TERCERA RONDA DE LA IX EDICIÖN DEL ALBURQUERQUEÑO CONCURSO DE MICRORRELATOS. VENCEDORES RHONDA Y ZZZZ

La frase inicial de esta ronda es:

Apareció donde no debía, en Alburquerque





-Hay que escribir un relato de 150 palabras como máximo. La frase inicial no cuenta para el cómputo.

-La coma se puede sustituir por un punto.

-Ante el previsible aluvión de críticas, Alburquerque se puede sustituir por su significado etimológico: el país de los alcornoques.

-También se acepta Albuquerque, con una r menos, el de USA.


CABECERAS ACTUALIZADAS GRACIAS AL INCANSABLE TORO

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

RELATOS A CONCURSO:

1.- Un día cualquiera

Apareció donde no debía, en Albuquerque. Un oso polar bajo el sol abrasador de Nuevo México, materializado entre un Starbucks y un McDonald's por un absurdo capricho del espacio.
Lo que se dice hacer, el oso no hacía gran cosa, se limitaba a estar ahí, la mirada perdida en el vacío, como un enorme trozo de nieve varado en la acera, a punto de derretirse. Tal vez soñaba con una vastedad de un blanco inmaculado, el viento glacial encrespándole el pelaje, una oronda foca al alcance de la zarpa... A saber con qué materiales se fabrican los sueños de un oso.
Los viandantes apenas le prestaban atención. Lo miraban de soslayo al pasar, pero ni un ápice de asombro brillaba en sus ojos. Después del elefante, la jirafa y el orangután, la magia se había esfumado. Hasta los milagros aburren cuando se convierten en rutina.
Al día siguiente, la ballena azul traería el estupor de vuelta.


2.- Borrón y cuento nuevo

Apareció donde no debía, en Albuquerque. Enseguida se percató de que algo no iba bien. Los cactus, el suelo árido y el calor abrasador que comenzaba a derretir su cuerpo, así lo confirmaban. Él tendría que estar visitando la iglesia de Santa María del Mercado, el Castillo de Luna o disfrutando de la impagable compañía de las y los extremeños. Pero un error tipográfico lo había matado, a la mierda el convenio con el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Extremadura y el Ayuntamiento de Alburquerque. Allí estaba Teo, a punto de convertirse en un borrón de tinta engullido por el desierto.


3.- La flecha del tiempo.

Apareció donde no debía, en Alburquerque, y al resucitar vio a un hombre frente a ella. La estaba estrangulando. Su mirada le heló la sangre. Se ahogaba, pero poco a poco su rostro pálido fue recuperando el color. El rímel que se escurría por sus mejillas fue absorbido de nuevo por sus pestañas. El hombre apartó las manos de su garganta, las apoyó en el suelo y cerró los ojos. Ella gritó, y al hacerlo comprendió que podía respirar otra vez. Escuchó los gemidos del hombre, sintió cómo su cuerpo se balanceaba sobre el suyo y entendió lo que estaba pasando.  Luego se durmió.
El cloroformo la despertó.
Bajó del coche, cerró la puerta y esperó a que el conductor bajara la ventanilla.
“Sube, me cae de camino”, dijo él.
“¿Puede llevarme a Benavente?”, respondió ella.
Y se colocó en el arcén con el pulgar levantado, viendo cómo el coche se alejaba marcha atrás.



4.- Un pozo sin fondo
 
Apareció donde no debía, en Alburquerque. El pistolero llegó junto a su acompañante. El paisaje había cambiado, antes era desértico. Su sorpresa aumentó al llegar a la ciudad, que ahora era un poblado. Se adentraron en la posada, que ahora era un bar de pueblo. Todos observaron su indumentaria western.
—¿Quién ha secuestrado a la hija del gobernador de Nuevo México?
Le miraron perplejos. Su joven ayudante le tiró de la manga.
—Te lo dije, no estamos en Nuevo México, es Extremadura.
Se zafó rápidamente, abriendo fuego por doquier, haciendo estallar las botellas. Todos se agazaparon.
—¡¿Qué coño escondéis en el Área 51?! —gritó furioso. Su ayudante trataba de calmarle.
—Por favor, vámonos. Aquí no hay nada.
Sintió un mareo, el salón daba vueltas. Se sujetó a la barra para no caerse.
—Dios mío, ¿por qué me pasa esto? —el pistolero rompió en lágrimas. Asombrados, todos fueron saliendo de sus escondites y lo miraron con compasión.


5.- La ecuación del Aenima

Apareció donde no debía, en Alburquerque, concretamente en la última tienda de discos entre los restos del cuadrante noroeste..
Incrédulo por el resultado, el simbionte volvió a realizar la búsqueda de nuevo, obteniendo los mismos datos.

