RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
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RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
La gala empieza en https://www.foroazkenarock.com/t59336p50-ronda-31-temporada-3-del-certamen-de-microrrelatos-hay-gala#7361878
Primer volumen https://www.foroazkenarock.com/t59265-ronda-31-temporada-3-del-certamen-de-microrrelatos-hay-gala
Votaciones https://www.foroazkenarock.com/t59325-voten-si-se-atreven-microrrelatos-ronda-31-cerramos-a-las-2130
El chucruteo.
- Spoiler:
- El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
10 - Pie equino
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Tenía sólo 20 años, pero sabía que sería el regalo para su primogénito. Le habían dado los resultados del análisis: “La malformación de tus pies no es hereditaria, no la transmitirás a tus hijos”. Llegó a casa. La tía Matilde estaba de visita; se dedicaron la mirada de odio acostumbrada. Aún recordaba cómo, cuando él era pequeño, la puta bruja instaba a su madre a que ingresara en el hospicio a “ese tullido retrasado”. Y su madre, en vez de echarla a patadas, lloraba. Pero mi padre creció y le operaron. La malformación sólo era patente en forma de leve cojera. Era guapo e inteligente. Más que sus “saludables” primos.
Diez años después, cuando nació mi hermano, lo primero que hizo fue mirarle los pies, diminutos y perfectos. Los besó y puso el oso a su lado.
11 - La llamada de lo salvaje (dudas razonables)
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre nos abandonó antes de nacer, de modo que el cariño que nos proporcionaba el oso fue en cierta manera cuanto heredamos de él. Estuvo allí, durmiendo junto a nosotros cuando éramos unos bebes. Brindaba amistosamente su espalda para ayudarnos a ponernos en pie cuando nuestras piernas eran frágiles. ¡Cómo olvidar las mojigangas y piruetas que ejecutaba cada vez que cogíamos el tarro de miel de la granja San Francisco! Ayer, paseando por el parque de Cabárceno un rugido pareció afectarlo sobremanera. Tras mirarnos con cara de pena, se adentró en el corazón del parque.
-Ha sido como un hermano, quisiera dormir tres meses al menos y olvidar...-dijo mi hermano rascándose su tupida espalda de pelo.
-Casi un padre-repliqué apurando mi enésima copa de ron-miel.
Nuestra madre tragó saliva…
12 - EDWARD
El verano que mi padre compro el oso, ninguno de nosotros había nacido. Nos contaba esas historias antes de dormir, a los pies de nuestra cama. Cómo negoció su precio con los asombrosos siameses chinos estando de viaje. Cómo convirtió un circo en el mejor con el oso y un fantástico gigante albino. Cómo lo dejó para conseguir tres medallas olímpicas, compartiendo habitación con un increíble nadador con branquias. Cómo conquistó a mamá, golpeando su ventana desde la cestilla del globo en el que fue a buscarla…
Orgullosos de él, caíamos dormidos sonriendo con hermosas imágenes.
Creces, y dudas de si ves un héroe o un pobre hombre con historias de sueños truncados.
Hoy veo aquí tanta gente especial que compartió algo con él, que lamento haber perdido el entusiasmo por cada historia que contaba.
En nombre de la familia Bloom os agradezco que hayáis querido venir a despedirle.
13 - Trillizos
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido todavía. Montañés solitario y rudo, le vimos dejar que el pequeño Pardo quebrara su soledad y le vimos alimentarle, entender sus rugidos y sus silencios; jugar y pelearse y curar heridas. Le vimos aprender a convivir.
Hoy martes, tres veranos más tarde, mi padre ha comprado una nativa. Joven, bonita y en edad fértil. Y vemos a ese hombre antaño brutal y primitivo entender a nuestra madre, respetar sus silencios, hacerla reír y secar sus lágrimas y olvidar pronto el precio que pagó por ella, como tampoco recuerda ya lo que costó Pardo.
Y será un martes del próximo año, el mismo día que unos lobos lo maten, que naceremos nosotros. Daniel no lo conseguirá, y nuestro padre lo enterrará sobre el regazo peludo que le hizo nacer de nuevo, bajo una lápida con dos nombres.
14 - Amor de hermano.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El verano que mi padre compró el oso, las temperaturas se habían desplomado.
El verano que mi padre compró el oso, los almendros no habían florecido.
El verano que mi padre compró el oso, hacía un frio del carajo.
Y el oso creció, envuelto en sabanas calientes.
Y el oso creció, tomando infusiones morunas.
Y el oso creció, sin relación con la gente.
Y el oso creció, acostándose más tarde de la una.
Puto oso, que dominas todo.
Puto oso, que mandas a tu antojo.
Puto oso, que me dejas de lado.
Puto oso, que me metes en el lodo.
Puto oso, que me tienes ofuscado.
Puto oso, dame mi teclado.
15 - 17 de julio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El oso estuvo omnipresente mientras yo crecía .
Cada mañana mi padre salía de nuestra cabaña y bajaba a orillas del Volga a tratar de sacar unas míseras monedas haciendo malabares con el oso.
Una vez le pregunté el motivo de que no tuviese un trabajo mas estructurado, no es que faltaran opciones ni planes quinquenales a los que apuntarse.
El me miró en silencio con tristeza en la mirada, avergonzado quizás; por hacerme crecer de una manera tan paupérrima.
Tampoco entendía muy bien como había conseguido el dinero necesario para hacerse con un oso, no son baratos.
Cuando murió no esperaba a nadie en el entierro y sin embargo aparecieron cientos de miembros del partido llamándolo héroe .
Yo no entendía nada.
Tal como llegaron se fueron.
Una aldeana se acercó a mi y me susurro al oído....... Tsárskoye Seló .
Entonces todo cobró sentido.
16 - El legado
- El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, era una época en la que había dinero en casa , mi madre se compró un tocadiscos para darle un uso como decía ella "al disco ese del oso", a partir de entonces, nunca hubo dinero en casa, la culpa la tuvo ese disco, Gloria o Manicomio del grupo El Osombroso Folk de las Badlands
Y eso es lo que vas a heredar hijo, un montón de discos.
17 - Normal
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Gracias al oso conoció a mi abuelo, el mejor adiestrador de osos del país y gracias a mi abuelo conoció a mi tío, con quien vivió una de las historias de amor más bella que se recuerda; gracias a él conoció las bondades de los enemas y gracias a eso ideó unos ungüentos con pelo de oso que le hicieron rico. La riqueza le permitió sufragar el telescopio que mi tía reclamaba desde niña y así, entre estrella y estrella, vivieron una de las historias de amor más bella que se recuerda, también. Cuando mi tía se marchó en busca de telescopios más grandes mi padre tropezó con mi madre en el salón y así nacimos nosotros. Mi madre sigue diciendo que no le quiere y que la suya es una historia normal, sin más.
18 - Voces
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Ni tampoco íbamos a hacerlo. Junto a mi madre, se dedicaba al teatro callejero. Viajaban por toda la península repartiendo risas y desde que tenían el oso se habían convertido en la sensación de Italia. Las cosas empezaban a irles tan bien, que pudieron comprarse la casa en la Toscana que tanto habían soñado desde que estaban juntos. Donde íbamos a formar la familia perfecta. Pero nunca llegábamos.
Ante nuestra ausencia, pasó de ser el oso a ser Giovanni, el nombre que tenían pensado para mí si era niño. Después iba a venir mi hermana sí o sí, Donatella. Y en último lugar Luca. Giovanni creció feliz, viajó, actuó y fue tratado como los hijos que nunca pudieron llegar a tener mis padres. Nosotros fuimos sólo voces en sus cabezas.
