Armadillos a nuestra izquierda, cochinillos a nuestra derecha: ¡Ronda 46 del microrrelato azkenero! ¡Escándalo y dimisiones!

m señor escribió:24 me parece inecaptwble....no sé cuándo termina esto pero....
m

Toro escribió:La administracion esta de cojones, le das chispa, te curras las presentaciones, devuelves los privados, intentas comentar todos.... no se, a mi me parece muy complicada de mejorar.... si esto es cuando no puedes hacerlo bien, el dia que puedas dedicarte no quiero ni pensarlo  

In Ñute escribió:Mañana tengo 2 horas en tren hasta Madrid para leer relatos. Voy a votar peor aún.

David Z. escribió:Pues yo no tengo ninguna prisa porque no tengo tiempo de nada... Hasta primera hora de la mañana no podré poner las actas, así que todo lo que llegue antes, por mí entra.

Administración lamentabilísima, pido disculpas pero tengo mucho jaleo y poco tiempo para sentarme al ordenador. Mañana trataré de comentar relatos y devolver privados. ¡Dimisión! ¡Zimisión! ¡Conspiración! ¡Ornitorrincos!

Salud,
z

1. Lobos

Era la noche más corta del año; quizá por ello nos gustaba salir juntos hasta que salía el sol. Era nuestro ritual: una esplendorosa ceremonia en la que todo estaba permitido. Nos besábamos todos en la boca; propiciando que nuestras lenguas contuvieran saliva de cada uno de nosotros. Todo era magia; una especie de holocausto existencial. Desnudos, vistiendo tan solo un par de Vans de colores, caminábamos las calles de aquella tenebrosa ciudad. Portando candelabros, pintados con ocres y oscuros colores, gritábamos como lobos en la lejanía del desierto. Todo era orgasmo; como una serpiente que repta llamada LIBERTAD. En el fondo nada importaba; y mucho menos nosotros mismos. Bien podría haber sido un vídeo clip simulado; bien una decadente fantasía propia de las más desquiciadas mentes. Sin embargo, lo único que importaba era que no existía ley; ni tampoco una lista de normas o reglas que debiéramos cumplir.

2. Camella de parto

Era la noche más corta del año, pero se me estaba haciendo eterna. Mi camella estaba de parto, así que tuve que patearme varios antros, hasta que finalmente pude aprovisionarme de la mano de un dingo bravucón que, ni de lejos, llegaba a alquimista. Por más que se empeñara en resaltar la hermosura de su escaparate, en cuanto lo probé, me dí cuenta de que aquello era una sustancia inerte, pasiva y momificadora.

Si al menos hubiera sido polvo de estrellas, quizás me habría dado por ponerme ante el telescopio. O si hubiera contenido una mínima fracción de cacao en polvo, pues me podría haber dado por ponerme a desayunar y dar por finalizada aquella noche tan corta. Pero no. No había nada. Sólo sustancia inerte. De esa que hace que los tiempos se estiren y estiren como si el Big Bang aún no hubiera acontecido.

3. Miradas que alejan

Era la noche más corta del año y estaba emocionalmente destrozado, aún me recuerdo así después de que hayan pasado más de 30 años de aquel joven de pelos largos con mucho corazón y poca mundología emocional fracturado por el antojo de una zagala.
La noche de San Juan siempre había sido especial, días antes recogíamos las maderas, restos de muebles, cualquier deshecho que prendiera, recorriendo las fábricas de pescado; hacíamos acopio de todos los cuadernos y libros del curso superado, fuego purificador donde se consumían los malos recuerdos para dar paso al gran verano de nuestras vidas, en comunión con todo el barrio, frente a la hoguera, caras de ilusión, esperanzadas, sonrientes, el comienzo de las vacaciones de verano.
Ese año fue diferente, sin tocarme, su mirada era una orden de alejamiento, no hubo explicaciones, al cabo del tiempo un amigo me lo dijo, entonces ya salía con otro.

