CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
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DarthMercury
Rhonda
Ecthelion
metalbert
quakto
Neska
David Z.
Criminal pentatónico
Koikila
CocH.
Elsanbenito
Eric Sachs
Eloy
Bofu
nacho
Yomis
salakov
m señor
Stoneheart
Nomeko7
mugu
Troy Mc Clure
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Sugar Bug
RegSound
Toro
rudicio
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CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Frase: La llave estaba bajo el felpudo...
- REGLAS:
[/b]- El juego consiste en escribir un relato inédito verdaderamente corto, inferior a 150 palabras.
- La primera frase de cada texto habrá de ser, obligatoriamente, la dada previamente por el campeón de la edición anterior.
- El tema del texto será libre, siempre y cuando tenga sentido con la primera frase predeterminada.
- Los relatos deberán enviarse mediante mensaje privado al administrador del hilo de cada ronda.
- La periodicidad del juego será semanal.
- Solo se podrá concursar con un texto por forero y ronda. Las segundas y sucesivas versiones, variantes y demás supondrán la descalificación en la ronda en curso.
- El sistema de puntuación será el siguiente: puede votar cualquier forero (si no ha participado enviando relato, deberá tener más de 50 mensajes) y puntuará a los tres textos que más le gusten, otorgando 3 puntos al que más le gustó, 2 puntos al segundo y 1 punto al tercero. No es obligatorio haber participado en el concurso para poder votar. Es obligatorio votar si se ha participado publicando un relato, quedando exento sólo por causa mayor (viaje, rapto, abducción, etc...). Si no vota su relato quedará fuera del concurso.
- El ganador del concurso propondrá la frase que se utilizará la semana siguiente, pudiendo ser esta frase totalmente libre, pero de una extensión no superior a 2 líneas, que sí contarán para la longitud del relato.
- El orden de publicación, voto y recuento de los distintos relatos será el siguiente:
Publicación de la frase: Antes de las 23:59 h del viernes
Escritura de los relatos: viernes a miércoles a las 22h.
Votaciones: hasta jueves a las 22 h.
Gala: el jueves tras las votaciones. - La puntuación para la clasificación general será la siguiente: 10 puntos al ganador, 7 al segundo clasificado, 5 al tercero, 3 al cuarto y 1 punto al quinto clasificado.
- Si, después de la votación semanal, hubiere un empate se establecerá lo siguiente: ganador quien tenga más votaciones de foreros. Si siguiese el empate: ganador quien además
tenga más votos de 3 puntos. Si siguiese el empate: ambos consiguen los puntos, se casan y tienen hijos gemelos.
ANEXO:- La norma DON admite los empates en cualquiera de las posiciones.
- Los puntos también podrán repartirse, a criterio del administrador de la ronda, entre cuatro seleccionados: otorgando 3 puntos al que más le gustó, 2 puntos al segundo, 1 punto al tercero, y 1 punto extra a un cuarto.
- En ausencia de frase o administrador en una ronda nueva, la administración de la ronda pasaría al segundo clasificado; si el segundo clasificado tampoco respondiera de sus obligaciones, la administración de la ronda pasaría al tercer clasificado, y así sucesivamente.
- El juego consiste en escribir un relato inédito verdaderamente corto, inferior a 150 palabras.
- Registro histórico de resultados:
AÑO 2015-2016
¿?
AÑO 2016-2017
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1H_nYaDi-PxRMfg19Ma2_6uc-XmZhS-hOnjNasizg4i4/edit#gid=0
AÑO 2017-2018
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Jj8Ggd2nH2kjBkr5JfBUq_fXfd3fpbovCGp48DbfnBk/edit#gid=1255203592
- Actas de las rondas no incluidas en el historico de esta edicion, hasta la gala actual:
1.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1L5GIQimd0Jss8WoYjT6jvRHde9bUWVlRIIrWJ8JLTvk/edit?usp=sharing
2.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1YP3_cSvGC88BQ-5VaAGcOfbZVzKu639GaX2-MJ2SFyA/edit#gid=1857149122
3.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1-X_Ph9m6W8ow6pTymvRj4DEqpMFqsHY8KLwV_mycan8/edit?usp=sharing
4.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1yL3FwBAD_9E03v04Te6YiZ56QZk87DFBy9z4Uie6tXs/edit?usp=sharing
5.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Zuv42iAqAbuTruMzNcKZTgexKdqvCdqHYh_PNuCxAMo/edit?usp=sharing
6.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1bmcss9W_CmsviSAAR-dJsiPqa_xdLR0HbzKVt-juncA/edit#gid=1495893693
7.4
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1MgIaMEW-Yw7nfL1zSnVQ1hL4RVUaTGNP1sP1R_gCQ3U/edit?usp=sharing
- Clasificación provisional Edición IV hasta Ronda 6:
- puntos:
Eloy 89
Rudicio 77
Toro 73
Silver 71
Darth 58
Criminal 58
David Z. 48
Nomeko7 44
Salakov 43
Mugu 42
Koikila 39
Quakto 39
Rhonda 38
RegSound 38
Ecthelion 35
CocH 34
Stoneheart 34
M señor 32
Troy Mc Clure 32
Elsan 30
sugar Bug 26
ksmith 24
Fargo 23
Búho Lunático 22
Sapir 21
Eric Sachs 20
Damia 19
Hank 17
Yomis 17
jom 16
Bofu 16
Ellis 10
Manof 10
Borogis 9
Persiede 9
jojo 6
JCRZ 5
Neska 5
Sirconrad 2
- podiums:
Eloy 27
Rudicio 24
Silver 21
Darth 15
Toro 15
Koikila 13
Criminal 13
Rhonda 10
Nomeko7 8
Salakov 7
sapir 7
Sugar Bug 7
Elsan 5
RegSound 3
Stoneheart 3
mugu 3
Ecthelion 2
David Z 2
Quakto 2
Búho 1
M Señor 1
jom 1
Fargo 1
Troy McClure 1
- Enlace a archivo word con los relatos de las rondas y su autoría:
Ronda 1:
https://docs.google.com/document/d/11tstAdfj1o56_211XVbQJOQDNsrWdLl8IRJ8_t7MC7Y/edit?usp=sharing
Ronda 2:
https://docs.google.com/document/d/14V6TjS-enccI08BUSG_LxqP7Jd0wM9q4uCfX6DTNfLY/edit?usp=sharing
Ronda 4:
https://docs.google.com/document/d/1sHibjpT0K2yKLxLx8znK0rlPWcB9vGgMTVqJZVFouCM/edit?usp=sharing
Última edición por rudicio el Sáb 15 Sep 2018 - 2:42, editado 11 veces
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
RELATOS A CONCURSO:
1 - Lady Madrid
La llave estaba bajo el felpudo de la altiva dama .
El felpudo detrás de un cinturón de castidad.
El Cinturón detrás de un par de centinelas moros.
Los centinelas detrás de los muros del castillo.
El castillo detrás de un foso lleno de cocodrilos.
El foso detrás de una mirriada de carros de combate.
Los carros detrás de una extensa cordillera montañosa.
Jamás arrebatarían al Conde Osorio el secreto acceso al corazón de Lady Madrid.
2 - El gran Paulini
La llave estaba bajo el felpudo, tal como había dicho Paulini. Fletcher, director del Colossal Circus, abrió la puerta del vetusto apartamento. Había acudido a la llamada desesperada de Ben Levitsky, el Gran Paulini. "Necesito trabajo, Fletch", le dijo angustiado por teléfono. Fletch acudió por pena. El viejo Paulini estaba acabado, todos lo sabían. El habitáculo apestaba a desesperación. Paulini le recibió en una raída bata. Chasqueó los dedos. De repente, el lóbrego piso se iluminó y ensanchó. Las habitaciones se empezaron a expandir caprichosamente, sin perspectiva. Fletcher avanzaba, maravillado. Llegó a un invernadero en el que crecían plantas exuberantes. Y las flores le sonreían... Miró hacia arriba. En la cúpula, cabeza abajo, bailaba un resplandeciente Paulini en frac. Fletcher sintió un toquecito en la espalda. Era Paulini.