19. Brandon
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido en la Tierra. En la nave en la que nací, la más rápida que había creado la humanidad, yo tenía seis años y mi hermana, nacida tras una inseminación artificial, dos.
Mi padre, científico y coronel de infantería, usó los recursos del ejército para convertir aquel enorme grizzlie disecado en un autómata que reprodujera, mediante los datos recibidos por el ansible y una serie de algoritmos de supercomputación, en un remedo de mi personalidad absurdamente cambiante para alguien anclado en un punto fijo como un planeta.
Y lo emitió en streaming para toda la Tierra.
En lo que la Tierra vivió como cinco años de diversión casi constante, Brandon, el oso, se convirtió en un viejo y cascarrabias oso gigante obsesionado con abrazar a su padre mientras se alejaba camino de las estrellas.
20 - ʕ•ᴥ•ʔ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Seguramente era su manera de decirle a mi madre que ya iba siendo hora de ir a por un bebé. Tenía dos botones por ojos una pajarita roja y le faltaba la mitad de una pata, pero era cálido y suave al tacto, y tenía una expresión boba que transmitía la calma incondicional de quien hace muchos años que ya no se entera de lo que pasa a su alrededor. En invierno era muy agradable acurrucarse a su lado por la noche hasta que se marchaba a dormir solo.
Pronto descubrimos que cada amanecer iba a ver a una osa a la que un día regaló una pequeña figura humana hecha con fieltro que no paraba de llorar. La osa, sin embargo, fue más lista que mi madre y nunca la aceptó.
21 - El planeta de los simios
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre lo bautizó como Noé. Y digo padre porque no sé cómo debería llamarlo. Lo de Noé viene porque mis padres eran seguidores del culto de "El Nuevo Diluvio". Por ese motivo los adeptos al culto esperaban “el diluvio universal”. Otra vez. Y esperaban saber cómo construir un arca. Mi padre había sido pescador, sabía lo que se hacía. Dos días antes del diluvio, que se adelantó dos meses al pronóstico de Oswaldo, el líder de “Nuevo Diluvio”, mi padre falleció en extrañas circunstancias. No hubo tiempo de buscar otro marido. Ni a una osa. De esta forma, nosotros, los repobladores de la tierra, fuimos engendrados en el arca por mi madre Naama y por mi, ejem, ejem, padre-oso Noé. Ahora ya saben que no fue evolución.
22 - Aquello
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, y cuando digo “nosotros” hablo de J y de mí.
El oso se escapó, y cuando digo “se escapó” quiero decir que mi padre se emborrachó lo suficiente como para perder a un oso de cuatrocientos kilos.
Cuando mi padre contaba la historia del oso, la realidad se mezclaba con “la historia del oso”. Los personajes se confundían: el borracho era el oso y mi padre un don nadie gordo y peludo.
En verano J y yo acampábamos en la caseta del oso. Cuando yo me dormía, J gritaba: “¡El oso borracho!” para asustarme. Así, hasta la noche en la que el oso apareció dando tumbos. No iba borracho: le habían disparado dos veces.
Ahora nadie habla de aquello, y cuando digo “aquello” quiero decir de aquel verano en el que mi padre mató al oso.
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1EJrbF21vduoHXmCLVZsXM-sWlN1p9iw6SBu3tuzh85I/edit#gid=389685999
Última edición por Sugar Bug el Vie Mar 16 2018, 09:09, editado 3 veces
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
Claro.
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
Claro.
Tendría que ser en la página 41 o no en la 40 digo yo.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Pillo sitio por si aca.
Rhonda- Mensajes : 50743
Fecha de inscripción : 24/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Yo también cojo sitio.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
Claro.
Tendría que ser en la página 41 o no en la 40 digo yo.
Tendría. Pero no estamos en tendríalandia...
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
Hay vuelta al topic al acabar las votaciones?
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:sapir escribió:Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Huecos en el topic para poder escribir esta noche cuando se le haya dado la vuelta?
Claro.
Tendría que ser en la página 41 o no en la 40 digo yo.
Tendría. Pero no estamos en tendríalandia...
Allá tú si esta noche no puedes editar los topics que quieres.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¡¡¡¡Sugar!!! Ahora si, ¡¡¡Dale!!!
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¡Dale, don Dale!
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
La venganza de salakov.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:La venganza de salakov.
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
No.
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:Toro escribió:Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
No.
O sea, que topic nuevo para la gala...
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
No.
O sea, que topic nuevo para la gala...
No le va a quedar otra.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
No.
O sea, que topic nuevo para la gala...
No le va a quedar otra.
Depende. Todo esto va a quedar como inicio del posible nuevo tópic ...
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Puede empezar la gala a partir de las 23:05?
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:sapir escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:Toro escribió:Una cosa... si no se llega a 46 también se corta el topic?
No.
O sea, que topic nuevo para la gala...
No le va a quedar otra.
Depende. Todo esto va a quedar como inicio del posible nuevo tópic ...
Tienes posts para editar.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
A mi hoy creo que me toca gala en diferido
_________________
RegSound- Moderador
- Mensajes : 51887
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
sapir escribió:¿Puede empezar la gala a partir de las 23:05?
Tendremos gala post.
Post diosecito en la cama. Y la cena hecha. Y la charla de mi mujer por siempre estás perdiendo el tiempo en el foro. Y...
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Puede empezar la gala a partir de las 23:05?
Tendremos gala post.
Post diosecito en la cama. Y la cena hecha. Y la charla de mi mujer por siempre estás perdiendo el tiempo en el foro. Y...
Mientras sea a partir de las 23:05 me vale todo.
sapir- Mensajes : 135716
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Puede empezar la gala a partir de las 23:05?
Tendremos gala post.
Post diosecito en la cama. Y la cena hecha. Y la charla de mi mujer por siempre estás perdiendo el tiempo en el foro. Y...
Parece que la organizo yo...
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Sugar Bug escribió:sapir escribió:¿Puede empezar la gala a partir de las 23:05?
Tendremos gala post.
Post diosecito en la cama. Y la cena hecha. Y la charla de mi mujer por siempre estás perdiendo el tiempo en el foro. Y...
Parece que la organizo yo...
Joder tacitus, que jaleo de nicks llevas!
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Nomeko7 escribió:
- Spoiler:
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido
El chucruteo.
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Quiero ir a Bratislava. Fui en tren de Budapest a Viena.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
En el primer piso en el que viví en Madrid, teníamos una enrome alfombra que simulaba ser la piel de una vaca.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Tiene un aire al libro que me estoy leyendo, El hombre que se enamoró de la Luna.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Muy bien manjeadas las elipsis.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Bueno, es que un oso es mucho oso.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Siempre he pensado que lo que volvía inteligente a los simios, en el planeta de los simios, era el hecho de llevar pantalones puestos.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Alzheimer, viejo amigo. Se le echaba de menos en el mundo micro. Estoy en contra del Alzheimer, como decía Krahe. Abajo el Alzheimer.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
También muy old school lo de tener que buscar términos en google para entender el micro.
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Esa frase vale un punto al menos. El resto no me interesa en demasía pero no negaré sus bondandes.
10 - Pie equino
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Tenía sólo 20 años, pero sabía que sería el regalo para su primogénito. Le habían dado los resultados del análisis: “La malformación de tus pies no es hereditaria, no la transmitirás a tus hijos”. Llegó a casa. La tía Matilde estaba de visita; se dedicaron la mirada de odio acostumbrada. Aún recordaba cómo, cuando él era pequeño, la puta bruja instaba a su madre a que ingresara en el hospicio a “ese tullido retrasado”. Y su madre, en vez de echarla a patadas, lloraba. Pero mi padre creció y le operaron. La malformación sólo era patente en forma de leve cojera. Era guapo e inteligente. Más que sus “saludables” primos.
