Gallardón y la música en la calle

pinkpanther escribió:Prohibir no, pero los perroflautas con sus tambores dando el coñazo en el Retiro resultan insoportables. algo habría que hacer con ellos.....

Perimaggot escribió:me resulta tremendamente mosqueante esa tendencia a prohibir todo lo que se hace en la calle, y esa manía de restringir y querer legislar "la música"

Godofredo escribió:

Perimaggot escribió:me resulta tremendamente mosqueante esa tendencia a prohibir todo lo que se hace en la calle, y esa manía de restringir y querer legislar "la música"

En Madrid corren tiempos jodidos para la música en general... no se puede tocar en la calle... no se puede tocar ni una armónica en aquellos bares que no tengan licencia específica (y pasen por caja, claro). Cosas de tener un alcalde felón como Gallardón, como el ayuntamiento está en la ruina -gracias a él y a sus ínfulas de grandeza, claro-, ahora toca recaudar a base de putear a la música en directo

a creditado escribió:En Barcelona para tocar en el metro has de pasar un examen y te dan un permiso

Criminal pentatónico escribió: la sensación que se tiene ultimamente es que la música sea algo malo, algo a lo que hay que ponerle cuantas más trabas mejor

Perimaggot escribió:http://www.rollingstone.es/concerts/view/madrid-prohibe-la-musica-en-la-calle

Godofredo escribió:

Perimaggot escribió:http://www.rollingstone.es/concerts/view/madrid-prohibe-la-musica-en-la-calle

Joder, me acabo de dar cuenta que, ahora que viene el buen tiempo lo mismo tenemos que esconder las guitarras y las armónicas, además de las litronas y los canutos como ya hacíamos, cuando veamos a los municipales por el parque...

Cuanto hijoputa suelto y qué pocas balas.

Perimaggot escribió:

Godofredo escribió:

Perimaggot escribió:http://www.rollingstone.es/concerts/view/madrid-prohibe-la-musica-en-la-calle

Joder, me acabo de dar cuenta que, ahora que viene el buen tiempo lo mismo tenemos que esconder las guitarras y las armónicas, además de las litronas y los canutos como ya hacíamos, cuando veamos a los municipales por el parque...

Cuanto hijoputa suelto y qué pocas balas.

lo mismo no, tendréis que esconderlas. La ordenanza va por la música en la calle, independientemente de si pasas o no pasas la gorra

Godofredo escribió:... acabaré votando al psoe diez años después

el alcalde aprovecha para relatarnos cómo le pidió amor eterno a su mujer, a Mar Utrera: «El día que decidí declararme, yo tenía una sola entrada para ir a la ópera a ver Otelo y Mar me acompañó hasta la puerta del teatro. Yo pensé que era la ocasión ideal para declararme, porque como estaba convencido de que me iba a decir que no, por lo menos, me compensaba el disgusto escuchando a Plácido Domingo. Me declaré y, para mi sorpresa, me dijo que sí y en ese momento me planteé la duda: “¿Voy a dejar sola a la chica que me acaba de decir que me regala su vida o voy a dejar de oír a Plácido Domingo cantar Otelo?». El caso es que decidí quedar con ella al día siguiente y me metí a ver Otelo. Como dice ella: «A partir de ese momento ya supe cuál es el lugar que ocupo en el orden de prelación de tu vida: primero, la música y, luego, yo».

pantxo escribió:Lo de siempre, si se les ocurre a los del Canto del loco sacar los bartulos a la rue y montar un poco de bulla no habra problemas y los tendras en todos los telediarios. Ahora, Peri, ni se os ocurra montar gresca en la Gran Via...

Perimaggot escribió:me resulta tremendamente mosqueante esa tendencia a prohibir todo lo que se hace en la calle, y esa manía de restringir y querer legislar "la música"

wakam escribió:A Gallardón sólo le falta la vena rockera para ser forero, porque por lo demás da la talla holgadamente:

el alcalde aprovecha para relatarnos cómo le pidió amor eterno a su mujer, a Mar Utrera: «El día que decidí declararme, yo tenía una sola entrada para ir a la ópera a ver Otelo y Mar me acompañó hasta la puerta del teatro. Yo pensé que era la ocasión ideal para declararme, porque como estaba convencido de que me iba a decir que no, por lo menos, me compensaba el disgusto escuchando a Plácido Domingo. Me declaré y, para mi sorpresa, me dijo que sí y en ese momento me planteé la duda: “¿Voy a dejar sola a la chica que me acaba de decir que me regala su vida o voy a dejar de oír a Plácido Domingo cantar Otelo?». El caso es que decidí quedar con ella al día siguiente y me metí a ver Otelo. Como dice ella: «A partir de ese momento ya supe cuál es el lugar que ocupo en el orden de prelación de tu vida: primero, la música y, luego, yo».

http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=65738&id_edicion=6067