Los 1001 de los cojones: ÚLTIMA RONDA: Semana 50: Frank Black - Teenager of the Year (1994); Morbid Angel - Altars of Madness (1989); The Millennium - Begin (1968). ¡CHARLEMOS UN RATO DE SKA!

Jano escribió:molan los discos de esta semana

Jano escribió:molan los discos de esta semana

Koikila escribió:si Casimir Pulaski no os conmueve no tenéis corasón
Si algún día lo escucho en directo tendré que irme, porque con esta canción suelto lagrimones

eskoriez escribió:Sufjan Stevens-Illinois  

Me ha gustado muchísimo más que el que ya estaba en la lista, épico y grandilocuente en el buen sentido. Es claramente de esos discos que se disfrutan como un todo, pero aun así hay algunos momentos que destacan especialmente como la excesiva "Come On! Feel the Illinoise!", las reposadas "John Wayne Gacy, Jr." y "Casimir Pulaski Day" y sobretodo ese par de temas redondos que son "Go! Chicago! Go! Yeah!" y "Jacksonville".

,

Rhonda escribió:No había leído el resto de mensajes. 
No me ha quedado claro si a Z le gustan o no Mellencamp y Springsteen.

RegSound escribió:No he escuchado el de Mellencamp, pero a priori creo que todo lo que no fuese una victoria de Sufjan Stevens me pareceria injusto

Rhonda escribió:

Koikila escribió:si Casimir Pulaski no os conmueve no tenéis corasón
Si algún día lo escucho en directo tendré que irme, porque con esta canción suelto lagrimones

Spoiler:

Nunca había llorado en un concierto hasta que la tocó en Lisboa en 2011.

Spoiler:

Autista escribió:

RegSound escribió:No he escuchado el de Mellencamp, pero a priori creo que todo lo que no fuese una victoria de Sufjan Stevens me pareceria injusto

Rhonda escribió:

Koikila escribió:si Casimir Pulaski no os conmueve no tenéis corasón
Si algún día lo escucho en directo tendré que irme, porque con esta canción suelto lagrimones

Spoiler:

Nunca había llorado en un concierto hasta que la tocó en Lisboa en 2011.

Menos injusticias y lloreras y a lo que hay que estar, que tenéis a Crimi contento

Spoiler:

Autista escribió:¡Mira Z, en este mensaje hay un gif de John Cage! Tienes que mirarlo fijamente durante 17 horas, 23 minutos y 3 segundos.

eskoriez escribió:Sufjan Stevens-Illinois  

Me ha gustado muchísimo más que el que ya estaba en la lista, épico y grandilocuente en el buen sentido. Es claramente de esos discos que se disfrutan como un todo, pero aun así hay algunos momentos que destacan especialmente como la excesiva "Come On! Feel the Illinoise!", las reposadas "John Wayne Gacy, Jr." y "Casimir Pulaski Day" y sobretodo ese par de temas redondos que son "Go! Chicago! Go! Yeah!" y "Jacksonville".

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RegSound escribió:

Autista escribió:

RegSound escribió:No he escuchado el de Mellencamp, pero a priori creo que todo lo que no fuese una victoria de Sufjan Stevens me pareceria injusto

Rhonda escribió:

Koikila escribió:si Casimir Pulaski no os conmueve no tenéis corasón
Si algún día lo escucho en directo tendré que irme, porque con esta canción suelto lagrimones

Spoiler:

Nunca había llorado en un concierto hasta que la tocó en Lisboa en 2011.

Menos injusticias y lloreras y a lo que hay que estar, que tenéis a Crimi contento

Spoiler:

Y si alguno de los 5 es mio, de Koi o de Rhonda que eh?

sapir escribió:

Autista escribió:¡Mira Z, en este mensaje hay un gif de John Cage! Tienes que mirarlo fijamente durante 17 horas, 23 minutos y 3 segundos.

Yo lo pienso mirar solo 4' 33''.

Autista escribió:

sapir escribió:

Autista escribió:¡Mira Z, en este mensaje hay un gif de John Cage! Tienes que mirarlo fijamente durante 17 horas, 23 minutos y 3 segundos.

Yo lo pienso mirar solo 4' 33''.

