Van Morrison "Astral Weeks"
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Van Morrison "Astral Weeks"
Dejemos que hable Lester Bangs. Esta es la mejor reseña de un disco que jamás he leído, impresionante:
Astral Weeks de Van Morrison fue publicado a día de de hoy, [N. del T.: artículo original de 1979] hace casi diez años, antes que ésto fuera escrito. Era particularmente importante para mí porque el otoño de 1968 fué una época bastante jodida: era un desastre física y mentalmente, los nervios destrozados y fantasmas y arañas ensombreciendo y ocupando el espacio de mi mente. Mis contactos sociales se habían disminuido casi hasta la nada; la presencia de otras personas me volvía nervioso y paranoide. Pasé días y noches sin fin hundido en un sillón de mi habitación, leyendo revistas, viendo la tele, escuchando discos, mirando al espacio. No tenía ni pajolera idea de cómo mejorar la situación, y probablemente no hubiera hecho nada si lo hubiera sabido.
Astral Weeks sería el asunto de este artículo- por ejemplo, hasta ahora el disco con más significado de mi vida- sin importar como me sentía cuando salió. Pero en la condición en la que me encontraba, asumió en su momento la calidad de un faro, una luz en las lejanas malolientes orillas de la turbiedad; aún más, fué una prueba de que quedaba algo que expresar artísticamente más allá del nihilismo y la destrucción. (Mi otro gran disco del día fué White Light White Heat). Sonaba como que el creador de Astral Weeks sentía un profundo dolor, dolor que la mayoría de los trabajos anteriores de VanMorrison sólo sugerían; pero al igual que los álbumes tardíos de la Velvet Underground, existe en el disco un elemento redentor en la oscuridad, una compasión última por el sufrimiento ajeno, y una guadaña de pura belleza y temor místico que corta justo por la mitad del corazón de la obra.
Realmente no sé cuanto puede importar que mucha más gente se percatara de variaciones en mi encuentro inicial con Astral Weeks. No creo que haya algo que lo guíe hacia la gente que está pasando por épocas chungas. Salió en un momento en el que muchas cosas que le importaban de sobre manera a mucha gente, estaban empezando a desintegrarse, y cuando la resaca autodestructiva que siempre acompañaba la gran fiesta de los sesenta tenía un montonazo de tobillos firmemente atrapados en su buche y tiraba hacia abajo. Así que, aún siendo tan eterno como ha resultado ser, quizás Astral Weeks fué también el producto de una era. Mejor pensar que preguntar solamente de que tipo de fantasmas eclesiásticos irlandeses es VanMorrison un producto.
Tres programas de televisión: una emisión de 1970 en la cadena NET de un concierto de grandes estrellas en el Fillmore East. The Byrds, Sha Na Na, y Elvin Bishop acaban de hacer todos sus respectivas movidas. Ahora nos toca ver tres o cuatro canciones de un set de VanMorrison. Llega al climax, como siempre hacía en aquellos días, con “Cyprus Avenue” de Astral Weeks. Después de hacer toda la letra, dirige la canción, la banda, y a él mismo, hacia un final que desde entonces se ha convertido en característico suyo y en uno de los mejores cierres de concierto en la historia del Rock’n'Roll. Con dinámicas consumadas que le permiten pasar de excéntricos desperdiciados fraseados a pura pasión en la siguiente respiración, él lleva la música con oleadas de crescendo en crescendo, parando y arrancando y parrando y arrancando la canción una y otra vez, imponiendo maníacos silencios largos como signos de interrogación gigantes entre las paradas y los arranques y manejando la habitación a traves de oleadas de tensión auténtica, creciendo al grito de “¡Es demasiado tarde para parar ahora!”, y justo cuando piensas que todo se va a encrespar de sobremanera, lo corta en seco, el hueco de una explosión asesinada, tira el micro al suelo y se pira de mala hostia del escenario. Verdaderamente es una de las cosas más perversas que nunca vi hacer a un artista. Y, por supuesto, es sensacional: nuestras entrañas en un nudo, nos volvemos locos y arañamos pidiendo más, pero nos damos jodida cuenta de que hemos visto y sentido algo.
1974, un concierto de rock en un programa de televisión de madrugada: salen Van y su grupo, tocan un par de acordes brillantes, y durante el espacio de diez minutos se entretiene sobre las palabras “Más allá en el despejado cielo azul/ donde los flamingos vuelan” [N. del T.: del original "Way over yonder in the clear blue sky/ Where flamingos fly." de la canción Flamingos Fly del disco A Period of Transition]. Ninguna letra más. No creo que hubiera ningún solo de instrumento. Sólo esas palabras, repetidas lentamente una y otra vez, hinchadas, permutadas, convertidas en scat [N. del T.: improvisación jazzística donde se imita con la voz a un instrumento.], suspendidas en el espacio y luego esparcidas al viento, murmuradas como un mantra hasta que se convierten en sílabas sin sentido, luego volviendo a la misma desorbitada imagen miemtras el tiempo se parece detener eternamente. Se mantiene en pie con los ojos cerrados, cantando, transportado, mientras el grupo se equilibra tembloroso sobre sus propios abismos azules de tono abierto.
1977, primavera verano, mismo tipo de programa: él canta “Cold Wind in August”, una canción de su disco recientemente publicado A Period of Transition, que también contiene una considerablemente alterada versión de la canción de los flamingos. “Cold Wind in August” es una balada, y Van le entrega una exquisita, lectura estándar. El único problema es que en todo el tiempo que la canta, camina hacia delante y hacia atrás por una línea del escenario, ojos firmamente cerrados, su pequeño cuerpo cuadrado como una boca de incendios pataleando contra corriente hacia lo que debe ser un purgante nerviosismo que quizás esté siendo transmitido a la cámara.
De lo que va ésto es de un juego entero de tics verbales-aunque muchos son también corporales-que están ahí con razón suficiente para llegar a definir su estilo. Están por todas partes en Astral Weeks: cuatro repeticiones apresuradas de las frases “you breath in, you breath out” y “you turn around” en “Beside You”; en “Cyprus Avenue”, doce “way up on”, “baby” cantado trece veces del tirón sonando como alguién corriendo a tumba abierta cuesta abajo hacia tu amor, y la manera de rompecorazones con la que estira “one by one” en la tercera estrofa; su mayor parte en “Madame George”, donde canta la palabra “dry” y después “your eye” veinte veces en un arco melódico giratorio tan bonito, que roba tu propio aliento, y luego pasa ésto “And the love that loves the love that loves the love that loves the love that loves to love that loves the love that loves to love the love that loves.”
VanMorrison se interesa, se obsesiona con el tamaño de información musical o verbal que es capaz de comprimir en un pequeño espacio, y, casi a la inversa, con la capacidad de alargar una nota, palabra, sonido o imagen. Para capturar un momento, sea una caricia o un tic nervioso. Repite ciertas frases a extremos que en otra gente parecerían ridículos, porque está esperando que una visión se revele, intentando de todas las maneras posibles no ser una obstrucción para empujarla hacia afuera. A veces te lo transmite con silencio, atragantándose la canción en medio de su representación: “Es demasiado tarde para parar ahora”.
