RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS

por Tonick Urtis 18.11.22 16:04

FRASE: "La encantadora de abejas..."

*PODRÁN PRESENTARSE DOS RELATOS A CONCURSO POR AUTOR.

Cerraremos recepción el miércoles 30 de noviembre.

Los que falten por votar, pueden votar doble: 3, 3, 2, 2, 1, 1, 1, 1.

Los que hayan votado ya, pueden volver a hacerlo con otros 3, 2, 1, 1.

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Punto extra para quien escriba un FdR (Fuera de Ronda) de temática feminista como homenaje al Día contra la Violencia de Género, que se ha celebrado este viernes. Pueden ustedes publicar su FdR directamente. Máximo 150 palabras.

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Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VIII EDICIÓN:

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por Tonick Urtis 18.11.22 16:05

Relatos FdR

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1. Ole su coño (Zzzz) (+1)

La encantadora de abejas no quiere ningún zángano en su vida.

***

2. Caceria de puercos (Toro) (+1)

Yo no hablo mucho, y mi rifle solo sabe monosilabos —rió—. ¡Cómo ha caído ese jabalí!
La puerta del Jeep la sobresaltó.
—¿Has oido los disparos?
—Eh no... digo, sí, sí…
—¿Con el móvil otra vez? ¡Trae aquí! ¿Tonteando con alguno? ¡Mira que te lo he avisado! ¡Eres una zorra!

Contemplaba su mejilla a punto de estallar en silencio, en el espejo del parasol, volviendo a casa tras la tremenda bofetada en el coche.
Tiritaba de miedo mientras el dormía a su lado. Le oía respirar y deseaba con todas sus fuerzas que sus pulmones no volvieran a llenarse. Pero seguían haciéndolo. Una y otra vez.
Sus piernas amoratadas por la paliza de anoche, la condujeron a la habitación contigua. Allí lo encontró. Deshizo sus pasos sin apenas respirar y se acercó hasta donde los jadeos del durmiente eran insoportables. Pero no duraron mucho más.
—¿Has oído ese monosílabo, cerdo?

***

3. Barbies y Barriguitas (Salakov)

Ocurrió el año pasado. Bilbao, 8 de marzo. Mi hermana Teresa lleva a la manifestación a mi sobrina Annie, de cinco años. Banderas moradas, pancartas reivindicativas. La marea humana desciende Gran Vía entre gritos:

—¡Sola! ¡Borracha! ¡Quiero llegar a casa!
—¡El machismo es terrorismo!
—¡Estoy hasta el culo de tanto machirulo!

La manifestación avanza. Emergen nuevas soflamas.

—¡Menos Barbies! ¡Más Barriguitas!

Y en ese punto mi sobrina, fuera de lugar, del todo desconcertada, se gira hacia mi hermana y le dice: «amatxu, pero a mí me gustan las Barbies».

***

4. Conversaciones ajenas (Dama de Shalott) (+1)

Leo "El resto de la vida" en la terraza de un bar, al pie de un recinto deportivo no menos solitario que yo, tomando con reposo un verdejo servido por un oriental cuyo origen lejano jamás pudo advertir el devenir que tendría la vida: que un vástago y su reverencial descendencia habrían de cocinar el menú de pascua sirviendo frescor procedente de las viñas castellanas.
¡Es la vida tan incierta! Se va acopiando mi entorno de parejas que solicitan su refrigerio con tapa de ibérico y oliva preñada.
Mientras degusto el vino y mi lectura sobre una versión actual del mito de Orfeo, escucho sin prestar atención conversaciones ajenas, hasta que me sobresalta el tono de quien dice: "como me dejes, te mato".

Mi libro cae al suelo.

***

5. Con las manos en la masa (Moderno)

Las mujeres de la tribu entraron en la cabaña, donde ya las esperaban los hombres. Se sentaron alrededor de la hoguera y el líder habló.
-Por unanimidad se ha decidido que a partir de ahora sólo cocinarán las mujeres en la tribu. Mientras los hombres nos lo rascamos tan ricamente.
La portavoz de las hembras se puso en pie.
-Muy bien, pues para celebrarlo vamos a hacer una receta muy especial.
Todas las hembras se alzaron y sacaron los cuchillos. Les cortaron los cojones y los echaron a la olla hirviendo que había sobre la hoguera. Todos gritaban y se desangraban. La señora sacó un cucharón de madera y dio vueltas a la mezcla. Una de ellas se sacó el rabo y orinó en la olla.
-Éste es el toque mágico –dijo satisfecha.
Todes comieron las albóndigas y forzaron a los hombres a probarlas. La verdad es que estaba rico.

***

6. Limpieza (Troy) (+1)

Cuando bajó la adrenalina, sintió que le dolía mucho el pómulo. Se acercó al baño y vio en el espejo que tenía el ojo morado y una herida en el papo. Se lavó la sangre de las manos, cogió la fregona y volvió a la cocina. Extrajo el cuchillo y lo dejó sobre la encimera. El suelo estaba perdido, así que se puso a fregar. No quería que aquello estuviera hecho un desastre cuando viniera la policía a hacer el levantamiento de cadáver.

