CONCURSO DE MICRORRELATOS: EDICIÓN II. RONDA 11. ENHORABUENA, CRIMINAL PENTATÓNICO!

Frase para la ronda 11:

No había nadie al otro lado de la línea...

LAS REGLAS DEL JUEGO SON:

PUEDEN CONSULTAR LOS RELATOS DE RONDAS ANTERIORES AQUÍ:

https://docs.google.com/document/d/1jB5odLgZy0AhOo0xPpbUOefot-Ps7D2nrKfKS25i7v4/edit?pref=2&pli=1

LA MAGIA DEL SR KUPAK ES:

EL SENTIMIENTO MICRO RELATISTA, POR EL SR STONER:

CLASIFICACIÓN PUNTOS TOTALES II EDICIÓN:

CLASIFICACIÓN POR PODIUMS II EDICIÓN:

Relatos a concurso:

1. All day and all of the night.

No había nadie al otro lado de la línea…

- Hola soy Daniela, en este momento no puedo atenderte. Si quieres dejar algún mensaje, hazlo después de la señal…
- Hola cariño, soy yo otra vez… Solo llamaba para decirte que te quiero. Hasta mañana. Besos.

Y así todas las noches desde el trágico 4 de septiembre hasta hoy, día que la compañía cortó la línea y el último recuerdo vivo que le unía a ella.

2. El ángel exterminador

No había nadie al otro lado de la línea, tampoco en éste. Nadie dirigía los controles, aun así en la cúpula podían seguir viéndose estrellas y órbitas todos los días, a cualquier hora. Me gustaba hundirme en las butacas del planetario, prácticamente a oscuras. Podía llevarme comida, quitarme los tacones y poner los pies encima de la butaca delantera, echar una siesta o masturbarme junto a Marte; era el único lugar donde los lobos no entraban. Merodeaban al anochecer, desorientados, por las calles desiertas, dentro de los museos y a las puertas de los ministerios. Pero el tiempo acabó silenciándolos. Cuando terminé apenas reconocí al viejo Londinium. El Támesis desde lo alto de San Pablo, qué bonito crepúsculo sin nadie para contemplarlo. Llevó unos cuantos años vaciarlo todo, ese era mi encargo. Apagué el planetario y descolgué el teléfono, la voz al otro lado me dijo: buen trabajo.

3. Dígame señor

No había nadie al otro lado de la línea en el preciso instante en el que Samuel vomitó el largo hastío que le apesadumbraba desde hacía meses, en aquel vacío telefónico descargó su bilis emocional, verbalizando sus despojos sentimentales como una cascada de fuego.
Su interlocutor ajeno a la dialéctica árida y erosiva encargaba un bocadillo de calamares con mayonesa Musa distraídamente.
Al revertir la línea Samuel ya había acabado su retahíla de insultos repartidos por doquier.
- Disculpe por la espera señor, teléfono de la esperanza, dígame.

4. Una manía de nada

No había nadie al otro lado de la línea, estaba solo en su casa desde que su mujer le abandonó. Ya no podía decirle a Eugenia que no pisara tal o cual recta de todas las que cubrían el piso entero, o que no pasara a más de tres espacios de donde él estaba pues quería ver la televisión en paz. Echaba de menos la angustia de controlar las pisadas sobre las líneas. Limpió el suelo a conciencia, aquello era insoportable.

5. Viva Lennin!

No había nadie al otro lado de la línea, salvo su nariz espolvoreada de niveos matices... Al otro lado de la puerta, dos jamelgas de la antigua URS, comiéndose mutuamente sus cuerpos y sus carnosos labios.
Mientras esperaba a que los efectos de la nieve le hiciesen efecto, se sentó en un sillón junto a la cama, y empezó a masturbarse.
"Puta madre, que rico está follar puesto de coca tío..." dijo mientras se limpiaba la comisura de los labios de flujo.

6. Dogville

No había nadie al otro lado de la línea. Lars estaba furioso. Tenía que comenzar a rodar y la estrella no salía del camerino.

<< No soy director de actrices famosillas, son muy presumidas.
Lars, contrata a Nicole, está de moda. Dará dinero a la película.
Maldigo el momento en que esta jodida productora entró en la película. Todo el dinero gastado en actoruchos y ahora no queda ni para el puto escenario. >>

- Paul, ve a sacarla de lo que quiera que esté haciendo, llevamos una hora de espera ya.

