RONDA 7.32 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS - ¡TORO ARRASA!

Frase: "Usted no sabe con quién está hablando..."

La frase no cuenta para el cómputo de 150 palabras. Dicho de otro modo, podrán presentarse relatos con un máximo de 157 palabras incluida la frase de inicio.

El autor que envíe su relato antes de las 22:00 horas del lunes podrá presentar un segundo relato a concurso. No envíen ambos al mismo tiempo; el segundo relato deberá recibirse el martes o el miércoles.

Si se envían dos relatos, para la clasificación general solo computará el que obtenga más puntos en las votaciones.

Concurso DdC

El autor que quiera podrá publicar su DdC mediante un post normal en el hilo, con una extensión máxima de 30 palabras incluyendo la frase, hasta las 14:00 horas del domingo. Votaciones hasta las 19:30. Mini-gala 20:00.

Cada autor podrá presentar hasta 2 DdC.

Se otorgarán 3 puntos al relato ganador, 2 puntos al segundo y tercero y cuarto recibirán un punto.
Estos puntos se sumaran a las votaciones de los microrrelatos.
Cada autor recibirá solo los puntos del relato mejor puntuado.

¿Alguna duda? A quejarse en el hilo, como siempre. Para qué leer no ya dos veces, sino una.

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

Relatos DdC

GANADOR

14. Persona importante - REG

-Usted no sabe con quién está hablando.
-Dígamelo.
-Soy concejal en Palencia.
-Eso aquí en Madrid es una mierda.
-Y en Palencia también.

Spoiler:

Relatos a concurso

1. Identidad

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Yo no, desde luego, ¿acaso lo sabe usted?
—¿Cómo?
—Si sabe usted mismo quién es.
—Por supuesto.
—No me refiero a su nombre, religión, estudios, tendencias políticas o características físicas.
—Podría decirle muchas otras particularidades identificativas mías.
—Todas inventadas, usted no es más que un ficticio personaje en un relato. Ni eso; una identidad simulada por cuatro frases que ni siquiera tiene nombre si no aparece escrito, como es el caso.
—Lo mismo que usted me temo, nadie existe entonces aquí.
—Falso, existe el que nos está leyendo.
—¿Y acaso sabe quién es? Porque si desconoce algo es como si no existiera para usted.
—No sé quién es, pero sé que tiene que existir para que existamos nosotros y que, a diferencia de nosotros, está vivo. Eso sí, más le vale aprovechar el tiempo porque, también a diferencia de nosotros, acabará su vida en algún momento, mientras nosotros seguiremos aquí.


2. Julio

«Usted no sabe con quién está hablando»
Estas fueron las únicas palabras que el agente Peabody leyó cuando le pasaron lo que debían ser las peticiones del secuestrador. Eran las once de la mañana y el sol comenzaba a quemarle la nuca, jodido mes de julio y jodidas sucursales de pueblos como aquél. De su sombrero de cowboy  asomaban gotas de sudor que morían en sus patillas y perlaban su frente.
Se atusó lentamente su poblado bigote, su ayudante esperaba como un sabueso que él, sheriff de Shinbone, le ordenara pasar a la acción. ¿Pero qué estaba pasando? Peabody no entendía nada. Una semana antes, en el prostíbulo de Mary la del corderito, un hombre se había atrincherado en su interior con cinco de las chicas, y cuando había tratado de iniciar un diálogo con él, el muy hijoputa, le había dado una nota en la que pudo leer: «Francamente, querida, me importa un bledo».


3. El despertar

Usted no sabe con quién está hablando, ¿verdad? —preguntó el doctor señalando a la mujer que sostenía su mano derecha entre las suyas. No se preocupe, es normal, irá recuperando paulatinamente la memoria —sonrió—; lo importante es que está de vuelta.

Han sido casi dos años, pero nunca perdí la esperanza de recuperarte —afirmó llorosa mientras le acariciaba la mejilla.

Sin embargo, en un destelló recordó todo. La inquietud laboral que socavaba su ánimo, las constantes discusiones que los tenía al borde del divorcio y el agotamiento con el que tomó la carretera después de otra noche de insomnio. Ahora comprende que se debió dormir al volante.

