RONDA 9.11 DEL HABITUAL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE FOROAZKENA

Muy buenos días. La frase para esta ronda es:

Uno acaba acostumbrándose a todo...


La frase no cuenta para las 150 palabras.
Fin de recepción de relatos: miércoles a las 00:00.
Cierre de votaciones: jueves a las 21:00, aunque agradecería mucho si pudierais votar antes.



No tenía ni idea de qué imagen poner para la ronda, así que he escogido una de Buster Keaton, que siempre hace bonito.

Como tampoco debe resultar fácil encontrar canciones que guarden relación con la frase, os propongo, si os apetece, que colguéis vídeos musicales que os hayan llamado la atención por su originalidad. Sorprendednos   .

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

1. Pensamientos

Uno acaba acostumbrándose a todo, incluso al sinsabor de la más proterva existencia. Pestañeas cien mil veces y la miseria no se aleja, ni aunque la invites a marcharse. Pesadillas que te visitan de noche para recordarte que estás acabado, que nada tiene sentido y que todos tus propósitos caducaron tiempo atrás. Te sientes abatido, aliquebrado, y no deseas otra cosa que permanecer bajo las sábanas de la desazón. Es entonces cuando escuchas ese acetato de Juan Gabriel  —sí, ese que incluye “Te lo pido por favor” — y regresas a ti. Te emperifollas, vistes tus mejores galas, empolvas ese rostro que una vez brilló bajo las luces. Vuelves a recordar cuando la noche era tuya. Te incrustas esas bellas braguitas rosadas, encajas tus negros botines en tus baldados pies. La música suena, eres feliz de nuevo —aunque sea por un segundo—. Y sales de casa deseando no regresar jamás.

***

2. Conformismo

Uno acaba acostumbrándose a todo. No me importaba trabajar doce horas cobrando ocho porque con ese sueldo podíamos vivir. No me importaba que mi esposa se acostara con el vecino porque al final del día dormía conmigo. No me importaba que se mofasen de mí por no tener carnet de conducir porque de Lugo no iba a salir. No me importaba no tener hijos porque trastocarían mi modo de vida...

Y ahora ya no esta mi mujer, pero supongo que me acostumbraré y no me importará, aunque este porqué aún no lo conozco.

***

3. Mejor solo…

Uno acaba acostumbrándose a todo. Lo descubrí al poco de heredar la casa de mi madre. Al principio un halo de tristeza embargaba el lugar, nunca había sentido tanta soledad en la casa de mi infancia. Pero todo eso acabó rápido, cuando comenzaron las apariciones.
Una noche haciendo zapping descubrí que no estaba solo en el sofá.
—¿Pero qué mierda es ésta? ¿Por qué tenemos que ver un programa de cotilleos?
Di un bote en el asiento.
—Y deja de hacer tanto zapping, que no me entero de nada —dijo una segunda señora.
Cuando cocinaba, un jurado de Masterchef fantasmal parecía evaluarme.
—Desde luego, vaya pinta más asquerosa tienen esos huevos. No me extraña que estés soltero.
La paciencia empezaba a agotárseme. Incluso en la ducha me observaban.
—Qué pequeña la tiene.
El vaso se colmó una noche, haciéndome una paja.
—¿Qué coño estás haciendo?
—Hola, mamá. ¿Qué tal las cosas por el otro lado?

***

4. Acostumbrismo

Uno acaba acostumbrándose a todo, excepto a uno mismo.
Kico era hijo de uno de los ricos del pueblo. No terminaba de acostumbrarse a ser tan anormal —alguien debería estudiar si ese nombre tiene alguna maldición—. Resultó que todos y cada uno de los días, durante una buena temporada, arrinconaba a Adelina, que hacía las labores en su casa. Y todos los días de esa temporada la violaba sin miramiento ni remordimiento alguno. Ella terminó por acostumbrarse. No así su cuerpo.
Se acostumbró a violarla pero no a hacerse responsable de las consecuencias.
El tío de Adelina terminó en una cuneta por pedir responsabilidades.
La gente se acostumbró a decir que lo habían matado por rojo.
Y hoy, aun sabiendo los hechos, sus descendientes no quieren reconocer la verdad, porque tener un rojo fusilado en la familia viste mucho.
Así que me toca ser el producto de un devaneo de mi madre.
No me acostumbro.