Diez años después, cuando nació mi hermano, lo primero que hizo fue mirarle los pies, diminutos y perfectos. Los besó y puso el oso a su lado.
Lo hacen muchas madres, no? contar los dedos de las manos y de los pies del recién ancido.
11 - La llamada de lo salvaje (dudas razonables)
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre nos abandonó antes de nacer, de modo que el cariño que nos proporcionaba el oso fue en cierta manera cuanto heredamos de él. Estuvo allí, durmiendo junto a nosotros cuando éramos unos bebes. Brindaba amistosamente su espalda para ayudarnos a ponernos en pie cuando nuestras piernas eran frágiles. ¡Cómo olvidar las mojigangas y piruetas que ejecutaba cada vez que cogíamos el tarro de miel de la granja San Francisco! Ayer, paseando por el parque de Cabárceno un rugido pareció afectarlo sobremanera. Tras mirarnos con cara de pena, se adentró en el corazón del parque.
-Ha sido como un hermano, quisiera dormir tres meses al menos y olvidar...-dijo mi hermano rascándose su tupida espalda de pelo.
-Casi un padre-repliqué apurando mi enésima copa de ron-miel.
Nuestra madre tragó saliva…
Zoofilia. Lo respeto pero que no lo llamen matrimonio.
12 - EDWARD
El verano que mi padre compro el oso, ninguno de nosotros había nacido. Nos contaba esas historias antes de dormir, a los pies de nuestra cama. Cómo negoció su precio con los asombrosos siameses chinos estando de viaje. Cómo convirtió un circo en el mejor con el oso y un fantástico gigante albino. Cómo lo dejó para conseguir tres medallas olímpicas, compartiendo habitación con un increíble nadador con branquias. Cómo conquistó a mamá, golpeando su ventana desde la cestilla del globo en el que fue a buscarla…
Orgullosos de él, caíamos dormidos sonriendo con hermosas imágenes.
Creces, y dudas de si ves un héroe o un pobre hombre con historias de sueños truncados.
Hoy veo aquí tanta gente especial que compartió algo con él, que lamento haber perdido el entusiasmo por cada historia que contaba.
En nombre de la familia Bloom os agradezco que hayáis querido venir a despedirle.
Un poco The shape of water.
13 - Trillizos
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido todavía. Montañés solitario y rudo, le vimos dejar que el pequeño Pardo quebrara su soledad y le vimos alimentarle, entender sus rugidos y sus silencios; jugar y pelearse y curar heridas. Le vimos aprender a convivir.
Hoy martes, tres veranos más tarde, mi padre ha comprado una nativa. Joven, bonita y en edad fértil. Y vemos a ese hombre antaño brutal y primitivo entender a nuestra madre, respetar sus silencios, hacerla reír y secar sus lágrimas y olvidar pronto el precio que pagó por ella, como tampoco recuerda ya lo que costó Pardo.
Y será un martes del próximo año, el mismo día que unos lobos lo maten, que naceremos nosotros. Daniel no lo conseguirá, y nuestro padre lo enterrará sobre el regazo peludo que le hizo nacer de nuevo, bajo una lápida con dos nombres.
Muy chulo el último párrafo
14 - Amor de hermano.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El verano que mi padre compró el oso, las temperaturas se habían desplomado.
El verano que mi padre compró el oso, los almendros no habían florecido.
El verano que mi padre compró el oso, hacía un frio del carajo.
Y el oso creció, envuelto en sabanas calientes.
Y el oso creció, tomando infusiones morunas.
Y el oso creció, sin relación con la gente.
Y el oso creció, acostándose más tarde de la una.
Puto oso, que dominas todo.
Puto oso, que mandas a tu antojo.
Puto oso, que me dejas de lado.
Puto oso, que me metes en el lodo.
Puto oso, que me tienes ofuscado.
Puto oso, dame mi teclado.
Tengo un problema con las rimas. Lo hubiera dejado así.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso
15 - 17 de julio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El oso estuvo omnipresente mientras yo crecía .
Cada mañana mi padre salía de nuestra cabaña y bajaba a orillas del Volga a tratar de sacar unas míseras monedas haciendo malabares con el oso.
Una vez le pregunté el motivo de que no tuviese un trabajo mas estructurado, no es que faltaran opciones ni planes quinquenales a los que apuntarse.
El me miró en silencio con tristeza en la mirada, avergonzado quizás; por hacerme crecer de una manera tan paupérrima.
Tampoco entendía muy bien como había conseguido el dinero necesario para hacerse con un oso, no son baratos.
Cuando murió no esperaba a nadie en el entierro y sin embargo aparecieron cientos de miembros del partido llamándolo héroe .
Yo no entendía nada.
Tal como llegaron se fueron.
Una aldeana se acercó a mi y me susurro al oído....... Tsárskoye Seló .
Entonces todo cobró sentido.
Otro de tirar de wikipedia. Mola mucho.
16 - El legado
- El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, era una época en la que había dinero en casa , mi madre se compró un tocadiscos para darle un uso como decía ella "al disco ese del oso", a partir de entonces, nunca hubo dinero en casa, la culpa la tuvo ese disco, Gloria o Manicomio del grupo El Osombroso Folk de las Badlands
Y eso es lo que vas a heredar hijo, un montón de discos.
Gran frase final. Se dice tocadiscos o giradiscos?
17 - Normal
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Gracias al oso conoció a mi abuelo, el mejor adiestrador de osos del país y gracias a mi abuelo conoció a mi tío, con quien vivió una de las historias de amor más bella que se recuerda; gracias a él conoció las bondades de los enemas y gracias a eso ideó unos ungüentos con pelo de oso que le hicieron rico. La riqueza le permitió sufragar el telescopio que mi tía reclamaba desde niña y así, entre estrella y estrella, vivieron una de las historias de amor más bella que se recuerda, también. Cuando mi tía se marchó en busca de telescopios más grandes mi padre tropezó con mi madre en el salón y así nacimos nosotros. Mi madre sigue diciendo que no le quiere y que la suya es una historia normal, sin más.
Muy bien hilado, todo fluye.
18 - Voces
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Ni tampoco íbamos a hacerlo. Junto a mi madre, se dedicaba al teatro callejero. Viajaban por toda la península repartiendo risas y desde que tenían el oso se habían convertido en la sensación de Italia. Las cosas empezaban a irles tan bien, que pudieron comprarse la casa en la Toscana que tanto habían soñado desde que estaban juntos. Donde íbamos a formar la familia perfecta. Pero nunca llegábamos.
Ante nuestra ausencia, pasó de ser el oso a ser Giovanni, el nombre que tenían pensado para mí si era niño. Después iba a venir mi hermana sí o sí, Donatella. Y en último lugar Luca. Giovanni creció feliz, viajó, actuó y fue tratado como los hijos que nunca pudieron llegar a tener mis padres. Nosotros fuimos sólo voces en sus cabezas.
Muy bien rematado. A mí de Italia me gusta la zona de Ravena. Bolonia también.
19. Brandon
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido en la Tierra. En la nave en la que nací, la más rápida que había creado la humanidad, yo tenía seis años y mi hermana, nacida tras una inseminación artificial, dos.
Mi padre, científico y coronel de infantería, usó los recursos del ejército para convertir aquel enorme grizzlie disecado en un autómata que reprodujera, mediante los datos recibidos por el ansible y una serie de algoritmos de supercomputación, en un remedo de mi personalidad absurdamente cambiante para alguien anclado en un punto fijo como un planeta.