Paul se acercó al camerino y puso un oído en la puerta. Empezó a oír gemidos. Avergonzado y sorprendido, volvió con Lars.

- Ahora mismo sale, está.....ocupada. ¿Una hora dices que lleva?.

Mientras, dentro del camerino, Nicole, con la cara roja, sufría sentada en el váter.
<< Mierda, ya sabía yo que estar tanto tiempo sin cagar no podía ser bueno. >>

7. Last man standing

No había nadie al otro lado de la línea.

Antes de que empezara todo el caos, Antonio se encontraba con su hermano y con varios amigos suyos pasando la tarde. Todos reían, jugaban, disfrutaban de la vida; pero sin comerlo ni beberlo la cosa se puso seria y se vieron inmiscuidos en una dura batalla. Allí dónde Antonio mirara veía lloros, golpes, rabia y desesperación. Vio a varios de los suyos quedarse por el camino así que decidió coger las riendas y, con su infalible puntería, eliminar a todo hijo de puta que se le pusiera por delante.

Y así es como se convirtió en el vigente campeón de balón prisionero.

8. In extrema res

No había nadie al otro lado de la línea. No había nadie con quién hablar, ya. Cuando entré en su apartamento vi el móvil junto a la ventana. Y lo supe. Y después el silencio. Y entonces escuché el  grito. No cuelgues. Llegaré enseguida y me abrirás la puerta y te cogeré en mis brazos, pequeña.
Sal del alféizar. Eso es, entra, no cuelgues. Sigue hablándome… No dejes que salte, te lo ruego, déjame llegar a tiempo. ¡Echa el tiempo atrás, detenlo! Dios, no dejes que lo haga. Pero ella ya no escuchaba. Voy hacia allí, este dolor pasará, le dije.
No era la primera vez que la abstinencia la vencía. No puedo soportarlo más, gemía. Apenas una hora después, cuando hube llegado a casa, sonó el teléfono. Y yo, imbécil de mí, no supe ver las señales. Se la veía tan frágil, al despedirnos. Mañana ingresaremos juntos, te lo prometo.

9. Memorias del soldado Vasili

No había nadie al otro lado de la línea de fuego con vida. Los tres soldados alemanes habían caído de igual manera que títeres a los que le hubieran cortado las cuerdas abatidos por mi escuadrón. Siempre la misma rutina: mimetizarnos con las nevadas ruinas de Stalingrado, convertirnos en una piedra, introducirnos despacio nieve en la boca para que el vaho no nos delate en el último momento, apuntar con calma a los ojos (siempre pienso en este punto que el pobre diablo desconoce que le quedan segundos de vida...) y entonces apretar con suavidad el gatillo. A menudo me preguntan lo que siento al matar a un alto mando alemán, cualquiera que haya visto a estas serpientes carbonizar con el lanzallamas o echar a los perros a los prisioneros enfermos sabe que solo hay una respuesta posible: el retroceso.

10. Culloden 1746: Sobre el mar hacia la Isla de Skye

No había nadie al otro lado de la línea que el verde paisaje trazaba con el cielo. Metros después era el mar el que dibujaba otro trazo, más grueso y espumoso, justo cuando las grisáceas nubes se tornaron negras por el humo del fuego que provenía de Inverness.

El sonido de los cañones me había dejado sordo pero podía entender todo lo que decía Flora, que portaba en sus brazos el traje de sirvienta con el que tendría que huir el príncipe. Juro por el mismo dios que lo hizo heredero que lo habría matado con mis propias manos.

Tras verle huir disfrazado, ridículo y haciéndose aún más pequeño, supe que todo había terminado. Estar sordo hizo sentirme invencible y fue entonces cuando grité con todas mis fuerzas nuestro lema, Wha daur meddle wi me?. Sólo interrumpido por la lluvia y por el silbido mudo, apenas viento, de una flecha.

11. EN EL ANDEN

No había nadie al otro lado de la línea!! Madame X estaba en el andén de enfrente tratando de recomponer una sonrisa que se desvanecía por el peso pesado de la desilusión.

Pasó  la tarde junto a Monsieur Y retozando en la habitación de un hotel, sintiendo el brío de sus vigorosos músculos. Mas como el tiempo no se detiene, y menos para los enamorados furtivos,  Madame y  Monsieur hubieron de retornar a sus respectivos nidos como corresponde a los amantes de bien. Se despidieron  en recepción con un beso,  y sin palabras caminaron hasta la estación de metro  donde cada uno en el mismo túnel  habrían de tomar la misma línea en sentido contrario. Uno enfrente del otro separados por las vías,  escucharon  el ensordecedor ruido de un tren que se acercaba. Era el de Monsieur Y.