***

5. Lo normal

Uno acaba acostumbrándose a todo, qué remedio. Que mi hermano Vicente levitase cada noche cuando salía la carta de ajuste era algo que teníamos asumido. Lo hacía desde que entró en BUP y siempre pensamos que era cosa de las hormonas. Cuando hace seis meses empezó también a hablar en arameo, lo aceptamos porque es familia y le queremos, pero a todos nos pareció excesivo. El numerito de la lengua de fuego brotándole de la cabeza de la semana pasada fue la gota que colmó el vaso. Estuvimos de acuerdo en que la cosa pasaba ya de castaño oscuro y decidimos tomar medidas.
El mal trago que pasamos con el exorcista no se lo deseo a nadie, pero qué gusto da escucharlo ahora en la sobremesa, después de cenar, comentando la chilena de Hugo Sánchez o los botes a cámara lenta de la teta de Sabrina. Vamos, lo normal.

***

6. Casa encantada

Uno acaba acostumbrándose a todo. Los portazos, las luces parpadeando, los pasos resonando en la escalera o los gritos retumbando en la noche ya no me aterraban. Primero pasaron a ser una molestia tolerable, luego dejé de prestarles atención. Llevaba semanas sin percibirlos cuando la vi. Era rubia y tenía la piel como lacada, de un blanco nuclear. Brillaba como la luna en la penumbra de la habitación. Quise tocarla, pero mis manos atravesaron su cuerpo, que se desintegró al instante. Intenté darle sentido a lo ocurrido. ¿Una trampa visual del subconsciente? ¿Una alucinación causada por algún trauma que afloraba desde mi memoria remota? Estaba absorto en esos pensamientos cuando una mano acarició mi espalda. Me giré y ahí estaba, frente a mí, con la cabeza ladeada adoptando un ángulo imposible, los ojos girando rabiosamente en sus órbitas, la boca exageradamente abierta.
Lanzó un alarido.
Su aliento tenía el olor dulce y acre del éter.

***

7. Pequeñas molestias sin importancia

Uno acaba acostumbrándose a todo, me repetía sin conseguirlo. Observaba aquellos pequeños puntos negros tratando de huir cada vez que fijaba la vista en ellos. Nada grave, —diagnosticó el oculista— simples miodesopsias, comúnmente conocidas como moscas volantes, se acostumbrará. Nunca lo hice. Obsesionado, veía crecer aquellas moscas y, lo que es peor, empezaron a definirse. Cuando no volaban podía distinguir sus cabezas, los abdómenes curvados, las alas y sus peludas patas. Estaban dentro de mí, debía quitármelas; busqué bajo el fregadero y vacié aquel potente insecticida en mis ojos. En el hospital alegué un accidente, confesar la verdad sería ser tomado por loco. Pagué un alto precio, ceguera irreversible, pero finalmente había conseguido acabar con ellas. Días después, todavía ingresado, empecé a sentir un zumbido en los oídos. Me hicieron pruebas. Sólo son acúfenos —me informó el otorrino—, molestos pero muy comunes y carentes de importancia, se acostumbrará. No lo creí. Se habían trasladado allí.

***

8. Las dicotiledóneas

Uno acaba acostumbrándose a todo, pero esas dos hermanas siempre fueron fuente de desasosiego. Inseparables cotillas, los hombros juntos como gemelas siamesas, despellejaban con lengua viperina las miserias del pueblo. Nadie sabía cómo lograban enterarse de cada cotilleo, de cada confidencia, de cada coyunda, pero enterarse se enteraban. «Le comiste la polla a Paco», escupieron a vuelapluma a Isadora, la cual debió abandonar el municipio. «Sabemos dónde enterraste al alcalde republicano», amedrentaban cada día al farmacéutico. Viejas malignas, eternas amortajadas de negro, los paisanos rehuíamos su contacto, si bien espantábamos nuestro miedo con bromas. Las dicotiledóneas, las llamábamos, no sabíamos muy bien por qué. Cómo nos reíamos. Más tarde, eso sí, cambiábamos de acera si topábamos con sus ojos de asadura. Daban miedo aquellas dos hermanas oscuras, mirada de caimán y olor a pis, musitando secretos en un idioma propio de mimimis como aquel monstruo bicéfalo de Barrio Sésamo que no lograba curar el hipo.

***

9. Reescritura

“Uno acaba acostumbrándose a todo”, escribió en su cuaderno. Había decidido contar toda su historia, empezando por lo más inocente y terminando por lo más grave. Hablaría del niño que robaba golosinas durante el recreo, hasta llegar a aquel adulto que, con capucha negra e impregnado del viscoso y pegajoso olor a sangre, escapaba de la escena del crimen.