Y lo emitió en streaming para toda la Tierra.
En lo que la Tierra vivió como cinco años de diversión casi constante, Brandon, el oso, se convirtió en un viejo y cascarrabias oso gigante obsesionado con abrazar a su padre mientras se alejaba camino de las estrellas.
Empieza por donde no se espera y termina, también, por donde no se espera.
20 - ʕ•ᴥ•ʔ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Seguramente era su manera de decirle a mi madre que ya iba siendo hora de ir a por un bebé. Tenía dos botones por ojos una pajarita roja y le faltaba la mitad de una pata, pero era cálido y suave al tacto, y tenía una expresión boba que transmitía la calma incondicional de quien hace muchos años que ya no se entera de lo que pasa a su alrededor. En invierno era muy agradable acurrucarse a su lado por la noche hasta que se marchaba a dormir solo.
Pronto descubrimos que cada amanecer iba a ver a una osa a la que un día regaló una pequeña figura humana hecha con fieltro que no paraba de llorar. La osa, sin embargo, fue más lista que mi madre y nunca la aceptó.
Poético. Neskismo meets Dondonianismo.
21 - El planeta de los simios
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre lo bautizó como Noé. Y digo padre porque no sé cómo debería llamarlo. Lo de Noé viene porque mis padres eran seguidores del culto de "El Nuevo Diluvio". Por ese motivo los adeptos al culto esperaban “el diluvio universal”. Otra vez. Y esperaban saber cómo construir un arca. Mi padre había sido pescador, sabía lo que se hacía. Dos días antes del diluvio, que se adelantó dos meses al pronóstico de Oswaldo, el líder de “Nuevo Diluvio”, mi padre falleció en extrañas circunstancias. No hubo tiempo de buscar otro marido. Ni a una osa. De esta forma, nosotros, los repobladores de la tierra, fuimos engendrados en el arca por mi madre Naama y por mi, ejem, ejem, padre-oso Noé. Ahora ya saben que no fue evolución.
Oswaldo. Viendo la última de la saga nueva sale Cornelius que luego es el líder de los simios cuando Charlton Heston.
22 - Aquello
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, y cuando digo “nosotros” hablo de J y de mí.
El oso se escapó, y cuando digo “se escapó” quiero decir que mi padre se emborrachó lo suficiente como para perder a un oso de cuatrocientos kilos.
Cuando mi padre contaba la historia del oso, la realidad se mezclaba con “la historia del oso”. Los personajes se confundían: el borracho era el oso y mi padre un don nadie gordo y peludo.
En verano J y yo acampábamos en la caseta del oso. Cuando yo me dormía, J gritaba: “¡El oso borracho!” para asustarme. Así, hasta la noche en la que el oso apareció dando tumbos. No iba borracho: le habían disparado dos veces.
Ahora nadie habla de aquello, y cuando digo “aquello” quiero decir de aquel verano en el que mi padre mató al oso.
Bueno. La frase pedía, quizás, cosas de estas.
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:Nomeko7 escribió:
- Spoiler:
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido
El chucruteo.
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Quiero ir a Bratislava. Fui en tren de Budapest a Viena.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
En el primer piso en el que viví en Madrid, teníamos una enrome alfombra que simulaba ser la piel de una vaca.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Tiene un aire al libro que me estoy leyendo, El hombre que se enamoró de la Luna.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Muy bien manjeadas las elipsis.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Bueno, es que un oso es mucho oso.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Siempre he pensado que lo que volvía inteligente a los simios, en el planeta de los simios, era el hecho de llevar pantalones puestos.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Alzheimer, viejo amigo. Se le echaba de menos en el mundo micro. Estoy en contra del Alzheimer, como decía Krahe. Abajo el Alzheimer.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
También muy old school lo de tener que buscar términos en google para entender el micro.
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Esa frase vale un punto al menos. El resto no me interesa en demasía pero no negaré sus bondandes.
10 - Pie equino
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Tenía sólo 20 años, pero sabía que sería el regalo para su primogénito. Le habían dado los resultados del análisis: “La malformación de tus pies no es hereditaria, no la transmitirás a tus hijos”. Llegó a casa. La tía Matilde estaba de visita; se dedicaron la mirada de odio acostumbrada. Aún recordaba cómo, cuando él era pequeño, la puta bruja instaba a su madre a que ingresara en el hospicio a “ese tullido retrasado”. Y su madre, en vez de echarla a patadas, lloraba. Pero mi padre creció y le operaron. La malformación sólo era patente en forma de leve cojera. Era guapo e inteligente. Más que sus “saludables” primos.
Diez años después, cuando nació mi hermano, lo primero que hizo fue mirarle los pies, diminutos y perfectos. Los besó y puso el oso a su lado.
Lo hacen muchas madres, no? contar los dedos de las manos y de los pies del recién ancido.
11 - La llamada de lo salvaje (dudas razonables)
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre nos abandonó antes de nacer, de modo que el cariño que nos proporcionaba el oso fue en cierta manera cuanto heredamos de él. Estuvo allí, durmiendo junto a nosotros cuando éramos unos bebes. Brindaba amistosamente su espalda para ayudarnos a ponernos en pie cuando nuestras piernas eran frágiles. ¡Cómo olvidar las mojigangas y piruetas que ejecutaba cada vez que cogíamos el tarro de miel de la granja San Francisco! Ayer, paseando por el parque de Cabárceno un rugido pareció afectarlo sobremanera. Tras mirarnos con cara de pena, se adentró en el corazón del parque.
-Ha sido como un hermano, quisiera dormir tres meses al menos y olvidar...-dijo mi hermano rascándose su tupida espalda de pelo.
-Casi un padre-repliqué apurando mi enésima copa de ron-miel.
Nuestra madre tragó saliva…
Zoofilia. Lo respeto pero que no lo llamen matrimonio.
12 - EDWARD
El verano que mi padre compro el oso, ninguno de nosotros había nacido. Nos contaba esas historias antes de dormir, a los pies de nuestra cama. Cómo negoció su precio con los asombrosos siameses chinos estando de viaje. Cómo convirtió un circo en el mejor con el oso y un fantástico gigante albino. Cómo lo dejó para conseguir tres medallas olímpicas, compartiendo habitación con un increíble nadador con branquias. Cómo conquistó a mamá, golpeando su ventana desde la cestilla del globo en el que fue a buscarla…
Orgullosos de él, caíamos dormidos sonriendo con hermosas imágenes.
Creces, y dudas de si ves un héroe o un pobre hombre con historias de sueños truncados.
Hoy veo aquí tanta gente especial que compartió algo con él, que lamento haber perdido el entusiasmo por cada historia que contaba.
En nombre de la familia Bloom os agradezco que hayáis querido venir a despedirle.
Un poco The shape of water.
13 - Trillizos
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido todavía. Montañés solitario y rudo, le vimos dejar que el pequeño Pardo quebrara su soledad y le vimos alimentarle, entender sus rugidos y sus silencios; jugar y pelearse y curar heridas. Le vimos aprender a convivir.
Hoy martes, tres veranos más tarde, mi padre ha comprado una nativa. Joven, bonita y en edad fértil. Y vemos a ese hombre antaño brutal y primitivo entender a nuestra madre, respetar sus silencios, hacerla reír y secar sus lágrimas y olvidar pronto el precio que pagó por ella, como tampoco recuerda ya lo que costó Pardo.
