VOX, el nuevo partido fachoide
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Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Rockin' Yakuza escribió:
swamsonite- Mensajes : 4347
Fecha de inscripción : 21/04/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
Daeshu- Mensajes : 10519
Fecha de inscripción : 17/10/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
Mónica Ceide y Carmen López deberían fundar un partido político nuevo.
Adso- Mensajes : 33136
Fecha de inscripción : 03/12/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
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Eric Sachs- Mensajes : 70467
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Eric Sachs escribió:Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
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Sigo el programa, ¿está tan loca como parece?
Clairvoyant- Mensajes : 19139
Fecha de inscripción : 03/07/2011
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Eric Sachs escribió:Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
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Daeshu- Mensajes : 10519
Fecha de inscripción : 17/10/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Clairvoyant escribió:Eric Sachs escribió:Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
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Sigo el programa, ¿está tan loca como parece?
No sabia que estuviera saliendo en la tele.
No se, no la veo desde que se caso hace como 20 años no se siquiera si seguira casada con el mismo fulano.
Los padres eran amigos de mis padres y a veces quedabamos con ellos a comer y cosas de estas.
Me sorprende que sea facha los padres no lo eran.
Eric Sachs- Mensajes : 70467
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Clairvoyant escribió:Eric Sachs escribió:Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
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Sigo el programa, ¿está tan loca como parece?
Me sumo a la pregunta.
Lo mejor, cuando se toma dos copas y se le va la mano a la palanca de cambios del chulo padel del otro
Godofredo- Mensajes : 145725
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Eric Sachs escribió:Clairvoyant escribió:Eric Sachs escribió:Daeshu escribió:http://www.vanitatis.elconfidencial.com/television/2016-02-15/monica-ceide-de-vox-a-casados-a-primera-vista-y-portada-de-interviu_1152215/
La madre que me pario
Yo conozco a esta tipa.
Sigo el programa, ¿está tan loca como parece?
No sabia que estuviera saliendo en la tele.
No se, no la veo desde que se caso hace como 20 años no se siquiera si seguira casada con el mismo fulano.
Los padres eran amigos de mis padres y a veces quedabamos con ellos a comer y cosas de estas.
Me sorprende que sea facha los padres no lo eran.
A ver, casada con ese fulano no puede estar porque ahora se ha casado con otro sin conocerle...
Esta noche lo echan, en mi casa es un must (mañana supershore y el jueves cuéntame, me doy a la lectura ). Reconozco que a veces me hace gracia, sobre todo con el asturianu brutu y el aborto de alien desagradable que le ha tocao
Godofredo- Mensajes : 145725
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Joder, con esta ya son dos portadas de inverviu que conozco, Esta y Aida nizar.
Me debo haber codeado con toda la inmundicia en Lugo o algo.
Me debo haber codeado con toda la inmundicia en Lugo o algo.
Eric Sachs- Mensajes : 70467
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
¿ Conoces a Aida Nízar?
Rikileaks- Mensajes : 82821
Fecha de inscripción : 17/01/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Si.Rikileaks escribió:¿ Conoces a Aida Nízar?
Del instituto.
Y si, esa si que estaba ya loca e su momento.
Eric Sachs- Mensajes : 70467
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Como se llamaba la madura que está buenísima de Vox que dimitió??
Esa no sale en interviú ni na de eso?
Esa no sale en interviú ni na de eso?
locovereas- Mensajes : 33247
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Joer Eric Sachs se codeaba con la creme de la creme.
Clairvoyant- Mensajes : 19139
Fecha de inscripción : 03/07/2011
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Cristina Seguí?locovereas escribió:Como se llamaba la madura que está buenísima de Vox que dimitió??
Esa no sale en interviú ni na de eso?
Daeshu- Mensajes : 10519
Fecha de inscripción : 17/10/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:Cristina Seguí?locovereas escribió:Como se llamaba la madura que está buenísima de Vox que dimitió??
Esa no sale en interviú ni na de eso?
Creo que sí. Manteca colorá.
Godofredo- Mensajes : 145725
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:Cristina Seguí?locovereas escribió:Como se llamaba la madura que está buenísima de Vox que dimitió??
Esa no sale en interviú ni na de eso?
Esa, esa.
locovereas- Mensajes : 33247
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Joder lo sorprendente es que l ahayan pillado para la tele/interviu etc.
Tiene la cara destrozada ( De joven era bastante guapa) , parece que tuviera 60 años y solo tiene coo 5 o 6 mas que yo.
Tiene la cara destrozada ( De joven era bastante guapa) , parece que tuviera 60 años y solo tiene coo 5 o 6 mas que yo.
Eric Sachs- Mensajes : 70467
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Cada día soy más fan de este partido.
loaded- Mensajes : 46000
Fecha de inscripción : 20/04/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
O sea, que antes en España había, como poco 150 millones de personas.
Ladylog- Mensajes : 24497
Fecha de inscripción : 16/11/2010
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Vox teruel...
Godofredo- Mensajes : 145725
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Y, además, antes en castellano se escribía juzgar. Ahora, por culpa de ellos, se escribe JUDGAR.Ladylog escribió:O sea, que antes en España había, como poco 150 millones de personas.
atila- Mensajes : 30965
Fecha de inscripción : 20/07/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Daeshu- Mensajes : 10519
Fecha de inscripción : 17/10/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Se superan...
Joseba- Mensajes : 71963
Fecha de inscripción : 02/09/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
La verdad es que no tienen techo.Joseba escribió:Daeshu escribió:Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Se superan...
Daeshu- Mensajes : 10519
Fecha de inscripción : 17/10/2012
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Daeshu escribió:La verdad es que no tienen techo.Joseba escribió:Daeshu escribió:Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Se superan...
Se les nota desesperaos. En los medios les nombran menos que kierkegaard... es tonta la soraya.
Como el pobrecito de upyd cuando fue al debate con las caretas aquellas.
Si no te enfocan las teles, tienes que ir montando el circo y ni por esas.
Godofredo- Mensajes : 145725
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Fachas, los hay tanto de derechas como de izquierdas.
El leninismo puede ser considerado como una ideología fascista :
El leninismo, ideología fascista
x Miguel Amorós. Publicado en klinamen.org
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante.
“¡Liberar a la Humanidad del yugo bienhechor del Estado! Es extraordinario hasta qué punto los instintos criminales anidan en el hombre. Lo digo claramente: criminales. La libertad y el crimen van tan íntimamente liados, si usted prefiere, como el movimiento de un avión y su velocidad. Si la velocidad del avión es nula, permanece inmóvil, y si la libertad del hombre es nula, no comete crímenes. Está claro. El único medio de librar al hombre del crimen es librarlo de la libertad.”
Evgeni Zamiatin, Nosotros, 1920.
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante. El tiempo no perdona y el fracaso final del leninismo ocurrido entre 1976 y 1980 ha llevado a los creyentes que sobrevivieron a una supervivencia esquizoide. Como ya estudió Gabel, el precio a pagar por su fe es una conciencia escindida, una especie de doble personalidad. Por un lado la realidad desmiente el dogma hasta en el menor detalle, y por el otro, la interpretación militante ha de retorcerla, encorsetarla y manipularla hasta el delirio para amoldarla al dogma y fabricar un relato maniqueo sin contradicciones. Como si de una Biblia se tratase, en dicho relato están todas las respuestas. El cuento leninista suprime la angustia que en el creyente engendran las contradicciones de la práctica, lo que constituye una poderosa arma para escapar a la realidad. El resultado sería patético para el resto de los seres vivos si los debates abundaran en el seno de un proletariado combativo como el de los años setenta, pero dado el estado actual de la conciencia de clase, o lo que es lo mismo, dada la inversión espectacular de la realidad, donde “lo verdadero es sólo un momento de lo falso”, la presencia de sectarios leninistas en las escasas discusiones de base no contribuye sino a la confusión reinante. El papel objetivo de las sectas consiste en falsificar la historia, ocultar la realidad, desviar la atención de los verdaderos problemas, sabotear la reflexión sobre las causas del triunfo capitalista, bloquear la formulación de tácticas de lucha adecuadas, impedir en fin el rearme teórico de los oprimidos. Los leninistas fosilizados de hoy ya no son (porque no pueden) la vanguardia de la contrarrevolución de hace treinta años o de hace sesenta, pero su función sigue siendo la misma: trabajar para la dominación como agentes provocadores.