-Qué, Fletch.
Chasqueó los dedos y retornó a la fealdad del apartamento. Sólo brillaba la sonrisa de Levitsky.
-Sigo siendo el mejor, ¿verdad?
3 - Anime
La llave estaba bajo el felpudo, pero al otro lado no aguardaba su amada Harumi. En su lugar, un infame tsuchigumo —enviado por su archienemigo Masada, ¡cómo no!— se abalanzó sobre él. Ryu esquivó el ataque, aunque una de las patas de araña le levantó una lacerante herida. Pero él era el Guerrero de la Verdad; mientras jamás pronunciase una mentira, Ryu poseería los más formidables poderes. Restalló un relámpago, la Espada Flamígera centelleó en su mano.
—Despreciable criatura, ¿qué has hecho con Harumi? —escupió Ryu.
Su filo azul partió en dos el esternón atigrado del tsuchigumo. Un haz de luz quedó flotando en el aire. Ryu encontró a Harumi tras un biombo, temblando. Se abrazaron. De fondo empezó a sonar Nandemonaiya.
—Oh, Ryu —preguntó Harumi, anegada en lágrimas—, ¿me amarás para siempre?
—Sí.
Y sus poderes desaparecieron junto con el brillo en los enormes y desconcertados ojos de ella.
4 - La llave
La llave estaba bajo el felpudo. Y dos cartas del banco, un envoltorio de chicle y un billete de cinco euros. Es lo que trae barrer cuando tercia o no. El billete me dió una alegría, doblado, sucio, era como un premio al trabajo bien hecho. La llave me intrigó bastante, ¿de quién era?, ¿qué abría? Tenía toda la pinta de abrir una puerta, pues se parecía a la mía. No eran puertas de éstas de seguridad que tan en boga hay ahora. No, eran puertas cutres de pisos viejos que huelen a ajo y a vinagre, como los nuestros. Mía no era, podía ser de la vecina, que está para mojar pan, o del misterioso calvo de mierda que vive tras ella. Un borde al que nunca le he devuelto el saludo, porque nunca me lo dió. Lo odio. Probé en la de la chata. No. A la basura
5 - Sola ante el peligro
La llave estaba bajo el felpudo, su escondite natural, como lo es el frigorífico para los medios limones. Habían posado no menos de dos lustros desde la última comunión con su amada cerradura, una con bombín, la otra con pendiente. Un horroroso cajetín con más botones que una sotana había llegado para sustituirla, para quitarle aquel placer de ser útil, qué digo útil, imprescindible. ¿Qué habría sido de su amada...de aquel bombín?
Aunque permanecía en su segundo hogar, temía que a su fiel cobertor le llegara la hora. Casi podía notar cómo el paso del tiempo lo adelgazaba cada día un poco más. Y entonces sería su turno, iría donde todos sus viejos amigos, tan fieles con su dueño como ella misma: transistores, teléfonos de cable, televisores de aspecto pantagruélico, prendas pasadas de moda, juguetes rotos y no tan rotos…
Qué injustos con quienes tan bien nos sirvieron.
6 - Delito de desobediencia tecnológica
La llave estaba bajo el felpudo, tal y como recordaba. Resopló aliviado entrando en aquella casa semi abandonada, en la que el tiempo había pasado sólo como deterioro. Se sentó en la alfombra, mirando la chimenea con troncos mohosos, recordando sus vivas llamas, y maldiciendo la frialdad de las casas radiantes. Giró la vista al sillón tapizado azul, donde su abuelo le contaba historias de cuando, afortunadamente, no había neuronavegación ni telechats. Se desnudó para sentir las carantoñas de una bata de algodón, roída y polvorienta, en lugar de los arañazos del textil sintético exotérmico. Preparó la bañera; no sabía cuánto tiempo tenía, pues aun habiéndose arrancado el chip subcutáneo, darían pronto con él, pero quería olvidar las rociadas de microgoteo con un buen baño. Sumergido, empezó a acariciarse las muñecas con las cuchillas de afeitar del abuelo. Pasaría su última noche acompañado de su niñez entre agua color burdeos.
7 - Secretos
La llave estaba bajo el felpudo. Sintió un alivio inmenso al encontrarla allí. Había llegado como flotando, por un impulso, cuando vio salir a sus nuevos vecinos desde la ventana del jardín. Esto era diferente, mucho mejor que los supermercados o los bazares baratos donde entraba desde que los niños habían empezado la universidad. Eran tan agradables... le gustaba recordar cuando les habían invitado a cenar en su casa. Fue como entrar en una maravillosa cueva del tesoro, llena de pequeños objetos traídos de sitios lejanos. Desde entonces no había podido quitarse de la cabeza un cenicero de plata. Ahora lo tenía en sus manos, mientras su mente entraba en una profunda calma.
Lo guardó en su armario, ya repleto de cosas que no recordaba ni le importaban. Pensó en contárselo mañana a su psiquiatra, no, mejor más adelante, ahora necesitaba ese abridor de diseño italiano que tenían en la cocina.
8 - La segunda puerta del pasillo
La llave estaba debajo del felpudo. Sus padres estaban fuera, pero se había quedado con su tía abuela. “Mi tía está medio sorda, así que ven a casa y entra al cuarto de mis padres, pero nada de ruido ni encender la luz, no quiero que se despierte”
Abrí la puerta con cuidado y entré a tientas en la primera habitación. Me quité la ropa y me metí en la cama. Sin decir nada empecé a besarle todo el cuerpo. Hicimos el amor en silencio, torpemente, todavía era nuestra tercera vez y compensé mi inexperiencia con energía. De todas formas, fue muchísimo mejor que la segunda vez. Al acabar me vestí a oscuras y me marché sin meter ruido. Ya en la calle le mandé un WhatsApp:
9 - UOHT
La llave estaba bajo el felpudo; fue sencillo encontrarla y acceder a la propiedad. Lo que no fue tan sencillo fue aceptar lo que mis ojos presenciaron: Isabella se había suicidado. Aunque dejó una breve nota antes de pasar a mejor vida:
Mi querido Mario;
Lamento todo el dolor causado; sinceramente, nunca pensé que las cosas se fueran a complicar de esta manera. Lo sé, soy una cobarde; aunque si lo piensas bien, creo que le he hecho un favor a la humanidad…
Disculpa mi brevedad…
Llegó un momento en el que no encontraba una sola razón para seguir existiendo…
Disculpa también la vacuidad de mis palabras…
Sé que en el fondo, no te estoy dando pistas…
Te quiero; siempre lo hice…
Isabella
Sentí tanta pero tanta rabia, que tuve que follarme su por aquel entonces ya gélido cuerpo.
Cuando me corrí dentro de su coño, sentí cierto alivio.
10 - Persecución
La llave estaba debajo del felpudo, pero saberlo no le iba a servir de nada. Sabía que nunca podría escapar: los vigilantes de las RRSS (todos ellos millenials que habían sucumbido al discurso del odio) jamás bajaban la guardia. El Cuarto Reich los había convertido en bestias despiadadas. Cada día se llevaban a un prisionero. Tarde o temprano le tocaría a él.
A él, un anarkomarxistaleninista que había corrido delante de los grises (como llamaba a los guardias jurados que le pillaron mangando revistas en unos grandes almacenes).
En el fondo, lo mejor era que ese día llegara cuanto antes. Al menos así no acabaría como su compañero de celda, al que las torturas habían arrebatado la cordura y cabeceaba repitiendo “un negro… en una peli… de blancos”.