Y será un martes del próximo año, el mismo día que unos lobos lo maten, que naceremos nosotros. Daniel no lo conseguirá, y nuestro padre lo enterrará sobre el regazo peludo que le hizo nacer de nuevo, bajo una lápida con dos nombres.
Muy chulo el último párrafo
14 - Amor de hermano.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El verano que mi padre compró el oso, las temperaturas se habían desplomado.
El verano que mi padre compró el oso, los almendros no habían florecido.
El verano que mi padre compró el oso, hacía un frio del carajo.
Y el oso creció, envuelto en sabanas calientes.
Y el oso creció, tomando infusiones morunas.
Y el oso creció, sin relación con la gente.
Y el oso creció, acostándose más tarde de la una.
Puto oso, que dominas todo.
Puto oso, que mandas a tu antojo.
Puto oso, que me dejas de lado.
Puto oso, que me metes en el lodo.
Puto oso, que me tienes ofuscado.
Puto oso, dame mi teclado.
Tengo un problema con las rimas. Lo hubiera dejado así.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso
15 - 17 de julio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El oso estuvo omnipresente mientras yo crecía .
Cada mañana mi padre salía de nuestra cabaña y bajaba a orillas del Volga a tratar de sacar unas míseras monedas haciendo malabares con el oso.
Una vez le pregunté el motivo de que no tuviese un trabajo mas estructurado, no es que faltaran opciones ni planes quinquenales a los que apuntarse.
El me miró en silencio con tristeza en la mirada, avergonzado quizás; por hacerme crecer de una manera tan paupérrima.
Tampoco entendía muy bien como había conseguido el dinero necesario para hacerse con un oso, no son baratos.
Cuando murió no esperaba a nadie en el entierro y sin embargo aparecieron cientos de miembros del partido llamándolo héroe .
Yo no entendía nada.
Tal como llegaron se fueron.
Una aldeana se acercó a mi y me susurro al oído....... Tsárskoye Seló .
Entonces todo cobró sentido.
Otro de tirar de wikipedia. Mola mucho.
16 - El legado
- El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, era una época en la que había dinero en casa , mi madre se compró un tocadiscos para darle un uso como decía ella "al disco ese del oso", a partir de entonces, nunca hubo dinero en casa, la culpa la tuvo ese disco, Gloria o Manicomio del grupo El Osombroso Folk de las Badlands
Y eso es lo que vas a heredar hijo, un montón de discos.
Gran frase final. Se dice tocadiscos o giradiscos?
17 - Normal
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Gracias al oso conoció a mi abuelo, el mejor adiestrador de osos del país y gracias a mi abuelo conoció a mi tío, con quien vivió una de las historias de amor más bella que se recuerda; gracias a él conoció las bondades de los enemas y gracias a eso ideó unos ungüentos con pelo de oso que le hicieron rico. La riqueza le permitió sufragar el telescopio que mi tía reclamaba desde niña y así, entre estrella y estrella, vivieron una de las historias de amor más bella que se recuerda, también. Cuando mi tía se marchó en busca de telescopios más grandes mi padre tropezó con mi madre en el salón y así nacimos nosotros. Mi madre sigue diciendo que no le quiere y que la suya es una historia normal, sin más.
Muy bien hilado, todo fluye.
18 - Voces
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Ni tampoco íbamos a hacerlo. Junto a mi madre, se dedicaba al teatro callejero. Viajaban por toda la península repartiendo risas y desde que tenían el oso se habían convertido en la sensación de Italia. Las cosas empezaban a irles tan bien, que pudieron comprarse la casa en la Toscana que tanto habían soñado desde que estaban juntos. Donde íbamos a formar la familia perfecta. Pero nunca llegábamos.
Ante nuestra ausencia, pasó de ser el oso a ser Giovanni, el nombre que tenían pensado para mí si era niño. Después iba a venir mi hermana sí o sí, Donatella. Y en último lugar Luca. Giovanni creció feliz, viajó, actuó y fue tratado como los hijos que nunca pudieron llegar a tener mis padres. Nosotros fuimos sólo voces en sus cabezas.
Muy bien rematado. A mí de Italia me gusta la zona de Ravena. Bolonia también.
19. Brandon
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido en la Tierra. En la nave en la que nací, la más rápida que había creado la humanidad, yo tenía seis años y mi hermana, nacida tras una inseminación artificial, dos.
Mi padre, científico y coronel de infantería, usó los recursos del ejército para convertir aquel enorme grizzlie disecado en un autómata que reprodujera, mediante los datos recibidos por el ansible y una serie de algoritmos de supercomputación, en un remedo de mi personalidad absurdamente cambiante para alguien anclado en un punto fijo como un planeta.
Y lo emitió en streaming para toda la Tierra.
En lo que la Tierra vivió como cinco años de diversión casi constante, Brandon, el oso, se convirtió en un viejo y cascarrabias oso gigante obsesionado con abrazar a su padre mientras se alejaba camino de las estrellas.
Empieza por donde no se espera y termina, también, por donde no se espera.
20 - ʕ•ᴥ•ʔ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Seguramente era su manera de decirle a mi madre que ya iba siendo hora de ir a por un bebé. Tenía dos botones por ojos una pajarita roja y le faltaba la mitad de una pata, pero era cálido y suave al tacto, y tenía una expresión boba que transmitía la calma incondicional de quien hace muchos años que ya no se entera de lo que pasa a su alrededor. En invierno era muy agradable acurrucarse a su lado por la noche hasta que se marchaba a dormir solo.
Pronto descubrimos que cada amanecer iba a ver a una osa a la que un día regaló una pequeña figura humana hecha con fieltro que no paraba de llorar. La osa, sin embargo, fue más lista que mi madre y nunca la aceptó.
Poético. Neskismo meets Dondonianismo.
21 - El planeta de los simios
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre lo bautizó como Noé. Y digo padre porque no sé cómo debería llamarlo. Lo de Noé viene porque mis padres eran seguidores del culto de "El Nuevo Diluvio". Por ese motivo los adeptos al culto esperaban “el diluvio universal”. Otra vez. Y esperaban saber cómo construir un arca. Mi padre había sido pescador, sabía lo que se hacía. Dos días antes del diluvio, que se adelantó dos meses al pronóstico de Oswaldo, el líder de “Nuevo Diluvio”, mi padre falleció en extrañas circunstancias. No hubo tiempo de buscar otro marido. Ni a una osa. De esta forma, nosotros, los repobladores de la tierra, fuimos engendrados en el arca por mi madre Naama y por mi, ejem, ejem, padre-oso Noé. Ahora ya saben que no fue evolución.
Oswaldo. Viendo la última de la saga nueva sale Cornelius que luego es el líder de los simios cuando Charlton Heston.
22 - Aquello
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, y cuando digo “nosotros” hablo de J y de mí.
El oso se escapó, y cuando digo “se escapó” quiero decir que mi padre se emborrachó lo suficiente como para perder a un oso de cuatrocientos kilos.
Cuando mi padre contaba la historia del oso, la realidad se mezclaba con “la historia del oso”. Los personajes se confundían: el borracho era el oso y mi padre un don nadie gordo y peludo.
En verano J y yo acampábamos en la caseta del oso. Cuando yo me dormía, J gritaba: “¡El oso borracho!” para asustarme. Así, hasta la noche en la que el oso apareció dando tumbos. No iba borracho: le habían disparado dos veces.
Ahora nadie habla de aquello, y cuando digo “aquello” quiero decir de aquel verano en el que mi padre mató al oso.
Bueno. La frase pedía, quizás, cosas de estas.
Gracias, Sugar. Justo iba a hacer eso.
Nomeko7- Mensajes : 38135
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Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
¿Eso de Baneos: 1 (pero se merece más)???