Dada la descomposición actual de la ideología quizás conviniese hablar de leninismos, pero lejos de perdernos en los matices que separan las distintas sectas intentaremos agrupar las características afines, que son las que mejor las definen, a saber, la negación rotunda de que en 1936 hubiera una revolución obrera, la afirmación igual de rotunda de la existencia de una clase obrera en constante avance y la creencia en el advenimiento del partido dirigente, guía de los trabajadores en la marcha hacia la revolución. Lo primero les viene, bien de los análisis derrotistas y capituladores de la revista belga “Bilan”, bien de los dictados triunfalistas del Komintern y del PCE. Si en un caso era cuestión de una guerra imperialista, en el otro, se trataba de una guerra de la independencia; en ambos, el proletariado debía dejarse machacar. En el universo leninista Lenin es la Virgen María; la clase obrera de la que hablan es como la cristiandad. Un chiíta del leninismo, es decir, un bordiguista, se lamentaba en la web: “¿Si nos quitan la clase obrera, qué nos queda?” En efecto, para los leninistas la clase obrera tiene una función ritual, terapéutica si se quiere, psicológica. Es un ente ideal, una abstracción, en nombre de la cual ha de tomarse el poder. No es que no exista, es que nunca ha existido. Inventada por Lenin a partir del modelo ruso de 1917, una clase obrera minoritaria en un país feudal de población eminentemente campesina asequible a una dirección exterior compuesta por intelectuales organizados como partido, no es precisamente algo que veamos todos los días. Pertenece a un pasado caduco. Es un ideal utópico, antihistórico. Sin bromas, la secta trotsquista posadista creyó haberla encontrado entre los extraterrestres de una galaxia lejana desde donde enviaban a la Tierra platillos volantes con mensajes socialistas. Los mensajes de los ovnis debieron cundir porque el proletariado leninista aparece en toda sopa planetaria; según la prensa leninista su epifanía puede suceder en cualquier acontecimiento, por ejemplo, en la guerra civil de Irak, en las movilizaciones de estudiantes franceses, o en la constitución de una “izquierda” sindical, aunque lo más frecuente sea en los conflictos laborales. Como no hay historia para el leninismo después de la toma del Palacio de Invierno, desde la Revolución Rusa parece que no hayan habido ni derrotas ni victorias significativas, a lo sumo algún traspiés dentro de una línea evolutiva invariable que conduce a una clase obrera impoluta, esperando a los curas de la iglesia, sus líderes, miembros por derecho del “partido”. Porque el verdadero sujeto histórico para los leninistas no es la clase sino el partido. El partido es el criterio absoluto de la verdad, que no existe por sí misma sino dentro de él, en las sagradas escrituras correctamente interpretadas. Dentro de el partido, la salvación; fuera, la condenación eterna. Ese vanguardismo alucinado es el rasgo más antiproletario del leninismo puesto que la idea de partido único mesiánico es ajena a Marx; proviene de la burguesía masona y carbonaria. Marx llamaba partido al conjunto de fuerzas que luchaban por la autoorganización de la clase obrera, no a una organización autoritaria, luminada, exclusiva y jerarquizada. Es revelador que los leninistas vean hoy los intereses económicos particulares como intereses de clase, cuando ya no lo son, y que, en los setenta, cuando lo eran, los trataban como asuntos sindicales, “tradeunionistas”. La diferencia radica en que entonces el proletariado luchaba a su modo, con sus propias armas, las asambleas. Eso es lo que transformaba la reivindicación parcial en exigencia de clase. Pero los leninistas desprecian las formas realmente proletarias de organización y de lucha: las asambleas, los comités elegidos y revocables, el mandato imperativo, la autodefensa, las coordinadoras, los consejos... Y las desprecian porque en tanto que formas de poder obrero ignoran los partidos y disuelven al Estado, incluido al Estado “proletario”. Por eso han ocultado tanto como los medios de comunicación la existencia del Movimiento Asambleario durante los setenta, porque son enemigos de una clase obrera real que no se parece en nada a la suya y odian por razones evidentes sus formas organizativas específicas. Al contrario de Marx, para los leninistas el ser no determina la conciencia, por lo que hay que inculcarla mediante el apostolado de los líderes. Los obreros no pueden alcanzar, según Lenin, más que una conciencia sindicalera y deben plegarse al papel de simples ejecutantes; los sindicatos que los encuadran y controlan son por lo tanto la correa de transmisión del partido. Eso no es óbice para que los leninistas alaben las asambleas y los consejos si ello les permite ejercer alguna influencia y reclutar adeptos. Durante los setenta llegaron a apoyarlas pero tan pronto como se sintieron fuertes las traicionaron, tal como, salvando las diferencias, hizo Lenin con los Soviets.
La revista “Living Marxism”, animada por Paul Mattick, lanzaba la consigna de que “la lucha contra el fascismo comienza por la lucha contra el bolchevismo”. Durante la década de los cincuenta el capitalismo de los ejecutivos evolucionaba hacia los modos totalitarios del capitalismo de Estado soviético. Hoy, cuando la clase burocrática comunista se ha convertido al capitalismo y el mundo es arrastrado hacia la dominación fascista por la vía tecnológica, la ideología leninista es residual, polvorienta y museográfica. No estudia al capitalismo porque éste no es su enemigo, y por supuesto no quiere luchar contra él. Simplemente hace como el ajo, se repite. La labor principal de sus sectas consiste en competir unas con otras señalando “un punto particular que las distingue del movimiento de la clase” (Marx). La batalla teórica contra los leninistas es pues un combate menor, algo así como dar puntapiés a los muertos vivientes], pero en tanto que armazón primario de nuevas ideologías de la contrarrevolución como el hardt-negrismo no conviene descuidarla, y con este objetivo recordamos algunas banalidades de base acerca del leninismo que cualquiera podrá encontrar en las obras de Rosa Luxemburgo, Karl Korsch, los consejistas (Pannekoek, Gorter, Rülhe) o los anarquistas (Rocker, Volin, Archinoff). El leninismo a través de Negri y sus acólitos, como antes a través del estalinismo, su forma extremada, efectúa un retorno completo al pensamiento y a los modos de la burguesía, concretamente en la fase globalizadora totalitaria, manifiesto en su defensa del parlamentarismo, de los compromisos políticos, de la telefonía móvil y del espectáculo movimentista. El negrismo sostiene ideológicamente las fracciones débiles, perdedoras, de la dominación, la burocracia político administrativa, el aparato sindicalista y las clases medias, interesadas en un capitalismo intervenido por el Estado. Pero el leninismo no es diferente. Siempre defendió intereses contrarios al proletariado.
En la Rusia de 1905 no existía una burguesía capaz de lanzarse a la lucha contra el zarismo y la iglesia como futura clase dominante. Esa misión correspondió a los intelectuales rusos, que buscaron el esclarecimiento de sus impulsos nacionalistas en el marxismo y hallaron sus mejores aliados en el campo obrero. El marxismo ruso tomó un aspecto completamente diferente del ortodoxo, puesto que en Rusia el trabajo histórico a cumplir era el de una burguesía demasiado débil: la abolición del absolutismo y la construcción de un capitalismo nacional. La teoría de Marx, adaptada por Kautsky y Bernstein, identificaba la revolución con el desarrollo de las fuerzas productivas y del Estado democrático correspondiente, lo que favorecía una praxis reformista que aunque podía funcionar en Alemania, no podía en Rusia. Si bien Lenin aceptaba íntegramente el revisionismo socialdemócrata de Marx, sabía que la tarea de los socialdemócratas bolcheviques de derrocar al zarismo no podía llevarse a cabo sin una revolución, para la que se necesitaban mejores fuerzas que las de los liberales rusos. Una revolución burguesa sin burgueses, y aún en su contra. La revuelta obrera de 1905 dejó al régimen absoluto malherido y la revolución de febrero de 1917 acabó con él. Aunque fue una insurrección obrera y campesina no tenía programa revolucionario ni consignas particulares, por lo que los representantes de la burguesía ocuparon su lugar. La burguesía no supo estar a la altura, mientras el proletariado se instruía políticamente y tomaba conciencia de sus objetivos; en poco tiempo la revolución perdía su carácter burgués y adoptaba un aire decididamente proletario. Durante julio-agosto Lenin aún defendía un régimen burgués con presencia obrera pero viendo el avance de los Soviets o consejos obreros cambió de orientación y lanzó la consigna del poder a los soviets, e incluso llegó a teorizar sobre la extinción del Estado. Pero la idea de poder horizontal era ajena a Lenin, que había organizado un partido sobre el modelo militar burgués, vertical, centralizado, decidiendo siempre desde arriba, con la dirección y la base fuertemente separadas. Si estaba a favor de los soviets era para intrumentalizarlos y tomar el poder. Su principal función no fue el desarrollo de los soviets, que no tenían cabida en su sistema; fue la conversión del partido bolchevique en aparato burocrático estatal, la introducción del autoritarismo burgués en el ejercicio y la representación del poder. A los soviets, los protagonistas de la revolución de octubre, en poco tiempo les fue escamoteado su poder por un Estado “proletario” que no supieron destruir. Los bolcheviques combatieron en nombre de “la dictadura del proletariado” el control obrero y la implantación de la revolución en los talleres y las fábricas, y, en general, la manifestación soberana de la voluntad obrera en organismos de democracia directa. En 1920 habían acabado con la revolución proletaria y los soviets ya no eran más que organismos castrados, decorativos. Los últimos bastiones de la revolución, los marinos de Kronstadt y el ejército makhnovista fueron aniquilados más tarde. Al tiempo que destruían los soviets, los emisarios bolcheviques desembarcaban en Alemania, donde el consejismo había despertado en las masas obreras y los consejos estaban a punto de convertirse en órganos efectivos de poder proletario, para asestar una puñalada por la espalda a la revolución. Por todas partes desacreditaron la consigna de Consejos Obreros y propugnaron la vuelta a los sindicatos corruptos y al partido socialdemócrata. La revolución consejista alemana cayó bajo el peso de la calumnia, la intriga y el aislamiento provocado por los bolcheviques. Sobre sus cenizas pudo reconstituirse, con la bendición de Lenin, la vieja socialdemocracia y el Estado alemán de posguerra. Lenin no dejó de combatir a los defensores del sistema de consejos cubriéndoles de improperios en el folleto preferido de todos sus seguidores, “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo.” Ahí se quitó la máscara. Abrumando con falsedades a los comunistas de izquierda y a los Consejos, Lenin defendía su seudosocialismo panruso, que llevado a la práctica por Stalin se revelaría un nuevo tipo de fascismo. Ni de lejos concebía que la liberación de los oprimidos sólo pudiera efectuarse mediante la destrucción del poder, del terror, del miedo, de la amenaza, de la constricción. Todo aquél que desee entronizar un orden burgués encontrará las mejores condiciones de hacerlo en la separación absoluta entre masas y dirigentes, vanguardia y clase, partido y sindicatos. Lenin quería una revolución burguesa en Rusia y había formado un partido perfectamente adaptado a la tarea, pero la revolución rusa adquirió carácter obrero y estropeó sus planes. Lenin tuvo que vencer con los soviets para después vencer contra ellos. El comunismo más la electrificación cedió el paso a la NEP y a los planes quinquenales de Stalin, dando lugar a una nueva forma de capitalismo donde una nueva clase, la burocracia, desempeñaba el papel de la burguesía. Era el capitalismo de Estado.[/color] En Europa, las masas obreras fueron frenadas, desanimadas y empujadas a la derrota hasta desmoralizarse y perder la confianza consigo mismas, camino que condujo a la sumisión y al nazismo. Hitler llegó fácilmente al poder porque los dirigentes socialdemócratas y estalinistas habían corrompido tanto al proletariado alemán que éste no reparó en entregarse sin queja. “Fascismo pardo, fascismo rojo” fue el título de un memorable folleto donde Otto Rülhe mostraba que el fascismo estalinista de ayer era simplemente el leninismo de anteayer. En él nos hemos inspirado para titular nuestro artículo.