También sabe que la hermosa chica que lo mira con ternura no es su mujer. Desconoce quién es y de dónde ha salido, pero entiende que debe decir algo. «Ya... te recuerdo... te quiero tanto» —le confiesa mientras hunde sus labios en aquellos desconocidos cabellos rubios.


4. Privación sensorial

“Usted no sabe con quién está hablando, pero no se preocupe; esa información carece de importancia en este momento”. Percibió, no sin dificultad, aquel sonido que llegaba distorsionado, crepitante, como ondas sonoras difuminadas deliberadamente, aunque lo suficientemente claras para entender el significado de las palabras de sus interlocutores. “Probablemente tenga también problemas para identificar el lugar en el que se encuentra”, prosiguió comunicando la inquietante voz. “Quizá se sienta raro, entumecido. Hemos introducido en su cuerpo una sustancia que puede ocasionar una momentánea privación sensorial”. La víctima, acongojada y desorientada alcanzó a preguntar lo que querían de él. “El precio del antídoto asciende a cinco mil pesetas. ¿Lo quiere?”, contestó la voz, cada vez más intimidante. “Sí, sí, por favor. De acuerdo, déjenme mirar en mi cartera que creo que…”.

¡Pero bueno! ¡Papá! ¡Suelta la cartera! Y vosotros, que sea la última vez que le dais al abuelo una magdalena con hachís para intentar sacarle los cuartos.


5. La fama

Usted no sabe con quién está hablando, pero pronto lo sabrá, todos lo sabrán, grita Justino al tipo al que ha pedido que lo grabe con el móvil, a la orilla del mar, desnudo y con una navaja en la mano. Porque hoy es el día. Ya no es el influencer que fue. Ya no le vale filmar y colgar esos gestos cotidianos como cortarse las uñas de los pies, y que, repugnantes para unos y acertadas metáforas de la asquerosa verdad para otros, nadie dejaba de ver. Luego llegó el hartazgo y ahora Justino, tras hacerse unos cortes en los brazos, se sumerge en el agua y su sangre fluye y fluye. No sabemos qué está pasando por su cabeza, pero a juzgar por la fanática alegría que refleja su cara, parece imaginar la cantidad de likes en las redes sociales, justo cuando ve tres aletas negras aproximarse.


6. Uve

Usted no sabe con quién está hablando, vomitaban tus dientes traicioneros, y tenían razón. Frente a mí tenía la carcasa vacía de alguien irreconocible. Un mes antes me suplicabas volver, «te estoy rogando, trata de confiar en mí, lo hago por los dos», y ahora me apagabas con la indolencia del verdugo. Recuerdo verte humillar la mirada mientras improvisabas excusas. Al mismo tiempo, a mi cabeza regresaban algunas palabras pronunciadas: «je t’aime», mentiste en francés; «buenas vacaciones, amor», bisbiseaste de crueldad cual lamprea sin responsabilidad afectiva. ¿Dónde se encontraba mi persona amada?, indagaba frente a la extensión de dolor que habías tornado. Quizá nunca existió, o sólo lo hizo en mis ojos. Fue quitármelos y todo se esfumó: tu belleza, tu credibilidad, la posibilidad de un nosotros. «Todo era verdad», escuché tu suspiro final al viento; «no te vayas, D.», pero ya me había ido. En mis ojos, diamantes. Sólo en mis ojos, por siempre ciegos.


7. Indignación en alta frecuencia

Usted no sabe con quién está hablando, corto y cierro.


8.᠝᠝θᠧᡀ

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Tutéame, por favor, que sí lo sé. Eres el mejor batería que he escuchado, jamás el más rítmico. Por eso he venido a pedirte un autógrafo— le dije entregándole libreta y bolígrafo.
—Vaya, me sobrevalora usted— dijo ruborizándose.
—Para nada, mírate, me atiendes y me firmas, incluso sin dejar de tocar y hacer headbanging al ritmo de la música.
—No comprendo.
—Estás moviendo la cabeza a tal velocidad, que parece que tienes 4… ¡6 ojos!
—Emmm… tengo 6 ojos…
—Y ese manejo de las baquetas, esa rapidez, como si tuvieras otros 6 brazos.
—Es que tengo… 6 extremidades.
Miré en silencio sus negras cuencas oculares unos segundos, dudando. Ahí estaban las 6, totalmente quietas. Además vi dos antenas a sus lados que habían pasado desapercibidas. Tomé la libreta en la que había un garabato impronunciable.
—Disculpe, quizá tiene razón y no sé con quién estoy hablando – me despedí avergonzado.


