★ DAVID BOWIE - Discografía confitada ★ Diamond dogs (1974). El Gran Hermano nos escucha.

watts escribió:Es curioso que siendo un ditsco tan rockero, es decir, tan de Ronoson, muchas veces me acuerdo más de Garson. En realidad solo hay 3 canciones "Garson" pero son demasiado espectaculares como para que no marquen el subconsciente. Aladdin Sane (ese solo desaforado y completamente jazzistico que parece que está grabando un disco diferente), Time (pese al solo de Ronson, es el piano de Garson que pasa del cabaret al tono ensoñador) y Lady Grinning Soul (me uno a las loas). El resto son canciones más "Ronson", excepto "Drive-in Saturday" que queda a medio camino de todo... pero la intervención de Garson es muy potente...

Bien visto. Es que los temas del disco son Time y ese cierre con Lady Grinning Soul.

A mi este Aladdin Sane me parece una maravilla, pero esta en parte eclipsado por su predecesor. Obra maestra.
Y muy interesante la crítica de Surfinbitxo. Bravo.

Bokor escribió:

Zeppo escribió:

SISTER-MORPHINE escribió:

Zeppo escribió:

Starsailor escribió:Qué poco se ha hablado de Jean Genie. Esa canción es la chulería en su máxima expresión.
Ese comienzo, ese riff tan sencillo pero tan marcado junto al ritmo, como si fueras marcando el paso por la calle  con tus botas de punta y tacón y nadie te puede mirar por encima del hombro.
Y el estribillo que es pura magia. Una de sus canciones definitivas y menudo jitazo se marcó.

Es contundente y efectiva.

Es puro Bo Diddley al más puto estilo glam..Sin parecerme tan buena, se saco de la chistera su Roadhouse blues O Parachute Woman. Es una pieza que encaja muy bien en el disco.

Leí una vez una anécdota al respecto en la que contaban que Bowie reunió a la banda para mostrarles un tema nuevo. Se ponen a tocar y se miran los unos a los otros en plan, "Joder, esto es de los Yardbirds", pero como le veían tan emocionado y era el jefe, no dijeron nada.

En cualquier caso, tanto Yardbirds como Bowie supieron renovar el original de Diddley e imprimirle su estilo y su época.

I'm A Man´65

Spoiler:

The Manish Boys-I Pity the Fool´65

Spoiler:

Una incursión de Bowie en el blues con Jimmy Page como guitarrista de sesión.

El triunfo de Jean Genie para mi es poperizar ese blues llevarlo al glam como habéis dicho, un estribillo que te pone a saltar de inmediato. Temazo!!

Y al final se ha quedado casi como un estandar cuando una banda quiere hacer un "un tema glam" (y no quiere saquear otra vez a Bolan). Un riff bien marcado y estribillo vitalista.

En ejemplos patrios tendríamos La actitud Correcta/Jean Genie y Feo, Fuerte y Formal/T. Rex

Joer edito!! Feo, Fuerte y Formal es muy bolaniana pero le debe mucho, mucho a The Prettiest Star. (la cambiamos por el Rey del Glam por ejemplo, o Lole Y Bolan de Nacho Vegas, o Ni Tu Ni Nadie o aquella de Nena daconte )

Mas de aladdin sane...aue, por cierto, curioso el porque del nombre

https://www.latercera.com/culto/2018/04/18/rayo-bowie-los-secretos-aladdin-sane/

DumDumBoy escribió:En ejemplos patrios tendríamos La actitud Correcta/Jean Genie y Feo, Fuerte y Formal/T. Rex

Joer edito!! Feo, Fuerte y Formal es muy bolaniana pero le debe mucho, mucho a The Prettiest Star.  (la cambiamos por el Rey del Glam por ejemplo, o Lole Y Bolan de Nacho Vegas, o  Ni Tu Ni Nadie o aquella de Nena daconte )

 A más de uno le daría un patatús con estas conexiones pero están muy bien traídas.

Jean Genie es cierto que tiene mucho de Parachute woman, en sonido y actitud chulesca, y ya van no sé cuántas referencias stonianas en el disco...

Poniéndome un poco al día con el topic, que creo que me toca ya la semana que viene.
Muy bueno el texto de mugu para el The Man who sold de world.
Me lo compré junto al Space Oddity hace mil años y apenas le había hecho caso. Gracias al texto he conseguido comprenderlo el disco ahora.

Me encanta todo lo que escribe DumDum pero... ¿en serio hacía falta traer a Loquillo a este topic?

DumDumBoy escribió:

Stoneheart escribió:Menos mal que a alguien más no le parece TAN mala la versión de los Rolling Stones.

A mi siempre me ha gustado y de hecho la prefiero a la original.

venga... ya lo he dicho

No quiero profundizar más sobre este tema.. Está claro que Bowie iba a hacer su propia adapatación del tema tratando de acoplarla al disco. Tal vez si no llevase la firma de Jagger Richards estaríamos valorando la canción desde otro prisma. A mi personalmente no me entusiasma, al igual que tampoco me gusta su versión de I Can't Explain que coló en el discode versiones por ponerte un ejemplo.

Stoneheart escribió:Me encanta todo lo que escribe DumDum pero... ¿en serio hacía falta traer a Loquillo a este topic?

jajaja

Sigo poniéndome al día. Este finde llego al Aladdin Sane.
Muy buena la reseña de Watts del Hunky Dory, me apunto un par de cosas para la mía del disco de versiones.

A la par que ziggy.Su cima

Hay bajón por lo que viene a continuación, eh

Yo estoy con el otra vez, vaya sobredosis de glam llevo esta semana

A continuación viene la magia, al menos para mí, lo primero que escuche consciente y voluntariamente de Bowie y desde entonces no se ha marchado de mi vida

Surfinbitxo escribió:Hay bajón por lo que viene a continuación, eh

Qué va, es que quiero prepararlo con la calma y dedicación que se merece.

Vamos con la siguiente entrega arreando!!!!

Mientras tanto, para dar pie a stoneheart, voy a contar mi historia con este disco que viene.

Fue creo que mi primer o de mis primeros CDs que compre, en la era pre internet y en la única tienda de discos de Burgos, que ya no existe (una tienda Tipo bastante triste).
No consumía revistas y mi círculo de amistades y familiares tampoco eran un referente más allá de ciertos grupos punk nacionales de la época por parte de amigos, y mocedades por parte de padres, vamos, un mojón.

No obstante, como todo hijo de vecino, había oído hablar de Bowie y de un tal ziggy stardust, así que fui a la tienda y sin saber demasiado lo compré. Me llamó la atención que un disco en directo fuese tan famoso, pero por aquel entonces me flipo una barbaridad, sobre todo la terna Wild eyed, Young dudes y pretty things encadenadas. Durante años este disco fue ziggy stardust para mí.



Luego me olvidé de Bowie unos años, hasta que me lo volví a encontrar con mis amados Nine Inch Nails teloneandolo y fue una especie de señal de que por un lado NIN eran algo más, pero sobre todo que Bowie era algo aún mucho más de lo que pensaba .  Ya en la era de Internet me empolle su discografía, incluida claro está el ziggy de verdad, y sobre todo sus discos anteriores a este directo.

