LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
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Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
psycho-sonic escribió:perrosajón escribió:Tom Waits - Closing Time - 1973
y así pasa medio álbumbastantemedianamente entretenido hasta que llega la parte tranqui y melancólica con la nana, " Martha", " Rosie", "Lonely"... y ahí ya me disperso.
Me están entrando unas ganas de tirarle la botella vacia al pianista que te cagas....
Closing Time es un buen disco pero prefiero al Tom Waits del Swordfishtrombones o del Rain Dogs El Blue Valentine no lo he escuchado...
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
sapir escribió: El Blue Valentine no lo he escuchado...
es mi favorito, no te digo más
pero conociéndote entiendo que prefieras al Waits más inquieto de su época posterior
_________________
KIM_BACALAO- Moderador
- Mensajes : 51557
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
sapir escribió:psycho-sonic escribió:perrosajón escribió:Tom Waits - Closing Time - 1973
y así pasa medio álbumbastantemedianamente entretenido hasta que llega la parte tranqui y melancólica con la nana, " Martha", " Rosie", "Lonely"... y ahí ya me disperso.
Me están entrando unas ganas de tirarle la botella vacia al pianista que te cagas....
Closing Time es un buen disco pero prefiero al Tom Waits del Swordfishtrombones o del Rain Dogs El Blue Valentine no lo he escuchado...
joer, dale al Blue Valentine (y a los que te falten de los discos setenteros)
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
KIM_BACALAO escribió:sapir escribió: El Blue Valentine no lo he escuchado...
es mi favorito, no te digo más
pero conociéndote entiendo que prefieras al Waits más inquieto de su época posterior
Mis escuchas con los discos de Tom Waits siempre han sido muy dispersas. Le pondré remedio esta mañana y escucharé el Blue Valentine.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:sapir escribió:psycho-sonic escribió:perrosajón escribió:Tom Waits - Closing Time - 1973
y así pasa medio álbumbastantemedianamente entretenido hasta que llega la parte tranqui y melancólica con la nana, " Martha", " Rosie", "Lonely"... y ahí ya me disperso.
Me están entrando unas ganas de tirarle la botella vacia al pianista que te cagas....
Closing Time es un buen disco pero prefiero al Tom Waits del Swordfishtrombones o del Rain Dogs El Blue Valentine no lo he escuchado...
joer, dale al Blue Valentine (y a los que te falten de los discos setenteros)
Cuando termine el Closing Time...
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
KIM_BACALAO escribió:sapir escribió: El Blue Valentine no lo he escuchado...
es mi favorito, no te digo más
pero conociéndote entiendo que prefieras al Waits más inquieto de su época posterior
también es mi favorito, seguramente influya que contiene Kentucky Avenue..
tiene duros rivales (algunos en los 70, sin ir más lejos) pero es mi preferido.
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:KIM_BACALAO escribió:sapir escribió: El Blue Valentine no lo he escuchado...
es mi favorito, no te digo más
pero conociéndote entiendo que prefieras al Waits más inquieto de su época posterior
también es mi favorito, seguramente influya que contiene Kentucky Avenue..
tiene duros rivales (algunos en los 70, sin ir más lejos) pero es mi preferido.
... que igual es mi favorita de todo el repertorio de Waits
_________________
KIM_BACALAO- Moderador
- Mensajes : 51557
Fecha de inscripción : 24/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Primer reacercamiento a Waits, con el debut, tan infructuoso como siempre. Aguanto las 4 primeras canciones y, al igual que Perrosajon, mediado el disco me disperso primero y me enervo despues.
A ver sus otras caras si me convencen más......
A ver sus otras caras si me convencen más......
psycho-sonic- Mensajes : 25855
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
psycho-sonic escribió:Primer reacercamiento a Waits, con el debut, tan infructuoso como siempre. Aguanto las 4 primeras canciones y, al igual que Perrosajon, mediado el disco me disperso primero y me enervo despues.