Tumbado en el camastro, esperaba su hora recitando un himno de la Resistencia: Primero fueron a por Arévalo…
11 - Recuerdos del hogar
La llave estaba bajo el felpudo, donde permanecía desde que estalló la guerra hacía doce años. El aspecto alrededor de su casa era desolador: los campos de hierba habían sido sustituidos por cenizas. Abrió la puerta y entró. El paso del tiempo había dejado huella. Examinó el contador Geiger: la señal era de baja intensidad, por lo que se quitó la escafandra. No podía demorarse. Colocó el recolector de recuerdos en el suelo. Al instante comenzó a escanear cada centímetro cuadrado de la casa y a almacenar los recuerdos y vivencias que allí se encontraban. Cuando terminó, emitió un pitido. Lo recogió. Con eso la Corporación tendría suficiente para crear réplicas exactas de su familia y hogar. Debía regresar a la base subterránea, pues ya anochecía y los merodeadores no tardarían en salir. Tras subirse al vehículo, apretó la llave contra su pecho. Volvería a necesitarla después de tantos años.
12 - Siete vidas a la semana
La llave estaba bajo el felpudo. Entró directo a la cocina, donde esperaban su esposa de esa noche y sus dos preciosos hijos. Una cena deliciosa y los chavales admitidos en el primer equipo. Orgulloso y satisfecho se recostó en uno de los sofás nuevos, simulando fumar un cigarro.
Pero se hacía tarde y tras arropar a los pequeños en sus literas, tomó a su mujer de la mano y pasó por seis dormitorios hasta escoger el de inspiración japonesa. El lunes, con su novia adolescente, aquel tatami había sido un triunfo. Tras amarla salió y paseó pensando en próximas cenas, camas y familias.
Revisando las cámaras como cada lunes, el supervisor de seguridad no daba crédito. La actitud del nuevo vigilante nocturno le llevó de la estupefacción al enfado hasta, a medida que empezó a comprender, sentir una inmensa lástima por aquella patética y solitaria figura en los monitores.
13 - Desintegración
La llave estaba bajo el felpudo, por lo que abrió la puerta e inspeccionó el salón. Había televisión y sofá únicamente. En la cocina abrió la nevera, la cual estaba llena de cervezas. Fue a la planta superior y vio el dormitorio con cama y armario. Allí dejó su maleta. Tras la otra puerta, el baño con un inodoro, lavabo y bañera.
Tenía lo indispensable, como quería. Bajó a la cocina y al abrir la nevera estaba vacía. Extrañado fue al salón y estaba sin amueblar. Comenzó a sudar al no entender nada y subió a por su maleta. En el dormitorio sólo se encontró su maleta. La cogió y huyó, pero la escalera no estaba. Se dio la vuelta y ya quedaba la puerta del baño, así que entró en él. La ventana era pequeña, pero intentaría escapar por ella, pero tras ese pensamiento, todo se fundió en negro
14 - La última oportunidad de Paco
La llave estaba bajo del felpudo. Paco la dejaba allí desde aquella borrachera en la que había perdido el llavero y había tenido que llamar a la puerta (del vecino) para poder entrar a casa. Uno, once...un fallo lo tiene cualquiera. Después del bochorno que hizo pasar a su mujer fue consciente de que no le perdonaría una más.
Agacharse, abrir sigilosamente, tumbarse en el sofá y, al día siguiente, fresco para ir al cumpleaños de su suegra.
Abrió las piernas, lanzó el ancla a la pared y descendió lentamente. El truel se agitaba en el aire sin presa, así que recordó que tenía ojos y bajó la mirada descubriendo el felpudo y (también) que aún llevaba el pene fuera. Al intentar guardarlo se equivocó de mano, ocasionando (si han leído bien, entenderán por qué) el impacto de su cara contra la puerta.
- ¡Caramba! - Se oyó. - ¡Qué pronto llegan! -
15 - Habitación perdida
La llave estaba debajo del felpudo: daba el poder de abrir todas las puertas y de encontrar tras ellas el lugar en el que desearas aparecer.
Pausé la serie y pensé que la idea era buena. Cuando eché la llave al salir de casa no pude evitar reírme.
Esa misma noche, mis amigos y yo andábamos borrachos, camino de casa, en uno de esos momentos en los que, al no tener nada que decir, sueltas lo primero que se te pasa por la cabeza. Dije entonces que tenía una llave mágica que habría todas las puertas. Entre risas, me pidieron que lo demostrara. Yo engordé el tema y dejé pasar los números de la calle hasta que llegamos a la altura en la que sabía que la llave se volvería mágica. Antes de abrir la puerta, les dije que fueran pensando en qué lugar querían aparecer. Yo lo tenía claro.
16 - La vida pasar
La llave estaba bajo el felpudo, que no era más que un cartón recortado de una caja de detergente en polvo. La puerta era un tronco cruzado aguantado por una cadena con un candado oxidado colgando. Uno podía entrar pasando por encima del tronco, pero no lo hacíamos nunca. Esa era la entrada a nuestro paraíso en lo alto de aquel pino de ramas planas y perfectas.
Un día los colegas dejaron de venir, y yo me fui con ellos a comer pipas delante del salón recreativo. Ahí dentro nos gastábamos la semanada y nos creíamos malos chicos.
Hoy, desde el asiento de atrás, la peque ha señalado unas casas adosadas con piscina: "cómo me gustaría que viviésemos allí papá".
Yo viví allí, pequeña.
17 - Mi teseracto particular
La llave estaba bajo felpudo. Las elegantes cortinas interiores me hacían suponer que encontraría valiosos objetos y alhajas dentro,
pero lo cierto es que la casa estaba casi vacía y solo en el sótano hallé un extraño objeto. Estaba compuesto de barras telescópicas, extraños apéndices ópticos y una especie de palanca en un lateral. Con un esfuerzo sobrehumano conseguí bajar la palanca y una imagen que levitaba sobre el objeto comenzó a pugnar por mostrarse nítidamente. Durante dos horas contemplé unas desconcertantes formas luminosas se sucedían de forma cada vez más rápida, hasta que al final solo pude percibir un haz continuo de luz. A día de hoy soy incapaz de explicar lo que vi, aunque desde entonces me siento terriblemente vacío. Nunca he vuelto por allí y casi no hablo de ello. El doctor incluso asegura que aquello es un solar vacío desde hace muchos años.
18 - El cartero.
La llave estaba bajo el felpudo, como todos los días dieciocho de cada mes impar a las diez de la mañana.
Me recibió el perro lanudo a base de gruñidos y reojos. Abrí la puerta y me dí cuenta de algo diferente.
Se escuchaban risas en el dormitorio.
Hoy, Leticia, tenía una sorpresa para mi.
Mientras Felipe viajaba a Berlín, su esposa era analmente penetrada y su amiga grababa el acto.
La amiga me guardó, en la cartera, un papel con una dirección y una frase escrita: '' Los días diecinueve de cada mes par a las once de la mañana. Elena ''.
No me imaginaba que dejar la correspondencia, en la zona de Moncloa, me iba a llevar a la presidencia del gobierno.
19 - Portal sin número
La llave estaba bajo el felpudo, las cerillas tras la antorcha. Bajó las largas escaleras de piedra. ¿Cuántas mazmorras similares habría bajo Barcelona? Excitado imaginó a su madre en bata rodillo en mano adusto gesto de disgusto. Madre, tú me hiciste así. Tras 69 peldaños —¡maldito ascensor averiado!— llegó a la gran sala. Se desnudó. Abrió una segunda puerta y se unió al carrusel.
¡OloresjugoslorzaslametonestetámenesfelpudossuculentasorangutángranosprolapsorgasmO!
