RONDA 5.49 DEL TERROSO CONCURSO DE MICRORRELATOS. HABEMUS GALA.

Autista escribió:10.- Equipo

La tierra estaba revuelta.
Ni tan siquiera había césped sobre el que jugar.
Ya es de noche en esta tarde de entrenamiento fría e invernal.
Empieza a llover a cántaros.
El balón comienza a quedarse atrás en cada jugada, se hace difícil de controlar.
Nada de esto importa.
Los chicos están haciendo bromas y riendo pero también se esfuerzan, siguen corriendo, miden sus fuerzas...celebran los goles.

Autista escribió:11.- Mi mamá me mima.

La tierra estaba revuelta como a mí me gustaba la tortilla, los gusanos en su punto, ni muy fríos ni churruscados al sol. Mamá me miraba con su sonrisa siempre perfecta, me hubiera gustado el pelo largo o por lo menos que le creciera, pero no había podido encontrar los engranajes adecuados.

Creo que soy el primer niño autómata que se ha creado su propia mamá como tarea de clase, espero ganar algún día el premio Asimov y que esta ley de la creación de autómatas por autómatas se llame #leysanti. Poder crear mi propia empresa de mamás y llamarla Stoner Coop.

Stoneheart escribió:

Autista escribió:03.- Negro

La tierra estaba revuelta; los hierbajos, como muertos de repente. Hormigas, gusanos y otros insectos brillaban bajo la luz de nuestras linternas y se movían desorientados, chocándose los unos con los otros. Mientras nos preguntábamos qué era ese zumbido que nos había despertado en mitad de la noche, el viejo árbol que habíamos plantado años atrás salió propulsado hacia el cielo causando un gran estruendo. No tuvimos tiempo para pensar qué estaba pasando; el suelo comenzó a vibrar fuertemente, como queriendo abrirse bajo nuestros pies. Volvimos todo lo rápido que pudimos hacia la desvencijada vivienda. Al llegar, nos dimos cuenta de que nuestras ropas estaban salpicadas de una materia negra y pegajosa. No teníamos otras; al día siguiente íbamos a vender la casa por no poder pagarla y Mary comenzó a sollozar. Mientras la abrazaba, observé por la ventana cómo dos enormes chorros de petróleo brotaban de nuestro pequeño jardín.

Terror con dejes lovecraftianos, de ese que te deja con ganas de rascarte y/o darte una buena ducha con esponja. Lo ha escrito alguien de Murcia.

Autista escribió:12.- Mil millones de lambrijas

La tierra estaba revuelta por acción de las máquinas y Beatriz la lombriz no podía dormir. Quizá por eso se sintió aliviada cuando una pala excavadora, ¡zas!, partió su cuerpo por la mitad. Pero consecutiva a la inconsciencia llegó la ineludible regeneración celular: la parte de la cabeza generó un recto; la del recto, una cabeza. «¡Esto acontece un milagro maravilloso!», contempló Beatriz-1 a Beatriz-2, gustándose. Y acto seguido acometieron a dentelladas contra sí mismas, separándose en mitades análogas. «Repámpanos, ¡somos la hostia!», saludáronse altaneras las cuatro Beatrices consustanciales a la nueva regeneración. Y en mente colmena comenzaron a fantasear con progresiones geométricas de ocho, dieciséis,... ¡pronto sumarían billones de lombrices! ¡Colonizarían el mundo! ¡Se vengarían de los molestos humanos! En ese festival de la soberbia andaban, megalómanas y felices, que no escucharon a la hormigonera acercarse, sepultándolas, ahogándolas en asfalto caliente.
“Próxima apertura: Bazar Chino”, fue su epitafio postrero.

Vinny Vedecci escribió:Esperad, que tengo otro igual de bueno relacionado con un relato de la ronda.

- ¿Sabes que mi mujer se fue de vacaciones a Cuba y no la encuentran?
- Claro, está en varadero desconocido.