Los paralelismos con la situación española de 1970-78 son obvios. Por un lado, el partido comunista oficial, estalinista, defendía una alianza con los sectores de la clase dominante que forzara una conversión democrática del régimen franquista. Su fuerza provenía principalmente de la manipulación de movimiento obrero, al que pretendía encuadrar dentro del aparato sindical fascista. Todos los procedimientos leninistas para impedir la autoorganización obrera fueron utilizados fielmente por el PCE. Los partidos izquierdistas, nacidos principalmente de la explosión del FLP, de escisiones del PCE y del Frente Obrero de ETA, no actuaron de otro modo. Todos atacaban al PCE por no ser suficientemente leninista y no perseguir, como Lenin, una revolución burguesa en nombre de la clase obrera. Le disputaban la dirección de Comisiones Obreras, trabajo inútil porque en 1970 Comisiones ya no era ningún movimiento social, sino la organización de los estalinistas y simpatizantes en las fábricas. Para conquistar posiciones hicieron concesiones a las genuinas formas obreras de lucha, las asambleas, pero nunca las fomentaron. Tras los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976 las diferencias con el PCE se desvanecieron y le siguieron en su política de compromisos. Se presentaron a elecciones, cosechando el más rotundo de los fracasos. Desaparecieron dejando un rastro de pequeñas sectas, pero su suicidio político fue también el del PCE, que a partir de 1980 se transformó en un partido testimonial, de ideología variable, sostenido sólo por algunos fragmentos proletarizados de la mediana y pequeña burguesía.
Unas cuantas verdades podemos aprender de la crítica clásica del leninismo en la que nos hemos basado. Que los fundamentos de la acción que incline la balanza social del lado contrario al capitalismo no se encontrarán con los métodos de organización del tipo sindicatos o partidos, ni en los parlamentos, ni en las instituciones estatales, ni en los centros comprometidos con cualquier aspecto de la dominación. Que las masas oprimidas se hallan aisladas y dispersas, sin amigos. Que los activistas han de poner por encima de todo la capacidad de asociación, el fortalecimiento de la voluntad de acción y el desarrollo de la conciencia crítica, incluso por encima de los intereses inmediatos. Que las masas han de escoger entre tener miedo o darlo.
Miguel Amorós
3 de diciembre de 2006.
El leninismo puede ser considerado como una ideología fascista :
El leninismo, ideología fascista
x Miguel Amorós. Publicado en klinamen.org
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante.
“¡Liberar a la Humanidad del yugo bienhechor del Estado! Es extraordinario hasta qué punto los instintos criminales anidan en el hombre. Lo digo claramente: criminales. La libertad y el crimen van tan íntimamente liados, si usted prefiere, como el movimiento de un avión y su velocidad. Si la velocidad del avión es nula, permanece inmóvil, y si la libertad del hombre es nula, no comete crímenes. Está claro. El único medio de librar al hombre del crimen es librarlo de la libertad.”
Evgeni Zamiatin, Nosotros, 1920.
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante. El tiempo no perdona y el fracaso final del leninismo ocurrido entre 1976 y 1980 ha llevado a los creyentes que sobrevivieron a una supervivencia esquizoide. Como ya estudió Gabel, el precio a pagar por su fe es una conciencia escindida, una especie de doble personalidad. Por un lado la realidad desmiente el dogma hasta en el menor detalle, y por el otro, la interpretación militante ha de retorcerla, encorsetarla y manipularla hasta el delirio para amoldarla al dogma y fabricar un relato maniqueo sin contradicciones. Como si de una Biblia se tratase, en dicho relato están todas las respuestas. El cuento leninista suprime la angustia que en el creyente engendran las contradicciones de la práctica, lo que constituye una poderosa arma para escapar a la realidad. El resultado sería patético para el resto de los seres vivos si los debates abundaran en el seno de un proletariado combativo como el de los años setenta, pero dado el estado actual de la conciencia de clase, o lo que es lo mismo, dada la inversión espectacular de la realidad, donde “lo verdadero es sólo un momento de lo falso”, la presencia de sectarios leninistas en las escasas discusiones de base no contribuye sino a la confusión reinante. El papel objetivo de las sectas consiste en falsificar la historia, ocultar la realidad, desviar la atención de los verdaderos problemas, sabotear la reflexión sobre las causas del triunfo capitalista, bloquear la formulación de tácticas de lucha adecuadas, impedir en fin el rearme teórico de los oprimidos. Los leninistas fosilizados de hoy ya no son (porque no pueden) la vanguardia de la contrarrevolución de hace treinta años o de hace sesenta, pero su función sigue siendo la misma: trabajar para la dominación como agentes provocadores.
