Si has visto el horror no necesitas contarlo (rollo maniac on)

Si has visto el horror no necesitas contarlo.




Recobró débilmente la consciencia, aun no estaba preparado para abrir los ojos. Tenia miedo y al menos eso era una señal inequívoca de estar vivo. Al intentar mover la cabeza notó crujir cada milímetro de su cuello, fue difícil levantar la neblinosa vista, su garganta parecía atascarse con cada inspiración de aire y la lengua habia permutado en un millón de alfileres en su boca. Estaba atado a lo que intuía era una silla.
Poco a poco iba desapareciendo la niebla de sus ojos para dar paso a una visión que le dejó perplejo.
Un tipo de unos 30 años, gordo, con pelo grasiento y un atuendo digno del mas trasnochado animador de fiestas para niños de los ochenta le observaba cabizbajo mientras comía de una bolsa transparente como las que hay en tiendas de gominolas, esta contenía algún tipo de gominola viscosa.
Era la hora de formular la pregunta del millón, pero al separar los labios una bocanada de sangre le bañó las piernas. La repuesta del sujeto que se encontraba ante él fue acelerar la ingesta de gominolas al tiempo que gimoteaba, entonces habló.

- No creo que puedas decir nada- afirmó, casi atragantándose , con el sentimiento de culpa de un niño de ocho años después de acometer la trastada de su vida.

Aun así intentó decirle quien cojones era él para tenerlo atado pero el dolor de mil avispas picándole en la garganta le atenazó una vez mas. El gordo cabrón prosiguió con su arrítmico discurso.

- No vas a decir nada nunca mas-sentenció- te he cortado la lengua- como quien explica porqué sale el sol.

En ese momento dedujo el porqué de su dolor de cuello para arriba. Estaba aun demasiado asustado para empezar a llorar.

-Mama siempre decía que uno ha de comerse sus propios errores, y mama siempre tenia razón. Me parece a mi que no sabes donde estas ni porqué, no se si podré ayudarte, mama siempre decía que me explico como un oso con sueño, y mama siempre tenia razón.

-Cojonudo, estoy en manos del puto oso subnormal niñito de mama-pensó inquieto.

- Cuando llamaste a la puerta esta mañana estuve a punto de no abrirte, pero me pareció descortés no hacerlo, un hombre educado ha de conocer las normas de convivencia, y si uno llama a la puerta lo menos es corresponderle abriéndola, mama hubiera estado orgullosa de verme aplicar las nociones básicas de convivencia social.

Empezaba a darse cuenta de que si salía de allí iba a ser por el empuje de la desesperación, pero debía mantener la calma y no dejarse llevar por el miedo. Parecía que la cuerda que lo tenia inmovilizado no estaba atada muy fuerte, y el gordo subnormal no tenía pinta de ser muy ágil, claro que él tampoco sabia como iban a reaccionar sus piernas, lo cierto es que no las sentía, no era capaz de discernir el tiempo que llevaba allí atado, podía levantarse con silla incluida, pero no apuntaba a ser un plan muy bueno, no llegaría muy lejos, además no sabia lo que podía pesar la silla.

El gordo prosiguió con su letanía- Al abrirte la puerta me di cuenta de que eras un desconocido, y mama siempre decía que no debía hablar con desconocidos, la gente es mala por naturaleza y uno nunca sabe que diantre esperar de ellos. Antes de darme cuenta ya estabas dentro y con la puerta cerrada, tu no decías nada y mirabas muy nervioso a todos sitios, pero mi cabeza a veces se bloquea ¿sabes? y como no podía permitir que me hicieras daño, porque mama siempre decía que soy muy sensible, te aticé una torta en la cabeza, como caíste dormido al suelo pensé que estabas muerto, como mama siempre decía que yo había venido al mundo para romper cosas pensé que mama nunca se equivocaba, y mas aun cuando me di cuenta de que si nos hubiéramos presentado ya no serias un desconocido y ya no tendría que tenerte miedo, pero entonces pensaba que estabas muerto, por eso, porque mama siempre decía que uno ha de comerse sus propios errores me di cuenta de que si hubiéramos hablado, si te hubieras presentado todo esto no habría sido necesario así que te corté la lengua y me la estoy comiendo para ser consecuente con mi error.

La cabeza le daba vueltas, las ideas se arremolinaban en su cabeza, intentaba hacer memoria pero los recuerdos llegaban a su cabeza en oleadas. Sospechaba que su mujer le estaba poniendo los cuernos y que se veía con su amante en este piso, pero todo apuntaba a que se había equivocado de pleno, al menos al llamar a la puerta que no era. Entró hecho una furia, ni se fijó en el tipo que le abrió, solo quería pillar a esa fulana en el ajo. Y cuando vino a darse cuenta una mano cerrada mas grande que su cabeza le propino un cascanueces en toda la coronilla.