4. Odelay

Era la noche más corta del año en el cuadrante 23, entró en el área invernadero y activó los pequeños leds de iluminación que bordeaban el camino. Atravesó el campo de espigas llegando a la circunferencia central y allí sobre unos cajones de carga extendió el saco de dormir. El aire de los de-nucleadores refrescaba el ambiente. Se tumbó y contemplando el cielo estrellado tras la bóveda se puso los auriculares y pinchó el Odelay, recordando su adolescencia en la Tierra, aquel verano, aquellas fiestas del barrio, recuperó también el recuerdo implantado del olor de su pelo y sonrió.

5. Crónica de una noche solitaria

"Niebla", mi camarada,
aunque tú no lo sabes, nos queda todavía,
en medio de esta heroica pena bombardeada,
la fe, que es alegría, alegría, alegría.
-Rafael Alberti-

Era la noche más corta del año. Sin embargo, resultó ser la más larga de mi vida.
Allí estaba, desvalido y abandonado. Nunca llegué a comprender el verdadero motivo. Deambulando por las calles iba rememorando aquellos maravillosos momentos que juntos vivimos, durmiendo a su lado, dando largos paseos, aquellos besos cargados de amor, amor que difícilmente pueda volver a sentir por otra persona. Cada vago recuerdo era una punzada en mi débil corazón.
Caí rendido en un callejón. A la mañana siguiente aparecí tras estos barrotes. Buscando compasión.

6. Cuando te pitan los oídos

Era la noche más corta del año, coincidiendo con su primera incursión.
Se juntaron todos en la entrada.
— ¿Dónde vamos?
—Hoy cerca, hay menos tiempo.

Siguió al grupo, hasta un claro junto a un despeñadero. Se tumbaron.
—Observa nuestra diosa— le dijeron, señalándole la luna.

Obedeció quedando hechizado por su visión, se olvidó del mundo...
...
...

—Venga, debemos volver, que sale el sol.
Ni se inmutó, seguía encandilado.
—Regresamos al camposanto, debemos estar en un cuerpo al alba
Pero seguía tendido mientras el resto retornaba a los cadáveres de los nichos.

Amarilleaba el horizonte y volvió del ensoñamiento, no tenía tiempo.

Una pareja abrazada contemplaba el amanecer; fue hacia ellos aterrorizado, no llegaba...
Se fijó en su oído, se lanzó con todas sus fuerzas cerrando los ojos esperando haberlo conseguido.

Sam tocó su oreja:
—Me pita un oído.

Ella se acurrucó en su pecho sonriendo:
—Alguien se acuerda de ti.

7. Alimentación

Era la noche más corta del año, pero no habría problema en conseguir alimentación, era la noche de San Juan y todos estarían en las hogueras. Se dirigió al paseo marítimo y se dispuso a vigilar a los allí presentes. Tras un rato ya tenía localizada la hoguera que le convenía. Eran 7 jóvenes con una gran cantidad de viandas y bebidas. Se acercó sigilosamente hasta el grupo y entabló conversación con una de las dos integrantes del grupo que no habían ingerido alcohol.
-¿Perdona podría hacerte una pregunta?
-Sí, claro
-Hueles a B+, ¿me equivoco?
-Perdona no entiendo la pregunta...

Entonces la retuvo y marchó con ella sin dejar pistas y sin que el resto de amigos se diera cuenta.

8. "Las gaviotas siguen fuera de mi alcance"

Era la noche más corta del año y el mundo seguía girando. Cada vez más deprisa. Desde el terrado podía ver farolillos adornando los balcones, artilugios aulladores dibujando estelas de chispas, gente que andaba haciendo eses.

¿Cuántos segundos tardaría en romperse contra el asfalto?

Pensó en ese mismo terrado varios años atrás, un hervidero de magia, voces y hormonas.

¿Cuándo había sentido empatía por última vez?

