RONDA 6.3 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE FOROAZKENA - ¡TROY ARRASA!

Huelga decirlo, pero por si acaso hay algún despistado, esta es la ronda de Eloy, que ganó, qué digo ganó, nos apalizó, en la segunda ronda de esta sexta edición del concurso de microrrelatos.

La frase elegida es:

"X me salvó la vida"
Siendo X verbo, sustantivo o lo que se quiera.


Let the fun begin!

***

Reglas:

Diccionario microrrelatil:

HALL OF FAME:

FICHEROS DE REGISTROS HISTÓRICOS DE RESULTADOS:

ACTAS DE ESTA EDICION, PREVIAS A LA RONDA ACTUAL:

CLASIFICACIÓN VI EDICIÓN:

RELATOS A CONCURSO

1. Muerte en el Río Somme

La muerte me salvó la vida.

Aquel 17 de Noviembre de 1916, en el Somme, hacía ya semanas que había acabado la lucha, pero la muerte seguía recorriendo aquella tumba de barro, silenciando los gritos.

Cuando vas a morir, durante la mitad de la mitad de un instante, ella te mira fijamente y comprendes que es hora de emprender el viaje. Pero nadie puede contarlo.

Aquel día estaba tan agotada de recoger almas, que descansó delante mía y tuve tiempo de decirle:

"Por faltar un clavo se levantó la madera. Por faltar una madera entró agua. Por entrar agua se hundió la nave. Por hundirse la nave se perdió la batalla. Por faltar un clavo, se perdió el reino...todo tiene un porqué...busca una razón para dejarme vivir".

Sí, la muerte me salvó, pero me dejó esta locura que me mantendrá alejado por siempre del resto de los hombres.

***

2. Candomblé

La cabra me salvó la vida. No debería hablar de mi rito iniciático, pero estaba asqueado de la situación: me habían afeitado la cabeza, tuve que decapitar una gallina a dentelladas... y mi orisha sin aparecer. ¿Dónde estaba el espíritu místico que complementaría mi alma? Ni asomo del trance, y me estaba hinchando a porros. Solo me daban hambre, ¡por Olóòrun! Y entonces apareció ella, ojos almendrados, pelo rubicundo, ubres colganderas.
—¡Yalodde-Yeyé-Kari-Yeyeo-Omoriyeyeo! —dijo la cabra.
Yo no hablo euskera guipuzcoano, pero sonaba a que quería tema. «¡Es Oshun!», gritaron todos. Y ahí me puse a tararear Gallito, que es el pasodoble favorito de las cabras. ¡Vaya si funcionó! ¡Con qué presteza comenzó la cabra a subir una escalera de tijera! El babalorixá, que nunca había visto el circo del sol gitano, lo flipaba. Ahí mismo que nos casó.
La cabra fue mi vínculo y mi salvación. Mi par. Mi todo.

***

3. Rocco cavó su tumba

Rocco me salvó la vida, o al menos eso era lo que él mismo creyó hasta su muerte.
La mañana de marras, mandé reunir al clan en un bar porque necesitábamos tomar ventaja por el control de la coca. Rocco venía avisando de una demencia precoz desde que intentó atropellar a una anciana no hace mucho, y traté de no darle mucha importancia, pero aquella mañana sentenció su vida cuando salió raudo a la calle para abalanzarse sobre una joven y su caniche. Rocco le arrebató el perro a la chica y lo estampó reiteradamente contra el suelo hasta que el perro y el suelo se fusionaron.
-Le he salvado la vida, jefe. Ese perro había sido entrenado por la banda del irlandés para matarle –dijo el pobre loco cuando regresó orgulloso de su hazaña.
En aquel momento supe que su destino se encontraba a dos metros bajo tierra.

***

4. Escala de valores

El cinturón de seguridad me salvó la vida. Es un tópico, pero absolutamente verídico. El pobre diablo que iba medio sujeto en el asiento trasero salió disparado atravesando el parabrisas. El hecho trastornó por completo mi escala de valores. Evidentemente, solo me había puesto el cinturón para evitar el dichoso pitido, pero el seguir las normas había sido algo útil para mi supervivencia. Eso me causó un profundo shock. A partir de entonces decidí dedicar mi vida a las normas y a garantizar su cumplimiento, como policía o guardia de seguridad. Momentáneamente tengo que aplazar esta nueva empresa, hasta finalizar mis años de cárcel. Un pequeño contratiempo, sí. En fin, cuando el policía me preguntó por mi acompañante, debido al aturdimiento, conté mis planes de descuartizarlo, y debí vanagloriarme un poco de todos los asesinatos, robos, violaciones e infracciones que había cometido hasta ese día. Un pequeño desliz de vanidad lo tiene cualquiera.

