Las situaciones, conversaciones, frases... más estúpidas que has presenciado.

Hace unos meses , el presidente de la escalera cambió la cerradura de la puerta del edificio. Una vecina se había quejado de que no podía abrir con su llave. Cuando vino a entregar las copias a mi casa le pregunté si, dado que ese problema no lo tenía ningún vecino más, no hubiera sido más rápido y barato hacerle una copia nueva de la llave a esa vecina. Me contestó, ostensiblemente enfadado... Aquí todo el mundo opina!!!!!!

Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz. Estoy vivo de milagro.

Una vez, currando de camarero, unas clientas me pidieron dos docenas de sardinas.

Cuando se las llevé a la mesa me dijeron que eran muchas sardinas, que pensaban que las docenas eran de 10

Una vez hace bastantes años fui a un restaurante chino con un amigo

Entramos y djimos

¿tiene mesa para dos?

Dice ¿fumador o no fumador?

No fumador

No tengo

¿Y fumador?

Tampoco

Nos cogió un ataque de risa ahí mismo. Al Sr chino también

Las dos últimas son de las buenas.

Se me ha ocurrido el topic porque he leído a un tipo explicando que su compañero de oficina no entendía porque se reía cuando le contaba que cualquier día habría viajes turísticos al sol... Pero la gente se quemaría ¿no?... y el otro le suelta... Evidentemente los viajes serían por la noche.

Una profesora de cine me dijo que los sueños en la narración cinematográfica eran un error... Intentando contenerme, le contesté -¿entonces La mujer del cuadro te parece un error?- a lo que apostilló...estamos hablando de cine, no me cambies de tema.

tacitus escribió:Una vez hace bastantes años fui a un restaurante chino con un amigo

Entramos y djimos

¿tiene mesa para dos?

Dice ¿fumador o no fumador?

No fumador

No tengo

¿Y fumador?

Tampoco

Nos cogió un ataque de risa ahí mismo. Al Sr chino también

Un amigo dueño de un bar tenía un cliente que iba a todos los días y pedía siempre lo mismo,un huevo duro y un botellin de agua.Se comía el huevo y dejaba el agua sin tocar.Un día decidió ponerle solo el huevo antes de que le pidiera y si,le dijo que pusiera el botellin que por supuesto no tocó y cuando fue a cobrarle solo lo que había tomado le espetó que no le había cobrado el agua y así estuvieron años.

MR.PUNCHY escribió:Un amigo dueño de un bar tenía un cliente que iba a todos los días y pedía siempre lo mismo,un huevo duro y un botellin de agua.Se comía el huevo y dejaba el agua sin tocar.Un día decidió ponerle solo el huevo antes de que le pidiera y si,le dijo que pusiera el botellin que por supuesto no tocó y cuando fue a cobrarle solo lo que había tomado le espetó que no le había cobrado el agua y así estuvieron años.

Maravilloso. El tipo pagaba porque tenía su protocolo de seguridad. Si alguna vez se hubiera atragantado habría tenido el agua a mano.

Sé que llevo toda la vida contándolo una y otra vez como el típico borracho brasas a las cuatro de la madrugada, pero es que nunca faltan ocasiones.

En un viaje de fin de curso del instituto al que yo no fui, al parecer hacía de guía el profe de Historia, que era un verdadero personaje. Pues bien, cuando el autocar pasaba por un puente que cruzaba el Ródano, dijo:
– A vuestra derecha tenéis el Ródano. ... Bueno, y a vuestra izquierda también, claro.

En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa. Todo por no tocarlo.

Stoneheart escribió:Sé que llevo toda la vida contándolo una y otra vez como el típico borracho brasas a las cuatro de la madrugada, pero es que nunca faltan ocasiones.

En un viaje de fin de curso del instituto al que yo no fui, al parecer hacía de guía el profe de Historia, que era un verdadero personaje. Pues bien, cuando el autocar pasaba por un puente que cruzaba el Ródano, dijo:
– A vuestra derecha tenéis el Ródano. ... Bueno, y a vuestra izquierda también, claro.