Retrocedió un poco más y recordó las vísperas de San Juan en que la ilusión no le dejaba dormir. Engendrado para remendar un matrimonio que nunca debió producirse, la última bola en un útero que hasta entonces sólo había traído desgracias, había tardado veinticinco años en perder la capacidad para sobrevivir a base de sueños…

Como siempre, la desidia que le impedía avanzar también le impediría retroceder.

Una noche más, el mundo seguía girando y no quería verlo darse la vuelta.

9. Vamos a ver, te lo explico una vez más

Era la noche más corta del año... Yo intentaba que lo entendiera pero no lo cogía ni a la de tres.

10. Quiénes somos, quiénes seremos?

             Era la noche más corta del año. Sin embargo el tiempo se había parado. El viento danzaba entre la delicada suave hierba. Sentía la placidez tras la liberación. La liberación del lobo encerrado entre sus suspiros, lágrimas y aflición. Había dejado recorrer al lobo una vez más en la noche por la pradera. Bajo el faro lunar había mordido y desgarrado una vez más. Ahora ya había vuelto la calma. Había ayudado a Temis a equilibrarse. La bestia había sido devorada. El homicida de su carne reposaba en la hierba. Finita vindictae.

     Una fresca brisa interrumpió su paz. Era la hora en una noche atemporal. Cogió el telefono y avisó a la guardia pretoriana. No tardaron mucho. O sí. Quién sabe?

     -Acompáñenos, Señor.

     -Solo un segundo más. Solo déjeme contemplar esta dulzura una instante más. Que me ilumine una vez más... y renazca el hombre.

11. Fase de Grupos

Era la noche más corta del año, pero estaban bastante aburridos. Llevaban una semana en el escondite, se les estaba haciendo largo, y todavía les quedaban 5 días más. Sin embargo, el encargo de los chinos estaba muy bien pagado. Entrar en la casa, llevarse al niño, y quedarse en el chalet con él hasta el día 27. Los planes de los chinos a veces parecían un poco raros, pero no hay duda de que funcionaban, ya lo habían visto en el trabajito que hicieron con Karius.

El chaval se portaba muy bien, veíamos todos juntos los partidos del Mundial, y cuando se ponía muy pesado le dábamos una pastilla. Aquella misma tarde habíamos estado viendo el Argentina-Croacia, el pequeño había estado bastante triste todo el partido. Es complicado jugar bien cuando han secuestrado a uno de tus hijos.

12. The Beautiful South (el silencio de los somormujos)

Era la noche más corta del año y los somormujos callaban como hijosdeputa. En el aire flotaba un olor a ozono putrefacto, a electrocución sedentaria.
—Oh Shirley, oh Deborah, oh Julie, oh Jane —una voz cantarina y estropajosa rompía el silencio.
A menudo su tarareo se entrecortaba por el esfuerzo de dar paladas, pero no por ello dejaba de cantar. Sudoroso. Feliz.
—Oh Cathy, oh Alison, oh Phillipa, oh Sue.
El cielo sin estrellas era su cómplice. Esta noche de San Juan enterraría a la séptima, Alison (su nombre real era irrelevante). Se detuvo un momento en la curva de su mandíbula rota, en sus ojos azules abiertos a perpetuidad. Alison era joven. Y hermosa, oh, sí.
—I wrote this song for you…
Los miasmas de las otras ascendían desde las profundidades de ciénaga. Sólo el agua estancada sabía la verdad, sólo los somormujos podrían hablar. Pero callaban como hijosdeputa.

13. Midsommar

Era la noche más corta del año. Ella estaría fuera, celebrando en el parque con sus amigos, o tal vez en algún bar. La imaginaba con su corona de flores, radiante, como en las fotos que enseñaba en la oficina.
Siempre era descuidada con la cerradura, así que entró con facilidad. Dentro del piso reinaba el orden. Se desnudó despacio y se metió en su cama, mientras aspiraba su perfume. Luego se probó su ropa y zapatos, especialmente aquel vestido azul que le gustaba tanto. Entonces se sintió por fin dentro de ella. Miró los albumes de fotos, reparó en el nuevo mueble del salón. Se quedó hasta que amaneció, apenas un par de horas, y después regresó a su casa vacía en las afueras. La señora Gustafsson prefería celebrar el solsticio con su familia en Öland. El señor Gustafsson prefería pasarlo desde hacía algunos años con su joven secretaria.