Dada la descomposición actual de la ideología quizás conviniese hablar de leninismos, pero lejos de perdernos en los matices que separan las distintas sectas intentaremos agrupar las características afines, que son las que mejor las definen, a saber, la negación rotunda de que en 1936 hubiera una revolución obrera, la afirmación igual de rotunda de la existencia de una clase obrera en constante avance y la creencia en el advenimiento del partido dirigente, guía de los trabajadores en la marcha hacia la revolución. Lo primero les viene, bien de los análisis derrotistas y capituladores de la revista belga “Bilan”, bien de los dictados triunfalistas del Komintern y del PCE. Si en un caso era cuestión de una guerra imperialista, en el otro, se trataba de una guerra de la independencia; en ambos, el proletariado debía dejarse machacar. En el universo leninista Lenin es la Virgen María; la clase obrera de la que hablan es como la cristiandad. Un chiíta del leninismo, es decir, un bordiguista, se lamentaba en la web: “¿Si nos quitan la clase obrera, qué nos queda?” En efecto, para los leninistas la clase obrera tiene una función ritual, terapéutica si se quiere, psicológica. Es un ente ideal, una abstracción, en nombre de la cual ha de tomarse el poder. No es que no exista, es que nunca ha existido. Inventada por Lenin a partir del modelo ruso de 1917, una clase obrera minoritaria en un país feudal de población eminentemente campesina asequible a una dirección exterior compuesta por intelectuales organizados como partido, no es precisamente algo que veamos todos los días. Pertenece a un pasado caduco. Es un ideal utópico, antihistórico. Sin bromas, la secta trotsquista posadista creyó haberla encontrado entre los extraterrestres de una galaxia lejana desde donde enviaban a la Tierra platillos volantes con mensajes socialistas. Los mensajes de los ovnis debieron cundir porque el proletariado leninista aparece en toda sopa planetaria; según la prensa leninista su epifanía puede suceder en cualquier acontecimiento, por ejemplo, en la guerra civil de Irak, en las movilizaciones de estudiantes franceses, o en la constitución de una “izquierda” sindical, aunque lo más frecuente sea en los conflictos laborales. Como no hay historia para el leninismo después de la toma del Palacio de Invierno, desde la Revolución Rusa parece que no hayan habido ni derrotas ni victorias significativas, a lo sumo algún traspiés dentro de una línea evolutiva invariable que conduce a una clase obrera impoluta, esperando a los curas de la iglesia, sus líderes, miembros por derecho del “partido”. Porque el verdadero sujeto histórico para los leninistas no es la clase sino el partido. El partido es el criterio absoluto de la verdad, que no existe por sí misma sino dentro de él, en las sagradas escrituras correctamente interpretadas. Dentro de el partido, la salvación; fuera, la condenación eterna. Ese vanguardismo alucinado es el rasgo más antiproletario del leninismo puesto que la idea de partido único mesiánico es ajena a Marx; proviene de la burguesía masona y carbonaria. Marx llamaba partido al conjunto de fuerzas que luchaban por la autoorganización de la clase obrera, no a una organización autoritaria, luminada, exclusiva y jerarquizada. Es revelador que los leninistas vean hoy los intereses económicos particulares como intereses de clase, cuando ya no lo son, y que, en los setenta, cuando lo eran, los trataban como asuntos sindicales, “tradeunionistas”. La diferencia radica en que entonces el proletariado luchaba a su modo, con sus propias armas, las asambleas. Eso es lo que transformaba la reivindicación parcial en exigencia de clase. Pero los leninistas desprecian las formas realmente proletarias de organización y de lucha: las asambleas, los comités elegidos y revocables, el mandato imperativo, la autodefensa, las coordinadoras, los consejos... Y las desprecian porque en tanto que formas de poder obrero ignoran los partidos y disuelven al Estado, incluido al Estado “proletario”. Por eso han ocultado tanto como los medios de comunicación la existencia del Movimiento Asambleario durante los setenta, porque son enemigos de una clase obrera real que no se parece en nada a la suya y odian por razones evidentes sus formas organizativas específicas. Al contrario de Marx, para los leninistas el ser no determina la conciencia, por lo que hay que inculcarla mediante el apostolado de los líderes. Los obreros no pueden alcanzar, según Lenin, más que una conciencia sindicalera y deben plegarse al papel de simples ejecutantes; los sindicatos que los encuadran y controlan son por lo tanto la correa de transmisión del partido. Eso no es óbice para que los leninistas alaben las asambleas y los consejos si ello les permite ejercer alguna influencia y reclutar adeptos. Durante los setenta llegaron a apoyarlas pero tan pronto como se sintieron fuertes las traicionaron, tal como, salvando las diferencias, hizo Lenin con los Soviets.
La revista “Living Marxism”, animada por Paul Mattick, lanzaba la consigna de que “la lucha contra el fascismo comienza por la lucha contra el bolchevismo”. Durante la década de los cincuenta el capitalismo de los ejecutivos evolucionaba hacia los modos totalitarios del capitalismo de Estado soviético. Hoy, cuando la clase burocrática comunista se ha convertido al capitalismo y el mundo es arrastrado hacia la dominación fascista por la vía tecnológica, la ideología leninista es residual, polvorienta y museográfica. No estudia al capitalismo porque éste no es su enemigo, y por supuesto no quiere luchar contra él. Simplemente hace como el ajo, se repite. La labor principal de sus sectas consiste en competir unas con otras señalando “un punto particular que las distingue del movimiento de la clase” (Marx). La batalla teórica contra los leninistas es pues un combate menor, algo así como dar puntapiés a los muertos vivientes], pero en tanto que armazón primario de nuevas ideologías de la contrarrevolución como el hardt-negrismo no conviene descuidarla, y con este objetivo recordamos algunas banalidades de base acerca del leninismo que cualquiera podrá encontrar en las obras de Rosa Luxemburgo, Karl Korsch, los consejistas (Pannekoek, Gorter, Rülhe) o los anarquistas (Rocker, Volin, Archinoff). El leninismo a través de Negri y sus acólitos, como antes a través del estalinismo, su forma extremada, efectúa un retorno completo al pensamiento y a los modos de la burguesía, concretamente en la fase globalizadora totalitaria, manifiesto en su defensa del parlamentarismo, de los compromisos políticos, de la telefonía móvil y del espectáculo movimentista. El negrismo sostiene ideológicamente las fracciones débiles, perdedoras, de la dominación, la burocracia político administrativa, el aparato sindicalista y las clases medias, interesadas en un capitalismo intervenido por el Estado. Pero el leninismo no es diferente. Siempre defendió intereses contrarios al proletariado.
En la Rusia de 1905 no existía una burguesía capaz de lanzarse a la lucha contra el zarismo y la iglesia como futura clase dominante. Esa misión correspondió a los intelectuales rusos, que buscaron el esclarecimiento de sus impulsos nacionalistas en el marxismo y hallaron sus mejores aliados en el campo obrero. El marxismo ruso tomó un aspecto completamente diferente del ortodoxo, puesto que en Rusia el trabajo histórico a cumplir era el de una burguesía demasiado débil: la abolición del absolutismo y la construcción de un capitalismo nacional. La teoría de Marx, adaptada por Kautsky y Bernstein, identificaba la revolución con el desarrollo de las fuerzas productivas y del Estado democrático correspondiente, lo que favorecía una praxis reformista que aunque podía funcionar en Alemania, no podía en Rusia. Si bien Lenin aceptaba íntegramente el revisionismo socialdemócrata de Marx, sabía que la tarea de los socialdemócratas bolcheviques de derrocar al zarismo no podía llevarse a cabo sin una revolución, para la que se necesitaban mejores fuerzas que las de los liberales rusos. Una revolución burguesa sin burgueses, y aún en su contra. La revuelta obrera de 1905 dejó al régimen absoluto malherido y la revolución de febrero de 1917 acabó con él. Aunque fue una insurrección obrera y campesina no tenía programa revolucionario ni consignas particulares, por lo que los representantes de la burguesía ocuparon su lugar. La burguesía no supo estar a la altura, mientras el proletariado se instruía políticamente y tomaba conciencia de sus objetivos; en poco tiempo la revolución perdía su carácter burgués y adoptaba un aire decididamente proletario. Durante julio-agosto Lenin aún defendía un régimen burgués con presencia obrera pero viendo el avance de los Soviets o consejos obreros cambió de orientación y lanzó la consigna del poder a los soviets, e incluso llegó a teorizar sobre la extinción del Estado. Pero la idea de poder horizontal era ajena a Lenin, que había organizado un partido sobre el modelo militar burgués, vertical, centralizado, decidiendo siempre desde arriba, con la dirección y la base fuertemente separadas. Si estaba a favor de los soviets era para intrumentalizarlos y tomar el poder. Su principal función no fue el desarrollo de los soviets, que no tenían cabida en su sistema; fue la conversión del partido bolchevique en aparato burocrático estatal, la introducción del autoritarismo burgués en el ejercicio y la representación del poder. A los soviets, los protagonistas de la revolución de octubre, en poco tiempo les fue escamoteado su poder por un Estado “proletario” que no supieron destruir. Los bolcheviques combatieron en nombre de “la dictadura del proletariado” el control obrero y la implantación de la revolución en los talleres y las fábricas, y, en general, la manifestación soberana de la voluntad obrera en organismos de democracia directa. En 1920 habían acabado con la revolución proletaria y los soviets ya no eran más que organismos castrados, decorativos. Los últimos bastiones de la revolución, los marinos de Kronstadt y el ejército makhnovista fueron aniquilados más tarde. Al tiempo que destruían los soviets, los emisarios bolcheviques desembarcaban en Alemania, donde el consejismo había despertado en las masas obreras y los consejos estaban a punto de convertirse en órganos efectivos de poder proletario, para asestar una puñalada por la espalda a la revolución. Por todas partes desacreditaron la consigna de Consejos Obreros y propugnaron la vuelta a los sindicatos corruptos y al partido socialdemócrata. La revolución consejista alemana cayó bajo el peso de la calumnia, la intriga y el aislamiento provocado por los bolcheviques. Sobre sus cenizas pudo reconstituirse, con la bendición de Lenin, la vieja socialdemocracia y el Estado alemán de posguerra. Lenin no dejó de combatir a los defensores del sistema de consejos cubriéndoles de improperios en el folleto preferido de todos sus seguidores, “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo.” Ahí se quitó la máscara. Abrumando con falsedades a los comunistas de izquierda y a los Consejos, Lenin defendía su seudosocialismo panruso, que llevado a la práctica por Stalin se revelaría un nuevo tipo de fascismo. Ni de lejos concebía que la liberación de los oprimidos sólo pudiera efectuarse mediante la destrucción del poder, del terror, del miedo, de la amenaza, de la constricción. Todo aquél que desee entronizar un orden burgués encontrará las mejores condiciones de hacerlo en la separación absoluta entre masas y dirigentes, vanguardia y clase, partido y sindicatos. Lenin quería una revolución burguesa en Rusia y había formado un partido perfectamente adaptado a la tarea, pero la revolución rusa adquirió carácter obrero y estropeó sus planes. Lenin tuvo que vencer con los soviets para después vencer contra ellos. El comunismo más la electrificación cedió el paso a la NEP y a los planes quinquenales de Stalin, dando lugar a una nueva forma de capitalismo donde una nueva clase, la burocracia, desempeñaba el papel de la burguesía. Era el capitalismo de Estado.[/color] En Europa, las masas obreras fueron frenadas, desanimadas y empujadas a la derrota hasta desmoralizarse y perder la confianza consigo mismas, camino que condujo a la sumisión y al nazismo. Hitler llegó fácilmente al poder porque los dirigentes socialdemócratas y estalinistas habían corrompido tanto al proletariado alemán que éste no reparó en entregarse sin queja. “Fascismo pardo, fascismo rojo” fue el título de un memorable folleto donde Otto Rülhe mostraba que el fascismo estalinista de ayer era simplemente el leninismo de anteayer. En él nos hemos inspirado para titular nuestro artículo.