***

7. Dos reinas (Tonick Urtis)

La encantadora de abejas llegó, como cada mañana, a cuidar de su panal. No encontró abeja alguna revoloteando; tampoco ningún zángano. La morada de sus amigas presentaba un aspecto triste y desolador, tanto como el resto de su vida. La miel impregnaba el panal como la sangre lo había hecho en su rostro tras los constantes malos tratos de su marido. La encantadora volvió a su casa cabizbaja, esperando que aquel caballero de reluciente armadura convertido en monstruo se hubiera ido ya a trabajar. Pero allí estaba.

Tirado en el suelo, inmóvil, con cientos de picaduras cubriendo su cuerpo. Sus amigas yacían alrededor, tras dar su vida por ella. La encantadora volvió al panal, encontrando a los zánganos atareados en depositar la miel que habían recolectado durante las horas anteriores. Apareció la abeja reina, posándose suavemente en el hombro de la encantadora. Las dos reinas tenían mucho trabajo por hacer.

por Tonick Urtis 18.11.22 16:05

Relatos a concurso

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¡Lo sabía!

La encantadora de abejas tomó posición frente a la Casa Blanca. El presidente estaba recluido, no había forma de hacerlo salir. Tras las nuevas leyes autoritarias, agencias secretas intentaban atentar contra él. La seguridad era impenetrable, aquella era su última opción.
La mujer avanzó unos pasos en la noche con la caja en las manos. Tras la verja, la puso en el suelo. Los agentes esperaron expectantes. Empezaron a salir decenas de abejas. Cruzaron el patio a toda velocidad, sobrevolando a los guardias armados sin advertir nada.
Entraron por rendijas hasta el Despacho Oval. El presidente estaba solo, lo atacaron sin piedad. Entre gritos, corrió y se tiró por la ventana, rompiendo el cristal. Desde el exterior todos le vieron adoptar la forma de un lagarto gigante mientras caía, adhiriéndose a la pared con sus cuatro patas antes de caer. Descendió a toda velocidad, desapareciendo en un agujero bajo tierra.

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Superempoderamiento kitsch en la Fortaleza de la Calavera

La Encantadora de Abejas cerró la mano y una nube de insectos devoró a Malignus. Con la otra apuntó a Yelmo Negro y el enjambre se introdujo entre los intersticios de su armadura. Bajo la tecnología habitaba un hombre, alertaban los gritos de dolor. Dejando un rastro de orín, Rayo Láser intentó huir a supervelocidad, en su carrera tragándose cientos de himenópteros que obturaron su garganta. ¿Cómo había tardado tanto? Relegada a un segundo plano, la testosterona siempre había gobernado la Alianza del Mal. ¿Y todo para qué? ¡Para ser derrotados una y otra vez por la Patrulla Justiciera! ¡Panda de perdedores emasculados! Como el pífano del cuento, Encantadora silbó y sus amigas acudieron a la llamada. Se llevaría a todas consigo, así de sencillo destruiría el mundo. Si Einstein tenía razón, a la humanidad le quedaban cuatro años de existencia. Sin polinización, sin abejas nómadas, nadie sobreviviría. Quizás Megaman.

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Catar-2022

La encantadora de abejas, la famosa marca de condones con sabor a jalea real, vio retirada su publicidad del fondo norte. Asimismo no se podía beber cerveza en el estadio. ¿Y Heineken? No era cerveza, pero tampoco. Las palabras malsonantes estaban prohibidas junto con las blasfemias. «¡Hostia, mecagondios, La’eeb parece una toallita para limpiarse la polla!», exclamó un aficionado inglés que fue rápidamente reprimido por las autoridades locales. Para ser árabes repartían hostias con el gracejo de un mitrado. A todo esto, retrepado en su asiento, emboscado tras unas gafas de sol y una ghutra, un insospechado invitado contemplaba la escena. Se trataba de José María Gutiérrez Hernández, “Guti”, que había burlado los controles de seguridad bajo el thoub de Juan Carlos Ablanedo. ¡Le quedaba bien!, ponderaba Guti, incapaz de aguantar una erección espontánea…

(continuará)

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Metamorfosis

La encantadora de abejas era odiada en su pueblo. Nadie podía competir con la cantidad y calidad de su miel. Y corría el interesado rumor de que, cual flautista de Hamelín, se llevaría todas las abejas a sus tierras. Entonces empezaron las amenazas de muerte, los “vete lejos del pueblo y no vuelvas”. Un día, aprovechando las fiestas patronales, la encantadora apareció en la plaza, y allí se desnudó. Muy pronto, el cielo se cubrió de una nube de abejas que, como un solo animal, se abalanzó sobre ella. Cuando se fueron, el cuerpo de la encantadora era ya una masa informe sobre el pavimento, donde lo dejaron los vecinos, a la intemperie, confiando en que los animales de la noche dieran buena cuenta de él. A la mañana siguiente, no vieron restos de la encantadora, pero sí, aterrorizados, una gigantesca abeja reina que daba vueltas alrededor del campanario.

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Escasez de Miel

La encantadora de abejas cada vez estaba más desilusionada viendo que la miel escaseaba paulatinamente. Todos los días se enfundaba en el traje de apicultora y entraba en los campos de panales que había creado para ir recolectándola y todos los días volvía con una cantidad menor que las estipuladas por sus patrones de cuentas. Su aura cada vez era más potente, lo que hacía que las abejas no se acercaran. Un día probó a entrar sin el traje y la distancia que guardaban las abejas con respecto a ella era aún mayor. Ese mismo día, la cantidad de miel recogida fue nefasta, entonces comprendió que tendría que dejar marchar al oso que tenía en casa para el que recolectaba la miel, pues su aura era la culpable de la disminución dado que la absorbía para ser la nueva reina.