Había aprendido a usar todas las herramientas para poder contarlo todo. Usar la segunda persona, sin emitir ningún juicio, o utilizar un estilo impersonal, porque uno necesita tomar cierta distancia para poder hablar de sí mismo cuando “uno” es como él.

Cuando tuvo todo escrito, lo leyó y lo releyó. Reescribió ciertas partes, aportando más detalle, y añadió más capítulos a su historia. Tras cada relectura y reescritura, regresaba a la primera página y sonreía, cada vez de forma más sarcástica, al tropezarse con aquella gran verdad: “Uno acaba acostumbrándose a todo”.

***

10. Tristes guerras

Uno acaba acostumbrándose a todo, al hambre, a las bombas y hasta a la muerte. La franja de Gaza se ha convertido en un infierno terrenal. Paso el día haciendo cola para conseguir con suerte un pedazo de pan que apenas alcanza para dar de comer a mi familia. Entretanto, escucho detonaciones incesantes acompañadas de gritos y lloros. Después, el silencio. A esto también nos hemos acostumbrado. Rezo porque paren, rezo por los amigos y familiares sepultados entre escombros, rezo por mis hijos que son todo lo que me queda. Mi dolor permanece enterrado bajo las ruinas. ¡Qué dios puede permitir esto!. Maldigo su indiferencia. Esa misma impasibilidad traspasa fronteras. Mientras nosotros morimos, el mundo continua insensibilizado. La anestesia como hábito occidental. Procuraré sobrevivir como acto de rebeldía. Mañana tras los muros permanecerán cegados y yo trataré de conseguir migajas.

***

11. Rebel, rebel

Uno acaba acostumbrándose a todo, pero tanta lluvia llegó a desquiciarle. Se echó a la calle sin impermeable ni paraguas, en mangas de camisa y pantuflas. Decidió, improvisando, que se comportaría como si no estuviese lloviendo. Con la ropa hecha un pingajo y no digamos las pantuflas, entró en El Atrevido a bajarse unas cañas. Los parroquianos se descojonaban de risa en sus narices, para eso estaban lo vecinos, pero no dejaban de notar un visaje de determinación en su rostro. Ya le ha dado un aire, decía sin embargo el borrachín de turno, al que ofreció amablemente un par de hostias. El dueño llevaba un rato a su alrededor, ocupado con la fregona, pero no tenía mucho más que hacer. Y así fue transcurriendo la mañana en aquel rincón perdido de un pueblo aún más perdido en el que no había parado de llover en mes y medio.

***

12. Condena eterna

Uno acaba acostumbrándose a todo menos a una cosa. Ya puedes tener la vida más tortuosa.
Si tienes que vivir en cuarenta metros, te acostumbras.
Si hay que trabajar después de clases para ayudar en casa, te habitúas.
Si con dos hijos hay que mantenerse con el salario mínimo, lo haces, incluso consiguiendo momentos de sonrisas.
Pero a nuestra condena es imposible acostumbrarse, seas rico o pobre, vivas en una buhardilla o una casona con piscina. Al paso del tiempo no nos acostumbramos nunca.
A caer enfermos de nostalgia no nos hacemos inmunes, a desear que un momento maravilloso dure para siempre no renunciamos.
Emocionarnos tocando a nuestros cercanos intensamente en el ocaso de nuestras vidas, con la duda de si será la última y la certidumbre de que a lo sumo quedan pocas, siempre será doloroso.
Como saber que el momento de tu fin está más cerca que cuando comenzaste a leer este relato.

***

13. Nuevos oficios y sus problemillas

Uno acaba acostumbrándose a todo, aunque al principio fue duro. No pensé que mi cuerpo pudiera aguantar tanto cambio constante de las condiciones ambientales. Cada planeta en el que he trabajado tenía una composición atmosférica distinta: un pequeño cambio del porcentaje de oxígeno me producía dolorosas migrañas, o unas horribles agujetas provocadas por un pequeño paseo a una gravedad distinta a la acostumbrada… Pero gracias a los avances del Departamento de Investigación de la Agencia Espacial, los neoexploradores podemos trabajar a gusto. En estos años han ido aportando soluciones, como un traje ultraligero y adaptable a cada cuerpo, o unas botas auto-regulables a la gravedad.