X estaba convencida de que tras el último vagón Y seguiría allí.

12. Brokeback Beach

No había nadie al otro lado de la línea, o mejor dicho, no veíamos a nadie. La barcaza olía a orín y a óxido y algunos lloraban como niños. Al dejar caer la pasarela empezó el tiroteo desde la línea de la costa, los destellos daban a la playa un aspecto de vida mortal. Yo resbalé y caí de lado al agua, llegué como pude a la playa y encontré al muchacho rubio de Texas. No recuerdo, ni quiero hacerlo, cómo llegamos a Saint Mére Eglise, ni qué pasó en aquel pajar, ni qué pasó hasta el final de la guerra, ni qué ha pasado todos estos años. Hoy le despedimos, en primera fila su viuda, más atrás, un amigo de la familia y yo.

13. The twilight zone: Break on through (to the other side)

No había nadie al otro lado de la línea. A este lado quedábamos doce, según el último recuento. Allí estábamos, mirando al infinito, en un desierto sin fin, bajo un sol cegador, casi de color blanco. No teníamos ni frio ni calor, ni hambre ni sed. Ni siquiera miedo. Hablo por mí, pero mirando a mis compañeros de infortunio creo que estábamos todos igual. Sumidos en una especie de estupor, de aturdimiento que nos hacía actuar casi como autómatas. De repente, sin decir nada, alguno daba un paso y desaparecía sin más. No sé cuánto tiempo llevábamos ahí. El tiempo había dejado de transcurrir. No había día ni noche. Miro alrededor y vuelvo a contar. Somos siete. No sé porqué, pero di el paso. La luz se hizo más intensa, el túnel muy largo.

14. Cualquier mañana ventosa de Otoño sucederá

No había nadie al otro lado de la línea cuando llegó. Una ráfaga de viento titubeante movió el pañuelo. Poca oposición, hasta para ella. Así que lo cogió y volvió cojeando los 20 metros que separaban la línea de la base de su equipo. Ni se molestó en apresurarse. Normalmente no le importaba mucho pero hoy era su cumpleaños, un día muy especial según su mamá. Estaba destinada a hacer grandes cosas, también según su mamá. En ese momento comprendió porqué había tenido el impulso de coger la pistola de su papá esa misma mañana.

15. ¿Sigue ahí?

No había nadie al otro lado de la línea cuando me crucé con una mujer que olía a vainilla. Aquel perfume, común entre adolescentes hace años, me trajo a la memoria recuerdos inesperados. Una relación turbulenta, una época en la que el trabajo era eso que algún día nos haría ganar dinero y no perder tiempo para vivir, amigos que parecían eternos, alcohol (borracheras, vomitonas de novato). Las visiones se solapaban en mi cabeza, pasando páginas de un álbum de fotos a gran velocidad, doblando con una mano y agarrando con el pulgar de la otra. Como animando dibujos sin sentido. Mi novia de los diecisiete se perfumaba con ese potingue empalagoso. Pasábamos mucho tiempo juntos.

¿Oiga? Gracias por seguir a la espera. Hemos localizado su incidencia. ¿Sigue ahí?

Tengo la mirada perdida. Aún con el móvil en la oreja, me centro y contesto.

Sí, perdone. Dígame.

16. Promesas incumplidas.

No había nadie al otro lado de la línea. 4 meses ya desde su pérdida y ni una mísera palabra.

'Hasta que la muerte os separe' dijo el cura. 'Incluso después' respondió ella.

'Además de zorra, mentirosa', pensó.

Johnny apuró su último trago de whisky, esquivó cuidadosamente el ya negruzco reguero de sangre y volvió a sentarse frente al teléfono.

17. Empezar de nuevo.

No había nadie al otro lado de la línea imaginaria que separara el éxito del fracaso. Todos hacían lo posible para no caer en desgracia. Las puñaladas traperas estaban a la orden del día. Hasta la más insignificante migaja generaba luchas incruentas con nuevas víctimas y despojos. Todo por seguir alimentando al enorme leviatán de insaciable y voraz apetito. Cuando la enorme bestia sintió que se acercaba el fin, imparable en su furia destructora, empezó su descenso hacia las simas más profundas. Arrasando todo en su eterna huida hacia delante. Acabó devorándose a sí misma. Ya había pasado otras veces pero estaba por ver si está vez quedaría alguna pequeña brizna con la que poder empezar de nuevo.