14. Novia y novio

Era la noche más corta del año, a las doce ella salió corriendo con las campanadas, dejó su zapato. A las dos ya estaba amaneciendo y él tenía que retirarse a su ataúd, así iba a ser imposible.

15. La insoportable levedad del elfo

Era la noche más corta del año y en lo más profundo del bosque, en un claro rodeado de arces y abedules, una fogata recibía a los primeros invitados. Faunos, hadas y duendes llegaban al son de flautas y cítaras, zampoñas y siringas, revoloteando entre flirteos y risitas para celebrar el solsticio. Una patética estampa que yo observaba, taciturno y abatido, desde el linde de la maleza.
La magia que el ser humano nos atribuye, pensé, no es sino frívola idiotez. ¡Míranos! Danzando y riendo como cretinos, incapaces de aportar nada al mundo salvo servir de pasivos sujetos a sus literarias fantasías.
Maldije al creador capaz de alumbrar criaturas como nosotros, tan asexuadas y banales, tan pueriles y ridículas. Y volví a maldecirle por haberme otorgado la capacidad de reconocerme sin despojarme de mis instintos.
Tomé una copa de ambrosía y me uní al jolgorio cantando y riendo y llorando.

16. Noches blancas

Era la noche más corta del año­­ —un pequeño gesto de Dios para los insomnes —pensó. Siempre le gustó sentir el aroma de los tilos impregnando la brisa, caminar solo y escuchar el rumor del río Nevá bajo la luz irreal de las noches blancas. Entonces lo vio, un hombre viejo sentado en un banco del paseo:
—me recuerdas a alguien de joven —le dijo.
—¿Tal vez a…? —preguntó.
—Antes yo tampoco era un hipócrita —afirmó, desvaneciéndose mostrando las cuencas vacías de sus ojos.
En el banco siguiente, una mujer en la que no había reparado contemplaba su cara de estupefacción.
—¿Por qué no puedo dormir? —preguntó a la mujer.
—Planteas demasiados interrogantes—contestó brindándole su mano.
Él se dirigió al banco, pero al tratar de coger su mano también ella se desvaneció. Aturdido, se acercó a la orilla del río y miró su reflejo, pero el hombre reflejado dormía.

17. Hemisferios

Era la noche más corta del año para mí, la más larga para ti (me refiero a la de ayer). Fuimos dos vectores en la misma dirección (me refiero a cuando nos conocimos), y aunque lo seguimos siendo, hoy nuestros sentidos son opuestos (...)
Releí estas últimas palabras de su carta no menos de quince veces. Que yo viviera en Nueva Zelanda y ella en Holanda era un problema; que magnificara tanto un polvo, no lo era menos.

18. 23 de junio de 1978

Era la noche más corta del año. No para Barry Stilton, Police Constable y aspirante algún día a Sargento de Scotland Yard. Le habían encomendado una misión peliaguda, no exenta de cierto peligro. Como cada año desde hacía demasiados, en Stonehenge se celebraban rituales paganos que vulneraban tantas normas que era imposible contarlas todas. Peor aún, se atentaba contra la moral. La indecencia hacía estremecer a Barry. Se atusó su fino bigote para recordar con horror que por razones de camuflaje había tenido que dejarse un poblado mostacho. Había llegado su hora. Barry debía completar su proceso de infiltrarse en el grupo de druidas que esa noche estaban dispuestos a cometer Dios sabe qué atrocidades.
Mientras se preparaba, puso la radio, sonaba una canción de Grease. Barry, cuyo límite estaba en Engelbert Humperdinck frunció el ceño. Por Dios y por la Reina, dijo solemne antes de irse