A día de hoy, hace 3 o 4 años compré el box de five years y regalé a mis padres (los de mocedades) mi antiguo "ziggy stardust", que lleva puesto en el coche desde entonces sonando en bucle. El tiempo ha pasado y ya tengo una enana de un año, que se dispone a escuchar en estos momentos el ziggy que yo pensaba que era el de verdad, de esta guisa (foto de este instante)

Ahora en serio, mañana sin falta cuelgo el tocho.

Bien ahí Silverfuck! Lástima que empezar por un directo hace difícil acostumbrarse a las versiones en estudio.

¡Pero que ricura!
Y el osito es maravilloso

A ver si luego me animo a contar el contexto en que yo conocí a Bowie

Surfinbitxo escribió:¡Pero que ricura!
Y el osito es maravilloso

A ver si luego me animo a contar el contexto en que yo conocí a Bowie

Pues se agradecen mucho estas experiencias.

Si alguien está esperando ansiosamente el cambio de disco, por favor que me disculpe por el retraso. Para algo tan especial y con tanta carga emocional como el directo que nos ocupa tenía intención de soltar un tocho extremadamente intenso, rayando lo pasteloso, pero estos días estoy apática en extremo y me está costando Dios y ayuda escribirlo.

Al menos servirá para que Sapir no se agobie con lo suyo.

Aún tengo que leer las últimas reseñas

¿Cuándo me toca a mí, Stoneheart?

Rhonda escribió:Aún tengo que leer las últimas reseñas

¿Cuándo me toca a mí, Stoneheart?

Después de la mía, la de Sapir y la de Sonic, si no me equivoco. Al ritmo que estamos yendo últimamente, tienes tiempo.

Stoneheart escribió:

Rhonda escribió:Aún tengo que leer las últimas reseñas

¿Cuándo me toca a mí, Stoneheart?

Después de la mía, la de Sapir y la de Sonic, si no me equivoco. Al ritmo que estamos yendo últimamente, tienes tiempo.

Avisa cuando queden tres días o así, por fa!!

silverfuck escribió:Mientras tanto, para dar pie a stoneheart, voy a contar mi historia con este disco que viene.

Fue creo que mi primer o de mis primeros CDs que compre, en la era pre internet y en la única tienda de discos de Burgos, que ya no existe (una tienda Tipo bastante triste).
No consumía revistas y mi círculo de amistades y familiares tampoco eran un referente más allá de ciertos grupos punk nacionales de la época por parte de amigos, y mocedades por parte de padres, vamos, un mojón.

No obstante, como todo hijo de vecino, había oído hablar de Bowie y de un tal ziggy stardust, así que fui a la tienda y sin saber demasiado lo compré. Me llamó la atención que un disco en directo fuese tan famoso, pero por aquel entonces me flipo una barbaridad, sobre todo la terna Wild eyed, Young dudes y pretty things encadenadas. Durante años este disco fue ziggy stardust para mí.



Luego me olvidé de Bowie unos años, hasta que me lo volví a encontrar con mis amados Nine Inch Nails teloneandolo y fue una especie de señal de que por un lado NIN eran algo más, pero sobre todo que Bowie era algo aún mucho más de lo que pensaba .  Ya en la era de Internet me empolle su discografía, incluida claro está el ziggy de verdad, y sobre todo sus discos anteriores a este directo.

A día de hoy, hace 3 o 4 años compré el box de five years y regalé a mis padres (los de mocedades) mi antiguo "ziggy stardust", que lleva puesto en el coche desde entonces sonando en bucle. El tiempo ha pasado y ya tengo una enana de un año, que se dispone a escuchar en estos momentos el ziggy que yo pensaba que era el de verdad, de esta guisa (foto de este instante)

Bravo!!

Yo llevé a mis dos hijas (ahora de 3 y 5 años) a la expo de Bowie en Barcelona. Anda que no bailamos Jean Genie ni nada...

La exposición era una delicia. Cuando fui yo también había críos pasándolo bomba.

Buceando en el blues rock británico de fines de los sesenta topé con este tema "jeangeniesco"

Siren-Gardener Man´69

Spoiler:

Menudo ritmo sudamericano que tiene el topic!!!!!! .
Así no.

Minidi ritmi sidimiriquini qui...

Bueno, pues aquí traigo el tocho recién salido del horno. Con todo este cerúmen emocional no hay quien se ponga en modo faringe...

Ziggy Stardust - The motion picture

Dicen que nada es tan bonito de cerca como de lejos. Sea como sea, la gira mundial de Aladdin Sane, que recorría América, Europa y finalmente Inglaterra, parecía tener el éxito garantizado; sin embargo, el segundo desplazamiento a Estados Unidos empezaría a comportar dificultades: la respuesta irregular del público norteamericano, el ritmo agotador y las tensiones crecientes entre los músicos estaban empezando a hacer mella en un David Bowie cada vez más cansado de su alter-ego.

Tras algunas cancelaciones por agotamiento y un sinfín de calamidades, la gira llegaba a su fin el 3 de julio de 1973, en el Hammersmith Odeon londinense, recibida por una multitud que seguía en la cresta de la ola, consagrada en cuerpo y alma a ese extraterrestre que, por primera vez en sus grises adolescencias y juventudes, les había dicho que no estaban solos.


La previa. ¿Por qué no encuentro una foto en condiciones?

Lo que no sabían era que tanto Ziggy Stardust como The Spiders from Mars estaban empezando a resultar poco rentables para la discográfica, de manera que, poco antes de la fecha en cuestión, el mánager Tony DeFries y un Bowie que se sentía como si llevara un traje demasiado usado y empezaba a sufrir la angustia que se reflejaba en Aladdin Sane urdieron un plan que no se haría público hasta el final del concierto. Sólo Mick Ronson (a quien el viperino mánager había prometido un álbum en solitario y el inicio de una prometedora carrera, sin otro fin que el de echar leña al fuego y cargarse el molesto invento de las Arañas de Marte) fue informado en privado de la decisión. Sin tener ni idea de lo que se estaba cociendo, desde RCA insistían en promocionar la figura de Ziggy Stardust, para lo cual decidieron encargar a R.A. Pennebaker, que anteriormente había dirigido el documental Don’t Look Back sobre Bob Dylan, la grabación del último concierto de la gira, del cual también se lanzaría un disco en directo.

