay, mamá! ¿Qué pasó? ¡Ay, mamá! ¿Qué pasó?
Al cuarto de Tula, le cogió candela
Se quedó dormida y no apagó la vela
Imprescindibles tanto el disco como el docu Buenavista Social Club
Viva Compay
Viva Omara
Viva Elías
Viva Ibrahim
Viva Pío
Viva Wim
Viva Ry
Aprovecharé mi estancia cubana reSiente para escribir un relato sabroSón
Mientras tanto, El cuarto de Tula, que me encanta
¡Ay, mamá! ¿Qué pasó? ¡Ay, mamá! ¿Qué pasó?
Al cuarto de Tula, le cogió candela
Se quedó dormida y no apagó la vela
Imprescindibles tanto el disco como el docu Buenavista Social Club
Viva Compay
Viva Omara
Viva Elías
Viva Ibrahim
Viva Pío
Viva Wim
Viva Ry
tacitus- Mensajes : 42228
Fecha de inscripción : 17/05/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Me niego a que Silver coja vacaciones!!silver escribió:Vaya puta frase
Quería hablar de la falta de respeto de muchos microrelatistas últimamente hacia los que escribimos tarde (no los leo, no los tengo en cuenta para puntuar, que lo envíen antes, bla, bla, bla...) que sí, que ahora será broma, pero me parece una falta de respeto tremenda. Además no es algo puntual de uno o dos, ni siquiera una vez o dos.
Las normas están para algo. Y si hay gente que tiene el tiempo suficiente para escribir el mismo día de la frase me parece perfecto, hay gente que no. Si hay gente que tiene una tremenda habilidad en escribir micros como churros, oye, cojonudo, otros no.
Cansado de eso, y con esta frase -lo siento Hank- yo me tomo unas vacaciones
Necesitamos a un grande y su eterno segundo puesto
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RegSound- Moderador
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
RegSound escribió:Se nos une Ihsahn!Ihsahn escribió:Pillo sitio
Toro- Mensajes : 28506
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Me gusta la frase. Ya tengo el relato en la cabeza .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
vaya por dios silver, no te me enfades. yo es que apago a las 23.30 del miercoles, lo que llega después se me queda para el curro el jueves
pero las normas son las normas, está claro
pero las normas son las normas, está claro
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Muy buena frase.
Tenía un relato sobre un proctólogo cubano sin brazos que no conseguía encajar, y mira por dónde, la ocasión pinta en calva.
Tenía un relato sobre un proctólogo cubano sin brazos que no conseguía encajar, y mira por dónde, la ocasión pinta en calva.
salakov- Mensajes : 52355
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
RegSound escribió:Me niego a que Silver coja vacaciones!!silver escribió:Vaya puta frase
Quería hablar de la falta de respeto de muchos microrelatistas últimamente hacia los que escribimos tarde (no los leo, no los tengo en cuenta para puntuar, que lo envíen antes, bla, bla, bla...) que sí, que ahora será broma, pero me parece una falta de respeto tremenda. Además no es algo puntual de uno o dos, ni siquiera una vez o dos.
Las normas están para algo. Y si hay gente que tiene el tiempo suficiente para escribir el mismo día de la frase me parece perfecto, hay gente que no. Si hay gente que tiene una tremenda habilidad en escribir micros como churros, oye, cojonudo, otros no.
Cansado de eso, y con esta frase -lo siento Hank- yo me tomo unas vacaciones
Necesitamos a un grande y su eterno segundo puesto
Yo la verdad que pocas veces he mandado tarde, pero no me habia parecido tanto, si que es cierto que a veces pues no entran en los shows, pero eso me parece logico. Lo de no los leo y tal... siempre lo he leido como broma, como lo de no leer ninguno o no leer los que tienen cita... broma en la que escudarse para no leer ninguno, claro
Echaria en falta muchosimo un votado/votante habitual
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Silver, ¡no te amohínes!
También hay gente que no vota relatos con citas, pero hay que aceptar los complejos y rarezas de cada uno. Lo importante es la autosatisfacción.
También hay gente que no vota relatos con citas, pero hay que aceptar los complejos y rarezas de cada uno. Lo importante es la autosatisfacción.
salakov- Mensajes : 52355
Fecha de inscripción : 04/08/2015
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