RONDA 36 DEL VISCOELÁSTICO CONCURSO DE MICRORRELATOS (Votaciones abiertas hasta las 21:00h)

m señor escribió:

Troy Mc Clure escribió:

Van escribió:Aquí toca hacer un inciso y pedir perdón. Este humilde forero se equivocó con el título del relato. Sin embargo, esto no logró desmerecerlo y consiguió brillar.


9 puntos
16. Hoy hay (señor y señora)
(falsamente "titulado Un día inspirador")

Despertar con el primer rayo de sol que llega a la ventana y quedarme en la cama mientras me preparan el desayuno. Desayunar en familia, pero no mucho para volver a meterme bajo el edredón. Salir a por un pincho de tortilla pensando en volver a retozar en cuanto sea posible. El sol del mediodia pegaba sobre la cama cuando el pensamiento de no hacer nada en todo el día se vio truncado por la reserva en el restaurante para comer. El sofá de la siesta me miró con desprecio cuando opté esta vez por la cama y un podcast de gabinete de curiosidades en lugar del documental o la reposición del tour.
A media tarde decidí vaciar el orinal, pero no prescindir del pijama, en el trago al que había invitado a los amigos. Cené en la cama viendo cómo aparecían las estrellas por la ventana de la habitación, leyendo uno de esos libros de la lista de pendientes, mientras me volvía a quedar dormida pensando que había sido un gran día de cumpleaños

A mi me resulta un homenaje a la canción de de los planetas

Llego en el momento justo..


Planetas.....planetas.....homenaje a la Sra por su cumple.
Días raros vivimos gracias por los puntos.
m

Van escribió:Medalla de plata para compartir

12 puntos
14. Oblómov releva a Oblómov (Crimi)

Creo que fue tras leer Oblómov cuando decidí postrarme también en la cama. Curas, loqueros y periodistas me visitaron a lo largo de muchos meses para hablarme de la pereza, la depresión o para saciar su curiosidad; pero siendo sincero mi única motivación era que me sentía como Dios en mi indolencia. Entonces mi mejor amigo comenzó a visitarme casi todos los días, nuestra charla giraba en torno a una tal Gloria y a su convicción de que encajaríamos como dos piezas de un puzle. Me llevó meses decidirme a abandonar la cama y conocerla, pero enseguida sentí una conexión especial entre nosotros. Pensé que éramos como dos cuerdas de una guitarra que vibraban al unísono por simpatía al tiempo que lamentaba todo el tiempo perdido. Fue tras la quinta o sexta copa de vino cuando ella me preguntó: —¿nos vamos a la cama?
6. Aritmomanía (Salakov)
Cuatro esquinitas tiene mi cama, aprendí a cantar. Cuatro angelitos que me la guardan. Luego me animaron a contar ovejitas, pero nunca me gustó computar criaturas imaginarias. Prefería enumerar las rendijas de la persiana por las que se filtraba la luz, los pasos de los vecinos de arriba, los parpadeos nocturnos de los vehículos. Si acaso no podía dormir, encendía la luz y contaba las volutas del edredón, cuarenta y ocho de forma exacta. Siempre he celebrado la simetría de los números pares, transmiten la cercanía de cierto orden cósmico. Me gusta crear secuencias con mis dedos, que suman diez. Por el contrario, detesto los seres humanos con imparidades: sin un brazo, sin una pierna, sin una oreja. Desordenan la precaria proporción de la existencia; es mi deber apuñalarles, siempre en número par. Me gustan las rejas de esta celda, ocho. Me gusta mi cama y sus esquinas, invariablemente cuatro
3. Los pies siempre al sur (Eduardo Montenegro)

Cuando te conocí, me conquistó aquello que yo malinterpreté como tu caos; la tuya, la única tienda de campaña montada en diagonal dentro de su parcela. Me volvió loco tu tropismo, tu sintonía con la naturaleza, tu equilibrio. De novios me hacían gracia tus costumbres, movíamos entre risas los muebles de cada habitación de hotel hasta que la cama quedaba alineada con la brújula que llevabas al cuello. Acepté el reto de encontrar juntos un hogar que cumpliese con tus exigencias de feng shui, tres años tardamos. Cabecero al norte, puerta en diagonal, ventana al amanecer, ... Por tus manías nunca fuimos de crucero (“el eje de la cama oscilando, ni loca”), y llegó a enfadarme tu paranoia porque te operaban de apendicitis cabeza al este. Yo creo que influyó más la torpeza del cirujano, pero, por si tenías razón, notarás el sol siempre a los pies de tu tumba.

Esmeralda escribió:Gracias a m por su punto

Zzzz escribió:

m señor escribió:

Troy Mc Clure escribió:

Van escribió:Aquí toca hacer un inciso y pedir perdón. Este humilde forero se equivocó con el título del relato. Sin embargo, esto no logró desmerecerlo y consiguió brillar.