Pero a lo que uno no se acostumbra cuando aterrizamos en un nuevo exoplaneta es a los distintos animales que podemos encontrar. Ahora mismo estoy huyendo de una especie de tiranosaurio, y el maldito regulador de las botas funciona como el culo… parezco Super Mario Bros dando saltitos al ralentí.

***

14. Aprendizaje pavloviano

Uno acaba acostumbrándose a todo, incluso a relatos de Ablanedo.

***

15. Lunes, otra vez

Una acaba de acostumbrarse a todo, después del festival, el dolor de garganta era como alfileres para ella, la resaca vino, para no marchar; le dolían los pies, las rodillas y los lumbares, recordó un costalazo que se dio al tirarse del escenario al público, ¡cómo se apartaron los cabrones!.
La fiebre le impedía abrir los ojos y no tenía fuerza para levantarse a por agua.
Iba a morir sola y sedienta.
De repente su madre irrumpió en la habitación recordándole que tenía que ir al instituto.
No le gustaba ser profesora.

***

16. Adaptación a la vida

Una acaba acostumbrándose a todo, contestaba resignadamente mi abuela a las preguntas de cómo vivías con el racionamiento, con tantos hijos, cuando te quedaste viuda. Y seguía con sus quehaceres. Mi madre era igual: un cáncer le llevó la pierna izquierda, sin impedirle llevar su casa, cantar, y hasta bailar. Así que cuando me empezó a brotar plumaje por los brazos, señales de una adolescencia tan precoz como extraña, no se espantaron. La tata me peinaba las plumillas nuevas, mi madre explicaba a las vecinas que así iba abrigada al colegio, sin ponerme chaqueta. A los 25 no me cabían las alas en nuestro minúsculo piso y todos se reían cuando salía, así que mi madre dijo: “debes volar”. Subimos al terrado al día siguiente, y entre tendales de monos de trabajo y calcetines viejos extendí mis alas de cóndor, y volé fácilmente sobre los tejados, mientras me decían adiós.

***

17. Ni dormido ni durmiendo

Uno acaba acostumbrándose a todo. Como el burro del gitano, que cuando se acostumbró a no comer se murió, yo me había acostumbrado a la vigilia, llevaba tanto tiempo de insomnio que ya ni recordaba la sensación de descanso, el desasosiego era mi estado natural. Nada me funcionaba, había probado con ejercicio, técnicas de relajación, drogas… nada servía. Había perdido la cuenta de las ovejas; renegaba del 4-7-8; paseaba arriba y abajo observando el veteado de las paredes y alguna grieta que amenazaba con agrandarse en el techo del salón. O eso creía yo, que resulta que estoy muerto. “Tanta paz lleves como descanso dejas”, le he oído decir a mi mujer al otro lado de la puerta. Pues va a ser esto el panteón familiar y no el alicatado de mármol nuevo. Anda, que vaya cabeza tengo. O tenía. Al menos podían haberme cerrado los ojos, o dejarme tabaco. Descanso eterno mis cojones.

No es Canadá, pero se le da un aire.

'Canadá' es también una obra maestra de Richard Ford.

Nomeko7 escribió:'Canadá' es también una obra maestra de Richard Ford.

Me la apunto. Yo me he empezado De bestias y aves, el de Pilar Adón que le han dado ahora el Premio Nacional de narrativa, a ver qué tal.

Me gusta.

Nomeko7 escribió:'Canadá' es también una obra maestra de Richard Ford.

Así es. De hecho, creo que es la única suya que he leído que me ha gustado más que mucho.

Gran frase, vale para todo. Para la imaginación y también calzador friendly.

¿Quien dice uno dice una? Por no ser falocentristas.

Zzzz escribió:Gran frase, vale para todo. Para la imaginación y también calzador friendly.

Estaremos ojo avizor con los calzadores

A mí tu frase de la ronda anterior me vino al pelo. Por una minusvalía de nacimiento (bueno, en realidad me jodieron los médicos durante el parto), tengo unos andares de lo más extraños. En el colegio y en el instituto he sido llamado Mongo (por mongolo, obviamente), Patachicle y Engañabaldosas, entre otras cosas. Por si fuera poco, las Matemáticas siempre se me dieron como el culo.

Zzzz escribió:¿Quien dice uno dice una? Por no ser falocentristas.

Faltaría más.

Quien dice uno o dice una dice también une.

Nomeko7 escribió:Quien dice uno o dice una dice también une.

