Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:
1. Saint-Tropez
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en mi cabeza. Bueno, el Plymouth descapotable también lo conduzco en mi cabeza. Ahí dentro soy una sofisticada espía de belleza exótica que conduce ágil por las sinuosas carreteras de la Riviera. El azul del mar restalla debajo de mí, la brisa estival agita mis cabellos. Me dirijo a una importante misión a la residencia del cónsul norteamericano. Allí, en la noche fragante, una fantástica orquesta cubana descarga su ritmo frenético en el deslumbrante jardín. Conoceré a un atractivo ingeniero. Nos sentiremos irresistiblemente atraídos y pasaremos extenuantes jornadas de lujuria en Saint Tropez. Hasta que descubra que mi amado es, en realidad, el contrincante soviético que estaba buscando y la lealtad hacia mi país y mi pasión desbocada se verán enfrentadas...
Y así paso las horas muertas en esta mierdosa delegación de Hacienda a la que me han destinado.
Las fantasías que tienen lugar al abrigo de las estadías en la oficialidad del estado, créanme, son bastante más grisáceas y ordinarias, y tienen más que ver con la envidia y el recelo, que con la simpática historia que describe el relato.
★★★★★ ☆☆☆☆☆ 6/10
2. Sonidos de Cuba
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, “Siboney”. La camisa de flores y el canotier me confieren un aspecto inmejorable. Contemplo, en la acera, a dos bellezas de piel trigueña junto a las que me detengo. Les dedico una de mis mejores sonrisas. Ambas me la devuelven, mostrando unos preciosos dientes blancos. Observan, divertidas, al macaco que viaja conmigo en el asiento del copiloto y le ofrecen un trozo de coco, que mi compañero acepta con agrado. Ambas ríen con ganas, y les invito a montar en el asiento de atrás. Se miran entre sí y, entre sonrisas, acceden. Arranco el auto mientras se acomodan, y comenzamos una distendida charla. Quedo callado bruscamente al escuchar los gemidos ahogados procedentes del maletero. Ellas no parecen haberse percatado. Subo el volumen de la radio al máximo para silenciarlos y, al son de "Tres lindas cubanas", nos adentramos en la espesura.
Está bien traído. Para mi gusto hay demasiado exceso en resaltar el hecho de que se está en Cuba. Sin esos detalles el relato se lee más fácil.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
3. Volver a Extremadura
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y la brisa despeina a la mulata sentada en el asiento del copiloto. La verdad es que dejarlo todo y venir a Cuba ha sido todo un acierto. La vida en Extremadura era un infierno. Nunca debí haberme casado con Maricarmen, la odio, a ella y todo lo que representa: el pueblo, el trabajo y esa tartana de Clio. Llevo veinte años haciéndolo. Pero ya no importa, todo queda atrás cuando siento esos labios. Ya saboreo lo que me espera esta noche aunque de momento me basta con conducir esta maravilla. Vaya, parece que toca repostar.
Salgo de la gasolinera. El coche no está. Ella tampoco. Noto como el pulso se agita, me niego a creerlo, vuelvo a mirar. No están. Me han robado el coche y la noche.
Esto con Maricarmen y el Clio no pasaba.
Humor negrísimo. Alguna nota sexual y de mal gusto le habría ido muy bien.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
4. Cansado de andar con prisa
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Muy bien traído y con mucho sentido. Muy bien.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
5. Cambio de registro
-Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón…
-Joder, Kako, desde que probaste el bizcocho escribes unas cosas más sofisticadas...
No soy seguidor de la saga de Kako, pero entre tanto literato tiene mérito concursar con ella; por esa razón aprueba con dignidad.
★★★★★☆☆☆☆☆ 5/10
6. En los garajes de la memoria
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón por encima de ronroneo del V8. Adoro este coche, he sentido siempre una inexplicable inclinación fetichista hacia este modelo. Voy camino de casa de mi tía, ella ha sido lo más parecido a una madre desde que la mía falleció cuando yo tenía tres años. Mi padre, planeó entonces nuestro exilio en pos de un futuro mejor. Durante estos años he estado recibiendo algunas cartas suyas, traídas por alguien de su círculo cercano que había recorrido con éxito las noventa millas que separan Cuba de tierras americanas. Hasta hace poco me he negado a leerlas, imagino que la rabia y el sentimiento de abandono es normal en estos casos. Ayer dejaron otra carta, venía acompañada de una foto que me hizo sonreír: una en blanco y negro en la que mi padre me sostiene en brazos delante de un Plymouth.
Buen relato, quizá, con demasiadas explicaciones. A la nostalgia hay que amasarla un poco más para que suba hasta el punto deseado.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
7. Promesas
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, recorriendo la carretera costera y discutiendo qué hacer con el botín del último gran golpe. Entonces vemos a la policía persiguiéndonos con la sirena y las luces destellando.
-¡Acelera Carlos!- grita Luis. Tomo lo más deprisa que puedo las cerradas curvas de la carretera, pero la policía está a punto de alcanzarnos.
-¡Coged las pistolas!- les grito, y disparamos mientras las balas de la policía rozan nuestras cabezas. Afortunadamente, alcanzamos las ruedas del coche policial y podemos dejarlo atrás.
-¡Carlitos, a cenar!, y los demás, cada uno a su casa, ¡venga!
Todos corren a sus casas y Carlitos, de pie ante el viejo y oxidado Plymouth de su abuelo, se promete a sí mismo que un día lo reparará y que recorrerán juntos el mundo. Mientras el chico regresa a casa y sin que nadie lo vea, el coche sonríe.
Quién no ha estado ahí. Lo único que no me gusta es la (doble) parte final. Ya habíamos tragado el anzuelo; estaba hecho, no hacía falta más.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
8. Vampiro en La Habana
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón mil veces escuchado. Pronto saldrá el sol y con él llegará mi noche, así que enfilo la Avenida del Malecón y dejo que el salitre se mezcle con la sangre todavía fresca en mis encías.