También las orgías pueden volverse rutinarias. Carnes ya regozadas: el juez del Supremo, la típica infanta ninfómana, el ministro reptiliano, el enano, Virtudes, la priora del convento, el presidente de la CONCAPA… Pero hoy había alguien nuevo entre ellos. Era rubio, cojo y hermafrodita. Se mantenía apartado pero aceptaba esclavos. Directo allá fue nuestro héroe.
Incontables orgasmos después el desconocido habló. «Ahora», dijo, «vamos a sellar este pacto». Agarró a nuestro hombre y lo degolló ante caras atónitas que recibieron la sangre como una hostia.
20 - Decepción.
La llave estaba bajo el felpudo, como nunca. El piso estaba casi vacío, fotografías de antaño por los suelos, imágenes paganas de sonrisas que hacen vomitar. Al final, tampoco quería pasar mis últimos días contigo. Merecías ser feliz, pero te pudo la presión y el desamor de acompañar hasta el final. Chica hermosa te has buscado en las oscuras calles de la vida al revés.
El piso huele a pasado, entres las pocas materialidades que quedan, está el viejo piano que odiabas tanto oír, pero sin embargo te oías a ti mismo todos los días.
Arrastro mis dedos hasta las 88 y comienzo por Chopin, me despido de todo mientras mis huesos y la metástasis confraternizan más allá de la última nota. El viejo gato de enorme y colgante tripa que solíamos alimentar por complicidad se cuela por la ventana y me regala un último guiño, esta vez con sinceridad.
21 - Aquí entonces, allí ahora
La llave estaba bajo el felpudo. La luz del farol encendida. La cortina medio bajada. Parecía todo en orden. Abrió la puerta. Reinaba una quietud acechante. Escuchó una respiración cargada, después a Ernesto Moreno diciendo: “La sangre de la familia se paga con sangre… de la familia” mientras apuñalaba los dos cuerpos, el de su mujer y el suyo -con herida de bala-. No había funcionado. ¿Cuántas veces lo había intentado ya?
La ¿primera? vez
La llave no estaba bajo el felpudo. El farol roto. La cortina rasgada y cerrada. Algo no iba bien. Empujó la puerta. Gonzalo Moreno terminaba de rematar el cadáver de su mujer. Escuchó cómo cargaba un arma. Tres disparos, uno de ellos impactó en su hombro, no impidieron que saliese de la casa. Fue al cobertizo. Encendió el prototipo e introdujo la fecha y la hora. En mente, una sola idea. Matar a Gonzalo Moreno.
22 - Un día normal.
La llave estaba bajo el felpudo pero reventó la puerta de una patada, tiró todos los libros de la estantería que forraba el pasillo, deshizo las camas, puso los tapones y abrió los grifos, sacó toda la ropa del armario, cortó el cable del televisor, chupó el pan de molde y abrió los yogures, desparejó los calcetines y tiró unos cuantos por la ventana, escribió groserías en las paredes y cuando se aburrió se echó la siesta.
Al despertar se puso a recoger.
23 - Una muesca pasajera y chorros de radiación
—La llave estaba bajo el felpudo —repuso el quiromántico—. En tu mano está ahora.
Dicho lo cual, se transmutó en urraca y comprendió el vuelo. Cielo arriba y difusa, la silueta del adivino volteó una despedida entre las nubes y las estrellas, allí donde los aviones comerciales sofocan gorgoritos en turboventiladores.
Sentí que su muerte encerraba un nuevo misterio y que yo haría cualquier cosa antes que resolverlo. Guardé un minuto de silencio para otra ocasión y me fui sin pagar. En la Mal Avenida, a medio camino de mi casa, un púlsar captó mi interés. Había aparcado en las puertas de un todoenchino, sobre las que se derramaba en una cascada de latinajos fotónicos. El sonido era ensordecedor; pura distorsión que rebotaba en las paredes del cráneo y rebullía en los entresijos del pantalón. Una espiral chirriante que sólo podía significar que... ¿que qué? ¿Diga?
24 - Gazon Maudit
La llave estaba bajo el felpudo, asomando hinchada, palpitando. Puse todo el cuidado en no hacer ruido, en ser delicado, en observar cada detalle. Enseguida comprendí que en esa casa iban a tenerme mucho tiempo trabajando en el jardín, arreglando el porche... a cambio de muy poco. Guardé la herramienta y me marché.
25 - A cinco céntimos la bolsa....
La llave estaba bajo el felpudo de Ikea. Del Ikea de Hospitalet-2. Tal como le había asegurado Dimitri, el vigilante del.parking.
Luis y Juana, sorprendidos como nunca, cogieron la llave, se acercaron a la fila de carros, metieron la llave en el compartimento secreto y, oh milagro, una luz azul atravesó la hilera completa.
Y Luis, aún sin creerse lo que estaba viendo dió la orden. Corred, multiplicaos y sembrad el pánico.
Como poseídos por el mismísimo Peterbilt, decenas de carros salieron a recorrer las calles. Una hora después, todos los supermercados del área metropolitana de Barcelona estaban sin carros.
Y ni una sola alarma sonó.
Y luego, cientos de Rolser tejanos asustaron a señoras mayores huyendo de casa.
26 - En esta comunidad no se acepta publicidad.
La llave estaba bajo el felpudo del vecino pero no consiguió que le abrieran el portal. El frío, mucho vodka y la desconfianza hicieron el resto.
27 - El invitado
La llave estaba bajo el felpudo junto a una nota. Leía y sonreía al abrir la puerta. Dentro de la casa las ventanas, pintadas de negro, sumergían las estancias en una noche perpetua. Allí vivía una mujer que sufría alergia a la luz solar, xerodermia pigmentosa. Y tenía... necesidades. No podía creer su suerte.
Esperó repantingado en una butaca hasta que entre las sombras atisbó una figura turgente. La borrosa imagen de Tinder desde luego no le hacía justicia. Bajo su vaporosa túnica se adivinaban unos pechos lechosos, nunca tocados por el sol. Ella se sentó a horcajadas sobre sus muslos y se le erizó la nuca. Notó la punzada en su cuello tembloroso. Unas gotas líquido rubí tiñeron la nota de bienvenida: “Entra libremente por tu propia voluntad y deja el amor que traes contigo”. Con el pene todavía erecto se orinó en los pantalones.
28 - Preguntas sin respuesta
La llave estaba bajo el felpudo, pero no había ninguna puerta. Estaba en mitad del bosque, parado frente a lo que parecía una casa, que no tenía ni entrada ni ventanas.
Había llegado siguiendo las instrucciones de John quien me invitó a pasar el fin de semana en su cabaña aislada, hasta el punto de que no había nadie a kilómetros. El silencio que reinaba empezaba a ponerme nervioso, no se escuchaba ni siquiera un pájaro.
Rodeé la parcela pero no encontraba donde encajar la llave y la luz del sol empezaba a desaparecer. Desesperado quisé marcharme pero la voz de John y sus explicaciones me animaron a seguir buscando hasta que encontré a una persona de espaldas, me quisé acercar y justo cuando iba a descubrir quién era, me desperté en el sofá de John.
"¿Encontrasté lo que buscabas, David? ¿O lo dejamos para la siguiente sesión?"
1 - Lady Madrid
La llave estaba bajo el felpudo de la altiva dama .
El felpudo detrás de un cinturón de castidad.
El Cinturón detrás de un par de centinelas moros.
Los centinelas detrás de los muros del castillo.
El castillo detrás de un foso lleno de cocodrilos.
El foso detrás de una mirriada de carros de combate.
Los carros detrás de una extensa cordillera montañosa.
Jamás arrebatarían al Conde Osorio el secreto acceso al corazón de Lady Madrid.