Es la gran búsqueda, propulsada por la creencia de que mediante estos procesos mentales y musicales la iluminación es alcanzable. O al menos se vislumbra.
Cuando intenta ésto, lo consigue más por sentimientos que a través de la Revelación Divina- quizás gran parte de la sensación viene de ese logro-pero tambien hay, siempre, el sentido de QUE sí CONSIGUIÓ esa Revelación; hay momentos cuando la palabra divina ronda muy cerca. Y luego están los momentos cuando nos damos cuenta de que la Revelación estaba justo a nuestro lado, cuando las frases usadas hasta la saciedad mundana se transforman: te doy ‘love’, de “Madame George”. Saliendo del relativo silencio, la Palabra: “Snow in San Anselmo”. “Ahí es donde está”, VanMorrison dirá, y realmente lo quiere decir (¿acaso no son sus entrevistas fascinantes?). Lo que no dice es que dentro de si, él es el copo de nieve, aislado por la canción: “Y ya es casi el día de la Independencia”.
Probablemente te estés preguntando cuándo voy a empezar a hablarte de Astral Weeks. De hecho hay un montón de cosas de Astral Weeks de las que no te pienso hablar. Porque no sólo puede que ya las hayas escuchado antes, sinto también porque no sería justo que te impusiera una imagen tan subjetiva lapidariamente, y porque en muchas ocasiones realmente no sé de lo que está hablando. Él tampoco: “No me sorprende que la gente saque diferentes interpretaciones de mis canciones” le comentó a un periodista de la Rolling Stone. “Pero no quiero dar la impresión de que yo sé todo lo que significa porque no es verdad….Hay momentos en los que estoy perplejo. Observo algo de lo que sale, sabes. Y de alguna manera, ahí está y sienta bien, pero no estoy seguro de lo que quiere decir”.
Ahí estás
Fijándote con mirada de avaricia
Hablando con Huddie Ledbetter [N. del T.:icono del folk y blues americano]
Mostrando cuadros en las paredes
Y murmurando en los pasillos
Y señalándome con el dedo
No tengo ni la más mínima idea de que “significa” ésto, aunque en un nivel me gustaría aproximarme de una manera tan evocativa e indirecta como las letras mismas. Porque estás de todas todas en peligro cuando te sientas a explicarte qué significa realmente un documento místico, exactamente lo que es Astral Weeks. Una cosa, lo que significa es que está Richard Davies tocando el bajo, lo cual complementa las canciones y los cánticos con un liricismo que es algo más que un gran talento musical: hay algo en él que está más allá de la inspiración, algo que ha sido tocado, que está en el reino de lo milagroso. Todo el grupo- la sección de viento de Larry Fallon, la guitarra de Jay Berliner (ya había tocado en el disco Black Saint and the Sinner Lady de Mingus), la batería de Connie Kay- es como éso: ellos y Van suenan como si no estuvieran sólo entendiendonse, sino residiendo dentro de sus propias mentes. Los hechos pueden ser bastante diferentes. John Cale estaba currándose un album en un estudio contiguo en ese momento, y ha dicho que “Morrison no podía trabajar con nadie, así que al final le encerraron sólo en el estudio. Hizo todas las canciones solo con una guitarra acústica, y después mezclaron el resto alrededor de sus grabaciones”.
El relato de Cale puede ser verdad o no-pero los hechos no nos van a ser de mucha utilidad aquí. Hecho: VanMorrison tenía veintidos-o veintitrés- años cuando hizo este disco, existen vidas enteras detrás de él. Astral Weeks no trata de hechos sino de verdades. Astral Weeks, en la medida en la que puede ser identificado, es un disco sobre gente atónita ante la vida, completamente arrollada, estancada en sus cuerpos, sus edades y en ellos mismos, paralizados por la majestuosidad que pueden entender en un momento de visión. Es un regalo precioso y terrible, nacido de una verdad horrorosa, porque lo que ven es infinitamente bonito y a la vez terminalmente aterrador:la ilimitada capacidad humana de crear o destruir, según qué capricho. No es misticismo oriental o visión sicodélica de la esmeralda ulterior, ni niguna percepción Baudeleiriana de la belleza sórdida y grotesca. Quizás a lo que se reduce es al conocimiento momentáneo del milagro vital, que es inevitablemente concomitante, un atisbo vertiginoso de la capacidad de ser lastimado, y la capacidad de inflingir tal dolor.
Paralizados entre gozo y angustia. Preguntándonos si acaso no son la misma cosa, o si por lo menos poseen una relación íntima. En “T.B.Sheets”, su extensa última narración antes de hacer este disco, VanMorrison contempló la muerte por tuberculosis de una chica a la que él amaba. La canción era claustrofóbica, sofocante, monstruosamente poderosa: “insinuaciones, insuficiencias, cuerpos extranjeros”. Mucha gente no lo pudo soportar, el editor de este libro dijo que era basura, pero pienso que fué porque le creó nauseas. De cualquier manera, el caso es que algunas partes de Astral Weeks- “Madame George”, “Cyprus Avenue”- cogen el dolor de “T.B.Sheets” y enraizan el mundo dentro de él. Porque el dolor de ver morir a alguien querido, de cualesquiera dolorosa sea la enfermedad, puede ser chungo, pero por lo menos es algo conocido, entendido de alguna manera, en una manera apreciable e incluso encaminandonos hacia un lugar, porque existe un proceso: enfermedad, declive, muerte, luto, recuperación emocional. Pero el horror precioso de “Madame George” y “Cyprus Avenue” es precisamente que las personas en estas canciones no están muertas: estamos contemplando la vida, en su plenitud, y de lo que sufren estas personas no es una enfermedad sino su propia naturaleza, a menos que la naturaleza sea una enfermedad.
Un hombre se sienta en su coche en una calle de tres carriles, mirando a una niña de catorce años caminar a casa después de la escuela, perdidamente enamorado de ella. Casi he llegado a las manos con muchos amigos por mi insistencia en que mucho del material temprano de VanMorrison, tenía una reiterada obsesión con el tema de la pederastia, pero aquí es algo que por una vez puede ser entendido de esa manera o por algo diferente. Él la ama. Por culpa de éso está deseperado. Temblando. Paralizado. Enloquecido. La naturaleza se ríe de él. Ya que sólo la naturaleza se puede reír de si misma. ¿O acaso es el amor natural en primer lugar? No importa. Al final de la canción entra en una especie de extasis alucinatorio; la música duele y suspira mientras rueda. Éste es un dolor supremo, aquel de estar encarcelado como un espectador. Y quizás no muy lejos de “T.B.Sheets”, con la excepción de que debe ser mucho más romanticamente fácil sentarse y ver morir a alguien al que amas que verles en la flor de la juventud y salud y saber que nunca, nunca podrás tenerles, nunca podrás hablarles.