Imagino mis enrojecidos ojos en el retrovisor y siento los recuerdos agolparse, indistinguibles, como los créditos interminables de una película vivida entre tinieblas. Es esta noche cubana que peno y disfruto desde siglos atrás, siempre al lado de esas pieles mulatas que bailan, sudan y aman. Siempre al albur de un beso robado y una yugular desnuda. Hasta que finalmente aparco tras la abandonada ciudadela que ahora alberga mi sueño diurno, echando un último vistazo a la lejana bahía y sus luces; y pienso, como cada noche, que si existe un lugar en el que pueda soportarse la condena a no morir jamás, es esta isla.
Muy bien traído. Todo está clarísimo y escrito con sencillez.
★★★★★★★★☆☆ 8/10
9 .Volar
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Recorro calles desiertas pues todo el mundo ha ido a escuchar el discurso del comandante.
Circulo junto al mar y puedo oír las olas rompiendo cerca de la carretera. Me pregunto por qué vienen a morir aquí, por qué no toman la dirección contraria.
Contemplo el vuelo de las gaviotas y las envidio. Siento que soy un exiliado pero no de mi tierra, de la cual no he salido nunca, sino de mi tiempo. He nacido demasiado pronto. O demasiado tarde, no estoy seguro.
Me llega un rumor de gente y empiezo a distinguir su voz: casi he llegado al lugar del discurso. A pesar de todo, estoy disfrutando de la música y de mi Plymouth. Se conduce bastante bien teniendo en cuenta que tiene tantos años y que va cargado de explosivos.
Tiene una frase buenísima, pero... el final... Para mí estaba perfecto con dos líneas menos: perfecto.
Los finales no tienen porqué ser siempre una triple salto mortal. En fin.
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
10. Cierra los ojos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1.954 mientras suena un danzón: Siglo XX de la Orquesta Romeu. Las notas se entremezclan con el llanto de la pequeña Zoe, otra noche más que mis vecinos, Iván y Tatiana la habrán dejado al cuidado de su abuela Celia, sorda como una tapia.
Una fétida vaharada se libera entre las sábanas, arrugadas por el miedo, convirtiendo mi respiración en una náusea: son las interioridades de mi Raúl, las únicas que es capaz de compartir conmigo cada noche. Una sirena sacude la noche alejándose en la oscuridad mientras me repliego sobre mí misma cerrando los ojos en busca de Mario, a quien dejé apoyado en la puerta de mi convertible azul. Vuelvo a caer en sus brazos y en los de Siglo XX de Romeu, mucho más evocador que el XXI, al que me enfrentaré por la mañana.
Es ingenioso, aunque tremendo, y conecta muy bien las partes del relato. Al leerlo varias veces me gusta más. Únicamente me sobra la vaharada, pero es cuestión de gusto personal.
★★★★★★★★☆☆ 8/10
11. Sancho Panza Belicoso
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón matancero. Intento garabatos con el humo de mi último Sancho Panza Belicoso, pero la brisa que entra por la ventanilla los emborrona. Notas de madera y café tostado me devuelven a la isla y a él. Aquella noche bailamos a escondidas al son de “Hoy estás quizás más lejos” de Pablo cuando se me declaró, juguetón. Le rechacé, claro. Por la mañana me fui de su cama mientras aún dormía. Me llevé al exilio la afición a fumar puros y la tristeza.
Dicen que muchas cosas han cambiado allí. Ahora quizá podríamos pasear de la mano por el barrio chino, tras la Puerta de los dragones. O bailar juntos en bares de moda.
Al llegar, el portero comenta algo sobre lo gris del cielo de Miami hoy, y que mi esposa me ha conseguido otra caja de habanos.
Entro en casa.
Excelente. Sin más.
★★★★★★★★★☆ 9/10
12. El “Cuñao”.
“…conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón y entonces…”…seguía ladrando el necio, cuando desconecté.
Y es que a esas alturas de las Navidades mi límite de paciencia ya había sido rebasado con creces, y la mirada de los mil metros estaba tatuada en mi cara. No lo aguantaba más. Sabía de todo; desde alta gastronomía hasta nanorrobótica, aunque sus especialidades eran fútbol y meteorología.
Andaba yo de campaña contra el postre después de otra tremenda comilona, así que no me percaté de la situación; el resto de la familia había salido de la habitación para ir a ver los regalos y sólo estábamos él y yo en la estancia. Me pilló desprevenido, con la guardia baja, totalmente vulnerable. Cuando levanté mi cara del plato tenía su horrible rostro pegado al mío y exclamó: “pues esta tarde llueve. Te lo digo yo”.
No había salvación para mí.
El cuñadismo, ese fenómeno que está en todos lados... solo que, todos somos el cuñado de alguien, no lo olviden.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
13. Amores cubanos
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón camino de la villa que mi socio indiano tiene a bien prestarme en mis frecuentes visitas, no por amistad, sino por interés, pues tras esas muecas que cree sonrisas de complicidad veo una marca blanca de mi mismo.
Allí me espera un fin de semana de placer y lujuria con la bella Odalys, mi mulatita preferida. Apenas veinte años, casi como la menor de mis hijas. ¿Qué os voy a contar? En el maletero, como siempre, un par de vestidos fuera de temporada, unos pares de zapatos de mercadillo y toneladas de promesas.
Vosotros diréis menudo cabrón, y yo os digo me importa una mierda, hipócritas. Todos desearíais poder estar en mi lugar ahora mismo, conduciendo un Plymouth Belvedere 1954 con una mano en el volante y la otra sobre la cabeza en vaivén de la bella Odalys.
He perdido la cuenta de las mulatas que han salido y sospecho que Odalys no será la última.
Me pregunto de qué cosas habla esta gente, y cómo soportan el tiempo cuando el sexo acaba, o quizás no acabe nunca...