A ver sus otras caras si me convencen más......
- Spoiler:
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
Disco irregular con picos como los alpes >>>>> disco con notable de media.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
No hace falta que me des la razón. Ya se que siempre la tengosapir escribió:uno cualquiera escribió:Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
Disco irregular con picos como los alpes >>>>> disco con notable de media.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:No hace falta que me des la razón. Ya se que siempre la tengosapir escribió:uno cualquiera escribió:Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
Disco irregular con picos como los alpes >>>>> disco con notable de media.
Muy de vez en cuando coincido contigo. No te vengas arriba.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
sapir escribió:psycho-sonic escribió:Primer reacercamiento a Waits, con el debut, tan infructuoso como siempre. Aguanto las 4 primeras canciones y, al igual que Perrosajon, mediado el disco me disperso primero y me enervo despues.
A ver sus otras caras si me convencen más......
- Spoiler:
Ey....menos mal que he llegado al final.....la que titula me parece muy estimable, diría que la mejor del disco....ummm Tomasito no canta..... interesante....
psycho-sonic- Mensajes : 25855
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
psycho-sonic escribió:sapir escribió:psycho-sonic escribió:Primer reacercamiento a Waits, con el debut, tan infructuoso como siempre. Aguanto las 4 primeras canciones y, al igual que Perrosajon, mediado el disco me disperso primero y me enervo despues.
A ver sus otras caras si me convencen más......
- Spoiler:
Ey....menos mal que he llegado al final.....la que titula me parece muy estimable, diría que la mejor del disco....ummm Tomasito no canta..... interesante....
- Spoiler:
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
KIM_BACALAO escribió:deniztek escribió:KIM_BACALAO escribió:sapir escribió: El Blue Valentine no lo he escuchado...
es mi favorito, no te digo más
pero conociéndote entiendo que prefieras al Waits más inquieto de su época posterior
también es mi favorito, seguramente influya que contiene Kentucky Avenue..
tiene duros rivales (algunos en los 70, sin ir más lejos) pero es mi preferido.
... que igual es mi favorita de todo el repertorio de Waits
The Heart Of Saturday Night también me encanta.
Última edición por deniztek el Miér 23 Mayo 2018 - 18:30, editado 1 vez
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Prefiero Heart a Closing. En Closing Time parece que pone toda la carne en el asador para demostrar que es un excelente songwriter que pude tocar muchos palos diferentes. Pero el rollo ambiente nocturno, bebedor, acabado, oscuro, tétrico, sórdido, ese del pianista que sale borracho de su actuación una hora antes de amanecer y se pasea fumando por las calles vacías antes de que empiece la actividad y se para en el kiosko a pillarse un periódico (como sale en la contraportada)... todo eso se logra de pleno en The Heart of Saturday Night. Mi favorito de los Asylum Years.
Aún así este es un gran disco con canciones como "Ol'55" (que la hicieron los Eagles, claro), Hope that I Don't Fall in Love Again (yo se la escuché en directo a Jonny Kaplan), Old Shoes, Martha (y enganchamos con el amigo Tim Buckley que la metió en Sefronia), Lonely o la titular que cierra de puta madre. Le faltan unos cuantos whiskeys y cigarros para sonar todo lo acabado que él quería, pero demuestra que era (y es) un gran cantante aunque nunca se le ha tenido ese aspecto en cuenta.
Aún así este es un gran disco con canciones como "Ol'55" (que la hicieron los Eagles, claro), Hope that I Don't Fall in Love Again (yo se la escuché en directo a Jonny Kaplan), Old Shoes, Martha (y enganchamos con el amigo Tim Buckley que la metió en Sefronia), Lonely o la titular que cierra de puta madre. Le faltan unos cuantos whiskeys y cigarros para sonar todo lo acabado que él quería, pero demuestra que era (y es) un gran cantante aunque nunca se le ha tenido ese aspecto en cuenta.
watts- Mensajes : 39805
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
psycho-sonic escribió:perrosajón escribió:Tom Waits - Closing Time - 1973
y así pasa medio álbumbastantemedianamente entretenido hasta que llega la parte tranqui y melancólica con la nana, " Martha", " Rosie", "Lonely"... y ahí ya me disperso.