18. Finisterre

No había nadie al otro lado de la línea del horizonte, tan solo un inmenso vacío por el que caía el agua que rebosaba del mar. Había perdido mi fortuna y arrastrado a mi valiente tripulación a un destino incierto por una estúpida teoría.

Giraba mecánicamente un maravedí de oro entre los dedos cuando decidí continuar. Reunimos todos los cabos de la nao y con un extremo atado al trinquete los lanzamos al abismo. El contramaestre Quiroga se ofreció voluntario para el descenso. Yo le observé sentado a horcajadas en el mascarón de proa. No sé si fue efecto del reflejo del agua pero parecía que eran dos figuras las que se deslizaban por la catarata, cada una en una dirección. Quiroga regresó afirmando que no había nada al otro lado pero nunca volvió a ser el mismo.

19. Puntual, como mandan los cánones

No había nadie al otro lado de la línea. Justo antes de colgar oí una voz: "Señor Schools. Hemos recibido su historial y creemos que podría encajar en nuestra empresa. Preséntese hoy a las dieciocho treinta”. Decidí ponerme algo cómodo y llegué cinco minutos antes de mi hora. La tensión en aquella sala de espera era sólida como un queso. A la hora exacta, me acompañaron hasta el despacho y me dejaron frente a una mesa donde volvía a no haber nadie enfrente. Consciente que El Gran Hermano vigilaba mi comportamiento, permanecí inmóvil en la silla hasta que se presentó el entrevistador cargado de preguntas:

- ¿En qué departamento trabajó en su último empleo?
- Recursos Humanos
- ¿En qué consistía su trabajo?
- Despedir trabajadores.
- ¿Qué cualidad le define?
- Buen compañero.
- ¿Qué sucedió?
- Me despidieron.

Una vez en el sofá de mi casa, esperé la llamada de una voz diciéndome "ya le llamaremos en próximas vacantes".

20. Sobre la inevitabilidad del conflicto

No había nadie al otro lado de la línea. Todos estábamos hacinados en el mismo lado. El miedo nos impedía atravesarla, pero la convivencia se hacía cada vez más insoportable. La presión aumentó hasta que un día las discusiones alcanzaron tintes violentos. En lo más encarnizado del conflicto un grito de terror impuso el silencio. Un perro había atravesado la línea, seguido de un niño. Su madre, en pánico, cruzó la línea para protegerlo con su cuerpo. Los demás nos encogimos presagiando lo peor. Sin embargo, no ocurrió nada. Poco a poco algunos fuimos atravesando la línea ante la evidencia de que no había peligro. Pronto estuvimos divididos en partes desiguales. Al principio los nuevos espacios nos sentaron bien a todos, pero de nuevo surgieron las disputas. Algunos querían desplazar la línea para ganar más espacio a costa del otro lado. Así fue como comenzó la guerra.

21. Caperucita.

No había nadie al otro lado de la línea que formaba su sonrisa, sus ojos estaban vacíos de la pasión que un día sentimos el uno por el otro, el camino recorrido era mucho y no quedaba ya nada más por hacer. Recogí los huesos pelados, la abuela siempre ha sabido hacer buenos caldos de lobo.

22. El último segundo

No había nadie al otro lado de la línea del tiempo aparte de él mismo, tal y como esperaba. Allí, en un universo viejo, yermo y vacío, Kaern Dohl encontró el final que ansiaba para su inmortalidad. Mientras se apagaban las últimas estrellas intentaba recordar su origen. ¿Tuvo acaso un padre? Tras milenios de existencia su memoria ya no era capaz de almacenar todos sus recuerdos. ¿Había amado a alguien? Sí. Ni cien eones pueden borrar el dolor de sobrevivir a tus hijos.

Kaern Dohl se preguntaba qué sentido había tenido la existencia de él, la existencia de infinitos mundos y de seres, si inexorablemente el reloj siempre se paraba al final del tiempo. Mientras el cero absoluto engullía el cosmos se dijo que quizás todo había servido para que él pudiera ver ese último segundo de belleza agonizante y majestuosa. Valió la pena.

23. 0-0-0.