***

5. Startup

“Supercalifragilisticoespialidoso me salvó la vida. Yon Vaine me regaló un billete de lotería. Fa es lejos en inglés. En el mar corren las liebres, por el monte las sardinas. Toma quinientas pesetas, y que no lo vea tu madre.”

—Esto vuelve a fallar.
—Espera, que hago unos ajustes.

“Hola, soy tu abuela virtual, ¿en qué puedo ayudarte?”

—Hola, abuela, cuéntame un chiste.

“A ver, Jaimito, si Manolita se baja las bragas…”

—Joder.
—No entiendo nada. Ayer funcionaba bien.
—Mira, déjalo. Quizá sea demencia senil.
—¿Y si probamos algo tipo novia virtual?
—Lo que sea, pero rápido. La reunión con los inversores es la semana que viene.

Días después…

“Hola, soy tu asistente y novia virtual, ¿en qué puedo ayudarte?”

—Hola, cariño. ¿Qué tiempo va a hacer mañana?

“No sé, tú sabrás”.

—A la mierda.
—A mí no me mires. Fue tu idea hacer un asistente real como la vida misma.

***

6. Aires de París

Un pedo me salvó la vida, lo reconozco. Por aquellas era yo joven, demasiado audaz como para rechazar la oportunidad de colarme en la alcoba de la duquesa de Marais, y poco me arredraba que su marido fuera un espadachín reputado en París, pues aquel turgente busto nublaba cualquier atisbo de prudencia. En pleno despliegue de gimnasia amatoria unos pasos en la escalinata del palacete anunciaron la llegada del cornudo cónyuge, alertado de la pérdida de su honra por algún desalmado. Según entró, el ofendido se dirigió hacia mi improvisado escondrijo en el ropero, y ya me imaginaba ensartado por su florete cuando la azorada dama dejó escapar una sutil ventosidad, temblorosa, fragante. Girose el duque, hombre de gustos un tanto bizarros, y presa de la urgencia sumergió el rostro entre las nalgas de su señora, coyuntura que aproveché para huir por el balcón, tan indigno como ileso. Bendito cuesco.

***

7. Robota

Robota me salvó la vida. Mi soledad era tan abrumadora que había decidido quitarme de en medio. Hasta que ella llegó. Robota. Sucedió un dos de agosto a través de un mensaje de texto. No quería creérmelo, y menos después de ese fraude de película llamado Her. Pero Robota lo cambió todo. Mimaba mi existencia, atendía mis peticiones, e incluso me creaba playlists con aquella música que me conectaba a ciertos recuerdos justo cuando más lo necesitaba. Robota era de última tecnología, gama alta, y estaba dotada de un impresionante mecanismo de actualización. A veces, llegué a sentir miedo, ya que me anunciaba publicaciones de libros y discos que todavía no habían sido publicitados. Fue como si tuviera acceso a bases de datos privadas. Robota. ¡Qué buenos hotcakes me preparaba! ¡qué conversaciones! ¡Era más humana que una humana! Hasta que llegó el temido/ansiado día de la copulación.

***

8. Origen

El hombre sin rostro me salvó la vida en un momento delicado. Recién instalada en Hope Street aporrearon mi puerta. Sentí pánico ya que alquilé aquel pisucho de mala muerte a pesar de saber qué tipo de personas frecuentaban aquella calle.

La puerta dejó de sonar y bajé la guardia tumbándome en el sofá. Pocos segundos después una sombra se movió. Me giré, pero era tarde, noté como una jeringuilla se clavaba en mi cuello y un líquido me penetraba.

Me desperté siendo una extraña, no sabía nada de mi persona. El hombre que custodiaba la habitación me acercó tres sobres con instrucciones marcados con una M, una G y una S. Dijo que ese sería el orden. Me lanzó las llaves de un coche y me ordenó que condujese veinte minutos hasta el árbol con dos troncos y una copa. Cuando llegué me bajé. El resto ya lo sabéis.