Me están entrando unas ganas de tirarle la botella vacia al pianista que te cagas....
Con una portada tan evidente, me esperaba agonía interior, sufrimiento intenso y cortavenismo a cascoporro.
El " turrómetro " me ha saltado a mitad de disco así que, ni tan mal.
perrosajón- Mensajes : 5169
Fecha de inscripción : 14/12/2014
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Pero eso es por tu más que evidente mal gusto.sapir escribió:uno cualquiera escribió:No hace falta que me des la razón. Ya se que siempre la tengosapir escribió:uno cualquiera escribió:Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
Disco irregular con picos como los alpes >>>>> disco con notable de media.
Muy de vez en cuando coincido contigo. No te vengas arriba.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:Pero eso es por tu más que evidente mal gusto.sapir escribió:uno cualquiera escribió:No hace falta que me des la razón. Ya se que siempre la tengosapir escribió:uno cualquiera escribió:Blue Valentine tiene temazos a paco saco, si. A nivel composición yo creo que este y Rain Dogs están bien elegidos. El Closing Time tiene pintas de ser cosa de alguien que odia a los cuervos, o algo.
En todo caso mi favorito era Frank's Wild Years, un disco bastante irregular, para que negarlo, pero con unos picos que ni los Alpes.
Disco irregular con picos como los alpes >>>>> disco con notable de media.
Muy de vez en cuando coincido contigo. No te vengas arriba.
Por fin, tras tantos años, se reconoce mi evidente mal gusto.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Mis dos favoritos de Waits.
Nashville- Mensajes : 19738
Fecha de inscripción : 18/06/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Por otra parte, estoy con Daviz. Cero envidia a quienes habéis visto a este home en directo: me llama tanto cómo cortarme las venas con una radial.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
no sé bien a dónde quieres ir a parar pero te pongo este emoticono
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Pues el concierto que vi yo fue el primero de la gira y se notaba. Estaban un poco "a velas vir", pero pensar que un concierto de Waits es aburrido, no sé. No es uno de Kiss, pero su rollo teatral, subido a una fuente de luz llena de arena, las poses de vagabundo y todo eso... pues eso, bastante teatral y entretenido, más allá de la música, claro...
watts- Mensajes : 39805
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
No, si seguro que entretenido sería, seguro que si... pero si giró tan poco a lo largo de su carrera sería por algo. Y el directo ese de finales de los ochentas es horrible, por cierto.watts escribió:Pues el concierto que vi yo fue el primero de la gira y se notaba. Estaban un poco "a velas vir", pero pensar que un concierto de Waits es aburrido, no sé. No es uno de Kiss, pero su rollo teatral, subido a una fuente de luz llena de arena, las poses de vagabundo y todo eso... pues eso, bastante teatral y entretenido, más allá de la música, claro...
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
BillyBudd- Mensajes : 11927
Fecha de inscripción : 02/07/2009
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
no sé bien a dónde quieres ir a parar pero te pongo este emoticono
Pues yo este
A ver, los suyo era decir que le daba por culo a Somewhere hasta proporcionarle un orgasmo prostático, ho
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Sencillamente un alma libre de con un gusto y criterio exquisitosBillyBudd escribió:En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Precisamos de baneo terapéutico en el culete.