No había nadie al otro lado de la línea.
Mis ahorros de toda la vida se habían esfumado, miles de minutos para nada.
Ella no estaba, no había nadie al otro lado de la línea.
Un guacamayo multicolor cantaba.
Unos turistas hacían fotos.
Una cigarra miraba.
Recorrerme el planeta, para nada, no estaba en mis planes.
Era la fecha, la hora y el lugar indicado.
Y ella no estaba.
Noté como mi corazón dejó de latir hasta quedarse a cero.
Como la latitud de mi alveolo.
Latitud cero.
Miré a la linea y me dí media vuelta.
Venir hasta Ecuador, para nada, no entraba en mis planes.

24. Huyendo de sí

No había nadie al otro lado de la línea imaginaria que dividía nuestra habitación en dos. Su cama estaba revuelta y su olor ácido revoloteaba en el ambiente. Infinitas motas de polvo flotaban agarradas a los rayos de sol que, tendidos, obraban cual linterna cada mañana.
Ovidio era de natural dormilón, y mi despertador interno marcaba las siete. Algo fallaba en aquel cuadro matutino.
Tampoco apareció en el comedor para dar cuenta del desayuno, algo más anormal aún, así que me dirigí hacia el padre Aloisio que cabeceaba en una silla al fondo del comedor.
-Padre -llamé su atención-, Ovidio ha desaparecido, no lo encuentro por ninguna parte.
Su seriedad me hizo temer cualquier desgracia y él lo notó.
-Ovidio, hijo -me reprendió-, ya hemos hablado de esto muchas veces. Sabes que las mañanas confunden tu intelecto y las noches son peligrosas para tus vecinos de cuarto.

25. Death to everyone

No había nadie al otro lado de la línea ya. Anita se los había cargado a todos. Sus cadáveres yacían esparcidos por el suelo del aparcamiento, bañados en sangre, con las vísceras al aire.“Tendría que mandar a alguien limpiar esto antes de que empiece a apestar”, pensó. Pero también había matado a los de la limpieza. Anita tenía una misión: acabar con la humanidad. Le iba a llevar su tiempo, pero lo conseguiría. A lo lejos sonaron las sirenas. Anita sonrió mientras se ajustaba las gafas de protección y amartillaba su Uzi.

26. De lo racional y lo emocional

No había nadie al otro lado de la línea recta. El amor siempre viene con curvas, muchas curvas.

27. Nada

No había nadie al otro lado de la línea, o eso parecía.

Bien, lo había logrado.

Quería felicitarlo con el silencio. Un silencio denso y lleno de palabras, versos antiguos, anécdotas y fábulas de su esencia más característica. Silencio misterioso y opaco, que solo ellos sabían escuchar. Silencio cómplice, sigiloso que concentró todo lo que los hacía vibrar.

Dejó que lo felicitará para callar ya y poder poner punto y final a una conversación que no existió. Al fin y al cabo lo único que deseaban decirse era:  
"               ".

28. Proyectos

No había nadie al otro lado de la línea. Cuando me acerqué jugueteando con el larguísimo hilo me encontré con el vaso vacío de yogur colgando de una rama, balanceándose suavemente aún. No había rastro de Nico. Apareció una hora más tarde. Venía sonriendo, radiante, arrastrando como podía una bolsa medio rota con una treintena de yogures. No aclaró el origen. Se sentó sobre el césped y procedió a comérselos despacio, apreciando los sabores y las texturas mientras me hablaba con la boca llena del gran receptor de comunicación que construiríamos. Hilo más grueso, la cometa de su hermano, cinta americana, antenas diversas, papel albal. Lo miré sin decir nada y me senté a su lado a comer yogures a mordiscos. Por la noche mientras el proyecto yacía a medias en el garaje, oculté un dispositivo de radio bajo la cinta. El día siguiente fue, simplemente, feliz.

Me gusta la frase.

Buena frase. Me pongo a ello. Objetivo podio o rosco, lo que más se me antoje.

No había nadie al otro lado de la linea que el abuelo había pintado. Sólo un oso, apoyando la espalda contra una farola, se limpiaba las uñas con un cuchillo.

Voy a pensar muy fuerte en ello (la frase).

veo más relatos en bucle...

Enhorabuena a los ganadores de la ronda, especialmente la Srta Stoneheart.

Muy buena administración y muy buenas imágenes en la entrega de premios del Sr Rudi.

Saludos a todos.

¿De qué línea?

Vamos, vamos, danos pistas. Queremos saber...

mugu escribió:¿De qué línea?