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
14. Acuarela Rojo-Plymouth
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón alegre. Rectifico con mis ojos el brillo del mar, dejo atrás playas de arena blanca, en mi fantasía siempre igual. Pronto llegaré a Cienfuegos, donde en la Plaza José Martí aguardará ella. Hoy, ¿cómo la compondré? Morena sin ser mulata, ojos negros, labios de chocolate... solo imaginarla provoca mi erección. Soy consciente de la duermevela de mi cuerpo real —hojaldrado, ulceroso, en coma inducido hace un lustro—, pero esta representación entre lo virtual y el sueño lúcido satisface mis ansias de inmortalidad. Aquí siempre seré joven, vigoroso, feliz: mi universo mental soberano, esta realidad algorítmica plegándose ante mi voluntad.
El motor ronronea, el danzón de la radio deja paso a Just like heaven. Bendito cielo que impide oxidarse el rojo-Plymouth. Bienvenida arcadia de la eterna juventud donde ayer asemejará a mañana. Sin conflictos ni dolor. Sin ojalás.
Y sin embargo.
Tiene cosas muy buenas (la mayoría) y cosas menos buenas (la erección, la elección musical de The Cure, no por ser The Cure, sino por que lo encuentro incombinable con un danzón alegre y con un Plymouth del 54; eso y la arcadia de la parte del final ).
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
15. Summer of '69
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón, camino del desguace. Odio el ritmo, pero la emisora se quedó atascada en esa frecuencia cuando salía con mi primera novia, con la que compartí cientos de kilómetros. Intento camuflar con la música el traqueteo del motor, que ya no se molesta en esconder que está en las últimas.
El sonido de los frenos es ya muy estridente, pero siempre me recuerda a aquella vez que tuve que pisar a fondo para no atropellar a Toby, aquel beagle que dejó roída la tapicería de atrás la noche que fuimos a ver Easy Rider al autocine.
Los amortiguadores también sufrieron, en aquellos tiempos este coche era el único lugar donde podíamos intimar a espaldas de nuestros padres.
Perdido en mis recuerdos, me pasé la salida para llegar al desguace... y me encontré tarareando al ritmo de la música, destino perdición.
Por fin, un coche como protagonista. El interlineado es un poco excesivo, pero la idea me gustó mucho. Buen trabajo.
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
16. Blitzkrieg Bop
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón con la mulata de turno que he conocido hoy en el club. Ahora mismo no sabría si se llama Cristina, Wendy o Laura Elisa. Me pide permiso para cambiar la radio y al resintonizar suenan unos acordes muy reconocibles a lo que me dice:
-Uy, "Hey! Ho! Let's Go!". No la soporto.
-Se llama Blitzkrieg Bop.
Es ahí cuando me doy cuenta de que hacía mucho que no quería esto. Que quiero ser feliz. Que la mujer sentada en el asiento del copiloto sea todos los días la misma y que atrás haya dos críos llamándome papá y peleándose porque uno quiere poner The Beatles y el otro Primal Scream. Que pueda quedarme en casa sólo y no llorar porque en unas horas llegarán ellos. En definitiva, tengo que romper el postureo y empezar a vivir.
Empiezo a pensar que las mulatas son las únicas pobladoras de Cuba. Además, Luego resulta que los críos se pelean por XXXTentación y Nicki Minaj.
Espero que nos cuente el desenlace dentro de unas cuantas rondas.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
17. Notas del Agente 638
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en Radio Habana. ¡Faílde!
Disfraz: guayabera, habano en boca y sombrero Panamá.
Tapadera: comerciante de bolígrafos, Plumas Siboney, ¡escribirá como un rey!
Compañera: «Celina» (Agente 637).
Misión: seducir y matar al Comandante.
Método: bolígrafo envenenado.
Misión secundaria (secreta): seducir a Celina (¡dentro Danzón!). «¿Bailamos?»
Obstáculos:
Lunes: Celina oye una rumba en un solar y desaparece chancleteando.
Martes: La añoro. Calor, humedad. Habano mojado, infumable.
Miércoles: El Plymouth tose y revienta en pleno malecón. Se forma tremendo bochinche.
Jueves: La añoro.
Viernes: Se me vuela el Panamá. Cuando se seca el habano, me roban el mechero.
Sábado: Comitiva de tartanas y cafeteras. Diviso a Fidel. ¡Comandante, comandante! Lo abrazo, le entrego la pluma. La agarra del revés y suelta el veneno sobre el discurso (¡*@#!). Me arrestan.
Domingo: La añoro. Escribo a la CIA: «Abort mission!»
Lunes: Responden. «Fuck off!»
Martes: La añoro.
Yo es que no tengo humor, pero me descubro ante estos (necesarios) alardes de ingenio. Nota alta para usted, y muchas gracias por alegrarnos
★★★★★★★★☆☆ 8/10
18. De Cine
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Las chicas del malecón me miran, ¡Qué bellas son! ¡Qué bellas y decadentemente listas! Mi camisa pseudo hípster ayuda. ¡Vaya si lo hace! Hago ver que fumo, mientras diviso El Morro al fondo, y recuerdo a aquella morena de ojos azabaches, y sus chocolateadas curvas brincando sobre mi cuerpazo fibrado unas noches atrás. ¡Qué triste es la remembranza cuando ansías recuperarla! ¿Acaso vivimos de latigazos pretéritos que nos recuerdan quienes somos, o quizá quienes fuimos? ¡Qué sé yo!
Me encamino hacia La Zorra y el Cuervo. Esta noche tocan mis chicas, el genuino y colorista septeto habanero de Los Cayos. Todas estudiaron, todas quisieron ser Omara; todas lamentarán haberse acostado conmigo. Soy su perdición, pero adoran mi arma, mi azote, mi aliento en sus cogotes mientras las penetro…
- ¡Ernesto, joder! ¡Quieres bajar del puto coche!
- Voy – cabizbajo.
Otro grandísimo golpe de humor. Excelente. Mis felicitaciones (pero penetrar es algo poco humano, ha de buscar usted algún verbo más cerdo, más guarro; lo que hacen las personas y no las taladradoras, ya me entiende).