- Tau, pon rumbo a las coordenadas prefijadas a velocidad subsónica.
- Fijando ruta.. tiempo estimado de llegada: 9 minutos y bajando.. añadió con voz ronca la computadora para luego cambiar a un pitido de alarma y un tono más estridente.. ADVERTENCIA! Zona con niveles de radiación mortales para la vida basada en el carbono.. detecto varias docenas de grupos de Archeoraptores cerca de nuestro objetivo.
- Es por el vinilo, apuntilló el orgánico, para los Arqueoraptores de silicio, el vinilo de discos sonoros es un manjar.. eso complica las cosas..
- ¿Preparo contramedidas disuasorias?
- No, lanza un pulso iónico cuando aterricemos, eso debería aletargarlos un rato.. lo suficiente como para permitirnos localizar el lugar, buscar ese maldito disco con el mensaje oculto y marcharnos antes de que vuelva a amanecer.. pero antes.. dime todo lo que encuentres sobre los creadores de la ecuación cromática pérdida.. esos.. ¿Tool?..


6.- El gato de Bourgeon

Apareció donde no debía, en Albuquerque. Cuando todos aguardaban la nueva obra de Bourgeon en alguna esquina de Londres o sobre el muro de Israel, de repente ahí estaba, en Juniper Road, decorando una pared de Nuevo México. Sin duda era el estilo inconfundible de Bourgeon, entre lo pop y lo kitsch, a medio camino de lo naif. En esta ocasión el esténcil representaba un gato atigrado sosteniendo un cartel: «Welcome». Pero ¿por qué un gato y por qué esa bienvenida? Bourgeon, reputado artista urbano, era famoso por expresar consignas políticas con sus obras, sin embargo nadie adivinaba qué quería transmitir aquí. Expertos en street art visitaron la obra y elaboraron descabelladas teorías: ¿encerraba una crítica contra las políticas migratorias? ¿Desdeñaba la violencia de milicias fronterizas? ¿Representaba el gato a la masa callejera?

Sólo Alberto Sandovalín, grafitero aficionado, conocía la verdad. Su hermana María, por fin, llegaba mañana desde El Salvador. Y le encantaban los gatos.


7.- Maleza

Apareció donde no debía, en Alburquerque.
―Jon, sal de ahí, es muy peligroso. No hables con él o empezará todo otra vez…
Colgó el teléfono. Siempre aquel miedo.

Aparcó lejos de la finca. No había movimiento en la oxidada caravana. Se introdujo en ella con cautela. Olía rancio, a mugre y miseria. Trastos viejos, platos sucios y botellas de alcohol dispersos por la estancia. Al fondo, un camastro. Y allí, dormitando, un viejo peludo y grisáceo. Le costó reconocer en él la figura amenazante de otros tiempos. Lo encontró consumido, casi frágil. Pensó que sería rápido. Cerró con cuidado el ventanuco de la cocina y abrió el gas. Lo miró por última vez. Aquellas manos curtidas, aquellas cejas salvajes.

Al salir, escuchó un maullido. Entre la maleza reseca asomaba un gatito blanco. Se conmovió. Aquel animal era lo único bueno que le dejaba su padre. Lo cogió en brazos y lo llevó consigo al coche, a esperar la explosión.



8.- Falsas apariencias

Apareció donde no debía.
—¿En Alburquerque habré cogido el desvío al revés? —murmuró Sara, incrédula, aunque la señal era rotunda: “Portugal, 1 km.”
Desconcertada, despertó a Martín, que dormía en el asiento del copiloto. Éste, tras bostezar, preguntó:
—¿Hemos llegado ya al puente de Alcántara?
—Míralo tú mismo —respondió ella.
Martín se frotó los ojos y leyó el cartel.
—¡Diablos! —exclamó—. ¡Y es de noche!
—No sé qué ha pasado. Claro que si no hubieses perdido el mapa… —le reprochó Sara, angustiada.
—Y si tu no…
La repentina llegada de la Guardia Civil interrumpió la discusión. Del polvoriento vehículo bajaron dos agentes. Uno de ellos arrancó la señal y dijo:
—Es falsa, obra de una banda de peligrosos delincuentes que aprovechan la confusión para atracar a los que se detienen. Pero afortunadamente hemos llegado nosotros antes.
La pareja suspiró aliviada.
—Ya pueden estar tranquilos —concluyó el agente, sonriendo, dejando entrever dos afilados y poderosos colmillos.


9.- Revolução dos Cravos

Apareció donde no debía, en Alburquerque. Los caminos aviesos de tierra le habían llevado hasta allí en un Simca 1000 denim gris con un depósito de gasolina exiguo. En el maletero tan solo una guitarra roñosa de cuarta mano, una cajetilla de tabaco medio vacía y una cinta de casete de los Beatles.

Mario escapaba de una vida de vejaciones y ausencias. Huyó de Alaraz sin mirar atrás. Quería llegar a Oporto, comparar unos claveles y liberar todo el amor enquistado en su tuétano. Soñaba con besar a un joven portugués de tez morena y con ese acto, establecer en su vida un punto y aparte.

Pero no, continuaba en una España asfixiada y reprimida. Cogió su guitarra, dejó un gorro en el suelo y empezó a cantar. No era lo que esperaba, pero un punto y coma también podía ser un comienzo.