Sutter Cane escribió:

MR.PUNCHY escribió:Un amigo dueño de un bar tenía un cliente que iba a todos los días y pedía siempre lo mismo,un huevo duro y un botellin de agua.Se comía el huevo y dejaba el agua sin tocar.Un día decidió ponerle solo el huevo antes de que le pidiera y si,le dijo que pusiera el botellin que por supuesto no tocó y cuando fue a cobrarle solo lo que había tomado le espetó que no le había cobrado el agua y así estuvieron años.

Maravilloso. El tipo pagaba porque tenía su protocolo de seguridad. Si alguna vez se hubiera atragantado habría tenido el agua a mano.

O lo mismo el médico le dijo que tenía que comer con agua y el entendió que no era necesario bebersela.

Sutter Cane escribió:Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz.  Estoy vivo de milagro.

yo tengo muchas de esas de pequeño
¿que pasaría si tocas la plancha en caliente?
¿que pasaría si metes la mano en la puerta cuando se va a cerrar?
¿que pasaría si le das fuego a...?

Sutter Cane escribió:En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa.  Todo por no tocarlo.

Pobre hombre. Cuando me quejo de la mierda del coronavirus pienso en cómo debe llevarlo alguien así.

Lo cual me recuerda a que una vez, yendo a trabajar, vi salir a un tío de un container descojonándose y diciendo no sé qué de Rajoy.

Un amigo se dejó el móvil en un aeropuerto y se le ocurrió la brillante idea de ir a denunciarlo a comisaria diciendo que se lo habían robado por si rascaba algo del seguro.Total que como era frágil de conciencia tuvo la idea más brillante aún de volver arrepentido a la comisaria y decir que no era cierto.Efectivamente,acabó en el calabozo.

Un colega se me durmió de verdad en mi puta cara mientras le daba la chapa. Ese dia aprendí algo.

Sutter Cane escribió:Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz.  Estoy vivo de milagro.

Con 4-5 años me pasó algo parecido con las luces del árbol de navidad que no estaban encendidas y no se me ocurrió más que meter el dedo en el enchufe y me quedé enganchado. La cicatriz de la enganchada permanece en mi pulgar derecho desde entonces .

Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

Vaya putada para el colega .

Mr. Integrity escribió:

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

Vaya putada para el colega .

Que no hubiera soltado semejante gilipollez

millino escribió:

Mr. Integrity escribió:

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

Vaya putada para el colega .

Que no hubiera soltado semejante gilipollez

Me quedo solo con una chica en un pub de esos típicos de moda. No sé que decir. La acabo de conocer y se han ido sus amigas y los míos a otras cosas.
Pienso en hablarle del Ángel exterminador... y digo...

-¿te gusta Luis Buñuel?
- No lo sé. No me lo han presentado. ¿está aquí?

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

En su cabeza era espectacular.

Sutter Cane escribió:Me quedo solo con una chica en un pub de esos típicos de moda. No sé que decir. La acabo de conocer y se han ido sus amigas y los míos a otras cosas.  
Pienso en hablarle del Ángel exterminador... y digo...

-¿te gusta Luis Buñuel?
- No lo sé. No me lo han presentado. ¿está aquí?

Cerpin Taxt escribió:

Sutter Cane escribió:Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz.  Estoy vivo de milagro.

yo tengo muchas de esas de pequeño
¿que pasaría si tocas la plancha en caliente?
¿que pasaría si metes la mano en la puerta cuando se va a cerrar?
¿que pasaría si le das fuego a...?

Es que la curiosidad inconsciente esa ...era la pera.. y altamente peligrosa.

butanero escribió:Un colega se me durmió de verdad en mi puta cara mientras le daba la chapa. Ese dia aprendí algo.

Has pensado en hacer vídeos asmr?

