Right Said Sonya
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Right Said Sonya
Me han parado los municipayos ayer a la tarde. Ha sido decepcionante.
Circulaba detrás de un camión justo antes de la ultima rotonda que abre a un horizonte libre la infecta colmena convertida en presidio y uno de los funcionarios de los dos coches patrulla que cortaban el carril derecho me ha hecho gestos con la mano para que aminore y me ha dado el alto. He parado y he bajado la ventanilla del copiloto mientras se acercaba.
-Buenas tardes, control de movilidad. ¿A dónde se dirige?
Mi dedo ha encontrado el botón de on/off de la radio y lo ha pulsado automáticamente. Era onda cero con un subnormal hablando de perros, gatos y hostias moralizantes de buen ciudadano. No creo que silenciarlo me haya hecho perder algo interesante. Me he fijado en el madero un instante; Rubico y cara aniñada, cerca de treinta años y poco mas de metro setenta. Mientras mi mano derecha seguía el recorrido hacia el salvoconducto en forma de titulo de propiedad en el asiento del copiloto he pensado que era un mierdecilla bastante pequeñajo. Después le he respondido alzando el legajo.
-Buenas tardes. Voy a una finca a dar de comer a animales y...
Me ha dejado con la puta palabra colgando en la boca con la mano alzada con los papelotes en ella como a un gilipollas, y me ha cortado respondiendo con una mueca en su cara que no he sabido interpretar si era de condescendencia, amabilidad, envidia o yo que coño sé.
-Estupendo, circule.
Se ha dado la vuelta el puerco y me ha dejado ahí tirado a medio polvo. ¿Qué pasa hijo de la gran perra puta, qué el dinero de mis impuestos no vale? ¿Dónde está mi puta ración de represión fascista a la que contribuyo religiosamente como buen pagano? Me cago gordo en su puta vida y su puto dios que tenia ganas de gresca y va el cerdo y me da la espalda. Voy mas quemao que los pelos de los cojones de un churrero después de cuarenta días de tragar vuvucela de balconazis, filas indias con intervalo de miedo al projimo y mierda a paladas, y el bastardín ni siquiera me da la nimia satisfacción de canalizar un poco el odio. La puta mueca, la puta mueca. Te voy a meter la puta mueca esa por el culo, rubiales.
Soy demasiado sexy para este puto mundo.
¿Y ustedes cómo prefieren el café, solo, cortado, o a la crema de puta hez?
Circulaba detrás de un camión justo antes de la ultima rotonda que abre a un horizonte libre la infecta colmena convertida en presidio y uno de los funcionarios de los dos coches patrulla que cortaban el carril derecho me ha hecho gestos con la mano para que aminore y me ha dado el alto. He parado y he bajado la ventanilla del copiloto mientras se acercaba.
-Buenas tardes, control de movilidad. ¿A dónde se dirige?
Mi dedo ha encontrado el botón de on/off de la radio y lo ha pulsado automáticamente. Era onda cero con un subnormal hablando de perros, gatos y hostias moralizantes de buen ciudadano. No creo que silenciarlo me haya hecho perder algo interesante. Me he fijado en el madero un instante; Rubico y cara aniñada, cerca de treinta años y poco mas de metro setenta. Mientras mi mano derecha seguía el recorrido hacia el salvoconducto en forma de titulo de propiedad en el asiento del copiloto he pensado que era un mierdecilla bastante pequeñajo. Después le he respondido alzando el legajo.
-Buenas tardes. Voy a una finca a dar de comer a animales y...
Me ha dejado con la puta palabra colgando en la boca con la mano alzada con los papelotes en ella como a un gilipollas, y me ha cortado respondiendo con una mueca en su cara que no he sabido interpretar si era de condescendencia, amabilidad, envidia o yo que coño sé.
-Estupendo, circule.
Se ha dado la vuelta el puerco y me ha dejado ahí tirado a medio polvo. ¿Qué pasa hijo de la gran perra puta, qué el dinero de mis impuestos no vale? ¿Dónde está mi puta ración de represión fascista a la que contribuyo religiosamente como buen pagano? Me cago gordo en su puta vida y su puto dios que tenia ganas de gresca y va el cerdo y me da la espalda. Voy mas quemao que los pelos de los cojones de un churrero después de cuarenta días de tragar vuvucela de balconazis, filas indias con intervalo de miedo al projimo y mierda a paladas, y el bastardín ni siquiera me da la nimia satisfacción de canalizar un poco el odio. La puta mueca, la puta mueca. Te voy a meter la puta mueca esa por el culo, rubiales.
Soy demasiado sexy para este puto mundo.
¿Y ustedes cómo prefieren el café, solo, cortado, o a la crema de puta hez?
Sonya Blade- Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 29/10/2019
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