2 - El gran Paulini
La llave estaba bajo el felpudo, tal como había dicho Paulini. Fletcher, director del Colossal Circus, abrió la puerta del vetusto apartamento. Había acudido a la llamada desesperada de Ben Levitsky, el Gran Paulini. "Necesito trabajo, Fletch", le dijo angustiado por teléfono. Fletch acudió por pena. El viejo Paulini estaba acabado, todos lo sabían. El habitáculo apestaba a desesperación. Paulini le recibió en una raída bata. Chasqueó los dedos. De repente, el lóbrego piso se iluminó y ensanchó. Las habitaciones se empezaron a expandir caprichosamente, sin perspectiva. Fletcher avanzaba, maravillado. Llegó a un invernadero en el que crecían plantas exuberantes. Y las flores le sonreían... Miró hacia arriba. En la cúpula, cabeza abajo, bailaba un resplandeciente Paulini en frac. Fletcher sintió un toquecito en la espalda. Era Paulini.
-Qué, Fletch.
Chasqueó los dedos y retornó a la fealdad del apartamento. Sólo brillaba la sonrisa de Levitsky.
-Sigo siendo el mejor, ¿verdad?
3 - Anime
La llave estaba bajo el felpudo, pero al otro lado no aguardaba su amada Harumi. En su lugar, un infame tsuchigumo —enviado por su archienemigo Masada, ¡cómo no!— se abalanzó sobre él. Ryu esquivó el ataque, aunque una de las patas de araña le levantó una lacerante herida. Pero él era el Guerrero de la Verdad; mientras jamás pronunciase una mentira, Ryu poseería los más formidables poderes. Restalló un relámpago, la Espada Flamígera centelleó en su mano.
—Despreciable criatura, ¿qué has hecho con Harumi? —escupió Ryu.
Su filo azul partió en dos el esternón atigrado del tsuchigumo. Un haz de luz quedó flotando en el aire. Ryu encontró a Harumi tras un biombo, temblando. Se abrazaron. De fondo empezó a sonar Nandemonaiya.
—Oh, Ryu —preguntó Harumi, anegada en lágrimas—, ¿me amarás para siempre?
—Sí.
Y sus poderes desaparecieron junto con el brillo en los enormes y desconcertados ojos de ella.
4 - La llave
La llave estaba bajo el felpudo. Y dos cartas del banco, un envoltorio de chicle y un billete de cinco euros. Es lo que trae barrer cuando tercia o no. El billete me dió una alegría, doblado, sucio, era como un premio al trabajo bien hecho. La llave me intrigó bastante, ¿de quién era?, ¿qué abría? Tenía toda la pinta de abrir una puerta, pues se parecía a la mía. No eran puertas de éstas de seguridad que tan en boga hay ahora. No, eran puertas cutres de pisos viejos que huelen a ajo y a vinagre, como los nuestros. Mía no era, podía ser de la vecina, que está para mojar pan, o del misterioso calvo de mierda que vive tras ella. Un borde al que nunca le he devuelto el saludo, porque nunca me lo dió. Lo odio. Probé en la de la chata. No. A la basura
5 - Sola ante el peligro
La llave estaba bajo el felpudo, su escondite natural, como lo es el frigorífico para los medios limones. Habían posado no menos de dos lustros desde la última comunión con su amada cerradura, una con bombín, la otra con pendiente. Un horroroso cajetín con más botones que una sotana había llegado para sustituirla, para quitarle aquel placer de ser útil, qué digo útil, imprescindible. ¿Qué habría sido de su amada...de aquel bombín?
Aunque permanecía en su segundo hogar, temía que a su fiel cobertor le llegara la hora. Casi podía notar cómo el paso del tiempo lo adelgazaba cada día un poco más. Y entonces sería su turno, iría donde todos sus viejos amigos, tan fieles con su dueño como ella misma: transistores, teléfonos de cable, televisores de aspecto pantagruélico, prendas pasadas de moda, juguetes rotos y no tan rotos…
Qué injustos con quienes tan bien nos sirvieron.
6 - Delito de desobediencia tecnológica
La llave estaba bajo el felpudo, tal y como recordaba. Resopló aliviado entrando en aquella casa semi abandonada, en la que el tiempo había pasado sólo como deterioro. Se sentó en la alfombra, mirando la chimenea con troncos mohosos, recordando sus vivas llamas, y maldiciendo la frialdad de las casas radiantes. Giró la vista al sillón tapizado azul, donde su abuelo le contaba historias de cuando, afortunadamente, no había neuronavegación ni telechats. Se desnudó para sentir las carantoñas de una bata de algodón, roída y polvorienta, en lugar de los arañazos del textil sintético exotérmico. Preparó la bañera; no sabía cuánto tiempo tenía, pues aun habiéndose arrancado el chip subcutáneo, darían pronto con él, pero quería olvidar las rociadas de microgoteo con un buen baño. Sumergido, empezó a acariciarse las muñecas con las cuchillas de afeitar del abuelo. Pasaría su última noche acompañado de su niñez entre agua color burdeos.
7 - Secretos
La llave estaba bajo el felpudo. Sintió un alivio inmenso al encontrarla allí. Había llegado como flotando, por un impulso, cuando vio salir a sus nuevos vecinos desde la ventana del jardín. Esto era diferente, mucho mejor que los supermercados o los bazares baratos donde entraba desde que los niños habían empezado la universidad. Eran tan agradables... le gustaba recordar cuando les habían invitado a cenar en su casa. Fue como entrar en una maravillosa cueva del tesoro, llena de pequeños objetos traídos de sitios lejanos. Desde entonces no había podido quitarse de la cabeza un cenicero de plata. Ahora lo tenía en sus manos, mientras su mente entraba en una profunda calma.
Lo guardó en su armario, ya repleto de cosas que no recordaba ni le importaban. Pensó en contárselo mañana a su psiquiatra, no, mejor más adelante, ahora necesitaba ese abridor de diseño italiano que tenían en la cocina.
8 - La segunda puerta del pasillo
La llave estaba debajo del felpudo. Sus padres estaban fuera, pero se había quedado con su tía abuela. “Mi tía está medio sorda, así que ven a casa y entra al cuarto de mis padres, pero nada de ruido ni encender la luz, no quiero que se despierte”
Abrí la puerta con cuidado y entré a tientas en la primera habitación. Me quité la ropa y me metí en la cama. Sin decir nada empecé a besarle todo el cuerpo. Hicimos el amor en silencio, torpemente, todavía era nuestra tercera vez y compensé mi inexperiencia con energía. De todas formas, fue muchísimo mejor que la segunda vez. Al acabar me vestí a oscuras y me marché sin meter ruido. Ya en la calle le mandé un WhatsApp:
9 - UOHT
La llave estaba bajo el felpudo; fue sencillo encontrarla y acceder a la propiedad. Lo que no fue tan sencillo fue aceptar lo que mis ojos presenciaron: Isabella se había suicidado. Aunque dejó una breve nota antes de pasar a mejor vida:
Mi querido Mario;
Lamento todo el dolor causado; sinceramente, nunca pensé que las cosas se fueran a complicar de esta manera. Lo sé, soy una cobarde; aunque si lo piensas bien, creo que le he hecho un favor a la humanidad…
Disculpa mi brevedad…
Llegó un momento en el que no encontraba una sola razón para seguir existiendo…
Disculpa también la vacuidad de mis palabras…
Sé que en el fondo, no te estoy dando pistas…
Te quiero; siempre lo hice…
Isabella
Sentí tanta pero tanta rabia, que tuve que follarme su por aquel entonces ya gélido cuerpo.
Cuando me corrí dentro de su coño, sentí cierto alivio.
10 - Persecución
La llave estaba debajo del felpudo, pero saberlo no le iba a servir de nada. Sabía que nunca podría escapar: los vigilantes de las RRSS (todos ellos millenials que habían sucumbido al discurso del odio) jamás bajaban la guardia. El Cuarto Reich los había convertido en bestias despiadadas. Cada día se llevaban a un prisionero. Tarde o temprano le tocaría a él.
A él, un anarkomarxistaleninista que había corrido delante de los grises (como llamaba a los guardias jurados que le pillaron mangando revistas en unos grandes almacenes).