Mr. Integrity escribió:

Sutter Cane escribió:Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz.  Estoy vivo de milagro.

Con 4-5 años me pasó algo parecido con las luces del árbol de navidad que no estaban encendidas y no se me ocurrió más que meter el dedo en el enchufe y me quedé enganchado. La cicatriz de la enganchada permanece en mi pulgar derecho desde entonces .

Yo a esas edades más o menos tuve la gran idea de morder el congelador de la nevera, de estos que tenían el armazón descubierto. Se me quedó pegado el labio inferior y mi madre tuvo que desenchufar todo y sacarme echando agua por encima. Vaya rato pasé, acabé con el labio lleno de heridas. Solo de recordarlo me da dentera.

clichentero escribió:

Mr. Integrity escribió:

Sutter Cane escribió:Una vez, cuando era pequeño, quise saber que pasaba si metías un alambre en el enchufe de la luz.  Estoy vivo de milagro.

Con 4-5 años me pasó algo parecido con las luces del árbol de navidad que no estaban encendidas y no se me ocurrió más que meter el dedo en el enchufe y me quedé enganchado. La cicatriz de la enganchada permanece en mi pulgar derecho desde entonces .

Yo a esas edades más o menos tuve la gran idea de morder el congelador de la nevera, de estos que tenían el armazón descubierto. Se me quedó pegado el labio inferior y mi madre tuvo que desenchufar todo y sacarme echando agua por encima. Vaya rato pasé, acabé con el labio lleno de heridas. Solo de recordarlo me da dentera.

Eso en el libro de Stephen King "Mientras Escribo" lo cuenta de puta madre. Cuando era pequeño e iba con su hermano mayor, que tenía SUPER IDEAS.

Stoneheart escribió:

Sutter Cane escribió:En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa.  Todo por no tocarlo.

Pobre hombre. Cuando me quejo de la mierda del coronavirus pienso en cómo debe llevarlo alguien así.    

Lo cual me recuerda a que una vez, yendo a trabajar, vi salir a un tío de un container descojonándose y diciendo no sé qué de Rajoy.

Una vez , borracho, se me ocurrió la gran idea de meterme dentro de un contenedor ( ya lo habían vaciado) por el que pasaba un colega de vuelta de los bares y siempre miraba por si había pizza del tele pizza. (si, ya, pues eso)

La idea era darle un susto. Pero me quedé durmiendo. Y me desperté ya de día, saliendo de allí se dobló el contenedor y pegué un ostión mientras la gente paseaba al perro y compraba el periódico.

Tuve que tirar la ropa a la basura. Y estuve oliendo mal ( yo, por mis fosas nasales) durante mucho tiempo.

Cuando fui agente inmobiliario alquilé el piso de una señora que era un verdadero tormento. La mujer no solo era de la cofradía del puño cerrado: podía perfectamente ser su máximo representante. Tenía un piso de verdadera mierda que al final me reservó el mejor de los perfiles: un cartaginés que trabajaba para la Marina y se mudaba con su mujer e hijos por ser destinado a Madrid.

Las negociaciones fueron un tormento, porque la señora pedía un precio que no era ni real. Daban ganas de pegarse cabezazos en la cabeza hablando con ella. Le vendí las claras bondades del perfil del inquilino: su puesto, su profesión, sus ingresos... Le llegué a decir que realmente lo iban a ocupar la mujer y los hijos ya que él seguramente tendría que hacer viajes determinados en barco. Y ahí la señora, con todo su papo, con sus dos tremendísimos ovarios, me suelta de repente:

-Pero.... ¿¿¿ Y se se le hunde el barco???

No pude evitarlo, tuve el ataque de risa más grande que he tenido en mi vida

Johnny Kashmir escribió:Cuando fui agente inmobiliario alquilé el piso de una señora que era un verdadero tormento. La mujer no solo era de la cofradía del puño cerrado: podía perfectamente ser su máximo representante. Tenía un piso de verdadera mierda que al final me reservó el mejor de los perfiles: un cartaginés que trabajaba para la Marina y se mudaba con su mujer e hijos por ser destinado a Madrid.