“Madame George” es el remolino del disco. Posiblemente una de las más compasivas piezas de música jamás hechas, nos pregunta, no, organiza que veamos la situación de lo que seré yo brutal y llamaré una desamparada drag queen con tanta empatía que cuando el cantante le hace daño, nosotros también. (Morrison dijo por lo menos en una entrevista que la canción no tiene nada que ver con nigún travesti- respondiendo rapidamente que en cuanto a él se refiere- pero éso es una gilipollez). La belleza. sensibilidad, santidad de la canción es que no hay nada sensacionalista, explotativo ni oscuro en ella; en cierta manera Van tiene razón cuando insiste que no es acerca de una drag queen, como estaban mis amigos en lo cierto y yo equivocado respecto la “pederastia”- es acerca de una persona, como todas las grandes canciones, toda la buena literatura.
El escenario es el mismo que en la canción anterior- Cyprus Avenue, aparentemente un lugar donde la gente se dejaba caer, impulsados por el deseo, en momentos de naufragio carnal, enfrentamientos con caras avinagradas contra su destino. Es un lugar elemental de juicios sin pena-viento y lluvia aparecen en las dos canciones- y suficientemente interesante, es un lugar de los más crueles juicios de adultos a manos de niños, en ambos casos objetos de amor absolutamente indiferentes a sus potenciales amantes adultos. Los chavales de Madame George son completamente despreciativos- como los erizos callejeros que acaban canibalizando al primo homosexual en De Repente, el Último Verano, sólo son felices de aparecer mientras haya música, fiestas, bebidas gratis y pitillos, y sólo escupen con malicia en los cariños de George cuando todo el matute se acaba, el invierno enterrador instalándose no sólo con viento y lluvia pero también con granizo, aguanieve y nieve.
Lo que puede parecer más extraño de todo pero realmente no lo es, es que exactamente esas características que en teoría deberían hacer a George más patético- edad, borracheras, la manera que los chavales le quitan su dinero y destrozan su amor- despiertan algo por George en el corazón del chaval que canta esta canción. Obviamente el niño no simplemente se “enamora con amor” [N. del T.: del original "fallen in love with love".], o algo así, pero en vez-¿qué? Por qué, simplemente eso que se hunde en la más jodida de las perversiones, puede hacer que un ser humano ame a otro por algo diferente a su humanidad: amarle por su debilidad, sus defectos, finalmente quizás por su declive. El declive es humano- uno de los mensajes últimos acá, y de ninguna manera verbal quiero decir decadencia. Lo que quiero decir es que en esta canción o en su inspiración, VanMorrison vió absolutamente la posibilidad de amar a seres humanos en el extremo más radical de la miseria, y que las implicaciones tales son horrorosas, mucho más jodidas que la simple visión de cuerpos empeorados por la edad o la aparente absurdidad de un hombre dedicando su vida a la tambaleante estrategia de intentar parecer una mujer.
Puedes decir para amar las preguntas que tengas para amar las repuestas que apresuren el final del amor que es amado para amar la jodida desigualdad de la experiencia humana que ama decir que se eleva sobre éstos que pierden el amor que ama amar la libertad que podría haber tenido, el tren a la libertad, pero nunca nos montamos, preferimos agitarnos generosamente mientras nos alejamos de aquellos que son víctimas de si mismos. ¿Pero quienes somos nosotros para decir que alguien que se victimiza a si mismo no es merecedor de nuestra total compasión, como el más jodido y abandonado huérfano del tercer mundo en un anuncio de la revista New Yorker? Nah, mejor pisotear por encima de los cuerpos, por lo menos le dan el respeto que podrían haberse merecido en algun momento.. Donde yo vivo, en Neva York (no para empeorarlo aún más, lo que resulta difícil), todo dios que conozco pisotea cuerpos normalmenteque bien pueden estar muertos o muriéndose, sin dolor. Y me pregunto en qué proyecto fué originalmente concebido que tal acción muestre a los despojos humanos el tremendo respeto que merecen.
Hay por supuesto una razón fundamental- que hostias sino vamos a hacer- pero no aguanta más que nuestro miedo por nuestra propia impotencia ante la simpleza de la vida como verdaderamente es: una llanura que se extiende hasta el infinito más allá de los horizontes que hemos inventado. Vamos, mátalo. Mientras escribo ésto, puedo leer en el Village Voice [N. del T.: periódico gratuito de tirada semanal con base en Nueva York.] anuncios de gente que está abriendo clubes de sadomaso heterosexual en Manhattan, con logos como “el sadomaso es simplemente otra igualmente válida forma de amar. ¿Por qué la gente no acepta lo que nunca entenderá?”. Te mete ganas de saltar por la ventana de un quinto piso antes que ller sobre ello, pero apenas es el fin del mundo, ni siqueira es tan malo como los dolores que merodean por todas partes todos los diás, que son tomados tan a la ligera por todos nosotros como sucesos de la vida. Quizás se reduzca a cuánto eres capaz de compremeterte. Si aceptas por un sólo momento la idea de que cada vida humana es tan delicada y preciosa como un copo de nieve y luego te encuentras a un alcohólico en un portal, te tiene que doler hasta que sientas como una esponja de todos los problemas de los otros hijos de puta, hasta que te sientes como un hijo de puta, y marcas el debido territorio. Parás de sentir. En cuanto te des cuenta empiezas a morir. así que te peleas contigo mismo. ¿Hasta cuánto horror puedo permitirme reflexionar? Tal vez el maniquí más paralizado es más sabio que alguien que sólo permite a su sensibilidad conducirles a destruir cada cosa que tocan- pero de nuevo, inclinar unos pelos el sombrero de Madame George, sólo para darnos cuenta que esa persona existe, sólo para tocar su mejilla y luego probablemente caducarla porque la comprensión de que debes compartir el mundo con él resulta finalmente insoportable, es simplemente dar el primer paso. La realización de la vida es sólo sobre ese bajón y esa exaltación y esa insoportabilidad y ese solicitar. Por favor vuelve y déjame solo. Pero cuando estamos juntos a solas podemos hablar todo lo que queramos sobre la universalidad de este abismo: no hay ninguna diferencia, el más alto sólo se encuentra con lo más bajo para algún auxilio mentido, UNICEF para los familiares, así que rascas y escupes maldiciendo con violenta resignación el escrupuloso hecho de que no hay nada que hacer sino rechazar finalmente a cualquiera que sufra más que tú. En tal momento, otra respiración es una traición. éso es por lo que abandonas tus causas liberales, abandonas a su muerte al sufrimiento humano en una miseria peor a la anterior a tu presencia. Les diste esperanzas. Lo que te hace más despreciable que la carroña escrufulosa. Más despreciable que los chavales ignorantes que se meterían con Madame George por un par de pitillos. Porque has cometido el crimen del conocimiento, y por lo tanto no solamente has caminado lejos o por encima de alguien que sabías que estaba sufriendo, pero tambien has violado su privacidad, la última posesión del desahuciado.