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Jalea real

La encantadora de abejas comercializaba sus productos bajo la mascara de una humilde apicultora. Aunque traía selecto propóleo y excelentes pólenes y ceras, su verdadera especialidad eran las mieles; nadie ofrecía unas tan deliciosas y ricas en matices. Cada noche, despertaba a sus pequeños himenópteros, que iniciaban un crepuscular vuelo hacia pueblos aledaños atraídos por sus ciudadanos durmientes, de los que delicadamente libaban. Así, lujuriosos sueños producían mieles acarameladas con dejes picantes, mientras una maléfica pesadilla descubría una extraña miel agridulce con resabios ahumados. Cualquiera que se desayunó con ellas, experimentó algo singular. Uno se descubrió enamorado de una compañera de colegio que le había pasado inadvertida; otra cayó alicaída, sin conseguir adivinar motivos para su pesadumbre; incluso hubo quien sintió un odio irrefrenable hacia su vecino de lindero, cuyos sesos desparramaría por la tierra esa misma tarde. Sin embargo, todos se preguntaban por qué jamás conseguían recordar sus sueños.

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Cría cuervos…

La encantadora de abejas apareció muerta en un claro del bosque. Su aspecto, cara, cuello y extremidades hinchadas y repletas de marcas de picaduras, mostraba bien a las claras la causa más probable de su muerte.
Había defendido activamente que ninguna actividad humana perturbara la vida de las colmenas que poblaban esa zona del bosque. Luchó contra todo aquello que amenazara la supervivencia de tanto zángano, aunque por lo visto, se olvidó de comunicar sus hazañas y desvelos a las reinas de las colmenas. Ella era una humana más y así la trataron.
Que conste que la muchacha era incapaz de encantar a esos bichos. La llamaban así como la podrían haber llamado la abejera o la niña de la miel.
Por fin construirán el parque temático en el pueblo. Ya compraremos la miel en el súper.

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Buen negocio

La encantadora de abejas comenzó su leyenda heredando un cortijo en Cáceres. Amante de plantas y flores, Julia, decidió convertir aquel secarral en un vergel.

Trajo bulbos y esquejes exóticos de India, Perú, China, Burundi...

A base de años, cuidados y canciones, transformó el terruño en un vasto y colorido jardín, tan espectacular, que dolía mirarlo.
Las abejas acudían a millares a disfrutar de tamaño festín, y los cánticos milagrosos ejercían en ellas el mismo influjo que en las flores.

Viendo negocio en aquel frenesí de zumbidos, libaciones y polinización, Julia, decidió hacerse apicultora.

El resultado de tanta locura productiva fue una miel color chocolate que provocaba al tomarla una extraña alteración de los sentidos. Abejas convertidas en mariposas psicodélicas, estruendosos zumbidos en adictivos sonidos...

Corrió la voz de que una encantadora de abejas fabricaba una miel "especial" y había largas colas para adquirirla.

Hoy, Julia cumple condena por tráfico de estupefacientes.

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La encantadora, el apolillado, cervezas y panchitos de Hacendado

La encantadora de abejas se encontró con el profesor Hennessy. Sus colegas desaprobarían ese intercambio de ideas, pero le obsesionaba la danza de las abejas y, ¿acaso no respetaba él la cromoterapia, el reiki y todas esas gilipolleces? Además, estaba jamonísima, todo hay que decirlo.

Al momento, estaban observando un panal.

—Esas giran en sentido antihorario, vibrando, calculo, a 300 hertzios. Marcando la posición de la mejorana de reciente floración que vimos antes —señaló el científico.
—¿Las dos de la mazurca? Unas clásicas, como las del vals de al lado. Sin embargo esa...
—¿La que se mueve en ochos? ¿Qué está indicando?
—Se pasó libando, menuda trompa tiene. Y es reguetonera, la conozco bien. Mire cómo menea el aguijón.
—Y se acerca a otra... parece que entran en conexión feromonal.
—Sí, se la quiere zumbar.
—Pero… ¡Entre dos obreras!
—Es usted muy anticuado, corazón. Tendré que enseñarle tantas cosas...

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Olivia

La encantadora de abejas, así la llamaban sus compañeras de clase por el modo en que todos los chicos revoloteaban a su alrededor. Olivia sabía que la llamaban así, y en realidad no le molestaba, aunque hubiera preferido un mote hecho por los chicos y que no fuese fruto de la envidia. Además, los muchachos de la clase siempre fueron mejores que ellas poniendo motes, los hombres en general lo son, maestros de lo cruel y lo grotesco. Sin embargo, un mote como "La encantadora de abejas" no mostraba crueldad alguna, sino que retrataba a las resentidas que habían inventado el apodo y a las abejas que pretendían. Olivia sólo quería pasar más tiempo con unos chavales que la hacían reír, no buscaba agasajo alguno, pero estaba claro que eso molestaba a la pandilla de cotorras que matarían con tal de tener la mitad de su libertad.