Vamos, vamos, danos pistas. Queremos saber...

Hay miles de posibilidades.

mugu escribió:¿De qué línea?

Vamos, vamos, danos pistas. Queremos saber...

\......

Sugar Bug escribió:

mugu escribió:¿De qué línea?

Vamos, vamos, danos pistas. Queremos saber...

\......

Servidor tiene unas proximas semanas terribles, no pensaba participar porque no voy a tener tiempo de nada.
Pero si tuviera un ratito y se me ocurre algo me gustaria enviarlo, aunque despues no pueda quizas votar (y mucho menos administra, aunque eso no sera un problema).

Puedo? puedoo? puedorrrl??

Si eso despues me descalificais y punto

metalbert escribió:Servidor tiene unas proximas semanas terribles, no pensaba participar porque no voy a tener tiempo de nada.
Pero si tuviera un ratito y se me ocurre algo me gustaria enviarlo, aunque despues no pueda quizas votar (y mucho menos administra, aunque eso no sera un problema).

Puedo? puedoo? puedorrrl??

Si eso despues me descalificais y punto

Claro que puedes, ya voto yo por ti hombre

Y si ganas, pues también, que administre Eloy

Hora de la siesta


No había nadie al otro lado de la línea cuando descolgué, pero al cuarto "¿si, dígame?" contestó:
Buenas tardes, soy Oswaldo Wilson de vodafone. ¿Hablo con Don Roberto...

Blasfemando le colgué de inmediato.

mugu escribió:

metalbert escribió:Servidor tiene unas proximas semanas terribles, no pensaba participar porque no voy a tener tiempo de nada.
Pero si tuviera un ratito y se me ocurre algo me gustaria enviarlo, aunque despues no pueda quizas votar (y mucho menos administra, aunque eso no sera un problema).

Puedo? puedoo? puedorrrl??

Si eso despues me descalificais y punto

Claro que puedes, ya voto yo por ti hombre

Y si ganas, pues también, que administre Eloy

Y si no, también que administre Eloy...

DON escribió:

mugu escribió:

metalbert escribió:Servidor tiene unas proximas semanas terribles, no pensaba participar porque no voy a tener tiempo de nada.
Pero si tuviera un ratito y se me ocurre algo me gustaria enviarlo, aunque despues no pueda quizas votar (y mucho menos administra, aunque eso no sera un problema).

Puedo? puedoo? puedorrrl??

Si eso despues me descalificais y punto

Claro que puedes, ya voto yo por ti hombre

Y si ganas, pues también, que administre Eloy

Y si no, también que administre Eloy...

en mi casa también están de campaña para que mande un relato.....entre conciertos y ensayos no tendré mucho tiempo para nada...
lo de ganar, teniendo la cantidad de puntos en 10 rondas, creo que no me da para ganar ni una ronda sumandolos todos...no es un problema para mi...aunque sois muy cabrones.....como con stone....
m

metalbert escribió:Servidor tiene unas proximas semanas terribles, no pensaba participar porque no voy a tener tiempo de nada.
Pero si tuviera un ratito y se me ocurre algo me gustaria enviarlo, aunque despues no pueda quizas votar (y mucho menos administra, aunque eso no sera un problema).

Puedo? puedoo? puedorrrl??

Si eso despues me descalificais y punto

¿que excusa es? ¿una mudanza? venga hombre

¿Cómo va la cosa?

I walk the line será para siempre una canción asociada a The Wire

Otra canción de lineas
(vamos para el bingo)



Me dicen que el Sr DON sale en Westworld
Aún no en qué papel
Les mantengo informados

Será otro Don... un dobleganger probablemente...

Ha llegado el primero.

Me estáis quitando todas las canciones obvias que se me iban ocurriendo.

DON escribió:¿Cómo va la cosa?

Tengo un catarro merecedor de un desfile militar.

Bofu escribió:

DON escribió:¿Cómo va la cosa?

Tengo un catarro merecedor de un desfile militar.

Cuídese usted, Sr Bofu, hijo de Bofur, este tiempo es traicionero.

Yo también voy a aportar una canción a esta ronda, y muy probablemente de esa canción salga mi relato.

Mina Mazzini, "Mina", envuelta literalmente en la línea telefónica.

Saludos

GK en CP (DMfM) de AH

Y no digo más

Buen día hoy. Vengo de ver al Barça y me voy a ver a don Rufus