Qué poco experimental eres

Jano escribió:complicado que sufjan no se lleve mi dos
tengo que volver al de mellencamp que es el que hace más tiempo que no oigo

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Hace unas semanas me compré un billete de avión y una entrada para ir a ver a Sufjan Stevens a Edimburgo, en un acto de desesperación porque mi ídolo no anunciaba gira europea. Obviamente, ya tengo mi entrada para Barcelona y aún estoy rumiando si también voy a Madrid. ¿Tarada? Por supuesto. ¿Ridícula? Admito que puede resultar bastante patético tener casi cuarenta años y ser una Sufjaniever... pero es que a Sufjan le debo mucho: él me salvó la vida. No en el sentido literal, pero me hizo recuperar la fe, que es casi igual de importante.

Confieso que hasta enero de 2006 no tenía ni idea de quién era Sufjan. 2005 había sido un año bastante asqueroso; entonces tenía 29 años, enlazaba contratos laborales de continuidad dudosa y mi economía era muy precaria. Compartía piso con una arpía despótica, mi vida social era escasa y la sentimental inexistente. Estaba sumergida en una situación límite de acoso (un lío demasiado largo para explicarlo aquí) que monopolizaba mi existencia y cristalizó en un principio de depresión. Sin dinero para discos, sin acceso a internet y constantemente preocupada, estaba desligada de la actualidad musical. La música pop, epicentro de mi vida desde que tenía diez años, me había dejado ya de interesar. O al menos, eso creía. Porque, justo cuando pensaba que mi abulia era ya irremediable, llegó él, mi caballero de brillante armadura... sólo que, en vez de armadura y lanza, vestía de boy-scout alado y esgrimía un banjo.

La cuestión es que, aún fiel a una vieja tradición, ese enero de 2006 me compré la RDL resumen de lo mejor del año 2005. Confirmé, desanimada, mi ignorancia. ¿MIA? ¿Kanye West? ¿Noséqué Stevens? Pero... ¿estos quiénes son? Por inercia, me puse el CD recopilatorio de las mejores canciones del año. Oh, las había buenas. Incluso muy buenas: ‘Rebellion (lies)’ de Arcade Fire, ‘Santa María da Feira’ de Devendra Banhart... pero había una que, desde el primer momento, me atrapó: ‘John Wayne Gacy Jr’, del tal noséqué Stevens. Ese piano, esa desolación tan inquietante, ese suspiro final y, sobre todo, esa voz... una voz hermosa y perturbadora, que emanaba tanta tristeza, desesperación contenida y resignación... No podía parar de escucharla y necesitaba saber qué más había hecho su autor, Sufjan Stevens. Pero, ay, sin dinero para comprar discos y sin internet para echarme un mísero myspace a las orejas (estábamos en 2006, recuerden), difícil lo tenía, así que me dediqué durante meses a reproducir compulsivamente la canción que me tenía obsesionada. Con perspectiva, no acabo de entender porqué no compré ‘Illinois’ enseguida; una persona normal lo habría hecho. Pero yo soy bastante anormal, además de agarrada; mi precariedad económica marcaba que no podía hacer dispendio en artistas que no conociera. No había forma de encontrar el CD barato y me daba miedo pulirme dieciocho euros y que el disco me decepcionara. Así que, ironías del destino, pasé casi todo el puñetero 2006 incapaz de gastarme unos míseros euros en Sufjan, el mismo Sufjan por el que luego no he dudado en viajar a Lisboa o Escocia. Aunque casi mejor así; no me quiero ni imaginar el padecimiento que hubiera supuesto convertirme en fan a muerte en, pongamos primavera de 2006, y comprobar que las entradas para su concierto en el Casino de l’Aliança de Poble Nou habían volado.

Las cosas empezaron a mejorar a finales de 2006. Hice una oposición para conseguir plaza fija en el mismo departamento que me había estado contratando-despidiendo-contratando durante años. La perspectiva de tener (¡por fin!) un trabajo fijo con un salario razonable me empujó a Discos Revolver el mes de diciembre para comprarme, de una maldita vez, el ‘Illinois’. Me lo puse y entonces fue el arrebato. Primer mazazo, “Concerning the UFO”. ‘Oh, Dios mío, ¡esto es una maravilla!’, pensaba. Luego, “Come on feel the Illinoise”: ‘Es mona, pero no me gusta tanto como la anterior... espera… ¿y este quiebro maravilloso?’. De repente, me hallé incrédula ante ese despliegue de efusividad y policromía; creo que fue, precisamente, en ese momento, en el cambio de rumbo que toma la canción a partir del minuto 2.20, cuando me di cuenta de que amaba a ese hombre; aún no había llegado a la que para mí era la mejor canción de 2005 y ya estaba rendida: Even with the heart of terror and the superstitious wearer/I am riding all alone, I am writing all alone, iban entonando los coros de animadoras en technicolor. ‘¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ti, Sufjan?’ Even with the rest belated, everything is antiquated/Are you writing from the heart? Are you writing from the heart? Y así, asistí atónita a un festival de canciones en que cada una era prácticamente mejor que la anterior, en un festín stendhaliano que me dejó sin aliento. Cuando llegué a ‘Chicago’ ya me daba igual todo lo que me había sucedido hasta ese momento: el trabajo, la arpía, el acoso... porque estaba teniendo una epifanía en que todo cobraba sentido. Entonces, en medio de los “and it takes and it takes” de ‘Casimir Pulaski Day’, Sufjan me susurró: ‘Deja de preocuparte por chorradas. Esto es lo realmente importante, chica’. De vuelta al mundo, a la vida. I fell in love again.