Los paralelismos con la situación española de 1970-78 son obvios. Por un lado, el partido comunista oficial, estalinista, defendía una alianza con los sectores de la clase dominante que forzara una conversión democrática del régimen franquista. Su fuerza provenía principalmente de la manipulación de movimiento obrero, al que pretendía encuadrar dentro del aparato sindical fascista. Todos los procedimientos leninistas para impedir la autoorganización obrera fueron utilizados fielmente por el PCE. Los partidos izquierdistas, nacidos principalmente de la explosión del FLP, de escisiones del PCE y del Frente Obrero de ETA, no actuaron de otro modo. Todos atacaban al PCE por no ser suficientemente leninista y no perseguir, como Lenin, una revolución burguesa en nombre de la clase obrera. Le disputaban la dirección de Comisiones Obreras, trabajo inútil porque en 1970 Comisiones ya no era ningún movimiento social, sino la organización de los estalinistas y simpatizantes en las fábricas. Para conquistar posiciones hicieron concesiones a las genuinas formas obreras de lucha, las asambleas, pero nunca las fomentaron. Tras los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976 las diferencias con el PCE se desvanecieron y le siguieron en su política de compromisos. Se presentaron a elecciones, cosechando el más rotundo de los fracasos. Desaparecieron dejando un rastro de pequeñas sectas, pero su suicidio político fue también el del PCE, que a partir de 1980 se transformó en un partido testimonial, de ideología variable, sostenido sólo por algunos fragmentos proletarizados de la mediana y pequeña burguesía.
Unas cuantas verdades podemos aprender de la crítica clásica del leninismo en la que nos hemos basado. Que los fundamentos de la acción que incline la balanza social del lado contrario al capitalismo no se encontrarán con los métodos de organización del tipo sindicatos o partidos, ni en los parlamentos, ni en las instituciones estatales, ni en los centros comprometidos con cualquier aspecto de la dominación. Que las masas oprimidas se hallan aisladas y dispersas, sin amigos. Que los activistas han de poner por encima de todo la capacidad de asociación, el fortalecimiento de la voluntad de acción y el desarrollo de la conciencia crítica, incluso por encima de los intereses inmediatos. Que las masas han de escoger entre tener miedo o darlo.
Miguel Amorós
3 de diciembre de 2006.
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Axlferrari escribió:Fachas, los hay tanto de derechas como de izquierdas.
- Spoiler:
El leninismo puede ser considerado como una ideología fascista :
El leninismo, ideología fascista
x Miguel Amorós. Publicado en klinamen.org
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante.
“¡Liberar a la Humanidad del yugo bienhechor del Estado! Es extraordinario hasta qué punto los instintos criminales anidan en el hombre. Lo digo claramente: criminales. La libertad y el crimen van tan íntimamente liados, si usted prefiere, como el movimiento de un avión y su velocidad. Si la velocidad del avión es nula, permanece inmóvil, y si la libertad del hombre es nula, no comete crímenes. Está claro. El único medio de librar al hombre del crimen es librarlo de la libertad.”
Evgeni Zamiatin, Nosotros, 1920.
La existencia de sectas inmovilistas más o menos virtuales que se reclaman de Lenin es hoy un asunto más relacionado con las neurosis que acechan a los individuos inmersos en las condiciones modernas del capitalismo que con la lucha por las ideas que sostienen los rebeldes contra los ideólogos de la clase dominante. El tiempo no perdona y el fracaso final del leninismo ocurrido entre 1976 y 1980 ha llevado a los creyentes que sobrevivieron a una supervivencia esquizoide. Como ya estudió Gabel, el precio a pagar por su fe es una conciencia escindida, una especie de doble personalidad. Por un lado la realidad desmiente el dogma hasta en el menor detalle, y por el otro, la interpretación militante ha de retorcerla, encorsetarla y manipularla hasta el delirio para amoldarla al dogma y fabricar un relato maniqueo sin contradicciones. Como si de una Biblia se tratase, en dicho relato están todas las respuestas. El cuento leninista suprime la angustia que en el creyente engendran las contradicciones de la práctica, lo que constituye una poderosa arma para escapar a la realidad. El resultado sería patético para el resto de los seres vivos si los debates abundaran en el seno de un proletariado combativo como el de los años setenta, pero dado el estado actual de la conciencia de clase, o lo que es lo mismo, dada la inversión espectacular de la realidad, donde “lo verdadero es sólo un momento de lo falso”, la presencia de sectarios leninistas en las escasas discusiones de base no contribuye sino a la confusión reinante. El papel objetivo de las sectas consiste en falsificar la historia, ocultar la realidad, desviar la atención de los verdaderos problemas, sabotear la reflexión sobre las causas del triunfo capitalista, bloquear la formulación de tácticas de lucha adecuadas, impedir en fin el rearme teórico de los oprimidos. Los leninistas fosilizados de hoy ya no son (porque no pueden) la vanguardia de la contrarrevolución de hace treinta años o de hace sesenta, pero su función sigue siendo la misma: trabajar para la dominación como agentes provocadores.
Dada la descomposición actual de la ideología quizás conviniese hablar de leninismos, pero lejos de perdernos en los matices que separan las distintas sectas intentaremos agrupar las características afines, que son las que mejor las definen, a saber, la negación rotunda de que en 1936 hubiera una revolución obrera, la afirmación igual de rotunda de la existencia de una clase obrera en constante avance y la creencia en el advenimiento del partido dirigente, guía de los trabajadores en la marcha hacia la revolución. Lo primero les viene, bien de los análisis derrotistas y capituladores de la revista belga “Bilan”, bien de los dictados triunfalistas del Komintern y del PCE. Si en un caso era cuestión de una guerra imperialista, en el otro, se trataba de una guerra de la independencia; en ambos, el proletariado debía dejarse machacar. En el universo leninista Lenin es la Virgen María; la clase obrera de la que hablan es como la cristiandad. Un chiíta del leninismo, es decir, un bordiguista, se lamentaba en la web: “¿Si nos quitan la clase obrera, qué nos queda?” En efecto, para los leninistas la clase obrera tiene una función ritual, terapéutica si se quiere, psicológica. Es un ente ideal, una abstracción, en nombre de la cual ha de tomarse el poder. No es que no exista, es que nunca ha existido. Inventada por Lenin a partir del modelo ruso de 1917, una clase obrera minoritaria en un país feudal de población eminentemente campesina asequible a una dirección exterior compuesta por intelectuales organizados como partido, no es precisamente algo que veamos todos los días. Pertenece a un pasado caduco. Es un ideal utópico, antihistórico. Sin bromas, la secta trotsquista posadista creyó haberla encontrado entre los extraterrestres de una galaxia lejana desde donde enviaban a la Tierra platillos volantes con mensajes socialistas. Los mensajes de los ovnis debieron cundir porque el proletariado leninista aparece en toda sopa planetaria; según la prensa leninista su epifanía puede suceder en cualquier acontecimiento, por ejemplo, en la guerra civil de Irak, en las movilizaciones de estudiantes franceses, o en la constitución de una “izquierda” sindical, aunque lo más frecuente sea en los conflictos laborales. Como no hay historia para el leninismo después de la toma del Palacio de Invierno, desde la Revolución Rusa parece que no hayan habido ni derrotas ni victorias significativas, a lo sumo algún traspiés dentro de una línea evolutiva invariable que conduce a una clase obrera impoluta, esperando a los curas de la iglesia, sus líderes, miembros por derecho del “partido”. Porque el verdadero sujeto histórico para los leninistas no es la clase sino el partido. El partido es el criterio absoluto de la verdad, que no existe por sí misma sino dentro de él, en las sagradas escrituras correctamente interpretadas. Dentro de el partido, la salvación; fuera, la condenación eterna. Ese vanguardismo alucinado es el rasgo más antiproletario del leninismo puesto que la idea de partido único mesiánico es ajena a Marx; proviene de la burguesía masona y carbonaria. Marx llamaba partido al conjunto de fuerzas que luchaban por la autoorganización de la clase obrera, no a una organización autoritaria, luminada, exclusiva y jerarquizada. Es revelador que los leninistas vean hoy los intereses económicos particulares como intereses de clase, cuando ya no lo son, y que, en los setenta, cuando lo eran, los trataban como asuntos sindicales, “tradeunionistas”. La diferencia radica en que entonces el proletariado luchaba a su modo, con sus propias armas, las asambleas. Eso es lo que transformaba la reivindicación parcial en exigencia de clase. Pero los leninistas desprecian las formas realmente proletarias de organización y de lucha: las asambleas, los comités elegidos y revocables, el mandato imperativo, la autodefensa, las coordinadoras, los consejos... Y las desprecian porque en tanto que formas de poder obrero ignoran los partidos y disuelven al Estado, incluido al Estado “proletario”. Por eso han ocultado tanto como los medios de comunicación la existencia del Movimiento Asambleario durante los setenta, porque son enemigos de una clase obrera real que no se parece en nada a la suya y odian por razones evidentes sus formas organizativas específicas. Al contrario de Marx, para los leninistas el ser no determina la conciencia, por lo que hay que inculcarla mediante el apostolado de los líderes. Los obreros no pueden alcanzar, según Lenin, más que una conciencia sindicalera y deben plegarse al papel de simples ejecutantes; los sindicatos que los encuadran y controlan son por lo tanto la correa de transmisión del partido. Eso no es óbice para que los leninistas alaben las asambleas y los consejos si ello les permite ejercer alguna influencia y reclutar adeptos. Durante los setenta llegaron a apoyarlas pero tan pronto como se sintieron fuertes las traicionaron, tal como, salvando las diferencias, hizo Lenin con los Soviets.
