RONDA 7.32 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS - ¡TORO ARRASA!

Esmeralda escribió:

Vinny Vedecci escribió:¡Feliz no-cumpleaños, Esmeralda!

Gracias!

Feliz no cumpleaños a todos

Gracias por los puntos a Vinny y eloyso en el previo

Ahora a ver qué escribo,

Toro escribió:

Esmeralda escribió:

Vinny Vedecci escribió:¡Feliz no-cumpleaños, Esmeralda!

Gracias!

Feliz no cumpleaños a todos

Gracias por los puntos a Vinny y eloyso en el previo

Ahora a ver qué escribo,

Creo que enviando hoy antes de las 22, vinny te deja que mandes los dos relatos junto igual

m señor escribió:Puede escribir Toro uno por mi hoy?
m

Nuxe escribió:

Toro escribió:

Esmeralda escribió:

Vinny Vedecci escribió:¡Feliz no-cumpleaños, Esmeralda!

Gracias!

Feliz no cumpleaños a todos

Gracias por los puntos a Vinny y eloyso en el previo

Ahora a ver qué escribo,

Creo que enviando hoy antes de las 22, vinny te deja que mandes los dos relatos junto igual

A...pero había límite?

Vinny Vedecci escribió:

m señor escribió:Puede escribir Toro uno por mi hoy?
m

Por supuesto.

m señor escribió:Puede escribir Toro uno por mi hoy?
m

Toro escribió:

m señor escribió:Puede escribir Toro uno por mi hoy?
m

Joder... no había visto el nuevo avatar... tienes medio relato hecho con eso

Vinny Vedecci escribió:9. Si hace falta sí lo soy

-Usted no sabe con quién está hablando.
-¿No es usted Juan García López?
-Sí, pero no ese Juan García López.
-¿No es usted el sobrino de don Arsenio García Gutiérrez?
-Mi padre ni siquiera se apellidaba Gutiérrez de segundo, era González, así que por favor, le ruego que no llame más a este número.
-Disculpe, señor García, sentimos las molestias. Anotaremos aquí que no se vuelvan a poner en contacto con usted, puesto que no es el heredero de los 1,8 millones de euros de D. Arsenio García Gutiérrez.
-¿Cómo dice? ¿Qué se ha muerto el tío Arsenio? ¡QUE DESGRACIA!, ¡QUE DESGRACIA!

Vinny Vedecci escribió:8.᠝᠝θᠧᡀ

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Tutéame, por favor, que sí lo sé. Eres el mejor batería que he escuchado jamás, el más rítmico. Por eso he venido a pedirte un autógrafo— le dije entregándole libreta y bolígrafo.
—Vaya, me sobrevalora usted— dijo ruborizándose.
—Para nada, mírate, me atiendes y me firmas, incluso sin dejar de tocar y hacer headbanging al ritmo de la música.
—No comprendo.
—Estás moviendo la cabeza a tal velocidad, que parece que tienes 4… ¡6 ojos!
—Emmm… tengo 6 ojos…
—Y ese manejo de las baquetas, esa rapidez, como si tuvieras otros 6 brazos.
—Es que tengo… 6 extremidades.
Miré en silencio sus negras cuencas oculares unos segundos, dudando. Ahí estaban las 6, totalmente quietas. Además vi dos antenas a sus lados que habían pasado desapercibidas. Tomé la libreta en la que había un garabato impronunciable.
—Disculpe, quizá tiene razón y no sé con quién estoy hablando – me despedí avergonzado.

Vinny Vedecci escribió:7. Indignación en alta frecuencia

Usted no sabe con quién está hablando, corto y cierro.

Zzzz escribió:Lo tengo fatal esta semana, como casi siempre pero tal vez me anime a un show si Vinny no me da el punto, no sea que piense que lo hago por eso y no por aprecio.

Vinny Vedecci escribió:

Zzzz escribió:Lo tengo fatal esta semana, como casi siempre pero tal vez me anime a un show si Vinny no me da el punto, no sea que piense que lo hago por eso y no por aprecio.

Sin problema. Los puntos no aceptados me los sumo yo.

salakov escribió:Poner youtubes es fácil.

Lo difícil es hacer un show.

Vinny Vedecci escribió:12. ¿Con la Flaca?