Panterita, cariño, danos lo nuestro.
psycho-sonic- Mensajes : 25855
Fecha de inscripción : 27/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
no sé bien a dónde quieres ir a parar pero te pongo este emoticono
Pues yo este
A ver, los suyo era decir que le daba por culo a Somewhere hasta proporcionarle un orgasmo prostático, ho
Quien sabe (falas raro) pero quiero interpretar que te mola la versión de Waits
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:Sencillamente un alma libre de con un gusto y criterio exquisitosBillyBudd escribió:En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
HIJOSDEPUTA. Desde mi exquisitez
BillyBudd- Mensajes : 11927
Fecha de inscripción : 02/07/2009
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
En su momento la disfrute mucho. Blue Valentine me parece mu güeno, cómo ya he dicho antes. Lo que no me parece del todo bien es que te metas con la composición en si, mangurrian. Aunque si es cierto que la vuelta de tuerca que le da la coloca muy por encima de la versión original, al menos para mi gusto.deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
no sé bien a dónde quieres ir a parar pero te pongo este emoticono
Pues yo este
A ver, los suyo era decir que le daba por culo a Somewhere hasta proporcionarle un orgasmo prostático, ho
Quien sabe (falas raro) pero quiero interpretar que te mola la versión de Waits
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:uno cualquiera escribió:Sencillamente un alma libre de con un gusto y criterio exquisitosBillyBudd escribió:En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
HIJOSDEPUTA. Desde mi exquisitez
Baneo de este señor ya!!
uno cualquiera- Mensajes : 34973
Fecha de inscripción : 14/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
BillyBudd- Mensajes : 11927
Fecha de inscripción : 02/07/2009
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
No hablaría de duro golpe pero a mí me ha extrañado particularmente que Sapir no haya escuchado el Blue Valentine..
Lo de esos dos que dices ya no sorprende tanto..
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
uno cualquiera escribió:En su momento la disfrute mucho. Blue Valentine me parece mu güeno, cómo ya he dicho antes. Lo que no me parece del todo bien es que te metas con la composición en si, mangurrian. Aunque si es cierto que la vuelta de tuerca que le da la coloca muy por encima de la versión original, al menos para mi gusto.deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:uno cualquiera escribió:deniztek escribió:Lo que hace con el Somewhere (canción a la que en general tengo cierta manía) no es de este mundo..qué enormidad.
Iba a poner un gif de un tipo enculado con un strap on de eses, pero mejor no complicarle la vida a Blas, supongo
no sé bien a dónde quieres ir a parar pero te pongo este emoticono
Pues yo este
A ver, los suyo era decir que le daba por culo a Somewhere hasta proporcionarle un orgasmo prostático, ho
Quien sabe (falas raro) pero quiero interpretar que te mola la versión de Waits
Bravo ahí, bien dicho.
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:BillyBudd escribió:En directo es toda una experiencia, joder... Le he visto dos veces, la primera en París en la gira del Mule Variations (hala, ya lo he vuelto a decir ) es uno de los conciertos de mi vida, y el de San Sebastián años después también estuve genial, aunque no me emocionó tanto.
Pero bueno, uno cualquiera una vez más provocando dolor, y psicosónico no se queda a la zaga. Menuda temporada me llevan dando esos dos en el foro.
Para colmo hay otra gente que se permite comentarios no entusiastas con Waits. ¿pero a dónde coño va este foro?
Ah, y sapir sin haber escuchado el Blue Valentines.
Hoy odio el mundo.
No hablaría de duro golpe pero a mí me ha extrañado particularmente que Sapir no haya escuchado el Blue Valentine..
Lo de esos dos que dices ya no sorprende tanto..
Pues resulta que si lo había escuchado pero tengo memoria de pez para los nombres de los discos.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
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Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
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Geme- Mensajes : 23451
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Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
Gran disco. El mejor de los 70 de Tom Waits.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:
- Spoiler:
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
¿Un resumen, hay película, o algo así?
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
sapir escribió:Gran disco. El mejor de los 70 de Tom Waits.
Bien. Te estaba interrogando ahora pero elimino mensaje y doy por bueno este tuyo
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:sapir escribió:Gran disco. El mejor de los 70 de Tom Waits.