Especialmente une. Uno/una/une debe adaptarse siempre al espíritu de los tiempos.

AtticusFish escribió:

Zzzz escribió:Gran frase, vale para todo. Para la imaginación y también calzador friendly.

Estaremos ojo avizor con los calzadores

A mí tu frase de la ronda anterior me vino al pelo. Por una minusvalía de nacimiento (bueno, en realidad me jodieron los médicos durante el parto), tengo unos andares de lo más extraños. En el colegio y en el instituto he sido llamado Mongo (por mongolo, obviamente), Patachicle y Engañabaldosas, entre otras cosas. Por si fuera poco, las Matemáticas siempre se me dieron como el culo.

Nosotros teníamos una pareja de lameculos en el trabajo a quienes llamábamos Mongo y Lito.

En nuestro descargo diré que se lo merecían.

salakov escribió:

AtticusFish escribió:

Zzzz escribió:Gran frase, vale para todo. Para la imaginación y también calzador friendly.

Estaremos ojo avizor con los calzadores

A mí tu frase de la ronda anterior me vino al pelo. Por una minusvalía de nacimiento (bueno, en realidad me jodieron los médicos durante el parto), tengo unos andares de lo más extraños. En el colegio y en el instituto he sido llamado Mongo (por mongolo, obviamente), Patachicle y Engañabaldosas, entre otras cosas. Por si fuera poco, las Matemáticas siempre se me dieron como el culo.

Nosotros teníamos una pareja de lameculos en el trabajo a quienes llamábamos Mongo y Lito.

En nuestro descargo diré que se lo merecían.

¡Qué cabrones!

Cabeceras actualizadas!!!

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

AtticusFish escribió:

Zzzz escribió:Gran frase, vale para todo. Para la imaginación y también calzador friendly.

Estaremos ojo avizor con los calzadores

A mí tu frase de la ronda anterior me vino al pelo. Por una minusvalía de nacimiento (bueno, en realidad me jodieron los médicos durante el parto), tengo unos andares de lo más extraños. En el colegio y en el instituto he sido llamado Mongo (por mongolo, obviamente), Patachicle y Engañabaldosas, entre otras cosas. Por si fuera poco, las Matemáticas siempre se me dieron como el culo.

Pero y andabas como el caballo?

Y lo de las ecuaciones??

Cuenta cuenta!!!

Me despisto un momento y nos llegan los dos primeros relatos de la semana.

1. Pensamientos

Uno acaba acostumbrándose a todo, incluso al sinsabor de la más proterva existencia. Pestañeas cien mil veces y la miseria no se aleja, ni aunque la invites a marcharse. Pesadillas que te visitan de noche para recordarte que estás acabado, que nada tiene sentido y que todos tus propósitos caducaron tiempo atrás. Te sientes abatido, aliquebrado, y no deseas otra cosa que permanecer bajo las sábanas de la desazón. Es entonces cuando escuchas ese acetato de Juan Gabriel  —sí, ese que incluye “Te lo pido por favor” — y regresas a ti. Te emperifollas, vistes tus mejores galas, empolvas ese rostro que una vez brilló bajo las luces. Vuelves a recordar cuando la noche era tuya. Te incrustas esas bellas braguitas rosadas, encajas tus negros botines en tus baldados pies. La música suena, eres feliz de nuevo —aunque sea por un segundo—. Y sales de casa deseando no regresar jamás.

***

2. Conformismo

Uno acaba acostumbrándose a todo. No me importaba trabajar doce horas cobrando ocho porque con ese sueldo podíamos vivir. No me importaba que mi esposa se acostara con el vecino porque al final del día dormía conmigo. No me importaba que se mofasen de mí por no tener carnet de conducir porque de Lugo no iba a salir. No me importaba no tener hijos porque trastocarían mi modo de vida...

Y ahora ya no esta mi mujer, pero supongo que me acostumbraré y no me importará, aunque este porqué aún no lo conozco.

Toro escribió:Cabeceras actualizadas!!!

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

Muchísimas gracias por la actualización, Toro.

Qué buenas frases estas semanas

DON escribió:Qué buenas frases estas semanas

De las que dan ganas de escribir un relato ¿verdad?

Hoy, en Cuenca, tocan El Capitán Elefante.

¡Cuenquinos, no os los perdáis!

Zzzz escribió:

DON escribió:Qué buenas frases estas semanas

De las que dan ganas de escribir un relato ¿verdad?