Autista escribió:13.- El pelotón KMKZ


La Tierra estaba revuelta desde que comenzaron los «nato-saqueos». La paz tras la segunda guerra marciana había durado únicamente cinco años a pesar de que el Tratado de Ceres parecía sellar unas condiciones y reparto justo de biorreservas.
Las «gine-colonias» de Marte seguían trabajando terraformando Venus y comprometiéndose a mudarse allí en dos décadas. Las reservas entregadas a los hombres de la Luna aseguraban su supervivencia hasta ocupar aquellos asentamientos concedidos en Marte. Pero no cayeron en la cuenta de su problema demográfico.
Durante el último año había continuas incursiones en los centros reproductores de la Tierra para el rapto de neonatos, principalmente mujeres.
Empezaron saqueando el pabellón B-532-HFAX, y desde entonces no tenía noticias de su hija Vera. Había perdido toda esperanza. Apretando la mandíbula, entró al hangar con sus nuevas y efímeras compañeras.
—Bienvenida, ¿cuál es tu nombre?
—Milina.
—Milina ya está muerta, desde ahora te llamaremos Tera.

Autista escribió:14.- Noche de estreno.

La tierra estaba revuelta. Lo esperado. En su primera noche había sido recibida con un festín, alacrán mediano para cenar. También era la primera noche de Jones en el terrario. Logró dejar la puta licorería de mierda.
Plácidamente, se acercó a la urna transparente para disfrutar del espectáculo. Pero no encontró ninguna serpiente con cabeza altanera. Encontró un cadaver destrozado. Y un escorpión, a su derecha, con las pinzas en alto.
Revisó las camaras de seguridad durante una hora entera, con sus minutos y sus segundos, hasta que llamó al teléfono de emergencias. Su primera y última noche. Lo tenía claro, lo esperado.
Tendría que volver a la puta licorería de mierda. Su futuro estaba escrito. El negro Jones. Siempre sería un ser inferior hasta que utilizara sus pinzas alguna noche. En silencio.

Autista escribió:15.- Sacrificio (sobre esta piedra edificaré mi iglesia

La tierra estaba revuelta, había sido roturada, arada y sembrada pero durante meses esperamos en vano la bendición de la lluvia; tormentas secas y nubes de paso alimentaron nuestra esperanza durante este tiempo. Entonces apareció el predicador, llegó dispuesto a cargar sobre nuestros hombros un pesado fardo de culpa atribuyendo la sequía a nuestros pecados.
—El que esté libre de pecado que tire la primera piedra—dijo un día.
—He trabajado como un mulo desde niño, no he tenido tiempo de pecar—fue lo que pensé antes de matarlo de una pedrada en la cabeza. Un rato después—justo cuando lanzábamos el primer puñado de tierra sobre su ataúd—comenzó a llover.
Hoy en día casi ningún predicador se aventura por nuestra región, si lo hace se cuida mucho de cargarnos con culpas inmerecidas.
—Llueve cuando llueve—te dirán algunos, yo pienso que tal vez el sacrificio...

Autista escribió:16.- Babette

La tierra estaba revuelta.
No mucho, pero lo suficiente como para que un húsar de Federico El Grande sepa que por ahí han pasado enemigos de Prusia.
Mis compañeros se dispersaron, pero abandono mi montura y reconozco el terreno.
Encuentro algo.
Una petaca y una carta dirigida a un tal Silvain.
Leo la carta y, en efecto, se confirma que Babette le ha abandonado justo antes de partir al frente.
Mi francés es más bien malo, pero se entiende.
Mientras me pregunto si él habrá superado tanta desdicha en esta infernal guerra, oigo algo detrás de esa roca y, cuando me giro, me encuentro la bayoneta del soldado perforando mi cuello.
Silvain huye.
Ahora que me estoy desangrando sin remedio, pienso en mi infancia y en que, con 16 años, aún no me ha abandonado ninguna mujer...y que nunca sabré si me compensa ahorrarme ese dolor de esta manera.

Autista escribió:17.- Revuelta

La tierra estaba revuelta y los rastros de pezuñas eran frescos. La manada había pasado por ahí. El cazador se adentró en la maleza por un sendero embarrado hasta llegar a la linde del bosque, desde donde podía apreciar una miasma de esporas arreboladas que flotaban sobre las copas de los pinos. Aquello tenía que ser lo que había hecho enloquecer a los animales. Al otro lado del pasto, el complejo de investigación militar se alzaba impasible. El cazador pensó que quizá podría refugiarse allí, pero un rebaño que pastaba plácidamente rompió en un coro de balidos histéricos al percatarse de su presencia, y huyó hacia los árboles, rasguñándose las piernas, entre enjambres de gorriones y tórtolas que se lanzaban en picado asestándole dolorosos picotazos en la espalda, hasta que cayó por un terraplén cerca del riachuelo. Allí le estaban esperando los jabalíes. La escopeta no le sirvió de nada.