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Hace unas semanas me compré un billete de avión y una entrada para ir a ver a Sufjan Stevens a Edimburgo, en un acto de desesperación porque mi ídolo no anunciaba gira europea. Obviamente, ya tengo mi entrada para Barcelona y aún estoy rumiando si también voy a Madrid. ¿Tarada? Por supuesto. ¿Ridícula? Admito que puede resultar bastante patético tener casi cuarenta años y ser una Sufjaniever... pero es que a Sufjan le debo mucho: él me salvó la vida. No en el sentido literal, pero me hizo recuperar la fe, que es casi igual de importante.

Confieso que hasta enero de 2006 no tenía ni idea de quién era Sufjan. 2005 había sido un año bastante asqueroso; entonces tenía 29 años, enlazaba contratos laborales de continuidad dudosa y mi economía era muy precaria. Compartía piso con una arpía despótica, mi vida social era escasa y la sentimental inexistente. Estaba sumergida en una situación límite de acoso (un lío demasiado largo para explicarlo aquí) que monopolizaba mi existencia y cristalizó en un principio de depresión. Sin dinero para discos, sin acceso a internet y constantemente preocupada, estaba desligada de la actualidad musical. La música pop, epicentro de mi vida desde que tenía diez años, me había dejado ya de interesar. O al menos, eso creía. Porque, justo cuando pensaba que mi abulia era ya irremediable, llegó él, mi caballero de brillante armadura... sólo que, en vez de armadura y lanza, vestía de boy-scout alado y esgrimía un banjo.

La cuestión es que, aún fiel a una vieja tradición, ese enero de 2006 me compré la RDL resumen de lo mejor del año 2005. Confirmé, desanimada, mi ignorancia. ¿MIA? ¿Kanye West? ¿Noséqué Stevens? Pero... ¿estos quiénes son? Por inercia, me puse el CD recopilatorio de las mejores canciones del año. Oh, las había buenas. Incluso muy buenas: ‘Rebellion (lies)’ de Arcade Fire, ‘Santa María da Feira’ de Devendra Banhart... pero había una que, desde el primer momento, me atrapó: ‘John Wayne Gacy Jr’, del tal noséqué Stevens. Ese piano, esa desolación tan inquietante, ese suspiro final y, sobre todo, esa voz... una voz hermosa y perturbadora, que emanaba tanta tristeza, desesperación contenida y resignación... No podía parar de escucharla y necesitaba saber qué más había hecho su autor, Sufjan Stevens. Pero, ay, sin dinero para comprar discos y sin internet para echarme un mísero myspace a las orejas (estábamos en 2006, recuerden), difícil lo tenía, así que me dediqué durante meses a reproducir compulsivamente la canción que me tenía obsesionada. Con perspectiva, no acabo de entender porqué no compré ‘Illinois’ enseguida; una persona normal lo habría hecho. Pero yo soy bastante anormal, además de agarrada; mi precariedad económica marcaba que no podía hacer dispendio en artistas que no conociera. No había forma de encontrar el CD barato y me daba miedo pulirme dieciocho euros y que el disco me decepcionara. Así que, ironías del destino, pasé casi todo el puñetero 2006 incapaz de gastarme unos míseros euros en Sufjan, el mismo Sufjan por el que luego no he dudado en viajar a Lisboa o Escocia. Aunque casi mejor así; no me quiero ni imaginar el padecimiento que hubiera supuesto convertirme en fan a muerte en, pongamos primavera de 2006, y comprobar que las entradas para su concierto en el Casino de l’Aliança de Poble Nou habían volado.