Bien. Te estaba interrogando ahora pero elimino mensaje y doy por bueno este tuyo
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
sapir escribió:BillyBudd escribió:
- Spoiler:
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
¿Un resumen, hay película, o algo así?
Obviamente está rescatado del hilo de repaso de la discografía de Waits. Un hilo maravilloso que, para quien no lo conozca, es muy recomendable. El foro se lució ahí, e incluso se ha sacado un librito recopilando todos los discos comentados por foreros.
https://www.foroazkenarock.com/t55169-tom-waits-repaso-a-su-discografia?highlight=waits
BillyBudd- Mensajes : 11927
Fecha de inscripción : 02/07/2009
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
Bravo
Aunque ya me sonaba...
watts- Mensajes : 39805
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
BillyBudd escribió:sapir escribió:BillyBudd escribió:
- Spoiler:
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
¿Un resumen, hay película, o algo así?
Obviamente está rescatado del hilo de repaso de la discografía de Waits. Un hilo maravilloso que, para quien no lo conozca, es muy recomendable. El foro se lució ahí, e incluso se ha sacado un librito recopilando todos los discos comentados por foreros.
https://www.foroazkenarock.com/t55169-tom-waits-repaso-a-su-discografia?highlight=waits
Cojonudo
nada que decir en cuanto a tu top 3, cada cual tiene el suyo, aunque sí resulta curiosa esa tacada "ochentera" por la que te decantas en detrimento de todo lo demás (anterior y posterior)
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:BillyBudd escribió:sapir escribió:BillyBudd escribió:
- Spoiler:
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
¿Un resumen, hay película, o algo así?
Obviamente está rescatado del hilo de repaso de la discografía de Waits. Un hilo maravilloso que, para quien no lo conozca, es muy recomendable. El foro se lució ahí, e incluso se ha sacado un librito recopilando todos los discos comentados por foreros.
https://www.foroazkenarock.com/t55169-tom-waits-repaso-a-su-discografia?highlight=waits
Cojonudo
nada que decir en cuanto a tu top 3, cada cual tiene el suyo, aunque sí resulta curiosa esa tacada "ochentera" por la que te decantas en detrimento de todo lo demás (anterior y posterior)
Yo soy más del Tom Waits de los ochenta pero que duda cabe que tiene también discos muy buenos antes y después. Leeré ese topic.
sapir- Mensajes : 135712
Fecha de inscripción : 18/10/2011
Re: LOS 1001 DISCOS. El miércoles doblete de Tool con AEnima y Lateralus
deniztek escribió:BillyBudd escribió:sapir escribió:BillyBudd escribió:
- Spoiler:
Venga, antes de que me baneen, escribo unas poquitas palabras sobre el Blue Valentine
TOM WAITS – BLUE VALENTINE
Tom Waits siempre fue un romántico. De hecho, buena parte de su carrera, muy especialmente a lo largo de su primera etapa, la construyó sobre determinadas idealizaciones trágicas de clara inspiración romántica en su mirada al pasado y en sus referentes culturales y temáticos: amor y desamor, sueño y realidad, soledad y tristeza, melancolía y pérdida, derrota y vuelta a empezar, excesos, tugurios y personajes en los márgenes de la sociedad… No es por tanto sorprendente que en un momento dado recurriera a ese icono popular de lo romántico, tan arraigado en la cultura norteamericana, del San Valentín.
Pero, por supuesto, a su manera, porque el San Valentín de Waits es un San Valentín triste, amargo, jodido; repleto de personajes vapuleados para quienes la señalada fecha es más un recuerdo de sus fracasos que motivo de ningún tipo de celebración a la luz de las velas.
Decía PLdG en su crítica acerca de Foreign Affairs, que era un disco para estar enamorados. Pues éste, su siguiente disco, el disco de los “valentinos tristes”, la depuración máxima del romanticismo trágico de Waits, es el disco para el desamor, para quien se ha quedado herido, para cebarse en la melancolía de quien ha salido derrotado en mil y una batallas sentimentales.