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
19. La molienda.
Conduzco mi Plymouth Belvedere de 1954 mientras suena un danzón por la radio. Me dirijo a la plantación Osvaldo Reynoso. Allí apareció otro cuerpo anoche y el lugar empieza a oler a podrido: es el tercer cadáver este mes. Nadie quiere saber nada, apartan la mirada y cualquier esfuerzo por sacarles una palabra resulta inútil. En el lugar del hallazgo, igual que ya sucediera, encuentro sangre, plumas, y restos de santería junto a un cuerpo mutilado y sin cara. Como estos flojos no quieren ni verlo, cuanto menos tocarlo, yo mismo lo cargo en el maletero. Al acabar me seco la frente y enciendo un habano; el humo se dispersa y observo que los desgraciados vuelven a doblar el lomo en el cafetal. Pienso en si cesarán las protestas, en si habré de colocarles otro muertito; pero también pienso en el Cadillac Eldorado que Don Osvaldo ha prometido.
Muy bueno. Tiene cohesión interna, inédito el tema de la santería y además no sale ni una mulata. Buen trabajo.
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
20. 1 de enero de 1959.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La vieja Cuba que he conocido está a punto de desaparecer. Subo al avión que me llevará a la España de Franco, y mientras tarareo Las alturas de Simpson de Miguel Faílde, no puedo evitar alegrarme por el exilio dorado que me espera.
Me falta un poquito de alma aquí, un algo más.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro.
Sencillo pero efectivo. Igual que en el anterior, echo en falta un poquito de algo más, más o menos como las últimas líneas pero más sostenido.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
Qué tremendo. Muy buen trabajo.
★★★★★★★☆☆☆ 7/10
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
Qué bonito y qué sencillo. Bravo y felicidades.
★★★★★★★★★☆ 9/10
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Quizás es la acumulación de relatos pero no lo acabo de entender. No sería justo para usted que yo valorara algo que soy incapaz de entender; por esa razón no lo puntúo. Mis disculpas.
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
Me gusta el final pero no me gusta tener que buscar Smith and Wesson, aunque entiendo que usted manda en su relato.
★★★★★☆☆☆☆☆ 5/10
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Miseria también hay. Ha de haberla por fuerza. No habría estado mal un poco más de contraste, a mi parecer, aunque la intención y la idea se ven claramente.
★★★★★★☆☆☆☆ 6/10
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Brillante. Muy bien narrado. Le penalizo únicamente por el mariscal fascista, se me sale de órbita. Por lo demás, como ya dije, está muy bien contado.
★★★★★★★★☆☆ 8/10
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Señoras y señores,
He comentado y valorado los relatos con puntos del 1 al 10.
No lo tomen a mal ni se sientan molestos: mis comentarios no valen nada y yo no soy nadie.
Solo he querido hacer un pequeño experimento y variar un poco el modo de comentar
para hacerlo más entretenido y ofrecerles algo nuevo.
Espero que les haya entretenido,
Saludos,
DON- Mensajes : 8828
Fecha de inscripción : 12/11/2015
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Me quito el sombrero, Sr. DON...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Enorme ese DONShow!!!!
Innovando, y alegrandole el día a Sachs de paso con el 0-10
Genial!!!
Innovando, y alegrandole el día a Sachs de paso con el 0-10
Genial!!!
Toro- Mensajes : 28428
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Sólo un pero a DON: le han faltado 2 relatos... jajaja
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:Sólo un pero a DON: le han faltado 2 relatos... jajaja
Tremendo... eso puede dar una idea del tiempo que lleva preparando el post
Toro- Mensajes : 28428
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Espectacular el amigo Don! Esta noche comento los relatos que me quedan...
Criminal pentatónico- Mensajes : 7949
Fecha de inscripción : 09/09/2009
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Toro escribió:Hank escribió:Sólo un pero a DON: le han faltado 2 relatos... jajaja
Tremendo... eso puede dar una idea del tiempo que lleva preparando el post
Un ratillo seguro...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Don, vaya profesor...
¡Algún penco! ¡Algún capón! ¡Algún reglazo! ¡Algo!
¡Algún penco! ¡Algún capón! ¡Algún reglazo! ¡Algo!
salakov- Mensajes : 52117
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
salakov escribió:Don, vaya profesor...
¡Algún penco! ¡Algún capón! ¡Algún reglazo! ¡Algo!
Puedes abrir camino a machetazos
Toro- Mensajes : 28428
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:Me quito el sombrero, Sr. DON...
Magnífico repaso.
Sin desmerecer los de reg, toro y crimi, igualmente lúcidos.
Gracias a todos por el tiempo empleado.
Eloy- Mensajes : 85366
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Toro escribió:Criminal pentatónico escribió:Hank escribió:16. Blitzkrieg Bop
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón con la mulata de turno que he conocido hoy en el club. Ahora mismo no sabría si se llama Cristina, Wendy o Laura Elisa. Me pide permiso para cambiar la radio y al resintonizar suenan unos acordes muy reconocibles a lo que me dice:
-Uy, "Hey! Ho! Let's Go!". No la soporto.
-Se llama Blitzkrieg Bop.
Es ahí cuando me doy cuenta de que hacía mucho que no quería esto. Que quiero ser feliz. Que la mujer sentada en el asiento del copiloto sea todos los días la misma y que atrás haya dos críos llamándome papá y peleándose porque uno quiere poner The Beatles y el otro Primal Scream. Que pueda quedarme en casa sólo y no llorar porque en unas horas llegarán ellos. En definitiva, tengo que romper el postureo y empezar a vivir.