9. Si hace falta sí lo soy

-Usted no sabe con quién está hablando.
-¿No es usted Juan García López?
-Sí, pero no ese Juan García López.
-¿No es usted el sobrino de don Arsenio García Gutiérrez?
-Mi padre ni siquiera se apellidaba Gutiérrez de segundo, era González, así que por favor, le ruego que no llame más a este número.
-Disculpe, señor García, sentimos las molestias. Anotaremos aquí que no se vuelvan a poner en contacto con usted, puesto que no es el heredero de los 1,8 millones de euros de D. Arsenio García Gutiérrez.
-¿Cómo dice? ¿Qué se ha muerto el tío Arsenio? ¡QUE DESGRACIA!, ¡QUE DESGRACIA!


10. Cookies enabled

—Usted no sabe con quién está hablando.
—José Díaz Sancho. 51 años. Hijo de Bernabé y Luisa. Una hermana; María Francisca, conocida como “Paquita Dinamita” en Calahorra. Curso la E.G.B. en el colegio San Agustín de esta última localidad. Después de su paso por el instituto Marco Fabio Quintiliano, prestó servicio militar en Zaragoza, donde fue subcampeón de mus. Licenciado en Derecho, consiguió su sueño, convertirse en registrador de la propiedad tras ocho años opositando. Aficionado al Logroñés y ávido coleccionista de sobres de azúcar. Su comida preferida son las manitas de cordero y la tortilla Alaska. Propenso a tener el ácido úrico alto y con afición a solazarse con vídeos de lesbianas con obesidad mórbida. Conoció a su mujer, Carmen Martínez Llamas —actualmente trabajadora de la gestoría López-Mora— en la boda de su primo Perico. Padre de dos hijos…
—¡Ja! ¡De tres!
—Que sean dos.


11. ¡PARDIEZ!

–Usted no sabe con quién está hablando, deje que le explique.
–A ver…
–Gracias, verá, como ya le dije a su compañero, yo soy el hijo de Dios, Jesús, el elegido…
–¿Jesucristo, verdad? El de los panes y los peces.
–Sí, sí, entre otros muchos milagros.
–Mmm…ya. ¿Y dónde está su túnica, eh?¿y su corona de espino?
–Esto...
–¡Si ni siquiera tiene usted barba!
–Era mi cena de despedida, los chicos se animaron…
–¿Los chicos? Ja! Y ahora me dirá que eran doce, claro.
–Eso es, tres veces le dije: “Pedro, no, la barba, no” –suspiró– y lo último que recuerdo fue ir a donde María Magdalena.
–Ya, y eso explica lo del vestido de cuero, los tacones y la sangre.
–Tengo que hablar con mi padre. Usted no sabe quién es mi padre, él, él…
–Es Dios, claro ¿el de la barba blanca y el triángulo, verdad? ¡Asmodeo, llévatelo  para abajo!

Y desde entonces la humanidad vive condenada. Per sécula seculórum, amén.


12. ¿Con la Flaca?

—Usted no sabe con quién está hablando.
—No tengo el gusto.
—No creo que vaya a darle mucho gusto. Soy la Muerte.
—No me jodas. ¿Con esa cara?
—¿Qué le pasa a mi cara?
—Que tienes cara de pan, con esos mofletes colorados, que parece que te acabas de comer un cocido.
—Ya veo. No doy el tipo. Me imaginabas esquelética y con la guadaña en la mano. Topicazos.
—Además, decía Epicuro que “mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, no existo yo”. Por tanto, como yo pienso, luego existo, que decía Descartes, tú no puedes ser la Muerte.
—Ostras, es usted un puñetero filósofo. Mejor lo dejamos para otro día. Me ha dado flato y usted es un plasta.
—Ve con Dios.
—Sí, me piro. Pero volveré. Nadie se libra de mí.
—¿Conoces la teoría del eterno retorno?
—¡Adioooosssssss!