La portada muestra a un Waits doliente, melancólico, un valentino sin suerte, muy acorde con el título del disco y su temática. La contraportada, en cambio, ofrece a ese mismo personaje que ensoñaba en la portada (luce la misma ropa) en actitud diametralmente opuesta, en simulación de un polvo contra un coche en la calle, posiblemente con una puta. Pura y burda sexualidad, el reverso del romance, pero parte inseparable de él al fin y al cabo. Ella es Rickie Lee Jones, su pareja del momento; no sé qué tal les iría la relación ya para entonces, pero es bien sabido que mucho más no duraron, y quizás eso se refleje también en el disco.
Pero además, el recurrir al simbolismo romántico tiene otro valor añadido en la carrera de Waits. Estamos en el año 78, ha publicado ya cinco álbumes, la década se acaba y se respiran nuevos aires en los ambientes musicales: el punk ha irrumpido y aunque en parámetros musicales poco tienen que ver con él, Tom admite simpatía pero esa gente a quienes les gustaba observar en la puerta del CBGB cuando acudía a Nueva York. Pero él sigue sin tener gran éxito comercial y al viejo perdedor quizás ya no le vale sólo tirar del componente romántico para justificar su triste figura y su enorme talento tan poco reconocido. Posiblementeél mismo entiende que quizás está estirando ya demasiado el cliché de la identidad que se ha forjado de vagabundo beatnik, borrachuzo noctámbulo y cronista del lado oscuro de la ciudades (por mucho que, efectivamente, haya bastante de realidad en ese cliché: Tom Waits creó un personaje, sí, pero su impostura encerraba verdad, mucha verdad, no olvidemos que él es quien nos cuenta todos sus secretos, pero nos miente sobre su pasado. Esa dualidad mentira / verdad es una constante en su discurso).
Es, pues, buen momento para tirar de mitología y a la vez derribarla: este disco, este San Valentín, representa para Waits una depuración de lo que había sido su carrera hasta el momento: su punto álgido y su punto de inflexión a la vez.Todavía le quedaría un disco de transición (el, en cualquier caso, excelente Heartattack and Vine), y su experiencia como compositor de bandas sonoras (One From the Heart), antes de su cambio radical, pero yo veo el culmen de su primera etapa, su momento decisivo, su propósito de borrón y cuenta nueva a partir de aquí. También altera algo su punto de vista. Ya no hay tanta primera persona encargada de construir su propia personalidad; se detecta un mayor recurso a la tercera persona, a la crónica externa de las vidas de otros, de personajes anónimos y olvidados que componen ese universo urbano del día a día que son quienes realmente construyen la realidad.
En Blue Valentine, Waits mantiene sus coordenadas de mezcla de jazz, baladas desgarradoras y poesía beatnik de acuerdo a los parámetrosmusicales que forjó muy especialmente a partir de Small Change. Pero se intuye algo más y, sobre todo, mantiene una inspiración desbocada que le lleva a ofrecernos alguna de sus mejores composiciones.
Arranca con “Somewhere”, la canción de Leonard Bernstein para la película West SideStory. Un estándar que había sido interpretado por gente tan antagónica a él como JulieAndrews y que puede resultar chocante en la voz de Waits. Pero no lo es tanto. A Waits siempre le habían interesado compositores clásicos y sinfónicos, y “Somewhere” se ajusta perfectamente a sus intereses, además de introducir de manera idónea este disco. Un engañoso guiño romántico y esperanzado al amor que interpreta con los correspondientes arreglos orquestales, pero completamente adaptado a su personalidad. Y lo hace sin ironía, de manera sentida. “There is a place for us somewhere”, nos canta. Un lugar y un tiempo para nosotros: entramos en el terreno de la nostalgia, de las estampas de una vida, de los retratos individuales, de las crónicas de esos mundos subterráneos. Y Waits siempre fue un maestro en recrear “somewheres” en los que sumergirnos, universos particulares con atmósferas únicas, lugares y épocas especialmente fabricados por él. Ya estamos listos para movernos entre cartas de putas derrotadas que imploran a su ex amante que vuelva a casa para el 14 de febrero; Romeos sangrantes en reyertas callejeras; y postales de San Valentín que rezuman dolor y culpa.