Las cosas empezaron a mejorar a finales de 2006. Hice una oposición para conseguir plaza fija en el mismo departamento que me había estado contratando-despidiendo-contratando durante años. La perspectiva de tener (¡por fin!) un trabajo fijo con un salario razonable me empujó a Discos Revolver el mes de diciembre para comprarme, de una maldita vez, el ‘Illinois’. Me lo puse y entonces fue el arrebato. Primer mazazo, “Concerning the UFO”. ‘Oh, Dios mío, ¡esto es una maravilla!’, pensaba. Luego, “Come on feel the Illinoise”: ‘Es mona, pero no me gusta tanto como la anterior... espera… ¿y este quiebro maravilloso?’. De repente, me hallé incrédula ante ese despliegue de efusividad y policromía; creo que fue, precisamente, en ese momento, en el cambio de rumbo que toma la canción a partir del minuto 2.20, cuando me di cuenta de que amaba a ese hombre; aún no había llegado a la que para mí era la mejor canción de 2005 y ya estaba rendida: Even with the heart of terror and the superstitious wearer/I am riding all alone, I am writing all alone, iban entonando los coros de animadoras en technicolor. ‘¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ti, Sufjan?’ Even with the rest belated, everything is antiquated/Are you writing from the heart? Are you writing from the heart? Y así, asistí atónita a un festival de canciones en que cada una era prácticamente mejor que la anterior, en un festín stendhaliano que me dejó sin aliento. Cuando llegué a ‘Chicago’ ya me daba igual todo lo que me había sucedido hasta ese momento: el trabajo, la arpía, el acoso... porque estaba teniendo una epifanía en que todo cobraba sentido. Entonces, en medio de los “and it takes and it takes” de ‘Casimir Pulaski Day’, Sufjan me susurró: ‘Deja de preocuparte por chorradas. Esto es lo realmente importante, chica’. De vuelta al mundo, a la vida. I fell in love again.

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Hace unas semanas me compré un billete de avión y una entrada para ir a ver a Sufjan Stevens a Edimburgo, en un acto de desesperación porque mi ídolo no anunciaba gira europea. Obviamente, ya tengo mi entrada para Barcelona y aún estoy rumiando si también voy a Madrid. ¿Tarada? Por supuesto. ¿Ridícula? Admito que puede resultar bastante patético tener casi cuarenta años y ser una Sufjaniever... pero es que a Sufjan le debo mucho: él me salvó la vida. No en el sentido literal, pero me hizo recuperar la fe, que es casi igual de importante.

Confieso que hasta enero de 2006 no tenía ni idea de quién era Sufjan. 2005 había sido un año bastante asqueroso; entonces tenía 29 años, enlazaba contratos laborales de continuidad dudosa y mi economía era muy precaria. Compartía piso con una arpía despótica, mi vida social era escasa y la sentimental inexistente. Estaba sumergida en una situación límite de acoso (un lío demasiado largo para explicarlo aquí) que monopolizaba mi existencia y cristalizó en un principio de depresión. Sin dinero para discos, sin acceso a internet y constantemente preocupada, estaba desligada de la actualidad musical. La música pop, epicentro de mi vida desde que tenía diez años, me había dejado ya de interesar. O al menos, eso creía. Porque, justo cuando pensaba que mi abulia era ya irremediable, llegó él, mi caballero de brillante armadura... sólo que, en vez de armadura y lanza, vestía de boy-scout alado y esgrimía un banjo.

La cuestión es que, aún fiel a una vieja tradición, ese enero de 2006 me compré la RDL resumen de lo mejor del año 2005. Confirmé, desanimada, mi ignorancia. ¿MIA? ¿Kanye West? ¿Noséqué Stevens? Pero... ¿estos quiénes son? Por inercia, me puse el CD recopilatorio de las mejores canciones del año. Oh, las había buenas. Incluso muy buenas: ‘Rebellion (lies)’ de Arcade Fire, ‘Santa María da Feira’ de Devendra Banhart... pero había una que, desde el primer momento, me atrapó: ‘John Wayne Gacy Jr’, del tal noséqué Stevens. Ese piano, esa desolación tan inquietante, ese suspiro final y, sobre todo, esa voz... una voz hermosa y perturbadora, que emanaba tanta tristeza, desesperación contenida y resignación... No podía parar de escucharla y necesitaba saber qué más había hecho su autor, Sufjan Stevens. Pero, ay, sin dinero para comprar discos y sin internet para echarme un mísero myspace a las orejas (estábamos en 2006, recuerden), difícil lo tenía, así que me dediqué durante meses a reproducir compulsivamente la canción que me tenía obsesionada. Con perspectiva, no acabo de entender porqué no compré ‘Illinois’ enseguida; una persona normal lo habría hecho. Pero yo soy bastante anormal, además de agarrada; mi precariedad económica marcaba que no podía hacer dispendio en artistas que no conociera. No había forma de encontrar el CD barato y me daba miedo pulirme dieciocho euros y que el disco me decepcionara. Así que, ironías del destino, pasé casi todo el puñetero 2006 incapaz de gastarme unos míseros euros en Sufjan, el mismo Sufjan por el que luego no he dudado en viajar a Lisboa o Escocia. Aunque casi mejor así; no me quiero ni imaginar el padecimiento que hubiera supuesto convertirme en fan a muerte en, pongamos primavera de 2006, y comprobar que las entradas para su concierto en el Casino de l’Aliança de Poble Nou habían volado.