13. Lectores de pensamientos

Usted no sabe con quién está hablando, lo sé porque puedo leer sus pensamientos. Se comporta como si lo supiera, pero sé que no es así. Leo que tampoco sabe qué hacer esta noche, ni mañana, ni el resto de los días. Piensa que estoy interesado en la conversación, que me importan las historias que cuenta. Cree que me he equivocado de persona, que no le estoy siguiendo la corriente. Lo hace porque no le queda más remedio que creer lo que necesita creer. Puedo leer en sus pensamientos que está exhausto, desencantado, consumido. Continúo leyendo y escudriñando detrás de sus ojos con la esperanza de encontrar la señal, el indicio infalible. Sonrío. Por fin lo veo, como otros lo vieron antes en mí. Dentro de poco dejará de sentirse tan solo, dentro de poco será capaz de leer los pensamientos de los demás y ayudará a otros extraños solitarios que se crucen en su camino.


14. Partida de Risk

-Usted no sabe con quién está hablando, en la época en la cual residí en Londres me llamaban "Invincible Paco". Nadie era capaz de ganarme porque mis movimientos y estrategias eran totalmente inesperadas y siempre tenían la guardia baja a la hora de los ataques, además de que mi defensa siempre era férrea y estaba bien poblada y por supuesto, con una gran muralla detrás por lo que pusiese pasar. En el risk nunca pierdo, ¿sabes?, porque soy "Invincible Paco", ¿me oyes?, "¡INVINCIBLE PACO!"
- De acuerdo, pero vas perdiendo, así que es tu turno "Imbécil El Paco".


15. Clínica Pdivada

- ¿Usted no sabe con quién está hablando mi madre? Doctor, ¡tengo que entrar en esa habitación!
- Lo siento, señod, pedo cuando la señoda ingdesó en la clínica dejó bien clado que sólo podíamos infodmad y pedmitid visitas al señodito Ednesto Fidel Modales, que llegó acompañado del señod del tdaje. Usted no debedía estad aquí.
- No sé qué le pasa a mamá, ni quién coño es ese mulato, pero seguro que le ha comido la cabeza; por lo menos. Y el del traje tiene cara de notario. Necesito entrar, es cosa de vida o muerte…
- Es más bien cosa de muedte, disculpe que sea fdanco.
- ¡No me joda!
- Ni mejoda, ni mejodadá. Se muede.
Sonó un pitido agudo, continuo, provocando carreras de médicos y enfermeras por el pasillo hacia la habitación. Tras el notario, salió feliz el cubano estrenando alianza y sonrisa gingival.
- Miamol, los gatos ¿los pasas a recoger por casa o los entierro con ella?


16. Las únicas amigas del conde Gryzbowski

—¡Usted no sabe con quién está hablando, soy el conde Gryzbowski!
—¡Lárgate de aquí, viejo, nadie quiere ver tus bichos! Conde, dice...—contestó el iracundo director del Teatr Bagatela.
Tomisław Gryzbowski deambuló entre callejuelas hasta llegar a la Kraków Główny, la estación de tren, arrastrando malhumorado su desvencijada maleta. En ella se podía leer: "Gran espectáculo de ratas del conde Gryzbowski" en toscas letras ajadas. El anciano se quedó adormilado en un banco, esperando un tren a cualquier parte, y pronto el invierno de Cracovia salpicó de perlas heladas su enorme mostacho gris. Al tiempo que la vida escapaba del malogrado Tomislaw, las ratas, que, como es bien sabido, son las primeras en abandonar la maleta, royeron su camino hacia la libertad. Pero antes, rindieron su particular homenaje a quien fuera su patrón durante tanto tiempo. La mañana siguiente encontraron al director del teatro en su cama, con los ojos devorados y el cuerpo cubierto de dentelladas.


17. El cliente siempre tiene la razón

Usted no sabe con quién está hablando ahora mismo mi hijo. Y no es por fardar ni dármelas de importante. De hecho no está con ninguna personalidad ni nada parecido, más bien al contrario; está con un desgraciado que cometió muchos errores de los que tiene que rendir cuentas para el resto de su vida. Sí, no es un hombre famoso ni importante. Más bien un cobarde intentando curar heridas que hizo en el pasado. Y bueno, mi hijo le está ayudando. Estoy muy orgulloso de él, me emociona ver donde ha llegado. Es lo mejor que he hecho. Salió adelante tirando de la familia cuando se quedaron solos, y convirtiéndose en un hombre de provecho, además es tan amable con todos los clientes de su frutería… casi como usted, que está aguantando aquí mis penas. Quédese las vueltas.
Ojalá las fresas estén tan buenas que me hagan volver.
Concluí dándole la espalda ya con ojos llorosos.