Las negociaciones fueron un tormento, porque la señora pedía un precio que no era ni real. Daban ganas de pegarse cabezazos en la cabeza hablando con ella. Le vendí las claras bondades del perfil del inquilino: su puesto, su profesión, sus ingresos... Le llegué a decir que realmente lo iban a ocupar la mujer y los hijos ya que él seguramente tendría que hacer viajes determinados en barco. Y ahí la señora, con todo su papo, con sus dos tremendísimos ovarios, me suelta de repente:

-Pero.... ¿¿¿ Y se se le hunde el barco???

No pude evitarlo, tuve el ataque de risa más grande que he tenido en mi vida

Johnny Kashmir escribió:Cuando fui agente inmobiliario alquilé el piso de una señora que era un verdadero tormento. La mujer no solo era de la cofradía del puño cerrado: podía perfectamente ser su máximo representante. Tenía un piso de verdadera mierda que al final me reservó el mejor de los perfiles: un cartaginés que trabajaba para la Marina y se mudaba con su mujer e hijos por ser destinado a Madrid.

Las negociaciones fueron un tormento, porque la señora pedía un precio que no era ni real. Daban ganas de pegarse cabezazos en la cabeza hablando con ella. Le vendí las claras bondades del perfil del inquilino: su puesto, su profesión, sus ingresos... Le llegué a decir que realmente lo iban a ocupar la mujer y los hijos ya que él seguramente tendría que hacer viajes determinados en barco. Y ahí la señora, con todo su papo, con sus dos tremendísimos ovarios, me suelta de repente:

-Pero.... ¿¿¿ Y se se le hunde el barco???

No pude evitarlo, tuve el ataque de risa más grande que he tenido en mi vida

Hay gente que te hace pensar en como han llegado hasta ese momento vivos. ( porque yo metí un alambre en el enchufe con seis o siete años, pero enseguida se acaba de completar el instinto de supervivencia)

Stoneheart escribió:

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

En su cabeza era espectacular.

Es un tío de la ostia, de verdad, pero no es el número 1 de la clase

Sutter Cane escribió:

Stoneheart escribió:

Sutter Cane escribió:En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa.  Todo por no tocarlo.

Pobre hombre. Cuando me quejo de la mierda del coronavirus pienso en cómo debe llevarlo alguien así.    

Lo cual me recuerda a que una vez, yendo a trabajar, vi salir a un tío de un container descojonándose y diciendo no sé qué de Rajoy.

 

Una vez ,  borracho, se  me ocurrió la gran idea de meterme dentro de un contenedor ( ya lo habían vaciado) por el que pasaba un colega de vuelta de los bares y siempre miraba por si había pizza del tele pizza. (si, ya, pues eso)

La idea era darle un susto. Pero me quedé durmiendo. Y me desperté ya de día, saliendo de allí se dobló el contenedor y pegué un ostión mientras la gente paseaba al perro y compraba el periódico.  

Tuve que tirar la ropa a la basura. Y estuve oliendo mal ( yo, por mis fosas nasales) durante mucho tiempo.

Esta me ha recordado a un momento bajísimo. Mío

Estaba en fiestas de un pueblo cercano aquí, en txoznas, viendo un concierto de ni me acuerdo quién. Me puse cieguísimo, pero fatal, de patxarán (para seguir con los tópicos ) Total, que me meaba, y al lado había una cuesta con hierba donde iba la gente a mear. Voy, y obviamente con la que llevaba me caigo y voy rodando la mitad de la cuesta más o menos. Me quedo tumbado boca arriba y no me veía capaz de levantarme así que digo "me quedo aquí un rato". Aparecen 3 o 4 chavalas, y se ponen en cuclillas a mear al lado mía. Una tuvo la delicadeza de, mientras estaba ahí acuclillada meando preguntarme "¿estás bien?" Y yo "sí, sí, perfectamente, gracias"