Las cosas empezaron a mejorar a finales de 2006. Hice una oposición para conseguir plaza fija en el mismo departamento que me había estado contratando-despidiendo-contratando durante años. La perspectiva de tener (¡por fin!) un trabajo fijo con un salario razonable me empujó a Discos Revolver el mes de diciembre para comprarme, de una maldita vez, el ‘Illinois’. Me lo puse y entonces fue el arrebato. Primer mazazo, “Concerning the UFO”. ‘Oh, Dios mío, ¡esto es una maravilla!’, pensaba. Luego, “Come on feel the Illinoise”: ‘Es mona, pero no me gusta tanto como la anterior... espera… ¿y este quiebro maravilloso?’. De repente, me hallé incrédula ante ese despliegue de efusividad y policromía; creo que fue, precisamente, en ese momento, en el cambio de rumbo que toma la canción a partir del minuto 2.20, cuando me di cuenta de que amaba a ese hombre; aún no había llegado a la que para mí era la mejor canción de 2005 y ya estaba rendida: Even with the heart of terror and the superstitious wearer/I am riding all alone, I am writing all alone, iban entonando los coros de animadoras en technicolor. ‘¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ti, Sufjan?’ Even with the rest belated, everything is antiquated/Are you writing from the heart? Are you writing from the heart? Y así, asistí atónita a un festival de canciones en que cada una era prácticamente mejor que la anterior, en un festín stendhaliano que me dejó sin aliento. Cuando llegué a ‘Chicago’ ya me daba igual todo lo que me había sucedido hasta ese momento: el trabajo, la arpía, el acoso... porque estaba teniendo una epifanía en que todo cobraba sentido. Entonces, en medio de los “and it takes and it takes” de ‘Casimir Pulaski Day’, Sufjan me susurró: ‘Deja de preocuparte por chorradas. Esto es lo realmente importante, chica’. De vuelta al mundo, a la vida. I fell in love again.

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Hace unas semanas me compré un billete de avión y una entrada para ir a ver a Sufjan Stevens a Edimburgo, en un acto de desesperación porque mi ídolo no anunciaba gira europea. Obviamente, ya tengo mi entrada para Barcelona y aún estoy rumiando si también voy a Madrid. ¿Tarada? Por supuesto. ¿Ridícula? Admito que puede resultar bastante patético tener casi cuarenta años y ser una Sufjaniever... pero es que a Sufjan le debo mucho: él me salvó la vida. No en el sentido literal, pero me hizo recuperar la fe, que es casi igual de importante.

Confieso que hasta enero de 2006 no tenía ni idea de quién era Sufjan. 2005 había sido un año bastante asqueroso; entonces tenía 29 años, enlazaba contratos laborales de continuidad dudosa y mi economía era muy precaria. Compartía piso con una arpía despótica, mi vida social era escasa y la sentimental inexistente. Estaba sumergida en una situación límite de acoso (un lío demasiado largo para explicarlo aquí) que monopolizaba mi existencia y cristalizó en un principio de depresión. Sin dinero para discos, sin acceso a internet y constantemente preocupada, estaba desligada de la actualidad musical. La música pop, epicentro de mi vida desde que tenía diez años, me había dejado ya de interesar. O al menos, eso creía. Porque, justo cuando pensaba que mi abulia era ya irremediable, llegó él, mi caballero de brillante armadura... sólo que, en vez de armadura y lanza, vestía de boy-scout alado y esgrimía un banjo.