Aunque sea fuera de concurso DON



m

La frase es un "engañabobos". Uno se resigna, no se acostumbra.

Spoiler:

No quiero dejar de contestarte.....nada...ya hay relatos aquí....ya está esto lanzado y no quiero que se embarre.....que és lo que quería poner ayer.

Utilizaré el hilo del veladuo para poner los relatos de la ronda de mecenas.....y pondremos por aquí....el enlace para que paséis a leer y votar, si queréis.

Un abrazo.

m

Aurora escribió:La frase es un "engañabobos". Uno se resigna, no se acostumbra.

No, no es cierto. Yo veo una pelusa en casa y pienso "anda, una pelusa, ahora la barro". Luego me ocurre algo y se me olvida hasta que la vuelvo a ver y pienso "ahora sí que sí, que si no, se me olvida" y se me olvida. Al final me acostumbro a ver la pelusa y ya no la veo, forma parte de la casa, resulta invisible a mis ojos.

Donde digo pelusa puedo decir calcetín de los niños o destornillador tirado en el suelo. Me ha llegado a pasar hasta con una cómoda en medio del salón. Es un déficit que tengo y que creo que bastantes hombres también. No lo hacemos por maldad, lo hacemos por invisibilidad.

Zzzz escribió:

DON escribió:Qué buenas frases estas semanas

De las que dan ganas de escribir un relato ¿verdad?

Y tanto

m señor escribió:

Zzzz escribió:

DON escribió:Qué buenas frases estas semanas

De las que dan ganas de escribir un relato ¿verdad?

Aunque sea fuera de concurso DON



m

Gracias

Zzzz escribió:

Aurora escribió:La frase es un "engañabobos". Uno se resigna, no se acostumbra.

No, no es cierto. Yo veo una pelusa en casa y pienso "anda, una pelusa, ahora la barro". Luego me ocurre algo y se me olvida hasta que la vuelvo a ver y pienso "ahora sí que sí, que si no, se me olvida" y se me olvida. Al final me acostumbro a ver la pelusa y ya no la veo, forma parte de la casa, resulta invisible a mis ojos.

Donde digo pelusa puedo decir calcetín de los niños o destornillador tirado en el suelo. Me ha llegado a pasar hasta con una cómoda en medio del salón. Es un déficit que tengo y que creo que bastantes hombres también. No lo hacemos por maldad, lo hacemos por invisibilidad.

A mí también me pasa, lo mejor es invitar gente a casa y ves todo lo que se ha transformado en decorado, zapatos, bolsos, etc.

Esmeralda escribió:

Zzzz escribió:

Aurora escribió:La frase es un "engañabobos". Uno se resigna, no se acostumbra.

No, no es cierto. Yo veo una pelusa en casa y pienso "anda, una pelusa, ahora la barro". Luego me ocurre algo y se me olvida hasta que la vuelvo a ver y pienso "ahora sí que sí, que si no, se me olvida" y se me olvida. Al final me acostumbro a ver la pelusa y ya no la veo, forma parte de la casa, resulta invisible a mis ojos.

Donde digo pelusa puedo decir calcetín de los niños o destornillador tirado en el suelo. Me ha llegado a pasar hasta con una cómoda en medio del salón. Es un déficit que tengo y que creo que bastantes hombres también. No lo hacemos por maldad, lo hacemos por invisibilidad.

 

A mí también me pasa, lo mejor es invitar gente a casa y ves todo lo que se ha transformado en decorado, zapatos, bolsos,  etc.

Aquí no pasa.....aunque hemos quitado cosas que estorban.....para podernos sentar.

m

Aurora escribió:

Menudo temazo

m señor escribió:

Spoiler:

No quiero dejar de contestarte.....nada...ya hay relatos aquí....ya está esto lanzado y no quiero que se embarre.....que és lo que quería poner ayer.

Utilizaré el hilo del veladuo para poner los relatos de la ronda de mecenas.....y pondremos por aquí....el enlace para que paséis a leer y votar, si queréis.

Un abrazo.

m

Como tú prefieras, m. Si quieres hacerlo en este, eres bienvenido a hacerlo, es solo que no entendía muy bien lo que querías hacer. Un abrazo.

Pues, Telma y Louise, ya salen, todo emperi-folladas, ajustadas y maquilladas para el Veladúo.
Es como si fuese nuestra primera vez en Pucela.

Hank escribió:

Aurora escribió:

Menudo temazo

¡Por fin es viernes!