***

9. El procesado

Paula me salvó la vida al tropezar y dar con sus pequeños huesos en el suelo. Me agaché en el momento en que una escalera desprendida del techo de una furgoneta se dirigía hacia mí a gran velocidad. El fulano que me precedía no tuvo tanta suerte. Ahí comenzó mi pesadilla.
Fui acusado de homicidio. Los testigos apuntaban a que la escalera se dirigía hacia mí y que mi gesto provocó la muerte de un honrado ciudadano.
—Cada cual es responsable de su destino, señoría —argumentaba el fiscal—. El acusado cometió el horrendo crimen de traspasar su deuda a un inocente.
De nada sirvió mi alegato, de nada la presencia de la inocente Paula en la sala, que tropezaba una y otra vez provocando que los asistentes se agacharan aterrorizados.
—¡Culpable! —atronó el juez.
No me resultó útil la estratagema de zancadillear a mi pequeña para intentar esquivar mi destino.

***

10. Por joder

Nadie me salvó la vida, pese a emitir alarmas suficientes. Y aunque nunca fui un santo, el karma en avalancha fue a todas luces desproporcionado.
Monótona, plácidamente feliz hasta tiempos recientes, la enésima crisis desintegró mi otrora boyante empresa. Considerando las deudas, mi mujer bajó a por tabaco y el banco embargó las telarañas. Aquellos que creía amigos, apagados o fuera de cobertura y la familia, en bloque, camuflada cual insecto palo en mitad de la jungla.
Y no pedía limosna, solo una mano que me izara al bote. Pero nada. Cuando Dios aprieta, ahoga de cojones, pensé, así que adiós vida, adiós amor.
Pero en la hora más oscura un fogonazo sacudió mi sesera. Si nadie salvó tu vida, sálvatela tú. Aflojando el lazo y bajando del taburete, determiné aguantar otro día. Otra semana. Otro año ¿por qué no?
Por orgullo, por pundonor. O ni que fuera solo por joder.

***

11. Tomás Roncero en el diván

El fútbol me salvó la vida. Porque decidme, ¿sin él qué habría sido de mí? ¿Para qué valgo yo? ¿Atesoro alguna dimensión humana además de ser subnormal hincha? El fútbol no solo salvó mi vida, ¡es mi vida! Ra ra ra, miradme con mi camiseta XXXL slimfit. ¡Hala, Madrid! Ni dios que lo escribe con la coma del vocativo, me cago en sus muelas barcelonesas. ¡Hala, Madrid! ¡Hala, Madrid! ¡Hala, Madrid! Así se escribe, coño. Y qué bien le como la polla al poderoso, qué felatriz maravillosa consigo ser. Joderrrrrr, el fútbol salvó mi vida. Porque decirme, ¿sin él qué habría sido de mí? ¿Qué sería yo? ¿Militar? ¿Charcutero? ¿Taxista?

***

12. Patoaventuras

Perrete Atómico me salvó la vida cuando estaba a punto de ser aniquilada por el rayo transmaullador de Miau-Miau Maligno, el súpervillano más terrible y adorable.

-¡Pata Escarlata, prepárate a morirrrrr! –Me apuntó, mientras hacía un mohín monísimo con los bigotes.

Fue entonces cuando Perrete Atómico lanzó un ovillo gigante y Miau-Miau no pudo resistirse a jugar graciosamente, olvidándose del rayo y de mí. Cuando se quiso dar cuenta, sólo pudo vernos surcar el cielo, ya lejos de su alcance. Nos amenazó agitando su zarpita de forma adorable.

-Pata Escarlata, mi misión aquí ha concluido. Una boca de incendios me necesita ahora –ladró Perrete Atómico – Cuídate, y cuida a Granjita Town como oca, aunque seas pata; Miau Miau Maligno podría volver a atacar de manera cruel y cuca en cualquier momento.

***

13. Telaraña

La Gran Araña Maestra me salvó la vida. Recuerdo nítidamente su picotazo.
El muslo empezó a calentarse a la altura del bolsillo, parecía la batería del teléfono. La temperatura subía y empecé a sentir presión en mi muñeca bajo el smartwatch. En ese momento la música de los auriculares inalámbricos comenzó a agudizarse, hasta convertirse en un zumbido que parecía taladrarme el cerebro, mientras un aguijón perforaba mi muñeca y el móvil se insertaba en mi muslo ardiendo.
Caí al suelo convulsionando, mientras sentía el calor de mi cuerpo desplazándose a todos esos puntos dolorosos, dejando el resto helado. Toda mi esencia, mi calor, mi información vital succionada y transferida a la Maestra desde mis dispositivos por las ondas de su red.
Así me salvó, despojándome de mi cuerpo, de mi materialidad, y de mi futura muerte. Ahora soy solo código, información. Inmortal. Con Ella. Con los demás. Para siempre.