9 puntos
16. Hoy hay (señor y señora)
(falsamente "titulado Un día inspirador")

Despertar con el primer rayo de sol que llega a la ventana y quedarme en la cama mientras me preparan el desayuno. Desayunar en familia, pero no mucho para volver a meterme bajo el edredón. Salir a por un pincho de tortilla pensando en volver a retozar en cuanto sea posible. El sol del mediodia pegaba sobre la cama cuando el pensamiento de no hacer nada en todo el día se vio truncado por la reserva en el restaurante para comer. El sofá de la siesta me miró con desprecio cuando opté esta vez por la cama y un podcast de gabinete de curiosidades en lugar del documental o la reposición del tour.
A media tarde decidí vaciar el orinal, pero no prescindir del pijama, en el trago al que había invitado a los amigos. Cené en la cama viendo cómo aparecían las estrellas por la ventana de la habitación, leyendo uno de esos libros de la lista de pendientes, mientras me volvía a quedar dormida pensando que había sido un gran día de cumpleaños

A mi me resulta un homenaje a la canción de de los planetas

Llego en el momento justo..


Planetas.....planetas.....homenaje a la Sra por su cumple.
Días raros vivimos gracias por los puntos.
m

¡Cómo! No me digas que la señora y yo cumplimos años el mismo día.

m señor escribió:Gran relato Montenegro.
m

Eduardo Montenegro escribió:

m señor escribió:Gran relato Montenegro.
m

Gracias, escribí pronto para tener la semana despejada, premonitorio, porque fue una dura semana de hospital, tanatorio y rematada hoy con crematorio. Premonitorio también escribir un relato acabado con la palabra tumba. Mañana plantaremos un roble sobre las cenizas de mi suegro en el Monte Deva, brotará vida con vistas a Gijón y al mar, y la vida continúa. Y vosotros la hacéis mejor desde aquí. Gracias, malvotantes.

Van escribió:Con 7 puntos, tres foreros se marcan un menage a trois. Mejor no preguntamos el orden del trenecito
7 puntos
13. Nostalgias colaterales (Toro)
14:31: mensaje en pantalla con pitido: continuar trabajando. Trago con agua la tableta vitamínica en mi cubículo y sigo diseñando; melón y solvencia. Llevo días atascado con esos conceptos, este mes solo he diseñado 3 nuevos iconos. 17:27: se apaga la pantalla. Bajo atropelladamente. 17:49: recojo a Marcus del colegio. No hay abrazo. Vamos al HyperPark, hay que aprovechar el tiempo. 19:51: dejo a Marcus en la residencia-canguro. Mañana a las 7:14 para ir a clase. 21:56: salgo del gimnasio. 22:02: tomo cápsula proteínica a bordo del UrbeTubo. 22:57: penetro en el panal AC456. Mi celda hexagonal acolchada se cierra para aprisionarme las 5:55 horas de sueño que compartimos 138 personas de pie en celdas contiguas. Los panales son la solución habitacional más económica de las urbes, pero últimamente tengo pesadillas. No aparecen iconos, ni Marcus, pero hay sacos de plumas, césped mullido y montañas de lana que nunca alcanzo.
4. Ya va siendo hora…  (Mugu)

No había noche que no llegara a casa a rastras. Los días de trabajo en sentido figurado, literal los días de fiesta. Los mimos y la cena en el plato de los primeros se convertían en una zapatilla voladora que buscaba su crisma en los segundos.
—¡Yastá bien, coño! Todas las noches lo mismo.
—Me vuelvo al bar —decía alargando la a hasta el infinito.
—Sí, a desayunar. ¿No ves qué horas son? A la cama.
Y se abrazaba a la tele, una de esas antiguas de tubo que requería no poco esfuerzo para rodearla.
—A la cama no —repetía como un niño.
—¡Ay, la puta tele! Tiene razón tu hermana Cleo cuando dice que no lo has superado.
Luego cogía a Cuquín por el cuello de la camisa y, arrastrando el culo por el suelo, lo llevaba a la cama.
—Nasnoches, familia —fantaseaba somnoliento mientras se chupaba el pulgar.
7. Un episodio vergonzoso (Don)

Galindez fue humillado ante todos; alguien muy airado exigía su presencia en recepción, honorable retablo al que los botones se llegaban por una oculta escalera de caracol, y que Galindez, atemorizado, descendió como cordero llevado al sacrificio; aguardaba allí un viajante baqueteado en grescas para avasallarlo entre amenazas y exigencias, al punto que la pierna izquierda de Galindez —la que mordía tras largos turnos de guardia— tiritaba sin control de la rodilla hasta el zapato: temblaba y no podía disimularlo ¿Dónde estaba el patrón para defenderle, dónde el resto de los muchachos? No pocas mañanas y noches, Galindez revivió aquel suceso mientras se ladeaba en su quejumbroso colchón de muelles, sudando angustiosamente sin explicarse aquel odio y sin entender la razón de merecerlo. Menguó hasta evaporarse. Nada quedó bajo su agranatada casaca —retornada a la gerencia junto al resto del uniforme— excepto una extensa mancha de vergüenza.