Autista escribió:18.- Huyendo de ti

La tierra estaba revuelta bajo la cama. Gateó bajo el catre hasta hundir los dedos en la tierra fresca en busca de sus pesadillas. Allí no estaban, un negro socavón abría unas fauces en las que no se adivinaba final. Oscuro y vacío.
Sudoroso, se sentó sobre el colchón maldiciendo tantas duermevelas a la caza de sueños indeseados: temores, frustraciones, anhelos, inhibiciones… Años de captura y secuestro nocturno se desvanecían para siempre.
¿Y ahora qué? ¿Cómo saber si este miedo que le atenazaba le pertenecía, o si ese deseo en forma de hormigueo en el bajo vientre que sintió esa tarde al verla y que espantaba como ajeno, no sería propio?
Su recto proceder peligraba, quedaría expuesto a asaltos repentinos de sensaciones olvidadas. ¡Qué horrible vida sería aquella!
Se acurrucó con cuidado. Tenía que volver a encontrarlos. A todos. Aunque tuviera que dormir el resto de su vida.

Stoneheart escribió:

Autista escribió:12.- Mil millones de lambrijas

La tierra estaba revuelta por acción de las máquinas y Beatriz la lombriz no podía dormir. Quizá por eso se sintió aliviada cuando una pala excavadora, ¡zas!, partió su cuerpo por la mitad. Pero consecutiva a la inconsciencia llegó la ineludible regeneración celular: la parte de la cabeza generó un recto; la del recto, una cabeza. «¡Esto acontece un milagro maravilloso!», contempló Beatriz-1 a Beatriz-2, gustándose. Y acto seguido acometieron a dentelladas contra sí mismas, separándose en mitades análogas. «Repámpanos, ¡somos la hostia!», saludáronse altaneras las cuatro Beatrices consustanciales a la nueva regeneración. Y en mente colmena comenzaron a fantasear con progresiones geométricas de ocho, dieciséis,... ¡pronto sumarían billones de lombrices! ¡Colonizarían el mundo! ¡Se vengarían de los molestos humanos! En ese festival de la soberbia andaban, megalómanas y felices, que no escucharon a la hormigonera acercarse, sepultándolas, ahogándolas en asfalto caliente.
“Próxima apertura: Bazar Chino”, fue su epitafio postrero.

No se me ocurre nada a la altura del relato. Simplemente, me quito el sombrero. Lo ha escrito Bofu hijo de Bofur (¡bienvenido de vuelta!).

Stoneheart escribió:

Vinny Vedecci escribió:Esperad, que tengo otro igual de bueno relacionado con un relato de la ronda.

- ¿Sabes que mi mujer se fue de vacaciones a Cuba y no la encuentran?
- Claro, está en varadero desconocido.

Rescato este chiste, que ha pasado muy desapercibido.

Autista escribió:19.- Microlocausto.

La tierra estaba revuelta alrededor de la fortaleza. Cientos de cadáveres yacían inertes junto a la entrada sin una explicación aparente. Afortunadamente la reina seguía con vida.

Las pocas supervivientes hallaron desde las alturas una pista que identificaba al culpable: J'Hayber.

Vinny Vedecci escribió:

Stoneheart escribió:

Autista escribió:12.- Mil millones de lambrijas

La tierra estaba revuelta por acción de las máquinas y Beatriz la lombriz no podía dormir. Quizá por eso se sintió aliviada cuando una pala excavadora, ¡zas!, partió su cuerpo por la mitad. Pero consecutiva a la inconsciencia llegó la ineludible regeneración celular: la parte de la cabeza generó un recto; la del recto, una cabeza. «¡Esto acontece un milagro maravilloso!», contempló Beatriz-1 a Beatriz-2, gustándose. Y acto seguido acometieron a dentelladas contra sí mismas, separándose en mitades análogas. «Repámpanos, ¡somos la hostia!», saludáronse altaneras las cuatro Beatrices consustanciales a la nueva regeneración. Y en mente colmena comenzaron a fantasear con progresiones geométricas de ocho, dieciséis,... ¡pronto sumarían billones de lombrices! ¡Colonizarían el mundo! ¡Se vengarían de los molestos humanos! En ese festival de la soberbia andaban, megalómanas y felices, que no escucharon a la hormigonera acercarse, sepultándolas, ahogándolas en asfalto caliente.
“Próxima apertura: Bazar Chino”, fue su epitafio postrero.