10.- Lupe viene de Guadalupe (Extremadura) dando tumbos

Apareció donde no debía, en Alburquerque. Lo de aparecer es un decir.
En realidad, dando tumbos, acabó allí. ¿Qué había en Alburquerque que lo hiciera inadecuado?
Para sus veinte primaveras, Lupe era una mujer con mucha vida a sus espaldas. Sola desde que podía recordar, viajó del hospicio al correccional y de ahí a la cárcel en poco tiempo. Entre medio, trabajos poco recomendables para una huerfanita adolescente: sexo y sangre.
Su madre murió joven. Su padre debió ser un joven norteamericano que unas vacaciones veraniegas conoció a una chiquilla y ejecutó un «aquítepilloaquítemato» con premio.
En realidad, no. Era un extremeño cachondo que hablaba con acento americano diciendo que era de Albuquerque, Nuevo México y percutía todo lo que se movía. Con esa tarjeta de presentación, a poco que se cruce con su hija paseando por Alburquerque, difícil será que no haga lo mismo que hizo con la madre.




11.- Por ahí

Apareció donde no debía, en Alburquerque. Había escampado cuando salió al prado y, ensimismado buscando caracoles campo traviesa, llegó allí, quinientos kilómetros lejos de casa. Algunos conocerán que este hecho, aun siendo singular, no resulta imposible, pues los niños —al igual que viejos y locos— junto con la noción del tiempo pierden a veces la del espacio; entonces se extravían y aparecen en lugares insospechados. El pequeño, pensando en sus cosas y ajeno al capricho dimensional, continuó caminando aquellas calles tan parecidas a las de su pueblo hasta que sin querer pateó una piedra. Su restallar rebotando el empedrado le sacó del ensimismamiento. La persiguió y volvió a darle, esta vez queriendo, otra patada adelante. Y así anduvo entretenido coceándola una y otra vez hasta que finalmente rebotó en el portón de su casa con un sonoro golpazo que hizo asomar a su madre. Ya casi está la comida, ¿dónde andabas? —le preguntó—. Por ahí, dijo.


12.- Breaking Bad

Apareció donde no debía, en Albuquerque Street, y necesitaba estar en Albuquerque Square antes de las dos.

Vio un grupo de chicas vestidas a lo Motomami, maquilladísimas, parecían racinetas. Le miraban y se reían. Normal, había pasado delante de ellas varias veces mirando para todos los lados.

Una de las chicas se ofreció a ayudarle:
—"¿Buscas algo?" 
—"Sí, Alburquerque Square". 
—"Te llevo, vivo cerca".
—"Gracias".

Al quedarse solo, comenzó a buscar el banco en el que tenía que dejar la mochila. El luminoso de una farmacia marcaba las 13:30, aún tenía tiempo. Pero seguía sin localizar el banco.

Necesitaba tomarse una cerveza y no tenía efectivo. Encontró un cajero del Banco Santander, sacó 50 euros. En los 25 minutos que quedaban hasta las dos bebió su cerveza mientras contenía su rabia.

No había encontrado el banco, tenía una mochila llena de cristal, no recibiría su dinero y le iban a volar los sesos.



13.- El camino

Apareció donde no debía, en Aburquerque, en la última gasolinera del último suburbio. Después, el desierto. Bufó. Google maps había fallado otra vez. ¡Donde estuvieran los viejos mapas de papel, no sometidos al capricho de una IA voluble! Pero no tenía mapa, y dependía del puto aplicativo del móvil. ¿Tendrían en esa gasolinera de paletos una guía de carreteras? Empujó la puerta. Tras un mostrador repleto de chucherías, se abría una librería atestada hasta donde llegaba la vista. Una jovencísima dependienta le sonrió.
-¿Perdido? No se preocupe.
Le alcanzó un libro titulado “Tu camino”. Lo hojeó. Estaba en blanco.
-Es gratis, pero se lo tiene que trabajar. Piense dónde quiere llegar.
Era imposible. Sin embargo, recordó al hermano con quien se iba a reencontrar tras veinte años. El mapa se dibujó claro en las páginas. Musitó un atónito “gracias”. Salió, arrancó el coche. Le dedicó una última mirada a la gasolinera.
Había desaparecido.



14.- Hacer todo lo posible para no tener que escuchar un disco propuesto por Autista.

Apareció donde no debía, en Alburquerque.  

- ¿Pero la quedada no era en Moncada y Reixach? Primero íbamos a ir a a la Pastisseria Tarzan y luego a un bar de tapas a chuzarnos y escuchar a Mecano y Robert Fripp.  

- Bueno, busquemos una pastelería y bares de tapas que seguro que en Alburquerque también hay. Lo de escuchar a Mecano y a Robert Fripp puede que esté más complicado.



15.- Johnny Hollywood

Apareció donde no debía, en Albuquerque, ese territorio hostil repleto de yonquis en las calles. Quería ser actor, era fan de Breaking Bad y pensó que Nuevo México sería la gran panacea. Qué iluso —pensó la primera vez que se pinchó—. Los días de gloria llegaron a su fin, aunque cuando flotaba sobre la ciudad podía oler los perfumes de Bel Air, las fragancias del éxito, así como el bello estertor de la decadencia. Encontraron a John tirado en una cuneta, no muy lejos del desierto. Su expresión era alegre y llevaba una camiseta de Hollywood.