No lo había visto nunca
Toro- Mensajes : 28426
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Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:
¿Eso de Baneos: 1 (pero se merece más)???
No lo había visto nunca
el mosquito comunista, que es un gracioso...
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
JajajaSugar Bug escribió:Toro escribió:
¿Eso de Baneos: 1 (pero se merece más)???
No lo había visto nunca
el mosquito comunista, que es un gracioso...
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RegSound- Moderador
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Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Nomeko7 escribió:Sugar Bug escribió:Nomeko7 escribió:
- Spoiler:
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido
El chucruteo.
1 - 12 de junio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pensó que era una gran adquisición para el circo. No anduvo desencaminado, pues era un grandísimo reclamo, pero los costes que suponían sus cuidados eran demasiado elevados. Todavía recuerdo aquel 12 de junio. Teníamos 11 años yo y 7 mi hermana. Las lágrimas recorrían mis pómulos sin darme cuenta, ella no era consciente de lo que estaba sucediendo. Había que dejarlo en el zoo de Bratislava, era la mejor solución para todos. Ese día empezó la tradición, la tradición de visitar todos los 12 de junio el zoo de Bratislava, para verlo y decirle que siempre nos acordamos de él.
Quiero ir a Bratislava. Fui en tren de Budapest a Viena.
2 - El desprecio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Su intención era amaestrarlo y pasearlo por los pueblos para hacer dinero, pero el oso demostró una terca voluntad: nunca obedeció una orden, nunca cedió a una sugerencia, nunca se dejó colocar una pelota encima de la nariz. Aunque mi padre le castigara con un látigo, su voluntad era imperecedera. Aunque mi padre le mortificara con largas sesiones de hambre, hasta el borde de la inanición, el oso jamás claudicó. Había en sus ojos una cólera que decía «no me rendiré», una violencia que no renunciaba a su pasado salvaje. Mi padre nos contó que llegó a sentir verdadero miedo mirando a esos ojos, tan inteligentes como los de cualquier ser humano. Ojos que despreciaban.
Con la piel del oso mi padre fabricó una alfombra desde donde nos cuenta estas historias. Estamos obligados a entrar descalzos.
En el primer piso en el que viví en Madrid, teníamos una enrome alfombra que simulaba ser la piel de una vaca.
3 - PAPÁ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Aquello sucedió en 1975. California. Bosques de altos árboles. Whisky hasta altas horas de la madrugada. Naturaleza salvaje. Embaucadora poesía rural. Yug le vendió el enorme animal. Y aquella misma noche lo mató. Vació su interior y espero a que la piel se secara. Salvajismo puro. Y más whisky. Mucho más. En 1976 ya dormía dentro de su piel. Todo olía a whisky. Parecía el final. Y conoció a Yen. Qué bella era. Mi madre. Hasta escondió la piel en el cobertizo. Parecía haberla olvidado. Y el whisky. Todo muy extraño. Ya se sabe, el amor nos cambia. Y después fuimos naciendo. Primero Charly, después Ben y, finalmente, yo. Gran familia. Y nos contó la historia. Y todos temimos. Temimos por nuestras vidas. Extraño, muy extraño. Ahora nos turnamos para dormir dentro de la piel del oso.
Tiene un aire al libro que me estoy leyendo, El hombre que se enamoró de la Luna.
4 - El camino hacia la montaña
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, se lo compró a un circo de nabateos por cinco pepitas de oro, pequeños granos brillantes que recogía del arroyo. Según decía mi padre el oso ni cantaba ni partía leña así que lo soltó a la mañana siguiente en el camino que se adentra al bosque. Cinco años después llegó la gran guerra, frente a la cabaña de mi padre pasaron dos familias con un carro y un viejo caballo, huían hacia la costa. Les dio comida y diez pepitas del cuenco, ellos le dejaron a cambio un pañuelo bordado, una camisa y un baúl grande de roble, dentro del baúl escondidos mi hermana Endrina y yo. De vez en cuando subo a la cabaña, mi padre ya no está ahí, miro hacia las rocas y hace tres primaveras avisté a lo lejos dos osos enormes.
Muy bien manjeadas las elipsis.
5 - El hermano mayor
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Pagó 2 kopecks a un viejo borracho por una bola de pelo con pulgas y unos enormes ojos llenos de miedo. Mi madre lo cuidó como al hijo que no había tenido, y poco después Pasha (así lo llamaron) la seguía a todas partes como un perrito faldero. Ella estaba muy orgullosa. Los hijos de los vecinos solían venir a nuestra destartalada casa para jugar con esa enorme y graciosa bestia mientras mi madre reía como nunca la he visto.
Un verano apareció otro oso en el bosque cercano. Pasha se fue esa misma noche. Mis padres lloraron hasta que después llegamos nosotros cuando ya nadie nos esperaba. Todo esto me lo han contado. Sé que somos buenos hijos, damos lo poco que ganamos a nuestros padres. Pero también sé que, cuando llego de la ciudad por el camino del bosque, no soy yo a quien mi madre espera.
Bueno, es que un oso es mucho oso.
6 - El oso ilustrado
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre quería probar sus teorías revolucionarias sobre la educación. Primero le bautizó como Arturo y le enseñó a dejar de rugir cada vez que abría la boca. Más tarde, a escribir y leer. Le recuerdo sentado junto a mí, completando cuadernillos Rubio de ortografía que me mandaban en clase sosteniendo el lápiz con sus enormes zarpas. Después salíamos a jugar al fútbol con los demás, Arturo siempre era portero. Se volvió un asiduo lector de los clásicos. Con el tiempo, pasé de ver a Arturo devorando novelas, a verle escribiendo en el portátil que se compró publicando en algunas revistas de caza.
En Navidad mientras cocinaba el salmón que él mismo había cazado, comentó que había vuelto a escribir un bestseller y que mataba el tiempo escribiendo microrrelatos en un foro. Seguro que has leído alguno.
Siempre he pensado que lo que volvía inteligente a los simios, en el planeta de los simios, era el hecho de llevar pantalones puestos.
7 - La historia de Alicia y Zarpita.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Lo llamaron Zarpita e iba ser el primer regalo para su futura hija. Al poco tiempo de nacer Alicia ya se pasaba todo el día jugando y acariciando el suave tejido de lana de Zarpita. Y para ayudarla a dormirse su madre siempre le cantaba lo siguiente:
“Yo tengo a Zarpita
mi osito de lanita
que siempre dormita
conmigo en la camita”
Hace ya mucho tiempo pero no puedo evitar llorar de alegría cada vez que me acuerdo de Zarpita. Tuvimos que ingresar, por culpa del Alzheimer, a Alicia en una residencia. Ya no se acordaba de ninguno de nosotros. Pero un día haciendo limpieza general encontramos a Zarpita. Decidimos llevárselo a Alicia. Y cuando lo vio, por primera vez en muchos años, se le ilumino la mirada, y empezó a tararear suavemente. “Yo tengo a Zarpita…”
Alzheimer, viejo amigo. Se le echaba de menos en el mundo micro. Estoy en contra del Alzheimer, como decía Krahe. Abajo el Alzheimer.
8 - Ursus
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Apenas tenía un año de vida, un osezno al fin y al cabo. Hizo las veces de guardián y protector de la única hembra de la familia, nuestra madre.
La relación con mi padre fue deteriorándose a medida que crecía. Quizá fueran celos.