Tal conocimiento es posiblemente la peor cosa que le pueda pasar a una persona (una persoan afortinada), a´si que nos es un milagro que el protagonista de Morrison rechazase a Madame George, huyese a la estación de tren, intenatndo escapar tan lejos de lo que había visto como la vida le dejase. Y no es ningún milagro, tampoco, que VanMorrison nunca estuviera tan cerca de mirar a la vida a la cara otra vez, no es niguna sorpresa que se conviertiera a Tupelo Honey [N. del T.: quinto disco de VanMorrison publicado en Octubre de 1971] e incluso a Hard Nose the Highway [N. del T.: séptimo disco de VanMorrison publicado en 1973] con su lado del disco enterito sobre la caida de hojas. En Astral Weeks y en “T.B.Sheets” se enfrentó con suficientes problemas como para llenar la vida entera de cualquier persona. Por supuesto, habiendo sido ofrecido tal inconmensurablemente emocionante e igualmente escalofriante regalo por Morrison, uno apenas puede ser culpado por no preocuparse mucho por el viejo, viejo Woodstock y pequeñas homilias como “Tienes que lograrlo en este mundo tú solo” y “Llévalo a donde lo encuentras” [N. del T.: del orginal "You've got to make it through this world on your own" y "Take it where you find it"].
Por el otro lado, debe ser señalado también que la desolación, el dolor y la angustia son apenas las únicas cosas en la vida, o en Astral Weeks. Simplemente son las cosas, quizás, que más facilmente podemos arragar y explicar, lo que supongo muestra el nivel al que han evolucionado nuestras almas. Dije que no reduciría las otras canciones en este album mediante el intentar explicarlas, y no lo haré. Pero eso no quiere decir, de todas todas, una juxtaposición de poetas no pueda estar en orden.
Si me aventuré en la estela
entre los viaductos de tus sueños
donde las llantas de acero móviles se rompen
y la cuneta y las carreteras secundarias acaban
Podrías encontrarme
Besarías mis ojos
y me tumbarías
con calma en silencio
para nacer de nuevo
-Van Morrison
Se ha llenado de luces
Mi corazón de seda,
De campanas perdidas,
De lirios y de abejas,
Y yo me iré muy lejos,
Más allá de esas sierras,
Más allá de los mares
Cerca de las estrellas,
Para pedirle a Cristo
Señor que me devuelva
Mi alma antigua de niño,
Madura de leyendas,
Con el gorro de plumas
Y el sable de madera.
-Federico García Lorca
-Revista Stranded, 1979
Astral Weeks de Van Morrison fue publicado a día de de hoy, [N. del T.: artículo original de 1979] hace casi diez años, antes que ésto fuera escrito. Era particularmente importante para mí porque el otoño de 1968 fué una época bastante jodida: era un desastre física y mentalmente, los nervios destrozados y fantasmas y arañas ensombreciendo y ocupando el espacio de mi mente. Mis contactos sociales se habían disminuido casi hasta la nada; la presencia de otras personas me volvía nervioso y paranoide. Pasé días y noches sin fin hundido en un sillón de mi habitación, leyendo revistas, viendo la tele, escuchando discos, mirando al espacio. No tenía ni pajolera idea de cómo mejorar la situación, y probablemente no hubiera hecho nada si lo hubiera sabido.
Astral Weeks sería el asunto de este artículo- por ejemplo, hasta ahora el disco con más significado de mi vida- sin importar como me sentía cuando salió. Pero en la condición en la que me encontraba, asumió en su momento la calidad de un faro, una luz en las lejanas malolientes orillas de la turbiedad; aún más, fué una prueba de que quedaba algo que expresar artísticamente más allá del nihilismo y la destrucción. (Mi otro gran disco del día fué White Light White Heat). Sonaba como que el creador de Astral Weeks sentía un profundo dolor, dolor que la mayoría de los trabajos anteriores de VanMorrison sólo sugerían; pero al igual que los álbumes tardíos de la Velvet Underground, existe en el disco un elemento redentor en la oscuridad, una compasión última por el sufrimiento ajeno, y una guadaña de pura belleza y temor místico que corta justo por la mitad del corazón de la obra.
Realmente no sé cuanto puede importar que mucha más gente se percatara de variaciones en mi encuentro inicial con Astral Weeks. No creo que haya algo que lo guíe hacia la gente que está pasando por épocas chungas. Salió en un momento en el que muchas cosas que le importaban de sobre manera a mucha gente, estaban empezando a desintegrarse, y cuando la resaca autodestructiva que siempre acompañaba la gran fiesta de los sesenta tenía un montonazo de tobillos firmemente atrapados en su buche y tiraba hacia abajo. Así que, aún siendo tan eterno como ha resultado ser, quizás Astral Weeks fué también el producto de una era. Mejor pensar que preguntar solamente de que tipo de fantasmas eclesiásticos irlandeses es VanMorrison un producto.
Tres programas de televisión: una emisión de 1970 en la cadena NET de un concierto de grandes estrellas en el Fillmore East. The Byrds, Sha Na Na, y Elvin Bishop acaban de hacer todos sus respectivas movidas. Ahora nos toca ver tres o cuatro canciones de un set de VanMorrison. Llega al climax, como siempre hacía en aquellos días, con “Cyprus Avenue” de Astral Weeks. Después de hacer toda la letra, dirige la canción, la banda, y a él mismo, hacia un final que desde entonces se ha convertido en característico suyo y en uno de los mejores cierres de concierto en la historia del Rock’n'Roll. Con dinámicas consumadas que le permiten pasar de excéntricos desperdiciados fraseados a pura pasión en la siguiente respiración, él lleva la música con oleadas de crescendo en crescendo, parando y arrancando y parrando y arrancando la canción una y otra vez, imponiendo maníacos silencios largos como signos de interrogación gigantes entre las paradas y los arranques y manejando la habitación a traves de oleadas de tensión auténtica, creciendo al grito de “¡Es demasiado tarde para parar ahora!”, y justo cuando piensas que todo se va a encrespar de sobremanera, lo corta en seco, el hueco de una explosión asesinada, tira el micro al suelo y se pira de mala hostia del escenario. Verdaderamente es una de las cosas más perversas que nunca vi hacer a un artista. Y, por supuesto, es sensacional: nuestras entrañas en un nudo, nos volvemos locos y arañamos pidiendo más, pero nos damos jodida cuenta de que hemos visto y sentido algo.
1974, un concierto de rock en un programa de televisión de madrugada: salen Van y su grupo, tocan un par de acordes brillantes, y durante el espacio de diez minutos se entretiene sobre las palabras “Más allá en el despejado cielo azul/ donde los flamingos vuelan” [N. del T.: del original "Way over yonder in the clear blue sky/ Where flamingos fly." de la canción Flamingos Fly del disco A Period of Transition]. Ninguna letra más. No creo que hubiera ningún solo de instrumento. Sólo esas palabras, repetidas lentamente una y otra vez, hinchadas, permutadas, convertidas en scat [N. del T.: improvisación jazzística donde se imita con la voz a un instrumento.], suspendidas en el espacio y luego esparcidas al viento, murmuradas como un mantra hasta que se convierten en sílabas sin sentido, luego volviendo a la misma desorbitada imagen miemtras el tiempo se parece detener eternamente. Se mantiene en pie con los ojos cerrados, cantando, transportado, mientras el grupo se equilibra tembloroso sobre sus propios abismos azules de tono abierto.