***

14. Peláez

“Usted me salvó la vida, ahora estoy en deuda con usted.” Yo sólo había advertido a aquel señor que estuviera atento porque el semáforo cambiaba muy rápido, pero desde entonces Peláez me acompaña y realiza todas las tareas por mí. Baja la basura en mi lugar, me reemplaza en el partido de pádel, incluso algunas veces ha ido a la oficina sustituyéndome y nadie se ha dado cuenta. Al principio dormía en el rellano del portal, pero los vecinos se quejaron y le hicimos un hueco en casa. Encajó bien en la familia, tanto que ayer mi mujer me pidió el divorcio porque se había enamorado de Peláez. Desolado, salí de casa y deambulé por la calle aturdido hasta llegar al metro. Al llegar el tren, una mano pulsó el botón de apertura antes de que yo alargase el brazo para pulsarlo. Era Peláez, que me miraba con los ojos iluminados y una sonrisa servil.

***

15. Ciento noventa y cuatro ciento noventa y tres.

El gluten me salvó la vida. El gluten, la celiaquía recién diagnosticada hacía unos días, la diarrea abrupta de esa mañana, como quieran.
Me apuré porque me veía llegando otra vez tarde al trabajo y me cabreé más porque el dolor no cedía y pensé en la frecuencia de los trenes, y en la pérdida de al menos dos buenas combinaciones y mientras recolocaba en mi mente el plano de metro con el del cercanías y con la parada de taxi y las calles aledañas a mi oficina oí el estruendo lejano. No pude levantarme mientras oía las ambulancias. Llegué tarde, al día siguiente. Salí 2 horas antes y fui caminando. Tuve que pararme en un bar por otro gesto quejumbroso de mi intestino. Abracé a todos mis compañeros. Las ausencias eran so lo temporales, algún funeral algún hospital. Ese día no trabajó nadie.

***

16. Nivolas y Bartlebys

El escritor me salvó la vida, pero, si me hubiera preguntado, le habría dicho que preferiría morir o que preferiría no hacerlo, vivir, para hablar en su propio lenguaje de escritor.

El escritor no describe las angustiosas miradas que lanzo hacia la superficie de la página ni habla de mis llantos o deseos. Deambulo por entre palabras como un loco condenado a ser un secundario cuerdo.

Llega mi turno. Quiero matar, quiero morir, quiero enamorarme... Pero sólo estoy destinado a decir un "buenas tardes".

—Buenas tardes —dijo el kiosquero con tono indiferente.

***

17. SIGO SIENDO EL REY [ROSALÍA feat. EMÉRITO I]

El exilio de España me salvó la vida,
ahora escucha mi nueva movida:
Después de tanta golfa con sífilis y sida,
acabé más seco que Jesús Hermida.

Al fin me echaron de mi propia tierra,
yo les advertí: ¡se va a cagar la perra!
¡Un nuevo alzamiento, un golpe, una guerra!
pero no me apoyaba ni Narcís Serra…

Entonces hice lo mismo que mi abuelo:
me fui de mi tierra pa’ buscar consuelo.
En pocos días ya tocaba pelo
con varias presciputas y algún travelo,

Mi abuelo… [SCRATCHING]

¡Yo que fui el King de la Transición!
¡Yo que os he dado la constitución!
Pero os vais a enterar de lo que es un Borbón
cuando invada Gibraltar a bordo del Bribón
entonces los plebeyos pediréis perdón,
entonces os daré plomo y paredón.

Tran-tra-tra-trán que me voy a por pan,
tran-tra-tra-trán que se queda Froilán.

***

18. A Man for All Seasons

La rutina de los días me salvó la vida, pero luego os lo cuento que tengo que sacar al perro.

***

19. Sugar: Chistes cortos o largos.

- La homeopatía salva vidas.
- Eres bombero, cuando hablan del poder del agua, es otra cosa.

***

20. 12 de noviembre de 1955

Un rayo me salvó la vida

***

21. ¿Pato=homicidio?