No se me ocurre nada a la altura del relato. Simplemente, me quito el sombrero. Lo ha escrito Bofu hijo de Bofur (¡bienvenido de vuelta!).

Smells like Salakov to me.

Autista escribió:20.- Hollywood forever cemetery

La tierra estaba revuelta y acababa de despertarme el ruido de una abeja revoloteando sobre las coronas de flores.

No recordaba mucho, sólo escenas muy cortas que más que imágenes eran sensaciones: el tacto rugoso de una lengua, el ruido de unos vasos rompiéndose, la sensación de la coca entrando en mi cuerpo, el olor de la marihuana o el sabor salado de unas lágrimas.

Cuando me encuentro en este tipo de situaciones suelo sentir vergüenza o pena de mí mismo, pero mirar la lápida y leer aquella fecha, ayer, junto al nombre de mi madre me dejó más inerte que el granito blanco. También me dejó sin palabras, más allá de las que alguien había puesto por mí en la banda de la corona. Tu hijo no te olvida, joder.

Vinny Vedecci escribió:Cómo contrasta la excelencia de Stoneheart con el que dice que va a publicar una ristra de relatos y pone cuatro. Espero que haya sido por no interrumpir el show con nuevos relatos. Espero.

Toro escribió:

Vinny Vedecci escribió:

Stoneheart escribió:

Autista escribió:12.- Mil millones de lambrijas

La tierra estaba revuelta por acción de las máquinas y Beatriz la lombriz no podía dormir. Quizá por eso se sintió aliviada cuando una pala excavadora, ¡zas!, partió su cuerpo por la mitad. Pero consecutiva a la inconsciencia llegó la ineludible regeneración celular: la parte de la cabeza generó un recto; la del recto, una cabeza. «¡Esto acontece un milagro maravilloso!», contempló Beatriz-1 a Beatriz-2, gustándose. Y acto seguido acometieron a dentelladas contra sí mismas, separándose en mitades análogas. «Repámpanos, ¡somos la hostia!», saludáronse altaneras las cuatro Beatrices consustanciales a la nueva regeneración. Y en mente colmena comenzaron a fantasear con progresiones geométricas de ocho, dieciséis,... ¡pronto sumarían billones de lombrices! ¡Colonizarían el mundo! ¡Se vengarían de los molestos humanos! En ese festival de la soberbia andaban, megalómanas y felices, que no escucharon a la hormigonera acercarse, sepultándolas, ahogándolas en asfalto caliente.
“Próxima apertura: Bazar Chino”, fue su epitafio postrero.

No se me ocurre nada a la altura del relato. Simplemente, me quito el sombrero. Lo ha escrito Bofu hijo de Bofur (¡bienvenido de vuelta!).

Smells like Salakov to me.

Autista escribió:

Vinny Vedecci escribió:Cómo contrasta la excelencia de Stoneheart con el que dice que va a publicar una ristra de relatos y pone cuatro. Espero que haya sido por no interrumpir el show con nuevos relatos. Espero.

Ya puedes seguir incordiando, que estos dos eran los últimos (de momento).

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:

Vinny Vedecci escribió:Cómo contrasta la excelencia de Stoneheart con el que dice que va a publicar una ristra de relatos y pone cuatro. Espero que haya sido por no interrumpir el show con nuevos relatos. Espero.

Ya puedes seguir incordiando, que estos dos eran los últimos (de momento).

Stoneheart escribió:Cómo le gusta a Vinny liar la troca.

Nomeko7 escribió:Ay, por Dios. Huecco no.

Autista escribió:

Nomeko7 escribió:Ay, por Dios. Huecco no.

