RONDA 8.34 DEL INSTINTIVO CONCURSO DE MICRORRELATOS.

Nuxe escribió:Seguimos subiendo...
4ª Posición para Dama de Shalott


11.Casi

Instintivamente, miró hacia la estancia desde la puerta. Quedarse en el umbral había sido la constante de su vida.
Se quedó a un paso de entrar en el equipo de fútbol del barrio, pero Antoñito regateaba mejor que él.
Por unas décimas tampoco pudo estudiar Medicina, su gran vocación.
Ana estuvo a punto de decirle que sí, pero finalmente se casó con Miguel, su mejor amigo.
Tuvo que seguir trabajando en esa ciudad de asfalto y edificios grises porque por un día de antigüedad, el traslado a aquel precioso pueblo costero le correspondió a Vicente.
Por un número no le tocó el Gordo de Navidad en el noventa y tres.
Ayer, como quien dice, a las puertas de la adolescencia y hoy estaba a un día de jubilarse.
Había llegado la hora. Se dirigió a la cocina y se hizo un chocolate. Le faltaban los churros.

Troy Mc Clure escribió:Pero quien ha vomitado encima de ese precioso pez?

Nuxe escribió:Con 13 puntos y BRONCE

9.Lo que sostiene el universo (LechaperonRouge)

Instintivamente, miró hacia la estancia y se encontró a la Muerte sujetando la mano de su madre encamada desde hacía meses entre estertores.

El muchacho confiaba en que se demorase pero ahí estaba Ella con mueca alegre y tez serena como si se resignase con su misión en el universo.

Se arrodilló frente a la Muerte y le imploró con todas sus fuerzas que le regalara un momento más con ella. Se conformaba con un tiempo vagabundo y quebradizo. Segundos, milésimas, migajas paliativas.

Con el corazón roto le secó las lágrimas al chiquillo. Podía sentir su desconsuelo, una eternidad no le había hecho acostumbrarse a ese desgarro. Por primera vez su labor inveterada quedó apartada. No podía hacerlo.

El pequeño de nuevo instintivamente levantó la mirada hacia la estancia y se encontró abrazado por el Tiempo.

Nuxe escribió:La plata es para Eduardo Montenegro

17.Transición

Instintivamente, miró hacia la estancia del fondo, al final del pasillo. Era la primera vez que le detenían, pero sentía que conocía aquellos calabozos como la palma de su mano. Más bien como la mutilada mano de su padre, que tantas veces le había enseñado al contarle sus andanzas por la Dirección General de Seguridad. Historias de anarquistas, soplones, maquis y sarasas. De golpes, patadas, descargas y quemaduras. Contaba cómo le habían arrancado varias uñas, luego falanges enteras, cómo había perdido un ojo, y callaba avergonzado sobre otras partes; pero decía que lo más duro era escuchar desde las celdas los gritos de los otros, compañeros o desconocidos, daba igual, y los insultos y humillaciones de los torturadores.

El policía que le condujo a la sala de interrogatorios le aseguró que todo había cambiado mucho con la puta democracia. Que habían insonorizado la sala, y ahora cerraban la puerta.

LeChaperonRouge escribió:

Nuxe escribió:Con 13 puntos y BRONCE

9.Lo que sostiene el universo (LechaperonRouge)

Instintivamente, miró hacia la estancia y se encontró a la Muerte sujetando la mano de su madre encamada desde hacía meses entre estertores.

El muchacho confiaba en que se demorase pero ahí estaba Ella con mueca alegre y tez serena como si se resignase con su misión en el universo.

Se arrodilló frente a la Muerte y le imploró con todas sus fuerzas que le regalara un momento más con ella. Se conformaba con un tiempo vagabundo y quebradizo. Segundos, milésimas, migajas paliativas.

Con el corazón roto le secó las lágrimas al chiquillo. Podía sentir su desconsuelo, una eternidad no le había hecho acostumbrarse a ese desgarro. Por primera vez su labor inveterada quedó apartada. No podía hacerlo.

El pequeño de nuevo instintivamente levantó la mirada hacia la estancia y se encontró abrazado por el Tiempo.