“Red Shoes By The Drugstore” es un tema excepcional. Una línea de bajo pesada, una original y escasa percusión y unos inquietantes teclados caracterizan una canción que anticipa inquietudes futuras en su música. Zapatos rojos y vestido rojo en una noche triste. Espérame en la droguería, le dicen a ella. Peroél nunca apareció. La estampa del abandono.
“Christmas Card From A Hooker In Minneapolis” es el monólogo desgarrador de una puta derrotada, que trata de fingir que su vida se ha enderezado pero sucumbe finalmente a la realidad implorando a su antiguo amante la necesidad que tiene de él. Triste letanía y grito desgarrador de quien lo ha perdido todo, el reconocimiento de la derrota, la apología del fracaso. Una de esas canciones en las que Waits era un maestro :con unas pocas frases es capaz de contar toda una historia, toda una vida. No ofrece una de esas melodías tan apabullantes marca de las casa que nos había dejado antes en baladas como “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”, pero su emocionante discurrir y su sencilla belleza la erigen en uno de sus temas más emblemáticos de aquella primera etapa. De lagrimita.
“Romeo Is Bleeding” es la historia de un antihéroe callejero, otra gran historia trágica, una venganza en los bajos fondos, la extraña dignidad del moribundo. Una romántica y trágica historia de agonía, muerte y dignidad envuelta en las atmósferas de club de jazz, con puntuales apuntes latinos. Waits comienza aquí una parte central del disco en la que se instala en la penumbra del escenario del club, con el cigarrillo y la copa, arropado por una banda clásica de jazz, y dispuesto a recitar, a narrar, a llevarnos a su mundo.
“29$” mantiene esos aires de jazz improvisado y narrativa; con calma, con tiempo, más de ocho minutos, con el espíritu de dejarse llevar, meciéndose en el swing de la música, como quien no quiere la cosa, y contarnos otra nueva historia de derrota y tragedia, ambientada en esos entornos de clubs sórdidos y al filo de la ley.Uno imagina neón, mucho neón para la iluminar la oscuridad de la noche y del alma.
“Wrong Side Of The Road” continúa subrayando el rol del cronista en términos musicales similares a los dos anteriores. Quizás uno pueda detectar algún síntoma de reiteración, de cansancio en la fórmula. Waits parece cómodo instalado en la penumbra del escenario, con la banda de base jazz detrás, contándonos historias de perdedores, a su puta bola. Es bueno, muy bueno, pero quizás empezamos a querer algo más, y este tema es quizás el más prescindible de la propuesta.
Pero ahora viene “Whistlin’ Past The Graveyard” y Waits levanta el culo del taburete y nos inyecta ritmo y energía (a su manera). Recupera la primera persona del viejotruhánmentiroso (“como nunca digo la verdad, no puedo mentirte” nos dice esta vez) y nos ataca con aires de swing, R n’ B y Nueva Orleans, incluso cierto puntito funky. Vuelven a anticiparse arrebatos y juegos rítmicos que utilizaría más adelante en su carrera (aunque en este caso, hay que reconocer que todavía mucho menos arrebatadores que en sus grandes canciones de Swordfishtrombones o Rain Dogs). Un pequeño subidón de ánimo para demostrar que en su universo romántico caben muchas cosas.