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La mujer puzzle

La encantadora de abejas era también filóloga, mitómana y preparaba unas croquetas de yuca que estaban de rechupete. Mojaba los dedos de los pies en salsa de chile verde mientras miraba por la ventana aguardando los cientos de aviones que aterrizaban frente a su casa todas las madrugadas a las dos. Su existencia se antojaba perfecta, sin embargo nunca había conocido el AMOR. Ese aguijonazo de incontrolable fulgor. Nunca había sentido el estremecimiento del fin del mundo entre sus piernas. Ni capaz había sido de imaginar a qué debía saber el beso de un desconocido. Todas las semanas se tatuaba una abeja multicolor en una parte diferente de su cuerpo. La mujer puzzle la llamaban. Y ella decía siempre que estaba incompleta. Un día, su tatuador, le preguntó:

- ¿Por qué?
- … me doy tiempo… si cuando lleve el cuerpo totalmente tatuado no he encontrado el AMOR, me suicidaré…

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El sorprendente hallazgo de la Doctora Bidiya

La encantadora de abejas, como llamábamos a la Doctora Marisa Bidiya, ocupaba el mejor laboratorio. Todos los almuerzos nos narraba, con ojos chispeantes, los logros de sus abejitas y sus evidentes signos de comprensión a órdenes cada vez más complejas. La verdad es que era bastante peñazo, porque no hablaba de otra cosa, y claro, yo qué iba a contar de mis medusas, que ni obedecían, ni hacían más que flotar ingrávidas, segregando sustancias, y ya. Una mañana interrumpió mi experimento sobre transmisión filtrada de luz negra. Había conseguido que escribieran con su danza, decía. Subí. Incrédula, observé cómo se deslizaron zumbonas y precisas, por la pantalla táctil, y en el monitor de la sala de invitados aparecían las letras. L-I-B-E-R-A-N-O-S D-E E-S-T-A Z-O-R-R-A E-X-P-L-O-T-A-D-O-R-A, alcancé a leer, antes de que Marisa se abalanzara a espantarlas, y el enjambre furioso adoptara forma de mazo y le arreara en la cabeza.

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Pero... ¿Dónde estás?

La encantadora de abejas había perdido una de sus zapatillas de estar por casa.
No la veía ni encontraba desde hacía dos días.
¿Cómo se puede perder una zapatilla en un piso de treinta metros?
Seguramente la tiró al contenedor de ropa usada. Iría enredada con otras prendas.
Era vieja, como todo lo suyo, pero no quiere tirar la otra hasta asumir la pérdida.
Sus zapatillas eran una plataforma de seguridad, el abrazo en su yo más sensible.
Eran lecho, calor y miel porque estaban desgastadas y hechas a su particular forma de atravesar la vida.
Cualesquiera zapatillas nuevas no sirven. Deben aceptarla, quererla y asumir con resignación su andar disléxico.
Y así, la encantadora de abejas espera la respuesta de algún tejido floral que anhele el reto de aguardar bajo su cama las sacudidas impetuosas e inesperadas que las hagan únicas.

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Poliamor

La encantadora de abejas se presenta con un maletín lleno de Beegital34, el modelo más ligero, testado incluso en flores de jardín. En el maletín, equidistantes entre espuma gris, doscientas pequeñas autómatas que van a solucionar por un precio imposible las dificultades de polinización de miles de hectáreas. No liban, no pierden tiempo en néctares absurdos. No se distraen. Y no cuentan con la inteligencia de las plantas, que se han transformado, ellas sí, en una sofisticada mente de colmena y no aceptan imposturas. Se repliegan, esconden sus órganos bajo pétalos y hojas. Morirán si hace falta sin reproducirse. La encantadora de abejas, asume que el momento ha llegado. Cierra los ojos, suspira y tras una largo silbido, del vehículo en el que ha venido brotan cientos de abejas auténticas, una buena fracción de las pocas que quedan en el mundo.
Divertíos. Id con mucho cuidado.

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Sin titulo

La encantadora de abejas siempre fue la seta que más me gustó, cocinarla a puchero con verduras y patatas que apenas le aportaran mucho sabor era todo un arte.
El bosque en otoño te lleva a dar largos paseos buscando setas y pensando en tus cosas, ese día debía estar un poco distraído y confundí la encantadora de abejas con el diablo de ovejas, que es laminada por debajo del cono y algo más ancha de tallo, el resultado ha sido que me he quedado sin el gato y que he tenido que tirar el resto del perolo.
Era un buen gato y un buen perolo.

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La profesión más importante del mundo

La encantadora de abejas nos visitaba cada mes. Trabajaba una hora encerrada en la habitación-panal y se despedía fríamente.
Papá me había explicado la importancia de las personas como ella, imprescindibles desde que el Gobierno Central Mundial estableció el “patrón-abeja” como medida desesperada ante la catástrofe. Al parecer estuvieron a punto de extinguirse. Me contó que antes se usaban otras cosas, como el oro, pero no entendía quién querría tener piedras.

La habitación-panal guardaba la economía familiar. La encantadora las adiestraba para sobrevivir evitando peligros, ajustaba la población y enviaba el recuento al Apirregistro Internacional, para validar las transacciones electrónicas acumuladas.

Pero algo no me cuadraba.

—Señora —ignorábamos su nombre—, últimamente las veo demasiado grandes.

—Tranquilo, así serán fuertes y no se os morirán —dijo sonriendo por primera vez.