Me están dejado el hilo hecho unos zorros, Nome. Di a Douglas que ponga orden.

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:

Nomeko7 escribió:Ay, por Dios. Huecco no.

Me están dejado el hilo hecho unos zorros, Nome. Di a Douglas que ponga orden.

Exacto, ese es el criterio. Luego así salen las administraciones, ¿eh?

Autista escribió:

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:

Nomeko7 escribió:Ay, por Dios. Huecco no.

Me están dejado el hilo hecho unos zorros, Nome. Di a Douglas que ponga orden.

Exacto, ese es el criterio. Luego así salen las administraciones, ¿eh?

Ristra.

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:

Vinny Vedecci escribió:

Autista escribió:

Nomeko7 escribió:Ay, por Dios. Huecco no.

Me están dejado el hilo hecho unos zorros, Nome. Di a Douglas que ponga orden.

Exacto, ese es el criterio. Luego así salen las administraciones, ¿eh?

Ristra.

Me la agarra el que administra.

CocH. escribió:Ya no llego. Me quedé hace 3 rondas.

Hank escribió:en un rato, leo, aunque ahora de momento virgo...

Esmeralda escribió:

Hank escribió:en un rato, leo, aunque ahora de momento virgo...

Pues nadie lo diría

Autista escribió:01.- El bosque de O

La tierra estaba revuelta, sacudida por decenas de embestidas que la noche anterior habían conseguido que nos olvidáramos de nosotros mismos. Por un momento, fue como si nos acabáramos de encontrar; sin embargo, llevábamos toda una vida entregados a la experiencia de caminar juntos. Esa noche algo se desató, aparte de los cordones de nuestras propias zapatillas de deporte. Fue cuestión de segundos que te abordara en el suelo, mientras devoraba tu cuello y olisqueaba tu cabello recién lavado. Imagino que el hecho de que masajearas mi polla como nunca lo habías hecho, tuvo algo que ver. Mirar tu mano subir y bajar, mientras con la otra arrancabas tus braguitas de encaje, fue como volver a empezar. Olvidamos el lugar —un desterrado bosque— para concentrarnos en lo importante: creer en la naturaleza, en su lado más irracional; saborear ese maldito pecado para adentrarnos en los confines del más hermoso olvido.

Autista escribió:02.- 2020 d.C.

La tierra estaba revuelta.

Autista escribió:03.- Negro

La tierra estaba revuelta; los hierbajos, como muertos de repente. Hormigas, gusanos y otros insectos brillaban bajo la luz de nuestras linternas y se movían desorientados, chocándose los unos con los otros. Mientras nos preguntábamos qué era ese zumbido que nos había despertado en mitad de la noche, el viejo árbol que habíamos plantado años atrás salió propulsado hacia el cielo causando un gran estruendo. No tuvimos tiempo para pensar qué estaba pasando; el suelo comenzó a vibrar fuertemente, como queriendo abrirse bajo nuestros pies. Volvimos todo lo rápido que pudimos hacia la desvencijada vivienda. Al llegar, nos dimos cuenta de que nuestras ropas estaban salpicadas de una materia negra y pegajosa. No teníamos otras; al día siguiente íbamos a vender la casa por no poder pagarla y Mary comenzó a sollozar. Mientras la abrazaba, observé por la ventana cómo dos enormes chorros de petróleo brotaban de nuestro pequeño jardín.

Autista escribió:

04.- La maldición

La tierra estaba revuelta desde que el cometa surcó el cielo sobre la atónita mirada de los habitantes de mi pueblo. Desde aquella noche, los campos de trigo tomaron una extraña forma, repitiendo el patrón de una espiral y dando comienzo así a la maldición de la espiral.

El primero en caer bajo su influencia fue mi padre, quién comenzó a obsesionarse con todo lo que tuviese forma de espiral. Aunque en un principio simplemente todo lo que tuviese forma de espiral llamaba su atención, terminó por tenerle un miedo irracional a las espirales hasta el punto de morderse las yemas de los dedos hasta dejárselos en carne viva. Murió pocos después, tras intentar arrancarse las cócleas con unas tijeras durante la noche.

En el funeral recibí el acalorado pésame de los vecinos, ignorantes de que ellos también terminarían sucumbiendo ante una espiral de locura y sangre.