Pennebaker no era precisamente un fan de Bowie y tuvo que luchar, además, con una pésima iluminación y un sonido difícil, amén de la atmósfera ya de por sí tensa que rodeaba la actuación. Finalmente, en vista del inesperado desenlace, el proyecto quedó abandonado y no sería recuperado hasta 1983. Veinte años después se reeditó gracias a una nueva remezcla por parte de Bowie y Visconti, y se añadieron partes desechadas en la primera edición, que no incluían los tres temas en que aparecía Jeff Beck (uno de los cuales era nada menos que The Jean Genie). El documental, por su parte, está centrado casi exclusivamente en la actuación en directo, con poco material adicional. Este último consiste básicamente en imágenes de la entrada del Hammersmith Odeon atestada de fans expectantes, muchos de ellos ataviados para la ocasión. Muchos rayos pintados, tintes y pelucas rojas, algún peluche. Aparece Angie Bowie rodeada de guardaespaldas, entrando en el camerino e intercambiando algunas palabras con su marido y con Suzy Fussey, la estilista. Por lo demás, la realización sólo pierde de vista el escenario en dos ocasiones; una de ellas al final de Moonage Daydream, cuando Bowie ha aprovechado el solo de Ronson para ir a cambiarse de vestuario.


Coñe, ¡Ringo Starr!


Hang onto yourself - Ziggy Stardust - Watch that man
Se trata de uno de esos inicios frenéticos, de no andarse con chiquitas. Desde el primer momento, David Bowie y Mick Ronson ocupan las posiciones protagonistas, este último por delante de los otros dos Spiders from Mars, a los que vemos de forma esporádica. Para el espectador que ya conoce la historia, no es difícil notar una cierta rigidez en la actuación teatral, medida paso a paso, de un David Bowie del que más adelante sabríamos lo cansado que estaba de repetir el mismo show una vez detrás de otra; Mick Ronson, por el contrario, nunca ha estado cómodo en su papel de araña de Marte, ataviado con los extravagantes diseños de Freddie Buretti, pero parece olvidarse de ello cuando el solo de Hang onto yourself le acerca por primera vez al público. A Ronno no le apasiona el teatro, pero nadie disfruta tanto tocando como él. No sabemos qué piensa de las chicas de primera fila, a las que acabamos de conocer y que vamos a ver unas cuantas veces, pero está claro que, por mal que le queden esos pantalones de torero, no le importa el baño de masas mientras sea tocando la guitarra.

Wild Eyed Boy from Freecloud/All the young dudes/Oh! You pretty things
El acelerón inicial ha frenado en seco, y ahora el aire está impregnado de melancolía. El primer tempo lento es un tema a cuya versión en estudio sigo sin acostumbrarme, porque brilla muchísimo más construido sobre el piano caprichoso de Mick Garson (al que no vemos en todo el concierto) que sobre la guitarra acústica, y desprendido de la superflua coda, que aquí se encadena directamente con All the young dudes. Le sigue otro tema al que el piano de Mick Garson sienta de maravilla: Oh! You pretty things empieza remoloneando, divagando entre bostezos y pausas despistadas, para luego enfilar su marcha de cabaret.

Moonage Daydream - Changes
Y aquí llega el primer clímax. Los guitarrazos contenidos de Ronson dan pie a una majestuosa rendición en que el breve puente instrumental de la versión de estudio pierde su condición anecdótica y se convierte en una nueva melodía, de una épica inolvidable, mientras Bowie y Ronson interpretan una especie de ritual de cortejo como pavos reales. Hacia el final del tema, este último vuelve a ocupar la parte central del escenario, acercándose nuevamente a la primera fila y dejando que el público alcance su guitarra con los dedos. Siempre he pensado (¡qué caprichosa es la percepción!) que era el propio Bowie que, poco después, apartaba a Mick Ronson de la emoción de los fans: sin embargo, debe tratarse de un empleado de seguridad o de un roadie, porque Bowie está en realidad aprovechando ese momento de gloria de su guitarrista para escaparse al camerino, de donde emerge con un increíble traje futurista a rayas y la guitarra colgada al hombro. Después de un breve preludio al piano, viene una acelerada Changes, que queda algo deslucida entre dos de los mejores momentos de todo el concierto.


Lleno de color hasta en blanco y negro.

Space Oddity – My death
Ataviado de esta guisa, hace sonar su guitarra acústica para interpretar el inicio de Space Oddity, aún más sombrío e inquietante que en la versión en estudio. Es posible que me traicione el hecho de haber escuchado antes Ziggy Stardust – The Motion Picture que el propio Space Oddity, pero el caso es que también me costó muchos años acostumbrarme a la original, aunque en este caso acabé consiguiéndolo porque ambas son, cada una a su manera, extraordinarias. Y es que Mike Garson, que en este caso toca el mellotrón en lugar de Rick Wakeman, tiene la virtud de sembrar magia por donde pasa. Personalmente, me desarma la manera en que David Bowie habla, que no canta, las palabras “tell my wife…”. Por su parte, la chica de rasgos orientales llora como una magdalena. Al final he acabado identificando a las chicas de primera fila por características arbitrarias: la de rasgos orientales, la de las gafas redondas, la rubia del pelo corto. A veces, cuando pongo el DVD, me dan ganas de saludarlas. "¿Cómo estáis? ¿Queréis un poco de agua? ¿Tenéis alguien que os acompañe luego a casa? Por cierto, no debería decíroslo pero… lo que va a pasar al final no es tan dramático como parece. Ah, y dentro de 47 años, nos vamos a tener que pasar un montón de semanas encerrados en casa, y una pandilla de colgaos vamos a aprovechar para repasar la discografía de David Bowie. Por cierto, ya veréis como…"

Pero el susodicho nos acaba de pedir que nos callemos, así que se hace el silencio. Es un momento muy solemne y frágil, de una oscuridad de antro de la República de Weimar que contrasta con el eléctrico inicio del concierto. Es curioso que sea en una versión (¿de Jacques Brel o de Scott Walker?) cuando vamos a ver al Bowie más sincero hasta el tramo final. La ventaja de no tener ninguna reputación que mantener es que no voy a decepcionar a nadie si digo que, al escuchar la original del cantautor francés, me llevé un chasco tremendo. Con la de Scott Walker ya fue distinto, pero la huella emocional de esta versión la hace insustituible para  mí. Obviamente, las chicas de primera fila quieren ser lo que hay “in front of that all”, y las oímos gritar “ME!” después del “there is” que se queda unos segundos colgado. Bowie les da las gracias. Es casi el único diálogo que va a tener con el público hasta el final del concierto.

Cracked Actor – Time – Width of a circle
Empieza la parte más teatral y más inequívocamente glam de toda la actuación. Un breve intermedio y el inicio instrumental de Cracked Actor (levemente acelerada pero muy fiel a la versión en estudio) permiten a Bowie otro cambio de vestuario. Los que estamos viendo cómodamente desde casa las escenas adicionales ya lo sabemos, pero, si estuviéramos entre el público por primera vez desde el inicio de la gira (seguramente, un poco más atrás que las chicas de primera fila) no tendríamos ni idea de qué llevaría puesto debajo de esa magnífica capa de kabuki. Cuando empieza Time, más cabaretera y decadente que nunca, dos roadies hacen desaparecer la capa y queda al descubierto, ¡horror!, una especie de mono de lana verde y amarilla, con una sola manga y una sola pernera: la cosa más fea que nos podamos imaginar. Pero no hay que olvidar que hablamos del protagonista de la foto del talego más bella de la Historia, para quien las leyes de la estética no funcionan de la misma manera que para nosotros. Bowie despojado no sólo de la capa sino de esa sensación de encorsetamiento que dejaba entrever al principio, Mike Garson en su salsa, y Ronno interpretando un pequeño número en que simula arrollar al frontman con la fuerza de los gritos de su guitarra conforman una de las mejores interpretaciones del concierto.