Pasaron cinco años difíciles; mi padre empeñado en deshacerse de él, nuestra madre impidiéndolo a toda costa. Mi llegada fue la gota que colmó el vaso. Su relación empeoró, hasta que una noche ocurrió lo inevitable. Y perdió mi padre. No perdió su vida, pero sí su libertad. Relegado a un papel secundario quedó sumido en una profunda tristeza, viendo como llegabais vosotros, pequeños bastardos. Y hoy he puesto en orden esta familia, vuestro padre ya no está con nosotros.
¿De verdad os habíais creído ese cuento de que sufríais de hipertricosis, hermanitos?
También muy old school lo de tener que buscar términos en google para entender el micro.
9 - A MODO DE INTERRUPTOR
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, aún no habíamos sido desmadejados del vientre de mi madre.
De todos los ayeres que hubo antes de ese día nunca hubo un atisbo de sonrisa en el rostro de mi mama, una larga sonrisa inversa despedía un nimbo de pesadumbre incalculable labrada prematuramente.
Prostituida en la edad de florecer y rescatada por un hombre de mar curtido por el salitre pero dotado con la tibieza de la brisa veraniega, navegaba sin rumbo en la desazón.
Aquel peluche le devolvió la sonrisa que pronto se convirtió en ternura, un afecto por la vida inusitado, todo aquella pasión que fue vertiendo aquel marino en su corazón afloró en aquel pequeño detalle llegado de ultramar, años robados de su niñez.
Esa frase vale un punto al menos. El resto no me interesa en demasía pero no negaré sus bondandes.
10 - Pie equino
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Tenía sólo 20 años, pero sabía que sería el regalo para su primogénito. Le habían dado los resultados del análisis: “La malformación de tus pies no es hereditaria, no la transmitirás a tus hijos”. Llegó a casa. La tía Matilde estaba de visita; se dedicaron la mirada de odio acostumbrada. Aún recordaba cómo, cuando él era pequeño, la puta bruja instaba a su madre a que ingresara en el hospicio a “ese tullido retrasado”. Y su madre, en vez de echarla a patadas, lloraba. Pero mi padre creció y le operaron. La malformación sólo era patente en forma de leve cojera. Era guapo e inteligente. Más que sus “saludables” primos.
Diez años después, cuando nació mi hermano, lo primero que hizo fue mirarle los pies, diminutos y perfectos. Los besó y puso el oso a su lado.
Lo hacen muchas madres, no? contar los dedos de las manos y de los pies del recién ancido.
11 - La llamada de lo salvaje (dudas razonables)
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre nos abandonó antes de nacer, de modo que el cariño que nos proporcionaba el oso fue en cierta manera cuanto heredamos de él. Estuvo allí, durmiendo junto a nosotros cuando éramos unos bebes. Brindaba amistosamente su espalda para ayudarnos a ponernos en pie cuando nuestras piernas eran frágiles. ¡Cómo olvidar las mojigangas y piruetas que ejecutaba cada vez que cogíamos el tarro de miel de la granja San Francisco! Ayer, paseando por el parque de Cabárceno un rugido pareció afectarlo sobremanera. Tras mirarnos con cara de pena, se adentró en el corazón del parque.
-Ha sido como un hermano, quisiera dormir tres meses al menos y olvidar...-dijo mi hermano rascándose su tupida espalda de pelo.
-Casi un padre-repliqué apurando mi enésima copa de ron-miel.
Nuestra madre tragó saliva…
Zoofilia. Lo respeto pero que no lo llamen matrimonio.
12 - EDWARD
El verano que mi padre compro el oso, ninguno de nosotros había nacido. Nos contaba esas historias antes de dormir, a los pies de nuestra cama. Cómo negoció su precio con los asombrosos siameses chinos estando de viaje. Cómo convirtió un circo en el mejor con el oso y un fantástico gigante albino. Cómo lo dejó para conseguir tres medallas olímpicas, compartiendo habitación con un increíble nadador con branquias. Cómo conquistó a mamá, golpeando su ventana desde la cestilla del globo en el que fue a buscarla…
Orgullosos de él, caíamos dormidos sonriendo con hermosas imágenes.
Creces, y dudas de si ves un héroe o un pobre hombre con historias de sueños truncados.
Hoy veo aquí tanta gente especial que compartió algo con él, que lamento haber perdido el entusiasmo por cada historia que contaba.
En nombre de la familia Bloom os agradezco que hayáis querido venir a despedirle.
Un poco The shape of water.
13 - Trillizos
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido todavía. Montañés solitario y rudo, le vimos dejar que el pequeño Pardo quebrara su soledad y le vimos alimentarle, entender sus rugidos y sus silencios; jugar y pelearse y curar heridas. Le vimos aprender a convivir.
Hoy martes, tres veranos más tarde, mi padre ha comprado una nativa. Joven, bonita y en edad fértil. Y vemos a ese hombre antaño brutal y primitivo entender a nuestra madre, respetar sus silencios, hacerla reír y secar sus lágrimas y olvidar pronto el precio que pagó por ella, como tampoco recuerda ya lo que costó Pardo.
Y será un martes del próximo año, el mismo día que unos lobos lo maten, que naceremos nosotros. Daniel no lo conseguirá, y nuestro padre lo enterrará sobre el regazo peludo que le hizo nacer de nuevo, bajo una lápida con dos nombres.
Muy chulo el último párrafo
14 - Amor de hermano.
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El verano que mi padre compró el oso, las temperaturas se habían desplomado.
El verano que mi padre compró el oso, los almendros no habían florecido.
El verano que mi padre compró el oso, hacía un frio del carajo.
Y el oso creció, envuelto en sabanas calientes.
Y el oso creció, tomando infusiones morunas.
Y el oso creció, sin relación con la gente.
Y el oso creció, acostándose más tarde de la una.
Puto oso, que dominas todo.
Puto oso, que mandas a tu antojo.
Puto oso, que me dejas de lado.
Puto oso, que me metes en el lodo.
Puto oso, que me tienes ofuscado.
Puto oso, dame mi teclado.
Tengo un problema con las rimas. Lo hubiera dejado así.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
El verano que mi padre compró el oso.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Y el oso creció.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso.
Puto oso
15 - 17 de julio
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido.
El oso estuvo omnipresente mientras yo crecía .
Cada mañana mi padre salía de nuestra cabaña y bajaba a orillas del Volga a tratar de sacar unas míseras monedas haciendo malabares con el oso.
Una vez le pregunté el motivo de que no tuviese un trabajo mas estructurado, no es que faltaran opciones ni planes quinquenales a los que apuntarse.
El me miró en silencio con tristeza en la mirada, avergonzado quizás; por hacerme crecer de una manera tan paupérrima.
Tampoco entendía muy bien como había conseguido el dinero necesario para hacerse con un oso, no son baratos.
Cuando murió no esperaba a nadie en el entierro y sin embargo aparecieron cientos de miembros del partido llamándolo héroe .
Yo no entendía nada.
Tal como llegaron se fueron.
Una aldeana se acercó a mi y me susurro al oído....... Tsárskoye Seló .
Entonces todo cobró sentido.
Otro de tirar de wikipedia. Mola mucho.
16 - El legado
- El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, era una época en la que había dinero en casa , mi madre se compró un tocadiscos para darle un uso como decía ella "al disco ese del oso", a partir de entonces, nunca hubo dinero en casa, la culpa la tuvo ese disco, Gloria o Manicomio del grupo El Osombroso Folk de las Badlands
Y eso es lo que vas a heredar hijo, un montón de discos.
Gran frase final. Se dice tocadiscos o giradiscos?