La cuestión es que, aún fiel a una vieja tradición, ese enero de 2006 me compré la RDL resumen de lo mejor del año 2005. Confirmé, desanimada, mi ignorancia. ¿MIA? ¿Kanye West? ¿Noséqué Stevens? Pero... ¿estos quiénes son? Por inercia, me puse el CD recopilatorio de las mejores canciones del año. Oh, las había buenas. Incluso muy buenas: ‘Rebellion (lies)’ de Arcade Fire, ‘Santa María da Feira’ de Devendra Banhart... pero había una que, desde el primer momento, me atrapó: ‘John Wayne Gacy Jr’, del tal noséqué Stevens. Ese piano, esa desolación tan inquietante, ese suspiro final y, sobre todo, esa voz... una voz hermosa y perturbadora, que emanaba tanta tristeza, desesperación contenida y resignación... No podía parar de escucharla y necesitaba saber qué más había hecho su autor, Sufjan Stevens. Pero, ay, sin dinero para comprar discos y sin internet para echarme un mísero myspace a las orejas (estábamos en 2006, recuerden), difícil lo tenía, así que me dediqué durante meses a reproducir compulsivamente la canción que me tenía obsesionada. Con perspectiva, no acabo de entender porqué no compré ‘Illinois’ enseguida; una persona normal lo habría hecho. Pero yo soy bastante anormal, además de agarrada; mi precariedad económica marcaba que no podía hacer dispendio en artistas que no conociera. No había forma de encontrar el CD barato y me daba miedo pulirme dieciocho euros y que el disco me decepcionara. Así que, ironías del destino, pasé casi todo el puñetero 2006 incapaz de gastarme unos míseros euros en Sufjan, el mismo Sufjan por el que luego no he dudado en viajar a Lisboa o Escocia. Aunque casi mejor así; no me quiero ni imaginar el padecimiento que hubiera supuesto convertirme en fan a muerte en, pongamos primavera de 2006, y comprobar que las entradas para su concierto en el Casino de l’Aliança de Poble Nou habían volado.

Las cosas empezaron a mejorar a finales de 2006. Hice una oposición para conseguir plaza fija en el mismo departamento que me había estado contratando-despidiendo-contratando durante años. La perspectiva de tener (¡por fin!) un trabajo fijo con un salario razonable me empujó a Discos Revolver el mes de diciembre para comprarme, de una maldita vez, el ‘Illinois’. Me lo puse y entonces fue el arrebato. Primer mazazo, “Concerning the UFO”. ‘Oh, Dios mío, ¡esto es una maravilla!’, pensaba. Luego, “Come on feel the Illinoise”: ‘Es mona, pero no me gusta tanto como la anterior... espera… ¿y este quiebro maravilloso?’. De repente, me hallé incrédula ante ese despliegue de efusividad y policromía; creo que fue, precisamente, en ese momento, en el cambio de rumbo que toma la canción a partir del minuto 2.20, cuando me di cuenta de que amaba a ese hombre; aún no había llegado a la que para mí era la mejor canción de 2005 y ya estaba rendida: Even with the heart of terror and the superstitious wearer/I am riding all alone, I am writing all alone, iban entonando los coros de animadoras en technicolor. ‘¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ti, Sufjan?’ Even with the rest belated, everything is antiquated/Are you writing from the heart? Are you writing from the heart? Y así, asistí atónita a un festival de canciones en que cada una era prácticamente mejor que la anterior, en un festín stendhaliano que me dejó sin aliento. Cuando llegué a ‘Chicago’ ya me daba igual todo lo que me había sucedido hasta ese momento: el trabajo, la arpía, el acoso... porque estaba teniendo una epifanía en que todo cobraba sentido. Entonces, en medio de los “and it takes and it takes” de ‘Casimir Pulaski Day’, Sufjan me susurró: ‘Deja de preocuparte por chorradas. Esto es lo realmente importante, chica’. De vuelta al mundo, a la vida. I fell in love again.

Francois Zappa escribió:

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Hace unas semanas me compré un billete de avión y una entrada para ir a ver a Sufjan Stevens a Edimburgo, en un acto de desesperación porque mi ídolo no anunciaba gira europea. Obviamente, ya tengo mi entrada para Barcelona y aún estoy rumiando si también voy a Madrid. ¿Tarada? Por supuesto. ¿Ridícula? Admito que puede resultar bastante patético tener casi cuarenta años y ser una Sufjaniever... pero es que a Sufjan le debo mucho: él me salvó la vida. No en el sentido literal, pero me hizo recuperar la fe, que es casi igual de importante.