Del aparentemente olvidado The Man Who Sold The World rescatan el primer tema, que alargan hasta llegar casi al cuarto de hora. Las partes instrumentales dan pie al espectáculo teatral, inspirado tanto en Lindsay Kemp como en el teatro kabuki. Obviamente, no  todo el mundo disfruta haciendo teatro: a diferencia del numerito de la pared de cristal con que nos obsequia Bowie, versado en las artes escénicas, el “duelo” entre Mick Ronson y Trevor Bolder, al que hasta ahora a duras penas habíamos visto asomarse al escenario, se acaba haciendo largo y un poco forzado. Por suerte, se nota que a ambos les gusta la canción que están tocando, con numerito o sin él.


Pero vamos a ver...

Let’s spend the night together – Suffragette City
Después de 15 minutos de devaneos operísticos, llega el acelerón final, esta vez aún más pronunciado que el del principio. Si la versión de los Rolling Stones corre demasiado en Aladdin Sane, aquí, directamente, vuela; por si fuera poco, le sigue la canción que, en mi opinión, más sufre del cambio al directo: Sufragette City, que en su versión original empieza tranquila y contenida para acabar subiendo la intensidad hasta convertirse en arrolladora, revolotea descontrolada desde el primer segundo, perdiendo gran parte de su gracia. Es como si todo el mundo tuviera ganas de terminar; en el caso de Bowie y, sobre todo, en el de Ronson, es más que probable que así fuera.

White light, White heat
En el primer bis, un homenaje al que todavía consideraba su colega, Bowie aparece vestido de negro, con una especie de malla transparente. Muchos de nosotros no conocíamos todavía la versión original cuando escuchamos por primera vez Ziggy Stardust, the motion picture, pero no nos extrañó que se tratara de una canción de Lou Reed; porque, desde luego, suena mucho más a Lou Reed que a la Velvet Underground, grupo al que Bowie no ha mencionado en su presentación. Las Arañas convierten un tema monolítico, primitivo, en un tema de rock al uso, con su melodía cambiante y su estructura estándar. Al final Bowie repite “Here she comes…”, como aludiendo vagamente a otra canción del mismo álbum. Desde luego, vista como una adaptación libre y no como un cover, no está mal. A su manera.


Loureedeando.

Rock & Roll Suicide

“Everybody... This has been one of the greatest tours of our lives, we really... But first, I'd like to thank the band, I'd like to thank our road crew, and I'd like to thank our lighting people. Of all the shows on this tour, this particular show will remain with us the longest, because... Not only is it the last show of the tour, but it's the last show we'll ever do. Thank you.”

Y así, entre gritos de incredulidad y rostros paralizados, arranca Rock & Roll Suicide.
Ahí abajo, entre el público, nadie sabía que la “retirada” del personaje de Ziggy Stardust y el fin de la banda The spiders from Mars había sido un movimiento orquestado días atrás por Tony DeFries y el propio David Bowie, que por aquel entonces todavía acataba su autoridad por considerarlo en gran parte el arquitecto de su éxito comercial. Nadie sabía que, antes de empezar, el frontman había pedido que hicieran una pequeña pausa antes de empezar a tocar el último bis, porque “quería decir unas palabras”. No sabían que Trevor Bolder y Woody Woodmansey se habían quedado sin grupo y se acababan de enterar en ese preciso instante, sobre un escenario. No sabían que todo era una maniobra comercial, ni sabían, por supuesto, que esas palabras no se referían al último concierto de la carrera de David Bowie, sino a su último concierto como Ziggy Stardust.

Ahí abajo no hay transición entre las reacciones al anuncio de Bowie y las palmas que acompañan el 6/8 de la canción: sin más que un par de acordes de tiempo para procesar el golpe, da la sensación de que nunca ha sucedido, y que esa canción que suena tan genuinamente a despedida, a desesperación, no es más que el fin de un concierto y de una gira. Sin embargo, la realización no concede ni un solo plano a las chicas de primera fila. Sólo vemos a Bowie, con esa legendaria compostura, cantando bajo una luz roja.

La progresiva ascensión de Rock & Roll Suicide ya acelera el corazón en su versión en estudio, así que no es difícil imaginarse la dimensión que cobra en esas circunstancias, interpretada al milímetro pero con la angustia del mellotrón de fondo, los arreglos contenidos de Ronson y, finalmente, los aterradores coros que acompañan a Bowie mientras grita, mucho más cansado pero también mucho más sincero que en estudio, “just turn on with me, you’re not alone”. Durante varios minutos se mantiene lo más cerca del público que ha estado en toda la actuación, mientras las chicas de primera fila intentan alcanzarlo con las manos, viendo cómo algo muy importante en sus vidas se está desvaneciendo. Sin arreglos de cuerda, sólo con Mick Ronson haciendo rabiar la guitarra por última vez a su lado, David Bowie saluda, da las gracias y se marcha. Ziggy Stardust no iba a volver jamás.

Hay dos maneras de asistir a este concierto: desde arriba y desde abajo. Desde arriba se aprecian mejor los detalles, se adquiere una percepción global del sonido y se observa mejor la puesta en escena. También se ven más los fallos y las imperfecciones técnicas, se aprecia más claramente la mala calidad de la acústica aun estando más lejos de los gritos del público. Fijándose un poco se ven los desgarrones de los trajes, demasiado usados y a punto de ser guardados como reliquias; se ve el sudor que amenaza con estropear los peinados y el maquillaje. Se percibe la incomodidad de esos músicos que accedieron a regañadientes a vestirse con ropas extravagantes, y la más que justificada insatisfacción por estar siendo ninguneados profesionalmente por la industria. Se entiende todo ello como la gran artimaña que fue en realidad. Se ven los trucos de magia.

Abajo hace demasiado calor y es incómodo pasar tanto rato recibiendo empujones y oyendo los gritos de las chicas de primera fila que a ratos se solapan con las canciones. El sonido da una percepción equivocada de las canciones cuando se oyen por primera vez. Se ve a Bowie y a Ronson mucho mejor que a los demás, lo cual los hace inmunes al paso de los años, convirtiéndolos en mitos. No se puede saber qué les pasa por la cabeza mientras interpretan Rock & Roll Suicide, pero es imposible oír en sus voces un simple movimiento mecánico impuesto desde arriba. Y, sobre todo, no se ve el artificio: se ve la magia, sin truco.

Pero, sin ánimo de caer en la filosofía barata, ¿no es eso cierto para todos los conciertos y, por extensión, para todas las manifestaciones artísticas y para muchos otros ámbitos de la vida? Es imposible mantenerse abajo cuando se conoce toda la historia que dio pie a este cierre de gira y de etapa, pero tampoco soy capaz de llegar arriba. Entre otras cosas porque ni siquiera tengo intención de intentarlo. Si algún día no soy capaz de bajar, habré perdido.