La revista “Living Marxism”, animada por Paul Mattick, lanzaba la consigna de que “la lucha contra el fascismo comienza por la lucha contra el bolchevismo”. Durante la década de los cincuenta el capitalismo de los ejecutivos evolucionaba hacia los modos totalitarios del capitalismo de Estado soviético. Hoy, cuando la clase burocrática comunista se ha convertido al capitalismo y el mundo es arrastrado hacia la dominación fascista por la vía tecnológica, la ideología leninista es residual, polvorienta y museográfica. No estudia al capitalismo porque éste no es su enemigo, y por supuesto no quiere luchar contra él. Simplemente hace como el ajo, se repite. La labor principal de sus sectas consiste en competir unas con otras señalando “un punto particular que las distingue del movimiento de la clase” (Marx). La batalla teórica contra los leninistas es pues un combate menor, algo así como dar puntapiés a los muertos vivientes], pero en tanto que armazón primario de nuevas ideologías de la contrarrevolución como el hardt-negrismo no conviene descuidarla, y con este objetivo recordamos algunas banalidades de base acerca del leninismo que cualquiera podrá encontrar en las obras de Rosa Luxemburgo, Karl Korsch, los consejistas (Pannekoek, Gorter, Rülhe) o los anarquistas (Rocker, Volin, Archinoff). El leninismo a través de Negri y sus acólitos, como antes a través del estalinismo, su forma extremada, efectúa un retorno completo al pensamiento y a los modos de la burguesía, concretamente en la fase globalizadora totalitaria, manifiesto en su defensa del parlamentarismo, de los compromisos políticos, de la telefonía móvil y del espectáculo movimentista. El negrismo sostiene ideológicamente las fracciones débiles, perdedoras, de la dominación, la burocracia político administrativa, el aparato sindicalista y las clases medias, interesadas en un capitalismo intervenido por el Estado. Pero el leninismo no es diferente. Siempre defendió intereses contrarios al proletariado.
En la Rusia de 1905 no existía una burguesía capaz de lanzarse a la lucha contra el zarismo y la iglesia como futura clase dominante. Esa misión correspondió a los intelectuales rusos, que buscaron el esclarecimiento de sus impulsos nacionalistas en el marxismo y hallaron sus mejores aliados en el campo obrero. El marxismo ruso tomó un aspecto completamente diferente del ortodoxo, puesto que en Rusia el trabajo histórico a cumplir era el de una burguesía demasiado débil: la abolición del absolutismo y la construcción de un capitalismo nacional. La teoría de Marx, adaptada por Kautsky y Bernstein, identificaba la revolución con el desarrollo de las fuerzas productivas y del Estado democrático correspondiente, lo que favorecía una praxis reformista que aunque podía funcionar en Alemania, no podía en Rusia. Si bien Lenin aceptaba íntegramente el revisionismo socialdemócrata de Marx, sabía que la tarea de los socialdemócratas bolcheviques de derrocar al zarismo no podía llevarse a cabo sin una revolución, para la que se necesitaban mejores fuerzas que las de los liberales rusos. Una revolución burguesa sin burgueses, y aún en su contra. La revuelta obrera de 1905 dejó al régimen absoluto malherido y la revolución de febrero de 1917 acabó con él. Aunque fue una insurrección obrera y campesina no tenía programa revolucionario ni consignas particulares, por lo que los representantes de la burguesía ocuparon su lugar. La burguesía no supo estar a la altura, mientras el proletariado se instruía políticamente y tomaba conciencia de sus objetivos; en poco tiempo la revolución perdía su carácter burgués y adoptaba un aire decididamente proletario. Durante julio-agosto Lenin aún defendía un régimen burgués con presencia obrera pero viendo el avance de los Soviets o consejos obreros cambió de orientación y lanzó la consigna del poder a los soviets, e incluso llegó a teorizar sobre la extinción del Estado. Pero la idea de poder horizontal era ajena a Lenin, que había organizado un partido sobre el modelo militar burgués, vertical, centralizado, decidiendo siempre desde arriba, con la dirección y la base fuertemente separadas. Si estaba a favor de los soviets era para intrumentalizarlos y tomar el poder. Su principal función no fue el desarrollo de los soviets, que no tenían cabida en su sistema; fue la conversión del partido bolchevique en aparato burocrático estatal, la introducción del autoritarismo burgués en el ejercicio y la representación del poder. A los soviets, los protagonistas de la revolución de octubre, en poco tiempo les fue escamoteado su poder por un Estado “proletario” que no supieron destruir. Los bolcheviques combatieron en nombre de “la dictadura del proletariado” el control obrero y la implantación de la revolución en los talleres y las fábricas, y, en general, la manifestación soberana de la voluntad obrera en organismos de democracia directa. En 1920 habían acabado con la revolución proletaria y los soviets ya no eran más que organismos castrados, decorativos. Los últimos bastiones de la revolución, los marinos de Kronstadt y el ejército makhnovista fueron aniquilados más tarde. Al tiempo que destruían los soviets, los emisarios bolcheviques desembarcaban en Alemania, donde el consejismo había despertado en las masas obreras y los consejos estaban a punto de convertirse en órganos efectivos de poder proletario, para asestar una puñalada por la espalda a la revolución. Por todas partes desacreditaron la consigna de Consejos Obreros y propugnaron la vuelta a los sindicatos corruptos y al partido socialdemócrata. La revolución consejista alemana cayó bajo el peso de la calumnia, la intriga y el aislamiento provocado por los bolcheviques. Sobre sus cenizas pudo reconstituirse, con la bendición de Lenin, la vieja socialdemocracia y el Estado alemán de posguerra. Lenin no dejó de combatir a los defensores del sistema de consejos cubriéndoles de improperios en el folleto preferido de todos sus seguidores, “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo.” Ahí se quitó la máscara. Abrumando con falsedades a los comunistas de izquierda y a los Consejos, Lenin defendía su seudosocialismo panruso, que llevado a la práctica por Stalin se revelaría un nuevo tipo de fascismo. Ni de lejos concebía que la liberación de los oprimidos sólo pudiera efectuarse mediante la destrucción del poder, del terror, del miedo, de la amenaza, de la constricción. Todo aquél que desee entronizar un orden burgués encontrará las mejores condiciones de hacerlo en la separación absoluta entre masas y dirigentes, vanguardia y clase, partido y sindicatos. Lenin quería una revolución burguesa en Rusia y había formado un partido perfectamente adaptado a la tarea, pero la revolución rusa adquirió carácter obrero y estropeó sus planes. Lenin tuvo que vencer con los soviets para después vencer contra ellos. El comunismo más la electrificación cedió el paso a la NEP y a los planes quinquenales de Stalin, dando lugar a una nueva forma de capitalismo donde una nueva clase, la burocracia, desempeñaba el papel de la burguesía. Era el capitalismo de Estado.[/color] En Europa, las masas obreras fueron frenadas, desanimadas y empujadas a la derrota hasta desmoralizarse y perder la confianza consigo mismas, camino que condujo a la sumisión y al nazismo. Hitler llegó fácilmente al poder porque los dirigentes socialdemócratas y estalinistas habían corrompido tanto al proletariado alemán que éste no reparó en entregarse sin queja. “Fascismo pardo, fascismo rojo” fue el título de un memorable folleto donde Otto Rülhe mostraba que el fascismo estalinista de ayer era simplemente el leninismo de anteayer. En él nos hemos inspirado para titular nuestro artículo.