Confieso que hasta enero de 2006 no tenía ni idea de quién era Sufjan. 2005 había sido un año bastante asqueroso; entonces tenía 29 años, enlazaba contratos laborales de continuidad dudosa y mi economía era muy precaria. Compartía piso con una arpía despótica, mi vida social era escasa y la sentimental inexistente. Estaba sumergida en una situación límite de acoso (un lío demasiado largo para explicarlo aquí) que monopolizaba mi existencia y cristalizó en un principio de depresión. Sin dinero para discos, sin acceso a internet y constantemente preocupada, estaba desligada de la actualidad musical. La música pop, epicentro de mi vida desde que tenía diez años, me había dejado ya de interesar. O al menos, eso creía. Porque, justo cuando pensaba que mi abulia era ya irremediable, llegó él, mi caballero de brillante armadura... sólo que, en vez de armadura y lanza, vestía de boy-scout alado y esgrimía un banjo.

La cuestión es que, aún fiel a una vieja tradición, ese enero de 2006 me compré la RDL resumen de lo mejor del año 2005. Confirmé, desanimada, mi ignorancia. ¿MIA? ¿Kanye West? ¿Noséqué Stevens? Pero... ¿estos quiénes son? Por inercia, me puse el CD recopilatorio de las mejores canciones del año. Oh, las había buenas. Incluso muy buenas: ‘Rebellion (lies)’ de Arcade Fire, ‘Santa María da Feira’ de Devendra Banhart... pero había una que, desde el primer momento, me atrapó: ‘John Wayne Gacy Jr’, del tal noséqué Stevens. Ese piano, esa desolación tan inquietante, ese suspiro final y, sobre todo, esa voz... una voz hermosa y perturbadora, que emanaba tanta tristeza, desesperación contenida y resignación... No podía parar de escucharla y necesitaba saber qué más había hecho su autor, Sufjan Stevens. Pero, ay, sin dinero para comprar discos y sin internet para echarme un mísero myspace a las orejas (estábamos en 2006, recuerden), difícil lo tenía, así que me dediqué durante meses a reproducir compulsivamente la canción que me tenía obsesionada. Con perspectiva, no acabo de entender porqué no compré ‘Illinois’ enseguida; una persona normal lo habría hecho. Pero yo soy bastante anormal, además de agarrada; mi precariedad económica marcaba que no podía hacer dispendio en artistas que no conociera. No había forma de encontrar el CD barato y me daba miedo pulirme dieciocho euros y que el disco me decepcionara. Así que, ironías del destino, pasé casi todo el puñetero 2006 incapaz de gastarme unos míseros euros en Sufjan, el mismo Sufjan por el que luego no he dudado en viajar a Lisboa o Escocia. Aunque casi mejor así; no me quiero ni imaginar el padecimiento que hubiera supuesto convertirme en fan a muerte en, pongamos primavera de 2006, y comprobar que las entradas para su concierto en el Casino de l’Aliança de Poble Nou habían volado.

Las cosas empezaron a mejorar a finales de 2006. Hice una oposición para conseguir plaza fija en el mismo departamento que me había estado contratando-despidiendo-contratando durante años. La perspectiva de tener (¡por fin!) un trabajo fijo con un salario razonable me empujó a Discos Revolver el mes de diciembre para comprarme, de una maldita vez, el ‘Illinois’. Me lo puse y entonces fue el arrebato. Primer mazazo, “Concerning the UFO”. ‘Oh, Dios mío, ¡esto es una maravilla!’, pensaba. Luego, “Come on feel the Illinoise”: ‘Es mona, pero no me gusta tanto como la anterior... espera… ¿y este quiebro maravilloso?’. De repente, me hallé incrédula ante ese despliegue de efusividad y policromía; creo que fue, precisamente, en ese momento, en el cambio de rumbo que toma la canción a partir del minuto 2.20, cuando me di cuenta de que amaba a ese hombre; aún no había llegado a la que para mí era la mejor canción de 2005 y ya estaba rendida: Even with the heart of terror and the superstitious wearer/I am riding all alone, I am writing all alone, iban entonando los coros de animadoras en technicolor. ‘¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ti, Sufjan?’ Even with the rest belated, everything is antiquated/Are you writing from the heart? Are you writing from the heart? Y así, asistí atónita a un festival de canciones en que cada una era prácticamente mejor que la anterior, en un festín stendhaliano que me dejó sin aliento. Cuando llegué a ‘Chicago’ ya me daba igual todo lo que me había sucedido hasta ese momento: el trabajo, la arpía, el acoso... porque estaba teniendo una epifanía en que todo cobraba sentido. Entonces, en medio de los “and it takes and it takes” de ‘Casimir Pulaski Day’, Sufjan me susurró: ‘Deja de preocuparte por chorradas. Esto es lo realmente importante, chica’. De vuelta al mundo, a la vida. I fell in love again.