1977, primavera verano, mismo tipo de programa: él canta “Cold Wind in August”, una canción de su disco recientemente publicado A Period of Transition, que también contiene una considerablemente alterada versión de la canción de los flamingos. “Cold Wind in August” es una balada, y Van le entrega una exquisita, lectura estándar. El único problema es que en todo el tiempo que la canta, camina hacia delante y hacia atrás por una línea del escenario, ojos firmamente cerrados, su pequeño cuerpo cuadrado como una boca de incendios pataleando contra corriente hacia lo que debe ser un purgante nerviosismo que quizás esté siendo transmitido a la cámara.
De lo que va ésto es de un juego entero de tics verbales-aunque muchos son también corporales-que están ahí con razón suficiente para llegar a definir su estilo. Están por todas partes en Astral Weeks: cuatro repeticiones apresuradas de las frases “you breath in, you breath out” y “you turn around” en “Beside You”; en “Cyprus Avenue”, doce “way up on”, “baby” cantado trece veces del tirón sonando como alguién corriendo a tumba abierta cuesta abajo hacia tu amor, y la manera de rompecorazones con la que estira “one by one” en la tercera estrofa; su mayor parte en “Madame George”, donde canta la palabra “dry” y después “your eye” veinte veces en un arco melódico giratorio tan bonito, que roba tu propio aliento, y luego pasa ésto “And the love that loves the love that loves the love that loves the love that loves to love that loves the love that loves to love the love that loves.”
VanMorrison se interesa, se obsesiona con el tamaño de información musical o verbal que es capaz de comprimir en un pequeño espacio, y, casi a la inversa, con la capacidad de alargar una nota, palabra, sonido o imagen. Para capturar un momento, sea una caricia o un tic nervioso. Repite ciertas frases a extremos que en otra gente parecerían ridículos, porque está esperando que una visión se revele, intentando de todas las maneras posibles no ser una obstrucción para empujarla hacia afuera. A veces te lo transmite con silencio, atragantándose la canción en medio de su representación: “Es demasiado tarde para parar ahora”.
Es la gran búsqueda, propulsada por la creencia de que mediante estos procesos mentales y musicales la iluminación es alcanzable. O al menos se vislumbra.
Cuando intenta ésto, lo consigue más por sentimientos que a través de la Revelación Divina- quizás gran parte de la sensación viene de ese logro-pero tambien hay, siempre, el sentido de QUE sí CONSIGUIÓ esa Revelación; hay momentos cuando la palabra divina ronda muy cerca. Y luego están los momentos cuando nos damos cuenta de que la Revelación estaba justo a nuestro lado, cuando las frases usadas hasta la saciedad mundana se transforman: te doy ‘love’, de “Madame George”. Saliendo del relativo silencio, la Palabra: “Snow in San Anselmo”. “Ahí es donde está”, VanMorrison dirá, y realmente lo quiere decir (¿acaso no son sus entrevistas fascinantes?). Lo que no dice es que dentro de si, él es el copo de nieve, aislado por la canción: “Y ya es casi el día de la Independencia”.
Probablemente te estés preguntando cuándo voy a empezar a hablarte de Astral Weeks. De hecho hay un montón de cosas de Astral Weeks de las que no te pienso hablar. Porque no sólo puede que ya las hayas escuchado antes, sinto también porque no sería justo que te impusiera una imagen tan subjetiva lapidariamente, y porque en muchas ocasiones realmente no sé de lo que está hablando. Él tampoco: “No me sorprende que la gente saque diferentes interpretaciones de mis canciones” le comentó a un periodista de la Rolling Stone. “Pero no quiero dar la impresión de que yo sé todo lo que significa porque no es verdad….Hay momentos en los que estoy perplejo. Observo algo de lo que sale, sabes. Y de alguna manera, ahí está y sienta bien, pero no estoy seguro de lo que quiere decir”.
Ahí estás
Fijándote con mirada de avaricia
Hablando con Huddie Ledbetter [N. del T.:icono del folk y blues americano]
Mostrando cuadros en las paredes
Y murmurando en los pasillos
Y señalándome con el dedo
No tengo ni la más mínima idea de que “significa” ésto, aunque en un nivel me gustaría aproximarme de una manera tan evocativa e indirecta como las letras mismas. Porque estás de todas todas en peligro cuando te sientas a explicarte qué significa realmente un documento místico, exactamente lo que es Astral Weeks. Una cosa, lo que significa es que está Richard Davies tocando el bajo, lo cual complementa las canciones y los cánticos con un liricismo que es algo más que un gran talento musical: hay algo en él que está más allá de la inspiración, algo que ha sido tocado, que está en el reino de lo milagroso. Todo el grupo- la sección de viento de Larry Fallon, la guitarra de Jay Berliner (ya había tocado en el disco Black Saint and the Sinner Lady de Mingus), la batería de Connie Kay- es como éso: ellos y Van suenan como si no estuvieran sólo entendiendonse, sino residiendo dentro de sus propias mentes. Los hechos pueden ser bastante diferentes. John Cale estaba currándose un album en un estudio contiguo en ese momento, y ha dicho que “Morrison no podía trabajar con nadie, así que al final le encerraron sólo en el estudio. Hizo todas las canciones solo con una guitarra acústica, y después mezclaron el resto alrededor de sus grabaciones”.
El relato de Cale puede ser verdad o no-pero los hechos no nos van a ser de mucha utilidad aquí. Hecho: VanMorrison tenía veintidos-o veintitrés- años cuando hizo este disco, existen vidas enteras detrás de él. Astral Weeks no trata de hechos sino de verdades. Astral Weeks, en la medida en la que puede ser identificado, es un disco sobre gente atónita ante la vida, completamente arrollada, estancada en sus cuerpos, sus edades y en ellos mismos, paralizados por la majestuosidad que pueden entender en un momento de visión. Es un regalo precioso y terrible, nacido de una verdad horrorosa, porque lo que ven es infinitamente bonito y a la vez terminalmente aterrador:la ilimitada capacidad humana de crear o destruir, según qué capricho. No es misticismo oriental o visión sicodélica de la esmeralda ulterior, ni niguna percepción Baudeleiriana de la belleza sórdida y grotesca. Quizás a lo que se reduce es al conocimiento momentáneo del milagro vital, que es inevitablemente concomitante, un atisbo vertiginoso de la capacidad de ser lastimado, y la capacidad de inflingir tal dolor.