En el fondo, lo mejor era que ese día llegara cuanto antes. Al menos así no acabaría como su compañero de celda, al que las torturas habían arrebatado la cordura y cabeceaba repitiendo “un negro… en una peli… de blancos”.
Tumbado en el camastro, esperaba su hora recitando un himno de la Resistencia: Primero fueron a por Arévalo…
11 - Recuerdos del hogar
La llave estaba bajo el felpudo, donde permanecía desde que estalló la guerra hacía doce años. El aspecto alrededor de su casa era desolador: los campos de hierba habían sido sustituidos por cenizas. Abrió la puerta y entró. El paso del tiempo había dejado huella. Examinó el contador Geiger: la señal era de baja intensidad, por lo que se quitó la escafandra. No podía demorarse. Colocó el recolector de recuerdos en el suelo. Al instante comenzó a escanear cada centímetro cuadrado de la casa y a almacenar los recuerdos y vivencias que allí se encontraban. Cuando terminó, emitió un pitido. Lo recogió. Con eso la Corporación tendría suficiente para crear réplicas exactas de su familia y hogar. Debía regresar a la base subterránea, pues ya anochecía y los merodeadores no tardarían en salir. Tras subirse al vehículo, apretó la llave contra su pecho. Volvería a necesitarla después de tantos años.
12 - Siete vidas a la semana
La llave estaba bajo el felpudo. Entró directo a la cocina, donde esperaban su esposa de esa noche y sus dos preciosos hijos. Una cena deliciosa y los chavales admitidos en el primer equipo. Orgulloso y satisfecho se recostó en uno de los sofás nuevos, simulando fumar un cigarro.
Pero se hacía tarde y tras arropar a los pequeños en sus literas, tomó a su mujer de la mano y pasó por seis dormitorios hasta escoger el de inspiración japonesa. El lunes, con su novia adolescente, aquel tatami había sido un triunfo. Tras amarla salió y paseó pensando en próximas cenas, camas y familias.
Revisando las cámaras como cada lunes, el supervisor de seguridad no daba crédito. La actitud del nuevo vigilante nocturno le llevó de la estupefacción al enfado hasta, a medida que empezó a comprender, sentir una inmensa lástima por aquella patética y solitaria figura en los monitores.
13 - Desintegración
La llave estaba bajo el felpudo, por lo que abrió la puerta e inspeccionó el salón. Había televisión y sofá únicamente. En la cocina abrió la nevera, la cual estaba llena de cervezas. Fue a la planta superior y vio el dormitorio con cama y armario. Allí dejó su maleta. Tras la otra puerta, el baño con un inodoro, lavabo y bañera.
Tenía lo indispensable, como quería. Bajó a la cocina y al abrir la nevera estaba vacía. Extrañado fue al salón y estaba sin amueblar. Comenzó a sudar al no entender nada y subió a por su maleta. En el dormitorio sólo se encontró su maleta. La cogió y huyó, pero la escalera no estaba. Se dio la vuelta y ya quedaba la puerta del baño, así que entró en él. La ventana era pequeña, pero intentaría escapar por ella, pero tras ese pensamiento, todo se fundió en negro
14 - La última oportunidad de Paco
La llave estaba bajo del felpudo. Paco la dejaba allí desde aquella borrachera en la que había perdido el llavero y había tenido que llamar a la puerta (del vecino) para poder entrar a casa. Uno, once...un fallo lo tiene cualquiera. Después del bochorno que hizo pasar a su mujer fue consciente de que no le perdonaría una más.
Agacharse, abrir sigilosamente, tumbarse en el sofá y, al día siguiente, fresco para ir al cumpleaños de su suegra.
Abrió las piernas, lanzó el ancla a la pared y descendió lentamente. El truel se agitaba en el aire sin presa, así que recordó que tenía ojos y bajó la mirada descubriendo el felpudo y (también) que aún llevaba el pene fuera. Al intentar guardarlo se equivocó de mano, ocasionando (si han leído bien, entenderán por qué) el impacto de su cara contra la puerta.
- ¡Caramba! - Se oyó. - ¡Qué pronto llegan! -
15 - Habitación perdida
La llave estaba debajo del felpudo: daba el poder de abrir todas las puertas y de encontrar tras ellas el lugar en el que desearas aparecer.
Pausé la serie y pensé que la idea era buena. Cuando eché la llave al salir de casa no pude evitar reírme.
Esa misma noche, mis amigos y yo andábamos borrachos, camino de casa, en uno de esos momentos en los que, al no tener nada que decir, sueltas lo primero que se te pasa por la cabeza. Dije entonces que tenía una llave mágica que habría todas las puertas. Entre risas, me pidieron que lo demostrara. Yo engordé el tema y dejé pasar los números de la calle hasta que llegamos a la altura en la que sabía que la llave se volvería mágica. Antes de abrir la puerta, les dije que fueran pensando en qué lugar querían aparecer. Yo lo tenía claro.
16 - La vida pasar
La llave estaba bajo el felpudo, que no era más que un cartón recortado de una caja de detergente en polvo. La puerta era un tronco cruzado aguantado por una cadena con un candado oxidado colgando. Uno podía entrar pasando por encima del tronco, pero no lo hacíamos nunca. Esa era la entrada a nuestro paraíso en lo alto de aquel pino de ramas planas y perfectas.
Un día los colegas dejaron de venir, y yo me fui con ellos a comer pipas delante del salón recreativo. Ahí dentro nos gastábamos la semanada y nos creíamos malos chicos.
Hoy, desde el asiento de atrás, la peque ha señalado unas casas adosadas con piscina: "cómo me gustaría que viviésemos allí papá".
Yo viví allí, pequeña.
17 - Mi teseracto particular
La llave estaba bajo felpudo. Las elegantes cortinas interiores me hacían suponer que encontraría valiosos objetos y alhajas dentro,
pero lo cierto es que la casa estaba casi vacía y solo en el sótano hallé un extraño objeto. Estaba compuesto de barras telescópicas, extraños apéndices ópticos y una especie de palanca en un lateral. Con un esfuerzo sobrehumano conseguí bajar la palanca y una imagen que levitaba sobre el objeto comenzó a pugnar por mostrarse nítidamente. Durante dos horas contemplé unas desconcertantes formas luminosas se sucedían de forma cada vez más rápida, hasta que al final solo pude percibir un haz continuo de luz. A día de hoy soy incapaz de explicar lo que vi, aunque desde entonces me siento terriblemente vacío. Nunca he vuelto por allí y casi no hablo de ello. El doctor incluso asegura que aquello es un solar vacío desde hace muchos años.
18 - El cartero.
La llave estaba bajo el felpudo, como todos los días dieciocho de cada mes impar a las diez de la mañana.
Me recibió el perro lanudo a base de gruñidos y reojos. Abrí la puerta y me dí cuenta de algo diferente.
Se escuchaban risas en el dormitorio.
Hoy, Leticia, tenía una sorpresa para mi.
Mientras Felipe viajaba a Berlín, su esposa era analmente penetrada y su amiga grababa el acto.
La amiga me guardó, en la cartera, un papel con una dirección y una frase escrita: '' Los días diecinueve de cada mes par a las once de la mañana. Elena ''.
No me imaginaba que dejar la correspondencia, en la zona de Moncloa, me iba a llevar a la presidencia del gobierno.
19 - Portal sin número
La llave estaba bajo el felpudo, las cerillas tras la antorcha. Bajó las largas escaleras de piedra. ¿Cuántas mazmorras similares habría bajo Barcelona? Excitado imaginó a su madre en bata rodillo en mano adusto gesto de disgusto. Madre, tú me hiciste así. Tras 69 peldaños —¡maldito ascensor averiado!— llegó a la gran sala. Se desnudó. Abrió una segunda puerta y se unió al carrusel.
