Música francesa e italiana, no sólo de rock vive el hombre...

Spoiler:

Tienen treinta años y, nos dice Society que les dedica un largo reportaje este mes, son uno de los pocos grupos franceses que han conseguido hacerse un hueco en el tablero musical mundial. Para los Inrocks, su universo es el de los amores post-apocalípticos, infidelidades conyugales, ambientes turbios, falsamente ingenuos. Ellos mismos dicen oscilar entre el Velvet Underground y Les Inconnus.
Yeyés decadentes adornados con sintetizadores ochenteros, nuevos bardos de la música mundial, encarnan junto a Catastrophe y algunos otros, la renovación de un pop francés en tiempos de apocalipsis.

Más allá del puñado de artistas italianos que gozan de gran popularidad en Francia, una multitud de pepitas musicales queda por descubrir y es el proyecto de Buongiorno Pop. En el menú de esta antología, cien álbumes - históricos, olvidados, subestimados, del underground... - agrupados bajo el denominador pop, un formato que agrupa tanto el rock'n'roll (Adriano Celentano), el prog (Nino Ferrer), el jazz (Paolo Conte), el disco (Raffaella Carrà), la new wave (Litfiba) o el rap (Jovanotti), desde los pioneros de los años sesenta a la alegre escena indie actual (Andrea Laszlo De Simone). A lo largo de las crónicas, algunos aspectos históricos se han puesto especialmente de relieve, como el importante papel de la contracultura o el de las mujeres (Patty Pravo). El resultado es una guía para viajar en la Italia de los últimos sesenta años a través de su música.