Spoiler:

19. Noches blancas (el regreso)

Era la noche más corta del año, tan corta que ni siquiera era noche. Una luminosidad perpetua bañaba el horizonte de San Petersburgo y Nacho, enfermo de Dostoyevski, se negaba a regresar al hotel. Quería emborracharse de luz nocturna, quería enamorarse locamente de una Nástenka, de alguna joven hermosa como un atardecer, aunque no le correspondiera, aunque el rechazo doliera como una lanzada. Finalmente, la tercera noche tras el solsticio, la halló. Un ángel rubio de resplandeciente dulzura, de altos pómulos y profundos ojos azules, se encaminaba hacia él. Nacho sonrió. La muchacha sonrío. Apuntó a Nacho con un pequeño revólver y le robó la cartera, el móvil, la cadena y su chupa tejana. Nacho suspiró mientras la muchacha huía. Aún le quedaban tres días más de estancia. ¿Conseguiría volver a ver a su bella atracadora? ¿Lograría que se enamorara de él? Y, lo más importante, ¿le devolvería el móvil?

20. Fundamentos de la oscuridad

Era la noche más corta del año cuando llegaron. Se divisaron las primeras naves en la zona este del país. Rápidamente circularon rumores de avistamientos en todo el territorio. Grandes construcciones con potentes luces que sobrevolaban lentamente las zonas más pobladas. Después de toda la noche en tensión el país amaneció… igual. O eso parecía. Las naves desaparecieron al amanecer, no se supo absolutamente nada sobre ellas. Poco tiempo después nos dimos cuenta que los trastornos de los sentidos aumentaban de forma alarmante. Ceguera, sordera, anafia, ageusia, anosmia las más comunes pero no las únicas. Todas relacionadas con la pérdida de los sentidos. Pasada la alarma inicial todo se normalizó, la humanidad superó un duro escollo. Conseguimos conexión neuronal a la red, no necesitábamos mucho más. Visto ahora, con perspectiva, sólo se aceleró el proceso. Evolución lo seguimos llamando.

21. ¿Sueñan los vampiros con soles de sangre?

Era la noche más corta del año y lógicamente la más popular entre los vampiros suicidas. Cristóbal —llamado, en otras eras, Vlad, Nosferatu o Rodrigoratu— quería morir, ¡por fin morir!
La inexistencia del vampiro no es todo noches de sangre y rosas: osteoporosis por falta de vitamina D, depresión, síndrome de Transilvania… Sida y cáncer te devuelven vida, volviéndote deportista, culturista, modelo, presentador… ¡Ah, el horror…!
Era el decano de los vampiros españoles: renació en Toledo, en la escuela de Alfonso X el Inmortal. Perdió un brazo en Lepanto, pintó a reyes, mordió a princesas… Había pasado por todas las etapas: novicio, banquero, murciélago, concejal…
Acabó odiando esta semivida. ¿De qué vale vagar para siempre, náufrago de un océano de recuerdos? Esa noche asesinó 13 gatos, copuló con cuatro ministros y bailó alrededor de una hoguera. Después abrazó a su amante y le dijo: “ven, ¡vamos a ver el amanecer!”

22. Maldición

Era la noche más corta del año y llevaba un mes sin probar gota. El ansia empezaba a apoderarse de su cuerpo, notaba una sensación que le subía de los pies a la cabeza, como un escalofrío. Esa noche no podía salir nada.mal, llevaba desde su ultima excursión planeando todo al milímetro para conseguir saciar su sed en menos tiempo. Se le empezaba a erizar el pelo, le dolían ya las encías, frente al espejo notó como sus ojos emitían un pequeño destello amarillo. Hoy era...luna llena.