18. Sus papeles, gracias.

- Usted no sabe con quién está hablando.
- no, disculpe.
- soy de la casa
- perfecto, le entrego el formulario 1011 y cuando lo rellene vuelve a pedir cita
- no, no voy a volver a pedir cita, me pondrás el sello y me llevo el papel
- ya conoce las normas de la casa, rellene el papel, pida cita y se lo entregaremos sellado.
- ¿me vas a hacer pasar como una visita normal?
- yo no, es el protocolo de su casa.
- pondré una queja.
- me parece muy bien, en recepción puede pedir la hoja reclamación.
- vas a vacilar a tu puta madre.
- vamos a parar aquí un momento ¡¡SEGURIDAD!! ESTE HOMBRE ME ESTÁ AMENAZANDO.
- Hija de puta.
- ¡Que tenga un buen día!


19. Un buen día de ventas

- Usted no sabe con quién está hablando.
- Nunca lo sé.
-¿Cómo?
-Pues eso; en la pantalla me salen sólo números. No salen nombres. La protección de datos, ya sabe.
- Entonces ¿no le interesa si me siento segura?
- Era una pregunta gancho. Soy agente de Segurosa, contrate y estará como una rosa. ¿Le interesa un seguro de decesos? También tenemos de accidentes.
- Pensaba que le interesaba cómo me siento.
- Bueno, nos interesa como cliente.
- Ya.
- ¿Está llorando?
- No.
- Le oigo.
- No, estoy resfriada. Quiero sus seguros, todos.  Mi nombre es (***protección de datos***)
- Perfecto. Le pondré la grabación y dirá SÍ.
- (…) Sí.
- ¿Qué es ese ruido?
- Es el tren. Adiós.
- ¿Oiga? ¿OIGA?
- (…)
-¿OIGAAAA?
- (Gritos, ruidos) Dios, está muerta. ¿Quién es?
- ¿Se siente seguro?


20. Elemental

—Usted no sabe con quién está hablando, caballero.
—Hombre, no me joda usted. Watson, dile a este quién soy yo.
Watson se apresta a hacerlo, pero aquella figura un tanto encorvada, tocada con una extraña gorra y pipa en ristre, levanta el índice de la mano derecha y señalando para sí, continua:
—Yo lo sé todo. Soy Sherlock Holmes.
—Pues encantando de conocerle, señor Holmes —y le extendió la mano en gesto de saludo—. Soy el profesor Moriarty.
—No me lo diga hombre, no me lo diga. ¿No ve qué ahora ya sé con quién estoy hablando? —gorjeó petulante tras la pipa.
—Cachis, qué tonto puedo llegar a ser.
—¿Y usted va a ser mi enemigo? Anda Watson, vamos a hacer una escapada a la campiña, que a este hay que darle ventaja.
Watson los mira a ambos divertido y replica:
—Esto promete.


21. Silencio

«¡Usted no sabe con quién está hablando!»

Por muy amenazadoras que pudieran haber sonado en otras circunstancias, esas palabras no eran más que una cenefa de ondulaciones en el aire.

«¿Es que no me puede atender nadie competente?»

Algunos tramos de carretera están concebidos sólo para ser recorridos con un vehículo a motor, del mismo modo que el espacio no es lugar para un astronauta a la deriva.

Gritaba, gesticulaba y daba pisotones a un asfalto al que traía sin cuidado si vivía o moría. Indiferencia dura y fría.

«¡Quiero ver inmediatamente al encargado!»

De pronto, oyó un motor a lo lejos. Empezó a correr y a saltar a medida que se acercaban las luces en la oscuridad.

Finalmente el coche se detuvo y pudo mirar a través de la ventanilla bajada.

«Oh, no... ¡Dios mío…! ¡OH NOOO!»

En efecto, nadie competente iba a atenderle.


22. Abuelito

-¡Usted no sabe con quién está hablando! ¡Se va a enterar de quien soy yo!