Eskerrik asko un lujo la medalla de bronce

Nuxe escribió:La plata es para Eduardo Montenegro

17.Transición

Instintivamente, miró hacia la estancia del fondo, al final del pasillo. Era la primera vez que le detenían, pero sentía que conocía aquellos calabozos como la palma de su mano. Más bien como la mutilada mano de su padre, que tantas veces le había enseñado al contarle sus andanzas por la Dirección General de Seguridad. Historias de anarquistas, soplones, maquis y sarasas. De golpes, patadas, descargas y quemaduras. Contaba cómo le habían arrancado varias uñas, luego falanges enteras, cómo había perdido un ojo, y callaba avergonzado sobre otras partes; pero decía que lo más duro era escuchar desde las celdas los gritos de los otros, compañeros o desconocidos, daba igual, y los insultos y humillaciones de los torturadores.

El policía que le condujo a la sala de interrogatorios le aseguró que todo había cambiado mucho con la puta democracia. Que habían insonorizado la sala, y ahora cerraban la puerta.

Nuxe escribió:¡¡Y EL GANADOR DE LA INSTINTIVA RONDA 8.34 ES SALAKOV Y SUS TÁPERES!!

8.¡Táper! ¡Táper! ¡Táperes!

Instintivamente, miró hacia la estancia: sin duda, había dos tupperware más. Discutió con su mujer —«¡habíamos dicho que ninguno más!»—, pero al día siguiente seis nuevos tupperware saludaban desde la alacena. Pronto faltó sitio y hubo que deshacerse de electrodomésticos básicos. El hombre lloró —«¡ni uno más!»— cuando fue necesario vender la televisión para habilitar espacio para más tupperware. Pero las aspiraciones de su mujer no quedaron ahí y siguió comprando más tupperware —«¿para qué tantos?»— que invadieron el barrio, la ciudad, el país entero. Su afán acumulativo no conocía fin y en pocos meses cubrían el Gobi, la Amazonía, los hielos antárticos convertidos en un mar de fiambreras llenas de purrusalda. «¿De verdad necesitamos más tupperware?», sollozaba el marido mientras su mujer arrasaba bosques, dragaba océanos y desecaba regadíos para conseguir más y más sitio. «Si sobran albóndigas, ¿qué?», defendía ella su imperio de plástico.

Esmeralda escribió:Una ronda por parejas hace falta aquí

Nuxe escribió:¡¡Y EL GANADOR DE LA INSTINTIVA RONDA 8.34 ES SALAKOV Y SUS TÁPERES!!

8.¡Táper! ¡Táper! ¡Táperes!

Instintivamente, miró hacia la estancia: sin duda, había dos tupperware más. Discutió con su mujer —«¡habíamos dicho que ninguno más!»—, pero al día siguiente seis nuevos tupperware saludaban desde la alacena. Pronto faltó sitio y hubo que deshacerse de electrodomésticos básicos. El hombre lloró —«¡ni uno más!»— cuando fue necesario vender la televisión para habilitar espacio para más tupperware. Pero las aspiraciones de su mujer no quedaron ahí y siguió comprando más tupperware —«¿para qué tantos?»— que invadieron el barrio, la ciudad, el país entero. Su afán acumulativo no conocía fin y en pocos meses cubrían el Gobi, la Amazonía, los hielos antárticos convertidos en un mar de fiambreras llenas de purrusalda. «¿De verdad necesitamos más tupperware?», sollozaba el marido mientras su mujer arrasaba bosques, dragaba océanos y desecaba regadíos para conseguir más y más sitio. «Si sobran albóndigas, ¿qué?», defendía ella su imperio de plástico.

salakov escribió:Por y para el foro.





P.D.: En la nevera hay más.

salakov escribió:Por y para el foro.





P.D.: En la nevera hay más.

Esmeralda escribió:Una ronda por parejas hace falta aquí

Nomeko7 escribió:Hay que usar de cristal. ¡No de plástico! 

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Por y para el foro.





P.D.: En la nevera hay más.

Mendios

Eduardo Montenegro escribió:

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Por y para el foro.





P.D.: En la nevera hay más.

Mendios

Creo que yo tengo más.

Ahora se llevan los de cristal.