Paralizados entre gozo y angustia. Preguntándonos si acaso no son la misma cosa, o si por lo menos poseen una relación íntima. En “T.B.Sheets”, su extensa última narración antes de hacer este disco, VanMorrison contempló la muerte por tuberculosis de una chica a la que él amaba. La canción era claustrofóbica, sofocante, monstruosamente poderosa: “insinuaciones, insuficiencias, cuerpos extranjeros”. Mucha gente no lo pudo soportar, el editor de este libro dijo que era basura, pero pienso que fué porque le creó nauseas. De cualquier manera, el caso es que algunas partes de Astral Weeks- “Madame George”, “Cyprus Avenue”- cogen el dolor de “T.B.Sheets” y enraizan el mundo dentro de él. Porque el dolor de ver morir a alguien querido, de cualesquiera dolorosa sea la enfermedad, puede ser chungo, pero por lo menos es algo conocido, entendido de alguna manera, en una manera apreciable e incluso encaminandonos hacia un lugar, porque existe un proceso: enfermedad, declive, muerte, luto, recuperación emocional. Pero el horror precioso de “Madame George” y “Cyprus Avenue” es precisamente que las personas en estas canciones no están muertas: estamos contemplando la vida, en su plenitud, y de lo que sufren estas personas no es una enfermedad sino su propia naturaleza, a menos que la naturaleza sea una enfermedad.
Un hombre se sienta en su coche en una calle de tres carriles, mirando a una niña de catorce años caminar a casa después de la escuela, perdidamente enamorado de ella. Casi he llegado a las manos con muchos amigos por mi insistencia en que mucho del material temprano de VanMorrison, tenía una reiterada obsesión con el tema de la pederastia, pero aquí es algo que por una vez puede ser entendido de esa manera o por algo diferente. Él la ama. Por culpa de éso está deseperado. Temblando. Paralizado. Enloquecido. La naturaleza se ríe de él. Ya que sólo la naturaleza se puede reír de si misma. ¿O acaso es el amor natural en primer lugar? No importa. Al final de la canción entra en una especie de extasis alucinatorio; la música duele y suspira mientras rueda. Éste es un dolor supremo, aquel de estar encarcelado como un espectador. Y quizás no muy lejos de “T.B.Sheets”, con la excepción de que debe ser mucho más romanticamente fácil sentarse y ver morir a alguien al que amas que verles en la flor de la juventud y salud y saber que nunca, nunca podrás tenerles, nunca podrás hablarles.
“Madame George” es el remolino del disco. Posiblemente una de las más compasivas piezas de música jamás hechas, nos pregunta, no, organiza que veamos la situación de lo que seré yo brutal y llamaré una desamparada drag queen con tanta empatía que cuando el cantante le hace daño, nosotros también. (Morrison dijo por lo menos en una entrevista que la canción no tiene nada que ver con nigún travesti- respondiendo rapidamente que en cuanto a él se refiere- pero éso es una gilipollez). La belleza. sensibilidad, santidad de la canción es que no hay nada sensacionalista, explotativo ni oscuro en ella; en cierta manera Van tiene razón cuando insiste que no es acerca de una drag queen, como estaban mis amigos en lo cierto y yo equivocado respecto la “pederastia”- es acerca de una persona, como todas las grandes canciones, toda la buena literatura.
El escenario es el mismo que en la canción anterior- Cyprus Avenue, aparentemente un lugar donde la gente se dejaba caer, impulsados por el deseo, en momentos de naufragio carnal, enfrentamientos con caras avinagradas contra su destino. Es un lugar elemental de juicios sin pena-viento y lluvia aparecen en las dos canciones- y suficientemente interesante, es un lugar de los más crueles juicios de adultos a manos de niños, en ambos casos objetos de amor absolutamente indiferentes a sus potenciales amantes adultos. Los chavales de Madame George son completamente despreciativos- como los erizos callejeros que acaban canibalizando al primo homosexual en De Repente, el Último Verano, sólo son felices de aparecer mientras haya música, fiestas, bebidas gratis y pitillos, y sólo escupen con malicia en los cariños de George cuando todo el matute se acaba, el invierno enterrador instalándose no sólo con viento y lluvia pero también con granizo, aguanieve y nieve.
Lo que puede parecer más extraño de todo pero realmente no lo es, es que exactamente esas características que en teoría deberían hacer a George más patético- edad, borracheras, la manera que los chavales le quitan su dinero y destrozan su amor- despiertan algo por George en el corazón del chaval que canta esta canción. Obviamente el niño no simplemente se “enamora con amor” [N. del T.: del original "fallen in love with love".], o algo así, pero en vez-¿qué? Por qué, simplemente eso que se hunde en la más jodida de las perversiones, puede hacer que un ser humano ame a otro por algo diferente a su humanidad: amarle por su debilidad, sus defectos, finalmente quizás por su declive. El declive es humano- uno de los mensajes últimos acá, y de ninguna manera verbal quiero decir decadencia. Lo que quiero decir es que en esta canción o en su inspiración, VanMorrison vió absolutamente la posibilidad de amar a seres humanos en el extremo más radical de la miseria, y que las implicaciones tales son horrorosas, mucho más jodidas que la simple visión de cuerpos empeorados por la edad o la aparente absurdidad de un hombre dedicando su vida a la tambaleante estrategia de intentar parecer una mujer.
Puedes decir para amar las preguntas que tengas para amar las repuestas que apresuren el final del amor que es amado para amar la jodida desigualdad de la experiencia humana que ama decir que se eleva sobre éstos que pierden el amor que ama amar la libertad que podría haber tenido, el tren a la libertad, pero nunca nos montamos, preferimos agitarnos generosamente mientras nos alejamos de aquellos que son víctimas de si mismos. ¿Pero quienes somos nosotros para decir que alguien que se victimiza a si mismo no es merecedor de nuestra total compasión, como el más jodido y abandonado huérfano del tercer mundo en un anuncio de la revista New Yorker? Nah, mejor pisotear por encima de los cuerpos, por lo menos le dan el respeto que podrían haberse merecido en algun momento.. Donde yo vivo, en Neva York (no para empeorarlo aún más, lo que resulta difícil), todo dios que conozco pisotea cuerpos normalmenteque bien pueden estar muertos o muriéndose, sin dolor. Y me pregunto en qué proyecto fué originalmente concebido que tal acción muestre a los despojos humanos el tremendo respeto que merecen.