¡OloresjugoslorzaslametonestetámenesfelpudossuculentasorangutángranosprolapsorgasmO!
También las orgías pueden volverse rutinarias. Carnes ya regozadas: el juez del Supremo, la típica infanta ninfómana, el ministro reptiliano, el enano, Virtudes, la priora del convento, el presidente de la CONCAPA… Pero hoy había alguien nuevo entre ellos. Era rubio, cojo y hermafrodita. Se mantenía apartado pero aceptaba esclavos. Directo allá fue nuestro héroe.
Incontables orgasmos después el desconocido habló. «Ahora», dijo, «vamos a sellar este pacto». Agarró a nuestro hombre y lo degolló ante caras atónitas que recibieron la sangre como una hostia.
20 - Decepción.
La llave estaba bajo el felpudo, como nunca. El piso estaba casi vacío, fotografías de antaño por los suelos, imágenes paganas de sonrisas que hacen vomitar. Al final, tampoco quería pasar mis últimos días contigo. Merecías ser feliz, pero te pudo la presión y el desamor de acompañar hasta el final. Chica hermosa te has buscado en las oscuras calles de la vida al revés.
El piso huele a pasado, entres las pocas materialidades que quedan, está el viejo piano que odiabas tanto oír, pero sin embargo te oías a ti mismo todos los días.
Arrastro mis dedos hasta las 88 y comienzo por Chopin, me despido de todo mientras mis huesos y la metástasis confraternizan más allá de la última nota. El viejo gato de enorme y colgante tripa que solíamos alimentar por complicidad se cuela por la ventana y me regala un último guiño, esta vez con sinceridad.
21 - Aquí entonces, allí ahora
La llave estaba bajo el felpudo. La luz del farol encendida. La cortina medio bajada. Parecía todo en orden. Abrió la puerta. Reinaba una quietud acechante. Escuchó una respiración cargada, después a Ernesto Moreno diciendo: “La sangre de la familia se paga con sangre… de la familia” mientras apuñalaba los dos cuerpos, el de su mujer y el suyo -con herida de bala-. No había funcionado. ¿Cuántas veces lo había intentado ya?
La ¿primera? vez
La llave no estaba bajo el felpudo. El farol roto. La cortina rasgada y cerrada. Algo no iba bien. Empujó la puerta. Gonzalo Moreno terminaba de rematar el cadáver de su mujer. Escuchó cómo cargaba un arma. Tres disparos, uno de ellos impactó en su hombro, no impidieron que saliese de la casa. Fue al cobertizo. Encendió el prototipo e introdujo la fecha y la hora. En mente, una sola idea. Matar a Gonzalo Moreno.
22 - Un día normal.
La llave estaba bajo el felpudo pero reventó la puerta de una patada, tiró todos los libros de la estantería que forraba el pasillo, deshizo las camas, puso los tapones y abrió los grifos, sacó toda la ropa del armario, cortó el cable del televisor, chupó el pan de molde y abrió los yogures, desparejó los calcetines y tiró unos cuantos por la ventana, escribió groserías en las paredes y cuando se aburrió se echó la siesta.
Al despertar se puso a recoger.
23 - Una muesca pasajera y chorros de radiación
—La llave estaba bajo el felpudo —repuso el quiromántico—. En tu mano está ahora.
Dicho lo cual, se transmutó en urraca y comprendió el vuelo. Cielo arriba y difusa, la silueta del adivino volteó una despedida entre las nubes y las estrellas, allí donde los aviones comerciales sofocan gorgoritos en turboventiladores.
Sentí que su muerte encerraba un nuevo misterio y que yo haría cualquier cosa antes que resolverlo. Guardé un minuto de silencio para otra ocasión y me fui sin pagar. En la Mal Avenida, a medio camino de mi casa, un púlsar captó mi interés. Había aparcado en las puertas de un todoenchino, sobre las que se derramaba en una cascada de latinajos fotónicos. El sonido era ensordecedor; pura distorsión que rebotaba en las paredes del cráneo y rebullía en los entresijos del pantalón. Una espiral chirriante que sólo podía significar que... ¿que qué? ¿Diga?
24 - Gazon Maudit
La llave estaba bajo el felpudo, asomando hinchada, palpitando. Puse todo el cuidado en no hacer ruido, en ser delicado, en observar cada detalle. Enseguida comprendí que en esa casa iban a tenerme mucho tiempo trabajando en el jardín, arreglando el porche... a cambio de muy poco. Guardé la herramienta y me marché.
25 - A cinco céntimos la bolsa....
La llave estaba bajo el felpudo de Ikea. Del Ikea de Hospitalet-2. Tal como le había asegurado Dimitri, el vigilante del.parking.
Luis y Juana, sorprendidos como nunca, cogieron la llave, se acercaron a la fila de carros, metieron la llave en el compartimento secreto y, oh milagro, una luz azul atravesó la hilera completa.
Y Luis, aún sin creerse lo que estaba viendo dió la orden. Corred, multiplicaos y sembrad el pánico.
Como poseídos por el mismísimo Peterbilt, decenas de carros salieron a recorrer las calles. Una hora después, todos los supermercados del área metropolitana de Barcelona estaban sin carros.
Y ni una sola alarma sonó.
Y luego, cientos de Rolser tejanos asustaron a señoras mayores huyendo de casa.
26 - En esta comunidad no se acepta publicidad.
La llave estaba bajo el felpudo del vecino pero no consiguió que le abrieran el portal. El frío, mucho vodka y la desconfianza hicieron el resto.
27 - El invitado
La llave estaba bajo el felpudo junto a una nota. Leía y sonreía al abrir la puerta. Dentro de la casa las ventanas, pintadas de negro, sumergían las estancias en una noche perpetua. Allí vivía una mujer que sufría alergia a la luz solar, xerodermia pigmentosa. Y tenía... necesidades. No podía creer su suerte.
Esperó repantingado en una butaca hasta que entre las sombras atisbó una figura turgente. La borrosa imagen de Tinder desde luego no le hacía justicia. Bajo su vaporosa túnica se adivinaban unos pechos lechosos, nunca tocados por el sol. Ella se sentó a horcajadas sobre sus muslos y se le erizó la nuca. Notó la punzada en su cuello tembloroso. Unas gotas líquido rubí tiñeron la nota de bienvenida: “Entra libremente por tu propia voluntad y deja el amor que traes contigo”. Con el pene todavía erecto se orinó en los pantalones.
28 - Preguntas sin respuesta
La llave estaba bajo el felpudo, pero no había ninguna puerta. Estaba en mitad del bosque, parado frente a lo que parecía una casa, que no tenía ni entrada ni ventanas.
Había llegado siguiendo las instrucciones de John quien me invitó a pasar el fin de semana en su cabaña aislada, hasta el punto de que no había nadie a kilómetros. El silencio que reinaba empezaba a ponerme nervioso, no se escuchaba ni siquiera un pájaro.
Rodeé la parcela pero no encontraba donde encajar la llave y la luz del sol empezaba a desaparecer. Desesperado quisé marcharme pero la voz de John y sus explicaciones me animaron a seguir buscando hasta que encontré a una persona de espaldas, me quisé acercar y justo cuando iba a descubrir quién era, me desperté en el sofá de John.
"¿Encontrasté lo que buscabas, David? ¿O lo dejamos para la siguiente sesión?"
Última edición por rudicio el Jue 13 Sep 2018 - 8:55, editado 29 veces
rudicio- Mensajes : 5314
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Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
SEGUIMIENTO VOTACIONES:
Votantes: 27
Puntos de diferencia entre el 1° y 3°: 11
Roscos: 3 o menos
Puntos 6ª posición: 9
Última edición por rudicio el Vie 14 Sep 2018 - 6:49, editado 11 veces
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Sillo pitio
Administracion supersónicamente eficiente!!