17 - Normal
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Gracias al oso conoció a mi abuelo, el mejor adiestrador de osos del país y gracias a mi abuelo conoció a mi tío, con quien vivió una de las historias de amor más bella que se recuerda; gracias a él conoció las bondades de los enemas y gracias a eso ideó unos ungüentos con pelo de oso que le hicieron rico. La riqueza le permitió sufragar el telescopio que mi tía reclamaba desde niña y así, entre estrella y estrella, vivieron una de las historias de amor más bella que se recuerda, también. Cuando mi tía se marchó en busca de telescopios más grandes mi padre tropezó con mi madre en el salón y así nacimos nosotros. Mi madre sigue diciendo que no le quiere y que la suya es una historia normal, sin más.
Muy bien hilado, todo fluye.
18 - Voces
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Ni tampoco íbamos a hacerlo. Junto a mi madre, se dedicaba al teatro callejero. Viajaban por toda la península repartiendo risas y desde que tenían el oso se habían convertido en la sensación de Italia. Las cosas empezaban a irles tan bien, que pudieron comprarse la casa en la Toscana que tanto habían soñado desde que estaban juntos. Donde íbamos a formar la familia perfecta. Pero nunca llegábamos.
Ante nuestra ausencia, pasó de ser el oso a ser Giovanni, el nombre que tenían pensado para mí si era niño. Después iba a venir mi hermana sí o sí, Donatella. Y en último lugar Luca. Giovanni creció feliz, viajó, actuó y fue tratado como los hijos que nunca pudieron llegar a tener mis padres. Nosotros fuimos sólo voces en sus cabezas.
Muy bien rematado. A mí de Italia me gusta la zona de Ravena. Bolonia también.
19. Brandon
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido en la Tierra. En la nave en la que nací, la más rápida que había creado la humanidad, yo tenía seis años y mi hermana, nacida tras una inseminación artificial, dos.
Mi padre, científico y coronel de infantería, usó los recursos del ejército para convertir aquel enorme grizzlie disecado en un autómata que reprodujera, mediante los datos recibidos por el ansible y una serie de algoritmos de supercomputación, en un remedo de mi personalidad absurdamente cambiante para alguien anclado en un punto fijo como un planeta.
Y lo emitió en streaming para toda la Tierra.
En lo que la Tierra vivió como cinco años de diversión casi constante, Brandon, el oso, se convirtió en un viejo y cascarrabias oso gigante obsesionado con abrazar a su padre mientras se alejaba camino de las estrellas.
Empieza por donde no se espera y termina, también, por donde no se espera.
20 - ʕ•ᴥ•ʔ
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Seguramente era su manera de decirle a mi madre que ya iba siendo hora de ir a por un bebé. Tenía dos botones por ojos una pajarita roja y le faltaba la mitad de una pata, pero era cálido y suave al tacto, y tenía una expresión boba que transmitía la calma incondicional de quien hace muchos años que ya no se entera de lo que pasa a su alrededor. En invierno era muy agradable acurrucarse a su lado por la noche hasta que se marchaba a dormir solo.
Pronto descubrimos que cada amanecer iba a ver a una osa a la que un día regaló una pequeña figura humana hecha con fieltro que no paraba de llorar. La osa, sin embargo, fue más lista que mi madre y nunca la aceptó.
Poético. Neskismo meets Dondonianismo.
21 - El planeta de los simios
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido. Mi padre lo bautizó como Noé. Y digo padre porque no sé cómo debería llamarlo. Lo de Noé viene porque mis padres eran seguidores del culto de "El Nuevo Diluvio". Por ese motivo los adeptos al culto esperaban “el diluvio universal”. Otra vez. Y esperaban saber cómo construir un arca. Mi padre había sido pescador, sabía lo que se hacía. Dos días antes del diluvio, que se adelantó dos meses al pronóstico de Oswaldo, el líder de “Nuevo Diluvio”, mi padre falleció en extrañas circunstancias. No hubo tiempo de buscar otro marido. Ni a una osa. De esta forma, nosotros, los repobladores de la tierra, fuimos engendrados en el arca por mi madre Naama y por mi, ejem, ejem, padre-oso Noé. Ahora ya saben que no fue evolución.
Oswaldo. Viendo la última de la saga nueva sale Cornelius que luego es el líder de los simios cuando Charlton Heston.
22 - Aquello
El verano que mi padre compró el oso, ninguno de nosotros había nacido, y cuando digo “nosotros” hablo de J y de mí.
El oso se escapó, y cuando digo “se escapó” quiero decir que mi padre se emborrachó lo suficiente como para perder a un oso de cuatrocientos kilos.
Cuando mi padre contaba la historia del oso, la realidad se mezclaba con “la historia del oso”. Los personajes se confundían: el borracho era el oso y mi padre un don nadie gordo y peludo.
En verano J y yo acampábamos en la caseta del oso. Cuando yo me dormía, J gritaba: “¡El oso borracho!” para asustarme. Así, hasta la noche en la que el oso apareció dando tumbos. No iba borracho: le habían disparado dos veces.
Ahora nadie habla de aquello, y cuando digo “aquello” quiero decir de aquel verano en el que mi padre mató al oso.
Bueno. La frase pedía, quizás, cosas de estas.
Gracias, Sugar. Justo iba a hacer eso.
a mandar
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Si el topic da la vuelta se deja para la gala?
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 51887
Fecha de inscripción : 06/11/2017
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
RegSound escribió:Si el topic da la vuelta se deja para la gala?
según como quede el primer post...
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:RegSound escribió:Si el topic da la vuelta se deja para la gala?
según como quede el primer post...
¿No esta claro que va a ser este?:
https://www.foroazkenarock.com/t59265p1000-ronda-31-temporada-3-del-certamen-de-microrrelatos-nuevas-y-experimentales-normas-de-votacion-tres-septetos-de-osos#7360207
Toro- Mensajes : 28426
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Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Sugar Bug escribió:RegSound escribió:Si el topic da la vuelta se deja para la gala?
según como quede el primer post...
¿No esta claro que va a ser este?:
https://www.foroazkenarock.com/t59265p1000-ronda-31-temporada-3-del-certamen-de-microrrelatos-nuevas-y-experimentales-normas-de-votacion-tres-septetos-de-osos#7360207
no está tan claro!
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Sugar Bug escribió:Toro escribió:Sugar Bug escribió:RegSound escribió:Si el topic da la vuelta se deja para la gala?
según como quede el primer post...
¿No esta claro que va a ser este?:
https://www.foroazkenarock.com/t59265p1000-ronda-31-temporada-3-del-certamen-de-microrrelatos-nuevas-y-experimentales-normas-de-votacion-tres-septetos-de-osos#7360207
no está tan claro!
Expectante me hallo
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
si, mas o menos de gracioso como una patada en los huevos con las botas de gene simmons.Sugar Bug escribió:Toro escribió:
¿Eso de Baneos: 1 (pero se merece más)???
No lo había visto nunca
el mosquito comunista, que es un gracioso...
Eric Sachs- Mensajes : 70324
Fecha de inscripción : 06/03/2012
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Txoco recapacita churra.
Yomis- Mensajes : 37819
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Dejad a Salakov que por una vez que me vota...
jom- Mensajes : 1771
Fecha de inscripción : 06/06/2014
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
jom escribió:Dejad a Salakov que por una vez que me vota...
Dudo mucho que sea nuestra primera vez...
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Hay plan de que me de tiempo a hacer de todo antes de la gala!!
Toro- Mensajes : 28426
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: RONDA 31 TEMPORADA 3 DEL CERTAMEN DE MICRORRELATOS. HAY GALA
Toro escribió:Hay plan de que me de tiempo a hacer de todo antes de la gala!!
Como vas? que te falta?
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