Stoneheart escribió:

Ziggy Stardust - The motion picture

Dicen que nada es tan bonito de cerca como de lejos. Sea como sea, la gira mundial de Aladdin Sane, que recorría América, Europa y finalmente Inglaterra, parecía tener el éxito garantizado; sin embargo, el segundo desplazamiento a Estados Unidos empezaría a comportar dificultades: la respuesta irregular del público norteamericano, el ritmo agotador y las tensiones crecientes entre los músicos estaban empezando a hacer mella en un David Bowie cada vez más cansado de su alter-ego.

Tras algunas cancelaciones por agotamiento y un sinfín de calamidades, la gira llegaba a su fin el 3 de julio de 1973, en el Hammersmith Odeon londinense, recibida por una multitud que seguía en la cresta de la ola, consagrada en cuerpo y alma a ese extraterrestre que, por primera vez en sus grises adolescencias y juventudes, les había dicho que no estaban solos.


La previa. ¿Por qué no encuentro una foto en condiciones?

Lo que no sabían era que tanto Ziggy Stardust como The Spiders from Mars estaban empezando a resultar poco rentables para la discográfica, de manera que, poco antes de la fecha en cuestión, el mánager Tony DeFries y un Bowie que se sentía como si llevara un traje demasiado usado y empezaba a sufrir la angustia que se reflejaba en Aladdin Sane urdieron un plan que no se haría público hasta el final del concierto. Sólo Mick Ronson (a quien el viperino mánager había prometido un álbum en solitario y el inicio de una prometedora carrera, sin otro fin que el de echar leña al fuego y cargarse el molesto invento de las Arañas de Marte) fue informado en privado de la decisión. Sin tener ni idea de lo que se estaba cociendo, desde RCA insistían en promocionar la figura de Ziggy Stardust, para lo cual decidieron encargar a R.A. Pennebaker, que anteriormente había dirigido el documental Don’t Look Back sobre Bob Dylan, la grabación del último concierto de la gira, del cual también se lanzaría un disco en directo.

Pennebaker no era precisamente un fan de Bowie y tuvo que luchar, además, con una pésima iluminación y un sonido difícil, amén de la atmósfera ya de por sí tensa que rodeaba la actuación. Finalmente, en vista del inesperado desenlace, el proyecto quedó abandonado y no sería recuperado hasta 1983. Veinte años después se reeditó gracias a una nueva remezcla por parte de Bowie y Visconti, y se añadieron partes desechadas en la primera edición, que no incluían los tres temas en que aparecía Jeff Beck (uno de los cuales era nada menos que The Jean Genie). El documental, por su parte, está centrado casi exclusivamente en la actuación en directo, con poco material adicional. Este último consiste básicamente en imágenes de la entrada del Hammersmith Odeon atestada de fans expectantes, muchos de ellos ataviados para la ocasión. Muchos rayos pintados, tintes y pelucas rojas, algún peluche. Aparece Angie Bowie rodeada de guardaespaldas, entrando en el camerino e intercambiando algunas palabras con su marido y con Suzy Fussey, la estilista. Por lo demás, la realización sólo pierde de vista el escenario en dos ocasiones; una de ellas al final de Moonage Daydream, cuando Bowie ha aprovechado el solo de Ronson para ir a cambiarse de vestuario.


Coñe, ¡Ringo Starr!


Hang onto yourself - Ziggy Stardust - Watch that man
Se trata de uno de esos inicios frenéticos, de no andarse con chiquitas. Desde el primer momento, David Bowie y Mick Ronson ocupan las posiciones protagonistas, este último por delante de los otros dos Spiders from Mars, a los que vemos de forma esporádica. Para el espectador que ya conoce la historia, no es difícil notar una cierta rigidez en la actuación teatral, medida paso a paso, de un David Bowie del que más adelante sabríamos lo cansado que estaba de repetir el mismo show una vez detrás de otra; Mick Ronson, por el contrario, nunca ha estado cómodo en su papel de araña de Marte, ataviado con los extravagantes diseños de Freddie Buretti, pero parece olvidarse de ello cuando el solo de Hang onto yourself le acerca por primera vez al público. A Ronno no le apasiona el teatro, pero nadie disfruta tanto tocando como él. No sabemos qué piensa de las chicas de primera fila, a las que acabamos de conocer y que vamos a ver unas cuantas veces, pero está claro que, por mal que le queden esos pantalones de torero, no le importa el baño de masas mientras sea tocando la guitarra.

Wild Eyed Boy from Freecloud/All the young dudes/Oh! You pretty things
El acelerón inicial ha frenado en seco, y ahora el aire está impregnado de melancolía. El primer tempo lento es un tema a cuya versión en estudio sigo sin acostumbrarme, porque brilla muchísimo más construido sobre el piano caprichoso de Mick Garson (al que no vemos en todo el concierto) que sobre la guitarra acústica, y desprendido de la superflua coda, que aquí se encadena directamente con All the young dudes. Le sigue otro tema al que el piano de Mick Garson sienta de maravilla: Oh! You pretty things empieza remoloneando, divagando entre bostezos y pausas despistadas, para luego enfilar su marcha de cabaret.

Moonage Daydream - Changes
Y aquí llega el primer clímax. Los guitarrazos contenidos de Ronson dan pie a una majestuosa rendición en que el breve puente instrumental de la versión de estudio pierde su condición anecdótica y se convierte en una nueva melodía, de una épica inolvidable, mientras Bowie y Ronson interpretan una especie de ritual de cortejo como pavos reales. Hacia el final del tema, este último vuelve a ocupar la parte central del escenario, acercándose nuevamente a la primera fila y dejando que el público alcance su guitarra con los dedos. Siempre he pensado (¡qué caprichosa es la percepción!) que era el propio Bowie que, poco después, apartaba a Mick Ronson de la emoción de los fans: sin embargo, debe tratarse de un empleado de seguridad o de un roadie, porque Bowie está en realidad aprovechando ese momento de gloria de su guitarrista para escaparse al camerino, de donde emerge con un increíble traje futurista a rayas y la guitarra colgada al hombro. Después de un breve preludio al piano, viene una acelerada Changes, que queda algo deslucida entre dos de los mejores momentos de todo el concierto.


Lleno de color hasta en blanco y negro.