Desde entonces no consigo dormir recordando aquella especie de colmillos articulados que le asomaron por la comisura de los labios.

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Santa Polinización

La encantadora de abejas, Sor Dulce, era la encargada del jardín y los invernaderos, y también era la monja más risueña del convento, y eso que trabajaba mucho. Antes de la hora sexta ya estaban recolectados y apiñados en irisados ramilletes los lirios, camelias, crisantemos o peonías, según la época del año. Sor Dulce siempre se reservaba, con permiso de la superiora, un bouquet para alegrar su celda. Escogía siempre las flores más fragantes, las de estambres bien salientes y sonrojados de polen. Después de la hora nona abría la ventana, se desnudaba y se tendia en su catre. Quitaba uno a uno los estambres y los posaba en la tierna carnosidad de sus labios rosados y el botoncito anhelante de su clítoris. El enjambre se posaba como una manta de lascivia vibrante, y sus cientos de minúsculas lenguas anticipaban la miel de Dulce.

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Santa Semana

La encantadora de abejas y el encantador de serpientes se fueron encantados a Béjar, encantados de ser penitentes.

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Sahumerio

La encantadora de abejas me entregó miel de zángano, pocos sabréis que los machos recolectan preciadísimo néctar. No me pidió nada a cambio, al revés, la apicultora me debía un favor (un atrapasueños capaz de alejar los sueños de grandeza). Luego fui al rastro y busqué libros de segunda mano con dedicatorias de amor. Es inmenso el poder de esas páginas abandonadas que una vez fueron depositarias de afecto, recaditos de pasión. En un vertedero encontré un trozo de tela con sangre fósil —abunda en colchones desechados— y un ramillete de espliego. Con todos los elementos regresé a mi hogar, donde los junté en un crisol con mis dientes de leche (gracias, mamá, por guardarlos para mí). Seguidamente les prendí fuego y un olor a almizcle inundó la habitación. Entonces le llamé: «¡Acude!». «Voy, mi cielo, mi amor», respondió la persona de mi anhelo. Cuando llegó, había dejado de desearle.

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DIOSA

La encantadora de abejas aprendió con humildad desde que era niña. Primero fueron hormigas, después saltamontes, para pasar después a gatos, perros y demás mamíferos. Las abejas se le resistieron algo más, de ahí su mote. Cuando hubo concluido con todas las especies animales conocidas, inició con bebés y niños y niñas y jóvenes de hasta catorce años. Los adultos se le resistieron también, aunque fue más sencillo con los nobles, los generosos, los altruistas, los médicos, los profesores de colegios públicos y también ciertos abogados. A partir de ahí, se le hizo más complicado. Aplacar la ira, el desprecio y el odio de ciertas almas no era tarea sencilla. Encantar abejas era una cosa, pero encantar a un tirano, a un déspota o incluso a un mentiroso, le costó gran esfuerzo. Con cierto recelo se enfrentó a los asesinos, a aquellos que arrebatan vidas. Y venció.

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Hechizo

La encantadora de abejas alzó la mano y las lanzó contra su enemiga. La bruja materializó un escudo protector, chocaron contra él y cayeron al suelo. La oscuridad del bosque habría sido absoluta, de no ser por la luna llena, que las iluminaba. Aquella malvada llevaba décadas aterrorizando al pueblo.
La bruja sonrió, lanzando su hechizo. La piel de su enemiga burbujeó y gritó horrorizada, cayendo al suelo. Las abejas se alzaron nuevamente y aguijonearon a la bruja, desprevenida. Con un manotazo todas ardieron, desvaneciéndose en el aire.
Se acercó a la encantadora, que se retorcía malherida. Del suelo emergieron serpientes, que atacaron a la bruja sin piedad, envenenándola. El encantador de serpientes se acercó caminando a sus espaldas y le rebanó la cabeza con una katana. Ofreció su mano a la encantadora de abejas, que lo miró tiernamente.
Se besaron bajo la luna, con la cabeza a sus pies.

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Solo de pan vive el hombre

La encantadora de abejas le manchaba los dedos de harina cada mañana al entregarle la barra de pan correspondiente. Ella ni siquiera se daba cuenta, pero a él le alegraba el día cada vez que descubría esos pequeños restos en su mano.

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Señales

La encantadora de abejas se lamentaba de que sus abejas ya no produjeran miel. Las veía inquietas, revoloteando lejos de las flores, o apelotonadas sobre cualquier superficie, como si estuvieran en huelga silenciosa. Un halo de tristeza parecía envolverlas. ¿Qué estaré haciendo mal?, se preguntaba. Pero otros encantadores de abejas, con el mismo problema, sospechaban que era una señal de que algo muy grave le ocurría al planeta, un mensaje apocalíptico de la Naturaleza. Siempre optimista, la encantadora rechazaba esa hipótesis. Hasta que un día, una abeja se le posó en el dorso de una mano y pudo ver sus antenas alicaídas y unas lágrimas negras que le brotaban de los ojos. Con delicadeza, la encantadora se humedeció un dedo con ellas y se lo llevó a la boca. También eran amargas, muy amargas.

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Panales

La encantadora de abejas, Maya, me recibió en su lujoso ático. Yo era el único periodista que invitó después de ganar el premio a “Mejor empresaria de la década”. Tras el colapso de los campos en 2030, fue capaz de replicar un ecosistema estable en las alturas, donde elabora productos de apicultura que vende al resto del mundo.