16.- La espantosa, extraña, terrífica realidad de la demencia carambanal y otras petisoperías.

Apareció donde no debía, en Alburquerque, y el tranvía le está mordiendo la pierna. Ni rastro del camello ni estuvo en Grenoble. Ya no recordaba sus propias aventuras y se negaba a comer huevos por miedo a convertirse en cabecicubo. López envejecía en la soledad de una desconocida residencia de ancianos del centro de Barcelona.

Allí, con la capa bajo un sucio pijama de franela, esperaba la llegada del sexto chupete del Apocalipsis.



17.- La tragedia de Almundo, el almendro

Apareció donde no debía. En el país de los alcornoques no iban a recibirlo con las ramas abiertas. Almundo llegó escapando de su devastado bosque natal.
Desde un principio hubo recelos, pero al llegar la primavera la crispación hizo reunirse al consejo.
—Almundo debe marcharse. No trae más que problemas.
—No es como nosotros, mirad su piel lisa y como se le caen las hojas.
—¡Que vuelva a su bosque!
—¡Coge nuestro abono y pone raíces en nuestros sitios!
—No sé si lo habéis notado, pero hasta huele diferente, mal.
—¡Basta! —interrumpió Cedric, el anciano preboste— Almundo ha traído variedad a nuestro país, trabaja duro por integrarse e incluso aporta colorido, dejadle en paz.
Aquella noche, un joven grupo toma la justicia por su mano. Ciegos de ira, le prenden fuego. No contaban con el viento sur. Su país quedó calcinado por completo.
Un cuento habría tenido una resolución feliz, pero la realidad es que el odio puede arrasarlo todo.


18.- El origen surreal de la leyenda

Apareció donde no debía, en Alburquerque. Mercedes se enamoró del hombre falafel un jueves de agosto a las cuatro y cuarto de la tarde. Así lo cuentan todos los autores y cantautores de grandes éxitos fronterizos en sus canciones y relatos. Y quiénes somos nosotros para contradecirlos.
El hombre falafel había llegado al pueblo a lomos de su desidia recalcitrante y se había dirigido sin demora a la cantina, donde pidió una zarzaparrilla sin gas. Sus ojos se cruzaron con los de la cantinera (Mercedes, efectivamente), quien los retuvo en stand-by durante más tiempo que el que aconseja el decoro más elemental. Jasón, el astronauta (siempre decía que se marcharía muy pronto a Cabo Cañaveral) vio peligrar su amor desesperado y tuerto por la cantinera y agredió al hombre falafel con una despiadada décima de Francisco Villaespesa. El resto es historia.



19.- Símiles desafortunados

—Apareció donde no debía, en el país de los alcornoques el roble es el rey al fin y al cabo.
—En el reino de los ciegos, el tuerto es el rey.
—No sé qué dices, no son ciegos.
—Lo que digo es el dicho.
—Obviamente, todo lo que se dice es un dicho, está dicho vamos.
—¿A dónde?
—A seguir con la historia, que te estaba contando donde apareció.
—En el país de los alcornoques, ¿no?
—Al país de los alcornoques te mandaba yo a ti.
—Entonces yo también aparecería donde no debo.
—Estás comprando billete para primera clase incluso.
—Para la primera clase será una matrícula, no un billete.
—No te enteras de nada, ¿verdad?
—Supongo que no, será que entre nosotros el roble eres tú.


20.- Trinidad, 16 de Julio de 1945

Apareció donde no debía: en Albuquerque, a unas ciento veinte millas de Trinidad.

Empezó a correr desesperado mientras repasaba en voz alta una formula física tan inabarcable como la arena del desierto que tenía delante. Poco a poco iba entendiendo que, después de tanto tiempo preparando aquel viaje, la desviación había sobrepasado el margen de error y aquel regreso al pasado no había servido de nada.

Se dio cuenta de que no había nada que hacer cuando miró el reloj de una gasolinera. Entonces, se puso de rodillas y empezó a gritar. Los lugareños, extrañados por ver a un japonés gritando en mitad de aquella nada, empezaron a rodearle.

Nadie pudo consolarle: a los pocos segundos, un gran silencio, seguido de una montaña de fuego en el horizonte, lo inundó todo, y lo que había sido muerte y crueldad en la historia de la humanidad siguió siéndolo.


21.- Turismo inesperado

Apareció donde no debía, en Alburquerque. A 200 km de la última señal que se recibió del equipo de exploración que huyó de Madrid. Pudieron refugiarse en la zona de la Vera. La Agencia Espacial necesitaba que este rescate saliera bien, suficiente tenían con haber forzado aquella misión. Por alguna razón algo había trastocado las coordenadas de aterrizaje.
Antes de volver a emprender el vuelo, salió a explorar el entorno. Tal como había visto en las imágenes de Madrid, la naturaleza predominaba sobre el resto. Observó alcornoques que poblaban el antiguo pueblo, y una manada de linces ibéricos viviendo en el Castillo.
Despegó camino a Plasencia, asombrado por el verdor del paisaje. Ya de noche, llegó al Parador Nacional, de donde salió la señal. Abrió la puerta de la suite, y ahí solo estaba la jefa amordazada y drogada, algo que le descolocó por completo… al igual que hubiera corriente eléctrica. Era imposible.