Space Oddity – My death
Ataviado de esta guisa, hace sonar su guitarra acústica para interpretar el inicio de Space Oddity, aún más sombrío e inquietante que en la versión en estudio. Es posible que me traicione el hecho de haber escuchado antes Ziggy Stardust – The Motion Picture que el propio Space Oddity, pero el caso es que también me costó muchos años acostumbrarme a la original, aunque en este caso acabé consiguiéndolo porque ambas son, cada una a su manera, extraordinarias. Y es que Mike Garson, que en este caso toca el mellotrón en lugar de Rick Wakeman, tiene la virtud de sembrar magia por donde pasa. Personalmente, me desarma la manera en que David Bowie habla, que no canta, las palabras “tell my wife…”. Por su parte, la chica de rasgos orientales llora como una magdalena. Al final he acabado identificando a las chicas de primera fila por características arbitrarias: la de rasgos orientales, la de las gafas redondas, la rubia del pelo corto. A veces, cuando pongo el DVD, me dan ganas de saludarlas. "¿Cómo estáis? ¿Queréis un poco de agua? ¿Tenéis alguien que os acompañe luego a casa? Por cierto, no debería decíroslo pero… lo que va a pasar al final no es tan dramático como parece. Ah, y dentro de 47 años, nos vamos a tener que pasar un montón de semanas encerrados en casa, y una pandilla de colgaos vamos a aprovechar para repasar la discografía de David Bowie. Por cierto, ya veréis como…"

Pero el susodicho nos acaba de pedir que nos callemos, así que se hace el silencio. Es un momento muy solemne y frágil, de una oscuridad de antro de la República de Weimar que contrasta con el eléctrico inicio del concierto. Es curioso que sea en una versión (¿de Jacques Brel o de Scott Walker?) cuando vamos a ver al Bowie más sincero hasta el tramo final. La ventaja de no tener ninguna reputación que mantener es que no voy a decepcionar a nadie si digo que, al escuchar la original del cantautor francés, me llevé un chasco tremendo. Con la de Scott Walker ya fue distinto, pero la huella emocional de esta versión la hace insustituible para  mí. Obviamente, las chicas de primera fila quieren ser lo que hay “in front of that all”, y las oímos gritar “ME!” después del “there is” que se queda unos segundos colgado. Bowie les da las gracias. Es casi el único diálogo que va a tener con el público hasta el final del concierto.

Cracked Actor – Time – Width of a circle
Empieza la parte más teatral y más inequívocamente glam de toda la actuación. Un breve intermedio y el inicio instrumental de Cracked Actor (levemente acelerada pero muy fiel a la versión en estudio) permiten a Bowie otro cambio de vestuario. Los que estamos viendo cómodamente desde casa las escenas adicionales ya lo sabemos, pero, si estuviéramos entre el público por primera vez desde el inicio de la gira (seguramente, un poco más atrás que las chicas de primera fila) no tendríamos ni idea de qué llevaría puesto debajo de esa magnífica capa de kabuki. Cuando empieza Time, más cabaretera y decadente que nunca, dos roadies hacen desaparecer la capa y queda al descubierto, ¡horror!, una especie de mono de lana verde y amarilla, con una sola manga y una sola pernera: la cosa más fea que nos podamos imaginar. Pero no hay que olvidar que hablamos del protagonista de la foto del talego más bella de la Historia, para quien las leyes de la estética no funcionan de la misma manera que para nosotros. Bowie despojado no sólo de la capa sino de esa sensación de encorsetamiento que dejaba entrever al principio, Mike Garson en su salsa, y Ronno interpretando un pequeño número en que simula arrollar al frontman con la fuerza de los gritos de su guitarra conforman una de las mejores interpretaciones del concierto.

Del aparentemente olvidado The Man Who Sold The World rescatan el primer tema, que alargan hasta llegar casi al cuarto de hora. Las partes instrumentales dan pie al espectáculo teatral, inspirado tanto en Lindsay Kemp como en el teatro kabuki. Obviamente, no  todo el mundo disfruta haciendo teatro: a diferencia del numerito de la pared de cristal con que nos obsequia Bowie, versado en las artes escénicas, el “duelo” entre Mick Ronson y Trevor Bolder, al que hasta ahora a duras penas habíamos visto asomarse al escenario, se acaba haciendo largo y un poco forzado. Por suerte, se nota que a ambos les gusta la canción que están tocando, con numerito o sin él.


Pero vamos a ver...

Let’s spend the night together – Suffragette City
Después de 15 minutos de devaneos operísticos, llega el acelerón final, esta vez aún más pronunciado que el del principio. Si la versión de los Rolling Stones corre demasiado en Aladdin Sane, aquí, directamente, vuela; por si fuera poco, le sigue la canción que, en mi opinión, más sufre del cambio al directo: Sufragette City, que en su versión original empieza tranquila y contenida para acabar subiendo la intensidad hasta convertirse en arrolladora, revolotea descontrolada desde el primer segundo, perdiendo gran parte de su gracia. Es como si todo el mundo tuviera ganas de terminar; en el caso de Bowie y, sobre todo, en el de Ronson, es más que probable que así fuera.

White light, White heat
En el primer bis, un homenaje al que todavía consideraba su colega, Bowie aparece vestido de negro, con una especie de malla transparente. Muchos de nosotros no conocíamos todavía la versión original cuando escuchamos por primera vez Ziggy Stardust, the motion picture, pero no nos extrañó que se tratara de una canción de Lou Reed; porque, desde luego, suena mucho más a Lou Reed que a la Velvet Underground, grupo al que Bowie no ha mencionado en su presentación. Las Arañas convierten un tema monolítico, primitivo, en un tema de rock al uso, con su melodía cambiante y su estructura estándar. Al final Bowie repite “Here she comes…”, como aludiendo vagamente a otra canción del mismo álbum. Desde luego, vista como una adaptación libre y no como un cover, no está mal. A su manera.


Loureedeando.

Rock & Roll Suicide

“Everybody... This has been one of the greatest tours of our lives, we really... But first, I'd like to thank the band, I'd like to thank our road crew, and I'd like to thank our lighting people. Of all the shows on this tour, this particular show will remain with us the longest, because... Not only is it the last show of the tour, but it's the last show we'll ever do. Thank you.”

Y así, entre gritos de incredulidad y rostros paralizados, arranca Rock & Roll Suicide.
Ahí abajo, entre el público, nadie sabía que la “retirada” del personaje de Ziggy Stardust y el fin de la banda The spiders from Mars había sido un movimiento orquestado días atrás por Tony DeFries y el propio David Bowie, que por aquel entonces todavía acataba su autoridad por considerarlo en gran parte el arquitecto de su éxito comercial. Nadie sabía que, antes de empezar, el frontman había pedido que hicieran una pequeña pausa antes de empezar a tocar el último bis, porque “quería decir unas palabras”. No sabían que Trevor Bolder y Woody Woodmansey se habían quedado sin grupo y se acababan de enterar en ese preciso instante, sobre un escenario. No sabían que todo era una maniobra comercial, ni sabían, por supuesto, que esas palabras no se referían al último concierto de la carrera de David Bowie, sino a su último concierto como Ziggy Stardust.

Ahí abajo no hay transición entre las reacciones al anuncio de Bowie y las palmas que acompañan el 6/8 de la canción: sin más que un par de acordes de tiempo para procesar el golpe, da la sensación de que nunca ha sucedido, y que esa canción que suena tan genuinamente a despedida, a desesperación, no es más que el fin de un concierto y de una gira. Sin embargo, la realización no concede ni un solo plano a las chicas de primera fila. Sólo vemos a Bowie, con esa legendaria compostura, cantando bajo una luz roja.