Stoneheart escribió:

Rhonda escribió:Esto lo escribí en la web de un colega en mayo de 2015

De cómo Sufjan me salvó la vida

Spoiler:

Este tipo de textos son los que mejor funcionan para acercarme a un grupo/autor/disco/cosa.

David Z. escribió:

Starsailor escribió:

David Z. escribió:

...pero vamos a ver...

Rhonda escribió:Ahora me pongo el de Mellencamp. Recuerdo que en el 89 se oía mucho hablar sobre él. Bueno, al menos yo, que me compraba una revista que se llamaba Top Rock y lo mentaban muchísimo. Me extraña, tal como se ha dicho ya por aquí, que no haya tenido más repercusión.

perrosajón escribió:Bravo Rhonda !

El de Mellencamp me lo he puesto esta mañana y lo he disfrutado mucho, tu texto me anima a dedicarle tiempo al amigo Sufjan.

Esos CDs de regalo de las revistas de música suelen esconder tesoros, hay que buscar...pero cuando encuentras el temazo, tiras del hilo y la gozas.

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Rhonda escribió:Mmmm, entiendo que a los que os mola el rock americano recio y clásico os flipe Mellencamp, pero definitivamente no es lo mío.

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Koikila escribió:

Rhonda escribió:Mmmm, entiendo que a los que os mola el rock americano recio y clásico os flipe Mellencamp, pero definitivamente no es lo mío.

Hacía siglos que no me ponía Scarecrow pero es un señor discazo
Siempre he sido mucho de rock americano, de ahí que no quiera jebi en el Azkena

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

watts escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Ahora es cuando te cuento que durante un ARF este hombre estaba tocando por Europa y te quiere tirar por la ventana...

Boohan escribió:

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

REM, Hoodoo Gurus, Green On Red y Mellencamp, principalmente. No había nada más grande para mí en la segunda mitad de los 80s. El primero de Mellencamp que cayó en mis manos fue el homónimo del 79, otro pedazo disco. De ahí hasta Big Daddy los tenía todos... menos el Scarecrow!!! Nunca lo vi en series medias, esos discos con la maldita pegatina de los que me nutría semana a semana. No llegué hasta él hasta primeros de los 90. The Lonesome Jubilee sigue siendo mi favorito.

loaded escribió:

Boohan escribió:

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

REM, Hoodoo Gurus, Green On Red y Mellencamp, principalmente. No había nada más grande para mí en la segunda mitad de los 80s. El primero de Mellencamp que cayó en mis manos fue el homónimo del 79, otro pedazo disco. De ahí hasta Big Daddy los tenía todos... menos el Scarecrow!!! Nunca lo vi en series medias, esos discos con la maldita pegatina de los que me nutría semana a semana. No llegué hasta él hasta primeros de los 90. The Lonesome Jubilee sigue siendo mi favorito.

A mí me encanta pero tengo un problema que ya he contado muchas veces por aquí: "Paper In Fire", la canción que abre el disco, me resulta enervante.

Koikila escribió:

watts escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Ahora es cuando te cuento que durante un ARF este hombre estaba tocando por Europa y te quiere tirar por la ventana...

Qué me dices

Boohan escribió:

loaded escribió:

Boohan escribió:

jackinthebox escribió:

Koikila escribió:Maravilloso, Rhonda... ojalá algún disco me suscite esas sensaciones en el futuro.
Al de Mellencamp no se le puede poner ninguna pega, la verdad. Bueno, Deiviz sí. Siempre flipé de que Sprinsteen tuviera tanta repercusión y Mellencamp no tanta. Y no entiendo por qué no gira fuera de USA

Es un tema que he hablado varias veces con mis amigos, y llegamos a la conclusión que mucha gente escucha a Springsteen y sólo escucha a Springsteen. Porque si ese tipo de música te interesa, es muy difícil no acabar en las redes de gente como Petty o Mellencamp. A mi su etapa ochentera con American fool, Uh-huh, Scarecrow o The lonesome jubilee me encanta.

REM, Hoodoo Gurus, Green On Red y Mellencamp, principalmente. No había nada más grande para mí en la segunda mitad de los 80s. El primero de Mellencamp que cayó en mis manos fue el homónimo del 79, otro pedazo disco. De ahí hasta Big Daddy los tenía todos... menos el Scarecrow!!! Nunca lo vi en series medias, esos discos con la maldita pegatina de los que me nutría semana a semana. No llegué hasta él hasta primeros de los 90. The Lonesome Jubilee sigue siendo mi favorito.

A mí me encanta pero tengo un problema que ya he contado muchas veces por aquí: "Paper In Fire", la canción que abre el disco, me resulta enervante.