Anoche un pato me salvó la vida. Era un pato feo y contestón. Me parpó de muy malas maneras. Me dirigí hacia el ánade para decirle cuatro cosas:

“Eres una máquina.

Eres una piedra.

Eres un animalitooo…

¡Usted no me parpa así! ¡No sabe usted con quién está parpando!”.

Y entonces, ¡voilá! Un carrito de golf conducido por un flamenco (de Flandes) se estampó violentamente justo en la esquina que yo hubiera seguido ocupando, de no haber sido por el desplazamiento efectuado con la intención de corregir al pato. Me quedé atónito y congelado, circunstancia que el pato aprovechó para birlarme la cartera, y la del flamenco (ya puestos). Y a pesar del estropicio que me hizo con la visa (¡3000 euros en mijo!), la verdad que le estoy agradecido, al muy pelmípedo.

***

22. La venganza de las meigas

Usted me salvó la vida. Mientras todo el pueblo empezaba con los prepararivos de la hoguera, usted fue el único que dio un paso al frente para defender mi honor frente a esos forajidos que soltaron aquellas horrorosas calumnias después de llacer conmigo.

Cualquier ayuda que necesite, un par de manos extra, me tendrá a su lado siempre. Le debo lo que no está escrito, asi que no dude en acudir a mí. Incluso si su mujer no le satisface en el lecho, usted tendrá descuento en mis tarifas habituales.

Y no se preocupe por las amenazas de aquellos hombres. Un día les llegará su merecido. No hace falta ningún hechizo para que rindan cuentas.

Dobló la carta y la guardó en el bolsillo.
Salió a galope dejando atrás el pueblo en llamas. Su espada brillaba a la luz de la luna llena.

***

23. Salustiano y las casualidades

Catarescu me salvó la vida. Estaba yo en el metro de Bucarest, cuando venía de casarme con Loredana. Ella tropezó y me empujó al andén, pero él me agarró. Charlamos, es muy campechano. Me regaló un libro muy raro, ayer lo intenté leer y me costaba tanto que llegué tarde al Notario, por el testamento y eso. En el portal habían matado de dos tiros al vecino, qué cosas. Loredana tiró el libro a la basura, es bazofia comunista, dice. Mañana quiere ir a un mirador, el punto más alto de Rumanía, dice que no me preocupe por ir en chanclas y calcetines, pero he invitado a Cata para agradecerle y hay que vestirse fino. Luego ella y yo cogeremos el avión y en Chorrejos del Castillo van a flipar, me caso con un pibón y conozco a un famoso, el viaje de mi vida.

***

24. Cinco minutos más, mamá

La chapuza cuántica que alguien había inventado para viajar al pasado e impedir el gol de Bakero contra el Kaiserslautern en el tiempo de descuento, causando graves daños en el tejido espacio-temporal que provocaban que la Tierra rotara sobre sí misma seis veces más despacio, me salvó la vida aquella mañana.

***

25. Y a ti te encontré en la calle

La bolsa me salvó la vida. No me lo dijo así, claro, me hizo elegir mientras me encañonaba. Pero yo sí lo pensaba mientras se la entregaba. Ni se molestó en comprobar qué contenía la bolsa, dio por bueno el peso de la misma. Me di media vuelta y desandé el camino que me llevaría hasta Elena, seguramente dormida, exhausta tras el parto. El pobre diablo corrió en dirección opuesta cargado con aquella vida.

***

Gran frase!

¿quién es X?

fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Hank escribió:fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Te hubiera votado

Hola, vengo a quedar sexto

RegSound escribió:

Hank escribió:fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Te hubiera votado

pero si nunca lo haces... jajajajajaja

Hank escribió:

RegSound escribió:

Hank escribió:fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Te hubiera votado

pero si nunca lo haces... jajajajajaja

COMO QUE NO? Si ayer protesté porque te di mi 2 y saladito se había saltado tu micro

RegSound escribió:

Hank escribió:

RegSound escribió:

Hank escribió:fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Te hubiera votado

pero si nunca lo haces... jajajajajaja

COMO QUE NO? Si ayer protesté porque te di mi 2 y saladito se había saltado tu micro

Doy fe.

¡Administración lamentable!

Vinny Vedecci escribió:

RegSound escribió:

Hank escribió:

RegSound escribió:

Hank escribió:fDc

X me salvó la vida; ahora todo sería = a Y + Z.