La progresiva ascensión de Rock & Roll Suicide ya acelera el corazón en su versión en estudio, así que no es difícil imaginarse la dimensión que cobra en esas circunstancias, interpretada al milímetro pero con la angustia del mellotrón de fondo, los arreglos contenidos de Ronson y, finalmente, los aterradores coros que acompañan a Bowie mientras grita, mucho más cansado pero también mucho más sincero que en estudio, “just turn on with me, you’re not alone”. Durante varios minutos se mantiene lo más cerca del público que ha estado en toda la actuación, mientras las chicas de primera fila intentan alcanzarlo con las manos, viendo cómo algo muy importante en sus vidas se está desvaneciendo. Sin arreglos de cuerda, sólo con Mick Ronson haciendo rabiar la guitarra por última vez a su lado, David Bowie saluda, da las gracias y se marcha. Ziggy Stardust no iba a volver jamás.

Hay dos maneras de asistir a este concierto: desde arriba y desde abajo. Desde arriba se aprecian mejor los detalles, se adquiere una percepción global del sonido y se observa mejor la puesta en escena. También se ven más los fallos y las imperfecciones técnicas, se aprecia más claramente la mala calidad de la acústica aun estando más lejos de los gritos del público. Fijándose un poco se ven los desgarrones de los trajes, demasiado usados y a punto de ser guardados como reliquias; se ve el sudor que amenaza con estropear los peinados y el maquillaje. Se percibe la incomodidad de esos músicos que accedieron a regañadientes a vestirse con ropas extravagantes, y la más que justificada insatisfacción por estar siendo ninguneados profesionalmente por la industria. Se entiende todo ello como la gran artimaña que fue en realidad. Se ven los trucos de magia.

Abajo hace demasiado calor y es incómodo pasar tanto rato recibiendo empujones y oyendo los gritos de las chicas de primera fila que a ratos se solapan con las canciones. El sonido da una percepción equivocada de las canciones cuando se oyen por primera vez. Se ve a Bowie y a Ronson mucho mejor que a los demás, lo cual los hace inmunes al paso de los años, convirtiéndolos en mitos. No se puede saber qué les pasa por la cabeza mientras interpretan Rock & Roll Suicide, pero es imposible oír en sus voces un simple movimiento mecánico impuesto desde arriba. Y, sobre todo, no se ve el artificio: se ve la magia, sin truco.

Pero, sin ánimo de caer en la filosofía barata, ¿no es eso cierto para todos los conciertos y, por extensión, para todas las manifestaciones artísticas y para muchos otros ámbitos de la vida? Es imposible mantenerse abajo cuando se conoce toda la historia que dio pie a este cierre de gira y de etapa, pero tampoco soy capaz de llegar arriba. Entre otras cosas porque ni siquiera tengo intención de intentarlo. Si algún día no soy capaz de bajar, habré perdido.

Tengo que leerla tranquilamente.Adelanto,que aún no tengo el disco escuchado.

Esta reseña merece ser leída con mucho detenimiento. He probado el primer parrafo y por falta de tiempo ahí la he dejado.

Maravilloso piedris!!!...ya iba a poner una foto de Bowie pidiendo la hora pero ha merecido la pena la espera.

Tengo que admitir que llegué tarde a este concierto. Es uno de esos momentos de los que lees durante los años pero hasta que no lo compré ya en dvd ni lo vi ni lo escuché.
Sorprende el público. Al igual que el de Bolan en el video de 20th Century Boy, mayormente adolescentes y chicas muy jóvenes y muy histéricas. El tipo de público que en este foro vilipendiamos a más no poder. Pero que ahora mismo nos dirían "pues te jodes porque yo estuve allí y tú no". Tengo que decir que me encanta esa perversión adolescente y hormonada.

Y los mejores momentos, Moonage daydream, claro, con ese cortejo Bowie-Ronson y el solo que va y viene, que atrapa al público y éste se deja engatusar, qué cosa más grande.
Y el momento dramático de Space oddity y My death que tan bien has descrito. La canción si no recuerdo mal es original de Brel, pero Scott Walker era tan fan suyo que en su debut en solitario incluyo hasta tres versiones suyas, costumbre que no perdería con los años. Tanto el My death como el Amsterdam (sobre todo) que hace Scott en ese primer disco son descomunales y están a la altura de las originales.

Y de las ropas de Bowie, volviendo al concierto, me gusta esa camisa de malla negra de rejillas que también lució Daniel Ash, una horterada que me mola. Pero es que la fijación de Bauhaus con Ziggy no es ningún secreto.

Spoiler:

En fin, que me ha encantado y me lo he vuelto a poner, con todos sus fallos y sus aciertos

Hace un millón de años que no lo veo pero como video đe un concierto..............no me gustó .
Gran reseña no obstante

Enhorabuena Stone. Has conseguido lo que nunca consiguió este disco.Lo cierto es que nunca me he emocionado con los discos en directo, muy poquitos han llamado mi atención. Evidentemente hablo de los clásicos, no suelo invertir nada de mi tiempo en Bootlegs.. la primera vez que escuché The motion picture, alla por el 87-88, la sensación que tuve fue muy similar a la que ya experimenté con Live Italy de Lou o Killers de Queen. Cito estos tres porque quizás sean los que más me decepcionaron cuando los escuché por primera vez. ahora a sabiendas de todo lo que giraba alrededor de aquel último show y el devenir de la gira, todo ello muy bien apuntalado con la contundente reseña de Stone te hace considerar que a lo mejor los directos ahí que escucharlos situándote como bien lo ha hecho Stone desde arriba y con perspectiva para no perder ningún detalle. Una puta pasada de reseña. Enhorabuena.

Yo tengo un total de 3 discos en directo, entre cds y dvds, lo cual da una idea de la poca atención que suelo prestar a estos artefactos. Este me lo regalaron viendo que me gustaban mucho Ziggy y Aladdin Sane. El resto es historia.

Stoneheart escribió:

Pero, sin ánimo de caer en la filosofía barata, ¿no es eso cierto para todos los conciertos y, por extensión, para todas las manifestaciones artísticas y para muchos otros ámbitos de la vida? Es imposible mantenerse abajo cuando se conoce toda la historia que dio pie a este cierre de gira y de etapa, pero tampoco soy capaz de llegar arriba. Entre otras cosas porque ni siquiera tengo intención de intentarlo. Si algún día no soy capaz de bajar, habré perdido.

Efectivamente, ese acto de fé es el último que nos queda. Yo elijo creer en los reyes magos porque suponene alguno de mis momentos más felices en la vida.

Creo que es muy importante mantener al niño vivo. Ese motor de ilusión que llevamos dentro. Desde un punto de vista creativo es más que obligado pero es que desde un punto de vista vital debería serlo aún más.

Afortunadamente cualquiera que escriba en un foro de rock de internet tiene ese niño un poco vivo, por eso este reducto es tan atractivo para muchos de nosotros. Es una verdadera lástima ver en "el mundo real" como tantas pesonas han sucumbido al "adulto". Y no hablo de complejo de Peter Pan ni mucho menos, hablo de poder ver magia en la vida.