Y llega “KentuckyAvenue”, la preciosidad del disco, la exquisita balada, ahora sí, heredera de las “Martha”, “San Diego Serenade” o “Tom Traubert’s Blues”. Esa melodía y esa línea de piano que se te incrustan en el alma y sirven para narrarnos trazos de múltiples personajes (por lo visto extraídos de su infancia y sus primeros recuerdos). Nada más realmente romántico que la vuelta a la infancia, un precioso juego de nostalgia y añoranzas, una invitación a soñar:
Take the spokes from your wheellchair
And a magpies wings
And tie ‘em to your shoulders and your feet
I'll steal a hacksaw from my dad
And cut the braces off your legs
And we'll bury them tonight in the cornfield
Tom Waits nos invita a volar, y no se me ocurre mejor invitación a volar que a través de Kentucky Avenue. La canción que uno debe hacer escuchar a cualquier profano en la música de Tom Waits para ganárselo.
“A Sweet Bullet From A Pretty Blue Gun” nos devuelve al cronista de club con la banda de fondo. Pero se acerca el final, los antihéroes están cada vez más cansados, son ya demasiadas derrotas. Cuesta aferrarse a los sueños:
Now I lay me down to sleep
I hear the sirens in the street
All the dreams are made of chrome
I have no way to get back home
I'd rather die before I wake
Like Marilyn Monroe
And throw my dreams out in
The street and therain will make ‘em grow
Una canción que quizás pasa un poco desapercibida entre las dos joyas en que se ubica dentro del disco, pero que es un tema puro Waits, muy bien musicado, muy bien llevado de ritmo, muy bien narrado.
“Blue Valentines”. El broche perfecto. Todo el desgarro está aquí. Definitivamente, el romanticismo desesperado te empapa, te atraviesa la piel, no hace falta ni entender la letra, es suficiente con sólo escuchar el modo en que Tom entona y deja caer las frases y sentir cómo suenan esos Blue Valentines al final de las estrofas. Muy desnuda en sus arreglos, no los necesita, el vozarrón de Waits aquí decide aplacarse y transmitir dulzura. Sí, dulzura, melancolía y, por supuesto, dolor, angustia, tristeza, desesperación, desesperanza, culpa. Todo eso es identificable en los versos de esta maravilla. Por dios, si con las frases con que termina la canción, y culmina el disco, uno no se hunde (muy gustosamente) en la miseria, no sé yo qué decirle, que olvide a Tom Waits para siempre y dedique su tiempo a otra cosa…
She sends me blue valentines
To remind me of my cardinal sin
I can never wash the guilt
Or get these bloodstains off my hands
And it takes a lot of whiskey
To make these nightmares go away
And I cut my bleedin' heart out every nite
And I die a little more on each st. valentine day
Remember that I promised I would write you...
These blue valentines
Blue valentines
Blue valentines…
Blue Valentine es, en definitiva, un disco clave en la trayectoria de Tom Waits, un LPprácticamente redondo en el que temas como “Kentucky Avenue”, “Christmas Card From a Hooker In Minneapolis” o “Blue Valentines” convierten estaobra en uno de sus Trabajos más emblemáticos dentrode una discografía llena de obras maestras.Canciones repletas de belleza y melancolía que se te adhieren al alma, que te remueven las tripas, que te golpean los genitales.
,
Y eso que mis favoritos son la tripleta Sworfishtrombones - Rain Dogs - Frank's Wild Years
¿Un resumen, hay película, o algo así?
Obviamente está rescatado del hilo de repaso de la discografía de Waits. Un hilo maravilloso que, para quien no lo conozca, es muy recomendable. El foro se lució ahí, e incluso se ha sacado un librito recopilando todos los discos comentados por foreros.
https://www.foroazkenarock.com/t55169-tom-waits-repaso-a-su-discografia?highlight=waits
Cojonudo
nada que decir en cuanto a tu top 3, cada cual tiene el suyo, aunque sí resulta curiosa esa tacada "ochentera" por la que te decantas en detrimento de todo lo demás (anterior y posterior)
La tacada + Heart of Saturday para atrás y Mule Variations para delante. Ese es mi top 5 aunque no sé como colocarlo...
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