Administracion supersónicamente eficiente!!
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Que conste que estoy esperando hasta las 00:00 .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
rudicio escribió:Que conste que estoy esperando hasta las 00:00 .
Mi reloj, ahora si, lo marca
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
rudicio- Mensajes : 5314
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Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
rudicio escribió:Ya tá...
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro escribió:rudicio escribió:Ya tá...
Te va bien o la cambio ahora que eres el único que la conoce?
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Sitio.
Me gusta la frase
Me gusta la frase
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RegSound- Moderador
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Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro, aprietas más que el público de San Mamés
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RegSound- Moderador
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Fecha de inscripción : 07/11/2017
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
RegSound escribió:Sitio.
Me gusta la frase
Me alegro .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
RegSound escribió:Toro, aprietas más que el público de San Mamés
No, la verdad es que me venia mejor dejarlo preparado ahora que mañana por la mañana...
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Sugar Bug escribió:Administración precipitada.
Salakov impugnando en 3, 2, 1...
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
RegSound escribió:Toro, aprietas más que el público de San Mamés
De ahi el nick
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
FdC
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Primer (y madrugador) relato recibido .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Ostia, ni un minuto de descanso
Grande Rudi
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silver- Mensajes : 46499
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
aqui me apunto
los puntos están actualizados? mimimimi
los puntos están actualizados? mimimimi
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Pero cuando duerme la gente??rudicio escribió:Primer (y madrugador) relato recibido .
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52137
Fecha de inscripción : 07/11/2017
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro escribió:FdC
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Todavía dirá alguien que no lo entiende o que le falta un final
mugu- Mensajes : 26585
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Nomeko7- Mensajes : 38247
Fecha de inscripción : 04/11/2011
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Istivi i pinti.mugu escribió:Toro escribió:FdC
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Todavía dirá alguien que no lo entiende o que le falta un final
Stoneheart- Mensajes : 46153
Fecha de inscripción : 11/10/2011
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Stoneheart escribió:Istivi i pinti.mugu escribió:Toro escribió:FdC
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Todavía dirá alguien que no lo entiende o que le falta un final
Todavía lo presento
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
le falta principio. ....Toro escribió:Stoneheart escribió:Istivi i pinti.mugu escribió:Toro escribió:FdC
Primera leccion de vida de Hank
La llave estaba bajo el felpudo.
Todavía dirá alguien que no lo entiende o que le falta un final
Todavía lo presento
m
m señor- Mensajes : 46865
Fecha de inscripción : 27/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Venga, que esta semana la frase es sencilla, admite casi todo tipo de calzadores... Los más vagos hasta podeis reciclar el relato de hace dos rondas: "La llave estaba bajo el felpudo de la puerta del monasterio, la cual..."
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Puf, vaya frase.
Con "cerpudo", además.
Con "cerpudo", además.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
¡Administración lamentable!
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Escriban, escriban...
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
No se pué hacer ni chou.
Yomis- Mensajes : 37833
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Administración solitaria
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
¿Dónde está la llave? Matarile rile rile
¿Dónde está la llave? Matarile rile ron
¿Dónde está la llave? Matarile rile ron
mugu- Mensajes : 26585
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Bueno, ya hemos duplicado la cantidad de relatos, así que ya vamos mejor que la ronda del monasterio . Ánimo, que la frase es para todos los públicos!
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
rudicio escribió:Bueno, ya hemos duplicado la cantidad de relatos, así que ya vamos mejor que la ronda del monasterio . Ánimo, que la frase es para todos los públicos!
Depende si se toma como literal, o figurada
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro escribió:rudicio escribió:Bueno, ya hemos duplicado la cantidad de relatos, así que ya vamos mejor que la ronda del monasterio . Ánimo, que la frase es para todos los públicos!
Depende si se toma como literal, o figurada
Pues mira, si te digo la verdad, la frase es la que tenía pensada hace dos rondas, pero sabía que los chistecitos iban a salir y en vez de felpudo iba a poner alfombrilla.... Pero no es una alfombrilla, es un felpudo . Así que pensé la del monasterio... Pero esta ronda no tenía ganas de comerme mucho la cabeza .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
rudicio escribió:Toro escribió:rudicio escribió:Bueno, ya hemos duplicado la cantidad de relatos, así que ya vamos mejor que la ronda del monasterio . Ánimo, que la frase es para todos los públicos!
Depende si se toma como literal, o figurada
Pues mira, si te digo la verdad, la frase es la que tenía pensada hace dos rondas, pero sabía que los chistecitos iban a salir y en vez de felpudo iba a poner alfombrilla.... Pero no es una alfombrilla, es un felpudo . Así que pensé la del monasterio... Pero esta ronda no tenía ganas de comerme mucho la cabeza .
Hoy en dia.... las peluquerias son muy transgresoras... a ver si crees que usando “alfombrilla” te ibas a librar de chistecitos
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro escribió:rudicio escribió:Toro escribió:rudicio escribió:Bueno, ya hemos duplicado la cantidad de relatos, así que ya vamos mejor que la ronda del monasterio . Ánimo, que la frase es para todos los públicos!
Depende si se toma como literal, o figurada
Pues mira, si te digo la verdad, la frase es la que tenía pensada hace dos rondas, pero sabía que los chistecitos iban a salir y en vez de felpudo iba a poner alfombrilla.... Pero no es una alfombrilla, es un felpudo . Así que pensé la del monasterio... Pero esta ronda no tenía ganas de comerme mucho la cabeza .
Hoy en dia.... las peluquerias son muy transgresoras... a ver si crees que usando “alfombrilla” te ibas a librar de chistecitos
Tapete?
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
No hay forma humana de esquivar el chiste.... si acaso pelambrera
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Toro escribió:No hay forma humana de esquivar el chiste.... si acaso pelambrera
Ah, bueno, haber empezado por ahí .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
El lunes vuelvo a mi vida normal. Así que ya me reincorporaré con la normalidad
_________________
RegSound- Moderador
- Mensajes : 52137
Fecha de inscripción : 07/11/2017
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
RegSound escribió:El lunes vuelvo a mi vida normal. Así que ya me reincorporaré con la normalidad
Normalidad dice.... te reincorporaras como siempre, que de normal tiene poco
Toro- Mensajes : 28506
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Yo tenía una amiga que cuando se emborrachaba decía “cerpudo”. No “felpudo”, ni siquiera “ferpudo”, no: “cerpudo”.
Bueno, no es tan grave, os estaréis diciendo, ¿en cuántos contextos se puede usar felpudo? ¿Cuántas veces a la semana, al mes, lo pronuncia un ciudadano medio? Ella en todos.
«Cómeme el cerpudo», «me lo paso por el cerpudo», «cuéntaselo a mi cerpudo», era increíble la habilidad de esa amiga para intercalar esa palabra cada cinco minutos.
Me ponía muy nervioso, claro.
Bueno, no es tan grave, os estaréis diciendo, ¿en cuántos contextos se puede usar felpudo? ¿Cuántas veces a la semana, al mes, lo pronuncia un ciudadano medio? Ella en todos.
«Cómeme el cerpudo», «me lo paso por el cerpudo», «cuéntaselo a mi cerpudo», era increíble la habilidad de esa amiga para intercalar esa palabra cada cinco minutos.
Me ponía muy nervioso, claro.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Intenta contactar con ella para que nos mande un relatillo... Y ya si es autobiográfico mejor .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
Si habla así, no quiero imaginar cómo escribe.
Paso.
Paso.
salakov- Mensajes : 52354
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
a propósito,... ¿quien es el administrador?
Re: CONCURSO MICRORRELATOS Ronda 7 - Edición IV - RHONDA VENCEDORA!!!
nacho escribió:a propósito,... ¿quien es el administrador?
Bofu- Mensajes : 1283
Fecha de inscripción : 27/08/2015
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