Se piraron y a las dos horas me vi con fuerzas para levantarme, subí para arriba, pensando en que obviamente estaría solo y en cómo volver a casa, sin coche y si nada, y me encuentro a mis colegas como si nada, que me miran, lleno de hierbajos, y me preguntan "pero donde cojones estabas?" Y yo: "Meando". Y seguimos la noche

Sutter Cane escribió:

Stoneheart escribió:

Sutter Cane escribió:En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa.  Todo por no tocarlo.

Pobre hombre. Cuando me quejo de la mierda del coronavirus pienso en cómo debe llevarlo alguien así.    

Lo cual me recuerda a que una vez, yendo a trabajar, vi salir a un tío de un container descojonándose y diciendo no sé qué de Rajoy.

 

Una vez ,  borracho, se  me ocurrió la gran idea de meterme dentro de un contenedor ( ya lo habían vaciado) por el que pasaba un colega de vuelta de los bares y siempre miraba por si había pizza del tele pizza. (si, ya, pues eso)

La idea era darle un susto. Pero me quedé durmiendo. Y me desperté ya de día, saliendo de allí se dobló el contenedor y pegué un ostión mientras la gente paseaba al perro y compraba el periódico.  

Tuve que tirar la ropa a la basura. Y estuve oliendo mal ( yo, por mis fosas nasales) durante mucho tiempo.

Ja ja ja ja.Eso me recuerda a un colega que se quedó durmiendo la borrachera en un banco(de los de sentarse) y viendo que había unas vallas las cogimos y lo rodeamos con ellas por completo,pasaron unos chavales por allí que vieron unos tablones y decidieron completar nuestra obra techándolo.En su melopea tardó un buen rato en discernir que había pasado y como se salía de allí.

Esa mola.

El calvo que tu sabes llenó un carro del mercadona de periódicos, le prendió fuego y lo tiró contra la puerta del ayuntamiento. ¿por qué? Porque es lo que pasa cuando improvisas. El poli que había dentro vio el panorama, decidió darse la vuelta y comprobar otras instancias del edificio.

En el curro, mandar limpiar una escalera a un porrero con una pistola a presión de agua.

Lo hizo de abajo hacia arriba, acumulando y subiendo la mierda escalón a escalón.

Oh, como me gusta este hilo

Alex2m escribió:En el curro, mandar limpiar una escalera a un porrero con una pistola a presión de agua.

Lo hizo de abajo hacia arriba, acumulando y subiendo la mierda escalón a escalón.

Antes de un bolo, el batería y el bajista de mi primer grupo se fueron a buscar la furgoneta de alquiler mientras los otros dos esperábamos con los cacharros. El informe sobre el estado del vehículo ponía  little scratches all over the car. El señor de la agencia, que por lo visto no desentonaba nada en un cómic de Pedro Vera, se lo enseñó y les preguntó si podían traducirle esa parte, que no la entendía. "¡Egque me lo ponen todo en catalán!" El batería fue el encargado de aguantar el tipo y hacerle el favor al hombre mientras el otro se descojonaba mirando al suelo.

Por cierto, no estuve presente en ninguna de las dos que he dicho. Es una habilidad que tengo: la ausencia.

millino escribió:

Mr. Integrity escribió:

millino escribió:Un día nos estábamos jugando, creo recordar, quien llevaba el coche esa noche y, por tanto, no bebía. Un colega dijo "vale, ya se, con las manos, del 1 al 10, el que saque el número más alto conduce"

Obviamente acabó conduciendo él y todos los demás de cachondeo con el tema toda la noche

Vaya putada para el colega .