—Usted no sabe con quién está hablando.
—No tengo el gusto.
—No creo que vaya a darle mucho gusto. Soy la Muerte.
—No me jodas. ¿Con esa cara?
—¿Qué le pasa a mi cara?
—Que tienes cara de pan, con esos mofletes colorados, que parece que te acabas de comer un cocido.
—Ya veo. No doy el tipo. Me imaginabas esquelética y con la guadaña en la mano. Topicazos.
—Además, decía Epicuro que “mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, no existo yo”. Por tanto, como yo pienso, luego existo, que decía Descartes, tú no puedes ser la Muerte.
—Ostras, es usted un puñetero filósofo. Mejor lo dejamos para otro día. Me ha dado flato y usted es un plasta.
—Ve con Dios.
—Sí, me piro. Pero volveré. Nadie se libra de mí.
—¿Conoces la teoría del eterno retorno?
—¡Adioooosssssss!

Vinny Vedecci escribió:1. Identidad

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Yo no, desde luego, ¿acaso lo sabe usted?
—¿Cómo?
—Si sabe usted mismo quién es.
—Por supuesto.
—No me refiero a su nombre, religión, estudios, tendencias políticas o características físicas.
—Podría decirle muchas otras particularidades identificativas mías.
—Todas inventadas, usted no es más que un ficticio personaje en un relato. Ni eso; una identidad simulada por cuatro frases que ni siquiera tiene nombre si no aparece escrito, como es el caso.
—Lo mismo que usted me temo, nadie existe entonces aquí.
—Falso, existe el que nos está leyendo.
—¿Y acaso sabe quién es? Porque si desconoce algo es como si no existiera para usted.
—No sé quién es, pero sé que tiene que existir para que existamos nosotros y que, a diferencia de nosotros, está vivo. Eso sí, más le vale aprovechar el tiempo porque, también a diferencia de nosotros, acabará su vida en algún momento, mientras nosotros seguiremos aquí.

Vinny Vedecci escribió:2. Julio

«Usted no sabe con quién está hablando»
Estas fueron las únicas palabras que el agente Peabody leyó cuando le pasaron lo que debían ser las peticiones del secuestrador. Eran las once de la mañana y el sol comenzaba a quemarle la nuca, jodido mes de julio y jodidas sucursales de pueblos como aquél. De su sombrero de cowboy  asomaban gotas de sudor que morían en sus patillas y perlaban su frente.
Se atusó lentamente su poblado bigote, su ayudante esperaba como un sabueso que él, sheriff de Shinbone, le ordenara pasar a la acción. ¿Pero qué estaba pasando? Peabody no entendía nada. Una semana antes, en el prostíbulo de Mary la del corderito, un hombre se había atrincherado en su interior con cinco de las chicas, y cuando había tratado de iniciar un diálogo con él, el muy hijoputa, le había dado una nota en la que pudo leer: «Francamente, querida, me importa un bledo».

Vinny Vedecci escribió:3. El despertar

Usted no sabe con quién está hablando, ¿verdad? —preguntó el doctor señalando a la mujer que sostenía su mano derecha entre las suyas. No se preocupe, es normal, irá recuperando paulatinamente la memoria —sonrió—; lo importante es que está de vuelta.

Han sido casi dos años, pero nunca perdí la esperanza de recuperarte —afirmó llorosa mientras le acariciaba la mejilla.

Sin embargo, en un destelló recordó todo. La inquietud laboral que socavaba su ánimo, las constantes discusiones que los tenía al borde del divorcio y el agotamiento con el que tomó la carretera después de otra noche de insomnio. Ahora comprende que se debió dormir al volante.

También sabe que la hermosa chica que lo mira con ternura no es su mujer. Desconoce quién es y de dónde ha salido, pero entiende que debe decir algo. «Ya... te recuerdo... te quiero tanto» —le confiesa mientras hunde sus labios en aquellos desconocidos cabellos rubios.

Vinny Vedecci escribió:4. Privación sensorial

“Usted no sabe con quién está hablando, pero no se preocupe; esa información carece de importancia en este momento”. Percibió, no sin dificultad, aquel sonido que llegaba distorsionado, crepitante, como ondas sonoras difuminadas deliberadamente, aunque lo suficientemente claras para entender el significado de las palabras de sus interlocutores. “Probablemente tenga también problemas para identificar el lugar en el que se encuentra”, prosiguió comunicando la inquietante voz. “Quizá se sienta raro, entumecido. Hemos introducido en su cuerpo una sustancia que puede ocasionar una momentánea privación sensorial”. La víctima, acongojada y desorientada alcanzó a preguntar lo que querían de él. “El precio del antídoto asciende a cinco mil pesetas. ¿Lo quiere?”, contestó la voz, cada vez más intimidante. “Sí, sí, por favor. De acuerdo, déjenme mirar en mi cartera que creo que…”.