Hay por supuesto una razón fundamental- que hostias sino vamos a hacer- pero no aguanta más que nuestro miedo por nuestra propia impotencia ante la simpleza de la vida como verdaderamente es: una llanura que se extiende hasta el infinito más allá de los horizontes que hemos inventado. Vamos, mátalo. Mientras escribo ésto, puedo leer en el Village Voice [N. del T.: periódico gratuito de tirada semanal con base en Nueva York.] anuncios de gente que está abriendo clubes de sadomaso heterosexual en Manhattan, con logos como “el sadomaso es simplemente otra igualmente válida forma de amar. ¿Por qué la gente no acepta lo que nunca entenderá?”. Te mete ganas de saltar por la ventana de un quinto piso antes que ller sobre ello, pero apenas es el fin del mundo, ni siqueira es tan malo como los dolores que merodean por todas partes todos los diás, que son tomados tan a la ligera por todos nosotros como sucesos de la vida. Quizás se reduzca a cuánto eres capaz de compremeterte. Si aceptas por un sólo momento la idea de que cada vida humana es tan delicada y preciosa como un copo de nieve y luego te encuentras a un alcohólico en un portal, te tiene que doler hasta que sientas como una esponja de todos los problemas de los otros hijos de puta, hasta que te sientes como un hijo de puta, y marcas el debido territorio. Parás de sentir. En cuanto te des cuenta empiezas a morir. así que te peleas contigo mismo. ¿Hasta cuánto horror puedo permitirme reflexionar? Tal vez el maniquí más paralizado es más sabio que alguien que sólo permite a su sensibilidad conducirles a destruir cada cosa que tocan- pero de nuevo, inclinar unos pelos el sombrero de Madame George, sólo para darnos cuenta que esa persona existe, sólo para tocar su mejilla y luego probablemente caducarla porque la comprensión de que debes compartir el mundo con él resulta finalmente insoportable, es simplemente dar el primer paso. La realización de la vida es sólo sobre ese bajón y esa exaltación y esa insoportabilidad y ese solicitar. Por favor vuelve y déjame solo. Pero cuando estamos juntos a solas podemos hablar todo lo que queramos sobre la universalidad de este abismo: no hay ninguna diferencia, el más alto sólo se encuentra con lo más bajo para algún auxilio mentido, UNICEF para los familiares, así que rascas y escupes maldiciendo con violenta resignación el escrupuloso hecho de que no hay nada que hacer sino rechazar finalmente a cualquiera que sufra más que tú. En tal momento, otra respiración es una traición. éso es por lo que abandonas tus causas liberales, abandonas a su muerte al sufrimiento humano en una miseria peor a la anterior a tu presencia. Les diste esperanzas. Lo que te hace más despreciable que la carroña escrufulosa. Más despreciable que los chavales ignorantes que se meterían con Madame George por un par de pitillos. Porque has cometido el crimen del conocimiento, y por lo tanto no solamente has caminado lejos o por encima de alguien que sabías que estaba sufriendo, pero tambien has violado su privacidad, la última posesión del desahuciado.
Tal conocimiento es posiblemente la peor cosa que le pueda pasar a una persona (una persoan afortinada), a´si que nos es un milagro que el protagonista de Morrison rechazase a Madame George, huyese a la estación de tren, intenatndo escapar tan lejos de lo que había visto como la vida le dejase. Y no es ningún milagro, tampoco, que VanMorrison nunca estuviera tan cerca de mirar a la vida a la cara otra vez, no es niguna sorpresa que se conviertiera a Tupelo Honey [N. del T.: quinto disco de VanMorrison publicado en Octubre de 1971] e incluso a Hard Nose the Highway [N. del T.: séptimo disco de VanMorrison publicado en 1973] con su lado del disco enterito sobre la caida de hojas. En Astral Weeks y en “T.B.Sheets” se enfrentó con suficientes problemas como para llenar la vida entera de cualquier persona. Por supuesto, habiendo sido ofrecido tal inconmensurablemente emocionante e igualmente escalofriante regalo por Morrison, uno apenas puede ser culpado por no preocuparse mucho por el viejo, viejo Woodstock y pequeñas homilias como “Tienes que lograrlo en este mundo tú solo” y “Llévalo a donde lo encuentras” [N. del T.: del orginal "You've got to make it through this world on your own" y "Take it where you find it"].
Por el otro lado, debe ser señalado también que la desolación, el dolor y la angustia son apenas las únicas cosas en la vida, o en Astral Weeks. Simplemente son las cosas, quizás, que más facilmente podemos arragar y explicar, lo que supongo muestra el nivel al que han evolucionado nuestras almas. Dije que no reduciría las otras canciones en este album mediante el intentar explicarlas, y no lo haré. Pero eso no quiere decir, de todas todas, una juxtaposición de poetas no pueda estar en orden.
Si me aventuré en la estela
entre los viaductos de tus sueños
donde las llantas de acero móviles se rompen
y la cuneta y las carreteras secundarias acaban
Podrías encontrarme
Besarías mis ojos
y me tumbarías
con calma en silencio
para nacer de nuevo
-Van Morrison
Se ha llenado de luces
Mi corazón de seda,
De campanas perdidas,
De lirios y de abejas,
Y yo me iré muy lejos,
Más allá de esas sierras,
Más allá de los mares
Cerca de las estrellas,
Para pedirle a Cristo
Señor que me devuelva
Mi alma antigua de niño,
Madura de leyendas,
Con el gorro de plumas
Y el sable de madera.
-Federico García Lorca
-Revista Stranded, 1979
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
nadie interesado en el León de Belfast?
claro, donde esten WASP o Jelogüin...
claro, donde esten WASP o Jelogüin...
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
A mí me gusta Van Morrison (sobre todo los primeros discos); en concreto, Astral Weeks, es uno de mis favoritos. Pero ese texto es kilométrico...
Little Bastard- Mensajes : 19944
Fecha de inscripción : 11/02/2009
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Napoleon Wilson escribió:nadie interesado en el León de Belfast?
claro, donde esten WASP o Jelogüin...
presente!
hay perdido por ahi un topic sobre Van the Man
clint eastwood- Mensajes : 12465
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
impresionante obra maestra
desgraciados
desgraciados
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Napoleon Wilson escribió:impresionante obra maestra
desgraciados
eldritch- Mensajes : 2650
Fecha de inscripción : 11/09/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Discazo pero por alguna razón extraña siempre me ha gustado más Moondance
SISTER-MORPHINE- Mensajes : 5736
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
SISTER-MORPHINE escribió:Discazo pero por alguna razón extraña siempre me ha gustado más Moondance
Arturo Bandini- Mensajes : 10245
Fecha de inscripción : 22/01/2010
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Arturo Bandini escribió:SISTER-MORPHINE escribió:Discazo pero por alguna razón extraña siempre me ha gustado más Moondance
dos obras maestras totalmente superlativas :una más introspectiva ,y la otra más luminosa y accesible............. .............
from the mars hotel- Mensajes : 24010
Fecha de inscripción : 19/05/2009
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
from the mars hotel escribió:Arturo Bandini escribió:SISTER-MORPHINE escribió:Discazo pero por alguna razón extraña siempre me ha gustado más Moondance
dos obras maestras totalmente superlativas :una más introspectiva ,y la otra más luminosa y accesible............. .............
Me encantan ambos, pero mi preferido es... Tupelo Honey
eldritch- Mensajes : 2650
Fecha de inscripción : 11/09/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
eldritch escribió:from the mars hotel escribió:Arturo Bandini escribió:SISTER-MORPHINE escribió:Discazo pero por alguna razón extraña siempre me ha gustado más Moondance
dos obras maestras totalmente superlativas :una más introspectiva ,y la otra más luminosa y accesible............. .............
Me encantan ambos, pero mi preferido es... Tupelo Honey
otro discazo.............. ..............
from the mars hotel- Mensajes : 24010
Fecha de inscripción : 19/05/2009
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Van tuvo una época inspiradísima: astral weeks, moondance, tupelo honey, his band and the street choir, saint dominic´s preview, veedon fleece...
Muy grande.
Muy grande.