Los paralelismos con la situación española de 1970-78 son obvios. Por un lado, el partido comunista oficial, estalinista, defendía una alianza con los sectores de la clase dominante que forzara una conversión democrática del régimen franquista. Su fuerza provenía principalmente de la manipulación de movimiento obrero, al que pretendía encuadrar dentro del aparato sindical fascista. Todos los procedimientos leninistas para impedir la autoorganización obrera fueron utilizados fielmente por el PCE. Los partidos izquierdistas, nacidos principalmente de la explosión del FLP, de escisiones del PCE y del Frente Obrero de ETA, no actuaron de otro modo. Todos atacaban al PCE por no ser suficientemente leninista y no perseguir, como Lenin, una revolución burguesa en nombre de la clase obrera. Le disputaban la dirección de Comisiones Obreras, trabajo inútil porque en 1970 Comisiones ya no era ningún movimiento social, sino la organización de los estalinistas y simpatizantes en las fábricas. Para conquistar posiciones hicieron concesiones a las genuinas formas obreras de lucha, las asambleas, pero nunca las fomentaron. Tras los sucesos de Vitoria del 3 de marzo de 1976 las diferencias con el PCE se desvanecieron y le siguieron en su política de compromisos. Se presentaron a elecciones, cosechando el más rotundo de los fracasos. Desaparecieron dejando un rastro de pequeñas sectas, pero su suicidio político fue también el del PCE, que a partir de 1980 se transformó en un partido testimonial, de ideología variable, sostenido sólo por algunos fragmentos proletarizados de la mediana y pequeña burguesía.
Unas cuantas verdades podemos aprender de la crítica clásica del leninismo en la que nos hemos basado. Que los fundamentos de la acción que incline la balanza social del lado contrario al capitalismo no se encontrarán con los métodos de organización del tipo sindicatos o partidos, ni en los parlamentos, ni en las instituciones estatales, ni en los centros comprometidos con cualquier aspecto de la dominación. Que las masas oprimidas se hallan aisladas y dispersas, sin amigos. Que los activistas han de poner por encima de todo la capacidad de asociación, el fortalecimiento de la voluntad de acción y el desarrollo de la conciencia crítica, incluso por encima de los intereses inmediatos. Que las masas han de escoger entre tener miedo o darlo.
Miguel Amorós
3 de diciembre de 2006.
Madre de dios, cada vez que intervienes cambias el tema a donde te sale de los cojones y copia-pegas unos coñazos de tochos importantes
Última edición por Only el Vie 27 Mayo 2016 - 13:23, editado 1 vez
Only- Mensajes : 19486
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Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Godofredo escribió:Daeshu escribió:La verdad es que no tienen techo.Joseba escribió:Daeshu escribió:Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Se superan...
Se les nota desesperaos. En los medios les nombran menos que kierkegaard... es tonta la soraya.
Como el pobrecito de upyd cuando fue al debate con las caretas aquellas.
Si no te enfocan las teles, tienes que ir montando el circo y ni por esas.
Antes parecían fachas serios. Ahora sólo son los paco porras de los fachas.
Only- Mensajes : 19486
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Godofredo escribió:
Se les nota desesperaos. En los medios les nombran menos que kierkegaard... es tonta la soraya.
Como el pobrecito de upyd cuando fue al debate con las caretas aquellas.
Si no te enfocan las teles, tienes que ir montando el circo y ni por esas.
Dan mucha penica, son 4 y el del tambor.
Aunque he leído que en Junio sacan candidatura en Álava
Langarica- Mensajes : 13613
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Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Dalmacio Langarica escribió:Godofredo escribió:
Se les nota desesperaos. En los medios les nombran menos que kierkegaard... es tonta la soraya.
Como el pobrecito de upyd cuando fue al debate con las caretas aquellas.
Si no te enfocan las teles, tienes que ir montando el circo y ni por esas.
Dan mucha penica, son 4 y el del tambor.
Aunque he leído que en Junio sacan candidatura en Álava
De hecho, ahora mismo, si yo quisiese, sería la mano derecha de Santiago Abascal.
Pero incluso para personajes como yo la ética y los principios existen.
Joseba- Mensajes : 71963
Fecha de inscripción : 02/09/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
https://twitter.com/vox_es/status/739800803733606400
https://twitter.com/hermanntertsch/status/739942811093569536
https://twitter.com/Santi_ABASCAL/status/740084199009456128
JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
le han copiado el lema a trump jiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
alflames- Mensajes : 28071
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
https://twitter.com/vox_es/status/743383263855673344
JE_DD- Mensajes : 26612
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
thunderpussy escribió:
No lo voy a poder ver, es probable que esta noche la meta en caliente sin tener que pagar.....porque ¿llevarla a un bar para ver el partido?....es arriesgado, no sé que hacer
El facha catalán- Mensajes : 9754
Fecha de inscripción : 22/01/2015
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
¿Yo España roja ESPAÑA?
Adso- Mensajes : 33136
Fecha de inscripción : 03/12/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Está claro que el leninismo es una ideología fascista:
PASIONARIA ---------> PASIÓN ARIA =
PASIONARIA ---------> PASIÓN ARIA =
Hunter- Mensajes : 9255
Fecha de inscripción : 30/10/2014
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Sánchez Dragó apoya a VOX y Twitter enloquece
El Huffington Post
El columnista y escritor Fernando Sánchez Dragó ha escrito este domingo un artículo de opinión en el diario El Mundo titulado Instrucciones para votar en el que muestra su predisposición a apoyar al partido de extrema derecha VOX.
El también presentador ha dado cuatro consejos en su columna para aquellos que vayan a ir a votar el próximo 26 de junio. Y esas "instrucciones" han vuelto locos a los tuiteros, que lo han convertido rápidamente en tendencia... y no para bien.
Esto es lo que defiende Sánchez Dragó:
Cobren conciencia de que en España todos los partidos, menos uno, son socialdemócratas (o fingen que lo son), esto es, partidarios de la intromisión de lo público en lo privado (...) Quien no sea socialdemócrata, y tan legítimo es serlo como no serlo (aunque a mí me parezca más digno lo segundo que lo primero),sólo dispone de una opción a la que acudir sin violentarse a sí mismo: la de Vox y Santi Abascal.
Voten a quien prometa bajar los impuestos, aun a sabiendas de que probablemente no lo hará. Cabe, al menos, confiar en que no los subirá.
No voten pensando en Europa y en el euro. El uno y la otra, con Brexit o sin él, no tienen más destino que el marcado por la segunda ley de la termodinámica.
El populismo siempre es demagogia, pero cuando se suma al nacionalismo conduce al totalitarismo. Me da igual la bandera que se esgrima. Voten por ese rebaño de porras y de churros conducido por lobos si les gusta sentir sobre el cogote el peso de las botas claveteadas.
El partido liderado por Santiago Abascal ha mostrado su orgullo en Twitter ante los elogios del escritor en su sección dominical en el diario El Mundo.
Sin embargo, los tuiteros no han tardado en inundar el timeline de comentarios sobre Dragó, uno de los personajes favoritos de la red social.
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/19/sanchez-drago-vox_n_10556490.html?ncid=tweetlnkeshpmg00000001
El Huffington Post
El columnista y escritor Fernando Sánchez Dragó ha escrito este domingo un artículo de opinión en el diario El Mundo titulado Instrucciones para votar en el que muestra su predisposición a apoyar al partido de extrema derecha VOX.
El también presentador ha dado cuatro consejos en su columna para aquellos que vayan a ir a votar el próximo 26 de junio. Y esas "instrucciones" han vuelto locos a los tuiteros, que lo han convertido rápidamente en tendencia... y no para bien.
Esto es lo que defiende Sánchez Dragó:
Cobren conciencia de que en España todos los partidos, menos uno, son socialdemócratas (o fingen que lo son), esto es, partidarios de la intromisión de lo público en lo privado (...) Quien no sea socialdemócrata, y tan legítimo es serlo como no serlo (aunque a mí me parezca más digno lo segundo que lo primero),sólo dispone de una opción a la que acudir sin violentarse a sí mismo: la de Vox y Santi Abascal.
Voten a quien prometa bajar los impuestos, aun a sabiendas de que probablemente no lo hará. Cabe, al menos, confiar en que no los subirá.
No voten pensando en Europa y en el euro. El uno y la otra, con Brexit o sin él, no tienen más destino que el marcado por la segunda ley de la termodinámica.
El populismo siempre es demagogia, pero cuando se suma al nacionalismo conduce al totalitarismo. Me da igual la bandera que se esgrima. Voten por ese rebaño de porras y de churros conducido por lobos si les gusta sentir sobre el cogote el peso de las botas claveteadas.
El partido liderado por Santiago Abascal ha mostrado su orgullo en Twitter ante los elogios del escritor en su sección dominical en el diario El Mundo.
Sin embargo, los tuiteros no han tardado en inundar el timeline de comentarios sobre Dragó, uno de los personajes favoritos de la red social.