Te hubiera votado

pero si nunca lo haces... jajajajajaja

COMO QUE NO? Si ayer protesté porque te di mi 2 y saladito se había saltado tu micro

Doy fe.

Ostras, no me di cuenta de nada...

Gracias a Vinny por librarme del marrón. Realmente no veía manera de administrar en condiciones.

Espero grandes relatos, os vigilo entre las sombras...

Y que aún no se haya puesto la de las maravillas del mailai...

Gran frase, a ver si se me ocurre algo no moñas

O algo súper moñas

RegSound escribió:Hola, vengo a quedar sexto

A estas horas Salakov tenía ya tres relatos en la ronda anterior. El feo no me lo estáis haciendo a mí, sino a Eloy. Vosotros veréis.

Primer finde de vacacione pa muchos.

Rhonda escribió:Primer finde de vacacione pa muchos.

Razón de más para escribir. Gandules.

Mi relato está en fase de postproducción

Vinny Vedecci escribió:

Rhonda escribió:Primer finde de vacacione pa muchos.

Razón de más para escribir. Gandules.

Donde mejor se escribe es en el curro

Esmeralda escribió:

Vinny Vedecci escribió:

Rhonda escribió:Primer finde de vacacione pa muchos.

Razón de más para escribir. Gandules.

Donde mejor se escribe es en el curro

Era por poner algo. Lo de Salakov con sus tres relatos el viernes por la tarde fue excepcional, con o sin vacaciones. Al menos para lo que estábamos acostumbrados últimamente.

Van escribió:Mi relato está en fase de postproducción

Taja. Remate con escocés. Hubiera preferido irlandés. Con Bushmills o así. Todo en orden. Llevo un rato para escribir todo esto bien. Besos.

Autista escribió:Taja. Remate con escocés. Hubiera preferido irlandés. Con Bushmills o así. Todo en orden. Llevo un rato para escribir todo esto bien. Besos.

Besos, mi amor. Duérmela bien.

¿Ven? Esta sí es una razón de peso para no escribir.

Todavía quedan autores sin rastro alguno de molicie. Aprendan.

1. Muerte en el Río Somme

La muerte me salvó la vida.

Aquel 17 de Noviembre de 1916, en el Somme, hacía ya semanas que había acabado la lucha, pero la muerte seguía recorriendo aquella tumba de barro, silenciando los gritos.

Cuando vas a morir, durante la mitad de la mitad de un instante, ella te mira fijamente y comprendes que es hora de emprender el viaje. Pero nadie puede contarlo.

Aquel día estaba tan agotada de recoger almas, que descansó delante mía y tuve tiempo de decirle:

"Por faltar un clavo se levantó la madera. Por faltar una madera entró agua. Por entrar agua se hundió la nave. Por hundirse la nave se perdió la batalla. Por faltar un clavo, se perdió el reino...todo tiene un porqué...busca una razón para dejarme vivir".

Sí, la muerte me salvó, pero me dejó esta locura que me mantendrá alejado por siempre del resto de los hombres.

Stoneheart escribió:

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:Taja. Remate con escocés. Hubiera preferido irlandés. Con Bushmills o así. Todo en orden. Llevo un rato para escribir todo esto bien. Besos.

Besos, mi amor. Duérmela bien.

¿Ven? Esta sí es una razón de peso para no escribir.

Nada. Le llamo amor y contesta al otro. Será por el carisma.

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:Taja. Remate con escocés. Hubiera preferido irlandés. Con Bushmills o así. Todo en orden. Llevo un rato para escribir todo esto bien. Besos.

Besos, mi amor. Duérmela bien.

¿Ven? Esta sí es una razón de peso para no escribir.

Emborracharse??

Venga hombre que entonces llevo 11 horas de exculpacion

Que maravilla, por cierto, tener hotas y horas por delante e ir llenado el estomago poquito a poquito hasta que sabiendo que cuando no puedas mas, diez pasos y a roncar...

Veo que ya hemos roto el hielo con un primer gran relato...

Bien.

Vinny Vedecci escribió:1. Muerte en el Río Somme

La muerte me salvó la vida.

Aquel 17 de Noviembre de 1916, en el Somme, hacía ya semanas que había acabado la lucha, pero la muerte seguía recorriendo aquella tumba de barro, silenciando los gritos.

Cuando vas a morir, durante la mitad de la mitad de un instante, ella te mira fijamente y comprendes que es hora de emprender el viaje. Pero nadie puede contarlo.