Aquí te descuidas y te cuelgan dos relatos un viernes.

Malditos eyaculadores precoces.

He estado unos días bastante liado, pero fui capaz de votar ayer y seguir la gala más o menos. Aquí seguimos al pie del cañón otra semana más

Gran frase, a por la semana

Ainsss

salakov escribió:Aquí te descuidas y te cuelgan dos relatos un viernes.

Malditos eyaculadores precoces.

Sé que no es el asunto, pero leí el relato que ganó aquel concurso y que publicaste la ronda pasada. No sé. Me pareció muy flojo. Yo ni lo hubiera puntuado aquí ¿Suele ser ese el nivel de los escritos?

DON escribió:

salakov escribió:Aquí te descuidas y te cuelgan dos relatos un viernes.

Malditos eyaculadores precoces.

Sé que no es el asunto, pero leí el relato que ganó aquel concurso y que publicaste la ronda pasada. No sé. Me pareció muy flojo. Yo ni lo hubiera puntuado aquí ¿Suele ser ese el nivel de los escritos?

Te contesto yo, que también me presento a veces a concursos, mientras Sala te da su opinión. Es muy normal ver ganadores de concursos con ese nivel. Yo creo que el problema no es tanto que estén amañados (que también ocurre a veces) como que los jurados no tienen ni puñetera idea. Te cuelgo aquí el microrrelato ganador de otro concurso que se falló hace poco para que juzgues por ti mismo (se presentaron cientos de micros y ganó este).

Bella perspectiva

Cactus no estaba concentrado en el beso que Rosa le estaba dando. La sorpresa de lo inesperado le hacía preguntarse si lo que durante tanto tiempo había deseado estaba ocurriendo realmente.
Ella, con su esbelta figura, tez rosada y admirada belleza, le besaba a él, de afilado y puntiagudo vello que cubría su amorfo cuerpo.
— ¿Cómo alguien tan bella como tú ha podido fijarse en un tipo como yo? — preguntó Cactus con sinceridad.
— Es curioso... estaba a punto de hacerte la misma pregunta — respondió Rosa del mismo modo.

AtticusFish escribió:

DON escribió:

salakov escribió:Aquí te descuidas y te cuelgan dos relatos un viernes.

Malditos eyaculadores precoces.

Sé que no es el asunto, pero leí el relato que ganó aquel concurso y que publicaste la ronda pasada. No sé. Me pareció muy flojo. Yo ni lo hubiera puntuado aquí ¿Suele ser ese el nivel de los escritos?

Te contesto yo, que también me presento a veces a concursos, mientras Sala te da su opinión. Es muy normal ver ganadores de concursos con ese nivel. Yo creo que el problema no es tanto que estén amañados (que también ocurre a veces) como que los jurados no tienen ni puñetera idea. Te cuelgo aquí el microrrelato ganador de otro concurso que se falló hace poco para que juzgues por ti mismo (se presentaron cientos de micros y ganó este).

Bella perspectiva

Cactus no estaba concentrado en el beso que Rosa le estaba dando. La sorpresa de lo inesperado le hacía preguntarse si lo que durante tanto tiempo había deseado estaba ocurriendo realmente.
Ella, con su esbelta figura, tez rosada y admirada belleza, le besaba a él, de afilado y puntiagudo vello que cubría su amorfo cuerpo.
— ¿Cómo alguien tan bella como tú ha podido fijarse en un tipo como yo? — preguntó Cactus con sinceridad.
— Es curioso... estaba a punto de hacerte la misma pregunta — respondió Rosa del mismo modo.

Gracias Attik. Yo es que nunca presenté nada a ningún concurso, excepto aquí. Lo mío es una afición tardía, pero ahora, por una serie de circunstancias, voy a disponer de tiempo y tengo curiosidad, y ganas. He pensado elegir un certamen desde el hilo que tiene Salakov, o directamente que me aconsejes tú o él, alguno para empezar y probar.

¡Gracias!

A mí el relato de Atticus me gusta, y le habría dado puntos aquí; el de Salakov en cambio me pareció muy flojo.
Supongo que pensamos que los jurados de esos concursos votan mal porque sus gustos no coinciden con los nuestros.
Pasa lo mismo con los relatos que publicamos aquí.

DON escribió:

AtticusFish escribió:

DON escribió:

salakov escribió:Aquí te descuidas y te cuelgan dos relatos un viernes.

Malditos eyaculadores precoces.