- ¿Qué podemos hacer ahora? -Preguntó molesto de tener que pensar esa jodida masa informe-Yo te soltaría ,pero ya que no podemos ser conocidos no puedo confiar en ti…A lo mejor eres una de esas señales que decía mama, un hombre de provecho ha de dedicarse al don que dios le ha dado ,si no esta escupiendo en la cara de su padre, uno no debe olvidar el rostro de su padre.

La cuerda empezaba a ceder ante el insistente esfuerzo, a la izquierda veía la cocina y una tabla de cuchillos encima de la mesa ,no sabia que uso había pensado darle el gordo cabrón ,pero a él se le ocurría algo muy diferente. Él se habría comido su lengua, pero la comida que haría vomitar a un caníbal sería plato de premio al lado de cómo pensaba dejarle la tripa.

- Mama siempre decía que tenia el don de destruirlo todo y que hasta que no acabara con ella no estaría tranquilo, al principio me daba pena oírla decir eso, pero quizás tenia razón, si dios me ha dado el don de destruir y acabar con la gente yo no soy nadie para desdecirlo ¿no crees?.

Al tiempo que la cuerda cedía lo suficiente para sacar las manos el gordo cabrón se acercaba, sería cuestión de salir cagando leches para la cocina, empezó a incorporarse al tiempo que su carcelero llegaba a su posición, estaba por fin de pie, cuando iba a dar el primer paso se desplomó, sus piernas parecían dos rígidas tablas, mas que dormidas debían estar a punto de la muerte. Cuando ya nada parecía librarlo de la caída se frenó en seco, el gordo cabrón lo sostenía con una mano en cada sien.



Sus ojos pasaron de la neblina a la perfecta visión cuando las manos que lo atenazaban empezaron a presionar, de la perfecta visión pasaron a la nada cuando explotaron quedando colgando el ojo izquierdo al tanto que el derecho fue a parar al suelo. Su cabeza se hundió en si misma como un edificio objeto de una implosión, sus piernas se agitaban, ahora si, ante el inminente cese de función vital. Y así, el que es conocido como el nuevo sacamantecas de Murcia comenzó su larga lista de brutales crímenes.

para eso lleva una ruedecilla el raton en el centro

vaya, pensaba que era una review de Shutter Cane... digo Island!

Elena abrió la puerta y encontró oscuridad, la corriente de aire helado que salia por debajo de la misma era el preamulo de la certeza. Daba la impresión de ser un sitio enorme,en la lejanía parecia atisbar una luz, comenzó a caminar en pos de ella.Conforme se iba acercando una escena cobraba forma,habia dos personas.

Javier colgaba del techo,o eso creia,con unos cables que se ajustaban a su piel de unos ganchos que lo mantenian suspendido en el aire. Se apoderaba de él una sensación de anestesia general,pero al mismo tiempo un dolor indescriptible le corroia sin cesar. Una luz se encendió al final del tunel.

Elena se situó lo bastante cerca como para poder apreciar con detalle lo que estaba viendo,una persona colgaba del techo,sus ojos se cristalizaron en ese instante,su corazón giró en un pasmo,era su novio Javier el que estaba alli colgado,los ganchos que le habian desgarrado ahora lo sujetaban enganchados a unos cables sabe dios a donde,su cuerpo estaba seccionado por la cintura y sus tripas colgaban al vacio que formaba un enorme charco sanguinolento debajo de él. A su lado se encontraba un hombre muy concienzudo en su labor que no parecia percatarse de la presencia de Elena,iba vestido con una bata blanca y en la cabeza llevaba una linterna enganchada a una goma.Estaba sentado en un taburete bajo y haciendole algo a Javier.

Vió como la luz se iba haciendo mas pequeña hasta tranformarse en Elena,la miró y quiso llorar,pero su cuerpo ya no era suyo.Intentó mirar hacia abajo y no podia comprender,su mente estaba muy lejos de alli.

El cientifico llevaba unas tijeras de podar en su mano derecha,y con el brazo izquierdo sostenia apretandolo contra su cuerpo a una especie de pez,muy gordo y hediondo,que apuntaba estar muerto.Con las tijeras iba cortando trozos del interior de Javier muy escrupulosamente que,conforme se desprendian eran succionados por la boca del asqueroso pescado.
Javier bajó la mirada,y en su rostro se dibujo una expresión que entrelazaba el pánico y la incredulidad de manera verosimil.Esa mirada se clavó en Elena y su cristalizada visión tornó en incipientes lagrimas, miró con temor al cientifico,que con un tono neutro le dijo: Detras vas tú.

Elena abrió los ojos y encontró oscuridad. Asi que,intraquila pero soñolienta volvió a dormir.