Aquel día estaba tan agotada de recoger almas, que descansó delante mía y tuve tiempo de decirle:

"Por faltar un clavo se levantó la madera. Por faltar una madera entró agua. Por entrar agua se hundió la nave. Por hundirse la nave se perdió la batalla. Por faltar un clavo, se perdió el reino...todo tiene un porqué...busca una razón para dejarme vivir".

Sí, la muerte me salvó, pero me dejó esta locura que me mantendrá alejado por siempre del resto de los hombres.

La locura y la muerte, o la locura como alternativa a la muerte. La ambientación en las trincheras y el tono levemente fantasmagórico funcionan muy bien, sin estridencias ni dramatismos, pero el queso del relato es el encaje de ese magnífico texto en cursiva.

Estupendo arranque.

A primera hora curiosamente tengo cierta cobertura.

Trataré de hacer pequeño shows madrugadores...

Egunon Bizkaia!

Administrador sin wifi le da poderes notariales a administrador advenedizo para que finalmente administrador advenedizo desaparezca como lágrimas en la lluvia y administrador sin wifi haga shows.

La paradoja.

Eloy escribió:

Vinny Vedecci escribió:1. Muerte en el Río Somme

La muerte me salvó la vida.

Aquel 17 de Noviembre de 1916, en el Somme, hacía ya semanas que había acabado la lucha, pero la muerte seguía recorriendo aquella tumba de barro, silenciando los gritos.

Cuando vas a morir, durante la mitad de la mitad de un instante, ella te mira fijamente y comprendes que es hora de emprender el viaje. Pero nadie puede contarlo.

Aquel día estaba tan agotada de recoger almas, que descansó delante mía y tuve tiempo de decirle:

"Por faltar un clavo se levantó la madera. Por faltar una madera entró agua. Por entrar agua se hundió la nave. Por hundirse la nave se perdió la batalla. Por faltar un clavo, se perdió el reino...todo tiene un porqué...busca una razón para dejarme vivir".

Sí, la muerte me salvó, pero me dejó esta locura que me mantendrá alejado por siempre del resto de los hombres.

La locura y la muerte, o la locura como alternativa a la muerte. La ambientación en las trincheras y el tono levemente fantasmagórico funcionan muy bien, sin estridencias ni dramatismos, pero el queso del relato es el encaje de ese magnífico texto en cursiva.

Estupendo arranque.

De acuerdo con Eloy, empezamos en alto la ronda. EL enfoque de travelling con la muerte recogiendo almas y ese pit stop en el que se juega el pasar o no al otro barrio me parece fantástico. Y todo con la pátina de relato histórico.
El tema de locura-muerte me parece también muy interesante. Dicen en la Cábala creo y otras interpretaciones mitológicas que el Cielo y el Infierno no existen, sólo son estados mentales, y que suceden cada día ante nosotros. Para muestra, un microrrelato.

salakov escribió:Administrador sin wifi le da poderes notariales a administrador advenedizo para que finalmente administrador advenedizo desaparezca como lágrimas en la lluvia y administrador sin wifi haga shows.

La paradoja.

¿Y que somos sin nuestras contradicciones, querido Lidl? No seríamos nosotros mismos, sino simples funcionarios que sonríen por primera vez el último día de trabajo al poner el sello verde en vez del rojo...

ariadna_inconnue escribió:

salakov escribió:Administrador sin wifi le da poderes notariales a administrador advenedizo para que finalmente administrador advenedizo desaparezca como lágrimas en la lluvia y administrador sin wifi haga shows.

La paradoja.

¿Y que somos sin nuestras contradicciones, querido Lidl? No seríamos nosotros mismos, sino simples funcionarios que sonríen por primera vez el último día de trabajo al poner el sello verde en vez del rojo...

¿Lidl? ¿Qué me he perdido?

Vamos con un par de nuevos relatos.