¡Pero bueno! ¡Papá! ¡Suelta la cartera! Y vosotros, que sea la última vez que le dais al abuelo una magdalena con hachís para intentar sacarle los cuartos.

Vinny Vedecci escribió:5. La fama

Usted no sabe con quién está hablando, pero pronto lo sabrá, todos lo sabrán, grita Justino al tipo al que ha pedido que lo grabe con el móvil, a la orilla del mar, desnudo y con una navaja en la mano. Porque hoy es el día. Ya no es el influencer que fue. Ya no le vale filmar y colgar esos gestos cotidianos como cortarse las uñas de los pies, y que, repugnantes para unos y acertadas metáforas de la asquerosa verdad para otros, nadie dejaba de ver. Luego llegó el hartazgo y ahora Justino, tras hacerse unos cortes en los brazos, se sumerge en el agua y su sangre fluye y fluye. No sabemos qué está pasando por su cabeza, pero a juzgar por la fanática alegría que refleja su cara, parece imaginar la cantidad de likes en las redes sociales, justo cuando ve tres aletas negras aproximarse.

Vinny Vedecci escribió:6. Uve

Usted no sabe con quién está hablando, vomitaban tus dientes traicioneros, y tenían razón. Frente a mí tenía la carcasa vacía de alguien irreconocible. Un mes antes me suplicabas volver, «te estoy rogando, trata de confiar en mí, lo hago por los dos», y ahora me apagabas con la indolencia del verdugo. Recuerdo verte humillar la mirada mientras improvisabas excusas. Al mismo tiempo, a mi cabeza regresaban algunas palabras pronunciadas: «je t’aime», mentiste en francés; «buenas vacaciones, amor», bisbiseaste de crueldad cual lamprea sin responsabilidad afectiva. ¿Dónde se encontraba mi persona amada?, indagaba frente a la extensión de dolor que habías tornado. Quizá nunca existió, o sólo lo hizo en mis ojos. Fue quitármelos y todo se esfumó: tu belleza, tu credibilidad, la posibilidad de un nosotros. «Todo era verdad», escuché tu suspiro final al viento; «no te vayas, D.», pero ya me había ido. En mis ojos, diamantes. Sólo en mis ojos, por siempre ciegos.

Vinny Vedecci escribió:7. Indignación en alta frecuencia

Usted no sabe con quién está hablando, corto y cierro.

Vinny Vedecci escribió:8.᠝᠝θᠧᡀ

—Usted no sabe con quién está hablando.
—Tutéame, por favor, que sí lo sé. Eres el mejor batería que he escuchado jamás, el más rítmico. Por eso he venido a pedirte un autógrafo— le dije entregándole libreta y bolígrafo.
—Vaya, me sobrevalora usted— dijo ruborizándose.
—Para nada, mírate, me atiendes y me firmas, incluso sin dejar de tocar y hacer headbanging al ritmo de la música.
—No comprendo.
—Estás moviendo la cabeza a tal velocidad, que parece que tienes 4… ¡6 ojos!
—Emmm… tengo 6 ojos…
—Y ese manejo de las baquetas, esa rapidez, como si tuvieras otros 6 brazos.
—Es que tengo… 6 extremidades.
Miré en silencio sus negras cuencas oculares unos segundos, dudando. Ahí estaban las 6, totalmente quietas. Además vi dos antenas a sus lados que habían pasado desapercibidas. Tomé la libreta en la que había un garabato impronunciable.
—Disculpe, quizá tiene razón y no sé con quién estoy hablando – me despedí avergonzado.

Vinny Vedecci escribió:9. Si hace falta sí lo soy

-Usted no sabe con quién está hablando.
-¿No es usted Juan García López?
-Sí, pero no ese Juan García López.
-¿No es usted el sobrino de don Arsenio García Gutiérrez?
-Mi padre ni siquiera se apellidaba Gutiérrez de segundo, era González, así que por favor, le ruego que no llame más a este número.
-Disculpe, señor García, sentimos las molestias. Anotaremos aquí que no se vuelvan a poner en contacto con usted, puesto que no es el heredero de los 1,8 millones de euros de D. Arsenio García Gutiérrez.
-¿Cómo dice? ¿Qué se ha muerto el tío Arsenio? ¡QUE DESGRACIA!, ¡QUE DESGRACIA!