22.- El espontáneo

Apareció donde no debía: en Alburquerque. Lo llamó por la calle cuando estaba tomando una cerveza en una terraza.
―¡Hijo de puta, ven aquí!
Quico Sugranyes no tenía ni idea de que el Sebas se hubiera mudado de Santa Coloma a, precisamente, la ciudad de Alburquerque. Se levantó dejando la cerveza a medias, dispuesto a huir e irse a otro lugar.
―¡Ven aquí, cabrón, asesino! ―así gritaba el Sebas por la calle. La gente se daba la vuelta para mirar el espectáculo.
―¡Este cabrón mató a mi madre en la residencia del Pare Shushep! ¿Has matado a alguien más, hijo de puta? ¡Cuéntalo para que todo el mundo lo sepa! ¡Mala bestia!
―Eh, eh, ¿adónde vas? ―un hombre cincuentón y desaliñado, con ganas de hacer justicia, intentó impedir el paso de Quico.
Salió de la ciudad y se metió en los bosques. Ya no oía al Sebas. Precisamente aquí radicaba el peligro para su integridad física: en que no lo oía.


23.- Resurrección extremeña 

Apareció donde no debía, en Alburquerque. “Mira que venir a nacer otra vez en este poblacho”, almacenó Jesús en su archivo PENSAMIENTO-DIARIO. “Mira que poner aquí el rehabilitador de criogenizados low cost. Revives, sí, pero hecho un guiñapo, menuda estafa. Despierto 233 años después, quedan meses en este secarral, sin alcohol ni drogas, y encima ahora sí voy al gimnasio; los putos RIU (unidades de inteligencia real) no te dispensan comida si no cumples el programa, y vaya comida: porquerías sintéticas, bellotas condensadas, carne cultivada. No hay humanos nuevos, todos somos OUH (Old Used Humans). Conocidos, mi cuñado (no me libro, oye) y foreros, muchos foreros. Nos clasifican por patrimonio y año de criogenización, y como hubo oferta en 2032 con la entrada del Azkena, aquí estoy en mi silla autónoma, con otros 40 rockeros paupérrimos, en la sala común, en silencio, hasta que dice uno que viene Neil Young OUH al Azkena virtual. Entonces aullamos.



24.- Rosas de pedir perdón

Apareció donde no debía, en Alburquerque, y desde allí la invasión fue imparable. Parece que el origen estuvo en una lugareña engañada y desengañada por un pretendiente picaflor infiel, que intentó apaciguar el despecho de la moza enviándole un ramo. La alburquequeña rechazó el presente arrojándolo a la era. Sería por el polen, por esporas o por estolones, el caso es que, regado con sus lágrimas, enraizó y se reprodujo. Ríete tú del plumero de la pampa. Pronto brotaron cientos de ramos de rosas por toda la dehesa, en manojos de doce. Los botánicos las llamaron “Rosis Perperdonibusrogare”. Nacían con su lazo y su tarjeta, pero sin jarrón, por lo que consumían mucha agua. Los alcornoques se secaron, escasearon las bellotas. Si no procede dar margaritas a los cerdos, peor es darles rosas. Nos quedamos sin cerdos ibéricos. Sin los del jamón, porque los otros, los machirulos gañanes acudieron en masa a consumir producto de proximidad.



25.- Algarrobo

Apareció donde no debía, en Alburquerque, a tomar posesión de un condado que nunca deseó. Allí erigió su castillo Alvaro de Luna, amargo recuerdo del vínculo labrado a temprana edad con su amado Juan II en la corte de Castilla. Desde las almenas, el conde, Válido de Su Majestad, Condestable, que acabaría decapitado en la plaza Mayor de Valladolid por orden del propio rey, solía mirar hacia la sierra de Santa Lucía soñando una vida libre, quizá como forajido o salteador de caminos, lejos de intrigas palaciegas.

Seis siglos más tarde, una figura encorvada se baja del coche frente al portón de la fortaleza construida por su antepasado. Apenas luce ya cabello más allá de unos mechones canos sobre las orejas —nunca lo hizo, en honor a la verdad—. Alza la mirada y piensa que, de alguna manera, el sueño se cumplió, y se imagina cabalgando junto a Curro y al Estudiante una vez más.


26.- El desierto en la puerta.

Apareció donde no debía.  En Alburquerque no admitían consejos foráneos con ideas revolucionarias sobre plantaciones, ni bosques.
Lo querían y punto.
Les expliqué que la mejor forma de combatir el cambio climático era una lucha contra el sistema de producción y el consumo, que era más importante cuidar el mar y el plancton que plantar cien mil árboles en Alburquerque.
Argumentaron que era menos efectivo pero aliviaba más la conciencia.
Ya desistí de preguntarles cómo iban a regar los árboles,  ni como iban a cuidarlos, les facturé la operación a coste del ayuntamiento y avisé a los periódicos locales, porque al final en eso consiste el juego.