23. Juegos de palabras

Era la noche más corta del año. Además los dos llevábamos pantalones cortos y el pelo muy corto deliberadamente; nos encantaban los juegos de palabras y hacíamos cualquier cosa por no aburrirnos. Solo bebimos cortos de cerveza durante todo el día, teníamos una lista corta de cortos reservada para verla en la madrugada. Nos hizo una gracia infinita colgar del balcón una bandera con una foto de Jon Kortajarena. “Corta el rollo”, “córtate un poco” y “qué cortita es la peña” fueron frases muy repetidas ese día en casa. Fue otro día perfecto.
Pero mientras mirábamos el amanecer nos dimos un beso inusitadamente largo, desproporcionado, casi eterno.

Tenemos que cortar, dijo él. Y yo asentí brevemente.

24. Se viste con la pelusa de las hojas

Era la noche más corta del año más corto jamás historiado. Hilachas de niebla brillaban por su ausencia y la ventisca aullaba sobre las aguas gélidas del lago. Reunidos en las proximidades de la orilla oriental, y debidamente formados, habríamos sido testigos de una orilla opuesta. Nada particular acontecía allí, y asimismo confirmarían nuestros ojos; no obstante, un poco más arriba, entre los riscos desfilados que dividían el blanco en dos picos, y justo debajo del punto en que la estela luminosa de un cometa se cruzaba con la sorpresa de un búho, la mayor de las desvergüenzas hacía acto de posesión.

25. Los sabios idiotas

Era la noche más corta del año que íbamos a empezar la universidad. Desde tu balcón, los dos mirábamos hacia el puerto y hablábamos de esto y de aquello. De nada que pueda recordar. Espacios en blanco y cohetes, en una una noche oscura, en los que puedo colocar frases estúpidas para decirte, sin en realidad decirlo, que nada sería lo mismo. Podría haberte hablado del futuro: “No podemos ver el puerto pero está ante nosotros. El ruido del mar al chocar con las barcas, olor a sal... Detrás, agua negra invisible entre tanto negro”. Después podría haber puesto mi mano sobre tu hombro o podría haberte dado un abrazo, pero sé que lo que nunca nos dijimos nos pertenece a los dos, mejor así, y también sé que tú me hubieras mandado a freir espárragos. Nos hubiéramos reído, como hicimos, y seguiría siendo un buen recuerdo. Un buen pasado.

26. El fuego purificador del alma.


Era la noche más corta del año. La Fiesta de San Juan, el Midsommar o cualquiera de las múltiples denominaciones con las que nos referimos a esta noche tan especial. Recuperamos el espíritu de Zoroastro, le damos más fuerza al sol y purificamos nuestra alma. Pienso en todo esto mientras contemplo en la playa de la Barceloneta como ha perdido todo su sentido. Me siento y me emborracho como uno más. Me odio a mí mismo por hacerlo. Pero cuando el director general de la empresa en la que trabajo, Juan Ligne Juncadella, decide retirase decido irme con él. Acabaré pagando lo que voy a hacer, pero el fuego purificador de Zarathustra, pondrá las cosas en su sitio. Y las llamas consumirán y redimirán los pecados de ese bastardo hijo de puta...

Rhonda escribió:El señor Gustaffson pasa el San Juan con la secretaria, la señora Gustaffson entra a stalkear a casa de la secretaria.
Eso he entendido yo.
Muy bergmaniano. Implícita la crueldad de la pareja y el maltrato(psicológico) del marido.

Nomeko7 escribió:Joer. 26. Está muy bien. Ha habido efecto llamada o algo?

David Z. escribió:

Nomeko7 escribió:Joer. 26. Está muy bien. Ha habido efecto llamada o algo?

Sí, los últimos ocho relatos los han rechazado en Italia primero.

Annie escribió:

m señor escribió:24 me parece inecaptwble....no sé cuándo termina esto pero....
m

Lo intenté, pero estoy más desajustado que el tobillo de Mascherano. Lo único que consigo hacer con cierta regularidad es acudir a trabajar a la hora, con un margen de más o menos 30 minutos de puntualidad. El resto del día es un caos. Joder, escribí 50 palabras. Iban a ser tres bloques. Quiero ganarme mi boli.