Un hombre con ganas de sentar la cabeza. Imagino que llega el momento en que te apetece sentar la cabeza...a mí me está tardando mucho en llegar, voy por la tercera o cuarta juventud Eso sí, tengo mi pareja y mi niño y fetén fetén
Critica subrepticia a los ruokers? .... Tiene pinta. El momento del punto de inflexión. Que ojo, se puede atravesar y seguir oyendo rock... y danzón si se quiere... Aquí ya no hay artificios, giros o golpes finales impactantes, hay una bofetada de realidad sobre la pose y el momento en el que tenemos que tomar la decisión de pasar de un modo de vida a otro... Es una importante y gran reflexión vital, y la clave de todo el relato, incluso obviando la puyita roker
Es verdad lo que dices, es muy posible que sea totalmente irónico el relato y que en verdad quiera estar siempre de choteras
Criminal pentatónico- Mensajes : 7949
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hasta que no tenga 30 relatos no cierro
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Me voy a ver a los Model Rockets...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
4. Cansado de andar con prisa
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Me ha gustado mucho este, despreocupado. Ya el Plymouth y el danzón lo llenan todo. Sin prisa, no necesito más.
PD: me paso por aquí de pascuas a ramos aunque estas últimas semanas miro cuál es la frase. Me gustó mucho el relato del cerdito hucha, la vida misma, un humor negro elegante.
Kupak- Mensajes : 29306
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Vamos allá con un último esfuerzo....
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
Sencillo y bien bonito
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
Este es muy pulp Fiction ¿no? Muy bien conseguida la tensión en el relato
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
El principio es brutal, muy poético. Me encanta la imagen de la luna reflejada en el charco, luego pierde algo de tensión andes de un final magistral
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Este es efectivo al máximo
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
Veo una mezcla entre la bruja avería y Narcos o el padrino
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Este captura de forma cojonuda el espíritu y el ánimo de la gente de allá, gran relato
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Veo el poder del perro aquí...lástima de las 150 palabras, es el arranque perfecto de algo más grande
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
¿Es una alusión a "se ha escrito un crimen"?
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
Sencillo y bien bonito
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
Este es muy pulp Fiction ¿no? Muy bien conseguida la tensión en el relato
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
El principio es brutal, muy poético. Me encanta la imagen de la luna reflejada en el charco, luego pierde algo de tensión andes de un final magistral
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Este es efectivo al máximo
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
Veo una mezcla entre la bruja avería y Narcos o el padrino
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Este captura de forma cojonuda el espíritu y el ánimo de la gente de allá, gran relato
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Veo el poder del perro aquí...lástima de las 150 palabras, es el arranque perfecto de algo más grande
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
¿Es una alusión a "se ha escrito un crimen"?
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
Criminal pentatónico- Mensajes : 7949
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Que grande crimi!!!
Hank, durante la noche te paso el formulario, que aun no se cuando se va a cerrar la recepcion
Hank, durante la noche te paso el formulario, que aun no se cuando se va a cerrar la recepcion
Toro- Mensajes : 28428
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
Buenísimo. Anhelo como vía de escape
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Humor que oculta política. Genial
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
Asesino a sueldo sin escrúpulos. Mola
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Este da en el clavo. Muchas veces mejor pobre y feliz que rico y amargado
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Que bueno. Vaya nivel los últimos
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
Me ha recordado a uno que presente yo, pero eran 3 los míos.
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
Que gran imaginación teneis. Habeis escrito un relato desde el punto de vista contrario a otro relato
_________________
RegSound- Moderador
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salakov- Mensajes : 52117
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Tremendo el Don show. Mis diseses.
Ecthelion- Mensajes : 49388
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Toro escribió:Que grande crimi!!!
Hank, durante la noche te paso el formulario, que aun no se cuando se va a cerrar la recepcion
Cerrada está; ahora publico el número 30...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
gracias, Torísimo... cuando tengas lo del formulario, please, házmelo llegar con las indicaciones y lo pongo en el primer post...
y gracias al resto, me habéis hecho muy feliz... verdaderamente, y de alguna manera, ha sido como regresar a Cuba...
y gracias al resto, me habéis hecho muy feliz... verdaderamente, y de alguna manera, ha sido como regresar a Cuba...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
y joder, Benny Moré... sois unos putos grandessss
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Hank escribió:30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
Me ha encantao este "warp" belvedero, el ron y los limones dan aroma especial a la cosa... una pena lo del despertador, si hubiese terminado en rojo daba para final alternativo a 2001.
Kupak- Mensajes : 29306
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Jajajajaja. Estaba intrigado hasta llegar al final. Muy buenoHank escribió:30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
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RegSound- Moderador
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
17 3 points
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El de 3, no lo ha superado ninguno, me enganchó desde la primera vez
El de 2, me encanta como el título da sentido al relato, que es muy divertido también
Los dos de uno: le dan vueltas nuevas a temas recurrentes, el de los vampiros y el del sueño, que además es común en varios relatos de la ronda. Me quedo con este por lo bien descrito de la facilidad de cambiar de tema en un sueño y como soluciona la vuelta a la realidad, sunday bloody sunday
Bona nit desde Chile
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Mis votos
Para incorporar al formulario
El de 3, no lo ha superado ninguno, me enganchó desde la primera vez
El de 2, me encanta como el título da sentido al relato, que es muy divertido también
Los dos de uno: le dan vueltas nuevas a temas recurrentes, el de los vampiros y el del sueño, que además es común en varios relatos de la ronda. Me quedo con este por lo bien descrito de la facilidad de cambiar de tema en un sueño y como soluciona la vuelta a la realidad, sunday bloody sunday
Bona nit desde Chile
tacitus- Mensajes : 42057
Fecha de inscripción : 18/05/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
21. Un día más en la oficina
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
Un tono ligero y llevadero que se agradece, no sé muy bien por qué pero desprende continuamente optimismo, te va metiendo perfectamente en el día a día del conductor y en todo el ambiente, además te deja con las ganas de saber más de su vida, que hace para el estado y demás... es muy placentera la sensación de tranquilidad y felicidad que transmite con el mensaje final...