27.- Consejos que no lo son

Apareció donde no debía. En Albuquerque, mientras miraba por un ventanal de la biblioteca, se palpó distraídamente la nuca y le pareció tocarlo: un diente se había abierto camino entre el pelo rasurado y los pliegues de piel. Luego, antes de media hora, apareció otro, a cierta distancia, detrás de la oreja derecha. Un tercero tras la otra.
Se pasó la lengua por los dientes de siempre. No, no era que éstos estuviesen desapareciendo en favor de los que le iban rodeando el cuello. En el cristal del ventanal, aprovechando un contraluz, se miró aterrorizado pero lo comprendió enseguida: debía ir, una por una, tras todas las personas que le habían dicho alguna vez: "no te comas la cabeza", así recuperaría su aspecto. Había que castigarlas.



28.- La cárcel son los demás

Apareció donde no debía, en Alburquerque. Royendo rudos restos rocosos cual ratón arrabalero reventó con tirria la tierra y se liberó de la trena. Ummm, oler la cálida liviandad de la libertad le aleló al principio, pero pronto caviló, cual preclaro intelectual, que aparecer en esta ora orilla quizá fuera volver a otra celda aún peor: cárcel de reproches infundados, pecados a media hasta, verdes cotilleos, negras habladurías, púrpuras murmuraciones incrustadas en la piel como garrapatas.

Aparecer en ese pueblo fue el principio de su fin, el fin de su sosiego, la lenta agonía de la esperanza, la fe fusilada, las promesas podridas por pérfidos pecados (al menos eso predicaba el papado).

La rutina carcelaria, ironías de esta vida, era más libre y más pura: lavandería y terapia en semanas alternas, sexo esporádico en las duchas, lentejas los viernes, algún canutito de añadidura los domingos. Con eso le bastaba. Maldita la hora en que llegué, Alburquerque.

Aquí hemos votado ya.

Aquí, una ración de croquetas

Croquetas :

Las 12 y ya hay frase, pero esto qué es

Impugno!!

FdC

Al pilón.

Apareció donde no debia. En Albuquerque no querían morteruelo.

---

Albert Pla - Albert Pla Supone A Fonollosa

¿Qué es eso del albaricoque?

Ains  

Bandeja vacía.

FdC.

Los disléxicos también tienen Covid.

Apareció donde no debía. En Albuquerque sirvieron tapas de murciégalo frito.

Venga, hombre. Otro comienzo de sevillana.

Acabo de ver que Alburquerque está en Badajoz. No sabía que Badajoz perteneciese a Estados Unidos.

Nomeko7 escribió:Venga, hombre. Otro comienzo de sevillana.

Leer todo con tono de sevillanas será otro síntoma del Covid. Otro síntoma del Covid será leer todo con tono de sevillanas.

Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Mola ese dato, Rhonda. Soy muy fan de ese conejo

Como reconocimiento a él y a ti, también se acepta Albuquerque, el de USA, con una r menos.

Quizás a alguien le inspire más o prefiera ambientar el relato en un desierto de Nuevo México...

Anda coño, si lo de Nuevo México es Albuquerque. Siempre le había puesto la otra erre.

En Albuquerque dio clases en la universidad durante veinte años Ángel González.

Spoiler:

AtticusFish escribió:En Albuquerque dio clases en la universidad durante veinte años Ángel González.

Spoiler:

Me encanta este poema, gracias por recordarlo.

Buenos días

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Eduardo Montenegro escribió:Aquí pondré croquetas

No va a terminar esto de estar poniendo aquí comida......como si fuerais gente que cree que sus seguidores lo desean.


m

Os recomiendo este hilo.

m

m señor escribió:

Eduardo Montenegro escribió:Aquí pondré croquetas

No va a terminar esto de estar poniendo aquí comida......como si fuerais gente que cree que sus seguidores lo desean.


m

Y que conste que el ganador puede poner lo que quiera.....el resto pasará a ignorados en mi lista.....

m

Me gusta la frase.

Spoiler:

Caso clínico real. Hombre de la sesentena para arriba, refiere que se ha masturbado mucho el pasado martes, comenta que le duele el glande, enrojecimiento y dolor al miccionar. Afebril. Aporta fotografía.

Será covid?

¿Cuánto es mucho?

Gae_Bolg escribió:

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Tenía ya preparado un relato para mandárselo a Eduardo. El protagonista era Teo, el famoso Teo, no el hermano de Van Gogh, el otro. En él explicaba como ya siendo adulto recordaba sus viajes variopintos, sus  educativas aventuras, la volátil y gloriosa vida del niño prodigio, y que ahora era un muñeco roto, ya saben muy a lo Macaulay Culkin. En su último viaje, siendo un deshecho humano, Teo va por última vez a la piscina y se zambulle en el agua, está colocado, y muere imaginando que el fondo de la piscina esta hecho de pequeños fragmentos azules, metanfetamínicas teselas que son testigo de su último viaje.
"Apareció donde no debía, en Albuquerque", era obviamente el principio de la frase, y el título era "Breaking Teo".