DumDumBoy escribió:

Stoneheart escribió:

Pero, sin ánimo de caer en la filosofía barata, ¿no es eso cierto para todos los conciertos y, por extensión, para todas las manifestaciones artísticas y para muchos otros ámbitos de la vida? Es imposible mantenerse abajo cuando se conoce toda la historia que dio pie a este cierre de gira y de etapa, pero tampoco soy capaz de llegar arriba. Entre otras cosas porque ni siquiera tengo intención de intentarlo. Si algún día no soy capaz de bajar, habré perdido.

Efectivamente, ese acto de fé es el último que nos queda. Yo elijo creer en los reyes magos porque suponene alguno de mis momentos más felices en la vida.

Creo que es muy importante mantener al niño vivo. Ese motor de ilusión que llevamos dentro. Desde un punto de vista creativo es más que obligado pero es que desde un punto de vista vital debería serlo aún más.

Afortunadamente cualquiera que escriba en un foro de rock de internet tiene ese niño un poco vivo, por eso este reducto es tan atractivo para muchos de nosotros. Es una verdadera lástima ver en "el mundo real" como tantas pesonas han sucumbido al "adulto".  Y no hablo de complejo de Peter Pan ni mucho menos, hablo de poder ver magia en la vida.

Claro que si.

Bravo Pîedrillas. ¡Qué despliegue!

Debo confesar que hasta que se editó el disco de Santa Mónica los directos de Bowie siempre me habían dejado con la miel en los labios. Me faltaba algo.
Y como el Santa Mónica salió muy tarde, siempre fue mi espina clavada.
Resulta que a partir de entonces recuperé directos ya escuchados para comprobar que habían envejecido mucho mejor de lo que yo esperaba.
Reconciliación tardía, aunque efectiva, tal vez porque me hace recuperar el mejor Bowie, el mío.

El Moonage Daydream que se cascan aquí es lo que yo quería de todo un directo de Bowie. Eso es lo que buscaba.

Bonita reseña!! Me ha gustado mucho la reflexión final con rock And roll suicide.

Y discrepo en lo de que este directo no funciona, al menos hablando simplemente del audio (es de lo que deberíamos hablar en su discografía?) Muchas canciones cobran otra dimensión, incluso moonage que parecía imposible, y también cosas previas a ziggy que las da un repaso muy serio en esta versión (Wild eyed es preciosa).
Para mí, hablando de directos "oficiales", sobre todo la última remasterización, me parece de los más brillantes.

Bravo, Stoneheart!

Acabo de leer el tocho y no tengo palabras... Brutal. Y eso que yo ni siquiera recuerdo ver la película completa... Me quedaría dormido?

El caso es que suena ahora, claro, mientras leía... Y es cierto que el sonido no es bueno del todo, ni falta que hace. Creo que la función de este disco/película es más de documental que de disco en sí. Lo que nos aporta es vivir una época que ninguno de nosotros vivió (excepto Mugu, que estaba aquí antes de que apareciese Bowie, Ziggy, las guitarras eléctricas y las habaneras de Z) y que gracias a esto podemos notar un poco más cercana...

Hey, sólo decir que estoy en retiro espiritual por agobios personales/ (a)sociales, pero que pienso volver para leer todo y pasar un buen rato hablando de Station to Station que falta me hace. Un abrazo y mantened esto en pie, por el amor de Starman.

Gracias a los que lo hayáis leído. No suelo ponerme discos en directo. No me interesa mucho escuchar conciertos sin verlos. En cuanto a DVDs y cosas así, tengo alguno pero en general no es algo que atesore. Este directo siempre ha sido la excepción.

Parece que todos andamos con complicaciones de diversa naturaleza que hacen que el topic ande un poco parado, pero es mejor ir despacio y sin forzar las cosas. Nos vamos leyendo.

Stoneheart escribió:Gracias a los que lo hayáis leído. No suelo ponerme discos en directo. No me interesa mucho escuchar conciertos sin verlos. En cuanto a DVDs y cosas así, tengo alguno pero en general no es algo que atesore. Este directo siempre ha sido la excepción.

Parece que todos andamos con complicaciones de diversa naturaleza que hacen que el topic ande un poco parado, pero es mejor ir despacio y sin forzar las cosas. Nos vamos leyendo.

Lo he leído y he rememorado cada minuto de la actuación.

Como fan de Bowie hay mucho material aparte de este soberbio directo para disfrutar. Pero como fan de Ronson el DVD es todavía más esencial. Qué dominio escénico, qué actitud, qué sonido. Para mi el único que ha hecho algo de sombra al futuro Duque en un escenario. ¿Quizás por eso también el final de etapa estaba cantado?

Quería colgar otro texto que he leído de la Melody Maker la critica del concierto de esa revista del 14 de Julio del 73 por Roy Hollingworth.

Se hace divertido curioso la crítica de Stoneheart con ésta, la cual tiene algunas cosas muy acartonadas y otras muy lúcidas, aunque claro, la enfoca precisamente en "el artificio". Como muestra el final:

"Don't worry. He'll be back, when everyone's calmed down, and levelled off. It's just tactics. Remember, just tactics"

No lo encuentro por internet, asi que subo una foto que le he hecho. La resolución no es la bomba pero se puede leer.

Spoiler:

Stoneheart escribió:Gracias a los que lo hayáis leído. No suelo ponerme discos en directo. No me interesa mucho escuchar conciertos sin verlos.

Enhorabuena Stoneheart, sin desmerecer al resto de críticas (que estaban muy bien) por el momento es la que más me ha gustado.

Un inciso, he visto como novedad en spoty un nuevo de Bowie.. Changes now bowie.. Es un recopilatorio? Versiones nuevas?

Evolardo escribió:Un inciso, he visto como novedad en spoty un nuevo de Bowie.. Changes now bowie.. Es un recopilatorio? Versiones nuevas?

https://muzikalia.com/este-mes-se-lanzara-nuevo-disco-inedito-de-david-bowie/

CHANGESNOWBOWIE fue grabado y mezclado en Looking Glass Studios en Nueva York en noviembre de 1996 durante los ensayos para el concierto de 50 cumpleaños de David Bowie en el Madison Square Garden. Gail Ann Dorsey (bajo, voz), Reeves Gabrels (guitarras) y Mark Plati (teclados y programación) acompañaron a David en la grabación

watts escribió:

Evolardo escribió:Un inciso, he visto como novedad en spoty un nuevo de Bowie.. Changes now bowie.. Es un recopilatorio? Versiones nuevas?

https://muzikalia.com/este-mes-se-lanzara-nuevo-disco-inedito-de-david-bowie/

CHANGESNOWBOWIE fue grabado y mezclado en Looking Glass Studios en Nueva York en noviembre de 1996 durante los ensayos para el concierto de 50 cumpleaños de David Bowie en el Madison Square Garden. Gail Ann Dorsey (bajo, voz), Reeves Gabrels (guitarras) y Mark Plati (teclados y programación) acompañaron a David en la grabación

Gracias