Gruñón y desabrido, don Francisco era el cascarrabias oficial del barrio. Le gustaba pasear y leer el ABC, pero sobre todo disfrutaba abroncando a los demás. Ya fuera corrigiendo al camarero del bar o atosigando a obreros municipales, el objetivo de don Francisco era reñir a cuantos más mejor. Nunca renunciaba a una bronca, pero su especialidad eran los comerciales de telefonía. Reservaba la hora de la siesta para recibir llamadas de incautos teleoperadores y montarles una pelotera cual Capitán Haddock cañí.

-!Ectoplasma! ¡Antropófago! ¡Páseme con su superior inmediatamente!

-Soy el encargado de departamento, ¿en qué puedo ayudarle?

-Soy Francisco Pelaez Ñiguez, y quiero protestar por…

-¿Francisco Pelaez? ¿Abuelito Chisco?

-…

Don Francisco colgó el teléfono y salió risueño a la calle. En la escalera chocó con el portero, que se preparó para el rapapolvo.

-¡Usted! Usted, no sabe…cuanto lamento el tropezón.


23. Amores de instituto

—Usted no sabe con quién está hablando —me dijo la señora a la que atendía.
—Señora, no puedo darle el dos por uno… ¿Señorita Mamen?—la reconocí al levantar la vista de la caja.
La señorita Mamen había sido mi profesora de Biología en tercero de ESO y, aunque suspendí, fue mi tercer gran amor, tras la Alexia y la Fanny (sobre todo Fanny, menuda era, en sexto de primaria ya te hurgaba en la bragueta). Pero la señorita Mamen era otra cosa. Sudaderas de Ariana Grande, con mechas azul eléctrico…
Y allí estaba, ojerosa pero todavía poderosa. Yo ya no era aquel crío del instituto, y al fin vi la oportunidad de cumplir mi sueño.
—Señorita Mamen… Mamen, ¿te apetece tomar una…?
—Hombre, figura, sabía que ibas a tener una carrera exitosa. Anda, dame ese dos por uno, que se te hace cola.
Al salir de mi turno llamé a la Fanny. Sólo para contárselo, ¿eh?


***Recuerden que, si así lo desean, pueden emitir votos a cinco relatos.

Viny está apostando fuerte por el rey del kaos a Toro.....aunque si quisiera el titulo debería sumar cuartos de punto por dos relatos presentados...o sumar los puntos de ambos

Algo así....

m

DdC
Corazón de piedra
- Usted no sabe con quien está hablando
-no, pero que si quiere bolsa

DdC
Nadie sabe nada
(Con andreu y berto)

Usted no sabe con quien está hablando

Qué grande, Vinny!!


Joer, y m, qué geniales nanos.

A pensar!

Qué interesante y entretenida propuesta. Últimamente tengo mucho curro y ya sabemos que es ahí donde llega la inspiración, pero intentaré llegar a todo lo que pueda.

m señor escribió:DdC
Corazón de piedra
- Usted no sabe con quien está hablando
-no, pero que si quiere bolsa

Oh. :_)

DcC

Plomo

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Tres años oyéndole eso a diario.

muy cortés Vinny indicando el número total de palabras incluyendo la frase. una iniciativa que espero ser repita en el futuro

DdC

Uber Driver

—Usted no sabe con quién está hablando.
—¿Me lo dice a mí? Porque no veo aquí a nadie más que yo.
—¿Me habla a mí?
—Tenga, una botellita de agua.

Cabeceras actualizadas          

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

Toro escribió:Cabeceras actualizadas          

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

DdC

Llamando a casa de los yayos

-Usted no sabe con quién está hablando, abuelo. Soy la Tere...
-Ya, de la tele, dígame.
-¡Páseme con la abuela!
-¡Hola, Rafaela!
-¡Póngase el audífono primero!
-¡La tarjeta del Hormiguero!

DdC

Diálogo de besugos

—Usted no sabe con quién está hablando.
—No.
—Será por la mascarilla. ¿Así?
—Nada, no caigo.
—Quizá es que no me conoce.
—Pues también.
—Que pase un buen día.
—Igualmente.

Yo voy a empezar con mis dudas de siempre...

Se pueden mandar más DdCs después de haber mandado los dos, y sustituir uno anterior?

Toro escribió:Yo voy a empezar con mis dudas de siempre...

Se pueden mandar más DdCs después de haber mandado los dos, y sustituir uno anterior?

Cómo no.

DdC

3:27am

—Usted no sabe con quién está hablando.
—No, ¿es usted el titular de la línea?