Estaba ya a punto de enviarlo, pero se me adelantó Gae. Tendré que pensar en otro viaje para Teo.


Bon dia.

Nuxe escribió:

Gae_Bolg escribió:

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Tenía ya preparado un relato para mandárselo a Eduardo. El protagonista era Teo, el famoso Teo, no el hermano de Van Gogh, el otro. En él explicaba como ya siendo adulto recordaba sus viajes variopintos, sus  educativas aventuras, la volátil y gloriosa vida del niño prodigio, y que ahora era un muñeco roto, ya saben muy a lo Macaulay Culkin. En su último viaje, siendo un deshecho humano, Teo va por última vez a la piscina y se zambulle en el agua, está colocado, y muere imaginando que el fondo de la piscina esta hecho de pequeños fragmentos azules, metanfetamínicas teselas que son testigo de su último viaje.
"Apareció donde no debía, en Albuquerque", era obviamente el principio de la frase, y el título era "Breaking Teo".

Estaba ya a punto de enviarlo, pero se me adelantó Gae. Tendré que pensar en otro viaje para Teo.


Bon dia.

Buenos días.

Por cierto Nuxe, sobre la baja puntuación a tu poesía. No lo veas como algo personal evidentemente.

Yo recuerdo con cariño mi primer rosco en el concurso, y fue presentando un soneto. Con todas las de la ley, no te quiero contar las horas para conseguir el cómputo silábico, incluidas sinalefas y demás, por supuesto, que encajase la frase, y que todo el soneto tuviera un sentido... pues rosco. Y no pasa nada. Quizá un hilo de concurso de micropoesía lo aprecie más...

Pero vamos, que el relato era cojonudo, como todos

salakov escribió:¿Cuánto es mucho?

Nivel, se le cae el rabo a trozos?

Jooo, Albert Pla... in love.

LeChaperonRouge escribió:Caso clínico real. Hombre de la sesentena para arriba, refiere que se ha masturbado mucho el pasado martes, comenta que le duele el glande, enrojecimiento y dolor al miccionar. Afebril. Aporta fotografía.

Será covid?

Será que ha visto una porno.

Nuxe escribió:

Gae_Bolg escribió:

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Tenía ya preparado un relato para mandárselo a Eduardo. El protagonista era Teo, el famoso Teo, no el hermano de Van Gogh, el otro. En él explicaba como ya siendo adulto recordaba sus viajes variopintos, sus  educativas aventuras, la volátil y gloriosa vida del niño prodigio, y que ahora era un muñeco roto, ya saben muy a lo Macaulay Culkin. En su último viaje, siendo un deshecho humano, Teo va por última vez a la piscina y se zambulle en el agua, está colocado, y muere imaginando que el fondo de la piscina esta hecho de pequeños fragmentos azules, metanfetamínicas teselas que son testigo de su último viaje.
"Apareció donde no debía, en Albuquerque", era obviamente el principio de la frase, y el título era "Breaking Teo".

Estaba ya a punto de enviarlo, pero se me adelantó Gae. Tendré que pensar en otro viaje para Teo.


Bon dia.

Nuxe,dejé la serie por ser demasiado larga. Además, adivinaba lo que pasaba.
Te he mandado un privado.

Las frases geográficas montenegrinas acabarán conmigo

Esmeralda escribió:Las frases geográficas montenegrinas acabarán conmigo

Yo tengo buen recuerdo.... gané con la de "tu coño es suiza"

Toro escribió:

Esmeralda escribió:Las frases geográficas montenegrinas acabarán conmigo

Yo tengo buen recuerdo.... gané con la de "tu coño es suiza"

Quiero leer ese relato, Torito.

Ponemos frases complicadas, que no gustan a nadie, para luego introducir cientos de reglas que pueden cambiar la frase a gusto de todos.

El famoso Frasecentrismo.

m señor escribió:

https://www.foroazkenarock.com/t62931-comida-cuqui-fail-el-topic-de-los-horrores-fotogenicos-culinarios?highlight=Comida

Os recomiendo este hilo.

m

Si escribo yo ahí me envían un paquete bomba.

Yo he pasado bastante asco con todas las mierdosas cosas que se han publicado, por todos o algunos, pero me he reído y he seguido el chiste.

¿Se han pillado todas las indirectas? Yo, sí.

No food pictures, no anybody, no nobody, no somebody.

Aurora escribió:

Toro escribió:

Esmeralda escribió:Las frases geográficas montenegrinas acabarán conmigo

Yo tengo buen recuerdo.... gané con la de "tu coño es suiza"

Quiero leer ese relato, Torito.

Fusión de pasiones

Tu coño es Suiza, coronando tus sedosas piernas que ahora son Italia y Francia. Conozco las escarpadas líneas que delimitan cada país tan a fondo como deseaba conocer las tuyas desde que empezó el curso.