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en un balcón que asoma al Paseo del Prado. Voy hacia el Capitolio canturreando esa melodía contagiosa. Acabo de dejar a cuatro turistas y voy a recoger a los siguientes. Les hago el mismo recorrido, a menudo las mismas bromas y con frecuencia nos ponemos serios. Les explico mi doble trabajo, conduzco esta maravilla que es lo que me da de comer. También trabajo para el estado. Mis estudios de ingeniería y algo de ingenio que heredé de mi mami me sirven para tener el auto siempre a punto. Les hablo del presente de aquí, con entusiasmo sincero. Porque hoy hace sol, esta tarde descargará un aguacero y mañana volverá a salir el sol. Se vive bien en La Habana si no te preocupas mucho por el futuro
Un tono ligero y llevadero que se agradece, no sé muy bien por qué pero desprende continuamente optimismo, te va metiendo perfectamente en el día a día del conductor y en todo el ambiente, además te deja con las ganas de saber más de su vida, que hace para el estado y demás... es muy placentera la sensación de tranquilidad y felicidad que transmite con el mensaje final...
Toro- Mensajes : 28428
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
22. Maldito badén
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
Relato impactante con semigiro... más que un golpe final, va aumentando la tensión a medida que avanza y a la vez las sorpresas, de la muerte, y del hijo. Terrorífica situación imaginar lo que es vivir una desgracia así en vida y también en muerte, como ha dicho crimi tiene un toque pulp fiction, incluso una narración tarantiniana... ya he aprendido el nombre de un arma de mano, siempre se agradece aprender
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. Inspiro profundamente para tranquilizarme paladeando mi tierra; cómo suena, cómo huele. Su brisa me abraza, haciéndome olvidar el punzón helado que aprieta mi nuca.
No quiero volver a cruzar su mirada por el retrovisor; tiene la misma que cuando le eché de casa por última vez, tras robarnos las joyas para comprar algo y pincharse. Prefiero no tentar a la suerte ni a sus nervios, y que, a pesar de ese temblor típico de la abstinencia, siga intentando sujetar firmemente su Makarov semiautomática.
Trago saliva; no aprecio sabor... tampoco siento la lengua, ni la gélida presión en la nuca… Solo frío galopando desde mis pies, mientras empiezo a saborear un ardor metálico. Veo el volante teñido de rojo y por el espejo, la cara desencajada de mi hijo. El último compás del danzón había escondido la detonación del silenciador, casi imperceptible.
Relato impactante con semigiro... más que un golpe final, va aumentando la tensión a medida que avanza y a la vez las sorpresas, de la muerte, y del hijo. Terrorífica situación imaginar lo que es vivir una desgracia así en vida y también en muerte, como ha dicho crimi tiene un toque pulp fiction, incluso una narración tarantiniana... ya he aprendido el nombre de un arma de mano, siempre se agradece aprender
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
23. Vía de escape
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
Tenemos de nuevo el sueño; curioso las veces que se repite, enhorabuena Hank, porque eso me da a entender que algo que has vivido, muchos lo perciben como un bonito sueño a realizar. Tiene un giro que ocupa la mitad del relato, así que no es tan sorprendente, pero encaja mejor así para darle el toque estético al relato, que es el equilibrio del paralelismo y en contraste entre lo que vive rutinariamente y lo que sueña o anhela
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón que rompe el silencio de la noche. Piso los charcos de la ya pasada lluvia, con mi rueda rompiendo la luna en mil fragmentos. Al alba detengo el coche, miro el cielo azul y respiro el aire puro. Desde mi izquierda llega una idílica algarabía procedente de las aves, fusionándose con el rumor lejano de las olas golpeando sobre la tierra firme.
Estos sonidos son interrumpidos de forma brusca por un pitido que se acrecienta hasta que me incorporo para detener el maldito despertador. Tras desayunar me espera el habitual atasco en mi Seat Ibiza, acompañado de los pitos constantes y el reguetón que emerge de la radio. Desde la ventana de la oficina compruebo abatido cómo el edificio de enfrente no permite ver el Sol. De vuelta al escritorio, miro mi postal de Cuba y la guardo en el cajón.
Tenemos de nuevo el sueño; curioso las veces que se repite, enhorabuena Hank, porque eso me da a entender que algo que has vivido, muchos lo perciben como un bonito sueño a realizar. Tiene un giro que ocupa la mitad del relato, así que no es tan sorprendente, pero encaja mejor así para darle el toque estético al relato, que es el equilibrio del paralelismo y en contraste entre lo que vive rutinariamente y lo que sueña o anhela
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
24. Piscina y pregunta
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Conciso y desafiante, es dificil en tan corto espacio transmitir las sensaciones del lugar... sensaciones casi sociales, de como funciona, de como se piensa y como reacciona ante un inconveniente como esa lluvia, y también las sensaciones políticas, esas inquietudes marcadas curiosamente desde niño sobre el capitalismo y el régimen. La imagen comparativa de la actitud del protagonista como simil del capitalismo, me parece muy certera y gráfica, un acierto
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena el danzón y cae de pronto tremenda tromba de agua. La ciudad se demorará colapsada meses; el carro no volverá a arrancar.
Y la pequeña Elisenda tendrá así una piscina con ruedas en la trasera de la casa. Y me dirá un día de calor: - güelo, eso que hacías de ir en el coche mirando a la gente como por encima…¿es capitalismo?
Conciso y desafiante, es dificil en tan corto espacio transmitir las sensaciones del lugar... sensaciones casi sociales, de como funciona, de como se piensa y como reacciona ante un inconveniente como esa lluvia, y también las sensaciones políticas, esas inquietudes marcadas curiosamente desde niño sobre el capitalismo y el régimen. La imagen comparativa de la actitud del protagonista como simil del capitalismo, me parece muy certera y gráfica, un acierto
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
25. El encargo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
A medio camino entre el nano, muy bien elegidas las frases, estéticamente incluso es agradable. Me ha hecho aprender con la Smith and Wesson también, da mucha información con pocas palabras; la profesión, la actitud del prota, rasgos suyos de cultura con la palabra papito, y la mención al mal y al capital. Conceptualmente muy certero
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Desde luego hay que ver lo bien que se vive en Miami.
Voy a preparar la Smith and Wesson para León.