Que no hubiera soltado semejante gilipollez

Él también aprendió algo, como Butanero 

A ver si se explicarme. Estamos de fiesta, alegres, contentos de fumar y beber caminando hacia el pub de referencia y llegamos a un cruce, los que van en coche tienen que elegir entre girar a la izquierda y continuar por la ciudad o seguir recto  donde hay una especie de plaza que básicamente era sitio para aparcar. En la entrada de esta plaza habia una valla y una señal de prohibido el paso, decidimos cambiarla y la colocamos donde se giraba a la izquierda. El resultado, los coches entraban en la plaza y después de dar la vuelta salían para encontrarse exactamente en el mismo lugar por que la única otra salida era en dirección contraria. Unas buenas risas nos echamos.

Eiiii ese del Hospi! 

Y hAy que ser cabrón 

Ir a recoger a alguien con el primer coche que tuve, un Opel Corsa de los 80, volver donde lo dejé aparcado, introducir la llave en la cerradura, va duro pero acaba cediendo, entro, ostia que adelantado que está el asiento, el salpicadero es de otro color, joder, no es mi coche! Salgo de un salto, veo que el mio está un par de plazas mas allá. Menos mal que el dueño no estaba viéndonos mientras cenaba en un local de enfrente. Lo jodido es pensar que igual que yo le abrí el coche a uno, otro me lo podía abrir a mi, cosas de cerraduras baratas de serie

Johnny Kashmir escribió:Cuando fui agente inmobiliario alquilé el piso de una señora que era un verdadero tormento. La mujer no solo era de la cofradía del puño cerrado: podía perfectamente ser su máximo representante. Tenía un piso de verdadera mierda que al final me reservó el mejor de los perfiles: un cartaginés que trabajaba para la Marina y se mudaba con su mujer e hijos por ser destinado a Madrid.

Las negociaciones fueron un tormento, porque la señora pedía un precio que no era ni real. Daban ganas de pegarse cabezazos en la cabeza hablando con ella. Le vendí las claras bondades del perfil del inquilino: su puesto, su profesión, sus ingresos... Le llegué a decir que realmente lo iban a ocupar la mujer y los hijos ya que él seguramente tendría que hacer viajes determinados en barco. Y ahí la señora, con todo su papo, con sus dos tremendísimos ovarios, me suelta de repente:

-Pero.... ¿¿¿ Y se se le hunde el barco???

No pude evitarlo, tuve el ataque de risa más grande que he tenido en mi vida

Siendo cartaginés y relacionado con la Marina ¿no sería por casualidad Aníbal Barca?

MR.PUNCHY escribió:

Sutter Cane escribió:

Stoneheart escribió:

Sutter Cane escribió:En los contenedores de mi calle había un hombre ( ya no lo veo nunca) que esperaba frente a ellos, con la bolsa en la mano, el tiempo que fuera necesario, hasta que alguien abría el tiempo suficiente como para aprovecharse y tirar su bolsa.  Todo por no tocarlo.

Pobre hombre. Cuando me quejo de la mierda del coronavirus pienso en cómo debe llevarlo alguien así.    

Lo cual me recuerda a que una vez, yendo a trabajar, vi salir a un tío de un container descojonándose y diciendo no sé qué de Rajoy.

 

Una vez ,  borracho, se  me ocurrió la gran idea de meterme dentro de un contenedor ( ya lo habían vaciado) por el que pasaba un colega de vuelta de los bares y siempre miraba por si había pizza del tele pizza. (si, ya, pues eso)

La idea era darle un susto. Pero me quedé durmiendo. Y me desperté ya de día, saliendo de allí se dobló el contenedor y pegué un ostión mientras la gente paseaba al perro y compraba el periódico.  

Tuve que tirar la ropa a la basura. Y estuve oliendo mal ( yo, por mis fosas nasales) durante mucho tiempo.

Ja ja ja ja.Eso me recuerda a un colega que se quedó durmiendo la borrachera en un banco(de los de sentarse) y viendo que había unas vallas las cogimos y lo rodeamos con ellas por completo,pasaron unos chavales por allí que vieron unos tablones y decidieron completar nuestra obra techándolo.En su melopea tardó un buen rato en discernir que había pasado y como se salía de allí.