Una de sus asistentes, ataviada con un vestido a rayas amarillas y negras, me ofreció un margarita en representación de la extinta planta. Me invitó a conocer mejor la fábrica, y cuando cruzamos la puerta, no tuve tiempo de procesar lo que mis ojos veían. Noté una picadura en la nuca, me habían pinchado una jeringuilla con alguna sustancia.

Me desperté al cabo de unas horas. Un uniforme a rayas me esperaba al pie de la cama dentro de una celda hexagonal. A través del cristal, podía ver la inmensidad del enjambre.

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Encantado

La encantadora de abejas, cada noche, se colocaba en el centro de todos los panales para tocar al piano un par de canciones. En cada celda había un altavoz, así que era imposible no escuchar las melodías que brotaban de sus dedos. Pero para mí eran insoportables... Después de una semana en la fábrica, ya me habían asignado el sellado de botes de miel. Por dentro quería gritar y salir corriendo, aunque no sabría por dónde; pero por fuera cumplía las órdenes que los empleados de mayor rango nos daban.

Mi cuerpo no responde a mis instintos. Después de un mes, mi cerebro se siente más cansado, pero el cuerpo sigue respondiendo a la carga de trabajo. Cada noche descubro que me duermo con una sonrisa en la cara tras escuchar a Maya. Y que mi uniforme a rayas me queda perfecto.

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Enrolado

La encantadora de abejas entró muda, apenas un gesto con la cabeza para saludarnos.
Debió notar mi incomodidad. Temía este momento desde su última vez, cuando sonrió.

Tras encerrarse en la habitación-panal, una mezcla de inconsciencia, atracción y terror me hizo tornar levemente la puerta para curiosear.
El zumbido camuflaría el movimiento.

Inmóvil de espaldas, su abrigo abierto acogía nuestras hipertrofiadas abejas.
Percibió algo. Abrochó rápidamente el abrigo sacando sus huéspedes y giró su cabeza.

—Entra, por favor. No temas.

Estaba aterrorizado, pero obedecí. Se acercó y cerró la puerta.
Frente a mí, colocó sus brazos sobre mis hombros.

Un pinchazo helado en el vientre me hizo bajar la mirada. Un enorme aguijón emergía entre los bajos de su abrigo. Empecé a notar calor, y un zumbido en mi cabeza que parecía ir transformándose en cientos de voces aceleradas.

—Bienvenido —dijo—. No te preocupes, son efectos de la mente colmena.

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Abejas vascas

La encantadora de abejas compraba la miel en Eroski.

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Lo que la vieja aconseja

La encantadora de abejas
no triunfaba en sus parejas.
Sus relaciones complejas
sufría entre candilejas.
Enredaba cual madejas
odios, mentiras y quejas.

De abejas encantadora
pero en el amor deudora;
su vida un gran desencanto,
nunca risas, siempre llanto,
siempre gritos, nunca canto.
Quedó vistiendo su santo.
Qué sola sus penas llora
meciendo su mecedora.

Ahora que se hizo vieja
muy humilde va y nos deja
esta simple moraleja:
Si la vida no te deja
darle gustito a tu almeja,
abre bien esas orejas
y métete entre las cejas:
De la amargura, te alejas,
vístete de nochevieja,
tira los tejos, las tejas,
y di que sí, que te dejas.
Y si nunca te acomplejas
y a la felicidad te abonas,
encantarás a personas
y no sólo a las abejas.

RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS 32-20e3

Un disfraz en el arcén.

La encantadora de abejas suda mucho dentro del abultado cuerpo de felpa y espuma. Su cabeza es una bola con antenas que se contonean cuando deambula por los pasillos para ofrecer degustaciones. Resulta cómico, pero hay una persona allí y se nos olvida a todos. Su trabajo es vender tarros de miel 100% natural. De la colmena a la mesa. Pero las ventas no acaban de funcionar. Maia cuenta con un descanso de quince minutos junto a embalajes desechados en la parte trasera del comercio; descubre entonces su rostro sudoroso para fumar al cobijo de un librito; no es como las demás promotoras; le gusta la poesía. Al finalizar la jornada envía su reporte a la empresa y se dirige hasta el auto. Cada día se clava las alas de plástico contra el respaldo. Luego se pierde en la maraña de faros. Tal vez no vuelva mañana.

RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS 33-20e3

La promesa

La encantadora de abejas vivía en una casita en el monte, a dos kilómetros del pueblo. Cada quincena bajaba al mercado a comprar alimentos y vender tarros de miel. Los niños del pueblo decían que era una bruja, que las abejas la obedecían. Sin embargo, una niña estaba fascinada con ella. La seguía a su casita y la espiaba mientras atendía los panales.
La encantadora y la niña se hicieron amigas. La mujer le contaba los secretos de las abejas, le dijo que estaba preocupada porque las abejas desaparecían. Cuantas menos abejas, más envejecía la encantadora. Un día, la niña llegó a la casita y no quedaban abejas en el panal. Entró en la casa y encontró a la señora en la cama, muy enferma:

-Ya no quedan abejas aquí, pero todavía viven en otros lugares. Tienes que salvarlas.

-Te prometo que salvaré a las abejas. Como me llamo Greta.

RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS 33-20e3

RIP

La encantadora de abejas se cargó a la abeja reina. La Reina ha muerto, ¡viva la República!

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por Troy Mc Clure 18.11.22 16:08

la encantadora vieja?

por salakov 18.11.22 16:08

por salakov 18.11.22 16:08

Una frase sin verbo no es una frase. Es un sujeto.

¡Buuuuuuuuh!

por Esmeralda 18.11.22 16:15

Vale con ovejas?

No va a haber verbo?

por Tonick Urtis 18.11.22 16:20

No hay verbo. Y dejad de confundir "frase" con "oración".

"Frase" es sinónimo de sintagma.

Pero como soy nuevo, aunque humilde licenciado en Filología Hispánica, no voy a venir aquí a sacar los colores a nadie.

por RegSound 18.11.22 16:21

Tonick Urtis escribió:No hay verbo. Y dejad de confundir "frase" con "oración".

"Frase" es sinónimo de sintagma.

Pero como soy nuevo, aunque humilde licenciado en Filología Hispánica, no voy a venir aquí a sacar los colores a nadie.

Esto no es un negropoera ex aequo para sala?

por Tonick Urtis 18.11.22 16:45

por salakov 18.11.22 16:51

Filólogo, dice.

¿Y te quedan ricas las pizzas?

RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS 15a0c110

por Tonick Urtis 18.11.22 16:57

salakov escribió:Filólogo, dice.

¿Y te quedan ricas las pizzas?

Muy ricas, porque no estoy ciego. ¿No ves ahí lo de "sintagma"?

por Tonick Urtis 18.11.22 17:04

Lo explicaré de otra manera, por si el problema no es de vista.

FRASE: "La encantadora de abejas..."

Como frase puede significar sintagma (confirmado con tu captura de pantalla), está bien lo que he escrito.

por Toro 18.11.22 17:05

Cabeceras actualizadas

Tonick, las dejo aqui para que esten a la vista y tenerlas a mano.

El que abre el hilo, si quiere, claro, las suele copiar en el primer mensaje para que las encuentre rapido cualquiera, pero a gusto de la admin, como todo en esta ronda What a Face

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VIII EDICIÓN:

por Toro 18.11.22 17:08

Tonick Urtis escribió:Lo explicaré de otra manera, por si el problema no es de vista.

FRASE: "La encantadora de abejas..."

Como frase puede significar sintagma (confirmado con tu captura de pantalla), está bien lo que he escrito.

Tampoco te vuelvas muy loco, a salakov le ha enmendado la plana todo el mundo… RAE incluida!!

Sabes lo de dime de que presumes y…?

Pues eso Laughing

por Tonick Urtis 18.11.22 17:09

Toro escribió:Cabeceras actualizadas

Tonick, las dejo aqui para que esten a la vista y tenerlas a mano.

El que abre el hilo, si quiere, claro, las suele copiar en el primer mensaje para que las encuentre rapido cualquiera, pero a gusto de la admin, como todo en esta ronda

Gracias. He intentado copiarlas pero me dice que al ser nuevo no puedo insertar enlaces hasta dentro de siete días.

por salakov 18.11.22 17:10

Tonick Urtis escribió:Dejad de confundir "frase" con "oración".

RONDA 8.15 DEL ENCANTADOR CONCURSO DE MICRORRELATOS Retratado

por Tonick Urtis 18.11.22 17:12

salakov escribió:
Tonick Urtis escribió:Dejad de confundir "frase" con "oración".

Efectivamente. Si alguien da por hecho que una "frase" no es "frase" porque no tiene verbo, como tú has indicado, es que está confundiendo frase con oración.

por salakov 18.11.22 17:13

No te amohínes.

por Toro 18.11.22 17:14

Tonick Urtis escribió:He visto que hay FdC y DdC... pero no FdR (Fuera de Ronda, nada que ver con Roosevelt).

Punto extra para quien escriba un FdR de temática feminista como homenaje al Día contra la Violencia de Género, que se celebrará el próximo viernes. Pueden ustedes publicar su FdR directamente.

Esta permitido el reciclaje?

por Tonick Urtis 18.11.22 17:22

Toro escribió:
Tonick Urtis escribió:He visto que hay FdC y DdC... pero no FdR (Fuera de Ronda, nada que ver con Roosevelt).

Punto extra para quien escriba un FdR de temática feminista como homenaje al Día contra la Violencia de Género, que se celebrará el próximo viernes. Pueden ustedes publicar su FdR directamente.

Esta permitido el reciclaje?

Hombre, si se recicla en los microrrelatos a concurso, cómo no se va a permitir para los FdR.

por Hank 18.11.22 17:28

Tonick, gran frase...

Observo que navegas muy bien...

licenciado en filología...

por Zzzz 18.11.22 17:51

Tomaré la tercera acepción de «frase» para el relato.

por Zzzz 18.11.22 17:59

FdR y FdC

Ole su coño

La encantadora de abejas no quiere ningún zángano en su vida.

por Zzzz 18.11.22 18:01

Vaya humos que gasta el nuevo.

por Esmeralda 18.11.22 18:05

Me gustan las frases cerradas, por eso prefiero que lleven verbo y de todo, como las pizzas.

por Esmeralda 18.11.22 18:06

Zzzz escribió:Vaya humos que gasta el nuevo.