Dinero fácil, ven con papito.
¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!
A medio camino entre el nano, muy bien elegidas las frases, estéticamente incluso es agradable. Me ha hecho aprender con la Smith and Wesson también, da mucha información con pocas palabras; la profesión, la actitud del prota, rasgos suyos de cultura con la palabra papito, y la mención al mal y al capital. Conceptualmente muy certero
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
26. El paraíso.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Muy bien como transmite las sensaciones, el uso de los sentidos, sin giro, solo describir, lo impactante es lo conseguida que está la descripción, acabas prácticamente viendo ese país al otro lado pero no añorandolo para nada, mientras aún se está saboreando ese montón de experiencias que nos ha contado justo antes, genial la descripción de lo que provoca la música, la revolución las pateras, la risa y las horas del día y de la noche. Si el autor no lo ha vivido me sorprendería mucho, pero tiene más mérito aún
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón. La música es patria eterna de La Habana. Se cuela por cada rincón del Malecón lanzando guajiras. La música en La Habana mueve caderas, plancha guayaberas, late corazones y saca sonrisas de las paredes descalichadas.
Mi Plymouth Belvedere 1954 es el complemento perfecto para perderme entre ritmos mulatos, humo de habano y ron. Me lleva por avenidas con olor a revoluciones, a pueblo esperanzado y a pateras hundidas.
Al caer la tarde, pienso ensimismado en la habilidad de los habaneros para reír las veinticuatro horas del día y las veinticuatro horas de la noche. Porque en Cuba el tiempo se multiplica por dos. Se respira vida.
En plena noche llego a Varadero y diviso, a lo lejos, otro país. Más grande, más rico, más poderoso. Pero sin el alma innata de los corazones mulatos.
Muy bien como transmite las sensaciones, el uso de los sentidos, sin giro, solo describir, lo impactante es lo conseguida que está la descripción, acabas prácticamente viendo ese país al otro lado pero no añorandolo para nada, mientras aún se está saboreando ese montón de experiencias que nos ha contado justo antes, genial la descripción de lo que provoca la música, la revolución las pateras, la risa y las horas del día y de la noche. Si el autor no lo ha vivido me sorprendería mucho, pero tiene más mérito aún
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
27. Circule
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Me gusta como va escalando la intensidad de la situación con frases muy directas y concretas, nos narra en un instante, la concatenación de pasos del plan trazado, mientras está haciendo lo que tiene que hacer, es un contraste también entre lo fácil que es saltarse algunas medidas de seguridad para conseguir metas muy dificiles; empiezas el relato tranquilo, pero te ha metido la tensión al acabar, quieres que te cuente también como lo va consiguiendo. A veces tan sencillo como una pequeña mordida, insignificante para el protagonista, más que suficiente para el paramilitar...
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón de Veracruz, me acompaña en la madrugada. A cien metros me paran unos paramilitares. Se acerca un chaval joven, casi un niño y me pide altivo la licencia. Yo no tengo licencia, como no tenía licencia para nacer en aquella plantación de Fuente Aruba, como no necesité licencia para huir con la hija del comendador, tampoco presentaré licencia para descerrejarle dos tiros al mariscal fascista de La Martinica, será al amanecer. El chaval no se entera de nada y se guarda los 200 pesos que le entrego entre unos mapas desgastados. Dice, circule.
Me gusta como va escalando la intensidad de la situación con frases muy directas y concretas, nos narra en un instante, la concatenación de pasos del plan trazado, mientras está haciendo lo que tiene que hacer, es un contraste también entre lo fácil que es saltarse algunas medidas de seguridad para conseguir metas muy dificiles; empiezas el relato tranquilo, pero te ha metido la tensión al acabar, quieres que te cuente también como lo va consiguiendo. A veces tan sencillo como una pequeña mordida, insignificante para el protagonista, más que suficiente para el paramilitar...
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
28. Dos sucesos inesperados.
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
El uso ese de la A: antes de la frase queda entre medio cita, medio aquellas anotaciones de cuando hubo microteatro Curiosamente en el segundo suceso es donde la frase inicial cobra más sentido, en la primera es semi-calzador. Soy fan de la Srta Fletcher, pero admito que aquí me choca bastante encontrármela. La estructura es original, no tanto como la de la 17, pero bastante, lo que me deja un poco confuso es si son dos alternativas, cosas en dos días separados, muero o no muero y viene la Srta, etc...
A:
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón bajo una tormenta tropical. Al acabar la canción llegué a la oficina, al abrir la puerta del coche la lluvia cesó.
Hoy, en el edificio siempre lleno de gente, parece estar vacio y el ascensor me espera abajo, con las puertas abiertas.
Llego al piso 102 sin ninguna interrupción y con el café todavía caliente en el vaso de cartón, pero las puertas no se abren. Suena un latigazo seco y la luz del ascensor se apaga, bajamos un palmo y mi teléfono empieza a sonar, al contestar una voz me felicita el domingo y el día en el que casi soy el presidente de EcuRed. Escucho una voz que grita; impostor, cuando se desploma el suelo del ascensor precipitándome al vacío.
B:
Conduzco mi Plymouth Belvedere pero cortaron mis frenos...
En ese momento la Srta Fletcher aterrizaba en Cuba.
El uso ese de la A: antes de la frase queda entre medio cita, medio aquellas anotaciones de cuando hubo microteatro Curiosamente en el segundo suceso es donde la frase inicial cobra más sentido, en la primera es semi-calzador. Soy fan de la Srta Fletcher, pero admito que aquí me choca bastante encontrármela. La estructura es original, no tanto como la de la 17, pero bastante, lo que me deja un poco confuso es si son dos alternativas, cosas en dos días separados, muero o no muero y viene la Srta, etc...
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
29. Forro
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
Es original el origen de la historia, ser capaz de contarnos la otra historia de una ya conocida. Funciona, porque además el lector ya conoce la otra, y tiene más información incluso de la que se cuenta aquí, con lo que al final se consigue contar que las propias palabras del relato. Al final lo que en el otro punto de vista es una tragedia enorme y el quiebro de la realización de un sueño, por este otro lado, forma parte de algo rutinario, y otro plano de rutina completamente distinto al del extremeño gallego...