Vinny Vedecci escribió:10. Cookies enabled

—Usted no sabe con quién está hablando.
—José Díaz Sancho. 51 años. Hijo de Bernabé y Luisa. Una hermana; María Francisca, conocida como “Paquita Dinamita” en Calahorra. Curso la E.G.B. en el colegio San Agustín de esta última localidad. Después de su paso por el instituto Marco Fabio Quintiliano, prestó servicio militar en Zaragoza, donde fue subcampeón de mus. Licenciado en Derecho, consiguió su sueño, convertirse en registrador de la propiedad tras ocho años opositando. Aficionado al Logroñés y ávido coleccionista de sobres de azúcar. Su comida preferida son las manitas de cordero y la tortilla Alaska. Propenso a tener el ácido úrico alto y con afición a solazarse con vídeos de lesbianas con obesidad mórbida. Conoció a su mujer, Carmen Martínez Llamas —actualmente trabajadora de la gestoría López-Mora— en la boda de su primo Perico. Padre de dos hijos…
—¡Ja! ¡De tres!
—Que sean dos.

Vinny Vedecci escribió:11. ¡PARDIEZ!

–Usted no sabe con quién está hablando, deje que le explique.
–A ver…
–Gracias, verá, como ya le dije a su compañero, yo soy el hijo de Dios, Jesús, el elegido…
–¿Jesucristo, verdad? El de los panes y los peces.
–Sí, sí, entre otros muchos milagros.
–Mmm…ya. ¿Y dónde está su túnica, eh?¿y su corona de espino?
–Esto...
–¡Si ni siquiera tiene usted barba!
–Era mi cena de despedida, los chicos se animaron…
–¿Los chicos? Ja! Y ahora me dirá que eran doce, claro.
–Eso es, tres veces le dije: “Pedro, no, la barba, no” –suspiró– y lo último que recuerdo fue ir a donde María Magdalena.
–Ya, y eso explica lo del vestido de cuero, los tacones y la sangre.
–Tengo que hablar con mi padre. Usted no sabe quién es mi padre, él, él…
–Es Dios, claro ¿el de la barba blanca y el triángulo, verdad? ¡Asmodeo, llévatelo  para abajo!

Y desde entonces la humanidad vive condenada. Per sécula seculórum, amén.

Vinny Vedecci escribió:12. ¿Con la Flaca?

—Usted no sabe con quién está hablando.
—No tengo el gusto.
—No creo que vaya a darle mucho gusto. Soy la Muerte.
—No me jodas. ¿Con esa cara?
—¿Qué le pasa a mi cara?
—Que tienes cara de pan, con esos mofletes colorados, que parece que te acabas de comer un cocido.
—Ya veo. No doy el tipo. Me imaginabas esquelética y con la guadaña en la mano. Topicazos.
—Además, decía Epicuro que “mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, no existo yo”. Por tanto, como yo pienso, luego existo, que decía Descartes, tú no puedes ser la Muerte.
—Ostras, es usted un puñetero filósofo. Mejor lo dejamos para otro día. Me ha dado flato y usted es un plasta.
—Ve con Dios.
—Sí, me piro. Pero volveré. Nadie se libra de mí.
—¿Conoces la teoría del eterno retorno?
—¡Adioooosssssss!

Vinny Vedecci escribió:13. Lectores de pensamientos

Usted no sabe con quién está hablando, lo sé porque puedo leer sus pensamientos. Se comporta como si lo supiera, pero sé que no es así. Leo que tampoco sabe qué hacer esta noche, ni mañana, ni el resto de los días. Piensa que estoy interesado en la conversación, que me importan las historias que cuenta. Cree que me he equivocado de persona, que no le estoy siguiendo la corriente. Lo hace porque no le queda más remedio que creer lo que necesita creer. Puedo leer en sus pensamientos que está exhausto, desencantado, consumido. Continúo leyendo y escudriñando detrás de sus ojos con la esperanza de encontrar la señal, el indicio infalible. Sonrío. Por fin lo veo, como otros lo vieron antes en mí. Dentro de poco dejará de sentirse tan solo, dentro de poco será capaz de leer los pensamientos de los demás y ayudará a otros extraños solitarios que se crucen en su camino.

Vinny Vedecci escribió:14. Partida de Risk

-Usted no sabe con quién está hablando, en la época en la cual residí en Londres me llamaban "Invincible Paco". Nadie era capaz de ganarme porque mis movimientos y estrategias eran totalmente inesperadas y siempre tenían la guardia baja a la hora de los ataques, además de que mi defensa siempre era férrea y estaba bien poblada y por supuesto, con una gran muralla detrás por lo que pusiese pasar. En el risk nunca pierdo, ¿sabes?, porque soy "Invincible Paco", ¿me oyes?, "¡INVINCIBLE PACO!"
- De acuerdo, pero vas perdiendo, así que es tu turno "Imbécil El Paco".