Troy Mc Clure escribió:Ese quakto!! Las croquetas triunfan!

quakto escribió:Un abrazo Montenegro, mucho ánimo

Esmeralda escribió:

Eduardo Montenegro escribió:

m señor escribió:Gran relato Montenegro.
m

Gracias, escribí pronto para tener la semana despejada, premonitorio, porque fue una dura semana de hospital, tanatorio y rematada hoy con crematorio. Premonitorio también escribir un relato acabado con la palabra tumba. Mañana plantaremos un roble sobre las cenizas de mi suegro en el Monte Deva, brotará vida con vistas a Gijón y al mar, y la vida continúa. Y vosotros la hacéis mejor desde aquí. Gracias, malvotantes.

Lo siento mucho, un abrazo a la señora. Que mierda de época

m señor escribió:

Van escribió:Con 7 puntos, tres foreros se marcan un menage a trois. Mejor no preguntamos el orden del trenecito
7 puntos
13. Nostalgias colaterales (Toro)
14:31: mensaje en pantalla con pitido: continuar trabajando. Trago con agua la tableta vitamínica en mi cubículo y sigo diseñando; melón y solvencia. Llevo días atascado con esos conceptos, este mes solo he diseñado 3 nuevos iconos. 17:27: se apaga la pantalla. Bajo atropelladamente. 17:49: recojo a Marcus del colegio. No hay abrazo. Vamos al HyperPark, hay que aprovechar el tiempo. 19:51: dejo a Marcus en la residencia-canguro. Mañana a las 7:14 para ir a clase. 21:56: salgo del gimnasio. 22:02: tomo cápsula proteínica a bordo del UrbeTubo. 22:57: penetro en el panal AC456. Mi celda hexagonal acolchada se cierra para aprisionarme las 5:55 horas de sueño que compartimos 138 personas de pie en celdas contiguas. Los panales son la solución habitacional más económica de las urbes, pero últimamente tengo pesadillas. No aparecen iconos, ni Marcus, pero hay sacos de plumas, césped mullido y montañas de lana que nunca alcanzo.
4. Ya va siendo hora…  (Mugu)

No había noche que no llegara a casa a rastras. Los días de trabajo en sentido figurado, literal los días de fiesta. Los mimos y la cena en el plato de los primeros se convertían en una zapatilla voladora que buscaba su crisma en los segundos.
—¡Yastá bien, coño! Todas las noches lo mismo.
—Me vuelvo al bar —decía alargando la a hasta el infinito.
—Sí, a desayunar. ¿No ves qué horas son? A la cama.
Y se abrazaba a la tele, una de esas antiguas de tubo que requería no poco esfuerzo para rodearla.
—A la cama no —repetía como un niño.
—¡Ay, la puta tele! Tiene razón tu hermana Cleo cuando dice que no lo has superado.
Luego cogía a Cuquín por el cuello de la camisa y, arrastrando el culo por el suelo, lo llevaba a la cama.
—Nasnoches, familia —fantaseaba somnoliento mientras se chupaba el pulgar.
7. Un episodio vergonzoso (Don)

Galindez fue humillado ante todos; alguien muy airado exigía su presencia en recepción, honorable retablo al que los botones se llegaban por una oculta escalera de caracol, y que Galindez, atemorizado, descendió como cordero llevado al sacrificio; aguardaba allí un viajante baqueteado en grescas para avasallarlo entre amenazas y exigencias, al punto que la pierna izquierda de Galindez —la que mordía tras largos turnos de guardia— tiritaba sin control de la rodilla hasta el zapato: temblaba y no podía disimularlo ¿Dónde estaba el patrón para defenderle, dónde el resto de los muchachos? No pocas mañanas y noches, Galindez revivió aquel suceso mientras se ladeaba en su quejumbroso colchón de muelles, sudando angustiosamente sin explicarse aquel odio y sin entender la razón de merecerlo. Menguó hasta evaporarse. Nada quedó bajo su agranatada casaca —retornada a la gerencia junto al resto del uniforme— excepto una extensa mancha de vergüenza.

Toro...
Impresionante relato....lo tuve que dejar fuera por maravilloso.

Así soy.
m

Eduardo Montenegro escribió:

m señor escribió:Gran relato Montenegro.
m

Gracias, escribí pronto para tener la semana despejada, premonitorio, porque fue una dura semana de hospital, tanatorio y rematada hoy con crematorio. Premonitorio también escribir un relato acabado con la palabra tumba. Mañana plantaremos un roble sobre las cenizas de mi suegro en el Monte Deva, brotará vida con vistas a Gijón y al mar, y la vida continúa. Y vosotros la hacéis mejor desde aquí. Gracias, malvotantes.

mugu escribió:He vuelto a caer en el vicio: 3 points para Bautista.