Minecraft urbano

Johnny Kashmir escribió:Cuando fui agente inmobiliario alquilé el piso de una señora que era un verdadero tormento. La mujer no solo era de la cofradía del puño cerrado: podía perfectamente ser su máximo representante. Tenía un piso de verdadera mierda que al final me reservó el mejor de los perfiles: un cartaginés que trabajaba para la Marina y se mudaba con su mujer e hijos por ser destinado a Madrid.

Las negociaciones fueron un tormento, porque la señora pedía un precio que no era ni real. Daban ganas de pegarse cabezazos en la cabeza hablando con ella. Le vendí las claras bondades del perfil del inquilino: su puesto, su profesión, sus ingresos... Le llegué a decir que realmente lo iban a ocupar la mujer y los hijos ya que él seguramente tendría que hacer viajes determinados en barco. Y ahí la señora, con todo su papo, con sus dos tremendísimos ovarios, me suelta de repente:

-Pero.... ¿¿¿ Y se se le hunde el barco???

No pude evitarlo, tuve el ataque de risa más grande que he tenido en mi vida

No había leído esto.

Esta no va exactamente con el espíritu del topic, pero me acabo de acordar y es demasiado buena.



La sucesión de hechos significativos a lo largo de la existencia suelen oscurecer las autenticas obras de arte del surrealismo.
 
Viajando de Quintana de la Serena hacia Murcia paré en un bar de carretera. De esos de nacional antigua, cuyas losas contaban más del pasado que de un lánguido presente. La intención era comprar algo comestible para seguir camino . Cruzando la carretera miré alrededor, no había nada que supusiera alguna pista de civilización. Atravesé el umbral, vestido con un cortina de tiras de colores, para introducirme en una penumbra unicamente habitada por la decena de moscas más deseosas de llegar a fin de mes que me han revoloteado  jamás.
 
Mientras esperaba que saliera alguien noté que no había nada allí dentro que no fuera el cadáver de un bar.  Un grifo de cerveza seco,  cuatro vasos sucios en una desvencijada estantería y unas bolsas de patatas fritas, que hubiera jurado, estaban abiertas y algo roídas.  Ensimismado ante tal situación apareció un chaval joven y sonriente que hizo su pregunta.   Ante mi duda, expresó una suerte de justificaciones en pos de tal pasmosa situación que acabaron por convencerme. Lo tenía todo atrás, en su casa, porque iban a remodelar el bar. Por tan plausible posibilidad ejercí de cliente pidiendo el típico bocadillo de jamón serrano. Asintió y luego desapareció por esa minúscula y extraña puerta de almacén por la que había asomado la cabeza al principio, dejándome  solo con el silencio de las moscas.
 
Unos quince minutos después pensé... ¿a que no vuelve? Pero en ese instante apareció con un bocadillo envuelto en papel de plata. Insistió en cobrarme en pesetas, pero ya hacía un par de años que vivíamos la tiranía del euro. Así que, a regañadientes confió en mi pericia matemática y le endiñé tres euros que nunca supo calibrar. Monté en el coche y dejé el bocadillo en el asiento del copiloto. Unos doscientos kilómetros más allá del extraño bar decidí que era hora de comer. Así que paré en un gran jardín en Ciudad Real . Bajé del coche, me senté en un banco y me dispuse a abrir el bocadillo.

En ese momento pensé que no había comprobado que estuviera todo en regla. Con las prisas y la voluntad aplicada a los modales del viajero uno ha de tener suficiente. Desgajé el papel de plata, encontrando un trozo de pan macilento, más duro que el cemento... abrí aquello como pude... y encontré donde debía estar el jamón serrano un destornillador oxidado.  

Me pareció tan jodidamente brillante que casi me caen las lágrimas de orgullo por el puto Lazarillo de Tormes de los cojones.