RegSound escribió:Buenísima ronda. Rosqueemos pues

Koikila escribió:Yo lo quiero de chocolate!!

Stoneheart escribió:Por desgracia no podré pasar a recoger mi rosco por culpa de un pifostio social que durará varias horas y que no tengo ni idea de cómo voy a aguantar, aunque no descarto aparecer en la gala tres horas después de que todo el mundo se haya ido, a lo Courtney Love.

Hay topic de votar?

Stoneheart escribió:Huy, espera... Desde cuándo se vota en el mismo topic?

RegSound escribió:Obviamente votado fatal con todo lo que tengo que dejar fuera

sapir escribió:

RegSound escribió:Obviamente votado fatal con todo lo que tengo que dejar fuera

Mi rosco está muy bien votado.

Stoneheart escribió:Siempre estáis cambiando cosas.

RegSound escribió:Piedras vuelve a participar

RegSound escribió:

sapir escribió:

RegSound escribió:Obviamente votado fatal con todo lo que tengo que dejar fuera

Mi rosco está muy bien votado.

Te he dado mi 3, no me gusta perder la costumbre

David Z. escribió:

Rhonda escribió:El señor Gustaffson pasa el San Juan con la secretaria, la señora Gustaffson entra a stalkear a casa de la secretaria.
Eso he entendido yo.
Muy bergmaniano. Implícita la crueldad de la pareja y el maltrato(psicológico) del marido.

Es posible, por lo de probarse el vestido, etc. Yo pensé que ella está con la familia y él es el que entra a stalkear. Por eso está "por fin dentro de ella" (¿qué sentido tiene eso si no?) y por eso él "pasa tiempo con ella" de una manera triste e irónica. Pero veo lo que dices. Puede que el autor lo haya dejado así de ambiguo de manera deliberada.

Bergman con esto te monta un peliculón, ciertamente. Con Max Von Sydow en el papel de la secretaria y Liv Ullmann como el Sr. Gustaffson.

Toro escribió:

David Z. escribió:

Rhonda escribió:El señor Gustaffson pasa el San Juan con la secretaria, la señora Gustaffson entra a stalkear a casa de la secretaria.
Eso he entendido yo.
Muy bergmaniano. Implícita la crueldad de la pareja y el maltrato(psicológico) del marido.

Es posible, por lo de probarse el vestido, etc. Yo pensé que ella está con la familia y él es el que entra a stalkear. Por eso está "por fin dentro de ella" (¿qué sentido tiene eso si no?) y por eso él "pasa tiempo con ella" de una manera triste e irónica. Pero veo lo que dices. Puede que el autor lo haya dejado así de ambiguo de manera deliberada.

Bergman con esto te monta un peliculón, ciertamente. Con Max Von Sydow en el papel de la secretaria y Liv Ullmann como el Sr. Gustaffson.

A ver, yo con esto ya me voy a volver loco...

Yo pensaba que el señor estaba con la secretaria, y entonces me fallaba de quien era la cama y quien stalkeaba....

Ahora bien, no puede stalkear la señora mientras el señor está con la dueña, porque al principio nos dicen que la dueña está en el parque o en un bar celebrando algo... Y yo pensaba que no podía ser el señor el stalkeador porque estaba físicamente con la secretaria.

Pero con la visión de Z de estar realmente dentro de ella cuando stalkea, me parece viable que sea el señor el que stalkea a la secretaria.

También me parece ahora más viable mi interpretación... que sea la cama de la hija de los señores, y el stalkeador un compañero de trabajo de ella  

Spoiler:

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sapir escribió:

Stoneheart escribió:Huy, espera... Desde cuándo se vota en el mismo topic?

sapir escribió:

RegSound escribió:Piedras vuelve a participar