Fronkonstin- Mensajes : 1645
Fecha de inscripción : 24/05/2009
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Yo sin embargo flipo con la pausa de Hymns to the silence.
Felix the cat- Mensajes : 1982
Fecha de inscripción : 01/05/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Fronkonstin escribió:Van ...
Muy grande.
Lester Bangs escribió:
asumió en su momento la calidad de un faro, una luz en las lejanas malolientes orillas de la turbiedad; aún más, fué una prueba de que quedaba algo que expresar artísticamente más allá del nihilismo y la destrucción.
Lester Bangs escribió:Astral Weeks, en la medida en la que puede ser identificado, es un disco sobre gente atónita ante la vida, completamente arrollada, estancada en sus cuerpos, sus edades y en ellos mismos, paralizados por la majestuosidad que pueden entender en un momento de visión. Es un regalo precioso y terrible, nacido de una verdad horrorosa, porque lo que ven es infinitamente bonito y a la vez terminalmente aterrador:la ilimitada capacidad humana de crear o destruir, según qué capricho. No es misticismo oriental o visión sicodélica de la esmeralda ulterior, ni niguna percepción Baudeleiriana de la belleza sórdida y grotesca. Quizás a lo que se reduce es al conocimiento momentáneo del milagro vital, que es inevitablemente concomitante, un atisbo vertiginoso de la capacidad de ser lastimado, y la capacidad de inflingir tal dolor.
joer, qué épico el señor Bangs
guaje- Mensajes : 13636
Fecha de inscripción : 24/04/2008
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
cada vez que digo que lo traigan al Azkena la gente dice que no pega.... lo que hay que escuchar
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
y cada vez que confirman un grupo heavy para el azkena hay gente que dice que no pega...Stoner escribió:cada vez que digo que lo traigan al Azkena la gente dice que no pega.... lo que hay que escuchar
Telekon- Mensajes : 6797
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Hola.
No consigo entrar en "Astral Weeks", no se a que se debe... pero se me hace un poco plomizo.
Encontré "Tupelo Honey" hace tiempo tirado de precio, lo pillé a ciegas y me gustó mucho... así que despues compré la aclamada obra pero... nada, no hay manera.
No consigo entrar en "Astral Weeks", no se a que se debe... pero se me hace un poco plomizo.
Encontré "Tupelo Honey" hace tiempo tirado de precio, lo pillé a ciegas y me gustó mucho... así que despues compré la aclamada obra pero... nada, no hay manera.
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
no pasa nadaBela Lugosi's dad escribió:Hola.
No consigo entrar en "Astral Weeks", no se a que se debe... pero se me hace un poco plomizo.
Encontré "Tupelo Honey" hace tiempo tirado de precio, lo pillé a ciegas y me gustó mucho... así que despues compré la aclamada obra pero... nada, no hay manera.
yo tardé casi 10 años en apreciar ese disco
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?
O me tiro al recopilatorio?
elway- Mensajes : 34129
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Astral Weeks, Moondance y ya está bienelway escribió:Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?
Coltrane- Mensajes : 19467
Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Napoleon Wilson escribió:no pasa nadaBela Lugosi's dad escribió:Hola.
No consigo entrar en "Astral Weeks", no se a que se debe... pero se me hace un poco plomizo.
Encontré "Tupelo Honey" hace tiempo tirado de precio, lo pillé a ciegas y me gustó mucho... así que despues compré la aclamada obra pero... nada, no hay manera.
yo tardé casi 10 años en apreciar ese disco
Es posible, además que soy de los que gustan de esos discos que no entran a la primera. La verdad es que "Tupelo honey" me parece bastante más directo. "Wild Night" es uno de esos temas que te puede levantar un dia chungo por sí solo, y claro con esa entrada te metes en el disco desde el minuto 1.
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Napoleon Wilson escribió:Astral Weeks, Moondance yelway escribió:Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?ya está bien
tupelo honey, saint dominic's preview y veedon fleece, por ejemplo...
y por encima de todos, el doble directo, it's too late to stop now...
cablehogue- Mensajes : 40446
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
cablehogue escribió:Napoleon Wilson escribió:Astral Weeks, Moondance yelway escribió:Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?ya está bien
tupelo honey, saint dominic's preview y veedon fleece, por ejemplo...
y por encima de todos, el doble directo, it's too late to stop now...
Gracias Napo y Cable.
elway- Mensajes : 34129
Fecha de inscripción : 12/02/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Entra mejor la versión en directo que publicó hace poco.Napoleon Wilson escribió:no pasa nadaBela Lugosi's dad escribió:Hola.
No consigo entrar en "Astral Weeks", no se a que se debe... pero se me hace un poco plomizo.
Encontré "Tupelo Honey" hace tiempo tirado de precio, lo pillé a ciegas y me gustó mucho... así que despues compré la aclamada obra pero... nada, no hay manera.
yo tardé casi 10 años en apreciar ese disco
Enric67- Mensajes : 38853
Fecha de inscripción : 24/12/2012
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
elway escribió:cablehogue escribió:Napoleon Wilson escribió:Astral Weeks, Moondance yelway escribió:Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?ya está bien
tupelo honey, saint dominic's preview y veedon fleece, por ejemplo...
y por encima de todos, el doble directo, it's too late to stop now...
Gracias Napo y Cable.
Yo, tras el paso de los años, creo que Veedon Fleece es su obra más fascinante. Astral Weeks, Moondance, Tupelo, Saint Dominic´s y otros son sensacionales también.
Arturo Bandini- Mensajes : 10245
Fecha de inscripción : 22/01/2010
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Su directo en Liverpool el año pasado fue espectacular, lo tengo grabado en la memoria a pesar de su brevedad.
Arturo Bandini- Mensajes : 10245
Fecha de inscripción : 22/01/2010
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Arturo Bandini escribió:elway escribió:cablehogue escribió:Napoleon Wilson escribió:Astral Weeks, Moondance yelway escribió:Cinco discos imprescindibles de Van Morrison?
O me tiro al recopilatorio?ya está bien
tupelo honey, saint dominic's preview y veedon fleece, por ejemplo...
y por encima de todos, el doble directo, it's too late to stop now...
Gracias Napo y Cable.
Yo, tras el paso de los años, creo que Veedon Fleece es su obra más fascinante. Astral Weeks, Moondance, Tupelo, Saint Dominic´s y otros son sensacionales también.
His Band And The Street Choir es magnífico, por ejemplo.
Arturo Bandini- Mensajes : 10245
Fecha de inscripción : 22/01/2010
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
En estos momentos de mi vida tengo suficiente con escuchar a Van Morrison. Así estoy... Cualquier disco o concierto me reconforta y me gusta.
Silke_- Mensajes : 5428
Fecha de inscripción : 23/03/2014
Re: Van Morrison "Astral Weeks"
Silke_ escribió:En estos momentos de mi vida tengo suficiente con escuchar a Van Morrison. Así estoy... Cualquier disco o concierto me reconforta y me gusta.
Directo brutal!!! Vaya bandaza que llevaba!!!
marcos0024- Mensajes : 3975
Fecha de inscripción : 14/04/2008
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