Sé que no es el asunto, pero leí el relato que ganó aquel concurso y que publicaste la ronda pasada. No sé. Me pareció muy flojo. Yo ni lo hubiera puntuado aquí ¿Suele ser ese el nivel de los escritos?

Te contesto yo, que también me presento a veces a concursos, mientras Sala te da su opinión. Es muy normal ver ganadores de concursos con ese nivel. Yo creo que el problema no es tanto que estén amañados (que también ocurre a veces) como que los jurados no tienen ni puñetera idea. Te cuelgo aquí el microrrelato ganador de otro concurso que se falló hace poco para que juzgues por ti mismo (se presentaron cientos de micros y ganó este).

Bella perspectiva

Cactus no estaba concentrado en el beso que Rosa le estaba dando. La sorpresa de lo inesperado le hacía preguntarse si lo que durante tanto tiempo había deseado estaba ocurriendo realmente.
Ella, con su esbelta figura, tez rosada y admirada belleza, le besaba a él, de afilado y puntiagudo vello que cubría su amorfo cuerpo.
— ¿Cómo alguien tan bella como tú ha podido fijarse en un tipo como yo? — preguntó Cactus con sinceridad.
— Es curioso... estaba a punto de hacerte la misma pregunta — respondió Rosa del mismo modo.

Gracias Attik. Yo es que nunca presenté nada a ningún concurso, excepto aquí. Lo mío es una afición tardía, pero ahora, por una serie de circunstancias, voy a disponer de tiempo y tengo curiosidad, y ganas. He pensado elegir un certamen desde el hilo que tiene Salakov, o directamente que me aconsejes tú o él, alguno para empezar y probar.

¡Gracias!

es la página donde miro siempre los concursos, está muy bien organizada, por géneros y por plazo límite de envío.

tiene un concurso de micros anual (con finalistas mensuales) y un jurado con criterio (algunos de los que escogen me gustan más, otros menos, pero no suelen coger relatos flagrantemente malos).

Mucha suerte con los concursos y no te frustres si tu relato te parece mejor que el ganador, suele pasar .

A mí ambos relatos me parecen muy flojos. Pueriles, sin gracia alguna. No hubiese votado aquí ninguno. Y aunque es cierto que todo depende del gusto del votante, hay cosas que aunque no sean de mi gusto sé que son buenas y otras que aunque sí lo sean sé que no lo son tanto. Aquí voto por gusto, pero uno pensaría que en un concurso de esos se vota la calidad.

Yo no creo que participe nunca, porque lo único que me motiva es la diversión.

Gae_Bolg escribió:A mí el relato de Atticus me gusta, y le habría dado puntos aquí; el de Salakov en cambio me pareció muy flojo.
Supongo que pensamos que los jurados de esos concursos votan mal porque sus gustos no coinciden con los nuestros.
Pasa lo mismo con los relatos que publicamos aquí.

No creo que se trate solo de una cuestión de gustos diferentes. Hay relatos que están objetivamente mal escritos (adjetivación superflua, puntuación errática, falta de ritmo, de originalidad, incluso faltas de ortografía) y ganan concursos. No sé, creo que se puede afirmar que Borges es mejor escritor que Javier Castillo, aunque hoy en día haya mucha más gente a la que le guste el segundo que el primero. Una cosa son los gustos y otra la calidad de un escrito.

¿Y has leído el resto de relatos? Porque supongo que ninguno tendrá el nivel de los de Borges. Supongo que a veces tienes que votar al menos malo y ya, aunque a mí ese no me desagrada.
Ahora que veo que hay premios de miles de euros, me estoy planteando mandar uno de los relatos que he escrito aquí, a ver qué pasa. Pero supongo que tendría que borrarlo del hilo, ¿no? Que igual buscan en Google y piensan que lo he copiado.

Gae_Bolg escribió:¿Y has leído el resto de relatos? Porque supongo que ninguno tendrá el nivel de los de Borges. Supongo que a veces tienes que votar al menos malo y ya, aunque a mí ese no me desagrada.
Ahora que veo que hay premios de miles de euros, me estoy planteando mandar uno de los relatos que he escrito aquí, a ver qué pasa. Pero supongo que tendría que borrarlo del hilo, ¿no? Que igual buscan en Google y piensan que lo he copiado.

No te preocupes, hazte un Lucía Etxebarría.

Yo creo que con modificar ligeramente el relato no habrá mayor problema por lo que cuentan los concursantes habituales.