Vamos con el primer relatazo. Estamos que lo tiramos, oigan.

1. Identidad

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Yo no, desde luego, ¿acaso lo sabe usted?
—¿Cómo?
—Si sabe usted mismo quién es.
—Por supuesto.
—No me refiero a su nombre, religión, estudios, tendencias políticas o características físicas.
—Podría decirle muchas otras particularidades identificativas mías.
—Todas inventadas, usted no es más que un ficticio personaje en un relato. Ni eso; una identidad simulada por cuatro frases que ni siquiera tiene nombre si no aparece escrito, como es el caso.
—Lo mismo que usted me temo, nadie existe entonces aquí.
—Falso, existe el que nos está leyendo.
—¿Y acaso sabe quién es? Porque si desconoce algo es como si no existiera para usted.
—No sé quién es, pero sé que tiene que existir para que existamos nosotros y que, a diferencia de nosotros, está vivo. Eso sí, más le vale aprovechar el tiempo porque, también a diferencia de nosotros, acabará su vida en algún momento, mientras nosotros seguiremos aquí.

DdC
No te j...
–Usted no sabe con quién está hablando.
–Ni usted con quién está duro.

Stoneheart escribió:DdC
No te j...
–Usted no sabe con quién está hablando.
–Ni usted con quién está duro.

Tenía que llegar.

Stoneheart escribió:DdC
No te j...
–Usted no sabe con quién está hablando.
–Ni usted con quién está duro.

Vinny Vedecci escribió:

Toro escribió:Yo voy a empezar con mis dudas de siempre...

Se pueden mandar más DdCs después de haber mandado los dos, y sustituir uno anterior?

Cómo no.

Pero esto qué es

Stoneheart escribió:

m señor escribió:DdC
Corazón de piedra
- Usted no sabe con quien está hablando
-no, pero que si quiere bolsa

Oh. :_)

te ha clavao, di que si.

Vinny Vedecci escribió:1. Identidad

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Yo no, desde luego, ¿acaso lo sabe usted?
—¿Cómo?
—Si sabe usted mismo quién es.
—Por supuesto.
—No me refiero a su nombre, religión, estudios, tendencias políticas o características físicas.
—Podría decirle muchas otras particularidades identificativas mías.
—Todas inventadas, usted no es más que un ficticio personaje en un relato. Ni eso; una identidad simulada por cuatro frases que ni siquiera tiene nombre si no aparece escrito, como es el caso.
—Lo mismo que usted me temo, nadie existe entonces aquí.
—Falso, existe el que nos está leyendo.
—¿Y acaso sabe quién es? Porque si desconoce algo es como si no existiera para usted.
—No sé quién es, pero sé que tiene que existir para que existamos nosotros y que, a diferencia de nosotros, está vivo. Eso sí, más le vale aprovechar el tiempo porque, también a diferencia de nosotros, acabará su vida en algún momento, mientras nosotros seguiremos aquí.

Un relato muy interesante

m

Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

Y un director de fotografia y asi casi ya estaria

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

Una totalmente equivocada

RegSound escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

Una totalmente equivocada

que desilusión se va a llevar....

Sugar Bug escribió:

RegSound escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

Una totalmente equivocada

que desilusión se va a llevar....

Y yo que pienso que quien tiene la imagen equivocada sois vosotros, pero de m

Toro escribió:

Sugar Bug escribió:

RegSound escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:Por los pelos

- Usted no sabe con quien está hablando.
- ¿Y usted?
- Tampoco.
- Pues menos mal.
...tu-tu, tu-tu...

¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

Una totalmente equivocada

que desilusión se va a llevar....

Y yo que pienso que quien tiene la imagen equivocada sois vosotros, pero de m

le tengo visto en fotos y videos, que es una rockstar!

Sugar Bug escribió:

Toro escribió:

Sugar Bug escribió:

RegSound escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:

Sugar Bug escribió:

m señor escribió:
¿Falta un guión?

m

que te crees que soy? woody allen?

Tu eres así guapo....más judío.....mas divertido...aunque menos alto.
m

ostia, que imagen tienes de mí????

Una totalmente equivocada

que desilusión se va a llevar....

Y yo que pienso que quien tiene la imagen equivocada sois vosotros, pero de m

le tengo visto en fotos y videos, que es una rockstar!