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/19/sanchez-drago-vox_n_10556490.html?ncid=tweetlnkeshpmg00000001
Adso- Mensajes : 33136
Fecha de inscripción : 03/12/2013
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Pierre #NoTTIP @TutmosisIV
Aquí esperando que Sánchez Dragó escriba un buen libro y sea TT por eso...
¿Y este tweet? Primero, lo dice como si Dragó no hubiera escrito nunca un libro bueno, lo cual es falso. Y además como si alguna vez un escritor fuera TT por escribir un buen libro, que esto es España, no me jodas
Y lo de Dragó, en fin, ya nada me sorprende de una persona que eyacula hacia dentro.
Aquí esperando que Sánchez Dragó escriba un buen libro y sea TT por eso...
¿Y este tweet? Primero, lo dice como si Dragó no hubiera escrito nunca un libro bueno, lo cual es falso. Y además como si alguna vez un escritor fuera TT por escribir un buen libro, que esto es España, no me jodas
Y lo de Dragó, en fin, ya nada me sorprende de una persona que eyacula hacia dentro.
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Adso escribió:Sánchez Dragó apoya a VOX y Twitter enloquece
El Huffington Post
El columnista y escritor Fernando Sánchez Dragó ha escrito este domingo un artículo de opinión en el diario El Mundo titulado Instrucciones para votar en el que muestra su predisposición a apoyar al partido de extrema derecha VOX.
El también presentador ha dado cuatro consejos en su columna para aquellos que vayan a ir a votar el próximo 26 de junio. Y esas "instrucciones" han vuelto locos a los tuiteros, que lo han convertido rápidamente en tendencia... y no para bien.
Esto es lo que defiende Sánchez Dragó:
Cobren conciencia de que en España todos los partidos, menos uno, son socialdemócratas (o fingen que lo son), esto es, partidarios de la intromisión de lo público en lo privado (...) Quien no sea socialdemócrata, y tan legítimo es serlo como no serlo (aunque a mí me parezca más digno lo segundo que lo primero),sólo dispone de una opción a la que acudir sin violentarse a sí mismo: la de Vox y Santi Abascal.
Voten a quien prometa bajar los impuestos, aun a sabiendas de que probablemente no lo hará. Cabe, al menos, confiar en que no los subirá.
No voten pensando en Europa y en el euro. El uno y la otra, con Brexit o sin él, no tienen más destino que el marcado por la segunda ley de la termodinámica.
El populismo siempre es demagogia, pero cuando se suma al nacionalismo conduce al totalitarismo. Me da igual la bandera que se esgrima. Voten por ese rebaño de porras y de churros conducido por lobos si les gusta sentir sobre el cogote el peso de las botas claveteadas.
El partido liderado por Santiago Abascal ha mostrado su orgullo en Twitter ante los elogios del escritor en su sección dominical en el diario El Mundo.
Sin embargo, los tuiteros no han tardado en inundar el timeline de comentarios sobre Dragó, uno de los personajes favoritos de la red social.
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/19/sanchez-drago-vox_n_10556490.html?ncid=tweetlnkeshpmg00000001
Madre mía, que detritus de hombre.
A la derecha del sector más fascistoide de 13tv.
morley- Mensajes : 34200
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Adso escribió:Sánchez Dragó apoya a VOX y Twitter enloquece
El Huffington Post
El columnista y escritor Fernando Sánchez Dragó ha escrito este domingo un artículo de opinión en el diario El Mundo titulado Instrucciones para votar en el que muestra su predisposición a apoyar al partido de extrema derecha VOX.
El también presentador ha dado cuatro consejos en su columna para aquellos que vayan a ir a votar el próximo 26 de junio. Y esas "instrucciones" han vuelto locos a los tuiteros, que lo han convertido rápidamente en tendencia... y no para bien.
Esto es lo que defiende Sánchez Dragó:
Cobren conciencia de que en España todos los partidos, menos uno, son socialdemócratas (o fingen que lo son), esto es, partidarios de la intromisión de lo público en lo privado (...) Quien no sea socialdemócrata, y tan legítimo es serlo como no serlo (aunque a mí me parezca más digno lo segundo que lo primero),sólo dispone de una opción a la que acudir sin violentarse a sí mismo: la de Vox y Santi Abascal.
Voten a quien prometa bajar los impuestos, aun a sabiendas de que probablemente no lo hará. Cabe, al menos, confiar en que no los subirá.
No voten pensando en Europa y en el euro. El uno y la otra, con Brexit o sin él, no tienen más destino que el marcado por la segunda ley de la termodinámica.
El populismo siempre es demagogia, pero cuando se suma al nacionalismo conduce al totalitarismo. Me da igual la bandera que se esgrima. Voten por ese rebaño de porras y de churros conducido por lobos si les gusta sentir sobre el cogote el peso de las botas claveteadas.
El partido liderado por Santiago Abascal ha mostrado su orgullo en Twitter ante los elogios del escritor en su sección dominical en el diario El Mundo.
Sin embargo, los tuiteros no han tardado en inundar el timeline de comentarios sobre Dragó, uno de los personajes favoritos de la red social.
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/19/sanchez-drago-vox_n_10556490.html?ncid=tweetlnkeshpmg00000001
Neoliberal de pacotilla. Mucho abogar por un mínima intervencionismo de Estado y que no haya intromisión de "lo público en lo privado", pero luego bien que se llevaba dinero a espuertas en una televisión pública como Telemadrid por ser afín al partido que la controlaba.
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
CrackerSoul escribió:Adso escribió:Sánchez Dragó apoya a VOX y Twitter enloquece
El Huffington Post
El columnista y escritor Fernando Sánchez Dragó ha escrito este domingo un artículo de opinión en el diario El Mundo titulado Instrucciones para votar en el que muestra su predisposición a apoyar al partido de extrema derecha VOX.
El también presentador ha dado cuatro consejos en su columna para aquellos que vayan a ir a votar el próximo 26 de junio. Y esas "instrucciones" han vuelto locos a los tuiteros, que lo han convertido rápidamente en tendencia... y no para bien.
Esto es lo que defiende Sánchez Dragó:
Cobren conciencia de que en España todos los partidos, menos uno, son socialdemócratas (o fingen que lo son), esto es, partidarios de la intromisión de lo público en lo privado (...) Quien no sea socialdemócrata, y tan legítimo es serlo como no serlo (aunque a mí me parezca más digno lo segundo que lo primero),sólo dispone de una opción a la que acudir sin violentarse a sí mismo: la de Vox y Santi Abascal.
Voten a quien prometa bajar los impuestos, aun a sabiendas de que probablemente no lo hará. Cabe, al menos, confiar en que no los subirá.
No voten pensando en Europa y en el euro. El uno y la otra, con Brexit o sin él, no tienen más destino que el marcado por la segunda ley de la termodinámica.
El populismo siempre es demagogia, pero cuando se suma al nacionalismo conduce al totalitarismo. Me da igual la bandera que se esgrima. Voten por ese rebaño de porras y de churros conducido por lobos si les gusta sentir sobre el cogote el peso de las botas claveteadas.
El partido liderado por Santiago Abascal ha mostrado su orgullo en Twitter ante los elogios del escritor en su sección dominical en el diario El Mundo.
Sin embargo, los tuiteros no han tardado en inundar el timeline de comentarios sobre Dragó, uno de los personajes favoritos de la red social.
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/19/sanchez-drago-vox_n_10556490.html?ncid=tweetlnkeshpmg00000001
Neoliberal de pacotilla. Mucho abogar por un mínima intervencionismo de Estado y que no haya intromisión de "lo público en lo privado", pero luego bien que se llevaba dinero a espuertas en una televisión pública como Telemadrid por ser afín al partido que la controlaba.
Como hacen todos estos neoliberales.
Herman Tersch el hijo de diplomático nazi, también hacía lo mismo.
Bastard Son Of Lemmy- Mensajes : 5289
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freakedu- Moderador
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freakedu- Moderador
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Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Se han encontrado un tomo de Martínez el facha y se lo están tomando en serio.
_________________
freakedu- Moderador
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Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
Ayer vi un cartel electoral de UPyD por la calle.... en serio esta gente no lo ha pillado todavia???Godofredo escribió:Daeshu escribió:La verdad es que no tienen techo.Joseba escribió:Daeshu escribió:Vox irrumpe en un acto de Puigdemont para darle unas esposas y el código penal
http://www.eldiario.es/politica/VOX-Puigdemont-Madrid-Codigo-Penal_0_520398049.html
Se superan...
Se les nota desesperaos. En los medios les nombran menos que kierkegaard... es tonta la soraya.
Como el pobrecito de upyd cuando fue al debate con las caretas aquellas.
Si no te enfocan las teles, tienes que ir montando el circo y ni por esas.
jonikk- Mensajes : 24123
Fecha de inscripción : 31/03/2016
Re: VOX, el nuevo partido fachoide
freakedu escribió:Se han encontrado un tomo de Martínez el facha y se lo están tomando en serio.
Lo has clavao!
Boohan- Mensajes : 54464
Fecha de inscripción : 25/03/2008
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