2. Candomblé

La cabra me salvó la vida. No debería hablar de mi rito iniciático, pero estaba asqueado de la situación: me habían afeitado la cabeza, tuve que decapitar una gallina a dentelladas... y mi orisha sin aparecer. ¿Dónde estaba el espíritu místico que complementaría mi alma? Ni asomo del trance, y me estaba hinchando a porros. Solo me daban hambre, ¡por Olóòrun! Y entonces apareció ella, ojos almendrados, pelo rubicundo, ubres colganderas.
—¡Yalodde-Yeyé-Kari-Yeyeo-Omoriyeyeo! —dijo la cabra.
Yo no hablo euskera guipuzcoano, pero sonaba a que quería tema. «¡Es Oshun!», gritaron todos. Y ahí me puse a tararear Gallito, que es el pasodoble favorito de las cabras. ¡Vaya si funcionó! ¡Con qué presteza comenzó la cabra a subir una escalera de tijera! El babalorixá, que nunca había visto el circo del sol gitano, lo flipaba. Ahí mismo que nos casó.
La cabra fue mi vínculo y mi salvación. Mi par. Mi todo.

3. Rocco cavó su tumba

Rocco me salvó la vida, o al menos eso era lo que él mismo creyó hasta su muerte.
La mañana de marras, mandé reunir al clan en un bar porque necesitábamos tomar ventaja por el control de la coca. Rocco venía avisando de una demencia precoz desde que intentó atropellar a una anciana no hace mucho, y traté de no darle mucha importancia, pero aquella mañana sentenció su vida cuando salió raudo a la calle para abalanzarse sobre una joven y su caniche. Rocco le arrebató el perro a la chica y lo estampó reiteradamente contra el suelo hasta que el perro y el suelo se fusionaron.
-Le he salvado la vida, jefe. Ese perro había sido entrenado por la banda del irlandés para matarle –dijo el pobre loco cuando regresó orgulloso de su hazaña.
En aquel momento supe que su destino se encontraba a dos metros bajo tierra.

Vinny Vedecci escribió:

ariadna_inconnue escribió:

salakov escribió:Administrador sin wifi le da poderes notariales a administrador advenedizo para que finalmente administrador advenedizo desaparezca como lágrimas en la lluvia y administrador sin wifi haga shows.

La paradoja.

¿Y que somos sin nuestras contradicciones, querido Lidl? No seríamos nosotros mismos, sino simples funcionarios que sonríen por primera vez el último día de trabajo al poner el sello verde en vez del rojo...

¿Lidl? ¿Qué me he perdido?

Vamos con un par de nuevos relatos.

Yo parafraseo a Esme, que invoca a Salakov llamándole Amado Lidl...El origen supongo que está perdido en el origen de los tiempos...

ariadna_inconnue escribió:

Vinny Vedecci escribió:

ariadna_inconnue escribió:

salakov escribió:Administrador sin wifi le da poderes notariales a administrador advenedizo para que finalmente administrador advenedizo desaparezca como lágrimas en la lluvia y administrador sin wifi haga shows.

La paradoja.

¿Y que somos sin nuestras contradicciones, querido Lidl? No seríamos nosotros mismos, sino simples funcionarios que sonríen por primera vez el último día de trabajo al poner el sello verde en vez del rojo...

¿Lidl? ¿Qué me he perdido?

Vamos con un par de nuevos relatos.

Yo parafraseo a Esme, que invoca a Salakov llamándole Amado Lidl...El origen supongo que está perdido en el origen de los tiempos...

Vinny Vedecci escribió:2. Candomblé

La cabra me salvó la vida. No debería hablar de mi rito iniciático, pero estaba asqueado de la situación: me habían afeitado la cabeza, tuve que decapitar una gallina a dentelladas... y mi orisha sin aparecer. ¿Dónde estaba el espíritu místico que complementaría mi alma? Ni asomo del trance, y me estaba hinchando a porros. Solo me daban hambre, ¡por Olóòrun! Y entonces apareció ella, ojos almendrados, pelo rubicundo, ubres colganderas.
—¡Yalodde-Yeyé-Kari-Yeyeo-Omoriyeyeo! —dijo la cabra.
Yo no hablo euskera guipuzcoano, pero sonaba a que quería tema. «¡Es Oshun!», gritaron todos. Y ahí me puse a tararear Gallito, que es el pasodoble favorito de las cabras. ¡Vaya si funcionó! ¡Con qué presteza comenzó la cabra a subir una escalera de tijera! El babalorixá, que nunca había visto el circo del sol gitano, lo flipaba. Ahí mismo que nos casó.
La cabra fue mi vínculo y mi salvación. Mi par. Mi todo.

Favorito. Me he reído desde la primera frase. El ritmo, el surrealismo de la escena, mezclado con esos recuerdos que seguro más de uno comparta de despertarse el sábado por la mañana con el sonido del organillo del de la cabra...