Pero yo no hablo del fisico

Segundo relatazo.

2. Julio

«Usted no sabe con quién está hablando»
Estas fueron las únicas palabras que el agente Peabody leyó cuando le pasaron lo que debían ser las peticiones del secuestrador. Eran las once de la mañana y el sol comenzaba a quemarle la nuca, jodido mes de julio y jodidas sucursales de pueblos como aquél. De su sombrero de cowboy  asomaban gotas de sudor que morían en sus patillas y perlaban su frente.
Se atusó lentamente su poblado bigote, su ayudante esperaba como un sabueso que él, sheriff de Shinbone, le ordenara pasar a la acción. ¿Pero qué estaba pasando? Peabody no entendía nada. Una semana antes, en el prostíbulo de Mary la del corderito, un hombre se había atrincherado en su interior con cinco de las chicas, y cuando había tratado de iniciar un diálogo con él, el muy hijoputa, le había dado una nota en la que pudo leer: «Francamente, querida, me importa un bledo».

Vinny Vedecci escribió:

Toro escribió:Cabeceras actualizadas          

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

Cuidado con mirar la clasificación, Vinny... estamos vigilantes.

Plantón

–Usted no sabe con quién está hablando.
–Ni usted quién le escucha.
–Mmm…entonces…¿Follamos?
–Yo no bailo con desconocidos.

Vinny Vedecci escribió:Relatos DdC

5. Llamando a casa de los yayos

-Usted no sabe con quién está hablando, abuelo. Soy la Tere...
-Ya, de la tele, dígame.
-¡Páseme con la abuela!
-¡Hola, Rafaela!
-¡Póngase el audífono primero!
-¡La tarjeta del Hormiguero!

8. No te j...
–Usted no sabe con quién está hablando.
–Ni usted con quién está duro.

     
Bravísimossss!

Tercer relatazo.

3. El despertar

Usted no sabe con quién está hablando, ¿verdad? —preguntó el doctor señalando a la mujer que sostenía su mano derecha entre las suyas. No se preocupe, es normal, irá recuperando paulatinamente la memoria —sonrió—; lo importante es que está de vuelta.

Han sido casi dos años, pero nunca perdí la esperanza de recuperarte —afirmó llorosa mientras le acariciaba la mejilla.

Sin embargo, en un destelló recordó todo. La inquietud laboral que socavaba su ánimo, las constantes discusiones que los tenía al borde del divorcio y el agotamiento con el que tomó la carretera después de otra noche de insomnio. Ahora comprende que se debió dormir al volante.

También sabe que la hermosa chica que lo mira con ternura no es su mujer. Desconoce quién es y de dónde ha salido, pero entiende que debe decir algo. «Ya... te recuerdo... te quiero tanto» —le confiesa mientras hunde sus labios en aquellos desconocidos cabellos rubios.

Sesión de espiritismo

—Usted no sabe con quién está hablando (voz en off dirigiéndose a la médium).
—Usted, no sé. Pero yo estoy segura de que es el capullo de mi difunto marido.

Vinny Vedecci escribió:2. Julio

«Usted no sabe con quién está hablando»
Estas fueron las únicas palabras que el agente Peabody leyó cuando le pasaron lo que debían ser las peticiones del secuestrador. Eran las once de la mañana y el sol comenzaba a quemarle la nuca, jodido mes de julio y jodidas sucursales de pueblos como aquél. De su sombrero de cowboy  asomaban gotas de sudor que morían en sus patillas y perlaban su frente.
Se atusó lentamente su poblado bigote, su ayudante esperaba como un sabueso que él, sheriff de Shinbone, le ordenara pasar a la acción. ¿Pero qué estaba pasando? Peabody no entendía nada. Una semana antes, en el prostíbulo de Mary la del corderito, un hombre se había atrincherado en su interior con cinco de las chicas, y cuando había tratado de iniciar un diálogo con él, el muy hijoputa, le había dado una nota en la que pudo leer: «Francamente, querida, me importa un bledo».

Madre mía....qué poco he entendido....¿algún listo que lo analice?
m

eloyso escribió:Sesión de espiritismo

—Usted no sabe con quién está hablando (voz en off dirigiéndose a la médium).
—Usted, no sé. Pero yo estoy segura de que es el capullo de mi difunto marido.

m