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón en la radio. Bueno, en realidad el auto no era mío, se lo robé en el repostaje a un gallego incauto, otro más. Creo que le he hecho un favor, porque no dejaba de hablarme de su pueblo en Extremadura, de su mujer, y no sé qué de un Clio. Parecía que les echaba mucho de menos.
A casi nadie se le ocurre pensar en una señorita como yo manejando una máquina como esta, pero a mí, como a casi todos los gringos que se vienen por acá, me encantan los autos clásicos. Ya tengo una buena colección. Esta noche volveré al bayú de Mamá Inés a ver si hay otro guanajo que me quiera dar un paseo.
Es original el origen de la historia, ser capaz de contarnos la otra historia de una ya conocida. Funciona, porque además el lector ya conoce la otra, y tiene más información incluso de la que se cuenta aquí, con lo que al final se consigue contar que las propias palabras del relato. Al final lo que en el otro punto de vista es una tragedia enorme y el quiebro de la realización de un sueño, por este otro lado, forma parte de algo rutinario, y otro plano de rutina completamente distinto al del extremeño gallego...
Toro- Mensajes : 28428
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Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
30. Antena de pie.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
Otra ensoñación, pero en esta el giro no es que lo sea en si mismo, si no la situación del soñador. Que es a su vez, otro soñador. el giro de cuando el relato es scifi y se vuelve totalmente realista. El sueño dentro del sueño, el doble giro. Un homenaje y vuelta de tuerca más a todas las ensoñaciones recogidas anteriormente. Que al final también eran sueños dentro de sueños, los sueños de cada uno de los autores de estos relatos. Me ha gustado especialmente la expresión de desaparecer hacia el rojo.
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón al pasar junto a algún bayú. En el desvencijado asiento trasero, siete botellas de ron tintinean en una caja de madera junto a un quilo y medio de limones .
En mis ojos, un fogonazo que borra la carretera, las sombras y la alegría de los clarinetes.
Cuando recupero el control, el tintineo del ron sigue ahí, pero ni esto es Cuba, ni esto es mi Plymouth.
Y me atrevería a decir que esto no es la Tierra.
Conduzco una nave espacial y mil botones parpadean en rojo. Me duele cada terminación nerviosa del cuerpo y, por el olor, diría que el ron y los limones se han evaporado. De repente, en un de repente extremadamente lento y doloroso, todo desaparece hacia el rojo.
Y suena el despertador. Es domingo y Luis tiene partido de fútbol a las ocho y media.
Otra ensoñación, pero en esta el giro no es que lo sea en si mismo, si no la situación del soñador. Que es a su vez, otro soñador. el giro de cuando el relato es scifi y se vuelve totalmente realista. El sueño dentro del sueño, el doble giro. Un homenaje y vuelta de tuerca más a todas las ensoñaciones recogidas anteriormente. Que al final también eran sueños dentro de sueños, los sueños de cada uno de los autores de estos relatos. Me ha gustado especialmente la expresión de desaparecer hacia el rojo.
Toro- Mensajes : 28428
Fecha de inscripción : 14/05/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
FDC
" Ayudame a empujar"
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Se me pincha una rueda.
¡Vaya Problemón!
No hay repuestos de nada.
Tendré que llevarlo al manitas Simón.
Es un artista con los coches y la piña colada.
Viva la revolución.
" Ayudame a empujar"
Conduzco mi Plymouth Belvedere 1954 mientras suena un danzón.
Se me pincha una rueda.
¡Vaya Problemón!
No hay repuestos de nada.
Tendré que llevarlo al manitas Simón.
Es un artista con los coches y la piña colada.
Viva la revolución.
Eric Sachs- Mensajes : 70324
Fecha de inscripción : 07/03/2012
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Buenos días.
Es increíble vuestro trabajo de shows.
Es increíble vuestro trabajo de shows.
Elsanbenito- Mensajes : 7162
Fecha de inscripción : 27/08/2010
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
queridísimos, ya pueden proceder a votar... de momento tenemos 30 roscos, aunque procedo a procesar los votos del chileno tacitus...
mucha suerte a los participantes...
sois los mejores
menuda mezcla de foreros en esta ronda... y tenemos caras nuevas... ¿y quizá alguna vieja que regresa?
mucha suerte a los participantes...
sois los mejores
menuda mezcla de foreros en esta ronda... y tenemos caras nuevas... ¿y quizá alguna vieja que regresa?
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
el formulario funciona a la perfección, gracias, Torazo... dos votantes ya...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Tres votantes .
rudicio- Mensajes : 5314
Fecha de inscripción : 03/02/2013
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
yo llego a casa de currar.
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
Eric Sachs- Mensajes : 70324
Fecha de inscripción : 07/03/2012
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
yo llego a casa de currar.
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
Eric Sachs- Mensajes : 70324
Fecha de inscripción : 07/03/2012
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Votado!!
Chinaski- Mensajes : 5726
Fecha de inscripción : 30/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Eric Sachs escribió:yo llego a casa de currar.
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
Cómo te lo explicaría...
Eloy- Mensajes : 85366
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
a ver si libro el rosco y llego a los 100 puntos!
no lo veo sencillo
no lo veo sencillo
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Jajaja!!Eloy escribió:Cómo te lo explicaría...
Chinaski- Mensajes : 5726
Fecha de inscripción : 30/03/2008
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
Eric Sachs escribió:yo llego a casa de currar.
pero vosotros que coño haceis despiertos a estas horas un dia festivo?
al que eyacula...
ahora fuera bromas... nada como aprovechar un día libre para hacer cosas... dormir en exceso es de losers...
Re: Ronda 19 [4ª Edición] - Ilustrísimo Concurso Microrrelatense - Ganador Absoluto, David Z.
5 votantes, 18 roscos...
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