De avispa asiática. Esta juventud no respeta nada

por Eloy 18.11.22 18:11

Zzzz escribió:Vaya humos que gasta el nuevo.

El arrogante atrevimiento de la juventú

por Esmeralda 18.11.22 18:12

Qué significa fuera de ronda ? Que no hace falta empezar con esa frase?

por salakov 18.11.22 18:19

Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

por Esmeralda 18.11.22 18:23

Oscilo entre el horror y la hilaridad

por Tonick Urtis 18.11.22 18:26

salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Has empezado con mal pie, pero si no vuelves a errar y escribes bien, quizá tengas una oportunidad.

por Esmeralda 18.11.22 18:38

Me gusta mucho Tomates Verdes Fritos, hablando de todo un poco

por Zzzz 18.11.22 18:45

salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

por Zzzz 18.11.22 18:47

Esmeralda escribió:Oscilo entre el horror y la hilaridad

A mí lo que más me gusta es Toro, que hace como si nada.

por Toro 18.11.22 19:13

Zzzz escribió:
Esmeralda escribió:Oscilo entre el horror y la hilaridad

A mí lo que más me gusta es Toro, que hace como si nada.

Yo??

Que crees? Que estoy celoso o que?

por salakov 18.11.22 19:17

Zzzz escribió:
salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

¡Tú eres un micromachista!

¿Crees que no se acuerda?

por salakov 18.11.22 19:18

Tonick, ¡elígeme a mí!

¡Soy vasco y los vascos hacemos cosas!

por Zzzz 18.11.22 19:20

salakov escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

¡Tú eres un micromachista!

¿Crees que no se acuerda?

En este ínterin me he redimido, soy otro, soy mejor. Ya ni gracia me hacen los chistes de Arévalo, mire usted.

por Tonick Urtis 18.11.22 19:22

Zzzz escribió:
salakov escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

¡Tú eres un micromachista!

¿Crees que no se acuerda?

En este ínterin me he redimido, soy otro, soy mejor. Ya ni gracia me hacen los chistes de Arévalo, mire usted.

Siga probando. Su FdR no pasa el corte.

por Toro 18.11.22 19:54

Los FdR van por privado?

por salakov 18.11.22 20:02

¡Buah, su FdR no pasa el corte!

¡Vaya zasca!

por Moderno 18.11.22 20:10

Me gusta la frase. Ya he empezado a maquinar.

por Tonick Urtis 18.11.22 20:28

Toro escribió:Los FdR van por privado?

No.

por Zzzz 18.11.22 20:33

Tonick Urtis escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

¡Tú eres un micromachista!

¿Crees que no se acuerda?

En este ínterin me he redimido, soy otro, soy mejor. Ya ni gracia me hacen los chistes de Arévalo, mire usted.

Siga probando. Su FdR no pasa el corte.

Mi trabajo como pionero está hecho, aunque ya preveía unos rigurosos estándares del supervisor. Escribiré algo sobre castraciones o me quedaré sin punto extra, lo que suceda primero.

por Moderno 18.11.22 20:52

Hacer un nano con abejas de por medio contra la violencia se me está haciendo contradictorio, con las barbaridades que se me están ocurriendo Laughing

Sólo me falta Irene Montero en el relato para hacer pleno.

por Tonick Urtis 18.11.22 21:20

Moderno escribió:Hacer un nano con abejas de por medio contra la violencia se me está haciendo contradictorio, con las barbaridades que se me están ocurriendo Sólo me falta Irene Montero en el relato para hacer pleno.

No hombre, no te cortes. Tú escribe todas las barbaridades que se te ocurran. A buen seguro que los que tengan hijas disfrutarán mucho leyéndolas. A no ser, claro, que piensen que en lugar de un varón como Dios manda engendraron poco menos que un ser maligno y culpable de todas las desgracias de este mundo.

Por cierto, el nano no tiene que tener abejas de por medio. Ni ser nano.

por Tonick Urtis 18.11.22 21:23

Zzzz escribió:
Tonick Urtis escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:
Zzzz escribió:
salakov escribió:Tonick, creo que me gustas. Quiero ser tu novio.

No te importe si en alguna ocasión te llamo Vinny. Se trata de un ex cuya historia salió mal (despechado, se fue echando pestes de mí) y me cuesta olvidarlo. Fue muy doloroso.

Yo pretendía un cortejo clásico y alguien impetuoso se me adelanta. La historia de mi vida.

¡Tú eres un micromachista!

¿Crees que no se acuerda?

En este ínterin me he redimido, soy otro, soy mejor. Ya ni gracia me hacen los chistes de Arévalo, mire usted.

Siga probando. Su FdR no pasa el corte.

Mi trabajo como pionero está hecho, aunque ya preveía unos rigurosos estándares del supervisor. Escribiré algo sobre castraciones o me quedaré sin punto extra, lo que suceda primero.

No, hombre. Sé que es difícil de entender para algunos, pero hay un término medio que no significa necesariamente llegar a la castración.

por Hank 18.11.22 21:24

Tengo la mosca tras la oreja

por Tonick Urtis 18.11.22 21:26

Dicho esto, ni como homenaje al Día contra la Violencia de Género se puede hacer nada. Esta no es una ronda con concepto ni frase feminista, solo ha sido un pequeño detalle.

Luego eliminaré la mención al FdR para que todo el mundo quede contento.