Amarga ironía. Obsesionado con la vieja Europa y que una jovencita haga tambalear mi intachable carrera al frente del colegio con esos contornos que intuía bajo tu ropa. Cuanto más imposible era explorar las fronteras de tu piel, más me obsesionaban.

Pero, ¡ah!, «tempus fugit», el curso terminaba y desaparecerías. No podría soportarlo. Pero accediste a venir. Gracias. Mis dos mayores pasiones me acompañareis fundidas. No puedes contestarme, pero mejor así, créeme. Por eso insistí en que apurases toda mi infusión especial.

Ya no te duelen las incisiones del bisturí. Puedo seccionar la piel de tu torso para seguir fijándola en el panel sin remordimientos. Mírate que bella estás. Tus pechos son Polonia y Alemania.

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

Toro escribió:

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

4

Toro escribió:

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

¿Tú tampoco quieres puto tofu?

Aurora escribió:

Nuxe escribió:

Gae_Bolg escribió:

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Tenía ya preparado un relato para mandárselo a Eduardo. El protagonista era Teo, el famoso Teo, no el hermano de Van Gogh, el otro. En él explicaba como ya siendo adulto recordaba sus viajes variopintos, sus  educativas aventuras, la volátil y gloriosa vida del niño prodigio, y que ahora era un muñeco roto, ya saben muy a lo Macaulay Culkin. En su último viaje, siendo un deshecho humano, Teo va por última vez a la piscina y se zambulle en el agua, está colocado, y muere imaginando que el fondo de la piscina esta hecho de pequeños fragmentos azules, metanfetamínicas teselas que son testigo de su último viaje.
"Apareció donde no debía, en Albuquerque", era obviamente el principio de la frase, y el título era "Breaking Teo".

Estaba ya a punto de enviarlo, pero se me adelantó Gae. Tendré que pensar en otro viaje para Teo.


Bon dia.

Nuxe,dejé la serie por ser demasiado larga. Además, adivinaba lo que pasaba.
Te he mandado un privado.

Es de mis series favoritas, creo que deberías darle otra oportunidad.
Ahora estoy viendo la quinta temporada de Better Call Saul.

Volviendo a la frase... lo primero que se me ocurrió: Jesse Pinkman se coge un melocotonazo en Albuquerque y aparece en Alburquerque sin saber cómo carajo ha llegado hasta allí. Las ideas que me vienen son muy poco originales, pero la frase me gusta, creo que va a dar juego.

Autista escribió:

Toro escribió:

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

¿Tú tampoco quieres puto tofu?

No puedo con las pasas...

Ni dátiles, ni higos, pero eso no aparece

Autista escribió:

Toro escribió:

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

¿Tú tampoco quieres puto tofu?

no. yo tampoco quiero esa meirda.

Toro escribió:

Nuxe escribió:

Gae_Bolg escribió:

Rhonda escribió:Alburquerque es dónde tomaba el giro equivocado Bugs Bunny cuando cruzaba EEUU excavando madrigueras.



Bueno, en realidad era Albuquerque, casi.

Bon dia!

Y donde Walter White cocinaba metanfetamina. Ahí hay una historia.

Tenía ya preparado un relato para mandárselo a Eduardo. El protagonista era Teo, el famoso Teo, no el hermano de Van Gogh, el otro. En él explicaba como ya siendo adulto recordaba sus viajes variopintos, sus  educativas aventuras, la volátil y gloriosa vida del niño prodigio, y que ahora era un muñeco roto, ya saben muy a lo Macaulay Culkin. En su último viaje, siendo un deshecho humano, Teo va por última vez a la piscina y se zambulle en el agua, está colocado, y muere imaginando que el fondo de la piscina esta hecho de pequeños fragmentos azules, metanfetamínicas teselas que son testigo de su último viaje.
"Apareció donde no debía, en Albuquerque", era obviamente el principio de la frase, y el título era "Breaking Teo".

Estaba ya a punto de enviarlo, pero se me adelantó Gae. Tendré que pensar en otro viaje para Teo.


Bon dia.

Buenos días.

Por cierto Nuxe, sobre la baja puntuación a tu poesía. No lo veas como algo personal evidentemente.

Yo recuerdo con cariño mi primer rosco en el concurso, y fue presentando un soneto. Con todas las de la ley, no te quiero contar las horas para conseguir el cómputo silábico, incluidas sinalefas y demás, por supuesto, que encajase la frase, y que todo el soneto tuviera un sentido... pues rosco. Y no pasa nada. Quizá un hilo de concurso de micropoesía lo aprecie más...

Pero vamos, que el relato era cojonudo, como todos

yo gané una ronda con un poema adoslecente, presentado fuera de plazo y con doble nick.

Sugar Bug escribió:

Autista escribió:

Toro escribió:

Nomeko7 escribió:

1 puntito por aquí

¿Tú tampoco quieres puto tofu?

no. yo tampoco quiero esa meirda.

Yo en esto saco un rosco. Me lo como todo, soy un tragaldabas.
Mira, aldabas nunca he comido. ¿Estarán ricas? Con mayonesa seguro que sí.

¿Por qué está dos veces el apio?